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FACULTAD DE CIENCIAS MÉDICAS

ESCUELA PROFESIONAL DE MEDICINA

TEMA:

BASES CELULARES Y MOLECULARES DE LA DIABETES

CURSO:

BIOLOGÍA CELULAR Y HEREDITARIA III

DOCENTES:

CORDOVA PAZ SOLDA OFELIA

MARIN SANCHES EDGARD

INTEGRANTES:

- RUIZ CABRERA GUILLERMO

- MENDOZA CABRERA YADIRA

- VALLADARES RAMIREZ KATHERINE

CICLO:

III

TRUJILLO – PERÚ

2019

1
INDICE
I. INTRODUCCIÓN ...................................................................................................................... 3
II. OBJETIVO ................................................................................................................................. 3
III. BASES TEORICAS .............................................................................................................. 4
1. LOS ISLOTES DE LANGERHANS CONSTAN DE TEJIDO ENDOCRINO Y
PARACRINO ................................................................................................................................. 4
1. Comunicación humoral: ...................................................................................................... 4
2. Comunicación de célula a célula: ...................................................................................... 4
3. Comunicación neural. .......................................................................................................... 4
2. LAS CÉLULAS Β SINTETIZAN Y SECRETAN INSULINA ............................................ 5
2.1.-EL GEN DE LA INSULINA .............................................................................................. 5
2.2.- SÍNTESIS DE INSULINA ............................................................................................... 5
2.3.-SECRECIÓN DE INSULINA, PROINSULINA Y PÉPTIDO C ................................... 6
2.4.- RECEPTOR DE INSULINA ........................................................................................... 6
3. VIAS DE SEÑALIZACIÓN DE LA INSULINA................................................................... 7
3.1. Vía de señalización de las MAP cinasas .................................................................. 7
3.2. Vía de señalización de la PI3K ................................................................................... 8
4. DIABETES MELLITUS INSULINO RESISTENTE (TIPO II) .......................................... 9
IV. CONCLUSIONES ............................................................................................................... 10
V. BIBLIOGRAFIA ....................................................................................................................... 11
VI. ANEXOS........................................................................................................ 12

2
I. INTRODUCCIÓN

La diabetes mellitus (DM) constituye un desorden metabólico resultado de la deficiencia en


la secreción de insulina, en la efectividad de su acción, o de ambas. Como consecuencia
se produce hiperglicemia crónica con disturbios en el metabolismo de los carbohidratos,
grasas y proteínas. (1)

Existen 2 grandes divisiones en su clasificación: la diabetes mellitus tipo I o insulino-


dependiente, que ocurre en niños y población juvenil principalmente, caracterizada por un
déficit total de producción de insulina endógena y que por tanto requiere de insulina como
tratamiento indispensable para su sobrevivencia, y la diabetes mellitus tipo II o no insulino-
dependiente, que ocurre en población adulta y anciana, con un déficit parcial de producción
de insulina endógena y fenómenos de resistencia a su acción y que es tratada con agentes
orales. (5)

De estas 2 clases descritas, la diabetes tipo II representa el cuadro hiperglucémico más


frecuente representado el 90% de los diabéticos mientras que la diabetes tipo I se produce
en cerca del 10% de los diabéticos. (5)

La diabetes tipo I, se caracteriza por la destrucción de los islotes pancreáticos de células


beta e insulinopenia total; por lo que los individuos presentan la tendencia hacia la cetosis
en condiciones basales. Es una de las enfermedades crónicas más frecuentes de la
infancia, cuya incidencia está aumentando, especialmente en niños menores de 5 años;
afecta de manera importante la salud de la población, sobre todo a través de sus
complicaciones crónicas o a largo plazo, que provocan una morbilidad frecuente y
disminuyen de forma significativa las expectativas de vida. (3)

La diabetes tipo I se ha clasificado en dos tipos: “Diabetes inmunomediada”, en la que la


destrucción de las células beta produce la deficiencia absoluta de insulina y “diabetes
idiopática”, sin evidencias de autoinmunidad. (3)

La diabetes tipo II tiene un componente genético muy importante que alteraría la secreción
de la insulina a través de regeneración deficiente de las células beta, resistencia a la insulina
o ambas. Si a lo anterior se suman factores ambientales como obesidad,
sedentarismo, tabaquismo y estrés, entre otros, se presentará la intolerancia a la glucosa o
un estado prediabético y finalmente se desarrollará la diabetes tipo II. (4)

II. OBJETIVO
Lograr un aprendizaje significativo sobre las bases celulares y moleculares de la diabetes
en los estudiantes de Medicina Humana de III ciclo de la Universidad Cesar Vallejo 2019-
2

3
III. BASES TEORICAS

1. LOS ISLOTES DE LANGERHANS CONSTAN DE TEJIDO ENDOCRINO Y


PARACRINO
El páncreas contiene dos tipos de glándulas que son las glándulas exocrinas, que secretan
enzimas digestivas y HCO−3 a la luz intestinal, y glándulas endocrinas, llamadas islotes de
Langerhans. Estos islotes se encuentran diseminados por el páncreas; en conjunto,
constituyen solo el 1-2% de su masa.
El páncreas humano normal contiene entre 500.000 y varios millones de islotes. Los islotes
pueden ser ovales o esféricos y miden entre 50 y 300 μm de diámetro. Contienen al menos
cuatro tipos de células secretoras que son las células α, células β, células δ y células F,
además de distintos elementos vasculares y neurales (fig. 1).
Las células β secretan insulina, proinsulina, péptido C y una proteína llamada amilina. Las
células β son el tipo más abundante de células secretoras de los islotes; se distribuyen por
todo el islote, aunque abundan especialmente en el centro. Las células α secretan
principalmente glucagón, las células δ secretan somatostatina y las células F (llamadas
células productoras de polipéptido pancreático) secretan polipéptido pancreático.
Los islotes se encuentran ricamente vascularizados y reciben inervación tanto simpática
como parasimpática. Estas células también pueden comunicarse entre ellas, influyéndose
mutuamente en su secreción. Estos nexos de comunicación pueden agruparse en tres
categorías:
1. Comunicación humoral: La irrigación transcurre desde el centro hacia la periferia del
islote y transporta glucosa y otros secretagogos. Las células β son más abundantes en el
centro del islote, mientras que las células α y δ abundan más en la periferia. Las células de
un islote determinado pueden influir en la secreción de otras células a medida que la sangre
circula hacia el exterior del islote llevando el producto hormonal secretado por cada tipo
celular. Por ejemplo, el glucagón es un potente secretagogo de la insulina, la insulina inhibe
moderadamente la liberación de glucagón, y la somatostatina es un potente inhibidor de la
secreción tanto de insulina como de glucagón (así como de la secreción de hormona del
crecimiento y de otras hormonas no producidas en los islotes).
2. Comunicación de célula a célula: Las células de los islotes están conectadas tanto por
uniones estrechas como por uniones en hendidura. Las células de un islote se comunican
a través de las uniones en hendidura, lo que puede ser importante para regular la secreción
de insulina y de glucagón.
3. Comunicación neural. La secreción de los islotes se encuentra regulada por las divisiones
simpática y parasimpática del sistema nervioso autónomo (SNA). La estimulación
colinérgica incrementa la secreción de insulina. La estimulación adrenérgica puede tener
un efecto estimulador o inhibidor, según predomine la estimulación β-adrenérgica
(estimuladora) o α-adrenérgica (inhibidora). Estos tres mecanismos de comunicación
permiten un riguroso control de la síntesis y secreción de las hormonas en los islotes.1

4
2. LAS CÉLULAS Β SINTETIZAN Y SECRETAN INSULINA
La insulina es una hormona liberada por las células beta pancreáticas en respuesta a
niveles elevados de nutrientes en sangre, controlando funciones energéticas críticas como
el metabolismo de la glucosa y de lípidos. Cuando la insulina se une a su receptor, éste
desencadena múltiples vías de señalización que median sus acciones biológicas.2
El apropiado almacenamiento y liberación de energía durante los estados de alimentación
y ayuno son esenciales para la sobrevivencia y son controlados principalmente por la acción
de la insulina. La insulina es una hormona peptídica de 5.8 KDa, y es secretada por las
células β en los islotes pancreáticos de Langerhans en respuesta a niveles elevados de
nutrientes en la sangre.
Su principal función es la de mantener la concentración de glucosa en sangre en un rango
normal, entre 80-105 mg/dl favoreciendo la entrada y almacenamiento de este nutriente en
músculo y tejido adiposo y en hígado se favorece su almacenamiento y se inhibe su
producción. Además, regula el metabolismo de los carbohidratos, lípidos y proteínas y
promueve la división y el crecimiento celular a través de sus efectos mitogénicos.
Las acciones de la insulina son mediadas por cascadas de señalización intracelular, en las
cuales la fosforilación inicial del receptor en residuos de tirosina (Tyr) lleva a una serie de
eventos de fosforilación y desfosforilación de cinasas de tirosina y serina/treonina (Ser/Thr).
Estas cinasas son las responsables de transmitir la señal de la insulina para la regulación
de eventos metabólicos dentro de la célula.1
La incapacidad de las células blanco de responder a la insulina, debido presumiblemente a
defectos en su señalización, estado conocido como resistencia a la insulina, es una de las
principales características de manifestaciones patológicas asociadas con la Diabetes
Mellitus tipo 2 (DM2), una de las primeras causas de muerte a nivel mundial.2

2.1.-EL GEN DE LA INSULINA


La insulina circulante procede exclusivamente de las células β de los islotes pancreáticos.
Es codificada por un único gen situado en el brazo corto del cromosoma 11. La exposición
de los islotes a la glucosa estimula la síntesis y secreción de insulina. Aunque el proceso
no se conoce bien por completo, esta estimulación requiere que la glucosa se metabolice.1

2.2.- SÍNTESIS DE INSULINA


El producto de la transcripción del gen de la insulina y su posterior procesamiento origina
el ARN mensajero (ARNm) completo que codifica la preproinsulina. Empezando por su
extremo 5′, este ARNm codifica un péptido señal y luego los dominios peptídicos B, C y A.
La insulina es una proteína secretada; cuando la preprohormona todavía está
sintetizándose, al entrar en el retículo endoplásmico rugoso el péptido señal de unos 24
aminoácidos se escinde del resto de la proteína. El resultado es la proinsulina (fig. 2), que
consta de los dominios B, C y A.

5
Cuando la cara trans del aparato de Golgi empaqueta la proinsulina y crea gránulos
secretores, las proteasas comienzan a escindir lentamente la molécula de proinsulina en
dos lugares, y así escinden el péptido C, de 31 aminoácidos.
La molécula resultante de insulina tiene dos cadenas peptídicas, denominadas cadenas A
y B, unidas por dos puentes disulfuro. La molécula madura de insulina tiene en total 51
aminoácidos, 21 en la cadena A y 30 en la cadena B. En el granulo secretor, la insulina se
asocia con zinc.
La vesícula secretora contiene esta insulina, así como proinsulina y péptido C; las tres
sustancias se liberan a la sangre portal cuando la glucosa estimula la célula β.1

2.3.-SECRECIÓN DE INSULINA, PROINSULINA Y PÉPTIDO C


El péptido C no tiene ninguna función biológica conocida, pero, al secretarse en una
proporción molar 1:1 junto con la insulina, constituye un valioso indicador de la secreción
de insulina. La proinsulina posee una actividad semejante a la insulina, pero más moderada;
es unas 20 veces menos potente que la insulina en base molar. Sin embargo, la célula β
solo secreta una cantidad de proinsulina equivalente al 5% de la de insulina; por tanto, la
proinsulina no ejerce ninguna función importante en la regulación de la glucemia.
La mayoría de la insulina (∼60%) que se secreta a la circulación portal es eliminada en un
primer paso hepático; en cambio, el hígado no capta el péptido C. Por ello, mientras que la
medición de la concentración plasmática de insulina no se corresponde cuantitativamente
con la insulina secretada, sí lo hace la medida del péptido C. El péptido C acaba
eliminándose a través de la orina; la cantidad de péptido C excretado a lo largo de 24 horas
es una medida aproximada de la cantidad de insulina liberada en ese período de tiempo.1

2.4.- RECEPTOR DE INSULINA


La insulina inicia sus acciones biológicas por su unión a receptores específicos localizados
en la membrana celular. El receptor de insulina (IR) es una glucoproteína que pertenece a
la familia de receptores para factores de crecimiento con actividad intrínseca de cinasas de
Tyr (RTK's), los cuales al ser estimulados por su ligando se autofosforilan en residuos de
Tyr.
El IR es un heterotetrámero compuesto por dos subunidades α y dos subunidades β unidas
por puentes disulfuro. Las subunidades α se encuentran localizadas en el exterior de la
membrana plasmática y contienen sitios de unión a la insulina, mientras que las
subunidades β tienen una porción extracelular, una transmembranal y una porción
intracelular en donde se localiza el dominio connactividad de cinasa de Tyr. En la región
intracelular se han identificado tres regiones estructurales que incluyen:
1) Región yuxtamembranal intracelular, que parece ser importante en la transmisión de la
señal y en donde se localizan las tirosinas Tyr965 y Tyr972.
2) Región reguladora en donde se encuentran las tirosinas Tyr1158, Tyr1162 y Tyr1163. La
autofosforilación de estos tres residuos aumenta de 10 a 20 veces la actividad de cinasa
del receptor

6
3) Región con sitios de fosforilación en el extremo carboxilo terminal (Tyr1328, Tyr1334)
que al parecer puede jugar un importante papel regulador pero no en la señalización del
receptor (Fig. 3).
En condiciones de no estímulo, las subunidades α ejercen un papel regulador sobre las
subunidades β, inhibiendo la capacidad del receptor para autofosforilarse. Después de que
la insulina se une a su receptor, las subunidades α sufren cambios conformacionales que
permiten que las subunidades β se activen y sean capaces de autofosforilarse en residuos
de Tyr. El mecanismo de autofosforilación al parecer se da por procesos de cis- y trans-
autofosforilación mediante las cuales ciertos residuos son fosforilados por la actividad de
fosfotransferasa de la misma subunidad β (cis-), mientras que otros son substrato de la
actividad de cinasa de la subunidad β opuesta (trans-). Además, estudios recientes han
reportado que se requiere de al menos 7 sitios de fosforilación en Tyr en el IR y de la
actividad enzimática de cinasa de Tyr para el apropiado funcionamiento del receptor.2

3. VIAS DE SEÑALIZACIÓN DE LA INSULINA


Una vez que la insulina interacciona con su receptor y éste son activados, se inicia el
encendido de cascadas de señalización que dependen de un orquestado número de
interacciones proteicas. Dos vías principales de transducción son activadas por acción de
la insulina: la vía de la fosfatidilinositol 3-cinasa (PI3K) y la vía de las cinasas activadas por
mitógenos (MAP cinasas). Ambas vías regulan la mayoría de las acciones de la insulina
asociadas a la regulación del metabolismo energético, de la expresión genética y de efectos
mitogénicos.2

3.1. Vía de señalización de las MAP cinasas


Los efectos de la insulina en la regulación de la síntesis de proteínas son mediados
principalmente a través de la activación de la vía de señalización de las MAP cinasas (Fig.
4). La fosforilación en residuos de Tyr del dominio citoplasmático del IR, promueve la
asociación de la proteína Shc, la cual une al complejo Grb2/SOS; SOS es un factor
recambiador de nucleótidos de guanina (GEF), capaz de activar a Ras. La activación de
Ras (GTP-Ras) inicia el encendido de la cascada de las MAP cinasas.
GTP-Ras se une y activa a Raf-1 que subsecuentemente lleva a la fosforilación y activación
de la vía, que involucra el reclutamiento y activación de MEK (también llamada cinasa de
MAP cinasa) y de las ERK1 (cinasa regulada extracelularmente 1) y ERK2.
Alternativamente a esta vía de señalización que lleva a la activación de las ERK1 y ERK2
(conocidas genéricamente como MAP cinasas), la insulina es capaz de activar a estas
proteínas por una vía independiente de Shc, pero que depende de la activación del IRS
(sustrato del receptor de insulina). Una vez activo IRS, une al complejo Grb2/SOS y a partir
de este punto la secuencia de activación de proteínas es la misma que se describió para
Shc (Fig. 4).
Las MAP cinasas tienen una amplia gama de sustratos potenciales, incluyendo factores de
transcripción y otras cinasas, que participan principalmente en la regulación de la expresión
genética en tejidos sensibles a la insulina, pero no en la regulación del transporte de
glucosa.

7
3.2. Vía de señalización de la PI3K
La vía de la PI3K es el principal mecanismo por el que la insulina ejerce sus funciones en
el metabolismo de la glucosa y de lípidos. La transducción de señales a través de la vía de
PI3K (Fig. 5) y se inicia cuando el receptor activo y autofosforilado, interacciona con IRS y
lo fosforila. Las proteínas IRS contienen un dominio amino-terminal de homología a
pleckstrina (dominio PH) altamente conservado, seguido por un dominio de unión a
fosfotirosinas (PTB), que en conjunto permiten el acoplamiento de IRS al IR activo.
Adicionalmente, los IRSs contienen entre 8 y 18 sitios potenciales de fosforilación (en
función del tipo de IRS, de los cuales se conocen 4 isoformas, IRS-1 a IRS-4), que al ser
fosforilados por el IR, se convierten en sitios de unión y activación de proteínas que
contienen dominios SH2 (de homología al dominio 2 de la proteína Src), muchas de las
cuales funcionan como proteínas adaptadoras, como es el caso de PI3K, Grb2 (proteína 2
unida al receptor del factor de crecimiento), Crk II, SHP-2 (proteína tirosina fosfatasa con
homología a Src), entre muchas otras.
A pesar de que existen 4 isoformas de IRS, al parecer la que está involucrada en el
transporte de glucosa a las células es la isoforma 1, por lo que en adelante se hará
referencia principalmente a esta isoforma.
Las PI3Ks, son heterodímeros que constan de una subunidad reguladora (p85α, p55α,
p50α, p85β ó p55PIK) y de una subunidad catalítica (p110α, p110β ó p110δ). Las
subunidades reguladoras son proteínas adaptadoras que contienen dos dominios SH2, los
cuales permiten su unión a las proteínas IRS-1. La interacción entre ambas proteínas
provoca cambios alostéricos en la conformación de la subunidad reguladora dando por
resultado la activación de la subunidad catalítica de PI3K. A consecuencia de ello, p110 se
localiza cerca de la membrana plasmática en donde tiene acceso a sus sustratos PI4-P
(fosfatidilinositol 4-fosfato) y PI4,5-P2 (fosfatidilinositol 4,5-bisfosfato), los cuales son
fosforilados en la posición 3 del inositol, generando los productos PIP2 (PI3,4-bisfosfato) y
PIP3 (PI3,4,5- trisfosfato), respectivamente (Fig. 4). El PIP3 sirve como sitio de unión para
cinasas de Ser como PDK1 (cinasa dependiente de fosfoinositidos-1), y Akt o proteína
cinasa B (PKB).
En el caso de la cinasa Akt, después de su reclutamiento a la membrana plasmática es
fosforilada en dos residuos, la Ser473 y la Thr308. La fosforilación en la Ser473 ocurre
primero por acción del complejo proteico mTor/Rictor, también conocido como PDK2. Esta
fosforilación parece promover la interacción entre el motivo hidrofóbico del carboxilo
terminal de Akt y la cinasa PDK1 que la fosforila en la Thr308; estas dos fosforilaciones son
importantes para que Akt se active completamente.
Existen tres isoformas de Akt (Akt1-3), de las cuales, la isoforma 2 parece ser la que juega
un papel importante en la incorporación de glucosa inducida por la insulina.
La enzima Akt regula varios de los efectos metabólicos de la insulina a través de la
fosforilación de una lista creciente de sustratos que propagan la respuesta de la insulina,
incluyendo a la enzima glucógeno sintasa (GS), a la glucógeno sintasa cinasa 3 (GSK3), a
la sintasa de óxido nítrico inducible (iNOS), a la fosfofructocinasa 2 (PFK2), a la proteína de
unión al elemento de respuesta al AMP cíclico (factor de transcripción CREB), a la molécula
blanco de la rapamicina en mamíferos (mTOR), a la caspasa 9 y a la proteína antiapoptótica

8
antagonista de Bcl2 (BAD) (Fig. 3) (3). Entre estos destaca la fosforilación e inactivación de
la enzima GSK3, una cinasa que en condiciones de no estímulo inhibe al glucógeno sintasa;
la inhibición de GSK3 por Akt favorece la activación del glucógeno sintasa y el aumento en
la síntesis de glucógeno. La cascada de la PI3K incluye a otras cinasas de Ser que media
la respuesta de la insulina, incluyendo a mTOR la cual regula la síntesis proteica a través
de las vías de p70S6K/S6 y 4EBP1/eIF4.

4. DIABETES MELLITUS INSULINO RESISTENTE (TIPO II)


En este tipo de diabetes, el paciente puede sintetizar la insulina en forma normal, sin
embargo no puede utilizarla para la regulación del metabolismo de la glucosa, aminoácidos
y lípidos. Esta situación puede ser consecuencia de: a) defectos en la estructura de la
insulina, b) disminución en el número de receptores de la insulina y/o en su afinidad por la
hormona, c) Producción insuficiente de insulina por las células b que pueda superar la
Resistencia.
La resistencia a la insulina es muy común en individuos obesos; se ha demostrado que el
número de receptores para la insulina está disminuido en personas obesas. Por otra parte,
el aumento de la grasa visceral se ha relacionado con el aumento de la producción de la
resistina y de citoquinas pro-inflamatorias como el Factor de Necrosis Tumoral alfa (TNF -
α), estos pueden bloquear la cascada de señalización de la insulina, disminuyendo el
número de transportadores de la glucosa Glut 4. La respuesta del organismo frente a estos
eventos es aumentar la secreción de la insulina, es por esto que estos pacientes suelen
presentar hiperinsulinemia. En los individuos con diabetes mellitus tipo II, la glucosa
proveniente de la glicógenolisis hepática no puede ser utilizada por las células musculares
y adiposas, esto debido a la resistencia a la insulina. El metabolismo hepático favorece la
síntesis de lípidos a partir del glicerol y de los ácidos grasos que provienen de la dieta y/ o
de las reservas del tejido adiposo, lo que favorece el desarrollo de un hígado graso. Los
triglicéridos, que son liberados a la sangre en forma de lipoproteínas de muy baja densidad
(VLDL), se van acumulando lo que favorece la hipertrigliceridemía. (figura 6).

9
IV. CONCLUSIONES

La diabetes es una enfermedad que ha incrementado notablemente en los últimos años


prácticamente alcanzando cifras epidémicas, por lo que es de suma importancia prevenirla
para abatir que siga incrementando sus estadísticas.
La esperanza de vida de un individuo diabético es de dos tercios de la esperada; los
pacientes con complicaciones crónicas tienen el doble de posibilidades de morir que la
población general.
Es un hecho demostrado que para prevenir cualquier enfermedad es indispensable conocer
los mecanismos fisiopatológicos y las bases celulares y moleculares que la generan.
Actualmente, en la diabetes mellitus tipo 2 se ha logrado un progreso sustancial en el
conocimiento de los mecanismos que la producen, así como los factores de riesgo que
hacen posible su aparición. En los últimos años, diversos estudios han demostrado
un éxito relativo en prevenir o retardar la aparición de diabetes mellitus tipo 2, tanto con
cambios de estilo de vida como con intervenciones farmacológicas.
También es de suma importancia que una vez diagnosticada la enfermedad se logre un
control adecuado para evitar las complicaciones ya sean agudas o crónicas que se
presentan en la diabetes
La diabetes es una enfermedad para la que existen medidas dietéticas y de estilo de vida,
además de medicamentos, lo que aunado a una vigilancia adecuada, su aparición y
desarrollo de complicaciones se pueden reducir en forma importante.

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V. BIBLIOGRAFIA

1. Boron W., Boulpaep E. Fisiología médica. 3era ed. Editorial Elsevier. España; 2017.
Pág. 1035- 1053
2. Olivares J., Arellano A. Bases moleculares de las acciones de la insulina. Rev.
Educación Bioquímica. Vol. 27, Núm. 1, marzo, 2008, pp. 9-18. Universidad
Nacional Autónoma de México, México
3. Cervantes-Villagrana, R. Presno-Bernal, J. Fisiopatología de la diabetes y los
mecanismos de muerte de las células β pancreáticas. Revista de Endocrinología y
Nutrición. 21(3): 98-106. 2013. Disponible en:
https://www.medigraphic.com/pdfs/endoc/er-2013/er133a.pdf

4. Gil A. Tratado de Nutrición: Nutrición clínica. 2da ed. Madrid: Medica Panamericana,
2010.
5. Long D. Harrison: Principios de Medicina Interna. 18a ed. México: Mc Graw- Hill;
2012.
6. López J. López L. Fisiología Clínica del Ejercicio. 2a ed. Madrid: Medica
Panamericana; 2008
7. Ramos W, López T, Revilla L, More L, Huamaní M, Pozo M. Resultados de la
vigilancia epidemiológica de diabetes mellitus en hospitales notificantes del Perú,
2012.

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VI. ANEXOS

Fig. 1 Páncreas. Distribución de un islote de


Langerhans y las células que hay en ella.

Fig. 2 Síntesis y procesamiento de la


molécula de Insulina

12
Fig. 3 Estructura del receptor de la insulina
Fig. 4 Activación de la vía de las MAPK por acción de la insulina

Fig. 5 Activación de la vía de la PI3K/Akt por la insulina

13
Fig. 6 Mapa conceptual de alteraciones biomoleculares de la diabetes mellitus. Asignatura
Bioquímica y Biología molecular

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