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Uno de los productos que más ha utilizado el ser humano desde sus orígenes es La miel, su
uso se remonta a los primeros pobladores del planeta, que no tardaron en percatarse que
el fluido meloso que elaboraban las abejas en sus panales gracias al néctar de las flores, iba
ser una ayuda indispensable en un amplio abanico de ámbitos.
Aunque actualmente resulte difícil creerlo, los hombres y mujeres de la Edad de
Piedra expresaron en sus pinturas rupestres el trabajo de recogida de la miel. Un ejemplo
se encuentra en las Cuevas de la Araña situadas en la localidad valenciana de Bircop. Allí se
descubrió un dibujo que data de 7.000 años A.C. donde un hombre, con una cesta a la
espalda, mete la mano en un panal de abejas para extraer la miel.
A pesar de estas primeras pruebas que acreditan su recolección, lo que está claro es que la
historia de la miel y su origen, se sitúa en el mismo momento en el que estos insectos y las
flores hicieron su aparición en la Tierra. Esto se produjo en el Cenozoico; en la actualidad
se extraen de las colmenas diferentes productos como son: miel, cera, propoleo, polen,
jalea real, material biológico.
Países como Alemania, Suiza, Europa Central, son grandes consumidores de miel de abejas
por historia y cultura, son grandes conocedores de su valor alimenticio, su diversidad de
colores y sabores; por el contrario Japón, Estados Unidos, China son grandes consumidores,
conformando así un mercado atractivo.
Con base a lo anterior nuestro proyecto inicial es de producción de miel de abejas, propoleo,
polen, cera y jalea real de manera artesanal.
PLANTEAMIENTO DE LA SITUACION
JUSTIFICACION
Los diferentes productos obtenidos de una colonia de abeja sobresalen con un sinfín
de beneficios alimenticios y nutricionales, cuya demanda se incrementa año a año,
El directivo considera que el país tiene todas las condiciones y la riqueza para ser
líder apícola en la región, pues hay un preocupante desperdicio de recursos.
Reconoce que hay interés de empresas tanto locales como externas que quieren
realizar inversiones y esto lo debe aprovechar el sector, con el fin de ganarle la
batalla a las importaciones ilegales. “Si no hacemos la tarea, otros la van a hacer
por nosotros”, dice Diazgranados.
En Colombia cada vez hay más interés por el desarrollo de esta actividad; diferentes
entidades del estado están convocando a pequeños y grandes apicultores para que
se organicen mediante asociaciones, a la vez que están realizando capacitaciones
en el territorio Nacional, cabe anotar que el 90% de la apicultura colombiana está
representado por pequeños apicultores que en promedio no manejan más de 20
colmenas. “Es necesario proteger la apicultura artesanal y si es posible llevarla a
mediano tamaño. No se pueden establecer normas y regulaciones que terminan
afectando a los pequeños productores”, dice Fabio Diazgranados, presidente de la
Federación Colombiana de Apicultores y Criadores de Abejas (Fedeabejas), quien
precisa que en el país hay unos 3.500 apicultores, que generan alrededor de 7.000
empleos directos y unos 20.000 indirectos.
Para el desarrollo de nuestro proyecto en la fase inicial contamos con dos (2)
colmenas de abeja Apis Mielifera con una población aproximada de 120.000
unidades biológicas como material de pie de cría, posteriormente realizamos
convenio con la empresa BIOHUERTOS, ubicada en Tocota, la cual --------------
De los múltiples beneficios del material biológico que nos aportan las abejas tenemos
como proyecto la fabricación de hidromiel, un producto que trae consigo siglos de
historia y tradición que tiene como característica inigualable una mezcla de un buen
vino y un elemento único como la miel a la que se le atribuyen propiedades benéficas
para la salud
La miel natural es aquella que no ha sido calentada por encima de los 60°, ni
sometida a ningún proceso, a diferencia de la miel industrial, la cual se pasteuriza.
Con la pasteurización se evita que se cristalice, pero también reduce drásticamente
la calidad de la miel, puesto que en el proceso se destruyen en la mayoría de
enzimas, antioxidantes y otras propiedades beneficiosas como su acción
antibiótica. (Berjano 2014)
MATRIZ DOFA
APICULTURA EN COLOMBIA
El cultivo y manejo de abejas en nuestro país, es una actividad de tipo agropecuaria
que se viene desarrollando desde la época precolombina. Algunas referencias
históricas demuestran que dentro las actividades que tenían los muiscas en el
altiplano oriental, estaba el cultivo de abejas, de las cuales se supone que eran
abejas sin aguijón puesto que la introducción de abejas melíferas (Apis mellifera) se
realizó posteriormente a la llegada de los españoles.
Los indígenas utilizaban la miel para endulzar algunas bebidas y otros alimentos y
en la orfebrería trabajaban con la cera. Los tayronas, quienes vivían en la Sierra
Nevada de Santa Marta, eran apicultores muy destacados y también aprovechaban
la miel en alimentos y la cera en orfebrería. De igual forma, los Chibchas cazaban
abejas y se beneficiaban de los nidos silvestres que hallaban en las riberas de la
cuenca del río Cauca, también cosechaban la fina miel y colectaban la cera, según
lo enuncia el español Pedro de Espinel (Nates-Parra, G. 2004): “tienen (los indios)
en sus casas y a la redonda de ella muchas colmenas de que sacan muy excelente
miel; las abejas son muy pequeñas y prietas y no saben hacer mal; la cera no es
muy buena porque no (la) saben sacar y es prieta; la miel es muy blanca, muy clara
y muy delgada...” Así mismo, Juan de Santa Gertrudis en 1775, menciona varias
clases de abejas de donde los indígenas producían grandes cantidades de cera y aún
más de miel. Siglos después la apicultura siguió desarrollándose aisladamente de
forma rústica, en pocas regiones del país y con un crecimiento muy bajo. finales del
siglo XIX y principios del XX, se logran avances significativos en la apicultura
colombiana, siendo estos logrados por el sacerdote italiano Remigio Rizzardi
perteneciente a la orden de los salesianos. De igual forma, el Ministerio de la
Economía, inició en la época la importación de abejas de diferentes razas (italiana,
alemana, holandesa, caucasiana, carniola) permitiendo el fomento de esta actividad
en nuestro país. Más adelante Rizzardi sería reconocido como el precursor de la
apicultura nacional, luego de fundar el primer apiario científico de abejas italianas
en el Noviciado de Mosquera - Cundinamarca y de promover todo tipo de actividades
apícolas; también escribió el libro Apicultura Racional con el ánimo de difundir los
conocimientos de apicultura en el campo colombiano, publicado en 1933, después
de su fallecimiento (1912). Lamentablemente nadie continuo con la actividad apícola
de la misma intensidad como el sacerdote la venía realizando. Desde el año de 1927,
existieron valiosos aportes en apicultura de personas que encontraron en las abejas,
una forma diferente de fortalecer un poco la economía rural. Muestra de ello fue la
iniciativa de Pedro Pablo Pérez Chaparro, quien inducido en la apicultura por el
sacerdote francés Gonzalo Carlos, difundió los conocimientos apícolas en las
regiones de Boyacá, Casanare y Santander, y fundó el Apiario Colombiano apicultura
Pérez, el cual era conocido por su actitud creativa. Después de los años 1930, se
comenzó a implementarse en el país la famosa apicultura moderna, lo cual generó
un cambio considerable en el tipo de aprovechamiento rústico que se venía
realizando. El Ministerio de la Economía realizo una importante labor con los
programas periódicos de exportación de abejas, en colaboración con algunas
empresas y entidades. El Ministerio de Agricultura mediante la Dirección de
Agricultura, hacia los años 1950 crea la granja experimental La Picota, en la cual se
hacía una exposición frecuente de los diferentes tipos de producción agropecuaria
con especies menores. Posteriormente se creó la apicultura rústica que hace
referencia a la anterior técnica que utilizaba colmenas con simples cajones o
estructuras vacías (troncos huecos, etc.) sin cuadros extraíbles para los panales ni
parte móvil alguna. Por lo general consistía de un cajón rústico en madera que
llevaban dos travesaños cruzados en el medio para sostener el peso de los panales,
construidos irregularmente por las abejas. Esta técnica no permitía un adecuado
aprovechamiento de los productos.
En 1953 La División de apicultura en la Oficina de Industria Animal, desarrolla la
Campaña Apícola Nacional con la que se lograron capacitar a nivel nacional grupos
considerables de apicultores. En 1956, se logró intensificar la apicultura en Colombia
debido a las actividades de capacitación y divulgación, principalmente por medio de
la televisión nacional que realizó el señor Gabriel Trillas, gracias a la experiencia en
su apiario La Conchita, ubicado en Funza - Cundinamarca. Este esfuerzo le permitió
destacarse como unos de los primeros apicultores en comercializar los productos
apícolas en el país y posteriormente escribir el libro Vida de las abejas, el cual fue
conocido como un documento técnico de apicultura rentable. Finalmente, en 1959,
es fundada la Asociación Nacional de Apicultores. Ocho años después, el señor
Miguel Gómez, promotor de la actividad apícola, ofreció un reconocimiento al trabajo
del padre Rizzardi en agradecimiento a la apicultura colombiana. Esto conllevó a la
designación del 26 de abril como el día del apicultor colombiano, fecha celebrada
desde 1956 cuando se realizó el primer congreso de apicultura en Colombia. Los
apicultores desde entonces, se reúnen para intercambiar sus experiencias, logros y
problemas en el tema (Salamanca, G.)
El progreso del sector apícola en Colombia fue interrumpido por la entrada de la
abeja africanizada en nuestro país, dividiendo el desarrollo de la apicultura en dos
etapas: la primera hace referencia a los antecedentes y la transición de la apicultura
moderna y se presenta hasta finales de los años setenta; la segunda, etapa
corresponde desde la entrada e invasión de la abeja africanizada en el territorio
nacional, hasta nuestros días. La introducción de la abeja africanizada en 1978,
obligó a los pequeños productores a abandonar la mayoría de los apiarios por el
desconocimiento en el manejo de un tipo de abeja mucho más agresiva que la
conocida hasta ese momento. Esta situación afectó notablemente a los diferentes
programas de fomento apícola, promovidos hasta 1983, los cuales buscaban
fortalecer el sector con el objeto de diversificar algunos cultivos e incrementar la
productividad de la economía rural y lograr una mayor participación en los mercados
nacionales e internacionales de la época. Quizás el ejemplo más claro de la época
se presentó cuando el país vivía un auge apícola en el cual se estimaba que la
cantidad de colmenas existentes era de 120.000, sumadas a las 40.000 nuevas
colmenas instaladas a cargo de la Federación Nacional de Cafeteros en algunas
zonas del país, con el propósito de lograr la diversificación del cultivo de café con la
producción de miel. Paulatinamente, esta iniciativa se perdió por la africanización de
las colmenas instaladas. Una de las actividades que prácticamente desapareció, fue
la importación y cría de abejas reinas europeas, de las cuales aún quedan
descendencias en muy pocos sitios aislados.
Algunos estudios afirman que las abejas africanizadas entraron al territorio
colombiano por los Llanos Orientales procedentes de Venezuela, a finales de 1978.
(Mantilla C. 1997 - Vásquez R. y Tello J. 1995). Al año siguiente, estas abejas ya
habían avanzado por los departamentos de Vichada, Arauca y Casanare. Identificada
la presencia de las abejas en los Llanos Orientales y de acuerdo con la velocidad con
que recorrieron Venezuela (de 300 a 400 km/año), se estimó que hacia 1983 el país
posiblemente estaría invadido de abejas africanizadas. El otro posible lugar por el
cual entraron las abejas, fue por el departamento de la Guajira, lo cual les permitió
ingresar al norte y centro del país por el valle del Cesar. A pesar de que se creía que
la colonización de las abejas africanizadas, sólo se podía hacer hasta los 1.500
msnm, hoy en día vemos que estas abejas se adaptaron perfectamente a las
condiciones climáticas y geográficas de nuestro país, tolerando áreas frías como la
sabana de Bogotá y los bosques altoandinos. Actualmente la practica de la apicultura
se ha venido incrementando en los últimos años, gracias al desarrollo y conocimiento
técnico que se viene realizando en el manejo de las abejas africanizadas, a las
bondades que aportan los productos apícolas en salud y alimentación y al alto
beneficio económico que se genera frente a la baja inversión y esfuerzo de trabajo
que representa. El gobierno, así como diferentes entidades como el SENA han
promovido en los últimos años capacitaciones con el fin de fomentar la protección
de la especie y la producción de miel y sus derivados y también por la necesidad de
agremiar a los productores (artesanales, semindustriales e industriales) y
comercializadores de las diferentes regiones del país.
HIDROMIEL
El Hidromiel hecho por fermentación de miel con agua, fruta, y aromatizante, tiene
una larga y respetable historia (miles de años antes de Cristo), la bebida alcohólica
con mayor tiempo de existencia, siendo considerada la bebida de los dioses y de los
héroes. Compuesta por agua y por miel, elaborada a través de un proceso de
fermentación. Su descubrimiento fue casual, dado por la fermentación natural de la
miel.