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Durante siglos la leche de camella ha sido un recurso indispensable en la

alimentación de los habitantes y nómadas de las zonas más áridas del planeta,
quienes han utilizado este “oro blanco” –como lo denominan en Kenia, segundo
país productor después de Somalia– para nutristrirse en sus travesías por el
desierto. Tanto es así que en África estos mamíferos rumiantes se han
convertido en una inversión segura contra la sequía y la migración. “Los
camellos están muy bien adaptados al cambio climático y han evolucionado
durante milenios para sobrevivir en climas secos y cálidos”, ha llegado a afirmar
Piers Simpkin, coordinador principal del programa de la Organización de las
Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO) en Kenia, a la
agencia Reuters.

En algunos países árabes, incluso, la leche de camella es considerada un regalo


de Alá por sus altos beneficios nutricionales ya que además de ser rica en
vitamina C, calcio y hierro, puede utilizarse como alternativa a los bancos de
leche materna para lactantes alérgenos. Una larga lista de propiedades que ha
situado a este lácteo en el punto de mira de los mercados occidentales, donde
ya se destaca un considerable aumento de la demanda en todas sus variantes;
desde barras de chocolate hasta helado o cafés “camelcino”. En las Islas
Canarias, por ejemplo, llevan explotando este alimento desde 2004 y en
California se ha convertido en un auténtico fenómeno gracias a las redes
sociales de celebrities como Kim Kardashian o Arianna Huffington.

Leche de camella

Propiedades y beneficios
Sustituto de la leche materna

Gerardo Caja, catedrático de Producción Animal de la Universidad Autónoma de


Barcelona, lleva años investigando las propiedades de la leche de camella en el
complejo zoológico Oasis Park de Fuerteventura. En su estudio se puede
determinar que este lácteo “no tiene una proteína que tiene la leche de vaca y que
nos es totalmente extraña, que es la betalactoglobulina, que tampoco está
presente en la leche materna. Es la proteína que hace que el recién nacido no
puede tomar leche de vaca si no está maternizada. Además, la de camella tiene
componentes positivos en cantidades muy elevadas, como puede ser la
lactoferrina o la lisofima.”, explica Caja en un artículo publicado en La
Vanguardia.

Fortalece el sistema inmunitario

La FAO defiende que la leche de camella tiene un contenido de vitamina C tres


veces más rico que el de la leche de vaca, contribuyendo así a mantener la salud
y la fortaleza del sistema inmune. También destaca el contenido en vitamina
B1 y vitamina B2, con una mayor presencia de tiamina que la que se encuentra
en la leche de oveja, cabra o vaca. Además, “la digestión de la leche de camella
es mejor que la leche de vaca por el tipo de proteínas que tiene y por el tamaño
de los glóbulos de grasa”, añade Gerardo Caja en el artículo de La Vanguardia
previamente citado.

Un estudio publicado en ‘International Journal of Health Science’ descubrió que


la leche de camella estaba protegida contra la leucopenia (recuento bajo de
glóbulos blancos) y otros efectos secundarios de la ciclofosfamida (un
medicamento tóxico contra el cáncer), respaldando las propiedades
inmunoestimulantes de la leche. El mismo medio también destaca que este
lácteo puede tener propiedades antioxidantes que ayudan a combatir el daño
de los radicales libres.

Previene el colesterol y la diabetes

Distintos Institutos Nacionales de Salud comparten la teoría de que la leche de


camella también contiene otros ácidos esenciales positivos como el Omega 3 y es
una buena fuente de grasas saludables, como los ácidos grasos de cadena larga, el
ácido linoleico y los ácidos grasos insaturados que pueden apoyar la salud del
cerebro y el corazón. La ‘European Journal of Clinical Nutrition’, por su parte,
desveló en un estudio que los niños diabéticos que habían tomado leche de
camello redujeron entre 9 y 13 unidades su dosis de insulina diaria. Teniendo en
cuenta que el 14% de población española es diabética, la leche de camella podría
ser una opción de mejora en su tratamiento.

Media taza (120 ml)

Valor nutricional
Los valores nutricionales de la leche de camella entera son similares a los de la
vaca . Sin embargo, es más baja en grasas saturadas. Según fuentes de
información nutricional de Self Nutrition Data, media taza (120 ml) de leche de
camello contiene los siguientes nutrientes:

Calorías: 50

Proteína: 3 gramos

Grasa: 3 gramos
Carbohidratos: 5 gramos

Tiamina: 29% del valor diario

Riboflavina: 8% del valor diario

Calcio: 16% del valor diario

Potasio: 6% del valor diario

ósforo: 6% del valor diario

Vitamina C: 5% del valor diario

 Los camellos se crían para la producción de leche en África y Asia.


 La población mundial de camellos se estima en 35 millones de cabezas.
 En el África subsahariana, los camellos contribuyen con alrededor del 5 por ciento de la producción
lechera total.
 Somalia es, con mucho, el mayor productor de leche de camella del mundo, seguido por Kenya y
Mali.

Camellos
Los camellos viven en África y Asia y la mayoría de las veces son criados por nómadas. Existen
dos especies de camellos: los camellos árabes de una joroba o dromedarios (Camelus
dromedarius) o camellos de las llanuras; y los camellos bactrianos de dos jorobas (Camelus
bactrianus) o camellos de las montañas. Los camellos se crían por su leche, carne, fibras (lana y
pelo) y para el transporte y otras labores; sus excrementos se utilizan como combustible. La leche
suele ser el producto más importante del camello y el alimento básico de los nómadas. Los
nómadas, cuando se desplazan en busca de pastizales, pueden vivir hasta un mes en el desierto
nutriéndose únicamente de leche de camella. Los camellos pueden producir más leche que ningún
otra especie lechera alimentándose con piensos de mala calidad. En en el norte de Kenia, por
ejemplo, los camellos produce mucho más leche que el ganado bovino. Se reconoce cada vez más
el valor y los beneficios que aportan los camellos por su leche, carne y fibras. Los productos
lácteos de los camellos pueden no solo proporcionar más alimentos a los habitantes de las zonas
áridas y semiáridas, sino también constituir una abundante fuente de ingresos para los pastores
nómadas.

Como por lo general la leche de camella se produce en sistemas con un bajo nivel de insumos y de
producción, cinco litros por día se considera un rendimiento aceptable. Las camellas lactantes
generalmente producen entre 1 000 y 2 700 litros por lactación en África, pero se tiene noticia de
que en Asia meridional producen hasta 12 000 litros por lactación. Las camellas alcanzan su mayor
rendimiento en el segundo o tercer mes de lactancia y producen leche en un período que oscila
entre los ocho y los 18 meses. El rendimiento lechero diario durante la estación húmeda suele ser
el doble del de la estación seca. La curva de lactancia de las camellas lecheras es similar a la del
ganado vacuno lechero, pero las camellas tienen una lactancia más persistente. Los camellos
árabes generalmente tiene un rendimiento lechero mucho mayor que los camellos bactrianos y se
utilizan cada vez más en sistemas intensivos de producción de leche.

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