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Tema Principal: Renacimiento Italiano

Subtemas:

Los príncipes absolutistas:

El absolutismo es una forma de gobierno en la cual el poder del dirigente no está sujeto a
ninguna limitación institucional que no sea la ley divina. Es un poder único desde el punto
de vista formal, indivisible, inalienable, intranscriptible y libre. Los actos positivos del
ejercicio del poder (legislación, administración y jurisdicción) se apoyaron en la última
instancia de decisión: la suprema monarquía, emanando de ella, no estando por encima si
no por debajo.[2]

En términos kantianos el poder absoluto consiste en que "el soberano del Estado tiene con
respecto a sus súbditos solamente derechos y ningún deber (coactivo); el soberano no
puede ser sometido a juicio por la violación de una ley que el mismo haya elaborado, ya
que está desligado del respeto a la ley popular (populum legis)".[cita requerida] Según Bobbio,
esta definición es compartida por todos los naturalistas como Rosseau o Hobbes.[3]

Abarcó los siglos XVI, XVII, XVIII y la primera mitad del XIX, cuando las revoluciones
burguesas de 1820, 1830 y 1848 acabaron con la Restauración del Congreso de Viena.
Como excepción a esta caducidad del absolutismo se debe citar al Imperio ruso, donde los
zares mantuvieron su práctica hasta la Revolución Bolchevique de 1917.

La teoría del derecho divino del poder real o del absolutismo teológico nació en Francia en
el último cuarto del siglo XVI y en el ambiente de las guerras de religión. Aunque en
Europa la divinización del monarca nunca llegó tan lejos como en Asia (donde en algunos
países se identificaba al rey con el mismo Dios) el rey siempre tuvo cierto poder sobre las
iglesias nacionales a través del regalismo

2. Ciencia y Conocimiento

La ciencia durante el Renacimiento


Publicado por Prof. Claudia Solís en 5/21/2010

En la Europa de fines del siglo XIV comenzó un período que duró cerca de
200 años, llamado Renacimiento. Es esa época mucha gente empezó a re
descubrir las artes y los estudios de la Antigua Grecia y Roma y a
desarrollar nuevas ideas acerca del mundo que les rodeaba. Comenzaron a
mirar las cosas más críticamente y la observación y la experimentación en
todas las áreas se tornaron más importantes. Desafiaron también las
enseñanzas aristotélicas, combinadas con la filosofía cristiana.
Además del arte, vinculado al desarrollo del Antropocentrismo, también la
ciencia tendrá un despegue espectacular. Aquí trataremos especialmente la
obra de uno de los más reconocidos científicos, Galileo Galilei.

El seguidor de Copérnico

Galileo Galilei (1564-1642) nació en Pisa, Italia, hijo de un compositor. Jugó


un papel vital en la aceptación de la doctrina de Copérnico, sobre la tierra
girando alrededor de un Sol estacionario. Fue un pionero en el
acercamiento experimental a la ciencia que desarrollaba en ese momento y
también un gran maestro.

A los 17 años se inscribió como estudiante de medicina en la Universidad de


Pisa. Mientras atendía un servicio en la Catedral notó que las arañas se
balanceaban por el viento y usó el impulso para tomar el tiempo de sus
movimientos. Notó que aunque sus amplitudes disminuían lentamente,
siempre les llevaba la misma cantidad de tiempo. Esto le hizo sugerir que
los péndulos podían usarse para medir el tiempo. Esa fue la base para el
primer reloj mecánico.

Galileo dejó Pisa para continuar sus trabajos en mecánica y matemática


pero luego volvió como profesor de matemática. En esos momentos los
resultados de sus experimentos proveyeron suficientes evidencias para
contradecir las teorías sobre cómo estaba organizado el universo.

"¡ Y sin embargo se mueve!"

Al conocer sobre la invención, del telescopio en Holanda, Galileo diseñó y


construyó, él mismo algunos modelos más poderosos. 1610 publicó sus
observaciones sobre las estrellas y los planetas en "Mensajero de las
estrellas", un libro que tuvo mucha popularidad e influencia. En él describía
las montañas de la Luna y las manchas oscuras que se movían
ocasionalmente sobre la faz del sol. También mostró que algunos planetas,
como Júpiter, tenía sus propios y pequeños planetas orbitándolos. El
trabajo de Galileo demostró la importancias del uso del telescopio. Pero lo
más importante es que confirmó la teoría de Copérnico que la Tierra giraba
alrededor del Sol.

En 1632 Galileo publicó su "Dialogo concerniente a los dos Sistemas


Principales del Mundo", que reunía todas las observaciones. El trabajo fue
visto como una obra maestra en toda Europa. Pero en Italia chocó con las
enseñanzas de la Iglesia que sostenía la vieja teoría de la Tierra ubicada en
el centro del Sistema Solar.
En 1633 Galileo fue acusado de herejía (sostenimiento de una idea o
comportamiento contrario a las enseñanzas de la Iglesia). Se lo envió a la
Corte de la Iglesia en Roma (llamada la Inquisición). Al ser encontrado
culpable se lo amenazó con torturar salvo que negara públicamente su
teoría de que la tierra giraba alrededor del Sol. Siendo ya viejo y frágil,
Galileo hizo que la Iglesia ordenara que se retirara al campo por el resto
de su vida (una especie de prisión domiciliaria). Pero se dice que al
abandonar la Corte murmuró ¡Y sin embargo se mueve! en demostración de
que continuaba creyendo en sus teorías.

Texto elaborada gracias al aporte de: "El libro de los científicos. Desde
Arquímedes a Einstein". Ed. LUMEN, Bs. As. 1992.

3.
El sol en la época de Galileo

A lo largo de los siglos se habían realizado observaciones ocasionales de las manchas solares,
pero sólo con la invención del telescopio se emprendería su investigación sistemática. Unos
años antes, todavía sin telescopio, Kepler había encontrado una manera de ver el Sol y las
manchas sin sufrir las consecuencias de su brillo. En la primavera de 1611, Galileo realizaría el
detallado estudio telescópico de las manchas en que se cimentaría buena parte de su fama. Se
pondría en marcha inmediatamente un esfuerzo cooperativo internacional que permitió
objetivar la observación de las manchas. Si te interesa profundizar en dicho tema te
recomiendo leer: La investigación del Sol en la época de Galileo por Horst
Bredekamp

4. Influencias del renacimiento

Universidades
La aparición de centros de enseñanza o "universidades" en Europa
contribuyó a difundir el Renacimiento. En Grecia y en el mundo árabe
habían existido academias de enseñanza desde hacía siglos. Pero en el
transcurso de la Edad Media en Europa el estudio había quedado
relegado a los monasterio, donde el centro de interés había sido
inevitablemente la Biblia. Las primeras universidades que aparcen en
Europa medieval fueron las de París y Bolonia. Luego se difundurán al
resto de Europa. Todas las universidades europeas eran organizaciones
independientes que se regían por sus propias normas y leyes, pero poco
a poco quedarán bajo el control del gobierno estatal.
Nuevos horizontes
Así como en un período nuevo en las artes, también el Renacimiento
significó una época de inventos y descubrimientos. El siglo XV fue una
época de exploración, en la que se descubrieron continentes hasta ahora
desconocidos para los europeos. En Astronomía Nicolás Copérnico
(astrónomo polaco) lanzó la idead de que la tierra giraba alrededor del
Sol (y no al contrario como se había pensado hasta el momento).
Inventos como la brújula de bitácora, la pólvora y la imprenta
revolucionaron la sociedad europea.

Texto elaborado por la docente tomando como referencia datos de:


"Historia Mundial" Biblioteca Visual Juvenil, Ed. LIBSA, 2008, Madrid.
"Atlas de Historia del Mundo", Parragon Books Ltd., Edición española, 2006,
FUENTE: http://creartehistoria.blogspot.com/2010/02/renacimiento-cultural-
europeo.htmlBarcelona.

5. Quatrocento

6. Cincuecento

7. Principales Exponentes

Renacimiento Italiano
Introducción al renacimiento Italiano

Para poder comprender en su totalidad lo que una corriente tan compleja como la del
Renacimiento supuso, en primer lugar se hace necesaria una inmersión en las causas
desencadenantes de la misma. Así, es preciso señalar, antes de nada, que la crisis de los
valores conocidos, iniciada a mediados del s.XIV en Europa, dará origen a nuevos modos
de concebir y explicar la realidad, puesto que demostrado quedaba que los vigentes
estaban obsoletos.
Pestes, migraciones y desmoronamiento de los sistemas establecidos van a estar a la
orden del día en estos momentos, provocando una inversión de las estructuras; si, hasta el
momento, el poder emanaba piramidalmente desde un punto divino en claro descenso
"ordenado" por las diversas clases sociales, ahora la conformación de la ciudad como
centro económico va a contribuir a cambiar esta situación, oponiéndose a la estructura
feudal (con todo lo que este hecho supondrá).

Unido a esto hay que tener en cuenta también el desarrollo de un espíritu mucho más
crítico que desembocará en la "escisión" de lo profano y lo religioso, el avance de la
ciencia y la tecnología, el aumento en la difusión de la cultura y la aparición de una nueva
clase social enriquecida, con peso en la toma de decisiones por lo tanto, muy vinculada a
las urbes y que, con el tiempo, se convertirá en demandante de arte: la burguesía.

Y en este contexto de comienzos de la Edad Moderna, Italia se alzará como la gran


renovadora de antiguos sistemas artísticos, por medio de la reelaboración de la herencia
grecolatina y, principalmente, de la asunción de un humanismo que intelectualizará la
realidad, despojándola del sentido religioso en primera instancia.

Los motivos por los cuales este proceso tiene lugar inicialmente en la península itálica son
varios: por un lado, hay que tener en cuenta que el espíritu del gótico, así como sus
formas, no había terminado de arraigar en este país de igual manera que en el resto de
Europa. Además Italia era precursora en la moderna economía y en la organización política
del territorio (mediante sus ciudades-estado) y contaba con una enorme herencia literaria,
filosófica y artística clásica a la que se volverá la mirada a lo largo de los siglos XV y XVI.

Teniendo en cuenta toda esta serie de circunstancias y el cambio que se estaba operando
en la concepción del mundo, era lógico que los modos existentes de representación del
mismo llegaran a un punto en el que ya no fueran válidos, debiéndose encontrar otros
nuevos. Sin embargo, y como ya han señalado con anterioridad autores como Hauser, el
Renacimiento no supuso una completa "innovación" y ruptura con lo anterior sino que
muchas de las claves que en él se pueden
encontrar obedecen a la culminación de un proceso
de transición iniciado ya en el medioevo.

Lo que de novedoso aportará el Renacimiento es


su ideal antropocéntrico: el concepto de la posición
y el valor del hombre en el mundo va a
experimentar una suerte de revisionismo, pasando
éste a ser considerado eje central de la creación
puesto que es la obra más "perfecta" que en ella se
puede encontrar (muy unido a este hecho se puede
establecer el individualismo inherente a dicha
corriente renacentista). También será muy
señalado en estos momentos el afán por
comprender la realidad, al servicio del cual entrarán
a formar parte la ciencia y la técnica, adquiriendo
su desarrollo ahora un alto grado una vez liberado
de lastres pseudoreligiosos. Así, es el espíritu que
anima al mundo lo que cambia en el Renacimiento,
resultando todo este conjunto de factores decisivo
en relación a la historia del arte puesto que poseerá
su analogía en dicho campo (la representación se
hace más naturalista, surge la perspectiva, se
adecuan las proporciones a la percepción humana,
etc.).
El arte italiano del Renacimiento supondrá un resurgir de los modelos clásicos de la
Antigüedad, un interés por el estudio de la naturaleza y de la forma óptima de su
representación (cambia con respecto a la Edad Media no tanto la búsqueda del
naturalismo como el porqué de dicha elección), el intento de consecución de la armonía en
las composiciones (que se trata de conseguir por medio de la aplicación de leyes teóricas)
y la aparición de una mentalidad que considera individualmente a los artistas en función de
la calidad y los rasgos particulares de cada uno.

Además, y como ya se ha apuntado anteriormente, el mecenazgo varía en estos


momentos dado que ya no es la iglesia la única institución con capacidad para realizar
encargos o, incluso, adoptar bajo protección a determinados maestros. La aparición de
nuevas tipologías constructivas y representativas será un hecho vinculado a este
fenómeno en lo que respecta al mundo del arte, estando ambas muy vinculadas además
(la arquitectura civil va a demandar un tipo de decoración distinta a la religiosa, por
ejemplo).

Por lo general, y para simplificar el estudio de este periodo, el arte del Renacimiento en
Italia suele dividirse en dos grandes periodos, correspondiéndose el primero de los
mismos, el Quatroccento o Primer Renacimiento, con el siglo XV y el segundo,
denominado Cinquecento, con el XVI (será este su periodo de madurez). Sin embargo es
preciso realizar la matización de que previamente a ambos periodos habría existido un
primer momento "pre-renacentista" llamado Trecento (s.XIV), importante porque a lo largo
del mismo desarrollará su obra el magnífico Giotto di Bondone (considerado el iniciador del
Renacimiento), de la misma manera que, a mediados del s.XVI, se podrá advertir ya la
aparición de una contracorriente resultado de la crisis que Europa va a sufrir en estos
momentos y que, artísticamente, derivará en el nuevo estilo manierista.

1. Principes absolutistas:
2. Ciencia y Conocimiento:
3. Influencias del Renacimiento italiano en la Edad Moderna

4. Quatrocento:

Quattrocento Italiano
Introducción al Quattrocento Italiano

Se denomina Quattrocento al periodo del arte italiano correspondiente al s.XV


comprendido dentro de la corriente renacentista, encontrándose de esta manera
también la aplicación de las denominaciones de Primer Renacimiento o Bajo
Renacimiento para la designación de dicho momento.
Va a ser éste un siglo de descubrimiento por parte de la comunidad artística durante el que
la república de Florencia se constituirá en sede central de la misma, gracias al apoyo de
mecenazgo realizado por parte de grandes familias como los Médicis y al extraordinario
desarrollo económico del que será protagonista.

Arquitectura del Quattrocento

El retorno a las formas clásicas características del arte renacentista se dejará sentir en la
arquitectura del momento en toda la serie de motivos decorativos provenientes de la
Antigüedad, tales como guirnaldas, grutescos, capiteles corintios, etc. Sin embargo la
principal novedad no radicará tanto en la forma como en el diseño estructural; el cambio
apreciable a lo largo del paso de la Edad Media a la Edad Moderna concretado en la
sustitución del pensamiento religioso por el espíritu crítico y empirista tendrá
consecuencias en la forma de percibir el espacio y el tiempo (la cual repercutirá a su vez
en la arquitectura del momento).

Frente a la verticalidad propia de las catedrales góticas (símbolo del intento de unión del
hombre con Dios), en el Renacimiento será la tendente horizontal la gran protagonista,
junto con la perspectiva, que concreta la mirada en un punto de fuga, y la proporcionalidad
entre las partes. Además, se plantean ahora planes centrales en la construcción, no sólo
por la influencia de la herencia clásica sino también porque son mucho más adecuados a
la "medida" de la percepción humana que los longitudinales.

Los espacios interiores se diseñan para que el hombre pueda abarcarlos de un golpe de
vista, rompiendo con la tradición fragmentaria y secuencial de la Edad Media (el arte
medieval necesitaba de varios "tiempos" para poder ser apreciado en su totalidad, frente a
lo que sucede con el renacentista, en el que se intenta que toda la composición puede ser
entendida de una vez). Éstos van a ser unitarios, ligeros y diáfanos, además de que, en la
búsqueda de la coherencia estructural, se recurrirá al uso de las matemáticas a la hora de
proyectar el edificio.
Junto con esto, la aparición de una clase media profana con influencia y dinero va a
favorecer el desarrollo de la arquitectura civil, dando como resultado la realización de
bellos ejemplos de palacio, desligándose así la casi totalidad de la arquitectura del poder
religioso.

Principales arquitectos del momento van a ser Filippo Brunelleschi (artífice de la audaz y
grandiosa cúpula de la Catedral de Florencia, la Capilla Pazzi o el famosísimo Palacio
Pitti), Michelozzo (autor del Palacio Médicis-Riccardi), Leo Battista Alberti o Giuliano da
Sangallo.

Escultura del Quattrocento

La aparición de las formas renacentistas se habría insinuado mucho antes en la


escultura que en la arquitectura, quizá debido a la influencia de ciertos modelos
clásicos procedentes de la estatuaria funeraria o a la menor consideración que, frente
a la arquitectura, este arte suele llevar consigo normalmente (hecho que posibilita que
el cambio sea más fácil). Sea como fuere, es posible encontrar ya desde época previa
características muy vinculadas al posterior desarrollo de la escultura renacentista.

El interés por la representación de la naturaleza y el desprendimiento de una


consideración absoluta de tipo simbólico, a la cual quedaría supeditada la primera, se
pueden apreciar en la escultura del momento. Las composiciones siguen la pauta de la
búsqueda de la profundidad por medio del uso de la perspectiva y la plasmación de los
tipos humanos responde a una individualización y exactitud mucho más naturalista que
la medieval.

Grandes artistas que trabajarán la escultura serán Lorenzo Ghiberti (Puertas del
Baptisterio de Florencia) y Donatello (del que serán obras especialmente
representativas su San Jorge, el David y la estatua ecuestre del Condottiero Erasmo
de Narni, más conocido como el Gattamelata), junto con el "antecesor" de Miguel
Ángel en el empleo de las formas monumentales Jacopo Della Quercia, Lucca Della
Robbia (que trabajará en la Cantoría de la Catedral de Florencia asimismo) y
Verrochio.

Pintura del Quattrocento

La pintura del s.XV va a experimentar una enorme evolución, desde el empleo de las
formas aún ligeramente decorativas y el uso de dorados y vistosos colores de Fra
Angélico en la primera mitad del siglo hasta la consecución, por ejemplo, de los
magníficos sistemas compositivos empleados por Mantegna van a sucederse toda una
serie de aportaciones pictóricas que depurarán el lenguaje renacentista. Sin embargo,
puede apreciarse en general un interés por la representación volumétrica de las
figuras, la comunión narrativa de las partes y la representación verista de la naturaleza,
las dimensiones y la profundidad.

abitualmente se suele establecer una división de la pintura quattrocentista por escuelas


principales, en función de la zona geográfica:

Escuela de Florencia

De la Escuela de Florencia serán principales representantes los ya citados Fra


Angélico y Masaccio ("creador" de la perspectiva), además de Piero Della Francesca
(maestro en el uso de la luz), Ghirlandaio, Paolo Ucello (para el que será
importantísima la profundidad), Andrea del Castagno o el excelso Botticelli
(maravillosas serán sus exquisitas y melancólicas composiciones de temas
mitológicos).
Escuela de Umbría

La Escuela de Umbría, dentro de la que va a destacar Il Perugino, con sus


composiciones sensualistas destinadas al gran público.

Escuela de Umbría

La Escuela de Padua, con el pintor Andrea Mantegna (rotundo, enérgico, de una


intensa fuerza expresiva y una gran complejidad compositiva).

Escuela de Umbría

La Escuela de Venecia (en esta ciudad se introducirá el empleo de la técnica del óleo,
la cual posibilita la obtención de unos efectos lumínicos y de color muy especiales), de
la que serán puntos fuentes los hermanos Bellini y Vittore Carpaccio.

5. Cincuecento:

Cinquecento Italiano
Introducción al Cinquecento Italiano

Si Florencia había sido la ciudad del Quattrocento italiano,


Roma será la del Cinquecento; a lo largo del s.XVI la capital
artística de Italia va a "trasladarse" a Roma, principalmente
por la enorme influencia del Papado, el cual se convertirá
en gran protector de los artistas y contratante de obras
(además, debido a su enorme herencia clásica, continuaba
siendo una ciudad con un enorme tránsito de artífices a la
búsqueda de aprendizaje).

A lo largo del periodo correspondiente al alto Renacimiento


italiano, denominado Cinquecento, el arte se verá obligado
a adecuarse a las normas que el decoro imponga,
circunstancia derivada del hecho de que la mayor parte de
las obras serán encargos destinados a la decoración de
edificios religiosos. Junto con esto, hay que añadir que el
arte renacentista clásico alcanzará en estos momentos su
culminación, además de que el espíritu revisionista y
exhaustivo propio del Renacimiento dará origen a la
aparición de tratados compendiosos del lenguaje
empleado, sin olvidar tampoco que ésta será una época
condicionada artísticamente por el quehacer de grandes
figuras tales como Miguel Ángel, Rafael o Leonardo da
Vinci.

Con respecto a la división que suele establecerse del s.XVI


italiano en lo que respecta al arte se puede decir que, a rasgos generales, el clasicismo adquirirá
una potencia enorme durante la primera mitad del siglo siendo sustituido, a lo largo de la segunda,
por un barroquismo de las formas correspondiente al sentir manierista.
Arquitectura del Cinquecento

Equilibrio, austeridad, robustez y predominio de la arquitectura sobre la decoración son


características principales de las edificaciones cinquecentistas clasicistas, como se puede apreciar
claramente en las obras de uno de sus principales representantes, Bramante (magnífico será su
templo de San Pietro in Montorio, en el que recoge la herencia romana a través del uso de la
tipología de planta central circular). Se emplean ahora los volúmenes con un sentido plástico,
buscándose el contraste y el juego mediante la conjugación de las formas y el manejo de la luz
(elementos cuyo uso teatral se buscará deliberadamente, exagerándolo, durante el periodo
manierista).

Ésta va a ser una época de grandes construcciones y de grandes autores asimismo; a lo largo de
este siglo XVI se inicia el desarrollo y ejecución de uno de los más importantes planes
arquitectónicos como será el destinado a la creación de la basílica de San Pedro del Vaticano (es
preciso señalar de nuevo que Roma ostenta la capitalidad artística en estos momentos, además de
la cristiana, con lo que se hacía necesaria una intervención de estas características que viniera a
reforzar y recalcar dicha realidad).

Adjudicada inicialmente su construcción a Bramante, el fallecimiento del mismo dará lugar a la


elección del pintor Rafael, cuya participación en el proyecto se verá truncada de igual modo por su
muerte, siendo realmente el relevo del posterior elegido (Antonio de Sangallo el Joven) el
verdadero artífice del edificio: Miguel Ángel. Éste va a recuperar el plan inicial de planta central
propuesto por Bramante y a construir la magnífica cúpula que lo corona, convirtiéndola en
referencia de todo el conjunto.

Muestras de su tratamiento de la arquitectura serán también la ingeniosa escalera de la Biblioteca


Laurenciana de Florencia, el diseño urbanístico de la Plaza del Capitolio en Roma o la colaboración
que realizará en el Palacio Farnesio (modelo de palacio romano, será comenzado por Sangallo).

Para finalizar, merece la pena destacar dentro de la tendencia manierista a los arquitectos Vignola,
el cual creará en la Iglesia del Gesú, en Roma, un modelo posteriormente muy empleado y Andrea
Palladio (artífice del recurso denominado "ritmo palladiano", destinado a conseguir efectos de
movimiento y claroscuro, así como del Teatro Olímpico de Vicenza).

Escultura del Cinquecento

No es posible hablar de escultura renacentista italiana sin nombrar a uno de los más grandes e
importantes artistas de esta disciplina (y no sólo del momento) como es Miguel Ángel; la calidad de
su trabajo y su capacidad para obtener "vida" del mármol no puede, incluso a día de hoy, por
menos que causar una completa admiración.

En él es posible encontrar los distintos registros que se sucederán a lo largo de este s.XVI, desde
aquellas obras iniciales donde se acatan todas las reglas clásicas hasta el manierismo terrible, por
completo visionario, de sus "esculturas inacabadas" (ejemplo de las cuales puede citarse la Pietá
Rondanini).

Grandes obras, convertidas en hitos de la historia del arte, van a ser esculturas como el David
(tipología clásica, pero completamente novedosa en la forma de representación, en la que además
son apreciables la enorme fuerza intrínseca de sus personajes, la monumentalidad y el perfecto
conocimiento y ejecución de la anatomía característicos de la obra de Miguel Ángel), el Moisés
concebido para el sepulcro del Papa Julio II o la maravillosa Pietá vaticana.

Pintura del Cinquecento


Dos grandes figuras vendrán a completar la lista de maestros renacentistas, aunque esta vez en lo
que a pintura se refiere: Leonardo da Vinci y Rafael, el primero de los cuales será el prototipo
absoluto de hombre del Renacimiento (pintor, escultor, inventor, etc.).

Las obras de Leonardo poseen un cierto misterio (empleará la técnica del sfumato para envolver
sus representaciones de una especie de sugestivo velo difuminador) que las hace especialmente
sugestivas, además de que su maestría técnica y el enorme conocimiento que posee del cuerpo
humano le posibilitarán abarcar aquel registro de emociones que desee representar.

Gran observador de la naturaleza humana, el estudio psicológico realizado de sus personajes


queda patente en retratos como el de la universalmente famosa Gioconda.

Rafael, gustoso de modelos de una ingenuidad y belleza equilibrada en sus inicios, perfectos
ejemplos del más puro clasicismo, sufrirá una evolución enorme en su pintura a partir de la
asunción de diversas influencias, llegando incluso a rozar el Manierismo en sus últimas piezas.

Además, también será posible encontrar de nuevo la representación miguelangelesca en obras


como los frescos de la Capilla Sixtina, además de una veneciana en las figuras de Giorgione, el
maestro del color y las composiciones mitológicas Tiziano, el Veronés y el Tintoretto, sin olvidar a
los manieristas Correggio y Parmigianino.

Rafael Sanzio. Biiografía y obra


Introducción al mundo artístico de Rafael (1483-1520)

Rafael ha sido considerado históricamente, junto con Leonardo y Miguel Ángel, como uno de los
pilares del Cinquecento italiano, además de uno de los grandes genios de la pintura de todos los
tiempos. Deudor en sus inicios de influencias quattrocentistas, se erigirá en representante perfecto
del arte clasicista antes de que éste entre en su etapa de "decadencia" (y Rafael con él en sus
últimos años, arrastrado por el potente manierismo miguelangelesco).

Hay que señalar también que en su haber contará con una carrera como arquitecto, no
excesivamente conocida ni determinante para la historia del arte (si se exceptúa el encargo de
continuación de las obras de la basílica de San Pedro, de las que se hará brevemente cargo a la
muerte de su amigo Bramante).

Biografía de Rafael

Rafael Sanzio nace en Urbino en 1483, hijo de un pintor


no demasiado excelente, Giovanni de Santi, pero que tuvo
el buen criterio de encaminar los pasos de su vástago
hacia el mundo del arte. Será con el padre con quien inicie
Rafael su aprendizaje, ayudándolo en el desarrollo de
algunas de las obras que tenía encargadas en Urbino,
pasando posteriormente a conocer los rudimentos de la
pintura de manos de Timoteo Viti antes de ser enviado a
Perugia a formarse en compañía de Pietro Vannucci, más
conocido como El Perugino.

Pronto, el discípulo alcanzará al maestro, llegando incluso


a ser difícil distinguir lo ejecutado por la mano de cada
uno de ellos, como se puede apreciar en algunas obras primerizas como Coronación de la Virgen,
en la que Rafael colaboró realizando algunas figuras (hacia 1502). Durante toda la etapa inicial de
formación del artista va a ser apreciable la influencia del estilo peruginesco en su obra, influencia a
la que no se sobrepondrá hasta que no viaje a Florencia, conozca la obra de Leonardo y trabe
amistad con diferentes artistas que resultarán del mismo modo influyentes en su pintura (como Fra
Bartolomeo), surgiendo entonces un Rafael mucho más personal (que se tornará ligeramente
monumental una vez conozca en Roma la obra de Miguel Ángel).

Sin embargo, antes de asentarse en Florencia, va a viajar a Città del Castello, donde pinta la Pala
del Beato Nicola da Tolentino (su primer encargo conocido, datado hacia 1500 y del que no se
conservan apenas más que unos fragmentos), realiza una maravillosa Crucifixión para la Iglesia de
Santo Domingo (1503) y ejecuta su obra primeriza más importante: los Desposorios de la Virgen
(1504). Se cree que posteriormente debió viajar a Siena llamado por su amigo Pinturicchio para
realizar una serie de dibujos para la obra de decoración de la Catedral sienesa, sin embargo esta
colaboración no es segura y dicha teoría ha sido desdeñada por la crítica moderna.

Es hacia 1505 cuando se puede encontrar instalado a Rafael en Florencia, ciudad donde va a
llevar a cabo un buen número de encargos, algunos de los cuales darán lugar a esas
composiciones marianas que tanta fama le han otorgado, caso de la llamada Madonna del Gran
Duque (1504), la Madonna del Jilguero (hacia 1506), la Madonna de Casa Colonna (sobre
1507), La Bella Jardinera (finalizada por Ghirlandaio) o la Madonna del Baldaquino (encargada
alrededor de 1508 por los Dèi florentinos para el altar de la capilla que poseían en la iglesia del
Santo Spirito y que no llegará a acabar).

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