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ANALISIS

Las entidades pertenecientes al sector público pueden elegir las personas que consideren
idóneas para que ejecuten obras, presten servicios o suministren bienes, con el objetivo se
suplir o satisfacer carencias sociales. El gobierno Nacional ha plasmado las reglas, los
principios, las nociones jurídicas y conceptuales en el Estatuto General de Contratación
Pública constituido fundamentalmente por la famosa Ley 80 de 1993, la Ley 1150 de 2007 y
el Decreto reglamentario 1082 de 2015.

Las nociones jurídicas y los conceptos generales estudiados en torno a la contratación estatal
en nuestro país, se desarrollan de acuerdo a los principios y normativas que se mencionan a
continuación:

 LEY 80 DE 1993: Por la cual se expide el estatuto general de contratación de la


administración pública.
 LEY 1150 DE 2007: Por medio de la cual se introducen medidas para la eficiencia y
la transparencia en la ley 80 de 1993 y se dictan otras disposiciones generales sobre
la contratación con recursos públicos.
 1082 DE 2015: Por medio del cual se expide el decreto único reglamentario del sector
administrativo de planeación nacional.

Principio de igualdad: con base en su nombre consiste en otorgar trato igualitario y en las
mismas condiciones a todos los oferentes.

Principio de transparencia: de acuerdo con el artículo 24 de la Ley 80 de 1993 dicta que


“la escogencia del contratista se efectuará siempre a través de licitación o concurso público
salvo en aquellos casos que podrá realizarse de forma directa”.

principio de responsabilidad: se refiere a que todos los partícipes de la contratación deberán


cumplir con sus deberes así como también actuar conforme a ley, en virtud del principio de
economía el artículo 25 de la ley 80 dice que en los términos de referencia “se establecerán
los procedimientos y etapas estrictamente necesarias para la escogencia de la propuesta más
favorable”, y por último principio de selección objetiva en el cual la selección del contratista
se hará únicamente en función del ofrecimiento más conveniente para la entidad y para los
fines que ella busca, sin tener en cuenta factores de afecto o interés.
Siendo así, internamente al inicio de cada administración todas las entidades públicas
elaboran un presupuesto y un plan de adquisiciones con el fin de identificar las necesidades
de bienes, obras y servicios, cuya ejecución puede ser alimentada con recursos propios o
provenientes del tesoro nacional. Por ello, la oficina de contratación del ente respectivo debe
contar con el aval de la disponibilidad presupuestal para emprender sus labores. Surtido lo
anterior, se da apertura a la etapa precontractual donde se procede a establecer de acuerdo al
objeto del futuro contrato, la modalidad de selección del contratista y a diseñar y publicar en
el Sistema Electrónico para la Contratación Pública los estudios previos y el proyecto de
pliego de condiciones, es decir el “borrador” de las condiciones objetivas tanto del proceso
y de las características de la oferta, como del contrato.

Seleccionado el contratista, se prosigue con el perfeccionamiento del contrato con las firmas
de las partes, momento en que finaliza la etapa precontractual y comienza la fase contractual.
Ésta última concierne especialmente a la ejecución del contrato y a las actividades que se
deriven del mismo, para ello es preciso que la entidad contratante designe un supervisor para
el contrato celebrado, que sobre la base de las consideraciones anteriores corresponde a un
funcionario público quién será el encargado de realizar seguimiento a cada uno de los hechos
acontecidos, que además tiene la facultad de solicitar informes o aclaraciones al contratista
para mantener a la entidad bien informada de todas aquellas eventualidades ocurridas y de
este modo garantizar el desarrollo satisfactorio del objeto contratado

En consecuencia de lo expuesto, la contratación pública va más allá de la fijación de un


presupuesto, de la selección de un contratista y de la suscripción de un contrato, dado que es
indispensable que los que intervienen en ella posean pleno conocimiento de la normatividad
vigente aplicable, así como de las herramientas legales que evitan los posibles riesgos y actos
de corrupción. Como resultado, se tiene que para la adecuada articulación de los fines de la
contratación en Colombia se requiere que sus colaboradores se encuentren capacitados en
materia, formados con valores éticos y morales para el buen uso y optimización de los
recursos, invirtiendo en bienes y servicios de calidad que generan efectos benéficos para la
población.
El contrato civil puede ser conceptuado como aquel contrato ´por el que una de las partes se
obliga respecto de la otra a obtener un determinado resultado con su propia actividad
profesional, organización y medio, asumiendo su propio riesgo y la otra a pagar por ella un
precio cierto.

Clasificación de los contratos civiles.

 Unilateral: Quien se obliga es una parte, mientras que la otra no tiene obligación
alguna, por ejemplo, el contrato de préstamo de uso o comodato.

 Bilateral: Ambas partes se obligan, por ejemplo, en un contrato de compraventa el


vendedor se obliga a entregar la cosa y el comprador a pagar el precio.

 Gratuito: Solo beneficia a una de las partes, por ejemplo el contrato de donación.

 Oneroso: Ambos contratantes obtienen un beneficio.

 Principal: No depende de otro para existir, este es el caso del contrato de


arrendamiento.

 Accesorio. Depende de otro para poder existir, por ejemplo el contrato de prenda que
se da para garantizar el pago de un préstamo.

 Real: Se necesita para su validez la tradición de la cosa.

 Solemne: Se requiere que se cumplan ciertas formalidades establecidas en la ley.

 Consensual: Se perfecciona por el solo consentimiento de las partes.

 Conmutativo: Una de las partes se obliga a hacer algo equivalente a lo que la otra
parte va a hacer.

 Aleatorio: cuando se trata de algo incierto que depende del azar.

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