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Instituto Tecnológico del Valle de Morelia

Edafología
‘‘Clasificación de los suelos según su
capacidad de uso’’
Ing. Jorge Eduardo Huerta Díaz
Integrantes del equipo:
Ángela Paulina González Mercado
Santoyo Guillén Kevin Llustmel
Gamiño Guzmán Yazmín
Cruz Corona Salvador
Katia Yamilet Carrillo Martínez
Madrigal Contreras Emmanuel
Morelia Mich., a 26 de febrero, 2018.
INTRODUCCIÓN

La Capacidad de Uso de los suelos es una clasificación técnica interpretativa


basada en los efectos combinados del clima y las características permanentes del
suelo, y que tiene por objeto agrupar a los suelos existentes en Clases de
Capacidad de Uso, para señalar su relativa adaptabilidad a ciertos cultivos propios
de una zona, además de indicar las dificultades y riesgos que se pueden presentar
al usarlos. La clasificación está basada también en la capacidad de la tierra para
producir, señalando las limitaciones naturales de ella.

El sistema de clasificación está basado en las Normas y Principios del Servicio de


Conservación de Suelos en los Estados Unidos de América, pero adecuado a los
patrones edáficos, climáticos y topo fisiográficos existentes en el área reconocida.

El esquema básico de agrupación comprende los siguientes niveles o categorías


sistemáticas.

• Divisiones o grupos de capacidad.

• Clases de capacidad de uso.

• Subclases de capacidad de uso.

Las divisiones o grupos de capacidad comprenden categorías menores de


clasificación, que son las clases de capacidad. Estas se diferencian unas de otras
por el grado de limitaciones permanentes o riesgos que involucra el uso de los
suelos.

Las clases de capacidad de uso comprenden las subclases de capacidad, las


cuales están determinadas de acuerdo con la naturaleza de las limitaciones que
impone el uso del suelo y están en función de los siguientes factores:

• Condición del suelo.

• Riesgos de erosión.

• Condición de drenaje.

• Peligros de inundación

Las cuatro subclases denotan el problema dominante que afecta el uso del suelo.

Se representan con los siguientes símbolos, que acompañan a los números


romanos de las clases;
e = involucra todos los riesgos de erosión o erosión pasada, fenómenos de
escurrimiento superficial, pendientes excesivas del suelo.

w = considera problemas de humedad y drenaje, y determina la dificultad del


movimiento del agua a través del suelo.

s = se refiere a todas las limitaciones del suelo (profundidad, texturas extremas,


pedregosidad, salinidad, etc.)

i = representa el peligro de inundación está relacionado con las inundaciones


periódicas o eventuales que ocasionan los ríos en creciente-

Objetivos:

1. Establecer las caracteristicas relevantes de un suelo, permitiendo decidir la


combinación de cultivos y prácticas de manejo que posibilitan el uso
apropiado de la tierra, sobre una base sustentable, sin riesgos de erosión.
2. Constituir un punto en la formulación de planes de conservación de suelos y
aguas.
3. Facilitar la interpretación de estudios agrícolas a personas no
especializadas.

Justificación

Esta investigación analiza cada una de las características del uso del suelo, para
que éste pueda ser utilizado y cultivado con la fertilización adecuada, el riego y
humedad necesarios.

La clasificación de los suelos según su capacidad de uso se divide en categorías


en las cuales, las limitaciones van aumento según sea, esto con la finalidad de
facilitar la decisión para la combinación de cultivos y prácticas de manejo
apropiado de la tierra.
Desarrollo
 Divisiones o grupos de capacidad
1.1. TIERRAS APTAS PARA CULTIVOS INTENSIVOS Y OTROS USOS.

Se incluyen todas las tierras generalmente arables y adecuadas para cultivos


intensivos y permanentes.

Dentro de este grupo de capacidad se han reconocido las Clases I, II, III y IV, las
cuales se describen a continuación:

CLASE I:

Cultivables sin limitaciones de uso: Los suelos de la Clase I tienen pocas


limitaciones que restrinjan su uso. Son casi planos, profundos, bien drenados,
fáciles de trabajar, poseen buena capacidad de retención de humedad y la
fertilidad natural es buena.

Los rendimientos que se obtienen,


utilizando prácticas convenientes de
manejo, son altos en relación con
los de la zona. Se adaptan bien para
cultivos intensivos y en su uso se
requieren prácticas simples de
manejo para mantener su
potencialidad productiva y su
fertilidad natural.

CLASE II: Cultivables con ligeras limitaciones de uso y moderados riesgos de


daño

Los suelos de la Clase II presentan algunas limitaciones que reducen la elección


de los cultivos o requieren moderadas prácticas de conservación. Son suelos
planos con ligeras pendientes, profundas a moderadamente profundos, de buena
permeabilidad y drenaje.

Presentan texturas favorables que pueden variar a extremos más arcillosos o


arenosos respecto a las texturas de la Clase I.

Las limitaciones más frecuentes de esta Clase, las que se pueden presentar solas
o combinadas, son las siguientes:

• Pendientes suaves (de 0 a 4%) y micro relieve poco acentuado.

• Moderada susceptibilidad a la erosión por agua o viento o efectos adversos


moderados de erosión pasada.
• Profundidad menor que la ideal.

• Estructura y facilidad de laboreo desfavorable.

• Ligera humedad corregible por drenaje, pero existiendo siempre como una
limitación moderada.

• Limitaciones climáticas ligeras.

 Subclase IIi

Esta clase comprende solamente la subclase IIi, e incluye suelos aluviales


recientes clasificados como Tropofluvent; dichos suelos están sujetos a ligeros
riesgos derivados de las inundaciones ocasionales producidas por las crecientes
excepcionales de los ríos de la zona.

En términos generales, son tierras buenas, arables, aptas para cultivos


agronómicos intensivos adaptados al lugar, como maíz, arroz, hortalizas, yuca,
maní, sandía y legumbres, pero también podrían implantarse especies
permanentes, principalmente frutales tropicales, banano, plátano, pastos, etc.

CLASE III: Cultivables con moderadas limitaciones de uso susceptibles de


corrección, y riesgos de daños:

Los suelos de la Clase III presentan moderadas limitaciones en su uso y restringen


la elección de cultivos, aunque pueden ser buenas para ciertos cultivos
especiales. La topografía varía de plana a moderadamente inclinada (hasta 8%),
poca profundidad efectiva, la permeabilidad varía de lenta a muy rápida.

Los suelos de esta Case requieren prácticas especiales de conservación.

Las limitaciones más comunes para esta Clase se refieren a:

• Suelo descansando sobre roca.

• Alta susceptibilidad a la erosión o efectos visibles de ella.

• Excesiva humedad o riesgos continuos de inundación que restringen el


desarrollo radicular.

• Baja fertilidad inherente.

• Topografía moderadamente ondulada.

• Profundidad del suelo que restringe el desarrollo de las plantas.

• Estructura y textura desfavorables.


• Baja capacidad de retención de agua.

 Subclase IIIi

La subclase IIIi incluye suelos aluviales recientes (Tropofluvent), planos,


profundos, de textura arenosa a franco arcillosa, de reacción moderadamente
ácida a neutra y de fertilidad natural moderada.

 Subclase IIIe

Agrupa suelos ligeramente inclinados, moderadamente profundos a profundos,


franco arcillosos, a veces arcillosos muy porosos y muy friables, y tienen una alta
capacidad de retención hídrica. Químicamente son de reacción fuertemente ácida
a ligeramente ácida, con proporciones bajas a moderadas en fósforo y potasio; la
dotación de calcio y magnesio es equilibrada.

 Subclase IIIesw

Los suelos que forman esta subclase son predominantemente arcillosos, de


topografía ligeramente inclinada, superficial a moderadamente profundos. Estos
suelos tienen una reacción fuertemente ácida a medianamente ácida y por lo
general son de fertilidad moderada.

El problema fundamental, aparte del peligro de erosión hídrica, es la pobre


estructuración y el alto contenido de arcillas plásticas del tipo montmorillonita que
se tornan muy plásticos y pegajosos cuando están húmedos y muy duros y
compactos cuando se secan, dando lugar a cuarteaduras o agrietamientos de
tamaños variables. Esta característica crea problemas en el laboreo del terreno y
le infieren un drenaje interno restringido.

CLASE IV: Cultivables sólo ocasionalmente por presentar serias limitaciones de


uso y alto riesgo de daños:

Los suelos de la Clase IV presentan severas limitaciones de uso que restringen la


elección de cultivos.

Requieren de un manejo muy cuidadoso y, por ello, más difícil de aplicar y


mantener que las de la Clase III. Los suelos de esta Clase pueden estar
adaptados sólo para dos o tres de los cultivos comunes y la cosecha producida
puede ser baja con relación a los gastos sobre un período largo de tiempo.

Las limitaciones más usuales para esta Clase se refieren a:

• Suelos delgados a muy delgados.


• Pendientes pronunciadas con topografías moderadamente onduladas.

• Baja capacidad de retención de humedad.

• Humedad excesiva con riesgos continuos de anegamiento.

• Moderados efectos adversos de clima.

• Severa susceptibilidad a la erosión por agua o severa erosión efectiva

 Subclase IVe

Las tierras de esta subclase son porosas, muy friables y tienen una buena
capacidad de almacenamiento hídrico; mediante un trabajo agrícola adecuado
podría mantenerse el equilibrio hídrico en buenas condiciones, principalmente en
la época de relativa sequía. Las limitaciones de uso están relacionadas
básicamente con la naturaleza de la topografía inclinada, que les infiere serios
riesgos de erosión hídrica.

 Subclase IVes

Al igual que los de la subclase IVe presentan buenas características


hidrodinámicas, pero en cambio se encuentran afectados por una reacción fuerte a
muy fuertemente ácida que no les favorece con una mayor disponibilidad de
elementos nutricionales; por lo tanto, su fertilidad natural es baja. A esto se
agregan los peligros por erosión pluvial debido a su topografía inclinada.

Dada la topografía de los terrenos, de pendiente inclinada, resultaría conveniente


utilizarlos más bien para pastos mejorados y desarrollo de una ganadería semi-
intensiva. También podrían ser adecuados para explotaciones de carácter
permanente, o de ciertos cultivos anuales como yuca, ñame, maíz y frijoles.

1.2. TIERRAS APTAS PARA CULTIVOS PERMANENTES, PASTOS Y


APROVECHAMIENTO FORESTAL.

Este grupo de uso, formado por las clases de capacidad V y VI incluye tierras que
por lo general no son adecuadas para cultivos intensivos, aunque lo serían para
cultivos agronómicos permanentes, pastoreo y actividad forestal.

CLASE V: Terrenos para pastos y bosques, generalmente no aptos para cultivos.

En esta clase se encuentran los suelos que son adecuados para soportar
vegetación permanente, no son apropiados para cultivo y las limitaciones que
poseen restringen su uso a pastos, masas forestales y mantenimiento de la fauna
silvestre, características:
Características:

1. Tierras prácticamente sin problemas de erosión, pero tienen limitaciones de

Susceptibilidad a inundación frecuente o tienen piedras o tienen limitaciones


climáticas,

2. Suelos de terrenos bajos sujetos a frecuentes inundaciones que limitan el


desarrollo de los cultivos.

3. Suelos casi planos con una estación de crecimiento que limita el desarrollo
normal de los cultivos.

4. Suelos casi planos con piedras o rocas sobre la superficie.

 Subclase Vsw

Los problemas de uso están íntimamente ligados a las condiciones de drenaje; a


la naturaleza arcillosa de los perfiles, que dificulta el movimiento del agua a través
del suelo, y a la existencia en algunos perfiles de tenores moderados de aluminio
cambiable.

El drenaje deficiente se manifiesta a través del empozamiento de las aguas de


lluvia y a la presencia de una napa freática fluctuante a poca profundidad del
suelo, que a veces suele encontrarse a escasos centímetros de la superficie.

 Subclase Vswi

Aparte de las limitaciones enunciadas en la subclase Vsw, deben agregarse


problemas originados por inundación fluvial.

Entre las prácticas de mejoramiento y control apropiado para los suelos de estas
subclases pueden indicarse los siguientes: Introducción de pastos seleccionados y
mejoramiento de pastos actuales y nativos; división de los campos en potreros a
fin de establecer un pastoreo rotativo, control del número de animales y desarrollo
de una cubierta adecuada permanente, evitando el pastoreo en épocas muy
húmedas

CLASE VI: Suelos con limitaciones severas que los hacen no aptos para su
aprovechamiento bajo cultivos, pero que pueden ser utilizados en la producción de
pastos, árboles o vida silvestre o cultivos especiales en cobertura

Los suelos de esta clase deben emplearse para el pastoreo o la silvicultura y su


uso entraña riesgos moderados. Se hallan sujetos a limitaciones permanentes,
pero moderadas, y son inadecuados para el cultivo. Su pendiente es fuerte o son
muy someros.

Características:

1. susceptibles a erosión severa,

2. muestran efectos muy severos de erosión anterior,

3. pedregosidad,

4. superficialidad de la zona radical,

5. excesiva humedad o riesgo de inundación,

Los suelos de la clase VI pueden usarse sin problemas para cultivos comunes
siempre que se aplique un sistema de gestión inusualmente intensivo. Algunos de
los suelos de esta clase están también adaptados a cultivos especiales, como
huertos con revestimiento herbáceo, arbustos frutales o similares, que requieren
condiciones diferentes a las de los cultivos comunes. Dependiendo de las
características del suelo y del clima local, estos suelos pueden resultar aptos o
poco aptos para los bosques.

 Subclase VIes

Son tierras con problemas de pendientes complejas y pronunciadas y de poca


profundidad efectiva, y se encuentran afectadas por un fuerte escurrimiento
superficial y un elevado potencial hidroerosivo. Si la cubierta vegetal fuera
eliminada por cultivos impropios, sobre pastoreo, tala y quema, el fenómeno que
aparecería sería la disminución vertiginosa de las escasas reservas nutricionales y
la capacidad productiva de los suelos, sobreviniendo el empobrecimiento
prematuro del recurso y el arrastre de grandes masas de tierras por acción de la
erosión pluvial.

La capacidad productiva de esta clase de tierras puede ser mantenida y mejorada


mediante la fijación de cultivos exclusivamente de carácter permanente (mango,
mangostín, palma aceitera, cocotero, piña, nance, marañón, maracuyá, cítricos,
ciruelo y otros frutales nativos), y la aplicación de prácticas de conservación en
base a cultivos de cobertura y quizás también con terrazas del tipo escalonada.
Las áreas que puedan dedicarse a la explotación ganadera requerirán prácticas
consistentes en el control del número de animales por hectárea evitando el
sobrepastoreo.
1.3. TIERRAS MARGINALES PARA USO AGROPECUARIO

Comprenden la Clase VII, que agrupa a las tierras inapropiadas para uso
agropecuario y que están relegadas para propósitos de explotación de recursos
forestales. Las condiciones físicas de estas tierras son deficientes debido a que
reúnen una mezcla de suelos superficiales a moderadamente profundos.

CLASE VII: Estos suelos se hallan sujetos a limitaciones permanentes y severas


cuando se emplean para pastos o silvicultura. Son suelos pendientes,
erosionados, accidentados, someros, áridos o inundados.

Características:

1. Pendiente muy pronunciada

2. Erosión

3. Suelos superficiales

4. Pedregosidad

5. Suelos excesivamente drenados

6. Salinidad y sodio

7. Clima desfavorable

8. Otras limitaciones que hacen de estos suelos no aptos para cultivos comunes.

Dependiendo de las características del suelo y del clima local, los suelos de esta
clase pueden resultar aptos o poco aptos para los bosques. No se pueden utilizar
para ningún cultivo común; en casos inusuales, algunos de ellos pueden
emplearse para cultivos especiales bajo condiciones de gestión excepcionales.

 Subclase VIIes

Tiene limitaciones de uso como consecuencia de las deficiencias relacionadas con


la profundidad del suelo y la topografía muy empinada con declive entre 50 y 75%;
en consecuencia, son tierras de alta susceptibilidad a la erosión pluvial. El
fenómeno erosivo ya está presentándose en determinados lugares de la zona,
especialmente en aquellas tierras destinadas a la ganadería extensiva; la erosión
hídrica ha destruido prácticamente la capa superficial, y los pastos deficientemente
desarrollados se encuentran en suelos de superficie rojiza.
Dada su naturaleza topográfica desfavorable, estos suelos se prestan casi
exclusivamente para la explotación del recurso forestal. La tala racional y el
repoblamiento de las especies madereras comerciales deben constituir las
medidas básicas para el mantenimiento de las reservas forestales. Deben evitarse
las quemas y talas masivas con propósitos agropecuarios, porque esto traería
aparejado la destrucción prematura del suelo comprometiendo las tierras de
gradientes más bajas ubicadas por debajo de aquéllas.

 Subclase VIIswi

Los problemas de uso están ligados a las deficiencias originadas por la lenta
permeabilidad dada la naturaleza predominantemente arcillosa del perfil edáfico.
El drenaje es muy defectuoso como consecuencia de la presencia casi
permanente de una napa freática muy alta y de los numerosos empozamientos de
agua creados por las depresiones. A esto hay que agregar las inundaciones de las
aguas pluviales provenientes de las tierras aledañas situadas en niveles
superiores, de los ríos que se desbordan por efecto de las crecientes, y de las
mareas.

El mejoramiento y la rehabilitación de estas tierras son dudosos a menos que se


adopten técnicas especiales de drenaje dentro de términos económicamente
justificables, ya que su utilización quedaría circunscrita a muy pocos cultivos
especiales. El arroz podría ser una de las especies más apropiadas para este
medio edáfico.

1.4. TIERRAS NO APTAS PARA FINES AGROPECUARIOS NI


EXPLOTACIÓN FORESTAL.

La clase VIII caracteriza a este grupo, y son en su mayoría tierras situadas en las
cimas de las montañas. Los suelos y las formas del terreno de esta clase se
caracterizan por sus limitaciones muy severas o extremas, lo que las hacen
inapropiadas para fines agropecuarios y aun para propósitos de explotación
racional del recurso maderero.

Los suelos de esta clase no son aptos ni para silvicultura ni pastos. Deben
emplearse para uso de la fauna silvestre, para esparcimiento o para usos
hidrológicos.

Características

1. Erosión o peligro de ser erosionados

2. Clima severo
3. Suelo excesivamente húmedo

4. Pedregosidad

5. Baja capacidad de retención de humedad, y

6. Exceso de salinidad y sodio

En la clase VIII se incluyen tierras yermas, afloramientos rocosos, playas de


arena, cauces secos, suelos de desechos mineros y otras tierras casi estériles.
Puede ser necesario proteger y gestionar de forma especial el crecimiento de las
plantas en los suelos y las formas de relieve de la clase VIII para proteger otros
suelos más valiosos, controlar el agua o para dedicarlos al uso de la fauna
silvestre o fines estéticos.

 Subclase VIIIes

A esta clase de capacidad corresponden todas aquellas tierras de topografía


extremadamente empinada de relieve abrupto y muy quebrado, superficial y con
afloramientos rocosos o pedregosidad superficial. Son altamente susceptibles a la
erosión pluvial. No ofrecen ningún valor para propósitos agropecuarios ni
silvícolas, y más bien sirven para otros fines, como captación de agua, suministro
de energía, parques nacionales, explotación de canteras y minería. En general son
tierras que componen el marco escénico del gran grupo de bosques de protección
de vida silvestre.

 Subclase VIIIswi

Agrupa suelos arcillosos pobremente drenados con superficies pantanosas o con


napa freática muy próxima a la superficie. Se inundan severamente por lluvias o
aguas provenientes del desbordamiento de los ríos o por las mareas (suelos de
manglares, normalmente con elevadas dosis de Na cambiable). El mejoramiento
del sistema de drenaje puede no ser factible o poco justificable debido al conjunto
de limitaciones severas que afectan a estas tierras, que están incluidas dentro del
grupo de bosques de protección.
Conclusiones

La participación del ingeniero agrónomo es indispensable para esta clasificación


antes ya explicada, ya que gracias al profesionista se facilitará el análisis de los
resultados de cierta tierra para las personas poco o totalmente no especializadas.

Está clasificación puede estar sujeta a cambios o actualizaciones de acuerdo a


características o condiciones particulares que se encuentren en su aplicación,
pudiendo en un futuro llegar a evolucionar hasta un sistema de clasificación por
productividad de sitios, es decir, un sistema de clasificación por clases de sitio o
calidad de sitio. Obviamente se requiere de estudios más avanzados en este tema
para diferentes condiciones del país y por especies forestales.

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