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Agente causal :

Los humanos se infectan por varias especies de protozoarios del género Entamoeba,
pero no todos se asocian con la presencia de enfermedad. Entamoeba histolytica está
bien reconocida como una amiba patógena, asociada con infecciones intestinales y
extraintestinales. Al realizar las investigaciones diagnósticas es importante diferenciar
las otras especies que pueden confundirse con E. histolytica.

La infección por Entamoeba histolytica ocurre por la ingestión de quistes


maduros en alimentos, agua o manos contaminadas con heces. La
eclosión ocurre en el intestino delgado liberando a los trofozoítos, que
migran al intestino grueso. Los trofozoítos se multiplican por fisión binaria y
produce quistes , los cuales son excretados en las heces . Por la protección
que confiere la pared del quiste, este puede sobrevivir días en ambiente
externo y ser responsable de la transmisión (los trofozoítos se excretan en las
heces diarreicas, pero se destruyen rápidamente fuera del cuerpo y si fueran
ingeridos no sobreviven al ser expuestos al ambiente gástrico). En muchos
casos, los trofozoítos se mantienen confinados al lumen intestinal ( : infección
no invasiva) de los individuos que se convierten en portadores asintomáticos,
que excretan los quistes en heces. En algunos pacientes los trofozoítos
invaden la mucosa intestinal ( : infección intestinal), o a través del torrente
sanguíneo, en sitios extraintestinales como son hígado, cerebro y pulmones (
: infección extraintestinal). Se ha establecido que las formas invasivas y no
invasivas representan dos diferentes especies, respectivamente E.
histolytica y E. dispar, sin embargo, no todas las personas que están
infectadas con E. histolytica presentan la infección invasiva. Estas dos
especies son morfológicamente indistinguibles. La transmisión se presenta
también por contacto sexual (en cuyo caso tanto los quistes como trofozoítos
son infectantes).

CARACTERISTICAS

Entamoeba histolytica es un protozoo parásito anaerobio con forma ameboide, como su


nombre lo indica, dentro del género Entamoeba. Es patógeno para el humano y para los
cánidos, causando amebiasis incluyendo colitis amébica y absceso hepático

La infección por E. histolytica puede desarrollarse de forma asintomática o puede producir


alguna de las enfermedades ya mencionadas. La mayoría de infecciones que se producen son
asintomáticas, pero cuando se producen infecciones invasivas, estas conllevan consecuencias
muy graves para el huésped. Por ejemplo, la colitis amébica es una de las principales causas
de diarrea en el mundo, sobre todo en países en vías de desarrollo donde es clasificada en el
top 15 de las causas de diarrea durante los primeros dos años de vida. Además, este
patógeno también puede causar infecciones extraintestinales, mayormente abscesos
hepáticos, que provocarán complicaciones mucho más graves que pueden incluso llevar a la
muerte. Por estas razones, y por su facilidad de diseminación y contagio, es clasificado dentro
de la categoría B de patógeno de prioridad de biodefensa por el National Institute of Allergy
and Infectious Diseases (NIAID).12

Signos y síntomas
Las personas no infectadas son asintomáticas, pero eliminan quistes en forma crónica a
través de las heces. Los síntomas que ocurren con la invasión tisular incluyen

 Diarrea y estreñimiento intermitentes

 Flatulencia

 Dolores cólicos abdominales

El paciente puede presentar dolor a la palpación del hígado o el colon ascendente, y las
heces contienen moco y sangre.

Disentería amebiana
Esta forma, habitual en los trópicos, se manifiesta con episodios frecuentes de heces
semilíquidas que suelen contener sangre, moco y trofozoítos vivos. Los hallazgos
abdominales van desde dolor leve a la palpación hasta dolor abdominal franco con fiebre
elevada y síntomas sistémicos tóxicos. El dolor a la palpación abdominal suele asociarse
con colitis amebiana.

En las recidivas, los síntomas disminuyen hasta convertirse en cólicos repetitivos y


deposiciones blandas, aunque también pueden producirse emaciación y anemia. El paciente
puede manifestar síntomas compatibles con apendicitis. En estos casos, la cirugía puede
promover la diseminación peritoneal de las amebas.

Infección amebiana crónica


La infección amebiana crónica puede simular una enfermedad inflamatoria intestinal y
manifestarse con diarrea no disentérica intermitente asociada con dolor abdominal, moco,
flatulencias y pérdida de peso. La infección crónica también puede manifestarse con
tumores palpables dolorosos o lesiones anulares (amebomas) en el ciego y el colon
ascendente.

Enfermedad amebiana extraintestinal


La enfermedad amebiana extraintestinal se origina en la infección colónica y puede
comprometer todos los órganos, aunque el absceso hepático es la forma más frecuente.

El absceso hepático suele ser único y en el lóbulo derecho. Puede manifestarse en


pacientes sin síntomas previos, es más común en hombres que en mujeres (7:1 a 9:1) y
puede desarrollarse de manera insidiosa. Los síntomas asociados con esta forma de la
enfermedad son dolor o molestias sobre el hígado que a veces se irradia al hombro derecho,
además de fiebre intermitente, sudoración, escalofríos, náuseas, vómitos, debilidad y
pérdida de peso. La ictericia, si aparece, es inusual y leve. El absceso puede perforar el
hígado e ingresar en el espacio subfrénico, la cavidad pleural derecha, el pulmón derecho u
otros órganos adyacentes (p. ej., el pericardio).
En la infección crónica, a veces se detectan lesiones cutáneas, en especial alrededor del
periné y los glúteos, que también pueden encontrarse en pacientes con heridas traumáticas
o incisiones quirúrgicas.
Diagnóstico
 Infección intestinal: examen microscópico, enzimoinmunoensayo de las heces y/o
pruebas serológicas

 Infección extraintestinal: estudios de diagnóstico por la imagen y pruebas serológicas


o una prueba terapéutica

La amebiasis no disentérica puede confundirse con el síndrome de intestino irritable, la


enteritis regional o la diverticulitis. Un tumor en el hipocondrio derecho también puede
confundirse con un cáncer, la tuberculosis, la actinomicosis o el linfoma.

La disentería amebiana puede diagnosticarse erróneamente como shigelosis, salmonelosis,


esquistosomiasis o una colitis ulcerosa. En la disentería amebiana, las deposiciones suelen
ser menos frecuentes y menos acuosas que en la disentería bacilar. Las heces contienen en
general moco e hilos de sangre. A diferencia de lo observado en la shigelosis, la
salmonelosis y la colitis ulcerosa, las heces de la colitis amebiana no contienen grandes
cantidades de leucocitos, porque los trofozoítos los destruyen.

La amebiasis hepática y el absceso amebiano deben distinguirse de otras infecciones y


tumores hepáticos.

El diagnóstico de amebiasis se confirma al hallar trofozoítos amebianos o quistes en las


heces o los tejidos; no obstante, la E. histolytica patógena tiene características morfológicas
indistinguibles de las especies no patógenas E. dispar y E. moshkovskii. Los inmunoensayos
que detectan los antígenos de E. histolytica en las heces son sensibles y específicos y se
realizan para confirmar el diagnóstico. Los ensayos de detección de DNA específicos
para E. histolytica están disponibles en laboratorios de diagnóstico de referencia.
Las pruebas serológicas son positivas en

 Aproximadamente el 95% de los pacientes con un absceso hepático amebiano

 > 70% de aquellos con infección intestinal activa

 10% de los portadores asintomáticos

El enzimoinmunoensayo (EIA) es la prueba serológica empleada con mayor frecuencia. Los


títulos de anticuerpos pueden confirmar la infección por E. histolytica, pero pueden persistir
varios meses o años, lo que impide la diferenciación entre la infección aguda y pasada en
los residentes de áreas con prevalencia elevada de la infección. Por lo tanto, las pruebas
serológicas son útiles cuando se considera menos probable una infección previa (p. ej., los
viajeros a zonas endémicas).

Infección intestinal amebiana


La identificación de las amebas puede requerir el examen de 3 a 6 muestras de heces y
métodos de concentración (ver Recolección y manipulación de las muestras para el
diagnóstico microscópico de las infecciones parasitarias*). Los antibióticos, los antiácidos,
los antidiarreicos, los enemas y los medios de contraste radiológico intestinal pueden
interferir con la recuperación de los parásitos y no deben administrarse hasta después del
examen de las heces. E. histolytica debe diferenciarse de E. dispar y E. moshkovskii, así
como de otras amebas no patógenas como E. coli, E. hartmanni, Endolimax
nana e Iodamoeba bütschlii. Los análisis moleculares basados en PCR y el
enzimoinmunoensayo para antígenos fecales son más sensibles y diferencian a E.
histolytica de los no patógenos.
En los pacientes sintomáticos, la rectoscopia suele mostrar las lesiones mucosas
características en forma de ánfora, que deben aspirarse y examinarse en busca de
trofozoítos. Las muestras de biopsia de las lesiones rectosigmoideas también pueden
mostrar trofozoítos.

Infección extraintestinal amebiana


La infección amebiana extraintestinal es más difícil de diagnosticar. El examen de las heces
suele ser negativo y, en general, resulta difícil recuperar trofozoítos del pus aspirado. Si se
sospecha un absceso hepático, deben solicitarse una ecografía, una TC o una RM, que
tienen sensibilidades similares, aunque ninguna técnica puede distinguir con certeza el
absceso amebiano del piógeno.

La aspiración con aguja está reservada para lo siguiente:


 Lesiones de etiología incierta

 Aquellos en los que la rotura parece inminente

 Aquellos que responden en forma escasa a la terapia con medicamentos

Los abscesos contienen material semilíquido espeso de color amarillento a marrón


achocolatado. Una biopsia con aguja puede revelar tejido necrótico, pero las amebas
móviles son difíciles de hallar en el material del absceso y los quistes amebianos no están
presentes.

Una prueba terapéutica con un amebicida suele ser la herramienta diagnóstica más útil para
confirmar un absceso hepático amebiano.

Perlas y errores

 El examen microscópico de las heces suele ser negativo en pacientes con amebiasis
extraintestinal.

Tratamiento
 En un principio, metronidazol o tinidazol

 A continuación, yodoquinol, paromomicina o furoato de diloxanida para la erradicación


del quiste

Para los síntomas gastrointestinales y la amebiasis extraintestinal, se usa uno de los


siguientes :
 Metronidazol por vía oral 500 a 750 mg tres veces al día (entre 12 y 17 mg/kg 3 veces
al día en los niños) durante 7 a 10 días

 Llos adultos pueden recibir 2 g de tinidazol por vía oral 1 vez al día (50 mg/kg
[máximo 2 g] por vía oral 1 vez al día en los niños > 3 años) durante 3 días para los
síntomas GI leves a moderados, 5 días para los síntomas GI graves y 3 a 5 días para
el absceso amebiano hepático

El metronidazol y el tinidazol están contraindicados durante el embarazo. Debe evitarse el


alcohol debido a que estos fármacos tienen efecto disulfirámico. En términos de efectos
adversos gastrointestinales, el tinidazol generalmente se tolera mejor que el metronidazol.

El tratamiento de los pacientes con síntomas GI significativos también debe ocuparse de la


reposición hídrica con líquidos y electrolitos y otras medidas de sostén.
Si bien el metronidazol y el tinidazol tienen cierto nivel de actividad contra los quistes de E.
histolytica, no son suficientes para erradicar los quistes. En consecuencia, se utiliza un
segundo fármaco para erradicar los quistes residuales en el intestino.
Las opciones para la erradicación del quiste son

 650 mg de yodoquinol por vía oral 3 veces al día después de las comidas en adultos
(10 a 13 mg/kg [máximo 2 g/día] por vía oral 3 veces al día en los niños) durante 20
días

 8 a 11 mg/kg de paromomicina por vía oral, 3 veces al día con las comidas, durante 7
días

 500 mg de furoato de diloxanida por vía oral 3 veces al día en adultos (7 mg/kg por
vía oral 3 veces al día en los niños) durante 10 días

El furoato de diloxanida no se comercializa en los Estados Unidos.

Los pacientes asintomáticos que eliminan quistes de E. histolytica deben tratarse con
paromomicina, yodoquinol o furoato de diloxanida (véase sección anterior para conocer las
dosis) para prevenir el desarrollo de enfermedad invasora y la diseminación a otros sitios del
cuerpo y a otras personas.
Las infecciones por E. dispar o E. moshkovskii no requieren tratamiento. No obstante, si no
se cuenta con la prueba que busca el antígeno fecal o un ensayo basado en PCR para
distinguirlas de E. histolytica, la decisión de tratar al paciente se basa en la evaluación
clínica (p. ej., en la probabilidad de exposición a E. histolytica).
Prevención
Debe prevenirse la contaminación de alimentos y agua con heces humanas, aunque este
problema se complica debido a la incidencia elevada de portadores asintomáticos. En las
regiones en vías de desarrollo resulta importante evitar el consumo de alimentos crudos,
como ensaladas y vegetales, y el agua y el hielo potencialmente contaminados. La ebullición
del agua destruye los quistes de E. histolytica. La eficacia de la desinfección química con
compuestos yodados o clorados depende de la temperatura del agua y de la cantidad de
detritos orgánicos en ella. Los filtros portátiles ofrecen diversos grados de protección.
En la actualidad se encuentra en desarrollo una vacuna, aunque todavía no está disponible.

Conceptos clave
 E. histolytica por lo general causa disentería, pero a veces produce abscesos
hepáticos.
 Diagnosticar la infección amebiana intestinal mediante pruebas de antígeno en
heces o microscopia.

 Diagnosticar la infección amebiana extraintestinal mediante pruebas


serológicas, que son más útiles cuando se considera poco probable una
infección anterior (p. ej., en viajeros a zonas endémicas), o un ensayo
terapéutico de un amebicida.

 Tratar con metronidazol o tinidazol para eliminar las amebas, seguido por
yodoquinol o paromomicina para matar los quistes del intestino.

NOTA: Esta es la versión para profesionales. PÚBLICO GENERAL: Hacer


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Generalidades sobre las infecciones por protozoos intestinales y microsporidios

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Infecciones intestinales de transmisión sexual

Causas de hepatitis

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DIAGNOSTICO: INFECCION INTESTINAL AMEBIANA

INFECCION EXTRAINTESTINAL AMEBIANA

La amebiasis es la infección por Entamoeba histolytica. En general, es


asintomática, pero sus síntomas pueden ir desde diarrea leve hasta disentería
grave. Las infecciones extraintestinales pueden manifestarse como abscesos
hepáticos. El diagnóstico consiste en la identificación de la E. histolytica en
muestras de heces o con pruebas serológicas. El tratamiento de la enfermedad
sintomática es metronidazol o tinidazol, seguido de paromomicina u otros
fármacos activos contra los quistes en la luz.

Fisiopatología
Las especies de Entamoeba se presentan en 2 formas:
 Trofozoíto

 Quiste


En un principio, metronidazol o tinidazol

 A continuación, yodoquinol, paromomicina o furoato de diloxanida para la erradicación


del quiste

Para los síntomas gastrointestinales y la amebiasis extraintestinal, se usa uno de los


siguientes :
 Metronidazol por vía oral 500 a 750 mg tres veces al día (entre 12 y 17 mg/kg 3 veces
al día en los niños) durante 7 a 10 días

 Llos adultos pueden recibir 2 g de tinidazol por vía oral 1 vez al día (50 mg/kg
[máximo 2 g] por vía oral 1 vez al día en los niños > 3 años) durante 3 días para los
síntomas GI leves a moderados, 5 días para los síntomas GI graves y 3 a 5 días para
el absceso amebiano hepático

Diagnóstico
 Infección intestinal: examen microscópico, enzimoinmunoensayo de las heces y/o
pruebas serológicas

 Infección extraintestinal: estudios de diagnóstico por la imagen y pruebas serológicas


o una prueba terapéutica

Endolimax nana es un parásito comensal exclusivo del intestino humano, es decir, vive a
expensas del hombre, mas no le ocasiona daño

Endolimax nana es otra ameba saprofita de transmisión fecal-oral. Los quistes tienen un
tamaño entre 6 y 10 micras y los trofozoítos entre 8 y 12 micras. ... La transmisión al
humano se produce con la ingesta alimentos contaminados con quistes de amebas, o
bien por el contacto directo con fómites o manos contaminadas.

La transmisión al humano se produce con la ingesta alimentos contaminados con


quistes de amebas, o bien por el contacto directo con fómites o manos contaminadas.
La transmisión de la enfermedad es más frecuente en países con bajos recursos
sanitarios y también en la población con relaciones sexuales de tipo fecal-oral.

Una vez que el hombre ha ingerido los quistes, éstos se transforman en trofozoítos en
el tubo digestivo, principalmente en el colon, donde invaden la mucosa intestinal
provocando la enfermedad y, eventualmente, migrando por el sistema porta
al hígado y desde allí a otras localizaciones sistémicas (cerebro, hueso, etc).
Los trofozoítos, a lo largo de su paso por el intestino grueso, se transforman
nuevamente en quistes que son eliminados con la deposición. En las infecciones
intestinales quistes y trofozoítos se eliminan en las heces.

El diagnóstico de certeza se hace mediante la demostración de los trofozoítos de E.


histolytica en las heces, el colon, la pared del absceso hepático o en cualquier otra
localización. Las muestras de heces deben estudiarse en fresco e inmediatamente
después de su recolección, pudiendo visualizar los trofozoítos en movimiento.

Igualmente, se pueden realizar técnicas de detección molecular (PCR) o detección de


antígenos en las heces u otras muestras, con una gran sensibilidad y especificidad.

En los abscesos hepáticos no suele ser preciso realizar una punción diagnóstica del
absceso, tan sólo en aquellos casos con serología negativa y sin respuesta al
tratamiento médico. La biopsia debe realizarse en los bordes del absceso ya que en el
contenido pueden no encontrarse trofozoítos.

Iodamoeba bütschlii es una ameba relacionada con el género Entamoeba. Es


un parásito comensal exclusivo del intestino humano, es decir, vive a expensas del hombre;
mas no le ocasiona daño. Aunque no causa enfermedades en el ser humano, es un buen
marcador de contaminación oral-fecal por los alimentos o agua en las poblaciones en donde
sus habitantes se les detecten el parásito.

Morfología[editar]
Es un poco mayor que la pequeña E. nana, mide unos de 10 μm. Tiene dos estados de
desarrollo, uno trofozoíto y otro quiste.

Ciclo biológico
Al igual que ocurre con muchas amebas que no son patógenas, el ciclo de
vida de Iodamoeba bütshclii es de tipo directo (monoxénico). Esto quiere
decir que para su desarrollo, este parásito solo requiere de un huésped: el
ser humano.

Sintomatología
Iodamoeba bütschlii es un parásito que en la mayoría de los casos no
ocasiona ninguna patología. Sin embargo, en casos especiales, puede traer
como consecuencia que se desarrolle un proceso patológico de tipo
diarreico.

En este caso, se presentan los siguientes síntomas:

 Evacuaciones frecuentes, en algunos casos de consistencia líquida.


 Dolor abdominal agudo
 Cefalea intensa
 Malestar general
 Flatulencia
 Distensión abdominal

Diagnóstico

El diagnóstico de la infección por Iodamoeba bütschlii se realiza mediante


un examen de heces, en el que a través de la observación en el
microscopio es posible detectar las formas infecciosas del protozoario, es
decir, los quistes.

Así mismo, existen otros procedimientos un poco más específicos, en los


cuales a través de técnicas de sedimentación y de centrifugación se pueden
obtener ejemplares, ya sea de quistes o de trofozoitos.

Es importante destacar que la realización de un único examen de heces con


resultados negativos no excluye totalmente la presencia del parásito. Es de
vital importancia la realización de exámenes seriados, de manera tal que la
especificidad sea mayor y así llegar a un diagnóstico acertado.
Así mismo, la pericia y experiencia de la persona encargada de la
realización

Tratamiento
Iodamoeba bütschlii es un protozoario que, de manera general, no causa
ningún tipo de sintomatología en el ser humano. Cuando su hallazgo en
algún examen de heces es casual y no está relacionado a ningún síntoma,
la opción a seguir es no recomendar ningún tratamiento.

Tratamiento

Si tienes Blastocystis hominis sin signos o síntomas, entonces no necesitas


tratamiento. Los signos y síntomas leves pueden mejorar por sí solos después de
unos pocos días.

Los posibles medicamentos para tratar el Blastocystis hominis incluyen:

 Antibióticos, tales como metronidazol (Flagyl) o tinidazol (Tindamax)

 Medicamentos combinados, como sulfametoxazol y trimetoprima (Bactrim,


Septra, otros)

 Medicamentos antiprotozoarios, como la paromomicina o la nitazoxanida


(Alinia)
TRATAMIENTO

Los posibles medicamentos para tratar el Blastocystis hominis incluyen: Antibióticos,


tales como metronidazol (Flagyl) o tinidazol (Tindamax) Medicamentos combinados, como
sulfametoxazol y trimetoprima (Bactrim, Septra, otros) Medicamentos antiprotozoarios,
como la paromomicina o la nitazoxanida (Alinia).

l Blastocystis es un parásito, un organismo microscópico unicelular (protozoo). ... No


está claro si el Blastocystis causa alguna enfermedad. La mayoría de las personas que
portan el organismo no tienen signos ni síntomas, pero también se encuentra en personas
que tienen diarrea y otros problemas digestivos.

COMO SE TRANSMITE

De acuerdo con algunas investigaciones el Blastocystis se transmite entre animales y


humanos por la ingestión de quistes, presentes en aguas o alimentos contaminados con
materia fecal procedente de un portador, por lo tanto se puede encontrar en animales y
seres humanos.

CICLO BIOLOGICO El conocimiento del ciclo biológico y la transmisión está en


investigación, por lo que se presenta una propuesta del ciclo biológico de B.
hominis. La forma clásica que se encuentra en las heces de humanos es el
quiste, que varía extensamente en tamaño de 6 a 40 μm . El quiste de
pared gruesa presente en las heces se cree que es el responsable de la
transmisión externa posiblemente por vía fecal-oral a través de la ingestión de
agua y comida contaminadas . Los quistes infectan las células epiteliales del
tracto digestivo y se multiplican asexualmente ( , ). La forma vacuolar del
parásito da origen a la forma multi-vacuolar y la forma ameboidea . La
forma multi-vacuolar se desarrolla en un pre-quiste que da origen al quiste
de pared delgada , que se cree que es responsable de la autoinfección. La
forma ameboidea da lugar al pre-quiste , que se desarrolla en el quiste de
pared gruesa por medio de la esquizogonia . El quiste de pared gruesa se
excreta en las heces .

Algunos de los signos y síntomas que se asocian con


el Blastocystis hominis son:
 Diarrea líquida.
 Náuseas.
 Dolor abdominal.
 Hinchazón.
 Exceso de gases (flatulencia)
 Pérdida de apetito.
 Fatiga.

DIAGNOSTICO
La identificación microscópica puede ser complicada por la variedad de formas con las
que el organismo aparece en muestras fecales. El diagnóstico de laboratorio
de Blastocystis sp. en nuestro medio se basa en la observación de muestras fecales al
microscopio óptico con lugol parasitológico, eosina o solución salina

ENTEROBACTEREA

EROBACTERIAS: CARACTERÍSTICAS GENERALES

 Grupo muy homogéneo de gamma Proteobacterias


 Bacilos Gram negativos no esporulados
 Anaerobios facultativos
 Oxidasa negativo y Catalasa positivo
 Fermentadores de azúcares: Ácido mixta (E. coli, Shigella, Salmonella) o
Butilenglicólica ( Enterobacter, Klebsiella, Serratia )
 Productores de Toxinas ( Exo y Endotoxinas)
 Indicadores de contaminación fecal ( Colimetría)
 Importancia médica
 Distribución universal en suelos, agua, plantas, frutos , animales….
 Géneros representativos: Salmonella, Escherichia, Shigella, Proteus Serratia, Yersinia, Klebsiella,
Enterobacter

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