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POESÍA HEBREA.

La poesía hebrea es un género literario que está presente en al menos la tercera


parte de toda la Biblia, específicamente en el Antiguo Testamento. Encontramos la
poesía hebrea en los libros de los Salmos, Proverbios, Job (con excepción del
prólogo y del epílogo) y el Cantar de los Cantares. También encontramos numerosos
pasajes que tienen poesía hebrea en los libros proféticos tales como Isaías y
Jeremías, Ezequiel, casi la totalidad de Oseas, Joel y Amós, y la totalidad de Abdías,
Miqueas, Nahúm, Habacuc y Sofonías, así como el libro de las Lamentaciones. Aun
en el Pentateuco y en los libros históricos encontramos porciones que son pura
poesía, tales como los cánticos de Moisés, Débora y Ana o los canticos tristes de
David por Saúl y Jonatán. En este sentido el estudio de la poesía hebrea es
sumamente importante para comprender de una mejor forma la palabra de Dios.

CARACTERÍSTICAS DE LA POESÍA HEBREA

Cuando se piensa en poesía lo primero que viene a la mente es la rítmica y la


métrica, sin embargo, la poesía de origen hebreo es muy diferente. La poesía
hebrea es la presentación de ideas a través del lenguaje figurado en forma de
paralelismos y acrósticos. En muchas culturas la poesía suele ir acompañada de un
sentido rítmico tal y como ocurre en la música, pero en algunas culturas como la
hebrea, acadia, la egipcia y china, la rima no existe. También otro elemento
importante en la poesía contemporánea es la métrica la cual es la estructura
interna de sus versos (número de sílabas y lugar de los acentos), pero en la poesía
hebrea no existe la métrica. Prácticamente la poesía hebrea se caracteriza por el
uso de paralelismos y acrósticos las cuales estudiaremos un poco más en detalle.
LOS ACRÓSTICOS EN LA POESÍA HEBREA

Un acróstico es una composición, en verso o en prosa, en el cual ciertas letras


de cada verso o frase, leídas en forma vertical, forman una palabra o mensaje. En la
poesía hebrea es utilizada cada letra del alfabeto hebreo para comenzar con la
enseñanza de cada verso. Por ejemplo, el Salmo 119 tiene 22 grupos de ocho versos
cada uno. A cada grupo corresponde una letra del alfabeto hebreo y cada verso
comienza en el original con la letra correspondiente del grupo. En el Salmo 37 cada
tercer verso empieza con una letra de ese mismo alfabeto. El capítulo 3 de
Lamentaciones es un ejemplo notable de la composición acróstica, y así algunos
capítulos del libro de los Salmos. Sin embargo, no toda la poesía hebrea que
aparece en la Biblia está en forma de acrósticos.

LOS GÉNEROS DE LA POESÍA HEBREA.

Podemos clasificar la poesía que se encuentra en la Biblia en cuatro géneros


básicos: la lírica, la didáctica la dramática y la elegíaca. Se conoce como poesía
lírica a aquella que está en forma de cantos de alegría como por ejemplo cántico
triunfal de Moisés y María en Éxodo 15:1-21, el cántico de Moisés al fin de su vida en
Deuteronomio 32:1-43, o el cántico de Débora en Jueces 5:1-31. La poesía
didáctica es aquella que tiene el propósito de enseñar. Los libros de Job, Proverbios,
Eclesiastés y varios de los Salmos son de carácter didáctico. La poesía dramática en
su forma pura no se encuentra en la Biblia, pero hay elementos de dramatismo en
los libros de Job y Cantares. El drama es una forma de arte que cuenta una historia
mediante el diálogo y acciones de los protagonistas. Finalmente, La poesía
elegíaca expresa los lamentos por los muertos. Las elegías de David por Saúl y
Jonatán en 2 Samuel 1:19-27 son un ejemplo de ello, así como el lamento por Ábner
que esta 2 Samuel 3:33,34, y el libro de Lamentaciones de Jeremías puede
clasificarse en este género de poesía. Cada uno de los libros poéticos tiene su
género literario propio, aunque a veces se entremezclan los diversos modos de
expresión.

PARALELISMOS
La característica principal de la poesía hebrea es el paralelismo. Compuesta de
símil, metáforas, prosopopeyas y otros tropos, la poesía hebrea expresa sus ideas en
dos partes de estrofas, donde la primera tiene relación con la segunda, ya sea en
forma análoga, antónima o consecutiva. Actualmente uno puede encontrar
muchas formas de clasificar los paralelismos en la poesía hebrea, sin embargo,
nosotros veremos los básicos.

 Paralelismo Sinónimo. Se llama paralelismo sintético cuando la segunda línea


contiene un pensamiento idéntico o semejante al del anterior con diferente
ropaje verbal. Veamos algunos ejemplos en la Biblia de paralelismos sintéticos.

“Los cielos cuentan la gloria de Dios, y el firmamento anuncia la obra de sus manos.
Un día emite palabra al otro día, una noche a otra noche declara sabiduría”, Salmo
19:1-2
“No ha hecho con nosotros conforme a nuestras iniquidades,
Ni nos ha pagado conforme a nuestros pecados”.
Salmo 102:10
“Te has enlazado con las palabras de tu boca,
Y has quedado preso en los dichos de tus labios”.
Proverbios 6:2

 Paralelismo Antitético. Paralelismo antitético es aquel donde la segunda parte


del verso expresa un pensamiento relacionado con el primero, pero en forma
de contraste. Veamos algunos ejemplos en la Biblia:
“Mi carne y mi corazón desfallecen;
Más la roca de mi corazón y mi porción es Dios para siempre”.
Salmo 73:26
“La justicia engrandece a la nación;
Mas el pecado es afrenta de las naciones”.
Proverbios 14:34
“La lengua de los sabios adornará la sabiduría;
Más la boca de los necios hablará sandeces”.
Proverbios 15:2

 Paralelismo Sintético. Un paralelismo sintético o constructivo, es aquel en el


cual la segunda línea del verso añade un pensamiento a la primera como
para completarla, aumentarla o intensificarla. Los dos versos pueden tener
una relación de causa y efecto, premisa y conclusión, proposición y
suplemento, etc. Veamos unos ejemplos en la Biblia.

“¿Quién subirá al monte de Jehová? ¿Y quién estará en su lugar santo?


El limpio de manos y puro de corazón; el que no ha elevado su alma a cosas vanas,
ni jurado con engaño”.
Salmo 24:3-4
“Mejor es la comida de legumbres donde hay amor,
Que de buey engordado donde hay odio”.
Proverbios 15:17
“Responde al necio como merece su necedad,
Para que no se estime sabio en su propia opinión”.
Proverbios 26:5
 Paralelismo Climático o Escalonado. El paralelismo climático o escalonado es
un vigoroso tipo de paralelismo sintético en el cual se repiten y se vuelven a
usar una palabra o frase clave, o varias palabras o frases, hasta que se
completa el pensamiento al final del prolongado paralelismo. Una línea tras
otra va complementándose hasta lograr un clímax o dar un resumen

“Aunque la higuera no florezca, ni en las vides haya frutos, aunque falte el producto
del olivo, y los labrados no den mantenimiento, y las ovejas sean quitadas de la
majada, y no haya vacas en los corrales; con todo, yo me alegraré en Jehová, y me
gozaré en el Dios de mi salvación”.
Habacuc 3:17-18
“Alzaré mis ojos a los montes; ¿De dónde vendrá mi socorro? Mi socorro viene de
Jehová, que hizo los cielos y la tierra. No dará tu pie al resbaladero, ni se dormirá el
que te guarda. He aquí, no se adormecerá ni dormirá el que guarda a Israel. Jehová
es tu guardador; Jehová es tu sombra a tu mano derecha. El sol no te fatigará de
día, ni la luna de noche. Jehová te guardará de todo mal; el guardará tu alma.
Jehová guardará tu salida y tu entrada desde ahora y para siempre”.
Salmo 123:1-8

 Paralelismo Emblemático. Se llama paralelismo emblemático cuando la


primera parte del verso expresa el pensamiento en forma figurada, mientras
que la segunda lo hace en forma literal, o viceversa. Veamos algunos
ejemplos en la Biblia.

“Como el ciervo brama por las corrientes de las aguas,


Así clama por ti, oh Dios, el alma mía”.
Salmo 42:1
“No te impacientes a causa de los malignos, ni tengas envidia de los que hacen
iniquidad.
Porque como hierba serán pronto cortados, y como la hierba verde se secarán”.
Salmo 37:1-2
“Serán avergonzados y vueltos atrás todos los que aborrecen a Sion.
Serán como la hierba de los tejados, que se seca antes que crezca”.
Salmo 129:5

“Aquel día salió Jesús de la casa y se sentó junto al mar. Y se le juntó mucha gente; y
entrando él en la barca, se sentó, y toda la gente estaba en la playa. Y les habló
muchas cosas por parábolas…” Mateo 13:1-3

No cabe duda que la Biblia es un libro sorprendente cuyas enseñanzas provee


sabiduría y vida eterna a todos aquellos que la leen y de aquí la importancia de
saberla interpretar, especialmente porque ella está llena de lenguaje figurado. En
Mateo 13 se nos dice que Jesús enseño muchas cosas de las cuales algunas
estaban en forma de parábolas: Y les habló muchas cosas por parábolas, y así
podemos encontrar a lo largo texto sagrado símil, metáforas, prosopopeyas, entre
otras. Esto nos obliga a estudiar las diferentes formas del lenguaje figurado con el fin
de poder encontrar la mejor interpretación del texto bíblico. La retórica es la
disciplina que estudia el lenguaje en sus diferentes formas. La forma más sencilla de
retórica es aquella que utiliza el lenguaje literal, es decir, aquello que se dice en una
forma directa y sencilla; pero en ocasiones se pueden expresar las ideas en forma
figurada. El lenguaje figurado es aquel por el cual una palabra expresa una idea en
términos de otra, apelando a una semejanza que puede ser real o imaginaria. El
lenguaje figurado se opone al lenguaje literal, que supone que las palabras tienen el
sentido que define su significado exacto. Otro termino importante usado en retorica
es el Tropo el cual se refiere a la sustitución de una frase o expresión por otra cuyo
sentido es figurado. El tropo comprende la sinécdoque, la metonimia y la metáfora
en todas sus variedades Veamos cómo es utilizado este lenguaje figurado en las
Sagradas Escrituras.
FIGURAS SIMPLES DE COMPARACIÓN.

Se llaman figuras simples de comparación a aquellas de muchas figuras


retóricas que se caracteriza por establecer de manera explícita una relación entre
dos elementos que poseen cualidades similares entre sí. En este grupo incluimos el
símil y las metáforas. Veamos algunos ejemplos de ellas que aparecen en la palabra
de Dios.

 Símil. El símil es una figura retórica que utiliza el recurso de la comparación o


semejanza entre términos. Generalmente va acompañada por la conjunción
“como” u otra equivalencia. Generalmente el símil va buscando impresionar
la mente con algún parecido o semejanza. Veamos algunos ejemplos.

1. Aquí se compara el deseo de estar delante de Dios con la desesperación que los
ciervos sienten por calmar su sed en el desierto: “Como el ciervo brama por las
corrientes de las aguas, así clama por ti, oh Dios, el alma mía”, (Salmo 42:1).

2. Aquí Jeremías compara el efecto que la palabra que profetizaba tenía sobre la
gente, y dice que era como un fuego que quemaba o un martillo que quiebra la
piedra: “¿No es mi palabra como fuego, dice Jehová, y como martillo que
quebranta la piedra?”, (Jeremías 23:29).

3. Jesús usa el cuidado que una gallina tiene por sus pollitos al ocultarlos bajos sus
alas cuando siente que sus vidas corren peligro con el anhelo de Dios de querer
proteger a Israel de las consecuencias de sus pecados: “¡Jerusalén, Jerusalén, que
matas a los profetas, y apedreas a los que te son enviados! ¡Cuántas veces quise
juntar a tus hijos, como la gallina junta sus polluelos debajo de las alas, y no quisiste!”,
(Mateo 23:37).

4. Isaías compara la forma de como las plantas germinan y crecen después de una
nevada con la efectividad que tiene la palabra de Dios en los corazones humanos:
“Porque como desciende de los cielos la lluvia y la nieve, y no vuelve allá, sino que
riega la tierra, y la hace germinar y producir, y da semilla al que siembra, y pan al
que come, así será mi palabra que sale de mi boca; no volverá a mí vacía, sino que
hará lo que yo quiero, y será prosperada en aquello para que la envié”, (Isaías
55:10-11).

 Metáfora. Es una comparación implícita que no se expresa formalmente como


en el símil. No aparece, pues, en ella la conjunción “como”. El pasaje que se
halla en Oseas 13: 8: “Los devorare como león”, es un símil; pero Génesis 49:9:
“Cachorro de león es Judá”, es una metáfora. Podemos comparar alguna
cosa con la fuerza salvaje y la rapacidad del león, o con el vuelo rápido del
águila, o con la brillantez del sol, o con la belleza de la rosa, y en cada uno de
esos casos empleamos las palabras en su sentido literal. Pero cuando decimos
“Judá es un león”, “Jonatán era un águila”, “Jehová es un sol”, “mi amada es
una rosa”, inmediatamente percibimos que las palabras “león”, “águila”, etc.,
no están empleadas literalmente, sino que con ellas se quiere denotar,
únicamente, alguna cualidad o característica de estas criaturas. De aquí que
la metáfora, como su nombre lo denota (griego, metaféro, transportar, o
transferir) sea una figura de lenguaje mediante la cual el sentido de un
apalabra se transfiere a otra. En la Biblia encontramos muchas metáforas,
algunas del tipo Antropomórfico en el Antiguo Testamento, otras basadas en
los hábitos de animales, cultos o rituales hebreos. Veamos unos ejemplos.

1. “He aquí que no se ha acortado la mano de Jehová para salvar, ni se ha


agravado su oído para oír”, (Isaías 59:1).

2. “Los ojos de Jehová están sobre los justos, y atentos sus oídos al clamor de ellos”,
(Salmo 34:15).

3. “Purifícame con hisopo y seré limpio”, (Salmo 51:7).


4. Jesús utilizo muchas metáforas para referirse a su carácter mesiánico. Por ejemplo,
Él dijo: “Yo soy el pan de vida” (Juan 6:35); “Yo soy la luz del mundo”, (Juan 8:12);
“Yo soy la puerta”, (Juan 10:7); “Yo soy el buen pastor”, (Juan 10: 11), etc.

5. Pedro utilizo una metáfora para describir el carácter de los falsos maestros: “Estos
son fuentes sin agua, y nubes empujadas por la tormenta; para los cuales la más
densa oscuridad está reservada para siempre”, (2 Pedro 2:17).

6. Jesús utilizo una metáfora para describir la experiencia espiritual que sienten
aquellos que creen en él: “El que cree en mí, como dice la Escritura, de su interior
correrán ríos de agua viva”, (Juan 7:38).

7. Pablo utiliza la metáfora de la sepultura para explicarnos uno de los significados


del bautismo: “Porque somos sepultados juntamente con él para muerte por el
bautismo, a fin de que como Cristo resucitó de los muertos por la gloria del Padre, así
también nosotros andemos en vida nueva”, (Romanos 6:4).

FIGURAS DE DICCIÓN.

Las figuras de dicción son figuras retóricas en las que se altera la composición
de las palabras, frases o discursos, con el fin de dar mayor énfasis a lo que se quiere
decir. Se consideran figuras de dicción la hipérbole y el pleonasmo.

 El Pleonasmo. El pleonasmo (o redundancia) es una figura retórica que


consiste en la adición de palabras que no son necesarias en una frase, es
decir, son redundantes, pero se introducen con el fin de darle mayor vigor a la
idea que se quiere transmitir. Veamos algunos ejemplos donde subrayamos las
palabras redundantes:

1. “Y el jefe de los coperos no se acordó de José, sino que le olvidó”, (Génesis 40:23).
2. “Ninguna cosa leudada comeréis; en todas vuestras habitaciones comeréis panes
sin levadura”, (Éxodo 12:20).

3. “Entraré en tu casa con holocaustos; te pagaré mis votos, que pronunciaron mis
labios y habló mi boca, cuando estaba angustiado”, (Salmo 66:13-14).

 Hipérbole. La hipérbole (o exageración) es la figura retórica que consiste en


aumentar o disminuir de forma exagerada lo que se dice con el fin de
recalcar la importancia de la idea que se está compartiendo en ese
momento. Veamos algunos ejemplos:

1. “Y hay también otras muchas cosas que hizo Jesús, las cuales, si se escribieran
una por una, pienso que ni aun en el mundo cabrían los libros que se habrían de
escribir”, (Juan 21:25).

2. “Me he consumido a fuerza de gemir; todas las noches inundo de llanto mi lecho,
riego mi cama con mis lágrimas”, (Salmo 6:6).

3. “¡Oh, si mi cabeza se hiciese aguas, y mis ojos fuentes de lágrimas, para que llore
día y noche los muertos de la hija de mi pueblo!”, (Jeremías 9:1).

4. “¿Y por qué miras la paja que está en el ojo de tu hermano, y no echas de ver la
viga que está en tu propio ojo?”, (Mateo 7:3).

FIGURAS DE RELACIÓN.
Se les llama figuras de relación a los tropos, es decir, frases o expresiones que se
utilizan en oraciones con el objetivo de relacionarlas con el significado que se anda
buscando usar. Son figuras de relación la sinécdoque y la metonimia.
La Sinécdoque. La sinécdoque, o el sentido figurado, es la figura retórica que utiliza
una parte de algo para referirse a un todo. Veamos algunos ejemplos en la Biblia.
Veamos algunos ejemplos:

1. “El pan nuestro de cada día, dánoslo hoy”, (Mateo 6:11). En este caso la palabra
pan se utiliza para referirse al sustento diario que cada persona necesita para
vivir, no solo el pan.

2. “Y miró Dios la tierra, y he aquí que estaba corrompida; porque toda carne había
corrompido su camino sobre la tierra”, (Génesis 6:12). En este caso “toda carne”
se refiere a todo ser viviente.

3. “Y Judá cayó delante de Israel, y huyeron cada uno a su tienda”, (2 Reyes 14:12).
En este caso, Judá se refiere a los soldados de esa tribu de Israel.

La Metonimia.
La metonimia es un tropo consiste en sustituir la palabra principal por otra que
esté estrechamente vinculada a ella. Quizás usted conoce bien los sinónimos
palabras que significan lo mismo. Asimismo, quizás ya sabe que palabras antónimas
son palabras que tienen significados opuestos. Metonimias son palabras que se
pueden intercambiar una palabra puede representar a otra. Un ejemplo muy
expresivo de metonimia nos lo ofrecen las palabras de Abraham en la historia del
rico y Lázaro: “A Moisés y a los profetas tienen”, (Lucas. 16:29). Aquí obviamente se
hace referencia a los escritos de la palabra de Dios. Otro ejemplo lo encontramos
en Romanos donde Pablo literalmente dice: “Dios justificara por la fe a la
circuncisión, y por la fe a la incircuncisión”, (Romanos 3:30), donde circuncisión se
intercambia por la palabra judíos, e incircuncisión se intercambia por la palabra
gentiles. En el salmo del buen pastor dice: “Aderezas mesa delante de mí en
presencia de mis angustiadores...” (Salmo 23:5). Aquí mesa se intercambia por la
palabra alimento. Otro ejemplo seria: “Y la mujer que has visto es la gran ciudad que
reina sobre los reyes de la tierra”, (Apocalipsis 17:18). Aquí la mujer representa a
todos los pecadores y la pecaminosidad de Babilonia (Roma).

FIGURAS DE CONTRASTE.

Las figuras de contraste, como la misma palabra indica, consisten en crear


contraste entre dos frases poniendo de relevancia los rasgos y características del
segundo a través del primero, debido a que, aparentemente lo contradicen. Se
consideran figuras de contraste a la ironía, la paradoja, la atenuación y el
eufemismo.

 La Ironía. La ironía es una figura retórica que utiliza una frase en forma de
sarcasmo para dar a entender lo contrario de una forma contundente. Entre
algunos ejemplos tenemos las palabras sarcásticas de Elías a los profetas de
Baal: “Y aconteció al mediodía, que Elías se burlaba de ellos, diciendo: Gritad
en alta voz, porque dios es; quizá está meditando, o tiene algún trabajo, o va
de camino; tal vez duerme, y hay que despertarle”, (1 Reyes 18:27). O las
palabras de Pablo a los corintios en cuanto a comer y beber porque mañana
moriremos: “Si como hombre batallé en Éfeso contra fieras, ¿qué me
aprovecha? Si los muertos no resucitan, comamos y bebamos, porque
mañana moriremos. No erréis; las malas conversaciones corrompen las buenas
costumbres”, (1 Corintios 15:32-33). O las palabras irónicas de Job a Zofar: “En
verdad que sois el pueblo, y con vosotros morirá la sabiduría”, (Job 12:2). O
también la burla que los soldados romanos hicieron de Jesús puede ser
considerado una ironía: “y pusieron sobre su cabeza una corona tejida de
espinas, y una caña en su mano derecha; e hincando la rodilla delante de él,
le escarnecían, diciendo: ¡Salve, Rey de los judíos!”, (Mateo 27:29).

 La Antítesis. La antítesis es un contraste directo que menciona dos cosas,


como norte y sur, frío y caliente. Un símil o una metáfora comparan dos cosas
que son parecidas. Pero una antítesis contrasta cosas opuestas. Por ejemplo,
el siguiente versículo es una antítesis: “Dios no es hombre, para que mienta, ni
hijo de hombre para que se arrepienta”, (Levítico 23:19). Muchas veces, Jesús
contrastó dos cosas para aclarar una enseñanza: “Entonces habló Jesús a la
gente y a sus discípulos, diciendo: En la cátedra de Moisés se sientan los
escribas y los fariseos. Así que, todo lo que os digan que guardéis, guardadlo y
hacedlo; mas no hagáis conforme a sus obras, porque dicen, y no hacen”,
(Mateo 23:1-3).

 La Paradoja. La paradoja es una figura retórica que a través del empleo de


expresiones que envuelven una contradicción aparente quieren enseñar lo
opuesto. Ejemplo de estas las tenemos en boca de nuestro Señor Jesús quien
dijo: “El que halla su vida, la perderá; y el que pierde su vida por causa de mí,
la hallará”, (Mateo 10:39), o en Pablo cuando habla a los corintios en su
segunda carta: “No mirando nosotros las cosas que se ven, sino las que no se
ven; pues las cosas que se ven son temporales, pero las que no se ven son
eternas”, (2 Corintios 4:18).

 La Atenuación o Litote. La atenuación o litote es una figura retórica,


relacionada con la ironía y el eufemismo, mediante la cual se afirma algo,
disminuyendo (atenuando) o negando lo contrario de lo que se quiere afirmar
o decir: "no poco" = mucho. "no está bien" = está mal. Una litote en forma de
negación lo encontramos en Hechos de los apóstoles cuando Jesús les dijo:
“Porque Juan ciertamente bautizó con agua, mas vosotros seréis bautizados
con el Espíritu Santo dentro de no muchos días”, (Hechos 1:5). En este caso la
palabra “pocos” se expresó en su forma negativa: no mucho. En estas
palabras de Pablo a los tesalonicenses encontramos una litote en forma de
negación: “Los cuales mataron al Señor Jesús y a sus propios profetas, y a
nosotros nos expulsaron; y no agradan a Dios, y se oponen a todos los
hombres”, (1 Tesalonicenses 2:15). No agradan es la forma negativa de
desagradar. También podemos encontrar la litote en forma de atenuación.
Un ejemplo de ello lo encontramos en este pasaje: “Mas yo soy gusano, y no
hombre; oprobio de los hombres, y despreciado del pueblo”, (Salmos 22:6). A
través de compararse a un gusano el salmista quiere expresar su condición vil
y de gran necesidad delante de Dios. Otro ejemplo de esto lo encontramos
en las palabras de Abraham al decir que es polvo y ceniza para expresar su
humilde condición delante de Dios: “Y Abraham replicó y dijo: He aquí ahora
que he comenzado a hablar a mi Señor, aunque soy polvo y ceniza”, (Génesis
18:27). El mismo Pablo utiliza una litote de atenuación para decir que es el
más insignificante de los apóstoles, aunque sabemos que esto no era así:
“Porque yo soy el más pequeño de los apóstoles, que no soy digno de ser
llamado apóstol, porque perseguí a la iglesia de Dios”, (1 Corintios 15:9).

El Eufemismo.

El eufemismo es un modo de sugerir con disimulo y decoro ideas cuya expresión


franca y literal resultaría demasiado dura o malsonante. Ejemplo de esto es cuando
la Biblia usa el término “se cubrió los pies” para referirse a la necesidad fisiológica de
ir al baño: “Y cuando llegó a un redil de ovejas en el camino, donde había una
cueva, entró Saúl en ella para cubrir sus pies; y David y sus hombres estaban
sentados en los rincones de la cueva”, (1 Samuel 24:3). O la palabra “llegarse” es un
eufemismo que significa tener relaciones sexuales: “Ningún varón se llegue a
parienta próxima alguna, para descubrir su desnudez. Yo Jehová”, (Levítico 18:6). O
la palabra “conocer” es utilizada también como un eufemismo significa a tener
relaciones sexuales: “Conoció Adán a su mujer Eva, la cual concibió y dio a luz a
Caín, y dijo: Por voluntad de Jehová he adquirido varón”, (Génesis 4:1). La palabra
“dormir” es un eufemismo que se utiliza en lugar de la palabra muerte: “Y muchos de
los que duermen en el polvo de la tierra serán despertados, unos para vida eterna, y
otros para vergüenza y confusión perpetua”, (Daniel 12:2).
FIGURAS DE ÍNDOLE PERSONAL.

Se llaman figuras de índole personal a aquellos tropos o figuras retoricas que


atribuyen características humanas o realzan con vehemencia las cosas inanimadas.
Se consideran figuras de índole personal a la personificación o prosopopeya y al
apóstrofe.

 La Prosopopeya o personificación. La prosopopeya o personificación consiste


en atribuir características o acciones propias de personas a seres que no lo
son. Por ejemplo, Pablo usa una prosopopeya al atribuir a los miembros del
cuerpo humana la capacidad de expresarse con el fin de enseñar la
importancia de la unidad de la iglesia en medio de la diversidad de funciones
de todos sus miembros: “Si dijere el pie: Porque no soy mano, no soy del
cuerpo, ¿por eso no será del cuerpo? Y si dijere la oreja: Porque no soy ojo, no
soy del cuerpo, ¿por eso no será del cuerpo?”, (1 Corintios 12:15-16). En los
Salmos encontramos muchas prosopopeyas: “Los cielos cuentan la gloria de
Dios, y el firmamento anuncia la obra de sus manos. Un día emite palabra a
otro día y una noche a otra noche declara sabiduría”, (Salmo 19:1-2). El
mismo Jesús las utilizo: “Él, respondiendo, les dijo: Os digo que, si éstos callaran,
las piedras clamarían”, (Lucas 19:40).

 Apóstrofe. El apóstrofe es la interrupción, exclamación o pregunta dirigida con


vehemencia a un ser animado o inanimado, real o imaginario. Se da cuando
el orador detiene su discurso, hace como que se marcha del auditorio al que
se está dirigiendo y habla a una persona o a un auditorio imaginario, o a una
cosa personificada. El Salmo 114 es un ejemplo. Los primeros versículos hacen
una descripción al lector de lo que paso cuando Dios libero a Israel de Egipto:
“Cuando salió Israel de Egipto, la casa de Jacob del pueblo extranjero, Judá
vino a ser su santuario, e Israel su señorío. El mar lo vio, y huyó; el Jordán se
volvió atrás. Los montes saltaron como carneros, los collados como
corderitos”, (Salmo 114:1-4); pero en los versículos 5-6 se hace una interrupción
y se deja de hablar al auditorio para dirigirse de manera imaginaria al mar y
los collados: “¿Qué tuviste, oh mar, que huiste? ¿Y tú, oh Jordán, que te
volviste atrás? Oh montes, ¿por qué saltasteis como carneros, y vosotros,
collados, como corderitos?”, (Salmo 114:5-6); luego del apóstrofe vuelve a
dirigirse al auditorio original: “A la presencia de Jehová tiembla la tierra, a la
presencia del Dios de Jacob, el cual cambió la peña en estanque de aguas, y
en fuente de aguas la roca”, (Salmo 114:7-8). También encontramos
apóstrofes dirigidos a cosas inanimadas; “Escuchad, cielos, y hablaré; y oiga la
tierra los dichos de mi boca. Goteará como la lluvia mi enseñanza; destilará
como el rocío mi razonamiento; como la llovizna sobre la grama, y como las
gotas sobre la hierba”, (Deuteronomio 32:1-2). También tenemos el caso
cuando Nehemías narraba las murmuraciones que sus enemigos hacían en su
contra, a la mitad de su discurso hace una interrupción para dirigir a Dios una
oración: “Cuando oyó Sanbalat que nosotros edificábamos el muro, se enojó
y se enfureció en gran manera, e hizo escarnio de los judíos. Y habló delante
de sus hermanos y del ejército de Samaria, y dijo: ¿Qué hacen estos débiles
judíos? ¿Se les permitirá volver a ofrecer sus sacrificios? ¿Acabarán en un día?
¿Resucitarán de los montones del polvo las piedras que fueron quemadas? Y
estaba junto a él Tobías amonita, el cual dijo: Lo que ellos edifican del muro
de piedra, si subiere una zorra lo derribará. Oye, oh Dios nuestro, que somos
objeto de su menosprecio, y vuelve el baldón de ellos sobre su cabeza, y
entrégalos por despojo en la tierra de su cautiverio. No cubras su iniquidad, ni
su pecado sea borrado delante de ti, porque se airaron contra los que
edificaban. Edificamos, pues, el muro, y toda la muralla fue terminada hasta
la mitad de su altura, porque el pueblo tuvo ánimo para trabajar”, (Nehemías
4:1-6). Y así podríamos encontrar más ejemplos en la Biblia.
FIGURAS COMPUESTAS.

En el lenguaje figurado no solo existen figuras simples, es decir, tropos


expresados a través de frases simples, sino que en ocasiones toman una forma
mucho más extensa de las que hemos visto. Cuando el lenguaje figurado en un
texto se presenta a través de oraciones extensas se les llama figuras compuestas y
en esta categoría entran las parábolas, alegorías, fabulas y enigmas.

 Parábola. La parábola es una narración breve y simbólica de la que se extrae


una enseñanza moral. El intento general de la parábola, como de todo
lenguaje figurado, es el de embellecer y presentar las ideas y las enseñanzas
morales en forma atractiva e impresionante. Presentadas en lenguaje
ordinario, literal, muchas verdades se olvidarían apenas se escucharán; pero
adornadas con la vestimenta parabólica despiertan la atención y se aferran a
la memoria. Revestidas del ornato parabólico, las amonestaciones y censuras
resultan menos hirientes y, sin embargo, producen mejor efecto que el que se
lograría usando el lenguaje ordinario. Al igual que el símil, una parábola
compara dos cosas, poniendo la palabra como o igual o semejante entre las
dos. Hay dos diferencias principales entre un símil y una parábola: extensión y
puntos de comparación. Un símil es corto, y compara dos cosas sobre un
punto. Una parábola es más larga que un símil (por lo general es una historia
corta) y puede comparar dos cosas de varias maneras. Por lo tanto, muchos
maestros dicen que una parábola es un símil prolongado o extenso.

Podemos ver que en la mayoría de las parábolas que Jesús enseño está
presente la conjunción “semejante” para enlazar el punto de comparación. Por
ejemplo, lo vemos en la parábola del trigo y la cizaña: “El reino de los cielos es
semejante a un hombre que sembró buena semilla en su campo…”, (Mateo 13:24),
en la parábola de la semilla de mostaza: “El reino de los cielos es semejante al grano
de mostaza, que un hombre tomó y sembró en su campo…”, (Mateo 13:31). La
parábola de la red: “Asimismo el reino de los cielos es semejante a una red, que
echada en el mar, recoge de toda clase de peces…”, (Mateo 13:47), etc. En otras
ocasiones simplemente inicio la narración de la parábola describiendo los
personajes de la misma que tenían como fin hacer un comparativo en cuanto a
cuestiones de interés espiritual. Por ejemplo, la parábola del buen samaritano
mostraba a través de las acciones de cada uno de sus personajes quien hizo
misericordia y demostró verdadero amor a su prójimo sin importar los prejuicios
humanos: “Respondiendo Jesús, dijo: Un hombre descendía de Jerusalén a Jericó, y
cayó en manos de Ladrones… ¿Quién, pues, de estos tres te parece que fue el
prójimo del que cayó en manos de los ladrones? Él dijo: El que usó de misericordia
con él. Entonces Jesús le dijo: Ve, y haz tú lo mismo”, (Lucas 10:30, 36-37). En otras
ocasiones pregunto a que era semejante lo que deseaba enseñar, y a continuación
procedió a relatar su parábola: “Y volvió a decir: ¿A qué compararé el reino de
Dios? Es semejante a la levadura, que una mujer tomó y escondió en tres medidas
de harina, hasta que todo hubo fermentado”, (Lucas 13:20-21).

Por tanto, para entender las parábolas es importante identificar los personajes,
los puntos de comparación y la lección principal (y las lecciones secundarias) que
se desea compartir. Así por ejemplo la parábola del sembrador nos enseña a como
entrar en el reino de Dios, la del trigo y la cizaña nos enseña acerca del juicio
venidero, la de la semilla de la mostaza acerca del crecimiento del reino de Dios, la
del tesoro escondido y la de la perla de gran precio nos enseñan acerca del valor
del reino de Dios, la del buen samaritano acerca del amor al prójimo, la del siervo
malvado acerca del regreso de nuestro Señor, y así sucesivamente, hay que
identificar los personajes de la parábola, ver la comparación que se hace y
determinar con ayuda del Espíritu Santo la verdadera interpretación.

 Alegoría. La alegoría es una sucesión de metáforas, generalmente


combinadas en forma de narración, de cuyo significado literal se prescinde.
Su característica principal es la pluralidad de puntos de aplicación, a
diferencia de la metáfora simple en la que el punto de comparación y
aplicación es solamente uno. Como en el caso que diferencia a un símil de
una metáfora, en una parábola usa la palabra como o semejante o igual,
pero una alegoría no se usa. Por ende, una metáfora compara dos cosas sin
usar como ni semejante (igual). Una alegoría es una metáfora extendida. Así
como un símil puede extenderse para ser una parábola, una metáfora puede
extenderse para ser una alegoría. Una de las alegorías más famosas las
encontramos en el evangelio según Juan: “Yo soy la vid verdadera, y mi
Padre es el labrador. Todo pámpano que en mí no lleva fruto, lo quitará; y
todo aquel que lleva fruto, lo limpiará, para que lleve más fruto…”, (Juan 15:1-
2). Otro ejemplo de alegoría la encontramos en Efesios cuando nos habla de
la armadura del cristiano: “Estad, pues, firmes, ceñidos vuestros lomos con la
verdad, y vestidos con la coraza de justicia, y calzados los pies con el apresto
del evangelio de la paz”, (Efesios 6:14-15).

 La Fábula. La fábula es una composición literaria en la que, por medio de una


ficción, se da una enseñanza moral. En ella intervienen seres inanimados o
seres vivos irracionales que actúan y hablan como si fuesen personas. En el
Antiguo Testamento podemos encontrar fábulas. Por ejemplo, tenemos la
fábula que Jotam le dirigió a Abimelec y sus seguidores: “Fueron una vez los
árboles a elegir rey sobre sí, y dijeron al olivo: Reina sobre nosotros. Mas el olivo
respondió: ¿He de dejar mi aceite, con el cual en mí se honra a Dios y a los
hombres, para ir a ser grande sobre los árboles?”, (Jueces 9:8-9). La fábula de
Natán a David: “Jehová envió a Natán a David; y viniendo a él, le dijo: Había
dos hombres en una ciudad, el uno rico, y el otro pobre. El rico tenía
numerosas ovejas y vacas…”, (2 Samuel 12:1-2). En Ezequiel también
podemos ver otra fábula: “Hijo de hombre, hubo dos mujeres, hijas de una
madre, las cuales fornicaron en Egipto; en su juventud fornicaron…”, (Ezequiel
23:2-3). Y así sucesivamente podemos encontrar muchas más.
 El Enigma. El enigma es un dicho de sentido artificiosamente encubierto. Su
propósito es precisamente intrigar, despertar el deseo de averiguar lo que se
encubre y se usa deliberadamente para probar la capacidad de
comprensión de quien escucha. Adivinanzas. Algunos de ellos tienen su
explicación en el texto. Por ejemplo, el propuesto por Sansón a los filisteos:
“Entonces les dijo: del devorador salió comida, y del fuerte salió dulzura. Y ellos
no pudieron declararle el enigma en tres días… Al séptimo día, antes que el
sol se pusiese, los de la ciudad le dijeron: ¿Qué cosa más dulce que la miel?
¿Y qué cosa más fuerte que el león?”, (Jueces 14:14, 18). Otros pueden
interpretarse a la luz de su contexto inmediato, de pasajes paralelos y de la
enseñanza global de las Escrituras. Tal es el caso de las palabras de Jesús a
Nicodemo: “El que no nace de nuevo no puede ver el Reino de Dios” (Juan
3:3); cuya interpretación se obtiene al analizar todos los contextos del capítulo
3 donde se presenta la conversación entre Nicodemo y Jesús. Otro enigma
dicho por Jesús es el que encontramos en el capítulo 6 donde Jesús les dice a
los judíos que Él es el pan de vida que descendió del cielo: “El que come mi
carne y bebe mi sangre, tiene vida eterna; y yo le resucitaré en el día
postrero”, (Juan 6:54). ¿Comer su carne y beber su sangre?, estas palabras
fueron enigmáticas para los judíos, pero la respuesta a esto se encuentra al
analizar todo su discurso completo para darnos cuenta que se refiere a creer
en el sacrificio de su cuerpo en la cruz del Calvario donde derramo toda su
sangre para perdón de pecados. Hay otros enigmas que resultan muy difíciles
de interpretar, especialmente en el libro de Apocalipsis, ya que se hace
necesario en este caso estudiar el estilo literario apocalíptico para
comprender el simbolismo que se utiliza: “Aquí se requiere sabiduría. El que
tiene entendimiento, calcule el número de la bestia, pues es número de
hombre. Y su número es seiscientos sesenta y seis”, (Apocalipsis 13:18). Así
podríamos encontrar varios enigmas en la Biblia.
REPUBLICA BOLIVARIANA DE VENEZUELA
MINISTERIO DEL PODER POPULAR PARA LA EDUCACIÓN
INSTITUTO UNIVERSITARIO EDUR
GUANARE – PORTUGUESA

POESÍA HEBREA

Integrante:
Felix A. Montoya.
C.I. V- 12.077.979

Guanare, 06 Julio de 2019

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