Вы находитесь на странице: 1из 25

PARLAMENTO Y GOBIERNO EN UNA ALEMANIA REORGANIZADA

(1917 1'* I H

»
politico. Que se interese entonces por las verdades em
`

nas y que siga con sus libros, pero que no baje al campo E1S0C1a11Sm0 (1918)
de batalla de los problemas del presente. En este campo M-
está luchando por si nuestra nación puede tomar parte
il.-
un modo decisivo en ese proceso universal. A esta tarm
de poder hacerlo ha de acomodarse la estructura interii ›|.
también la estructura política. La estructura anterior n-1
era adecuada para esa tarea sino sólo para una admin/K
tración técnicamente buena y para una actuación mili/tu
excelente. Lo que nos ha enseñado el terrible destino qu.
nos ha caído encima es esto: que esa organización es su h
ciente para una política puramente defensiva, pero no
para tareas políticas de carácter mundial.

`\

__=-
, H" i J * ' 7 W W'

Nota del editor

La conferencia «El socialismo» la pronunció Weber el día 13 de


junio de 1918 ante unos 300 ociales del ejército austriaco, en
Viena, dentro del segundo curso organizado por la Ocina de
Defensa contra la Propaganda Enemiga del real e imperial Ejér-
cito, creada tras la Revolución de Octubre en Rusia, y que tenía
tj como objetivo contrarrestar las tendencias de disolución exis-
tentes en los sectores no alemanes del ejército de Austria-Hun-
l
gría, para lo que ofrecía cursos de formación patriótica. Max
Weber se encontraba en la Universidad de Viena, a cargo de la
cátedra de Economía Política desde el mes de abril. Había sido
i

invitado para el semestre de verano de 1918, a prueba, y a me-


diados del mismo recibió una oferta para ser catedrático ordi-
'
nario que no aceptó; volvió a Alemania, donde aceptaría la de la
Universidad de Munich para el semestre de verano de 1919.
Esta conferencia publicó más tarde como folleto separado en
la editorial del Dr. Victor Pimmer.
La traducción está hecha sobre el texto de la edición crítica
de las obras completas de Weber: Max Weber Gesamtausgabe
vol. I/15 (Zur Politik im Weltkrieg. Schrzƒten und Reden 1914-
1918), editado por Wolfgang I. Mommsen y Gangolf Hübinger,
Tübingen 1984, págs. 599-633.

285

li
l 1

¡Muy distinguidos señores!


le

Es la primera vez que me cabe el honor de hablar ante el


cuerpo de ociales del real e imperial Ejército, y por eso
i

comprenderán ustedes que la situación sea un poco em-


`¡_
barazosa para mí. Sobre todo porque me son desconoci-
das por completo las circunstancias internas del funcio-
namiento del real e imperial Ejército, esas circunstancias
previas que son determinantes para la inuencia del cuer-
L

po de ociales sobre la tropa. Es evidente que un ocial de


'
la reserva y de la milicia siempre es un acionado no sólo
*

porque le falta la preparación cientíco-militar sino tam-


bién porque le falta el contacto permanente con el sistema
nervioso interno de la institución. De cualquier modo, sin
embargo, una persona que como yo ha estado sirviendo
;

algunas temporadas durante varios años en el Ejército ale-



mán en los más diversos lugares de Alemanial, cree tener
l

la

l
I. Se reere a su trabajo como ocial de disciplina en los hospitales mi-
;


Iilares del distrito de Heidelberg desde comienzos de la guerra hasta

287

ll
í1ì_J
288 ESCRITOS POLÍTICOS EL 50(j1A1_15MQ (1913) 289
" "

la suciente idea de las relaciones entre ociales, subo- los ociales. Gracias a ello, y sin haberme propuesto de
ciales y tropa como para, al menos, poder juzgar qué clase antemano aprovechar la ocasión para preguntar ala gen-
de inuencia es posible y cuál es difícil o imposible. De te o hacerles hablar, he escuchado opiniones muy diver-
i esto no tengo, evidentemente, la menor idea para el real e sas sobre el asunto. Se trataba siempre de gentes de ar,
imperial Ejército. Si tengo alguna idea de la situación in- que creían rmemerrre en la autoridad de 105 0Cia1eS_
terna en el real e imperial Ejército, se reere a las grandes Sólo en muy contadas ocasiones me he encontrado con
, 1
i
dicultades de tipo practico, que para mi se derivan Sim- alguien con otra actitud diferente. Y la cosa era siempre
plemente del propio lenguaje. Algunos ociales de la re- que había que reconocer que el trabajo de instrucción era
serva del real e imperial Ejército han intentado explicarme muydijfícil, Y que la mayoría de la gente se volvía recelosa
repetidas veces cómo se consigue mantener ese contacto tapfóñto como empezaba a surgir la sospecha de que se
con 1a tropa que Se requiere, precisamente, para ejercer pretendía fomentar directa o indirectamente una política
t
cualquier tipo de influencia sobre ella más allá de lo estric- de partido, fuera de la índole que fuera. Esas personas
tamente ocial sin conocer el lenguaje de la tropa. Por lo cuando iban a casa de permiso tenían relaciones con sus
Y i

ll que a mí 1'€SP€C'€a› SÓ10 Pl1€d0 hablar C1€Sd€ ml €XP€r1€nC1'›\ amigos de partido, y les resultaba muy difícil mantener
alemana y quisiera permitirme empezar con algunas ob- una relación de conanza con ellos. Había otra dicultad
j servaciones sobre la forma en que se ha desarrollado en- no menor: la gente reconocía sin reparos la competencia
del ocial en materia militar; asilo he podido comprobar
»
tre nosotros esa inuencia.
j

Estas observaciones las voya Ahacergdesde abajo». Mc siempre y en todas partes, por más que en alguna ocasión
explicozvenmis viajes por Alemania, a veces frecuentes, también en Alemania se lanzaba algún que otro imprope-
me había impuesto como norma viajar siempre en terce- rio contra los mandos o contra cualquier otra cosa, aun-
1
ra clase, a no ser que se tratara de viajes muy largos y mc que en principio no se ponía nunca en duda su autoridad;
esperara luegeo un trabajo muy fatigoso. De ese modo, sin embargo, se encontraba uno con el siguiente parecer:
1
con el paso del tiempo he conseguido entrar en C0ntaCIO cuando los ociales nos instruyen sobre nuestra vida pri-
con muchos centenares de personas que volvían del frene vada y sobre lo que de ahí se deriva, no se puede olvidar
<

/ /
te, o se dirigían a el, precisamente en una epoca en la qm
»
el hecho de que los ociales pertenecen a un estamento
_

se había empezado a practicar entre nosotros lo que se distinto al nuestro y que el ocial, aun con toda su mejor
entendió como una campaña de instrucción por parte de voluntad, no puede hacerse cargo de nuestra situación
' como nosotros mismos, que somos los que estamos de-
septiembre de 1915. Al comenzar la Primera Guerra Mundial, Max Wv trás de la máquina o el arado. Esto se ponía de maniesto
bel' -que šne €Hf0HC<fS Ciwšffffl años Y_H° Puede if al ffentej Se Pf`*'_l en buena cantidad de opiniones, a veces ingenuas, por lo
t l ft d l n c1ondeHe1delber se le encomiendm . . ,
šìinesatfìrdeadšcaiálldie clisìiïllilii-a en la comisión de liz,hospitales militim--. que a ml me daba la lmpreslon de que por culpa de una
de reserva y se le encarga también la organización de nueve hospitulv-. fO1"IIl2ì €q11ÍVOCada (le ÍIISULICCÍÓH pOClÍa qL1€Clal' merma-
militares en el distrito de Heildelberg. da la autoridad de los ociales en el terreno militar, don-

I
, i

¬
290
I, _

Escluros Pormt iv.

de resulta absolutamente indiscutible, porque donde Li


gente no aceptaba incondicionalmente dicha autoridad
era en ámbitos que egnsiderabaii egmo pi0pi05_ Pe.-U
otro error se ha cometido en discusiones con el socialis
mg, 110 en este momentg, per@ sf çgn ant€ri01'idad_ Y,|
É

HL SOCIALISMO (1918)

0bfeI'0S; 10 que haya que entender por honor es algo que


cada cual pretende saberlo él miSn10-_ E1 SGHÍÍCÍO del 110-
nor, la solidaridad entre los camaradas en una fábrica o
en un miSm0 Sector industrial los mantiene unidos, y éste
GS, en (l€nÍÍÍVa, \l1'l SEIIÍÍIIIÍCIIÍO SOl)I'€ el (1116 también S6
---_

291

hace tiempo que se ha desistido con razón de confrontar 21P0Ya 121 C0h€SÍÓu de 108 Cu€fP0S n1í1ítafeS› aunque en
"alos obreros con los funcionarios sindicales y de partido Otra dirección. Y como no hay ningún medio para elimi-
con el siguientelreprocheïalgó que haeíaiq ¿iiteg 105 atl nar las huelgas -sólo se puede elegir entre asociaciones de
:versarios políticos de la socialdemocracia-: «Esos son eSte 'EÍPO públicamente reconocidas 0 asociaciones clan-
realmente la gente que viven de los cuartos de los obrero» deStinaS- me parece sensato, también desde un punto de
en su sentido literal, mucho más que los empresarios». A vista militar, situarse sobre esta realidad: esto es así y,
i lo que lógicamente contesta cualquier obrero: «Natural mientras no pongan en peligro intereses militares, se pac-
mente que viven de mis dineros. Yo les pago., Pero preri ta con ellas, como ha ocurrido en Alemania. Ésta es mi
samente por eso mesonvleales, dependen de mí y sé qm- ¡InpreSÍÓn Subjetiva.
así se obligan a defender mis intereses. Que no se me ven Ahora quiSiera entrar ya en el tema por cuyo motivo he
ga, pues, eon ésas, E50 bien vale 105 Cuatro çiiaitos qm» tenido el honor de ser invitado por ustedes, que es de una
me cuesta». Con razón, pues, se ha renunciado a intenl.n naturaleza tal que se necesitaría todo un semestre para
i
desacreditar por esa vía alosintelectuales encargados dr poder tratarlo en profundidad (ése es el tiempo que se
suele dedicar para exponer una materia como ésta a estu-
t

elaborar las consignas, los lemas, y díganlo ustedes sin re


pargqaigifeylašgfrggeg yaeigg een que Se Opera sin exet-¡› diantes universitarios avanzados): la situación del socia-
ciónienitodos los partidos, incluidos naturalmente I«›-. Iisn1_9.Y qué POSÍUYH ~°1d0Pt21r frenteia el. Para empezar, he
par-tidøs deiiziquierdaiyiel Partido S0eia1demóei~ata_ Pr-1.» degadvertir que existen «socia1istas›› de las más variadas
hay que congratularse, en mi opinión, de que en Alenu Cl_§l§eS_- Hay gente que Se llama Socialista, pero a la que ni

nia se hayan establecido buenas relaciones con los sintli un S010 socialista de partido, Sea dela orientación que Sea,
gatos, Cada uno puede pensar de 105 Sindicatos 10 qu.- reconocería como tal. Todos los partidos de carácter pura-
“ quiera. También hacen tonterías. Pero esta postura desd.- mente Socialista son hoy en día partidos demócratas. Me
el punto de vista militar respecto a los sindicatos ha sido gutâfía empelaf haciendo precisamente algunas conci-
inteligente, pueg, al n Y al çabg, 105 Sindigatgs reprggt-ii SHS I'€fl€XÍOn€S SOlDI`€ CSÍE C21I'áCt€l' (l€H1ÓCI'aÍa. Se CII-
tan algggqiuewposeen los cuerpos militares. ,H-« tiende hoy por demócratas? Este punto tiene mucho que
puede pensarlo que se quiera sobre la huelga. La mayoi i.i ver con el tema. Naturalmente aquí sólo puedo tratarlo
de las veces es una lucha de intereses, una lucha sa1ari.|I C0n t0da brevedad. Democracia puede signicar cosas
Pero a menudo no es sólo una lucha por los salarios si ii» 1 enormemente dispares. Aunque bien mirado, sólo viene a
por cosas ideales, por el honor tal como 10 entienden l. .›. signicar esto: que no existe ninguna desigualdad formal
i
l

1
¿ l

4
292
r

Esciuros Pormcos

en cuanto a los derechos políticos entre las distintas clases


de la población. ¡Pero qué distintas consecuencias tiene
egfeg En 1a demoeraeia de cone antiguo, en 105 Cantones
suizos de Uri, Schwyz, Unterwalden, Appenzell y Glarus
se congregan todavía hoy día todos los ciudadanos en una
gran plaza -en Appenzell son 12.000 personas con dere-
EL SOCIALISMO (1918)
-- - -

293

Sllila- Se elige una gran parte de funcionarios de los Esta-


(108 Pafïiwlares, aunque no por las asambleas parlamen-
tarias, sí mediante un voto igualitario directo o indirecto y
se elige al presidente de la Unión. El presidente nombra a
los otros funcionarios de la Unión. La experiencia que hay
de esto es que, en general, los funcionarios nombrados por
el PfeSidente elegido superan con mucho en cuanto a la
l cho a voto, en otros sitios de 3.000 a 5.000- y, tras las debi-
z

das deliberaciones, votan a mano alzada sobre todos los Calidad de Su rendimiento y, sobre todo, en cuanto a su in-
aeuntoe, desde 1a eleeeión del Landammann (presidente tegridad a los funcionarios salidos por elección popular, y
del cantón) hasta una nueva ley scal o cualquier otro €ll0 P0rque lógicamente al presidente y al partido que lo
1
asunto de la Administración. Sin embargo, si recorren las HPOYH l0S hacen responsables los electores de que los fun-
listas de los Landammann que han venido siendo elegidos cionarios nombrados por ellos posean, al menos en cierta
desde hace cincuenta o sesenta años en esta democracia medida, las aptitudes que el elector espera delos mismos.
` suiza de viejo estilo, les resultará llamativa la frecuencia PGFOesta dem0CI'21Cia aI`HeriCaI12l› baSada en que cuan-
I ' ' ' ~ 1

con que se repiten ciertos nombres, o como hay determi- Cambia el Pf€S1d€HÍ€ Cada CUHUO 81108, tienen que
1 1

(10
i

l
nadas familias que han ostentado estos cargos ya desde cambiar además los 300.000 funcionarios que le corres-
antiguo; es decir, que ha existido ciertamente una demo- P0nden a el nømbrar, y que cada cuatro años cambien los
l

cracia de derecho, pero que esta democracia ha sido ad- g0l>ernad0res de cada Estado y muchos miles de fnneio-
ministrada de hecho aristocráticamente. Y ello por una nariøs, esta democracia está llegando a su n_ Ésta era
razón tan sencilla como la de que no cualquier comer- una Administración de acionados, pues los funciona-
ciante podía aceptar el cargo de Landammann, por ejem- ri0S puestos por el partido eran nombrados según el
i

plo, sin arruinar su negocio. Tenía que ser alguien «dispo principio siguiente: han trabajado para el partido y por
nible» en sentido económico, y eso sólo puede serlo, por ello se les hace funcionarios. Su cualicación profesional
lo general, una persona que tenga bienes. O hay que pa no importaba; hasta hace poco tiempo no se conocía for-
garle muy bien y darle una pensión._La democracia tiem malmente en la democracia americana ninguna clase de
que elegir entre ser administrada de manera barata pon examen o de título o algo similar. Antes al contrario: a
gente ¡ica eon Cargos honoríeos o de manera gara pm menudo se mantenía el criterio de que, por así decir, el
funcionarios profesionales a sueldo. Esto último, el desa cargo tenía que pasar por turno de unos a otros para que
rrollo de un funcionariado profesional, se ha convertido todos pudieran pasar alguna vez por el pesebre.
l
en el destino de todas las democracias en donde no basl ii He hablado varias veces sobre este punto con obreros
ban los cargos honorícos, en los Estados con gramlt--. americanos. El auténtico obrero americano yanqui ocu-
masas de población. En esa situación se encuentra ahm .› pa un nivel muy alto en la escala de salarios y de cuali-
,
I

America. Teoricamente, las cosas estan alli igual qut un cacion. El salario de un obrero americano es mas eleva-

l i
_ ,._/_.-,,,_ “___-› Íè r---r '

| 294 Esciiiros Poriricos EL soc1AL1sMo (1918) 295

do que ei de muCnos Profesores asoCiados en una univer' sólo es obligatorio para determinados funcionarios más
5
sidad ameriCana- son Personas due nan asimiiado Por técnicos, pero se va extendiendo cada vez más. Entre los
ComPieto ias formas de ia soeiedad burguesa› que se Pre ' funcionarios que nombra el presidente ya hay actualmen-
sentan en Pubiieo Con Cnistera Y aComPanados de sus te unos cien mil que sólo pueden ser nombrados después
esPosas “due quiza no tengan tantos modaies o tanta de haber pasado un examen. Con ello se ha dado el prime-
eieganeia Como una iad)'› Pero que Por io demas se Com” ro ymás importante de los pasos de cara a una reforma de
1
Por tan eXaCtamente iguai que eiia"› mientras que ios la vieja democracia. Y con ello ha empezado también la
emigrantes iiegados de EuroPa tiuYen naCia ias CaPas in* universidad americana a desempeñar un papel totalmen-
feriores de la sociedad. Cuando hablaba con un obrero re distinto ai de antes, a ia Vez que se ha transformado ra-
li › » » /
\ 4
asi Y ie deCiaï ¿Como os delais gobernar Por estas gentes dicalmente su espíritu. Pues los promotores de la guerra
que os nan Puesto en esos Cargos› que› Como deben ei han sido las universidades americanas ylas clases sociales
Puesto ai Par tido› tienen que darie de su sueido tanto Y educadas en ellas y no los proveedores de armamento, que
tanto ai Partido Y due› Como ai Cabo de Cuatro anos nan hay en todos los países, algo que no siempre se tiene en
de abandonar ei Cargo sin der eeno a Pension› quieren sa' cuenta fuera de América. Cuando estuve allí en 1904, lo
Carie ai Cargo iogiCamente todo ei dinero Posibie? ¿Como que más me preguntaban los estudiantes americanos era
os delais gobernar Por esa soCiedad CorruPta que os roba cómo se realizan en Alemania los duelos entre estudiantes
a ojos Vista Cientos de miiiones? Soiia reCibir esta res' ycómo se llega a hacerse la cicatriz en la cara. Tenían esto
Puesta tiPiCa Clue ies Pido me Per mitan reProduCir en por una institución caballeresca y querían tener este de-
toda su Crudezaï “Da io mismo- Hal' dinero bastante porte. Lo grave del asunto es que la bibliografía de mi es-
li
Para ser robado Y siemPre quedara aigo f
de sobra Para pecialidad había hecho suyo este sentir. La conclusión que
cc
que otros3) ganen› Para nosotros tambien- A estos Prote* pude sacar de las mejores obras de entonces fue ésta: «Es
sionales , a estos funcionarios, los escupimos, los des- una Suerte que in economia mundial Se rnneva en una di-
i

r Preeiamos- Pero si oCuPar an ios Cargos gentes Con tituios rección en la que llega el momento de que es rentable (11
uriiVersitarios› Como oCur re entre Vosotros› serian eiios sound business view) arrebatarse unos a otros el comercio
Á
ios que nos esCuPirian a nosotros»- mundial por medio de la guerra; entonces se acabarán,
Eso era io mas deCisiVo Para eiios- Ei miedo a que sur' por n, para nosotros los americanos los tiempos en los
giera un runeionariado Como ei que existe en EuroPa› un que no éramos más que simples ganadores de dólares sin
estamento de funcionarios formados y especializados en dignidad, pues entonces Voiverá a regir ei rnnndo ei eSpiri_
ias universidades- tu guerrero y caballeresco››2. Se representaban la guerra
Haee Ya muCno tiemPo› eVidentemente› que tamPoCo moderna al estilo de lo ocurrido en la batalla de Fontenoy,
`| América puede ser administrada por acionados. El fun-
l
cioldariado Profesional Va crecí enf10_a gran Velocidad' SC nal de la obra de Thorstein Veblen, The
2. Weber se reere al pasaje
ha mtroducldo el examen especlalllado- De momenw rheofyafbusiness@m@†p†i$e,NuevaY0f1<19o4.En1anadu¢¢1ón de car-
-
¦

ll
É,
l

i
,
l

,
l

i
i
, 296

, ,
- f

donde el heraldo frances habia gritado a los enemigos:


<<Senores ingleses, disparen ustedes primero››3. Conside-
raban la guerra como un deporte entre caballeros, que

vendria a reemplazar esta sucia caza del dinero por una
I... Au;

ESCRITOS POLÍTICOS
~*

ELsoc1AL1sMo(191s)
'

297

con la familia de una hija de un colega, y la sirvienta se les


acababa de ir -las sirvientas tenían allí un plazo de dos ho-
ras para el despido-. En ésas llegaron los hijos, cadetes de
7

la marina y la madre les dijo: «Tenéis que salir a barrer la


4

especie de sentimiento distinguido. Ya ven ustedes: esta


nieve, porque, si no, me va a costar una multa de cien dó-
casta juzga a América exactamente igual que es juzgada en
lares al día». Los hijos, que acababan de estar con ociales
il
Alemania, según mis conocimientos, y saca por su parte
t de la marina alemana, replicaron que eso desdecía de
las consecuencias. De esta casta han salido los estadistas
ellos, a lo que la madre dijo: «Si vosotros no lo hacéis, ten-
l

/ f
mas importantes. Esta guerra va a tener para America
`

el
dré que hacerlo yo».
resultado de convertirse en un Estado con un gran Ejérci-
Esta guerra traerá como consecuencia para América el
l to, con un cuerpo de ociales y una burocracia. Hablé en
desarrollo de una burocracia y, consiguientemente, opor-
aquella ocasión con 'ociales americanos que estaban muy
¬?
tunidades de ascenso a la gente salida de las universida-
14
n poco de acuerdo con las exigencias que les planteaba la
des -que es su lógica consecuencia-; en suma: se pondrá
1

/
democracia en su pais.
i

l
Una vez, por ejemplo, estaba yo
en marcha una europeización de América a la misma ve-
locidad, por lo menos, con la que se ha hablado de la
los Alberto Trípodi (La teoría dela empresa de negocios. Buenos Aires americanización de Europa. La democracia moderna es
1965) la cita de Weber está en la página 328, en el siguiente pasaje: «La
un democracia burocratizada cuando es una democracia
búsqueda de benecios conduce a una política nacional depredadora.
Las grandes fortunas exigen, por un lado, una sólida estructura guber- enlun Estado grande. Y así tiene que ser, pues la demo-

l
namental para asegurar su acrecentamiento, y por el otro, notorias y cracia sustituye a los funcionarios honorícos, nobles o
i

[J amplias oportunidades para gastar las ganancias resultantes. Todo esto de otra índole, por un funcionariado remunerado. Esto
supone una administración interna de índole bélica y coercitiva, y ade-
es inevitable y este hecho es el primero con el que el socia-
más un tipo de vida al estilo de las cortes imperiales, que fuera tanto
una fuente dinástica de honores como un elegante recinto de diversio- lismo ha de contar: la necesidad de una especialización
nes ceremoniales. Este ideal no es, simplemente, el sueño de un mora- profesional de varios años de aprendizaje cada vez mayor
lista; es una sólida proposición comercial, ya que se basa en el tipo dc yla necesidad de una dirección a cargo de estos funciona-
política en el que los intereses comerciales se mueven en provecho pro-
pio. Si los propósitos bélicos y las ambiciones nacionales (es decir, di- rios así formados. La economía moderna no se puede di-
násticas), las hazañas, las ostentaciones yla disciplina llegaran a desem- rigir de otra manera.
i
peñar un amplio papel en la vida de la comunidad, junto con la Esta inevitable burocratización es lo que, muy en par-
1

coercitiva vigilancia policial concomitante, hay bien fundadas esperan-


ticular, se esconde detrás de una de las frases socialistas
zas de que la tendencia desintegradora de la disciplina mecánica pueda
ser corregida». más citadas, la de la «separación del obrero de los medios
1

J
3. En la Guerra de Sucesión austriaca, las tropas francesas derrotaron de producción». ¿Qué signica eso? Se nos dice que el
,
en Fontenoy (en la actual Bélgica), el 11 de mayo de 1745, a un ejercito »
obrero esta «separado›› de los medios materiales con los
anglo-holandés-austriaco a las órdenes de Wilhelm August von Cum
berland. La frase se atribuye al coronel inglés lord Charles Hay.
que produce y que en esta separación se basa la esclavitud
salarial a la que se ve sometido. Con esta afirmación se
298 ESCRITOS POLÍTICOS EL s0C1AusMo (1918) 299
j ¿

f
esta pensando en el heCh0 de que, en 1a Edad MedÍa› ei pero son administrados por el director del instituto, que
obrero era propietario de 108 ute1"1SÍ1i0S C011 108 que PIO- cobra las tasas correspondientes por ello; el ayudante, por
a 1 ' mientras que un obrero asalariado moderno ni lo
ducia, su parte, reeibe unos ingresos que no drere esene¡a1_
es ni puede Serio, Sea un emP1'eSari0 0 e1ESÍad0 €1 que di- mente de los de un obrero cualicado. Exactamente lo
rija la mina 0 la fábrÍCa en CUBSÍÍÓH- 5€ eSïá P€I1SaI1d0 mismo encontramos en el Ejército. El caballero de épocas
también en que el artesano compraba él mismo las mate- pasadas era dueno de su Caballo y de su equipamieutd
rias primas que él trabajaba, mientras que eso no ocurre Tenía que a1nnentarse Y armarse por su euenta_ La orga_
hoy con el obrero aSa1arÍad0, Y ell que el Pf0dUCÍ0 queda- nización del Ejército de entonces se basaba en el principio
ba -en la Edad Media Y hoy en aqUe110S 1Uga1'eS d0Hd€ Si- del autoequipamiento. Tanto en las ciudades antiguas
gue existiendo el trabajo artesanal- a la libre disposición como en 1os ejereitos de los eaballeros de 1a Edad Media,
' i de Cada aI`É€SaI'lO, €l Cllai POdÍ2ì V€I1Cl€I`lO en El Il'l€I'CadO Y Cada un@ tenía que prgçurafse su Caballo, su lanza Y 511
utilizarlo en provecho propio, mieI1'ffaS que en 1218 gl' 2111-
P

armadura, y traerse los víveres. El Ejército moderno sur-


des fábricas de hoy el pr0duCt0 HO queda a CÍÍSPOSÍCÍÓU gió en el momento en el que se introdujo la manutención
del obrero sino de quien tiene la propiedad de estos me- a cargo de 1os príneipes, es decir, euando el Soldado y el
l ,
dios de produCCi0n, Sea e1ES'tad0 0 UH €mPI'eSHfÍ0 PYÍV21' ocial -que son distintos al funcionario, pero que en este
do. Esto es verdad, pero no es un hecho sólo peculiar del Sentido son totalmente equ¡parab1es_ dejaron de ser Pro-
proceso de prodL1CCiÓn eC0l1ÓmÍCa- ES 10 THÍSH10 que ex- pietarios de los instrumentos bélicos. En esto se basa
PeiimeiiieiiiO5› Pei elemPiO› en ia iiiiivefsidad- Ei aiiii' la cohesión del ejército moderno. Por esta razón hace
1
i
guo docente y el profesor de universidad trabajaban con tiempo que 1os so1dados rusos no podían eseapar de las
la biblioteca y con los medios técnicos que ellos mismos trincheras, Porque existía este aparato del euerpo de o_
i Se agenciaban 0 eneargaban Y Pf0dL1CÍaH C011 €110S› POF ciales, de intendencia y de otros funcionarios y todo el
elemPiO iO5 <liiiiiiieOS› ias eesas necesarias Para ei iiabalii mundo en el Ejercito sabía que toda su vida, la alimenta-
l f
Cl€I`llI1CO. gI`I1€SO de qIli€Il€S trabajan hOy CH la l1I'llV€r- ¿ión induida, depgndía de que este apafatg funCi()na1'a_
\

sidad moderna, en eSPeCia1 108 aY11daI1'f€S de 105 grande*


l

Todos ellos estaban <<separados›› de los instrumentos bé-


1
' eii ia misma SiiiiaCiOii›
ÍHSiÍÍUi0S› estan ' ii este ieSPeCiO› licos, al igual que el obrero está separado de los medios de
que Cualquier obrero- Pueden Ser deSP€dÍd0S €H Cufli producción. En la misma situación que estaba el caballe-
quier momento. En las dependencias del instituto no tic- ro estaba un funcionario de 1a epoea feudal, un vasallo,
iieiiOUOS defeeiies que ies que tiene ei Obi`eiO eii iiiii' investido de poder administrativo y judicial, cobrando
1 fábiiea- Ai igiiai que e5iOS› iieiieii que eiimPiii ei iegid impuestos por ello. Estaba, por tanto, en posesión de los
meiiie Vigente- NO iieiieii iiiiigiiiia PiOPiedad SObi'e iii* medios administrativos. El Estado moderno surge cuan-
materiales 0 sobre los aparatos, las máquinas, etc., que st- do el príncipe toma todo esto a su Cargo, emtnea a fundo-
» 1
Utilizan en U1"1iHSiiiiiiO de fisiea O de qiiimieeb de ami” narios a sueldo y realiza la «separación›› de los funciona-
mia O eiifiieO- ESÍOS medies son Piepiedad dei Esiiidi' rios respecto a los medios administrativos. En todas
il
300 Esciuros i›oLITicos EL soci^iisMo usisi 301

partes ocurre lo mismo: los medios de funcionamiento ran ia fuerza de trabalo› ei Personai adniinistrativo Y ios
en la fábrica, en la Administración del Estado, del Ejérci- medios inateriaies de Produccion rnediante contratos de
iìi to y de los institutos universitarios están concentrados, coinPraVenta Y contratos iaboraies› Y Producen bienes Y
mediante un aparato humano organizado burocrática- ios Venden en ei mercado bajo su ProPio riesgo Y con ia
mente, en las manos de quien domina ese aparato huma- esPeranZa de obtener un beneticio-
no_ Esto se debe, en parte, a razones de tipo puramente A este sistema de economia privada lo ha calificado la
ii técnico, a la naturaleza de los medios de producción mo- teoria sociaiista de “anarcluia de ia Produccion”› Porque
dernos; maquinas, eanones, ete_¿ pero en parte se debe hace depender del interés particular de los empresarios
sencillamente ala mayor ecacia de esta acción conjunta en ia Venta de sus Productos› de su interes en obtener una
de las personas: se debe al desarrollo dela «disciplina››, 8anancia› ei clue ei sistema funcione de inodo clue cluede
de 1a diseipiina en ei Ejercito, en ia Administraeion, en un garantizado el abastecimiento de quienes necesitan estos
taller y en una fábrica. En todo caso es un error grave Productos-
considerar que esta separación del obrero de los medios A io iargo de ia iiistor ia na ido Variando ia cuestion de
de producción es algo exclusivo y peculiar de la economía que necesidades dentro de ia sociedad se cubren de ina'
privada; Este estado fundamental de las cosas no cambia nera emPresariai› Por ia econoinia PriVada› Y que necesi'
i lo más mínimo cuando se sustituye a la persona que diri- dades no se cubren Por ia econornia Pr ivada sino Por una
ge dieho aparato, enando, por ejempiot manda en el nn economía socialista -en el sentido más amplio de la pala-
ministro 0 un presidente del Estado en vez de un empre- bra"› es decir› de inaner a Pianiiicada-~
sario privado. Sigue existiendo en cualquier caso la <<se- En ia Edad Meciia› aiššunas rePubiicas conio Genova
paración›› respecto alos medios de producción. Mientras nicieron sus grandes guerras coioniaies en CiiiPre me'
lt existan minas, altos hornos, ferrocarriles, fábricas y má- diante sociedades en cornanditai ias iiamadas maonas-
qoinas, nunea seran propiedad de un obrero o de Varios Estas reunían el dinero necesario, contrataban a los co-
obreros en el sentido en que los medios de producción de rresPondientes inercenarios› conquistaban ei Pais› reci'
un artesano en la Edad Media eran propiedad de un maes- bian ia Proteccion de ia RePubiica Y› naturaiinente› eXPio'
tro artesano o de una cooperativa local o de un gremio. taban ei Pais Para su beneficio coino un objeto Para ei
¡ i Eso queda excluido por la naturaleza de la técnica actual. cobro de irnPuestos o conio Pais de Piantaciones- D e nia'
i ¿Que significa socialismo frente a este hecho? Como ya nera similar fue conquistada la India para Inglaterra por
hemos dieho, este termino signieas mnenas eosaS_ pero medio de la compañía de la India Oriental. El condotiero
l
1o que habitualmente se piensa como 1o contrario de so_ de nales del Renacimiento italiano pertenecía a esta
cialismo es el sistema de economía privada, es decir, una misma categoria- Ei uitiino de eiios› Waiienstein4› reciu'
,
situacion en la que el abastecimiento de la demanda eco-
il

il
W

i
nomica esta/ en manøs de empfesafigs privadgg, 0 Sea,
1
4. Albrecht von Wallensteín (1583-1634) luchó a favor del emperador
que Se realiza de modo que estos empresarios Se pI.0Cu_ habsburgo Fernando II y de la Liga Catolica contra los protestantes en
li

il
IU., _ ,, ¬ E' _- r
l

302 ESCRITOS pormcos EL soc1AL1sMo (1913) 303

taba su ejereito en su nombre Propio Y eon su dinero, a por tanto con la separación del obrero de los medios de
sus arcas iba a parar una parte del botín que hacía el ejér- Pf0dHCC1ÓH› d0m1Ha UH S€Cï0f -G1 de la PFOÓUCCÍÓII ÍHGÍHS-
eito y, naturalmente, solia poner eomo eondieion que e1 trzal- que hasta ahora no había conocido en toda la histo-
li principe o el rey o el emperador 1e abonara una de›rermi_ ria universal la coincidencia de ambos rasgos en este nivel,
nada Suma eomo pago para eubrir sus eostes Y por Sn ae- yfgque este proceso coincide con la producción mecánica
la
tuaeion_ Con menor autonomia que e1 eondoiiero, ei eo- en la fábrica, es decir, con una concentración masiva de
ronel del siglo XVIII era todavía un empresario que tenía 0bf€1'0s en un mÍsm0 €SPaCÍ0› C011 una SUj¢CÍÓ11 la má-
21

que alistar y vestir a los reclutas por su cuenta, y aunque quina Y con una disciplina de iiabald cdniun en ia saia de
dependía en parte de los almaeenes de1 prineipe, Siempre las máquinas o en la mina. Es esta disciplina la que le otor-
actuaba bajo su propio riesgo y en su propio beneficia Se ga su nota especíca a la forma actual de la «separación››
L

consideraba como totalmente normal, por tanto, que la dei 0b1'ef0 fesPeci0 ai0s m€CiÍ0S de Pf0dUCCÍÓH-
guerra fuera una aetividad eeonomiea privada, aigo que El socialismo moderno ha nacido de estas condiciones
hoy nos pareeeria terrib1e_ de vida, de esta disciplina de la fábrica. En todas partes y
Por otro lado, a ninguna eindad ni a ningún gremio en todos los tiempos y en todos los países de la tierra ha
medieval 1eS habria resultado jamas imaginab1e que Se habido socialismo de las más diversas clases. Pero la pe-
pudiera conar al libre comercio el abastecimiento de ce- Cuiiafidad dei s0Ciaiism0 m0d€f1"10 sÓi0 es P0SÍb1€ S0bI'€
reales para la ciudad o el aprovisionamiento del gremio esïabasa-
con materias primas imprescindibles que hubieran de ser Esia sumisión a ia discipiina fabi ii es Peicibida tan in'
importadas para el trabajo de los artesanos. Antes al con iensanienie P0i` ei Obieid indusiiiai Pdiclue esta basada
trario, desde 1a Antigüedad, en Roma a gran eseaia Y dr, en un proceso de selección singularmente riguroso, a di-
rante toda la Edad Media, era la ciudad la que tenía qui- f€f€HCÍa› P0i` eÍeniPi0 de una Pianiación de esciaV0s 0 dei
encargarse de ello y no el comercio libre, que sólo era trabajo forzoso en el castillo feudal. Un fabricante de hoy
- f . , ' f
complementario. Mas o menos como la colaboracion que n0 efnPiea a cuaiduief Obrero due se ie Presente s0i0 Pdf'
i

1; existe ahora en la economía de guerra, una «intervención que este dis-Puesto a acePiaf un saiaiin bal0› sino que id
del Estado» (Durchstaatlichung) en amplias ramas de 1.1 Pene en una maquina cen un saiaiiu a desiajn Y ie diceï
economía, como Se Sueie decir ahora; «Trabaja yya veré cuánto ganas». Y si este hombre no es
Lo peculiar de nuestra situación actual es que la econo CaPaZ de gaH2lfS€ UH d€Í€1'mÍH€ld0 S2112lfÍ0 mÍHÍm0, Se 1€
l i mía privada, unidaala organización burocrática privada, difaï «L0 s¢niÍm0s› Pam usted 110 esta CaPaCÍÍad0 Para
este ocio y no podemos emplear1o››. Se le rechaza por-
la Guerra de los Treinta Años. Llegó a poseer un ejército de varias det i› que nO se le puede Sacar t0d0 el rendimiento 3 la máquina
"as de miles de S°1d*ïid°S' si nohay en ella un hombre que sepa sacarle todo el ren-
5. Defensor de este intervencionismo estatal en la economia fue el pu 1 . ' . , . .

fesor Iohann Plenge, autor de Die Geburt der Vernunft («El nacimit-mi› dlmlento' ASI* 0 de forma Sunllal-› Ocurre en todas Partes'
de la razóm). Berlín 1918. La empresa industrial moderna se asienta en este princi-

,. i
1

i
i
304
1-.... ..

Esciuros Potmcos

pio de selección, a diferencia de las explotaciones de es-


clavos de la Antigüedad, donde el amo estaba ligado a los
' _

EL soc1AL1sMo(191s) 305

los clientes, siervos o esclavos, en la actualidad no se pue-


de. Por eso no se dirige contra personas sino contra el sis-
i
esclavos que tenía -si moría uno de ellos era para él una temagdezpijšdítpccióncon3,Q;t§lffi_Cualquier socialista cien-

ll
perdida de capital-, y esta selección, por su parte, se tíficamente instruido rechazará categóricamente hacer
agrava enormemente por la competencia que existe entre responsable del destino que pueda sufrir un obrero a un
M los empresarios que les obliga a determinados máximos empresario concreto y dirá: «Esto se debe al sistema, a la
4
salariales: la necesidad del salario del obrero se corres- situación forzosa en la que se encuentran todas las partes,
ponde con la necesidad de la disciplina. tanto el empresario como el obrero».
Cuando hoy en día un obrero se presenta al empresa- ¿Qué sería entonces el socialismo en términos positi-
Ml
ji
rio yle dice: «Con estos salarios no podemos salir adelan- vos `a"e'_st_e__sistema?_ Lo que se suele denominar «eco-
l
te y tú podrías pagarnos más», el empresario está en con- ñffmia colectiva» en el sentido más amplio de la palabra;
›¡j diciones en nueve de cada diez casos -en tiempos de paz, e's"decilf,"ú"â"'ë`conomía en la que, en primer lugar, no
claro, y en los ramos en los que existe una competencia existiría el lucro, es decir, la situación de que los empresa-
realmente fuerte- de demostrarles a los obreros que eso rios privados dirijan la producción por su propia cuenta
ll l
no puede ser, que la competencia paga tales y tales sala- y riesgo. La producción estaría en manos de funcionarios
rios, que si os pago a cada uno tal o tal cantidad desapa- de una colectividad nacional, que asumiría la dirección
rece de mis libros el benecio que podría pagar a los ac- según los criterios de los que hablaremos en seguida. En
cionistas y ya no podría continuar la empresa pues no segundo lugar, no existiría obviamente la llamada anar-
recibiría más créditos del banco. Y muy a menudo está quía de la producción, es decir, la competencia entre los
diciendo sólo la pura verdad. A esto se añade, nalmen- empresarios. Se habla mucho ahora, concretamente en
¡ 1
te, que la rentabilidad bajo la presión de la competencia Alemania, de que nos encontramos metidos en el desa-
1

depende de que se pueda prescindir de la mayor cantidad rrollo de esa «economía colectiva» como consecuencia de
posible de trabajo humano y del que por su alta remune- la guerra. A la vista de esto hay que señalar que una eco-
ración le resulta demasiado caro ala empresa sustituyen- nomía planicada de un determinado pueblo podría
dolo por nuevas máquinas que ahorran trabajo, es decir, asentarse sobre dos principios distintos entre sí. El pri-
A
sustituyendo a obreros «cualicados›› por obreros no mero es llamado hoy en día «intervención del Estado» y
»
cualicados o <<cualif1cados›› directamente en la maqui-
,
_.
es conocido por todos aquellos senores que trabajen en
na. Esto es algo inevitable yque sucede continuamente. las industrias bélicas. Se basa en una cooperación entre
l Todo esto es lo que el socialismo califica de «dominio los empresarios de un sector unidos entre sí y funciona-
de las cosas sobre los hombres», es decir, de los medios rios estatales, sean civiles o militares. Asi, pueden regular-
\

sobre el n (la satisfacción de las necesidades)._El§_gçi;1 se de manera planicada la adquisición de materias pri-
liìmogve que, mientras queen elúpasado había personas
1

mas, la consecución de créditos, los precios, la clientelay


individualesa las que hacer responjsfablesíïdelidesltino de puede tener lugar una participación del Estado en las de-
1
~ law.. _

306 racimos Porirlcos EL soc1AusMo(1s1s› 307

CÍSÍ0HeS de estos eafteles Y en los beneeios- Se Piensa presentarles a los obreros esta situación como el socialis-
entonces que el empresario eStä C011ïr01Hd0 POF eSï0S mo «auténtico››, lo que ciertamente parece tentador,
i
» ›
¡l fUnClOnaflOS Y qI1€ la pI`Odl1CClOI'l €SÍa POI' el ES- pues los Obreros Se darían Cuenta muy pronto de que el
\
l

tado, es decir, que se tiene ya el socialismo «verdadero››, destineodecuiioprero'que trabaja en una mina no Cambia
yt
«auténtico›› o se está de camino hacia él. Pero en Alema- a`iÍso1`u't`a'm`elnte nada porque ia mina sea privada o esta_
`l
nia existe un gran escepticismo respecto a esta teoría. 'Lavida de un obrero en ias minas decarbon dei Sa-
l
Voy a dejar a un lado ahora cómo son las cosas durante la rrees exactamente igual que en una mina privada; si esta
li

l guerra. Pero cualquiera que Sepa Contar Sabe qUe› en mal dirigida, es decir, si es poco rentable, a la gente le va
tiempos de paz, no se puede seguir dirigiendo la econo- igual de mai; pero con 1a diferencia de que no se puede
mía Como ahora Si HO qUefe1"1"10S Íf a la ruina Y Clue› en hacer una huelga contra el Estado, con lo que aumenta
i
/
tÍemPos de PaZ› esa Ínteweneion del ES'fad0› es deeif- considerablemente la dependencia del obrero en este

1
una cartelizacion obligatoria de los empresarios de cada tipo de socialismo de Estado_ Éste es uno de ios motivos
sector Y la PafÚeiPaeion del Estado en esos Caf'fe1es› e“ por los que la socialdemocracia rechaza en general esta

\

sus benecios, a cambio de un amplio de1'€Ch0 de C0n- «intervención del Estado» en la economía, esta forma de
trol, no signicaría un Control de la ÍHdL1S'f1'Ía POT el Es' socialismo. Esta intervención del Estado en la economía
tado sino un control del Estado por la industria, yde una es un carte1_ 'Lo dec'isiV'o`s"ig`u'e siendo 1os;[)en'eficios_ La
manera muy desagradable. Los representantes del Esta~ `cÍ{e§`{io*i{"due continua siendo odeterrninante para ia
Ii orientacion de 1a economia es cuanto gana cada uno de
do se sentarían en esos carteles en una mesa con los fa-
I i
,
¡i
bfÍeantes› que seflan mUY suPeÚofes en Conocimiento los empresarios asociados en el cartel, uno de cuyos
»
d€1S€CÍ0I'› en f0rm&CÍ011 C0H1erCia1 Y 611121 def-eHS de SUS miembros es ahora la Hacienda estatal. Y lo lamentable
,
intereses. Y en el Parlamento tendrian asiento los repre
1

seria que, mientras que ahora ios funcionarios estatales


l

1
Setames obreros que exigifían que esos felesemames y los funcionarios privados (de los carteles, de los ban-
del Estado Pidiefan salarios altos Y Pfeelos baJos› Y dl* cos y de las grandes empresas) están unos al lado de los
rian que ellos tienen el poder para hacerlo. Por otro lado. otros corno cuerpos separados, con io que ei poder eco_
\ 1

para no arruinar sus nanzas el Estado, que participaríu nomico puede ser frenado, ai fin Y ai capo, por ei poder
l

en los benecios y en las pérdidas de esos carteles, esta- poiitico, entonces ios dos grupos de funcionarios esta-
I'Í21 interesado naturalmente en Precios altos Y Precios rían en un solo cuerpo con intereses solidarios yya no se
bajos- Y› Por ú1dmo› los miembros Privados de estos ea" podrían controlar. No se habría eliminado, en todo caso,
I teles esperarían del Estado que les garantice la rentabili ei beneficio como principio motor de ia produccion Y ei
dad de sus emPfesas- HE_Es'FadotasÍ aPafeeeIÍÍa.ame los Estado como tal se llevaría el odio de los obreros que hoy
ojos de los obreros como de clase en el sentirlo es para los empresarios
1

l
rnåšñporoopio de llampaliabfúår Y YO dUd0 que eSÍ0 Sea dese 1' Por lo que a esto último se reere, el único contrapunto
blepfoliticarrleniei Pero *dildo aún máS que SeaÍHte1Í8e"'*` podría ser una organización de consumidores que pre-

i
s 1,

li

l
l

i 308
~ I .ame

Esciuros Pormcos

guntara qué necesidades iban a ser cubiertas en este sec-


tor estatal de la economía. Ustedes sabrán que numerosas
~›

EL SOCiAnSM0n9i8)

blieado Y difundido en enero de 1343, de Karl Marx y


priedrieh Engels Este doeumento es en su espeeie un
309

asociaciones de consumidores, concretamente en Bélgi- iogro eientieo de primera magnitud, por mueho que
ca, se han decidido a montar sus propias fábricas. Eleva- reenaeemos sus tesis fundamentales (yo por lo menos
do esro a un Piano gener ai› Y Pariiendo de que se hiciera las rechazo). Esto hay que reconocerlo, esto no puede
cargo de ello una organización estatal, tendríamos enton- negarse porque nadie ereeria a quien asi lo hieiera y
¡S
ces algo totalmente distinto, un socialismo de consumi- porque no puede negarse en eoneieneia lneluso en las
dores, del que no se sabe actualmente de dónde saldrían tesis que nosotros rechazamos hoy es un error de altura
'l
l

los directores y del que no está claro dónde estarían las inteieetuai, que noiitieamente na tenido amplias eonse_
personas interesadas en ponerlo en marcha. Pues la expe- eueneias› Y quiza no siempre gratas, pero que ha tenido
I

i
| riencia enseña que los consumidores como tales tienen eonseeueneias muy fruetíferas para la eieneia, mas frue_
li una caPacidad niuY iiiniiada Para organizarse- Es racii tíferas que las que ha tenido a menudo algo correcto
que se asocien gentes con un determinado interés en ob- pero sin ingenio Dei Manifiesto Comunista hay que de-
tener un beneficio, cuando se les muestre que pueden ob- eir ya de antemano que se abstiene de moralizari ai me-
,xt
5'
tenerlo mediante esa asociacion
f o cuando se les garantice nos en su intencion, aunque no siempre en su eXposi_
»

una rentabilidad. Ahí descansa la posibilidad de crear un eion_ sus autores no pensaban elamar eontra la maldad
socialismo de empresarios como el que representa la «in-- Y ia bajeza del mundo, segun sus propias armaeiones,
tervención del Estado» en la economía. Pero es muy dif1'- aunque en realidad eran hombres muy apasionados que
cii asociar a genies clue soio tengan en coiniin que quiere ii no siempre cumplieron su intención. No eran de la opi-
li
ti
comPrar o abasiecerse de aigo› Porclue ia siiuacion dei
»
nión de que su misión consistiera en decir: esto ylo otro
comprador es un obstaculo para la socialización. Véase. estan estableeidos de tal modo en el mundo que tendría
1
si no, como incluso el hambre de ahora, por lo menos en que eambiarse, Y tendria que naeerse de esta o aquella
i
i 1

;
Alemania, no ha sido capaz, o solo lo ha sido a duras pt manera; sino que ei Mumfiesto Comunista es un doeu_
i
i 1
-

` nas› de nacer clue ias amas de casa de ia gran niasa de i"


,
mento profético. Profetiza el ocaso de la economía pri-
Pobiacion acePiar an ia comida de ias cocinas de cainpa \íad'afde lo que se suele llamar la organización capitalis-
na› que todos coincidian en clue era exceienie Y sabrosib ta de la sociedad y profetiza la sustitución de esta
v

1
en Vez de su ProPia cocina de aiicionados› aunque aclue ' sociedad en un primer momento -como una fase de
iia era incoinParabiernenie rnas barata- transición- por la dictadura del proletariado. Y tras esta
\
Dicho todo esio›/ Pasolia va an_aiiZ_ar
~
f
eei"i,il2oƒie__s,clcmiaiis
._
situación de transición está la verdadera esperanza fi-
t
i I
nio con ei clue eSÍâ11 Qlìligadosesegunius.Prograrnas ios nal: el proletariado no puede liberarse a sí mismo de la
Pariidos de masas soci.aiisias Íal.9Ql,11.Q.,¬SOI1,BS d€CÍf› ios esclavitud sin acabar con toda la dominación del hom-
Pariidos sociaideniocraias- Ei documento basico de esie bre sobre el hombre. Ésta es la auténtica profecía, el nú-
sociaiisino es ei Mriuiesro Comunista dei ano i847› Pi' cleo del Manifiesto sin el que nunca se habría escrito y

L
,._ . .,...¢-i,.

l,
l

310 Esciuros Poimcos EL SOCIAUSMOUM) 311


1

t sin el que nunca hubiera alcanzado su enorme repercu- esta sociedad capitalista a su hundimiento7. ¿Qué razo-
,
neS Se Hdueen para ello?
i
i
sion histórica. ¿Cómo se realizará esa profecía? Esto está
La Pfilnef eS e'Sta2 una Clase social como la burgue-
l

explicado en un pasaje central del Manifiesto: el proleta-


riadg, la masa de 103 Qbfefgs Se adueará, pfimefg, de] Cntendlda ante tOdO COIHO lOS €IHpI'€S3.I`iOS Y Í0dOS
SÍEI,

poder P()11'tiC() mediante 5115 1Íde1'eS_ Pefg esta es una Si- CLIHHÍOS VÍVEH dÍ1”€CÍa 0 l1'l(lÍ1'€CÍ21I1'l€1'lÍ€ COI1lI1Í€1'€S€S CO-
1

tuacion transitoria que desembocara en una «asocia- una C121Se dOminante así sólo puede
1
mUneS
i

H C011 e1i0S›
, /
¡

il,
»
cion de individuos», como se dice alli; esa es por tanto la mantener Su poder Si puede garantizarle a la clase some-
Situaçión na16_ tida -los obreros asalariados- al menos su sola existen-
E1Maniesto Comunista no dice çómg será esta ago- cia. Los autores arman que así ocurrió con la esclavi-
ii
ciación; no lo dice ningún programa de ningún partido tud y con los trabajos forzosos feudales, etc. La gente
li
socialista. La única información que recibimos es que no tenía aSegurada al menos su mera existencia, y por ello
se puede saber. Que sólo se puede decir que la sociedad Se podía mantener el poder. Pero eso ya no lo puede ga-

actual está condenada a desaparecer, y desaparecerá por fantilar la burguesía moderna. Y no puede porque la
M ley natural, y será sustituida, en un primer momento, por competencia entre empresarios les obliga a vender cada
l
la dictadura del proletariado. Pero no se puede predecir Vel n1äS b&fa'f0 Y› C0n la adquisicion de nuevas maqui-
nada 5()b1'e1() que Venga después) exceptg la ausencia de HHS, 8 €Cl121I' 8 la Call€ COI1Íl1'lI12lII1€I'1Í€ 8 Ol)I'€I`OS Sl pan.
1 13 dominagión del hombre sobre el hombre Los empresarios tienen que tener a su disposición una
i ¿Cuáles son las razgnes que Se aducen para e1hundi_ afnplla Capa de d€S€1'Ilpl€adOS -Cl ll3.ITladO <<€jéI`CiÍO de
miento inevitableynatural dela sociedad actual? Porque feSefVH ÍndUStriH1»- de la que poder seleccionar en
el hundimiento se realizará estrictamente por ley natural. Cualquier m0Inent0 y en Cualquier cantidad para sus
Éste era el segundo núcleo de esta apasionada profecía empresas, y la creciente automatización mecánica es la
que le mereció la fe jubilosa de las masas. Engels utilizó que Crea eSt-H Capa de desempleados. Pero la consecuen-
una vez la siguiente imagen: al igual que el planeta Tierra Cia eS -HSÍ 10 creía el Manifiesto Comunista- que aparece
<
se precipitará en su día sobre el Sol, así está condenada una C1aSe Siempre en aumento de desempleados perma-
nentes, de paupers, que vende más barato el mínimo
6. El pasaje al que se reere Weber dice, en la traducción de iNencesl«›«› existencial, con lo que la capa proletaria no tiene garan-
Roces, lo siguiente: «Taäìpronto 3011210, en el transcurso del tiempo, ha tizada siquiera su mera Vida con este Sistema Social.
`
yan desaparecido las di rencias e ase ytoda la producción esté con Donde est h . bl _

ii
centrada en manos de la sociedad, el Estado perderá todo carácter poli O Ocurre' Se ace msoporta e una S0C1edad›
tico. El poder político no es, en rigor, más que el poder organizado «Iv es del-Í11'› en algún ÍHOÍHCHÍO S€ d€Sl'I10I'Ol'la POI' la VÍa de
una clase para la opresión de la otra... Y ala vieja sociedad burguesa. una 1-ev01uçión_
con sus clases y sus antagonismos de clase, sustituirá una asociación en
Á

que el libre desarrollo de cada uno condicione el libre desarrollo «Ir


|
7. Véase F.Engels,EntwicklungdesSozialísmusvon der Utopiezur Wis-
todos» (El Manifiesto Comunista. Madrid, Editorial Ayuso, 1<)7,¡_
i
p¿g_ 95_96)_ senschaft (1882), Berlín 1911, pág. 41.
P i

I
*l... ___ 7

I
1,

EL soc1AL1sMo<191s) 31 3
i 312 ESCRITOS PoL1'T1co.\
1,
li,
`H f z ›
»
Esta tesis todavia se mantiene hoy, aunque con una for-
Esta asi llamada teoria de la depauperacion es tenida
ll* mulaciónialgo distinta. No obstante, es evidente que no
1

L hoy, en esta forma, por incorrecta por todos los grupos dt _

la socialdemocracia expresamente y sin excepciones. En posee ninguna validez general, al menos en la actualidad.
la edición del Manifiesto Comunista realizada por Karl Primero, no vale para la agricultura, en la que se ha pro-
Kautskys con motivo de su aniversario, éste reconoce ex- ducido, por el contrario, un aumento sensible del número
1

1
»
plicitamente que el desarrollo de las cosas no ha ido por de agricultores. Y segundo, no es que sea una tesis falsa
ese camino sino por otro diferente. La tesis se formula en para la industria pero sí está probado que sus consecuen-
términos distintos, aunque, dicho sea de paso, tampoco cias son distintas de las esperadas por lo que respecta a
en su nueva formulación deja de ser controvertida. Dc muchos sectores de la industria, donde la simple reduc-
cualquier modo, se le ha limado el carácter apasionado ción del número de empresarios no agota todo el fenó-
que tenía antes. Mas sea como fuere ¿en qué se basan las meno. La eliminación de los débiles en capital se está ha-
posibilidades de éxito de la revolución? ¿No resultará qui- ciendo con la sumisión a sociedades financieras, carteles
H

1,1
› 1
za que esta siempre condenada al fracaso? o trusts. Por otro lado, en el marco de estos procesos tan
Con ello pasamos al segundo argumento que dice que la complejos, se produce un hecho como el rápido aumento
l competencia de los empresarios entre sí se resuelve con la de los «empleados››, es decir, un aumento de la burocracia
victoria del más fuerte en cuanto a capital y a talento, pero privada, que, de acuerdo con las estadísticas, crece con
principalmente en cuanto a capital; esto lleva a que el nú- mucha mayor rapidez que la cifra de obreros; y cuyos in-
il
mero de empresarios sea cada vez menor, pues van siendo tereses no puede decirse que se inclinen hacia una dicta-
lj, , ,
eliminados los mas debiles; cuanto mas ,
reducido queda su dura del proletariado. Luego está, además, la creación de
1 , , . conexiones entre intereses de naturaleza tan compleja
numero, mayor se hace la masa de proletarios, en terminos
_

relativos y absolutos. Sin embargo, alguna vez tendra que


» que no se puede armar por ahora que esté disminuyen-
= ocurrir que los empresarios serán tan pocos que ya nos los do el número y el poder de quienes están interesados en
1' resultara' posible mantener su poder, con lo que se podra que perdure el orden burgués. De cualquier modo, tal
l expropiar a estos expropiateurs incluso de forma muy pau' como se presentan de momento las cosas, no se podría
ca y educada -digamos que a cambio de una pensión vi armar categóricamente que en el futuro vaya a haber un
9
talicia-, pues acabarán por darse cuenta de que les arde el grupo aislado de media docena o de centenares o miles de
suelo debajo de sus pies y de que han quedado tan poco» magnates capitalistas frente a millones ymillones de pro-
M

El

que ya no van a poder conservar su posición dominante. letarios.


Tercero, y último, estaba la hipótesis sobre las repercu-
ll
8. Karl Kautsky (1854-1938), miembro del Partido Socialista. Enm- siones de las crisis. Dado que los empresarios compiten
1.

1
1895 y 1990 estuvo en Londres como secretario particular de Fried rit I| entre sí, es inevitable que surjan una y otra vez épocas de
En 3 els. Entre 1883 1917 fue director de la revista socialista Die mw.
Y ' exceso de producción, a las que sigan otras épocas de
Zeit. En 1917 se unió al Partido Socialista Independiente (USPD). l- n
1

ji
1918-1919 fue miembro de la primera Comisión de Nacionalizació n. bancarrota, de quiebras y de las llamadas «depresiones»

1
l
I

314 ESCRITOS POLÍTICW EL sociALisMo (1918) 315

, ,
-y aquí viene en los escritos socialistas clásicos una pole'-1 Asl PueS› las lnuY epasldnedns e5PeranZaS Puesres Per
mica de gran interés, pero enredada, que quiero ahorrar- .el Mdulesre Cemumsr eI1 ell1U11dÍH"1ÍeI1t0 dela Sociedad

les a ustedes ahora-. Estas épocas se sucederán unas a burguesa nan Sldo Susuruldne Por Otras bastante 111-¿S 1110-
otras con una constante y periódica regularidad -Marx pdeeredes- En esra ll/nea Se eneuenrra en Pr nner lugen la

sólo lo insinúa en el Maniƒìesto Comunista, pero luego sc leerla de que el Soelallslne llegará eSP0nráneanlenre Por la
l ' ' ' ' - » , -

'J hizo de ello una teoría totalmente elaborada-. De hecho. Wa de la eV0luel0n graelas e que la Pr0duee10n ee01101111-
durante Casi un siglo, se ha dado una cierta per¡0d¡e¡d¿(| ca se está «socializando›› cada vez más. Se quiere decir con
en estas Crisis ¿A qué hay que atribuirlog Sobre este pm, ello que el empresario individual está siendo sustituido
to no están totalmente de acuerdo los expertos más des Por la Sneledad anonlma Y sus dues eleeuuV05› Y que Se es'
1 tacados de nuestra especialidad, Y por eso sería absoluta rán ereandd elnpresas eSrerele5› n1unlelPaleS› de 111211100-
mente Supe;-uø intentar explicarlo aquí. munidacles, la cuales ya no están montadas como antes
El socialismo clásico fundaba sus esperanzas en estas sobre el r1_eSg0_Yl0S benellelos de una Sele Persena 0 de 1111
crisis, en que aumentaría la intensidad y la fuerza des ernPreser 10 Pr Wade- E50 es Verdad› aunque nal' que ana'
tructiva de las mismas, generándose una tremenda prc dlr que tres la Seeledad andnlnla Se eseenden muy a me'
disposición revolucionaria, y en que se repetirían y mul nude une 0 Ver 103 lnegneres rlnaneleros que eenrrelan la
tiplicarían y que, en un momento dado, crearían un cliim Junta general de eeelonlsras- Cualrluler aeelonisra Sabe
tal que ya no se haría nada por mantener este sistema eco que› P0e0 antes de la Junta generar le Va a llegar una Carla
l
1

nómico ni siquiera en los círculos no proletarios. de su benee Pldlendeleflue le rrn5PaSe Su de1”eCl10 el V010,
Hoy en día se han abandonado básicamente estas es el no f-luler e aslerlr 3 le lunra Y Velar Per S0nalnlenre› algo
f
1

peranzas. No es que haya desaparecido el peligro de cri due› Por le delna5› de lnen POCO le SerVÍ1Ía frente 21 UH Ca-
sis, pero sí ha perdido relativamente importancia desde Pnal de n11ll0ne5 de e_0r0neS- Pere le que ante r0d0 Slgnl'

l
l el momento en que los empresarios han pasado de um fica esta forma de-sociedad es, por un lado, el crecimiento
, ,

competencia despiadada entre ellos a la creación de cár del dpurdre ddmlru5rrdrW0› de los enlpleadds espeelall*
i

H
1
teles; 0 sea, desde que se dedican a eliminar a sus compi- Zedes reenlea 0 edmerelelnlenreå Y› Per 0rr0 lad0› U11 au-
if.
, tidores a través de la regulación de los precios y de law n1enr0 de l05 re"r15r“$› es deelr› de qulenes Sólo Perelben
la ventas Y desde que los grandes bancos _e1 banco em¡_,-4,, dividendos e intereses sin necesitar, a diferencia del em-
alemán incluido- procuran con su política çrediticia qm presario,/realizar ningún esfuerzo intelectual, pero que
los períodos de excesiva especulación sean menos in- P°r_5u eran de lnCf0 Se mantienen af€Ct0S al Orden social
L _ ›
cuentes que antes. Así pues, no se puede decir que no i-.v eaPnul1Sra- Pero mas que en nlnguna Parte Y de la manera
111215 21530111121 quien manda en las empresas públicas y en
ll
haya confirmado esta tercera expectativa del Manii›.»1i›
lasmancosmunidades es el funcionario, no el obrero, a

Comunista y de sus Seguidores, pero sí se puede du iv


1

que sus Presupuestos se han modieado de mam., _, quien aqui le resulta evidentemente más difícil conseguir
deciSiva_ algo con huelgas que frente a empresarios privados. Lo
É
lu. _ -E'

1 316 ESCRITOS POLÍTICO* EL sociAi,1sMo (1918) 317

que se encuentra en pleno avance, al menos de m0ment0, go, el incremento de obreros cualicados supone un de-
es la dictadura del funcionariado, no la del pr0letariad0- bilitamiento sensible de la especialización profesional,
En segundo lugar está la esperanza de que las máqui- aunque no su eliminación. Por otro lado, no es menos
nas van a dar tal cohesión a la clase obrera que desapare- cierto que se intensifica dicha especialización y que au-
cerá la antigua división en profesiones distintas y se re- menta la exigencia de una mayor cualicación profesio-
forzará al máximo la conciencia de esta unidad, lo cual nal en todos aquellos n1ve1es de produccion que están por
` redundará en provecho de la lucha contra la clase propie- encima del Simple obrero hasta e1 eapataz Y e1 jefe de ta-
j taria. (Esta esperanza en los efectos de las máquinas está 11er, a la vez que aumenta el número re1atiVo de personas

i basada en que provocan la sustitución de los antiguos es- situadas en esos niveles Aunque es Verdad que en este
i pecialistas del artesanado y de los obreros cualificados, caso no pasan de ser «esclavos asalariados». Lo que ocu-
1 como los que llenaban las las de los sindicatos ingleses rre es que, por regla general, no perciben un salario a des-
tradicionales, las trade uníons, por obreros no cualica~ tajo o un salario semanal, sino un sueldo jo; y que el
dos haciendo que cualquiera sea capaz de trabajar en 110 obrero odia más al capataz que le está curtiendo el lomo
importa qué máquina.) A esto no se puede dar una res- continuamente, que al empresario, y a éste más que al ac-
fì puesta general. Es cierto que la máquina amenala Cell cionista, a pesar de que el accionista percibe unos ingre-
jï sustituir en una gran medida a los obreros mejor cuali- sos no trabajados, mientras que el empresario ha de reali-
cados y pagados, pues es natural que toda industria tratc zar un trabajo intelectual muy arduo, y el capataz se
' de intr0duCir justamente aquellas máquinas que reem~ encuentra en una situación más similar a la del obrero
placen a los obreros más difíciles de conseguir. El grupo que los otros Esto es a1go que sucede asimismo en ej
que más crece en la industria actual es el de los llamados r Ejército. Por lo general, y por lo que he podido observar,
j obreros cualificados, es decir, no los obreros cualicados 2 es el sargento quien mayores antipatías atrae hacia sí, o
según el antiguo sistema de especialización profesional por lo menos quien más expuesto está a ello. De cualquier
Sino los obreros a los que se les pone directamente a tra- forma el desarrollo de toda la clase en su conjunto dista
i bajar en una máquina y se les explica allí cómo manejar- de ser claramente proletario.
¡ la. Aunque, después de todo, también de ellos se podría Entercer lugar se aduce el argumento del aumento de
decir que en buena medida son especialistas. Hasta que ; la estandarización, es decir, de la homogeneización de la
un tejedor cualicado alcance el nivel más alto de apren- producción. Parece que en todas partes se tiende a hacer
dizaje, es decir, hasta que saque el máximo rendimiento los productos cada vez más equiparables e intercambia-
! de la máquina para el empresario yél mismo gane el sala- bles entre sí, a esquematizar lo más posible los negocios
rio más alto posible transcurren, de todos modos, algu- f -y la guerra constituye preeisamente un Poderoso esti-
nos años. Es cierto que en otros tipos de obrero el tiempo mulo para ello-. Se dice que el antiguo espíritu de inicia-
, / /
de la cualificacion es mucho mas corto que en el ejemplo tiva del empresario burgues de antaño sólo impera en la
que hemos puesto aquí. De Cualquier In0d0› S111 embl* esfera más alta de los empresarios, pero incluso aquí cada
l...,., A

ESCRITOS POLÍTICOS EL SOCIALISMOUQIB)

vez menos. Como consecuencia de ello, así sigue el argu- Sea como sea, ioque estos argumentos ponen de mani-
l

, /
mento, cada vez es mas posible dirigir la produccion Sin esto es que las antiguas expectativas revolucionarias de
estar en posesión de las cualidades especícas de las que Zfuelse iba a producir una eatastrofe, a las que e1 M¿m,e5_
dice la sociedad burguesa que son impreSCindibi€S Para to Comunista les conrió en su día su fuerza arrebatado-
que funcione una empresa. Esto vale de manera €SP<?CÍH1 ra, han cedido paso a una postura evolucionista, es decir,
,
para los carteles y los trusts, que han puesto un aparato a_1a_li_dea de un cambio progresivo desde 1a economía tra-
I

administrativo en sustitución de los empresarios indivi-


l

dieionai con una eompeteheia genera1 entre empresarios


l
duales, Esto es, de nuevo, muy cierto. Pero SÓ10 Vai@ C011 a una economía regulada, bien por funcionarios del Esta-
la misma salvedad anterior de que mediante esta estan- do bien por trusts en los que participan asimismo esos
darización aumenta la importancia de un d€ï€I'n1inad0 funcionarios. Es este hecho el que ahora es presentado
estamento social, el ya mencionado de los fnnCi0I'121fi0S› como la etapa previa a la auténtica sociedad socialista y
Y

i
para pertenecer al cual se requiere una formación muy libre, yno ya la reducción del número de empresarios in-
especíca, poseyendo por eso -digámoslo de paso- un dividuales a causa de la competencia entre ellos y de las
I
i

l
caracter muy acentuado de clase. No es casual que €Si€- crisis. Este planteamiento evolucionista, según el cual el
mos asistiendo a la multiplicación de eScu€1aS SL1p€ri01'€S desarrollo hacia la sociedad socialista del futuro se espe-
de comercio, de escuelas de ocios, de escuelas de forma- ra que se produzca mediante una transformación lenta,
l
ción pr0f€Si0nH1, que bI`0ÍaH POT d0qUÍ€I' COIHO 11011805- ya había ocupado antes de la guerra el lugar de la teoría
l
En esto juega un gran papel, al menos en Alemania, el de la catástrofe tradicional en la mente de los sindicatosy
deseo de ingresar en una asociación estudiantil, que te de muchos intelectuales socialistas. De ahí se sacaron las
hagan la cicatriz en la cara, obtener el derecho de poder eonseeneneias ya eohoe¡das_ De ahí surgio e1 Hamado
eruzar la espada con otros -que te hace idóneo para con- «revisionismo››. Sus propios portavoces eran conscien-
vertirte en ocial de reserva- y lograr luego, estando ya tes, al menos en parte, de lo grave que era este paso de
en un despacho, la preferencia para la mano de la hija del quitarles a las masas la fe en la irrupción repentina de un
|l

I
,,
jefe: el deseo, en Suma, de entrar en los círculos de 1211121-
mada «sociedad›› ° Nada esta mas lejos de estos circulos
»
í


futuro feliz, que les había sido anunciado por un evange-
ho que 1es deera, ,
igual que a 1os primeros Cristianos; la
que la solidaridad con el proletariado, del que P1'€CiSa- i salvación puede llegar todavía esta noche. Es factible des-
mente busca distinguirse lo más posible. Algo parecido tronar no eredo, y eso eran e1 Mmriesto Comunista Y 1a
vale para muchos niveles inferiores de estos €mPi€aC10S› teoría de la catástrofe posterior. Pero luego resulta bas-
de modo no tan acentuado pero visible. ML1Ch0S aSPifHn tante más difícil sustituirlo por otro. Sin embargo, el cur-
a conseguir al menos algún distintivo de clase semejante so de 1os heehos tomo otro rumbo Y haee ya mucho dem-
a los anteriores para ellos o para sus hijos. En la actuali- po que quedo superada 1a Controversia de fe entab1ada
dad no se puede constatar que exista una tendencia clara con 1a vieja ortodoxia por Proh1ernas de eonereneia pue
hacia la proletarización. una polémica en la que también se barajó la cuestión de

«
l
l
1

320 Escmros Pormcos « EL soc1AL1sMo(191s) 321

i
si la socialdemocracia como partido debía seguir, y hasta Qada una de estas organizaciones puede adoptar un ca-
l i

/
que punto, una «politica práctica» en el sentido de for-
1
l
~ rávcter tanto revolucionario como evolucionista.,Y preci-
mar coaliciones con los partidos burgueses, responsabi- samente es la cuestión del carácter de estas organizacio-
, , , ,
I lizandose de la gestion politica con cargos ministeriales, e nes y del caracter que se desea tengan en el futuro la que
,
intentar por esa via mejorar las condiciones de la vida de divide a las mentes.
l

los obreros, 0, por el contrario, si esa vía signicaba una Si partimos de la expectativa revolucionaria, nos en-
/ / › /
«traicion a la clase» y una herejía politica, como les tenia
¡

C9_n§{ê_13_1Q§___C0n
(105 POSÍCÍOUÉS- La Primera era la del maf-
que parecer lógicamente a los políticos convencidos de la xismo normal y corriente, enraizada en la vieja tradición
teoría de la catástrofe. Pero entre tanto han surgido otras delManiesto Comunista. Esta posición lo esperaba todo
cuestiones de fondo que han provocado de nuevo la dis- de la dictadura política del proletariado y creía que había
v
cordia entre las mentes. Vamos a suponer que la econo- í que considerar como su sujeto al partido político prepa-
,
mia se viera congurada de tal forma por la vía de una rado para la lucha electoral. El partido 0 un dictador polí-
l

L
l evolución progresiva, es decir, por el camino de la carteli- tico apoyado en él debía hacerse hacer cargo del poder y
i
Il
zacion, ' de la estandarización y de su dirección a cargo de 1
de ahí tendría que hacerse la nueva organización de la so-
funcionarios, que fuera técnicamente posible, en un mo- i ciedad.
mento dado, implantar una reglamentación que elimina- A Los adversarios contra los que se dirigía esta orienta-
l
ra por completo al empresario, ocupando aquélla el pues- ción revolucionaria eran, en primer lugar, aquellos sindi-
to de la economía privada de hoy, es decir, de la economía ¿ catos que no respondían a la idea del sindicato en el senti-
1

basada en la propiedad privada de los medios de produc- do inglés tradicional, es decir, que no mostraban ningún
ción. ¿Quién tendría que hacerse cargo entonces de esta f interés por estos planes para el futuro porque les parecían
nueva economía y tomar su mando? El Manifiesto Comu- demasiado lejanos, sino que querían conseguir, antes que
nista no dijo nada sobre este particular, o mejor dicho, se nada, unas condiciones laborales que les garantizaran a
expresó con mucha ambigüedad. ellos y a sus hijos su vida: salarios elevados, jornada labo-
i, , » 1 f
t l ¿Como sera esa «sociedad›› de la que habla? ¿Que celu- ral corta, protección del obrero, etc. Contra este sindica-
,
las germinativas de estas organizaciones tiene que apor- ï lismo dirigía sus ataques este marxismo político radical.
tar el socialismo especialmente para el caso de que tuvie- Los dirigía, por otro lado, contra una política socialista de
4

ra la oportunidad de hacerse con el poder y mandar


1

compromiso basada exclusivamente en el Parlamento,


,
segun su voluntad? En el Deutsches Reich y en todas par- contra lo que se ha llamado el «millerandismo›› desde que
I

tes el socialismo tiene dos clases de organizaciones. En Millerand fue ministro en Franciagz ésa era la política que
primer lugar, el partido político socialdemócrata, con sus
diputados, sus redactores, sus funcionarios de partido, ,
9. Por «millerandismo›› se entiende la colaboracion entre socialistas y
SUSh01T1bfe5 de C01?a1'1Za› más 135 agfUPaCÍ0ne§ 10_Ca1e5 Y burgueses en contra de la doctrina del partido. Étienne Alexandre Mí-
Centralgs que 105 ehgel-¡_ En Segundg lugar, 103 S1nd1C3_t()S_ lleraïld (1859-1943) entró en el g0bierl'10 burgués de Waldeclš-R0uSS€aI1

I i
l,, §==-*
1

322 ESCRITOS Poririci is * EL SOCIALISMO (1918) 323

lleva a que dirigentes y mandos intermedios se interesen j la nueva sociedad. Fuera con los políticos profesionales
mucho más por una cartera ministerial o un cargo ocial que Viven para la política, que en realidad signica vivir
que por la revolución, con lo que se mata al espíritu revo- de la P0lÍïÍC21› Y 110 para la creación de la nueva sociedad
lucionario. Iunto a esta posición «radica1›› y «ortodoxa›› económica. Los medios tipicos de los sindicalistas son la
en su viejo sentido ha surgido en las últimas décadas una huelga general Y el terror. De la huelga general esperan
segunda posición, que se suele denominar «sindicalis- que› C011 una repentina paralización de toda la produc-
Ing» -de la palabra françega S)/ndikgt-_ De la migma ma- CÍÓI1, aC2ìl)€ POI' Obllgãll' 8. lOS af€CÍaCl0S, pI'Í1'I1OI'dlí:IlII1€ÍlÍ€

i
li nera que el viejo radicalismo propugna una interpreta- a los empresarios, a renunciar a la dirección de las fábri-
ción revolucionaria de los nes del partido político, el Cas Y 6 p0nerlaS en manos de comités formados por los
I

Wi
gindiçaligmg prgpugna asimismo una interpretación fe- SlI1(llCaÍOS. El Í€I'I'OI', 3. V€C€S pI'OClH1'I1aClO abiertamente Y 3
volucionaria de los sindicatos. Su punto de partida es que Veces de manera encubierta -aunque hay también quie-
l
li
li han de ser los sindicatos, y no la dictadura política ni los nes 10 rechazan, pues en este punto no hay unanimidad-,
ll ~ - » . .
ji dirigentes políticos ni los funcionarios puestos por éstos, l0 ha de llevar esta Organizacion a las capas sociales domi-
,
i
,

los que, cuando llegue el gran momento, han de hacerst nantes para neutralizarlas politicamente. Resulta eviden-
il con el poder sobre la economía mediante la llamada te que este sindicalismo es identicoaesa clase de socialis-
action directe. El sindicalismo remite a una concepcion m0 que se declara enemigo total y sin contemplaciones de
más rígida del carácter clasista del movimiento: el sujeto Cualquier f0rIna de ejercito, pues t0d0 ejercito crea perso-
i de la liberación denitiva debe ser la clase obrera. Los po- j 1168 -l1aSÍa lOS Sub0cialeS e incluso hasta los soldados
Htieos, sin embargo, que van de acá para a11á por las eapi- í cuya alimentación depende, al menos durante un cierto
tales preguntando únicamente cómo van las cosas en este tieIHp0, de que funcione la maquinaria estatal y militar-
o aquel ministerio o qué posibilidades tiene ésta o aquella iI1ÍereSadaS en el fracaso de la huelga general, o cuando
coyuntura parlamentaria, son personas que se interesan IHe1"10S S011 un Obstáculo para la misma. Sus enemigos
por la política pero no son camaradas de clase. Detrás de S011, en Primer lugar, t0d0S lOS partidos socialistas pre-
` los intereses de su distrito electoral están siempre los inte- Senres en el Parlamento. Los sindicalistas utilizarían el
reses de los redactores y de los funcionarios privados que PH1'l2lmeH'r0, cOmO H1äXim0› cOmO 'tribuna desde la que
l quieren sacar ventajas del número de votos obtenidos. lil proclamar con la inmunidad parlamentaria que llegará la
i
sindicalismo rechaza todos estos intereses ligados al siste- huelga general Y que tiene que llegar, para excitar la pa-
ma electoral del parlamentarismo moderno, Sólo los au- sión revolucionaria de las masas. Pero incluso esto le des-
ténticos obreros organizados en sindicatos pueden crea r Vía al Sir1dicaliSm0 de su verdadera misión y por ello le re-
sulta cuestionable. Desde este punto de vista, hacer
en junio de 1899 sin haberlo hablado con su partido. Se le criticó por hu Holítica en serlo en el Parlamenjm no Sólo es lina necedad
ber violado el principio de que los soci al istas no po dl'an pactar con gru sino algo sencillamente repudiable. Son evidentemente
i

pos burgueses. también enemigos suyos todos los evolucionistas de cual-


¡

li
>
324
" A'

ESCRITOS i>oLIT1< '« ›\

quier 1Hd01e- Si Sen sindicalistas que soio qiiiaiaia iiichaii


' ' '
POY121 melofa de las eondmones iaboiaiaa* estos otros sin
i ii l
Í

i
EL sociAiisMo (1918)

lectuales con estudios dentro del movimiento sindicalis-


325

ta, que tuvo su principal foco antes de la guerra en Francia


_ _
_

diealistas argunïaniaii' por ei coiiiïaiio' qu? auanïåïalìs


b'3105 Sean 1 '
Os sa ames) tm aa
cuan 0 araseaaorn
g
'- e Italia. Lo que cautiva a estos intelectuales es el
-
.. de la romanti-
cismo de la huelga general y el romanticismo
_;

J 1 . ¿

esperan-
i boiai' cuanto mas iiisopoitabiasaa realmente ahsitiìiai za revolucionaria. Si uno los observa, se aPrecia
CÍÓIL ÍHHÍO maY01`es seran las Posibiiidades de una que se tra-
l iia ga ta de románticos incapaces psíquicamente de adaptarse
a
geneiai' Y San asimismo enemigos ios que daenden Ci las exigencias de la vida cotidiana o que sienten aversión
evolucionismo eii ia Poiiiica dei partida' que dicen que Ci hacia ella y por eso suspiran por la gran maravilla revolu-
Estado avanza hacia el socialismo mediante la democra- cionaria sí mismos el poder) Si la
`
tización, por la que estos sindicalistas sienten la mayor re
_ ocasión. Naturalmente existen también entre ellos gentes
PUgnaneÍa› Pues Preeren ei Zaiiama' Esta es iaatiii con dotes de organización. Pero la pregunta es si los obre-
flmenïe una burda forma de autoengaiio Pai a ios ainaia
ros estarían dispuestos a someterse a su dictadura. Es ver-
Ca1iS'taS, CL1211"1d0 me110S- La Pfeglunttf entlea es dìd0Ud*`
dad que en una guerra, con las colosales conmociones
i

i
eSPefan 1 Os sm ' d`
leal'ls tas tomar as uerzas p ara dacersc _
entraña ylos avatares que en ella sufren los obreros, máxi-
que
l

i Cafg0 de la dlfeeelon de la Produccion' pues avi aii ei


1
me bajo la presión del hambre, puede ocurrir que las ma-
menie Sei ia iiii giaii error Creer que ma Smdiclìhsta por sas obreras se sientan fascinadas por ideas sindicalistas
muy Cualleade que este› Por muchos anos que aya asias
l
y
que, en caso de disponer de las armas, se hagan con el po-
do trabajando Y por muy bien qile conozca las Condicioa der bajo la guía de esos intelectuales si el desmoronamien-
nes de trabajo, sólo por eso domina ya el sistema de pro-
to político y militar de un Estado les da ocasión para ello.
=

, , , _

ducción como tal, siendo así que la produccion industrial


`

pero las fuerzas dirigir la producción tiem_


i 1

m0d€f11a Se basa en el Calculo de Costes' aii ia maicaaotaa


j

/ pos de paz ni entre los propios miembros de los sindicatos


nia, en el conocimiento de la situacion de la demanda,
l
, , eii ni entre los intelectuales de ideas sindicalistas. El gran ex-
la fmmaeion Profesional -Cosas todas aiias que requieran
l i
1 _ p erimento de nuestros días e s Rusia . El pro bl ema es que
`
Una €XPef1ene1a Cada Vez mas especiaiizada Y qiiauaa aiii-
iïöisotros no podemos echar un vistazo detrás de sus fron-
i l

i
dicalistas, los verdaderos obreros, no tienen senci amen- teras Cómo está dirigiendo la producción.
te posibilidad alguna de conocer-. Por lo tanto, quieran o Por lo la Situación discurre de tal
no* ios siiiaicaiiaiaa tampoca Pueden Piescindiade ima- el gobierno bolchevique, que como es conocido se com-
obreros, de ideologos provenientes de los estratos inte ec-
1 d.c pone de intelectuales, algunos de los cuales han estudiado
ïuìlles- Y es 1'eahfïentâehosalnte Cllušíóelìiscãš a con ra 1 - ,
uede venir .
aqui en Viena o en Alemania,.
y entre los que hay muy po-
CIOH COU la eonslgnì e que a soii 1 P fd cos rusos, ha pasado ahora a reintroducir el salario
de los verdaderos 0 reros organiza os en a con e era- a des-
d f tajo en las fábricas que realmente funcionan -el 10 % de la
CÍÓHSmdleal Y no de 10s Poiiiicoa aaa game e äeiaitai producción en tiempos de paz, según informaciones de
encuentren precisamente una cantidad ingente e in L- los S0Cia1demóCratas_, el de de lo

i l l
4
ll
l

326 Esçiiiros POLÍTICOS EL sociALisMo (wi s)


l

1 i
l¿
327

contrario › se resiente la productividad. Están dejando ,


a los fracasar, será un escarmiento ejemplar; otros porque de-
, .
empresarios a la cabeza de las empresas -porque solo ellos .
ciamos: si el experimento . . . ,
saliera bien y vieramos que es
poseen los conocimientos técnicos necesarios- y les dan posible la civilización sobre este suelo, entonces nos ha-
. . /S /
subvenciones muy importantes. Han decidido adema 1
briamos convertido. -

volver a pagar sus correspondientes sueldos de oficial a Quien ha impedido esto ha sido el Sr. Trotsky”, que no
¬

militares del antiguo régimen, porque precisan de un e]e1'- quería conformarse con llevar a cabo dicho experimento
la
cito yhan visto que no es posible tenerlo sin mandos de ca- en 'su propia casa y con poner sus esperanzas en que,
de
rrera. Me parece dudoso que estos ociales, unavez hayan
x

salir bien, supusiera una propaganda sin igual a favor del


recuperado el mando sobre las tropas, sigan dispuestos a socialismo en todo el mundo; sino que, con la tipica va-
aceptar por más tiempo las directrices de estos intelectua- ¿
nidad del intelectual ruso queria aun mas y conaba en
les; por el momento tendrán que hacerlo, evidentemente. poder desatar la guerra civil en Alemania con luchas re-
' Y, por último, han obligado a trabajar a unaparte deenltof tóricas y con abuso de palabras como «paz» y «autode-
N
* 1
funcionarios quitándoles la cartilla de racionami . terminación». Pero estaba tan mal informado que no sa-
I,
M1
L
A largo plazo, sin embargo, no se puede dirigir de esta ma- É
bía que el Ejército alemán se recluta al menos en sus dos
nera el aparato del Estado yla economía; yel experimento terceras partes de gente venida del medio rural y en una
1

y
no está resultando hasta ahora muy alentador. sexta parte de pequenos burgueses, paraquienes seria un
|, Lo único sorprendente es que esta organizacion Se verdadero placer poder darles en lasnarices a los obreros
mantenga tanto tiempo en funcionamiento. Se puede o a quien quisiera hacer la revolucion. No se puede pac-
l
l
mantener porque es una dictadura militar, no de genera- tar la paz con guerreroslde la fe; lolunico que se puede ha-
les sino de sargentos, y porque los soldados que volvlan cer con ellos es neutralizarlo-s, y ese es el sentido que te-
del frente cansados de la guerra se han unido a los cam- nian el ultimatum y la paz impuesta en Brest. Esto. lo
1
K
pesinos ávidos de tierras yacostumbrados al comunismo tienen que reconocer los socialistas y no conozco a nin-
`

i
l agrarig, 0 porque los soldados se han apoderado por las guno, sea cual seasu orientacion, que no lo reconozca, al
armas de las aldeas, imponiendo luego contribuciones y menos en su interior.
l

a cualquiera que se leS aC€1'Cafa demasiado. Es


-
fusilando -

1 ,_ erimento realizado hasta ahora de una «dic- 10. Leon Trotsky (1879-1940), político yrevolucionario
6 un1C0de31(P ruso. Redactor
d puede asegurar con total dela revista socialdemócrata Iskra, 1902-1904. Por su participación en
tadura e pro e aria o››; Y _
"
la revolucion rusa de 1905-1906 tuvo que em ' rar (Vien 1907-191
lg ` a, 4;
SlI1C€l`Ídad que las negociaciones en BreSt'Llt0VSk fueron París, 1914-1916, y Estados Unidos, 1917) Tras la revolución
de febrero
nevadas por la parte alemana C011 la l'1'láXlIïla lealtad Y COU de 1917 regresó a Rusia (mayo 1917) y se unió a los bolcheviques.
Orga-
la esperanza de obtener una pal Verdadera con esta gente. Hlladof
`
de l levantamiento bolchevi 9 ue contra el g obierno de A. Ke-
.
- renski. Desde diciembre de 1917 dirigió la delegación rusa en las
› _
. . .

Y se hizo asi' por varios


- ' motivos.
' ' los asentados en la socie- . . .
ciaciones de paz con las potencias
nego-
centrales en Brest-Litovsk. Tras la
_

dad burguesa estaban a faVOI' p0I'que decian: de) ad1€S, muerte de Lenin, por su enfrentamiento con Stalin
fue expulsado de la
POI' DÍOS que hagan
1
SLI €Xp€1`lIn€11ÍO, pOI'ql1€, COITIO V8 21 URSS en 1929. Murió asesinado en México.
,
J

<\

Á
l

l 328

Si discute
4,2, _

ESCRITOS POLÍTICOS

los Socialistas de hoy Y quiere Pr0_


, .
ceder con lealtad -y esto es lo un1co sensato-, hay que
preguntarles dos cosas sobre la situación actual- ¿Cuál es
I
su osicion res ecto al evolucionismo?' es decir respec-
ãla idea de qìe dogma fundamëntal de1ma1.X¡S_
7
é='¬.=-

EL soc1AL1sMo (1918)

profesan tiene su raíz en esta acusación de here]1a respec-


t o a1d ogma .
si la inmensa mayoría de los dnigentes> en todo easo lo
que Yo ne negado . a eonoeen
. ,estan
. .
a favor de la tesis del
desarrollo evoluciomsta, esta Justrcada la pregunta de
329

ortodoxo Vigente hoy la Sociedad Y su Sistema que es lo que puede reportar en demtrva, desde su punto
económico se desarrollan según rígidas leyes naturales 1
de Vlsta* una reVo1ne1on› maxlme
~ . . .
durante
, . la guerra'
.
Poe'
. , . de traernos una uerra c1v11 urza la v1ctor1a de la En-
por etapas de crecimiento, por asi decir, y que, por lo tan
_

podrá surgir Sociedad Socialista en n¡ngu_ rente, pero no va a traer la sociedad socialista. Puede pro-
, . _

na parte antes de que la sociedad burguesa llegue a su ple- dneln Y lo Pfodde1ra> dentro de nn Estado mas o menos
na madurez', y esto es algo que no se da todavía en ningún desmoronado› un gonlerno de eampeslnos Y de peque'
Sitio Según la propia Opinión de los Socialistas Pues aún _

ño-burgueses, es decir, de los enemigos más radicales del


_ _

J
.Sten ueños agricultores pequeños artesanos Así socialismo. Y nos traería sobre todo una tremenda desor-
x1 - , ,
P q
_ _ _

gamzacion y destruccion de capital¿_o sea, un retroceso


_

que ¿cuál es la posición de los socialistas respecto a este


dogma fundamental del desarrollo evolut1vo? Se pondra ecošomíï Sa___ra'c_Ón
de maniesto entonces que todos, al menos fuera de Ru- __Í;_ cadg
sia, lo deenden, es decir, que todos ellos, 1nclu1dos los P Y ' el q
más radicales , esperan como única consecuencia posible eampesmo de la Eur oP a oeeldental es de nn talante dne'
_

rente al ruso que vive dentro de su comunismo a rario.


_ _
, .
de la revolucion el surgimiento de un orden social bur-
_ - -
> g
gués, no uno proletario, porque los tiempos no están to- _o eelslvo Para es e n nno es aenes 1o_n e repar o e

davía maduros en ninguna parte para este último - Pero nerras› que entre nosotros no
_ .
Juega nlngnn Papel' El
_ _ _

esperan que este nuevo orden social esté algunos pasos ealnpeslno aleman nn lndnddnansta* Por lo menos
es
IÍI as cerca de ese estadio nal desde el que se confía que se « nasta noY>
. , .
Y se slente muy ,apegado a sn neredad Y a. sn de'
producirá momento la transición al orden s0C¡a_ - . .
rra. Dicrlmente se le hara cambiar de actitud. Y s1 se cree
) 3
1_St__ del futuro sentirse amenazado en este punto, antes se aliará con los
1 .
Preguntado Conciencia este es lo que responderá grandes terratenientes que con los obreros socialistas ra-
3

cualquier intelectual socialista sincero. Hay también un dleìles'


fuerte grupo de socialdemócratas dentro de Rusia, los __s1Pnes› es_ fe e Punto eV1sta_ e às eXPeetanl_'as so'
llamados mencheviques, que mantienen la opinión de åla lstas ïara e ntnr? a Pefspeenva e äna fevo nelon
que este experimento bolchevique de injertar ya un or- drante agderr a es a Peor que se Poe a Pensar* adn
den socialista en la sociedad burguesa actual no es sola- edando tnnnfara' Lo que una revolnelon daeda> en el
insensatez Sino Sacrilegio Contra el dogma mejor de los casos, es un acercamiento de la organización
men u ›

marxista El terrible odio que ambas orientaciones se Política a la deseada dem°¢faeia› Y eSt0 Se 1° huftafía al
l

` 330 Escmros Poifricos EL soçi/\1.1sMo(1s1s› 331

,` socialismo por las consecuencias económicas reacciona- hoy de la Soeiedad Soeialista que entrará en algún mo-
1 /
rias que tendria la revolucion. Tampoco esto puede ne-
l

y,

mento futuro; y ésa es la única esperanza. Una esperanza


1 garlo ningún 80Cia1i8ta 8inCer0- muy dudosa precisamente por el motivo aducido.
, La Segunda Cue8tiÓn atañe a laprlz- T0d08 n0S0tr0S Sa- Una discusión con revolucionarios y socialistas con-
bemos que, actualmente, las masas asocian el socialismo veneidos es siempre un asunto desagradable. La expe-
M radical a las tendencias pacistas, al deseo de que se lle- rieneia que tengo es que nunca se les convence. Lo único
, gue a una paz lo antes posible. Pero hay un hecho indis- que cabe hacer con ellos es obligarles a que se manies-
cutible, que, de preguntárselo Cualquier dirigente de la
21 ten claramente ante sus seguidores sobre la cuestión de la
` socialdemocracia radical, es decir, de la verdaderamente paz y sobre que va a traer realmente la revolución, sobre
1 revolucionaria, tendrá que admitir honradamente: para la cuestión, por tanto, de la evolución por etapas, que si-
los dirigentes, la paz no es lo decisivo que les interese a gue siendo hoy un dogma del auténtico marxismo yque
ellos. Si tuviéramos la opción entre una guerra que dure sólo ha sido rechazado en Rusia por una secta autóctona
todavía tres años más y una reV01uCiÓn de8pue8 0 la pal que creía que Rusia podía saltarse los estadios de desa-
inmediata sin revolución, tendrán que decir, si son abso- rrollo de la Europa occidental. Ésta es una forma de pro-
i lutalnente fl'-anC08› que Pfeel' en naturalmente 108 tI"e8 ceder absolutamente leal, yla única ecaz o posible. Por-
i| años de guerra. Ellos verán cómo se las arreglan con su que, en mi opinión, no existe ningún medio capaz de
f21nati8m0 Y C0n 8u C0nCienCi21-La Cue8tiÓn eS, Sin enibaf- desarraigar las convicciones y esperanzas socialistas. La
g0› Si 121 I`aY01'Í de 108 S01dad08› que 80n 108 que tienen única cuestión es si este socialismo será de tal manera
que 6 g uantar fuera en el Cam P 0 de bat211121›108 80Cia1iSta8 q ue resulte so P ortable desde el P unto de vista de los inte-
1 incluidos, es de la misma opinión que estos dirigentes reses del Estado y, en el momento presente, desde el pun-
que le imponen una C088 HSÍ. Y evidentelnente eS h0ne8t0 to de vista de los intereses militares. Hasta este momento
F y de toda justicia obligarles a que se expresen al respecto. ningún régimen, tampoco ningún régimen proletario
Es una cosa Cierta y reconocida que Trotsky 110 queria la como el de la Comuna de París o el de los bolcheviques
paz. Esto no 10 niega ya ningún 80CialiSta, que yo Sepa. ahora, ha pasado sin la ley marcial en caso de que estu-
Pero lo mismo vale para los dirigentes radicales de todos vieran en peligro los fundamentos de su disciplina. Hay
los demás Estados. Puestos ante la alternativa, no que- que agradecerle al Sr. Trotsky que haya tenido la franque-
rrían tampoco la paz sino la guerra, si ésta favorecieraala za de reconocerlo. La autoridad militar se mantendrá
i revolución, es decir, a la guerra civil. La guerra, pues, al tanto más inconmovible cuanto más se aance entre los
servicio de la revolución, aunque la revolución no lleve a soldados el sentimiento de que el comportamiento de las
, 18 80Ciedd 80Cia1i8t21, C01110 e1108 IniSm0S dicen ~l0 repi- instancias militares en el mantenimiento de la disciplina
to una vez mas-, Sino todo 10 mas a un estadio de desa- sólo se debe a intereses objetivos y no a ningún interés de
rrollo más alto de la sociedad burguesa desde el punto de partido o de clase, es decir, que en la guerra sólo sucede
vista socialista, un estadio que esté algo más cerca que lo objetivamente inevitable.

Вам также может понравиться