Вы находитесь на странице: 1из 1

Javier Maderuelo indica claramente que “el paisaje no es una cosa, no es un objeto grande ni un

conjunto de objetos configurados por la naturaleza o transformados por la acción humana. El paisaje
tampoco es la naturaleza ni siquiera el medio físico que nos rodea o sobre el que nos situamos. El
paisaje es un constructo, una elaboración mental que los hombres realizamos a través de los
fenómenos de la cultura”. El paisaje como la contemplación del entorno

Augustin Berque señala que “Xie Lingyung escribe esta frase: “El sentimiento a través del gusto, crea
la belleza”. Podemos considerar estas palabras como el acta de nacimiento del paisaje. En ellas se
trata, en efecto, explícitamente del sentimiento de belleza que se experimenta ante el espectáculo
de la naturaleza. Y esta belleza tiene que ver más con la mirada que se dirige a las cosas que con las
cosas mismas: es el sentimiento lo que crea lo bello. Dicho de otra manera, si la naturaleza se
convierte en algo bello agradable de mirar es porque la miramos como paisaje”.

Calvo Serraller explica que “Cuando se tiene que pagar la tierra, es evidente que no puede existir ni
país ni paisaje. Alguien que está agobiado por sacar rentabilidad a la tierra no puede contemplar
con entusiasmo su belleza; y así nos lo prueba la historia de la apreciación estética de la naturaleza.
Hace falta que el hombre se libere de esa carga onerosa y pueda mirar a su alrededor sin la
preocupación de que una tormenta o la sequía arruinen su economía para que pueda realmente
recrearse en fenómenos como la lluvia, el crepúsculo, la aurora o la variedad de luces y tonalidades
que dejan las estaciones a su paso”.

Javier Maderuelo se arriesga a proponer que “la pintura es quien enseña a valorar las delicias y
amenidades de la naturaleza” y lo sustenta argumentando que “la representación hace emerger el
objeto, lo que quiere decir que no tendríamos consciencia paisajística sin los mapas y cuadros que
nos han mostrado muchas de las cualidades que posee el territorio como paisaje”

“En español, esos espacios que quedan ente las figuras, o que se perciben a través de una puerta o
ventana, recibieron los nombres de “fondos” o “lejos”. Con estos términos se resuelve en la pintura
el problema de nombrar esos fragmentos pictóricos, que no necesariamente ejecutaban los
maestros, y que ha ido cobrando progresivamente más interés plástico hasta reclamar una
especificidad y llegar a convertirse en género autónomo”.

Вам также может понравиться