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La etapa del embarazo es, sobre todo para las madres primerizas, un período en el que se
experimentan muchas sensaciones nuevas y que pueden no llegar a entenderse. Aquí ofrecemos
una guía sobre este proceso, aunque se recomienda siempre acudir al ginecólogo ante cualquier
duda que surja y hacerse las pruebas recomendadas por el profesional.
Tercera semana. Es en este período cuando se comienza a producir la famosa hormona del
embarazo, la que provoca que los tests de embarazo caseros den positivo. Por ello, muchas
mujeres se enteran de que esperan un hijo a partir de la tercera semana. La mayoría de las
futuras madres siguen sin experimentar síntomas de manera clara.
Cuarta semana. Los sistemas y principales órganos del bebé comienzan a desarrollarse. Por ello
es importante que, si sospechas o sabes que estás embarazada, interrumpas inmediatamente el
consumo de tabaco, alcohol u otras sustancias nocivas. Por su parte, los síntomas comienzan a
manifestarse: variaciones en el estado de ánimo, cansancio, náuseas matinales, dolor y aumento
del volumen de los senos o desarrollo del sentido del olfato son los más comunes.
Quinta semana. El embrión sigue desarrollándose con el aspecto de un renacuajo. Los síntomas
descritos anteriormente siguen manifestándose en menor o mayor medida, dependiendo de la
mujer. Además, se puede experimentar una necesidad frecuente de orinar debido al aumento
del tamaño del útero.
Séptima semana. Empiezan los famosos antojos y los síntomas más comunes pueden
agudizarse. Mientras tanto, la cara del bebé va tomando forma y sus órganos siguen
desarrollándose, a la vez que se va perdiendo la forma inicial de renacuajo.
Octava semana. El embrión pasa a ser un feto. Es muy importante que la madre siga hábitos de
nutrición y salud que sean beneficiosos para el bebé, ya que a partir de la octava semana pasa a
alimentarse exclusivamente a través del cordón umbilical. El útero, para entonces, habrá crecido
considerablemente y, aunque no sea visible todavía en forma de tripita, puede sentirse algún
dolor.
Décima semana. La barriga empezará a aumentar de tamaño debido a que el feto hace lo propio
y muy rápidamente. En estos momentos, puede que los síntomas vayan remitiendo aunque los
cambios en el estado de ánimo, debido a las alteraciones hormonales, podrían mantenerse.
Undécima semana. El feto ya realiza ciertas actividades por sí mismo, como orinar o tragar.
Puede incluso mover sus extremidades. La llegada del segundo trimestre anuncia un período
mucho más tranquilo para la madre, aunque debe seguir cuidando la dieta y la salud. Es
recomendable la actividad física, pero de forma moderada, como caminar o practicar yoga.
Duodécima semana. Finaliza el primer trimestre y con él, los peores síntomas del embarazo. La
barriga ya empieza a notarse y el bebé sigue creciendo a buen ritmo. Su rostro cada vez es más
definido y los órganos van perfeccionándose.
Semana 13 – Semana 16. La etapa más delicada del embarazo ya ha pasado, el riesgo de aborto
involuntario ha disminuido considerablemente y los síntomas también. Eso sí, la barriga crece y
crece, por lo que es momento de comprar ropa premamá que sea cómoda. Hay que tener
precaución con lo que se come, ya que es normal ingerir comida de más. Los pechos siguen
aumentando y se preparan para la lactancia. El bebé, por su parte, empieza a oír gracias a la
consolidación de los huesos auditivos. Durante este período, se produce uno de los momentos
más emocionantes del embarazo ya que toca conocer el sexo del bebé.
Semana 17 – Semana 20. Algunas mujeres ya notan los movimientos del bebé. Su cerebro ya ha
desarrollado consistentemente el área que controla los distintos sentidos, que se agudizan. La
madre puede sufrir algo de estreñimiento y, por ello, se debe aumentar la ingesta de fibras y el
consumo de agua. Otros síntomas que suelen aparecer en estas semanas son: hinchazón de las
piernas, varices, sequedad en la piel, fatiga, etc.
Semana 21 – Semana 24. El movimiento del bebé será cada vez más evidente, sobre todo por
las noches. Es momento de empezar a hablarle para que conozca la voz de la madre. Su sentido
del tacto ya se ha desarrollado. La barriga sigue creciendo y esto puede provocar algún problema
en la piel, por lo que se recomienda aplicar crema hidratante para prevenir también la aparición
de estrías.
Semanas 25 y 26. El niño combina períodos de sueño y vigilia, así que habrá momentos en los
que no se noten sus movimientos. La presión sobre la pelvis de la madre cada vez es mayor por
el aumento del tamaño del útero y las ganas de ir a orinar con frecuencia aumentarán. Otra de
las consecuencias es el dolor de espalda y, por eso, se recomienda tanto la realización de
actividades como el yoga, que ayudarán a aliviar estos síntomas.
Semana 33 – Semana 38. El feto comienza a colocarse con su cabeza boca abajo, en la pelvis,
síntoma de que el parto está cerca. Su gran tamaño provoca que al moverse, un pie pueda
incluso sobresalir de la barriga. También se produce una presión sobre los órganos de la madre,
razón por la cual le costará respirar y se llenará rápidamente cuando coma. La tranquilidad ha
de ser el estado de ánimo dominante. A partir de la semana 37, el bebé ya está en condiciones
de nacer y el parto puede adelantarse, así que hay que estar atenta a los síntomas como las
contracciones. Si son muy seguidas, acudir al ginecólogo.
Semanas 39 y 40. Ha llegado el momento. El bebé ya puede llegar a pesar los 3 kilos, por lo que
será muy incómodo para la madre caminar, dormir o incluso sentarse por el tamaño de la tripa.
¡El embarazo ha llegado a su fin y ya es hora de disfrutar del nuevo miembro de la familia!