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SEMANA N° 07
CURSO:
INTRODUCCION A LA MEDICINA
INTEGRANTES:
SEMESTRE:
2019 - 2
DOCENTE:
2019
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INDICE
INTRODUCCION………………………………………………………………………………..…. 3
LA PROFESIÓN MÉDICA……………………………………………………………. 4
REFERENCIAS.…………………………………………………………………………………… 11
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INTRODUCCION
El rol es el papel que se juega. En el teatro, cada personaje juega un rol. En el teatro de la vida,
nosotros también jugamos varios roles. Cada uno juega los roles que ha aprendido. Cada rol
determina una forma de relación. En ese sentido, puesto que los profesionales de la salud jugamos
un rol, en el desempeño de nuestra profesión se establece un tipo particular de relación con el
enfermo. El rol determina hasta cierto punto cómo será la relación. Puesto que a veces el rol no
está clarificado, y otras veces en el seno de una profesión hay varios puntos de vista, se plantean
diferentes tipos de relación con el enfermo. Las profesiones de la salud tienen una particularidad:
la relación es uno de los instrumentos terapéuticos más importantes. Por eso, al definir el rol, se le
da mucha importancia a la relación profesional de la salud/enfermo. En la medida que el rol está
establecido con claridad, se pueden determinar las habilidades y actitudes que tiene que tener el
profesional. Entre otras características, el profesional de la salud tendrá habilidades y actitudes
relacionales. Si no las tiene, las tendrá que desarrollar.
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SOCIEDAD Y PROFESIÓN MÉDICA
LA PROFESIÓN MÉDICA.
Conceptualmente la "Profesión Médica" se define como el grupo social compuesto por los
Profesionales de la Medicina (los médicos y medicas). Estos individuos, para integrar la Profesión,
deben ejercer los principios del llamado Profesionalismo, es decir los valores inherentes a la
Profesión en sí.
La Profesión Médica se identifica, entre los grupos sociales por su saber y por el compromiso en la
aplicación práctica de ese saber. El Saber, como conocimiento y el saber cómo ética y la acción.
como compromiso de aplicación y regulación de las acciones.
El saber tiene dos vertientes. Una vertiente de conocimiento, el que se aprende formalmente en la
Facultad y luego en el Desarrollo profesional médico continúo en el correr de toda la vida del
profesional. La otra vertiente es la que se relaciona con la moralidad a propósito de la conducta
correcta que se ejerce con ese saber, es decir la ética en cuanto a la forma de cómo se debe
proceder.
El compromiso en la práctica del saber, por su parte, se debe reflejar a lo interno del cuerpo de
profesionales en cuanto a la capacidad de la Profesión de autorregularse (por ejemplo: separando
aquellos médicos que hacen para si los valores del profesionalismo de los que no lo hacen) y hacia
la comunidad en cuanto al involucramiento en la gestión de la organización sanitarias.
La organización profesional con capacidad reguladora: Esta capacidad de regulación debe incluir el
de acceso - formación y aplicación de ese conocimiento mediante: el llamado credencialismo
(certificaciones profesionales), mediante la auto-regulación (independiente de las instituciones), la
responsabilidad (en la transmisión y enseñanza de dicho conocimiento), el compromiso en la
elaboración de forma autónoma de estándares propios de práctica profesional de calidad, la
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responsabilidad profesional de promover la integridad y mejora del conocimiento a través de la
investigación
El Código Ético.
Pero sin lugar a dudas, lo más importante para que seamos la Profesión Médica es cómo
establecemos nuestra relación con la sociedad donde nos insertamos, desde donde nacemos y a
quien nos debemos. Es la sociedad la que da o quita el valor de la Profesión y es por esto que
analizar la relación entre Profesión y Sociedad es tan importante.
La vocación (se menciona como altruismo) que implica por un lado, desde los profesionales, la
preeminencia del rol social de su función por encima del beneficio económico y por otro lado,
desde la sociedad, implica el reconocimiento del valor de la profesión. Desde esta visión vocación
y remuneración no son conceptos antagónicos sino más bien complementarios.
La disciplina como subordinación del individuo y sus intereses a las reglas establecidas por el
colectivo. Concepto antagónico a las prácticas catalogadas de "corporativistas" en cuanto al
beneficio de pequeños grupos de poder.
El Compromiso con las tareas prioritarias de la profesión que no son otras que la de proveer de
asistencia altamente calificada al paciente, la de preocuparse por la salud de los usuarios y la
comunidad y la de gestionar eficientemente los recursos sanitarios.
Como contrapartida de estos valores se desarrolla la legitimidad social de la profesión, a nivel del
Estado, a nivel de las Instituciones sanitarias y a nivel del Usuario y la opinión pública.
Pero estos valores, se expresan en un marco social diferente al momento en que se originaron,
caracterizado por lo dinámico y cambiante.
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Transición económica, relacionadas con la concepción neoliberal de la salud como empresa y la
profesión como empleo, con una preeminencia del modelo "industrial" en la gestión de la salud.
Transiciones políticas que ponen a la salud y el derecho a ella como primer punto en la agenda.
La desconfianza que se puede generar desde la sociedad hacia la profesión es el principal riesgo
que corremos como colectivo, con anterioridad nos hemos referido a esta situación [3]
Esta desconfianza, funcional para muchos sectores (sectores poderosos por cierto), puede
provocar o bien la imposición externa de reglas reñidas con el profesionalismo (provenientes del
Estado - administrador con la concepción dominante en los administradores de salud de la
Medicina como Industria) o bien el fraccionamiento en diferentes "alternativas o salidas" para la
comunidad y los usuarios [4]. Entre estas alternativas o escapes se encuentran la del usuari@ leal
en donde predomina la visión paternalista, la del usuari@ y comunidad en "queja" donde
predominio la desconfianza y la demanda y por último la del usuari@ en "fuga" con la búsqueda
de medicinas alternativas frente a la falta de respuesta del sistema.
Por otra parte y a lo interno del colectivo médico existen las condiciones para que la desconfianza
se convierta en franca oposición a la Profesión. Aunque no generalizadas, se desarrollan muchas
veces conductas que alejan a la sociedad de la profesión. Entre ellas se destacan :
La ineficiencia: se hace cada vez menos usando cada vez más recursos.
La arrogancia: se actúa como elite dominante con poco respeto al ciudadano y sin posicionase
explícitamente del lado de sus reivindicaciones y aspiraciones.
La necedad: porque no se entiende que el empoderamiento de derechos de los usuarios debe ser
alentado por nosotros y debe impulsarnos a reconvertir nuestro rol profesional
La falta de consecuencia en la denuncia hacia la desigualdad del sistema, hacia los colegas que se
ubican por fuera del profesionalismo y la falta de compromiso con las propuestas de optimización
del sistema de formación y asistencia.
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BUSCANDO REFORMULAR LA RELACIÓN SOCIEDAD - PROFESIÓN
MÉDICA
Frente a esta situación crítica se debe buscar la reformulación de la alianza que beneficia a la
Sociedad, y por ende a la Profesión Médica. Dicha alianza no se sustenta en otra cosa que la mejor
calidad de atención para la comunidad y el mejor desenvolvimiento de los profesionales en ella.
Desde la perspectiva del médico como profesional, los valores que contribuyen a esta
reformulación se vinculan tanto con la competencia técnica y los valores humanísticos. Con
respecto a la competencia técnica se debe promover la excelencia técnica y asistencial, la
necesidad de la actualización científica, la integración de saberse, la capacidad de trabajo en
equipo, la independencia de criterio, la capacidad de transmitir el conocimiento, la objetividad a la
hora de los juicios y la promoción del intercambio de experiencias
Desde la perspectiva del compromiso del médico como sociedad existen en la actualidad múltiples
roles y otras tantas responsabilidades de los profesionales, estos nuevos roles y responsabilidades
[2] se deben abordar integralmente con eventuales especializaciones individuales pero con
criterios y principios generales y compartidos a lo interno de la profesión Médica.
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Rol médico como comunicador- el desarrollo de un modelo de "usuario informado" pone en
cuestión el modelo "paternalista" clásico. Se debe buscar profundizar el conocimiento social de los
temas médicos mejorando la relación médico - paciente.
Rol médico como gestor del conocimiento- Hace falta desarrollar el conocimiento explicito (para
informar decisiones) y el tácito (para valorar decisiones) en el marco de una actitud crítica
reflexiva. El desafío es generar en torno al conocimiento un valor en sí mismo, promoviendo la
excelencia técnica y humanística en función de actitudes, formación y competencias.
Rol médico como experto- se define este rol como la capacidad de tomar decisiones clínicas
basadas en conocimiento, cualidades y habilidades.
Rol médico como cuidador- Dado el cambio del perfil epidemiológico es cada vez más importante
la capacidad de confortar. Se ha denominado medicina basada en la afectividad [5]
Rol médico como gerente - directivo- Los valores profesionales se deberían transitar en la función
directriz al igual que en el rol profesional. Así las políticas de recursos humanos que no estimulan
la participación profesional, la innovación y la aceptación de responsabilidades lleva a actitudes
anti - profesionales como son: la obediencia como ausencia de iniciativa, la queja permanente
como resistencia a los cambios, el corporativismo como la priorización absoluta de los intereses
personales o colectivos y la fuga de valores profesionales con la consiguiente
desprofesionalización.
Rol medico en la transmisión del conocimiento- en la formación y desarrollo de los colegas dentro
y fuera del sistema formal: Facultad. Rol médico como agente principal del sistema - En la relación
médico - paciente se encierra el valor principal del sistema de salud. Ello coloca al médico en
situaciones complejas donde es difícil decidir ya que los intereses del paciente individual pueden
contraponerse con él se la comunidad que por ejemplo financia un tratamiento determinado.
En primer lugar debemos construir una definición común de profesionalismo Medico. Entre los
profesionales y con la sociedad. Como consecuencia natural de ello se debe fundar la herramienta
para impulsar el profesionalismo que no es otra que el Colegio Médico.
En segundo lugar se debe involucrar a la sociedad y sus poderes de representación (sobre todo el
poder político) en las decisiones que hacen a los conflictos éticos de la Profesión. Un ejemplo es el
conflicto social ante la necesidad de tratamiento en casos de altísimo costo y la realidad de los
recursos que son finitos. Estos conflictos deben resolver en la esfera política y recién después en la
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Profesional ya que no corresponde que la Profesión se haga cargo de los mismos, la mayoría de las
veces como una especie de fusible.
En tercer lugar se debe reformular el mapa de la "Relación Sanitaria" que actualmente no favorece
el Profesionalismo y reposicionar a los médicos en el.
Por su parte los usuarios cada vez con mayores niveles de empoderamiento y exigencia actúan
reclamando al "sistema" que no es otro que las Instituciones (Privadas y estatales) con los Médicos
dentro
Esta ecuación no va a favor del profesionalismo Medico por muchas razones entre las que
describimos las siguientes:
Las instituciones no se manejan con estándares resueltos por el cuerpo profesional. Por el
contrario se manejan muchas veces con principios industriales de gestión que llevan a Limitar el
acceso de los pacientes a opciones médicas, Restringir el acceso a ayudas diagnósticas o
alternativas terapéuticas, Influir sobre el juicio médico independiente auditando el ejercicio
profesional
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Se termina exigiendo a la relación médico paciente que sostenga y mantenga el sistema en sus
aspectos más problemáticos: falta de insumos, problemas asistenciales, problemas de
prestaciones etc.
Solo en este "nuevo mapa" es posible la alianza "Profesión Médica- Sociedad" exigiendo e
influyendo en el Estado y las Instituciones para lograr los más altos estándares de calidad
asistencial. En este nuevo marco institucional, la Profesión podrá en forma autónoma y
autorregulada cumplir con los compromisos de servicio y responsabilidades adquiridas para
beneficio último de la comunidad.
En síntesis, el desafió es hacer lo que la comunidad espera de nosotros y nosotras como médicos
sin descuidar lo que queremos de nosotros mismos que, afortunadamente, es lo mismo: vivir la
profesión y no solo ocuparnos de ella.
REFERENCIAS
(1)Pardell Alentà, H., ¿Tiene sentido hablar de profesionalismo, hoy? Educación Médica, 2003;.
6(2): p. 63-80.
(2)Jovell Fernández, A. El Futuro de la Profesión Médica: análisis del cambio social y los roles de la
profesión médica en el siglo XXI. 2001.
(4)Hirschman, A., Exit, voice and loyalty. Responses to decline in firms, organizations and states., in
Harvard University. 1970: Cambridge
(5)Jovell, A.J., Medicina basada en la afectividad. Med Clinic (Bar), 1999. 5: p. 113-75.
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