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UNIVERSIDAD REGIONAL AUTÓNOMA DE LOS ANDES

“UNIANDES”
FACULTAD DE CIENCIAS MÉDICAS
CARRERA DE MEDICINA
CÁTEDRA DE SEMIOLOGÍA

TRASTORNOS DIGESTIVOS MENORES

NOMBRE: Yulisa Andrade.


DOCENTE: Dra. Zaihris Herrera.
CURSO: Sexto “B”.

Ambato, 12 de Noviembre de 2019.


TRASTORNOS DE LA DEFECACIÓN Y OTRAS MANIFESTACIONES
ANORRECTALES

La defecación es el proceso biológico de la eliminación de las heces. Después de


haber pasado por el intestino grueso y el delgado, el quimo ya es materia fecal, por lo que va
a almacenarse en el colon para luego desecharse. La prevalencia de síntomas y condiciones
benignas anorrectales es alta y su reconocimiento preciso ayuda a descartar la presencia de
otras enfermedades inflamatorias y neoplásicas.

PRURITO ANAL

El prurito también denominado picazón o comezón anal es la segunda manifestación


anorrectal más común luego de las hemorroides. La mayoría de los pacientes se automedican
durante 12 meses antes de realizar la consulta.

Las causas son variadas y se las puede clasificar en:

 Dermatológicas: dermatitis atópica, psoriasis, dermatitis de contacto.


 Por irritantes en la dieta: cerveza, café, tomate.
 Lesiones anales: fisuras, fistulas, prolapso, hemorroides prolapsadas.
 Infecciosas: parásitos, abscesos, cándida, herpes.
 Malignas: carcinoma de células escamosas.
 Por fármacos: quimioterapia, colchicina.
 Enfermedades Sistémicas: diabetes mellitus, ictérica, linfoma.
 Trastornos Psicológicos.

El médico debe tener en cuenta que la gran mayoría de las causas son benignas y que
se resuelven con medidas de higiene y agentes tópicos locales.
PUJOS Y TENESMO

Se llama pujo al dolor abdominal acompañado por falta de evacuación con sensación
de dolor anal. Se denomina tenesmo como el deseo continuo, doloroso e ineficaz de defecar;
el paciente tiene la sensación de tener el recto ocupado en forma permanente. El pujo y el
tenesmo suelen coexistir. El pujo y el tenesmo son indicativos de inflamación de la mucosa
rectal y si hay de modo concomitante diarrea, moco y sangre, constituyen lo que denomina
síndrome disentérico.

DOLOR

El dolor puede ser espontáneo o provocado por la defecación. Tiene un amplio


espectro y puede ir desde una sensación de pesadez o molestia hasta ser intolerable. El dolor
provocado por las hemorroides prolapsadas se acentúa al defecar, sentarse, caminar o toser.

El dolor de la fisura anal se produce al defecar, es intenso y puede persistir varias


horas después. Puede estar acompañado por sangrado rojo rutilante, de escaso volumen,
secreción y prurito y lleva a la constipación por miedo a defecar.

El médico debe distinguir si se trata de una fisura anal aguda (menos de tres meses y
con aspecto de laceración reciente) o crónica (tres meses o más, indurada y con apariencia
fibrótica).

Las fisuras anales que se localizan fuera de la línea media (anterior o posterior)
indican con frecuencia etiologías atípicas como enfermedad de Crohn, tuberculosis, leucemia
o virus de la inmunodeficiencia humana (VIH).

En la fisura o abscesos anorrectales predominan manifestaciones como la supuración


crónica y el prurito. La proctalgia fugaz es un dolor súbito en el recto de segundos o minutos
de duración, la causa es un espasmo del esfínter anal interno o externo. La proctitis es una
entidad que se presenta como malestar rectal o tenesmo, secreción purulenta, urgencia
defecatoria y puede producir dolor abdominal. La etiología puede ser infecciosa, inflamatoria
o secundaria a radiación o isquemia.
HEMORRAGIA

El sangrado anorrectal tiene en su origen un espectro de enfermedades que va de


simples a complejas y graves. Entre las primeras, se puede mencionar las hemorroides y las
fisuras, mientras que la enfermedad inflamatoria intestinal y el cáncer colorrectal se
caracterizan por ser enfermedades complejas y graves.

Las hemorroides son la causa más común de sangrado anorrectal. Pueden ser internas
o externas, según se encuentren por encima o por debajo de la línea dentada en el conducto
anal, respectivamente. La sangre de origen anorrectal se denomina rectorragia, pero la
presencia de deposiciones de sangre o con sangre se debe denominar hematoquecia. Su
volumen puede orientar la etiología; si hay pequeñas gotas sobre la materia fecal sugieren
hemorroides o fisura anal. Las hemorragias muy abundantes hacen sospechar colitis ulcerosa,
divertículos o un origen más alto en el tubo digestivo.

BOLO FECAL

El bolo fecal o impactación fecal es el bloqueo parcial o completo del colon por
materia fecal dura y seca. Puede presentarse como constipación o como incontinencia rectal
con aumento del flujo. Se presenta en el 1% de los pacientes internados. Otras de las causas
comunes de la impactación fecal son la dieta pobre en fibras, el uso de opioides y las lesiones
medulares. El bolo fecal se diagnostica a través de la historia de la constipación o
seudodiarrea, un examen abdominal y rectal y la realización de una radiografía de abdomen.

Existen pautas de alarma ante un paciente con esta condición y son la presencia de
fiebre, diarrea con sangre y leucocitosis, que pueden poner en evidencia una infección
subyacente.

INCONTINENCIA FECAL

La incontinencia fecal es una pérdida involuntaria de materia fecal, que arrastra un


grave problema social y en la calidad de vida del paciente que lo padece. Un 2% de la
población lo padece. Puede ser clasificada como debida al aumento del flujo (secundario a
un bolo fecal) o a patología del reservorio (capacidad rectal o colónica disminuida) o del
mecanismo rectoesfinteriano (daño estructural o neurológico del esfínter anal). Mediante la
anamnesis, el médico debe descartar el uso de laxantes y la presencia de otros síntomas
sistémicos que pueden orientar hacia otras enfermedades graves como el cáncer colorrectal.

ENFOQUE DIAGNÓSTICO

El dolor, el prurito y los pujos y tenesmo son exclusivos del segmento anorrectal; los
síntomas restantes como la secreción, hemorragia, diarrea y constipación pueden
corresponder además a porciones más altas del tubo digestivo. La anamnesis adquiere
relevancia al identificar claramente el origen rectoanal de los síntomas, ya que esto constituye
la base para la solicitud de los exámenes complementarios.

Como parte de la evaluación del paciente, se debe realizar el examen de la zona


anorrectal, que comprende la inspección externa de la región perineal, el tacto rectal y la
anoscopia. La inspección puede poner en evidencia lesiones como verrugas, ulceras, fisuras,
masas o hemorroides. El tacto rectal debe medir el tono del esfínter externo y la presencia de
dolor. Se debe proceder a realizar un barrido de 360° palpando las paredes del recto que
deben ser lisas y no evocar dolor; se realiza la maniobra en busca de masas o sobreelevaciones
y, en el hombre, debe incluir el examen de la próstata. Finalmente, se debe realizar la
“semiología del guante”, es decir, la revisión del color de la materia fecal en busca de pus o
sangre.

BIBLIOGRAFÍA

 SEMIOLOGIA MÉDICA. Argente – Álvarez. 1º edición. Editorial Panamericana.

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