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El Análisis… y más allá∗

Un puente entre el Análisis Matemático,


la Geometría y la Topología

Gustavo Piñeiro


Registro de la Dirección Nacional del Derecho de Autor N° 5001008.
Índice

Introducción…………. pág. 5.
1. Presentación; 2. Las primeras experiencias; 3. El enfoque histórico; 4. La necesidad de libros de texto
específicos.

Capítulo 0: ¿Intuición o rigor?…………. pág. 9.


1. La necesidad del rigor lógico; 2. La primera afirmación; 3. La segunda afirmación; 4. La tercera
afirmación; 5. Solución del primer ejemplo; 6. Solución del segundo ejemplo; 7. Solución del tercer
ejemplo; 8. Conclusión; 9. Comentario: una respuesta a Poincaré; 10. Actividades.

Capítulo 1: Funciones continuas…………. pág. 22.


1. Acuerdos necesarios; 2. ¿Qué es una función?; 3. Funciones continuas; 4. Una paradoja; 5. La
construcción de una definición; 6. Evitable o esencial; 7. Conclusión; 8. Actividades.

Capítulo 2: Funciones en ℝ …………. pág. 38.


1. La recta, el plano y el espacio; 2. La continuidad revisitada; 3. Entornos; 4. Actividades.

Capítulo 3: El Teorema de Bolzano (1ra parte)…………. pág. 43.


1. El porqué de un teorema; 2. La disección del Teorema de Bolzano; 3. Las dos primeras hipótesis; 4. Las
hipótesis y la tesis bajo la lupa; 5. Conjuntos adecuados; 6. Conjuntos conexos por arcos; 7.
¿Conclusión?; 8. Actividades.

1. Arco-conexos en ℝ ; 2. Arcos, aunque no de fútbol; 3. La geometría de la lámina de goma; 4. ¿Y


Capítulo 4: El Teorema de Bolzano (2da parte)…………. pág. 52.

Bolzano?; 5. El Teorema de Bolzano Generalizado; 6. ¿Hay conjuntos conexos “a secas”?; 7. Sobre los
homeomorfismos; 8. Actividades.

Capítulo 5: Aplicaciones del Teorema de Bolzano…………. pág. 68.


1. Introducción; 2. Raíces en la recta y el plano; 3. La temperatura en la Tierra; 4. La temperatura en la
Tierra, otra vez; 5. Funciones crecientes, funciones decrecientes; 6. Falso positivo; 7. Actividades.

Capítulo 6: El Teorema de Weierstrass (1ra parte)…………. pág. 89.


1. Funciones acotadas; 2. Alcanza máximo y mínimo; 3. El Primer Teorema de Weierstrass; 4.
Actividades.

2
Capítulo 7: Conjuntos compactos…………. pág. 95.
1. Conjuntos adecuados; 2. Conjuntos acotados; 3. Puntos de acumulación; 4. Conjuntos cerrados; 5. La
frontera; 6. La clausura; 7. Actividades.

Capítulo 8: La completitud de los números reales…………. pág. 112.


1. Introducción; 2. Los números reales; 3. La completitud de los reales; 4. Encajes de intervalos; 5. La
completitud en ℝ ; 6. Puntos de acumulación y sucesiones; 7. Actividades.

Capítulo 9: El Teorema de Weierstrass (2da parte) …………. pág. 136.


1. Continuidad y sucesiones; 2. El Primer Teorema de Weierstrass Generalizado… al fin; 3. El Segundo
Teorema de Weierstrass; 4. Cerrado y acotado; 5. Compactificaciones; 6. Dos compactificaciones de R; 7.
¿Y esto para qué sirve?; 8. Otra compactificación de R

Capítulo 10: Conjuntos abiertos…………. pág. 161.


1. La definición de derivada; 2. Conjuntos abiertos; 3. El plano y el espacio; 4. Relación con la frontera; 5.
Abiertos y cerrados; 6. Propiedades de los conjuntos abiertos; 7. Actividades.

Capítulo 11: Espacios topológicos…………. pág. 175.


1. La relevancia de los conjuntos abiertos; 2. La reescritura de algunas definiciones; 3. Preimagen; 4. Las
funciones continuas (otra vez); 5. Conexos por arcos; 6. Los espacios topológicos; 7. La topología
discreta; 8. Una paradoja; 9. Actividades.

Capítulo 12: La topología relativa…………. pág. 190.


1. Análisis de una paradoja; 2. La topología relativa o inducida; 3. Extremos relativos o absolutos; 4. Los
homeomorfismos revisitados; 5. Conexos o arco-conexos; 6. Actividades.

Capítulo 13: Espacios de matrices y de funciones…………. pág. 206.


1. Distancia; 2. Distancia y abiertos; 3. Algunas aplicaciones; 4. Actividades.

Apéndice I: Sucesiones…………. pág. 213.


1. Convergencia; 2. Subsucesiones.

Apéndice II: Conjuntos simplemente conexos…………. pág. 215.


1. Agujeros; 2. La definición formal: homotopías.

3
Notaciones

 ∖ : diferencia de conjuntos,  ∖  =
∈  ∶
∉ .
Algunas de las notaciones usadas en este libro.

 × : producto cartesiano de conjuntos,  ×  = 


,  ∶
∈  ∧  ∈ .
ℕ: conjunto de los números naturales, ℕ = 0,1,2,3, … .
ℕ : conjunto de los números naturales positivos, ℕ = 1,2,3,4, … .
ℚ: conjunto de los números racionales.
ℝ: conjunto de los números reales.
ℝ : conjunto de los números reales no negativos, ℝ = [0, +∞.
ℤ: conjunto de los números enteros.

4
Introducción

§1. Presentación.
Este trabajo nace de mi propia experiencia como docente a cargo de la materia
Topología en los profesorados de matemática del Instituto de Enseñanza Superior Nº 1
“Alicia Moreau de Justo” y del Instituto de Enseñanza Superior Nº 2 “Mariano Acosta”
(ambos dependientes del Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires). Cabe aclarar, sin
embargo, que las reflexiones que aquí se harán tienen un alcance que excede esta
materia en particular o las instituciones arriba mencionadas. Por otra parte, y desde un
punto de vista aún más amplio, la problemática que se discutirá aquí atraviesa muchos
aspectos de la formación docente, y esta discusión, por lo tanto, es aplicable a una
gran diversidad de situaciones.

§2. Las primeras experiencias.


Comencemos diciendo que todos los libros de texto clásicos de Topología inician su
exposición con la definición de un concepto altamente abstracto: el concepto de
Espacio Topológico (o, a veces, con la noción apenas menos general de Espacio
Métrico). A continuación, a partir de los axiomas de Espacio Topológico se definen,
también de manera abstracta, los conceptos de conjunto cerrado, conjunto conexo,
función continua y otros.
Cuando, en el año 2004, me hice cargo por primera vez de la materia Topología,
me ceñí a esta exposición clásica, axiomática, intercalando ejemplos que pudieran ser
significativos para los alumnos (por ejemplo, relacionando la noción abstracta de
conjunto abierto con las propiedades conocidas de los intervalos abiertos de la recta
real). La conclusión general de esta experiencia fue altamente negativa; los alumnos
sentían a la Topología, con toda razón, como una materia ajena a su experiencia
pasada o a su práctica futura como docentes, situación que no era revertida por los

5
ejemplos “concretos” (hecho comprensible, ya que esos ejemplos no afectaban la
esencia de la exposición, que era axiomática y abstracta y, desde el punto de vista de
los alumnos, completamente arbitraria). A la larga los alumnos lograban un manejo
más o menos mecánico de las definiciones con la habilidad necesaria para aprobar las
instancias de evaluación sin la posibilidad de apropiarse realmente de los conceptos
(que carecían para ellos de un significado relevante).

§3. El enfoque histórico.


Durante el verano 2004-2005 reflexioné extensamente acerca de la situación
planteada y una de las preguntas clave que me hice fue: ¿cuál es el sentido de enseñar
Topología a futuros profesores de matemática?
La respuesta tradicional a esa última pregunta es que la Topología ayuda a
comprender mejor los conceptos fundamentales del Cálculo (nociones tales como
continuidad o límite). La verdad es que históricamente la Topología surgió,
efectivamente, de un proceso de abstracción de los conceptos del Cálculo, un largo
proceso que en su momento demandó varias décadas y que culminó (no comenzó,
como el enfoque clásico hace creer) con la definición de la noción de Espacio
Topológico. Los libros clásicos, en realidad, presuponen que el lector ya ha pasado por
este proceso de abstracción y parten de un enfoque axiomático que, en rigor, es
solamente el resumen final de ese proceso.
Ahora bien, por una parte, en los profesorados de matemática no existe una
instancia intermedia entre el Cálculo y la Topología en la que los alumnos puedan
vivenciar el proceso de abstracción antes referido (proceso que consiste en gran
medida en poner al descubierto las ideas esenciales que están detrás de las
definiciones y teoremas del Cálculo). Y por otra parte, más significativamente, la
conexión profunda entre el Cálculo y la Topología queda realmente revelada por el
proceso de descubrimiento de esas conexiones y no por la versión depurada y
abstracta de las conclusiones finales del mismo. En otras palabras: es menos relevante
para los futuros docentes de matemática aprender a manipular definiciones
axiomáticas abstractas que vivenciar el proceso de descubrimiento de las propiedades
fundamentales que llevaron al planteo de esos axiomas.

6
Por ese motivo, en el año 2005 replanteé los cursos de Topología de tal modo
que su objetivo fuese lograr que los alumnos vivencien el proceso de abstracción que
lleva del Cálculo a la Topología y vean, por ejemplo, de qué manera las nociones de
conjunto conexo, conjunto compacto, punto de acumulación u otras fluyen
naturalmente del estudio del Teorema de Bolzano, de la definición de derivada y de
otros conceptos clásicos del Cálculo. Este proceso, a la vez, contribuye a un recorrido
helicoidal sobre estos conceptos, circunstancia que permite profundizar en ellos,
recreándolos y resignifcándolos. Es casi hacia el final del curso (y casi al final de este
libro) que se llega como conclusión natural a la noción de Espacio Topológico.
El replanteo de los cursos de Topología sobre esta base fue altamente exitoso.
Desde luego, hubo y hay todavía detalles para pulir o mejorar, pero el enfoque general
de la materia se ha mostrado eficaz a la hora de exponer la conexión profunda entre la
Topología y el Cálculo.

§4. La necesidad de libros de texto específicos.


Una de las debilidades del enfoque elegido para la materia Topología es el hecho de
que no existe un libro de texto que se ajuste al mismo, ni siquiera levemente. Incluso
un libro de título tan promisorio como (Takahashi Orosco, 1976), “Del Análisis a la
Topología”, muestra en su primera parte una exposición de las nociones básicas del
Cálculo y en la segunda, una exposición clásica de las nociones básicas de la Topología
(que inicia con la definición usual de Espacio Topológico), pero sin mostrar conexión
alguna entre ambas partes.
Por citar algunos otros ejemplos, Cotlar y Cignoli (1971), Kelley (1975) y
Munkres (2002), exponen la Topología al modo clásico y abstracto. Por otra parte,
Apostol (1999), Kuratowski (1995), Rudin (1980) y Sprecher (1970), desarrollan el
Cálculo e introducen, en mayor o menor medida, algunas nociones topológicas, pero
sin avanzar en su generalización. Barr (1989) se adentra en lo que podríamos llamar
Topología Recreativa, que puede estimular la imaginación, pero no es relevante como
libro de texto, dado que se limita a mostrar notas de color sin hacer una exposición
sistemática de los temas.

7
Ahora bien, la falta de libros de texto adecuados ¿es un defecto de nuestra
manera de organizar la materia o bien es una manifestación de la carencia de libros de
texto específicos orientado a la formación docente? Nuestra conjetura es que la
respuesta está en la segunda alternativa. Más aún, conjeturamos que esta carencia se
extiende a otras ramas de la matemática y, más en general, a otras áreas del
conocimiento.
La Topología no tiene el mismo significado para un futuro profesor de
matemáticas que para un psicólogo o un licenciado en matemáticas. Para el psicólogo
será un medio de abordar, por ejemplo, algunos de los textos de J. Lacan. Para un
licenciado será un potencial tema de investigación científica. Para un profesor de
matemáticas será, entre otras cosas, un medio para vivenciar el proceso de
abstracción de los conceptos del Cálculo. Estas diferentes formas de ver el tema, todas
igualmente válidas en sus respectivos contextos, necesitan de libros de texto
específicos que las reflejen, libros que, hasta donde sabemos, en su gran mayoría, aún
están faltando. Este texto intenta, en su modesta medida, satisfacer en una mínima
parte esa necesidad en el caso de los profesorados de Matemática.

8
Capítulo 0
La necesidad del rigor lógico

“Una deducción puede ser


perfectamente lógica y aún así no ser cierta.”
(Harry Kemelman, La caminata de nueve millas.)

§1. ¿Intuición o rigor?


En este libro vamos a hacer muchas demostraciones. Por ejemplo, demostraremos
propiedades de ciertos conjuntos a los que llamaremos conexos o propiedades de
conjuntos a los que llamaremos compactos. Demostraremos afirmaciones sobre
funciones continuas, sobre conjuntos infinitos, sobre sucesiones de números, sobre
sucesiones de puntos, sobre espacios topológicos, etc.
En la mayoría de los casos, antes de exponer la demostración de un enunciado,
o incluso antes de haberlo formulado con precisión, habremos visto ejemplos, o algún
razonamiento informal e intuitivo, que nos habrán convencido de la validez de la
afirmación en cuestión.
¿Qué entendemos por “razonamiento informal”? Veamos, para comenzar, un
ejemplo sencillo. Tomemos el llamado Teorema de Bolzano. Este teorema, un clásico
de los libros de texto de Análisis I, dice así: Si % ∶ [&, '] → ℝ es una función continua tal
que %& y %' tienen distinto signo, entonces existe un número * ∈ &, ' tal que
%* = 0.
Podemos convencernos intuitivamente de la validez del teorema interpretando

que “% es continua en [&, ']”, estamos diciendo que el gráfico de % se puede dibujar
gráficamente los elementos que intervienen en él. Observemos que, cuando decimos

sin levantar el lápiz del papel. (Estamos haciendo aquí una interpretación intuitiva del

9
concepto de continuidad de una función. En breve discutiremos la validez de esta
interpretación.)

gráfico de % se encuentra por encima el eje


.. En el extremo donde la función es
Que la función sea positiva en un extremo del intervalo nos dice
dic que allí el

negativa, el gráfico se encuentra por debajo del eje


.

Por lo tanto, si en un extremo del intervalo el gráfico de % está sobre el eje


,
en el otro extremo
remo está por debajo y, además, el gráfico no puede “saltar” (porque la
función es continua), entonces es obvio que el gráfico cortará al menos una vez al eje

.. Cualquiera de estos puntos donde el gráfico corta el eje representa un punto * en el


que %*  0.. El teorema queda así “demostrado” gráficamente.
La idea parece clara y transparente, la demostración gráfica es convincente.
¿Por qué, entonces, los libros de texto (éste incluido, como veremos más adelante)
insisten en la necesidad de hacer una demostración
demostración formal del teorema? ¿Acaso la
intuición no es suficiente para justificar la verdad de la afirmación? ¿El hacer una
demostración rigurosa del Teorema de Bolzano es una necesidad real, o meramente
un acto de pedantería?
Mi intención en este capítulo
capítulo es mostrar que la intuición gráfica,
indudablemente útil desde un punto de vista didáctico, puede llevarnos, sin embargo,
a conclusiones erróneas. En otras palabras, la intuición es insuficiente para distinguir
eficazmente cuáles enunciados matemáticos son
son verdaderos y cuáles son falsos.
Esta afirmación de la insuficiencia de la intuición requiere, a su vez, alguna
justificación (y no meramente una justificación intuitiva). Para justificarla, veremos a

10
continuación algunos enunciados relativos a funciones
funciones continuas. En cada caso,
intentaré convencerlos, mediante razonamientos intuitivos basados en ideas gráficas,
de que la propiedad enunciada es verdadera. Sin embargo, algunas de ellas serán
falsas. El desafío para ustedes, estimados lectores, consiste en tratar de distinguir
cuáles de las propiedades son verdaderas y cuáles son, por el contrario, falsas. (Las
respuestas aparecen al final de este mismo capítulo.)

§2.
2. La primera afirmación.
El primer enunciado que vamos a intentar justificar mediante un razonamiento
“intuitivo” es el siguiente: Sea % ∶  →  una función continua en todo . Si la función
no es derivable en
= & entonces existe un número , - 0 tal que % sí es derivable en
& . ,, & " , ∖ &.
todo punto del conjunto &
Para justificar gráficamente el enunciado, recordemos que, desde el punto de
vista del dibujo, en los puntos donde una función no es derivable su gráfico tiene un
ángulo o un vértice.. Por ejemplo, es bien sabido que la función %
  |
| no es
derivable en
= 0 y que su gráfico tiene allí un vértice bien visible.

Observemos, por otra parte, que la función módulo sí es derivable en cualquier


punto
+ 0 y que la derivada de % en
vale 1 si
- 0 y –1 si
/ 0..
Imaginemos ahora que queremos dibujar el gráfico de una función continua
cuya derivabilidad falle en algunos puntos. Tendríamos que introducir algunos puntos

11
angulosos. Más abajo vemos, a modo de ejemplo, el gráfico de una función con puntos
angulosos en
 & y
 '.

Observemos que, mientras se acerca al punto anguloso


 &, la curva va
subiendo suavemente hacia él. Inmediatamente después de pasar por el punto, la
curva baja, también suavemente. Una situación similar (intercambiando “subida” con
co
“bajada”) se da con respecto al punto
 '.
Si generalizamos esta idea, podemos decir que inmediatamente antes e
inmediatamente después de cada punto anguloso, la curva tendrá una “subida” o una
“bajada” suave, es decir, formada completamente por puntos
puntos donde la función es
derivable. Por lo tanto, tanto a la izquierda como a la derecha de cada punto
 &
donde la función no sea derivable, existirán siempre intervalos & . ,,
, & y &, & " ,
donde la función sí es derivable. Esto demuestra el enunciado
enunci (…¿o
¿o no demuestra?).
demuestra?)
Les propongo pensar si la demostración es realmente válida, o no. También les
propongo que piensen si la afirmación que hemos intentado demostrar es verdadera,
o no. (Observen que si la demostración es válida entonces el enunciado
enunciad
necesariamente es verdadero, sin embargo, el enunciado puede ser verdadero sin que
la demostración expuesta sea válida.)

§3.
3. La segunda afirmación.
La segunda afirmación dice lo siguiente: Si % ∶ !0,1( →  es una función continua tal
que %0  0 y %1  1 entonces existe algún * ∈ 0,1 tal que % es derivable en

 * y tal que % ′ * es positiva.

12
Para comenzar, observemos que la función % no tiene por qué ser creciente en
todo su dominio. Por ejemplo, su gráfico podría tener un aspecto similar al siguiente:
sig

En segundo lugar, notemos que también puede suceder que % no sea derivable
en todo su dominio. Sin embargo, el enunciado que estudiamos en la sección anterior
nos dice que la derivabilidad de % fallará, a lo sumo, en unos cuantos puntos aislados.
aisla
Finalmente, como %0  0 y %1  1,, entonces la función no podrá ser
siempre decreciente. En algún momento el gráfico debe “subir” y allí donde el gráfico
tenga un tramo suave y ascendente, la derivada será positiva.
Como antes, quedan planteadas las preguntas: ¿Es verdadera la afirmación?
¿Es válido el razonamiento?

§4. La tercera afirmación.


La tercera afirmación dice así: Si % ∶  →  es continua en
 & entonces existe
algún , - 0 tal que % es continua para todo
∈ & . ,, & " ,.. En otras palabras, si
una función es continua en un punto entonces es continua en todo un intervalo
alrededor de ese punto.
Para justificar gráficamente este enunciado, observemos que una función es
continua en
 & si en ese punto el gráfico no tiene saltos ni rupturas.
rupturas Es decir, si
sucede que, mientras trazamos la curva, al pasar por ese punto no nos vemos
obligados a levantar el lápiz del papel.

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En el dibujo,
 ' es un punto de discontinuidad, mientras que en
 & la
función es continua. Puede verse en el gráfico que, un poco antes y un poco después
de cada punto de continuidad, el gráfico no tiene saltos. En el trayecto
inmediatamente anterior e inmediatamente posterior al punto &, %&
&, el lápiz no se
ve obligado a separarse del papel.
Es decir, alrededor de todo punto de continuidad
 & existen intervalos
& . ,, & y &, & " , donde la función es continua. Lo mismo sucede con todos los
puntos de continuidad
nuidad de cualquier curva. El enunciado queda entonces probado (…¿o
(…
no?).. Una vez más, nos preguntamos: ¿Es verdadera la afirmación? ¿Es válido el
razonamiento?

§5.
5. Solución del primer ejemplo.
función es continua en 1
La primera afirmación dice, esencialmente, que si una función
entonces es derivable en todo su dominio, excepto eventualmente algunos puntos
aislados. Esta primera afirmación, en realidad, es falsa. Es interesante observar, sin
embargo, que la afirmación resulta tan convincente que durante décadas
década fue
considerada como verdadera.
verdadera Inclusive, en 1806, André-Marie
Marie Ampère publicó
public una
demostración de ella.
Ahora bien, la idea de límite recién fue introducida en el Análisis hacia 1860,
por Karl Weierstrass. Por
or lo tanto, a principios del siglo XIX, en la época en que Ampère
publicó su demostración, las nociones de continuidad y derivabilidad todavía estaban
muy asociadas a conceptos puramente geométricos. De hecho, en ese momento, la

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definición misma de función estaba todavía muy ligada a la idea gráfica de “curva”. En
ese contexto, la demostración de Ampère era correcta.
Sin embargo, a lo largo del siglo XIX tuvo lugar lo que se llamó la
fundamentación del Análisis. Éste fue un proceso a lo largo del cual gran cantidad de
matemáticos se dedicaron a establecer definiciones rigurosas para los conceptos
involucrados en el Cálculo y a determinar claramente los alcances de sus métodos. Una
consecuencia de este proceso fue la reformulación del concepto de función, que
gradualmente se transformó en la idea general de “regla arbitraria de asignación de
números”, sin que necesariamente esa regla tuviera una curva asociada.
Al ampliarse de este modo el rango de objetos considerados funciones, la
afirmación probada por Ampère pasó a ser falsa. El primer contraejemplo conocido
para ella fue presentado por el ya mencionado Weierstrass en 1872, en una

de funciones que son continuas en todo 1, pero que no son derivables en ningún
conferencia ante la Academia de Ciencias de Berlín. Allí Weierstrass exhibió una familia

punto. Un ejemplo de una función así está dado por la fórmula

2
 = ∑∞
;4 56 sen2 :
.
4 

¿Cómo es el gráfico de esta función 2? Debería ser una curva formada


solamente por “puntos angulosos”, sin ascensos ni descensos suaves antes o después
de cada uno de ellos. En otras palabras, un gráfico formado solamente por “puntas de
picos”.
En realidad, el gráfico de 2 se ve más o menos así:

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A primera vista parece decepcionante, pues tiene toda la apariencia de tener
tramos suaves en los cuales la función es derivable. Sin embargo, si miramos con más
cuidado nos daremos cuenta de que no es así.
Si ampliamos cualquiera de esos tramos que, en apariencia, son suaves,
veremos que contienen picos en los que la función no es derivable. Y si esa ampliación
hay, a su vez, tramos que parecen suaves, al ser ampliados nuevamente veremos que

El gráfico de la función 2 es un fractal, una curva que es compleja a todo nivel


también contienen picos … y así ad infinitum.

tramos, en todo nivel de resolución. La demostración formal de que 2 es continua en


de resolución visual. En este caso, una curva que tiene puntos angulosos en todos sus

ℝ, pero no derivable en ningún punto puede verse, por ejemplo, en


http://gaussianos.com/la-funcion-de-weierstrass/. La respuesta a la primera pregunta
es, entonces, que la afirmación es falsa y, como consecuencia, su “demostración
gráfica” es incorrecta.

Recordemos que la segunda afirmación dice que si %: [0,1] → ℝ es continua y


§6. Solución del segundo ejemplo.

%0 = 0 y %1 = 1 entonces existe algún * ∈ 0,1 tal que % es derivable en


= *
y además, en ese punto, la derivada es positiva. Esta afirmación también es falsa y un
contraejemplo es la llamada Función de Cantor. Esta función, que llamaremos =
, se

Para comenzar, dividimos el dominio de =


 en tres partes iguales.
define en pasos sucesivos.

En el primer paso definimos el valor de =


 para todos los
que están en el

tercio central, es decir, para


∈ >? , ?@. Para todos esos valores de x definimos
4 5

=
 = 5.
4

16
A continuación, dividimos el primer y el tercer tercio, cada uno de ellos en tres
partes iguales. En el segundo paso de la definición establecemos el valor de =
 para

cada
en uno de los dos novenos centrales. Para
∈ > , @ definimos =
 = ; para
4 5 4
A A B

∈ > , @ definimos =
 = .
C D ?
A A B

El siguiente dibujo muestra la parte del dominio en la que =


 está definida al
cabo de los dos primeros pasos.

El gráfico parcial de la función después de estos dos primeros pasos tiene el


aspecto siguiente:

En el primer paso hemos dividido el dominio en tres partes iguales y luego


4
definimos la función como 5 para todos los puntos en el tercio central.

En el segundo paso hemos tomado cada una de las partes del dominio donde la
función aún no estaba definida. Dividimos cada una de ellas en tres partes iguales y
4 ?
luego definimos la función como B y B para los puntos de los tercios centrales.

En el tercer paso tomaremos cada una de las secciones del dominio en las que
la función aún no está definida y las dividiremos en tres partes iguales. Luego,

17
4 ? E C
D D D D
definiremos la función como , , y en cada uno de los tercios centrales de esas

secciones.
Y así seguimos “hasta el infinito”.

[0,1]? Para pensarlo, volvamos a empezar el proceso. Tomamos el intervalo [0,1] y


Al cabo de infinitos pasos ¿habremos definido la función en todo el intervalo

descartamos el tercio central; lo descartamos porque allí la función ya está definida y


nos interesa saber si quedan puntos donde no lo esté.
Hemos eliminado entonces el tercio central. Dividimos cada uno de los dos
tercios restantes en tres partes iguales y, por la misma razón de antes, eliminamos el
tercio central de cada uno de ellos.

números en los que la función =


 ya está definida. ¿Quedan todavía puntos en el
Y así seguimos. Al cabo de infinitos pasos habremos eliminado todos los

intervalo, o los hemos eliminado todos? Es decir ¿quedan puntos donde =


 aún no
esté definida? La respuesta es que sí quedan. Al cabo de todas estas eliminaciones
todavía quedan en el intervalo infinitos puntos, que forman el llamado Conjunto
Ternario de Cantor.

que fuimos ampliando la definición de =


, ésta todavía habrá quedado sin definir en
La conclusión es que, al cabo de los infinitos pasos descriptos más arriba, en los

el Ternario de Cantor. En un último paso, entonces, =


 se define en esos puntos de
tal modo de que resulte continua en todo [0,1] (puede demostrarse que el valor
correspondiente a =
 en los diferentes puntos del Ternario queda totalmente

decir, al definir =
 en los puntos del Ternario no tenemos libertad de elección, si es
determinado por los valores asignados a los puntos que no están en el Ternario, es

que queremos que la función resulte continua).

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Podemos visualizar el gráfico como el resultado de pegar segmentos
horizontales que, tal como se deduce de la definición de =
, son cada vez más
pequeños y cercanos entre sí.

En el gráfico, los que parecen ser segmentos oblicuos en realidad no lo son, ya


que una ampliación de la imagen nos mostraría más segmentos horizontales unidos

pequeños y así sucesivamente. La definición completa de la función =


 puede verse,
por aparentes segmentos oblicuos, que a su vez son segmentos horizontales más

por ejemplo, en http://es.wikipedia.org/wiki/Funci%C3%B3n_de_Cantor.


Ocurre que la función =
 es derivable solamente en los puntos que no
pertenecen al Ternario de Cantor y en todos ellos la derivada es nula. Por lo tanto,
aunque la función no decrece en ningún intervalo, no existen puntos en los que la
derivada sea positiva.

La tercera afirmación dice que si % ∶ ℝ → ℝ es continua en un punto entonces es


§7. Solución del tercer ejemplo.

continua en todo un intervalo alrededor de ese punto. Esta tercera afirmación, como
las dos anteriores, también es falsa. Un contraejemplo posible está dado por la
siguiente función % ∶ ℝ → ℝ:


GH
∈ ℚI
%
 = F
0 GH
∉ ℚ

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No es difícil probar que esta función es continua en
= 0, pero discontinua en
cualquier otro número real. Por lo tanto, no es continua en ningún intervalo alrededor
de su punto de continuidad.

§8. Conclusión.
¿Por qué fallan los razonamientos gráficos? ¿Por qué la intuición puede engañarnos de
modo tan tajante? Una respuesta posible, aunque seguramente sólo parcial, es que
cuando pensamos en el gráfico de una función solemos pensar en curvas que son
continuas y suaves, salvo eventualmente en unos pocos puntos.
Sin embargo, los gráficos, aun los gráficos de las funciones continuas, pueden
ser mucho más complicados de lo que podemos imaginar. El gráfico de la Función de
Cantor, mostrado más arriba, que es en realidad un fractal, o el gráfico de la Función
de Weierstrass, que es también un fractal, son muy difíciles de visualizar en toda su
complejidad.
No podemos confiar ciegamente en la intuición gráfica. Sólo las demostraciones
formales nos pueden dar la seguridad de que lo que estamos demostrando realmente
es cierto. El razonamiento puramente gráfico es una gran herramienta didáctica, pero
debemos ser plenamente conscientes de sus limitaciones.
Aun el Teorema de Bolzano, aparentemente obvio desde el punto de vista
gráfico, requiere una demostración formal, ya que aun en este caso la intuición podría
estar jugándonos una mala pasada.

§9. Comentario: una respuesta a Poincaré.


En su obra Science et Méthode (1908), el gran matemático francés Henri Poincaré dijo:
“A veces la lógica produce monstruos. Desde hace medio siglo hemos visto surgir una
muchedumbre de funciones extrañas que parecen tratar de asemejarse lo menos
posible a las funciones honradas que sirven para algo. Se acabó la continuidad o tal vez
hay continuidad, pero no derivadas, etc. […] Antaño, cuando se inventaba una nueva
función, lo era para algún fin práctico; hoy en día, se inventan expresamente para

20
hacer fracasar los razonamientos de nuestros padres y nunca sacaremos de ellas más
que eso.” La cita está tomada de (Lakatos, 1978, pág. 40).
Sin duda, Poincaré contaría como monstruos a los tres contraejemplos
descriptos más arriba. En defensa de estos monstruos podríamos decir, en primer
lugar, que no son creados meramente para “hacer fracasar los razonamientos de
nuestros padres”, sino para delimitar claramente su campo de validez, y es con tal fin
que en este libro haremos un gran despliegue de funciones o conjuntos
“monstruosos”.
Pero, además, Poincaré nos dice que estos monstruos nunca nos servirán para
algún fin práctico. Esto podría haber sido cierto durante el dominio de la física de
Newton y de la geometría de Euclides (dominios que en 1908 comenzaban a decaer),
pero ciertamente no lo es ahora.
¿Poincaré se equivocaba al decir que los monstruos no servían a ningún fin
práctico? Como todos, Poincaré era un hombre de su tiempo, sujeto a las ideas y a los
prejuicios de su época. En aquel tiempo, es verdad, los monstruos carecían de fin
práctico y en eso Poincaré tuvo razón. Pero se equivocó al arriesgarse a decir que
“nunca” obtendríamos de ellos nada bueno. La historia lo desmintió pocas décadas
después.
Hoy en día sabemos que el movimiento browniano (el movimiento de una
partícula de polen o de polvo en el aire o en la superficie del agua) se describe por una
función continua y nunca derivable como la de Weierstrass, o que los fractales (objetos
que Poincaré habría sin duda considerado monstruosos) describen muchos fenómenos
naturales de manera mucho más precisa que las curvas o superficies suaves de la
geometría euclidiana.
La matemática cambia, sus conceptos evolucionan y, por eso mismo,
deberíamos tener mucho cuidado antes de emplear frases como “esto siempre será
así” o “aquello nunca sucederá”.

§10. Actividades.
1) Investiguen cuáles de las siguientes afirmaciones son verdaderas y cuáles son falsas.

21
a) Existe una función % ∶ ℝ → ℝ que es continua en todo número racional y

b) Existe una función % ∶ ℝ → ℝ que es continua en todo número irracional y


discontinua en todo número irracional.

c) Existe una función % ∶ ℝ → ℝ que es derivable en todo 1, pero su función


discontinua en todo número racional.

derivada no es continua.

2) Muestren, si es posible, una función % ∶ ℝ → ℝ que sea continua en todo 1, pero


derivable exactamente en un punto. En caso de que no exista, expliquen por qué.

3) Muestren, si es posible, una función % ∶ ℝ → ℝ que sea continua exactamente en


dos puntos. En caso de que no exista, expliquen por qué.

22
Capítulo 1
Funciones continuas

“¡Vamos, Watson, el juego ha comenzado!”


(Sherlock Holmes, La Aventura de la Granja Abbey.)

§1. Acuerdos necesarios.


En el capítulo anterior hemos hablado de funciones continuas, funciones derivables,
funciones crecientes, y así sucesivamente. Pero, ¿qué es exactamente una función?
¿Qué significa que una función sea continua?
Todos estamos familiarizados con la idea función y, seguramente, recordamos
qué es su domino, su codominio o su imagen, así como qué significa que una función
sea inyectiva, sobreyectiva, biyectiva, creciente, decreciente o continua. Pero, a lo
largo de este libro, apelaremos una y otra vez a la noción de continuidad; en
consecuencia, es indispensable que estemos de acuerdo acerca de cuál es
exactamente el significado de la frase “% es una función continua”. En el proceso,
cuestionaremos la definición clásica de continuidad y propondremos para ella una
modificación necesaria.
Antes de comenzar, los invito a pensar qué respuestas darían ustedes las
siguientes preguntas: ¿El dominio de una función es parte de su definición o sólo una
consecuencia de esa definición? ¿Es verdad que una función es continua si y sólo si se
puede dibujar su gráfico sin levantar el lápiz del papel? ¿Existe una función continua
cuya imagen esté formada exactamente por dos números diferentes?

Definición 1.1: Una función es una regla que a cada elemento de un conjunto J
§2. ¿Qué es una función?

(llamado el dominio de la función) le hace corresponder un único elemento en un

23
conjunto = (llamado el codominio de la función). (En casi todos los ejemplo, tanto el

de ℝ , con K ≥ 1.)
dominio como el codominio de las funciones que consideraremos serán subconjuntos

general diría que una función es un subconjunto del producto cartesiano  × = tal que
Existen otras definiciones posibles del concepto de función. La más abstracta y

para todo ' ∈  existe un único * ∈ = para el cual el par ', * pertenece a la función.
Sin embargo, para nuestros objetivos, la definición 1.1 es perfectamente válida.
Observemos que nuestra definición no solamente pide la unicidad del elemento
que se le asigna a cada miembro del dominio, sino que también pide su existencia. En

consecuencia, por ejemplo, la expresión % ∶ ℝ → ℝ, %


 = M no define una función ya
4

que al número 0 no se le asigna ninguna imagen.

Por otra parte, como es obvio, tanto N ∶ ℝ ∖ 0 → ℝ, N


 =
4
M
como

ℎ ∶ [1,2] → ℝ, ℎ
 = M sí definen funciones. En ambos casos la fórmula de la función
4

es la misma ¿podemos afirmar, en consecuencia, que ambas son la misma función?


Discutamos la respuesta en el ejemplo siguiente.

1) % ∶ ℝ → ℝ, %
 =
5 2) N ∶ [0,1] → 1, N
 =
5
Ejemplo 1.2: Consideremos las cuatro funciones siguientes.

3) ℎ ∶ ℝ → ℝ , ℎ
 =
5 4) P ∶ ℝ → ℝ , P
 =
5

Todas ellas están definidas mediante la misma fórmula, es decir, en todos los
casos la regla que asigna las imágenes es la misma. Entonces ¿son cuatro funciones
diferentes o solamente una misma función repetida cuatro veces (con variaciones
menores)?
La respuesta es que las cuatro funciones son diferentes. Para convencernos de

no tienen. Por ejemplo, la función P


 es biyectiva; la función ℎ
 es sobreyectiva,
que es así basta observar que cada una de ellas tiene una característica que las otras

pero no inyectiva; la función N


 no es sobreyectiva, pero sí inyectiva, mientras que la
función %
 no es sobreyectiva, ni tampoco inyectiva. Si sus propiedades son
diferentes entonces las funciones necesariamente son diferentes, ya que si fuesen
iguales, serían idénticas en cuanto a sus características.

24
La conclusión que obtenemos de este ejemplo es que el dominio y el codominio
de una función forman parte esencial de su definición y no son consecuencias
secundarias de la misma. (En particular, volviendo a la pregunta que motivó este

ejemplo, podemos decir que N ∶ ℝ ∖ 0 → ℝ, N


 = M y ℎ ∶ [1,2] → ℝ, ℎ
 = M son
4 4

dos funciones diferentes.)

A la luz de esta reflexión, consideremos la siguiente actividad, que bien podría


aparecer en cualquier libro de Precálculo. (Nos interesa en este momento solamente el
enunciado, en el §4 de este mismo capítulo veremos la respuesta.)

Actividad: ¿Cuál es el dominio de la función %


 = Q
5 
− 1?

El punto que nos interesa destacar es que, estrictamente hablando, la actividad

está mal formulada. No existe la “función %


 = Q
5 
− 1”. Una fórmula por sí
sola no define una función; se necesita especificar cuál es el dominio y cuál es el
codominio considerados.

o de “la función  =
5 ” sin especificar dominios o codominios. En aras de la
Sin embargo, es muy frecuente que se hable, por ejemplo, de “la función seno”

brevedad, este abuso de lenguaje es aceptable siempre y cuando quede claro que,

codominio posibles (que es ℝ, en los dos ejemplos citados). Si se asume la misma


implícitamente, se está tomando en cada caso el máximo dominio y el máximo

convención, el enunciado anterior sería aceptable siempre. De todos modos, podemos


dar una formulación más precisa del enunciado, que sería la siguiente:

Actividad reformulada: Sea % ∶ J ⊆ ℝ → ℝ, %


 = Q
5 
− 1. ¿Cuál es el
mayor conjunto J que puede tomarse como dominio de %?

§3. Funciones continuas.


Recordemos la definición clásica de continuidad para funciones de una variable, tal
como aparece en casi todos los textos de Análisis I.

25
Definición 1.3: Una función % ∶ J ⊆ ℝ → ℝ es continua en
= * si y sólo si

1) Existe %*, es decir * ∈ J.


cumple simultáneamente las tres condiciones siguientes:

2) Existe SHTM→U %
.
3) SHTM→U %
 = %*.

Se asume que, si el domino de la función es un intervalo [&, '], entonces en

= & solamente se toma en cuenta el límite por la derecha y que en


= '
solamente se toma en cuenta el límite por la izquierda.
La definición 1.3 es una definición local, esto quiere decir que hace referencia a
un único punto. La definición de la derivada es también local, mientras que la

definiciones locales, la definición 1.3 puede extenderse a un conjunto  cualquiera de


definición de la integral definida es, en cambio, una definición global. Como todas las

Definición 1.4: Una función % ∶ J ⊆ ℝ → ℝ es continua en un conjunto  ⊆ J


la siguiente forma estándar.

si y sólo si para todo * ∈  se cumple la definición 1.3.


También podemos definir qué significa que una función sea continua “a secas”,

Definición 1.5: Una función % ∶ J ⊆ ℝ → ℝ es continua (“a secas”) si y sólo si


sin indicar conjunto alguno.

es continua en todo punto del conjunto J.


Antes de seguir con la lectura, les pido que reflexionen sobre la corrección de
estas definiciones y si se ajustan a la experiencia previa que ustedes hayan tenido con
la idea de continuidad. Esa experiencia previa será desafiada en el siguiente ejemplo.

Ejemplo 1.6: Sea % la función:


−1 GH
∈ [0,1]I
% ∶ [0,1] ∪ [2,3] → ℝ, %
 = F
1 GH
∈ [2,3]

Su gráfico se muestra a continuación. (La línea punteada en el eje horizontal


sirve de guía visual, pero estrictamente hablando no debería formar parte de la figura.)

26
La primera pregunta que nos hacemos es si %
 es una función continua. Si
leemos las definiciones 1.3, 1.4 y 1.5 llegamos a la conclusión de que sí, %
 es
realmente una función continua. (Para
= 0,
= 1,
= 2 y
= 3 vale la misma

continuidad de % en los puntos


= & y
= ' cuando el dominio de % es un
salvedad que hicimos, después dar la definición 1.3, cuando nos referimos a la

intervalo [&, '].)


Preguntémonos ahora ¿es %
 continua en
= 4? Antes de continuar,

Una lectura superficial de la definición 1.3 nos llevaría a decir que %


 no es
piensen unos minutos qué respuesta darían a la pregunta.

continua en
= 4 simplemente porque %4 no existe (falla la primera condición de

situación muy incómoda: acabamos de decir unas líneas más arriba que %
 es
la definición). Sin embargo, si mantuviéramos esta idea, surgiría inmediatamente una

continua, entonces ¿cómo puede suceder que una función continua sea al mismo

Por otra parte, ¿tiene sentido siquiera preguntarse si %


 es continua en un
tiempo discontinua en algún punto? ¿No es ésta una contradicción de conceptos?

punto que no está en su dominio? La respuesta a esta pregunta, que a la vez es la

continuidad o la discontinuidad de % en puntos que no pertenecen al dominio de la


solución del dilema del párrafo anterior, es que no tiene sentido hablar de la

función. La coherencia matemática nos obliga a decir que si


= * no está en el
dominio de % entonces % no es continua, ni tampoco discontinua, en ese punto. La
pregunta de si % es continua en
= * simplemente carece de sentido. En
consecuencia, debemos reformular la definición 1.3 de la siguiente manera:

27
Definición 1.3 bis: Una función % ∶ J ⊆ ℝ → ℝ es continua en * ∈ J si y sólo si
cumple que SHTM→U %
 = %*. Si * ∉ J entonces % no es continua ni discontinua en
ese punto.

Definición 1.4 bis: Una función % ∶ J ⊆ ℝ → ℝ es continua en un conjunto


Las definiciones 1.4 y 1.5 quedan reformuladas de esta manera:

 ⊆ J si y sólo si para todo * ∈  se cumple la definición 1.3 bis.


Definición 1.5: Una función % ∶ J ⊆ ℝ → ℝ es continua (“a secas”) si y sólo si
es continua en el conjunto J.

§4. Una paradoja.


La definición 1.3 bis parece correcta, sin embargo, hay en ella una suposición implícita
que puede plantearnos dificultades en determinadas circunstancias. Para entender a
qué me estoy refiriendo, veamos el siguiente ejemplo (que ya habíamos anticipado en
la sección 2):

Sea % ∶ J ⊆ ℝ → ℝ, %
 = Q
5 
− 1. Nos habíamos
preguntado en la sección 2 cuál es el mayor conjunto J que puede tomarse como
Ejemplo 1.7:

dominio de %. Agregamos ahora la siguiente pregunta: ¿Es % una función continua?

que la función “raíz cuadrada” es continua en todo su dominio (es decir, en 1 , que es
Comencemos por la segunda cuestión. Sabemos, por lo aprendido en Análisis I,

que la función ℎ ∶ ℝ → ℝ, ℎ
 =
5 
− 1 es continua en todo ℝ.
el conjunto que usualmente se toma como dominio de esa función). Sabemos también

Por otra parte, los libros de texto de Análisis I nos enseñan que la composición
de dos funciones continuas es también una función continua. Como consecuencia, si la
definición clásica de continuidad es consistente, debemos concluir que la función

% ∶ J ⊆ ℝ → ℝ, %
 = Q
5 
− 1 es continua. Este análisis, aparentemente,
resuelve la segunda pregunta.
¿Cuál es entonces el conjunto J? Queda como tarea para Uds. verificar que el
mayor conjunto J que puede tomarse como dominio de % es J = 0 ∪ [1, +∞
(véase la actividad 1 al final de este capítulo). Como dijimos que % es continua,
deducimos entonces que % es continua en cada
que pertenece al conjunto J. En

28
particular, % es continua en
= 0, y en consecuencia limM→ %
 = %0. He aquí
una afirmación sustentada por todo el corpus del Análisis I.

pueda calcular el limM→ %


 el número
= 0 debería ser punto de acumulación del
Ahora bien, por otra parte, según la definición clásica de límite, para que se

dominio de %. (El concepto de punto de acumulación será estudiado más adelante en


este mismo libro. Basta decir por ahora que
= &, que puede, o no, pertenecer a un
cierto conjunto J, es punto de acumulación de ese conjunto si existen elementos de
J, distintos de &, tan cercanos a & como se quiera.)
Sin embargo, en el ejemplo que estamos considerando
= 0 no es un punto
de acumulación del dominio de %
 (es un punto aislado). Por lo tanto, el mismo
corpus del Análisis I nos dice que no tiene sentido calcular el limM→ %
.

limM→ %
 = %0, pero, por otra, nos dice que ese límite no puede calcularse.
En resumen, por una parte la definición clásica de continuidad nos dice que

Hemos llegado a una contradicción, a una paradoja. Pero esta paradoja nace en
realidad de no tomar en cuenta la suposición implícita en la definición 1.3, la

dominio de %. Reformulamos entonces la definición:


suposición de que el punto considerado debe ser un punto de acumulación del

Definición 1.3 ter: Una función % ∶ J ⊆ ℝ → ℝ es continua en * ∈ J, siendo *


un punto de acumulación de J, si y sólo si se cumple que SHTM→U %
 = %*. (Si
* ∉ J entonces % no es continua ni discontinua en ese punto.)
Pero… ¿qué sucede si * ∈ J, pero no es un punto de acumulación del
conjunto? La verdad es que no podemos seguir emparchando la definición 1.3,
necesitamos empezar de cero y obtener una noción de continuidad que nos sirva para
afrontar los ejemplos anteriores.

§5. La construcción de una definición.


Para “empezar de cero”, como dijimos en el párrafo anterior, debemos comenzar con
una revisión de la definición de límite. La idea de esta sección es ver cómo se analiza
una demostración, cómo es posible estudiarla y modificarla para adaptarla a las
necesidades existentes.

29
Definición 1.8 (límite en un punto): Sea % ∶ J ⊆ ℝ → ℝ una función. Entonces,
SHTM→U %
 = ℓ si y sólo si * es un punto de acumulación de J y, además, para todo
Z - 0 existe algún , - 0 tal que si 0 < [HG\
, * < , entonces [HG\%
, ℓ < Z.
(Donde [HG\&, ' = |& − '|, es la distancia entre dos números reales.)

Habíamos tomado como definición de la continuidad de % en * el hecho de que


SHTM→U %
 = %*. Reemplacemos en esa definición la condición SHTM→U %
 =
%* por la que aparece en la definición 1.8 con ℓ=%*:

Afirmación 1.9 (borrador de una definición de continuidad): % es continua en


* ∈ J si y sólo si * es un punto de acumulación de J y, además, para todo Z - 0
existe algún , - 0 tal que si 0 < [HG\
, * < , entonces [HG\]%
, %*^ < Z.

La Afirmación 1.9 es, entonces, sólo una reformulación de nuestra definición de


continuidad. ¿Por qué ponemos “borrador”? Porque la idea será ver que esta
definición contiene elementos que, en realidad, son innecesarios. Comencemos:

a) ¿Por qué la Afirmación 1.9 dice “0 < [HG\


, *”? Digamos primeramente
que la distancia es siempre un número no negativo. Por lo tanto, decir “0 <
[HG\
, *” es exactamente lo mismo que decir “0 ≠ [HG\
, *”. Además, [HG\
, * =
0 si y sólo si
= *. Luego, “0 < [HG\
, *” es sólo una manera complicada de decir
que
≠ *.

“0 < [HG\
, *” porque la hereda de la definición de límite. Ahora bien, en muchos
La Afirmación 1.9, en cuanto definición de continuidad, contiene la condición

cálculos de límite sucede que * no pertenece al dominio de la función considerada. En


consecuencia, la definición de límite debe evitar que % pueda ser aplicada al número *
y en consecuencia se impone incluir la restricción de que
sea diferente de *.
Ahora bien, la Afirmación 1.9 quiere ser una definición que nos diga cuándo %
es continua en *. Por lo tanto, al intentar aplicar esta definición, sabremos de
antemano que * pertenece al dominio de la función (ya que en caso contrario ni
siquiera tendría sentido preguntarse por la continuidad). Por lo tanto, la condición

30
“0 < [HG\
, *” no es necesaria en una definición de continuidad y puede quitarse de
la Afirmación 1.9.

b) ¿Por qué la afirmación dice que * debe ser un punto de acumulación del

inicial de la definición clásica de límite queremos estudiar el comportamiento de %



dominio? Esta pregunta se relaciona directamente con la anterior. En la motivación

en un punto * que no está en su dominio de %. Estudiamos entonces el


comportamiento de la función cuando
se va acercando a ese punto * problemático.

*, y distintos de *, como se desee. De ahí que la definición clásica de límite pida que *
Para que esto tenga sentido, necesitamos que haya puntos del dominio tan cercanos a

sea punto de acumulación.


Pero, como ya dijimos, en nuestro caso sabemos que * está en el dominio de %
por lo que no es indispensable que haya puntos del dominio que sean cercanos a * y
distintos de *. Podemos decir que la condición de que * deba ser punto de
acumulación no es necesaria. (Volveremos a esta cuestión al analizar el concepto de
punto de acumulación.)

también innecesaria y muy problemática. La afirmación dice que “si [HG\


, * < ,
c) Finalmente, la Afirmación 1.9 incluye una suposición implícita, que es

entonces [HG\]%
, %*^ < Z” (ya hemos suprimido la condición de que la distancia
deba ser mayor que cero). Para cualquier
que esté a una distancia menor que , de *
se debe cumplir que [HG\]%
, %*^ < Z. En particular, esto nos dice que para todos
* que esté en J, debe existir un , - 0 para el cual todo punto del intervalo
* − ,, * + , esté también en el dominio de %.

aislados (como
= 0 en el Ejemplo 1.7), sino que nos limita seriamente los dominios
Esta suposición no solamente nos bloquea el analizar la continuidad en puntos

funciones definidas en algún subconjunto de _. Nótese, además, que es esta


que podemos considerar. Por ejemplo, no podríamos analizar la continuidad de

suposición la que nos obliga considerar a los puntos & y ' como casos especiales
cuando el dominio de % es un intervalo [&, '] (ya que a la derecha de ' o a la izquierda
de & no hay puntos del domino).

31
En realidad, la suposición está fuertemente ligada a una idea gráfica según la
cual las funciones continuas son aquellas cuyo gráfico se puede dibujar sin levantar el

_ o aquellos que tienen puntos aislados. (En lugar de “fragmentarios”, la palabra


lápiz del papel, y es por eso que tácitamente elimina dominios “fragmentados” como

correcta es “disconexos”, tal como estudiaremos en capítulos posteriores.)


Ya vimos en el capítulo 0 que el Análisis no debe estar atado a las nociones

otra parte, es verdad que si en la definición aparece la expresión %


 debemos
gráficas, es así que podemos (y debemos) quitar esta suposición implícita. Pero, por

asegurar previamente que el tal


pertenece al dominio de %. Toda la situación se salva
agregando a la Afirmación 1.9 la siguiente aclaración: “si [HG\
, * < , y
∈ J
entonces [HG\]%
, %*^ < Z”. De este modo, no es necesario calcular %
 para
todos los
∈ * − ,, * + ,, sino solamente para aquellos que, además de estar en
ese intervalo, están también en el dominio de %.
Como conclusión, nuestra nueva definición de continuidad dice:

Definición 1.10 (continuidad de una función): Sea % ∶ J ⊆ ℝ → ℝ una función.


1) Decimos que % es continua en * ∈ J si y sólo si para todo Z - 0 existe algún
, - 0 tal que si
∈ J y [HG\
, * < , entonces [HG\%
, %* < Z.
2) Si  ⊆ J, decimos que % es continua en  si y sólo la condición anterior se
cumple para todo * ∈ .
3) Decimos que % es continua (“a secas”) si y sólo si la condición anterior se
cumple para  = J.
4) Si * ∉ J entonces % no es continua ni discontinua en *.
Nota: Es fácil ver que la condición “
∈ J y [HG\
, * < ,” es equivalente a la
condición “
∈ * − ,, * + , ∩ J”.

1.7. En efecto, veamos cómo la definición 1.10 nos permite demostrar que %: 0 ∪
Esta nueva definición nos permite resolver el dilema planteado por el Ejemplo

[1, +∞ → ℝ, %
 = Q
5 
− 1 es continua en * = 0. Para ello debemos probar

Para todo Z - 0 existe algún , - 0 tal que si


∈ −,, , ∩  0 ∪ [1, +∞
que:

entonces [HG\%
, %0 < Z.

32
Normalmente, el valor de , depende del Z elegido. Sin embargo, en este caso
en particular no es así y es posible elegir un valor de , que sirva para todo Z - 0

propuesto. En concreto, cualquiera sea el Z - 0, basta tomar , =


4
5
(u otro número

menor que 1).


Tenemos que probar que si
∈ −,, , ∩ J entonces [HG%]%
, %0^ < Z.

Observemos que si
pertenece al conjunto −,, , ∩ J = a− , b ∩  0 ∪
4 4
5 5

[1, +∞ entonces


= 0, ya que a− , b ∩ ] 0 ∪ [1, +∞^ es exactamente 0.
4 4
5 5


∈ a− , b ∩  0 ∪ [1, +∞ [HG\%
, %0 =
4 4
5 5
Luego, si entonces

[HG\%0, %0 = 0 < Z, cualquiera sea Z. Por lo tanto se cumple la definición de


continuidad y, en consecuencia, % es continua en * = 0.

§6. Evitable o esencial.

1
Según la definición 1.10, la función:

% ∶ ℝ ∖ 0 → ℝ, %
 =

no es continua, ni tampoco discontinua, en


= 0, ya que ese punto no está en el
dominio de %. Del mismo modo, la función:

5 − 4
N ∶ ℝ ∖ 2 → ℝ, N
 =

−2
no es continua, ni discontinua, en
= 2.
Sin embargo, dado que limM→ %
 = ∞ y que limM→5 N
 = 4, los textos
clásicos de Análisis I dirían que %
 tiene en
= 0 una discontinuidad esencial y que
N
 tiene en
= 2 una discontinuidad evitable. ¿Cómo podemos reconciliar estos
dos puntos de vista tan diferentes?

33
La cuestión que los textos de Análisis I relacionan con el concepto de
“discontinuidad evitable” o “discontinuidad esencial” se vincula en realidad con la

de modo tal que esa continuidad se preserve. Por ejemplo, la función N ∶ ℝ ∖ 2 → ℝ


pregunta de si es posible, o no es posible, extender el dominio de una función continua

La pregunta es ¿podemos extender el dominio de N a todo ℝ de modo tal que


mencionada más arriba es continua.

función N̅ ∶ ℝ → ℝ que sea continua y que coincida con N en ℝ ∖ 2? Dado que
la continuidad se conserve? Formulemos la pregunta con más precisión: ¿Existe alguna

limM→5 N
 = 4 la respuesta es que sí. Este límite nos dice además que en
= 2 la
función extendida debe tomar el valor 4. En resumen, la función N̅ ∶ ℝ → ℝ se define
así:


5 − 4
N̅ 
 = d
− 2 GH
≠ 2I
4 GH
= 2

La función % también es continua ¿podemos extender su dominio a todo ℝ de

limM→ %
 = ∞ entonces no hay modo de extender la función a
= 0 de modo
modo que la continuidad se conserve? En este caso la respuesta es que no. Como

que siga siendo continua.

La pregunta de si es posible, o no, extender una función continua a un punto de


acumulación de su dominio de modo que la continuidad se preserve es, a su vez, un

puede plantearse así: si % ∶ J ⊆ ℝ → ℝ es una función continua y  es un conjunto tal


caso particular de un problema más amplio y complejo que, en términos generales,

que J ⊂  ⊆ ℝ ¿bajo qué condiciones podemos extender % a una función %f :  → ℝ


que también sea continua?
El problema general excede las intenciones de este libro, en el que sólo
estudiaremos algunos casos particulares (véase, por ejemplo, la actividad 5 de este
capítulo o las secciones finales del capítulo 9).

34
§7. Conclusión.
¿Cambian las definiciones matemáticas a lo largo del tiempo? La respuesta,
definitivamente, es que sí. La definición de función, la definición de derivada, la de
integral, la definición de continuidad, entre muchas otras, se ha ido modificando a lo
largo de las décadas. Pero este cambio no es azaroso ni arbitrario, sino que siempre es
impuesto por la necesidad de resolver algún problema.
En este capítulo nos hemos visto en la necesidad de modificar la definición
clásica de continuidad. Esta decisión fue causada por la paradoja que mostramos en la
sección 4: la definición clásica nos llevaba a concluir simultáneamente que la función

% ∶ J ⊆ ℝ → ℝ, %
 = Q
5 
− 1 es, y no es, continua en
= 0. La nueva
definición salva esta situación al permitirnos demostrar que % sí es continua en ese
punto.
Finalmente, recordemos que en la primera sección habíamos formulado varias
preguntas: ¿El dominio de una función es parte de su definición o sólo una
consecuencia de esa definición? ¿Es verdad que una función es continua si y sólo si se
puede dibujar su gráfico sin levantar el lápiz del papel? ¿Existe una función continua
cuya imagen esté formada exactamente por dos números diferentes? Los invito,
después de haber leído el capítulo, a responder las preguntas y a comparar las
respuestas con las que dieron (o hubieran dado) antes de comenzar la lectura.

§8. Actividades.

1) Sea % ∶ J ⊆ ℝ → ℝ, %
 = Q
5 
− 1. Verifiquen que el mayor conjunto J que
puede tomarse como dominio de % es J = 0 ∪ [1, +∞. (Véase el ejemplo 1.7).

2) Indiquen, justificando su respuesta, cuáles de las siguientes funciones son continuas.

−1 GH 0 ≤

4
5I
a)% ∶ [0,1] → ℝ, %
 = g
1 GH <
≤1
4
5

35
−1 GH 0 ≤
<
4
5I
b) % ∶ [0,1] ∖ i j → ℝ, %
 = g
4

1 GH <
≤ 1
5 4
5


GH 0 ≤
≤ 1I
c) % ∶ [0,1] ∪ 2 → ℝ, %
 = i
1 GH
= 2

d) % ∶ 0 → 1, %0 = 1

e) % ∶ 0 → 1, %
 =
+ 1

Pregunta adicional: las funciones de los puntos d) y e) ¿son en realidad la misma


función?

3) Sea % ∶ J ⊆ ℝ → ℝ una función cualquiera y sea * ∈ J un punto aislado de J.


Demuestren que % es continua en
= *, independientemente de cuál sea el valor de
%*.

Nota: * ∈ J es punto aislado de J si existe , - 0 tal que * − ,, * + , ∩ J = *.

4) Muestren un subconjunto infinito de ℝ, no formado exclusivamente por puntos

1 GH
∈ ℚI
aislados, en el que cada una de las siguientes funciones sea continua.

a) %
 = [
] (parte entera de x) b) l
 = F
0 GH
∉ ℚ
Nota: l
 es conocida como la Función de Dirichlet.

5) Sea % ∶ ℕ → ℝ una función cualquiera. Demuestren que % es continua y que es


posible extenderla con continuidad a todo ℝ. (Nota: ℕ = 0,1,2,3, … .)

6) Demuestren que si % ∶ J ⊆ ℝ → ℝ es una función, * ∈ J es un punto de


acumulación de J y limM→U %
 = %* entonces % es continua en
= *, según la
definición 1.10. (En otras palabras, si % es continua en
= * para la definición clásica

36
entonces también es continua según la nueva definición que hemos adoptado en este
capítulo. Decimos entonces que la nueva definición extiende a la anterior.)

7) Definición: Decimos que % ∶ J ⊆ ℝ → ℝ tiene la propiedad de conservación del


signo si y sólo si para todo & ∈ J se cumple lo siguiente:
a) Si %& - 0, existe , - 0 tal que para todo
∈ & − ,, & + , ∩ J, %
 - 0.
b) Si %& < 0, existe , - 0 tal que para todo
∈ & − ,, & + , ∩ J, %
 < 0.
La definición nada dice en el caso en que %& = 0.

Para cada una de las siguientes afirmaciones determine, justificando su respuesta, si se


trata de un enunciado verdadero o falso:
a) Toda función continua verifica la propiedad de conservación del signo.
b) Toda función que verifique la propiedad de conservación del signo es continua.

8) Demuestren que la composición de dos funciones continuas es una función


continua.

9) a) Si % ∶ J ⊆ ℝ → ℝ es una función cualquiera y  es un subconjunto de J,


definimos I%|m ∶  → ℝ (la restricción de % a ), de la siguiente manera: I%|m 
 = %

para todo
∈ . En otras palabras, I%|m está definida por la misma regla que %, sólo
que en un dominio “más pequeño”. Demuestren que si % es continua entonces I%|m
también es continua.

b) A partir de lo probado en el punto a) den una demostración diferente del hecho de


que las funciones de los Ejemplos 1.6 y 1.7 son continuas.

37
Capítulo 2
Funciones en ℝ

“Llamo a nuestro mundo Planilandia,


no porque nosotros le llamemos así,
sino para que les resulte más clara su naturaleza
a ustedes, mis queridos lectores,
que tienen el privilegio de vivir en el espacio.”
(Edwin A. Abbott, Planilandia.)

§1. La recta, el plano y el espacio.


Todas las funciones con las que trabajamos en el capítulo anterior, ya sea aquellas a las
que se referían las definiciones como aquellas que fueron mencionadas en ejemplos y

ambos incluidos en ℝ. En este capítulo daremos un salto a dimensiones superiores. Es


actividades, tenían una característica en común: su dominio y su codominio estaban

dimos allí, pueden aplicarse a funciones con dominio y codominio contenidos en ℝ y


decir, vamos a ver cómo las nociones del capítulo 1, en particular las definiciones que

ℝ respectivamente (con K y T números naturales positivos arbitrarios).


Es posible que al leer el párrafo anterior les haya surgido a ustedes la siguiente
pregunta: ¿es realmente posible aplicar las mismas definiciones que dimos para
funciones de una variable a funciones de varias variables? ¿No habría que, por lo

Analicemos esta primera cuestión: el tema de la notación para funciones de ℝ


menos, adaptar un poco las notaciones?

a ℝ . ¿Debe existir una notación diferente para las funciones de una variable y para
las funciones de varias variables? La verdad es que muchos libros de texto tienden a
marcar una diferencia demasiado tajante entre el modo de referirse a las funciones de
una variable y el modo de mencionar a las funciones de varias variables.
Inclusive algunos textos les atribuyen nombres diferentes a las funciones, según
cuál sea la dimensión correspondiente a su dominio o a su codominio. En estos últimos

38
textos, a las funciones %
 ∶ J ⊆ ℝ → ℝ se las suele llamar “funciones escalares”; a
las funciones %
n ∶ J ⊆ ℝ → ℝ (con K - 1 y una flechita sobre la
) se las llama

“campos escalares”; a las funciones ooon


% 
 ∶ J ⊆ ℝ → ℝ (con T - 1 y flechita sobre

la %) se las llama “funciones vectoriales”; y a las funciones ooon


% 
n ∶ J ⊆ ℝ → ℝ (con
K - 1 y T - 1) se las llama “campos vectoriales”.
Quizás existan circunstancias en las que el manejo de toda esta taxonomía
resulte conveniente, o inclusive necesario, sin embargo, no es eso lo que sucede en el
caso de nuestro libro. Muy por el contrario, una de las ideas centrales que aquí
desarrollaremos es que la distinción, que suele hacerse en la enseñanza de la
Matemática en el Nivel Superior, entre “Análisis I” y “Análisis II” (entre funciones de
una o de varias variables) no hace a la esencia de los temas tratados, sino que tiene
solamente una finalidad didáctica.
En realidad, la mayoría de los conceptos que se ponen en juego en la enseñanza
del Análisis I o del Análisis II tienen un trasfondo topológico común y nuestra intención
es sacarlo a la luz para diseccionarlo, analizarlo y estudiarlo. Puesto que trataremos de
unificar conceptos, de descubrir similitudes y puntos en común, el utilizar notaciones
separadas para los diferentes tipos de funciones resultaría, no sólo innecesario, sino
además inconveniente y un obstáculo para nuestros intereses.

dominio o de su codominio, las llamaremos %


, omitiendo toda clase de flechitas. A
Por ese motivo, a todas las funciones, no importa cuál sea la dimensión de su

veces la
indicará un número real, a veces será un vector de K componentes, y en ese
caso será
= 
4 , ⋯ ,
 . A veces, también,
será la primera coordenada del par

,  o de la terna 
, , q.
De la misma forma, a veces %
 será un número y a veces un vector de T
coordenadas, y en este último caso %
 será %4 
, ⋯ , % 
. El contexto nos

Por ejemplo, cada vez que escribamos [HG\


,  podremos estar refiriéndonos
indicará en cada circunstancia cuál es la interpretación que deberemos adoptar.

a la distancia entre dos números reales, o a la distancia entre dos puntos del plano, o
entre dos puntos del espacio o, en general, entre dos puntos de 1  . Recordemos que
si
∈ 1  e  ∈ 1  entonces [HG\
,  se define como:

39


[HG\
,  = rs
t − t 5
t;4

para K = 1 la fórmula anterior nos da exactamente la distancia entre dos puntos de la


Que esta notación unificada es coherente queda manifiesto en el hecho de que

recta. En efecto, en ese caso es [HG\


,  = Q
− 5 = |
− |.

§2. La continuidad revisitada.


En el capítulo anterior modificamos la definición clásica de continuidad (aquella que se
basa en el concepto de límite) para transformarla en la que hemos dado en llamar la
definición 1.10. Recordemos su enunciado:

Definición 1.10 (continuidad de una función): Sea % ∶ J ⊆ ℝ → ℝ una función.


1) Decimos que % es continua en * ∈ J si y sólo si para todo Z - 0 existe algún
, - 0 tal que si
∈ J y [HG\
, * < , entonces [HG\%
, %* < Z.
2) Si  ⊆ J, decimos que % es continua en  si y sólo la condición anterior se
cumple para todo * ∈ .
3) Decimos que % es continua (“a secas”) si y sólo si la condición anterior se
cumple para  = J.
4) Si * ∉ J entonces % no es continua ni discontinua en *.

Preguntémonos ahora si podemos aplicar esta definición a funciones de ℝ en


ℝ , para K y T cualesquiera. La respuesta es afirmativa, ya que, al leer con cuidado
los puntos 1) a 4) de la definición vemos que todos los conceptos mencionados

puntos de ℝ o de ℝ (según corresponda) sin que haya en ello problema alguno.


(esencialmente, el de distancia entre dos puntos) pueden referirse perfectamente a

Obtenemos así una definición más general de continuidad:

Definición 2.1 (continuidad de una función): Sea % ∶ J ⊆ ℝ → ℝ una


función.

40
1) Decimos que % es continua en * ∈ J si y sólo si para todo Z - 0 existe algún
, - 0 tal que si
∈ J y [HG\
, * < , entonces [HG\%
, %* < Z.
2) Si  ⊆ J, decimos que % es continua en  si y sólo la condición anterior se
cumple para todo * ∈ .
3) Decimos que % es continua (“a secas”) si y sólo si la condición anterior se
cumple para  = J.
4) Si * ∉ J entonces % no es continua ni discontinua en *.

§3. Entornos.
En el capítulo anterior, inmediatamente después de la definición 1.10, acotábamos que
la condición “
∈ J y [HG\
, * < ,” es equivalente a “
∈ * − ,, * + , ∩ J”, es
decir, si * ∈ ℝ entonces el intervalo * − ,, * + , es exactamente el conjunto de
todos los números reales cuya distancia a * es menor que ,. ¿Cómo se traduce esta
idea al caso en que * ∈ ℝ , con K ≥ 1 cualquiera? La siguiente definición nos

Definición 2.2: Si * ∈ ℝ y , - 0, llamaremos u *, el entorno de centro * y


permitirá dar ese salto:

radio ,, al conjunto de todos los


∈ ℝ tales que [HG\
, * < ,.
En el caso K = 1, como ya dijimos, u * es el intervalo * − ,, * + ,; para
K = 2, u * es el círculo de centro * y radio , sin incluir la circunferencia; para K = 3,
u * es la esfera de centro * y radio , sin su “cáscara”.

41
Por lo tanto, en el caso general, la condición “
∈ J y [HG\
, * < ,” es
equivalente a “
∈ u * ∩ J” y entonces el primer punto de la definición 2.1 puede

Definición 2.3: Sea % ∶ J ⊆ ℝ → ℝ una función; decimos que % es continua


reescribirse de esta manera:

en * ∈ J si y sólo si para todo Z - 0 existe algún , - 0 tal que si


∈ u * ∩ J
entonces %
 ∈ w %*.

1) Grafiquen el mayor subconjunto de ℝ5 que puede tomarse como dominio de cada


§4. Actividades.

una de las siguientes funciones.

a) % ∶ J ⊆ ℝ5 → ℝ, %
,  =
4
QM x yx z4

b) % ∶ J ⊆ ℝ5 → ℝ, %
,  = |M||y|z5
M

2) Determinen algún subconjunto de ℝ5 , no formado exclusivamente por puntos


aislados, en el que sean continuas las siguientes funciones.

1 GH
+  ∈ ℚI
a) % ∶ ℝ5 → ℝ, %
,  = F
0 GH
+  ∉ ℚ

b) % ∶ ℚ × ℚ → ℝ, %
,  =
+ 

42
Capítulo 3
El Teorema de Bolzano (1ra parte)

Un cartel “oficial” en un ascensor en Valencia, España, dice:


“El ascensor sube sólo al segundo piso (sin pasar por el primero).”
Una respuesta debajo, en la forma de un cartel escrito a mano:
“Eso es imposible. Firmado: Bolzano.”
(Fuente: http://literratos.wordpress.com/2010/09/06/
bolzano-la-mente-humana-y-un-ascensor-de-valencia/)

§1. El porqué de un teorema.


Los tres capítulos anteriores fueron, en cierto modo, preparatorios. En el capítulo 0
analizamos la insuficiencia del razonamiento gráfico como técnica de demostración, y
nos convencimos de la consecuente necesidad del rigor lógico. En los capítulos 1 y 2
nos pusimos de acuerdo sobre ciertas definiciones y notaciones que serán
fundamentales para nosotros a lo largo de todo el libro. En el presente capítulo,
finalmente, comenzaremos a abordar el estudio de los conceptos topológicos.
Decíamos en la introducción que nuestro método consistirá en examinar en
profundidad algunos teoremas clásicos del Análisis con la intención de desarmarlos
“desde adentro” y exponer las ideas que los sustentan. En última instancia, trataremos
de entender, más allá de las demostraciones, el porqué esos teoremas son verdaderos.
En el capítulo presente (y también en el próximo) nuestro objeto de estudio
será el Teorema de Bolzano, que ya mencionamos en el capítulo 0. Recordemos una

Teorema de Bolzano (enunciado clásico). Si % ∶ [&, '] → ℝ es una función


vez más su enunciado:

continua y %& y %' tienen distinto signo entonces existe algún * ∈ &, ' tal que
%* = 0.

43
Observación: En muchos libros de texto la condición que se pide para %& y
%' es que su producto sea negativo. Esta modificación no representa ninguna
diferencia ya que la expresión %&%' < 0 no es más que una manera elegante y
económica de decir que %& y %' tengan distinto signo. Observemos que cuando
decimos que dos números tienen distinto signo estamos implícitamente afirmando que
son distintos de cero (ya que los números en cuestión tienen algún signo, mientras que
el cero no lo tiene).

Todo teorema, como bien sabemos, tiene una o más hipótesis y una tesis (o
conclusión) y su enunciado afirma que siempre que las hipótesis se cumplan entonces
la tesis será cierta. El teorema, podemos decir, tiende un puente que relaciona las
hipótesis con la tesis. La noción fundamental que hace válido el teorema, tiene que
estar en ese puente y para descubrirla vamos a (metafóricamente hablando) atacarlo,
a retorcerlo y a estrujarlo para ver de qué está hecho.
Propongámonos entonces la siguiente cuestión: ¿qué hipótesis del Teorema de
Bolzano pueden ser removidas o modificadas de modo tal que la conclusión siga siendo
cierta? Ésta es la pregunta que guiará nuestro trabajo a lo largo de este capítulo.

§2. La disección del Teorema de Bolzano.


¿Cuáles son exactamente las hipótesis del Teorema de Bolzano? Al leer el enunciado

Hip. 1: La función % es continua.


hay dos que saltan a la vista:

Hip. 2: %& y %' tienen distinto signo.


Sin embargo, si observamos con cuidado, veremos que hay también una tercera
hipótesis. Para descubrirla debemos recordar lo que discutimos en el capítulo 2, en

Precisamente, la tercera hipótesis se refiere al dominio de %, que indicaremos como


cuanto a que el dominio de una función es parte esencial de su definición.

J{T%, y dice así:


Hip.3: El dominio de % es el intervalo [&, '], es decir, J{T% = [&, '].

44
La tesis afirma que existe * ∈ &, ' tal que %* = 0. Ahora bien ¿por qué dice
“* ∈ &, '”, y no “* ∈ [&, ']”? En principio es obvio que * debe estar en el dominio de
%, de lo contrario no tendría sentido escribir %*=0. Por lo tanto, no sería incorrecto
que la tesis afirmara que * ∈ [&, ']. Sin embargo, como explicábamos antes, al decir
que %& y %' tienen distinto signo estamos afirmando implícitamente que %& y
%' son ambos distintos de cero. Por lo tanto, el número * de la tesis no puede ser &
ni tampoco ', y como * ∈ [&, '], * ≠ & y * ≠ ' entonces podemos asegurar, con más
precisión, que * ∈ &, '. (Más precisión en el sentido de que hemos ubicado a * en un
conjunto un poco “más pequeño” que el dominio de %.)
En resumen, sería perfectamente correcto que la tesis dijera “* ∈ [&, ']”, el
enunciado clásico dice “* ∈ &, '”, por una parte porque también es correcto, y por
otra porque es más preciso.

§3. Las dos primeras hipótesis.

pregunta es, entonces, la siguiente: ¿Podemos suprimir la hipótesis que dice que % es
En esta sección nos dedicaremos a las dos primeras hipótesis del teorema. La primera

una función continua? En otras palabras ¿es válida la siguiente afirmación (que es el

Afirmación 3.1: Si % ∶ [&, '] → ℝ es una función tal que %& y %' tienen
Teorema de Bolzano clásico sin la primera hipótesis)?

distinto signo entonces existe * ∈ &, ' tal que %* = 0.

Si la Afirmación 3.1 fuera verdadera esto nos diría que es posible suprimir la
primera hipótesis, en otras palabras, que su presencia no sería indispensable. Por el
contrario, si la afirmación es falsa, sabríamos que la primera hipótesis es esencial y que
no puede omitirse.
Por otra parte, para justificar que la Afirmación 3.1 es verdadera (si ése fuera el
caso) deberíamos dar una demostración de ella (es decir, un razonamiento lógico que
la pruebe). Si la afirmación fuera falsa, para justificarlo bastaría con dar un
contraejemplo, es decir, mostrar una función que cumpla las hipótesis 2 y 3, pero que
no cumpla la tesis.

45
Queda como tarea para ustedes demostrar que la Afirmación 3.1 es, de hecho,

la primera hipótesis (aquella que afirma que % es continua) es esencial para el teorema
falsa (véase la actividad 1 al final del capítulo). En consecuencia, podemos afirmar que

¿Será también esencial la segunda hipótesis (aquella que afirma que %& y
y no puede omitirse.

%' tienen distinto signo)? En otras palabras, ¿es cierta la afirmación siguiente (que

Afirmación 3.2: Si % ∶ [&, '] → ℝ es una función continua entonces existe


es el enunciado Teorema de Bolzano clásico sin la segunda hipótesis)?

* ∈ &, ' tal que %* = 0.

Queda también como tarea para ustedes demostrar que esta segunda

que afirma que %& y %' tienen distinto signo también es esencial y no puede
afirmación es falsa (véase la actividad 2 al final del capítulo). Por lo tanto, la hipótesis

omitirse en el enunciado del Teorema de Bolzano.

¿Podríamos tomar como dominio de %, en el enunciado de nuestro teorema, un


§4. Las hipótesis y la tesis bajo la lupa.

conjunto diferente del intervalo [&, ']? ¿Podríamos tomar, por ejemplo, el intervalo
&, '? Antes de analizar esta posibilidad debemos hacer algunos ajustes en la segunda
hipótesis y también en la tesis. En efecto, si tomáramos al intervalo &, ' como
dominio de % entonces no tendría sentido que la segunda hipótesis dijera que %& y
%' tienen distinto signo, ya que %& y %', simplemente, no existirían.

Definición 3.3 (cambio de signo): Si % ∶ J → ℝ es una función cualquiera,


Introducimos la siguiente definición:

diremos que % cambia de signo si y sólo si existen


4 ∈ J y
5 ∈ J tales que los
números %
4  y %
5  tienen ambos diferente signo.

que hay dos números en el dominio de % donde la función tiene diferente signo, no
En realidad, la verdadera potencia de la segunda hipótesis está en el hecho de

hipótesis por la afirmación más general y más simple de que % cambia de signo.
importa cómo estos números se llamen. Podemos entonces reemplazar la segunda

46
En cuanto a la tesis, su formulación original (“existe * ∈ &, ' tal que…” ) está
fuertemente ligada a la suposición de que el dominio es el intervalo [&, '].
Necesitamos una formulación que pueda adaptarse a cualquier dominio. Ahora bien,

“existe * ∈ J{T% tal que %* = 0”. Tomaremos como tesis esta última afirmación.
como decíamos en la sección 2, sería perfectamente correcto que la tesis dijera que

En resumen, la estructura esencial del Teorema de Bolzano queda expresada de

Hip. 1: % es continua.
la siguiente manera:

Hip. 2: % cambia de signo en su dominio.


Hip. 3: El dominio de % es el intervalo [&, '].
Tesis: Existe * ∈ J{T% tal que %* = 0.

§5. Conjuntos adecuados.

función al intervalo abierto &, ' en lugar del intervalo cerrado [&, ']? Es decir, ¿es
Retomemos la pregunta sobre la hipótesis 3: ¿podemos tomar como dominio de la

Afirmación 3.4: Si % ∶ &, ' → ℝ es continua y % cambia de signo entonces


verdadera la afirmación siguiente?

existe * ∈ &, ' tal que %* = 0.

Queda como ejercicio para ustedes demostrar que esta afirmación es


verdadera (véase la actividad 3 al final del capítulo). Por lo tanto, el hecho de que el
dominio sea un intervalo cerrado no es esencial para nuestro teorema, ya que éste

Diremos que un conjunto J es adecuado para el Teorema de Bolzano si y sólo si


también es válido en un intervalo abierto.

en la hipótesis 3 de este teorema es posible tomar al conjunto J como dominio sin que
por ello se pierda la validez de la afirmación. En otras palabras, J es adecuado para el
Teorema de Bolzano si y sólo si toda función continua con dominio J que cambie de

Podemos afirmar entonces que todos los intervalos cerrados [&, '], así como
signo tiene necesariamente una raíz.

también todos los intervalos abiertos &, ', son adecuados para el Teorema de
Bolzano. ¿Qué otros conjuntos tienen esa propiedad?

47
Les propongo que determinen cuáles de los siguientes conjuntos son
adecuados para el Teorema de Bolzano, y cuáles no lo son (véase la actividad 4 al final
del capítulo):

a)  = [&, '] ∪ [*, [] con & < ' < ; < [


b)  = [&, ' ∪ ', *] con & < ' < *
c) = = [&, +∞, con & cualquiera
d) J = −∞, ', con ' cualquiera
e) _, el conjunto de los números racionales

Una vez que hayan resuelto esta actividad, conjeturen cuál es la propiedad que
distingue a los conjuntos que son adecuados de aquellos que no lo son. Las respuestas
a estas actividades aparecen en la sección siguiente, les propongo entonces que traten
de resolverlas antes de continuar la lectura.

Nota: Observemos que los casos a), b), c) y d) no se refieren a un único

ejemplo, enmarcados en el caso a) están, por ejemplo, los conjuntos [0,1] ∪ [2,3],
conjunto, sino que cada uno de ellos abarca toda una familia de conjuntos. Por

|−2, √2~ ∪ [3, 11], etc. En esos casos la respuesta, eventualmente, podría ser que
algunos conjuntos de la familia son adecuados, mientras que otros no lo son (queda
para ustedes determinar cuál es la respuesta).
El caso e), en cambio, como es obvio, habla de un único conjunto y en ese caso
la respuesta es por sí o por no.

§6. Conjuntos conexos por arcos.

Al resolver las actividades del final de la sección anterior habrán notado que todos los
conjuntos que son adecuados para el Teorema de Bolzano tienen en común una
característica que podríamos describir gráficamente como de “ser de una sola pieza” o
“estar formado por un solo trozo”. Un segmento cumple esta condición, mientras que
un conjunto formado por dos segmentos disjuntos no la cumple. En este último caso el

48
conjunto está “desconectado”, “partido en dos”. El concepto que estamos tratando de
aprehender se llama conexidad o conexión, y su definición formal es la siguiente.

Definición 3.5: Un conjunto J es arco-conexo (o conexo por arcos) si y sólo si


para todo  ∈ J y € ∈ J existe un camino totalmente contenido en J que conecta 
con €. (Por ahora apelaremos solamente a la idea intuitiva de “camino”, en el próximo
capítulo la expresaremos con más precisión.)

aplica la definición 3.5 en el caso de los conjuntos [&, '], &, ', que son arco-conexos,
Antes de relacionar esta noción con el Teorema de Bolzano, veamos cómo se

y _, que no lo es.

Ejemplo 3.6: Para probar que todos los intervalo cerrados [&, '], o abiertos
&, ', son arco-conexos hay que ver que si  y € están en algunos de esos intervalos
entonces todo camino que los conecta está también contenido en el intervalo.

Ahora bien, esencialmente el único camino que conecta  con € es el segmento


que va de  a €, en otras palabras, es el intervalo [, €] (suponiendo que  < €). Por

sea el intervalo [&, '] o el intervalo &, ').


otra parte, es claro que ese segmento está totalmente contenido en el intervalo (ya

Ejemplo 3.7: Para ver que ℚ no es arco-conexo basta con mostrar dos números
racionales  y € tales que ningún camino que los conecte esté totalmente contenido
en ℚ. Ahora bien, como dijimos en el ejemplo anterior, esencialmente el único camino
que conecta  con € es el intervalo [, €]. Por lo tanto, basta hallar dos números
racionales  y € tales que [, €] ⊈ ℚ. Esto es muy sencillo, si tomamos  = 1 y € = 2,
ya tendremos nuestro contraejemplo porque [1,2] ⊈ ℚ dado que √2 ∈ [1,2].

49
Ahora bien, las dos actividades finales de la sección anterior nos llevaron a
conjeturar que todos los conjuntos arco-conexos son adecuados para el Teorema de
Bolzano. Según esta conjetura, el teorema podría reescribirse en esta forma más

Teorema 3.8: Si % ∶ J ⊆ ℝ → ℝ es continua, D es arco-conexo y % cambia de


general:

signo entonces existe * ∈ J tal que %* = 0.

§7. ¿Conclusión?
Hemos establecido que la continuidad de la función y el hecho de que ésta cambie de
signo son hipótesis esenciales e ineludibles del Teorema de Bolzano y hemos
conjeturado que la tercera hipótesis podría ser “el dominio de la función es un
conjunto arco-conexo”. Sin embargo, varias preguntas han quedado todavía
pendientes. Veamos dos de ellas:
a) ¿Es realmente válido el teorema 3.8? En otras palabras, ¿es correcta la
conjetura de que los conjuntos arco-conexos son adecuados para el Teorema de
Bolzano? En el próximo capítulo veremos que la respuesta es que sí.
b) ¿Cuál es la idea detrás del Teorema de Bolzano? Ésta es la pregunta que
planteamos al principio del capítulo y que todavía no hemos respondido. La
contestaremos en el próximo capítulo.

1) Demuestren que es falso que si % ∶ [&, '] → ℝ es una función tal que %& y %'
§8. Actividades.

tienen distinto signo entonces existe * ∈ &, ' tal que %* = 0. (Por lo tanto, la
hipótesis que dice que % es continua no puede omitirse en el Teorema de Bolzano.)

2) Demuestren que es falso que si % ∶ [&, '] → ℝ es una función continua entonces
existe * ∈ &, ' tal que %* = 0. (Por lo tanto, la hipótesis que dice que % cambia de
signo no puede quitarse del enunciado del Teorema de Bolzano.)

50
3) a) Demuestren que si % ∶ &, ' → ℝ es continua y % cambia de signo entonces
existe * ∈ &, ' tal que %* = 0.

b) Demuestren que si % ∶ &, ' → ℝ es continua y además limM→‚ %


 y limM→ƒ %

existen y tienen distinto signo entonces existe * ∈ &, ' tal que %* = 0. (Nota: no
se excluye el caso de que alguno de los límites sea infinito.)

4) Determinen, justificando su respuesta, cuáles de los siguientes conjuntos son


adecuados para el Teorema de Bolzano, y cuáles no lo son:

 = [&, '] ∪ [*, [] con & < ' < * < [.


 = [&, ' ∪ ', *] con & < ' < *.
= = [&, +∞ con & ∈ ℝ cualquiera.
J = −∞, ' con ' ∈ ℝ cualquiera.
_, el conjunto de los números racionales.

51
Capítulo 4
El Teorema de Bolzano (2da parte)

conexo, xa. (Del lat. connexus, part. pas. de connectĕre, unir).


adj. Dicho de una cosa: Que está enlazada o relacionada con otra.
(Real Academia Española, Diccionario de la Lengua Española,
Vigésima segunda edición.)

§1. Arco-conexos en ℝ .
En este capítulo vamos a continuar con el análisis del Teorema de Bolzano que

“conjunto arco-conexo” que dimos allí: Un conjunto J es arco-conexo si para todo


iniciamos en el capítulo anterior. Para retomar el hilo, recordemos la definición de

 ∈ J y € ∈ J existe un camino totalmente contenido en J que conecta  con €.

aplicarse a subconjuntos de ℝ (tal como hicimos en el capítulo 3), sino que también
Ahora bien, si leemos la definición con cuidado, veremos que no sólo puede

puede aplicarse perfectamente a conjuntos contenidos en cualquier ℝ . Podemos

Definición 4.1: Un conjunto J ⊆ ℝ , con K ≥ 1, es arco-conexo si y sólo si para


decir, entonces, que:

todo  ∈ J y € ∈ J existe un camino totalmente contenido en J que conecta  con


€. (En caso contrario el conjunto se dice disconexo por arcos.)
Veamos dos ejemplos de este concepto:

Ejemplo 4.2: El conjunto J = 


,  ∈ ℝ5 ∶ 1 ≤
5 + 5 ≤ 4 es arco-conexo.
Gráficamente, este conjunto es el anillo comprendido entre las circunferencias con
centro en el origen y radios 1 y 2 respectivamente.

52
Es obvio que si  y € están en el conjunto entonces existe un camino
totalmente contenido en él que conecta los dos puntos.

Ejemplo 4.3: Tomemos el conjunto J = 


,  ∈ ℝ5 ∶ |
| - 1, que es la
unión de dos semiplanos: el que está “a la derecha” de la recta
= 1 y el que está “a
la izquierda” de la recta
= −1.

Si el punto  está en uno de los semiplanos y € está en el otro, entonces


cualquier camino que conecte  con € pasará por fuera del conjunto. Por lo tanto J es
disconexo por arcos.

§2. Arcos, aunque no de fútbol.


¿Qué es exactamente un “camino”? Éste es un buen momento para precisar esta idea,

dar una aproximación física: un camino que conecta  con € (formalmente se lo llama
que hasta ahora veníamos manejando sólo a nivel intuitivo. Para comenzar, podemos

53
un arco, de ahí la denominación de “arco-conexo”) es la trayectoria que describe un
punto móvil P que se desplaza desde la posición  hasta la posición €.
Esa trayectoria (que supondremos que está contenida en un conjunto J ⊆ ℝ )
puede describirse matemáticamente mediante una función N ∶ [&, '] → J, donde
[&, '] es el intervalo de tiempo durante el cual se realiza el movimiento y N\ es la
posición del punto P en el instante \ (el tiempo puede medirse en segundos, minutos o
cualquier otra unidad, ese detalle no es importante aquí). La posición inicial es N& y
la posición final es N'. Si el camino conecta  con € entonces N& =  y N' = €.

Por ejemplo, la función N ∶ [0, :] → ℝ5 , N\ = *{G \, G„K \ describe una


semicircunferencia con centro en el origen y radio 1. El punto inicial es N0 = 1,0 y
el final es N: = −1,0.

Observemos que ℎ ∶ [−1,1] → ℝ5 , ℎ\ = ]\, √1 − \ 5 ^ describe exactamente

sentido opuesto al de N. En efecto, para ℎ el punto inicial es ℎ−1 = −1,0 y el final


la misma semicircunferencia, aunque en este caso el movimiento que se realiza en el

54
es ℎ1 = 1,0. Sin embargo, esta diferencia entre N y ℎ no será relevante para

Por otra parte, notemos también que …: [0,2:] → 1 5 , …\ = *{G \, G„K \ y
nosotros, sólo nos interesará la trayectoria en sí, no el sentido en que se la recorra.

†: [0,4:] → ℝ5 , †\ = *{G \, G„K \ describen ambas la circunferencia completa,


aunque …\ la recorre una vez mientras que †\ la recorre dos veces. Esta diferencia
tampoco será importante para nosotros.
Podemos resumir estas ideas en la siguiente definición:

1) Un arco (más informalmente, un camino) contenido en un conjunto J ⊆ ℝ


Definición 4.4:

es la imagen de cualquier función continua N ∶ [&, '] → J.


2) Decimos que el arco conecta  con € si y sólo si N& =  y N' = €, o

3) Un arco es cerrado si y sólo si N& = N'.


viceversa.

cerrado entonces N es inyectiva; y si es cerrado entonces sólo puede suceder que


4) Un arco es simple si y sólo si no se corta a sí mismo (es decir, si el arco no es

NP = NG cuando G = & y \ = ', o viceversa).


(Algunos textos definen como arco a la función N en sí misma, en lugar de su
imagen.)

arco puntual, que es aquél que queda definido por una función N: [&, '] → 1 
Un ejemplo extremo de arco (podríamos llamarlo un “arco degenerado”) es el

constante. En la interpretación física correspondería a la trayectoria que dibuja un


punto que está inmóvil.

Una nota sobre el lenguaje: Además de “camino” o “arco”, la trayectoria


trazada por un punto móvil puede ser llamada también una “curva”. Ahora bien, esta
curva puede ser perfectamente un segmento rectilíneo. Es decir, en el habla cotidiana
las palabras “recta” y “curva” tienen significados casi opuestos, sin embargo en

eje  es una curva.


Matemáticas no es así, ya que una recta es un caso particular de curva, en particular el

55
Si N ∶ [&, '] → ‡TN ⊂ ℝ es biyectiva (donde ‡TN designa a la imagen de N)
§3. La geometría de la lámina de goma.

deformado”, ya que aplicarle a un conjunto (en este caso, al intervalo [&, ']) una
entonces podemos visualizar al arco definido por esa función como un “segmento

función continua, biyectiva y con inversa continua tiene el efecto gráfico de estirarlo o
contraerlo como si estuviera hecho de goma, pero sin romperlo y sin pegar entre sí
partes que estaban separadas.

Este tipo de deformaciones biyectivas y bicontinuas (“bicontinua” significa que


la inversa también es continua) permiten, por ejemplo, transformar un círculo en un
cuadrado, o en una elipse, o en cualquiera de las figuras que aparecen en el dibujo
siguiente.

56
Una esfera puede transformarse en un cubo. Sin embargo, por motivos que
veremos más adelante, no es posible deformar una esfera para transformarla en una
rosquilla, como tampoco es posible deformar un círculo para transformarlo en un
anillo o corona.
Las deformaciones biyectivas y bicontinuas jugarán un papel fundamental en
este libro, por ese motivo introduciremos una palabra específica para referirnos a
ellas: las llamaremos homeomorfismos, palabra que viene del griego homoios (misma)
y morphē (forma). En consecuencia, podemos decir, por ejemplo, que una
circunferencia y una elipse son homeomorfas, porque una puede obtenerse de la otra
por aplicación de un homeomorfismo.
Ustedes podrán objetar que una circunferencia y una elipse no tienen “la
misma forma”. Eso es verdad, pero sólo si lo pensamos desde el punto de vista de la
Geometría Euclidiana. Para la Topología, en cambio, una elipse y una circunferencia sí
tienen la misma “forma”, en el sentido de que ambas figuras tienen exactamente las
mismas propiedades topológicas. Esto se debe a que la Topología puede definirse
como la rama de la Matemática que estudia las propiedades que son invariantes por

conjunto  verifica esa propiedad y  es homeomorfo a  entonces  también verifica


homeomorfismos. En otras palabras, una propiedad es topológica si toda vez que un

la propiedad. (El hecho que antes mencionamos de que una esfera no pueda
deformarse en una rosquilla se debe a que ambas superficies tienen propiedades
topológicas diferentes.)
Existe una analogía inmediata entre esta idea y lo que sucede en la Geometría
Euclidiana. Para ejemplificarlo, pensemos en un cuadrado e imaginemos que le
aplicamos varias rotaciones, traslaciones y simetrías. Al cabo de todos estos
movimientos obtendremos una figura que, desde el punto de vista de la Geometría
Euclidiana, tiene exactamente las mismas propiedades que la inicial. La única
diferencia con la Topología consiste en que ésta admite una gama más amplia de
transformaciones. (El hecho de que una circunferencia y una elipse sean figuras
diferentes para la Geometría Euclidiana se debe a que una no puede obtenerse de la
otra por aplicaciones sucesivas de rotaciones, traslaciones y simetrías.)
Estos conceptos nos colocan en el contexto del Programa de Erlangen,
formulado en 1872 por el geómetra alemán Félix Klein. En esos años, el desarrollo de

57
las geometrías no euclidianas comenzaba a introducir la idea (casi inconcebible antes
de esa época) de que la Geometría Euclidiana no era la única geometría posible.
Entonces, si hay potencialmente muchas geometrías, la pregunta que aparece
naturalmente es ¿qué es una geometría? Klein, en su Programa de Erlangen, trató de
dar una respuesta a esta cuestión.
Sin entrar en demasiados detalles podemos decir que, según Klein, una
geometría se define a partir de una serie de objetos (por ejemplo, conjuntos de
puntos) y de un grupo de transformaciones biyectivas que se pueden aplicar a esos
objetos. La geometría en sí misma es el estudio de las propiedades de esos objetos que
son invariantes por la aplicación de las transformaciones elegidas.
En este contexto, la Geometría Euclidiana Plana se vería como el estudio de las
propiedades de los polígonos, círculos, elipses, etc. que son invariantes por la
aplicación de los movimientos rígidos (rotaciones, traslaciones y simetrías). Por su

por homeomorfismos. Por ese motivo, a la Topología Plana (que es la Topología de 1 5 )


parte, la Topología sería la geometría que estudia las propiedades que son invariantes

se la suele llamar la geometría de la lámina de goma, ya que sus figuras pueden


estirarse o contraerse como si estuvieran hechas de ese material.
De cada uno de los conceptos que estudiemos en este libro nos interesará
saber si se trata, o no, de una noción topológica. En particular, esto nos lleva a la
pregunta de si “ser arco-conexo” es, o no, una propiedad de ese tipo. Responderemos
a esta pregunta en la siguiente sección.

§4. ¿Y Bolzano?
Parece que nos hemos olvidado del Teorema de Bolzano, pero no es así. Por el
contrario, hemos llegado justamente al fondo de su análisis porque, ahora podemos
decirlo, la idea que está detrás del Teorema de Bolzano, esa noción fundamental que
lo hace verdadero (y que venimos buscando desde el capítulo anterior), es
esencialmente el hecho de que la propiedad de “ser arco-conexo” es topológica.
Con más exactitud, como veremos en la próxima sección, el Teorema de
Bolzano es verdadero porque al aplicar una deformación continua a un conjunto arco-

58
conexo siempre se obtiene un conjunto arco-conexo (no importa en realidad si la
deformación es biyectiva, o no).

útil: indicaremos como % (que se lee “la imagen de  por %”) al resultado de aplicar
Antes de desarrollar esta idea, introduzcamos una notación que nos será muy

la función % ∶ J ⊆ ℝ → ℝ al conjunto  ⊆ J.
Observemos que % es siempre un conjunto, el cual se define como
% = %
 ∶
∈ . A modo de ejemplo, podemos decir que %J no es otra cosa
que la imagen de %. Otros ejemplos pueden verse en las actividades al final del
capítulo.

sólo si para todo homeomorfismo, es decir, para toda función bicontinua, % ∶


Con esta nueva notación podemos decir que una propiedad es topológica si y

J ⊆ ℝ → = ⊆ ℝ vale que si  ⊆ J posee esa propiedad entonces % también la


posee (aunque esta definición requerirá alguna revisión más adelante, en la sección 4
del capítulo 12).
Observemos que si una propiedad se preserva por deformaciones continuas
cualesquiera (como, según veremos, es el caso de la conexión por arcos) entonces, en
particular, también se preservará por deformaciones bicontinuas y será, por ende, una
propiedad topológica. Sin embargo, veremos más adelante, hay propiedades
topológicas que no se preservan por deformaciones continuas cualesquiera sino
solamente por deformaciones bicontinuas.
Enunciamos ahora el teorema que nos permitirá decir que “ser arco-conexo” es
una propiedad topológica.

Teorema 4.5: Si % ∶ J ⊆ ℝ → ℝ es continua y  ⊆ J es un conjunto arco-


conexo entonces % también es un conjunto arco-conexo.

Antes de escribir la prueba preguntémonos cómo se piensa la demostración de


un teorema. En realidad, algunas demostraciones son difíciles, ya sea porque apelan a
propiedades que sólo son conocidas por los especialistas, o porque recurren a
funciones auxiliares u otros “trucos” que sólo alguien muy empapado del tema puede
imaginar, o porque son extensas o rebuscadas.

59
Por el contrario, hay otras demostraciones que simplemente van fluyendo a lo
largo de las definiciones de los conceptos involucrados. Tal es el caso de la
demostración del teorema 4.5 (y también, dicho sea de paso, de muchas de las
demostraciones que se piden en las actividades). Una demostración de este tipo se
puede pensar a partir de una sucesión encadenada de preguntas y respuestas, que en
el caso del teorema presente podría ser ésta:

• ¿Qué queremos probar? Rta: que % es arco-conexo.


• ¿Qué significa que % sea arco-conexo? Rta: que dados  y € en % existe
un camino en él que conecta los dos puntos. Tomamos entonces  y € en %
y afirmamos que queremos probar que existe tal camino.
• ¿Qué significa que  y € estén en %? Rta: que son las imágenes de
elementos de A. Digamos  = %P y € = %G, con P y G en .
• ¿Qué implica que P y G estén en ? Rta: como  es arco-conexo, quiere decir
que hay un camino en  que conecta P con G.
• Ya tenemos un camino, pero está en  ¿cómo lo llevamos hasta %? Rta: el
único “objeto” que tenemos que conecte  con % es la propia función %.
Entonces, “deformamos” el camino en  usando la función %. Ese camino
deformado es el que conecta  con €.

En la demostración del teorema simplemente escribimos prolijamente las ideas


que acabamos de esbozar.

Demostración del teorema 4.5: Queremos probar que % es arco-conexo, es


decir que si  y € están en % entonces existe un camino totalmente contenido en
% que los conecta. Tomemos entonces puntos  y € cualesquiera en %.

60
Como  y € están en %, entonces existen P y G en  tales que %P =  y
%G = €.

Sabemos que  es arco-conexo, por lo tanto existe un arco contenido en  que


conecta P con G. Este arco, a su vez, es la imagen de alguna función continua
N ∶ [&, '] → .

61
Consideremos la función % ∘ N ∶ [&, '] → %. Dado que % ∘ N es continua
(porque N y % lo son) entonces la imagen de esta composición es, por definición, un
arco contenido en %. Además, % ∘ N& = %]N&^ = %P =  y % ∘ N' =
%]N'^ = %G = €, por lo tanto ese arco conecta  con €. (Como dijimos antes, la
idea es que el arco que conecta  con € se obtiene deformando con la función % el
arco que conecta P con G.)

Hemos demostrado así que para todo par de puntos  y € en % existe un
camino totalmente contenido en el conjunto que los conecta. Luego, % es arco-
conexo, como queríamos probar. ∎

Demostración: Tenemos que probar que para si % ∶ J ⊆ ℝ → = ⊆ ℝ es


Corolario 4.6: “Ser arco-conexo” es una propiedad topológica.

continua, biyectiva y con inversa continua, y si  ⊆ J es arco-conexo, entonces %

que dice que la afirmación es cierta, aun cuando % no sea biyectiva. ∎


también es arco-conexo. Este hecho es una consecuencia inmediata del teorema 4.5,

62
§5. El Teorema de Bolzano Generalizado.

afirmar que los subconjuntos arco-conexos de 1 son adecuados para el Teorema de


En el capítulo anterior enunciamos, sin demostración, el teorema 3.8, que viene a

Bolzano.

Teorema 3.8: Si % ∶ J ⊆ ℝ → ℝ es continua, D es arco-conexo y % cambia de


signo entonces existe * ∈ J tal que %* = 0.

extender el enunciado teorema al caso en que el dominio J esté incluido en ℝ con


Las ideas que hemos desarrollado en este capítulo nos permiten, por un lado,

K ≥ 1 cualquiera. Por otra parte, ahora también podremos demostrar el teorema. En


esta demostración veremos, finalmente, por qué la idea que sustenta al Teorema de
Bolzano es el hecho de que la deformación de un conjunto arco-conexo es también un
conjunto arco-conexo.

Teorema de Bolzano Generalizado (TBG): Si %: J ⊆ ℝ → ℝ es continua, D es


arco-conexo y % cambia de signo entonces existe * ∈ J tal que %* = 0. (Observen

indistintamente a dominios incluidos en ℝ o en un ℝ cualquiera.)


que la definición 3.3 sobre el “cambio de signo” de una función se aplica

La idea es que la función % toma al conjunto J y lo extiende como si fuera de


goma, sin romperlo, a lo largo de la recta real. Como % cambia de signo, ese dominio

negativo, en consecuencia %J debe “cubrir” (léase “contener”) al cero.


deformado queda en parte sobre el lado positivo de la recta y en parte sobre su lado

Esta idea, prolijamente escrita, se transforma en la siguiente demostración.

Demostración del teorema: Como J es arco-conexo y % es continua entonces


%J es un subconjunto arco-conexo de ℝ. Por otra parte, como % cambia de signo,
entonces %J contiene al menos un número positivo y un número negativo.

63
Un subconjunto arco-conexo de ℝ que contiene un número positivo y uno
negativo contiene necesariamente al cero. Por lo tanto 0 ∈ %J, es decir, existe
* ∈ J tal que %* = 0. ∎

Teorema de los Valores Intermedios Generalizado: Si %: J ⊆ ℝ → ℝ es


Prácticamente la misma demostración permite probar el siguiente teorema:

continua, D es arco-conexo y Š ∈ ℝ es tal que existen


4 ∈ J y
5 ∈ J para los cuales
%
4  < Š < %
5  entonces existe * ∈ J tal que %* = Š.

De este modo, finalmente, hemos cerrado nuestro análisis del Teorema de


Bolzano, que nos ha llevado a descubrir su relación profunda con la noción de
“conjunto arco-conexo”. En el próximo capítulo veremos algunas consecuencias y
aplicaciones del Teorema de Bolzano Generalizado y otras relaciones entre los
conjuntos arco-conexos y las definiciones y teoremas del Análisis Matemático.

§6. ¿Hay conjuntos conexos “a secas”?


Hemos hablado de conjuntos conexos por arcos, una definición que responde a la idea
intuitiva de conexión. Una pregunta que puede surgir es ¿por qué la aclaración de “por
arcos”? ¿Existen conjuntos que sean conexos “de alguna otra manera”? La respuesta
es que sí, pero ese concepto lo estudiaremos en la sección 5 del capítulo 12).

Un homeomorfismo, según dijimos, es una función % ∶ J ⊆ ℝ → = ⊆ ℝ continua,


§7. Sobre los homeomorfismos.

biyectiva y con inversa continua. Al leer esta definición pudo surgirles a ustedes la
siguiente pregunta: ¿es necesaria la aclaración “con inversa continua”? Es decir,

64
¿puede suceder que % sea continua y biyectiva, pero que su inversa no sea continua?
La respuesta a ambas preguntas es que sí, la aclaración es necesaria, precisamente

ejemplo de una función así es la % ∶ [0,1] ∪ 2,3] → [0,2] definida como:


porque existen funciones continuas y biyectivas cuya inversa no es continua. Un


si
∈ [0,1] I
%
 = F

− 1 si
∈ 2,3]

Queda como ejercicio para ustedes comprobar que % es continua y biyectiva,

[0,1] ∪ 2,3] en [0,2] que sea a la vez continua, biyectiva y con inversa continua ¿por
pero que su inversa no es continua. (De hecho, es imposible que exista una función de

Es interesante decir que, por el contrario, sí es cierto que si % ∶ [&, '] → [*, []
qué?)

es continua y biyectiva entonces % z4 es siempre una función continua. Por lo tanto,


este comentario es un buen ejemplo del hecho de que en los enunciados del Análisis
Matemático es indispensable indicar cuidadosamente cuáles son los dominios y los
codominios de las funciones involucradas.

1) Indiquen, justificando su respuesta, cuáles de los siguientes subconjuntos de ℝ son


§8. Actividades.

a) ℝ ∖ ℚ b) −∞, 0
arco-conexos:

c) ℤ d)−∞, 0 ∪ 0, +∞

2) Indiquen, justificando su respuesta, cuáles de los siguientes subconjuntos de ℝ5 son

a) 
,  ∈ ℝ5 ∶ |
| - 0 b) 
,  ∈ ℝ5 ∶
5 +  5 ≠ 1
arco-conexos:

c) 
,  ∈ ℝ5 ∶
5 +  5 = 1 d) 
,  ∈ ℝ5 ∶
 - 0
e) 
,  ∈ ℝ5 ∶ |
| - || f) 
,  ∈ ℝ5 ∶
 ≥ 0
g) El conjunto de todos los puntos cuyas dos coordenadas son racionales.
h) El conjunto de todos los puntos una de cuyas coordenadas, al menos, es entero.
i) El conjunto de todos los puntos una de cuyas coordenadas, al menos, es racional.

65
3) Definición: Un conjunto J ⊆ ℝ es convexo si y sólo si para todo  ∈ J y € ∈ J el
segmento que los une está totalmente contenido en J.

a) Demuestren que todo conjunto convexo es también un conjunto arco-


conexo, pero que no vale la recíproca.
b) Demuestren que “ser convexo” no es una propiedad topológica.

4) En cada caso indiquen cuál es el conjunto %. Si % es continua y  es arco-conexo,


verifiquen que % también es arco-conexo.

a) % ∶ ℝ → ℝ, %
 = 1 +
+
5  = ]−√2 , − 1~ ∪ [0,1]
b) % ∶ ℝ5 → ℝ, %
,  =
5  = 
,  ∈ ℝ5 ∶
5 +  5 ≤ 1
c) % ∶ ℝ5 → ℝ, %
,  =
+   = 
,  ∈ ℝ5 ∶
5 +  5 = 1

conexo  ⊆ ℝ tal que % no sea conexo. En caso de que no exista, expliquen por
5) Para cada una de las siguientes funciones, hallen, si es posible, un conjunto arco-


si
≤ 1 I
qué.

a) % ∶ ℝ → ℝ definida como %
 = F

− 1 si
- 1
5

b) % ∶ ℝ → ℝ definida como %
 = F4 −
si
≤ 2I
5


+ 1 si
- 2

6) Sea % ∶ J ⊆ ℝ → ℝ una función continua, con D arco-conexo, y sean  ∈ J y


€ ∈ J tales que % - 0 y %€ < 0. Demuestren que en cualquier camino contenido
en J que conecta  con € existe al menos un punto * tal que %* = 0.

7) Muestren un ejemplo de dos conjuntos  y  en ℝ5 ,  arco-conexo y  disconexo,


tales que  ∪  sea arco-conexo.

8) Muestren un ejemplo de dos conjuntos  y  en ℝ5 , ambos arco-conexos, tales que


 ∩  sea disconexo por arcos.

66
9) Demuestre que si  y  son conjuntos arco-conexos de ℝ y su intersección es no
vacía entonces  ∪  es también arco-conexo. Si la intersección es vacía ¿es posible,
no obstante, que  ∪  sea arco-conexo?

10) ¿Es arco-conexo un conjunto formado por un único punto?

11) Sea J = 
,  ∈ ℝ5 ∶ 1 ≤
5 +  5 ≤ 4. Hallen, si es posible, una función
continua % ∶ J → ℝ tal que %J = [−2, −1] ∪ [1,2]. En caso de que no exista,
expliquen por qué.

12) Existen funciones que no son continuas, pero que, sin embargo, cumplen que para
todo  arco-conexo % es también arco-conexo. Un ejemplo es la función % ∶ ℝ → ℝ
definida como:

1
%
 = dG„K ‹ Œ si
≠ 0I

0 si
= 0

Verifiquen que % no es continua pero que la imagen por % de todo intervalo es un


intervalo.

13) a) Demuestren que si % ∶ ℝ → ℝ es una función continua que verifica que


limM→z %
 = −∞ y limM→ %
 = +∞ (o viceversa) entonces % es sobreyectiva.

b) Deduzcan de que todo polinomio de grado impar, como función de ℝ en ℝ, es


sobreyectiva.

c) Deduzcan de que todo polinomio de grado impar tiene al menos una raíz real.

67
Capítulo 5
Aplicaciones del Teorema de Bolzano

“–¡Pero le digo que la transformación no es bicontinua y por


lo tanto los dos conjuntos no pueden ser homeomorfos! –gritó Simpson.
Las venas de las sienes del matemático resaltaban abultadamente.
–¿De veras? ¿De veras? –masculló Slapenarski. Antes de que
yo tuviera tiempo de intervenir había descargado un puñetazo
en la mandíbula del doctor Simpson. El catedrático de Wisconsin
gruñó y cayó al suelo.”
(Martin Gardner, El Profesor No-lateral.)

§1. Introducción.
En los capítulos 3 y 4 hemos estudiado la estrecha relación que existe entre el Teorema
de Bolzano Generalizado (TBG) y la noción de “conjunto arco-conexo”. Pero… ¿qué
aplicaciones tiene este teorema? ¿Qué otros teoremas o propiedades se relacionan
con los conjuntos arco-conexos? En este capítulo vamos a ver diferentes aplicaciones
del TBG y de los conjuntos arco-conexos, especialmente al Análisis Matemático.

§2. Raíces en la recta y el plano.


La primera aplicación que vamos a estudiar se relaciona con la cuestión de hallar el
conjunto de positividad y el conjunto de negatividad de una cierta función %. Con más

% ∶ J ⊆ ℝ → ℝ, hallar = % =
∈ J ∶ %
 - 0 y =z % =
∈ J ∶ %
 < 0.
exactitud, el problema que estamos planteando nos pide, dada una función

Seguramente todos ustedes conocen el método clásico para encontrar estos


conjuntos. Vamos a recordarlo brevemente, no para estudiarlo en sí mismo, sino para

68
destacar qué papel juegan el Teorema de Bolzano y los conjuntos arco-conexos. Para
mayor simplicidad, desarrollaremos la idea sobre un ejemplo concreto.
Supongamos, entonces, que queremos hallar los conjuntos de positividad y de

negatividad de la función %: ℝ ∖ 0 → ℝ, %
 =
− M. El modo clásico de hacerlo es
4

calcular primero las raíces de %, que en este caso, como ustedes pueden verificar
fácilmente, son −1 y 1.

de %, si los hubiera) subdividen al dominio de % en intervalos, es decir, en conjuntos


Estos números (a los cuales deberíamos agregar los puntos de discontinuidad

arco-conexos. En nuestro caso, esos intervalos son −∞, −1, −1,0, 0,1 y 1, +∞.

A continuación elegimos un número cualquiera en cada intervalo. Por ejemplo,

−3 en −∞, −1; − 5 en −1,0; en 0,1 y 4 en 1, +∞. El método nos dice que el
4 4
5

signo de % en cada uno de los puntos elegidos es el mismo signo que tendrá % en todo
el intervalo que contiene al punto. Por ejemplo, como %−3 < 0 entonces % es
negativa en todo el intervalo −∞, −1 y, en consecuencia, −∞, −1 es parte de
=z %.

Un simple cálculo nos muestra que % a− 5b - 0, % a5b < 0 y %4 - 0.


4 4

Concluimos así que = % = −1,0 ∪ 1, +∞ y que =z % = −∞, −1 ∪ 0,1.
La cuestión que nos interesa destacar aquí es que la justificación del método
está dada por el contrarrecíproco del TBG, que puede enunciarse así:

Si % ∶ J ⊆ ℝ → ℝ es continua, J es arco-conexo y % no tiene raíces en J


entonces % no cambia de signo en J.

Al aplicar el método, cada intervalo en que queda partido el dominio de % es un


conjunto arco-conexo que cumple las hipótesis del contrarrecíproco del TBG: % es
continua en el intervalo y no tiene raíces en él (es por eso, precisamente, que en los
intervalos son determinados por las raíces y por los puntos de discontinuidad, la idea

69
es que ninguno de ellos quede dentro de alguna de las partes en que se divide el
dominio). Luego, como % no cambia de signo en cada intervalo, el signo que tenga en
uno cualquiera de sus puntos será el mismo que tendrá en todos los demás.

definiciones de = % y de =z % se aplican indistintamente a funciones con dominios


Es interesante observar que tanto el contrarrecíproco del TBG como las

en un 1  cualquiera, por lo tanto el método puede generalizarse inmediata a


dimensiones superiores.

positividad y de negatividad de la función % ∶ ℝ5 → ℝ, %


,  =
? −
5 − 
+ .
A modo de ejemplo, supongamos que nos piden graficar los conjuntos de

(Nos limitaremos al caso J ⊆ ℝ5 , que podemos graficar fácilmente.) Para resolverlo

había sólo una variable. Como antes, comenzamos calculando las raíces de %:
procedemos exactamente de la misma manera que en el ejemplo anterior, en el que


? −
5 − 
+  = 0

− 1
5 −  = 0

= 1 o
5 = 

Las raíces de % ya no son puntos aislados, sino que forman, en este caso, dos
curvas: la recta de ecuación
= 1 y la parábola de ecuación  =
5 . Esto no significa
ninguna diferencia esencial. Tal como hicimos en el caso anterior, graficamos las raíces
en el dominio:

Las raíces dividen al dominio en regiones conexas. En nuestro ejemplo, en


cuatro regiones, a las que hemos llamado A, B, C y D (y que no incluyen a las curvan

70
que las delimitan). En cada una de ellas se cumplen las hipótesis del contrarrecíproco

Por lo tanto, podemos afirmar que en cada una de las regiones % no cambia de
del TBG: la región es conexa, la función es continua en ella y no tiene raíces allí.

que tenga % en cada uno de esos puntos será el mismo signo que tendrá % en toda la
signo. Basta elegir, entonces, un punto en A, otro en B, otro en C y otro en D. El signo

región correspondiente.

En A, por ejemplo, podemos elegir el punto 2,6. Como %2,6 < 0, entonces
A forma parte del conjunto de negatividad de % y lo indicamos poniendo un signo
menos (–) en la región. Queda como tarea para ustedes determinar el signo de % en B,
C y D.

§3. La temperatura en la Tierra.


La segunda aplicación que vamos a estudiar consiste en demostrar que en cualquier
instante existen dos puntos diametralmente opuestos en la superficie de la Tierra en
los cuales la temperatura es la misma.
En realidad, vamos a dar dos demostraciones de este hecho. La primera, que
veremos en esta sección, es una consecuencia del TBG. La segunda demostración, que
veremos en la sección siguiente, se basa directamente en el hecho de que la
deformación de un conjunto arco-conexo es también un conjunto arco-conexo.
Antes que nada, tendremos que ponernos de acuerdo acerca de algunas
notaciones y formular también algunas hipótesis. Comencemos fijando un instante

71
cualquiera en el tiempo y una escala para medir la temperatura (puede ser la escala

Definimos entonces la función 


 que a cada punto
de la superficie de la
Celsius u otra cualquiera, el detalle no es importante).

Tierra le hace corresponder el número real que representa la temperatura en


en el
instante de tiempo que hemos fijado (la temperatura, por supuesto, medida en la

Nuestra primera hipótesis es que 


 es una función continua. Esta suposición
escala que antes elegimos).

es perfectamente razonable y, de hecho, es estándar en Física, Meteorología y


cualquier otra rama de la ciencia que modelice matemáticamente la temperatura.
La segunda hipótesis que formularemos es que la Tierra es esférica. Esta
hipótesis, por supuesto, es sólo aproximadamente verdadera. No solamente porque la
Tierra está achatada en los polos, sino también porque su superficie no es suave como
la de una esfera matemática, sino que está llena de accidentes tales como valles o
montañas. En primera instancia, no obstante, mantendremos la hipótesis. Más
adelante veremos que la demostración puede modificarse para que valga igualmente
bajo una suposición más realista acerca de la forma de la Tierra.

función continua 
 que a cada punto de su superficie le asigna un número real.
Comencemos la demostración. Tenemos la esfera que representa la Tierra y la

Debemos probar que existen dos puntos diametralmente opuestos de la esfera en los
cuales la función 
 tiene el mismo valor. Como primer paso, cortamos a la esfera
con un plano que pase por su centro.

El resultado del corte es lo que se llama un círculo máximo de la esfera, es


decir, una circunferencia contenida en la esfera que tiene el mismo centro y el mismo

72
radio que ella (el ecuador y los meridianos son, por ejemplo, círculos máximos de la
esfera terrestre).
Fijando convenientemente un sistema de coordenadas podemos suponer que

1, circunferencia a la que llamaremos ‘ 4 .


el círculo máximo que obtuvimos es la circunferencia centrada en el origen y de radio

(‘ 4 es el nombre que habitualmente se le da en Topología a la circunferencia


unitaria. Por supuesto, ‘ 4 tiene las mismas propiedades topológicas que cualquier otra
circunferencia. El superíndice 1 indica que se trata de un objeto de una dimensión.)

Observemos que si
es un punto de ‘ 4 (y, por lo tanto, un punto de la

circunferencia como en la esfera) es el punto −


. Tenemos que probar que existe
superficie de la esfera) entonces su diametralmente opuesto (tanto en la

algún * en la circunferencia tal que * = −*.


Definimos una función % ∶ ‘ 4 → ℝ de esta manera: %
 = 
 − −

(podemos decir que % compara la temperatura en un punto con la temperatura en su
antípoda). Es evidente que esta función % es continua.
Si sucediera que %
 = 0 para todo
∈ ‘ 4 , entonces para todo
sería

 = −
 y no habría nada que probar. Supongamos que exista algún & ∈ ‘ 4 tal
que %& ≠ 0. Observemos ahora que para todo
∈ ‘ 4 :

%−
 = −
 − ]−−
^ = −
 − 
 = −%


Es decir, %−
 = −%
 y, en particular, %−& = −%&. Por lo tanto %& y
%−& tienen distinto signo. En resumen, el dominio de % es arco-conexo, % es

73
continua y % cambia de signo. Por el TBG, existe algún punto * ∈ ‘ 4 tal que %* = 0.
Por la definición de %, ese punto verifica que * = −*.∎

Si observamos la demostración que acabamos de hacer, veremos que no sólo


hemos probado que en la Tierra hay dos puntos diametralmente opuestos en los que
la temperatura es la misma, sino que probamos que esto sucede en cada círculo
máximo de la esfera terrestre. Formulado de un modo más abstracto, el enunciado
que probamos dice así:

Teorema 5.1: Si  ∶ ‘ 4 → ℝ es una función continua entonces existen dos


puntos diametralmente opuestos en ‘ 4 en los cuales  toma el mismo valor.

La pregunta que debemos formularnos ahora es ¿cómo puede adaptarse la


demostración anterior para que sea válida a pesar de que la Tierra no es una esfera
perfecta? Pero aún antes de eso debemos hacernos la siguiente pregunta: ¿qué
significa la frase “puntos diametralmente opuestos” cuando se aplica a una superficie
que no es una esfera, o a una curva que no es una circunferencia?
Por ejemplo, en esta curva…

…¿cuál es el punto diametralmente opuesto a


? Podríamos decir, tal vez, que el punto
diametralmente opuesto es el más alejado, pero en ese caso, en esta curva…

74
…los puntos
’ y
’’ serían ambos diametralmente opuestos a
. Esta situación, sin

esta idea, todo


debería tener un único punto diametralmente opuesto
’ que, a su
embargo, contradeciría la esencia de la idea de “diametralmente opuestos”. Según

vez, debería ser el diametralmente opuesto de


.
La conclusión es que no en toda curva, ni en toda superficie, tiene sentido
hablar de “puntos diametralmente opuestos”. ¿Bajo qué condiciones sí es razonable
introducir este concepto? Veamos la siguiente definición:

{ si y sólo si es simple y cerrada, y además cumple que toda recta que pasa por { corta
Definición 5.2: Una curva (o una superficie) es regular con respecto a un punto

a la curva (o a la superficie) exactamente dos veces.

En una curva (o en una superficie) que sea regular con respecto a un punto { es
posible generalizar la noción usual de “puntos diametralmente opuestos”:

Definición 5.3: Sea = una curva regular con respecto a {, y sean


y
’ dos
puntos de =. Decimos que
y
’ son diametralmente opuestos con respecto a { si y
sólo si
,
’ y { están los tres alineados. (La misma definición puede hacerse en una
superficie regular.)
Podemos ahora extender el teorema 5.1, de la siguiente manera:

75
Teorema 5.4: Si = es una curva regular con respecto a un punto {, y  ∶ = → ℝ
es continua entonces existen * ∈ = y * ’ ∈ = diametralmente opuestos con respecto a
{ tales que * = * ’ .
Demostración: Tomemos una circunferencia centrada en {. Podemos fijar un
sistema de coordenadas de tal modo que esa circunferencia sea ‘ 4 . (En el dibujo, la
curva = es interior a ‘ 4 , pero esta condición no es esencial.)

Definimos la función % ∶ ‘ 4 → ℝ de esta manera: %


 = 
’ , donde
’ y
’’
son los dos puntos donde = es cortada por la recta que pasa por los puntos { y
,
siendo, además,
’ el más cercano a { de los dos.
La función % es continua (este hecho es cierto y quizás obvio, aunque un poco

demostración). Por el teorema 5.1, existe algún * ∈ ‘ 4 tal que %* = %−*. Por lo
dificultoso de probar rigurosamente, por lo que nosotros lo aceptaremos sin

tanto * ’  = * ’’ , donde * ’ y * ’’ son los dos puntos donde = es cortada por la recta
que pasa por los puntos * y {, y que son, en consecuencia, diametralmente opuestos
con respecto a {. ∎

En resumen, la hipótesis de que la Tierra es esférica puede ser reemplazada por

{. Bajo estas condiciones, todo corte de la superficie realizado con un plano que pase
la suposición, más realista, de que su superficie es regular con respecto a algún punto

por el punto { dará como resultado una curva regular con respecto a ese punto. Por el

{ en los cuales la temperatura es exactamente la misma. Por lo tanto, en cualquier


teorema 5.4, en esa curva habrá dos puntos diametralmente opuestos con respecto a

76
instante de tiempo hay dos puntos diametralmente opuestos de la Tierra con la misma
temperatura.

§4. La temperatura en la Tierra, otra vez.


Si leemos con atención las demostraciones que hicimos en la sección anterior, veremos
que éstas se basan esencialmente en el siguiente teorema:

Teorema 5.1: Si  ∶ ‘ 4 → ℝ es una función continua entonces existen dos


puntos diametralmente opuestos en ‘ 4 en los cuales  toma el mismo valor.

En la sección anterior dedujimos el teorema 5.1 como una consecuencia del


Teorema de Bolzano Generalizado. Daremos ahora una demostración alternativa,
basada directamente en el hecho de que la imagen de un conjunto arco-conexo por
una función continua es un conjunto arco-conexo.

Demostración del teorema 5.1: Haremos la demostración por el absurdo:


supondremos que la afirmación que queremos probar es falsa y llegaremos a una

Si la afirmación es falsa, para todo


∈ ‘ 4 vale que 
 ≠ −
. Podemos
contradicción.

definir entonces la función % ∶ ‘ 4 → ℝ de la siguiente manera:


 − −

%
 =
|
 − −
|

nunca se anula, por lo tanto %


 está bien definida. Además, es fácil ver que es
La suposición que hicimos nos garantiza que el denominador de la fracción

continua.
¿Cuál es la imagen de %? Observemos que si & ∈ ℝ y & - 0 entonces |‚| = 1. En
‚

cambio, si & < 0 entonces |‚| = −1. Por lo tanto, para todo
∈ ‘ 4 vale que %
 = 1
‚

77
o %
 = −1. Es decir, ‡T% ⊆ −1,1, que también podemos escribir como
%‘ 4  ⊆ −1,1.
Por otra parte, un cálculo sencillo nos muestra que %−
 = −%
. Esto
significa que si % vale 1 en
entonces vale −1 en −
, y viceversa. Por lo tanto 1 y −1
están ambos en la imagen de %, es decir, −1,1 ⊆ %‘ 4 .
Deducimos así que %‘ 4  = −1,1. Pero esto es una contradicción, porque ‘ 4
es arco-conexo y % es continua y entonces %‘ 4  debería ser arco-conexo. Sin
embargo, %‘ 4  = −1,1, que no lo es. La contradicción proviene de suponer que la
afirmación que queremos probar es falsa, por lo tanto debe ser verdadera. ∎

Del teorema 5.1 podemos deducir, una vez más, que en cualquier instante hay
dos puntos diametralmente opuestos de la Tierra en los que la temperatura es la
misma. Por otra parte, la demostración que acabamos de hacer nos sugiere una

Teorema de Bolzano Generalizado (TBG): Si % ∶ J ⊆ ℝ → ℝ es continua, D es


prueba alternativa para el Teorema de Bolzano Generalizado, veámosla:

arco-conexo y % cambia de signo entonces existe * ∈ J tal que %* = 0.

%
 ≠ 0 para todo
∈ J. Podemos definir entonces la función N ∶ J → ℝ como:
Demostración: Probemos el teorema por el absurdo. Supongamos que

%

N
 =
|%
|

Por la suposición que hicimos, la función N está bien definida y es continua.


Además, dado que % cambia de signo, un razonamiento similar al que hicimos en la
demostración anterior nos permite probar que NJ = −1,1. Llegamos así a una
contradicción, porque N es continua y J es arco-conexo, pero −1,1 no lo es. Por lo
tanto, deducimos que existe * ∈ J tal que %* = 0. ∎

§5. Funciones crecientes, funciones decrecientes.

Empecemos con una pregunta: ¿es decreciente la función % ∶ ℝ ∖ 0 → ℝ, %


 = M?
4

Una respuesta muy frecuente a esta pregunta es un rotundo “sí”, y una justificación

78
habitual para esa respuesta es que “la derivada de % es siempre negativa” y que “si la
derivada es negativa entonces la función es decreciente”.

¿Es correcta esta respuesta? ¿Es correcta la justificación? Ante la duda, siempre
debemos recurrir, antes que nada, a las definiciones precisas de los conceptos
involucrados. Es decir, debemos preguntarnos qué significa que una función sea

Si % es una función definida de algún subconjunto J ⊆ ℝ, la idea básica es que


creciente o decreciente.

% es creciente si, cuando


aumenta, entonces %
 también aumenta y es decreciente
si %
 disminuye cuando
aumenta.
Con más precisión, una definición posible es la siguiente:

Definición 5.5: Sea % ∶ J ⊆ ℝ → ℝ y  ⊆ J, decimos que:


1) % es creciente en  si y sólo si se cumple que si
4 ∈ ,
5 ∈  y
4 <
5
entonces vale que %
4  ≤ %
5 .
2) % es estrictamente creciente en  si y sólo si se cumple que si
4 ∈ ,
5 ∈ 
y
4 <
5 entonces vale que %
4  < %
5 .
3) % es decreciente en  si y sólo si se cumple que si
4 ∈ ,
5 ∈  y
4 <
5
entonces vale que %
4  ≥ %
5 .
4) % es estrictamente decreciente en  si y sólo si se cumple que si
4 ∈ ,

5 ∈  y
4 <
5 entonces se cumple que %
4  - %
5 .

79
5) % es creciente (resp. estrictamente creciente, decreciente o estrictamente
decreciente) “a secas” si y sólo si lo es en todo su dominio.

Aclaradas estas definiciones podemos volver a la pregunta inicial y concluir

ahora que la respuesta es que la función % ∶ ℝ ∖ 0 → ℝ, %


 = M no es decreciente
4

porque, por ejemplo, −1 < 1 pero %−1 ≱ %1. Entonces… ¿es falso que “si la
derivada es siempre negativa entonces la función es decreciente”?
Para comprender qué es lo que está sucediendo, analicemos con cuidado cómo
sería la demostración de: “si la derivada es siempre negativa entonces la función es
decreciente”.
Esta afirmación es, en realidad, una consecuencia del Teorema de Lagrange,
también llamado Teorema del Valor Medio, cuyo enunciado es el siguiente:

Teorema de Lagrange: Si % ∶ [&, '] → ℝ es continua en [&, '] y derivable en


&, ' entonces existe algún ” ∈ &, ' tal que %' − %& = % ’ ”' − &.

El Teorema de Lagrange es un verdadero clásico del Análisis Matemático por lo


que omitiremos aquí su demostración. Sólo nos interesará como base para el
razonamiento que haremos a continuación, que intenta probar que “si la derivada es

Supongamos, entonces, que tenemos una función % que es derivable en todo


siempre negativa entonces la función es decreciente”.

su dominio y cuya derivada es siempre negativa. Tomemos


4 y
5 en ese dominio
tales que
4 <
5 . Querríamos probar que %
4  ≥ %
5 .
Consideremos el intervalo [
4 ,
5 ]. Como % es derivable en todo su dominio (y
por lo tanto, continua) entonces % es continua en [
4 ,
5 ] y derivable en 
4 ,
5 . Por el
Teorema de Lagrange, %
5  − %
4  = % ’ ”
5 −
4 .
Ahora bien, como
4 <
5 entonces
5 −
4 - 0. Además, por hipótesis,
% ’ ” < 0. Luego, %
5  − %
4  < 0 (porque es el producto de un número positivo
por uno negativo). En consecuencia, %
4  - %
5 . Por lo tanto % no sólo es
decreciente, sino que es estrictamente decreciente.

80
¿Vieron el error? ¿Notaron el as que salía de la manga? ¿O el prestidigitador

El error en la demostración es éste: sabemos que


4 y
5 están ambos en el
logró engañarlos?

dominio de %, pero ¿cómo podemos asegurar que todos los puntos del intervalo
[
4 ,
5 ] también están? La respuesta es que no podemos asegurarlo. El intervalo
[
4 ,
5 ] puede, en principio, contener puntos que no están en el dominio de % y en
consecuencia es incorrecto aplicar el Teorema de Lagrange. Precisamente esto es lo

que sucede con la función % ∶ ℝ ∖ 0 → ℝ, %


 = en el intervalo [−1,1]: la función
4
M

está definida en −1 y en 1, pero no en todos los puntos intermedios.


La demostración sería correcta si pudiéramos asegurar que cada vez que
4 y

5 están en el dominio de % entonces todo el intervalo [


4 ,
5 ] también está contenido
en él. Como ya sabemos, esta condición equivale a decir que el dominio de % sea un

Por lo tanto, la afirmación “si la derivada es negativa entonces % es


conjunto arco-conexo.

dominio de % es arco-conexo. Podemos enunciar entonces el siguiente teorema:


decreciente” es falsa, pero pasa a ser verdadera si agregamos la hipótesis de que el

Teorema: Si % ∶ J ⊆ ℝ → ℝ es derivable en J, el dominio J es arco-conexo y


para todo
∈ J vale que % ’ 
 - 0 (resp. % ’ 
 < 0), entonces % es estrictamente
creciente (resp. estrictamente decreciente) en J.

dominio J sea un intervalo abierto &, ', aunque también podrían tomarse intervalos
En los textos de Análisis I, cuando se enuncia el teorema anterior, es usual que

del tipo −∞, ' o del tipo &, +∞, o inclusive −∞, +∞. La razón por la que los
intervalos son abiertos, y no cerrados, será analizada en el capítulo 10, donde
hablaremos de conjuntos abiertos.

En conclusión, la función % ∶ ℝ ∖ 0 → ℝ, %
 = M es decreciente en el
4

intervalo −∞, 0 y también es decreciente en el intervalo 0, +∞, sin embargo, no es


decreciente en todo su dominio.

81
Nota: Algunos libros, e incluso algunos prestigiosos sitios de Internet como
http://mathworld.wolfram.com/IncreasingFunction.html, optan por definir las
nociones de “creciente” o de “decreciente” solamente en intervalos, es decir,
solamente en dominios arco-conexos. Esta decisión, sin embargo, no es coherente con
el hecho de que esos mismos libros, o sitios, hablan de sucesiones crecientes o
decrecientes, siendo que una sucesión no es otra cosa que una función cuyo dominio
es el conjunto de los números naturales positivos. Es decir, el hecho de que podamos

estas nociones asociadas a funciones con dominios cualesquiera (contenidos en ℝ),


hablar de sucesiones “crecientes” o “decrecientes” nos lleva a la necesidad de admitir

aunque no sean arco-conexos.

§6. Falso positivo.


Enganchada al piso de un vagón de tren, hay una palanca que gira libremente, hacia
adelante y hacia atrás, alrededor de un eje horizontal. El giro de la palanca está
impulsado solamente por la gravedad y por los movimientos del vagón (por ejemplo, si
éste arranca bruscamente hacia adelante, entonces la inercia hará que la palanca gire
hacia atrás).

Si en algún momento la palanca queda en posición horizontal, hay un


mecanismo que la traba y la obliga a quedarse en esa posición independientemente de
los movimientos que realice el vagón de ese momento en adelante.

82
El vagón se va a mover a lo largo de una vía rectilínea desde un punto A hasta
un punto B. El vagón no tiene porqué moverse suavemente ni a velocidad constante,
por el contrario, puede avanzar en algunos momentos y retroceder en otros, puede
acelerar o desacelerar bruscamente, etc. La única condición es que antes de que el
viaje comience tendremos una descripción completa y precisa de todos los
movimientos que el vagón va a hacer (sabremos, por ejemplo, en qué momentos va a
acelerar y de cuántos metros por segundo cuadrado será esa aceleración, sabremos
cuándo la velocidad será constante, y así sucesivamente).
La pregunta es: ¿existe alguna posición inicial de la palanca que nos asegure
que al llegar al punto B ésta se encontrará en posición perpendicular al suelo del
vagón?
Este problema fue planteado por primera vez por Richard Courant y Herbert
Robbins, en 1941, en su famoso libro “¿Qué es la Matemática?”. La respuesta que se
da allí es que sí existe una posición inicial que asegura que la palanca terminará en
posición vertical. La justificación que se da en el libro es así:

Llamemos
al ángulo que forma la palanca con el suelo del vagón y definamos
la función % ∶ [0, :] → [0, :] como aquella que a cada ángulo inicial de la palanca le

Es evidente que % es continua. Por otra parte, el hecho de que la palanca se


asigna el ángulo final correspondiente.

trabe cuando está en posición horizontal implica que %0 = 0 y que %: = :. Luego,
0 y : están en la imagen de %. Por el Teorema de los Valores Intermedios (§5 del cap.

83
3) deducimos que también está en la imagen. Es decir, existe algún * ∈ [0, :] tal que
•
5

%* = . Luego, al ángulo inicial * le corresponde el ángulo final


• •
5 5
, es decir, la

palanca terminará en posición vertical.


Fin de la demostración… ¿O no?
Durante 35 años esta solución fue considerada unánimemente como correcta,

% antes definida no es necesariamente continua y que, de hecho, no es cierto que


sin embargo, no lo es. En 1976 el norteamericano Tim Poston descubrió que la función

siempre exista una posición inicial de la palanca que asegure que la posición final es
vertical.
Para entender el razonamiento de Poston, observemos el gráfico siguiente:

En el eje horizontal se representa el tiempo; el instante \– es el momento en


que termina el movimiento del vagón. En el eje vertical se representa el ángulo que

De cada ángulo inicial (estos ángulos se leen en el eje vertical, entre 0 y :) parte
forma a palanca con el suelo.

tiempo. Para “calcular” gráficamente el valor de %


 localizamos el valor de
en el
una curva, que representa la variación del ángulo que forma la palanca a lo largo del

eje vertical y seguimos la curva que allí se inicia hasta su punto final. La segunda

84
coordenada de ese punto final es el valor de %
. Obviamente, la imagen de % está
formada por las segundas coordenadas de todos los puntos finales de las curvas.

horizontal se refleja gráficamente en el hecho de que las rectas  = 0 e  = : son


La hipótesis que dice que la palanca se traba cuando llega a la posición

“absorbentes”: si una curva las toca, queda “atrapada” allí.


Por supuesto, cada “plan de viaje” del vagón genera una familia diferente de
curvas. El gráfico anterior es solamente un ejemplo de entre infinitos posibles, veamos
otros:
a) b)

c) d)

El gráfico a) representa la situación extrema en la que el vagón permanece


quieto. Si la palanca es colocada en posición perfectamente vertical entonces
permanecerá en ese estado; pero si se la inclina un poco, la gravedad la llevará hasta el

suelo. La imagen de % en este caso es el conjunto i0, 5 , :j, que es arco-disconexo. Esto
•

prueba que no es cierto que % siempre sea continua.

85
Por otra parte, en el gráfico b) la imagen de % es 0, :. Por lo tanto, también es
esté siempre en la imagen de %. Es decir, es falso que siempre exista una
•
5
falso que

posición inicial de la palanca para la cual la posición final es vertical. Esa posición
puede existir, o no, dependiendo del plan de viaje del vagón.
Los gráficos c) y d) simplemente nos muestran que las curvas pueden ser
mucho más complejas de lo que podríamos imaginar a priori.

La conclusión de este ejemplo es que siempre debemos desconfiar cuando nos


dicen que “es evidente” que una cierta función es continua… Pero recuerden que eso
mismo hicimos nosotros en la sección 3 de este capítulo, cuando demostramos el
teorema 5.4. Allí aceptamos, sin demostración, la continuidad de una cierta función %.
Pregúntense: ¿desconfiaron un poco en ese punto o lo creyeron a pies juntillas?
¿Siguen creyéndolo ahora?

1) Consideremos la afirmación siguiente: “Si % es derivable en todo su dominio y la


§7. Actividades.

derivada de % vale cero en todo punto de ese dominio, entonces % es constante”.

¿Es verdadera esta afirmación? Si es verdadera, demuéstrenla. Si la afirmación es falsa,


agreguen las hipótesis que sean necesarias para que se transforme en verdadera, y
demuestren la afirmación así corregida.

2) Definimos la función % como % ∶ J ⊆ ℝ → ℝ, %


 = 2arctg
 − arctg a b y la
5M
4zM x

función N como N ∶ ℝ ∖ ℤ → ℝ, N
 = [
] (parte entera de
). ¿Cuál es el máximo
conjunto J que puede tomarse como dominio de %? ¿Cuánto vale la derivada de % en
cada punto de J? ¿Cuánto vale la derivada de N en cada punto de ℝ ∖ ℤ? ¿Es
constante N? ¿Es constante %?

3) Sea % ∶ ℝ → ℝ una función cualquiera. Analicen la validez de las siguientes


afirmaciones:

86
a) Si % es estrictamente creciente y derivable entonces % ’ 
 - 0 para todo
∈ ℝ.
b) Si % es estrictamente creciente entonces es derivable.
c) Si % es derivable y % ’ 
 - 0 para todo
∈ ℝ, entonces % es estrictamente

d) Si % es derivable y % ’ 
 ≥ 0 para todo
∈ ℝ, entonces % es creciente.
creciente.

e) Si % es creciente y derivable entonces % ’ 


 ≥ 0 para todo
∈ ℝ.

Pregunta: ¿Cuáles de las respuestas anteriores se modifican si el dominio de % fuera el


conjunto 0,1 ∪ 2,3?

4) Sea % ∶ ℝ5 → ℝ una función continua de la que sabemos que %


,  = 0 si y sólo si
2
5 + 3 5 = 8. Sabemos también que %0,0 = 1 y que %3,3 = −2. ¿Qué podemos
afirmar sobre el signo de %1,1? ¿Qué podemos afirmar sobre el signo de %2,2?

5) Sea % ∶ [0,1] → [0,1] una función continua. Demuestren que existe algún * ∈ [0,1]
tal que %* = *. (Es decir, existe un * que es un punto fijo de %.)

6) Alrededor de una circunferencia dibujamos una elipse (no necesariamente


concéntrica con ella).

Demuestren que existen dos puntos diametralmente opuestos de la circunferencia que


están a la misma distancia de la elipse.


5 − 4 si
≤ 2
7) Hallen los conjuntos de positividad y de negatividad de las siguientes funciones:

1 si
∈ ℚ I
a) % ∶ ℝ → ℝ, %
 = F b) % ∶ ℝ → ℝ, %
 = d 0 si 2 <
< 3 I
−1 si
∉ ℚ
4 −
si 3 ≤

87
8) Nos plantean el problema de graficar el conjunto:

 = 
,  ∈ ℝ5 ∶
B -
?  5 +
 −  ? 

a) ¿Cómo podemos relacionar este problema con el TBG?

b) Resuelvan el problema.

88
Capítulo 6
El Teorema de Weierstrass (1ra parte)

“Nada resulta más engañoso que un hecho evidente.”


(Sherlock Holmes, El Misterio del Valle de Boscombe.)

§1. Funciones acotadas.


Vamos a retomar en este capítulo el descubrimiento de los conceptos topológicos. Tal
como hicimos antes con los conjuntos arco-conexos, partiremos del estudio de un
teorema clásico del Análisis Matemático. En este caso nos dedicaremos al Teorema de
Weierstrass, cuyo enunciado es el siguiente:

Teorema de Weierstrass: Si % ∶ [&, '] → ℝ es una función continua entonces %


es acotada y alcanza máximo y mínimo absolutos en [&, '].

Antes que nada, conviene aclarar los conceptos que aparecen en el enunciado.
Comencemos con la noción de función acotada. El adjetivo “acotado” o “acotada”, en
realidad, aparece mucho en Matemáticas, especialmente en Análisis, y suele aplicarse
a funciones, sucesiones o conjuntos. Pero en todos los casos, independientemente del
objeto a que se aplique, el adjetivo “acotado” viene asociado a la idea de “no irse al

Definición 6.1: Una función %: J ⊆ ℝ → ℝ es acotada en  ⊆ J si y sólo si


infinito”. Concretamente, la definición que nos interesa es la siguiente:

existen números *, [ ∈ 1 tales que * ≤ %


 ≤ [ para todo
∈ . (Es decir, la imagen
de % es la que no “se va al infinito”.)

Como siempre, cuando digamos que % ∶ J ⊆ ℝ → ℝ es acotada (“a secas”)


significará que % es acotada en todo su dominio. Gráficamente, que % ∶ ℝ → ℝ sea

89
acotada significa que existen un “techo” y “un piso” (representados por dos rectas
horizontales) los cuales nunca son atravesados por el gráfico de %.

En el gráfico anterior vemos la representación de la función acotada % ∶ ℝ → ℝ,

%
 = 1 + „ zM (que verifica que 1 ≤ %
 ≤ 2 para todo
∈ ℝ). Otros ejemplos
x

bien conocidos de funciones acotadas (también con dominio en ℝ) son seno y coseno.

En cambio, como es evidente, N ∶ ℝ ∖ 0 → ℝ, N


 =
4
M
no es acotada,

aunque sí resulta ser acotada si restringimos su dominio a cualquier intervalo [&, ']
que no contenga al cero. (Una vez más, vemos que es esencial indicar el dominio de las

Cuando la función tiene su dominio incluido en ℝ5 , gráficamente, el que sea


funciones que mencionemos.)

acotada también se refleja en la existencia de un “techo” y un “piso”. Aunque en este


caso ese techo y ese piso no son rectas, sino planos horizontales.

90
Un ejemplo de función acotada con dominio ℝ5 es ℎ
,  =
4
4M x yx
, que

verifica que 0 ≤ ℎ
,  ≤ 1 para todo
∈ ℝ5 . Otro ejemplo es P
,  = M x y x .
Mx

Por otra parte, no es difícil demostrar que % ∶ J ⊆ ℝ → ℝ es acotada en  si y


sólo si existe algún ž - 0 tal que |%
| < ž para todo
∈ . Esta observación
permite extender la noción de función acotada al caso % ∶ J ⊆ ℝ → ℝ , de la

Definición 6.2: Una función % ∶ J ⊆ ℝ → ℝ es acotada en  ⊆ J si y sólo si


siguiente manera:

existe algún ž - 0 tal que ‖%


‖ < ž para todo
∈ . (Donde ‖%
‖ es la
distancia del vector %
 ∈ ℝ al origen de coordenadas, distancia que es llamada la
norma, módulo o longitud de %
.)

Gráficamente, % ∶ J ⊆ ℝ → ℝ es acotada si y sólo si existe algún ž - 0 tal


que ‡T% ⊆   0. Recordemos que, según vimos en el capítulo 2,   0 es el
entorno con centro en el origen y radio ž, y que se define de esta manera:   0 =
 ∈ ℝ ∶ [HG\, 0 < ž.

En realidad puede probarse que si % ∶ J ⊆ ℝ → ℝ tiene componentes


%4 , ⋯ , % , es decir, si %
 = %4 
, ⋯ , % 
, entonces % es acotada si y sólo si cada
una de las funciones %4 , ⋯ , % es acotada.

91
§2. Alcanza máximo y mínimo.

vimos, dice que si % ∶ [&, '] → ℝ es continua entonces es acotada. La segunda parte
Volvamos al Teorema de Weierstrass. La primera parte de su enunciado, como ya

dice que % alcanza máximo y mínimo absolutos en [&, ']. Veamos qué significa esto

% ∶ J ⊆ ℝ → ℝ alcanza máximo y mínimo


último.

absolutos en  ⊆ J si y sólo si existen


4 ,
5 ∈  tales que %
4  ≤ %
 ≤ %
5 
Definición 6.3: Una función

para todo
∈ .

Es evidente que si % alcanza máximo y mínimo absolutos en  entonces % es


acotada en . Sin embargo, no vale la recíproca. Por ejemplo, % ∶ ℝ → ℝ, %
 =
es
acotada en 0,1, pero no alcanza máximo y mínimo absolutos en ese conjunto.

Por otra parte, es claro que, cuando el dominio de % es el intervalo [&, '], no
necesariamente sucede que el máximo o el mínimo absolutos de % se alcancen en & o
en '. Un ejemplo es N ∶ [−1,1] → ℝ, N
 =
? −
(véase el gráfico siguiente), cuyos

extremos absolutos se alcanzan en ±


4
√?
.

92
§3. El Primer Teorema de Weierstrass.

si % ∶ [&, '] → ℝ es continua entonces es acotada. La parte que se refiere al hecho de


Por el momento sólo nos interesará la parte del Teorema de Weierstrass que dice que

que % alcanza máximo y mínimo absolutos en [&, '] la estudiaremos más adelante. Nos
centraremos entonces en la siguiente afirmación, que llamaremos Primer Teorema de
Weierstrass:

Primer Teorema de Weierstrass: Si % ∶ [&, '] → ℝ es continua entonces % es


acotada.
Como hicimos antes con el Teorema de Bolzano, nos preguntaremos qué
hipótesis pueden ser suprimidas o modificadas en el Primer Teorema de Weierstrass

Es evidente que el teorema tiene dos hipótesis (que % es continua y que su


de tal modo que sea posible asegurar que la tesis sigue siendo válida.

dominio es el intervalo [&, ']) y una tesis (que % es acotada). Queda como tarea para
ustedes verificar que la primera hipótesis, la que habla de la continuidad de %, no
puede ser eliminada (véase la actividad 1 al final del capítulo).

[&, '], podríamos tomar como dominio de una función continua % de modo tal que el
La pregunta ahora es: ¿qué otros conjuntos, además del intervalo cerrado

Primer Teorema de Weierstrass siga siendo verdadero? Planteemos la siguiente


definición:
Definición 6.4: Un conjunto J ⊆ ℝ es adecuado para el Primer Teorema de
Weierstrass si y sólo si toda función continua con dominio J es acotada.

Queda como tarea para ustedes determinar cuáles de los siguientes conjuntos
son adecuados para el Primer Teorema de Weierstrass y cuáles no lo son. (Pueden

a) 0,1 b) [0,1] ∪ [2,3]


asumir como cierto que todos los intervalos cerrados son adecuados.)

c) [0,1 d) [0,2] ∖ 1
e) [1, +∞ f) ¢√2, :, 7¤
g) 1 h) [0,1] ∪ 2

93
Como segunda tarea, conjeturen qué característica tienen en común los
conjuntos adecuados, y que falta en los conjuntos que no son adecuados. Las
respuestas se encuentran en el próximo capítulo.

§4. Actividades.
1) Demuestren que en el Primer Teorema de Weierstrass no puede quitarse la
hipótesis de que la función es continua.

2) Para cada uno de los conjuntos siguientes, hallen una función continua y no acotada
que lo tenga como dominio. (En todos los casos existe una función así, eso demuestra
que cada uno de estos conjuntos no es adecuado para el Primer Teorema de

a)  = 
,  ∈ ℝ5 ∶
5 +  5 < 1
Weierstrass.)

b)  = 
,  ∈ ℝ5 ∶ |
| ≤ 1
c) = = 
,  ∈ ℝ5 ∶ 0 <
5 +  5 ≤ 1

94
Capítulo 7
Conjuntos compactos

“Todos los sistemas (naturales) de escritura


parecen compartir ciertos rasgos topológicos con el entorno,
rasgos que con la evolución nuestros cerebros
aprendieron a descifrar.”
(Oliver Sacks, Los Ojos de la Mente.)

§1. Conjuntos adecuados.


Si resolvieron la actividad 1 del capítulo anterior, habrán encontrado que los conjuntos
[0,1] ∪ [2,3], ¢√2, :, 7¤ y [0,1] ∪ 2 (además de los intervalos cerrados [&, ']) son
todos adecuados para el Primer Teorema de Weierstrass. Es decir, toda función

Por el contrario, los demás conjuntos mencionados en esa actividad, 0,1,


continua que tenga cualquiera de esos dominios será acotada.

[0,1, [0,2] ∖ 1, [1, +∞ y ℝ, no son adecuados. (Si antes no resolvieron la actividad
pueden ahora justificar, antes de continuar la lectura, por qué la respuesta es ésta que
hemos dado.)
Resumamos la información en una tabla:

Adecuados
[&, ']
No adecuados
0,1, [0,1
[0,1] ∪ [2,3] [0,2] ∖ 1

¢√2, :, 7¤ [1, +∞

[0,1] ∪ 2 ℝ

La pregunta que debemos hacernos a continuación es: ¿qué características


tienen en común los conjuntos adecuados, que no tengan los conjuntos que no son

95
adecuados? En lo que sigue responderemos esta pregunta (si antes no lo hicieron,
pueden ustedes pensar la respuesta antes de seguir leyendo).

§2. Conjuntos acotados.


La primera característica que tal vez salte a la vista al mirar el listado de los conjuntos
adecuados es que ninguno de ellos “se va al infinito”, es decir, todos ellos se
encuentran “confinados” entre dos valores fijos. ¿Será ésta realmente una
característica necesaria de los conjuntos adecuados? ¿O se trata sólo de una
coincidencia, fruto del hecho de que no hemos tenido suficiente imaginación al
momento de elegir los ejemplos?

[1, +∞ no es adecuado para el Primer Teorema de Weierstrass. La respuesta


Para responder a estas cuestiones, preguntémonos por qué el conjunto

inmediata, según la definición, es que [1, +∞ no es adecuado porque existe alguna
función continua con dominio [1, +∞ que no es acotada. Una función así, por
ejemplo, es % ∶ [1, +∞ → ℝ, %
 =
.
Ahora bien, ¿por qué % no es acotada? La respuesta es que el conjunto
[1, +∞, dado que “se va al infinito”, le da a la función el “espacio” suficiente para
crecer indefinidamente. Es decir, % se va al infinito porque el conjunto [1, +∞ se va al
infinito. Esto nos sugiere que la condición de “no irse al infinito” es, en efecto, una

La siguiente es la definición precisa de la idea de que un conjunto J “no se vaya


condición necesaria para ser adecuado. Demostremos formalmente esta conjetura.

Definición 7.1: Un conjunto J ⊆ ℝ es acotado si existe algún ž - 0 tal que


al infinito”:

J ⊆   0. (Donde   0 es el entorno de radio ž y centro en el origen.)

En el caso unidimensional, el entorno   0 es el intervalo −ž, ž, por lo


que J ⊆ 1 es acotado si y sólo si existe algún ž - 0 tal que – ž <
< ž para todo

∈ J (es decir, J está “confinado” entre dos valores tal como decíamos antes). En ℝ5 ,
el conjunto J es acotado si y sólo si puede encerrarse en un círculo suficientemente
grande; y en ℝ? , si puede encerrarse en una esfera. (La definición formal establece que

96
el centro de ese círculo o esa esfera sea el origen, pero podría ser igualmente cualquier
otro punto).

se aplica a funciones o cuando se aplica a conjuntos) es la siguiente: % es una función


La relación entre los dos usos de la palabra “acotado” (es decir, el uso cuando

acotada si y sólo si ‡T% es un conjunto acotado. Esta equivalencia vale inclusive para
funciones con codominio en un ℝ cualquiera. Podemos dar entonces la siguiente
definición alternativa para el concepto de función acotada:

Definición 6.1 bis: Una función % ∶ J ⊆ ℝ → ℝ es acotada si %J es un


conjunto acotado.

El siguiente teorema muestra que “ser acotado” es, en efecto, una condición
necesaria para ser adecuado para el Primer Teorema de Weierstrass.

Teorema 7.2: Si J ⊆ ℝ es adecuado para el Primer Teorema de Weierstrass


entonces D es acotado.

es decir, que si J no es acotado entonces no es adecuado para el Primer Teorema de


Demostración: Probemos el contrarrecíproco de lo que queremos demostrar,

Sea J ⊆ ℝ (con K ≥ 1) un conjunto no acotado. Definamos la función


Weierstrass.

% ∶ J → ℝ como %
 = |
|. Es fácil ver que % es continua. Ahora bien, si % fuera
acotada, existiría algún ž - 0 tal que |
| < ž para todo
∈ J. Por lo tanto J sería

Hemos probado así que si J no es acotado entonces existe una función


acotado, lo cual es una contradicción.

% ∶ J → ℝ que es continua y no acotada. Es decir, si J no es acotado entonces no es


adecuado para el Primer Teorema de Weierstrass. ∎

De este modo hemos visto que un conjunto adecuado debe ser necesariamente
acotado.
Sin embargo, si observamos la tabla que construimos más arriba, notaremos
que la condición de ser acotado, aunque necesaria, no es suficiente. Por ejemplo, 0,1
es acotado, pero no es adecuado para el Primer Teorema de Weierstrass. ¿Cuál es la

97
característica que nos falta considerar? Responderemos esta pregunta en la sección
siguiente.

¿Por qué el conjunto 0,1 no es adecuado para el Primer Teorema de Weierstrass?


§3. Puntos de acumulación.

Para responder la pregunta debemos mostrar una función continua y no acotada con

dominio 0,1. Un ejemplo es % ∶ 0,1 → ℝ, %


 =
4
M
, que no es acotada porque

limM→ ¦ %
 = +∞.
Observemos lo siguiente: por una parte, existen puntos del dominio de % que

limM→ %
. Pero, al mismo tiempo, 0 no está en el conjunto. Esto último permite
están tan cercanos a 0 como se quiera, éste es el hecho que hace posible calcular
¦

que limM→ ¦ %
 sea +∞ sin que por ello % deje de ser continua (si 0 estuviera en el
dominio, para que % fuese continua, debería ser limM→ ¦ %
 = %0 ∈ ℝ).
En el conjunto [0,2] ∖ 1 = [0,1 ∪ 1,2] se produce el mismo fenómeno: el 1

tanto, es posible definir una función que sea continua en [0,2] ∖ 1, pero que a la vez
no está en el conjunto, pero sí hay puntos tan cercanos al 1 como se quiera. Por lo

tenga una asíntota vertical en


= 1.
¿Qué conclusión podemos sacar de estos dos ejemplos? Concluimos que si J es
un conjunto para el cual existe un punto &, que no está en J, pero tal que sí hay
puntos de J tan cercanos a & como se quiera, entonces J no será adecuado para el

definir una función % que sea continua en J, pero tal que limM→‚ %
 = ∞. Esta idea
Primer Teorema de Weierstrass. El motivo es que en esas condiciones sería posible

nos lleva a la siguiente definición:


Definición 7.3: El punto & es punto de acumulación de J ⊆ ℝ si y sólo si
existen puntos de J, distintos de &, tan cercanos a & como se quiera. (Es decir, &

limM→‚ %
, donde % es una función con dominio J.)
cumple la condición que se necesita para que sea posible plantear la definición del

Definición 7.3’: El punto & es de acumulación de J ⊆ ℝ si y sólo si para todo


Una forma más precisa de plantear la misma definición es la siguiente:

, - 0 existe algún
∈ J tal que
≠ & y [HG\&,
 < ,.

98
Ejemplo 7.4: Si J = 0,1, entonces 0 y 1 son puntos de acumulación de J (es
evidente, por ejemplo, que se pueden encontrar puntos de J distintos de 0 pero tan
cercanos a 0 como se quiera; lo mismo sucede con el 1). Pero también se da la misma

, es decir hay puntos de J distintos de 5 pero tan cercanos a él como se


4 4
5
situación con
4
√5
quiera. Lo mismo sucede con y con todos los puntos entre 0 y 1. Por lo tanto, todos

los puntos del intervalo [0,1] son puntos de acumulación de J.


En cambio, el punto 1,02 no es de acumulación, porque no hay puntos del
0,1 tan cercanos a 1,02 como se quiera (la distancia entre un punto de J y el
número 1,02 nunca es menor a 0,2).

Del mismo modo, concluimos que ningún punto fuera del [0,1] es de
acumulación de J. En resumen, los puntos de acumulación del conjunto 0,1 son
exactamente los puntos del conjunto [0,1] y ningún otro.

intervalo &, ' es el intervalo [&, ']. Los puntos de acumulación de &, +∞ es el
Generalizando esta idea, el conjunto de todos los puntos de acumulación del

intervalo [&, +∞.

1 y el 1,02 debería caber 50 veces en el segmento comprendido entre el 0 y el 1.


(Una cuestión gráfica: En el dibujo anterior, el segmento comprendido entre el

Obviamente esto no es así, por esa razón el dibujo debe tomarse solamente como una
figura de análisis y no como una representación fiel de la “realidad”.)

Ejemplo 7.5: Tomemos ahora el conjunto J = [0,1] ∪ 2.

99
Después de lo visto en el ejemplo anterior, es claro que todos los puntos entre
0 y 1, ambos incluidos, son puntos de acumulación de J. Pero… ¿qué pasa con el 2? Es
claro que no existen puntos de J, distintos de 2, tan cercanos al 2 como se quiera (la
distancia entre el 2 y otro punto diferente de J nunca será menor a 1). Por lo tanto, el
conjunto de todos los puntos de acumulación de J es exactamente el intervalo [0,1].
El número 2 es un punto aislado de J. Aunque el significado de la expresión
“punto aislado” es intuitivamente claro, demos igualmente la definición formal:

Definición 7.6: & ∈ J es punto aislado de J si existe algún , - 0 tal que


& − , , & + ,  ∩ J = &. (En el ejemplo anterior, en el que & = 2, se puede tomar
como , cualquier número positivo menor que 1. Observen además que un punto de
acumulación de J puede pertenecer, o no pertenecer, a J. En cambio, un punto
aislado de J, por definición, siempre pertenece a J.)

Observación: Si & ∈ ℝ y , - 0, llamaremos entorno reducido de centro & y


radio , al conjunto u∗ & =
∈ 1  ∶
≠ & ∧ [HG\&,
 < ,. En otras palabras,
u∗ & es el entorno u & del que se ha quitado el centro. Con esta nueva notación

Definición 7.3”: El punto & es de acumulación de J ⊆ ℝ si y sólo si para todo


podemos dar otra forma equivalente de la definición 7.3:

, - 0, u∗ & ∩ J ≠ ∅.

Definición 7.6’: & ∈ J es punto aislado de J si y sólo si existe algún , - 0 tal


También podemos reescribir la definición de punto aislado:

que u∗© & ∩ J = ∅.


Notemos que la condición “para todo , - 0, u∗ & ∩ J ≠ ∅” es exactamente
la negación lógica de “existe algún , - 0 tal que u∗© & ∩ J = ∅”. Por lo tanto, si
& ∈ J y & no es punto aislado de J entonces & es punto de acumulación de J (y no
hay tercera alternativa).

un ℝ cualquiera, de modo que podemos perfectamente mostrar ejemplos en el


Ejemplo 7.7: La definición de punto de acumulación se refiere a conjuntos en

plano. Sea entonces J = 


,  ∈ 1 5 ∶  =
, que, obviamente, es una recta en ℝ5 .

100
En este caso, el conjunto de todos los puntos de acumulación de J está
formado por el propio J.

frase “el conjunto de todos los puntos de acumulación de J”.


La siguiente definición nos permite el no tener que repetir continuamente la

Definición 7.8: Si J ⊆ ℝ , llamamos J’ , el conjunto derivado de J, al conjunto


formado por todos los puntos de acumulación de D.

se define J’’ como J’ ’ ; J’’’ como J’’ ’ , y así sucesivamente.


De manera similar a lo que sucede con las derivadas sucesivas de las funciones,

Por ejemplo, ]0,1 ∪ 2^ = [0,1] y ]0,1 ∪ 2^ = [0,1]’ = [0,1]. En el


’ ’’

ejemplo 7.7 tenemos que J’ = J.

Ejemplo 7.9: Consideremos ahora el conjunto J = i ∶ K ∈ ℕ j ∪ 0 formado


4

, y además el 0. (Indicamos como ℕ al


4

por todos los términos de la sucesión

conjunto formado por los números 1,2,3,4, …)

Todos sabemos que lim→  = 0. Esto significa que hay números de la forma
4

4

tan cercanos al 0 como se quiera. En otras palabras, 0 es un punto de acumulación de

J. Pero ¿qué sucede con los demás números del conjunto? Por ejemplo, ¿es también

un punto de acumulación de J? En el siguiente gráfico…


4
5

101
…el segmento vertical del extremo izquierdo indica al 0; cada uno de los demás

segmentos verticales representa un punto de J entre


4
5
y 1, inclusive. El segundo
4
5
segmento contando desde la izquierda representa, entonces, al número . A simple

vista parece que hay puntos de J tan cercanos a


4
5
como se quiera. Pero, si ampliamos
4 4
5E 54
la imagen y agregamos además los puntos entre y , vemos lo siguiente:

4
5
El segmento que representa al punto es, por supuesto, el que está en el lugar
4 4
marcado con 0,05. El segmento ubicado inmediatamente a la derecha del 5 es el 4A ,
4 4
el ubicado inmediatamente a la izquierda es el 54. Vemos así que 5 es en realidad un

punto aislado de J. Lo mismo sucede con cada uno de los puntos de la forma ; . Por lo
4

tanto, 0 es el único punto de acumulación de J. En otras palabras, J’ = 0. (Una


consecuencia de esto es que J’’ = ∅. Por convención se toma que ∅’ = ∅ y entonces
J’’’ = ∅, JB = ∅, J E = ∅ y así sucesivamente.)

Ejemplo 7.10: Terminemos esta serie de ejemplos con otro subconjunto de ℝ5 .


Sea J = 
,  ∈ ℝ5 ∶ 0 <
5 +  5 < 1 (que es el círculo centrado en el origen, de
radio 1, sin el centro ni el borde). El conjunto derivado de J es: J’ = 
,  ∈ ℝ5 ∶
:
2+2≤1.

§4. Conjuntos cerrados.

comienzo de la sección anterior: ¿por qué el conjunto 0,1 no es adecuado para el


Volvamos al Primer Teorema de Weierstrass y retomemos la pregunta que hicimos al

Primer Teorema de Weierstrass? ¿Por qué [0,2] ∖ 1 = [0,1 ∪ 1,2] no es adecuado?


En los dos casos la respuesta es la siguiente: porque existen puntos de acumulación del
conjunto que no pertenecen a él.

102
En efecto, si & es un punto de acumulación de J que no pertenece al conjunto
entonces podemos definir una función continua con dominio J tal que
limM→‚ %
 = ∞. El que & sea punto de acumulación del dominio le da sentido al
hecho de que se pueda calcular limM→‚ %
 y el que & ∉ J permite que el límite sea
infinito sin que por ello deje % de ser continua.

Definición 7.11: Un conjunto J ⊆ ℝ es cerrado si y sólo si contiene a todos sus


Esta reflexión le da sentido a la definición siguiente:

puntos de acumulación. (En otras palabras, J no es cerrado si existen puntos de


acumulación de J que no pertenecen a J.)

Definición 7.11’: Un conjunto J ⊆ ℝ es cerrado si y sólo si J’ ⊆ J.


Otra forma de expresar la misma definición es la siguiente:

Ejemplo 7.12: Tanto 0,1 como [0,2] ∖ 1 no son cerrados, ya que en ambos
casos hay puntos de acumulación del conjunto que no pertenecen a él.

Ejemplo 7.13: Si J = [0,1] ∪ 2 entonces el conjunto J es cerrado, ya que


J’ = [0,1] ⊆ J.

Ejemplo 7.14: Como [&, ']’ = [&, '] entonces todos los intervalos cerrados
[&, '] son, como su nombre sugiere, conjuntos cerrados. También son cerrados los
intervalos de la forma [&, +∞, ya que [&, +∞’ = [&, +∞.

Ejemplo 7.15: ℝ es cerrado ya que ℝ ’ = ℝ . Ya dijimos que por


convención es ∅’ = ∅, por lo tanto ∅ es cerrado. (Este último hecho parece una simple
curiosidad irrelevante, pero tendrá cierta importancia más adelante.)

Ejemplo 7.16: El conjunto ℕ = 0,1,2, …  de todos los números naturales no


tiene puntos de acumulación, es decir ℕ’ = ∅. Luego ℕ’ = ∅ ⊆ ℕ y entonces ℕ es
cerrado. (No hay puntos de acumulación de ℕ que no pertenezcan al conjunto,
simplemente porque no hay puntos de acumulación.)
Definición 7.17: Un conjunto J es discreto si y sólo si J’ = ∅. (El ejemplo
anterior nos muestra que todo conjunto discreto es cerrado.)

103
que se definen como aquellos cuyo derivado es ℝ . Un ejemplo es ℝ ∖ 0, que es
En el extremo opuesto del espectro de los discretos están los conjuntos densos,

denso en ℝ. Volveremos a los conjuntos densos en el próximo capítulo.

Ejemplo 7.18: El conjunto ¢√2, :, 7¤, como todo conjunto finito, es discreto, y
por lo tanto es cerrado.

Si retomamos la pregunta del inicio de la sección, podemos decir entonces que


los conjuntos adecuados para el Primer Teorema de Weierstrass deben ser cerrados.
Enunciamos formalmente esta afirmación en el teorema siguiente:

Teorema 7.19: Si J ⊆ ℝ es adecuado para el Primer Teorema de Weierstrass


entonces J es un conjunto cerrado.
Demostración: Veamos que si J no es cerrado entonces J no es adecuado. Si
J no es cerrado entonces existe un punto & que no pertenece a J pero que es punto
de acumulación de J.
Es fácil ver que N ∶ J → ℝ, N
 = [HG\&,
 es una función continua y que
además nunca vale cero (esto último se debe a que & ∉ J). Por lo tanto % ∶ J → ℝ,

%
 = ª«¬­‚,M es continua. Por otra parte, es fácil ver que limM→‚ %
 = + ∞. Por lo
4

tanto % es continua en J, pero no es acotada. Entonces J no es adecuado para el


Primer Teorema de Weierstrass, tal como queríamos demostrar. ∎

En conclusión, ser cerrado y ser acotado son condiciones necesarias para ser
adecuado para el Primer Teorema de Weierstrass. ¿Serán condiciones suficientes?
Antes de contestar esta pregunta planteemos una nueva definición:

Definición 7.20: Un conjunto J ⊆ ℝ es compacto si y sólo si es al mismo


tiempo cerrado y acotado.

104
El siguiente teorema enuncia que “ser compacto” (es decir, “ser cerrado y
acotado”) es condición suficiente para que un conjunto sea adecuado para el Primer
Teorema de Weierstrass.

Primer Teorema de Weierstrass Generalizado (PTWG): Si % ∶ J ⊆ ℝ → ℝ es


continua y J es compacto entonces % es acotada.

En los teoremas 7.2 y 7.19 probamos, respectivamente, que “ser acotado” y


“ser cerrado” son condiciones necesarias para que un conjunto sea adecuado para el
Primer Teorema de Weierstrass. Por lo tanto, en conjunción con el PTWG, podemos
hacer la siguiente afirmación:

Teorema 7.21: J ⊆ ℝ es adecuado para el Primer Teorema de Weierstrass si y


sólo si J es compacto.

cuando el codominio de % esté en un ℝ cualquiera; comenzaremos con la


Nótese que el Primer Teorema de Weierstrass Generalizado vale incluso

demostración de este teorema En el capítulo siguiente. Así como antes vimos que el
Teorema de Bolzano Generalizado es verdadero esencialmente porque “ser arco-
conexo” es una propiedad topológica, de la misma manera veremos que el Primer
Teorema de Weierstrass Generalizado, y también el Teorema de Weierstrass clásico,
son verdaderos porque “ser compacto” es una propiedad topológica.

§5. La frontera.
Muchos libros de Análisis, especialmente los libros de Análisis II que introducen
informalmente algunos conceptos topológicos, suelen decir que un conjunto es
cerrado si y sólo si “contiene a todos los puntos de su frontera”. La pregunta que
queremos discutir es si esa afirmación es correcta.

105
Pero antes de responder esta pregunta debemos, a su vez, plantearnos lo
siguiente: ¿qué es la frontera de un conjunto?

Intuitivamente, un punto está en la frontera de un conjunto J si tiene a su


alrededor sectores que están en J y también sectores que no están en J. Los puntos
que no están en J están en su complemento:

Definición 7.22: Si J ⊆ ℝ llamamos complemento de J, e indicamos como JU ,


al conjunto JU = ℝ ∖ J. (Es decir, JU está formado por los puntos del espacio total
que no están en J.)
Observemos que el complemento siempre es relativo: si J ⊆ ℝ entonces
JU = ℝ ∖ J; si J ⊆ ℝ5 entonces JU = ℝ5 ∖ J; y así sucesivamente.

Definición 7.23: & ∈ ℝ pertenece a la frontera de un conjunto J ⊆ ℝ si y sólo


La noción intuitiva de frontera se traduce formalmente en esta definición:

si para todo , - 0, u & ∩ J ≠ ∅ y u & ∩ JU ≠ ∅. (Es decir, todo entorno


centrado en & corta tanto a J como a su complemento.) A la frontera de J la
indicamos como ®J.

106
Ejemplo 7.24: Cuando una idea intuitiva se vuelca en una definición formal,
ésta suele habilitar dentro del concepto definido cierto número de ejemplos que la

conjunto J = 
,  ∈ ℝ5 ∶ 0 <
5 +  5 < 1, que es el círculo de radio 1 centrado
idea intuitiva inicial no pretendía abarcar. A modo de ejemplo, consideremos el

en el origen, pero sin el centro ni el borde.

llamamos ‘ 4 ) son parte de la frontera de J. Pero además, aunque tal vez no sea
Es claro que todos los puntos de la circunferencia de radio 1 (recordemos que la

J. Para probar esto último tenemos que verificar que para todo , - 0, u 0,0 ∩ J ≠
intuitivamente tan obvio, el origen de coordenadas también es parte de la frontera de

∅ y u 0,0 ∩ JU ≠ ∅.
En cuanto a la primera intersección, es evidente que para todo , - 0,
u 0,0 ∩ J ≠ ∅ (excepto por la falta del centro en J, son dos círculos concéntricos
sin borde). Acerca de la segunda intersección, u 0,0 ∩ JU = 0,0. Por lo tanto,
como dijimos antes, (0,0 ∈ ®J.

Ejemplo 7.25: Queda como tarea para ustedes verificar que ®ℝ  = ∅ y que si
& ∈ 1  entonces ® & = &.

El hecho de que ® & = & nos muestra que no es verdad que la frontera de
J esté formada necesariamente por puntos de acumulación de J; sin embargo, sí hay
en realidad una vinculación entre frontera y puntos de acumulación. Esa relación
queda establecida en el teorema siguiente:

Teorema 7.26: Sea J ⊆ ℝ . Si & es un punto de la frontera de J y & ∉ J


entonces & es un punto de acumulación de J. Por otra parte, si & ∉ J y & es un punto
de acumulación de J entonces & está en la frontera de D.
Demostración: Demostremos la primera parte del teorema. Si & está en la
frontera de J entonces, para todo , - 0, u & ∩ J ≠ ∅. Pero, como & ∉ J, en
realidad u∗ 
 ∩ J ≠ ∅ para todo , - 0. Luego, por definición, & es punto de
acumulación de J, como queríamos probar.

107
Para la segunda afirmación, observemos que si & es punto de acumulación de J
entonces para todo , - 0 vale que u & ∩ J ≠ ∅. Por otra parte, por la suposición
de que & ∉ J, para todo , - 0, u & ∩ JU ≠ ∅ porque & ∈ u & ∩ JU . Por lo tanto,
para todo , - 0, u & ∩ JU ≠ ∅ y u & ∩ J ≠ ∅. Luego & ∈ ®J. ∎

Vamos a demostrar a continuación el teorema principal de esta sección, que


afirma que es verdad, tal como dicen los libros de Análisis II, que los conjuntos
cerrados son aquellos que contienen a todos los puntos de su frontera. (El ejemplo
7.25 nos muestra que sería incorrecto decir que esto se debe a que los puntos de la
frontera son puntos de acumulación, porque no necesariamente lo son.)

Teorema 7.27: J ⊆ ℝ es cerrado si y sólo si ®J ⊆ J.


Demostración: Supongamos que J ⊆ ℝ es cerrado y sea & ∈ ®J, tenemos
que probar que & ∈ J. Partamos de la suposición de que & ∉ J y lleguemos a un
absurdo. Como & ∉ J y & es un punto de la frontera de J entonces, por el teorema
anterior, & es punto de acumulación de J. Como J es cerrado entonces deducimos
que & ∈ J, pero esto es un absurdo porque contradice la suposición de que & ∉ J.
Recíprocamente, supongamos que ®J ⊆ J. Tenemos que probar que J es
cerrado. Sea entonces & un punto de acumulación de J; tenemos que probar que
& ∈ J. Por el absurdo, asumamos que & ∉ J. Como & es punto de acumulación de J y
& ∉ J entonces, por el teorema anterior, & ∈ ®J, y como ®J ⊆ J entonces & ∈ J,
esto es un absurdo porque habíamos supuesto que & ∉ J. ∎

(Opcional) §6. La clausura.


Aunque no haremos uso extensivo de este concepto, este capítulo no estaría

Definición 7.28: Si J es un subconjunto de ℝ llamamos clausura de J, e


completo si no mencionáramos la idea clásica de clausura.

f , al conjunto definido como J


indicamos como J f = J ∪ J’ . (Es decir, la clausura de J

Por ejemplo, ¯¯¯¯¯¯¯ ¯¯¯¯¯¯¯¯¯¯¯¯¯¯


se obtiene agregándole al conjunto todos sus puntos de acumulación.)
0,1 = [0,1] y 0,1 ∪ 2 = [0,1] ∪ 2.

108
Intuitivamente, podemos pensar que la clausura de un conjunto consiste en
agregarle todos los puntos que le faltan para ser cerrado (es decir, lo estamos

f siempre es cerrado y que es, de hecho, el menor conjunto


“clausurando”, lo estamos “cerrando”). Esta idea queda ratificada por el hecho de que
se puede probar que J
cerrado que contiene a J.
Por otra parte, no es difícil probar que un conjunto J es cerrado si y sólo si
f = J (es decir, si J ya es en sí mismo cerrado entonces la clausura no necesita
J
f=J
agregarle nada). Una consecuencia de esta afirmación es que J f.

Una curiosidad: Tomemos un conjunto J y calculemos su clausura, del


resultado calculemos su complemento, del nuevo resultado calculemos su clausura, y
así sucesivamente. También podemos aplicar primero el complemento, luego la

f=J
f y JU U = J (es decir, aplicar dos veces
clausura, luego el complemento, etc. No tiene sentido aplicar dos veces consecutivas la

misma “operación” porque J

A modo de ejemplo, tomemos J = 0,1 ∪ 2 y comencemos calculando su


consecutivas la clausura o el complemento no genera ningún conjunto nuevo).

clausura (que, por comodidad, indicaremos por un rato como Jz ):

J = 0,1 ∪ 2
J z = [0,1] ∪ 2
JzU = −∞, 0 ∪ 1,2 ∪ 2, +∞
JzUz = −∞, 0] ∪ [1, +∞
JzUzU = 0,1
JzUzUz = [0,1]
JzUzUzU = −∞, 0 ∪ 1, +∞
J zUzUzUz = −∞, 0] ∪ [1, +∞

A partir de aquí ya no se obtienen nuevos conjuntos. Comencemos ahora con el


complemento:

J = 0,1 ∪ 2
JU = −∞, 0] ∪ [1,2 ∪ 2, +∞

109
JUz = −∞, 0] ∪ [1, +∞

Desde aquí se repite la secuencia anterior. Observemos que en total hemos


obtenido, incluido el conjunto inicial, ocho conjuntos diferentes.
A modo de curiosidad digamos que un famoso ejercicio creado por K.

demostrar que si J ⊆ ℝ es un conjunto cualquiera entonces este procedimiento de


Kuratowski (cuya resolución excede en complejidad las intenciones de este libro) pide

aplicar sucesivamente clausura y complemento no puede producir en total más de 14


conjuntos diferentes (incluido el inicial).
Nuestro ejemplo ha producido solamente ocho conjuntos. Una segunda parte

mostrar un ejemplo de un conjunto J ⊆ ℝ que genere exactamente los 14 conjuntos


del ejercicio de Kuratowski, que les queda como desafío si quieren aceptarlo, pide

diferentes (incluido, por supuesto, el inicial).

1) Indiquen cuáles de los siguientes subconjuntos de ℝ son cerrados, cuáles son


§7. Actividades.

a) _ ∩ [0,1] b) −∞, 0]
acotados y cuáles son compactos. Justifiquen su respuesta.

;4[2K, 2K + 1]
c) ⋃ d) _

2) Indiquen cuáles de los siguientes subconjuntos de ℝ5 son cerrados, cuáles son

a) 
,  ∈ ℝ5 ∶ |
| + || ≤ 1 b) 
,  ∈ ℝ5 ∶
5 +  ≤ 1
acotados y cuáles son compactos. Justifiquen su respuesta.

c) 
,  ∈ ℝ5 ∶ |
| < || d) 
,  ∈ ℝ5 ∶ |
| = ||

3) Sea J = ia , 0b ∶ K ∈ ℕ j ∪ ia0, b ∶ T ∈ ℕ j. ¿Es J un conjunto compacto?


4 4

% ∶ J → ℝ continua pero no acotada.


Justifiquen su respuesta. En caso negativo, muestren un ejemplo de una función

4) Demuestren que la unión de dos conjuntos acotados de ℝ es un conjunto acotado.

110
5) Sea J ⊆ ℝ un conjunto que cumple esta condición: “toda función continua
% ∶ J → ℝ es acotada inferiormente”. Demuestren que J es adecuado para el Primer
Teorema de Weierstrass.

6) Demuestren que todo punto aislado de J pertenece a la frontera de J.

7) Hallen la frontera de los siguientes subconjuntos de ℝ e indiquen cuáles son

a) &, ' b) [&, ']


cerrados, cuáles son acotados y cuáles son compactos:

c) & d) ℚ

e) J = i ∶ K ∈ ℕ j ∪ 0
4

8) Hallen la frontera de los siguientes subconjuntos de ℝ5 e indiquen cuáles son

a)  = 
,  ∈ ℝ5 ∶ 1 <
5 +  5 < 4
cerrados, cuáles son acotados y cuáles son compactos:

b)  = [&, '] × [*, []


c) ‘ 4 = 
,  ∈ ℝ5 ∶
5 +  5 = 1

9) Demuestren que ®JU  = ®J.

111
Capítulo 8
La completitud de los números reales

“Gauss predijo que la Topología llegaría a ser


uno de los métodos más influyentes de las matemáticas,
como en efecto ocurrió sesenta años después.”
(E. T. Bell, Historia de las Matemáticas, Cap. XX.)

§1. Introducción.
En este capítulo vamos a formular los resultados previos que necesitaremos para
desarrollar la demostración del Primer Teorema de Weierstrass Generalizado (PTWG),

Recordemos que el PTWG afirma que si % ∶ J ⊆ ℝ → ℝ es continua y J es


que enunciamos en el capítulo anterior y probaremos en el siguiente.

compacto entonces % es acotada. Nuestra intención final es ver que este teorema es
una consecuencia inmediata del hecho de que la imagen de un conjunto compacto por
una función continua es también un conjunto compacto. En otras palabras, el PTWG es
verdadero esencialmente porque “ser compacto” es una propiedad topológica.

lo enunciemos en su versión clásica (si % ∶ [&, '] → ℝ es continua entonces % alcanza


Otra consecuencia del mismo hecho es el Teorema de Weierstrass, ya sea que

máximo y mínimo absolutos en [&, ']) como en su versión generalizada, que afirma
que si una función % ∶ J ⊆ ℝ → ℝ es continua y J es compacto entonces % alcanza
máximo y mínimo absolutos en J.
Pero en última instancia todas estas afirmaciones están estrechamente
relacionadas con la propiedad topológica fundamental de los números reales, la
propiedad que los define como conjunto: su completitud. Por ese motivo,
comenzaremos este capítulo con un estudio breve, aunque profundo, de las
propiedades esenciales de los números reales.

112
¿Cómo podemos asegurar que existe el número 0? ¿O el número 1? ¿O el número −4?
§2. Los números reales.

4
5
¿Cómo podemos asegurar que existe el número ? ¿Cómo podemos asegurar que

existe √2? ¿Cómo sabemos que la expresión 0,101001000100001 … define


verdaderamente un número real?
¿Cómo podemos demostrar que hay números naturales tan grandes como se
quiera? ¿Por qué los números reales pueden representarse en una recta? ¿Cómo se
justifica el procedimiento que le asigna a cada punto de la recta un número real?
Todas estas preguntas parecen tan elementales, tan obvias, que uno ni siquiera
sabría cómo empezar a contestarlas. Sin embargo, todas tienen respuesta y esas
respuestas se basan en los axiomas de los números reales.
Llamamos axiomas a enunciados cuya verdad aceptamos sin demostración y
que constituyen la base de toda teoría matemática. Los axiomas de los números reales,
que expresan las propiedades esenciales de este conjunto, son el fundamento lógico
del Análisis Matemático, esto quiere decir, por ejemplo, que todos los teoremas
clásicos de Análisis I pueden demostrarse a partir de ellos. Por lo tanto, nuestro
estudio de los números reales debe comenzar por un listado de sus axiomas.
En realidad, no hay un único conjunto de axiomas para los reales. Existen
distintas elecciones posibles, todas ellas, por supuesto, equivalentes entre sí. En este
libro optaremos por el conjunto de diecisiete axiomas propuesto por David Hilbert a
finales del siglo XIX. En esta sección veremos solamente dieciséis de ellos.
Estudiaremos el último axioma, que se refiere a la completitud, en la sección siguiente.
Los axiomas de los números reales pueden agruparse por temas. Los primeros
cinco axiomas se refieren a la suma y dicen, respectivamente, que la suma de dos
números reales es siempre un número real, que se trata de una operación asociativa,
que tiene un elemento neutro (que, por definición, llamamos 0), que todo número
tiene un único inverso y que la operación es conmutativa.
Los siguientes cinco axiomas se refieren al producto, y dicen que el producto de
dos números reales es siempre un número real, que la operación es asociativa, que
tiene un elemento neutro (que es diferente del 0 y que llamamos 1), que todo número
distinto de 0 tiene un único inverso y que la operación es conmutativa.

113
El undécimo axioma establece la validez de la propiedad distributiva.
Los siguientes cuatro axiomas hablan de la relación de orden (es decir, la
relación “menor que”). El primero dice que el orden es una relación transitiva; el
segundo establece la llamada Ley de Tricotomía (si dos números son diferentes entre sí
entonces uno de ellos es mayor que el otro). Los dos últimos axiomas, que hablan de la
compatibilidad entre el orden y las operaciones de suma y producto, no serán
esenciales para nosotros.
Hasta aquí hemos listado quince de los dieciséis axiomas que mencionaremos
en esta sección. Antes de enunciar el último, analicemos qué nos dicen estos primeros
quince acerca de las preguntas que planteamos al principio.

Observemos, en primer lugar, que es la Ley de Tricotomía la que asegura que


los reales pueden ordenarse en una recta, ya que nos dice que todos los números

ordenamiento. Si hubiera, por ejemplo, tres números diferentes &, ', * que no
pueden ordenarse de menor a mayor sin que haya ninguno que “escape” a ese

pudieran ordenarse de menor a mayor, entonces no tendría sentido ubicarlos en una


recta. La Ley de Tricotomía garantiza que esa situación no puede suceder.
Por otra parte, observemos que es el axioma que habla del neutro de la suma el
que responde a la pregunta de cómo podemos asegurar que existe el número 0. La
respuesta es simplemente que “0” es el nombre que se le da al neutro de la suma y
que existe porque hay un axioma que así lo afirma.
En esta respuesta tenemos ejemplificada una regla de oro del método
axiomático: un número existe si hay un axioma que afirma que existe o bien si la

Y dado que el 0 existe, podemos asignarle un punto de la recta.


existencia del número puede probarse a partir de los axiomas.

número llamado 1, y además afirma que es distinto de 0. Por lo tanto, podemos


El axioma que habla del neutro del producto es el que nos dice que existe un

114
asignarle el número 1 a un punto de la recta, que debe ser diferente del que hemos
asignado al 0.

(Dado que escribimos de izquierda a derecha y que, al contar, el 1 viene


después del 0, suele dibujarse al 1 a la derecha del 0. Sin embargo, topológicamente,
sería igualmente válido si estuvieran ubicados al revés.)
El primer axioma dice que la suma de dos números reales es también un
número real. Por lo tanto 1 + 1 es un número real. A partir de los axiomas puede
probarse que 1 + 1 es diferente de 0 y de 1. De hecho puede probarse que 0 < 1 <
1 + 1. A este nuevo número real, por supuesto, lo llamamos 2.
De la misma forma, sumando repetidamente el número 1 probamos la
existencia de los números naturales: 0,1,2,3,4, …; el 2 existe porque se define como
1 + 1, el 3 existe porque se define como 2 + 1, etc. Como la distancia entre K y K + 1
es siempre 1 los números naturales se ubican en la recta de esta manera:

El axioma que habla de los inversos aditivos nos permite demostrar la

preguntas iniciales, sabemos que −4 existe porque es el inverso aditivo de 4.


existencia de los opuestos de los naturales. Por ejemplo, respondiendo a una de las

Un axioma nos dice que todo número diferente de cero tiene un inverso
multiplicativo, esto demuestra la existencia de todos los números racionales de la

forma ± . Multiplicando estos últimos números por todos los enteros probamos la
4

existencia de los números racionales.

115
4

¿Cómo podemos asegurar que existen números de la forma tan cercanos al 0

como se quiera? En otras palabras ¿cómo sabemos realmente que lim→ = 0? Esta
4


pregunta, para ser respondida, necesita de un nuevo axioma:

Axioma de Arquímedes (o arquimedianidad de los reales): Si 0 < & < '


entonces existe algún K ∈ ℕ tal que K& - '. (Este axioma fue usado extensamente
por Arquímedes en sus demostraciones y por eso hoy lleva su nombre. Sin embargo,
injusticias de la Historia, el mismo Arquímedes reconoció en sus escritos que ya había
sido formulado y usado por Eudoxo un siglo antes que él.)

Gráficamente, el axioma nos dice que si tenemos dos segmentos, uno de menor
longitud que el otro, entonces copiando una cantidad finita, pero suficientemente
grande de veces el segmento menor llegaremos a superar la longitud del mayor.

En otras palabras, el axioma de Arquímedes nos dice que no hay longitudes


infinitamente pequeñas (una longitud infinitamente pequeña sumada una cantidad
finita de veces seguiría siendo infinitamente pequeña). Los infinitésimos no existen.
Por otra parte, éste es el axioma que nos permite probar que existen números
4

de la forma tan cercanos a 0 como se quiera. Veamos cómo se hace esa

Teorema 8.1: Para todo 0 < Z < 1 existe algún número K ∈ ℕ tal que
demostración:

[HG\ a , 0b < Z.
4

116
Demostración: Si 0 < Z < 1 entonces, por el axioma de Arquímedes, existe

algún K ∈ ℕ tal que KZ - 1, luego 0 < < Z. ∎


4


naturales tan grandes como se quiera. Es decir, que si * ∈ ℝ es un número cualquiera


También del axioma de Arquímedes se deduce el hecho de que hay números

entonces existe algún K ∈ ℕ tal que K - *. Si * ≤ 1 esto es obvio, y si 1 < * entonces


el axioma de Arquímedes nos dice que existe algún K ∈ ℕ tal que K. 1 - *.
El resultado más importante de esta sección se refiere a la distribución de los

Teorema 8.2: Si & y ' son reales cualesquiera tales que & < ' entonces existe
números racionales y dice lo siguiente:

algún € ∈ ℚ tal que & < € < '.

gráficamente evidente y cuya demostración queda como ejercicio para ustedes: si * y


Demostración: La demostración se basa en el siguiente hecho, que es

[ son reales cualesquiera tales que [ − * - 1 entonces existe algún entero T tal que
* < T < [.
Sean ahora & y ' reales tales que & < '. Si ' − & - 1 entonces, por el hecho
antes mencionado, existe un número entero (y por lo tanto, racional) entre & y '. Si,
por el contrario, es ' − & < 1, entonces, por el axioma de Arquímedes, existe algún
K ∈ ℕ tal que K' − & - 1. Luego, K' − K& - 1 y en consecuencia existe algún
entero T tal que K& < T < K'. Dividiendo por K obtenemos que & < < '.∎



&, ' existe al menos un número racional. De hecho, no es difícil deducir que en todo
Otra forma de expresar el teorema 8.2 es diciendo que en cualquier intervalo

este hecho es que ℚ es denso en ℝ. Recordemos la definición correspondiente (que


intervalo abierto existen infinitos números racionales. Una consecuencia inmediata de

dimos brevemente en el capítulo anterior):

Definición 8.3: J ⊆ ℝ es denso en ℝ si y sólo si J’ = ℝ . (Es decir, J es


denso en ℝ si y sólo si todo punto de ℝ es punto de acumulación de J.)

Para probar que ℚ es denso en ℝ tenemos que ver, entonces, que todo
número real es punto de acumulación de ℚ. Esto quiere decir, que hay que probar que

117
para todo
∈ ℝ y para todo , - 0 el entorno reducido u∗ 
 = 
− ,,
 ∪ 
,
+
, contiene al menos un número racional. Y esto último es cierto porque tanto el
intervalo 
− ,,
 como el intervalo 
,
+ , contienen ambos infinitos números

diferente de la densidad de ℚ.)


racionales. (Más adelante en este mismo capítulo daremos una demostración

Todo intervalo abierto de ℝ contiene, entonces, infinitos números racionales.


Es decir, los racionales están “por todas partes” en la recta. Sin embargo, como bien
sabemos, una vez que se han asignado todos los números racionales, todavía quedarán

que al punto  del siguiente dibujo…


en la recta puntos innominados. Por ejemplo, se conoce desde la Antigüedad Clásica

…no le corresponde ningún número racional. Ahora bien… ¿cómo podemos asegurar

anteriores no pueden garantizarnos que al punto  le corresponde un número. Para


que, a pesar de esto, sí le corresponde un número real? La verdad es que los axiomas

demostrarlo necesitamos un axioma adicional, pero ese será el tema de la sección


siguiente.

§3. La completitud de los reales.


La propiedad fundamental de los números reales, la propiedad que los define como
conjunto numérico, es el hecho de que completan toda la recta: a cada punto de la

Los matemáticos de fines del siglo XIX expresaban esta propiedad diciendo que 1 es un
recta le corresponde un número real y a cada número real le corresponde un punto.

118
continuo, hoy en día el lenguaje ha cambiado un poco y se prefiere decir que 1 es
completo (el concepto, de todos modos, es el mismo).
Los matemáticos que, a lo largo del siglo XIX, se dedicaron a fundamentar el
Análisis Matemático sobre bases lógicamente sólidas, se encontraron, hacia la segunda
mitad de ese siglo, ante la necesidad de expresar de un modo riguroso esta propiedad
de completitud. A esta necesidad se la conoció en aquella época como “el problema
del continuo”. La pregunta era, entonces: ¿cómo se puede expresar la completitud de
los reales?
Ahora bien, así expresado, “el problema del continuo” parece bastante trivial.
Si la cuestión es formular la completitud de los reales ¿por qué no se puede decir
simplemente, como hicimos nosotros más arriba, que la completitud significa que “a
cada punto le corresponde un número real y a cada número real le corresponde un
punto”?
La respuesta a esta objeción es que los conceptos geométricos no proporcionan
una base lógica sólida para el Análisis. Ya vimos, por ejemplo, en el capítulo 0 que la
idea geométrica de continuidad puede llevarnos a conclusiones incorrectas. Los
matemáticos del siglo XIX fueron los primeros en darse cuenta de esto y buscaron
sustentar el Análisis, no en la Geometría, sino en la Aritmética y la Teoría de Conjuntos.
Por lo tanto, el problema del continuo no consistía meramente en hallar un
modo de expresar la completitud de los reales, sino en expresarla sin apelar a
conceptos geométricos tales como “punto” o “recta”.
Unos pocos matemáticos lograron este objetivo, los más destacados fueron
Karl Weierstrass, Richard Dedekind y Georg Cantor. Cada uno de ellos logró su objetivo
de una manera diferente, aunque en todos los casos los números que “faltaban” para
completar la recta (los irracionales) eran definidos esencialmente como
aproximaciones sucesivas de números racionales.
Cantor, por ejemplo, definió a los irracionales como límites de ciertas
sucesiones de racionales, a las que llamó “sucesiones fundamentales” (y que hoy se
conocen como “sucesiones de Cauchy”). Unos años después, el matemático francés
Charles Méray modificó la idea de Cantor y definió a los irracionales a partir de lo que
llamó “encajes de intervalos”.

119
Ninguna de estas definiciones (ya sea la de Weierstrass, Dedekind, Cantor o
Méray) era de tipo axiomático. En todos los casos, los racionales se suponían dados sin
una base lógica explícita y con todas sus propiedades implícitamente aceptadas. A
partir de los racionales se definían los irracionales, se probaban las propiedades
básicas de estos y se demostraba, como teorema, la completitud de los reales.
Pero algunos matemáticos, entre ellos David Hilbert, consideraban que este
estado de cosas era insatisfactorio ya que la falta de una base lógica para los racionales
era un “talón de Aquiles” del sistema. Es así como Hilbert propone en 1899 el sistema
de axiomas que venimos estudiando, a modo de fundamento tanto para los racionales
como para los irracionales.
Para Weierstrass, Dedekind, Cantor y Méray los irracionales se definían a partir
de los racionales y la completitud era una propiedad que se deducía de esa definición.
Para el sistema de Hilbert, en cambio, todos los números reales están dados desde el
principio y la completitud se postula como un axioma más; la única cuestión es elegir el
modo de formular ese axioma. (Bertrand Russell era totalmente contrario al enfoque
de Hilbert. En 1918 Russell escribió que: “postular axiomáticamente las propiedades
que se desea que se cumplan tiene todas las ventajas del robo sobre el trabajo
honrado”. Sin embargo, aunque tal vez no unánimemente, hoy por hoy suele
preferirse mayoritariamente la presentación axiomática de los números reales por
sobre el enfoque genético de Weierstrass, Dedekind y Cantor). En su sistema de
axiomas, Hilbert eligió expresar la completitud mediante los encajes de intervalos de
Méray. Por lo tanto pasaremos a estudiarlos en la sección siguiente.
.

§4. Encajes de intervalos.

‡4 = [&4 , '4 ], ‡5 = [&5 , '5 ], ‡? = [&? , '? ], ⋯ tal que:


Definición 8.4: Un encaje de intervalos es una sucesión infinita de intervalos cerrados,

a) Cada intervalo está contenido en el precedente.


b) La longitud de los intervalos tiende a cero.

120
Ejemplo 8.5: a) La sucesión definida por ‡ = >0, @, es decir la sucesión
4


[0,1], >0, @ , >0, @ , >0, @ , ⋯, es un encaje de intervalos.


4 4 4
5 ? B

b) La sucesión definida por ± = >K, K + @ no es un encaje de intervalos,


4


porque no cumple la condición a) de la definición, aunque sí cumple la b).

c) La sucesión definida por ² = >0, 1 + @ no es un encaje de intervalos,


4
56

porque no cumple la condición b) de la definición, aunque sí cumple la a).

d) La sucesión definida por ³ = a0, b cumple a) y b), pero no es un encaje de


4


intervalos porque no está formada por intervalos cerrados.


La cuestión que nos interesa estudiar en relación a los encajes de intervalos es
su intersección. En particular nos importará saber si esa intersección puede ser vacía y,
en caso de que no lo sea, si puede contener dos o más puntos. (Desde luego,

lo forman.) Por ejemplo, en el encaje del ítem 8.5 a) la intersección de todos los ‡ es
entendemos por “intersección del encaje” a la intersección de todos los intervalos que

En relación a los otros ítems del ejemplo 8.5, la intersección de los ± es vacía,
no vacía y está formada solamente por el número 0.

lo mismo que la intersección de los ³ , mientras que la intersección de los ² es el


intervalo [0,1] (queda como tarea para ustedes explicar por qué esto es así). Estos
ejemplos nos muestran que en sucesiones que no son encajes de intervalos la
intersección puede ser vacía o puede contener más de dos puntos. Pero ¿qué sucede
con las sucesiones que sí son encajes de intervalos?
Para comenzar, podemos responder a la cuestión de si la intersección de un
encaje de intervalos puede contener dos o más números:

Teorema 8.6: Si la intersección de un encaje de intervalos es no vacía entonces


está formada por un único número. (En otras palabras, la intersección de un encaje de
intervalos no puede contener dos o más elementos.)

intervalos ‡ = [& , ' ] cuya intersección contuviera por lo menos dos números. Sean
Demostración: Supongamos, por el absurdo, que hubiera un encaje de

e , con
< , dos elementos de esa intersección. Esto quiere decir que para todo
K ∈ ´,
∈ [& , ' ] e  ∈ [& , ' ].

121
El intervalo [
, ] está entonces incluido en todos los [& , ' ] y en
consecuencia, la longitud de cualquier intervalo [& , ' ] nunca será menor que la del
intervalo [
, ]. Esto contradice la hipótesis de que la longitud de los [& , ' ] tiende a
cero. ∎

Observemos que el teorema 8.6 no afirma que la intersección de un encaje de


intervalos no es vacía. Solamente dice que, en el caso de que no sea vacía, sólo
contendrá un número. Pero… ¿puede ser vacía? La respuesta está dada, precisamente,
por el axioma de completitud.

Axioma de completitud: Todo encaje de intervalos tiene intersección no vacía.

Veamos a continuación por qué este axioma expresa verdaderamente el hecho


de que a cada punto de la recta le corresponde un número real.
(La identificación entre “número” y “punto de la recta” está tan instalada que
es habitual, al hablar de los números reales, que las palabras “punto” y “número” sean
usadas directamente como sinónimos. En los que sigue, sin embargo, estamos
tratando de probar que tal identificación es válida, por eso, por un rato, tendremos
que ser muy cuidadosos con el lenguaje y llamar “punto” específicamente a los objetos
geométricos que forman la recta y “números” a los objetos aritméticos definidos por
los axiomas de Hilbert.)

sus respectivos puntos de la recta y que hay un punto  que ha quedado innominado
Supongamos entonces que ya hemos asignado todos los números racionales a

(podría ser, por ejemplo, el punto  del dibujo al final de la sección 2). Tenemos que
probar que al punto  le corresponde un número real (que será, necesariamente,
irracional).

122
Este número quedará determinado por un encaje de intervalos

cualquiera a la izquierda de  (es decir, un número racional cuyo punto en la recta está
convenientemente elegido. Para definir el encaje tomemos un número racional

a la izquierda del punto ). Llamemos P4 a ese número.


Tomemos también un racional G4 a la derecha de . El primer intervalo de
nuestro encaje es [P4 , G4 ].

Para obtener el segundo intervalo, que llamaremos |P5, G5 ~, calculamos primero

\= . El punto que representa a \ es exactamente el punto medio entre P4 y G4


µ¶ ¬¶
5

(que no es el punto , porque \ es racional).


Hay dos posibilidades: o bien  está en el segmento comprendido entre los
punto que corresponden a P4 y \, o bien está en el segmento comprendido entre los
puntos que corresponden a \ y G4 . (En el dibujo de abajo, que es sólo un ejemplo, se da
el primer caso.)

Si  está entre los puntos que corresponden a P4 y \, entonces el segundo


intervalo del encaje será [P4 , \] (es decir, definimos P5 = P4 y G5 = \). En caso contrario,
el segundo intervalo será [\, G4 ] (es decir, definiremos P5 = \ y G5 = G4 ).
Una vez definido el intervalo |P5, G5 ~ calculamos su punto medio, el cual dividirá
al intervalo en dos mitades. El tercer intervalo, |P?, G? ~, se definirá como aquella mitad
de |P5, G5 ~ que contenga al punto .
Así sucesivamente obtenemos los intervalos |PB, GB ~, |PE, GE ~, |P·, G· ~,…
Verifiquemos que hemos obtenido un encaje de intervalos. En efecto, por
construcción es |P4, G4 ~ ⊇ |P5, G5 ~ ⊇ |P?, G? ~ ⊇ ⋯, ya que cada intervalo es una de las
mitades del anterior. Por otra parte, por esa misma razón, es fácil ver que la longitud
de [P , G ] es , que tiende a cero. Por lo tanto, la sucesión [P , G ] es realmente un
¬¶ zµ¶
56¹¶

encaje.

123
El axioma de completitud nos dice que existe un único número * ∈ 1 que está

como segmentos, entonces es claro que  es el único punto que está en la intersección
en la intersección de todos los intervalos. Por otra parte, si pensamos a los intervalos

de todos ellos. En consecuencia, al punto  le corresponde el número real *. Vemos así


que, en efecto, a cada punto de la recta le corresponde un número real.

Terminemos nuestro análisis de los axiomas de los números reales

garantizar que la expresión 0,1010010001 … representa un número real? Para


respondiendo una de las preguntas iniciales, aún pendiente: ¿cómo podemos

responderla basta definir un encaje de intervalos que defina a ese número.

siguiente: [0,1; 0,11]; [0,101; 0,1011]; [0,101001; 0,1010011]; … Por el axioma de


Hay muchos encajes que pueden elegirse, pero uno de los más sencillos es el

escribimos como: 0,1010010001 …


completitud este encaje de intervalos define un números real que, por convención,

0,101001;…, son sucesivas aproximaciones por defecto de 0,1010010001 …, mientras


Observemos que los extremos inferiores de los intervalos, 0,1; 0,101;

que los extremos superiores, 0,11; 0,1011; 0,1010011;…, son sucesivas aproximaciones

convergen a 0,1010010001 …
por exceso. Ambas, en definitiva, son sucesiones de números racionales que

§5. La completitud en ℝº .
¿Cómo se extiende la idea de completitud a un ℝ cualquiera? Para visualizar mejor la
respuesta, comencemos analizando el caso de ℝ5 , en que los encajes de intervalos se
transforman en encajes de rectángulos. Desarrollemos esta idea por partes.
¿Qué es un rectángulo? La respuesta parece obvia, pero recordemos que la
intención es no dar definiciones de tipo geométrico. Por otra parte, sólo

definir, por lo tanto, a un rectángulo de ℝ5 como el producto cartesiano de dos


consideraremos rectángulos con lados paralelos a los ejes cartesianos. Podemos

intervalos, J = [&, '] × [*, [].

124
Necesitamos ahora definir una medida que sea, para los rectángulos, el
equivalente de lo que es la longitud para los intervalos, concretamente nos interesa
que cumpla esta propiedad: si las medidas de una sucesión de rectángulos tienden a
cero esto debe significar necesariamente que los rectángulos se están reduciendo a un
punto. Por ejemplo, el área del rectángulo no serviría como medida, ya que puede
tender a cero sin que los rectángulos se reduzcan a un punto.

Como medida del rectángulo suele tomarse la longitud de su diagonal que, si

J = [&, '] × [*, [], se calcula así: [H&NJ = Q' − &5 + [ − *5 .
Estamos ahora en condiciones de definir la noción de encaje de rectángulos.

Definición 8.7: Un encaje de rectángulos es una sucesión de rectángulos de ℝ5 ,


cada uno de los cuales está contenido en el precedente y tales que sus diagonales
tienden a cero.

125
De manera similar al caso de ℝ se demuestra que si la intersección de un encaje
de rectángulos es no vacía entonces está formada solamente por un único punto. La
completitud de ℝ5 se expresa de esta manera:
Teorema 8.8: La intersección de un encaje de rectángulos es no vacía. (Nótese

deduce del axioma de completitud de ℝ.)


que no se trata de un axioma, sino de un teorema, el cual, como se verá enseguida, se

ideas principales. Sea J = [& , ' ] × [* , [ ] un encaje de rectángulos. Sucede


Demostración: No haremos la demostración con todo detalle, sólo daremos las

entonces que [& , ' ], por un lado, y [* , [ ] por el otro (geométricamente, las
proyecciones de cada J sobre los ejes cartesianos) forman respectivos encajes de

Por el axioma de completitud, existe un número


en la intersección del primer
intervalos.

encaje, y un número  en la intersección del segundo. Finalmente, no es difícil ver que


el par 
,  está en la intersección del encaje de rectángulos, por lo que ésta es no
vacía. ∎

Para generalizar esta idea a un ℝ cualquiera definimos un T −rectángulo


como el producto cartesiano de T intervalos cerrados, es decir, como un conjunto de
la forma J = [&4 , '4 ] × |&5, '5 ~ × ⋯ × |& , ' ~. Así por ejemplo, un 2 −rectángulo es,
simplemente, lo que antes hemos llamado un rectángulo en ℝ5 y un 3-rectángulo es
un paralelepípedo recto en ℝ? con aristas paralelas a los ejes.
La diagonal del T −rectángulo J = [&4 , '4 ] × |&5, '5 ~ × ⋯ × |& , ' ~ se define

como [H&NJ = Q∑


«;4'« − &«  . Un encaje de T −rectángulos es, por supuesto,
5

126
una sucesión de T −rectángulos, cada uno contenido en el precedente, y tal que sus

Finalmente, la completitud de ℝ se expresa mediante el teorema (cuya


diagonales tienden a cero.

T −rectángulos está siempre formada por una única T −upla de ℝ .


demostración es similar a la del 8.8) que dice que la intersección de un encaje de

§6. Puntos de acumulación y sucesiones.


En el capítulo anterior hemos desarrollado la noción de “punto de acumulación” (que

otra parte, hemos venido estudiando la completitud de ℝ y ℝ . Nuestra intención a


nos condujo, a su vez, a la definición de conjunto cerrado). En este mismo capítulo, por

partir de ahora es establecer una relación entre los dos conceptos: puntos de
acumulación y completitud. Esta relación es la que nos conducirá a nuestro objetivo
final, que es demostrar que la imagen de un conjunto compacto por una función
continua es también un conjunto compacto. El nexo que relaciona los dos conceptos
está dado por las sucesiones. (Para las definiciones básicas relativas a sucesiones,
pueden dirigirse al apéndice I).
Para ver claramente qué relación existe entre las sucesiones y la completitud,
volvamos al comentario con el que cerramos la sección anterior. Si generalizamos lo
que allí dijimos para el número 0,1010010001… podemos decir ahora que si
|P4, G4 ~, |P5, G5 ~, |P?, G? ~, ⋯ es un encaje de intervalos entonces * está en la intersección
del encaje si y sólo si las sucesiones P ; 4 y G 4 convergen ambas a *.

Es decir, un encaje de intervalos puede verse simplemente como un par de


sucesiones que convergen a un mismo número. El axioma de completitud, tal como lo
enunciamos en la sección anterior podría reformularse de esta otra manera
totalmente equivalente a aquélla:

Axioma de completitud: Si P 4 y G 4 son dos sucesiones tales que:
1) P 4 es creciente y G 4 es decreciente.

127
2) Para todo K ∈ ℕ , P < G .
3) [HG\P , G  tiende a cero.
Entonces existe algún * ∈ ℝ tal que para todo K ∈ ℕ , P ≤ * ≤ G .

Esta reformulación del axioma nos muestra que éste, en el fondo, habla
esencialmente de sucesiones. Se lo enuncia habitualmente en base a encajes de
intervalos porque de ese modo se logra una expresión más concisa y elegante (y,

la hora de generalizar el concepto de completitud a un ℝ cualquiera).


además, porque, como ya vimos, los encajes de intervalos resultan más convenientes a

Vemos entonces que, en efecto, existe una estrecha relación ente las
sucesiones y la completitud. La pregunta ahora es qué relación existe entre las
sucesiones y los puntos de acumulación. La respuesta a esa pregunta estará dada por
el teorema 8.10, cuya demostración requiere de un resultado previo que tiene mucho

Teorema 8.9: Si & ∈ ℝ es un punto de acumulación de J ⊆ ℝ entonces todo


interés en sí mismo:

entorno reducido centrado en & contiene infinitos puntos de J.


Demostración: Supongamos, por el absurdo, que existe algún , - 0 tal que
u∗© & contiene solamente una cantidad finita de elementos de J. Digamos, por
ejemplo, que u∗© & ∩ J =
4 , ⋯ ,
t .

En el dibujo anterior (donde Š = 5) se ve claramente que es falso que haya


puntos de J tan cercanos a & como se quiera, y esto es un absurdo porque & es punto

128
de acumulación de J. Esta idea se formaliza así: tomemos ,4 - 0 tal que ,4 <
TíK [HG\&,
4 , ⋯ , [HG\&,
t . Entonces u∗¶ & ∩ J = ∅, y esto contradice el
hecho de que & es punto de acumulación de J. ∎

Teorema 8.10: & ∈ ℝ es punto de acumulación de J ⊆ ℝ si y sólo si existe


una sucesión que converge a & y que está formada por puntos de J todos diferentes
entre sí.

elementos de J que converge a & entonces & es punto de acumulación de J (ya que
Demostración: Es claro que si existe una sucesión formada por infinitos

hay puntos de J tan cercanos a & como se quiera). Tenemos que probar la afirmación

Sea & un punto de acumulación de J, hay que demostrar que existe una
recíproca.

sucesión formada por elementos de J, todos diferentes de & y diferentes entre sí, que
converge a &. Consideremos la sucesión de entornos reducidos centrados en &, de
4 4 4
radios 1, 5 , ?
, B ,… Por el teorema anterior, cada uno de esos entornos contiene una

cantidad infinita de puntos de J. Definimos entonces la sucesión


4 ,
5 ,
? , ⋯ de la

Tomamos
4 ∈ 4∗ & ∩ J cualquiera. A continuación tomamos un punto
siguiente manera:

5 ∈ ¶∗ & ∩ J que sea distinto de


4 . Luego tomamos un punto
? ∈ ¶∗ & ∩ J que
x ½

sea distinto de
4 y
5 . Y así sucesivamente… (Como cada entorno contiene infinitos
elementos de J estas elecciones son siempre posibles.)

129
Por construcción, es claro que
4 ,
5 ,
? , ⋯ está formada por elementos de J

todos diferentes entre sí. Por otra parte, también sucede que [HG\
 , & < , por lo
4


tanto
 converge a *. ∎

El teorema 8.10 nos permite dar una demostración alternativa del hecho de
que ℚ’ = ℝ. El teorema nos dice que basta probar que para todo * ∈ ℝ existe una
sucesión de números racionales (todos diferentes entre sí) que converge a *. Si * ∈ ℚ,

podemos tomar simplemente la sucesión


 = * + .
4


Antes de resolver en formal general el caso en que * es irracional, pensemos en


un ejemplo concreto. ¿Qué sucesión de números racionales converge a :? Hay
infinidad de respuestas posibles, pero la más sencilla es la sucesión: 3,1; 3,14; 3,1415;
3,14159;…. Para √2 podríamos tomar 1,4; 1,41; 1,414; 1,4142;…
Generalizando esta idea, si * es irracional, podemos tomar la sucesión

 = , donde los corchetes indican “parte entera”. Es obvio que


 es siempre
[4 6 U]
4 6

un número racional y que la sucesión converge a *. Luego c es punto de acumulación


de ℚ. (Si la escritura decimal de * tiene ceros, entonces los
 pueden no ser todos
diferentes entre sí, basta toma en ese caso la subsucesión formada por todos los
t
tales que la Š −ésima cifra decimal de * es distinta de cero.)

En la demostración del siguiente teorema los encajes de intervalos y los puntos

Teorema 8.12: Todo conjunto J ⊆ ℝ, que sea infinito y acotado, tiene al menos
de acumulación se ven finalmente las caras.

un punto de acumulación.
Demostración: La idea general de la demostración es construir un encaje de
intervalos tal que el punto que éste define es punto de acumulación de J.
Como J es acotado, entonces existe un intervalo [&, '] tal que J está
contenido en él. A este intervalo [&, '] lo llamaremos ‡4 y será el primer intervalo del
encaje que queremos definir. Además, llamaremos
4 a un elemento cualquiera de J.
Nótese que
4 ∈ ‡4 .
Tomamos ahora el punto medio de ‡4 , que divide al intervalo en dos partes
iguales. Como J es infinito y está totalmente contenido en ‡4 , entonces alguna de las

130
dos mitades de ‡4 (quizás ambas) contiene necesariamente infinitos elementos de J.
Porque si ambas mitades contuvieran finitos elementos de J entonces éste sería, en
total, finito. Tomamos entonces ‡5 como la mitad de ‡4 que contiene infinitos
elementos de J (si esto sucede con ambas mitades, entonces elegimos una
cualquiera). A continuación, llamamos
5 a cualquier elemento de J que esté en ‡5 y
que sea diferente de
4 . Destacamos que
5 ∈ ‡5 .
Consideramos ahora el punto medio de ‡5 que, por supuesto, divide al intervalo
en dos partes iguales. Como ‡5 contiene en total infinitos elementos de J entonces
alguna de esas dos mitades de ‡5 contiene por sí misma infinitos elementos de ese
conjunto (porque si ambas mitades contuvieran finitos elementos de J entonces ‡5 en
su totalidad contendría solamente finitos elementos del conjunto).
Definimos entonces ‡? como aquella mitad de ‡5 que contiene infinitos
elementos de J (si esto sucede con ambas, elegimos una cualquiera de ellas) y
llamamos
? a cualquier elemento de J que esté en ‡? y que sea diferente de
4 y
5 .
Destacamos que
? ∈ ‡? .
Y así sucesivamente… En el paso K −ésimo de este proceso tenemos definido
un intervalo ‡ que contiene infinitos elementos de J. Para obtener el intervalo
siguiente, es decir ‡4 , tomamos una mitad de ‡ que contenga infinitos elementos de
J y a continuación definimos
4 como un punto de ‡4 que esté en J y sea
diferente de todos los elegidos en los pasos anteriores. (El hecho de que, en cada paso,
el intervalo seleccionado contenga infinitos elementos de J nos garantiza que siempre
será posible elegir un nuevo elemento de J que sea diferente de todos los anteriores.)
Es fácil ver que la sucesión ‡4 , ‡5 , ‡? ,… es un encaje de intervalos, porque cada

uno de ellos está contenido en el precedente y además porque S{KN‡  = 56¹¶ . Por
ƒz‚

otra parte, por construcción, 


 4 es una sucesión de elementos de J todos
diferentes entre sí y tales que para todo K ∈ ℕ ,
 ∈ ‡ .
Por el axioma de elección, existe un único * en la intersección de todos los
intervalos del encaje. Por lo tanto, para todo K ∈ ´, no solamente
 ∈ ‡ sino que
también * ∈ ‡ .

131
Por lo tanto. [HG\

ƒz‚

 , * h S{KN‡   y en consecuencia lim→
  *.
56¹¶

Por el teorema anterior, deducimos que * es un punto de acumulación de J. ∎

Este teorema se generaliza de manera inmediata a un  cualquiera.


Teorema 8.12’: Todo conjunto J ⊆  , que sea infinito y acotado, tiene al
menos un punto de acumulación.
Demostración: La demostración sigue las mismas líneas que las
la del teorema

T −rectángulos. Esbozaremos
anterior, sólo que reemplazando el encaje de intervalos por un encaje de
ozaremos la demostración para el caso T  2.
Como J es acotado, existe un rectángulo !&, '(  !*, [( que lo contiene
completamente, éste será el primer rectángulo del encaje. Llamamos
4 a un punto
cualquiera de J.. A continuación dividimos en dos partes iguales
iguales a los intervalos !&, '( y
[*, [(,, lo que equivale a partir al rectángulo en cuatro partes, también iguales.

Como el rectángulo contiene totalmente a J,, que es infinito, entonces alguno


de los cuatro cuartos del rectángulo contendrá
conten por sí mismo infinitos puntos de J. Uno
con ienen infinitos puntos de J) será el
cualquiera de esos cuartos (de los que contienen
encaje y definimos además
5 como un punto de J que esté
segundo rectángulo del encaje,
allí y que sea diferente de
4 .
finimos un encaje de rectángulos que determina un punto * y
Así siguiendo, definimos
una sucesión de puntos de J,, todos diferentes entre sí, que converge a él. De esa
forma, * es un punto de acumulación de J. ∎

132
Teorema 8.13: Toda sucesión acotada en ℝ tiene al menos una subsucesión
Llegamos finalmente al teorema principal de este capítulo:

Demostración: Sea ‘ = 
 4 una sucesión acotada en ℝ , queremos
convergente. (Para la definición de “subsucesión” puede consultarse el apéndice I.)

probar que ‘ tiene una subsucesión convergente. Hay dos casos que tenemos que
considerar. El primero, que es el más simple (aunque a la vez es el que menos nos

solamente una cantidad finita de valores diferentes. (Un ejemplo en ℝ de esta


interesará en las aplicaciones posteriores) es el caso en el que la sucesión toma

situación sería la sucesión 1, 2, 3, 1, 2, 3, 1, 2, 3, …). Es fácil que en esta situación existe


al menos una subsucesión de ‘ que es constante y, por lo tanto, convergente.
El segundo caso se da cuando la sucesión ‘ toma infinitos valores diferentes. En
esta situación, el conjunto J =
4 ,
5 ,
? ,
B , …  es infinito y acotado y tiene, por lo
tanto, un punto de acumulación *. Vamos a demostrar que existe una subsucesión de
‘ que converge a *.

Consideremos entornos reducidos centrados en * de radios 1, , , ,… Por el


4 4 4
5 ? B

¶ , el primer término de la subsucesión, como cualquier término de ‘ que esté en el


teorema 8.9 cada uno de ellos contiene infinitos términos de la sucesión. Tomamos

entorno reducido de radio 1. El segundo término,


x , será cualquier término de ‘ que

tal que K5 - K4 (esta elección es posible porque hay


4
5
esté en el entorno de radio

infinitos términos de donde elegir). El tercer término,


½ , será cualquier término de ‘

tal que K? - K5 . Y así sucesivamente…


4
?
que esté en el entorno de radio

133
Es claro, por construcción, que
¶ ,
x ,
½ , … es una subsucesión de ‘ y que
converge a *. ∎

Como veremos en el próximo capítulo, el teorema 8.13 será el punto clave en la


demostración de que la imagen de un conjunto compacto por una función continua es
también un conjunto compacto. Ahora bien, puede probarse (aunque la demostración
excede la intenciones de este libro), que el teorema 8.13 es equivalente al axioma de
completitud. Es decir, la afirmación del teorema 8.13 podría haberse tomado,
perfectamente, como la expresión de la completitud de ℝ. Por lo tanto, como dijimos
al principio del capítulo, el hecho de que la imagen de un conjunto compacto por una
función continua es también un conjunto compacto resultará ser una consecuencia de
la completitud de los números reales.

§7. Actividades.
1) Muestren un ejemplo de...
a)...una sucesión de números irracionales que converja a √2.

c)...una sucesión de números irracionales que converja a :.


b)...una sucesión de números irracionales que converja a 1.

d)...una sucesión de números racionales con expresión decimal periódica que


4
converja a B .

134
2) Demuestren que ℝ ∖ ℚ’ = ℝ.

3) Llamemos ℚ al conjunto de todos los números racionales que admiten una


escritura decimal finita. Demuestre que ℚ ’ = ℝ.

4) Consideremos la siguiente sucesión de números racionales: , , , , , , , , ⋯


4 4 5 4 5 ? 4 5
5 ? ? B B B E E

a) Hallen una subsucesión que converja a 1.


4
√5
b) Hallen una subsucesión que converja a .

5) Muestren un conjunto J tal que J’ = 1, 3, 5, … .

6) Muestren un conjunto J tal que J ≠ [0,1], J’ ≠ [0,1] y J’’ = [0,1].

7) Demuestren que si  ⊆  entonces ’ ⊆  ’ .

8) a) Hallen el conjunto 0,1 ∩ _’.


b) ¿Es verdad que  ∩ ’ = ’ ∩  ’ ? Justifiquen la respuesta.

135
Capítulo 9
El Teorema de Weierstrass (2da parte)

“La Topología es probablemente la más joven de las ramas


clásicas de las matemáticas. En contraste con el Álgebra, la Geometría
y la Teoría de los Números, cuyas genealogías datan de
tiempos antiguos, la Topología aparece en el siglo diecisiete,
con el nombre de analysis situs, esto es, análisis de la posición.”
(Marta Macho Stadler, ¿Qué es la Topología?)

§1. Continuidad y sucesiones.


En este capítulo, finalmente, demostraremos el teorema que dice que la imagen de un
conjunto compacto por una función continua es también un conjunto compacto y
analizaremos las consecuencias de ese hecho. Sin embargo, previamente, debemos
todavía estudiar la relación que existe entre las funciones continuas y las sucesiones.

función % ∶ J ⊆ ℝ → ℝ es continua en & ∈ J si y sólo si para todo Z - 0 existe


Recordemos la definición de continuidad que vimos en el capítulo 1: una

algún , - 0 tal que si


∈ J y [HG\
, & < , entonces [HG\]%
, %&^ < Z.
Podemos parafrasear la definición de esta manera: % es continua en & si y sólo si toda
vez que
está cerca de & entonces %
 está cerca de %&; esta manera informal de

Teorema 9.1: Una función % es continua en & si y sólo si


 → & implica que
expresar la definición vuelve natural el siguiente teorema.

%
  → %& (sobreentendiendo que % puede aplicarse a todos los términos de la

función % ∶ J ⊆ ℝ ⟶ ℝ es continua en & ∈ J si y sólo si para toda sucesión


sucesión). Más formalmente, el teorema puede expresarse de esta manera: Una


 4 contenida en J tal que lim→
 = & vale que lim→ %
  = %&.

136
manera si % es continua
Gráficamente, el teorema puede visualizarse de esta manera:
en & y nos acercamos a ese punto mediante una sucesión 
 4 entonces las
imágenes de 
 4 se acercarán a %&.

cuando & sea un punto aislado de J. En efecto, si & es punto aislado de J y 


 4 es
Es interesante observar, además, que el teorema vale,
vale, como debe ser, aun

una sucesión en J que converge a & entonces necesariamente


  & para todo K

en J = 0 ∪ !1, "∞ que converjan a 0); por lo tanto %


   %& para todo K
suficientemente grande (piensen, por ejemplo, en ejemplos de sucesiones contenidas

suficientemente grande, y en consecuencia %


  → %&,, independientemente de
quién sea %&. Esto significa que si & es punto aislado de J entonces, no importa
quién sea %&,, siempre se cumple que si
 → & entonces %
  → %&,
% conclusión
definición dada en el capítulo 1, según la cual si & es punto
que es coherente con la definición
aislado de J entonces % es continua en &, independientemente dell valor de %&.
Digamos, finalmente, que el teorema 9.1 nos da una posible definición
efecto, podríamos definir que % es continua
alternativa de la idea de continuidad, en efecto,
en & si toda vez que
 → & entonces %
  → %&.

teorema Tenemos que probar primero que si % es continua


Demostración del teorema:
en & y
 → & entonces %

%   → %&. Tomemos un Z - 0 cualquiera; como % es


 &
continua en & entonces existe algún , - 0 tal que si [HG\
, & / , entonces
[HG\]%
, %&^ / Z (sobreentendiendo que
∈ J{T%).
). Ahora bien, como
 → &
entonces tomando K suficientemente grande podemos asegurar que [HG\
 , & / ,

137
y, por lo tanto, para K suficientemente grande, [HG\%
 , & < Z. Deducimos así que
%
  → %&.
Recíprocamente, tenemos que probar que si el hecho de que
 → & implica
siempre que %
  → %&, entonces % es continua en &. Supongamos, por el absurdo,
que % no sea continua en &; si negamos la definición de continuidad, esto significa que
existe algún Z - 0 fijo tal que para todo K ∈ ℕ existe algún
 ∈ J tal que

[HG\
 , & < y [HG\%
 , & - Z . Por lo tanto, la sucesión 
 4 converge a &,
4


mientras que %


 4 no converge a %&, contradiciendo la hipótesis. Luego, %
tiene que ser continua en &. ∎

Observación 9.2: Supuesto que % es continua en &, hemos probado en


particular que si
 → & entonces %
  → %&), sin embargo no vale la recíproca de
esta última afirmación. Es decir, aun siendo % continua en &, el hecho de que
%
 4 converja no nos garantiza que 
 4 también deba converger. A modo
de ejemplo, tomemos %: ℝ → ℝ, %
 =
5 , que es continua en todo su dominio, y la

sucesión
 = −1 a1 + b. Observemos que la subsucesión 
5 4 converge a 1,
4

mientras que la subsucesión 


5z4 4 converge a −1. Esto nos dice que %
  =
4 5
a1 + b → 1 mientras que 
 4 no converge.


§2. El Primer Teorema de Weierstrass Generalizado… al fin.


Llegados a este punto, estamos finalmente en condiciones de demostrar el teorema
que hemos venido persiguiendo en los últimos capítulos y que afirma que la imagen de
un conjunto compacto por una función continua es también un conjunto compacto.

Teorema 9.3: Si %: J ⊆ ℝ → ℝ es continua y  ⊆ J es compacto entonces


% es compacto.

que % es cerrado y después que % es acotado.


Demostración: Haremos la demostración en dos partes, primero probaremos

a) Probemos que ¿À es cerrado.

138
Recordemos que un conjunto es cerrado si y sólo si contiene a todos sus puntos
de acumulación. Sea entonces * ∈ ℝ un punto de acumulación de %, tenemos
que demostrar que * ∈ %.
Como * es punto de acumulación de % entonces, por el teorema 8.10, existe
una sucesión  4 formada por elementos de %, todos diferentes entre sí, tal
que  → *. A su vez, el hecho de que  ∈ % significa que para cada K ∈ ´ existe
algún
 ∈  tal que %
  =  . Además, dado que los  son todos diferentes entre
sí, deducimos que los
 son también todos diferentes entre sí (piensen ustedes por
qué). Ahora bien, por la observación 9.2, el que  = %
  → * no nos garantiza que

 4 converja. Sin embargo, sabemos que  es compacto y, en particular, que es un
conjunto acotado; en consecuencia 
 4 , que está incluida en , es también una
sucesión acotada y por el teorema 8.13 tiene una subsucesión ]
Á ^
t4
convergente.

Es decir, existe algún ' ∈ ℝ tal que


Á → '. Luego, ' es punto de
acumulación de  y como  es cerrado (y por ende contiene a todos sus puntos de
acumulación) entonces ' ∈ .

Ahora bien, como % es continua, por el teorema 9.1, %]


Á ^ → %'. Pero

a%]
Á ^b = ]Á ^ es una subsucesión de  4 y por lo tanto tiende al mismo
t4 t4

límite que ella. Es decir, %]


Á ^ = Á → *. En consecuencia, * = %' y como ' ∈ ,
entonces * ∈ %, como queríamos demostrar. Hemos probado así que %
contiene a todos sus puntos de acumulación, es decir, es un conjunto cerrado.

139
b) Probemos ahora que ¿À es acotado.

 4 no acotada, formada por elementos de % todos diferentes entre sí.
Supongamos, por el absurdo, que no lo es. En ese caso, existe una sucesión

Además, podemos suponer que para todo K ∈ ℕ vale que [HG\ , 0 - K.


Igual que en punto anterior, deducimos que para cada K ∈ ´ existe algún

 ∈  tal que %
  =  , y también deducimos que existe alguna subsucesión
]
Á ^ que converge a un punto ' ∈ . Luego, %]
Á ^ = Á → %'. Y como
t4

]Á ^ es convergente entonces ]Á ^


t4 t4
es una sucesión acotada.

Pero al mismo tiempo sabemos que [HG\]Á , 0^ - Kt → ∞, por lo que


]Á ^
t4
no puede ser acotada. Llegamos así a un absurdo, por lo tanto nuestra

suposición inicial tiene que ser falsa. Es decir, % es acotado, y como ya probamos
que era cerrado, deducimos finalmente que % es compacto. ∎

En particular esto nos dice que “Ser compacto” es una propiedad topológica. El
Primer Teorema de Weierstrass Generalizado, como veremos inmediatamente, es una
consecuencia de este hecho.

Primer Teorema de Weierstrass Generalizado (PTWG): Si % ∶ J ⊆ ℝ → ℝ es


continua y J es compacto entonces % es acotada.
Demostración: Como J es compacto y % es continua entonces %J es
compacto. En particular %J = ‡T% es un conjunto acotado y en consecuencia
(por la definición 7.1 bis), % es una función acotada. ∎

140
De este modo cerramos el largo camino que iniciamos en el capítulo 6 al
preguntarnos cuáles son los dominios adecuados para el Primer Teorema de
Weierstrass. En ese camino hemos pasado, entre otros conceptos, por la idea de punto
de acumulación, la idea de sucesión y por la definición misma de los números reales.
Finalmente, acabamos de probar que los dominios adecuados son los conjuntos
compactos y que esto se debe esencialmente al hecho de que “Ser compacto” es una
propiedad topológica.
Ahora bien, nos quedan todavía algunas preguntas por resolver. La primera es

de Weierstrass? Recordemos que este teorema dice que si % es continua en [&, ']
¿los conjuntos compactos son también dominios adecuados para el Segundo Teorema

entonces % alcanza máximo y mínimo absolutos en [&, ']. Analizaremos esta cuestión
en la sección siguiente.
Pero hay también una segunda pregunta que podemos formularnos: sabemos
que “Ser cerrado y acotado” es una propiedad topológica, pero ¿”Ser cerrado” y “Ser

Observemos que en la demostración del teorema 9.3 para probar que % es cerrado
acotado”, cada una por separado, son por sí mismas propiedades topológicas?

no nos bastó con la hipótesis de que  es cerrado, sino que necesitamos también
suponer que  es acotado. De la misma forma, para probar que % es acotado
necesitamos asimismo la hipótesis de que  es cerrado. ¿Podría probarse que % es
cerrado (resp. acotado) basándose solamente en el hecho de A es cerrado (resp.
acotado)? En las secciones siguientes trabajaremos sobre estas preguntas.

El Segundo Teorema de Weierstrass clásico, como ya dijimos, afirma que si % ∶ [&, '] →
§3. El Segundo Teorema de Weierstrass.

ℝ es continua entonces % alcanza máximo y mínimo absolutos en [&, ']; es decir,


existen
4 ,
5 ∈ [&, '] tales que para todo
∈ [&, '], %
4  ≤ %
 ≤ %
5 .

141
Los
os conceptos topológicos que hemos desarrollado hasta ahora nos permiten

dado que % es continua y !&, '( es arco-conexo entonces %!&, '(


ya dar una demostración de este teorema. En efecto, observemos en primer lugar que,
( es un conjunto
arco-conexo. Por lo tanto, %!&, '(, que es la imagen de %, es un intervalo, ya que los
conexos de 1 son los intervalos (entendemos que un punto
únicos subconjuntos arco-conexos

Pero además %[&,


es un “intervalo cerrado degenerado” cuyos extremos coinciden).
coinciden)
! , '( es compacto, y entonces %!&, '(,, además de ser un
intervalo, es también cerrado y acotado. Concluimos entonces que existen *, [ ∈ 1,
con * h [, tales que %!&, '(  !*, [( y en consecuencia para todo
∈ !&, '(,
%
 ∈ !*, [(. Notemos además que * y [ pertenecen a la imagen de %, es decir,
existen
4 ,
5 ∈ !&, '(( tales que %
4   * y %
5   [. Luego, para todo
∈ !&, '(,
%
4  h %
 h %
5 ,, como queríamos demostrar.

El siguiente teorema nos muestra que podemos generalizar este resultado a un


dominio compacto cualquiera. Es decir, los dominios
dominios compactos son también
adecuados para el Segundo Teorema de Weierstrass.

Segundo Teorema de Weierstrass Generalizado (STWG): Si % ∶ J ⊆  →  es


continua y J es compacto entonces % alcanza máximo y mínimo absolutos en J; es
decir, existen
4 ,
5 ∈ J tales que para todo
∈ J, %
4  h %
 h %
5 .
Demostración: Si además de compacto, J fuera arco-conexo,
conexo, entonces el
teorema se demostraría exactamente de la misma forma en la que acabamos de
probar más arriba el Segundo Teorema de Weierstrass clásico.
clási . En ese razonamiento
bastaría simplemente con reemplazar cada aparición de !&, '( por J. Pero será

142
interesante hacer la demostración general, en la que sólo suponemos que J es

Vamos a probar que % alcanza máximo absoluto en J.


compacto.

Por el teorema 9.3 sabemos que %J es acotado. Tomemos entonces *4 ∈ 1


una cota superior cualquiera de %J, y tomemos también un elemento cualquiera de
%J, al que llamaremos 4 ; en particular existe
4 ∈ J tal que %
4  = 4. Es claro
que 4 ≤ *4. Si fuera 4 = *4 entonces %
4  = *4 sería máximo absoluto de % y la
demostración terminaría. Podemos suponer entonces que 4 < *4.

[4 , *4 ]. Para definir el segundo intervalo del encaje, tomamos el punto medio de
La idea es definir un encaje de intervalos que comenzará con el intervalo

[4 , *4 ], es decir, el número


y¶ U¶
5
. Tenemos aquí dos posibilidad, o bien ese punto

medio es cota superior de %J, o bien no lo es.

Si \ = es cota superior de %J entonces tomamos 5 = 4 y *5 =


y¶ U¶ y¶ U¶
5 5
;

obtenemos así un intervalo [5 , *5 ] en el que 5 ∈ %J, *5 es cota superior de %J y

S{KN[5 , *5 ] = 5 S{KN[4 , *4 ].


4

no es cota superior de %J entonces existe algún & ∈ %J tal que
y¶ U¶
5
Si

< &; en este caso tomamos 5 = & y definimos *5 = *4. Una vez más obtenemos
y¶ U¶
5

un intervalo [5 , *5 ] en el que 5 ∈ %J, *5 es cota superior de %J y además

S{KN[5 , *5 ] < 5 S{KN[4 , *4 ].


4

Observemos que en ambos casos S{KN[5 , *5 ] ≤ 5 S{KN[4 , *4 ]. El intervalo


4

[5 , *5 ] es, entonces, nuestro segundo intervalo. A partir de aquí repetimos una y otra

143
vez el mismo procedimiento y obtenemos así un encaje [4 , *4 ], [5 , *5 ], [? , *? ], ⋯ en
el que cada  pertenece a %J y cada * es cota superior de %J. Por el axioma de
completitud, existe un número [ en la intersección de todos esos intervalos.
Ahora bien, los números  forman una sucesión que converge a [. En cuanto a
esta sucesión, hay a su vez dos posibilidades. Una posibilidad es que la sucesión se

exista algún K tal que © = © 4 = © 5 = ⋯. En ese caso el límite de la sucesión
haga constante a partir de algún punto, ya que la definición del encaje admite que

es igual a esa constante, es decir, [ = © ∈ %J.


La otra opción es que la sucesión nunca se haga constante, en ese caso
eliminamos de ella los términos que estén repetidos (si es que hay alguno) y

dado que la sucesión completa converge a [, lo mismo sucede con esta subsucesión.
obtenemos así una subsucesión formada por elementos todos diferentes entre sí; y

Por lo tanto, por el teorema 8.10, [ resulta ser punto de acumulación de %J, y como
%J es cerrado, entonces [ ∈ %J.

hemos probado que [ ∈ %J, es decir [ = %


 para algún
∈ J. Nos falta probar
Ya sea que la sucesión se haga constante, o ya sea que no, en ambos casos

que para todo


∈ J, %
 ≤ [. Supongamos, por el absurdo, que no fuese así, en ese
caso existiría algún  ∈ %J tal que [ < . Pero es fácil ver que entonces existiría
algún K ∈ ´ tal que * < , y esto contradice que * sea cota superior de %J.
En resumen, hemos probado que existe un
∈ J tal que para todo
∈ J,
%
 ≤ %
, es decir, hemos demostrado que % alcanza máximo absoluto en J. La
existencia de mínimo absoluto se prueba de manera similar. ∎

(Opcional) Observación 9.4: Si J ⊆ ℝ es un conjunto no vacío y acotado

supremo de J a un número G ∈ ℝ tal que G es la menor de esas cotas superiores. Esto


superiormente, es decir, un conjunto que admite cotas superiores, entonces se llama

quiere decir que G es cota superior de J y que también vale que si & < G entonces &
no es cota superior de J. Otra forma de expresar esto último es diciendo que si * es
cota superior de J entonces necesariamente G ≤ *.
Por ejemplo, no es difícil probar que ' es el supremo del intervalo &, ', así
como del intervalo [&, ']. Este ejemplo, además, muestra que el supremo de J no
necesariamente pertenece a J.

144
En caso de que el supremo de J exista, puede probarse que es único. En efecto,
si G y G ’ son supremos de J, como G es supremo y G ’ es cota superior entonces vale
que G ≤ G ’ , y como G ’ es supremo y G es cota superior entonces también vale que
G ’ ≤ G. Luego G ’ = G.
Pero… ¿existe siempre un supremo? La respuesta es que sí. En realidad el

como demostramos el STWG. La idea es que si J ⊆ ℝ es un conjunto no vacío y


hecho de que siempre existe un supremo puede probarse de manera muy similar a

[
, *4 ], [
5 , *5 ], [
? , *? ], ⋯ en el que cada
 pertenece a J y cada * es cota superior
acotado superiormente entonces podemos definir un encaje de intervalos

de J. El número determinado por ese encaje es el supremo de J.


De manera análoga, si J ⊆ 1 es un conjunto no vacío y acotado inferiormente,
se llama ínfimo de J a un número H ∈ 1 que sea la mayor de las cotas inferiores de J;
es decir que H es cota inferior de J y vale que si * también es cota inferior de J
entonces necesariamente * ≤ H. Por supuesto, puede probarse que todo conjunto no
vacío y acotado inferiormente tiene un ínfimo y que éste, además, es único.

clásico, dijimos que los únicos subconjuntos arco-conexos de ℝ son los intervalos. Este
Ahora bien, más arriba, al demostrar el Segundo Teorema de Weierstrass

hecho es obvio gráficamente, pero ¿cómo puede demostrarse rigurosamente? (Como


dijimos en el capítulo 0, un hecho que gráficamente es obvio puede llegar a ser falso,
sólo un razonamiento riguroso nos pone a salvo de los errores.)
Sea entonces J ⊆ ℝ es un conjunto arco-conexo, queremos probar que J es
un intervalo. Supongamos en primer lugar que J es acotado y sean & el ínfimo de J, y
' su supremo; en particular J ⊆ [&, ']. Tenemos que considerar cuatros casos,
dependiendo de si & y ' pertenecen, o no pertenecen, a J.
Si & ∈ J y ' ∈ J entonces, por definición de conjunto arco-conexo, el único
camino que va desde & hasta ', es decir, el segmento entre & y ', está totalmente
contenido en J. En consecuencia, [&, '] ⊆ J, y como J ⊆ [&, '] entonces J = [&, '].
Si & ∉ J y ' ∉ J, del hecho de que J ⊆ [&, '] deducimos que J ⊆ &, '.
Queremos probar que vale también la otra inclusión. Sea
∈ &, ', como & <
y &
es el ínfimo de J entonces
no es cota inferior de J (porque & es la menor de las
cotas inferiores), luego existe algún [4 ∈ J tal que [4 <
. De manera similar, como

< ' y ' es el supremo de D entonces


no es cota superior de J, por lo que existe

145
algún [5 ∈ J tal que
< [5 . Como [4 , [5 ∈ J y J es arco-conexo concluimos que
[[4 , [5 ] ⊆ J. Finalmente, como
∈ [[4 , [5 ] ⊆ J entonces
∈ J. Hemos probado así
que si
∈ &, ' entonces
∈ J, es decir, hemos probado que &, ' ⊆ J, y dado que
J ⊆ &, ' entonces J = &, '.
De manera similar se prueba que si & ∈ J y ' ∉ J entonces J = [&, ', y que si
& ∉ J y ' ∈ J entonces J = &, '].
Si J es acotado superiormente pero no inferiormente, entonces se puede
probar que J = −∞, ' o J = −∞, ']; y que si es acotado inferiormente, pero no
superiormente, entonces J = &, +∞ o J = [&, +∞. Finalmente, si J no admite
cotas superiores ni inferiores entonces J = −∞, +∞.

§4. Cerrado y acotado.


Al término de la segunda sección de este capítulo nos hemos preguntado si los
conjuntos compactos son también dominios adecuados para el Segundo Teorema de
Weierstrass; en la sección anterior hemos probado que la respuesta es sí. Además,
desde que “Ser cerrado y acotado” es una propiedad topológica, nos hemos
preguntado asimismo si ”Ser cerrado” y “Ser acotado”, cada una por separado, son
propiedades topológicas. Vamos a responder estas preguntas.
Recordemos que, según vimos en la sección §4 del capítulo 4, una propiedad es

continua y con inversa continua) % ∶ J ⊆ ℝ → = ⊆ ℝ vale que si  ⊆ J posee esa


topológica si y sólo si para todo homeomorfismo (es decir, para toda función biyectiva,

propiedad entonces % también la posee. Con esta definición en mente veamos que

Supongamos entonces que  ⊆ J es cerrado y que % ∶ J ⊆ ℝ → = ⊆ ℝ es


“Ser cerrado” es una propiedad topológica.

un homeomorfismo, tenemos que probar que % es cerrado. Sea * ∈ = un punto de


acumulación de %, debemos ver que * ∈ %.
Como * es un punto de acumulación de % entonces existe alguna sucesión
no constante  4 contenida en % tal que  → *, y dado que  ∈ %
deducimos que para cada K ≥ 1 existe un
 ∈  tal que %
  =  . Por otra parte,
como % z4 es continua, entonces
 = % z4   → % z4 *; esto implica que % z4 * es

146
un punto de acumulación de , y dado que  es cerrado, entonces % z4 * ∈ . En
* ∈ %, tal como queríamos probar.
consecuencia * = %% z4 *
Sin embargo, no es verdad que si % ∶ J ⊆  →  es continua y  ⊆ J es
cerrado entonces % deba ser necesariamente cerrado. Para mostrar un
contraejemplo tomemos la función % ∶ 5 →  dada por %
,  
y el conjunto
 = 
,  ∈ 5 ∶  

- 0; tenemos que % es continua y que  es cerrado, sin
embargo %  0, "∞ no es cerrado.

Es por eso que en la parte a) de la demostración del teorema 9.3, para probar
que % es cerrado fue necesario usar tanto la hipótesis de que  es cerrado como la
hipótesis de que es acotado, ya que, como acabamos de ver, la hipótesis de que  es
ado por sí sola no garantiza que % sea cerrado.
cerrado
En cambio “Ser acotado” no es una propiedad topológica,, en efecto, un
• •
   \N
 que es
contraejemplo está dado por la función %: a. 5 , 5 b → , %


biyectiva, continua y con inversa continua, pero que, a pesar de esto, transforma el
• •
conjunto acotado a. 5 , 5 b en el conjunto no acotado . Esto significa que la

propiedad topológica de compacidad está definida en parte a partir de una propiedad


no topológica; este hecho en sí mismo no es matemáticamente incorrecto, sin
embargo filosóficamente es muy poco satisfactorio (definimos un concepto
fundamental de la Topología,
Topología, como es la compacidad, a partir de un concepto que está

147
“fuera” de la Topología). Por otra parte, como veremos en la sección siguiente (así
como en los capítulos 11 y 12), esta definición “parcialmente no topológica” de la
compacidad dificulta el llevar el concepto a contextos más generales.
La reflexión anterior nos dice que necesitamos una definición diferente de la
compacidad, una definición basada exclusivamente en conceptos que sí sean

vemos que, en definitiva, la propiedad del compacto  que realmente se usa al


genuinamente topológicos. Ahora bien, si repasamos la demostración del teorema 9.3

demostrar que % también es compacto resulta ser la siguiente: “toda sucesión
contenida en  tiene una subsucesión convergente”. Ésa será entonces nuestra nueva
definición de compacidad:

Definición 9.5: Un conjunto  ⊆ ℝ es compacto si y sólo si toda sucesión


contenida en  tiene una subsucesión que converge a un elemento de .

Esta definición es mucho más satisfactoria, ya que la convergencia de


sucesiones es un concepto topológico. Pero ¿son equivalentes las dos definiciones que
hemos dado de conjunto compacto? Es decir ¿vale que un conjunto es cerrado y
acotado si y sólo si toda sucesión contenida en él tiene una subsucesión convergente?
Demostraremos a continuación que la respuesta es sí.

Teorema 9.6: Un conjunto  ⊆ ℝ es cerrado y acotado si y sólo si toda


sucesión contenida en  tiene una subsucesión que converge a un elemento de .
Demostración: Sea  ⊆ ℝ cerrado y acotado, tenemos que probar que toda
sucesión contenida en él tiene una subsucesión convergente a un elemento de . La

principal: si una sucesión está contenida en  entonces es acotada (porque  es


demostración esencialmente ya fue hecha al probar el teorema 9.3; repasemos la idea

sucesión converge necesariamente a un elemento de .


acotado), luego tiene una subsucesión convergente y como A es cerrado entonces la

Recíprocamente, supongamos que toda sucesión contenida en  tiene una


subsucesión que converge a un elemento de  y probemos que  es cerrado y
acotado. Por el absurdo, supongamos que  no es cerrado o que no es acotado.

148
Si  no es cerrado, entonces existe algún * que es un punto de acumulación de
 no contenido en . En consecuencia existe una sucesión 
 4 contenida en  que
converge a *; observemos que esta sucesión 
 4 está contenida en  pero que
ninguna de sus subsucesiones converge a un elemento de  (porque todas ellas
convergen a *). Esto contradice la hipótesis, luego  es cerrado.
Si  no es acotado, entonces es posible definir, tal como hicimos al probar el
teorema 9.3, una sucesión 
 4 contenida en  tal que [HG\
 , 0 - K y no difícil
probar que cualquier subsucesión de 
 4 no es acotada y en consecuencia no es
convergente; esto contradice la hipótesis, por lo tanto  es acotado. ∎

§5. Compactificaciones.

están contenidos en ℝ . Comencemos con la siguiente idea: el intervalo &, ', como
En esta sección, por primera vez en el libro, vamos a considerar conjuntos que no

& y ' obtenemos el conjunto [&, '], que sí es compacto. Es decir, conjuntos que no son
ya sabemos, no es compacto; sin embargo, si le agregamos los puntos de acumulación

compactos pueden ser “compactificados” agregándoles puntos de acumulación


convenientes. Esta idea se transforma en la definición siguiente:

Definición 9.7: Dado  ⊆ ℝ , una compactificación de  es un conjunto


compacto = tal que  ⊆ = y tal que todo punto de = o bien pertenece a  o bien es
punto de acumulación de .

Por ejemplo, = = [&, '] es una compactificación de  = &, ', en efecto, [&, ']
es un compacto que contiene a &, ' y cada punto que hemos agregado es un punto
de acumulación de &, '. Pero ¿por qué decimos “una compactificación de &, '” y
no “la compactificación de &, '”? Esto se debe a que un mismo conjunto no
compacto admite muchas compactificaciones diferentes (los conjuntos que son

esta idea mostraremos una compactificación de &, ' diferente del ya mencionado
compactos sólo se tienen a sí mismos como compactificación trivial). Para ejemplificar

conjunto [&, ']; un detalle que es interesante destacar que es en este ejemplo, tal
como dijimos antes, que por primera vez en este libro tendremos que “salir” de 1  .

149
Comencemos por observar que el intervalo &, ',, que gráficamente es un
segmento sin sus extremos, es homeomorfo (es decir, topológicamente equivalente) a
una circunferencia a la que se le ha quitado un punto.
punto En
n efecto, el siguiente dibujo
muestra una deformación continua que transforma a la circunferencia sin un punto en
un segmento sin extremos:

Ahora bien, una manera de compactificar la circunferencia sin un punto es,


precisamente, agregar ese punto faltante, al que llamaremos Â.. Pero ¿cómo podemos
transformar esa compactificación de la circunferencia en una compactificación del
segmento? Analicemos
emos el siguiente dibujo:

identificarse el punto Â?? La respuesta es “con ambos”;


Cuando “abrimos” la circunferencia ¿con cuál de los dos extremos debe

&, ' deben ser identificados con el mismo punto Â. La nueva compactificación
ambos” ess decir, los dos extremos de
compacti de
&, ' es entonces =  &,, ' ∪ Â, donde este  no es un número real, ni tampoco
un punto de  (observemos que, dado que  no está en ningún  , entonces = está
fuera de cualquier  ). El punto  es un elemento “nuevo” que queda definido
defini por la
siguiente propiedad: cuando \ ∈ &, ' (pensada como una sucesión contenida en =)
tiende a cualquiera de los extremos del intervalo &, ' entonces \ no tiende ni a & ni
a ' sino que tiende a Â. Por ejemplo, en el contexto de este conjunto
conju = vale que
4
lim→ & "   Â.

tra forma de pensar la definición de = es considerar que los extremos del


Otra
intervalo !&, '( son un mismo y único punto,
punto el cual indicamos como Â;; esta definición,
gráficamente, equivale a “pegar” el punto & con el punto ' para formar una línea
cerrada equivalente a una circunferencia.

150
La compactificación de un conjunto  que se obtiene agregando un único punto

. Puede probarse que todas las compactificaciones de Alexandroff de un mismo


se conoce como la compactificación de un punto o compactificación de Alexandroff de

conjunto  son equivalentes entre sí, y es por eso podemos hablar de la


compactificación de Alexandroff de .

Alexandroff de &, '. Tomemos para ello el conjunto ‘ 4 ∗ = 


,  ∈ ℝ5 ∶
5 +
Mostremos ahora una definición más formal de la compactificación de

2=1∧
≠1, es decir, la circunferencia con centro en el origen y radio 1 a la que se le
ha quitado el punto de coordenadas 1,0 y consideremos también la función

% ∶ &. ' → ‘ 4 ∗ definida como %\ = ‹*{G ƒz‚ \ − &, G„K ƒz‚ \ − &Œ. No es
5• 5•

difícil ver que % es un homeomorfismo entre &, ' y ‘ 4 ∗ (esta función representa la

Consideremos ahora, una vez más, el conjunto = = &, ' ∪ Â, donde  se
transformación del segmento sin extremos en la circunferencia sin un punto).

define como antes, es decir, como el elemento tal que cuando \ ∈ &, ' ⊆ = tiende a
cualquiera de los extremos del intervalo &, ' entonces \ tiende a Â. La función %
puede entonces extenderse a un homeomorfismo %f : = → ‘ 4 con sólo definir
% ̅ \ = %\ si \ ≠ Â y % ̅ Â = 1,0 (nótese que la continuidad de % ̅ está garantizada
precisamente por la definición de Â). De este modo probamos que = es homeomorfo a
‘ 4 y como éste conjunto es compacto, entonces también lo es =.

ambigüedad en la notación matemática usual, ya que el símbolo 0,1 puede


Comentario: En el desarrollo anterior ha quedado clara la existencia de una

representar tanto al punto de abscisa 0 y ordenada 1 como al intervalo abierto


formado por los números reales entre 0 y 1. Algunos libros evitan esta ambigüedad
llamando ]0,1[ al intervalo abierto, otros prefieren llamar 0 × 1 al punto; en este
texto hemos optado por mantener la notación 0,1 para ambos objetos en la
convicción de que el contexto permitirá siempre determinar a qué nos estamos
refiriendo en cada caso.

151
§6. Dos compactificaciones de .
hemos mostrado dos compactificaciones de &, ', una
En la sección anterior hemos
“compactificación de dos puntos”
puntos y otra de “un punto”. De una manera muy similar es
posible definir dos compactificaciones para   .∞, "∞, veámoslass a continuación.
Una de estas compactificaciones
compactificaci de  se obtiene agregando dos nuevos
puntos, que no son elementos de  , y a los que llamaremos .∞ y "∞
f   ∪ .∞, "∞ al conjunto así obtenido. Debemos
respectivamente;; llamemos 
hacer una aclaración importante: cuando en el contexto de  decimos, por ejemplo,
que \ → "∞ este “"∞”” es solamente una forma de decir, en realidad estamos
afirmando que, tomando K suficientemente grande, podemos lograr que \ supere
cualquier número real positivo fijado de antemano;
antemano por
or el contrario, en el contexto de
f el símbolo "∞ representa un elemento concreto. Así por ejemplo, en  la sucesión

f esa misma sucesión \ converge al elemento "∞.
\  K5 diverge, mientras que en 

f es compacto; esto puede probarse directamente aplicando la


Este conjunto 
• •
manera la función \N ∶ aa. 5 , 5 b →  es un
definición 9.7, o bien de la siguiente manera:
• •
homeomorfismo que puede extenderse a un homeomorfismo ¯¯¯ f y
\N¯ ∶ >. 5 , 5 @ → 
• •
f también lo es.. Puede verse en este ejemplo
dado que >. 5 , 5 @ es compacto entonces 

la insuficiencia de la definición de “compacto” como “cerrado y acotado”, ya que


f es acotado? La definición “cerrado y acotado” es adecuada en
¿puede decirse que 
 , pero ya no lo es cuando salimos de ese contexto.
La segunda compactificación de , que llamaremos ∗ , es la compactificación
f e identificar en él los
de Alexandroff y consiste esencialmente en tomar el conjunto 
puntos "∞ y .∞ en un único punto ∞;; de manera similar a como la compactificación
de Alexandroff de &, ' se obtiene identificando los puntos & y ' en el intervalo !&, '(.
El conjunto ∗ es entonces un compacto que puede verse, en cierto modo, como una
circunferencia de longitud infinita. Una compactificación similar puede definirse para

152
ℝ5 , agregando en este caso un punto “impropio” ∞ que transforma
ma al plano en una
esfera de superficie infinita.

f , ∗ y &, ' ∪ Â estén fuera de


Es importante destacar que aunque 
cualquier ℝ sigue valiendo no obstante el teorema 9.3 y su consecuencia, tal como

J es compacto (según la definición 9.7) y % ∶ J →  es


enunciamos a continuación:
continuación
Teorema 9.8: Si J
continua entonces %J es compacto.
La demostración de este teorema se basa en la observación, que ya hicimos, de
que la demostración del teorema 9.3 se basa exclusivamente en el hecho de que toda
sucesión
ión en un compacto tiene una subsucesión que converge a un elemento de él.
Corolario (STWG): Si J es compacto (según la definición 9.7) y % ∶ J →  es
continua entonces % es acotada.
   %J es un
La demostración consiste en observar que, dado que ‡T%
ℝ entonces es un conjunto acotado.
subconjunto compacto de 

A hablar de compactos que estén fuera de  tenemos que


Observación 9.9: Al
indicar qué significa exactamente que una sucesión definida en ese conjunto converja,
esta precisión es indispensable
indispensable para que tenga sentido hablar de puntos de

con dominio &, ' ∪ Â es continua o no a menos que sepamos qué significa que una
acumulación o de funciones continuas. Por ejemplo, no podríamos saber si una función

sucesión converja al punto “impropio” Â.. Como veremos en capítulos posteriores, esto
suele expresarse diciendo que estamos definiendo cuál es la “topología” del conjunto
con el que estemos trabajando (volveremos a este comentario en la sección 2 del
capítulo 13).

153
En el capítulo 1 cometamos que si % ∶ J → ℝ es continua y J está incluido en un
§7. ¿Y esto para qué sirve?

à entonces surge naturalmente la pregunta de si % puede extenderse a J


conjunto J Ã

conservando la continuidad, es decir, si existe una función %Ä ∶ J


à → ℝ continua que

coincide con % en los puntos de J. Vimos, por ejemplo, que la función continua

% ∶ ℝ ∖ 2 → ℝ, %
 = puede ser extendida con continuidad a ℝ, pero que eso
M x zB
Mz5

mismo no ocurre con la función continua % ∶ ℝ ∖ 0 → ℝ, %


 = M .
4

La pregunta que nos haremos ahora es dada % ∶ ℝ → ℝ continua ¿bajo qué


condiciones puede extenderse %, conservando la continuidad, a una función
%̅ ∶ ℝ
f → ℝ o a una función % ∗ ∶ ℝ∗ → ℝ? Nótese que en ambos casos el codominio

sigue siendo ℝ.

de ℝ∗ , que consiste en agregarle a ℝ un único punto impropio ∞, no es difícil ver que


Comencemos por la segunda parte de la pregunta. Considerando la definición

una función continua % ∶ ℝ → ℝ puede extenderse a una función % ∗ ∶ ℝ∗ → ℝ


conservando la continuidad si y sólo si existe un número ' ∈ ℝ tal que
limM→z %
 = limM→ %
 = ' (entendiendo estos límites en el sentido usual
que se les da en Análisis). En ese caso, por supuesto, la única forma de extender %
consiste en definir % ∗ ∞ = ' (donde ahora ∞ representa al elemento de ℝ∗ ).
f = [−∞, +∞], tampoco es difícil ver que una función continua
En el caso de ℝ
% ∶ ℝ → ℝ puede extenderse a una función % ̅ ∶ ℝ
f → ℝ conservando la continuidad si y

sólo si existen números ', * ∈ ℝ tales que limM→z %


 = ' y limM→ %
 = *

de extender % consiste en definir % ̅ −∞ = ' y % ̅ +∞ = * (donde ahora −∞ y +∞


(entendiendo, una vez más, a estos límites en el sentido usual). Además, la única forma

f ).
representan elementos de ℝ
f permite extender más funciones que ℝ∗ ,
Observemos que toda función que ℝ
con más precisión, toda función % ∶ ℝ → ℝ continua que pueda extenderse con
f , pero no vale la recíproca; por
continuidad a ℝ∗ también puede extenderse a ℝ
f y ℝ∗ , mientras que ℎ ∶ ℝ →
ejemplo N ∶ ℝ → ℝ, N
 = „ zM puede extenderse a ℝ
x

f pero no a ℝ∗ . En este sentido podemos


ℝ, ℎ
 = &P*\N
 puede extenderse a ℝ
f es una compactificación “mejor” que ℝ∗ ya que permite extender “más”
decir que ℝ
funciones.

154
La importancia de esta idea de extender funciones continuas con dominio en ℝ

ver que si una función % ∶ ℝ → ℝ es tal que los límites limM→z %


 y limM→ %

a funciones continuas con dominio en un compacto consiste en que, ahora, podemos

existen y son finitos entonces %, esencialmente, es una función definida sobre el


f y en consecuencia valen para ella todos los teoremas aplicables a
compacto ℝ
funciones continuas sobre conjuntos compactos (en este libro sólo hemos hablado de
la acotación de las funciones, aunque existen muchos otros teoremas asociados a la
compacidad). En particular tenemos el siguiente teorema.

Teorema 9.10: Si % ∶ ℝ → ℝ es una función continua tal que los límites


SHTM→z %
 y SHTM→ %
 existen y son finitos entonces % es acotada.
Este teorema, que aparece como ejercicio en muchos libros de Análisis I, puede

Una demostración más interesante consiste en observar que % puede extenderse a


demostrarse apelando a la definición de límite y al Primer Teorema de Weierstarss.

f y como este conjunto es compacto entonces, por


una función continua definida en ℝ
el STWG, % es acotada.

Veamos una aplicación diferente de esta idea de extender funciones continuas

intervalo &, ', que vimos en la sección 5, y que llamamos = = &, ' ∪ Â. La
a compactificaciones; para ello consideremos la compactificación de un punto del

definición de  implica que una función continua % ∶ &, ' → ℝ puede extenderse de
manera continua a una función % ∗ ∶ = → ℝ si y sólo si los límites limM→‚¦ %
 y
limM→ƒ¹ %
 existen, son finitos y además son iguales entre sí (en ese caso % ∗ Â se

En otras palabras, una función % ∶ &, ' → ℝ que cumpla las condiciones que
define como el valor común de esos dos límites).

sobre circunferencia. Para expresar esta idea con más precisión, recordemos que = es
acabamos de mencionar puede verse, esencialmente, como una función definida en

equivalente a ‘ 4 y, tal como también expusimos en la sección 5, esa equivalencia


puede ser representada mediante la función Å: = → ‘ 4 definida como Å\ =

‹*{G ƒz‚ \ − &, G„K ƒz‚ \ − &Œ si \ ∈ &, ' y Å = 1,0. En consecuencia, si
5• 5•

155
% ∶ &, ' →  puede extenderse a una función continua % ∗ ∶ = →  entonces
% ∗ ∘ Å z4 ∶ ‘ 4 →  es una función “equivalente” a % ∗ pero definida sobre ‘ 4 .

Ahora bien, como no es difícil ver, el homeomorfismo Å transforma puntos


punto de
ƒz

&, ' cuya distancia es 5
en puntos de laa circunferencia que son diametralmente

opuestos;; recíprocamente, dos puntos diametralmente opuestos en ‘ 4 provienen de


ƒz‚
puntos de = cuya distancia es 5
(a los efectos de esta afirmación, debemos recordar
ƒz‚
que el punto  se identifica tanto con a como
como con b, por lo que está a distancia 5
del

punto medio del intervalo)).

Recordemos finalmente que la definición de = equivale a considerar el


intervalo !&, '( e identificar a los puntos & y ' con Â.. Podemos decir entonces que si
% ∶ !&, '( →  ess continua y %&  %' entonces esencialmente % está definida
sobre una circunferencia; más exactamente, % ∘ Å z4 es una función continua bien
definida en ‘ 4 (nótese que, dado que %&  %',, entonces al identificar & y ' con Â
no se produce ambigüedad alguna).
alguna)

156
Pero por otra parte, el teorema 5.1 nos dice que si  ∶ ‘ 4 → ℝ es continua
entonces existen dos puntos diametralmente opuestos de ‘ 4 en los que  toma el
mismo valor. Estas reflexiones se combinan en el siguiente teorema.

Teorema 9.11: Si % ∶ [&, '] → ℝ es continua y %& = %' entonces existen

4 ,
5 ∈ [&, '] tales que |
4 −
5 | = y %
4  = %
5 .
ƒz‚
5

tomamos en cuenta que “% ∶ [&, '] → ℝ continua y %& = %'” equivale a “%


Demostración: La demostración es una consecuencia directa del teorema 5.1 si

definida en una circunferencia” y “|


4 −
5 | =
ƒz‚
5
” equivale a “diametralmente

opuestos en la circunferencia”.

% ∘ Å z4 ∶ ‘ 4 → ℝ; por el teorema 5.1 existen 4 , 5 ∈ ‘ 4 diametralmente opuestos


La versión formal de la demostración consiste en considerar la función continua

tales que % ∘ Å z4 4  = % ∘ Å z4 5 ; luego, %Å z4 4  = %Å z4 5 .
Tomamos entonces
4 = Å z4 4  y
5 = Å z4 5 ; como 4 y 5 son

diametralmente opuestos entonces |


4 −
5 | = y, como ya vimos, %
4  =
ƒz‚
5

%]Å z4 4 ^ = %]Å z4 5 ^ = %


5 . (En el caso de que, por ejemplo, 4 sea el

punto 1,0 entonces


4 será indistintamente & o ' y
5 será ). ∎
‚ƒ
5

(Opcional) §8. Otra compactificación de ℝ.


El desarrollo anterior podría dejar la impresión de que ℝ admite solamente dos
compactificaciones diferentes, sin embargo tal impresión sería errónea. En realidad ℝ,
así como ℝ5 , el intervalo &, ' y otros muchos conjuntos, admite infinitas
compactificaciones distintas entre sí; estas compactificaciones se diferencian
fundamentalmente por cuáles son las funciones continuas que pueden ser extendidas

ejemplo, nuestra intención en esta sección es mostrar una compactificación de ℝ que


a ellas (siempre entendemos “extendidas conservando la continuidad”). A modo de

f , y a la que, por motivos que veremos enseguida,


es diferente tanto de ℝ∗ como de ℝ
llamaremos, ℝ¬Æ .
f si y
Recordemos que una función continua % ∶ ℝ → ℝ puede extenderse a ℝ
sólo si limM→z %
 y limM→ %
 existen y son finitos; para que % pueda

157
extenderse a ℝ∗ ambos límites,
límites además, deben ser iguales entre sí.. En consecuencia,
por ejemplo, la función seno, % ∶  → , %
  G„K
, no puede ser extendida a
ninguna de las dos compactificaciones. Nuestro objetivo es que la compactificación
f y además permita extender
® permita extender todas las funciones que extiende 
f y, obviamente, también
la función seno; por lo tanto, ¬Æ será “mejor” que 
“mejor” que ∗ .
f agregamos un punto “a la izquierda” y un punto “a
Recordemos que all definir 
la derecha” de la recta real; de manera análoga, para definir ¬Æ agregamos, tanto a
la derecha como a la izquierda de la recta, una copia del intervalo !.1,1
1(; esta elección
se debe simplemente a que !.1,1( es la imagen de la función seno.
uir una y otra copia del intervalo, llamaremos ‡ ̅ al intervalo que
Para distinguir
agregamos a la izquierda y
̅ a sus elementos, e ‡ ̿ al intervalo de la derecha y
̿ a sus
elementos;; así por ejemplo 0̄ es el punto medio de ‡ ̅ y 0Ç es el punto medio de ‡ .̿ Una
observación importante es que estos intervalos, aunque “inspirados” en números
reales, no están contenidos en  ni en  ; estos elementos
̅ y
̿̿ son, podríamos
decirlo así, “números impropios”.

Según dijimos en la observación 9.9, tenemos que definir


inir a continuación cuál es
la “topología” de ¬Æ ; es decir, hay que establecer qué significa que una sucesión en
¬Æ converja. Definimos entonces que una sucesión formada por elementos de ‡ ̅
converge a un elemento de ‡ ̅ de la manera usual y que lo mismo sucede con ‡ ;̿ así por
Ç4
ejemplo,  converge a 0Ç .

Las sucesiones de números reales que son convergentes en el sentido usual no


4
alteran su comportamiento, por ejemplo  converge a 0.

Definimos además que no hay sucesiones de números reales con límite "∞ o
.∞, esos límites quedan totalmente excluidos en ¬Æ . Una
na sucesión
 ∈  no
acotada en el sentido usual y que tienda,, digámoslo así, hacia la “izquierda” de la recta

158
sólo podrá converger,, si es que tiene límite, a un elemento ¯ ∈ ‡ ;̅ mientras que una
sucesión no acotada que tienda hacia la “derecha” de la recta sólo podrá tender, si es
que tiene límite, a un elemento Ç ∈ ‡ .̿ Concretamente, definimos que una sucesión no
acotada
 ∈  que “se va hacia la izquierda” converge a ¯ ∈ ‡ ̅ si y sólo si G„K
 
converge de la manera usual al número real ; y similarmente hacia la derecha.

Así por ejemplo podemos decir que


  K: (que va “hacia la derecha de la
recta”) converge a 0Ç ya que G„K
   G„KK: → 0.. Análogamente la sucesión
4 • •

  " " 2K: converge a 0 en 1¬Æ ; por el contrario, q  K no tiene límite


 5 5

porque también se va hacia la derecha de la recta pero G„Kq  oscila.


Puede probarse apelando a la
la definición 9.7 (aunque la demostración tiene
algunas complejidades) que ® es compacto; veamos que permite extender todas
f y además la función seno.
las mismas funciones que 
Si % ∶  →  es una función continua tal que limM→
→z %
  ' y

limM→ %
  * entonces definimos su extensión %à ∶ ¬Æ →  de esta manera:
%Ã 
  %
 si
∈  (como no podía ser de otra manera, ya que extiende a %),

%Ã 
̅   ' si
̅ ∈ ‡ ,̅ y %à 
̿̿   * si
̿ ∈ ‡ .̅̿ Es decir, en todos los números impropios a la
izquierda de la recta la extensión vale ' y en todos los números impropios de la
* No es difícil probar que %Ã es continua,, es decir, % tiene, tal
derecha la extensión vale *.
como afirmamos, una extensión continua en ¬Æ .
Nos falta definir la extensión de la función seno, a la que llamaremos
G„K É 
  G„K
;
É ∶ ¬Æ → . Si
∈  entonces, por supuesto, definimos G„K
mientras que si
̅ ∈ ‡ ̅ entonces definimos G„K
É 
̅  
y si
̿ ∈ ‡ ̿ entonces definimos
É 
̿  
;; es decir en los números impropios la extensión vale tanto como el
G„K
número real asociado, por ejemplo, G„K ¯¯¯¯^  0,5.
É ]0,5
Puede probarse que G„K
É es continua en ¬Æ ; no haremos aquí la demostración
o observemos que, dado que
  K:
formal de este hecho, sólo a modo de ejemplo

159
converge a 0Ç en ℝ¬Æ , entonces debería suceder que G„K É 0Ç y, en
É 
  converja a G„K
É 0Ç.
É 
  = G„K
  → 0 = G„K
efecto, G„K

ℝ¬Æ , pero sí es posible definir una nueva compactificación de ℝ, aún mejor que ℝ¬Æ ,
La función coseno, en cambio, no puede ser extendida de manera continua a

f . De hecho, es posible definir una compactificación de ℝ, conocida


que permite extender simultáneamente el seno y el coseno además de las mismas
funciones que ℝ

todas las funciones % ∶ ℝ → ℝ que sean a la vez continuas y acotadas.


como compactificación de Stone-Čech, que permite extender de manera continua

160
Capítulo 10
Conjuntos abiertos

“El Campeonato Argentino Abierto de Polo es el máximo


certamen interclubes a nivel mundial,
y el quinto en antigüedad en el mundo.”
(http://es.wikipedia.org/wiki/Campeonato_Argentino_Abierto_de_Polo,
consultado el 17 de enero de 2014.)

§1. La definición de derivada.


En los capítulos anteriores los conceptos de “conjunto arco-conexo” y de “conjunto
compacto” surgieron del estudio de sendos teoremas clásicos de Análisis I; el concepto
que estudiaremos en este capítulo, en cambio, nacerá del estudio de una definición,

una función % ∶ J ⊆ ℝ → ℝ sea derivable en un punto &.


concretamente de la definición de derivada. Recordemos entonces qué significa que

Definición: % ∶ J ⊆ ℝ → ℝ es derivable en & si y sólo si el siguiente límite existe

%& + ℎ − %&
y es finito:

lim
Ê→ ℎ

es llamado el cociente incremental de % en &.)


Ë‚ÊzË‚
Ê
(Recordemos que

La pregunta que debemos hacernos es: ¿qué condiciones deben cumplirse para
que esta definición tenga sentido? Destaquemos que no nos estamos preguntando

suceder para que sea posible escribir el cociente el cociente incremental de % en &, un
qué debe suceder para que el límite exista y sea finito, sino meramente qué debe

requisito que es previo a la pregunta de si existe, o no, el límite.

cociente aparece la expresión “%&”, entonces necesariamente debe suceder que &
Para contestar esta pregunta, observemos en primer lugar que, dado que en el

pertenezca al dominio de %, decir, debe valer que & ∈ J.

161
La segunda condición surge del hecho de que en el cociente también aparece la
expresión “%& + ℎ”, donde ℎ representa un número real no nulo muy cercano a 0.
Esto implica, entonces, que si ℎ está suficientemente cerca de 0 entonces & + ℎ
también debe pertenecer al dominio de %. Pero ¿qué significa exactamente “muy

, - 0 tal que si |ℎ| < , entonces & + ℎ ∈ J. Tomamos |ℎ| ya que ℎ tiende a cero por
cercano a 0”? Esta idea se expresa con más precisión de la siguiente manera: existe un

dijimos “ℎ representa un número real no nulo”) nos induciría a poner 0 < |ℎ| < ,,
derecha e izquierda, por otra parte, la definición de límite (y el hecho de que antes

pero como antes vimos que para ℎ = 0 también vale que & + ℎ = & + 0 = & ∈ J
entonces no hay error en decir que & + ℎ ∈ J si |ℎ| < ,. Por otra parte, si |ℎ| < ,
entonces los valores que toma & + ℎ barren todo el intervalo & − ,, & + ,; por lo
tanto, que & + ℎ ∈ J si |ℎ| < , equivale a decir que & − ,, & + , ⊆ J.

escribir el cociente incremental de % en & son que & ∈ J y que exista algún , - 0 tal
En resumen, las dos condiciones que deben cumplirse para que sea posible

que & − ,, & + , ⊆ J (la segunda condición, obviamente, implica la primera). Estas
condiciones inspiran la siguiente definición.

Definición 10.1: Un número & ∈ J ⊆ ℝ es punto interior de J si y sólo si existe


algún , - 0 tal que & − ,, & + , ⊆ J.

Intuitivamente, & es punto interior de J si podemos movernos una distancia


, - 0 a la derecha y a la izquierda de & sin salirnos del conjunto J. Nótese además
que, mientras que un punto de acumulación de un conjunto puede, o no, pertenecer al
conjunto, un punto interior, en cambio, necesariamente pertenece a él.

preguntarse si % ∶ J ⊆ ℝ → ℝ es, o no es, derivable en un punto & ∈ J la condición


Resumimos las ideas anteriores diciendo, entonces, que para que sea posible

que debe cumplirse es que & sea un punto interior de J.

162
Observación: Es fácil ver que si & ∈ J es un punto aislado entonces & no es
interior a J; esto implica que, aunque sí tiene sentido preguntarse si % ∶ J ⊆  → 
es continua en un punto aislado de J,, en cambio no tiene sentido preguntarse
preguntars si es
e el caso de J  !0,1(,, como veremos a continuación, 0 no
derivable. Por otra parte, en
es un punto interior, sin embargo si % es una función con dominio !0,1(( sí tiene sentido
hablar de “derivabilidad a derecha de % en 0”,, pero la “derivabilidad lateral”
la no tiene
las mismas propiedades que la derivabilidad usual.
usual

1) Si J = [0,1( entonces 0 no es un punto interior, ya que es evidente que


Ejemplos 10.2:

ningún intervalo centrado en 0 está contenido en J (la “mitad izquierda” del intervalo
“se sale” de J). Análogamente 1 tampoco es interior.
). Análogamente,

En cambio, todos los puntos intermedios sí son interiores; en efecto, si & es tal que
0 / & / 1 entonces basta tomar 0 / , / TíK [HG\&, 0, [HG\&, 1 para asegurar
que & . ,, & " , ⊆ J;; intuitivamente, si nos movemos a la izquierda y la derecha de
& una distancia que sea menor que la que hay hasta los extremos del intervalo
entonces no nos “saldremos” de éste.

Desde luego, lo mismo vale para un intervalo cerrado cualquiera, sus extremos no son
puntos interiores, pero sí lo son todos los puntos intermedios.
2) Si J  0,1 entonces todos sus puntos son interiores, el razonamiento es el
mismo que hicimos en el ejemplo anterior para 0 / & / 1;; en un intervalo abierto
abier
cualquiera todos sus puntos son interiores.

163
3) Si J = ℚ entonces ninguno de sus puntos son interiores; en efecto, si algún
€ ∈ ℚ fuese interior a ℚ debería haber un , - 0 tal que € − ,, € + , ⊆ ℚ, es decir,
debería haber un intervalo abierto (centrado en €) formado exclusivamente por
números racionales, pero esto es imposible ya que todo intervalo abierto contiene
infinitos números irracionales.

§2. Conjuntos abiertos.

% ∶ J ⊆ ℝ → ℝ es derivable (a secas) si y sólo si para todo & ∈ J vale que % es


Tal como hicimos en el capítulo 1 para la continuidad, decimos que una función

derivable en &. Según lo dicho más arriba, para que esta definición tenga sentido
debería suceder que todos los puntos de J sean interiores; esta reflexión inspira la

Definición 10.3: Un conjunto J ⊆ ℝ es abierto si y sólo si todos sus puntos son


siguiente definición.

interiores. Equivalentemente, J ⊆ ℝ es abierto si y sólo para todo & ∈ J existe algún


, = ,& - 0 tal que & − ,, & + , ⊆ J.
Si llamamos J°, interior de J, al conjunto formado por todos los puntos
interiores de J (nótese que siempre vale que J° ⊆ J) entonces podemos reescribir la
definición 10.3 diciendo que J ⊆ ℝ es abierto si y sólo si J° = J.

1) Según lo visto en el ejemplo anterior, el intervalo [0,1] no es un conjunto


Ejemplos 10.4:

abierto (no es cierto que todos sus puntos sean interiores, ya que [0,1]° = 0,1), pero
0,1 sí es un conjunto abierto. Observemos que el lenguaje topológico es coherente
con la designación usual de los intervalos, los intervalos cerrados son, topológicamente
hablando, conjuntos cerrados, mientras que los intervalos abiertos son conjuntos

2) También según lo visto en el ejemplo anterior, el conjunto ℚ no es abierto;


abiertos.

de hecho resulta que ℚ° = ∅.


3) ℝ es abierto, en efecto, para cualquier & ∈ ℝ y para cualquier , - 0 vale
que & − ,, & + , ⊆ ℝ. Recordemos que también ℝ es cerrado (véase el ejemplo
7.15), por lo tanto ℝ es abierto y cerrado al mismo tiempo.

164
4) El conjunto vacío es abierto; en este caso la explicación es puramente técnica

observar que la definición de abierto puede expresarse de la siguiente manera: J es


y carece de todo contenido gráfico o intuitivo. Una justificación posible consiste en

abierto si y sólo si la siguiente implicación es válida “Si & ∈ J entonces existe algún
, - 0 tal que & − ,, & + , ⊆ J”. Ahora bien, cuando J = ∅ la implicación vale
cualquiera sea & ya que el antecedente de la misma es falso, por lo tanto ∅ es abierto.
Una justificación de tipo conjuntista puede consistir en observar que ∅° ⊆ ∅ y por lo
tanto ∅° = ∅, igualdad que equivale a decir que ∅ es abierto.
El hecho de que ∅ sea abierto sólo es relevante porque es un hecho necesario

parte, recuérdese que ∅ también es cerrado (ejemplo x.x), por lo que ∅ es abierto y
para darle coherencia lógica a la teoría (explicaremos la razón más adelante). Por otra

cerrado a la vez. Como veremos después, ℝ y ∅ son los únicos subconjuntos de ℝ que

5) J = 0,1] no es abierto, ya que el 1 no es punto interior (de hecho


son a la vez abiertos y cerrados.

0,1]° = 0,1); tampoco 0,1] es cerrado porque 0 es un punto de acumulación que


no pertenece al conjunto.
6) En resumen, el significado que la Topología le atribuye a las palabras
“abierto” y “cerrado” no tiene relación con el significado que esos términos tienen en
el habla cotidiana. En el sentido del habla usual, por ejemplo, no puede suceder que
una ventana esté al mismo tiempo abierta y cerrada, sin embargo, sí hay conjuntos,
como es el caso de ℝ y ∅, que son a la vez abiertos y cerrados. Asimismo hay conjuntos
que son abiertos pero no cerrados; conjuntos que son cerrados, pero no abiertos; y
conjuntos que no son abiertos ni cerrados.

Observación 10.5: La reflexión previa a la definición 10.3 nos dice que los
“dominios naturales” de las funciones derivables son los conjuntos abiertos; es por eso
que todos los teoremas relacionados con la derivabilidad, cuando están correctamente
formulados, indican a intervalos abiertos como dominios de las funciones involucradas.

funciones “continuas en [&, '] y derivables en &, '”. Otro ejemplo es el teorema que
Tres ejemplos son los teoremas de Rolle, Lagrange y Cauchy en lo que se habla de

dice que si % ∶ &, ' → ℝ es una función derivable y su derivada es positiva (resp.
negativa / nula) en todo el dominio entonces % es creciente (resp. decreciente /

165
constante) en él. Un último ejemplo es el teorema, a veces conocido como teorema de
Fermat, que dice que si % ∶ &, ' → ℝ es una función derivable que tiene un extremo
local en
∈ &, ' entonces % ’ 
 = 0 (volveremos al tema de los extremos locales
en el capítulo 12).

§3. El plano y el espacio.

anteriores, la noción de conjunto abierto puede extenderse a cualquier ℝ . Para ello


Tal como sucede con los conceptos topológicos que estudiamos en los capítulos

es necesario recordar que, según vimos en el capítulo 2, el conjunto & − ,, & + , se


generaliza a otras dimensiones mediante la noción que llamamos entorno centrado en
& de radio ,. Si & ∈ ℝ y , - 0 este entorno se define como el conjunto de todos los
puntos de ℝ cuya distancia al punto & es menor que ,; escribimos entonces
u & =
∈ 1  ∶ [HG\
, & < ,. Cuando K = 1 el conjunto u & es el intervalo
abierto centrado en & y de radio ,; cuando K = 2 (rep. K = 3) u & es el círculo
(resp. la esfera) de centro & y radio , sin incluir la frontera.
Las definiciones anteriores se generalizan entonces de este modo:

Definición 10.6: Un elemento & ∈ J ⊆ ℝ es punto interior de J si y sólo si


existe algún , - 0 tal que u & ⊆ J.
La idea intuitiva de esta definición es la misma que para el caso de ℝ;
& ∈ J ⊆ ℝ es interior si es posible moverse alrededor de & una distancia , sin
“salirse de J” (“alrededor” del modo en que la dimensión lo permita, si es en la recta
“alrededor” es “a derecha e izquierda”, si es el plano “alrededor” significa abarcar todo

Definición 10.7: Un conjunto J ⊆ ℝ es abierto si y sólo si todos sus puntos son


un círculo, si es el plano “alrededor” implica abarcar una esfera).

interiores. Equivalentemente, J ⊆ ℝ es abierto si y sólo para todo & ∈ J existe algún


, = ,& - 0 tal que u & ⊆ J.

1) ℝ y ∅ son a la vez abiertos y cerrados en ℝ y son los únicos subconjuntos


Ejemplos 10.8:

de ℝ que tienen esta doble condición.

166
2) J = 
,  ∈ 5 ∶ .1 h
/ 1 no es abierto ya que ninguno de los puntos
ubicados en la recta
 .1 es interior a J; los puntos de la recta
 1 no
pertenecen a J y por lo tanto no nos interesan a los efectos de saber si D es abierto o

,  ∈ 5 ∶ .1 /
/ 1.
no. En este caso J°  

3) J  
,  ∈ 5 ∶ 0 /
5 "  5 / 1 es abierto; para cada &, ' ∈ J si tomamos
, - 0 como el mínimo entre
ent la distancia de &, ' al origen y la distancia de &, ' a a
la circunferencia entonces u &, ' ⊆ J.

167
4) Cualquiera sea ** ∈  el conjunto u * es abierto. Para demostrarlo hay
que probar que para todo & ∈ u * existe un , ’ - 0 tal que uÍ &
& ⊆ u *; para
ello basta tomar , ’ como la distancia de & al borde de u * (véase el dibujo abajo).

5) No es difícil probar que para todo J ⊆  vale que J°°


  J° y que esto
implica que J° es siempre un conjunto abierto.

Observación 10.9: Así como antes dijimos que, en el caso de funciones de una
variable, los conjuntos abiertos de  son los “dominios naturales” de las funciones
derivables, de la misma forma para las funciones de K variables los abiertos son los
dominios naturales de las funciones diferenciables (la diferencial es el concepto que
generaliza para K variables la idea de derivada).

§4. Relación con la frontera.


frontera
Esta sección se complementa con la sección 5 del capítulo 7. En
n aquella ocasión
estudiamos la relación que hay entre la noción de frontera y el concepto de conjunto
de cerrado, y establecimos que un conjuntos es cerrado si y sólo si contiene a todos los
puntos de su frontera. En
n esta
est sección analizaremos la relación que existe entre la idea
de frontera y la noción de abierto;
abierto concretamente, veremos que lo que muchos libros
de Análisis II dicen, en el sentido de que los conjuntos abiertos son aquellos que no
contienen a ninguno de los puntos de frontera, es efectivamente verdad.
Comencemos por recordar dos definiciones que vimos en el capítulo 7:

168
Definición 7.22: Si J ⊆ ℝ llamamos complemento de J, e indicamos como JU ,
al conjunto JU = ℝ ∖ J. (Es decir, JU está formado por los puntos del espacio total
que no están en J.)
Definición 7.23: & ∈ ℝ pertenece a la frontera de un conjunto J ⊆ ℝ si y sólo
si para todo , - 0, u & ∩ J ≠ ∅ y u & ∩ JU ≠ ∅. Es decir, todo entorno centrado
en & interseca tanto a J como a su complemento. A la frontera de J la indicamos
como ®J. Recordemos también que un punto de la frontera de J puede, o no,
pertenecer al conjunto; así por ejemplo ®0,1] = 0,1.
El siguiente teorema nos muestra que los puntos de J, o bien son puntos
interiores, o bien pertenecen a su frontera, pero nunca las dos opciones a la vez.

Teorema 10.10: Si & ∈ J ⊆ ℝ entonces o bien & ∈ J°, o bien & ∈ ®J; además
®J ∩ J° = ∅.
Demostración: Comencemos por observar que si & ∈ ®J entonces para todo
, - 0, u & ∩ JU ≠ ∅, pero esto implica que para todo , - 0, u & contiene
puntos que no pertenecen a J, es decir, para todo , - 0, u & ⊈ J, luego & ∉ J°. En
resumen, un punto de la frontera no puede ser interior, luego ®J ∩ J° = ∅.
Probemos ahora que si & ∈ J, pero no es interior, entonces & ∈ ®J; esto
probará que si & ∈ J ⊆ ℝ entonces & ∈ J° o & ∈ ®J. La demostración es similar a lo
que hicimos en el párrafo anterior, en efecto, si & no es interior entonces para todo
, - 0, u & ⊈ J, luego para todo , - 0, u & ∩ JU ≠ ∅; por otra parte, como
& ∈ J y & ∈ u & entonces para todo , - 0, u & ∩ J ≠ ∅; y entonces & ∈ ®J
como queríamos probar. ∎

Teorema 10.11: J ⊆ ℝ es abierto y sólo si ®J ∩ J = ∅; es decir, J es abierto


Podemos probar ahora el teorema que nos interesa.

si y sólo si no contiene a ninguno de los puntos de su frontera.

anterior. Recordemos que J es abierto si y sólo si todos sus puntos son interiores; por
Demostración: La demostración es consecuencia inmediata del teorema

otra parte, acabamos de ver que todos los puntos de J son, excluyentemente,
interiores o de la frontera; concluimos entonces que todos los puntos de J son
interiores si y sólo si ninguno de ellos es de la frontera.

169
Una manera más elegante, pero mucho más oscura, de expresar el mismo
razonamiento es así: dado que ®J ∩ J° = ∅ y J = ®J ∩ J ∪ J° entonces J = J° si
y sólo si ®J ∩ J = ∅. ∎

§5. Abiertos y cerrados.


Dijimos antes que un conjunto puede ser abierto pero no cerrado, cerrado pero no
abierto y también ambas cosas a la vez, o ninguna. Sin embargo, sí existe una relación
específica entre los conceptos de abierto y cerrado, relación que vamos a estudiar en

Comencemos por observar que la frontera de J es el mismo conjunto que la


lo que sigue.

frontera de su complemento. Intuitivamente, esto se relaciona con la idea de que la


línea que separa dos regiones es vista como una frontera tanto como para quienes
están de un lado como para quienes están del otro; por ejemplo, la frontera que

De la misma forma, la línea que separa J de JU es una frontera para cualquiera de los
separa los países A y B es frontera tanto para los habitantes de A como para los de B.

dos conjuntos. Desde luego, como ya hemos visto, la frontera en realidad no es


siempre una línea, por lo que el razonamiento que acabamos de hacer no vale como
demostración. La demostración formal no es complicada y surge directamente de la
definición de frontera, en efecto, observemos que:
a) & ∈ ®J si y sólo si ∀, - 0, u & ∩ J ≠ ∅ y u & ∩ JU ≠ ∅.
b) & ∈ ®JU  si y sólo si ∀, - 0, u & ∩ JU ≠ ∅ y u & ∩ JU U ≠ ∅.
Tomando en cuenta que JU U = J entonces es inmediato que los puntos que

b),dado que ambas condiciones son exactamente la misma, luego ®J = ®JU . (Dicho
cumplen la condición a) son exactamente los mismos que los que cumplen la condición

sea de paso, esta es la solución de la actividad 9 del capítulo 7.)

Ejemplo 10.12: Si J = 
,  ∈ ℝ5 ∶
5 +  5 ≤ 1 entonces su complemento
es el conjunto JU = 
,  ∈ ℝ5 ∶
5 +  5 - 1, la frontera común de ambos es el
conjunto ®J = ®JU  = 
,  ∈ ℝ5 ∶
5 +  5 = 1.

170
Todos los puntos de la frontera están en J y por eso J es cerrado; pero si todos
los puntos de la frontera están en J entonces ninguno de ellos está en JU y por eso JU
es abierto. Este ejemplo se generaliza en el siguiente teorema, que expresa la relación
que expresa la relación entre los conceptos de abierto y cerrado.

Teorema 10.13: J es abierto y sólo si JU es cerrado (y viceversa).


Demostración: Llamemos   ®J  ®JU ; tenemos que:
J es abierto ⇔ J ∩   ∅ ⇔  ⊆ JU ⇔ JU es cerrado.
J es cerrado y sólo si JU es abierto” basta intercambiar los
Para probar que “J
papeles de J y JU en el razonamiento anterior. ∎

Comentario: Dado que  es a la vez abierto y cerrado entonces, según el


teorema que acabamos de probar, su complemento debería ser a la vez cerrado y
abierto; como su complemento es el conjunto vacío vemos así por qué la coherencia
de la teoría requiere que ∅ sea abierto y cerrado a la vez.

§6. Propiedades de los conjuntos abiertos.


abiertos
En esta sección veremos dos propiedades de los conjuntos abiertos cuya relevancia
analizaremos en el capítulo siguiente. (Es tradicional que en los libros de Topología a
los conjuntos abiertos se los indique con la letra Ð,, en esta sección nos mantendremos
fieles a esa tradición.)

171
Teorema 10.14: La intersección de una cantidad finita de conjuntos abiertos es

Demostración: Sean Ð4 , Ð5 , … , Ð conjuntos abiertos, tenemos que probar que


también un conjunto abierto.

Ð = ⋂«;4 Ы es también un abierto; es decir, hay que probar que si & ∈ Ð entonces
existe algún , - 0 tal que u & ⊆ Ð.
Ahora bien, si & ∈ Ð entonces para todo H = 1, … , K vale que & ∈ Ы , y como
cada uno de estos conjuntos es abierto entonces para cada H existe un ,« - 0 tal que
uÒ & ⊆ Ы . Tomemos , = TíK ,4 , ,5 , … , , , o sea, , es el más pequeño de todos
los radios y por lo tanto para todo H = 1, … , K, u & ⊆ uÒ &.
Luego, para todo H = 1, … , K, u & ⊆ uÒ & ⊆ Ы y entonces u & ⊆
⋂«;4 Ы = Ð. ∎

Si la cantidad de abiertos es infinita entonces el teorema 10.14 es falso, es

abierto. En ese caso la demostración anterior falla al definir ,; en efecto, si ,4 , ,5 , ,? , …


decir, la intersección de una cantidad infinita de abiertos puede no ser un conjunto

forman una sucesión que tiende a 0 entonces necesariamente debería ser , = 0, lo


cual no es válido porque ,, el radio del entorno de &, aunque puede ser
extremadamente pequeño, nunca puede ser nulo. Para ser más conclusivos
mostremos un contraejemplo concreto.

abiertos cuya intersección no es un abierto. Para cada K ∈ ℕ definimos Ð =


Ejemplo 10.15: Vamos a mostrar un ejemplo de una cantidad infinita de

a−  , b, que es un abierto.


4 4

;4 Ð = 0, como este último conjunto no es un abierto tenemos así


Veamos que ⋂

172
;4 Ð = 0 hay que
el contraejemplo que buscamos. A su vez, para probar que ⋂

;4 Ð ⊆ 0 y que 0 ⊆ ⋂;4 Ð .


demostrar que ⋂ 

Ahora bien, 0 ⊆ ⋂
;4 Ð si y sólo si para todo K ∈ ℕ vale que 0 ∈ Ð =


a− , b y esto último es evidentemente cierto, por lo que 0 ⊆ ⋂


;4 Ð queda
4 4
 

;4 Ð ⊆ 0, es decir, probemos que si


probado. Probemos ahora la otra inclusión, ⋂

∈ ⋂
;4 Ð entonces
= 0 o, equivalentemente, que
≠ 0 implica
∉ ⋂;4 Ð .


Si
≠ 0 entonces
- 0 o
< 0, en ambos casos hay que probar que

∉ ⋂
;4 Ð , lo haremos para el caso
- 0, el otro caso es igual. Si
- 0 entonces

existe algún K ∈ ℕ tal que  <


, y en consecuencia
∉ Щ , luego
∉ ⋂
;4 Ð .
4
©

Teorema 10.16: La unión de una cantidad finita o infinita de conjuntos abiertos


es también un conjunto abierto.

elementos siempre existe un “conjunto de índices”; por ejemplo, al escribir Ð4 , Ð5 , Ð?


Comentario sobre la notación: Cuando hacemos una enumeración de

el conjunto de índices es 1,2,3; al escribir “para cada K ∈ ℕ definimos Ð =

a−  , b” el conjunto de índices es ℕ . En la demostración del teorema supondremos


4 4

arbitrario Ó.
que los conjuntos abiertos involucrados están indexados por un conjunto de índices

Demostración del teorema: Sea ¢ÐÔ ¤Ô∈Ó una familia arbitraria de abiertos y sea

Ð = ⋃Ô∈Ó ÐÔ , tenemos que probar que si & ∈ Ð entonces existe algún , - 0 tal que
u & ⊆ Ð. Si & ∈ Ð entonces existe algún Ֆ ∈ Ó tal que & ∈ ÐÔ© y como este conjunto
es abierto entonces existe , - 0 tal que u & ⊆ ÐÔ© ⊆ ⋃Ô∈Ó ÐÔ = Ð. ∎

Ejemplo 10.17: El conjunto ⋃∈ℤ2K, 2K + 1 = … ∪ −2, −1 ∪ 0,1 ∪


2,3 ∪ … es abierto. Esto puede probarse de tres maneras diferentes; una de ellas es
recurriendo directamente a la definición, una segunda manera es observar que el
conjunto es la unión de intervalos abiertos y por lo tanto, por el teorema 10.16, es un

173
conjunto abierto. La tercera manera es observar que su complemento es Ö, que es un
conjunto cerrado, y aplicar el teorema 10.13.

§7. Actividades.
1) Indiquen,, justificando su respuesta, cuáles de los siguientes subconjuntos de 1 son

a) ℝ ∖ ℚ
abiertos y hallen en cada caso su interior:
interior
b) .
.∞, 0( c) $ d) .∞, 0 ∪ 0, "∞

2) Indiquen,, justificando su respuesta, cuáles de los siguientes subconjuntos de 1 5 son


abiertos y hallen en cada caso su interior:
interior
a) 
,  ∈ 5 ∶ |
| - 0 b) 
,  ∈ 5 ∶
5 "  5 - 0
c) 
,  ∈ 5 ∶
"   1 d) 
,  ∈ 5 ∶ |
| L 
e) 
,  ∈ 5 ∶
∈ ℚ f) ℚ  ℚ

3) Demuestren que un subconjunto abierto de  no puede tener un punto aislado.

4) Demuestren que para cualquier J ⊆  vale que J°°  J° y demuestren que


esto implica que J° es siempre un conjunto abierto.

5) Sea ¢Ô ¤Ô∈Ó una familia arbitraria de subconjuntos de un mismo  .


U U U U
a) Demuestren que ]⋃Ô∈Ó Ô ^  ⋂Ô∈Ó]Ô ^ y que ]⋂Ô∈Ó Ô ^  ⋃Ô∈Ó]
] Ô^ .
b) Deduzcan del punto anterior que la unión de una cantidad finita de conjuntos
cerrados es un conjunto cerrado y que la intersección de una cantidad finita o infinita
de conjuntos cerrados es también un conjunto cerrado.
c) Muestren un ejemplo de una familia infinita de conjuntos cerrados cuya unión no
sea un cerrado.

174
Capítulo 11
Espacios topológicos

“El espacio, la frontera final…”


(Comienzo de la apertura de la serie
de televisión Viaje a las Estrellas.)

§1. La relevancia de los conjuntos abiertos.


Además de ser los dominios naturales de las funciones derivables, los conjuntos
abiertos tienen una importancia muy especial para nuestro tema, y esta importancia
consiste nada menos en que todos los conceptos topológicos pueden definirse en
términos de abiertos.
Es decir, si hubiéramos comenzado el libro con la definición de conjunto
abierto, entonces todos los demás conceptos topológicos que hemos estudiado tales
como, entre otros, los de función continua, conjunto arco-conexo, conjunto cerrado,
conjunto acotado, frontera, podrían haberse expresado exclusivamente en términos
de abiertos.
Por ejemplo, el teorema 10.13, que dice que un conjunto es cerrado si y sólo su

entonces, precisamente, que J es cerrado si y sólo si JU es abierto (aunque sin la


complemento es abierto podría tomarse como definición de cerrado; definiríamos

motivación previa sería una definición carente de contenido).


Nuestra intención en este capítulo es mostrar cómo pueden reescribirse
algunas de las otras definiciones que hemos visto antes, pero ahora usando el
concepto de abierto como base. Aunque puede parece una tarea irrelevante, una mera
cuestión de lenguaje, veremos que, lejos de eso, de este estudio podremos extraer
varias consecuencias muy interesantes. Comencemos entonces con ella.

175
§2. La reescritura de algunas definiciones.
definiciones
¿Cómo podemos expresar la definición de límite de una sucesión mediante conjuntos

sucesión 
 4 converge a * si y sólo si para todo Z - 0 existe algún K ∈  tal
abiertos? Laa definición de límite de una sucesión (véase el apéndice I) dice que una

que si K ≥ K entonces [HG\

[HG\  , * / Z. Esto equivale a decir que:



 4 converge a * si y sólo si para todo Z - 0
existe algún K ∈  tal que si K L K entonces
 ∈ w *.
Definición 11.1: Una sucesión
suces

¿Cómo podemos traducir esta definición en términos de abiertos? Recordemos


que, según vimos en el capítulo anterior, todos los entornos u & son abiertos, pero
no sólo esto es cierto sino que, como veremos a continuación, los entornos son
además, en cierto modo, los abiertos básicos (o fundamentales), ya que cualquier otro
conjunto abierto puede escribirse como unión de ellos.

Teorema 11.2: Si Ð ⊆  es un abierto no vacío entonces Ð es unión de


entornos.
Demostración: Para cada & ∈ Ð tomemos un ,& - 0 tal que el entorno
u‚ & está contenido en Ð. Puede probarse entonces que Ð es la unión de todas
esos entornos; es decir Ð  ⋃‚∈× u‚ & (recuérdese el comentario del capítulo
anterior acerca de los conjuntos de índice, en el caso de ⋃‚∈× u‚ &
& el conjunto de
índices es el propio conjunto Ð). ∎
Para dar una visualización de
de la idea de la demostración del teorema, tomemos
tomem
como abierto al conjunto Ð  
,  ∈ 5 ∶ .1 /
/ 1 y para cada punto
&, ' ∈ Ð definamos ,&
&, ' como la distancia de &, ' al borde más cercano.
cercano
Entonces Ð se visualizaría como unión de entornos más o menos de la siguiente

176
manera (la cantidad de entornos es necesariamente infinita, en el dibujo se muestran
solamente algunoss de ellas a fin de ejemplificar la idea de la demostración del
teorema):

Esta condición de abiertos básicos de los entornos sugiere la siguiente idea:


para escribir en términos de “conjuntos abiertos” aquellas
las definiciones que se escriben

centrado en &”” por “abierto que contiene a &”.


en términos de “entornos
entornos” basta reemplazar cada expresión que diga “entorno
”. Con esta idea en mente podemos
reescribir la definición 11.1 de esta manera:

Definición 11.1’: Una sucesión 


 4 converge a * si y sólo si para todo
abierto Ð que contenga a * existe algún K ∈  tal que si K L K entonces
 ∈ Ð.

quiere decir que 


 4 cumple con respecto a * la definición 11.1 si y sólo si cumple
No es difícil probar que las definiciones 11.1 y 11.1’ son equivalentes, esto

a definición 11.1’ (el dibujo siguiente sugiere la idea de la demostración de esta


equivalencia).

177
Definición 9.5: Un conjunto  ⊆ ℝ es compacto si y sólo si toda sucesión
Por otra parte, la definición 9.5 nos dice que:

contenida en  tiene una subsucesión que converge a un elemento de .


Y dado que la definición 11.1’ expresa la convergencia de sucesiones en
términos de abiertos, entonces la misma definición 9.5 expresa la noción de compacto
en términos de abiertos.
Una idea similar a la que hemos aplicado para reescribir la definición 11.1 nos
permite también reescribir la definición de punto de acumulación. Para ello recodemos

Definición 7.3”: & es punto de acumulación de J ⊆ ℝ si y sólo si para todo


la definición 7.3’’:

, - 0, u∗ & ∩ J ≠ ∅.
No olvidemos además que u∗ & se define como u & ∖ &. Tenemos así

Definición 11.3: & es punto de acumulación de J ⊆ ℝ si y sólo si para todo


entonces que la definición de punto de acumulación se redefine como:

abierto Ð que contiene al punto & vale que Ð ∖ & ∩ J ≠ ∅.


No es difícil probar que la definición 7.3” es equivalente a la definición 11.3.

Definición 7.23: & ∈ ℝ pertenece a la frontera de un conjunto J ⊆ ℝ si y sólo


Una idea similar nos permite expresar en términos de abierto la idea de frontera.

si para todo , - 0, u & ∩ J ≠ ∅ y u & ∩ JU ≠ ∅.


La definición 7.23 se reescribe como:

178
Definición 11.4: & ∈ 1  pertenece a la frontera de un conjunto J ⊆ ℝ si y sólo
si para todo abierto Ð que contiene al punto & vale que Ð ∩ J ≠ ∅ y Ð ∩ JU ≠ ∅.

Ahora bien ¿puede escribirse la definición de “conjunto acotado” en términos

Definición 7.1: Un conjunto J ⊆ ℝ es acotado si existe algún ž - 0 tal que


de abiertos? Recodemos la definición correspondiente:

J ⊆   0. (Donde   0 es el entorno de radio ž y centro en el origen.)

Definición 7.1’: Un conjunto J ⊆ ℝ es acotado si existe algún & ∈ ℝ y algún


No es difícil probar que esta definición es equivalente a:

, - 0 tal que J ⊆ u &.


Esto sugeriría que podemos definir que un conjunto J ⊆ ℝ es acotado si y
sólo si existe un abierto Ð (que contiene algún elemento &) tal que J ⊆ Ð. Pero tal

acotado ya que el propio Ð = ℝ es abierto. La conclusión es que no es posible


definición no tendría sentido ya que, si la aceptáramos, todo conjunto resultaría ser

expresar la noción de acotado en términos de abiertos y esto se debe a que, tal como
ya vimos, el concepto de acotado no es una noción topológica.

§3. Preimagen.
En lo que sigue comenzaremos a estudiar cómo se puede reescribir en términos de
abiertos la definición de función continua; una primera alternativa sería apelar al

Teorema 9.1: Una función %: J ⊆ ℝ ⟶ ℝ es continua en & ∈ J si y sólo si


teorema 9.1:

para toda sucesión 


 4 contenida en J tal que
 ⟶ & vale que %
  ⟶ %&.
Tal como dijimos en el caso de los conjuntos compactos, dado que la definición
11.1’ expresa la convergencia de sucesiones en términos de abiertos, entonces esta
misma definición 9.1 expresaría la noción de función continua en términos de abiertos;
sin embargo existe una manera alternativa de expresar la definición que resulta de
mucho interés. Para ello es necesario introducir previamente otro concepto, el
concepto de preimagen.
Definición 11.5: Si % ∶ J → = es una función cualquiera y  es un subconjunto
cualquiera de = entonces definimos la preimagen de  por % como el conjunto

179
% z4  =
∈ J ∶ %
 ∈ . Es decir, % z4  es el conjunto de todos los elementos
del dominio de % cuya imagen cae dentro de .
No hay que confundirse con la notación, % z4  no tiene relación con la
inversa de %, de hecho % podría no tener inversa y % z4  se definiría exactamente de
la misma manera.. Ahora bien, en el caso de que % sí fuera biyectiva entonces % z4 
indicaría también la imagen de  por % z4 (véase sección 4 del capítulo 4 para la
correspondiente , pero en esto no hay ambigüedad ya que si % es biyectiva
definición correspondiente),
entonces la preimagen de  por % y la imagen de  por % z4 son exactamente el mismo
conjunto.
Notación: Para facilitar la escritura, si ' ∈  entonces el conjunto % z4  '
será indicado simplemente como % z4 '. Luego, % z4 ' 
∈ J ∶ %
  '.
Comentario: En Análisis II, si % ∶ J ⊆  →  y Š ∈ ,, al conjunto % z4 Š se lo
suele llamar el conjunto de nivel Š de %.

Ejemplos 11.6:
1) Tomemos la función % ∶  → , %
 
5 y sea   !1,2( entonces
% z4  
∈ 1 ∶
5 ∈ !1,2(
!1  |.√2, .1~ ∪ !1, √2(.

En este mismo ejemplo se tiene que % z4 .1  ∅.


2) Si % ∶ 5 →  es la función %
,  
5 "  5 entonces % z4 .∞, 1 
% z4 !0,1  4 0,0 y % z4
z 1
 ‘ 4 . Nótese que % z4 .∞, 1  % z44 !0,1; esto se
debe a que la diferencia entre .∞, 1 y !0,1 es el intervalo .∞
∞, 0, y como los

180
números de este intervalo no están en la imagen de % entonces no “aportan nada” a la
preimagen. Este ejemplo se generaliza, tal como dice el teorema siguiente, en el
enunciado que dice que % z4  = % z4 ] ∩ ‡T%^; en el ejemplo anterior
‡T% = [0, +∞ y % z4 ]−∞, 1^ = % z4 ]−∞, 1 ∩ [0, +∞^ = % z4 [0,1.

Teorema 11.7: Sea % ∶ J → = una función cualquiera y sea  un subconjunto


cualquiera de =, entonces:
a) % z4  = ∅ si y sólo si  ∩ ‡T% = ∅.
b) % z4  = % z4 ] ∩ ‡T%^.
La demostración del teorema queda como ejercicio para los lectores (véase la
actividad 3 al final del capítulo).

§4. Las funciones continuas (otra vez).


Volvamos al problema de reescribir la definición de continuidad basándonos en la
noción de abierto, pero sin apelar a sucesiones. Recordemos la definición de

Definición 2.3: Sea %: J ⊆ ℝ → ℝ una función; decimos que % es continua


continuidad:

en * ∈ J si y sólo si para todo Z - 0 existe algún , - 0 tal que si


∈ u * ∩ J
entonces %
 ∈ w %*; % es continua si cumple esta definición para todo * ∈ J.
A fin de simplificar el razonamiento supondremos primero que J = 1  , el caso

Sea %: ℝ → ℝ una función; decimos que % es continua si y sólo si para todo


general será analizado en el capítulo 12. Trabajaremos entonces con esta definición:

en * ∈ 1  se cumple que: para todo Z - 0 existe algún , - 0 tal que si


∈ u *
entonces %
 ∈ w %*.
Para comenzar, apliquemos la ya conocida idea de reemplazar “entorno” por

a w %* por “abierto Ð ⊆ ℝ que contiene a %*”. La definición quedaría


“abierto”, pero sólo lo haremos parcialmente, en efecto, reemplazaremos únicamente

entonces expresada así:

181
Definición 11.8: % es continua si y sólo si para todo en * ∈ ℝ vale lo siguiente:
para todo abierto Ð ⊆ ℝ que contenga a f* existe algún , - 0 tal que si
∈ u *
entonces %
 ∈ Ð.
Sea % ∶ ℝ → ℝ una función y tomemos ahora un abierto Ð ⊆ ℝ

definición 11.8 en términos de % z4 Ð?


cualquiera; la pregunta que nos interesa ahora es ¿cómo puede reescribirse la

Supongamos que % es continua y sea * ∈ % z4 Ð, donde Ð, como dijimos


antes, es un abierto cualquiera. Entonces, por definición de preimagen, %* ∈ Ð y por
la definición 11.8 deducimos que existe algún , - 0 tal que si
∈ u * entonces
%
 ∈ Ð. Observemos que %
 ∈ Ð equivale a decir
∈ % z4 Ð y que entonces “si

∈ u * entonces %
 ∈ Д es lo mismo que decir que “si
∈ u * entonces

∈ % z4 Д, que a su vez es lo mismo que decir “u * ⊆ % z4 Д.


En resumen, bajo la doble suposición de que % es continua y de que Ð ⊆ ℝ es
abierto, deducimos que toda vez que * ∈ % z4 Ð entonces existe algún , - 0 tal que
u * ⊆ % z4 Ð. Pero esta última es la definición de conjunto abierto, podemos decir
entonces que si % ∶ ℝ → ℝ es continua y Ð ⊆ ℝ es abierto entonces % z4 Ð es
abierto. Un razonamiento similar nos muestra que vale también la recíproca; tenemos
así entonces la siguiente definición:
Definición 11.9 (función continua): %: ℝ → ℝ es una función continua si y
sólo si para todo abierto Ð ⊆ ℝ vale que % z4 Ð ⊆ ℝ es abierto. O, como suele
decirse, % es continua si y sólo si la preimagen de un abierto es siempre un abierto.
(Nótese que bien puede suceder que % z4 Ð sea vacío, esto no contradice la
definición ya que el conjunto vacío es un abierto.)

Comentario 11.10: No es verdad que si % ∶ ℝ → ℝ es continua y Ð ⊆ ℝ es


abierto entonces %Ð sea necesariamente abierto. Un contraejemplo posible es la
función % ∶ ℝ → ℝ, %
 = G„K
, ya que para esta función vale, por ejemplo, que
%]−5,5^ = [−1,1].
Ahora bien, “ser abierto” sí es una propiedad topológica, de hecho, como
estamos viendo, es la propiedad topológica por antonomasia. Más aún, en un nivel
más abstracto podríamos decir, de hecho, que una propiedad es topológica si y sólo si
puede expresarse en términos de abiertos.

182
Para probar que “ser abierto” es una propiedad topológica veamos que si
% ∶ ℝ → ℝ es un homeomorfismo y Ð ⊆ ℝ es abierto entonces %Ð es abierto.
Para probarlo observemos que %Ð = % z4 z4 Ð, donde, dado que % es biyectiva, el
exponente −1 puede indicar tanto “inversa” como “preimagen”, concretamente, el
exponente −1 interior indica inversa y el exponente exterior indica preimagen. Luego,
%Ð = % z4 z4 Ð nos dice que %Ð es la preimagen de Ð por % z4 ; y dado que % z4
es continua y Ð es abierto entonces % z4 z4 Ð = %Ð es abierto.

§5. Conexos por arcos.


En esta breve sección mostraremos que la definición de conjunto arco-conexo también
puede expresarse en términos de conjuntos abiertos; volveremos más en extenso al
tema de los conjuntos conexos en el capítulo siguiente. Recordemos por el momento

Definición 3.5: Un conjunto J ⊆ ℝ es arco-conexo si y sólo si para todo  ∈ J


la definición de conjunto arco-conexo tal como la dimos en el capítulo 3.

y € ∈ J existe un camino totalmente contenido en J que conecta  con €.

cuyo dominio sea un intervalo [&, '], de modo que la definición puede reescribirse de
Recordemos también que un camino es la imagen por una función continua

Definición 3.5’: Un conjunto J ⊆ ℝ es arco-conexo si y sólo si para todo  ∈ J


la siguiente manera:

y € ∈ J existen números &, ' ∈ ℝ y una función continua % ∶ [&, '] → ℝ tal que
%& = , %' = € y %[&, '] ⊆ J.
Dado que la definición depende exclusivamente de la idea de función continua
deducimos entonces que el concepto de arco-conexo también puede expresarse en
términos de abiertos.

§6. Los espacios topológicos.


Hemos visto entonces que cada concepto topológico puede ser definido en términos
exclusivamente de conjuntos abiertos. Supongamos, a continuación, que después de
haber reescrito todas las definiciones quisiéramos rehacer las demostraciones de los
teoremas que hemos estudiado en los capítulos anteriores, pero esta vez apoyándonos

183
solamente en la idea de abierto. Resulta que todas esas demostraciones pueden
rehacerse partiendo solamente de tres propiedades de los conjuntos abiertos; es decir,
al rehacer las demostraciones no sería realmente necesario saber qué es un abierto
sino que bastaría con saber que los abiertos, sean lo que sean, cumplen las tres

1) ℝ y ∅ son abiertos.
propiedades siguientes:

2) La intersección de una cantidad finita de conjuntos abiertos es un abierto.


3) La unión de una cantidad finita o infinita de conjuntos abiertos es un abierto.
(El primer punto fue enunciado en el ítem 1 del ejemplo 10.8, el segundo es el
teorema 10.14 y el tercero es el teorema 10.16.)
A partir del hecho de que estas tres son las propiedades fundamentales de los

topológicos de ℝ , surge naturalmente en la mente de los matemáticos la idea de


conjuntos abiertos, es decir, las propiedades en las que se basan todos los teoremas

definir una estructura abstracta, una estructura en la que esta propiedades sean
postuladas como axiomas; de manera muy similar a como la comparación de las
propiedades fundamentales de la suma y el producto de los números racionales, reales
y complejos puede llevar a la definición de la estructura de cuerpo.
Definimos entonces…

Definición 11.11: Si Ø es un conjunto no vacío cualquiera, una topología en Ø es


un conjunto Ù formado por subconjuntos de Ø que cumpla los tres axiomas siguientes:
Ax. 1) Ø y ∅ son elementos de Ù.
Ax. 2) La intersección de una cantidad finita de elementos de Ù es también un
elemento de Ù.
Ax. 3) La unión de una cantidad finita o infinita de elementos de Ù es también
un elemento de Ù.
A los elementos de Ù se los llama los abiertos de Ø.

Definición 11.12: Un espacio topológico es un par Ø, Ù en el que Ø es un


conjunto no vacío cualquiera y Ù es una topología en Ø.

184
Dado que en un espacio topológico Ø está definida axiomáticamente la noción
de conjunto abierto, podemos entonces definir en Ø todos los demás conceptos que
hemos estudiado y demostrar asimismo todos los teoremas que hemos visto. Tenemos

Definición 11.3’: Sean Ø, Ù un espacio topológico cualquiera, decimos que


entonces, por ejemplo:

& ∈ Ø es un punto de acumulación de J ⊆ Ø si y sólo si para todo abierto Ð de Ø que


contenga al punto & vale que Ð ∖ & ∩ J ≠ ∅.
Definición 11.9’ (función continua): Sean Ø, Ù e Ú, Ù ’  espacios topológicos
cualesquiera y %: Ø → Ú una función, decimos que % es una función continua si y sólo si
para todo abierto Ð ⊆ Ú vale que % z4 Ð ⊆ Ø es abierto, en otras palabras, si y sólo si
para todo Ð ∈ Ù ’ vale que % z4 Ð ∈ Ù.
Teorema 4.5’: Si Ø, Ù e Ú, Ù ’  son espacios topológicos cualesquiera,
%: Ø → Ú es continua y  ⊆ Ø es un conjunto arco-conexo entonces % también es
un conjunto arco-conexo.
Y así sucesivamente con los demás teoremas y definiciones.
En la sección siguiente veremos dos ejemplos de espacios topológicos;
analizaremos otros ejemplos en los capítulos 12 y 13.

Definir una topología en un conjunto Ø no es otra cosa, entonces, que definir un


§7. La topología discreta.

conjunto Ù formado por subconjuntos de Ø que verifique los tres axiomas


mencionados en la definición 11.11. Por ejemplo, los abiertos de ℝ , que no sólo

11.11, constituyen por supuesto una topología en ℝ , esta topología suele ser llamada
cumplen los axiomas sino que, de hecho, sirvieron de inspiración para la definición

la topología usual de ℝ y la indicaremos como ÙÛ¬Û‚Ü .

decir, diferentes familias de abiertos. En particular, en ℝ se pueden definir topologías


Normalmente en un mismo conjunto es posible definir diferentes topologías, es

diferentes de la usual, muchas de las cuales tienen interés en ciertas teorías

aplicaciones y relaciones de las diferentes topologías de ℝ . A modo de único ejemplo,


específicas. Sin embargo, no es nuestro objetivo profundizar aquí en las propiedades,

en esta sección mostraremos la llamada topología discreta.

185
Definición 11.13: Llamamos partes de ℝ , e indicamos como Ýℝ , al
conjunto formado por todos los subconjuntos de ℝ .
Definición 11.14: La topología discreta de ℝ , que llamaremos Ùª«¬UµÆ­‚ , se
define como Ùª«¬UµÆ­‚ = Ýℝ . Es decir, en la topología discreta de ℝ todo
subconjunto es abierto. (Habría que demostrar que Ýℝ  cumple los tres axiomas de

finita de subconjuntos cualesquiera de ℝ es también un subconjunto de ℝ .)


la definición 11.11, pero esto es casi obvio; en efecto, es evidente que la intersección

Observemos que, por ejemplo, en la topología usual de ℝ el intervalo [0,1],

[0,1] sí es abierto porque todo subconjunto de ℝ es abierto para la topología discreta.


como ya sabemos, no es un abierto, sin embargo en la topología discreta el intervalo

El punto interesante a observar es que al cambiar la topología, es decir, al


cambiar cuáles son los conjuntos abiertos, pueden modificarse consecuentemente las

a diferencia de lo que sucede en la topología usual, el intervalo 0,1 es un conjunto


propiedades topológicas de todos los conjuntos. Por ejemplo, en la topología discreta,

subconjunto de ℝ es abierto). Otro ejemplo que podemos mencionar es éste: en la


cerrado ya que su complemento es abierto (porque, repetimos, en esta topología todo

topología discreta 0 no es punto de acumulación de [0,1] ya que si tomamos Ð = 0


como abierto que contiene al 0 entonces [0,1] ∩ Ð ∖ 0 = [0,1] ∩  0 ∖ 0 = ∅.

La topología discreta sirve principalmente como fuente de contraejemplos;


supongamos, por ejemplo, que nos preguntamos si es verdad que la inversa de una

Ø, Ù e Ú, Ù ’  son espacios topológicos y % ∶ Ø → Ú es continua y biyectiva entonces


función continua y biyectiva es necesariamente continua; es decir ¿es cierto que si

% z4 ∶ Ú → Ø es continua? La respuesta es que esto no es verdad y la topología discreta


nos aporta, como veremos enseguida, un contraejemplo (vimos un contraejemplo

Ejemplo 11.15: Consideremos la función % ∶ ℝ, Ùª«¬UµÆ­‚  → ℝ, ÙÛ¬Û‚Ü 


diferente en la sección 7 del capítulo 3).

definida por %
 =
; es decir, tanto el dominio como el codominio de la función es
ℝ, pero en el dominio estamos considerando la topología discreta y en el codominio, la
topología usual. La función % es continua, para probarlo hay que ver que si Ð es
abierto en la topología usual de ℝ entonces su preimagen es abierto en la topología
discreta, pero esto vale trivialmente porque cualquier conjunto es abierto en la

186
topología discreta (nótese que en este razonamiento ni siquiera importa qué función
es % exactamente).
La inversa, en cambio, no es continua. En efecto, la función inversa de % es la
función % z4 ∶ ℝ, ÙÛ¬Û‚Ü  → ℝ, Ùª«¬UµÆ­‚ , % z4 
 =
y para que sea continua la
preimagen de cualquier conjunto que sea abierto para la topología discreta debería ser
abierto para la topología usual. Sin embargo, la preimagen de [0,1], que es abierto en
la topología discreta, es el mismo conjunto [0,1], que no es abierto en la usual. Luego,
como dijimos antes, % z4 no es continua.

Observaciones 11.16:
1) Al definir la noción de “homeomorfismo” dijimos que se trata de una función
biyectiva, continua y con inversa continua; el ejemplo 11.15 explica por qué esta última
aclaración es necesaria ya que el hecho de que una función sea continua y biyectiva no

2) En el ejemplo 11.15 ¿son % y % z4 la misma función? La respuesta debe ser


implica, en general, que su inversa sea también continua.

necesariamente las mismas propiedades, mientras que, como ya vimos % y % z4


necesariamente que no, ya que objetos matemáticos iguales deben tener

difieren en la continuidad. Pero ambas tienen mismo dominio, el mismo codominio y la

La solución de esta paradoja es que % y % z4 no tienen el mismo dominio y el


misma fórmula ¿no deberían entonces ser iguales?

mismo codominio. El dominio de % no es 1, tal como dijimos en el ejemplo, sino el


espacio topológico ℝ, ÙÛ¬Û‚Ü , que al conjunto subyacente 1 le agrega una estructura,
y su codominio es el espacio topológico ℝ, Ùª«¬UµÆ­‚ ; en el caso de % z4 , como
siempre sucede, dominio y codominio se invierten.
3) En adelante, cuando hablemos de ℝ sin indicar qué topología estamos
considerando daremos siempre por sobreentendido que se trata de ℝ , ÙÛ¬Û‚Ü .

ℝ decíamos que es necesario definir su topología. Sin embargo en aquél momento no


4) En la observación 9.9, al hablar de compactificaciones que están “fuera” de

hablamos de cuáles son los abiertos de esas compactificaciones sino que en cada caso
sólo indicamos cuáles son las sucesiones convergentes. Ahora bien, al indicar en un
conjunto cuáles son sus sucesiones convergentes estamos también definiendo sus

187
abiertos, en efecto, las sucesiones convergentes nos permiten definir la noción de
conjuntos, y los abiertos son sus complementos.

§8. Una paradoja.


Terminemos este capítulo planteando otra paradoja, la cual resolveremos en el
próximo capítulo. Como ya dijimos, una función es continua si y sólo si la preimagen de

función % ∶ [0,2] → 1, %
 =
que, evidentemente, es continua y tomemos en el
un conjunto abierto es siempre un conjunto abierto. Consideremos entonces la

codominio el intervalo −1,1; la pregunta es ¿cuál es su preimagen? Por definición la


preimagen debe estar contenida en el dominio de %, concretamente, la definición nos
dice que:
% z4 ]−1,1^ =
∈ [0,1] ∶ %
 ∈ −1,1 =
∈ [0,1] ∶
∈ −1,1 = [0,1
Luego, la preimagen por la función continua % del intervalo −1,1, que es un conjunto
abierto, resulta ser el intervalo [0,1, que no es un conjunto abierto. ¿Tenemos aquí
una paradoja?

solamente a una función cuyo dominio es ℝ y concluir que la afirmación de que “una
Podríamos resolver la cuestión diciendo que la definición 11.9 se refiere

de que el dominio sea un subconjunto propio de ℝ. Pero, como veremos en el capítulo


función es continua si y sólo si la preimagen de un conjunto abierto” es falsa en el caso

siguiente, muchas veces en Matemática, en lugar de meramente descartar una


afirmación como falsa, resulta mucho más interesante preguntarse por qué es falsa y
analizar cómo, eventualmente, podríamos llegar a “arreglarla”.

1) Demuestren que las definiciones 11.1 y 11.1’ son equivalentes, es decir que 
 4
§9. Actividades.

cumple con respecto a * la definición 11.1 si y sólo si cumple a definición 11.1’

2) Sea % ∶ J → = una función cualquiera y sean , 4 y 5 subconjuntos cualesquiera


de =. Demuestren que:
a) % z4 4 ∪ 5  = % z4 4  ∪ % z4 5 .

188
b) % z4 4 ∩ 5  = % z4 4  ∩ % z4 5 .

c) % z4 U  = ]% z4 ^ . Nótese que en el miembro izquierdo el complementos está


U

tomado con respecto a = y en el miembro derecho con respecto a J.

3) Del punto 2) c) deduzcan que % ∶ ℝ → ℝ es continua si y sólo si para todo


cerrado  ⊆ ℝ vale que % z4  ⊆ ℝ es cerrado.

4) Sea % ∶ J → = una función cualquiera y sea  ⊆ =. Demuestren que:


a) % z4  = ∅ si y sólo si  ∩ ‡T% = ∅.
b) % z4  = % z4 ] ∩ ‡T%^.

5) a) Sea % ∶ J → = una función cualquiera y sea  un subconjunto cualquiera de =;


demuestren que %]% z4 ^ ⊆ . Muestren un ejemplo en el que no valga la igualdad.
b) Sea % ∶ J → = una función cualquiera y sea  un subconjunto cualesquiera de J;
demuestren que  ⊆ % z4 %. Muestren un ejemplo en el que no valga la igualdad.

6) Si % ∶ J ⊆ ℝ → ℝ es una función cualquiera ¿con qué nombre solemos llamar al


conjunto % z4 0? ¿Y con qué nombres solemos llamar a los conjuntos % z4 ℝÞ  y
% z4 ℝß ?

7) En cada caso grafiquen el conjunto % z4 .


a) % ∶ ℝ → ℝ, %
 =
5 + 1  = 0,3
b) % ∶ ℝ5 → ℝ, %
 =
5 +  5  = 0,2
c) % ∶ ℝ5 → ℝ, %
 =
+   = −1,1

8) Consideremos en ℝ la topología discreta, demuestren que para esta topología:


a) Todo subconjunto de ℝ es cerrado.
b) Una sucesión es convergente si y sólo si se hace constante a partir de algún término.
c) Ningún conjunto tiene puntos de acumulación. (Este hecho, dicho sea de paso,
justifica el nombre de “discreta”.)

189
Capítulo 12
La topología relativa

“–Si ustedes aceptan los resultados por el momento


–intervino Shuman– podemos dejar los detalles para los matemáticos. ”
(Isaac Asimov, Sensación de Poder.)

§1. Análisis de una paradoja.


Recordemos la paradoja que planteamos en el capítulo anterior. Sabemos que una

conjunto abierto. Consideremos entonces la función % ∶ [0,2] → ℝ, %


 =
; resulta
función es continua si y sólo si la preimagen de todo conjunto abierto es también un

que % es continua pero que la preimagen por % del intervalo −1,1, que es un
conjunto abierto, es el intervalo [0,1, que no lo es. ¿Cómo resolvemos esta
contradicción?
La respuesta es que, como ya vimos en el capítulo 1, para una función, por así
decir, los puntos que están fuera de su dominio no existen, al estudiar la función sólo

abiertos la continuidad de una función % ∶ [0,2] → ℝ debemos considerar al intervalo


interesa el dominio en sí mismo y nada más. Por lo tanto, al definir en base a conjuntos

[0,2] como un espacio topológico en sí mismo, es decir, no debemos pensar en


términos de abiertos de ℝ sino en términos de abiertos del [0,2]. Ahora bien ¿cuáles
son los abiertos del [0,2]?, en otras palabras, ¿cuál es su topología? Veámoslo en la
siguiente sección.

§2. La topología relativa o inducida.

según esta idea, un conjunto Ð es abierto si y sólo si para todo & ∈ Ð sucede que es
Volvamos a la idea intuitiva de conjunto abierto tal como la vimos en el capítulo 10;

posible moverse una distancia , - 0 alrededor de & sin salirse del conjunto Ð. Ahora

190
bien, tomemos como Ð el conjunto 0,2 ⊆ ,, del que sabemos que es abierto… pero
¿es abierto realmente? Veamos el siguiente dibujo:

, - 0 cualquiera, formando alrededor del número una circunferencia, entonces nos


En este dibujo se ve que si nos movemos alrededor del número 1 una distancia
dist

salimos del conjunto (de hecho, casi toda la circunferencia queda fuera de él), por lo
que 0,2,, contrariamente a lo que acabamos de decir, no sería abierto.
La solución
n a esta paradoja es que al dibujar la circunferencia no sólo nos
estamos moviendo fuera del conjunto, sino fuera del universo. Cuando pensamos en el
intervalo 0,2 lo pensamos en el contexto de ,, el conjunto de los números reales es
nuestro universo total
al y ningún movimiento puede llevarnos fuera de él. Es por eso
que, al movernos alrededor del número 1 sólo podemos hacerlo hacia la derecha o
hacia la izquierda, nunca hacia arriba o hacia abajo ya que esas direcciones no están
permitidas por el universo total, y con sólo esos movimiento permitidos 0,2 es, tal
como vimos en su momento, un conjunto abierto.
Pensemos ahora en el conjunto 0,2  0 ⊆ 5 , es decir, el conjunto de los
puntos de 1 5 que son de la forma 
, 0 con 0 /
/ 2.. Este conjunto parece ser
sencialmente el mismo que antes sólo que ahora visto en el contexto de 5 , pero
esencialmente
este cambio de contexto es muy importante, ya que al evaluar si el conjunto es abierto
o no ahora sí podemos movernos hacia arriba o hacia abajo formando una
esulta que 0,2  0 no es abierto en 5 (de hecho, su interior es
circunferencia y resulta
vacío).

191
En resumen, la idea intuitiva debe decir entonces que un conjunto Ð es abierto
si y sólo si para todo & ∈ Ð sucede que es posible moverse una distancia , - 0
alrededor de & tanto como el universo total permita sin salirse del conjunto Ð.
Al pensar en el dominio de una función % ∶ !0,2( →  nuestro universo es el
intervalo !0,2(,, ya que lo que esté fuera de ese conjunto no existe para la función.
Retomando la paradoja de la sección anterior
anterior nos preguntamos entonces,
considerando al !0,2( como nuestro universo total, si el intervalo !0,1 es abierto o no.

En principio parecería que !0,1 no es abierto porque el 0 no es interior a él,


diríamos que si nos movemos un poco hacia la izquierda
izquie del 0 nos salimos del
ero ¡cuidado! si el universo es el !0,2( entonces es completamente
conjunto. Pero
imposible moverse a la izquierda del 0 simplemente porque no hay universo en esa
dirección, esee movimiento es tan imposible como lo era moverse hacia arriba
ar o hacia
abajo en el caso de . De modo que, en el contexto del intervalo !0,,2(, el 0 sí es un
4
punto interior del !0,1 porque si nos movemos alrededor del 0 una distancia 5 en la

única dirección que el universo permite, es decir hacia la derecha, entonces


efectivamente no nos salimos del conjunto.
En resumen:
Definición 12.1: Sii  ⊆ !0,2( entonces un punto & ∈  es interior a  con
respecto al !0,2( (es decir, tomando como universo al !0,2()) si y sólo si existe algún

192
, - 0 tal que u & ∩ [0,2] ⊆ , donde u & es el entorno en ℝ definido del modo

Observemos que u & ∩ [0,2] formaliza la idea de “moverse alrededor de &


usual.

una distancia , pero dentro de lo que nuestro universo total permita”. Y, en efecto, 0

es interior al [0,1 con respecto al [0,2] ya que ‹¶ & ∩ [0,2]Œ = [0,  ⊆ [0,1.
4
x 5

Dado que el único punto “problemático” es el 0 no es difícil convencerse ahora


de que [0,1 es abierto con respecto al [0,2] ya que todos sus puntos son interiores.
Esto resuelve la paradoja que planteamos en le sección 1 ya que % ∶ [0,2] → ℝ,
%
 =
es continua y la preimagen por % del intervalo −1,1 es el intervalo [0,1,
que sí es abierto con respecto al dominio de %.
¿Cuáles son en definitiva los abiertos del [0,2]? ¿Cuál es su topología? La
expresión “u & ∩ [0,2]”nos dice que los entornos de & con respecto al [0,2] son los
mismos que en ℝ pero intersecados con el [0,2]; de esto se deduce que los abiertos
del [0,2] son los abiertos de ℝ intersecados con el [0,2]. Tenemos así:

Definición 12.2: Ð ⊆ [0,2] es abierto con respecto al [0,2], o abierto relativo al


[0,2], si y sólo si existe à ⊆ ℝ abierto de ℝ en el sentido usual tal que Ð = [0,2] ∩ à.

Puede probarse que la definición 12.2 establece una topología en el [0,2], es

topología se la llama la topología relativa del [0,2], o también la topología inducida por
decir, los abiertos así definidos cumplen los tres axiomas de espacio topológico. A esta

1 en el [0,2]. Vista la situación de este modo, la definición 11.9’ del capítulo anterior
se transforma entonces en:

Teorema 12.3: % ∶ [0,2] → ℝ es continua si y sólo si la preimagen por % de


cualquier abierto de ℝ es un abierto relativo al [0,2].

1) Ya vimos que [0,1 es abierto relativo al [0,2]; para probarlo, pero ahora en
Ejemplos 12.4:

base a la definición 12.1, tenemos que hallar un abierto de ℝ tal que su intersección

193
con el [0,2] sea el intervalo [0,1, hay muchas opciones que sirven, una de ellas es:
[0,1 = [0,2] ∩ −∞, 1.
2) [0,1], en cambio, no es abierto con respecto al [0,2] porque 1 no es punto
interior (aunque 0 sí lo es); de hecho el interior del [0,1] con respecto al [0,2] es el
conjunto [0,1.
3) Dado que [0,2] es un espacio topológico valen en él todas las definiciones y
teoremas que discutimos en el capítulo anterior, en particular, dado que [0,1 es
abierto relativo al [0,2] entonces su complemento, que es el conjunto [1,2], es cerrado
con respecto al [0,2] (el complemento, desde luego, debe tomarse con respecto al
universo total, que en este caso es el [0,2]).

[0,2] puede, por supuesto, generalizarse para un subconjunto cualquiera de 1  ;


Todo el razonamiento que hemos hecho en la sección anterior para el intervalo

podemos definir entonces:

Definición 12.5: Si J es un subconjunto no vacío de ℝ entonces Ð ⊆ J es


abierto con respecto a J, o abierto relativo a J, si y sólo si existe à ⊆ ℝ abierto de
ℝ en el sentido usual tal que Ð = [0,2] ∩ à. (En pocas palabras, los abiertos de J son
la intersección con J de los abiertos de ℝ .)

topología en J; a esta topología se la llama la topología relativa de J, o también la


Tal como dijimos antes, puede probarse que esta definición establece una

topología inducida por ℝ en J. Veremos en la sección siguiente una aplicación


interesante de esta idea.

Ejemplo 12.6: Tomemos J = [0,1] ∪ [2,3] entonces [0,1] es abierto en J ya


que [0,1] = J ∩ −1,2. De manera similar [2,3] es abierto en J, pero [2,3] es el
complemento de [0,1], luego [0,1] es cerrado (porque su complemento es abierto). En
resumen, [0,1] es a la vez abierto y cerrado en J, sin ser el espacio total ni el vacío.
Volveremos a este ejemplo en la sección 4.

194
J ⊆  son, por definición,
Los abiertos de J nición, la intersección con J de los
abiertos de ℝ ; una pregunta que surge naturalmente es ¿valdrá lo mismo para los
cerrados? Es decir ¿será cierto que los cerrados de J ⊆  son la intersección con J
de los cerrados de ℝ ? Como veremos inmediatamente
inmediatamente la respuesta es que sí.
Teorema 12.7: Sea J ⊆  y  ⊆ J;  es cerrado en J si y sólo si existe
á ⊆ 1  cerrado en el sentido usual tal que   á ∩ J. (O sea, los cerrados de J son la
intersección con J de los cerrados de 1  .)
Demostración: Si  es cerrado en J entonces J ∖  es abierto en J; luego
existe Ð ⊆  abierto tal que Ð ∩ J  J ∖  y en consecuencia  ∖ Ð ∩ J  .
Tomando á   ∖ Ð tenemos que á es cerrado y   á ∩ J.

Recíprocamente, supongamos que   á ∩ J con á ⊆  cerrado,


cerrado entonces
J ∖    ∖ á ∩ J,, y como  ∖ á es cerrado entonces J ∖  es abierto en J de
donde se deduce que  es cerrado en J. ∎

§3. Extremos relativos o absolutos.


Comencemos considerando el ejemplo % ∶ !0,1( → , %
 
. Es evidente que 0 es
mínimo absoluto de % y 1 es máximo absoluto, pero ¿son, respectivamente, mínimo y
máximo locales?

195
Hablando descuidadamente algunos libros suelen decir que
es un máximo
ablando descuidadamente,
local (resp. mínimo local) de una función % ∶ J ⊆  →  si y sólo si existe un entorno
u 
 tal que para todo
∈ u 
 vale que %
 h %
 (resp. %
 L %
).
Según este concepto, 0 no sería mínimo local de %, ni 1 sería máximo local, porque no
es posible tomar un entorno de 0 contenido en el dominio de % y lo mismo sucede con
c
el 1.
Es decir, 0 sería mínimo global pero no local. Aunque no puede decirse que
esto esté mal en sí mismo,, la verdad es que suena muy raro que “algo” sea un mínimo
o un máximo global pero no local. Para mostrar un ejemplo de otro tipo, supongamos
s
por un minuto que el Aconcagua, que está ubicado dentro del territorio argentino,
a
estuviera además justo bordeando la frontera con Chile;; entonces afirmar que el 0 es
máximo local pero no global porque es punto frontera del dominio de % sería como
decir que el Aconcagua es la montaña más alta de América, pero no la más alta de la
Argentina porque está bordeando la frontera con Chile; una idea un tanto extraña.
Volvamos entonces a la idea anterior, afirmamos antes que algunos hablan
“descuidadamente” ¿por qué decimos esto? Hemos escrito más arriba que “
es un
máximo local (resp. mínimo local) de una función % ∶ J ⊆  →  si y sólo si existe un
entorno u 
 tal que para todo
∈ u 
 vale que %
 h %
 (resp.
%
 L %
)”.
)”. Centrémonos en la frase “para todo
∈ u 
 vale que %
 h
%
”,
”, el descuido proviene de que sólo podemos escribir %
 si
está en el dominio
de %, por lo tanto el modo correcto de escribir la definición (tal como lo hacen muchos
libros que sí son cuidadosos
cuidadosos en su modo de enunciar definiciones y teoremas) es el
siguiente:

196
Definición 12.8:
∈ J es un máximo local (resp. mínimo local) de una función
%: J ⊆ ℝ → ℝ si y sólo si existe un entorno u 
 tal que para todo
∈ u 
 ∩ J
vale que %
 ≤ %
 (resp. %
 ≥ %
).
La clave, por supuesto, está en poner “
∈ u 
 ∩ J”, lo que hace que el
entorno de
sea un entorno relativo a J. De hecho, podemos reescribir la definición

Definición 12.8’:
∈ J es un máximo local (resp. mínimo local) de una función
de la siguiente manera:

% ∶ J ⊆ ℝ → ℝ si y sólo si existe un abierto Ð relativo a J tal que para todo


∈ Ð
vale que %
 ≤ %
 (resp. %
 ≥ %
).
En consecuencia, en el caso de % ∶ [0,1] → ℝ, %
 =
, 0 sí es mínimo local y 1
sí es máximo local de %. Una objeción que puede hacerse a esta idea es que
aparentemente contradice el teorema que afirma que si una función es derivable

como es evidente, en el caso de %


 =
la derivada vale 1 en todos los puntos.
entonces en sus máximos y mínimos locales la derivada de vale 0, ya que, en efecto,

Esta contradicción aparente nace también de un descuido de lenguaje; tal


como dijimos en el capítulo 10, los dominios naturales para la derivada son los

Teorema: Si %: &, ' ⊆ ℝ → ℝ es derivable y


∈ &, ' es extremo local de %
conjuntos abiertos, el teorema debería decir entonces:

entonces % ’ 
 = 0.
Que puede generalizarse así:
Teorema: Si %: J ⊆ ℝ → ℝ es diferenciable, J es abierto y
∈ J es extremo
local de % entonces ∇%
 = 0.
Dado que en el caso de % ∶ [0,1] → ℝ, %
 =
el dominio no es un abierto
(entiéndase abierto en ℝ en el sentido usual) entonces el teorema no se aplica y no se
produce contradicción alguna por el hecho de que % tenga extremos locales en 0 y 1
sin que la derivada se anule en esos puntos.

§4. Los homeomorfismos revisitados.


En la sección 3 del capítulo 4 dijimos que una propiedad es topológica si y sólo si para
toda función bicontinua, % ∶ J ⊆ ℝ → = ⊆ ℝ vale que si  ⊆ J posee esa
propiedad entonces % también la posee. La definición correcta debe decir que: una

197
propiedad es topológica si y sólo si para toda función bicontinua, %: J ⊆ ℝ → = ⊆
ℝ vale que si  ⊆ J posee esa propiedad con respecto a J entonces % también la
posee con respecto a =. O, más en general, una propiedad es topológica si y sólo si
para toda función bicontinua, % ∶ Ø, Ù → Ú, Ù ’  vale que si  ⊆ Ø posee esa
propiedad entonces % también la posee.

§5. Conexos o arco-conexos.


En esta sección cerraremos el comentario que hicimos en la sección 6 del capítulo 4
referido a la definición del concepto de conjunto conexo; recordemos, una vez más, la
definición del concepto de “conexo por arcos” o “arco-conexos”:
Definición 3.5: Un conjunto J es arco-conexo si y sólo si para todo  ∈ J y
€ ∈ J existe un camino totalmente contenido en J que conecta  con €. Recordemos
que un camino es la imagen por una función continua de un intervalo [&, '],
deducimos que este concepto también puede expresarse en términos de abiertos.
Ahora bien, cuando estudiamos la noción de arco-conexo ésta surgió del

aparecieron como dominios adecuados para ese teorema. Recordemos que J ⊆ ℝ


estudio del Teorema de Bolzano; concretamente, los conjuntos arco-conexos se nos

es adecuado para el Teorema de Bolzano si y sólo si toda función % ∶ J → ℝ que


cambie de signo en J tiene necesariamente una raíz en J (véase la sección 5 del
capítulo 3). Ahora bien, nos gustaría (de hecho ésa era la intención original al estudiar
el tema) que los conjuntos arco-conexos fueran exactamente los dominios adecuados
para el Teorema de Bolzano; es decir nos gustaría que la siguiente conjetura fuese

Conjetura 12.9: J ⊆ ℝ es arco-conexo si y sólo si es adecuado para el


verdadera:

Pero resulta que conjetura, aunque es verdadera para el caso en que K = 1,


Teorema de Bolzano.

lamentablemente es falsa en el caso general, es decir cuando si K - 1; para mostrarlo


veamos un contraejemplo.

Ejemplo 12.10 (contraejemplo de la conjetura 12.9): El conjunto J ⊆ ℝ5 que


nos servirá de contraejemplo es la unión de dos curvas que son disjuntas pero tales

198
que “una se acerca a la otra tanto como se quiera”. Una de estas curvas, a la que
llamaremos =4 , es el segmento contenido en el eje  que conecta
coordenadas 0, .1 con el punto 0,1.
ecta el punto de

La curva =5 es el gráfico de la función O ∶ 0,1( →  definida por O


 
4 4
i  ∈ 5 ∶   G„K a b ∧ 0 /
h 1j.
G„K a b, es decir, =5  i
, j. El conjunto J se
M M

define entonces como J  =4 ∪ =5 .

En el dibujo se muestra solamente una parte de la curva =5 , cuya longitud total


es infinita ya que está formada por infinitas oscilaciones entre .1 y 1 que se van
“apretando” sobre el eje . El conjunto =4 es en sí mismo arco-conexo
conexo y lo mismo
sucede con =5 , pero es imposible conectar un punto =4 con un punto de =5 mediante
un camino que no se salga de J, luego J no es arco-conexo; vamos a mostrar que, sin
embargo, J es adecuado para el Teorema de Bolzano.
Sea entonces una función % ∶ J →  continua tal que % cambia de signo en J
(recordemos que esto quiere decir que existen 4 , 5 ∈ J tales que %4  y %5 
tienen distinto signo), tenemos que probar que existe * ∈ J tal que %*  0.
Supongamos, por el absurdo, que no es así, es decir, supongamos
suponga que % no tiene raíces
y lleguemos a una contradicción.

199
Como =4 es conexo y % no tiene raíces entonces % no cambia de signo en =4 , ni
tampoco cambia de signo en =5 . Pero % sí cambia de signo en J = =4 ∪ =5 , esto sólo
puede significar que la función es positiva en todos los puntos de =4 y negativa en
todos los de =5 , o viceversa. Podemos suponer entonces que se da la primera opción,
% es positiva en todos los puntos de =4 y negativa en los de =5 .

Definamos ahora la sucesión € 4 como € = a , 0b y tomemos € como


4

el origen de coordenadas, € = 0.0. Observemos que lim→ € = € , luego


lim→ %€  = %€ . Pero para todo K ≥ 1, € ∈ =5 y entonces %€  < 0 y como
€ ∈ =4 entonces %€  - 0, pero esto es imposible si lim→ %€  = %€  porque

Tenemos así una contradicción y deducimos entonces que J es adecuado para el


una sucesión de números negativos no puede converger a un número positivo.

Teorema de Bolzano.

Esto significa entonces que la conjetura 12.9 es falsa, pero no queremos


renunciar así como así a la identificación entre la idea de conexión y la de “adecuado
para el Teorema de Bolzano”, máxime tomando en cuenta que sí vale la identificación
entre “compacto” y “adecuado para el Teorema de Weierstrass” (véase el
teorema7.21). De modo que en lugar de deshacernos sin más de la conjetura 12.9 una
idea mucho más interesante es modificar la formalización de la idea de “conexión” de
modo que sí pueda ser identificada con la idea de “adecuado para el Teorema de
Bolzano”.
La idea intuitiva que queremos formalizar dice que “un conjunto es conexo si

idea de “adecuado para el Teorema de Bolzano” pero el J del ejemplo 12.10, que es
no está formado por dos o más partes separadas”, y queremos que coincida con la

adecuado para el Teorema de Bolzano, está formado por =4 y =5 que son dos partes

Ahora bien, aunque =4 y =5 están separados, también es cierto que se acercan


separadas.

tanto como se quiera, de modo que la idea intuitiva debería ser “un conjunto es
conexo si no está formado por dos o más partes bien separadas”.
Esta idea se formaliza así:

200
Definición 12.11 (conjunto conexo “a secas”): Un conjunto J ⊆ ℝ es
disconexo si y sólo si existen dos conjuntos abiertos Ð ⊆ ℝ y à ⊆ ℝ (nótese que son
abiertos de ℝ en el sentido usual) que cumplen simultáneamente las tres condiciones

1) Ð ∩ à = ∅.
siguientes:

2) J ∩ Ð ≠ ∅ y J ∩ à ≠ ∅.
3) J ⊆ Ð ∪ à.
Un conjunto J ⊆ ℝ es conexo si y sólo si no es disconexo. (Si Ð y à cumplen las
condiciones 1, 2 y 3 decimos que esos conjuntos desconectan a J.)

Analicemos la definición 12.11 para verificar que realmente capta la idea de

En efecto, si J es disconexo entonces la definición dice que existen abiertos Ð y à que


que “un conjunto es disconexo si está formado por dos o más partes bien separadas”.

decir que Ð ∩ à sea vacío, significa por supuesto que los dos conjuntos no tienen
cumplen las condiciones 1), 2) y 3) de la definición. Que se cumpla la condición 1), es

puntos en común, pero además, al ser abiertos (y aquí radica la importancia de que Ð
y à sean abiertos) esto significa que Ð y à ni siquiera se “tocan por sus fronteras”, ya
que al ser abiertos no contienen a los puntos de su frontera. Observemos que si Ð y à
no tuvieran que ser forzosamente abiertos entonces cualquier conjunto (que no se
reduzca a ser solamente un punto) sería disconexo; por ejemplo eso sucedería con el
intervalo [0,2] ya que es la unión de [0,1 con [1,2], que son disjuntos pero no
abiertos ([1,2] no es abierto ni siquiera en [0,2]).

Tenemos entones que el hecho de Ð y à sean abiertos disjuntos indica que


“están bien separados”. La condición 2), a su vez, nos dice que J tiene una parte en Ð
y otra parte en à; y la condición 3), finalmente, nos dice que no hay una parte de J
que vaya por fuera de Ð y à que conecte a esas dos partes antes mencionadas. En

201
resumen, las condiciones 1), 2) y 3) corresponden, en efecto, tal como queríamos, a la
idea intuitiva de que J está formado por “partes bien separadas”.

Ejemplo 12.12: El conjunto J = 


,  ∈ ℝ5 ∶ |
| ≥ 1} es disconexo, para
probarlo hay que hallar abiertos Ð y à que lo desconecten, es decir, que cumplan las
tres condiciones de la definición 12.9. Una posibilidad, aunque no la única, es tomar
4 4
los conjuntos Ð = {(
, ) ∈ 1 5 ∶
> } y à = {(
, ) ∈ 1 5 ∶
< − }.
5 5

Retomemos lo comentado en el ejemplo 12.6; vimos allí que [0,1] es al mismo


tiempo abierto y cerrado en J = [0,1] ∪ [2,3]; es decir, a diferencia de lo que sucede
en 1  , existe en J = [0,1] ∪ [2,3] un subconjunto que es al mismo tiempo abierto y
cerrado sin ser el conjunto vacío ni el espacio total. Como veremos inmediatamente,
esto se relaciona directamente con el hecho de que J no es conexo.
Teorema 12.13: J ⊆ ℝ es disconexo si y sólo si existe un subconjunto de
 ⊆ J tal que  ≠ ∅,  ≠ J y  es a la vez abierto y cerrado en J.
Demostración: Supongamos que J es disconexo, entonces existen Ð y à
abiertos de ℝ que cumplen las tres condiciones de la definición 12.9, entonces
 = Ð ∩ J es, por definición, abierto en J, y como su complemento es à ∩ J, que
también es abierto, entonces  también es cerrado.

Como veremos a continuación, esta nueva noción de conexo sí corresponde


exactamente con la idea de ser adecuado para el Teorema de Bolzano.

202
Teorema 12.14: Un conjunto J ⊆ ℝ es conexo si y sólo si es adecuado para el

Demostración: Sea J ⊆ ℝ conexo y supongamos, por el absurdo, que J no es


Teorema de Bolzano.

adecuado para el Teorema de Bolzano; hay entonces una función % ∶ J → ℝ continua


tal que existen
4 ,
5 ∈ J con %
4  < 0 y %
5  - 0 aunque no existe * ∈ J tal que
%* = 0.
Sean entonces Ð = % z4 −∞, 0 y à = % z4 0, +∞. Ambos conjuntos son
abiertos en J dado que son la preimagen de conjuntos abiertos por una función
continua. Además es fácil ver que Ð ∩ à = ∅ y que J = Ð ∪ à, esto último se debe a
que para todo
∈ J vale que %
 < 0 o %
 - 0. Finalmente,
4 ∈ Ð y
5 ∈ à por
lo que Ð ≠ ∅ y à ≠ ∅, y como consecuencia de esto último Ð ≠ J.
Entonces Ð es abierto en J y su complemento, que es à, también es abierto,
luego Ð es abierto y cerrado en J sin que Ð sea el vacío ni el espacio total; por el
teorema 12.15 esto contradice que Ð sea conexo.
Recíprocamente, tenemos que probar que “si J es adecuado para el Teorema
de Bolzano entonces J es conexo”, pero esto equivale a probar que “si J no es conexo
entonces J no es adecuado para el Teorema de Bolzano”; demostremos esta última
implicación. Supongamos entonces que J no es conexo, de esto se deduce que existen
Ð y à que cumplen las tres condiciones de la definición 12.11. Definimos entonces
% ∶ J → ℝ como %
 = −1 si
∈ J ∩ Ð y %
 = 1 si
∈ J ∩ à (que es una versión

Veamos que % es continua; sea ã ⊆ 1 un abierto cualquiera, tenemos que


más abstracta de la función del ejemplo 1.6).

probar que % z4 ã es abierto en J. En efecto, si ã contiene al −1 y al 1 entonces


% z4 ã = J; si ã contiene al −1 pero al 1 entonces % z4 ã = J ∩ Ð; si ã no
contiene al −1 pero sí al 1 entonces % z4 ã = J ∩ à; finalmente, si ã no contiene al
−1 ni al 1 entonces % z4 ã = ∅. En todos los casos vemos que la preimagen de ã
por % es un abierto en J y entonces %, como queríamos probar, es continua.
Pero entonces % es continua en J, cambia de signo y no tiene raíces; luego J
no es adecuado para el Teorema de Bolzano, tal como queríamos demostrar. ∎

203
Una pregunta que surge naturalmente es qué relación existe entre el concepto
de conexo dado por la definición 12.11 y el concepto anterior de arco-conexo. La

Teorema 12.15: Si J es arco conexo entonces es conexo, pero no vale la


respuesta está dada por el siguiente teorema.

recíproca.
Demostración: Vimos en el capítulo 4 que los conjuntos arco-conexos son
adecuados para el Teorema de Bolzano, luego, por el teorema 12.14 también son
conexos. Que la recíproca no vale está demostrado en el ejemplo 12.10 ya que el

conexo, pero no es arco-conexo. ∎


conjunto allí analizado es adecuado para el Teorema de Bolzano, y por lo tanto es

Observación 12.16: De todos los conjuntos mencionados hasta ahora en este


libro, el único que es conexo pero no arco-conexo es el conjunto del ejemplo 12.10.

Finalmente nos preguntamos si “ser conexo” es también una propiedad

Teorema 12.17: Si % ∶ J ⊆ ℝ → ℝ es continua y  ⊆ J es conexo entonces


topológica; la respuesta es que sí y el hecho es consecuencia del siguiente teorema.

% es conexo. (Más en general, también vale que: Si % ∶ Ø, Ù → Ú, Ù ’  es continua
y  ⊆ Ø es conexo entonces % ⊆ Ú es conexo.)
Demostración: Supongamos por el absurdo que % no sea conexo, entonces
existen Ð y à abiertos de ℝ que desconectan %. Es fácil ver que, entonces,
% z4 Ð y % z4 à son abiertos de J que desconectan , lo cual es absurdo porque 
es conexo. ∎

§6. Actividades.

[0, 1] con la topología inducida.


1) Indiquen cuáles de los siguientes conjuntos son abiertos y cuáles son cerrados en

 = [0, ½  = ¼, ½
= = 0 J = [0, 1]
ä = [0, 1 á = 0, 1

204
2) ¿Cuáles de los siguientes conjuntos son abiertos y cuáles son cerrados en
[0, 1] ∪ [2, 3] con la topología inducida?
 = [0, ½  = [0, 1]
= = ¼, ½] J = [¼, ½]

3) a) Demuestren que todos los subconjuntos de ℕ, con la topología inducida, son


abiertos en ℕ.
b) Demuestren que todos los subconjuntos de ℕ, con la topología inducida, son
cerrados en ℕ.

4) Demuestren que & es punto aislado de J ⊆ ℝ si y sólo si & es abierto en J.

5) En cada caso indiquen si el conjunto J es conexo o si es arco-conexo.

a) J = i
,  ∈ ℝ5 ∶  = M ∧
- 0j ∪ 
,  ∈ ℝ5 ∶
= 0.
4

b) J = ℚ × ℚ.
c) J es el subconjunto de ℝ5 formado por la unión de los siguientes objetos: el punto
de coordenadas 0,1, el segmento que une el origen con el punto 1,0 y para cada

K ≥ 1 el segmento que une el punto a , 0b con el punto a , 1b. (Este conjunto es


4 4

conocido en la jerga como el “peine roto”, sugerimos graficarlo para entender por
qué.)

205
Capítulo 13
Espacios de matrices y de funciones

“Dicen que la distancia es el olvido.”


(Los Panchos, La Barca.)

§1. Distancia.
La intención de este capítulo es comentar cómo las ideas topológicas que hemos
estudiado en los capítulos anteriores pueden extenderse a otros contextos y explicar
brevemente algunas sus muchas aplicaciones.
Ya desde el capítulo 1 la noción de “distancia” ocupó una posición destacada en
muchos de nuestros razonamientos; esta noción, por ejemplo, nos permitió definir la
idea de “entorno” y a partir de ella la de continuidad, convergencia de sucesiones,
punto de acumulación y, finalmente, la de conjunto abierto. Pero en todo momento

distancia entre de dos puntos de ℝ . Ahora bien ¿tiene sentido hablar, por ejemplo,
hemos hablado de la distancia entre dos números reales o, más en general, de la

de la distancia entre dos matrices, o de la distancia entre dos funciones? La respuesta


es que sí, tiene sentido hablar de la distancia entre, digamos, dos funciones, siempre y
cuando esa noción de distancia sea definida convenientemente. En otras palabras, así
como en el capítulo 12 hablábamos de las propiedades básicas de los abiertos,
debemos ahora preguntarnos cuáles son las propiedades básicas de una distancia.

entre dos puntos de ℝ , entre dos ciudades, entre dos planetas, etc.) y el resultado,
Por una parte, siempre se mide la distancia entre dos objetos (por ejemplo,

suponiendo que se ha fijado una unidad de medida, es siempre un número real no


negativo, más aún, ese número es cero solamente en el caso especial en que estemos

capaces de concebir). Por otra parte, la distancia de


a  es siempre la misma que la
midiendo la distancia de un objeto a sí mismo (un caso que sólo los matemáticos son

distancia de  a
.

206
Finalmente, otra propiedad nace del hecho de que “la recta es la distancia más
corta entre dos puntos”, que en el dibujo que vemos aquí arriba se traduce en que
[HG\
,  ≤ [HG\
, q + [HG\q,  (la igualdad vale en el caso de que los tres puntos
estén alineados).
Estas que acabamos de mencionar resultan ser las propiedades fundamentales

Definición 13.1: Si Ø es un conjunto no vacío cualquiera, una distancia o una


de una distancia. Definimos entones:

métrica en Ø es una función [HG\ ∶ Ø × Ø → ℝ que cumple los axiomas siguientes:


Ax. 1: [HG\
,  ≥ 0.
Ax. 2: [HG\
,  = 0 si y sólo si
= .
Ax. 3: [HG\
,  = [HG\,
.
Ax. 4 (Desigualdad triangular): [HG\
,  ≤ [HG\
, q + [HG\q, .

Definición 13.2: Un espacio métrico es un conjunto no vacío Ø en el que se ha


definido una métrica. (Cuando digamos que un conjunto Ø con una cierta distancia es
un espacio métrico querremos decir que esa distancia cumple los cuatro axiomas de la
definición 13.1.)

Ejemplo 13.3: Por supuesto, ℝ con la distancia euclídea (que es la distancia


que hemos considerado en todo momento, véase la sección 1 del capítulo 2),

[HG\
,  = Q∑t;4
t − t 5 es un espacio métrico; es, de hecho, el ejemplo
“básico” de espacio métrico, o sea, el ejemplo en que la definición está inspirada.

207
Ejemplo 13.4: La idea del ejemplo anterior puede extenderse a las matrices,

una matriz de 2 × 2, por ejemplo, es básicamente un vector de cuatro coordenadas


después de todo, intuitivamente, una matriz no es otra cosa que un “vector gordo”;

sólo que escritas en dos filas. En definitiva, si  = &«Ô  y  = '«Ô  son matrices en

ℝ× podemos definir [HG\,  = å∑«;4 ∑


Ô;4]&«Ô − '«Ô ^ . El conjunto ℝ
5 ×
, con

esta distancia, es un espacio métrico.

Ejemplo 13.5: Llamemos =[&, '] al conjunto formado todas las funciones
continuas de [&, '] en 1. Si % y N son dos de esas funciones entonces |% − N| también
es continua y, dado que [&, '] es compacto, entonces |% − N| alcanza máximo y
mínimo absolutos. Definimos entonces [HG\(%, N) = máxM∈[‚,ƒ] |%(
) − N(
)|, es
decir, la distancia entre % y N es el valor máximo que alcanza |% − N|. Puede probarse
que =[&, '], con esta distancia, es también un espacio métrico.
Esta idea puede extenderse al conjunto de todas las funciones continuas de J
en ℝ, donde J ⊆ ℝ es un compacto cualquiera.
Una métrica completamente diferente en el mismo conjunto está dada por
ƒ
[HG\(%, N) = è‚ |%(
) − N(
)|[
.

Ejemplo 13.6: En un mismo conjunto pueden definirse muchas distancias


diferentes. En ℝ5 tenemos, por ejemplo, la llamada distancia taxi, veamos de qué se
trata.

208
Imaginemos que los lados del rectángulo del dibujo son las calles que delimitan

representada por el punto


hasta la esquina representada por el punto . Si
una manzana en una cierta ciudad y que un taxi quiere llegar desde la esquina

que los conecta”, entonces, desde el punto de vista del taxi, la distancia entre
e  no
asociamos “distancia entre dos puntos” con la idea de “longitud del camino más corto

es la distancia euclídea, porque el taxi no puede atravesar la manzana en diagonal, sino

e  debe definirse como: [HG\


,  = |
4 − 4 | + |
5 − 5 |. No es difícil probar que
que es la suma de los dos lados del rectángulo. Es decir, para el taxi, la distancia entre

1 5 , con esta distancia, es también un espacio métrico.


Esta idea se generaliza a 1  de este modo: [HG\
,  = ∑«;4|
« − « |.

Ejemplo 13.7: Una distancia en ℝ que es diferente de la euclídea y la taxi, y

[HG\
,  = máx |
« −« |. En el dibujo anterior equivale a tomar como distancia la
que también cumple los cuatro axiomas de la definición 13.1, está dada por

«;4…

longitud del mayor de los lados del rectángulo.

Ejemplo 13.8: Otra distancia en ℝ , diferente todas las anteriores, y que

discreta, que se define así: [HG\


,  = 0 si
= , [HG\
,  = 1 si
≠ . Es decir, la
también cumple los cuatro axiomas de la definición 13.1, es la llamada métrica

en realidad puede definirse en un conjunto Ø cualquiera.


distancia entre dos puntos diferentes es, por definición, siempre igual a 1. Esta métrica

Ejemplo 13.9: La intención de este ejemplo es mostrar que también en ℝ×

Para definir esta nueva métrica observemos en primer lugar que si  ∈ 1 × entonces
puede definirse una métrica diferente de la “euclídea” que vimos en el ejemplo 13.4.

 define una transformación lineal m ∶ ℝ → ℝ dada por m 


 = 
­ ­ , donde la
“\” indica “transpuesta”. Definimos a continuación la norma de un punto
∈ ℝ (rep.
 ∈ 1  ) como la distancia euclídea del punto al origen (véase la definición 6.2), y la
indicamos como ‖
‖ (resp. ‖‖ ). Llamemos finalmente 4 [0] al conjunto de todos
los puntos de
∈ 1  tales que ‖
‖ ≤ 1.
Como m es continua entonces la función que a cada
∈ 4 [0] le asigna el
número real ‖m 
‖ también es continua y como 4 [0] es compacto entonces esa

209
[HG\,  = máxM∈é¶ [ ] ‖mzé 
‖ . Aunque la definición de esta métrica es más
función alcanza máximo y mínimo absolutos. Tiene sentido definir entonces

compleja que la del ejemplo 13.4, resulta, en cambio, más conveniente en muchas
aplicaciones prácticas.

Si Ø es un espacio métrico cualquiera, & ∈ Ø y , - 0 entonces podemos definir el


§2. Distancia y abiertos.

entorno de centro & y radio , como u & =


∈ Ø ∶ [HG\&,
 < ,, donde [HG\ es
la distancia definida en Ø.
A partir de este concepto podemos definir la noción de conjunto abierto de la

Definición 13.10: Ð ⊆ Ø es abierto en Ø si y sólo si para todo & ∈ Ð existe


misma forma que en la definición 10.7:

algún , - 0 tal que u & ⊆ Ð.


De esta manera cada métrica en Ø induce en este conjunto una topología, la
cual a su vez nos permite, por supuesto, definir en Ø todos los conceptos topológicos
antes estudiados (funciones continuas, conjuntos cerrados, etc.).
Es interesante observar que métricas diferentes pueden, sin embargo, definir la

de ℝ definidas en los ejemplos 13.3, 13.6 y 13.7; esto quiere decir que un conjunto es
misma topología; por ejemplo, puede probarse que ése es el caso de las tres métricas

abierto con respecto a cualquiera de esas métricas si y sólo si es abierto con respecto a

13.9 para ℝ× .


las otras dos. Lo mismo sucede con las dos métricas mostradas en los ejemplos 13.4 y

Por otra parte, existen topologías que no están inducidas por métricas, aunque
para mostrar un ejemplo deberíamos desarrollar temas que exceden los objetivos de
este libro.

§3. Algunas aplicaciones.


En esta sección mencionaremos brevemente algunas aplicaciones que tienen las ideas
topológicas aplicadas a funciones o matrices.

210
Ejemplo 13.11: Ya sea que en ℝ× consideremos la métrica del ejemplo 13.4 o
la del ejemplo 13.9, en ambos casos puede probarse que la función [„\ : ℝ× → ℝ,

por [„\ del conjunto ℝ ∖ 0 es un abierto de ℝ× . Pero esa preimagen es el


que a cada matriz le asigna su determinante, es continua. Por lo tanto la preimagen

conjunto de todas las matrices cuyo determinante es distinto de cero, es decir, es el

matrices inversibles es un subconjunto abierto de ℝ× ; esto implica que si


conjunto de todas las matrices inversibles. Por lo tanto el conjunto de todas las

modificamos “muy poco” los coeficientes de una matriz inversible obtenemos otra vez
una matriz inversible. Esto tiene consecuencias en Cálculo Numérico, en el estudio de
los errores de redondeo en el cálculo de la inversa de una matriz.

Ejemplo 13.12: Dado que tenemos una topología en ℝ× (la topología que
está inducida por la métrica del ejemplo 13.4, que es la misma que la inducida por la
métrica del ejemplo 13.9), tiene sentido hablar del límite de una sucesión de matrices;
en particular podemos hablar de una serie (en el sentido de “suma infinita”) de

Ahora bien, tenemos que si


∈ ℝ y |
| < 1 entonces 1 −
z4 = 1 +
+
matrices, dado que una serie no es otra cosa que la sucesión de sus sumas parciales.

5 +
? +. .. Si definimos la norma de la matriz  como su distancia a la matriz nula
entonces tiene sentido plantear la pregunta ¿es cierto que si ‖‖ < 1 entonces ‡ − 
es inversible (‡ es la matriz identidad) y además vale que ‡ − z4 = ‡ +  + 5 +
? +. ..? La respuesta es que sí, aunque, obviamente, esto requiere una demostración.
Por otra parte, esto nos da un método numérico diferente para calcular la inversa de
una matriz.

Ejemplo 13.13: Como dijimos en el ejemplo anterior, hablar de una serie es en


realidad hablar de una sucesión, por ese motivo cuando se estudian series de
funciones (por ejemplo, series de Taylor o de Fourier) en realidad se están estudiando
sucesiones de funciones, y este estudio presupone la existencia de una topología.
Ahora bien, en el ejemplo 13.5 mostramos dos métricas diferentes para =[&, '];

define que una sucesión de funciones % converge a % si y sólo si para todo


∈ [&, ']
una tercera topología está dada por la llamada “convergencia puntual” en la que se

vale que % 
 → %
 (vimos en el punto 4 de la observación 11.16 que establecer

211
cuáles son las sucesiones convergentes equivale a definir una topología). Puede
probarse que en los tres casos obtenemos una topología diferente, por lo que una
serie que converge con respecto a una de esas topologías podría no converger con
respecto a la otra; y también cambian las propiedades de las series, por ejemplo, si
tomamos la topología del máximo entonces una serie convergente de funciones
continuas converge necesariamente a una función continua, pero esto es falso si
consideramos la convergencia puntual.

1) En el ejemplo 13.7 definimos una distancia en ℝ como [HG\


,  = máx |
« −« |
§4. Actividades.

«;4…

¿por qué sería incorrecto definir una distancia como [HG\


,  = mín |
« −« |?
«;4…

%, N ∶ [&, '] → ℝ [HG\%, N = máxM∈[‚,ƒ] |%


 − N
|
2) En el ejemplo 13.5 hemos definido la distancia entre dos funciones continuas
como ¿por qué sería
incorrecto definir una distancia como [HG\%, N = mínM∈[‚,ƒ] |%
 − N
|?

3) Demuestren que la distancia taxi en ℝ , definida en el ejemplo 13.6, cumple los


axiomas de distancia de la definición 13.1.

4) a) Demuestren que la métrica discreta en un conjunto Ø no vacío cualquiera cumple

b) Demuestren que la métrica discreta induce en Ø la topología discreta, es decir, si


los axiomas de distancia de la definición 13.1.

tomamos en Ø la métrica discreta entonces todo subconjunto de Ø es abierto.

5) Sabemos que si tomamos la distancia euclídea usual entonces 4 0 ⊆ ℝ5 es el


círculo centrado en el origen de radio 1 sin incluir el borde. Dibujen 4 0 ⊆ ℝ5 en el
caso de que tomemos…
a) …la distancia taxi (ejemplo 13.6).
b) …la distancia del ejemplo 13.7.
c) …la métrica discreta (ejemplo 13.8).

212
Apéndice I
Sucesiones

“Veinte minutos después la luz envió tres, uno, ocho, cuatro, once,
lo repitió, y la computadora de la nave masculló:
Pi, base doce.”
(Larry Niven & Jerry Pournelle, La Paja en el Ojo de Dios.)

§1. Convergencia.
La intención de este apéndice es resumir las definiciones básicas y los teoremas
fundamentales relativos a sucesiones que se aplican en los capítulos previos.
La idea fundamental es que una sucesión de puntos de ℝt (que incluye a ℝ
como el caso especial en el que Š = 1) consta de un primer punto, al que le sigue un
segundo punto, luego un tercer punto y así sucesivamente. Esta idea se traduce en la
siguiente definición formal:
Definición I.1: Una sucesión de puntos de ℝt es una función &: ℕ → ℝt .
Normalmente a los elementos &1, &2, &3, … los escribiremos como &4 , &5 , &? , … ;
estos elementos son los términos de la sucesión (nótese que sólo consideraremos
sucesiones formadas por una cantidad infinita de términos).

1) Un ejemplo de sucesión está dado por & = K5 cuyos términos son


Ejemplos I.2:

1,4,9,16, … La expresión & , la “fórmula” que permite calcular la sucesión, suele ser
llamada el término general de la sucesión.

2) Un ejemplo de sucesión de puntos de ℝ5 está dada por & = a , Kb.


4

3) Aunque la mayoría de las sucesiones que hemos visto en este libro están
formadas por puntos de ℝt , en el ejemplo 8.5 aparecen, en cambio, sucesiones de
intervalos.

213
La idea fundamental de la convergencia aparece bien ejemplificada por la

sucesión & = , cuyos términos se acercan a 0 “tanto como se quiera” tomando K


4


Definición I.3: Una sucesión & 4 de puntos de ℝt converge a un punto


“suficientemente grande”. Esta idea se formaliza así:

S ∈ 1 t si y sólo si para todo Z - 0 existe algún K ∈ ℕ tal que si K ≥ K entonces


[HG\& , S < Z. En ese caso escribimos lim→ & = S, o más simplemente, & → S y
decimos que & converge a S.
El siguiente es un teorema muy importante sobre sucesiones convergentes.
Teorema I.4 Toda sucesión en ℝt que sea convergente es también acotada. (Sin
embargo, la recíproca es falsa.)

Una subsucesión de & 4 es cualquier sucesión contenida en ella que obtenga
§2. Subsucesiones.

eligiendo los subíndices en forma creciente. Por ejemplo las siguientes son algunas
subsucesiones:
a) &4 , &? , &E , &C , &A , … la subsucesión de los términos impares, que podemos
escribir como &5z4 4 .
b) &5 , &B , &· , &D , &4 , … la subsucesión de los términos impares, que podemos
escribir como &5 4 .
c) &C , &4E , &4A , &55 , &BA , … (no todas las subsucesiones siguen una ley simple.)
La siguiente, en cambio, no es una subsucesión: &4 , &? , &4 , &? , &4 , &? , …

Definición I.5: Dada una sucesión & 4 , si K4 , K5 , K? , KB , KE , … es cualquier


La definición formal dice así:

&¶ , &x , &½ , &ë , … es una subsucesión de & 4 . La subsucesión se escribe así:
sucesión estrictamente creciente de números naturales positivos entonces

]& t ^
t4
.

Teorema I.6: Una sucesión & 4 de puntos de ℝt converge a un punto


Finalmente, éste es el teorema fundamental relativo a las subsucesiones:

S ∈ 1 t si y sólo si toda subsucesión de & 4 converge al mismo punto S.

214
Apéndice II
Conjuntos simplemente conexos

“Un Anillo para encontrarlos, un Anillo para


atraerlos a todos y atarlos en las tinieblas.”
(J.R.R. Tolkien, El Señor de los Anillos.)

§1. Agujeros.
En este apéndice comentaremos brevemente otro concepto topológico que suele
aparecer en los libros de Análisis II; este concepto, el de “conjunto simplemente
conexo”, está asociado al Teorema de Green, al Teorema de Stokes y al problema de
existencia de función potencial. Podríamos hacer un desarrollo similar a los que hemos
hecho al analizar los conceptos de conjunto compacto o de arco-conexo, extrayendo la
idea de simplemente conexo de las hipótesis de Teorema de Green, no lo haremos
debido a que la vinculación entre el Teorema de Green y la idea de conjunto
simplemente conexo suele aparecer explícitamente mencionada en los libros de texto
clásicos. Nuestra intención aquí será solamente dar la definición rigurosa del concepto.
Normalmente los libros de texto de Análisis II dicen, apelando a la intuición,
que un conjunto es simplemente conexo si es arco-conexo y además “no tiene
agujeros”. Según esta idea en el siguiente gráfico:

215
…el conjunto de la izquierda no es simplemente conexo (porque claramente tiene un

Esta idea intuitiva es bastante acertada si nos restringimos a ℝ5 , pero al pasar a


agujero), mientras que el conjunto de la izquierda sí lo es.

ℝ? resulta engañosa. En efecto, por ejemplo, la idea intuitiva nos diría, correctamente,
que ℝ5 ∖ 0,0 no es simplemente conexo porque tiene un agujero; sin embargo,
como veremos más abajo, ℝ? ∖ 0,0,0, que tiene un “agujero” similar, sí es
simplemente conexo.
La verdadera idea intuitiva que define a los conjuntos simplemente conexos es

Definición II.1: Un conjunto J ⊆ ℝ es simplemente conexo si y sólo si todo


la siguiente:

arco cerrado contenido en J puede ser deformado hasta quedar reducido a un punto
sin salirse en ningún momento de J. En esta definición debemos imaginar que el arco
cerrado está hecho de goma, como una bandita elástica que va siendo deformada
hasta transformarse en un punto.

1) El conjunto J = 
,  ∈ ℝ5 ∶ 1 ≤
5 +  5 ≤ 4 no es simplemente
Ejemplos II.2:

conexo, un arco contenido en J que rodee el “agujero central” no puede deformado


hasta llegar a un punto si salirse de J y es precisamente el agujero central el que lo
impide.

2) Si  ∈ ℝ? es un punto cualquiera entonces ℝ? ∖  es simplemente conexo.


Lo mostraremos intuitivamente (una demostración formal sería demasiado extensa y
compleja):

216
Sea = un arco cerrado
cerrad contenido en ℝ? ∖ ; si = está “lejos” de  entonces es
claro que puede reducirse a un punto sin problemas. El peor
peor caso sería es el que se
muestra en el dibujo en el que = está contenido en un plano al que también pertenece
;; pero en ese caso podemos “subir o bajar” el arco sin tocar el punto  para llevarlo
lejos y reducirlo a un punto.
3) La superficie de una esfera es un conjunto simplemente conexo; en cambio,
un toro (que es el nombre técnico de una superficie con forma de rosquilla) no es
simplemente conexo;; en el dibujo siguiente vemos un arco cerrado contenido en un
toro y que no puedee ser reducido a un punto sin salirse de esa superficie.

§2. La definición formal: homotopías.


homotopías
En esta sección desarrollaremos la definición formal del concepto de conjunto
simplemente conexo. Recordemos la definición de arco cerrado que vimos en el
capítulo 4:

217
Definición II.3: Un arco contenido en un conjunto J ⊆ ℝ es la imagen de
cualquier función continua N ∶ [&, '] → J. El arco es cerrado si y sólo si N& = N'.

es posible tomar como intervalo [&, '] al intervalo [0,1]. En efecto, supongamos que =
Una primera observación importante es que en la definición anterior siempre

es un arco cerrado contenido en J y que es la imagen de una función continua


N ∶ [&, '] → J. Tomemos la función Å ∶ [0,1] → [&, '], Å\ = ' − &\ + &; es claro
que Å es biyectiva y que N ∘ Å ∶ [0,1] → J define la misma curva =, es decir,
‡TN = ‡TN ∘ Å. En resumen, al definir un arco siempre podemos tomar como
dominio al intervalo [0,1].

Definición II.4: Arco constante contenido en J ⊆ ℝ es cualquier arco cerrado


Un caso especial es el siguiente:

definido por una función N ∶ [0,1] → J constante. (En realidad un arco constante no es
otra cosa que un punto, pero resulta conveniente formular esta definición por razones
técnicas.)

una curva hasta transformarla en otra sin salirse de J”.


Vamos a formalizar a continuación la idea de “deformar de manera continua

Definición II.5: Sea = un arco cerrado definido por una función continua
% ∶ [0,1] → J y sea = ’ un arco cerrado definido por una función continua N ∶ [0,1] →
J. Una homotopía en J que transforma = en = ’ es cualquier función continua
á: [0,1] × [0,1] → J que cumpla estas condiciones:
1) Para todo \ ∈ [0,1] vale que á0, \ = %\.
2) Para todo \ ∈ [0,1] vale que á1, \ = N\.
3) Para todo G ∈ [0,1] vale que áG, 0 = áG, 1.

Para cada G ∈ [0,1] la función áG , \: [0,1] → J define un arco en J; la


condición 3 de la definición II.5 nos dice que cada una de esos arcos es cerrado. La

218
condición 1 nos dice que cuando G = 0 tenemos el arco =; la condición 2 nos dice que
cuando G = 1 tenemos el arco = ’ ; para 0 < G < 1 tenemos todos los arcos
intermedios de la transformación de = en = ’ .
Definición II.6: Dos arcos cerrados = y = ’ contenidos en J son homotópicos si y
sólo si existe una homotopía en J que transforma = en = ’ .
Finalmente, estamos en condiciones de expresar la idea de deformar un arco
cerrado hasta reducirlo a un punto y, consecuentemente, la idea de conjunto

Definición II.7: Un conjunto J ⊆ ℝ es simplemente conexo si y sólo si es arco-


simplemente conexo:

conexo y además vale que todo arco cerrado contenido en J es homotópico al arco
constante.

219
Bibliografía

APOSTOL, Tom; 1999; Calculus, (Vol I y II); Reverté, España.

BARR, Stephen; 1989: Experiments in Topology; Dover Publications Inc., EE.UU.

COTLAR, Mischa, CIGNOLI, Roberto; 1971; Nociones de Espacios Normados; Eudeba,


Argentina.

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