Вы находитесь на странице: 1из 4

U n d i s p a r o a l a e t e r n i d a d , pp.

116-120
s19y05
El campo de trabajo de la Acción Católica
La finalidad de la Acción Católica es clara: "Obtener una colaboración del laicado
en el apostolado jerárquico de la Iglesia". Sin embargo, hay muchas deformaciones de
este concepto y a veces dificultades en la aplicación. En algunas partes se ha comenzado
con entusiasmo y luego ha venido la desilusión. Ha habido error de método.
I. Veamos esos métodos erróneos.
1. Método Relámpago. Aterrados ante los males del paganismo moderno, quieren
solucionarlos inmediatamente. Han leído algún manual rápidamente y fundan algo que
llaman Acción Católica: Sociedad de socorros mutuos, sociedad de beneficencia,
deportiva, o compañía dramática. Y el tiempo de la nueva sociedad se gasta en distraer
a los jóvenes, en alejarlos de la cantina mediante el foot-ball, el ping-pong o la
representación. Y luego grandes asambleas, pronto. Como el mal es inmenso hay que
apurarse... Todo está muy bien para entusiasmar momentáneamente, pero no cambia
las conciencias y el fin primordial de la Acción Católica es cambiar las conciencias.
2. Método del Número. Enemigo peligroso: nuestro pueblo en su mayoría es
todavía fiel a la Iglesia en el fondo, de modo que no se resiste a una invitación y dan su
nombre sin dificultad... Vienen las asociaciones de los 200 miembros: Reunión, se abre
registro, elección de directorio... y al poco tiempo, cero. Nos sentimos cobardes para
hablarles con claridad, por miedo a que se vayan, porque lo que estimamos es el bluff...
Viene el fracaso y nosotros caemos en el desaliento...
A una muchedumbre no se la puede formar, no se le pueden decir sino
generalidades, y la Acción Católica requiere que se le digan cosas muy concretas y muy
precisas. ¿Quién no recuerda la historia de Gedeón? Los millares que se le habían
ofrecido eran semivalientes... Dios rehúsa servirse de ellos. Y prefiere un grupito de 300
a los cuales les comunica su fuerza y a ellos les da la victoria. Así también entre
nosotros, Dios no quiere que nos sirvamos de los que son buenos a medias, sino de los
mejores, o que procuremos hacer bueno de veras a un grupito reducido, y mientras no
lo hayamos conseguido no pensemos en aumentar indefinidamente el número, porque
será inútil.
3. El sistema fuegos artificiales. Otro de los malos sistemas de la Acción Católica es
el mismo error de la vida religiosa general de algunas parroquias. En algunas
parroquias del sur todavía subsiste la costumbre de la fiesta del santo, que es la gran
fiesta del año, se junta plata entre los vecinos, se pagan unas vísperas solemnes en latín,
que las rezan el Cura y el Fiscal, luego una misa cantada con sermón retumbante, la
procesión juntitos todos al anda del santo... Mucho ruido, y mientras más ruido, mejor,
¿pero qué queda?
Así algunos, también la Acción Católica, con grandes asambleas, discursos floridos
hechos a veces por el Párroco -cuya lectura no entiende a veces el socio, como me acaba
de pasar- muchos "¡vivas!", muchos aplausos, avisos en los diarios... A veces torneos
deportivos, veladas literario-musicales... Y nada más. Muy bien está todo esto cuando es
la añadidura que viene después de buscar primero el Reino de Dios y su justicia (Mt
6,33); pero, contentarse con esto, ¡es fatal! Al principio, yo diría que más vale prescindir
de estas exterioridades e ir derechamente al fin, al fin sobrenatural. Mejor es comenzar
con un grupito reducido, que siempre existe, existe en todo liceo, en toda escuela, en
toda parroquia. Es imposible, si el Párroco tiene celo, que en una gran parroquia, como
son las nuestras, el Espíritu haya volado tan alto que ni siquiera dos o tres jóvenes
hayan sentido su influjo. Todo Párroco de celo que se lanza, manos a la obra, encuentra
un grupito y a ese grupito más vale tenerlo un tiempo en el plano puramente
sobrenatural para no echarlo a perder.
4. Otra dificultad para iniciar la Acción Católica es el método del encerrarse.
Muchos no lanzan la Acción Católica porque se han encastillado, se han encerrado:
piensan que todo está malo y se han encerrado a puertas trancadas con los pocos
buenos para huir del contagio.
No van a buscarlos o su búsqueda se reduce a un llamado desde el púlpito o por la
prensa. El párroco que no se vincula con su gente, que vive encastillado en su grupo
nunca podrá lograr sacar la Acción Católica. Ojalá recordaran la llaneza y simplicidad
de Monseñor Labbé, del Cura Gaucho, de San Juan Bosco y de San Felipe Neri y de
todos los santos que han sido auténticamente tomados de en medio de la turba (cf. Heb
5,1), no se contagian con los métodos aseglarados de la turba, pero sí con su caridad
están cerca de ellos.
5. El método del engaño, o de los caramelos. Llamarlos para cine, para deportes,
excursiones, para todo, menos para lo que debe ser la Acción Católica. Acuden sí, pero...
¿qué vale su asociación? Hasta que se aburren porque entretenciones más fuertes, más
continuadas las encontrarán entre los otros que entre nosotros. Y al querer hablarles de
Dios, se van desilusionados. Está muy bien valerse de algo cuando sea necesario,
siempre que el sacerdote sea un hombre de mucha vida interior y que esté decidido
firmemente a llevarlos a Cristo con toda el alma.
II. [El verdadero sentido de la Acción Católica]
¿Cuál es, pues, el verdadero sentido de la Acción Católica, su finalidad bien
concreta? La recristianización del individuo y de la sociedad. Hacer cristiana a la
sociedad y hacer cristiano, profundamente cristiano, al individuo.
El fundador de la JOC nos da una definición magnífica del militante de la Acción
Católica: "El individuo que desde luego, y ante todo, para toda su vida de trabajador, se
conquista a sí mismo y conquista a los otros para su destino eterno y temporal".
El objetivo formal de la Acción Católica es sobrenatural, eminentemente
sobrenatural, como lo es nuestra misión de sacerdotes, y la Acción Católica no es sino
buscar colaboradores que participen de nuestra misión sin llevar sotana. El método de
la Acción Católica es substancialmente la formación de un grupo escogido de almas de
selección que se llenen de Cristo, se chiflen por Cristo y mediante ellos, que estarán
tomados de todos los medios -en grupos especializados- vengamos a reintegrar a la
vida de la Iglesia a todos los fieles en una vida cristiana de convicción y de acción. Es
crear una red viviente y sólida de almas que irradien la verdad y la vida cristiana.
La Acción Católica viene a recordar a los católicos que por el mero hecho de ser
bautizados están obligados al apostolado. Al apostolado católico, a recordar a los
hombres su destino de eternidad, su misión de cristianos. Porque el bautismo los ha
incorporado en el Cuerpo místico de Cristo, en la función redentora de Cristo a la cual
están obligados a colaborar... Así como el Padre me ha enviado, así yo también os envío
a vosotros, dijo Cristo a los apóstoles, y por labios del Papa agrega, y "también a
vosotros, seglares que venís a injertar vuestra acción en la de los apóstoles". Recordar el
gráfico del Papa, brazo = Apóstoles; antebrazo = párrocos; manos = Acción Católica.
La confirmación, en forma específica es la armadura de caballeros de los seglares,
pues, es el sacramento que los hace soldados, les confiere la misión de obrar en nombre
de la Iglesia, por eso se ha dicho que es el sacramento de la Acción Católica. Razón tenía
un militante de la Acción Católica al decir a su Asesor: "A mí me parece que los
militantes de la Acción Católica somos como unos segundos sacerdotes".
El fin primordial de la Acción Católica es la santificación de sus miembros... Y
para eso se comienza con la formación exquisitamente sobrenatural de los mismos.
Hacerlos conscientes de los tesoros de su fe que los ignoran tan profundamente (el
periódico de Santiago, que hablaba del Santísimo Sacramento como "el sacro simulacro,
el anda del Santísimo..." ). De aquí que lo primero: el Evangelio, contacto directo con la
palabra de Dios, o con su explicación, pero mucho les agrada el contacto con la palabra
misma de Dios... Centros de campo: catecismo interesante; El Don de Dios, Don
Gilberto, o Un Catecismo Interesante... y si es necesario comenzar por enseñarlos a
orar... Para jóvenes de mayor formación seguir el plan de la Acción Católica que
procura poner en un plazo de varios años todo lo fundamental del dogma y moral
cristiana: para este año Santa Misa y educación... Cómo serán las lecciones: se les
enviarán completas.
Los retiros. Ejercicios anuales cerrados, lo que despierta mucho interés y es la base
de toda regeneración seria: allí se meditan los grandes ideales, se conoce a Cristo, se
entusiasman por Él.
Luego, los retiros mensuales: aunque sea una mañana. Lo que están haciendo en
Concepción, Valparaíso, Santiago y en varias parroquias... o al menos una predicación
de hora santa...
Después, para la formación, la lectura de obras serias: Servicio de librería ya
organizado por el Consejo Nacional. Formar la biblioteca del centro y que cada socio
forme su pequeña biblioteca. La revista, que será un precioso instrumento y cada uno
debe leerla, el material de propaganda que enviará el Consejo Nacional.
Después de la formación: la vida cristiana, corolario indispensable de la primera.
Es imposible conocer profundamente a Cristo y no cambiar las costumbres y de ahí que
se operan en la Acción Católica esas conversiones maravillosas y fragantes que son el
mejor premio del apóstol. Hombres como Bourchard, flor de los arrabales de París y
tantísimos en nuestros medios obreros y estudiantiles... Bautismos, primeras
comuniones... y algunos vuelan a la santidad: vocaciones, santidad en el matrimonio,
hogares nuevos. Concepción nueva de la vida. La oración de la novia; esos noviazgos de
comunión diaria; ahora en Valparaíso, el matrimonio de los presidentes...
Todo esto se alimenta y se traduce en práctica de sacramentos. Práctica frecuente.
Y en este sentido uno se explica la esterilidad de la Acción Católica en muchas
parroquias al ver el frío religioso. Una parroquia donde en 15 días no se abre el
Sagrario. Muchas parroquias donde no hay ni una sola comunión semanal y poquísimas
mensuales... Hay que tener la santa audacia de pedir, de pedir mucho, la comunión
diaria cuando sea posible; por lo menos semanal (la mensual es demasiado poco y a la
larga resulta más difícil comulgar una vez al mes que cada semana, como es más difícil
la reunión quincenal que la reunión semanal...). La visita frecuente al Santísimo
Sacramento... al ir al trabajo, al volver, la lectura diaria del Nuevo Testamento o de otro
libro, el examen de conciencia. Devoción a la Virgen... En una palabra la vida cristiana
íntegra: y que comprendan que estas devociones no son más que el alimento para una
vida cristiana total en la oficina, o en la fábrica, en la calle, en el comedor, con la novia,
con sus padres... en todas las circunstancias de la vida. Que lo lleve a escoger el diario
que debe, la película que conviene, el traje de baño que corresponde, el continuar o
dejar el cigarrillo... en una palabra que se traduzca en una integridad de vida cristiana.
Que tengan ya el criterio: ¿Qué haría Cristo en mi lugar? Y... eso hacer.

Вам также может понравиться