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Relacion del hombre entre sociedad y derecho

1126 palabras 5 páginas

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EL HOMBRE RELACIONADO CON LA SOCIEDAD Y EL DERECHO
Derecho y Sociedad se encuentran intrínsecamente relacionados, por ello el
primero es necesario para la convivencia humana en sociedad, en tanto
ordenadora de la conducta humana en sus variadas relaciones socialmente
aceptadas; de ahí que los fenómenos sociales exigirán que el derecho en
tanto ordenador esté permanentemente a la par con la realidad social, y
además, sea instrumento que se valga la sociedad para el cambio y
desarrollo, restándosele la consideración de ser meramente un obstáculo
para ese cambio y desarrollo. Pero eso exige que el derecho sea concebido
en su cabal dimensión, interdisciplinariamente con las demás ciencias, de
manera que sea estudiada integralmente, de forma …ver más…
c). La renuncia de una o de ambas que pone fin al conflicto, sin resolver el
asunto a fondo.
3.-Función de legitimación del poder
La legitimación del poder consiste en la actuación del derecho sobre el
gobernante para que éste no incurra en abuso, en arbitrariedad y las normas
de comportamiento que imponga con sus decisiones, coincidan con el
consenso social y merezcan la aceptación y adhesión de los miembros de la
colectividad.
LAS RELACIONES ENTRE EL DERECHO Y LA SOCIEDAD
A). El derecho al normar, al regular las relaciones sociales las delimita, las
precisa, las fija y las convierte en relaciones jurídicas.
B). La sociedad es el sistema, el todo; el derecho es solo un subsistema, una
parte de aquella.
c). Los cambios sociales conducen al cambio del derecho.
d). El derecho contribuye a la formación y conservación de la sociedad y
establece con ella las condiciones para el bienestar común y el desarrollo del
grupo.
e). El derecho organiza la sociedad y realiza en beneficio de sus miembros la
justicia como la razón de ser.
DERECHO Y SOCIEDAD
Relaciones
El Derecho constituye un factor o un aspecto más de la vida social. Esto quiere decir que el
Derecho no e sólo un conjunto de normas que como tal es una especie de isla en una sociedad
determinada. El Derecho se produce en cada sociedad concreta por los grupos y fuerzas que de
manera desigual operan en ella, por tanto es parte de esa sociedad en cuanto se encuentra en
relación con los demás factores sociales. Las relaciones que se dan entre el Derecho y el resto de
los factores sociales (económicos, políticos, culturales, etc.) son de interdependencia. De ahí que
se afirme que el Derecho ha de entenderse desde la referencia al marco social en el que aparece y
en el que se proyecta. Las normas, en particular, y el derecho, globalmente considerado surgen,
en principio, para dar respuesta, para regular y ofrecer un tratamiento jurídico regulado a diversas
situaciones sociales y, por otro lado, cuando se aplican dichas normas tienen lugar una serie de
efectos sociales que pueden coincidir o no con las expectativas que tenía el legislador al producir
la norma. Ni el Derecho es independiente de los fenómenos sociales, ni constituye una variable
absolutamente dependiente de la sociedad, de modo que norma jurídica y norma social sean
intercambiables. Ciertamente el Derecho se proyecta sobre zonas amplísimas de la realidad social,
pero no se identifica en todas sus dimensiones con ellas y con todos los comportamientos que en
ellas se dan, sino que regula algunos de esos comportamientos, y al hacerlo, también interviene en
los procesos de cambio de los diferentes factores sociales.
De lo que se trata es de poner de manifiesto la condición social de los fenómenos jurídicos, sobre
todo cuando podemos constatar, de un lado, que el Derecho arranca de diferentes realidades
sociales, y de otro lado, que la producción o modificación de normas jurídicas cuando se aplican
tiene efectos sociales.
2. Derecho y cambio social .
Para que se pueda hablar de cambio social ha de producirse una alteración en los modos
de conducta establecidos en una sociedad. Por tanto hay cambio social cuando se modifica la
estructura social. La relación entre Derecho y cambio social se puede abordar desde diversas
perspectivas:
a) el impacto del cambio social en el Derecho: Este proceso se refiere a la adecuación de
las normas jurídicas a los cambios sociales que caracterizan a las sociedades modernas. Se trata
de observar si la evolución del Derecho refleja un cambio social más amplio.
Este aspecto de la cuestión hace referencia a la efectividad de las normas. La efectividad de
una norma es el grado de realización, en la práctica social, de las reglas enunciadas por el
Derecho. El problema del cambio social también está vinculado con el problema de la eficacia
social de las normas jurídicas que, por otro lado, algunos autores consideran la cuestión decisiva
de las relaciones entre Derecho y sociedad. La noción de eficacia social indica los efectos o las
consecuencias que producen las normas jurídicas, consecuencias que en parte se encuentran
preestablecidas en las propias normas, pero que están condicionadas por los hechos externos a
esas normas. Por tanto, el planteamiento de las relaciones entre cambio de modelos normativos y
cambios sociales exige tener en cuenta el modelo de la adecuación o no entre los efectos previstos
por las normas y los efectos que realmente éstas despliegan. Uno de los ejemplos más evidentes
de cambios en la regulación jurídica producidos por cambios sociales previos se perciben
claramente en el Derecho del trabajo, y en consecuencia, en toda la regulación penal de los delitos
contra los derechos de los trabajadores.
Si la norma no tiene los efectos previstos o en un momento determinado deja de tenerlos puede
ser un indicador de que es preciso introducir cambios en el sistema jurídico, para que pueda ser
eficaz, y en este caso, estos cambios vienen a ser una consecuencia de cambios sociales. Los
cambios pueden producirse porque se da una nueva legislación, pero también es posible que el
Derecho se adapte a las nuevas circunstancias sociales sin modificar su estructura o su forma, ya
que los conceptos jurídicos pueden permanecer inalterados en su forma pero pueden cambiar en
su función a través de su interpretación y aplicación.
b) La influencia del cambio jurídico en el cambio social: En este sentido se habla del Derecho como
factor o elemento que se anticipa a los cambios sociales. El Derecho es un producto social, pero
tanto en el proceso de su creación como una vez creado adquiere una relativa autonomía que
posibilita su incidencia en la realidad social de que se trate. Si la creación y aplicación del derecho
no fuera más que un mero reflejo mecánico de las relaciones sociales no podríamos hablar de
ningún tipo de influencia propia y específica del Derecho sobre la sociedad, éste no haría más que
asegurar o consolidar los cambios sociales previos.
Ahora bien, cuando el cambio de las normas no influye sobre ningún cambio social, ese modelo de
relación entre cambio social y cambio jurídico puede ser expresión de la falta de efectividad de
las normas jurídicas o bien, simplemente que las consecuencias sociales de los cambios jurídicos
no pueden ser consideradas como suficientemente relevantes como para calificarlos como
transformación o cambio social.
No obstante, existen posibilidades de que el Derecho juegue un papel importante, aunque a veces
indirecto, en la promoción del cambio social. En primer lugar, porque cuenta con estructuras que
están en la base de instituciones sociales que, éstas sí influyen directamente en el cambio. En
segundo lugar el Derecho cuenta con estructuras para promover el cambio social a través, por
ejemplo, de mesas de negociación u organizaciones que promocionan fines políticos
determinados. En tercer lugar, la promoción del cambio puede producirse a través de la imposición
de deberes jurídicos sobre los individuos, como por ejemplo, la imposición de impuestos
específicos para asegurar diferentes servicios públicos, o los derivados de las normas
antidiscriminatorias.
c) Cambios sociales sin cambios jurídicos: desde esta perspectiva se habla del Derecho como
obstáculo para el cambio social, como elemento conservador de un orden instaurado. Desde esta
perspectiva es posible referirse a la situación en que se encuentran algunas normas jurídicas que
no se adecúan a la evolución social.
Como subsistema social, el Derecho ha de analizarse a partir de su contextualización en el sistema
social, por lo que es importante partir de las relaciones entre éste y los restantes subsistemas
sociales: económico, político y cultural.
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 Enfermedades 3.- Derecho: su dimensión valorativa
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 Historia ordenadora de la conducta humana en sus variadas relaciones socialmente
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 Internet tanto ordenador esté permanentemente a la par con la realidad social, y
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en su cabal dimensión, interdisciplinariamente con las demás ciencias, de
 Mitologia
manera que sea estudiada integralmente, de forma tal que en la creación de
 Musica
derecho, no solo se considere el ámbito del valor formalista normativo que es
 Nutricion
necesario pero no suficiente, sino también esa fenomenología que se
 Otros presenta en la sociedad derivada de la misma exigencia del hombre para su
 Paleontologia desarrollo en sociedad.
 Politica
 Programacion 2.- Introducción
 Psicologia La necesidad de satisfacción de sus múltiples necesidades a lo largo de su
 Quimica proceso de evolución y desarrollo de la humanidad, hizo que el hombre se
 Recursos valga del derecho para sus propósitos por la exigencia social cada vez más
Humanos creciente conforme al avance de ese desarrollo social; entonces el derecho
 Redes como fenómeno social se deriva de una necesidad para la convivencia de la
 Religion persona humana en sociedad, en cuanto ordenadora de las relaciones
 Salud sociales, pues el ser humano necesita interactuarse o relacionarse con los
demás para desarrollarse como persona y satisfacer sus múltiples
necesidades básicas fundamentales y para cumplir determinados propósitos
 Sistemas o fines en su coexistencia natural e histórica.
Operativos
 Sociologia El derecho se haya dentro de los objetos culturales, pues como se dice “el
 Software ser humano construye sobre la base de la naturaleza, con el fin de
 Tecnologia modificarla o de modificarse a sí mismo. De esta suerte, la realidad cultural
 Turismo está conformada por todo lo “construido” por el ser humano, por ejemplo: un
 Zoologia aguja, un aeroplano, una señal de tránsito, un libro, la moral, la religión, el
Derecho, una teoría científica, una práctica social” (Aníbal Torres Vásquez,
Introducción al Derecho, Teoría General del Derecho, primera edición 1999,
p. 23). De ahí que la naturaleza que rodea al hombre le sirve de base para su
creación cultural. Así el derecho sirve al hombre en su relación con la
sociedad, y dentro de ella, la persona realiza u orienta su conducta hacia
determinados fines.

Siempre se ha dicho que el derecho debe guardar coherencia con la realidad


social la cual regula; sin la cual el derecho amenaza convertirse en un simple
mandato coercitivo sin tomar en cuenta la realidad imperante, la cultura de la
sociedad, los valores que subyacen de la conducta de los seres humanos, u
otros fenómenos que se presentan en la sociedad en su devenir histórico; por
eso el derecho sirve para regular la conducta de la persona humana en la
sociedad para alcanzar el orden social, la paz social, y ante el
quebrantamiento de ese orden el derecho se convierte así en un instrumento
para restablecer el mismo y con ello satisfacer uno de los principales valores,
que es la justicia, concebida en tiempo y lugar determinados en la sociedad
con influencia de otros determinados valores que imperan en la sociedad.

Cuando se crea el derecho sea a través de la regulación de una materia


determinada ha de tener su base en un determinado hecho social, y por
ende, en un valor subyacente; sino ha de caer casi inevitablemente en ese
divorcio del derecho con la realidad social, _a menos que dicho mandato
legal se legitime con su aplicación práctica_; entonces de allí la importancia y
su comprensión adecuada de este fenómeno social del derecho con la
realidad social y los valores imperantes.

Entonces la concepción del derecho se presenta en esta identidad como


norma jurídica positiva, que recoge un determinado hecho social, (relaciones
sociales) pero no cualquier hecho o conducta sino, los considerados dignos
de ser tutelados como valiosos por el ser humano, en virtud a
consideraciones valorativas realizadas por el hombre (como valor); por ello
esta concepción se concreta cuando la conducta del ser humano o los
hechos sociales por tener la particularidad de ser tan variados _y que
rebasan a una regulación de los supuestos normativos_, se presentarán a
medida que surjan esas nuevas relaciones sociales en virtud a
consideraciones valorativas realizadas por el hombre, y que por ser
repetitivos en el transcurso del tiempo y lugar determinado, se convertirá en
costumbre y por ende fuente de derecho, porque el hombre mismo le asigna
esa validez porque se deriva de su misma exigencia social tornándose en
eficaz, porque su validez va tener justamente su fundamento en su aplicación
práctica, lo que finalmente el derecho tratará de regular ese nuevo hecho
social en forma positiva, ordenándolo jurídicamente, y así sucesivamente.

Afirmamos entonces que en la creación del derecho, consagrado como


norma jurídica, no puede construirse al margen de la realidad social, o un
edificio jurídico que sea impuesto con determinados fines sin tener en cuenta
esa realidad, como tampoco puede constituirse un marco jurídico que no
tenga en cuenta las consideraciones valorativas realizadas por el hombre y
las que surjan de la sociedad en su evolución; pues el derecho no se acaba
en la norma jurídica positiva sino ha de servir a la sociedad inevitablemente
en una relación intrínseca e interdependiente en virtud de consideraciones
valorativas; es en este tema que desarrollo v pretendiendo únicamente
resaltar dicha relación.

3.- El Derecho y sociedad


La existencia del derecho en nuestra sociedad es innegable, como necesaria
para regular la conducta humana, en sus relaciones con los demás en la
sociedad, en la búsqueda de la satisfacción de sus variadas necesidades, y
realización de los objetivos que persiga como ser individual ontológicamente
libre, con respeto al derecho de los demás, pues en el ejercicio de sus
derechos para su desarrollo como persona humana son limitados, que
pueden sufrir determinadas restricciones en su ejercicio, pues también ha de
considerarse la vigencia de otros valores tan igual de merecedores dignos de
tutela, todo ello para fines del restablecimiento del orden social con
basamento en el derecho, y que cuan más basta sean las relaciones sociales
se van convirtiendo en complejas las relaciones o nuevas situaciones
jurídicas y como tal requerirá de mejores mecanismos de regulación y de
solución de conflictos.

Sabemos que a medida que se va desarrollando la sociedad, el derecho


como instrumento normativo regulador va quedando en cierta forma
desactualizado por decirlo de alguna manera, pues con el desarrollo social
permanente van surgiendo nuevas situaciones o relaciones jurídicas, que
requieren de nuevas formas de regulación y de solución de conflictos cuando
se presenten, que el derecho como supuestos normativos no tuvo previsión
inicialmente, lo que es natural, fenómeno social que se presenta
permanentemente fruto de su evolución histórica, pues la realidad como se
dice, rebasa el derecho.

Por tanto, las nuevas relaciones o situaciones con relevancia jurídica que se
presenten en la sociedad es innato e inherente a la sociedad en su proceso
histórico, y así lo vienen experimentando a lo largo de su evolución, claro
está que este desarrollo se realiza por la intervención de la persona humana,
como creador de sus múltiples relaciones para la satisfacción de sus
variadas y múltiples necesidades y para conseguir determinados propósitos,
y que en determinados contextos históricos de la sociedad son protegidos
por ella, pues a medida que el hombre realiza una valoración de los mismos,
desde el momento que le sirve a la persona en esos propósitos, el derecho
va cumpliendo su función no solo de regular esas nuevas relaciones sociales
o situaciones, sino de proteger determinados bienes dignos de tutela, porque
el hombre les ha atribuido determinado valor en cuanto le sirvan para sus
objetivos en su existencia social.

En cuanto cambia la sociedad en permanente evolución y desarrollo, el


derecho también cambia, o mejor dicho debe responder a las nuevas
relaciones sociales emergentes para cumplir una de sus funciones, la
imperancia de la justicia y el orden, y otros valores que también emergen de
esas relaciones y situaciones jurídicas, pues todo acto humano en cuanto le
sirve a sus propósitos es susceptible de ser valorado, más aún si se trata de
sus propias relaciones en su coexistencia con los demás y que el derecho los
va consagrando en su ordenamiento jurídico.

Así también la resolución judicial no debe estar fuera de ese contexto del
derecho, tanto en su creación jurídica y en su aplicación práctica, a través de
su jurisprudencia, y ha de constituirse en un mensaje, primero directamente a
los justiciables y sus abogados, con explicitación de las razones del porqué
se resuelve de determinada manera, y en segundo lugar, a la sociedad,
también destinataria del mensaje; así se vivenciará el derecho como
fenómeno social interdependiente del derecho con la realidad social con
defensa de determinados valores socialmente aceptados; y se evitará ese
divorcio que se señaló entre derecho positivo y realidad social, fenómenos
sociales en constante evolución, que considero debe tenerse una adecuada
comprensión como proceso histórico del derecho y sociedad, para alcanzar
determinados fines, contribuyendo el derecho a la preservación de la paz
social y la justicia como fin del derecho.

Por otro lado, se dice que el derecho no debe ser un obstáculo para los
cambios y desarrollo que se presente en la realidad social, y esto va en
consonancia con la concepción que se tenga del derecho; pues si aceptamos
que el derecho no solo es marco jurídico (como norma jurídica), sino también
que regula las relaciones sociales (como hecho social), y sobre todo el
derecho contiene en sí mismo elementos valorativos (como valor) que aspira
alcanzar; es más, también que tiene otros componentes sociales a ser
abordados, por ello se le considera en su dimensión pluridimensional,
entonces consideramos al derecho en su estudio con la realidad social, como
instrumento no solo para resolver los problemas que se presenten en la
sociedad, sino también que se convierta en un instrumento de cambio y
desarrollo para la sociedad, y no sólo meramente un regulador normativo;
caso contrario se convertiría sí en un verdadero obstáculo que frenaría el
desarrollo de nuevas relaciones o situaciones, las que de presentarse no
encontrarán una adecuada respuesta en el derecho. Si el derecho estaría a
la altura de las circunstancias sociales, la cuestión cambiaría y socialmente el
derecho cumpliría su función, y esto se cumpliría cuando se logre la debida
comprensión del fenómeno social del derecho en la dimensión anteriormente
descrita.

Además, que la aspiración del derecho no solo sirva para resolver los
conflictos sociales que se presenten, sino también debe ser concebida para
la prevención de los mismos; de manera que en la creación del derecho se
consolide cada vez mejor en cuanto a su eficacia como instrumento
regulador, pero como proceso permanente, de todos las actividades
humanas, sean económicas, sociales, comerciales, culturales, etc., pues la
idea del derecho preventivo requiere de un marco jurídico normativo eficaz
hacia ese objetivo, de manera que la noción del derecho como norma jurídica
positiva, tenga en cuenta los hechos sociales como vivencias del ser humano
en sociedad, por ser la persona quien le atribuye una valoración, y porque es
conciente que con ello aspira también alcanzar la realización de otros valores
sociales.

4.- Derecho: su dimensión valorativa


El derecho construido que aspira alcanzar determinadas finalidades, y una de
ellas la realización de la justicia, será concebida ésta la que está conforme a
ciertos patrones de conducta socialmente aceptado en la sociedad y
consagrados en la normatividad jurídica, y dependerá de la noción que se
tenga de ella en cierto momento y lugar histórico de la sociedad.

La dimensión valorativa está presente en el derecho en su permanente


evolución y desarrollo; cuando se concibe el derecho no simplemente como
mandato coercible, es preciso reconocer su carácter ético. Así como la
eticidad está enraizada en la naturaleza del ser humano, quien es libre y
responsable de sus actos, así también esa eticidad está arraigado en el
derecho, es decir en la parte de los valores que se aspira alcanzar, y entre
ellos, en la justicia. Es verdad también que los valores humanos que vienen
consagrados, como la libertad, igualdad, derecho, deber, sanción,
responsabilidad, entre otros, que siendo positivados en el ordenamiento
jurídico a su vez se integran y complementan, porque conllevan
intrínsecamente su eticidad, pues no se concibe la existencia de éstos al
margen de su concepción valorativa por el ser humano.

Como se dijo, las relaciones humanas en la sociedad exige que el derecho


sea a la par un instrumento de cambio y desarrollo social y que no se
constituya en un obstáculo para su desarrollo o la aparición de nuevos
patrones de conducta socialmente aceptados; en la que los valores de
democracia y derecho, consiga la realización teleológica de nuestra
concepción de la Constitución del Estado, hacia qué modelo de sociedad
deseamos, y en todos los aspectos de la vida humana; una convivencia
ordenada donde impere el respeto por la persona humana y su dignidad, la
libertad e igualdad, la crítica, la reflexión, la solidaridad humana, etc.

Así, en la resolución de los conflictos sociales ha de realizarse también


teniendo en cuenta la conducta humana, y esta corresponde al ser ontológico
y libre de desenvolver su conducta conforme a sus necesidades y
requerimientos; y recuérdese que cada conducta desvalorada conlleva una
cualificación valorativa al momento que son juzgadas; de allí que el derecho
en su dimensión valorativa es necesaria e imprescindible, para la
preservación de la paz social, el bien común y la justicia. Por ello las
conductas humanas cuando atentan a esos fines, el derecho se dinamiza
para restablecerlo; siendo el derecho por tanto, un fenómeno social que
conduce la sociedad a determinados fines socialmente aceptados por ella, en
defensa de determinados valores imperantes; entonces, estos valores
socialmente aceptados se convierten en una brújula, por decirlo de alguna
manera, para sopesar las conductas antisociales o desvalorativas.

De aquí entonces podemos afirmar que cuando la verdad no se logra


encontrar en la búsqueda de la solución de conflictos a nivel jurisdiccional, la
justicia no llega a su cabal finalidad, lo que contribuye a incentivar un
desvalor o antivalor, opuesto a la justicia, lo que no contribuye a la paz social
y el restablecimiento del orden o que el derecho no cumple su finalidad, sino
por el contrario a deslegitimarla.

Por ello, esa dimensión valorativa, _que como referentes o pautas que
orientan el comportamiento humano hacia la adaptación a las
transformaciones sociales y la realización de la persona_, se debe
materializar justamente en el derecho como medio para concretizar el valor
justicia, en su dimensión aplicativa y creativa.

5.- A manera de Conclusión


De lo desarrollado brevemente, podemos resumir lo siguiente:
a) Existe una relación intrínseca entre el derecho y la realidad social; así
también entre la creación del derecho como norma jurídica con los cambios
sociales producidos en esa realidad fenomenal. Así, en tanto más sea el
desarrollo alcanzado por la sociedad más acelerado será el desarrollo del
derecho derivada de la misma exigencia social. Por ello, el derecho no se
reduce a la norma jurídica, sino que se propende a la creación de un derecho
en su verdadera dimensión con la realidad social y fenómenos que subyacen
de ella, es decir teniendo en cuenta el ser humano y sus requerimientos en
sociedad. El derecho, en tanto objetivamente contextualizado debe ser
construido teniendo como base esa fenomenología, en el devenir histórico de
la sociedad, donde emergen los valores atribuidos por el hombre derivado de
sus múltiples actividades humanas para la satisfacción de sus necesidades,
por ser necesarios para su convivencia ordenada en sociedad.

b) En la creación del derecho, se debe propender a que responda a los


fenómenos que se presenten en la sociedad en permanente evolución, que
sea instrumento que se valga el hombre para regular y proteger esos
fenómenos con relevancia jurídica atribuidos por el mismo y que sean dignos
de tutela, haciendo que el derecho se convierta en instrumento para poder
conducirlo y reconstruirlo encausándolo a su desarrollo como proceso
permanente, que sea el derecho elemento activo para moldear el cambio y
desarrollo social, es más, que pueda ser concebida en cuanto a su eficacia,
también para la prevención de conflictos en todas las actividades humanas,
sean económicas, sociales, comerciales, culturales, etc., tratando de evitar la
judicialización de dicha problemática, y que ésta sea, la última ratio; por ello,
justamente se concibe al derecho como objeto cultural, es decir como
creación del hombre hacia determinadas finalidades.
Relacion Entre El Derecho y La Sociedad (Trabajo)
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