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FUENTES DE CONFLICTOS MÁS COMUNES EN LAS PAREJAS

Por Psic. Cecilia Fragoso Reyes

Si los terapeutas pudiéramos establecer algo semejante a un Top de conflictos entre


parejas, entre ellos estarían:

10. Creencias irracionales sobre el matrimonio

Los medios de comunicación promueven constantemente que el matrimonio es el fin


último de la relación, pero cuando el matrimonio llega, el camino apenas comienza.

9. Paternidad o maternidad

Dialogar de manera transparente los deseos de ser madre o padre es una de las primeras
tareas dentro de la relación. Se debe ser completamente honesto al respecto, para evitar
colocar en otro una expectativa con la que quizás no pueda o no desee cumplir. Hablar de
los tiempos en función de metas y pendientes, prepara el camino para que si se desea, ser
padre sea un disfrute y no una obligación para la que no se está listo.

8. Sexualidad

Aunque al inicio, por influjo de la dopamina, las relaciones sustentan buena parte de la
interacción a través del contacto sexual, este intercambio disminuye a medida que
aspectos como la paternidad, las presiones económicas, laborales, etcétera, llegan.

Comunicarnos con el otro y saber qué le gusta, cómo, bajo qué condiciones, es
fundamental para establecer el entorno sexual más adecuado.

Debemos tomar en cuenta que la respuesta sexual varía de persona en persona, de sexo
en sexo, e incluso, una misma persona puede mostrar a lo largo del ciclo vital, distintas
respuestas a distintos estímulos. Conocer qué estímulos olfativos, gustativos, táctiles,
auditivos, kinestésicos desea nuestra pareja, forma parte de la educación sexual juntos,
del autodescubrimiento compartido. Que ella y él sean capaces de explorar su cuerpo y
conocer qué cosas les gustan para transmitir sus deseos a otro, es fundamental para que
el otro no se vea en la tarea de adivinar. Mientras para el varón hay una sexualidad con
predominancia periférica, para una mujer están inmiscuidos en mayor medida, aspectos
relacionados con el bienestar psicológico, la fantasía y el juego erótico.
De entrada, la curva sexual, tanto femenina como masculina son distintas, por eso vale la
pena asesorarse con un terapeuta, para conocer mejor el ritmo y preferencias de cada
uno, las estrategias y sugerencias en función de ésto.
7. Alguno intenta controlar al otro

Habrá aspectos que sean conciliables, pero también habrá aspectos de la personalidad o
hábitos del otro que tengamos que aceptar porque a final de cuentas uno elige con quién
estar. Esto puede ser difícil y nos mete en un círculo en donde los deseos se oponen con
frecuencia a la realidad. En todo caso la premisa es sencilla. “¿Lo amas? ¿Deseas
permanecer? Lo que ves es lo que hay. Puede que mañana algunas cosas cambien y
algunas no. ¿Deseas permanecer?”.

Respecto al otro, recordemos que en toda relación las decisiones corresponden a dos
personas, siempre hay corresponsabilidad: el que hace, el que permite, el que calla, el que
ofende… Siempre hay dos.

6. Expectativas no dialogadas

Quizá muy relacionado con el punto anterior está éste. Uno tiene que clarificarse qué
desea y cuándo lo desea. El amor como emoción no basta, tenemos que ser capaces de
negociar y ser claros con las cosas que no deseamos.

5. Quehaceres del hogar

Nos acercamos a la fuente de conflictos más frecuentes. Cuando la pareja decide unirse,
independientemente de los roles aprendidos, estamos ante dos individuos adultos que
han decidido hacerlo. Cuando uno vive solo tiene que ser capaz de ser autónomo:
cocinarse, lavarse, hacer el súper, llevar los gastos. Eso mismo tendrían que realizar dos
personas conviviendo en un espacio.

4. Los padres de la pareja, límites

La clave es simple: las decisiones las toma la pareja aunque pueda escuchar y agradecer
los consejos de terceras personas. Las finanzas debiera ser capaz la pareja de
sobrellevarlas de modo autónomo. Las decisiones relacionadas con la crianza de los hijos,
la sexualidad, la alimentación, la espiritualidad, el uso del dinero, recaen en la pareja y
nadie más debe intervenir. Claro es que si permitimos que otros resuelvan nuestras
necesidades, una parte del control se escapa de la pareja y ambos miembros de ven ante
la reducción de su libertad al conducirse. No podemos por ejemplo vivir con los padres,
dejar que los padres cuiden a nuestros hijos, pedirles dinero y pretender que ellos no
eduquen a nuestros hijos.

Frente a los padres de tu pareja es él o ella a quien le toca respalda, frente a tus padres
tendrás que respaldar tú. Establecer límites no solo es necesario, sino que es un ejercicio
de amor para con los otros. Así como dentro de los límites de un lienzo la creación puede
ser infinita, los limites en las relaciones no expanden.

3. Fidelidad

Va más allá del aspecto genital. Comprende el mantenimiento de un contrato emocional y


psicológico previamente consensuado: ¿qué deseamos compartir con otros y qué cosas o
aspectos solo compartiremos uno con el otro? ¿Deseamos exclusividad sexual, emocional?
Tenemos que estipularlo en el contrato. ¿Qué palabras deseamos que sean solo para
nosotros? ¿Qué tipo de caricias o mensajes nos duele que el otro comparta con otras
personas y por qué? ¿Por qué? Esta última pregunta es central. Hablemos desde la
emoción y consensuemos.

Fidelidad es, la capacidad de respetar el contrato emocional que hemos formado, no


abandonar, cuidar al otro, respetar su crecimiento, permitir que el otro florezca. La
fidelidad implica firmeza, veracidad y constancia; es lo que nos une, lo que damos solo al
otro sin esperar algo a cambio. No basta decir, hay que hacer.

2. Reciprocidad negativa

Cuando en otras áreas sentimos que la pareja ha fallado y no lo dialogamos, la relación se


va fracturando poco a poco. Si él o ella hace algo y uno lo enjuicia y declara culpable en
secreto, lo más seguro es que intentemos cobrarnos la ofensa y la relación vaya escalando
en intercambios aversivos.

Él hizo, yo no dije. Ella hizo, no lo hablamos. De pronto todo se ve como un campo minado
en donde es casi imposible pasar, en donde la ternura deja el sitio.

Cuando algo así sucede los terapeutas de la conducta recomendamos generar conductas
incompatibles: céntrate en hacer cosas que hagan feliz al otro. Da. No digas qué. Da.

También recomendamos la autobservación: “Haz tu propio examen”. “Lo que veas en él o


ella, corrígelo en ti” ó “¿Por qué haces lo que haces? ¿Qué desencadenó esa conducta?
¿Qué sucede antes, y después?
1. La comunicación

Es quizá el aspecto que engloba a todos los demás y es tan amplio que eliminar los vicios
puede llevarnos toda una vida. Tal vez el consejo más simple es: Dialoga, habla desde la
honestidad. Siempre menciona:

--¿Cuál es la conducta objetiva del otro de la que deseas hablar? (no interpretes)

--¿Cómo te hace sentir eso? (no culpes)

--¿Qué es lo que pides? (sé concreto)

--¿Qué es lo que das? (sé abundante)

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