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Polaridad:

La polaridad en relaciones internacionales se refiere a la distribución del poder dentro


de un sistema internacional o estructura internacional, y por lo tanto concierne a la
naturaleza del sistema internacional en un determinado momento o un determinado
período de tiempo.
Básicamente hay tres modalidades o presentaciones principales de la polaridad de un
sistema internacional (o sistema de RRII): Unipolaridad, Bipolaridad, y Multipolaridad. Un
cuarto tipo, menos utilizado, se refiere a la Tripolaridad, y es cuando claramente existen
tres grandes polos de poder primando y sobresaliendo sobre el resto de los elementos. Y
un quinto caso se da cuando no se puede identificar ni siquiera un solo polo de poder que
prime sobre los otros elementos, y es el llamado caso de la Apolaridad.

Poder, potencia y polaridad:

Los diferentes criterios y definiciones utilizados para especificar cuales son las potencias y las
superpotencias que deben ser consideradas. Algunos autores hacen principalmente referencia
a aspectos ligados a la capacidad de actuación o capacidad de proyección de poder de una
determinada nación (potencia global, potencia continental, potencia regional, potencia local,
potencia o hegemonía en ciertas áreas), así haciendo alusión a la "dimensión" o "tamaño" o
"alcance" del poder en cuestión (superpotencia, gran potencia, potencia media, potencia
emergente, pequeña potencia –esta última de alcance más bien limitado y solamente en
ciertos sectores–). El gran problema que surge en este tipo de análisis, es que dependiendo de
los criterios utilizados para mensurar el poder, puede que aumente o disminuya el número de
polos hegemónicos identificados en un sistema internacional.

Naturalmente, el tipo de poder considerado también cambia el resultado de la clasificación,


pues es completamente diferente considerar el poder real o de uso e intervención inmediatos
(generalmente político-militar), o considerar el poder potencial (generalmente economía,
finanzas, capacidad industrial, recursos naturales, demografía y tamaño de la población,
tamaño del territorio, capacidad en ingeniería y desarrollo tecnológico), o el poder blando
(fundamentalmente aspectos diplomáticos y políticos, como facilitadores o constructores de
alianzas, de enemistades, y de estrategias o enfoques comunes).

Poder y capacidades militares:

Considerando criterios relativos al poder real, por ejemplo, autores americanos como puede
constatarse en [LIEBER&PRESS-2006], llegaron a defender que la supremacía nuclear
americana era suficiente para garantizar la supremacía militar global, y por tanto, la
unipolaridad del sistema internacional. Esto fue contestado directamente tanto por Cepik,
como por Avila y por Martins ([CEPIK-2007] y [CEPIK-2009]), quienes defendieron que Estados
Unidos no posee notoria e incontestable supremacía nuclear (tendría apenas cierta
superioridad nuclear), y mismo, si ese país norteño obtuviese verdadera supremacía nuclear,
eso no sería suficiente para asegurar y mantener la unipolaridad en el sistema mundial.12

Este tipo de controversia claramente involucra definiciones distintas de lo que debe


entenderse por poder, sobre cómo mensurar el mismo, y sobre cuáles son los elementos de
poder (real e inmediato, o potencial) más relevantes, y además, sobre qué jerarquización de
importancia deben ser considerados. Simplemente no hay consenso sobre estas cuestiones, y
por tanto no puede establecerse una corriente teórica única o principal ni en las relaciones
internacionales, ni en cuanto a los estudios de geopolítica, ni respecto de los estudios
estratégicos.

Capacidad nuclear de las grandes potencias:

El principal criterio para definir a las grandes potencias o superpotencias, es verificar si la


nación en cuestión posee capacidad nuclear de segundo ataque (consultar 'Destrucción Mutua
Asegurada' o 'Mutual Assured Destruction' –MAD–), o sea, la capacidad de sobrevivir a un
ataque nuclear y responder al país agresor con otro ataque nuclear. Solamente Estados
Unidos, Rusia, y China, tendrían esta capacidad, y por tanto serían ellas las únicas tres "grandes
potencias mundiales".

Jerárquicamente, bajo este criterio principal, un segundo conjunto de criterios señalados por
John Mearsheimer, involucraría el tamaño del ejército, como principal capacidad disuasoria de
un país, después de considerar la capacidad nuclear. En este sentido, el poder terrestre sería el
más importante, en la medida que el poder aéreo o marítimo tendrían un carácter
complementario al poder terrestre, tanto en sentido defensivo como ofensivo.

Otro criterio de análisis, más complejo y bastante más difícil para evaluar y aplicar, involucra la
capacidad política y económica de un estado, que se necesitaría para que el mismo fuera o
llegara a ser una "gran potencia".14 Las capacidades necesarias para que un determinado país
pueda desempeñarse como una "gran potencia", debería incluir por tanto, según lo dicho
anteriormente, principalmente la capacidad de mantener su arsenal nuclear en pronto uso
(incluyendo medios de lanzamiento, superbombarderos, misiles balísticos intercontinentales,
submarinos nucleares lanzadores de misiles balísticos), así como la capacidad de poder
sustentar un ejército importante durante un prolongado período de tiempo. Véase que estas
capacidades deberían poder ser mantenidas mismo bajo la presión y el fervor de la
competición con los otros actores, con todo lo que ello implica. Respecto de lo que acaba de
plantearse, por ejemplo, se puede considerar que en la segunda mitad de la llamada "guerra
fría", la URSS no consiguió mantener su estatus de gran potencia, o sea, no pudo mantenerse
en carrera, y terminó por sucumbir frente a las presiones estratégicas y a los desafíos
impuestos por su principal competidor, Estados Unidos y sus aliados más directos.

Polaridad y estabilidad del sistema internacional (equilibrio de poderes):

Es común cierta confusión de conceptos al tratar la temática de las relaciones internacionales,


como ser la que puede darse entre los términos unipolaridad, supremacía, y hegemonía, a
pesar de que los mismos tengan tres significados distintos. En efecto, la mayor parte de los
pensadores de relaciones internacionales que siguen la llamada "escuela realista",
generalmente utilizan hegemonía como sinónimo de supremacía militar. Y por su parte, una
pequeña parte de los autores realistas, la gran mayoría de los teóricos constructivistas, y
también los liberal-institucionalistas y los marxistas, consideran supremacía como teniendo
diferente significación que hegemonía ([ANDERSON-2002]; [ARRIGHI-1996]; [KEOHANE-1984]);
para este último grupo de autores, generalmente, hegemonía va más allá de la fuerza, e
incluye liderazgo, o sea, capacidad de influir en lo político y en lo diplomático, y/o en lo
económico, y/o en lo ideológico y cultural; y por el contrario, supremacía estaría
implícitamente asociada con la existencia de una superioridad militar. En este sentido y en el
mundo de hoy día, Estados Unidos tendría hegemonía global, y supremacía militar
incontestable pero geográficamente limitada a América del Norte.
Polos de poder:

El poder es la capacidad de Uno de conseguir que otros hagan negro aunque quieran hacer
blanco. Si además el poderoso consigue que acepten que negro es lo que tenían que hacer, el
poder está ideológicamente legitimado, tiene la adhesión de los dominados. Si lo hacen
creyendo que no lo tenían que hacer, el poder se ha impuesto por la fuerza.

Creo que la pregunta sobre la esencia del poder es pertinente, que las múltiples formas de
presentarse que el poder toma, tienen algo en común. Y esto es lo que explica que el poder
sea el cemento de lo social. Toda relación social contiene una relación de poder.

El Estado es una de las formas de manifestación de poder pero ni es la única ni la más


duradera. El poder existía antes que el Estado y seguirá existiendo después. Si el poder fuera
un inmenso monstruo, como a menudo representan los propios reduccionistas, el Estado sólo
sería la cabeza del monstruo, lo que explica la sorpresa que se llevan algunos cuando, después
de la revolución, reaparecen en el nuevo Estado las formas de poder anteriores.

Polaridad:

Unipolaridad o sistema unipolar o mundo unipolar:

Un sistema es unipolar cuando existe un solo estado que prepondera en términos de


capacidades militares y económicas. Desde el fin de la Guerra Fría se estima que ese único polo
de poder se encuentra en los Estados Unidos.

En el período de post Guerra Fría, en los años 1990 y hasta al menos la primera mitad de los
años 2000, puede observarse una clara unipolaridad en el Sistema Internacional, ya que
Estados Unidos fue en ese período la única superpotencia, sin signos patentes de que otros
polos de poder regionales tuvieran alguna capacidad de competir con EEUU en un conjunto
diverso y amplio de sectores y de aspectos, aunque por cierto, con posterioridad al 2005, el
ascenso de China puede generar en este sentido algunas dudas.

Bipolaridad o sistema bipolar o mundo bipolar:

Sistema de estados en el que hay claramente dos importantes polos de poder. El caso más
conocido es el período de la guerra fría, cuando los Estados Unidos y la Unión Soviética
polarizaban todo el Sistema Internacional, aunque por cierto, siempre han existido otras
potencias regionales con fuerte influencia regional o local.

Tripolaridad o sistema tripolar o mundo tripolar:

Caso relativamente raro de equilibrio de poder entre tres potencias o polos principales.
Algunos consideran que Europa, en el período inmediato a la pos Segunda Guerra Mundial,
estaba configurada como un sistema tripolar, en donde Estados Unidos, Reino Unido, y la
Unión Soviética, eran los tres grandes polos de poder presentes en el continente; de todas
formas, esta situación duró muy poco, pues ya en 1947 y 1948, Europa estaba claramente
dividida en dos grandes polos de poder.

Cuando se consideran regiones segmentadas, es posible encontrar correlaciones de fuerzas


más típicamente tripolares, como en la región del este de Asia (Asia Oriental), en donde sin
duda China, Rusia, y Japón, son allí los tres grandes que dominan.
Por su parte, Europa Centro-Occidental, o sea, dejando de lado a Rusia, también podría ser
clasificado como un sistema tripolar, en donde el Reino Unido, Francia, y Alemania, son los tres
grandes de esa región.

En la actualidad, al considerar en su conjunto todo el mundo, todo el sistema internacional, se


puede considerar que existen tres grandes potencias globales, con capacidad militar de
actuación global, e incluso con capacidad nuclear significativa, y esas naciones son Estados
Unidos, Rusia, y China.

Multipolaridad o sistema multipolar o mundo multipolar:

En el período pos-Guerra Fría, Europa volvió a una situación claramente multipolar,


presentando en Europa Occidental tres grandes centros de poder: Reino Unido, Francia, y
Alemania, además naturalmente de Rusia en Europa Oriental. Actualmente predominan
sistemas multipolares en el continente africano, así como en Asia y en Oriente Medio.

El mundo multipolar tiene como principales emergentes a los países que integran el BRICS, que
tienen un importante liderazgo regional en sus respectivos continentes. Aunque estos países
están produciendo importantes impactos regionales, muchos de países que también pelean
por el liderazgo regional les impiden tener el poder absoluto, como por ejemplo Pakistán, en
Asia, se encuentra en contra del liderazgo de India; Venezuela, en América del Sur, trata de
socavar el poder regional de Brasil, y Nigeria, en África, se rehúsa a seguir los cambios
producidos por Sudáfrica.

Apolaridad o sistema apolar o mundo apolar:

La apolaridad o a-polaridad, sería el caso en que no sea posible identificar un centro de poder
relevante o principal. Casos de este tipo de situaciones fueron comunes en regiones no
organizadas en forma de estados, a lo largo de la historia de la humanidad, y también en
períodos más recientes, en regiones pequeñas y más bien aisladas donde no se lograron
formar verdaderos centros de poder local, o donde por alguna razón los mismos se formaron
pero luego se desbarataron.

Regiones que podrían ser catalogadas como apolares, en la actualidad, se restringirían a zonas
por ejemplo de África Central, en la faja que va desde la República Centroafricana y República
Democrática del Congo (ex-Zaire), hasta Uganda, Kenia, Tanzania, incluyendo Ruanda y
Burundi. Esta situación pudo darse porque el principal centro de poder regional, el antiguo
Zaire, se involucró en una larga guerra civil, con intervención de varios otros actores regionales
y extrazona, lo que acabó por desmantelar o descolocar las capacidades político-institucionales
de esa región, fragmentando además la proyección y la disciplina de las fuerzas militares
intervinientes.

De todas maneras, una situación de apolaridad completa y total, en la actualidad y en sentido


estricto, solamente existe en la Antártida.

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