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Discurso

Obsolescencia Programada

Fabio Albeiro Velasquez


Noviembre 25 de 2019

Politécnico Jaime Isaza Cadavid


Tecnología en Producción de Televisión
Globalización
Denis Zuley Murillo
Cuantas veces nos ha pasado que hacemos uso adecuado de un
aparato eléctrico y un día sin saber por qué ha dejado de funcionar, te
preguntas qué ha podido suceder y no logras entenderlo. Luego de
esto tienes dos opciones, llevarlo a reparar o adquirir un nuevo
aparato. Al final tendrás que optar por la segunda opción, por que
incluso puede salir más costoso mandarlo a reparar que adquirir uno
nuevo, este tema es muy complejo. Pero a lo que voy, ¿sabes que
este fallo se debe a algo denominado obsolescencia programada?

Aproximadamente en los años veinte se desarrolló un nuevo modelo


de mercado. El de la fabricación de productos con una progresiva
reducción de vida de manera premeditada, siendo prácticamente un
objeto de usar y tirar.

Actualmente un chip limita el tiempo de vida útil de las impresoras, las


bombillas están diseñadas para durar mil horas cuando podrían durar
cien años, y así sucede en la mayoría de los artículos que utilizamos
cotidianamente. Las grandes compañías de celulares lanzan modelos
de manera continua, incluso las actualizaciones hacen que los equipos
se vuelvan lentos y pierdan muchas de las cualidades iniciales.

En el campo de los automotores vemos como las piezas de los


vehículos son diseñadas con vida útil, los materiales son menos
duraderos y de calidades inferiores.

¿Cómo lo hacen? Generalmente la obsolescencia la planifica el


fabricante. La operación es simple pues basta con la inclusión de
pequeñas piezas en nuestro producto, que por medio de un estudio
optimo determinara su tiempo de vida útil, así estos no tarden
demasiado en dar problemas, inclusive apenas se cumple la garantía.
De esta manera además de ahorrarse material, logran que nos
veamos en la necesidad de repararlos o substituirlos.

Tiempo después sucederá lo mismo el producto fallara en algún


momento, empezando nuevamente el ciclo, permitiendo que la rueda
del consumismo nunca se pare.
El objetivo de la obsolescencia programada es el lucro económico,
por lo que el cuidado y respeto hacia el medio ambiente en general,
pasa a un segundo plano de prioridades.

El problema se basa en la gran cantidad de residuos que se originan


actualmente al realizarse este fenómeno una y otra vez, cada día, en
todo el mundo.

Anualmente se esta generando más de 40 millones de toneladas de


basura electrónica, tres veces superior al ritmo del resto de residuos
sólidos urbanos. De hecho, la cantidad de basura electrónica que se
genera ya llega a los elevadísimos niveles de residuos de envases
de plástico, con la diferencia de que los residuos de aparatos
eléctricos y electrónicos son mucho más peligrosos si no se tratan
correctamente.

¿Y para que hacen todo eso? Si los fabricantes crearan productos tan
buenos que durasen demasiados años, las compañías venderían
mucho menos y, por tanto, dejarían de ingresar a su capital el alto
porcentaje de ganancias que tienen hasta ahora.

Lo anterior plantea la duda si es ético y legal que las empresas


fabriquen productos con la finalidad de llegar a ser obsoletos, y como
es que el mercado no castiga a los productores que utilizan la
obsolescencia programada, y no beneficia a la fabricación de
productos durables. La respuesta está en que el actual sistema de
mercado sólo se interesa en el factor precio, es decir en el factor
financiero, siendo el que regula la totalidad de las economías
modernas.

Llegando a este punto podemos comprender el por qué nuestros


productos fallan a un determinado tiempo y necesariamente
acabamos comprando otro. Y eso es precisamente lo que se busca,
que cada vez nos duren menos, para así tener que gastar más y más.

Sin embargo, para la industria, la obsolescencia programada estimula


positivamente la demanda, al impulsar a los consumidores a comprar
aceleradamente y sin necesidad real, nuevos productos.
Con esto no pretendo que se deje de adquirir productos, esto es algo
que no sucedería, pero debemos adquirir conciencia del consumo
desmesurado que venimos haciendo y comprar solamente lo útil y
necesario.

Vivimos en una sociedad en la que nos dejamos influir por las modas.
Compramos y tiramos un producto, aunque nos funcione, por el simple
hecho de que ‘’ya paso de moda’’ o ‘’que dirá la gente’’. Ansiamos lo
nuevo, lo moderno, para vernos y sentirnos supuestamente ‘’bien’’, sin
detenernos a pensar lo que estamos haciendo.

Y la pregunta quizá sea ¿si esto ocurre con los llamados “artículos de
lujo”, que no ocurrirá con los alimentos o las medicinas?

Finalmente, quiero recordar que la obsolescencia programada es el


deseo del consumidor de poseer algo un poco más nuevo, un poco
antes de lo necesario. Es el motor secreto de nuestra sociedad de
consumo.

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