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USO DE PLAGUICIDAS

October 1, 2012

Lucía Torres1, Fadya Orozco1, 2 y Cecilia Pérez1, 3

1
Centro Internacional de la Papa (CIP), Quito, Ecuador
2
Dirección actual de F. Orozco: Instituto de Salud Colectiva. Universidad Federal de la
Bahía, Brasil
3
Dirección actual de C. Pérez: Instituto de Ciencias Agrarias e Instituto de Ciencias Sociales,
Universidad Austral de Chile, Valdivia, Chile

Actualizado: Abril 2011

Contenido

 Introducción
 Clasificación de los plaguicidas
 Conocimientos y precauciones para el adecuado uso de plaguicidas
 Capacitación a agricultores
 Referencias

Introducción

Los plaguicidas son productos químicos usados para controlar plagas (insectos, ácaros,
hongos, oomicetos, bacterias, virus, nematodos, caracoles, roedores y malezas) que afectan
los cultivos. En muchas ocasiones el uso de plaguicidas no es indispensable, pudiéndose
reemplazar por otras formas de control, basadas en técnicas de manejo integrado de plagas.
En la agricultura convencional juegan un papel clave para alcanzar y mantener niveles altos
de productividad y rentabilidad. Sin embargo el uso de plaguicidas genera daños muy grandes
para la salud y el medio ambiente (Oyarzún et al., 2002; Yanggen et al., 2003; Orozco et al.,
2005; Pérez y Forbes, s/a; PAHO, s/a).

En Ecuador y en otros países en desarrollo, el uso de plaguicidas se basa frecuentemente en


programas de “uso seguro”, los cuales no toman en cuenta factores sociales y económicos
que hacen que los agricultores de baja escala sean más vulnerables a los daños causados por
los plaguicidas (Sherwood et al., 2007; Dale, 2008; Orozco et al., 2009). Estos factores
incluyen condiciones macroeconómicas difíciles, falta de infraestructura, incluyendo agua y
facilidades sanitarias, vivienda inadecuada y programas de extensión agrícola muy limitados
(Cole et al., 2002, Orozco et al., 2009).
En el presente documento se describen las principales recomendaciones para uso de
plaguicidas para el cultivo de papa generadas en el Ecuador por el Centro Internacional de la
Papa (CIP) y sus aliados. Estas recomendaciones toman en cuenta el contexto socio-
económico en el que los plaguicidas son usados por agricultores de baja escala.

Clasificación de los plaguicidas

Los plaguicidas se denominan de acuerdo a la plaga que controlan: los fungicidas controlan
hongos, los herbicidas controlan malezas, los insecticidas controlan insectos, etc. Los
plaguicidas también pueden clasificarse de acuerdo a los siguientes criterios:

 Modo de acción: (i) de contacto; (ii) sistémicos; (iii) residuales; (iv) no residuales;
(v) de inhalación; (vi) digestivos; (vii) de acción protectora; (viii) de acción repelente;
(ix) de acción erradicante; y (x) esterilizantes.
 Fin perseguido: (i) selectivos; y (ii) no selectivos.
 Grupos químicos o familias químicas: (i) inorgánicos; (ii) orgánicos; y (iii)
biológicos.
 Propiedades físico-químicas: (i) explosivos; (ii) comburentes; (iii) extremadamente
inflamables; (iv) fácilmente inflamables; e (v) inflamables.
 Formulaciones: (i) formulaciones sólidas (polvo seco, granular, cebo, polvo mojable,
polvo soluble, micro encapsulado y gránulos de dispersión por agua); (ii)
formulaciones líquidas (concentrados emulsionables, suspensiones concentradas o
floables, soluciones concentradas, concentrados líquidos para aplicaciones de ultra
bajo volumen y aerosoles); y (iii) formulaciones gaseosas (fumigantes).
 Grado de toxicidad: de acuerdo con el riesgo que representa su uso para los seres
humanos (WHO, s/a) (Tabla 1)

Tabla 1. Clasificación de los plaguicidas por su grado de toxicidad.

Categoría DL50*
Oral Dermal
Sólido Liquido Sólido Liquido
Ia 5 ó menos 20 ó menos 10 ó menos 40 ó menos Sum
Ib 5 a 50 20 a 200 10 a 100 40 a 400 Muy
II 50 a 500 200 a 2000 100 a 1000 400 a 4000 Mod
III Mayor a 500 Mayor a 2000 Mayor a 1000 Mayor a 400 Leve

* DL50: dosis letal 50. Es un estimado estadístico del número de mg de sustancia tóxica por
kg de peso corporal requerido para matar al 50% de una población grande de animales de
prueba.
Fuente: WHO (s/a)

Además de estas categorías existe una lista de ingredientes activos que no implican un riesgo
agudo en condiciones normales de uso. Estos ingredientes activos tienen una DL50 oral para
sólidos de 2000 mg/kg y de 3000 mg /kg para líquidos, y una DL50 dermal para sólidos de
4000 mg/kg y de 6000 mg/kg para líquidos. También existe una lista de ingredientes activos
obsoletos o descontinuados para ser usados como plaguicidas (WHO, s/a).

Conocimientos y precauciones para el adecuado uso de plaguicidas

Asumiendo que la plaga ha sido correctamente identificada, se elige el plaguicida para su


control tomando en cuenta los siguientes factores antes de aplicarlo:

Etiqueta

Es importante leer detenidamente la etiqueta ya que en ella se indica: (1) el nombre común o
comercial; (2) el ingrediente activo; (3) la concentración y la clase de formulación; (4) el
grado de toxicidad; (5) los primeros auxilios que se deben suministrar en caso de
envenenamiento; (6) la protección que se necesita al manipular, aplicar y almacenar el
producto; (7) los posibles daños a animales y al medio ambiente; (8) contenido neto; (9)
indicaciones para el desecho de envases; e (10) instrucciones de uso. (Oyarzún et al., 2002;
Pérez y Forbes, s/a).

Compra y almacenamiento (Gabela, 1978; Gallegos, 1986; Oyarzún et al., 2002;


Bastidas et al., 2005; Pérez y Forbes, s/a)

 Al comprar plaguicidas se debe exigir envases en buen estado. No comprar productos


que ya hayan caducado o que presenten fechas alteradas.
 Almacenar los productos tóxicos en sitios lejanos a la casa o habitación, en un sitio
especialmente acondicionado para ello, fuera del alcance de los niños y bajo llave.
 El lugar debe ser seco, con buena ventilación y los productos deben ser conservados
en sus envases originales con sus respectivas etiquetas. Se debe evitar que los envases
estén expuestos directamente a la luz del sol.
 Nunca se debe almacenar junto alimentos de consumo humano, ni junto al forraje
para los animales.

Dosificación

 Se debe utilizar la dosis recomendada. Una sobredosificación puede causar toxicidad


al cultivo y desarrollar resistencia en las plagas. Por el contrario, una subdosificación
controla deficientemente a la plaga (Oyarzún et al., 2002).
 Cuando se usa solo un producto de contacto se emplea mayor volumen de agua que
cuando se utiliza un producto sistémico, debido a que es necesario una mejor
cobertura a las plantas (Pérez y Forbes, s/a).

Equipo de protección (Orozco y Pérez, 2006)

 Gafas. Evitan que los ojos entren en contacto con los vapores de los plaguicidas.
 Guantes: Evitan que el plaguicida entre al cuerpo al ser absorbido por la piel,
protegiéndola de los efectos del producto químico (manos partidas e irritadas). Los
guantes de mejor protección son los de nitrilo ya que no se dañan con químicos
corrosivos (aquellos que producen quemaduras). Además son más duraderos y
resistentes que los guantes comunes.
 Overol de protección: Evita que la ropa se moje con el plaguicida y luego sea
absorbido por la piel. Protege en especial las zonas de las piernas y entrepiernas.
 Chaqueta de plástico: Evita que las mangas de la camisa se mojen con el plaguicida
y luego sea absorbido por la piel. Protege en especial las zonas del pecho y los brazos.
 Botas: Evita que las piernas y pies se mojen con el plaguicida. El overol de protección
debe ser introducido en las botas para una mayor protección de la piel.
 Mascarilla: Evita la inhalación del plaguicida mientras se aplica. Para que los filtros
rindan más tiempo debe colocarse una capa de algodón grueso entre el filtro y la tapa.
Se debe cambiar el algodón cada vez que se usa la mascarilla.

Preparación de mezclas

No se debe mezclar productos con el mismo ingrediente activo o de igual modo de acción.
Al preparar la mezcla primero se debe colocar los productos formulados como polvos
(mojables y solubles) y luego los formulados como líquidos. De estos últimos es
recomendable mezclar primero las suspensiones acuosas, luego las soluciones y al final los
concentrados emulsionables o aceites (Oyarzún et al., 2002; Bastidas et al., 2005). Antes de
realizar la mezcla es necesario realizar la prueba de compatibilidad.

Prueba de compatibilidad (Orozco y Pérez, 2006)

 Usar un frasco transparente de ¼ de galón, para hacer la prueba de compatibilidad de


los productos a usar en la mezcla.
 Colocar los productos en la siguiente proporción: (i) para los productos sólidos
colocar una cucharada de producto por ½ l de agua; y (ii) para los productos líquidos
colocar una cucharada de producto por ½ l de agua.
 Agitar bien el frasco una vez mezclados todos los ingredientes, dejar reposar de 15 a
60 minutos.
 Si la mezcla es compatible coloque los productos en el tanque de preparación en el
mismo orden que se colocaron durante la prueba.
 Luego aplique en una área de prueba en el cultivo. Si no hay daños, se comprueba su
total compatibilidad.

Los plaguicidas son incompatibles:

 Si la preparación se calienta.
 Si se forman grumos.
 Si se forman natas.
 Si se corta.
 Si los sólidos se precipitan.

Manejo de derrames (Oyarzún et al., 2002)

 Mantener alejadas a las personas y animales del sitio.


 Utilizar el equipo de seguridad adecuado.
 Absorber los derrames inmediatamente con aserrín, cal, ceniza o tierra. Recoger y
enterrar.
 Lavar los sitios contaminados con abundante agua y jabón.
 Quemar y enterrar los productos alimenticios contaminados y aquellos que exista
duda de contaminación.

Equipos de aplicación

 La mayoría de equipos de aplicación requieren un mantenimiento continuo,


especialmente las boquillas. Estas deben conservarse en buen estado y deben ser
cambiadas cuando se presenten desperfectos o la descarga sea desigual (Gabela,
1978; Gallegos, 1986; Oyarzún et al., 2002; Bastidas et al., 2005; Pérez y Forbes,
s/a).
 Por ningún motivo se debe perforar orificios de salida a las boquillas buscando mayor
volumen, debido a que se reduce la presión de salida y aumenta el tamaño de la gota
(Oyarzún et al., 2002; Bastidas et al., 2005), generando desperdicio y aumentando las
probabilidades de contaminación al aplicador.
 El aspersor o bomba de mochila es la herramienta de aplicación más frecuentemente
usado por los pequeños y medianos agricultores. Su uso se recomienda para
aplicaciones localizadas, lugares no accesibles a maquinaria y topografías
accidentadas. El tamaño de las gotas se puede variar cambiando las boquillas o
alterando la válvula de presión (Gabela y Cascante, 1978; Oyarzún et al., 2002).

Calibración de la bomba de mochila

Para calibrar correctamente la bomba de mochila se debe seguir los siguientes pasos (Gabela
y Cascante, 1978):

 En el terreno donde se realizará la aplicación, medir un área de 100 m 2


 Colocar una cantidad de agua determinada en la bomba de mochila (por ejemplo, 5
l).
 Aplicar el agua en el área medida (100 m 2) manteniendo constante el paso y la
descarga.
 Repetir esta operación 3 veces para obtener el promedio de volumen de agua gastada
en los 100 m2.
 Calcular el agua gastada en los 100 m2.
 Finalmente, en base al volumen gastado calcular la cantidad de agua requerida para
al área del cultivo.

Para calcular el número de mochilas a utilizarse en el campo se debe tomar en cuenta el


volumen de agua a utilizarse y la capacidad de nuestra mochila. Para el cálculo de la dosis
del producto por mochila se debe conocer la dosis y el número de mochilas a aplicar (Pérez
y Forbes, s/a). Ejemplo: calcular el volumen requerido para aplicar 0.3 ha (3000 m 2) de
cultivo, el número de mochilas (de 20 l de capacidad) y la cantidad de plaguicida por mochila,
considerando que en su etiqueta se recomienda una dosis de 400 g en 200 l.
Para calcular el volumen, primero hacemos una prueba en 100 m 2 de cultivo, obteniéndose 4
litros de agua. Luego aplicamos una regla de 3:

100 m2 4 l

3000 m2 x = 3000 * 4 / 100 = 120 l es el volumen que se necesita para 0.3 ha

Luego calculamos el número de mochilas que necesitaremos. También aplicamos una regla
de 3, considerando que la capacidad de 1 mochila es de 20 l:

20 l 1 mochila

120 l x = 120 / 20 = 6 mochilas necesitamos para 0.3 ha

Finalmente calculamos la cantidad de plaguicida que necesitaremos, por mochila y en total.


En este caso también aplicamos una regla de 3, considerando que la dosis recomendada de
plaguicida es de 400 g en 200 l:

200 l 400 g

20 l x = 20 * 400 / 200 = 40 g de plaguicida necesitamos en cada mochila

1 mochila 40 g

6 mochilas x = 6 * 40 = 240 g de plaguicida necesitamos para aplicar 0.3 ha

Preparación de la dilución y su aplicación (Gabela y Cascante, 1978; Cárdenas, 1986,


1987; Gallegos, 1986; Oyarzún et al., 2002; Bastidas et al., 2005; Pérez y Forbes, s/a)

 En primer lugar se debe hacer una premezcla. Es decir, se debe disolver el plaguicida
en un volumen bajo de agua.
 Para la preparación de la premezcla debe usarse una mascarilla adecuada para
productos químicos, guantes de caucho y gafas. Con el fin de evitar inhalar, ingerir o
absorber el producto químico.
 La premezcla se recomienda realizar en recipientes pequeños de plástico y
dosificadores, para luego verter esta en recipientes de mayor tamaño.
 El agua a utilizarse debe ser limpia para evitar obstruir las boquillas de las bombas y
para evitar que las partículas de suelo atrapen las partículas de los productos.
 Para mezclar y agitar el producto en el agua, use algún utensilio limpio y adecuado
para este propósito.
 Nunca utilice las manos para mezclar o agitar el producto.
 Preparar el volumen exacto para cada aplicación.
 No realizar las aplicaciones en condiciones de mucho viento. Aplicar en las horas de
la mañana o al final de la tarde.
 Evitar las aplicaciones cuando se hayan pronosticado lluvias después de la aplicación.
 No comer ni fumar cuando se esté realizando la aplicación. Esto es muy importante
para evitar ingerir o inhalar el plaguicida que se está aplicando.
 Asegúrese de que la dilución sea agitada constantemente durante todo el tiempo que
dure su aplicación.

Después de la aplicación (Cárdenas, 1987; Oyarzún et al., 2002; Pérez y Forbes, s/a,
Arévalo et al., 2009)

 Si sobró producto, aplicarlo sobre el cultivo. No desecharlo en acequias, ríos y


lagunas.
 Evitar el ingreso de personas o animales al lote recién asperjado, mínimo 48 horas
luego de la aplicación.
 Lavar la bomba de mochila utilizando un cepillo de cerdas suaves y abundante agua
y jabón. Usar guantes de caucho.
 Lavar, ropa, botas y guantes de protección con detergente, el mismo día de su uso y
cuidando de usar guantes para evitar contaminarse con restos del producto. Dejar
secar estos equipos a la sombra.
 Tanto la bomba de mochila como la ropa contaminada y el equipo de protección
deben ser lavados en tanques especialmente acondicionados para ello, lejos de la casa
y sin mezclarlos con ropa u otros utensilios de la casa. En ningún caso utilizar la
piedra de lavar de la casa, pues esto puede causar contaminación por plaguicidas en
otros miembros del hogar.
 Arrojar lejos de la vivienda el agua utilizada para lavar la bomba de mochila, la ropa
contaminada y el equipo de protección, en terrenos baldíos y jamás en fuentes de
agua.
 Tomar un baño con abundante agua y jabón, inmediatamente después de haber
utilizado los plaguicidas. De preferencia esta debe ser la primera actividad al regresar
a casa.
 No utilizar los tanques o bidones donde se prepararon las mezclas y donde se lavó la
bomba de mochila, la ropa contaminada y el equipo de protección para almacenar
agua para el consumo diario del hogar, o para la preparación de alimentos.

Manejo de envases usados (Gabela, 1978; Oyarzún et al., 2002; Pérez y Forbes, s/a)

 En caso de frascos, latas y cilindros, se debe realizar el procedimiento del triple


lavado en la parcela donde se realiza la aplicación (lavar por tres veces consecutivas).

 Los envases deben ser perforados y enterrados en un pozo especialmente construido


para ello.
 En caso de bolsas de plástico y papel, se deben destruir y enterrar en un pozo.
 El pozo se debe construir lejos de las viviendas y fuentes de agua o canales de regadío.
Las dimensiones son de 1 x 1 x 1 m.
 Se recomienda promover con los vecinos la construcción de centros de acopio y pozos
para desechar los envases vacíos de plaguicidas. La construcción de estos centros
deberá estar acompañada de capacitación constante sobre el manejo de estos envases.

Intoxicaciones por plaguicidas: síntomas, signos y tratamiento


La Dirección Provincial de Salud del Carchi y el CIP (2006) elaboraron la siguiente guía de
diagnóstico y tratamiento de intoxicación por pesticidas:
Capacitación a agricultores

Orozco y Pérez (2006) desarrollaron una guía de facilitación para Escuelas de Campo de
Agricultores, que incluye los siguientes temas: (i) introducción al manejo integrado de plagas
y su relación con la salud humana; (ii) riesgos ambientales y humanos por el uso de
agroquímicos; (iii) competencias a ser adquiridas por parte del agricultor para evitar los
riesgos en salud y al ambiente, entre otros. Además Orozco et al. (2007) desarrollaron un
folleto para facilitar el aprendizaje sobre el manejo de los pesticidas, que cubre los siguientes
temas: (i) peligros para la salud por el mal manejo de plaguicidas; (ii) criterios para el uso de
plaguicidas; y (iv) alternativas para reducir el uso de plaguicidas. Finalmente Arévalo et
al. (2009) desarrollaron una guía dirigida a facilitadores agrícolas, para trabajar con niños,
jóvenes, adultos y familias agricultoras, en la reducción de riesgos a la salud y medio
ambiente asociados al uso y manejo de plaguicidas.

Referencias
Arévalo, J., Guamán, L., Orozco, F., y Cole, D. 2009. Aprendiendo con nuestra gente: Guía
práctica dirigida a facilitadores agrícolas, para trabajar con niños, jóvenes, adultos y familias
agricultoras, en la reducción de riesgos a la salud y medio ambiente asociados al uso y manejo
de plaguicidas. Proyecto ECOSALUD, Centro Internacional de la Papa (CIP), Centro de
Inestigación para el Desarrollo de Canadá (IDRC). Quito, Ecuador. (sin publicar).

Bastidas, S., Morales, P., Pumisacho, M., Gallegos, P., Heredia, G. y Benítez, J. 2005. El
catzo o adulto del gusano blanco de la papa y alternativas de manejo. Guía de aprendizaje
para pequeños agricultores. Quito. INIAP. 78 p.

Cárdenas, J. 1986. Control de malezas en papa. En: Memorias del IV Curso sobre tecnología
del cultivo y manejo de semilla de papa. Quito, Ecuador, 15 al 17 de enero de 1986. pp. 113-
117. (1-64 pp; 65-127 pp; 128-181 pp).

Cole, DC., Sherwood S., Crissman, C., Barrera, V. y Espinosa, P. 2002. Pesticides and health
in highland Ecuadorian potato production: Assessing impacts and developing responses. Int
J Occup Environ Health. 8:182-190.

Dale, S. 2003. Previniendo la intoxicación por plaguicidas en Ecuador: El manejo integrado


de plagas produce beneficios económicos y de salud para los productores de papas. Estudio
de caso No. 4 (CASE-ECO-4S). Centro Internacional de Investigaciones para el Desarrollo
(CRDI). Canada. 4 p.

Dirección Provincial de Salud del Carchi, Centro Internacional de la Papa (CIP). 2002. Guía
de diagnóstico y tratamiento de intoxicación por pesticidas. Quito. 3 p.

Fundación ARGEN INTA. s/a. Seguridad en el manejo y la aplicación de agroquímicos.


Curso en línea tomado septiembre del 2006.

Gabela, F. 1978. Control de malezas en papa. En: Memorias del I Curso internacional sobre
producción de semilla de papa. Quito, Ecuador, 16 al 27 de octubre de 1978. pp. 56-65. (1-
57 pp; 59-117 pp; 118-192 pp)

Gabela, F. y Cascante, J. 1978. Manejo y calibración de aspersoras para herbicidas. En:


Memorias del I Curso internacional sobre producción de semilla de papa. Quito, Ecuador, 16
al 27 de octubre de 1978. pp. 66-69. (1-57 pp; 59-117 pp; 118-192 pp)

Gallegos, P. 1986. Control de plagas en el cultivo de papa. En: Memorias del IV Curso sobre
tecnología del cultivo y manejo de semilla de papa. Quito, Ecuador, 15 al 17 de enero de
1986. pp. 109-112. (1-64 pp; 65-127 pp; 128-181 pp).

Orozco, F. y Pérez, C. 2006. Desarrollo de un curriculum saludable de escuelas de campo


con énfasis en manejo saludable de cultivos. Guía para técnicos y facilitadores de escuelas
de campo. Quito. CIP, ECOSALUD, INIAP. 72 p. (sin publicar).
Orozco, F., Yanggen, D., Thiele, G., Tapia, X., Nejer, A., Revelo, E., Proaño, M., Poats, S.,
Suquillo, J., Ochoa, M., Narváez, M., Bravo, M., Jiménez, E., Ambrose, K., González, L.
2005. Peligros por plaguicidas El manejo integrado de plagas nos ayuda a evitar los peligros.
Quito. CIP. 15 p.

Orozco, F.A., Cole, D.C., Forbes, G., Kroschel, J., Wanigaratne, S., and Arica, D. 2009.
Monitoring adherence to the International Code of Conduct: Highly hazardous pesticides in
central Andean agriculture and farmers’ rights to health. Int J Occup Environ Health 15:255–
268.

Oyarzún, P., Gallegos, P., Asaquibay, C., Forbes, G., Ochoa, J., Paucar, B., Prado, M.,
Revelo, J., Sherwood, S. y Yumisaca, F. 2002. Manejo Integrado de Plagas y Enfermedades.
In: El cultivo de la papa en el Ecuador. Pumisacho, M. y Sherwood, S. (eds). Quito. INIAP,
CIP. pp. 85-169.

Pérez, W. y Forbes, G. s/a ¿Qué son los plaguicidas?, Lima, CIP. Hoja divulgativa 4.

Pérez, W. y Forbes, G. s/a ¿Qué es un fungicida?, Lima, CIP. Hoja divulgativa 5.

Pérez, W. y Forbes, G. s/a ¿Para qué se calibra la bomba de mochila?, Lima, CIP. Hoja
divulgativa 6.

Pan American Health Organization (PAHO). s/a. Resumen del análisis de situación y
tendencias de salud. Disponible en http://www.paho.org/spanish/dd/ais/cp_218.htm
(consultado en Septiembre 2010).

Sherwood, S., Cole, DC. and Murray, D. 2007. It’s time to ban highly hazardous pesticides:
An international call for LEISA readers. LEISA 23:32-33.

World Health Organization (WHO). The WHO recommended classification of pesticides by


hazard and guidelines to classification 2000-2002. International Programme on Chemical
Safety (IPCS) and Inter-Organization Programme for the Sound Management Chemicals
(IOMC) United Nations Environment Programme (UNEP), International Labour
Organization (ILO), and WHO. 58 p.

Yanggen, D., Crissman, C., y Espinosa, P. (eds). 2003. Los plaguicidas: Impactos en la
producción salud y medio ambiente en Carchi, Ecuador. CIP, INIAP. 199 p.
Según la definición de la FAO, un plaguicida o pesticida, es «cualquier sustancia destinada a
prevenir, destruir, atraer, repeler o combatir cualquier plaga, incluidas las especies indeseadas
de plantas o animales, durante la producción, almacenamiento, transporte, distribución y
elaboración de alimentos, productos agrícolas o alimentos para animales, o que pueda
administrarse a los animales para combatir ectoparásitos. El término incluye las sustancias
destinadas a utilizarse como reguladores del crecimiento de las plantas, defoliantes,
desecantes, agentes para reducir la densidad de fruta o inhibidores de la germinación, y las
sustancias aplicadas a los cultivos antes o después de la cosecha para proteger el producto
contra la deterioración durante el almacenamiento y transporte. El término no incluye
normalmente los fertilizantes, nutrientes de origen vegetal o animal, aditivos alimentarios ni
medicamentos para animales».1
En la definición de plaga se
incluyen insectos, hierbas, pájaros, mamíferos, moluscos, peces, nematodos, o microbios que
compiten con los humanos para conseguir alimento, destruyen la propiedad, propagan
enfermedades o son vectores de estas, o causan molestias. Los plaguicidas no son
necesariamente venenos, pero pueden ser tóxicos para los humanos u otros animales.
Pero de acuerdo a la Convención de Estocolmo sobre contaminantes orgánicos persistentes,
9 de los 12 más peligrosos y persistentes compuestos orgánicos son plaguicidas.23
El término plaguicida está más ampliamente difundido que el nombre genérico
exacto: biocida (literalmente: matador de la vida). El término plaguicida sugiere que las plagas
pueden ser distinguidas de los organismos no nocivos, que los plaguicidas no lo matarán, y
que las plagas son totalmente indeseables.4
Durante los años 1980, la aplicación masiva de plaguicidas fue considerada, generalmente,
como una revolución de la agricultura. Eran relativamente económicos y altamente efectivos.
Su aplicación llegó a ser una práctica común como medida preventiva aun sin ningún ataque
visible. Desde entonces, la experiencia ha demostrado que este método no sólo perjudica
el medio ambiente, sino que a la larga es también ineficaz. Donde se han utilizado los
plaguicidas de manera indiscriminada, las especies de las plagas se han vuelto resistentes y
difíciles o imposibles de controlar. En algunos casos se ha creado resistencia en los vectores
principales de las enfermedades (p.ej. los mosquitos de la malaria), o han surgido nuevas
plagas agrícolas. Por ejemplo, todos los ácaros fueron fomentados por los plaguicidas, porque
no abundaban antes de su empleo. Sobre la base de esta experiencia, los especialistas en la
protección de cultivos han desarrollado un método más diversificado y duradero: el manejo
integrado de plagas.

Índice

 1Usos
 2Clasificación
 3Efectos ambientales
 4Efectos en la salud
 5Alternativas
 6Ventajas y riesgos
 7Insecticidas comúnmente utilizados en soja
 8Véase también
 9Referencias
 10Enlaces externos
Usos[editar]
Sus usos más comunes pueden ser matar ratas y mosquitos que pueden transmitir
enfermedades como la fiebre amarilla y la malaria.5 También pueden matar insectos que nos
causan picaduras o que dañan a nuestros animales o a nuestras propiedades.5 Los herbicidas
también pueden proteger nuestras frutas y verduras. Los herbicidas se usan para eliminar las
malezas y también para controlar a las plantas invasoras que pueden infligir daños en el
medio ambiente. Los herbicidas también se usan en lagos y lagunas para controlar el
crecimiento de algas y plantas acuáticas que puedan interferir con la natación, la pesca o que
den malos olores.6 Se usan para controlar las termitas y el moho que pueden dañar las
construcciones.5 En los lugares de almacenaje de alimentos se usan para controlar a los
roedores e insectos que infectan los granos y otros alimentos. Cada plaguicida trae
aparejados algunos riesgos; el uso adecuado de plaguicidas reduce esos riesgos a un nivel
considerado aceptable por las agencias que regulan su uso, tales como la Agencia de
Protección Ambiental de los Estados Unidos (EPA por sus siglas en inglés) y por la Agencia
Reguladora del Manejo de Pestes (PMRA) de Canadá.
Los plaguicidas pueden ahorrar dinero a los agricultores al prevenir las pérdidas de cosechas
por insectos y otras plagas. En un estudio se calculó que los agricultores en los Estados
Unidos ahorraron el equivalente de cuatro veces el coste de los plaguicidas.7 Otro estudio
demostró que el no usar plaguicidas resultaba en una pérdida del 10% del valor de las
cosechas.8 Otro estudio realizado en 1999 encontró que una prohibición de plaguicidas en los
Estados Unidos puede resultar en un aumento del coste de los alimentos, pérdidas de
empleos y aumento del hambre mundial.9

Estructura química del DDT, recientes estudios involucran este insecticida con el cáncer de mamas, en
animales es tóxico para toda la cadena alimentaria por bioacumulación, su uso actual está prohibido.

El DDT, un compuesto organoclorado, ha sido usado fumigando las paredes de las casas para
combatir la malaria desde la década de 1950. La Organización Mundial de la Salud ha
apoyado estas medidas en algunas de sus declaraciones.10Sin embargo un estudio en 2007
parece involucrar al DDT en el cáncer de mama cuando se sufre exposición al mismo antes de
la pubertad.11 También puede ocurrir envenenamiento por DDT y otros compuesto clorados
cuando entran en la cadena alimentaria. Los síntomas incluyen excitación nerviosa, temblores,
convulsiones y muerte. Los científicos calculan que el DDT y otros compuestos químicos en la
categoría de organofosfatos han salvado 7 millones de vidas desde 1945 al prevenir
enfermedades como la malaria, peste bubónica, tripanosomiasis y tifus.4 Sin embargo el DDT
no siempre es efectivo, ya que los insectos desarrollan resistencia al mismo. Esta resistencia
se empezó a notar desde 1955 y ya en 1972 diecinueve especies de mosquitos han llegado a
ser resistentes al DDT.12 En 2000 un estudio en Vietnam demostró que los métodos de control
que no usan DDT son más efectivos.13 El efecto ecológico del DDT en los organismos es un
ejemplo de bioacumulación. Su uso está actualmente prohibido por el Convenio de
Róterdam que involucra un gran número de países.
Clasificación[editar]
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Los plaguicidas pueden clasificarse atendiendo a diversos aspectos:


Según el destino de su aplicación pueden considerarse:

 Plaguicidas de uso fitosanitario, productos fitosanitarios: destinados a su utilización en el


ámbito de la sanidad vegetal o el control de vegetales.
 Plaguicidas de uso ganadero: destinados a su utilización en el entorno de los animales o
en actividades relacionadas con su explotación.
 Plaguicidas de uso en la industria alimentaria: destinados a tratamientos de productos o
dispositivos relacionados con la industria alimentaria.
 Plaguicidas de uso ambiental: destinados al saneamiento de locales o establecimientos
públicos o privados.
 Plaguicidas de uso en higiene personal: preparados útiles para la aplicación directa sobre
el ser humano.
 Plaguicidas de uso doméstico: preparados destinados para aplicación por personas no
especialmente calificadas en viviendas o locales habitados, es el más peligroso, ya que
alrededor de 10 millones de personas mueren a causa de vectores.
Según su acción específica pueden considerarse:

1. Insecticida
2. Acaricida
3. Fungicidas
4. Desinfectante y Bactericida
5. Herbicida
6. Fitorregulador y productos afines
7. Rodenticida y varios
8. Específicos post-cosecha y simientes
9. Protectores de maderas, fibras y derivados
10. Plaguicidas específicos varios
Según el estado de presentación o sistema utilizado en la aplicación:

 Gases o gases licuados.


 Fumigantes y aerosoles.
 Polvos con diámetro de partícula inferior a 50 µm.
 Sólidos, excepto los cebos y los preparados en forma de tabletas.
 Líquidos.
 Cebos y tabletas.
Según su constitución química, los plaguicidas pueden clasificarse en varios grupos, los
más importantes son:

 Arsenicales.
 Carbamatos.
 Derivados de cumarina.
 Derivados de urea.
 Dinitrocompuestos.
 Organoclorados.
 Organofosforados.
 Organometálicos.
 Piretroides.
 Tiocarbamatos.
 Triazinas.
Algunos de estos grupos engloban varias estructuras diferenciadas, por lo que, en caso de
interés, es posible efectuar una subdivisión de los mismos.
Según su grado de peligrosidad para las personas,14 los plaguicidas se clasifican de la
siguiente forma:

1. De baja peligrosidad: los que por inhalación, ingestión o penetración cutánea no


entrañan riesgos apreciables.
2. Tóxicos: los que por inhalación, ingestión o penetración cutánea puedan entrañar
riesgos de gravedad limitada.
3. Nocivos: los que por inhalación, ingestión o penetración cutánea puedan entrañar
riesgos graves, agudos o crónicos, e incluso la muerte.
4. Muy tóxicos: los que por inhalación, ingestión o penetración cutánea puedan entrañar
riesgos extremadamente graves, agudos o crónicos, e incluso la muerte.
La clasificación toxicológica de los plaguicidas en las categorías de baja peligrosidad,
nocivos, tóxicos o muy tóxicos se realiza atendiendo básicamente a su toxicidad aguda,
expresada en DL50 (dosis letal al 50%) por vía oral o dérmica para la rata, o en CL
50 (concentración letal al 50%) por vía respiratoria para la rata, de acuerdo con una serie de
criterios que se especifican en las normas y leyes competentes, atendiendo principalmente a
las vías de acción más importantes de cada compuesto.

Efectos ambientales[editar]
El uso de plaguicidas crea una serie de problemas para el medio ambiente. Más del 98% de
los insecticidas fumigados y del 95% de los herbicidas llegan a un destino diferente del
buscado, incluyendo especies vegetales y animales, aire, agua, sedimentos de ríos, mares y
alimentos.15 La deriva de plaguicidas ocurre cuando las partículas de plaguicidas suspendidas
en el aire son llevadas por el viento a otras áreas, pudiendo llegar a contaminarlas. Los
plaguicidas son una de las causas principales de la contaminación del agua y ciertos
plaguicidas son contaminantes orgánicos persistentes que contribuyen a la contaminación
atmosférica.
La contaminación de aguas tiene dos orígenes: uno directo, por el uso de plaguicidas
destinados a la higiene pública (lucha contra larvas de mosquitos en charcas y aguas
estancadas, por ejemplo) y otro indirecto, por la movilización de contaminaciones de aire y
suelos (deposición de plaguicidas, arrastres por aguas de lluvias y otros mecanismos). Esta
contaminación propiamente dicha debe separarse de contaminaciones accidentales, pero
puede alcanzar en ocasiones niveles de riesgo muy altos que se han hecho evidentes en ríos
y lagos, por su trascendencia en la fauna agrícola y el riesgo que presenta el uso de tales
aguas contaminadas a los seres humanos.
La contaminación de la biosfera puede ser también directa, a consecuencia de tratamientos
pero ello entra en el aspecto de residuos ya considerados aparte; e indirecta, constituyendo
verdadera contaminación, por la movilización en la biósfera de las contaminaciones de aire,
suelo y agua.
Los seres vivos contribuyen de modo poderoso a movilizar la contaminación y el ejemplo más
claro de ello es el fenómeno de la magnificación de residuos y que quizá, con lenguaje más
propio debiera denominarse bioacumulación y que se hace evidente a través de la "escalada"
alimenticia de los seres vivos.
En adición, el uso de plaguicida reduce la biodiversidad, reduce la fijación de nitrógeno,16
contribuye al declive de polinizadores (reducción de los polinizadores en muchos ecosistemas,
desde finales del siglo 20),17181920 destruye hábitats (especialmente para aves),21 y amenaza
a especies en peligro de extinción.4
También ocurre que algunas pestes se adaptan a los plaguicidas y no mueren. Lo que es
llamado resistencia a plaguicidas, para eliminar la descendencia de esta peste, será necesario
un nuevo plaguicida o un aumento de la dosis de plaguicida. Esto causara un empeoramiento
del problema de contaminación del ambiente.

Efectos en la salud[editar]
Según datos de la OMS, unas 10 personas mueren al año por el uso de plaguicidas y 20
quedan intoxicadas de forma aguda por su utilización en la agricultura y la ganadería.
Aunque para la población en general, en cuanto consumidora de productos agrícolas, los
riesgos de sufrir consecuencias en su salud por el uso de plaguicidas son muy bajos, siempre
que las condiciones de aplicación y eliminación de residuos hayan sido cumplidas
correctamente, para los obreros de su manufactura, transporte y aplicación, así como para los
agricultores, sobre todo del tercer mundo y de cultivos intensivos, el riesgo es muy grande.2223
Por estas razones la Asociación Médica de Estados Unidos recomienda limitar la exposición a
los plaguicidas y el uso de alternativas menos peligrosas:
Existe incertidumbre acerca de los efectos de la exposición prolongada de dosis bajas de
plaguicidas. Los sistemas de supervisión actuales son inadecuados para definir los riesgos
potenciales relacionados con el uso de plaguicidas y con enfermedades relacionadas a
plaguicidas. . . Teniendo en cuenta estas faltas de datos, es prudente. . . limitar la exposición a
plaguicidas. . . y usar los plaguicidas químicos menos tóxicos o recurrir a alternativas no
químicas.24
De hecho, recientemente se ha demostrado cómo los plaguicidas propician la propagación y el
inicio del Parkinson.25

Alternativas[editar]
Artículo principal: Manejo integrado de plagas

Hay alternativas al uso de plaguicidas que incluyen métodos de cultivo usando controles
biológicos, tales como feromonas y plaguicidas microbianos, ingeniería genética, métodos de
disrupción de la reproducción de insectos.4 Estos métodos están ganando popularidad por ser
más saludables y a veces también más efectivos. En Estados Unidos la Agencia de Protección
Ambiental de los Estados Unidos (EPA) está registrando mayores números de plaguicidas de
bajo riesgo. Las prácticas de cultivo incluyen los policultivos (cultivar una variedad de plantas,
lo opuesto a monocultivo), rotación de cosechas, cultivar una cosecha donde las plagas estén
ausentes o en épocas en que sean menos problemáticas, usar las llamadas cosechas trampas
que atraen a las pestes hacia otras plantas para que no ataquen a la cosecha principal.4
Medidas mecánicas en vez de químicas, por ejemplo el agua caliente puede tener casi tan
buen efecto sobre pulgones como los plaguicidas.4
Otro método es la liberación de otros organismos que combaten a las plagas, como ser
sus predadores y parásitos naturales.4 También se usan plaguicidas biológicos como hongos
patógenos de la peste, bacterias, virus.4
También es posible alterar el ciclo biológico del insecto por medio de esterilización de los
machos que luego son liberados para que se apareen con hembras que no podrán producir
crías.4 Esta técnica fue usada por vez primera con el gusano barrenador del ganado en 1958 y
ha sido usada posteriormente en la mosca del Mediterráneo y en la mosca tsetse26 y en la
polilla Lymantria dispar.27 Estos procedimientos pueden ser costosos, llevar mucho tiempo y
servir sólo para ciertas especies de pestes.4
No obstante algunos problemas hay evidencias de que los plaguicidas alternativos pueden ser
tan efectivos o aún más que los tradicionales. Por ejemplo en Suecia fue posible reducir a la
mitad el uso de plaguicidas en los cultivos con una reducción mínima de las cosechas.4 En
Indonesia los agricultores redujeron el uso de plaguicidas en las plantaciones de arroz en un
65% y experimentaron un aumento del 15% de las cosechas.4

Ventajas y riesgos[editar]
Las ventajas del uso de plaguicidas son la reducción de la brecha de productividad y la del
nivel de insalubridad en la agricultura.
Aunque estos efectos sean positivos, hay que compararlos con el riesgo de provocar el
deceso de otros seres vivos y consiguiente desastre ecológico como con el poco conocido
insecticida Detritus De Tijereta. Ciertos plaguicidas son "tan efectivos" que los han tenido que
prohibir para evitar la desaparición de las plagas al cien por ciento.

Insecticidas comúnmente utilizados en soja[editar]


Muchos insecticidas utilizados en los afidos de la soja son altamente tóxicos para las abejas.
Los siguientes son los insecticidas comúnmente utilizados en soja.28

 Acefato (1)
 Carbarilo (1)
 Clorpirifós
 Dimetoato
 Indoxacarb
 Metomilo (1)
 Paratión-metilo (1)
 Espinosad

Véase también[editar]

 Convenio de Róterdam
 Enfermedades de las abejas
 Manejo integrado de plagas
 Plaguicidas en apicultura
 Riesgo químico
 Carga tóxica

Referencias[editar]

1. ↑ Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura, ed.


(1986). «DEFINICIONES PARA LOS FINES DEL CODEX ALIMENTARIUS». Consultado el 22
de marzo de 2016.
2. ↑ «Copia archivada». Archivado desde el original el 15 de marzo de 2017. Consultado el 1 de
febrero de 2017.
3. ↑ Gilden RC, Huffling K, Sattler B (enero de 2010). «Pesticides and health risks». J Obstet
Gynecol Neonatal Nurs 39 (1): 103-10. PMID 20409108. doi:10.1111/j.1552-6909.2009.01092.x.
4. ↑ Saltar a:a b c d e f g h i j k l Miller GT (2004), Sustaining the Earth, 6th edition. Thompson
Learning, Inc. Pacific Grove, California. Chapter 9, Pages 211-216.
5. ↑ Saltar a:a b c The benefits of pesticides: A story worth telling. Purdue.edu. Retrieved on
September 15, 2007.
6. ↑ Helfrich, LA, Weigmann, DL, Hipkins, P, and Stinson, ER (June 1996), Pesticides and aquatic
animals: A guide to reducing impacts on aquatic systems
 Archivado el 5 de marzo de 2009 en la Wayback Machine.. Virginia Cooperative Extension.
Del 14 oct. 2007.
7. ↑ Kellogg RL, Nehring R, Grube A, Goss DW, and Plotkin S (February 2000), Environmental
indicators of pesticide leaching and runoff from farm fields. United States Department of
Agriculture Natural Resources Conservation Service. Revisado en 3-10-2007.
8. ↑ Kuniuki S (2001). Effects of organic fertilization and pesticide application on growth and yield
of field-grown rice for 10 years. Japanese Journal of Crop Science Volumen 70, Número 4,
Páginas 530-540.
9. ↑ Knutson, R.(1999). Economic Impact of Reduced Pesticide Use in the United
States.Agricultural and Food Policy Center. Texas A&M University.
10. ↑ Organización Mundial de la Salud (15 de Septiembre, 2006), WHO gives indoor use of DDT a
clean bill of health for controlling malaria. (Del 13 de Septiembre, 2007).
11. ↑ http://www.sustainableproduction.org/downloads/EnvandOccCausesofCancer-2007Update-
DownloadVersion_000.pdf
12. ↑ PANNA: PAN Magazine: In Depth: DDT & Malaria
13. ↑ https://web.archive.org/web/20070314234719/http://www.afronets.org/files/malaria.pdf
14. ↑ La OMS establece una clasificación en: Clase Ia - Clasificados como “Extremadamente
Peligrosos” y Ib - Clasificados como “Altamente Peligrosos” [1] (consultada el 31/05/2010) La
página presenta los productos que entran en estas dos categorías que son las más peligrosas.
15. ↑ Cornell University. Toxicity of pesticides. Pesticide fact sheets and tutorial, module 4.
Pesticide Safety Education Program. Referencia del 10 de octubre de 2007 .
16. ↑ Rockets, Rusty (June 8, 2007), Down On The Farm? Yields, Nutrients And Soil Quality.
Scienceagogo.com. Retrieved on September 15, 2007.
17. ↑ HackenbergLetter from David Hackenberg to American growers from March 14,
2007 Plattform Imkerinnen — Austria accessdate:2007-03-27
18. ↑ Wells, M,Vanishing bees threaten U.S. crops, BBC News, March 11 2007, accessdate 2007-
09-19 London
19. ↑ Haefeker, Walter. Betrayed and sold out – German bee monitoring, 2000-08-12, accessdate
2007-10-10
20. ↑ Zeissloff, Eric Schadet imidacloprid den bienen, 2001. Accessdate=2007-10-10 in German
21. ↑ Palmer, WE, Bromley, PT, and Brandenburg, RL. Wildlife & pesticides - Peanuts. North
Carolina Cooperative Extension Service. Retrieved on 2007-10-11.
22. ↑ Cf. US Environmental Protection Agency (August 30, 2007), Pesticides: Health and Safety.
National Assessment of the Worker Protection Workshop #3.
23. ↑ Cf. Mª Dolores Roldan Tapia, «De los cultivos al cerebro: el efecto de los pesticidas», Mente y
Cerebro, 33, 2008, págs. 50-51.
24. ↑ The American Medical Association’s Council on Scientific Affairs, 1997
25. ↑ Un español confirma la relación directa entre los pesticidas y el Parkinson
26. ↑ (July 2007), The biological control of pests
 Archivado el 3 de enero de 2010 en la Wayback Machine.. Como aparece el 17 de
septiembre de 2007.
27. ↑ SP-401 Skylab, Classroom in Space: Part III - Science Demonstrations, Chapter 17: Life
Sciences. History.nasa.gov. Como aparece el 17 de septiembre de 2007.
28. ↑ Insecticidas comúnmente usados en soja. Kansas State University. Extensión, agosto de
2004.

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