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John Hartung
2018
Vista panorámica
Cuando se oye la palabra adicción, se suele pensar en las adicciones a las sustancias. En
este taller hablamos de los hábitos desagradables para incluir en la conceptualización y el
tratamiento de las adicciones otros ejemplos, como el perfeccionismo, el hábito de
postergar las tareas, el trabajar día y noche, la pornografía, la codependencia, el ejercicio
físico excesivo, el andar de compras cuando uno realmente no necesita nada – y mucho
más. Todas estas adicciones tienen en común ciertos pensamientos, emociones, y
conductas compulsivas y obsesivas que perjudican a la persona adicta y/o a otras
personas. Los objetivos del taller son (1) estudiar algunos temas relativos a todas las
adicciones, (2) aprender métodos de intervención que sean útiles en todos los ejemplos
indicados, y (3) practicarlos.
Estudiar ciertos temas relativos a todas las adicciones, y poder emplear los cinco
protocolos de EMDR que se mencionarán, no es preparación suficiente; los terapeutas que
quieren trabajar en el campo de adicciones necesitan tener información y habilidades
adicionales, según la adicción que se trata. Sin duda hay características en común entre
las adicciones al alcohol, a las parafilias sexuales, a la comida, al tabaco, o a la
codependencia. Pero adicionalmente cada ejemplo implica aspectos distintos. Para
ejemplificar este tema – que cada adicción es única y que el terapeuta necesita
especializarse en el perfil de ella – se incluye en los apéndices una sección sobre un
programa para personas adictas a las drogas (tabaco, alcohol, cocaína, metanfetaminas,
y otras drogas). Otros programas especializados se podrían desarrollar según las
necesidades de personas con otras adicciones.
Se propone que EMDR se puede emplear con personas adictas (con “hábitos
desagradables”) en varias formas. Las cinco intervenciones más relevantes son:
Trabajar las emociones positivas vinculadas con las conductas adictivas es el tema del
protocolo que sigue.
Sin embargo, para seguir al paciente, a veces hay que modificar la secuencia. Hay
personas que requieren práctica en el desempeño antes de trabajar disparadores o
recuerdos traumáticos, como en el caso de una persona que se disocia, o alguien con
poca historia de éxitos. En algunos casos una persona puede trabajar las emociones
positivas no apropiadas sin mucha preparación. En todos los casos vale repetir que estos
cinco protocolos no son suficientes en el tratamiento de las adiciones a las sustancias (ver
la sección sobre este tipo de adicción en los apéndices).
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El protocolo EPACA: Emociones Positivas Asociadas con la Conducta Adictiva
Se supone en este protocolo que una persona adicta repite ciertas conductas en parte
para experimentar una emoción positiva. Este hábito tiene 2 efectos: por el reforzamiento
la persona va a continuar (o aumentar) sus conductas adictivas; y realizar esa experiencia
emocional positiva interfiere con su motivación de buscar la emoción en forma más
adaptativa y más difícil. Sin romper el vínculo entre la emoción positiva y la conducta
adictiva, es poco probable que la persona quiera desarrollar y practicar hábitos adaptivos y
saludables.
Esta meta es sencilla, pero en mi experiencia los terapeutas que han tomado este curso lo
encuentran sumamente difícil de realizar. ¿Por qué será? Hay varias posibilidades:
■ Hay gente, especialmente con el síndrome de DEPT, que evita el pasado totalmente,
usando distracción, el olvido, la disociación, u otras formas de suprimir la experiencia. Así
ignoran lo negativo y lo positivo.
■ Hay gente que no quiere confesar que su historia adictiva era positiva en alguna forma,
posiblemente para dar la impresión que están serias respecto a su rehabilitación.
■ Esta tendencia de negar el placer asociado con la adicción se fortalece si uno está
recibiendo terapia, se encuentra dentro del sistema jurídico, o tiene un anfitrión de AA.
■ Hay otros que le temen al poder de su adicción, y piensan que simplemente sentir algo
positivo asociado con ella, puede causar una recaída.
■ Muchos terapeutas se confunden con algo que parece ser positivo pero que es, mejor
dicho, la negación de algo negativo, como en los ejemplos, “reducir la ansiedad”, “bajar el
estrés”, o “controlar el impulso”.
Se describen diez pasos pero hay otros; por ejemplo, no se menciona la historia clínica, ni
la evaluación de alguna tendencia disociativas, dos temas sumamente importantes. Se
supone que el usuario del protocolo ya es un terapeuta que practica EMDR básico segura-
y efectivamente.
Paso 1. Consentimiento
[“Hemos notado que cuando una persona quiere resolver un hábito desafortunado,
frecuentemente le ayuda el identificar y resolver la meta positiva que ha estado
persiguiendo. ¿Quiere usted tener más información sobre el tema?”]
[“Hay personas que creen que es peligroso hablar del pasado, especialmente del
placer o sentimiento de bienestar que produjo una conducta adictiva. Nosotros hemos
observado por el contrario, que enfrentar el pasado, inclusive la parte de gusto o
placer o bienestar, es necesario en algunos casos para poder resolver una adicción.
¿Quiere usted tener más información sobre el tema?”]
Como es lo usual, probar las distintas modalidades, y preguntar al cliente cuales acepta y
con cual quiere empezar. Decirle a la persona que vas a usar tandas cortas y lentas, y que
vas a permitir que la persona tenga el tiempo adecuado para reflexionar sobre sus
experiencias. No hay prisa.
Es la parte más difícil. Hay terapeutas que no se sienten cómodos haciendo este paso y
dejan de completar el protocolo. Se debe persistir investigando lo positivo. La meta es
encontrar la emoción positiva que el cliente está buscando con su conducta adictiva.
Puede ser muy diferente de lo que le parece al principio, o conscientemente. No es la
eliminación de algo negativo, como el dolor físico o emocional, o la rabia, o el estrés, o la
ansiedad. Todos estos son resultados secundarios. Estamos buscando la causa primaria,
que siempre es positiva.
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Es útil conceptualizar la historia de la persona en forma gráfica, usando la línea de tiempo
que muestra el pasado, el presente, y el futuro:
_______________________________________________________________________
▲ ▲ ▲ ▲ ▲ ▲ ▲ ▲
Edad: 14 18 30 33 40 50 ahora ¿futuro?
Si la persona dice que hay miles de eventos, pedirle que se concentre en los eventos
sobresalientes. He aquí un ejemplo de qué decir a una persona adicta al alcohol (o a
comer tanto pan que aumenta de peso exageradamente):
[“Es posible que hayas tomado alcohol (comido pan) muchas veces antes de que el
tomar alcohol (comer pan) llegó a ser una adicción parta ti. Quiero invitarte a buscar
un evento en que el acto de tomar alcohol (comer pan) te dejó con una experiencia
especialmente positiva.”]
[“Si me haces el favor, te invito a que repitas eso, con las manos arriba, con ese
sonido”. (El cliente lo hace.) “Otra vez, por favor… y ahora te invito a volver hacia tu
pasado, buscando momentos en los cuales experimentaste algo parecido.”]
Cliente: [“Pero qué raro. Estoy saliendo de la casa, tengo 18 años de edad,
despidiéndome de mis padres, en ruta a una nueva carrera en otra ciudad distante. Me
siento profundamente liberado.”]
(Como es frecuente, el cliente tomó la barra de nuevo y dijo que no tenía mucho interés en
la barra. Le gustaría comérsela, pero no necesitaba hacerlo.)
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De la perspectiva del futuro. La tercera opción es identificar un evento pasado
empezando con el futuro. En el diálogo que sigue, el cliente se da cuenta que solo pensar
en la próxima vez le produce deseos de abrir un sitio pornográfico.
Cliente: [“Me da vergüenza decírselo. Siento algo allá, abajo. Entre mis piernas. Una
mezcla de placer, culpa, algo feo, algo agradable. Ansiedad con deseo.”]
Terapeuta: [“¿Cuándo sentiste esta mezcla en tu pasado, tal vez durante el niñez?”]
Cliente: [“Tengo, no sé, unos 7 años de edad. Estaba una mujer, no era mi madre. Tal
vez alguien que me cuidaba. Me tocaba. Me decía que era para calmarme. Me decía
que así los niños pueden dormir mejor. Pero no me calmaba, por lo menos no al
principio. Sentía una conexión con ella tan fuerte que quise que lo repitiera en otras
ocasiones. Tuve que fingir el insomnio para que me lo hiciera. Era nuestro secreto.
Hoy día creo que no era abuso deliberado, que ella de veras creía que tocar así a los
niños era nada más que una forma de relajarse y dormir, y dejar que los adultos
pudieran tener un tiempo libre.”]
Terapeuta: [“¿Es posible que lo que has estado buscando con la pornografía es en
parte una experiencia sexual y, en parte, una experiencia de apego?”]
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Otra persona de una familia pobre se acordó de haber recibido un premio que lo permitió
estudiar a nivel universitario. En el mismo instante le dio de comer su abuela y después de
ese momento él empezó a hacerse obseso, sin darse cuenta de que estaba tratando de
re-experimentar el momento de sentirse tan bendecido como cuando le dieron la beca
(junto con la comida).
[Sentir “la amistad” puede no ser la meta. Buscar más profundo. Ver si hay deficiencia en
el apego infantil.]
► Sentirse eufórico, vivo, emocionado. Una mujer que volvió repetidamente a su pareja
violento decía, “Nunca me he sido tan conectada con la vida como cuando me abraza.”
Estaba buscando cómo compensar por una vida de negligencia como niña, con padres
fríos. Así entendió su codependencia, su promiscuidad, y su pasividad.
[“Me prestan atención” puede no ser suficiente para explicar la conducta adictiva de
codependencia. Además, en estos casos, averiguar si hay problemas económicos que
también hay que resolver.]
► Creativa, competente, productiva, exitosa. Hay personas que hablan de perder una
emoción negativa cuando terminan una tarea, como si tuvieran la meta de bajar la
ansiedad u otro miedo. No son emociones positivas básicas. Investigarlo más.
► Rebelde. A veces uno se porta adictivamente como rebelde para ganar una experiencia
de liberación. No tiene que ver tanto con expresar la rabia, ni de dominar a otro, sino de
liberarse de algo. A veces uno se hace rebelde para oponerse a la injusticia, que es algo
diferente. Investigar la meta deseada y realizada: qué significa la conducta y el resultado
para la persona.
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► Libre, autónomo. El mismo deseo de sentirse libre, liberado, puede aparecer en casos
donde la persona habitualmente se ha sentido controlada o frustrada, donde los demás no
la respetan. Otras veces, la emoción positiva deseada no tiene que ver con expresar la
frustración (perder algo negativo) sino sentir la libertad. Ejemplos relacionados son la
conducta pasivo-agresiva, la falta de eficiencia, el llegar tarde, la falta de organización, y
en otras situaciones donde la persona sí realiza su tareas pero no óptimamente.
► El amor. Por algún motivo, esta palabra, esta meta, no aparece en varias listas de
emociones positivas. Pero buscar el sentimiento de dar amor o recibir amor es potente.
¿Será por qué la palabra ha sido tan frecuentemente contaminada? En este caso, la
persona adictiva no va a confesar que está buscando el amor a través de una conducta
aparentemente destructiva y negativa. Para ayudarla, el terapeuta puede preguntar sobre
qué es lo que le hace falta, para así entender mejor qué está buscando para resolver esa
deficiencia.
No es raro encontrar esta contaminación del amor cuando una víctima abusada
sexualmente por un familiar llega a ser adolescente o adulto/a.
► Fluir. La palabra flow en inglés tiene que ver con una experiencia de estar
profundamente conectado con uno mismo y con el mundo. Hay personas que hablan de
“no saber dónde yo termino y donde la otra persona, o el ambiente natural, empieza.” Esta
experiencia puede producir un hábito adictivo donde la persona compite compulsivamente
no para ganar sino para captar esa experiencia de nuevo.
► Normal. Una persona adicta al tabaco me dijo una vez, “Nunca me he sentido tan
confortable dentro de mi propia piel que cuando estoy fumando.” Otra persona dice,
“Cuando fumo, es como SOY”.
► ¿Qué te hacía falta? ¿Cuál era la deficiencia? ¿Por qué sigo haciendo esto? El
terapeuta pregunta sobre que le hacía falta al cliente durante el tiempo cuando la conducta
llegó a ser adictiva. No es fácil encontrar esa deficiencia ni identificar el evento clave.
Persiste. Considerar volver al primer evento o momento en que la persona identifica como
el momento en el cual la conducta se convirtió en algo adictivo. Ejemplo: una niña víctima
del incesto frecuentemente no tenía otra opción para tener una relación de afecto con su
victimario.
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► ¿Qué dice tu cuerpo? En otros casos, vale preguntarle al cuerpo. Por ejemplo:
“Quiero invitarte a que vuelvas a esas experiencias, empezando con la primera vez que
notaste que te estabas convirtiendo en una persona adicta, y ahora, cuando vuelves allí,
notar en tu cuerpo cualquier señal somática, por ejemplo la sensación de tensión, calor, o
frío, u hormiguero.”
A veces el cliente toma una postura o se mueve en forma que expresa un recuerdo
somático. El terapeuta que lo nota puede invitarle al cliente a repetir el movimiento.
Ejemplos:
Una persona cerró las manos cuando hablaba; le invité a repetir la acción y se dio
cuenta de su rabia.
Un cliente alzó sus brazos cuando hablaba de tomar cocaína; cuando le invité a que
mantuviera sus brazos para arriba, y que regresara a algún momento cuando había
hecho lo mismo, se acordó del momento cuando salió de la casa y se hizo libre:
usar cocaína le produjo la misma experiencia de libertad.
A veces vale preguntarle a una persona rígida, que muestre una emoción que había
mencionado para que sienta esa emoción y el recuerdo que la produce.
En general, cuando una persona encuentra algo, decirle que ponga la mano encima
de esa sensación para amplificar la experiencia.
► Invitar al cliente dibujar la adicción. Visualizar, dibujar, hacer escultura, usar algo
simbólico, usar el toque, todo puede ampliar la experiencia. Vale pensar en si la persona
puede usar olores o sabores para acordarse del momento cuando la conducta se hizo
adictiva. Recordarle que no es la sensación sino la emoción positiva que la acompaña lo
importante.
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encontrar un recuerdo que mantiene la fobia, y trabajarlo. Otra opción sería trabajar una
creencia negativa relacionada. Siempre vas a incorporar una sensación.
► Se está buscando una fijación, no una experiencia temporal. Se está buscando una
emoción que forma y motiva la vida de la persona, y por eso es que causa la conducta
adictiva. Es tan básica a la vida que es difícil de encontrar.
► Puede haber emociones positivas múltiples. A veces una persona trabaja bien una
emoción inicialmente sin que haya cambios en su deseo de usar o repetir la conducta
adictiva. En este caso, considerar que la primera emoción identificada era la más fácil de
reconocer. Es frecuente que después de trabajar el primer blanco emocional, aparece
otro, como si el primero hubiera servido como una capa encima de la otra.
► Buscar otra conducta. Unos de mis clientes se dio cuenta que su adicción se había
iniciado con otra conducta que hoy día ya no es relevante, pero que produjo la misma
experiencia positiva que explica, mantiene y provoca su adicción actual.
Paso 4. Localizar la parte somática positiva y medir la fuerza del vínculo entre ésta y
la conducta adictiva.
Entonces hay que medir la asociación o el vínculo entre la parte positiva y la conducta
adictiva. Preguntar sobre “De cero a 10, ¿Qué tan fuerte es el vínculo entre tu
sensación positiva y tu hábito negativo?” Como ejemplo, con una persona adulta que
está trabajando un recuerdo de haber sido un adolescente rebelde, podrías decirle:
[“Ahora que vuelves al momento cuando saliste de la mesa y tiraste el plato con la
comida, lleva tu atención hacia esa emoción que llamas, SOY POTENTE. Observa lo
bien que te sientes y donde lo sientes en tu cuerpo. Por favor, pon tu mano encima de
esa zona o parte de tu cuerpo. Y nota que acaba de hacer tu cara. Muy bien. ¿Qué
número, cero a 10, darías a la conexión entre lo que sientes y lo que recuerdas?”]
Otro ejemplo con una persona recordándose del momento cuando tomar una cerveza llegó
a ser una conducta adictiva:
Sin demorar, hacer unos pocos movimientos EBA, posiblemente solo uno. Decirle:
[“Muy bien. Ahora quiero invitarte a prestar atención al lugar dónde has puesto tu mano y a
esa experiencia de „soy potente‟ Dale un número a la sensación bajo tu mano“).
Comenzar con la estimulación bilateral.
Cuando un terapeuta usa el protocolo estándar de EMDR, se suele trabajar sin hablar
mucho con el cliente. El protocolo EPACA permite, y hasta requiere, un diálogo continuo
entre terapeuta y cliente porque frecuentemente la persona encuentra recuerdos negativos
y queremos notar cuando esto ocurre. En tal caso, hay opciones:
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Paso 7. In vivo
La mejoría o cambio terapéutico durante una sesión, no garantiza éxito en la vida real, y
siempre hay que probar los resultados terapéuticos in vivo o in situ, para ver si se han
generalizado. Revisar si todavía hay detonadores, ya que es difícil replicar todos los
detonadores dentro de una oficina. Se trata de la memoria accesible por situaciones (MAS)
que antes se llamaba la parte no consciente; la palabra situación (por eso, in situ) implica
que las puertas al MAS se abren, cuando la persona se encuentra en una situación en la
que los sonidos, los olores, las imágenes u otros estímulos específicos, le recuerdan o
evocan el evento olvidado.
Paso 8. Seguimiento
emociones múltiples
adicciones múltiples
recuerdos múltiples
sensaciones múltiples, y
blancos múltiples
Durante estas sesiones recordarle al cliente que es normal encontrar otros detonadores,
emociones, adicciones, recuerdos, sensaciones, y blancos. Recaídas no son fracasos
sino información adicional. Así, la persona va aprendiendo cada vez más, respecto del
poder del ambiente de producir detonadores, y del desarrollo de la capacidad de
controlarlos. Entender mejor qué es lo que dispara el impulso adictivo, permite extinguir el
poder de ese disparador.
Es necesario repetir algo del paso 6: si aparecen recuerdos negativos que se posponían
hasta ahora, recordárselos al cliente y ofrecerle la oportunidad de trabajar los eventos
traumáticos ahora. Vale reflexionar sobre estos temas:
■ A veces un problema objetivo puede ser percibido por el cliente como una solución. Los
resultados del estudio ACE, basados en entrevistas con más de 17.000 sujetos, nos
recuerdan que las experiencias tempranas traumáticas son más comunes de lo que se
espera. Los autores del ACE, Felitti and Anda, contaron casos de personas que habían
manejado sus adicciones (a la comida) y perdieron mucho peso, pero luego lo habían
recuperado, después de haberse detonado, con algún estimulo, un recuerdo traumático no
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resuelto (Stevens, 2012). En su libro The body keeps the score, Bessel Van der Kolk
(2014) escribe sobre sus conversaciones con Felitti and Anda y cita sus planteamientos,
respecto a los eventos negativos tempranos y cómo estos pueden vincularse a las
adicciones:
Se supone que cierta conducta (fumar, tomar alcohol, usar drogas, consumir comida
exageradamente) puede ser dañina para la salud. Al contrario, la persona adicta a
estas sustancias puede experimentar su conducta como algo adaptativo, y cada una
de estas adaptaciones puede resultarle muy difícil de dejar de hacer. Dentro de la
comunidad profesional, no es usual considerar la posibilidad de que una conducta
dañina para la salud a largo plazo, sea beneficiosa para la persona, a corto plazo; por
ejemplo, cuando la conducta adictiva baja la ansiedad y permite que la persona evite
acordarse de algún recuerdo perturbante. Cuando el problema es una solución, nos
recuerda que fuerzas opuestas coexisten regularmente dentro de los sistemas
biológicos. … Lo que observamos, el problema con que el cliente se presenta, es
frecuentemente nada más que una señal del problema real, que queda enterrado en el
tiempo, escondido por la culpa, la vergüenza, los secretos, y a veces incluso la
amnesia del cliente – puede tener el sentido de buscar proteger al terapeuta de su
incomodidad. (pp. 147, 389).
■ ¡OJO! Si decides trabajar el trauma, primero pedir permiso al cliente y segundo, iniciar el
procesamiento (fase 4) con mucho cuidado: despacio, con pocos movimientos bilaterales,
acceso disminuido, y con mucho acompañamiento. No es posible predecir qué tipo de
recuerdo – evitado, olvidado, disociado – pueda surgir. Una vez resuelto el recuerdo que
surgió, volver al enfoque en las emociones positivas. Es en este punto, que muchos
terapeutas se olvidan de la importancia de trabajar las emociones positivas. ¡No te olvides!
■ Considerar hacer EMD en vez de EMDR para contener el acceso: en vez de decir
después de una (corta) tanda de estimulación, “¿Qué te viene?” vas a llevar la persona
primera al blanco, y preguntarle sobre qué cambios hay en ese blanco. Prestar atención
especial a la respiración del cliente. Preguntar sobre alguna tendencia disociativa.
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■ Si es necesario aumentar el acceso, usar un puente afectivo o cognitivo y trabajar el
recuerdo que la persona encuentra.
■ Para personas adictas a los opiáceos, trabajar sus dolores físicos crónicos.
Solo eliminar el deseo adictivo no es suficiente; hay que encontrar alternativas para
acceder a las emociones positivas que la persona estaba experimentando, a través de la
conducta positiva. Hay que encontrar sustitutos que reemplacen la conducta adictiva. El
protocolo no es nada mágico: dejar las adicciones requiere que la persona, y su terapeuta,
reconozcan las tentaciones que existen en el mundo.
¿Cuándo dedicarse a los sustitutos? Depende. Cuando un cliente está apenas empezando
el tratamiento, es normal no poder enfocarse en las alternativas. Pero no se puede
postergar demasiado; en la ausencia de una alternativa saludable, pueden surgir otras
conductas adictivas.
El conductismo
En los años 70, fui parte de un equipo dedicado al tratamiento de personas que
consultaban a un centro forense, dentro de la comunidad. Nuestros clientes,
frecuentemente se presentaban con parafilias y adicciones sexuales. Muchos de los
tratamientos que ofrecíamos venían de la tradición del Conductismo, y por eso
aceptábamos que nuestros clientes se comportaran adictivamente con el objetivo de
experimentar algo positivo, placentero. Nos resultaba difícil de entender cuál era el
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propósito de repetir conductas que les producían tanto dolor, miseria, y auto-sabotaje. No
tenía sentido.
El sado-masoquismo era un ejemplo obvio de esta paradoja. ¿Por qué causar dolor físico,
y repetir esa conducta habitualmente, a pesar de las consecuencias negativas? El
conductismo nos ofreció una posible explicación: el objetivo de la persona no era sentir el
dolor, sino tolerar el dolor para poder sentir placer, eventualmente en forma sexual.
Aparentemente, durante algún momento de placer sexual, una experiencia de dolor físico
había surgido – al azar y no conscientemente – y en el cuerpo/mente de la persona se
asociaban o apareaban, desde ese momento en adelante. Así se entendía dentro del
modelo de aprendizaje clásico. Adicionalmente, cuando la persona, luego, precedió la
conducta sexual con algo doloroso, experimentó la misma consecuencia positiva, y según
el modelo de Skinner de acondicionamiento operante, se incrementó la probabilidad de
que esa secuencia se repitiera. La parte de dolor físico había llegado a ser un recordatorio,
o disparador, o detonador (cue o trigger en inglés), y desde ese momento en adelante,
estaría vinculado con la conducta y la consecuencia, en forma estímulo-respuesta.
Algunos conductistas utilizaban el castigo, para romper ese vínculo. Otros, de acuerdo con
Skinner, pensaban en cómo eliminar el reforzamiento; según la teoría, si el placer sexual
no se asociara al dolor, ese dolor eventualmente se extinguiría y el vínculo con el placer
también, terminaría.
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Apéndice B: Formación especializada
Poder emplear los 5 protocolos de EMDR mencionados no es suficiente, dado que cada
adicción requiere información y habilidades especializadas, según el tipo de ésta, adicción
al alcohol, a las parafilias sexuales, a la comida, al tabaco, a la codependencia; estos
ejemplos tienen características en común y cada ejemplo implica aspectos distintos. Para
ejemplificar este tema, en seguida se da un resumen de un programa para personas
adictas a las drogas (tabaco, alcohol, cocaína, metanfetaminas, etc.).
En el cuento del elefante y los ciegos, cada ciego tocaba una sola parte del elefante y
concluyó que esa parte era el elefante. Algo parecido ocurre en los programas de
tratamiento de personas adictas: hay una tendencia de enfatizar una sola intervención,
como por ejemplo el uso casi exclusivo de la terapia cognitiva, la neuroretroalimentación, o
la meditación y yoga, o el más usual, los 12 pasos de AA. Se propone en este taller que
cada uno de estos ingredientes – y otros – son importantes y que un programa ideal es
donde el equipo ofrece una variedad de servicios eficaces. En el taller se habla del “Circle
Program”, un proyecto comprehensivo del hospital estatal de Colorado (EUA) donde el
expositor ha sido consultor durante 10 años. El equipo del programa, bajo la dirección de
la psiquiatra Elizabeth Stuyt, ha llevado a cabo hay varias investigaciones hechas y
publicadas, que muestran la eficacia del programa (Stuyt, 2014a). Los resultados son
generalmente positivos, a pesar de que los clientes de este programa frecuentemente
cumplen los criterios de desorden de personalidad, bipolaridad, trauma complejo,
disociación, u otras condiciones de enfermedad mental severa, a pesar de que han sido
abusados y han abusado a otras personas durante largo rato en sus historias y a pesar de
que la gran mayoría ya han recibido tratamiento, sin beneficio permanente. Por ejemplo, la
lista que sigue, incluye los componentes que consideramos los más importantes, para la
mayoría de los clientes. Recomendamos que cada componente se tome en cuenta, no
siendo requisito que cada persona adicta necesariamente cumpla, con cada uno de ellos.
1. Se prohíbe el uso de tabaco en todos lugares del hospital; según nuestros datos
2. (Stuyt, 2014b) las personas que dejan de fumar reportan más éxito en resolver
otras adicciones, en comparación a las personas que siguen fumando. (Note que
ofrecemos el mismo tratamiento para pacientes, terapeutas, y otros empleados del
hospital.)
3. Comunidad terapéutica para fortalecer la conducta responsable, atención a las
4. necesidades de las demás personas
5. Mínimo de 90 días de tratamiento residencial
6. Posibilidad de participar en el ejercicio físico diario; educación sobre los beneficios
de un estado de bienestar físico
7. Comida saludable – 3 comidas nutritivas al día; educación sobre el mismo
8. Educación sobre los efectos cerebrales y físicos del alcohol, otras drogas, y el
tabaco
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9. Educación sobre la neurobiología de las adicciones y del trauma
10. Educación sobre los efectos de la medicación
11. Educación sobre el control de las enfermedades transmitidas por actividad sexual
12. Terapia cognitivo-conductual; terapia dialéctica conductual
13. Exposición a los disparadores adictivos
14. Prevención de las recaídas; educación sobre cómo manejar los síntomas
15. Bioretroalimentación (Heartmath)
16. Neurobioretroalimentación
17. Acudetox (acupuntura auricular, NADA)
18. Técnicas para manejar el estrés: EFT, TAT
19. Grupos sobre el procesamiento del trauma – específicos al género
20. Grupos para el manejo de la rabia: educación, práctica
21. Terapia grupal experimental: el duelo, níño interno, la comunicación efectiva
22. Lectura, tareas
23. Tratamiento relacionado a los sistemas, a las familias
24. Terapia individual con EMDR para las emociones positivas adictivas
25. Terapia individual para el trauma
26. Terapia individual para fortalecer los recursos internos
En vez de promover una terapia específica para todos los clientes, se debieran ofrecer
opciones. Se le informa al cliente sobre los posibles beneficios y limitaciones de las varias
terapias, y basado en esta información, el cliente da su consentimiento, o no. Es
importante, pues, que cada miembro del equipo clínico tenga varias herramientas que
ofrecer. La lista arriba contiene los métodos más eficaces hasta ahora, pero la lista no está
completa ni cerrada. Uno de los principios que nos guían es: si lo que estás haciendo no
da resultado, pues, haz algo diferente.
Dependiendo del programa, se puede ofrecer servicios para una adicción específica. En
otros casos, el equipo puede abordar los factores comunitarios y trabajar con personas
con varias expresiones adictivas: adicción a las sustancias, a la pornografía o a cierta
actividad sexual, al andar de compras, a la rabia, al trabajo o a las actividades deportivas
excesivas, a la auto-mutilación, a la codependencia.
Se supone además que la persona que usa este protocolo, ya está capacitada en el uso
de EMDR para fortalecer recursos internos y para trabajar con recuerdos traumáticos.
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