Вы находитесь на странице: 1из 4

“UN MENSAJE DE ÁNIMO.


Daniel 10: 19: “...Y me dijo: muy amado, no temas, la paz sea contigo, esfuérzate y aliéntate. Y
mientras él me hablaba recobré las fuerzas y dije: hable mi Señor porque me has fortalecido.”

INTRODUCCIÓN:

El tema central del libro se puede resumir en la soberanía de Dios. Es Dios quién dirige la
historia conforme a los designios de su voluntad.

Daniel fue llevado cautivo a Babilonia por el rey Nabucodonosor en primer grupo de
exiliados, donde estaban los sacerdotes y la élite política y cultural de Jerusalén.
Daniel 1: 8, nos da la clave del libro. A pesar de vivir en un entorno muy adverso, Daniel
propone apartarse para Dios, creyendo que su poder es mayor que el de cualquier otro
rey por muy Nabucodonosor que sea. Así sólo entendemos su vida de oración sin
importarle las consecuencias y como Dios le rescata tanto del horno de fuego (Daniel 3:
17) como del foso de los leones (Daniel 6: 22) para darle un lugar principal en la
estructura del imperio babilónico, así como recibe de parte de Dios revelaciones muy
importantes.

En el transcurso de esas revelaciones, la impresionante manifestación del poder de Dios


sobrecogió a Daniel, dejándolo postrado temporalmente, entonces Dios le dice las
palabras con que hemos comenzado en esta hora este MENSAJE DE ANIMO.
A veces Dios usa un mensaje transmitido a otra persona y en otro tiempo para hablarnos
a nosotros de una forma especial y eso fue lo que me sucedió hace muchísimos años con
este texto y quiero compartirlo para que tenga el mismo efecto sobre vosotros en esta
mañana. A mí me ayudó hace más de 30 años para vencer un temor de aquella época y
lo recordaré durante toda mi vida de forma muy especial.
Dios se comunica con nosotros de la misma forma que lo hizo con Daniel para
transmitirnos un mensaje de ánimo, consuelo y dirección.

ORACION TRANSICIONAL:
Ahora permítanme partir este versículo en 5 partes:

I.- “MUY AMADO”.


El primer paso para comprender la relación de Dios con nosotros sus hijos es EL AMOR.
Juan 3: 16.

Dios nos ama con el amor más profundo que puede existir y por eso dio a su Hijo para
que nosotros lo tuviéramos todo: PERDÓN, RESTAURACIÓN, SALVACIÓN Y VIDA
ABUNDANTE.

La relación de amor que Dios tiene con nosotros se puede explicar aproximadamente con
la de un padre a su hijo. Dios nos cuida, nos protege y nos dirige. Isaías 5: 1-7. En
especial: “...la había cercado, despedregado, plantado de vides escogidas”; “¿qué más se
podía hacer a mi viña, que yo no haya hecho en ella?”. La respuesta a esta pregunta
retórica es NADA. Dios ha hecho todo lo posible por nosotros y lo sigue haciendo.
Isaías 49: 15. Aunque a veces tengamos la sensación de que Dios está lejos de
nosotros, eso no es verdad, Dios siempre está a nuestro lado y jamás se va a olvidar de
cada uno de nosotros...¿no es maravilloso?

El amor de Dios, a veces, implica la disciplina. Es necesaria la corrección para que


tengamos un crecimiento saludable. Los niños sin disciplina son caprichosos y
consentidos y Dios no desea eso para nosotros. Tengamos paciencia si estamos
soportando la disciplina de Dios: Hebreos 12: 6.

El amor de Dios hacia nosotros se expresa en la comunicación (comunión) que tenemos


con él. Es necesario escucharle en oración y leyendo su palabra para recibir mediante sus
mensajes la expresión de su amor.
¿Sabes que para Dios eres muy amado? ¿Sientes ese amor cerca o lejos de ti hoy?

II.- “NO TEMAS”.


El temor o miedo es una sensación que nos invade a todos bastante a menudo. Provoca
en nosotros que perdamos el control de nuestras reacciones y a veces nos provoca
también parálisis que impide tomar las decisiones correctas.
En este caso, también puede suceder, ese temor procede de la manifestación
impresionante del poder de Dios.

¿A qué tenemos miedo?


Al futuro, a lo que desconocemos. No sabemos con certeza que pasará mañana en la
iglesia, el trabajo, la familia, el país...Eso provoca miedo ante lo que pueda suceder.
Generalmente solemos pensar en lo peor.

A lo que no podemos controlar. Cuando estamos inmersos en un problema que escapa a


nuestro control sentimos temor. El antídoto contra el temor es LA CONFIANZA EN DIOS:
Isaías 43: 1- 2. Isaías 44: 8. Creer que lo que Dios nos dice en su palabra es verdad y
se va a cumplir necesariamente.

¿A qué temes tú? ¿Qué te hace vivir con miedo o angustia?


¿Existe alguna condición para no tener temor? SI, la obediencia. Si obedeces a Dios no
debes tener temor. Ahora bien si tu vida no se sujeta a los mandamientos de Dios,
entonces debes temer y mucho.

III.- “LA PAZ SEA CONTIGO”.


Vivimos en un mundo en conflicto permanente. Unos países contra otros (Francia e Italia
por la inmigración), un partido político contra otro, un equipo contra otro, unos
trabajadores contra otros, en las familias, en nuestras iglesias.
El conflicto, las disputas, divisiones y rencillas son el fruto del pecado en nuestro mundo.
Dios vino a proclamar a este mundo la paz: Lucas 1: 79; Lucas 2. 14.

Dios nos da la paz a todos los niveles:

a).- Paz para con Dios: Restaura nuestra relación rota a consecuencia del pecado.
Romanos 5: 1; Isaías 53: 5.

b).- Paz con los demás: Debemos intentar solucionar los conflictos. Romanos 12: 18
y Mateo 5: 9 (debemos procurar la paz en nuestro entorno).

c).- Paz con nosotros mismos: Juan 14: 27; Juan 16: 33. Esa paz que significa
“bienestar”, estar tranquilos y no con ansiedad continua.

¿Vives en conflicto y desasosiego? Deja que la paz de Dios inunde tu vida. Josué 1: 6.

IV.- “ESFUÉRZATE Y ALIÉNTATE”: Josué 1: 6.


El esfuerzo es necesario en nuestra vida cristiana. A veces pensamos en Dios
dándonos regalos permanentemente y nosotros con las manos abiertas recibiéndolos.
Nuestro progreso en los caminos del Señor supone un esfuerzo físico y mental, implica
disciplina e invertir tiempo.

Debemos esforzarnos para vencer al pecado. Someter nuestros deseos naturales a


la voluntad de Dios y no dejarnos llevar por ellos.

Debemos esforzarnos por obedecer a Dios y a nuestros Pastores. Conocer sus


mandamientos y trabajar hábitos y disciplinas saludables que nos hagan producir el fruto
(resultado) que Dios quiere de nuestra vida.

Debemos esforzarnos para cumplir su propósito. RENUNCIAR a cosas que pueden


apetecer más en algún momento determinado (vacaciones, descanso, preocupaciones...).
En medio de este esfuerzo a veces nos falta el aliento.

Debemos alentarnos, darnos ánimo: “Vamos, tú puedes, podemos conseguirlo.” Traer


a nuestra memoria las palabras de Dios y creerlas para poder reanimarnos.

V.- “NUEVAS FUERZAS”. Habacuc 3: 19. Isaías 40: 31.


En la presencia de Dios recibimos fuerzas de forma SOBRENATURAL para poder seguir
adelante.
¿Te faltan las fuerzas? Dios quiere renovarlas.

CONCLUSIÓN:
¿Cómo se encuentra tu vida en estos momentos?

¿Te sientes amado por Dios? ¿Sabes lo que significa tu vida para El?

¿Te encuentras invadido por el temor?

¿Estás en conflicto y desasosiego?

¿No te encuentras con más fuerzas para seguir adelante?

De la misma forma que Dios reconfortó a Daniel quiere hacerlo contigo en esta mañana,
si te encuentras así vamos a ir al que nos puede ayudar en todas estas situaciones.
Esta tarde empezábamos viendo Daniel 1: 8, la obediencia es clave para recibir esto de
parte de Dios. Busquemos su presencia continuamente para oír su MENSAJE DE
ANIMO.

Elaborado por el Pastor. José Luis Ramírez López.

Вам также может понравиться