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1.- Introducción
2.- Referencia a la importancia de la Determinación si
un acto es civil o de comercio
3.- Problemas aplicables al concepto de mercantilidad
de los actos
3.1 El Rol de la voluntad de las partes
3.2 Actos Mixtos o Doble Carácter
3.3 Teoría de lo Accesorio
3.4 Problema de la mercantilidad de los
inmuebles
4.- La Mercantilidad en el Código de Comercio Chileno
4.1 Noción de Acto de Comercio.
Concepto y elementos
4.2 Clasificación de los Actos de
Comercio.
4.3 Análisis del Art. 3 del Código de
Comercio.
******************************
BIBLIOGRAFÍA:
**************************************
1.- INTRODUCCIÓN:
El Problema fundamental del estudio de la
mercantilidad es el establecer qué materias son
regidas por el Derecho Comercial.
4
Baeza Ovalle, Gonzalo, ob. citada, pág. 207
5
De Solminihac Iturra, Jaime, “Compendio de Derecho Comercial”, Tomo 1, Volumen 1,
Santiago, 1996, pág. 59.
a) Para Establecer La Legislación De Fondo
Aplicable:
9
De Solminihac Iturra, Jaime, Ob. cit. pág 61.
10
De Solminihac Iturra, Jaime, Ob. cit. pág. 61.
b.2: Prueba de los Libros de Contabilidad: En esta
materia existe una doble excepcionalidad: “Además
de las notables diferencias antes señaladas, existe en
materia comercial una prueba singular, con reglas
propias de esa especialidad, como es la que emana de
los libros de contabilidad que están obligados a llevar
los comerciantes.”11
“El artículo 127 del C Com complementa la
disposición del artículo 1703 del CC, cuando señala
que las escrituras privadas que guardan uniformidad
con los libros de los comerciantes hacen fe de su
fecha respecto de terceros, aún fuera de los casos
enumerados en el art. 1703 del CC.” 12
“Los libros de contabilidad de los comerciantes no
están reconocidos como medios probatorios en
materia civil; en cambio, en materia comercial no sólo
se les reconoce valor, sino que además hacen fe a
favor del que los lleva, lo que e doblemente
excepcional”.13
11
De Solminihac Iturra, Jaime, Ob. cit. pág. 61.
12
Sandoval López, Ricardo, Ob. cit. pág. 74
13
Sandoval López, Ricardo, Ob. cit. pág. 74
14
Sandoval López, Ricardo, Ob. cit. pág. 74
Ejemplo: La obligación de llevar libros de contabilidad,
inscribir ciertos documentos, inscribirse en ciertos
registros, etc.”15
Sin embargo, “algunos actos de comercio son
incapaces por sí mismos de dar al que los ejecuta un
carácter profesional por mucha habitualidad que haya
en su ejercicio, como ocurre con las letras de
cambio”.16
23
Baeza Ovalle, Gonzalo, Ob. cit. pág. 216
24
Baeza Ovalle, Gonzalo, Ob. cit. pág. 217
25
Baeza Ovalle, Gonzalo, Ob. cit. pág. 218
Los actos mixtos o de doble carácter se
encuentran descritos en el art. 3 del Ccom, en su
parte enunciativa al disponer “Son actos de
comercio, ya de parte de uno de los
contratantes , ya de parte de uno de ellos..... “.
Esto, porque la existencia de comerciantes, y no solo
de actos de comercio, lleva implícito el que siempre
pueda surgir la concurrencia a un mismo contrato, de
personas que tienen un estatuto diferente para regir
sus relaciones jurídicas: uno, el comerciante, con
todo el sistema legal comercial, otro, el civil o no
comerciante, con la legislación común tras él”. 26
La primera parte de esta disposición: Son
actos de comercio, ya de parte de ambos
contratantes, no ofrece mayores dificultades en su
interpretación, pues estos actos se rigen
íntegramente por el Derecho Comercial.
Ejemplo: Un banco compra a un comerciante
el mobiliario para una de sus sucursales, el acto es de
comercio para ambos contratantes.
Sin embargo, la segunda parte de esta
disposición: Son actos de comercio, ya de parte de
uno de ellos ...” si ofrece dificultades en su
interpretación. Estos son los llamados actos
mixtos o de doble carácter.
Concepto: “Los actos mixtos o de doble
carácter son aquellos cuyos efectos son civiles
para una de las partes y mercantiles para la
otra.”27
Ejemplos:
La compra de un refrigerador que hace una dueña
de casa en una Multitienda, es civil para la dueña de
casa y comercial para la Multitienda. Es comercial
para esta última porque fue precedida de una compra
comercial (se compró para revender).
“En la mayoría de los casos se trata de actos que
para alguno de los que intervienen no tiene finalidad
mercantil (las operaciones bancarias son mercantiles
para el Banco, no para el cliente; las ventas en las
tiendas son mercantiles para el comerciante y no para
26
Baeza Ovalle, Gonzalo, Ob. cit. pág. 224
27
De Solminihac Iturra, Jaime, Ob. cit. pág. 64.
el consumidor; los seguros son mercantiles para el
asegurador, no para el asegurado, así
28
sucesivamente”.
“El término fue acuñado por la doctrina francesa,
y como bien lo dice George Ripert: ‘El acto por sí
mismo no es mixto y este vocablo no significa nada’.
Si ha sido empleado por la doctrina francesa es
porque esta doctrina quiere calificar los actos jurídicos
en sí mismos y según su naturaleza. En presencia de
un acto entre un comerciante y un no comerciante la
doctrina francesa se ha encontrado con grandes
dificultades para la calificación de tal acto. Si se
admite en cambio que lo que califica el acto de
comercio es la profesión del comerciante, nada de
particular tiene que la obligación de cada uno de los
contratantes tenga un carácter distinto”. 29
El acto es uno solo, la compra del refrigerador, sin
embargo, sus efectos son duales.
Esta dualidad de efectos, general ciertos
problemas al Derecho Comercial, que se manifiestan
principalmente en:
1.- Legislación de Fondo aplicable.
2.- Prueba de la Obligación.
30
Revista de Derecho y Jurisprudencia, Tomo LXXXIII, Sección 2ª, p. 54.
31
Gaceta Jurídica, octubre de 1990, N° 124, pág. 42.
“La prueba será o no admisible según quien se al
persona contra quien se hace valer y según la
naturaleza que el negocio tenga para ella. Si el
negocio es mercantil para la persona contra quien se
pretende utilizar la prueba, puede aplicarse lo
dispuesto en el artículo 128 del C Com, según el cual
se admite la prueba testimonial “cualquiera sea la
cantidad que importe la obligación que se trate de
probar”. Si el asunto es civil para aquel a quien se le
pretende probar no puede tener cabida el precepto
citado”.32
“Nada dice sobre el particular nuestra legislación
positiva y el Código se limita a comprobar la
existencia de los actos mixtos o de doble carácter en
su art. 3° que encabeza diciendo: “Son actos de
comercio, ya de partes de ambos contratantes, ya de
parte de uno de ellos”.33
“Los restantes problemas que estos actos, tan
frecuentes en la vida jurídica presentan, no han sido
objeto de la preocupación del legislador, por lo que ha
debido ser la jurisprudencia la que llene este vacío”. 34
32
Olavaria A., Julio, Ob. cit. pág. 103
33
Olavarría A., Julio, Ob. cit. pág. 103
34
DEFINICION:
“La accesoriedad consiste en presumir mercantiles los ciertos actos que
cuando se relacionan con una profesión, actividad, o acto jurídico
principal de carácter comercial, ya sea porque lo facilitan, contribuyen a
acrecentarlo o realizarlo o simplemente lo garantizan.” (Ricardo
Sandoval)
elementos del acto de comercio: intermediación de
productores y consumidores, la aceleración del
proceso productivo, la noción de empresa, no se
encuentran recogidos en la enumeración que realiza
el artículo 3°.
En doctrina los “actos de comercio, son actos
de intermediación entre productores y consumidores
Para este autor en los dos textos legales citados existe una
accesoriedad por vía subjetiva, ya que un acto o contrato que
naturalmente no era comercial paso a tener dicha calidad por acceder a
la actividad o realización del giro desarrollado por un comerciante.
Baeza encuentra justificación a su postura en el hecho que nuestra
legislación no reconoce como criterio para determinar la mercantilidad
el giro a que acceda el acto, pues el “giro comercial” no es un acto de
comercio, sino hay comerciantes que tienen un giro comercial.
la calidad de las personas que las otorguen, pues si no son comerciantes, el Art.
1 mercantilizo expresamente esos contratos accesorios y a fortiori debe
hacerse lo mismo respecto de las cauciones otorgadas por comerciantes para
garantizar obligaciones principales de tipo mercantil.”
Como hemos visto, si bien nuestra legislación no reconoce ni consagra
en forma expresa el principio de lo accesorio, este puede deducirse a contrario
sensu de la regla que da el Art. 3 Numero 1 inciso 2, pues esta norma no es mas
que la consagración del principio general : “lo accesorio sigue la suerte de lo
principal” y por ello puede aplicarse tanto respecto de los actos que en su
origen son civiles y a los que son mercantiles.
En el proyecto del C Com este principio estuvo precisado de mejor
forma, pero la Comisión Revisora no creyó conveniente reproducirla, pues
bastaba precisamente la regla impuesta por el Art. 3 numero 1 inciso 2 y
reforzado por el articulo 1 del C Com.
hemos aludido, y sin distinguir los objetos en que se ejercen dichas actividades,
actos u operaciones y atendiendo solo a aquel giro principal sea el que ella
indica.”
En opinión del profesor Olavarria y que corresponde al criterio de la
doctrina mayoritaria, no es posible considerar como un acto civil la compra que
hace una empresa de un inmueble para instalar en ella una sucursal o bien
cuando compra un establecimiento de comercio junto al inmueble en que se
situa, pues corresponde a un acto que realiza dentro de su giro, del desarrollo
de su actividad comercial principal.
Olavarría agrega que: “ En general, cualquier acto que recaiga en un bien
raiz, ejecutado por una empresa comercial para los intereses de su giro y
siempre que no se destine a objetivos que podriamos considerar civiles, es
comercial”.
Hay autores que encuentran en el art. 397 del C Com que se refiere a la
venta de inmuebles sociales por los administradores de la sociedades, quienes
en virtud de esa norma no requieren de poder especial para ello, siempre que el
acto se encuentre comprendido en el numero de las operaciones que
constituyen el giro ordinario de la sociedad, pues se encontraria dentro del giro
comercial la venta de bienes raices.
Sin embargo, la mayoria de la doctrina descarta este argumento, pues
bien puede ser que dentro del giro de una empresa de carácter comercial, y no
por eso los actos que realice en relación con los inmuebles dejen de ser civiles
ni su giro deje de ser comercial. Es perfectamente compatible.
Para el profesor Olavarria si son actos de comercio relativos a
inmuebles los de corretaje y mandato. Estos dos actos seran siempre
Los autores como José Parga y Ricardo Sandoval
incluyen a este numerando 20 dentro de la
clasificación que vimos más arriba “b) Actos de
comercio que lo son porque los ejecuta una
empresa”. Sobre este punto el profesor Baeza
señala que podría incluirse dentro de una nueva
clasificación que veremos enseguida: esto es,
atendido el objeto del acto, sin embargo, al igual que
Parga y Sandoval cree apropiado agruparlo en la
clasificación que atiende a que los actos son de
comercio porque los ejecuta una empresa.
Dentro de la clasificación que hacen los
profesores Palma, Olavaria y Varela se omite el N° 4
del artículo 3. Otros autores como José Parga, Jaime
De Solminihac y Ricardo Sandoval lo incluyen dentro
de la clasificación que atiende a la intención de la
persona que los ejecuta.
Para el profesor Baeza esta omisión en la
clasificación del art. 3 Nº 4 se debe a que en los
contratos de comisión o mandato comercial no se
atiende a ninguno de los criterios o conceptos antes
vistos, pues ellos son mercantiles no por la intención
con que fueron ejecutados, ni porque han sido
ejecutados por una empresa y tampoco se trata de
actos formales de comercio.
Baeza señala que se trata de un tipo diferente de
acto o contrato y que fue calificado de mercantil por
el legislador atendiendo otro factor o elemento de
35
De Solminihac Iturra, Jaime. Ob. cit., pág. 78.
36
Baeza Ovalle, Gonzalo, Ob. Cir., pág. 235
37
Baeza Ovalle, Gonzalo, Ob. Cir., pág. 235
clasificación, esto es, el objeto del acto. Si el objeto de
la comisión o mandato es mercantil entonces el
contrato también lo será.38
De allí entonces que el Profesor Gonzalo Baeza
agrega otra clasificación: “Actos que son mercantiles
en razón de su objeto”. (Art. 3 N° 4)39
Por su parte el profesor Ricardo Sandoval agrega
como criterio de clasificación: Aquellos actos que
atienden al criterio de intermediación: Art. 3 N° 11 y
12.40
En cuanto a los actos formales de comercio, el
profesor Gonzalo Baeza señala que aquellos son
comerciales por exclusiva voluntad del legislador y no
como parece desprenderse la opinión de los demás
autores, quienes señalan que dichos actos son
siempre mercantiles. Para Baeza el carácter mercantil
de estos actos está dado por factores exógenos al
acto o contrato, la voluntad del legislador, pues
estos actos son ejecutados por comerciantes y no
comerciantes, aún por el común de las personas, en
las más diversas actividades, incluso ajenas al
comercio. Los cheques, pagarés y letras de cambio
(actos formales de comercio por excelencia) son
girados, suscritos y emitidos por toda clase de
personas. En consecuencia, en opinión de Baeza, sólo
ha sido la voluntad del legislador la que les ha dado el
carácter de actos de comercio en todo caso y no
porque en sí mismos constituyan actos mercantiles.
41
De Solminihac Iturra, Jaime, Ob. cit. pág. 82
42
Baeza Ovalle, Gonzalo, Ob. cit. pág. 244.
este punto: no todos los autores están contestes en
exigirlo.
Los analizaremos separadamente:
44
Palma Rogers, Gabriel, citado por Baeza Ovalle, Gonzalo, Ob. cit. pág. 242.
revender.”45 “A la inversa, si una persona compra un
objeto cualquiera para su uso personal, aún cuando
más tarde lo revenda, tentada por la oportunidad de
una buena ganancia, este cambio no alterará el
carácter civil de la operación primitiva.” 46
45
Palma Rogers, Gabriel.
46
Palma Rogers, Gabriel
47
Palma Rogers, Gabriel, citado por Baeza Ovalle, Gonzalo, Ob. cit. pág. 242.
48
Palma Rogers, Gabriel, citado por Baeza Ovalle, Gonzalo, Ob. cit. pág. 242.
con atender a las manifestaciones exteriores
que puedan suponer esta intención. 49
Agrega Baeza Ovalle que hay casos, como
en el ejemplo que da el profesor Palma, de la
compra de varios cientos de quintales de
trigo, en que es posible presumir que la
compra se hizo con el ánimo o intención de
luego venderlas, por la gran cantidad de
trigo. Sin embargo, señala que ello no ocurre
en todos los casos, pues en el mismo
ejemplo, si el que ha comprado los varios
cientos de trigo es un agricultor para
alimentar a sus animales, entonces su
intención al comprar el trigo no ha sido
venderlo, por lo que esta compra es civil, ya
que ha destinado el trigo a su consumo
directo.50
Baeza señala que para dilucidar si esta
compra es civil o mercantil debe atenderse a
todas las circunstancias que rodean a los
contratantes, pero que ello podrá quedar
traducido en una “suerte de adivinación de
intencionalidades, que en muchas ocasiones
constituye un riesgo importante”.51
No obstante las precisiones antes
comentadas, Baeza señala que resulta
evidente radicar el peso de prueba en quien
alega la comercialidad del acto, al igual que
el resto de la doctrina.
Baeza funda su posición en que quien
alega que el acto o contrato es mercantil
debió procurarse al momento de celebrarlo,
de todas aquellas pruebas necesarias para
manifestar o exteriorizar su intención. Sin
embargo, Baeza agrega que esta exigencia
es válida cuando la discusión acerca del
carácter del acto o contrato se suscita entre
las partes (vendedor y comprador), pero que
se torna débil cuando quien desea probar que
49
Baeza Ovalle, Gonzalo, Ob. cit. pág. 242.
50
Baeza Ovalle, Gonzalo, Ob. cit. pág. 243.
51
Baeza Ovalle, Gonzalo, Ob. cit. pág. 243
el acto es mercantil es un tercero, quien no
tuvo la posibilidad legal de preestablecer
pruebas de intencionalidad. 52
52
Baeza Ovalle, Gonzalo, Ob. cit. pág. 243.
53
Sandoval López,. Ricardo, Ob. cit. págs. 90 y 91.
cooperativas de consumo que se hacen para vender
a sus asociados sin obtener lucro o ganancia”. 54
Esta exigencia del espíritu o ánimo lucrativo es
exigido por la mayoría de la doctrina (Palma,
Olavaria, Varela, Sandoval, José Parga, Sandoval,
De Solminihac).
Frente a esta posición mayoritaria se encuentra
la de Gonzalo Baeza Ovalle, quien señala que la ley
no establece ni exige la concurrencia de este
requisito y que exigirlo transformaría la calificación
del acto por el resultad. Agrega que no puede
quedar entregada la calificación del acto a la espera
de si una de las partes logra lucrar con el contrato.
Para Baeza Ovalle con esta exigencia se confunde
un requisito para comercializar a las personas, es
decir, para transformarlas en comerciantes, con
aquellos requisitos que tienen por propósito
mercantilizar los actos y contratos. 55
57
Palma Rogers, Gabriel, citado por Sandoval López, Ricardo, Ob. cit. pág. 91.
58
Olavaria A. Julio, Ob. cit. pág. 105.
59
Sandoval López, Ricardo, Ob. cir. P. 91.
Así también lo sostiene nuestra jurisprudencia:
“Son actos civiles todas las ventas de cosas
adquiridas a título gratuito, aún cuando al vederlas
se persiga una ganancia o lucro.” (Corte de
Apelaciones de Valparaíso, 7 de julio de 1958).
Según el profesor Baeza Ovalle esto es
importante para marginar a todas las actividades
extractivas como la agricultura, minería, pesca y
caza, con excepción de aquellas actividades que
gracias a los adelantos de la ciencia y la tecnología
dejan de ser actividades meramente extractivas,
como ocurre con los cultivos acuícolas, pues en este
caso el acuicultor compra ovas (huevos de
pescado) o alevines (pescados infantes), para
engordarlos y venderlos y en este caso ejecuta un
acto mercantil, pues no se trata de una actividad
extractiva sino que contiene todos los elementos de
la intermediación consustancial a la noción de acto
de comercio.60
“Toda venta de la producción de un fundo es
civil, aunque se venda transformada, por ejemplo
en vino, en harina, porque el agricultor no ha
comprado o permutado los productos. Por
aplicación de lo dicho también que las ventas de
productos obtenidos por medio de la caza y la
pesca son civiles. Igualmente lo son las ventas que
el pintor, escultor o el escritor, etc., realizan de sus
obras”.61
Para el nuevo comprador el acto puede ser civil o
comercial, según sea su intención. Ejemplo: La
compra que hace el dueño de una galería de arte de
un cuadro, será mercantil, pues compra el cuadro
con el objeto de venderla con posterioridad.
60
Baeza Ovalle, Gonzalo, Ob. cit. pág. 246.
61
Sandoval López, Ricardo, Ob. cir. P. 92.
“ Es un contrato que recae sobre una cosa
mueble, que se cambia por otra de la misma
naturaleza, con el propósito de obtener una
ganancia o lucro por la posterior venta, permuta o
arrendamiento de esta misma cosa, de igual forma
o en una distinta.” (Jaime de Solminihac)
62
Baeza Ovalle, Gonzalo, ob. cit, págs. 247 y 248.
4.- En cuanto a la capacidad de las partes, debe
estarse a las reglas que sobre el particular se
establecen para el contrato de compraventa.
5.- Las disposiciones relativas a las compraventa
se aplicarán a la permutación en todo lo que no se
oponga a la naturaleza de este contrato; cada
permutante será considerado como vendedor de la
cosa que se da, y el justo precio de ella a la fecha
del contrato se mirará como el precio que paga por
lo que recibe en cambio. Art. 1900 del CC.
1.- Clientela.
2.- Nombre Comercial
3.- La enseña
4.- El emblema.
5.- El lema comercial.
6.- Las Marcas Comerciales.
7.- Las Patentes de invención
8.- Los dibujos o modelos industriales.
9.- El derecho al local.
10.- El Derecho de llaves.
63
Sandoval López, Ricardo, Ob. cit. pág. 95 y 96.
que no puede aplicarse el principio de la
accesoriedad.64
*0 Perfeccionamiento del contrato: La ley
no ha considera la compraventa de un
establecimiento de comercio como un acto
jurídico solemne, por lo que basta que los
interesados estén de acuerdo sobre la cosa
vendida y el precio, para que el contrato se
entienda perfeccionado.
67
Baeza Ovalle, Gonzalo, ob. cit. pág. 250.
se atiende a la intención del arrendador al momento
de celebrar el contrato de arriendo.
68
Baeza Ovalle, Gonzalo, ob. cit. pág. 250.
¿Qué sucede con el subarrendamiento? ¿Es
civil o comercial?
69
Olavarría, A., Julio. Ob. Cit. Pág.
70
Baeza Ovalle, Gonzalo, ob. Cit. Pág. 252.
Art. 3 N° 4: “Son actos de comercio, ya de
parte de ambos contratantes, ya de parte de
uno de ellos: N°4 "la comisión o mandato
comercial".
1. La Comisión.
2. El mandato de los factores y mancebos o
dependientes de comercio.
3. La correduría de que se ha tratado ya en el Título
111 del Libro 1.
Es decir, que el art. recién indicado expresa
claramente que la comisión es solo una especie de
mandato comercial.
Por su parte, el art. 235 define la Comisión
señalando "el mandato comercial toma el nombre de
comisión cuando versa sobre una o más operaciones
mercantiles individualmente determinadas.”
Ahora bien, después de lo dicho, cabe
preguntarse cual es el alcance del art. 3 N° 4. ¿Se
refiere el mandato en general o sólo a la comisión?.
Debe concluirse que sólo se refiere a la comisión,
ya que tanto el mandato de los factores de comercio
como la correduría tienen reglamentación expresa en
el Código.
Ahora bien, determinado que el art. 3 en su N° 4
se refiere a la comisión, el problema es establecer
¿cuándo la comisión es un acto de comercio?,
especialmente porque entre los autores nacionales no
existe un criterio uniforme,
Así, se ha afirmado que si la comisión es
remunerada, sería acto de comercio, lo que no resulta
efectivo, ya que el mandato puede ser remunerado
incluso en materia civil.
Pareciera entonces que resulta más preciso
señalar que la comisión será o no un acto de comercio
según cual sea la naturaleza del acto o actos
encargados. Si él o los actos encargados son civiles, la
comisión es civil; si por el contrario, el o los actos
encargados son comerciales, la comisión será
comercial. Por ejemplo, un agricultor encarga a un
comisionista la venta de sus productos; la comisión es
civil.
Por tanto, para calificar de comercial o civil la
comisión, debemos estudiar el Art. 3 ya que sólo así
podremos saber si el acto encargado es o no de
comercio; si cabe dentro de cualquiera de los números
del artículo será un acto de comercio y,
consecuencialmente, la comisión también tendrá éste
carácter. Este criterio para determinar si la comisión
es un acto de comercio arranca del Art. 233 de Código
de Comercio y específicamente de la expresión
"encarga la ejecución de uno o más actos lícitos de
comercio».
De aquí se desprende concretamente que
para el mandato sea comercial, el o los negocios
encargados deben ser de comercio y lo que se dice
del mandato, se dice de la comisión que es una
especie de mandato.
Ahora bien, ya quien se refiere el art. 3 del Código
de Comercio en su N° 4? Se refiere al mandante al
que encarga el o los negocios. Para él vale la regla
dada anteriormente.
¿Y qué ocurre con el mandatario? La ley nada dice
al respecto. Estamos en presencia de un acto mixto o
de doble carácter. Para saber si la comisión es o no
acto de comercio respecto del mandatario debemos
aplicar la Teoría de lo Accesorio. Si el negocio es uno
de una serie que yo realizo como comisionista, es
accesorio de mi actividad comercial y por tanto, ese
negocio (comisión) es para mi (mandatario) un acto
de comercio.
En esta calificación de la comisión respecto del
mandatario es muy importante su profesión, es un
elemento de juicio: de allí se puede desprender el
principio de lo accesorio.
Los autores (Olavarría, Palma, Sandoval, etc.)
sostienen que en esta norma el legislador incurre en
un error, pues hace sinónimos dos contratos que son
distintos, pues uno de ellos es el género y el otro una
especie de este género.
En efecto, la comisión es una especie de mandato
del género mandato y así se desprende además de los
arts. 233 y 234 del C Com.
El art. 233 define al mandato comercial como
aquel “contrato por el cual una persona encarga la
ejecución de uno o más negocios lícitos de comercio a
otra que se obliga a administrarlos gratuitamente o
mediante una retribución y a dar cuenta de su
desempeño.”
Por su parte, el art. 234 del C Com establece que
hay 3 especies de mandato comercial:
1.- La comisión.
2.- El mandato de los factores y mancebos o
dependientes de comercio.
3.- La correduría, regulada en el Título III del Libro
I del C Com.
ELEMENTOS DE LA EMPRESA.
- Capital.
- EMPRESAS DE DEPOSITO:
Recordemos que el depósito es un acto civil
reglamentado en ese Código en el art. 2211, por lo
que en sí, no tiene por qué ser acto de comercio. Es
un acto de comercio cuando lo ejecuta una empresa:
hay intermediación entre los servicios que ofrece la
empresa (bodega, servicios personales) y el público.
El art. 2214 CC nos señala que el contrato de
depósito admite una clasificación: depósito
propiamente dicho y el secuestro. El depósito
propiamente dicho corresponde al concepto dado; en
cuatro una de las partes entrega a otra una cosa
corporal mueble para que la restituya en especie a
voluntad del depositante. Cuando no es posible elegir
la persona del depositario este depósito pasa a tener
la calificación de necesario (Art. 2231 CC)-. El
secuestro es el depósito den una cosa que se
disputan dos o más personas en manos de otro que
se obliga restituirla a quien obtenga una decisión a su
favor.
Estas empresas tienen hoy mucha
importancia con los Almacenes Generales de
Depósito, regulados creados por la Ley 18.690,
almacenes que reciben depósitos por cuenta ajena y
contra estos depósitos se emiten dos títulos: a) un
certificado de depósito, título de crédito que
representan las mercaderías depositadas,
denominadas warrants, se emiten a la orden y se
transfieren por el endoso. b) vale en prenda: tiene
por objeto pignorar las mercaderías depositadas por
su endoso.
Lo dicho vale respecto del depositario.
Respecto del depositante, por tratarse de un acto
mixto o de doble carácter, hay que acudir para la
calificación legal del acto, a la Teoría de lo Accesorio y
determinar las operaciones que auxilie para clasificar
el depósito de civil o comercial.
EMPRESAS DE PROVISIONES 0
SUMINISTROS.
En esta parte del Nº 7 del art. 3 existiría un
aparente error; ya que algunos autores sostienen que
se tratan de contratos distintos: el de
aprovisionamiento y el de suministros.
Según Gabriel Palma Rogers:,estamos en
presencia de dos clases de contratos:
a) "El contrato de aprovisionamiento
tiene por objeto proveer de cosas muebles a una
persona natural o jurídica durante un tiempo
determinado para la satisfacción de una necesidad,
mediante un precio fijado de antemano que habrá de
regir durante todo el tiempo del contrato". En algunos
casos estas cosas se arriendan, en otros se venden.
Por ejemplo una empresa se obliga a proveer los
alimentos al internado de un colegio el año 1993 a un
precio determinado.
Para que el acto sea de comercio debe
tratarse de una empresa, si el que lo celebra es por
ejemplo un agricultor, no tendría este carácter.
Se plantea que habría aquí una repetición del
Nº 1, comprar para vender, pero ello no es tal, pues
en Nº 1 del art. 3 se refiere a la compraventa como
acto individual y aquí nos referimos a una empresa
que ejecuta un conjunto de actos y por otra parte, los
actos a que se refiere el N° 1 empiezan con la compra
y terminan con la venta y en este caso el empresario
vende lo que todavía no ha comprado, o sea, celebra
el contrato con el tercero y luego compra lo que
necesita para cumplirlo. Lo que se califica aquí de
acto de comercio es el contrato de aprovisionamiento
y no la compra.
Para el empresario habría siempre acto
mercantil en lo que se refiere con su empresa; para la
otra parte rige también la teoría de lo accesorio. Así
por ejemplo, si se celebra el contrato de
aprovisionamiento con un liceo, es un contrato civil
por acceder a tina actividad civil, si se celebra con
Compañía chilena de Tabacos o Falabella, será
comercial por acceder a una actividad comercial.