Otras fuerzas del aparato de coerción del Estado, asumen esas funciones

o en su defecto la potencia norteamericana, se encargó de mantener el

orden.

2. El funcionamiento interno del ejército

2.1 Organización y composición

La institución militar vigente a la fecha estuvo sujeta a lo señalado

por la)ey de Organización del Ejército. Este cuerpo en lo referente a su
composición determinó: estar integrado por todos aquellos costarricen-
ses naturales o naturalizados en edades de 18 a 60 años, estuvieran o no
afiliados, con las salvedades que fijaba la ley (Cap. 1, Art. 1).

La institución militar en su organización se ~ubdividió en tres cuer-

pos: Operaciones, Reserva y Guardia Nacional. El de Operaciones se
integró con los menores de 40 años; el de Reserva, con los hombres ma-
yores de 40 años pero menores de 50; y la Guardia Nacional, con los que
tuvieran una edad entre 50 y 60 años.

De acuerdo con los medios de acción y los procedimientos de gue-

rra, la fuerza armada se dividió en: Infantería, Artillería y Caballería. La
ubicación de un individuo en una u otra fuerza dependía de sus aptitudes
(Art. 8, Cap. 1 de la Ley).
El mando militar de la república se organizó por división territorial
J en: provincias, comarcas y cantones. En cada provincia el mando estaba
a cargo de un Comandante de Plaza, un Mayor de Plaza, nombrados el

..
.,
"
u
primero por el Ejecutivo y el segundo, por el respectivo Comandante .

Los grados militares o categorías de un individuo, en la jerarquía mi-

LJ)( o litar, eran confendos por el Poder E1ecuhvo y por el Leg1slahvo. El pri-
ero otorgaba los grados de los oficiales de Teniente Coronel a Subte-
e
. mente. El segundo, los de General de DiVIsión, General de Brigada y Co-
(!) ..
o
i •
.. r;onel. El resto de grados inferiores, se dieron en tiempos de paz, por el
o
.
."~ 1. ~ "
...J Comandante de batallón o del cuartel, con previa aprobación del Coman-
o
111
::1
dante de Provincia y en tiempos de campaña, del Comandante de Bata-
¡¡; u • llón a propuesta del Capitán de la Compañía.
11 1 +1+ El orden jerárquico se basaba entonces, en el grado ostentado, que
a su vez determinó el empleo y el sueldo asignado (Cuadro 6). El orden
militar, de acuerdo con los grados fue el siguiente:

94 95
tructor de la Zona del Canal dy Panamá, para que forme a la Policía Se-
creta, que se organizó en 1928 1. No es sino en la década del40, cuando
a raíz del conflicto bélico, se firma un convenio, entre las autoridades cos-
tarricenses y el Departamento del Estado; mediante el cual, varios ins-
tructores del Ejército norteamericano, hacen su ingreso al pais, con el
propósito de adiestrar y enseñar en el manejo de las armas a un grupo de
hombres denominado "La Unidad Móvil".
Este asesoramiento se complementa con la visita de oficiales nacio-
nales a puestos militares, y con la donación de becas especiales a algunos
efectivos para recibir instrucción, en escuelas militares estadounidenses
12
. De esta manera, se concreta en Costa Rica y en el resto de Centroamé-
rica el proyecto de la nación del norte por desplazar a los instructores eu-
ropeos 13 .
En relación con los contenidos en que se basa la instrucción, se tie-
ne que los mismos abarcaban desde la enseñanza de la legislación militar
(ley de organización del ejército, Ordenanza, el Tratado de Moral Mili-
tar, Reglamento de Servicio interior y disciplina de los cuarteles) hasta
aquellos textos de instrucción sobre las distintas armas, estrategias y tác-
ticas de guerra.
Las bandas militares demandaron, también, maestros de música por
medio de los que se difundieron las artes musicales en ciudades, villas y
pueblos. Ellos contribuyen en buena medida a levantar los valores cívi-
cos.
4 anterior se concretó en las marchas e himnos gue aún se cantan
(P,(ltriótica Costarricense, letra del Himno Nacional, Himno al15 de Se-
t)embre y otros).
Los cuarteles se convierten en centros de instrucción para muchos;
de ahí que cuando por razones económicas, se suprimen guarniciones de
algunos lugares, como en 1915, se encuentra entonces la queja de que, es-
ta medida pone fin a la única oportunidad que tienen los labriegos de re-
14
cibir por la instrucción militar buenos modales y hábitos de asco .
La carencia de un reglamento que obligara a poner en ejecución el
servicio obligatorio (a partir de los 18 años), dificultó la formación mili-
tar de los ciudadanos. Pese a los intentos de filiación y reafiliación, que
en varias oportunidades se trataron de llevar a la práctica, las evidencias
llevan a concluir: que las deficiencias del registro militar -en donde se in-
dica las filiaciones, rcafiliaciones, ascensos y bajas- no operaron como la
15
ley orgánica y reglamentaria del Registro Militar establecía .
La población masculina, por tanto no cumple con este requisito y es-
tá exénta del servicio militar de la instrucción ue éste re ucría. Sin em-
bargo, a instrucción fue una constante para los hombres en servicio en
102
2.4 El número de hombres del ejército pemwnente
En relación con la fuerza humana de la institución militar, las cifras
denotan, a grosso modo, una tendencia decreciente (Cuadro 9). Un aná-
lisis más detallado indica que al comenzar el período se mantiene una re-
lativa calma.
Las cifras del aumento total del número de hombres, durante los 30
meses de la dictadura Tinoquista 1917-1919 no fue posible obtenerlas. Se
sabe, que existió un incremento, en la cifra de oficiales de refuerzo y que
el Resguardo de Hacienda, cumplió funciones de Guardia Rural y que
también funcionó un activo cuerpo de detectives 18. Todo esto hace supo-
ner que para entonces, el ejército permanente, engrosó sus filas. Por otra
parte, la atribución del Ejecutivo para incrementar el número de efecti-
vos y los gastos de la Cartera de Guerra y Marina en caso de conmoción
.
mterna .. ' 19.
contn'b uyeron a f un damentar 1a supostcton
En los años posteriores al gobierno Tinoquista, las cifras no experi-
mentan el mismo ritmo ascendente. Esto por las bajas voluntarias y las
decretadas por las administraciones siguientes 20 . El nuevo sector en el
poder, reestructura las fuerzas armadas, como es lógico suponer, toda vez
que éstas deberán ser representativas de la seguridad de la nueva frac-
ción en el poder.
Un aumento vertiginoso del ejército permanente, con el de operacio-
nes se dio temporalmente en 1921, cuando el Ejecutivo informó al país
del conflicto armado con Panamá. Un total de alrededor de 6.900 hom-
bres, inclusive militares tinoquistas se unen a las fuerzas del gobierno, en
procura de defender la soberanía nacional en la frontera sur, donde fuer-
zas panameñas, que en total no superan los 1.800 hombres, amenazan a
21
la nación . Una vez concluido este episodio bélico, con saldos desfavo-
rables para Costa Rica, las cifras del ejército vuelven a disminuir.
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