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UNIDAD TEMÁTICA 1.

LA DEMOCRACIA

INTRODUCCIÓN

En esta primera unidad se aborda el concepto de democracia ya que el mismo,


junto con el de ciudadanía, es central en el pensamiento político de nuestro tiempo.
Además se puede afirmar que dichos conceptos se encuentran estrechamente
vinculados. Esto se debe a que sin democracia, no puede haber ciudadanía ya que la
misma implica el goce de ciertos derechos, que sólo en un régimen democrático,
pueden ser ejercidos. Si bien el concepto de ciudadanía es bastante complejo y se
abordará en la próxima unidad, se puede decir que se haya vinculado a una serie de
derechos establecidos históricamente, pactados socialmente y legalmente los mismo,
son producto de la historia de la humanidad, se han constituido y conquistado de
manera diferente en cada lugar del mundo y además están sujetos a constantes
debates y transformaciones.

Por otro lado, la relación existente entre derechos y sistema político de un país
es un fenómeno contingente, ya que varía en cada momento histórico y de nación en
nación. Por lo tanto, la relación conceptual que se puede establecer entre la
ciudadanía y la democracia se expresa en la historia particular de cada tiempo y
espacio.

En términos actuales, la ciudadanía implica la conformación de espacios


públicos para el debate, la reflexión y la propuesta de instituciones que den respuesta
a los requerimientos de los ciudadanos de hoy, sujetos de derechos que los ejercen
en forma conjunta con las responsabilidades que detentan con respecto a su
comunidad. Es decir, sin la participación activa del individuo, el concepto de
ciudadanía pierde su sentido original, de ahí la pertinencia de abordar la relación de la
ciudadanía con la concepción, construcción y permanencia de la democracia y en la
democracia.

1
1. La concepción de democracia

En esta unidad se analiza la democracia no sólo como forma de gobierno, sino


además, como forma de vida.

Antes de comenzar el recorrido teórico, cabe aclarar que aunque la democracia


sea uno de los sistemas políticos más difundidos en todo el planeta, no en todo
Estado esto es garantía de la vigencia de los derechos. Hay algunos que vulneran
estos derechos, por ejemplo cuando en sus constituciones se admiten y justifican
las desigualdades jurídicas entre varones y mujeres, como así también cuando se
establecen limitaciones a la libertad de expresión o de circulación.

A partir de lo expuesto, surge la necesidad importante definir lo que se entiende


por Estado de Derecho, es aquel estado que consagra jurídicamente la existencia de
los derechos humanos, se caracteriza por el imperio de la ley, la división de poderes,
la legalidad de la administración y consagración constitucional.

En el momento de su surgimiento histórico, quienes promovían la creación de las


instituciones del Estado de Derecho pensaban en garantizar los derechos civiles frente
a las monarquías absolutas. Posteriormente, el reconocimiento de los derechos
sociales condujo a una modificación profunda en las cuestiones en las que los Estados
debían intervenir y en las formas en que podían hacerlo.

1. 1. La democracia: concepto

La palabra “democracia” significa etimológicamente gobierno del pueblo.


Proviene de dos vocablos griegos: “demos”, pueblo, y “kratos”, gobierno. La
Democracia es una forma de organización social que atribuye la titularidad del
poder al conjunto de la sociedad. En sentido estricto, las decisiones colectivas
son adoptadas por el pueblo mediante mecanismos de participación directa o
indirecta que confieren legitimidad a sus representantes. En sentido amplio,
democracia es una forma de convivencia social en la que los miembros que
forman parte de dicha sociedad son libres e iguales y las relaciones sociales se
establecen de acuerdo a mecanismos contractuales.

La democracia surge en la Grecia antigua, en el siglo V a.C. La palabra


griega "democracia" ("el gobierno del pueblo") fue utilizada por los atenienses
para definir un sistema de gobierno, de la polis en el cual las decisiones eran
tomadas por la asamblea de ciudadanos1 y no por un rey o emperador como en
otras ciudades o imperios de la antigüedad.

La misma se define a partir de la clasificación clásica de las formas de


gobierno realizada primero por Platón, y posteriormente por su discípulo
Aristóteles. Dichos filósofos enunciaron tres clases básicas de gobierno: la
1
Los ciudadanos en la Grecia antigua no comprendían ni mujeres ni esclavos ni extranjeros.

2
monarquía (gobierno de uno), la aristocracia (para Platón gobierno de los
mejores, para Aristóteles, de los menos), y finalmente la democracia (gobierno
de la multitud para Platón y de los más, para Aristóteles).

Con respecto a las democracias, por un lado, existe una democracia


indirecta o representativa cuando la decisión es adoptada por personas
reconocidas por el pueblo como sus representantes. Por otro, en la democracia
participativa se aplica un modelo político que facilita a los ciudadanos su
capacidad de asociarse y organizarse de tal modo que puedan ejercer una
influencia directa en las decisiones públicas. Por último, hay una democracia
directa, cuando la decisión es adoptada directamente por el pueblo, mediante
plebiscitos vinculantes, elecciones primarias, facilitación de la iniciativa legislativa
popular y votación popular de leyes, concepto que incluye la democracia líquida.

Las tres formas de democracia mencionadas, no son excluyentes y suelen


integrarse como mecanismos complementarios en algunos sistemas políticos,
aunque siempre suele haber un mayor peso de una de las tres formas en un
sistema político adecuado.

Rousseau, el gran teórico de la democracia, consideraba que la misma


sólo podía ser directa. Según este autor, la soberanía no puede ser
representada, por la misma razón que no puede ser enajenada. La misma
consiste esencialmente en la voluntad general, que no se representa: es ella
misma o es otra, no hay término medio. En concordancia con lo expuesto, para
Rousseau, los diputados del pueblo no son ni deben ser representantes, son
solo comisionados, no pueden decidir nada. En tal sentido, toda ley que el
pueblo en persona no ha ratificado es nula, no es una ley.

Actualmente se reconoce otro tipo de democracia, que se denomina


semidirecta o mixta, se da cuando la representativa se combina con ciertas
formas de democracia directa como el referendum, la iniciativa, el veto y el
plebiscito.

1.2. El estilo de vida democrático

La democracia no es sólo una forma de gobierno, sino también un estilo


de vida basado en el respeto de la libertad, la dignidad de la persona humana.
La organización democrática se materializa y visualiza con elecciones libres,
división de poderes, rotación de funcionarios y respeto por las garantías
individuales. Todo esto constituye apenas un aspecto de la democracia, que es
el aspecto formal.

El sistema democrático además se nutre de ciertos valores y principios


que inspiran las estructuras de la sociedad y se reflejan en la vida cotidiana de
todos. En tal sentido, la democracia implica conciencia de ciudadanía, libertad
para actuar y responsabilidad. Todas estas cuestiones implican una elevada
base moral a construir. En un sistema democrático, se exige mucho más que
en uno monárquico, en el cual sólo se es súbdito, entonces la persona sólo se

3
limita a obedecer. La democracia supone ventajas tales como garantías,
libertad, tolerancia, pero a su vez requiere que todos asuman los valores
democráticos como propios.

1.3 Principios de la democracia

Se denominan leyes de la democracia a los principios generales que


caracterizan el sistema de gobierno democrático. Los mismos son:

 Participación popular: Esto significa que la ciudadanía ejerce el


gobierno, ya sea en forma directa en los casos de democracia directa, o
por medio de sus representantes, libremente elegidos a través del
sufragio, en los casos de democracia representativa.
 Predominio de la voluntad de la mayoría: Cabe aclarar que el
concepto de mayoría es variable. Muchas veces se dice que un sector
tiene mayoría simple cuando es el más numeroso pero no alcanza a
superar el 50% del total. Sin embargo, cuando un sector o partido
supera el 50% del total de votantes, se dice que logró mayoría absoluta.
 Respeto por las minorías y tolerancia de ideas y creencias. En el
concepto actual de democracia el predominio de las mayorías debe
complementarse con la protección de los derechos de las minorías.
Este principio se refiere a las minorías políticas y a las minorías
sociales, culturales o religiosas.
 Vigencia del pluralismo político. La plenitud de la democracia sólo es
posible a través de la libre existencia de partidos políticos.
 Vigencia de la libertad y respeto por los derechos humanos. Ésta
es una de las características que define a la democracia moderna como
algo más amplio que un sistema político, es también una forma de vida.

El hombre: Animal social o político

[…] Según el pensamiento griego, la capacidad el hombre par a la organización


política no es solo diferente, sino que se haya en directa oposición a la asociación
natural cuyo centro es el hogar y la familia. El nacimiento de la ciudad estado
significó que el hombre recibía además de su vida privada, una especie de segunda
vida, su bios politiko. Ahora todo ciudadano pertenece a dos órdenes de existencia,
y hay una tajante distinción entre lo que es suyo y lo que es comunal. No es mera
opinión o teoría de Aristoteles, sino simple hecho histórico, que la fundación dela
polis fue precedida por la destrucción de todas las unidades organizadas que se
basaban en el parentesco, tales como la phratria y la phyle. De todas las actividades
necesarias y presentes en las comunidades humanas, solo dos se consideraron
políticas y aptas para constituir lo que Arsitoteles llamo Bios politikos, es decir, la

4
acción (praxis) y el discurso (lexis), de los que surge la esfera de los asuntos
humanos […] de la que todo lo meramente necesario o útil queda excluido de manera
absoluta. (p.39)

Para analizar la relación entre democracia y participación se e sugiere


la lectura del siguiente artículo
http://unpan1.un.org/intradoc/groups/public/documents/icap/unpan029956.pdf (1)

2. Modelos de hombre, sistemas educativos y modelos de ciudadanos

La historia de la educación es parte de la historia de la cultura y, se podría decir


que la educación es la más importante manifestación de la cultura.

A lo largo del tiempo y de los distintos espacios, las culturas han señalado cuáles
son los ideales en relación con la educación, es decir, qué tipo de hombre se querría
formar, de acuerdo con los ideales, valores y costumbres, en función de los cuales,
cada cultura ha fijado los fines y objetivos de la educación.

En la antigüedad, en las culturas orientales, los modelos educativos más


representativos han sido: el utilitario de los egipcios, el militar de los persas, y el de los
hebreos basado en la religión, sin embargo, los herederos en cuanto a los valores
educativos predominantes actualidad, provienen de la cultura griega y romana
fundamentalmente, debido a que su educación griega y romana constituye el modelo
educativo de las culturas occidentales.

En la cultura griega surge un ideal de formación llamado paideia, término que


hace alusión al niño a quien se orienta la educación, y que expresa el ideal de
formación de hombre. Este ideal comprende la areté (virtud), es decir la apertura a los
valores humanos explayados en la vida civil, en las asambleas democráticas del
agora y en la participación de los ciudadanos en el gobierno de las ciudades-estado
libres. El mismo constituía la meta a conseguir por parte de los ciudadanos de la polís.
Este ideal se transformó a través el tiempo

Sócrates (469-399 a. C.) plantea el problema de la educación sobre la base de


los auténticos valores humanos y del intelectualismo. Por otro lado también plantea el
método socrático, es decir, la mayéutica2 socrática y la escuela del diálogo. Mientras
que Platón (428-348 a. C.), le otorga a la educación una orientación social y política, y

2
La mayéutica que proviene del griego y significa "dar a luz". Se le da este nombre pues Sócrates
tenía como ideología que el saber era dar a luz un nuevo conocimiento. Es el conocimiento a través del
cuestionamiento. Es una técnica que consiste en interrogar a una persona para hacer que llegue al
conocimiento a través de sus propias conclusiones y no a través de un conocimiento aprendido y
concepto pre conceptualizado. La mayéutica se basa en la capacidad intrínseca de cada individuo, la cual
supone la idea de que la verdad está oculta en el interior de uno mismo.

5
Aristóteles (384-322 a. C.) aporta un carácter más concreto y realista a la pedagogía y
coloca como fundamento de la obra educativa tres factores: naturaleza, costumbre,
discurso.

Se le sugiere la lectura de la alegoría de la caverna para profundizar la


concepción de Platón sobre la mayéutica.
http://www.unsam.edu.ar/escuelas/ciencia/docs/Platon%20El%20mito%20de%20la
%20caverna%20-%20Admisi%C3%B3n%20IEU.pdf (2)

Para visualizar de que se trata el método de la mayéutica se lo invita a


mira el siguiente video
https://www.youtube.com/watch?v=TAjxPTBVO9w

Con la conquista de Grecia por parte de Roma (siglo II a. C.), se efectúa la


transposición de la paideia al mundo romano y de ahí a toda la humanidad. El ideal
romano se basa en la figura del orator. Este ideal requiere una vasta cultura
intelectual, una gran habilidad oratoria y una competencia jurídico-política. En Roma,
aparece la figura de Quiltiliano (35-95 d. C.), considerado el educador por excelencia
del clasicismo romano. Él marcó la importancia de la educación desde la primera
infancia, la valoración de la familia y la necesidad de una formación moral y cultural,
con el fin de conseguir un buen orator.

Los griegos educaban para desarrollar la virtud, que era ser


ciudadano o sabio, los romanos educaban para formar al orador, y el modelo
educativo cristiano se basa en la virtud cristiana que prepara al hombre para su doble
destino terrenal y eterno.

En la Edad Media, a partir del siglo XIII, lo más importante es el surgimiento de


las universidades (Bolonia y La Soborna). Se rompe el círculo de las siete artes
liberales y se llega a la institución estable de distintas facultades (teología, filosofía,

La técnica consiste en preguntar al interlocutor acerca de algo (un problema, por ejemplo) y
luego se procede a debatir la respuesta dada por medio del establecimiento de conceptos generales. El
debate lleva al interlocutor a un concepto nuevo desarrollado a partir del anterior..
La mayéutica cree que el conocimiento se encuentra latente de manera natural en el alma y que
es necesario descubrirlo. Este proceso de descubrimiento del propio conocimiento se conoce como
dialéctica y es de carácter inductivo.

6
derecho, artes, medicina).

La Edad Moderna se inicia con el Renacimiento (siglo XV) y se caracteriza por


la renovación de la cultura clásica, de los estudios humanísticos, y el culto por la
antigüedad que se denominó Humanismo.

Para ampliar la información sobre humanismo y renacimiento se sugiere la


lectura del artículo de Ginzo Fernandez.
http://dspace.uah.es/dspace/bitstream/handle/10017/9450/humanismo_ginzo_IND_199
4.pdf?sequence=3 (3).

En el siglo XVII el pensamiento cartesiano da origen a la filosofía moderna. En el siglo


XVIII el “Iluminismo” alcanzó su mayor apogeo. Este movimiento elevó a la razón
como categoría hegemónica en el plano del conocimiento y de todas las actividades
del hombre. El iluminista más importante fue Jean Jacques Rousseau, cuya
concepción educativa está contenida en el Emilio (1762).

Para conocer más sobre lo postulado por Rousseau se le sugiere


remitirse a la sección textual, que se encuentra al final de la unidad temática.

En la misma época, Montesquieu, al referirse a la educación, expresaba, entre


otras cosas, que las leyes de la educación son las primeras que se reciben en la
familia y en cada forma de gobierno, y que éstas son las que preparan a los hombres
para ser ciudadanos.

7
En el siglo XIX se plantea el gran desafío de la alfabetización universal.
Disciplinas como la física, la biología, la historia, en claro detrimento de la filosofía, van
a surgir como modelos ejemplares de conocimiento. De aquí nace el positivismo, que
desdeña la metafísica y valoriza racional. A su vez, aparecen nuevas concepciones
políticas y económicas, como los ideales de democracia, igualdad, libertad y así el
Estado comienza a dirigir y supervisar la política educativa.

En la historia de la educación argentina, también se encuentran distintos


modelos de hombres a formar. Según Ramallo3 se la puede dividir en seis etapas:

Sería imposible en este trabajo referirse a cada una de ellas, pero se puede
hacer algunas observaciones relevantes de la historia de nuestra educación que
pueden llegar a ser útiles.

Primeramente se analiza el período de la Argentina organizada, que a su vez,


se puede dividir en dos períodos: el primer sub-período (1852/1880) correspondiente a
la organización nacional, y el segundo sub-período (1880/1910) que se puede
denominar “época de la nueva Argentina”.

En el primer sub-período, la caída de Rosas y la inmediata sanción de la


Constitución Nacional, perfila el nuevo modelo de hombre argentino, de acuerdo con
una concepción liberal de la época anterior. El objetivo era, según Esteban Echeverría,
formar al futuro ciudadano para que se desempeñara en la nueva sociedad
democrática.

Juan Bautista Alberdi, en su obra Bases4, dedica varios puntos a llamar la


atención acerca de la importancia de la educación –a través de la inmigración como
medio de progreso y de cultura– para organizar la República. Sólo a través de la
educación, decía Alberdi, se conseguiría elevar la capacidad de los pueblos a la altura
de las constituciones y de los principios proclamados por ellas.

Durante el transcurso de las llamadas presidencias históricas, de Bartolomé


Mitre (1862-1868), Domingo Faustino Sarmiento (1868-1874) y Nicolás Avellaneda
(1874-1880), se llevó a cabo la organización de un nuevo sistema educativo.
Predominan las ideas provenientes de la Ilustración, del positivismo, de la educación
utilitaria, se introducen las nuevas corrientes de la pedagogía francesa y de la
norteamericana.

Los principios que orientaron la acción educativa durante la presidencia de Mitre

3
Ramallo, Jorge María, Historia de la educación y política educacional argentina, Buenos Aires, Braga,
1989.
4
Alberdi, Juan Bautista, Bases y puntos de partida para la organización de la República Argentina,
Buenos Aires, Platero, 1991.

8
fueron principalmente el fomento de la enseñanza primaria y secundaria (se funda en
1863 el Colegio Nacional de Buenos Aires y los Colegios Nacionales de Catamarca,
Salta, Tucumán, San Juan y Mendoza).

Mitre sostenía que era necesario, que la inteligencia gobierne, que el pueblo se
eduque para gobernarse mejor, para que la razón pública se forme, para que el
gobierno sea la imagen y semejanza de la inteligencia, y esto sólo se conseguiría al
elevar el nivel intelectual y moral de los más instruidos y al educar al mayor número
posible de ignorantes para que la barbarie no venza5. Por lo tanto aquí predomina una
educación eminentemente elitista y aristocrática. Los colegios nacionales, creados
durante la presidencia de Mitre, tenían como objetivo formar a los hijos de la elite de
Buenos Aires y de las grandes ciudades para formar futuros dirigentes políticos.

Durante la presidencia de Sarmiento, se fundaron la Escuela Normal de Paraná


(1870), la Escuela Normal de Profesores Mariano Acosta (1874) y más tarde la
Escuela Normal de Profesores Mujeres (Normal nro. 1), el Colegio Militar, la Escuela
Naval y numerosas escuelas de enseñanza primaria. Si bien Sarmiento coincidía en
cierta medida con algunos de los aspectos de la educación planteada por Mitre, su
modelo era menos elitista. Sarmiento estaba obsesionado por la Educación Popular6,
por lo cual sentó las bases para la creación de los colegios normales para la
preparación de maestros. En 1874, también se funda la Facultad de Derecho de la
Universidad de Buenos Aires.

En 1875 se sancionó la Ley de enseñanza primaria 988 en la Provincia de


Buenos Aires que estableció que la educación común era gratuita y obligatoria. La
obligación sería de 8 años para los varones y de 6 para las mujeres. La instrucción
primaria podía ser recibida en las escuelas comunes, establecimientos particulares o
en la casa de los padres, tutores o personas en cuyo poder se encontraran los niños.
5
Citado por Manganiello, Ethel M. y Violeta E. Bregazzi, op. cit., p. 281.

6
Domingo Faustino Sarmiento escribió el libro “De la educación popular” en el año 1848 al
regresar de un viaje por Estados Unidos y Europa que había realizado por encargo del gobierno
chileno –en particular del ministro de Educación Pública de ese país–, entonces interesado en obtener
información sobre la educación escolar, financiamiento y métodos pedagógicos en uso en aquellos
países antes de encarar la legislación correspondiente en Chile. Este texto posee un tinte político,
recuerdos y memorias de su juventud, de su gestión en San Juan y un gran espacio destinado a la
transcripción de normativas y regulaciones escolares, pero también a las innovaciones pedagógicas de
alcance mundial en aquel entonces. Sarmiento constituye un sistema completo de educación popular
comenzando por las llamadas cunas, las salas de asilos y la escuela primaria. Se trata de un sistema
que ofrece formación tanto en materia de conocimientos como de moral y ciudadanía. Este libro
contiene el espíritu de nuestro sistema educativo. Sarmiento considera que la instrucción debe cumplir
con cuatro características para impartir una buena enseñanza: el espacio físico –remite a precisiones
tales como cuánto debe medir un aula, cuál es la superficie que tiene que tener y cómo debe
ventilarse–, el material completo, la formación de los docentes y un sistema general de enseñanza y
métodos particulares para cada área.

9
La ley dividió a la provincia en distritos escolares. Esta ley fue precursora de la Ley
Nacional sancionada en 1884.
En 1878 se sancionó la Ley Nacional 934, impropiamente llamada de libertad de
enseñanza, en que se estableció que los alumnos de los colegios particulares tendrían
derecho de presentarse a examen parcial o general de las materias que comprendía la
enseñanza secundaria de los Colegios Nacionales.

En el segundo sub-período (1880/1910) se consolidó el modelo liberal de


hombre argentino.

En 1881, como consecuencia de la capitalización de la ciudad de Buenos Aires,


se creó el Consejo Nacional de Educación para gobernar las escuelas primarias
situadas dentro del nuevo distrito federal.

En 1882 se reunió el Congreso Pedagógico y las resoluciones aprobadas se


conocen el nombre de Declaraciones, que incluyeron una serie de Capítulos: Difusión
de la enseñanza primaria; Principios generales de la educación del pueblo y de la
organización e higiene escolares; Régimen económico, dirección y administración de
las escuelas comunes; Organización y dotación del personal docente; Programas de
enseñanza; Métodos de enseñanza, y Educación de sordomudos. Las Declaraciones
excluyeron la religión como temática necesaria para la formación de la personalidad,
aunque destacaron la labor formativa de la familia.

En 1884 se sancionó la Ley 1420 de educación común que establecía la


enseñanza primaria obligatoria y gratuita, disponía que la religión podría ser impartida
por los ministros autorizados de los diferentes cultos, fuera del horario escolar (en la
práctica esto significó el fin de la enseñanza de la doctrina cristiana en las escuelas
oficiales). El carácter laico de la educación, se debe al objetivo homogeneizador y
nacionalizador que tenía la escuela, que pretendía no dejar fuera de la misma a la
gran diversidad de inmigrantes que habían llegado y llegarían a nuestro país..

La obligación escolar comprendía a todos los niños entre los 6 y 14 años y la


responsabilidad de su cumplimiento era de los padres, tutores o encargados. Dicha
obligación podría cumplirse en las escuelas públicas o particulares, o en el hogar. Los
contenidos mínimos abarcaban: lectura y escritura, aritmética, geometría, geografía
general y particular de la República Argentina, historia general y de la República
Argentina, idioma nacional, moral, dibujo, música, gimnasia y conocimiento de la
Constitución Nacional.

Además de las escuelas comunes, se contemplaba la existencia de jardines de


infantes, escuelas para adultos y escuelas ambulantes. La dirección y administración
de las escuelas públicas estarían a cargo de un Consejo Nacional de Educación. En
principio, la ley se aplicó para las escuelas de la Capital Federal, luego se extendió a
todo el territorio nacional a partir de la conquista del desierto; con la sanción de la Ley
Láinez 4874 de 1905 se extendió a las escuelas nacionales fundadas en las
provincias. Bajo dicha ley, se fundaron escuelas nacionales y solventadas
económicamente por el estado nacional, ya que existían provincias que aún no podían
sostener su propia educación.

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En 1885 se dictó la Ley 1597, denominada Ley Avellaneda en homenaje a su
autor, el entonces senador nacional, rector de la Universidad de Buenos Aires y ex
presidente de la Nación, Dr. Nicolás Avellaneda. El eje de los debates de esa ley
estuvo centrado en la autonomía de las universidades.

A esta fecha sólo existían las Universidades de Córdoba y Buenos Aires. Se


establecía que el rector sería elegido por la asamblea universitaria y su mandato
duraría 4 años en el cargo, pudiendo ser reelecto. La asamblea universitaria estaba
formada por los miembros de todas las facultades. La Ley Avellaneda obró como
instrumento para la organización plena de la UBA y en el año 1886 se sancionó su
primer estatuto.

Entre 1910 y 1930, tuvo lugar la reacción antipositivista y el resurgimiento del


pensamiento católico. Se renovaron la pedagogía y la didáctica, dando lugar a la
llamada escuela nueva, su principal representante fue John Dewey (1859-1952).Esta
nueva corriente basa su filosofía de la educación sobre la experiencia como
reemplazante de las lecciones estrictamente intelectualistas. Pero el modelo de
hombre argentino no se modificó demasiado respecto al perfilado por la generación del
80.

En 1918, en la Universidad de Córdoba se creó la Federación Universitaria de


Córdoba y más tarde, en la de Buenos Aires, la Federación Universitaria de Buenos
Aires. La reforma universitaria se manifestó como una prolongación de la reforma
política contra el régimen. Los radicales adhirieron a la misma. Producto de la
reforma, se modificaron los estatutos universitarios y se logró la participación
estudiantil en el gobierno universitario y la docencia libre y por concurso.

En el período de la Argentina alterada, se desarrolló, sobre todo, la educación


técnica y prosperó la enseñanza privada. Cobró importancia la educación de adultos.
Se fundó la Universidad Obrera Nacional (1948), luego transformada en Universidad
Tecnológica (1956), y se crearon las Universidades del Sur, Nordeste, Rosario, Río
Cuarto, La Pampa, Jujuy, Comahue. Las Universidades privadas que se crearon
fueron: la Católica de Córdoba, del Salvador, del Museo Social Argentino, Pontificia
Universidad Católica Argentina, entre otras.

En esta etapa, se intentó vincular la educación con el sistema productivo. Hasta


la llegada del peronismo, la educación tenía un carácter liberal, humanístico, con
escaso contenido técnico. Debido a la demanda de personal capacitado técnicamente
para la industrialización por sustitución de importaciones, se crearon escuelas técnicas
y la Universidad Obrera Nacional. En este sentido, podemos afirmar, que fue la única
etapa histórica en que se crea una educación vinculada al sistema productivo y al
desarrollo económico7.Desde 1955, la alternancia de los gobiernos civiles y militares
marcó la oscilación del modelo de hombre argentino.

7
Tesis expuesta en: Tedesco, Juan Carlos, Educación y sociedad en Argentina (1880-1945),
Buenos Aires, Solar, 1986.

11
3. El rol democratizador de la escuela

El Diseño Curricular vigente, sostiene que uno de los grandes propósitos de la


educación primaria es garantizar la participación de los estudiantes en una experiencia
escolar-institucional pluralista y democrática que les permita crecer en el pleno
ejercicio de la ciudadanía8.

Para llevar a la práctica el propósito dentro de las aulas, los estudiantes deben
tener claras y concretas posibilidades de aprender a usar y de hacer uso del lenguaje,
a lo cual se llega a partir de acuerdos de trabajo y de convivencia, por medio del
diálogo y la palabra. Pero, además, deben aprender a renovar y reformular dichos
acuerdos en búsqueda del el bien común.

Muchas veces, la escuela es el primer espacio público que lleva a los niños a
tomar decisiones, asumir consecuencias, plantear argumentos, hacer conjeturas o
tomar la palabra frente a sus pares, entre otras cosas. Y es aquí donde se genera el
verdadero concepto de ciudadanía: participando, debatiendo, haciendo oír su voz,
compartiendo ideas, produciendo conocimientos. En concordancia con lo expresado
por Rodino9, el camino educativo para construir prácticas democráticas se realiza a
través de impartir ciertos conocimientos, valores-actitudes y destrezas.

En términos generales la autora plantea que se deberían promover cuestiones


tales como:

1. La conciencia y comprensión de la forma en que una sociedad democrática


puede y debe funcionar, como sistema legal y político y como cultura de
convivencia.
2. La internalización de los valores que sustentan la democracia y los derechos
humanos y formación de actitudes acordes con ellos, incluyendo el interés, la
preocupación y la voluntad de contribuir a su defensa y mejoramiento.
3. La competencia en las prácticas necesarias para participar de manera plena
en una democracia y trabajar eficazmente por mejorarla.

Las mismas apuntan construir prácticas de interrelación, de organización y de


gestión colectiva. Al decir prácticas se refiere a acciones, conductas cotidianas
concretas que, precisamente por ser de naturaleza, democrática y respetuosas de los
derechos humanos, deben ser conscientes y asumidas libremente. Desde esta
perspectiva se rechaza cualquier adoctrinamiento dogmático o influencia
condicionante que pretenda producir respuestas automáticas y mecánicas. La meta
es formar sujetos para una acción autónoma, crítica y responsable guiada por
principios éticos.

8
Diseño Curricular de la Provincia de Buenos Aires para el nivel primario.
9
Rodino, Ana María: “Educación para la vida en democracia: Contenidos y orientaciones
metodológicas”. Disponible en:
http://www.derechoshumanos.unlp.edu.ar/assets/files/documentos/educacion-para-la-vida-en-
democracia-contenidos-y-orientaciones-metodologicas.pdf.

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¿Cómo educar para este tipo de prácticas? La cuestión metodológica es
medular. La teoría, la investigación y las experiencias exitosas muestran que una
estrategia educativa eficaz debe incluir tres componentes complementarios entre sí,
que se corresponden con los grandes objetivos o metas de la Educación Democrática.
Se trata de trabajar simultáneamente en la enseñanza y el aprendizaje de:

1. Saberes
2. Valores y actitudes.
3. Habilidades o destrezas (que, por mi parte, desde un enfoque de
psicología cognoscitiva, prefiero llamar competencias).

Se le sugiere remitirse a la sección citas textuales donde encontrará un


fragmento del texto: La educación y los nuevos desafíos de la formación del
ciudadano de Juan Carlos Tedesco.

SÍNTESIS

La palabra “democracia” significa etimológicamente gobierno del pueblo.


Proviene de dos vocablos griegos: “demos”, pueblo, y “kratos”, gobierno.

Se puede decir que la democracia es una forma de organización social que


atribuye la titularidad del poder al conjunto de la sociedad. En sentido estricto, la
democracia es una forma de organización del Estado en la cual las decisiones
colectivas son adoptadas por el pueblo mediante mecanismos de participación directa
o indirecta que confieren legitimidad a sus representantes. En sentido amplio,
democracia es una forma de convivencia social en la que los miembros son libres e
iguales y las relaciones sociales se establecen de acuerdo a mecanismos
contractuales.

La democracia no es sólo una forma de gobierno, es también y sobre todo un


estilo de vida basado en el respeto de la libertad y la dignidad de la persona humana.

Se denominan “leyes de la democracia” a los principios generales que


caracterizan este sistema de gobierno. Las fundamentales son: la participación
popular, el predominio de la voluntad de la mayoría, el respeto por las minorías y

13
tolerancia de ideas y creencias, la vigencia del pluralismo político, la vigencia de la
libertad y respeto por los derechos humanos.

Con respecto a la educación, se puede decir que principalmente en nuestro país,


existieron dos modelos educativos: el modelo de educación orientada a la formación
del ciudadano y el modelo de educación orientada a la formación del habitante
productor de riquezas. El primero tenía como objetivo la transmisión de conocimientos
orientados a la vida cívica o ciudadana, es decir a la formación de la persona
habilitada para participar en la vida política. El segundo modelo, tenía como objetivo
preparar a la persona para su desenvolvimiento en el sistema productivo y la inserción
en el mundo del trabajo, aunque no descartaba en algunos casos la formación política,
como en el caso del peronismo.

AUTOEVALUACIÓN
A modo de autoevaluación, conteste estas preguntas:

1. ¿Cómo se define la democracia?


2. ¿Qué implica un estilo de vida democrático?
3. ¿Qué modelos educativos existieron a lo largo de la historia de nuestro país y qué
concepción de ciudadano sustentaban los mismos?
4. ¿Por qué la escuela debe asumir un rol democratizador?

ACTIVIDADES DE REFLEXIÓN Y APLICACIÓN

1. Lee el fragmento del artículo de José Dominguez, titulado “Democracia y


Escuela” que aparece a continuación y responda:

 ¿Cuáles de los puntos de la educación democrática, según Rousseau, le


resultan más importantes y más actuales, según su criterio?
 ¿Cuál o cuáles de los puntos que aparecen en el artículo coinciden con lo
expuesto en la unidad?
 Realice una breve conclusión de lo leído en el artículo.

2. Lea el Texto de Tedesco que aparece en el próximo apartado y responda:

 ¿Cuál fue el rol histórico de la escuela?


 Compare lo leído en el fragmento con lo analizado en el recorrido histórico
que se ofrece en la unidad.

CITAS TEXTUALES

14
Dominguez, José. (2005). Democracia y Escuela. Aprender y vivir
la democracia.(Fragmento). Artículo presentado en Aula 2005, XIII Salón
Internacional del Estudiante y de la Oferta Educativa, que tuvo lugar en Madrid
del 9 al 13 de marzo del presente año. Disponible en:
http://www.revistadocencia.cl/pdf/20100731201035.pdf.

.
2.2. “Las características de la educación democrática, según Rousseau:

1. Es una educación que pretende eliminar toda coacción.


No hay un modelo previo al que deban adaptarse los educandos. Se trata de que
cada uno llegue a ser el que realmente es y puede ser. No se trata de dirigir, encauzar,
conducir o disciplinar a los educandos, sino de ayudarles a descubrir sus posibilidades
y su vocación y dejarles crecer.
Lo que se debe controlar y modificar es el medio, para que no impida el
desarrollo de cada uno. Este planteamiento influyó en la formulación de dos de los
principios educativos de las Escuelas Nuevas, que actualmente recobran su vigencia,
en el marco de la atención a la diversidad: el principio de individualización del
aprendizaje y el principio del aprendizaje autónomo y activo. Neill llevó este
planteamiento al extremo en su famosa escuela de Summerhill.
2. Es una educación desde la libertad natural para la libertad moral
Se trata de proteger a los educandos contra la socialización espontánea y
acrítica, que tiende a modelarlos de acuerdo con las pautas y opiniones donantes y
que se revela con una forma de alienación, encadenamiento y degradación. Rousseau
fue el primero que introdujo el concepto de “alienación” en la filosofía de la libertad. La
alienación consiste, según él, en dejar de ser uno mismo para convertirse en remedo
de lo que quiere la opinión de los otros. La educación como socialización crítica debe
buscar un equilibrio entre la adaptación e integración en la sociedad existente y la
distancia crítica frente a ella.
3. Es una educación que trata de superar la instrucción como asimilación
acrítica de los saberes clasificados y ordenados.
Se trata de aprender a pensar por sí mismos, es decir, lo que hoy se llama
“aprender a aprender”, “aprendizaje autónomo”, “autoaprendizaje”. Se enseña y se
aprende partiendo de los problemas que nos plantea hacernos cargo de las cosas.
Rousseau levantó un gran escándalo por su crítica del saber libresco. Esta crítica
influyó en el principio educativo de las Escuelas Nuevas de la globalización del
aprendizaje.
4. La educación democrática es una educación universal.
El primer paso para democratizar la educación es abrir las instituciones
educativas a todos los miembros de la sociedad. La burguesía revolucionaria,
consciente de la contradicción entre su lema democrático “libertad, igualdad y
fraternidad” y las desigualdades sociales, culturales, políticas y económicas, declara
por boca de Condorcet, que la educación es el primer factor compensatorio de las
desigualdades, limitándolas a términos razonables. Este es el origen del derecho

15
universal a una educación básica de calidad y el comienzo de la doctrina de la
igualdad de oportunidades.
5. La educación básica de todos los ciudadanos, para ser democrática,
debe ser igualitaria en sus fines, en sus contenidos y en sus métodos.
Lo primero que hay que suprimir es la educación clasista y elitista. Un estado
democrático no puede establecer una educación básica diferente para las distintas
clases sociales, ni organizarla en sus fines, contenidos y métodos, exclusivamente
desde los intereses económicos, sociales y políticos de las clases hegemónicas. Esto
chocaba con la tradición escolar y educativa de las Iglesias y de las élites.
6. La educación democrática debe ser pública.
“Público” se deriva del término latino arcaico “populicus”, que significa “popular”.
De acuerdo con el sentido fuerte que da Rousseau a la democracia como
autogobierno, una educación será “pública” o “popular”, si es para todo el pueblo y
está dirigida y controlada por todo el pueblo. Es obvio que las escuelas de las distintas
confesiones religiosas y las escuelas privadas que habían surgido para la formación
de las élites burguesas no podían aceptar este planteamiento. Por eso, a partir de la
Revolución Francesa, los Estados tienen que montar un sistema de escuelas
“públicas”, en las que puedan entrar alumnos procedentes de familias que profesan
diferentes creencias religiosas y políticas: creyentes de las distintas confesiones,
deistas, agnósticos, ateos, anarquistas, socialistas, librepensadores, etc. A esta
escuela también la llamaron “laica”, que es sinónimo de “pública”, porque “laikós” viene
del griego “laós”, que significa “pueblo”.
Esto generó dos polémicas encarnizadas, que continúan hasta hoy. “Escuela
pública” se interpretó como “escuela estatal” y se empezó a discutir la estatalización
de la enseñanza y si el Estado tiene derecho a dirigir la educación, etc. La otra
polémica fue la de la “laicidad”, que cuestionaba que el Estado pudiera organizar
escuelas, aplicando el principio de neutralidad religiosa e ideológica. Estos dos
malentendidos siguen generando debates interminables, enconados y estériles. […].
La escuela pública no es la escuela estatal, sino la escuela del “populus” o
pueblo, la escuela “laica” del “laós” o pueblo, la escuela “democrática”; es decir, la que
está organizada y controlada por el “demos” o pueblo y, consecuentemente, está
abierta a todos los miembros del pueblo por igual sin distinción de raza, de credo, de
sexo o de ideología.
Para ser pública, la escuela debe practicar el principio de neutralidad religiosa e
ideológica, en el sentido de que no puede estar subordinada ni promover una
determinada creencia religiosa o una determinada ideología. Esto debe ser compatible
con la libertad para expresar públicamente las propias creencias, convicciones y
opiniones con una tolerancia respetuosa a los demás. Los centros financiados con
fondos públicos o “populares” no prestan un auténtico servicio público o popular, si no
son democráticos en sentido fuerte y si, consecuentemente, no practican el principio
de neutralidad religiosa e ideológica.[…]
7. Una educación democrática debe formar a los educandos como
ciudadanos para desarrollar la convivencia democrática en todos los ámbitos de la
sociedad civil y para el control democrático del Estado. Esto implica que los contenidos
y los métodos educativos sean en sí mismos democráticos.

16
Tedesco, Juan Carlos. (1996). La educación y los nuevos desafíos
de la formación del ciudadano, Revista Nueva Sociedad Nro. 146. Noviembre-
Diciembre 1996, pp.74-89.

Los sistemas educativos y la formación del ciudadano

[…]El sistema educativo que hoy consideramos tradicional tuvo su origen a fines
del siglo pasado y respondió a los requerimientos políticos de construcción de la
democracia y de los Estados nacionales. Con diferencias según los países y las
culturas políticas, lo cierto es que a fines del siglo pasado se expandió la idea de una
sistema educativo articulado en niveles primario, secundario, superior –
correspondientes a las edades de las personas y al lugar que cada sector social
ocuparía en la jerarquía social. Este sistema, especialmente en su base, sería
responsable de difundir contenidos, valores y normas de conducta destinados a crear
vínculos sociales basados en el respeto a las leyes y la lealtad a la nación, por encima
de las pertenencias culturales o religiosas particulares. Los contenidos de la formación
del ciudadano estaban basados en las exigencias de la democracia y la nación, razón
por la cual las asignaturas más significativas fueron la historia nacional, la instrucción
cívica y moral y la lengua.
[…]La historia de los Estados nacionales así como la historia del sufragio
universal muestran la enorme importancia que tuvo la educación, entendida como
proceso de socialización, en la consolidación de la nación democrática. La
incorporación universal a la educación fue el instrumento a través del cual operó la
integración política y, como lo muestran los análisis históricos del proceso de
construcción nacional, la formación de la ciudadanía implicó una adhesión a la nación
por encima de cualquier otro vínculo de tipo ya sea religioso, cultural o étnico.10
La nación y la democracia son construcciones sociales y, por lo tanto, deben ser
enseñadas y aprendidas.[…]. En este sentido, lo propio de la formación del ciudadano
en el período de construcción y consolidación de los Estados nacionales y la
democracia fue el énfasis en los aspectos simbólicos, en los rituales y en la autoridad
con la cual fueron dotados los actores y las instituciones encargadas de difundir las
pautas de cohesión social, es decir, de aceptación de las reglas de la disciplina social.
[…]Si bien éste no es el lugar para una larga exposición histórica, parece
importante recordar aquí que la escuela, especialmente la escuela pública obligatoria,
como institución social encargada de socializar al conjunto de la población dentro de
ciertos códigos culturales, fue diseñada y se expandió como una institución que
reemplazaba a las agencias tradicionales de socialización: la familia y la Iglesia. […]
En el momento que la escuela fue diseñada como una institución especializada y
cuya responsabilidad no era de todos los actores sociales sino responsabilidad
fundamental del Estado en tanto institución que asume la representación de la
10
Pierre Rossanvallon: Le sacré du citoyen. Histoire du sufragge universel en France, Gallimard,
París, 1994.

17
voluntad y los intereses generales, el mensaje socializador de la escuela tuvo un
carácter innovador muy importante. Dicho mensaje representaba lo que se entendía
como la modernización frente al tradicionalismo de las otras agencias socializadoras.
La historia de la educación nos muestra que el proyecto educativo democrático tuvo en
sus orígenes una fuerte capacidad socializadora. Esta capacidad de incorporar al
conjunto de la población no sólo desde el punto de vista cuantitativo sino cualitativo
estuvo asociada a la concepción transformadora con la cual los actores del proceso
educativo, los maestros, los directores de escuela, los profesores, enfocaban su tarea
y con la manera como la sociedad en su conjunto percibía esta función. La literatura
pedagógica de la época refleja claramente esta concepción de la educación como
regeneración, como re- socialización, en el sentido sociológico del término11.
Buena parte de la eficacia socializadora del proceso de formación del ciudadano,
tal como fue concebido y aplicado especialmente en algunos países europeos en el
proceso de construcción de los Estados nacionales democráticos, se debe justamente
al carácter innovador de sus mensajes y a sus potencialidades integradoras. La
confianza en la educación y en la educabilidad de las personas eran elementos
fundamentales del éxito de la empresa de resocialización. En síntesis, la formación del
ciudadano basa- da en las categorías de democracia y nación tuvo un contenido
específico, actores claves y un diseño institucional y curricular coherente. La fertilidad
socializadora de este proyecto radicaba en que era portador de un sentido, en la triple
dimensión de su significado: fundamento, unidad y finalidad. El fundamento de la
propuesta estaba dado por el principio de la Nación como eje articulador sobre el cual
se apoya el proyecto colectivo; la unidad se basaba en el nivel significativamente alto
de articulación de las «imágenes del mundo» que brindaba una propuesta ideológica
capaz de ofrecer a todos la visión de un sistema donde había un lugar para cada uno
en la estructura social; la finalidad, por último, estuvo basada en la proyección de la
posibilidad de un futuro siempre mejor, de una ampliación progresiva de los espacios
de participación, de libertad y de justicia12.

BIBILOGRAFÍA

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Dominguez, José. (2005). Democracia y Escuela. Aprender y vivir la democracia.
(Fragmento). Artículo presentado en Aula 2005, XIII Salón Internacional del Estudiante
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Dirección General de Cultura y Educación. (2008). Diseño Curricular, Primer Ciclo, La
Plata: D.G.CyE.
Dirección General de Cultura y Educación. (2008). Diseño Curricular, Segundo Ciclo.
La Plata: D.G.CyE.

11
5 Berger y Luckman: La construcción social de la realidad, Amorrortu, Buenos Aires, 1968.

12
6 Zakï Laïdi: Un monde privé de sens, Fayard, París, 1994.

18
Dominguez, José: Democracia y Escuela. Aprender y vivir la democracia.(Fragmento).
Artículo presentado en Aula 2005, XIII Salón Internacional del Estudiante y de la Oferta
Educativa, que tuvo lugar en Madrid del 9 al 13 de marzo del presente año. Disponible
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