APRENDIZAJE DE ASIGNATURAS DE LENGUA Y LITERATURA

¿Qué se entiende por evaluación? Es un proceso con tres fases: delimitar y observar un objeto;
analizarlo a partir de unos criterios o de un referente derivados de un modelo; tomar decisiones
que se comuniquen a los implicados y que puedan promover nuevas acciones, si hiciese falta.

Juzgar y valorar para saber si los alumnos han aprendido los contenidos: delimitar el objeto
(conectores en texto expositivo); cómo se obtiene información sobre ese objeto (hacer escribir
un texto expositivo); valorar y juzgar los datos obtenidos a través de unos criterios (qué
conectores son más elementales y cuáles denotan un conocimiento más elaborado de la
lengua); conclusiones que se pueden extraer.

A una evaluación también se le pide objetividad: fiable (se mantiene el mismo juicio si se repite
en otro momento o coincide con la de otro evaluador) y válida (evalúa lo que se propone
evaluar). Explicitar y controlar los criterios utilizados y cómo se han utilizado, definir un modelo
del referente para decidir con qué datos se puede evaluar y prever y anticipar qué se quiere
evaluar. Hay que tender a la objetividad: concretar lo máximo posible.

Clasificación de las actividades evaluadoras: saber qué y cómo aprenden los alumnos  ayudar
a progresar (formativa) / verificar y constatar los conocimientos (sumativa o certificativa). Por
ejemplo, la Selectividad es certificativa.

Las evaluaciones diagnósticas intentan establecer el estado de los conocimientos de los

escolares en algún ámbito: dominio de las habilidades lingüísticas y discursivas. Son
evaluaciones externas que permiten la comparación entre diferentes centros o áreas
territoriales. Pueden detectar la evaluación de los resultados de aprendizaje.

Evaluación formativa (regulación): mecanismo de ajuste o de adaptación constante en el

funcionamiento de un proceso con el fin de obtener unos resultados óptimos. Afecta a alumnos,
profesores e instituciones. La evaluación continua permite una rápida retroalimentación.
Contribuye a optimizar los procesos de aprendizaje y formación: implica activamente al alumno
en el proceso de evaluación; da retroalimentación; permite la comprensión del proceso que se
está siguiendo; promueve espacios para aprender a usar instrumentos y recursos para gestionar
el propio aprendizaje; prevé espacios de diálogo entre alumnos y de éstos con el profesor;
transmite una actitud de confianza ante las actividades de evaluación y las presenta como
instrumento para continuar aprendiendo a lo largo de la vida: autoevaluación, evaluación mutua
o coevaluación.

La lengua oral es menos tratada (dificultad y restricciones). Hay poca experiencia en la

evaluación formativa de la lengua oral. Ej. Explicar en voz alta; representación de alguna pieza
teatral…. Ante el resto de la clase (escucha del alumnado); géneros orales, contextos sociales y
secuencias textuales; explicitar las características de cada producción oral; portafolio; no
privativo del área de Lengua.

La lectura es una actividad compleja, que manifiesta la relación entre lector, texto y contexto
para construir un significado. Osoro (2010) señala una serie de elementos en torno a la
comprensión lectora:

· Estructuras cognitivas. Reconocimiento de términos o conceptos clave.

· Microprocesos. Reconocimiento de raíces léxicas, vocabulario y expresiones del texto;

reconocimiento de información relacionada con ideas clave.
· Macroprocesos. Diferentes tipos de información y su aportación al significado global; resumen;
esquema del contenido; reconocimiento de la organización textual; identificación de finalidades
comunicativas.

· Procesos de elaboración. Elaboración de un comentario personal; contraste de opiniones.

Composición escrita:

· Contextualización  actividades ligadas a situaciones lo suficientemente definidas que

permitan poner en funcionamiento los diferentes saberes necesarios para escribir un buen
texto. Evaluación durante la elaboración (no el producto final). Autoevaluación (enseñar a
revisar, evaluar y corregir los propios textos).

· Milian propone fijarse en los aspectos textuales y discursivos: relación entre el texto y los
usuarios (pragmática), contenido (semántica), estructura (morfosintaxis) y disposición gráfica y
externa (aspectos materiales).

La evaluación de los conocimientos sobre lengua: reflexión gramatical, integración con la

evaluación de diversas habilidades de la lengua, promover la actitud reflexiva de la lengua. Con
dos polos: actividades que lleven al alumnado a relacionar estos conocimientos con los usos
discursivos de la lengua; explicitación de este conocimiento a través del razonamiento
organizado y sistemático sobre la lengua y la capacidad de establecer relaciones entre las
diferentes nociones y entornos.

La evaluación facilita diseño de actividades de aprendizaje. Se deben evaluar los objetivos

mediante los contenidos y para ello hay que utilizar los criterios de evaluación. Los “estándares
de aprendizaje evaluables” describen con detalle los distintos aprendizajes que se pretenden
conseguir con el alumnado: en cualquier curso encontramos definidos un número variable de
estándares asociados a los criterios de evaluación de cada uno de los cuatro bloques de
contenidos (comunicación oral, comunicación escrita, educación literaria, conocimiento de la
lengua).

Contenidos  Criterios de evaluación  Estándares de aprendizaje evaluables.

División por bloques o destrezas: Comunicación oral/Comunicación escrita/Conocimiento de la

lengua/Educación literaria.