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Antes de la década de 1970, se hablaba de la contaminación del aire y del agua, y al suelo se le
atribuía una capacidad de autodepuración casi infinita. Sin embargo, la sensibilidad mundial
comenzó a cambiar a partir de la declaración de la Carta Europea de Suelos desarrollada por la
Comunidad Europea en 1972, la cual define el suelo como uno de los más preciados activos de
la humanidad sobre el que viven hombres, animales y plantas; lo califica como un recurso
limitado fácilmente destruible y manifiesta que debe ser protegido contra la erosión, la
contaminación y el daño que pueden causar el desarrollo urbano y las prácticas agrícolas y
silvícolas, razón por la cual los gobiernos deben impulsar medidas específicas para planificar y
administrar los recursos del suelo (Solano, 2005).
El suelo es un material poroso constituido de partículas sólidas de tamaños variables (1um hasta
200 um), sistema estructurado, heterogéneo y discontinuo, fundamental e irremplazable,
desarrollado a partir de una mezcla de materia orgánica, minerales y nutrientes capaces de
sostener el crecimiento de los organismos y microorganismos (Garcias , 2012).
Ilustración 1: Composición del suelo
Un suelo agrícola es aquel que se encuentra en zonas que dicho clima favorece el desarrollo y
crecimiento de los cultivos, así como también debe ser rico en nutrientes para garantizar una
producción óptima.
Sin embargo, el suelo no ha sido tenido en cuenta como recurso medioambiental hasta hace
relativamente poco (Seoánez Calvo, M., 1999) aun cuando éste constituye uno de los medios
receptores de la contaminación más sensibles y vulnerables.
La contaminación es uno de los problemas más importantes del suelo (AEMA-PNUMA, 2002) y
se asocia con la entrada de sustancias que, a partir de una cierta concentración deben
considerarse como no deseables (Porta, J.; LópezAcevedo, M.; Roquero, C., 1994)
Los suelos contaminados pueden tener efectos muy diversos, desde riesgo tóxico para la salud
humana hasta pérdidas de recursos naturales y económicos. Los principales peligros que puede
suponer un suelo contaminado son:
Los agentes contaminantes del suelo son muy diversos y proceden generalmente de las
actividades desarrolladas por el hombre. De todos ellos, destacan, por su especial incidencia
sobre la calidad del suelo, los hidrocarburos, los metales pesados, las partículas ácidas en
suspensión, el agua de riego salina y los fitosanitarios.
Fuentes Antropogénicas
Las principales fuentes antropogénicas de contaminación del suelo son los químicos usados o
producidos como derivados de actividades industriales, desechos domésticos y municipales,
incluyendo las aguas residuales, los agroquímicos y los productos derivados del petróleo . Estos
químicos son liberados al medio ambiente accidentalmente, por ejemplo los procedentes de
derrames de petróleo o de la lixiviación desde los vertederos, o intencionalmente, como sucede
con el uso de fertilizantes y plaguicidas, irrigación con aguas residuales no tratadas o la
aplicación en suelos de lodos de depuradora.
1. Actividad industrial
La salinización otra de las principales amenazas para los suelos globales, afecta a
muchos de los suelos que están próximos a ciertas actividades industriales,
principalmente las asociadas a cloros y álcalis, textiles, vidrio, producción de hule,
procesamiento de cuero animal y curtido de pieles, procesamiento de metales,
farmacéuticos, perforación de petróleo y gas, fabricación de pigmentos, fabricación de
cerámica y producción de jabón y detergentes (Saha et al., 2017.).
Los hidrocarburos son los principales agentes contaminadores del suelo. Los
combustibles fósiles (fueles, gasolinas, gasóleos, kerosenos, etc.) se emplean en
numerosas actividades y se almacenan en grandes cantidades.
Los metales pesados en pequeñas dosis pueden ser beneficiosos para los organismos
vivos y de hecho son utilizados como micronutrientes, pero pasado un umbral se
convierten en elementos nocivos para la salud. Proceden de productos químicos
utilizados en agricultura y de lodos residuales, de actividades de minería y fundición, de
desechos domésticos, y de actividades industriales sin olvidar su origen natural, como
son las emisiones volcánicas o la existencia en un tipo de suelo determinado de
concentraciones altas de estos tipos de metales
2. Minería
La minería es un uso de la tierra que a menudo resulta tanto en la ocupación del territorio
como en la contaminación del suelo. Las operaciones mineras en sí mismas afectan a áreas
relativamente pequeñas comparadas con los problemas ambientales causados por los depósitos
de roca de descarte y colas, además de las operaciones de fundición desde las cuales los
contaminantes pueden ser transferidos a los alrededores por drenaje ácido de mina y/o
deposición atmosférica de gases y partículas contaminantes.
Los suelos son minerales meteorizados enriquecidos por otros componentes como la materia
orgánica mineralizada y en estado de descomposición. En los suelos, los metales son una parte
de los minerales del suelo o existen principalmente como complejos particulados de diferentes
formas (Novotny, V., 1995).Los metales pesados pueden acumularse en el suelo tanto a partir de
procesos naturales como a partir del desarrollo de un amplio grupo de actividades antrópicas.
Las fuentes naturales son la roca madre y los minerales metálicos; las fuentes antrópicas se
extienden desde la agricultura (fertilizantes, abonos animales, plaguicidas, etc.), la metalurgia
(minería, fundición, manufactura metálica, etc.), la producción de energía (gasolinas con plomo,
manufactura de pilas, plantas de energía, etc.), y la microelectrónica hasta los depósitos de
residuos (Alloway, B. J., 1995).
Industrias metalúrgicas
Las industrias metalúrgicas pueden contribuir a la contaminación del suelo de varios modos
(Alloway, B. J., 1995)
Por emisión de aerosoles y polvo que son transportados por el aire y eventualmente
depositados sobre los suelos y vegetación
Por efluentes líquidos que pueden contaminar los suelos en periodos de inundación.
Por la creación de vertederos de residuos en los que los metales pueden ser corroídos y
lixiviados al suelo.
Muchos metales pesados se utilizan en aleaciones y aceros, por ello tanto la manufactura de
esos materiales, como su fabricación o reciclaje pueden derivar en contaminación
medioambiental (Alloway, B. J., 1995)
6.4.2. CONTAMINACION POR PLAGICIDAS
Los plaguicidas son aplicados para reducir las pérdidas en las cosechas a causa de plagas de
insectos, malas hierbas y patógenos, y así garantizar el suministro global de alimentos (FAO y
GTIS, 2017). Los plaguicidas incluyen, en forma enunciativa y no limitativa, fungicidas,
herbicidas, rodenticidas, molusquicidas, nematicidas y reguladores del crecimiento de las
plantas.
El primer compuesto sintético de importancia fue el DDT (dicloro difenil tricloroetano), sintetizado
por el científico alemán Ziedler en 1873. Sin embargo su uso como insecticida fue descubierto
recién en 1939 por el suizo Paul Müller, lo que le permitió acceder al Premio Nobel de Medicina.
Debido a su bajo costo y efectividad para controlar plagas, y al rápido aumento observado en el
rendimiento de los cultivos, su uso se extendió rápidamente por el mundo. Además tuvo
numerosas aplicaciones no agrícolas, en el control de agentes transmisores de enfermedades,
desde la eliminación de piojos en los soldados en la Segunda Guerra Mundial-previniendo el
tifus- hasta el control del mosquito causante de la malaria. El gran éxito de este producto dio
comienzo a lo que Rachel Carson denominara la era de la lluvia de químicos (Zacharia, 2011).
Productos que pueden administrarse a los animales para combatir insectos, arácnidos
u otras plagas en o sobre sus cuerpos
Sustancias usadas como reguladoras del crecimiento de las plantas, defoliantes
desecantes, agentes para reducir la densidad de fruta o para evitar su caída prematura
Sustancias aplicadas a los cultivos antes o después de la cosecha para evitar el
deterioro durante el almacenamiento y transporte (FAO, 1990).
Clasificación general
Plaga objetivo
Estructura química
Modo de acción
La clasificación según la estructura química, tiene la ventaja de agrupar sustancias con efectos
similares en las plagas, en el ambiente e intoxicaciones similares en el ser humano. Una de las
clasificaciones más utilizadas combina el grupo químico con el mecanismo de acción en las
plagas, es decir, el proceso fisiológico específico que es afectado por el plaguicida (Bedmar,
2011).
En la actualidad se utilizan sustancias altamente toxicas (DDT, malation Glifosato) que han
ocasionado problemas de contaminación básicamente en el ambiente en tiempos pasados, se
utilizaba con mayor frecuencia los organoclorados, plaguicidas considerados por ser
contaminantes y persistentes en el ambiente. (Gutierrez & Cerda 2015).
Tabla 1: clasificación de los principales plaguicidas
Organoclorados: ocasionan daño en el suelo debido a la aplicación directa en los cultivos, sus
impactos son negativos por la persistencia de estos compuestos en el suelo, llegando a
ocasionar la reducción de la productividad del suelo ocasionado la perdida de los cultivos y
alterando así las propiedades químicas del suelo. (FAO , 2007).
Tabla 4: Clasificación de los plaguicidas según su familia química
Organofosforados: los compuestos orgafosforados son esteres del ácido fosfórico y son
derivados de la estructura química del fosforo, son biodegradables, se hidrolizan fácilmente en
medio húmedo y Ph alcalino.
Las prácticas agrícolas modernas aceleran la contaminación del suelo por el uso
intensivo de fertilizantes y plaguicidas para aumentar la productividad y reducir las
pérdidas en las cosechas. Cuando los contaminantes alcanzan altos niveles en el suelo,
no sólo se llevan a cabo procesos de degradación del suelo, sino que la productividad
agrícola también puede resultar afectada. Por lo tanto, además de poner en riesgo la
salud humana y el medio ambiente, la contaminación del suelo también puede generar
pérdidas económicas (Guo , 2010).
Los suelos contaminados pueden tener efectos muy diversos, desde riesgo tóxico para
la salud humana hasta pérdidas de recursos naturales y económicos. Los principales
peligros que puede suponer un suelo contaminado son: