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SITUACIONES ESCOLARES QUE ALTERAN LA SANA CONVIVENCIA.

Deberes, derechos y responsabilidades en niños, niñas y adolescentes.


Resolución de conflictos. Establecimiento de acuerdos para la sana
convivencia escolar.

Deberes, derechos y responsabilidades establecidos en la Ley Orgánica de


Protección de Niños, Niñas y Adolescentes. La mediación y la conciliación
como procesos para la resolución de conflictos. Participación protagónica de
niños, niñas y adolescentes en la construcción de los acuerdos de convivencia
escolar. Sistema de protección, Defensorías, Consejos de Protección y
Consejos de Derecho de niños, niñas y adolescentes. Servicios y entidades de
atención que ofrece el sistema de protección de niños, niñas y adolescentes.
Sistema de responsabilidad penal de adolescentes.

RIESGOS SOCIALES EN LA ADOLESCENCIA.

Amenaza, prevención y riesgo. Prevención de riesgos sociales Situaciones de


riesgo social.

Prevención de riesgos sociales: falta de comunicación, apoyo y orientación


familiar; identificarte o formar parte de grupos en situación de riesgo; la
iniciación sexual temprana y la promiscuidad; el acoso u hostigamiento.
Situaciones de riesgo social: delincuencia, drogas, alcohol, embarazo a
temprana edad. Adquisición de infecciones de trasmisión sexual. La anorexia,
la bulimia, entre otras. Instituciones encargadas de atender el riesgo social.
Investigación sobre riesgos sociales que afectan a las personas en la
comunidad.

EJEMPLOS DE MICROCLASES

MICROCLASE

Fecha: 04-05-06
Duración: 45 minutos
Ambiente: Aula
Participantes: Carol Armao,Delis Martínez,Iveth Ramírez,Luisa, Tania
Mosqueda, Yuleimi

Grupo: REDES (Delis Martínez - Tania Mosqueda)


Recursos Utilizados:Retroproyector, Láminas, hojas con actividades
fotocopiadas.
Técnicas utilizadas: Juego instruccional, Discusiòn dirigida, Exposición,
Pregunta
Desarrollo de Actividades:
Inicio: (Tania)
* Inicia la clase saludando a los estudiantes, pasa la lista de asistencia, solicita a
los alumnos que se presenten y preguntas sobre expectativas.
* Entrega una hoja a cada alumno para que realicen una sopa de letras titulada
“Introducción a las Redes Informáticas”. Pregunta si hay dudas respecto a
instrucciones. da un tiempo especifico para la actividad
* Pasa por los puestos para verificar que se realiza la actividad.
* Realiza preguntas para verificar conocimientos previos, sin dar feedback.
Desarrollo: (Delis)
* Explica el contenido de la clase (redes, clasificación y topologías), para lo cual
se apoya en láminas (con efecto de ventana).
* Realiza preguntas a los estudiantes para verificar comprensión del tema. Sin
embargo da muy poco feecback a las respuestas correctas.
* Terminada la exposición pide a los alumnos que formen dos grupos. Entrega
hoja con actividad (semejanzas y diferencias entre los tipos y las topologías de
redes).
* Da instrucciones sobre las actividades a realizar e indica el tiempo de estas,
verifica constantemente que se estén realizando las mismas.
* Llama la atención en forma respetuosa a los bromistas.
* Muestra seguridad en lo que dice, aunque utiliza muletillas.
* Realiza preguntas estimulando la participación de los estudiantes.
Cierre (Tania)
* Realiza preguntas a manera de resumen sobre lo visto en clase. No da feecback
(aja, si).
* Asigna actividad para la casa (Mapa conceptual,Investigar tema 2).
* Escribe en pizarrón dirección de página web www.freewebs/fasederes.com
donde se encuentra contenido de la materia. También su e_mail:
taniamosqueda7@hotmail.com

Grupo: Algoritmo y Programación (Carol Armao – Iveth Ramírez)


Recursos utilizados: Pizarra, tiza, transparencias, retroproyector, material
impreso, láminas de cartulina pequeñas.
Técnica: Juego instruccional, Exposición, Pregunta.
Descripción de Actividades:
Inicio (Iveth)
* Inicia la clase con una presentación, estimula a los alumnos a ponerse de pie
para iniciar con una actividad, les da instrucciones especificas (deben buscar
dentro del salón de clase unos rótulos con instrucciones e imágenes cada uno y
entre todos ordenarlos de manera que tenga coherencia, formando una escalera
lo deben pegar sobre una columna para lo cual les da cinta plástica) les indica el
tiempo de para realizar la actividad)
* Durante la actividad el docente los estimula a seguir buscando.
* Realiza enlace con el contenido preguntando de que se tratan las instrucciones
en los rótulos y porque los ordenaron de esa forma. Dando poco feedback.
Desarrollo (Carol)
* Pregunta sobre la actividad recién efectuada y presenta el tema de la clase
(Algoritmo) establece enlace del concepto con la cotidianidad.
* Explica contenido conceptual de la clase (concepto de algoritmo,
características, uso y aplicaciones, pasos para su elaboración), utiliza como
apoyo transparencias.
* Realiza preguntas sobre lo que va explicando.
* Asigna actividad como reforzamiento de lo explicado (hoja de completación y
sopa de letras) indica tiempo para la actividad.
* Verifica la ejecución de la asignación y da atención individual.
* Estimula a cada alumno a participar señalando en una sopa de letras (papel
bond) los ítems de completación.
Cierre (Ivet)
* Asigna actividad para la casa.
QUE ES UNA AMENAZA.

Una amenaza es un gesto, una expresión o una acción que anticipa la intención de dañar a
alguien en caso de que la persona amenazada no cumpla con ciertas exigencias. El concepto
también puede emplearse con referencia al inminente desarrollo de algo negativo.

Los riesgos constituyen realidades cotidianas con las que convivimos. Un riesgo es cualquier
causa capaz de producir un daño o una perdida (a personas o patrimonios). Por tanto, un
riesgo implica una "situación potencial" que puede actualizarse (suceso no deseado, accidente)
en cuyo caso, se producen los daños o perdidas.

Acerca de los riesgos del adolescente

La adolescencia es una etapa de profundos cambios. Estos cambios hacen que a pesar de
ser uno de los periodos más sanos de la vida, también sea una etapa muy vulnerable
para los jóvenes, que están propensos a padecer, por ejemplo, episodios de violencia,
accidentes, problemas con el consumo y situaciones de riesgo en la sexualidad.

La familia es la clave para prevenir los riesgos en la adolescencia según la OMS

La adolescencia supone el cambio de niño a adulto, un gran cambio tanto a nivel físico
como mental. A esto se suma una inestabilidad emocional y una fuerte presión social
por adaptarse a determinados cánones y que se cumplen ante el miedo de quedar
excluido del grupo. Esto supone la exposición a algunos riesgos que pueden suponer la
caída en trastornos como la depresión o la realización de actividades peligrosas como el
consumo de alcohol.

La familia es la clave para prevenir los riesgos en la adolescencia según la OMS


Ante esta situación, la Organización Mundial de la Salud, OMS, indica una serie de
claves para prevenir estos riesgos. Una guía para asegurar que esta etapa tan importante
en el desarrollo de las personas se cumple este paso a la vida adulta de forma correcta y
sin caer en ninguno de los peligros que acechan al adolescente.

La familia es la clave para prevenir los riesgos en la adolescencia según la OMS

Presiones en la adolescencia Tal y como explican desde la OMS muchos adolescentes


experimentan diversos problemas de adaptación y de salud mental. Esto puede conllevar
a la adopción de patrones de conducta como el consumo de alcohol, tabaco drogas o la
asunción de prácticas sexuales de riesgo. Estas actitudes pueden tener consecuencias
graves en el futuro del joven.

Para prevenir estas situaciones se realizan campañas de prevención, sin embargo, tal y
como explican desde OMS los adolescentes no son adultos. Si bien su capacidad de
raciocinio es mayor que la de los niños, esta no es tan alta como para entender todos los
riesgos derivados de estas conductas. Los jóvenes no muestran un pensamiento a largo
plazo y viendo la ausencia de consecuencias inmediatas, continúan con estos
comportamientos.

Esta incapacidad puede hacerlo vulnerable a la asunción de estas conductas de alto


riesgo. En estas edades aparece también un sentimiento de rebeldía a las normas
impuestas por sus padres, por este motivo creen estar luchando contra la "opresión de
sus padres" a través de estos comportamientos que le han sido prohibidos.

La familia es la clave para prevenir los riesgos en la adolescencia según la OMS

Familia y prevención En este punto la OMS recuerda el papel fundamental que tiene la
familia en la prevención de todos los riesgos de la adolescencia. Si bien es inevitable la
incertidumbre causada por esta etapa repleta de cambios, o la aparición del sentimiento
de rebeldía, el apoyo de sus parientes más cercanos puede prevenir más de un problema.
La familia puede posicionarse como un modelo de ayuda y del que aprender buenos
comportamientos. En este punto los padres tienen la r

La familia es la clave para prevenir los riesgos en la adolescencia según la OMS

La familia puede posicionarse como un modelo de ayuda y del que aprender buenos
comportamientos. En este punto los padres tienen la responsabilidad de promover el
desarrollo y la adaptación de los adolescentes y de intervenir eficazmente cuando surjan
problemas. Para ello nada mejor que mostrarse como su apoyo y el hombro en el que
reposar cuando aparezcan problemas:

- Hablar sobre los sentimientos de los adolescentes, interesarse por su día a día, en
especial cuando parezcan triste.

No menospreciar sus problemas. Algunos padres creen que las cosas de la adolescencia
son cosas sin importancia, un error que puede desembocar en un distanciamiento entre
el padre y el hijo.
Charlar sobre los efectos a largo plazo de las conductas peligrosas como el consumo de
alcohol o tabaco que en el tiempo pueden suponer la aparición de un problema
irremediable.

La familia es la clave para prevenir los riesgos en la adolescencia según la OMS

Predicar con el ejemplo. ¿Cómo se le puede decir a un adolescente que no beba cuando
los padres se muestran como unos consumidores habituales de alcohol? Velar por los
propios comportamientos es el primer paso.

El abuso de sustancias, la conducta sexual temprana y el aislamiento social, son


conductas potencialmente dañinas para la salud física y mental.

La adolescencia es una etapa marcada por una mayor autonomía e independencia de los
adultos y del entorno familiar, lo que puede llevar a la adopción de conductas de riesgo,
entendidas como aquellas que son potencialmente dañinas o nocivas para su salud física
y mental, como puede ser el consumo excesivo de alcohol o tabaco; el abuso de drogas
ilegales, como marihuana, cocaína y otras; la conducta sexual temprana o muy activa; el
aislamiento, incomunicación o desánimo, etc.

“Estas conductas no son enfermedades en sí, pero pueden llevar a una enfermedad. El
consumo de drogas aumenta la posibilidad de que el adolecente tenga después
problemas de salud mental, como angustia, depresión o psicosis”, explica el Dr. Ramón
Florenzano, siquiatra de Clínica Universidad de los Andes.

Existen factores individuales y familiares que predisponen a presentar conductas de


riesgo. Dentro de los individuales, está un temperamento irritable o muy emotivo, el
déficit atencional, el trastorno de atencional con hiperkinesia y los problemas de
conducta. Mientras que en el plano familiar, se cuentan el descuido, la poca atención o
el distanciamiento emocional de los padres, así como también la herencia o genética,
como por ejemplo, familiares alcohólicos o con enfermedades mentales.

El Dr. Florenzano entrega algunas recomendaciones frente a la presencia de factores de


riesgo:

• Ayudar al adolescente a comunicar lo que le está pasando antes de que se transforme


en un problema mayor.
• El estar de viaje, trabajar mucho o no vivir en la misma casa, no es excusa para
perder el contacto con los hijos. Las tecnologías ofrecen la posibilidad de comunicarnos
aunque estemos distantes geográficamente.
• Saber que los adolescentes tienden a minimizar las conductas de riesgo. Cuando
dicen que beben poco, y tenemos evidencia de lo contrario, no necesariamente están
mintiendo.
• Transmitir al adolescente que nos interesa cómo se siente, saber qué hace, con quién
está, pero que no sienta que estamos fisgoneando. “Si creemos que es importante
conversar con el colegio o con sus amigos, anunciarle que lo haremos”, recomienda el
especialista.
• Saber dónde están nuestros hijos, con quién, a qué hora van a volver y, si es posible,
ir a buscarlo. El monitoreo es importante.
• Estar alertas si de pronto cambia de amigos y comienza a frecuentar un grupo que no
conocemos, no lleva a casa o es de mayor edad.
• Atención a los detalles, como una baja significativa del promedio de notas, o que ya
no quiera cenar en la mesa con el resto de la familia y en cambio prefiera pasar el
tiempo encerrado en su habitación.

Introducción

La OMS define adolescencia como el período de vida comprendido entre los 10 y 19


años, durante esta etapa el adolescente se transforma en un individuo maduro en
sus dimensiones física, sexual, psicológica y social y establece su propia identidad. 1
La adolescencia puede ser un momento de grandes oportunidades para niños y
niñas, sin embargo exige el compromiso de la familia para superar los peligros y
vulnerabilidades propios de esta etapa y estimular el saludable crecimiento y
desarrollo con el fin de que el adolescente logre con éxito las tareas propias de esta
etapa.1-3

Las conductas de riesgo en adolescentes son determinantes en la salud, siendo las


principales responsables de la morbimortalidad en esta etapa, entre las cuales se
mencionan el consumo de drogas, embarazo precoz, mala alimentación, infecciones
de transmisión sexual, depresión y suicidio entre otras.4-6 Estas implican un
deterioro considerable en la salud del adolescente afectando su calidad de vida, la
inserción con igualdad de oportunidades en la sociedad y gran parte de las
enfermedades crónicas no transmisibles del adulto.1,2,5

La familia juega un rol primordial en la prevención de conductas de riesgo, siendo


el primer agente protector y facilitador del desarrollo sano en el adolescente, en
cuyo interior se educa y su grado de funcionalidad permitirá que éste se convierta
en una persona autónoma, capaz de enfrentarse e integrarse a la vida. 2 En la
familia los padres y adultos significativos son fundamentales por la influencia que
ejercen en el desarrollo de hábitos de vida, formas de expresar afectos,
relacionarse con los demás, de resolver conflictos y de desarrollar conductas de
autocuidado.7-9 Los estilos de crianza parental pueden tener un efecto positivo o
negativo en la incidencia de conductas de riesgo adolescente, comprobándose que a
mayor apoyo parental y control conductual hay menor consumo de drogas,
autoagresión, violencia y depresión entre otras.10

Estudios longitudinales demuestran que el adolescente presenta menos conductas


de riesgo cuando sus padres o tutores son capacitados entregándoles apoyo,
conocimiento y desarrollo de habilidades básicas en la crianza, tales como disciplina
consistente y apoyo afectivo, donde ambos elementos contribuyen a la adaptación
conductual y al desarrollo psicológico positivo del adolescente.10-14

El objetivo de esta revisión bibliográfica es conocer el rol que ejerce la Familia en la


prevención de las conductas de riesgo del adolescente, con el propósito de
contribuir al conocimiento del tema e incentivar a los profesionales de la salud y
educadores que se relacionan con adolescentes a sensibilizar a la familia, acerca de
la importancia que ejercen como agentes preventivos de las conductas de riesgo,
promoviendo un entorno constructivo en la crianza de estos.

Metodología
La revisión bibliográfica se realizó en las bases de datos Scielo, Science Direct,
Pubmed y Cinahl. Los resultados se limitaron a artículos de investigación y otros
que aportaran elementos relevantes al tema, publicados desde el año 2005 en
adelante, cuyo texto completo fuera accesible sin costo. Las palabras claves
utilizadas fueron family, prevention, risk conducts, adolescents, parental styles y
sus equivalentes en español. Se obtuvo un total de 150 trabajos, de los cuales se
seleccionaron 43 artículos: 25 artículos de investigación, 23 reportan metodología
cuantitativa, 2 cualitativa, y los 18 restantes aportan elementos relevantes. Se
utilizaron documentos institucionales obtenidos de los sitios web del Ministerio de
Salud chileno, Organización Mundial de la Salud y Organización Panamericana de la
Salud.

Situación de Salud de los adolescentes

El período de desarrollo humano que cubre la adolescencia es considerado crucial,


ya que marca el término de la niñez y tiene como meta completar el complejo
proceso de romper los lazos de dependencia infantil y lograr un proyecto de vida e
identidad propio. El desarrollo biológico, cognitivo y psicosocial que logren
desarrollar los adolescentes en esta etapa del ciclo vital, determinará la forma en
que vivirán su vida como adultos.15

La adolescencia es, después de la niñez, la segunda etapa más vulnerable del ciclo
vital y en donde se adquieren la mayoría de los hábitos que pueden tener
consecuencias para la salud a largo plazo, originando conductas de riesgo tales
como el tabaquismo, sedentarismo, malnutrición, consumo de drogas adictivas,
actividad sexual sin protección, las cuales tienen repercusiones biológicas y
psicosociales negativas tales como el embarazo, obesidad, complicaciones
metabólicas, drogadicción, deserción escolar, pobreza e incluso causar invalidez o
muerte, como los accidentes, suicidios y homicidios.16 Las conductas de riesgo,
pueden ser potencialmente prevenibles en la adolescencia temprana, sin embargo
se observa a nivel mundial una franca tendencia al aumento, siendo un motivo de
preocupación para las autoridades de salud. La adolescencia es una etapa de gran
importancia en términos de consolidar formas de vida que permitan mantener la
salud y retrasar el daño.17-20

La salud de los adolescentes es un elemento clave para el progreso social,


económico y político de los países. Cuando los adolescentes no consiguen llegar a la
edad adulta en condiciones óptimas de salud y educación, presume para los
gobiernos un elevado costo social y económico.1,16 Los insuficientes recursos
destinados a la promoción y atención de salud de adolescentes amenazan con
invalidar en forma parcial los logros conseguidos en la niñez, no obstante durante
las últimas décadas se ha reconocido la importancia de invertir en la salud y
desarrollo del adolescente, así como la necesidad de asignar alta prioridad a los
programas dirigidos al fomento, promoción y protección de la salud. 1,21,22 De esta
manera los países aseguran la salud del adolescente, de la próxima generación y la
adquisición de capital humano de la población joven económicamente activa, que
serán el gestor del crecimiento económico y un agente para la transformación social
de los países.4,22

Dado lo anterior es que la Convención por los Derechos del Niño y del Adolescente
los reconoce como sujetos portadores de derechos, paso fundamental para la
protección de esta etapa y la construcción de una sociedad democrática que cautela
el mismo respeto y derecho a participar que los adultos. La protección del
desarrollo integral, la no discriminación, la autonomía progresiva, participación y
expresión son principios básicos planteados por la Convención que deben ser
respetados y promovidos en todo contacto con el adolescente, tanto en su familia,
su comunidad y todos los sistemas de atención.1,4,8

La cohorte actual de adolescentes es la más grande que ha existido en el mundo,


en 2009 una quinta parte de la población mundial fueron adolescentes, número que
ha aumentado a más del doble desde 1950 y un 85% de ellos se encuentran en
países en desarrollo.1 Gran parte de los países del mundo se encuentran en un
período de "transición demográfica" debido al efecto combinado del descenso de la
fecundidad, disminución de la mortalidad y aumento de la esperanza de vida, y los
niños y niñas que ingresan al segundo decenio de sus vidas están formando parte
de las causas del cambio piramidal de la población.23

En Chile existe un aumento de la población adolescente y un "bono demográfico"


con predominio de la población económicamente activa, parte de este bono está
determinada por las tendencias de la población joven (10 a 24 años), ya que ellos
se constituirán en una fuente importante de aumento en la productividad, lo que
plantea exigencias de política pública en cuanto a la oferta de educación y salud. Es
por esto que son fundamentales las inversiones en la salud de los jóvenes para
producir beneficios de larga duración dirigidos a las generaciones futuras y se
convierta en un beneficio real para la sociedad. 1,24,25 Los indicadores de salud de
adolescentes en Chile muestran un aumento progresivo de su morbimortalidad
producto de conductas de riesgo del adolescente. La mortalidad llega a una tasa de
5 por 10.000 habitantes, siendo las causas más frecuentes de muertes las causas
externas: accidentes, traumatismos y violencias. El suicidio ha aumentado en forma
importante, alcanzando el año 2005 una tasa de 12,5 por 100.000 en hombres de
15 a 19 años.5,16,21

Los adolescentes presentan prevalencias elevadas de tabaquismo, con un 43,3% de


escolares de 4o medio que han consumido la última semana y cuya edad de inicio
promedio es de 13 años.5,16 Con respecto al consumo de alcohol las cifras se han
mantenido estables y altas, con un 52,8 % de los escolares de 4o medio que
consumen mensualmente, el año 2009, igual en hombres y mujeres, con una edad
de inicio de 13 años. Se describe una ingesta promedio de 80 grs. de alcohol en un
día en jóvenes de 15 a 24 años, lo que es mayor que en cualquier otra etapa de la
vida.26

La tasa de fecundidad en adolescentes chilenos muestra un progresivo ascenso,


llegando el año 2009 a una tasa de 54,3 por 1000 mujeres de 15 a 19 años, así
como también se observa una alta prevalencia de síntomas depresivos e ideación y
planificación suicida, con una prevalencia de 14% de jóvenes de 15 a 24 años con
síntomas depresivos y un 16% en escolares de 13 a 15 años.5,26 Además preocupan
las cifras de sobrepeso y obesidad en escolares de 8o básico, con un 40,2% de
sobrepeso u obesidad, un 85% de sedentarismo en hombres y 92,8% en mujeres
de 13 a 15 años, definido sedentarismo como la práctica de actividad física menor
de una hora al día.5,26

Situación similar con el resto del mundo donde los traumatismos derivados de los
accidentes de tránsito constituyen la principal causa de muerte entre los
adolescentes, originado por la propensión a tomar riesgos, situación que los lleva a
consumir tabaco y alcohol, se estima que la mitad de los 150 millones de
adolescentes que fuman morirán por causas relacionadas con el consumo de
tabaco.1
Rol de la Familia y conductas de riesgo adolescente

Las condiciones y circunstancias que influyen en las conductas de los adolescentes


y que afectan la salud, constan de una serie de factores determinantes que pueden
identificarse en cuatro niveles ecológicos: individual (personalidad, carácter),
interpersonal (los modelos, familia), comunitario y de políticas públicas. 4 La salud y
bienestar del adolescente se ven influidas en gran medida por las oportunidades y
calidad de experiencias que tiene en el ambiente familiar donde se desarrolla,
jugando ésta un rol esencial.27 En Chile y otros países del mundo se observa
variación en las características de la familia en cuanto a conformación e
institucionalización.28 La mayoría son biparentales, sin embargo un número
creciente de hogares son uniparentales, de autoridad femenina, producto de
separaciones, embarazo precoz o convivencia a corto plazo, los cuales dejan a la
mujer y sus hijos en condiciones desfavorables y se constituye en un elemento de
vulnerabilidad para futuras conductas de riesgo de los hijos.2,9,22

La familia cumple varias funciones importantes en el desarrollo de sus miembros,


modela sentimientos, ofrece patrones de conductas, pautas y normas de
convivencia, un adecuado vínculo y funcionamiento familiar con disponibilidad de
tiempo de los padres hacia los hijos, comunicación, rituales familiares, cohesión,
adaptabilidad y actividades en conjunto se han descrito como factores que
disminuyen significativamente las conductas de riesgo o predisponentes en el
adolescente.29-31

El proceso de socialización familiar se reconoce como uno de los factores


determinantes en la génesis y mantenimiento de las conductas de riesgo, al
constituirse en la base del desarrollo de las características individuales del
adolescente tales como su personalidad, autoconcepto, valores y habilidades de
comunicación entre otros.32 La falta de internalización de normas y resolución
dialogada de conflictos en las relaciones interpersonales familiares, dificulta la
adaptación efectiva y aumenta la probabilidad de conductas autodestructivas y de
riesgo en el adolescente.8,10,33-35

Se han identificado algunos factores de riesgo individual como la falta de


autocontrol, baja autoestima, bajo rendimiento escolar, deserción escolar y
ausencia de plan de vida, asociados a conductas de riesgo como la depresión,
adicciones e ideación suicida, que se asocian a familias con bajos niveles de
cohesión, desapegadas, de menores ingresos, con una escasa contención emocional
brindando escaso soporte para enfrentar las tareas propias de esta etapa.1,20,36 La
relación familiar entre padres e hijos es una interacción que afecta a ambos
agentes sociales y puede generar beneficios o daños potenciales para ambas
partes, en este sentido la percepción de los estilos de crianza parentales se ha
transformado en un importante tema a estudiar.37,38

Hay varias investigaciones que destacan el valor de la forma de educar de los


padres, es decir, los estilos de crianza y su influencia en la aparición de conductas
de riesgo y bienestar del adolescente.5,8,13,36-38 Barber hace varios años elaboró un
modelo interaccional donde describe diversas dimensiones de los estilos de
parentalidad y sus efectos en los hijos de adolescentes, modelo que ha sido
validado por otros estudios.3,36,38 Este modelo describe que los estilos de crianza
poseen tres variables: la conducta de apoyo/aceptación estaría positivamente
relacionada con la competencia interpersonal del adolescente traducida en mayor
interacción social con exploración creciente del mundo y mejor salud mental; el
control psicológico de tipo coercitivo traducido en la negociación de los afectos,
generación de culpas y represión dificultaría el desarrollo de la autonomía y se
correlaciona positivamente con depresión, suicidio y conductas antisociales;
finalmente el control conductual basado en el establecimiento de límites y
monitoreo, refleja la comunicación y confianza entre padres e hijos y estaría
negativamente asociado con las conductas de riesgo.10,36-38

Simpson recopila una serie de investigaciones que coinciden en demostrar que los
padres son una fuerte influencia en el crecimiento saludable del adolescente y
menciona cinco pilares básicos del rol para ser padres de adolescentes: (a) ofrecer
amor y conexión; (b) controlar la conducta y el bienestar del adolescente; (c)
aconsejar, incluyendo negociación y fijación de límites; (d) ofrecer información y
consulta para entender, interpretar y transitar por el mundo, a través de un
proceso de ejemplo y diálogo continuo; y (e) proveer y abogar por recursos,
incluyendo otros adultos a quienes les importe.30

Debido a los profundos y complejos cambios que se presentan en la adolescencia,


educar a los adolescentes se convierte en una situación tensionante para muchos
padres, quienes experimentan sentimientos de ineficacia e incompetencia en
relación con el comportamiento de sus hijos.29,30 De la revisión de la literatura, las
intervenciones con fuerte énfasis en trabajo con familias y capacitación parental en
estilos de crianza efectivos es una estrategia fundamental para disminuir las
conductas de riesgo en adolescentes, dentro de las cuales se destaca el Programa
"Familias Fuertes".10-14 La efectividad de estos programas se basa en involucrar
activamente a padres e hijos en varias sesiones educativas, con un enfoque
predominante en la reflexión, adquisición de conocimientos y desarrollo de
habilidades, de negociación y de comunicación junto con sentimientos de
aceptación y apoyo en la crianza de otro grupo de padres, situaciones que
conducen a la reducción de sentimientos de culpa y mayor empatía y confianza en
la interacción con los hijos.10

Discusión

La adolescencia es una etapa de transición hacia la adultez, caracterizada por


procesos concretos e irrepetibles, con un fuerte componente emocional y social que
derivan en cambios importantes para cumplir tareas determinadas. Para el logro
exitoso de éstas se necesita el apoyo de la familia, que a su vez también tiene
tareas y desafíos que cumplir en este sentido.1,3,8

La familia durante la adolescencia se ve tensionada y enfrentada a una serie de


situaciones complejas, donde cada uno de sus miembros contribuye al
funcionamiento manteniendo su identidad, a través del ejercicio de roles, funciones
y de las tareas necesarias del conjunto. Las familias empiezan a sentir un
desequilibrio en la organización de las pautas previamente establecidas, teniendo
que realizar una reacomodación en los estilos de crianza para otorgar al
adolescente un entorno adecuado y saludable para su desarrollo.15,39 La
adolescencia se destaca por ser un momento de promesas y oportunidades, sin
embargo con bastante frecuencia, es un periodo de graves consecuencias para la
salud. Los problemas de salud del adolescente son predominantemente
psicosociales, es decir, derivan de sus estilos de vida y conductas, los cuales son
modelados primordialmente en el interior de la familia.2,27,28 Las conductas de riesgo
son potencialmente prevenibles, lo que justifica la implementación de programas
orientados a la disminución y promoción de la salud integral, con el fomento de
estilos de vida saludables y que tengan un enfoque psicosocial y familiar. 4,10,11,13,17,32

La presencia de una relación parental fría y negativa, apego inseguro, inflexibilidad,


disciplina inconsistente y supervisión inadecuada, están vinculadas a familias que
presentan conflicto familiar, ruptura matrimonial, violencia, monoparentalidad y
menor nivel socioeconómico, los cuales son indicadores que aumentan el riesgo de
desarrollar conductas de riesgo y problemas emocionales de los adolescentes, lo
que revela la importancia de fortalecer el vínculo familiar.40-43

Los adolescentes en la actualidad están en mejores condiciones y con mayores


beneficios derivados del progreso tecnológico, sin embargo la rápida urbanización,
las telecomunicaciones, los viajes y migraciones conllevan a nuevas posibilidades y
riesgos de daño para la salud de los adolescentes y jóvenes.1,4 Por ello, centrar los
esfuerzos en promover mejoras en la comunicación, vigilancia y optimizar los
estilos de crianza parental, emergen como una necesidad inmediata y urgente a fin
de facilitar el desarrollo del rol, considerando que los padres son los principales
modelos y que sus comportamientos actuarían facilitando en los adolescentes la
posibilidad de evitar que adopten conductas de riesgo.6,8,9 En este contexto se ha
observado que a los padres les resulta más fácil preocuparse por el bienestar físico
de sus hijos a diferencia que cuando se trata de prevención de conductas de riesgo
y se puede tornar aún más difícil con aquellos padres que tienen bajos ingresos, ya
que son familias que reportan menor disposición a participar de programas de
apoyo.19

Surge la necesidad de realizar intervenciones a través de programas que apoyen y


fortalezcan a la familia. Hay investigaciones que explicitan la eficacia de los
programas que promueven estilos crianza efectivos con efectos positivos
importantes en la prevención de conductas como el consumo de alcohol, drogas o
tabaco. Para ello, se requiere la participación activa de los padres y adolescentes y
su compromiso a permanecer en estos programas.17 Estas intervenciones facilitan
la autosuficiencia parental, el desarrollo de competencias sociales, la
autorregulación y crianza de los hijos y el momento más propicio para realizarlas es
en la adolescencia temprana (10-14 años), donde se observan mejoras en los
resultados obtenidos, para lo cual se requiere involucrar activamente a los padres,
adolescentes, educadores y profesionales de la salud.8,10-13

Tanto a nivel país ("bono demográfico"), como institucional e individual, resulta


fundamental que se inviertan recursos para promover y mantener un nivel óptimo
de salud en el adolescente y producir beneficios de larga duración dirigidos a las
generaciones futuras. Se necesitan políticas de salud y de educación adecuadas que
releven el rol de la familia como protagonista del desarrollo sano del adolescente y
programas que respondan a las necesidades y demandas de salud de este grupo
etario con el fin de contribuir a mejorar su calidad de vida.16,22,24

Conductas de Riesgo en Adolescentes y Jóvenes


La adolescencia es un periodo crítico de cambios biológicos, comportamentales y
sociales que permite desarrollar y reafirmar la personalidad, la autoestima, la
autoconciencia y, en definitiva, la identidad del adolescente y futuro adulto. Estos
cambios implican un desarrollo cerebral que pueden conducir a mantener conductas de
riesgo.

Esta semana, Alejandra Escura y Mireia Garibaldi, psicólogas del INSTITUT


D’ASSISTENCIA PSICOLOGICA I PSIQUIATRIA MENSALUS, nos hablan sobre las
conductas de riesgo en adolescentes y jóvenes, y nos recuerdan la importancia de
consultar con un profesional cuando sea necesario

Qué son las conductas de riesgo

Las conductas de riesgo son comportamientos que implican un efecto placentero


inmediato pero carecen de una valoración de las consecuencias posteriores.

Es fundamental comprender qué mecanismos cognitivos guían al adolescente a la


asunción de conductas de riesgo. Los procesos cognitivos que se desarrollan ante estas
conductas son interpretaciones mayoritariamente erróneas que aparecen de forma
espontánea ante diferentes situaciones y que son aceptadas como verdaderas. Estas, a su
vez, conducen a desarrollar emociones desagradables que perjudican la salud, las
relaciones personales y el bienestar emocional del adolescente.

Así pues, aprender a identificar los pensamientos automáticos erróneos o distorsiones


cognitivas permitirá al adolescente alcanzar un mayor bienestar. Esta es una de las
principales tareas que llevamos a cabo desde la intervención psicoterapéutica.

Conductas de riesgo en adolescentes

Los adolescentes son el sector de la población más sensible a las influencias del
entorno. Se trata de una etapa decisiva en la adquisición y consolidación de los estilos
de vida, ya que se reafirman algunas tendencias comportamentales adquiridas en la
infancia y se incorporan otras nuevas provenientes de dichos entornos de influencia.

Así pues, en la adolescencia se pueden iniciar una amplia gama de conductas de riesgo
que afectan a la salud biopsicosocial de los chicos y chicas de esta etapa. Estas
conductas son acciones voluntarias o involuntarias realizadas por un individuo o la
comunidad que pueden llevar a consecuencias nocivas.

Por todo ello, es esencial que padres e hijos hablen y, en caso de ser necesario,
consulten con un profesional.
Principales conductas de riesgo en los jóvenes

Hoy destacamos algunas de las conductas de riesgo más relevantes de la adolescencia:

 Consumo de drogas (especialmente alcohol, tabaco y marihuana). El contacto de los


adolescentes con las drogas aparece cada vez a edades más tempranas. El tabaco es la
sustancia con la que tienen un contacto más precoz, situándose la edad media de inicio
al consumo en los 13,20 años, seguido del alcohol con 13,70 años. Concretamente, el
abuso de alcohol en la adolescencia se relaciona con problemas de salud, fracaso
escolar, sexo no planificado, problemas legales, alteraciones afectivas e inicio de
consumo de otras drogas.
 Relaciones sexuales precoces y sin medidas de protección. La mayoría de las personas
inician su vida sexual durante la adolescencia. El número de abortos en esta etapa
supera los 2,5 millones. Este incremento parece estar relacionado con una iniciación
sexual más precoz, mayor número de parejas sexuales y el no uso del preservativo o de
otras medidas anticonceptivas.

 Trastornos de la alimentación. La aparición de trastornos como la Anorexia Nerviosa y


la Bulimia Nerviosa es mayor en la adolescencia dada la magnitud de los cambios
biológicos, psicológicos y de redefinición del papel social en esta etapa de la vida,
asociada a la preocupación por el culto a la belleza. Estos trastornos se asocian a
conductas de riesgo como el suicidio, las autolesiones y problemas graves de salud que
pueden conducir a la muerte.

 Conducta Antisocial. Los menores que manifiestan conductas antisociales se


caracterizan, en general, por presentar conductas agresivas repetitivas, robos,
provocación de incendios, vandalismo, y, en general, un quebrantamiento de las
normas. Cuando los niños se convierten en adolescentes y adultos, sus problemas
suelen continuar en forma de conducta criminal, alcoholismo, afectación psiquiátrica
grave, dificultades de adaptación manifiestas en el trabajo y la familia y problemas
interpersonales.

 Abandono de los estudios: El fracaso y el absentismo escolar roban a muchos menores


sus posibilidades de crecimiento personal y social. El fracaso escolar incrementa la
posibilidad de sufrir algún daño o de cometer conductas infractoras como: consumir
tóxicos, sufrir accidentes, depresión, asociarse con pares que presentan conductas
disruptivas, antisociales o violentas, usar inadecuadamente las redes sociales, llevar a
cabo prácticas sexuales sin protección, etc.

La Conducta suicida: la conducta de riesgo tabú


La conducta suicida es un importante factor de riesgo en la adolescencia y, a su vez, es
uno de los mayores tabúes. En realidad, es una de las primeras causas de mortalidad en
esta población.

La conducta suicida engloba varios fenómenos entre los cuales destacan el suicidio
consumado, la tentativa suicida y la ideación suicida. Algunos signos de alerta
relacionados con esta conducta de riesgo son:

 La desesperanza acerca del futuro.


 La ausencia de proyectos vitales a corto/medio plazo.

 El bajo estado de ánimo y baja autoestima.

 La alteración de los hábitos, del sueño, la alimentación o disminución del rendimiento


académico.

 Las dificultades para compartir el malestar o sufrimiento con familia y/o amigos.

 El aislamiento.

 El cese de actividades que antes realizaba, o incapacidad de disfrutar de las mismas.

 Autolesiones (cortes en antebrazos, muslos…) normalmente realizadas con la finalidad


de regular emociones negativas.

 Sufrimiento relacionado con acoso escolar, bullying.

 Experiencias traumáticas (abuso sexual, maltrato…) que generan gran sufrimiento.

El papel de la familia

La familia cumple un rol primordial en el desarrollo de cada uno de sus integrantes, es


moduladora y promotora de emociones y sentimientos, es escenario constante de
modelos de conducta, transmisora de valores y normas de convivencia. La familia es el
primer pilar del desarrollo de un vínculo adecuado basado en la dedicación, el afecto, la
comunicación, la cohesión, la adaptabilidad, etc.

Por todo ello, los modelos parentales y de otros adultos significativos en la vida del
adolescente desempeñan un papel trascendental, ya que ejercen una importante
influencia en el desarrollo de hábitos de vida, formas de expresar afectos, relacionarse
con los demás, de resolver conflictos y de desarrollar conductas de autocuidado. Por
este motivo, el trabajo conjuntamente con los padres, en muchos casos, será uno de los
pilares del tratamiento.

La adolescencia es una etapa en la que se producen grandes cambios en el desarrollo


emocional, físico, mental y social, los cuales provocan desorientación y ambivalencia en
la búsqueda del equilibrio personal y social. En ocasiones, la ayuda de un psicólogo
puede facilitar la comprensión y adquisición de dichos cambios

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