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La Complejidad del Amor 1

LA COMPLEJIDAD DEL AMOR

El amor interesa a cada ser humano, cualquiera sea su condición.


Los educadores, psicólogos, médicos y dirigentes religiosos se
preocupan particularmente por los diversos aspectos de este problema.
La Universidad Católica de Lovaina fue la primera en crear un Instituto
de Sexologia.
Si hay un asunto importante es éste, pues el hombre, por más que lo
niegue, actúa más a menudo impulsado por los sentimientos que por la
razón. Las convicciones intelectuales no conducen siempre a una
decisión y a la acción correspondiente.
El amor es el fundamento de las relaciones humanas. Su ausencia
torna muy difícil, si no imposible, la vida común. El amor da a la vida su
verdadero sentido. Además, la intensidad de este sentimiento produce
importantes consecuencias de orden moral y espiritual.
Quisiéramos, en el transcurso de estas páginas, hacer un estudio
profundo de los diferentes aspectos del amor, porque vivimos en un
mundo que lo aniquila. Nuestra vida materialista y mecanizada hace
sentir todavía más al hombre su profunda soledad. Las grandes
colectividades tienden a asfixiar la personalidad, a falsificar las
relaciones auténticas entre los hombres, y a provocar el estallido del
individuo que se encuentra, de ese modo, desarticulado, mutilado y en la
imposibilidad de construir una vida profunda y armoniosa.
Nuestros contemporáneos ciertamente no ignoran la importancia del
amor, pero su presentación se reduce muy a menudo a su aspecto
orgánico. Se dejan de lado los otros elementos mucho más importantes,
que condicionan sus manifestaciones psicológicas.
La palabra amar tiene significados bien diferentes: se ama el
deporte, la música, a un ser humano, al país, etc. Se ama a Dios también.
Esta diversidad de sentimientos es sólo aparente, pues hay en todos los
casos un elemento común: el sentimiento de que hay un vacío que llenar,
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ya sea que se trate del alimento, el placer, la comunidad o la vida
espiritual.

El amor

Amar es depender de alguien o de algo. Es tener necesidad de un


ser humano o divino, de su presencia, de su aprobación. Es desear un
objeto, dinero o ambiente; es sentir la necesidad de una actividad
científica, social o política. El amor es totalmente incompatible con el
espíritu de independencia. Por eso ha cambiado hasta la idea que se tenía
del matrimonio. No se lo considera más como la unión de dos seres que
tienen funciones y responsabilidades diferentes, sino como la relación de
dos socios que tienen gustos e intereses comunes. Ya no permanecen
juntos si se sienten frustrados por lo que reciben en comparación con lo
que dan.
Amar es elegir. Elegir entre los padres o el cónyuge; entre los
amigos, la patria o una causa; entre un ser humano y Dios. Un amor
profundo nos obliga a elegir, a establecer una escala de valores. Dios
declara: "El que ama a padre o madre más que a mí, no es digno de mí"
(S. Mateo lo: 37). Y agrega: "Honra a tu padre y a tu madre" (Exodo 20:
12). Los amores no se excluyen; se subordinan. Nos corresponde, pues,
ubicar cada sentimiento en su verdadero lugar.
Por lo tanto, el amor no puede ser considerado como un simple
impulso sentimental, sino como un principio de vida que implica el uso
de la razón y el hábito de la reflexión. Es un don consciente, permanente,
que inspira nuestras acciones. Es un estado del alma que impulsa nuestra
vida y la dirige de una manera precisa.
Amar es sufrir. Sufrir a causa de nuestra necesidad de lo absoluto y
la perfección. El que ama nunca quedará satisfecho con la felicidad
limitada que ofrece al ser amado, o de la forma restringida como sirve la
causa a la cual se ha consagrado. Es el grito de angustia del apóstol San
Pablo: "Porque no hago el bien que quiero" (Romanos 7:19). Eso prueba
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que la voluntad, poder de decisión, interviene en el amor no solamente
en el momento de la elección, sino también en la conservación de esta
decisión a lo largo de los años. ¡Cuántas personas creen que ya no aman
cuando comienzan a sufrir! Su amor era una falsa bienaventuranza. No
se sufre por los que nos resultan indiferentes.
El sufrimiento puede también provenir de una expectativa frustrada:
la madre que echa de menos a su hijito, la falta de correspondencia
afectiva del ser amado, el silencio de Dios.
Un psicoanalista norteamericano enumeró los aspectos esenciales
de nuestro comportamiento cuando somos dirigidos por el amor, sea cual
fuere su objeto. 1

El interés
El amor es un interés intenso por la vida. Consiste en hacer algo por
los que se ama. El amor y la acción son inseparables. Posiblemente
conozcamos la historia del principito de Saint-Exupéry. Oigámosle
hablar de su rosa: "Sin duda que un transeúnte común creerá que mi rosa
se os parece. Pero ella es más importante que todas vosotras, pues es la
que yo he regado. Pues es la que puse dentro de un globo. Pues es la que
protegí detrás del biombo. Pues es la que limpié de orugas. Pues es la
que he escuchado quejarse, alabarse, y a veces callarse. Pues es mi rosa".
El zorro, que escuchaba atentamente, añadió esta observación notable:
"El tiempo que perdiste cuidando tu rosa la hace tan importante". 2

La responsabilidad
Muy a menudo se piensa que la responsabilidad es una pesada
obligación. Pero, en esencia, es un acto voluntario, maravilloso. Es
nuestra respuesta a la invitación del otro. Es constituirse en garante. El
mismo zorro, al dirigirse al principito tan enamorado de su rosa, le dijo:
"Eres eternamente responsable de lo que has cuidado. Eres responsable
de tu rosa". 3
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El respeto
Es la facultad de considerar a alguien con humildad, de ser
consciente de su individualidad, de su originalidad, de su valor.
Nuevamente el principito declara: "Era sólo un zorro semejante a todos
los demás, pero lo hice mi amigo y ahora es único en el mundo''. 4
Respetar es aceptar a alguien tal como es, sin exigir que se ajuste a
nuestras concepciones y a nuestros deseos.

El conocimiento
Se trata de un conocimiento que va más allá del aspecto exterior y
que penetra hasta la plenitud del ser. "Sólo se ve bien con el corazón. Lo
esencial es invisible a los ojos". 5 Sentimos que el amor así entendido "es
la única respuesta satisfactoria al problema de la existencia humana" 6
porque abarca simultáneamente las cosas, los individuos, la vida de la
pareja y la experiencia espiritual.
En el amor intervienen varios elementos. En primer lugar el
elemento físico, que puede ser sexual. A continuación el psíquico: el
eros. Se toma a menudo el término erótico en un sentido demasiado
limitado, es decir, se lo equipara a la pornografía. Pero es erótico todo lo
que concierne al aspecto psíquico de este sentimiento. Ciertamente
incluye a menudo un apoyo fisico, pero no forzosamente genital.
Finalmente, el elemento espiritual: el agapé (amor altruista), que pone en
acción la parte más noble de la persona. Estos tres elementos intervienen
separadamente o en conjunto según las circunstancias y los individuos.
El amor presenta diferentes aspectos. En primer lugar, el amor que
brindamos a un ser. Luego, en reciprocidad, el amor que recibimos y que
nos hace responsable del que nos brinda el otro. Eso ya supone un
intercambio, una comunión.
La reciprocidad no es indispensable para el desarrollo de un amor
auténtico. Ha habido quienes han amado en secreto durante toda la vida
sin haberse atrevido jamás a expresarlo.
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Cuando estudiamos el amor descubrimos su carácter inestable y
progresivo. El niño amará primero a sus padres, a sus hermanos y
hermanas; el adolescente experimentará la atracción del otro sexo y de
las grandes causas. El adulto reunirá en su experiencia todos los aspectos
del amor, pero en constante evolución e interrelación.

La complejidad del amor

Lo dicho precedentemente nos muestra la complejidad de lo que


estamos considerando. Trataremos de descubrir las líneas esenciales, de
trazar sus límites.
Nuestra comprensión del amor depende esencialmente de nuestro
concepto de la persona, la que a su vez está bajo la influencia de las
condiciones sociales y de nuestras opiniones filosóficas o religiosas.
Nuestros conceptos filosóficos o religiosos condicionan los
diferentes aspectos de nuestra vida. ¿Qué importancia le damos a nuestro
cuerpo? ¿Es sólo un "harapo despreciable'' que nos impide progresar
espiritualmente? ¿O es, por el contrario, lo único que merece ser
respetado o satisfecho? ¿O es un medio para transmitir lo humano y lo
divino? El concepto que elijamos dará, necesariamente, una orientación
bien definida a nuestro amor.
Además, ¿qué lugar le concedemos al hombre y a la mujer en las
relaciones humanas y sociales? ¿Consideramos que el hombre es el amo
a quien no se le discuten las órdenes, o es la mujer la que, como en el
régimen matriarcal, debe dirigir? ¿O creemos más bien en la igualdad de
los sexos y en el desarrollo del amor basado en el respeto mutuo?
Frente a la actual organización social, ¿creemos que el orden
establecido es el único válido, o consideramos que es útil luchar por un
mundo mejor? Ciertamente en muchos casos el amor al hombre ha sido
el fundamento de las luchas sindicales libradas para ayudar a las clases
menos favorecidas.
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Por último nuestro concepto de Dios va a influir en la comprensión
del problema del amor. Si admito que tengo un Creador a quien debo
rendir cuentas, si creo que Dios es mi Padre y que todos los hombres, por
lógica consecuencia, son mis hermanos; si espero volver a vivir en un
mundo de amor, mi actitud será evidentemente muy diferente de la del
que no cree en nada.
Notemos rápidamente la importancia de algunas de las influencias
modemas que modelan el comportamiento sexual de nuestros
contemporáneos.

Influencias económicas
La sociedad capitalista se basa en el principio de la libertad política
y de comercio. A menudo se considera que el capital es superior al
trabajo. La organización económica moderna con su centralización, sus
organizaciones colectivas, su especialización del trabajo, trae aparejada
la pérdida de la individualidad del trabajador. Es un número en la masa,
un tornillo en la enorme máquina. Se transforma en un robot
perfectamente condicionado, con buena vivienda, bien alimentado, que
recibe cada día, a través de los medios de comunicación, los elementos
mínimos que le permiten considerarse un ser humano. Un autómata es
incapaz de amar.
El amor será una forma de evasión frente a un mundo inhumano. Al
mismo tiempo el individuo albergará un profundo respeto por la técnica
y por lo tanto reducirá el amor a una serie de reglas más o menos sabias.
Pero en realidad el amor implica el don y el desarrollo de una
personalidad. En efecto, en una sociedad mercantilista parecería normal
pensar que el amor se puede comprar con un crédito, como el automóvil
o la máquina de lavar.
El mundo científico ha eliminado a Dios y, cuando lo acepta, lo
hace su socio en los negocios. El amor queda reducido a proporciones
humanas.
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Influencias sociales
La vida en los grandes conglomerados y el trabajo de la mujer
lanzan a la calle a un ejército de jóvenes desamparados y solitarios.
Muchos de ellos, tentados por la libertad sexual, declaran: "Para nosotros
el amor no es la búsqueda del placer, sino el deseo de comunicarnos con
alguien".
Antiguamente los psiquiatras eran consultados sólo por personas de
35 ó más años que andaban a tropezones por la vida. Ahora son los
jóvenes de menos de veinte años los que piden auxilio.
Otros tratan de superar por sí mismos esta inquietud. Tratan de
agruparse, de organizar pandillas para apoyarse. La libertad sexual no es
más que la expresión de una rebelión más profunda de alguien que se
siente abandonado.
La manifestación más detestable de esta rebelión, y que va en
aumento, es la violación colectiva (mujeres violadas por todos los
integrantes de la pandilla). Estos jóvenes tienen en común la misma
angustia y la misma inmoralidad. Veremos la causa más adelante.
Quieren expresar su rebelión contra la emancipación de la mujer. Los
sociólogos afirman que esas bacanales modernas no son en realidad sino
reacciones de miedo, que entrañan, para las víctimas, traumas
psicológicos o tentativas de suicidio. 7 El aspecto sexual de estas
reacciones no debe hacernos olvidar que hay, esencialmente, una
perturbación de la personalidad y una ausencia de educación de la
conducta personal en los jóvenes.
La emancipación femenina es otro aspecto de esa subversión social
que impregna la psicologia de nuestros contemporáneos. La influencia
del automóvil, el teléfono y la vida en grupos, facilitan la ruptura de las
estructuras tradicionales.
Se ha verificado que esta liberación va acompañada de una crisis
del amor y de una modificación de la psicologia femenina. Para escapar
a la dominación masculina, la mujer menosprecia la virginidad, símbolo
de su dependencia. Considera que las relaciones sexuales no tienen
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importancia. La entrega de sí misma ya no es una prueba de amor sino
una manera de practicar la sociabilidad. Pero aparecen la desconfianza y
el antagonismo entre los sexos, y la camaradería que se entabla no
reemplaza el amor ni satisface a las parejas. 8
Una mujer pone en guardia a sus hermanas acerca de los peligros de
la libertad sexual: "¡Las aprendices de brujas! Reivindican la igualdad en
el placer antes que la igualdad en el trabajo y en el ejercicio de los
derechos cívicos, sin pensar que el placer podría dejar indiferentes a
algunas cuarentonas, gordinflonas, abandonadas o incapaces de amar.
¡Las aprendices de brujas! Al aprovechar imprudentemente las nuevas
relaciones planteadas entre el hombre y la mujer con relación al dios
sexo, es bien posible que logren para el 'eterno femenino' un reinado
seductor, pero al mismo tiempo preparan para cada una de ellas un
reinado muy breve". 9
Por todos lados existe esta espantosa confusión entre el sexo y el
amor. En los Estados Unidos se habla mucho acerca del sexo. Los
"campus" de las universidades tienen sus "Sex clubs"; se va a "kissing
parties" (fiestas de besos). La píldora autoriza todas las libertades sin
ninguna inhibición. Pero estas nuevas costumbres no han contribuido a
que la juventud sea más alegre, ni más feliz, porque le falta el verdadero
amor.

Influencias políticas
Sí, los sistemas políticos pueden tener influencia sobre la
experiencia amorosa de los hombres.
Consideremos el ejemplo de China popular que reclutaba a los
chicos de 13 a 16 años como fuerzas de choque para las manifestaciones
que recorrían las calles. Veamos a esas jóvenes uniformadas, a esas
mujeres vestidas como hombres, a esas esposas que deben rendir cuenta
de los métodos anticoncepcionales que usan, y que saben que a partir del
tercer hijo no recibirán más subsidios, ni tarjetas para conseguir ropa, y
que sus maridos pueden ser eliminados de las filas del partido.
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Una buena sala de baños era algo adecuado para el antiguo régimen;
no para el nuevo. En la habitación donde vivían tres estudiantes chinas
no había un sólo espejo. El presidente Mao inspiraba las canciones, los
poemas, las películas, las obras teatrales y los espectáculos de ballet.
Toda la vida, incluso la vida sentimental, estaba condicionada por el
pensamiento del presidente Mao. Y cuando se le preguntó a una joven:
"¿Cuál es su concepto del amor?" respondió: "El amor abstracto es un
concepto burgués, como lo dice el presidente Mao. Debemos liberarnos
totalmente de esa influencia y para ello debemos consagrarnos
sinceramente al estudio del marxismo leninismo".
Un joven traductor de 26 años declaró por su parte: "No sería por
racismo que yo no me casada con una negra o una blanca, sino porque
sólo una china podría alcanzar el mismo nivel de conciencia política que
yo he alcanzado. No puede haber amor sin una conciencia política
común, sin la voluntad de compartir el comunismo como pareja''. 10

Influencias económicas filosóficas y morales


Durante muchos siglos el concepto del amor experimentó en parte
la influencia del budismo hindú que se introdujo en el pensamiento de
Aristóteles y de allí pasó a varios padres de la Iglesia Católica, entre
ellos a Santo Tomás de Aquino. "La mujer no es una persona. Sólo sirve
para procrear. El hombre lo es todo". Por otra parte, la segunda
influencia, la de San Agustín, fue difundida por los teólogos de antaño y
llega aun hasta nuestros días. Se relaciona el acto sexual con el pecado
original. La procreación lo excusa, pero el hombre se avergüenza de él.
Hoy vemos aparecer lo que llaman "nueva moral", que en realidad
no es otra cosa que la muy antigua inmoralidad. Al apoyarse sobre la
teoría de la evolución, estos nuevos moralistas proclaman que la moral
no tiene un valor absoluto, sino relativo; es decir, que debe cambiar junto
con las modificaciones sociales y culturales que se producen.
Más aún; un acto no es ni bueno ni malo en sí mismo; a cada uno le
toca decidir, según su conciencia, si es bueno o malo. El obispo
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anglicano Robinson declara: "No hay regla o norma permanente y, por
consiguiente, no hay pecado propiamente dicho".
Por otra parte, la práctica común sirve de regla. Si la mayor parte de
la población acepta un principio, hay que seguirlo. Por eso los antiguos
tabúes concernientes a las relaciones sexuales deben desaparecer en la
época de la píldora y la penicilina.
En consecuencia, todas las relaciones sexuales premaritales o
extraconyugales son lícitas si los participantes están de acuerdo. El
matrimonio no es ya necesario para el cumplimiento de los fines del
amor. Hay que dar al ser humano la posibilidad de realizarse con mayor
libertad; por lo tanto, la regla moral carece de valor. Los hombres son
más importantes que la ley.
¿Cuáles son los resultados de esta filosofía? El escritor ortodoxo
Paul Evdokimov los ha descrito a la perfección:
"Filmado a la luz de los reflectores, proyectado en las pantallas y
presente en los carteles publicitarios, al misterio de antaño sólo le queda del
erotismo evocador una anatomía puesta a disposición de una curiosidad
morbosa que pronto conduce al hastío. La pérdida de su carácter sagrado
reduce el amor a una insignificante neutralidad, a una simple descarga
fisiológica. El pesado aburrimiento se interrumpe de vez en cuando por la
aparición breve, instantánea, de algo así como insectos galvanizados. Se
hace el amor sin amor, sin alegría, incluso sin placer: un erotismo barato, al
alcance de todos, sin espíritu ni delicadeza. Así, pues, la degradación
sistemática y permanente produce a la larga una disminución muy peligrosa
de la sensibilidad y de la excitabilidad erótica, y amenaza de vejez y de
impotencia prematura los sentidos embotados. El erotismo colectivo de las
masas, favorecido por los medios de comunicación y el hastío general,
inquietan profundamente a los psiquiatras que comienzan a hablar de una
muy extraña "desexualización" de la humanidad. Es posible que la
superpoblación del mundo entero encuentre su solución en la naturaleza
misma, reducida a la impotencia, y que así se vengaría por haber sido
profanada. El hombre, reducido a la carne, corre el riesgo de llegar al
agotamiento de sus fuerzas vitales, que provienen del espíritu''. 11
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Fundamentos psicológicos del amor

A veces es difícil comprender las razones que conducen a un


hombre o a una mujer a comprometerse en una relación amorosa, a
entregarse al libertinaje o, por el contrario, a sacrificar su vida por un
enfermo o por una causa grande.
El amor es, en efecto, un conjunto psicológico complejo que
trataremos de analizar a grandes rasgos. Más adelante lo haremos
detalladamente.
 La afirmación de sí mismo es una necesidad sin la cual el ser
humano pierde toda dignidad. Con una educación adecuada, el niño
dispondrá de todas las posibilidades necesarias para afirmar su
personalidad. Pero si educadores torpes o circunstancias desfavorables
ejercen una presión demasiado fuerte, el individuo explotará. Entonces
comprenderemos por qué una niña se entrega al primer advenedizo para
librarse de una autoridad asfixiante. El amor le permite manifestar su
libertad, elegir un ser al cual uno se da, y ofrecer lo mejor de su vida.
 La búsqueda de sí mismo es el segundo fundamento. Todo ser
humano expeñmenta un doble deseo. Por una parte trata de conocerse, y
por otra realizar la imagen que se ha hecho de sí mismo. Pero para eso
necesita de los demás. Sólo mediante la acción, por el contacto con otros,
podrá conocerse realmente a sí mismo. Si por casualidad se considera un
esposo modelo, las circunstancias de la vida pronto disiparán sus ilusiones .
Si se juzga incapaz de adquirir las cualidades que no posee, se esforzará
por obtenerlas por medio de otra persona. Ese intérprete será un familiar
venerado, una esposa sumamente admirada, un jefe al que se entrega en
cuerpo y alma; o, en el más alto grado, Dios, al cual uno se consagra sin
reservas.
 La realización de sí mismo es el complemento lógico de esta
búsqueda. Cada uno presiente confusamente posibilidades que se pueden
alcanzar. Para realizar este esfuerzo se necesita una meta. Para realizarse
plenamente el hombre necesita de los demás, pero su acción en favor del
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prójimo o de sí mismo sólo será fecunda si la inspirara el amor. . . De lo
contrario dominarán los aspectos menos nobles de la naturaleza humana
en detrimento de la persona y de la comunidad.
 La búsqueda del diálogo. Desde el principio fue claro que "no es
bueno que el hombre esté sólo". Todos aspiramos a no hacer un
monólogo de la vida, ni a ser meros oyentes del monólogo del prójimo.
Aspiramos al diálogo en el cual podemos participar, a fin de
enriquecernos y aportar a los demás el fruto de nuestra meditación. Esta
búsqueda del diálogo es la misma en la experiencia sexual y en el éxtasis
místico. El ermitaño que se retira al fondo de su gruta lo hace para
escuchar a Dios. El sabio, en su laboratorio, encuentra en la ciencia la
compañera discreta que le revela sus secretos.
 Ser algo para alguien. El hombre necesita seguridad. Desde niño
busca certidumbres, el sentido de su utilidad, la seguridad de que para
alguien es el más importante, el más amado. Debe poder abrirse a
alguien, confiarse sin reservas. Ese sentimiento de seguridad se
encuentra en la experiencia amorosa, pero también en la consagración a
una causa por la cual se sienta "responsable". Este encuentro con alguien
especial y para quien se es algo especial también, no se limita a lo
sexual. El celibato de ninguna manera se opone al deseo del hombre de
ser algo para alguien.
Esos distintos elementos se combinan en forma diferente para
conducir a cada ser humano a la decisión y a la acción. Estas nociones
revelan la dimensión del amor, que penetra nuestra personalidad en lo
que tiene de más profundo e ilumina las relaciones humanas.
El amor es demasiado a menudo objeto de bromas de mal gusto. En
un mundo donde la lucha es lo supremo, se lo considera sin valor,
obsoleto. Por esa razón es más necesario que nunca comprender toda su
grandeza y toda su potencia.
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Manifestaciones del amor humano

Si se quiere resumir la evolución de esas manifestaciones, se puede


decir que en la antigüedad el individuo estaba subordinado al grupo. La
familia o la bibu era la que imponía sus leyes y disponía de los niños en
relación con factores económicos o sociales.
Hoy, en los países de civilización occidental, la comunidad se
somete al individuo. El ser humano cree tener derecho a vivir su amor
sin preocuparse de las consecuencias para el niño o para el miembro
abandonado de la pareja. Hemos ido de un extremo al otro.
En la antigüedad la familia aseguraba la procreación y el culto a los
antepasados. La mujer debía ser sumisa y fiel al marido. En cuanto a él,
podía, fuera del hogar, entregarse a toda clase de aventuras; los griegos
en particular fomentaron la homosexualidad. Platón, que quiso hacer del
amor un medio de desarrollo espiritual, afirma que el sexo no tiene
importancia y que un hombre también puede experimentar un amor
profundo por otro hombre, como si fuera una mujer. El aspecto sexual es
para él enteramente secundario. Se verifica, por lo demás, un
resurgimiento de esta teoría en nuestra época.
El cristianismo aporta un concepto diferente del ser humano.
Establece relaciones nuevas enrte el hombre y la mujer. Presenta la
necesidad del matrimonio monogámico durable y exige pureza de
costumbre tanto para el uno como para la otra.
A partir del siglo XIV se desarrolla la idea del amor galante,
ilustrado por la novela de Tristán e Isolda. Es la búsqueda de un amor
ideal, a menudo platónico, que tuvo el mérito de ubicar a la mujer en un
lugar honorable. Este concepto, que predominó principalmente en las
altas esferas de la sociedad gracias a la difusión que le dieron los
trovadores, no se arraigó en el pueblo.
El Renacimiento marca el retorno al paganismo, que entraña una
gran libertad de costumbres.
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En la época romántica se expresa el pensamiento de que el
matrimonio debe ser la consecuencia lógica del amor. Esta idea originó
un revuelo en la vida social.
Hoy, por último, se verifica la pérdida universal del sentido de lo
sagrado. El amor humano se reduce a sus manifestaciones fisiológicas.
Se proclama la igualdad y la independencia de los sexos, se reivindica
una libertad total de las costumbres, incluso para los anormales, y todas
las manifestaciones de la vida moderna están impregnadas de una
sexualidad obsesiva.

La invasión de la sexualidad

Las causas de este fenómeno son varias.

Factores psicológicos
En el siglo XIX la ciencia revalora la importancia de las cuestiones
sexuales, y rehabilita sus diferentes aspectos médicos y psicológicos.
La gran difusión de las teorías freudianas da importancia excesiva a
los problemas sexuales.
La proliferación de publicaciones eróticas suscita curiosidad.
La presentación en el cine de escenas cada vez más osadas hace
desaparecer progresivamente las normas morales aceptadas hasta
entonces.

Factores económicos
La publicidad se ha apoderado de la sexualidad para vender
cualquier producto. Mujeres astutamente desvestidas atraen la atención
del eventual cliente, aunque se trate de vender petróleo. Se maneja con
mucha habilidad el arte de los sobreentendidos y del equívoco. Incluso
las revistas consideradas serias y dedicadas a la familia no dejan de
utilizar estos métodos.
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La prensa está invadida por la literatura sentimental. La "prensa
sentimental'' tira millones de ejemplares cada semana. Ya se trate de
fotonovelas o de historias noveladas, exaltan el predominio de los
instintos desatados. Las historietas ilustradas presentan nuevas heroínas
cuyo comportamiento se caracteriza por la ausencia total de normas
morales.
Debemos señalar el fenómeno social que constituye el éxito de una
revista norteamericana dedicada a los hombres.12 Es una mezcla de
reportajes y estudios filosóficos, de artículos de autores célebres y de
fotografías de mujeres desnudas. Esta revista ha encontrado una buena
acogida en todas las clases sociales. Intelectuales y religiosos han
declarado que son lectores asiduos de ella. Cada número tenía una tirada
de cuatro millones de ejemplares y representaba un movimiento
financiero superior a seis millones de dólares. En 1964 esa revista
recibió diez millones de dólares en concepto de publicidad solamente.
¿No es ésta una señal reveladora de la influencia de la prensa y del deseo
de los lectores de satisfacer muy artificialmente su sexualidad?
El cine no se priva de desnudar a las actrices para llenar sus locales.
Ya es casi proverbial decir que el cine presenta temas cada vez más
inmorales. Junto con la violencia, la licencia aumenta de día en día. Para
luchar contra la competencia de la televisión, los cineastas producen
películas más y más atrevidas. Un periodista que estuvo presente en uno
de los festivales de Cannes, Francia, renunció a contar el número de
adulterios, violaciones y escenas inmorales presentados en las películas
ya cuidadosamente seleccionadas por sus cualidades, sometidas a la
consideración del jurado. Los japoneses no se atrevieron a presentar sus
"eroproducciones", que no por eso dejan de envenenar el espíritu de sus
espectadores. Es de desear que las mujeres, que son las principales
clientes de los cines, reaccionen contra esas obras que las transforman en
objetos sexuales y reducen su personalidad a un cuerpo que debe ofrecer
placer.
La Complejidad del Amor 16
En cuanto a las canciones de los ídolos que ejercen una influencia
indiscutida sobre la juventud, no pueden contñbuir a favorecer el
equilibrio afectivo de nuestros contemporáneos.
La sexualidad penetra en los dominios más inesperados. En
Inglaterra se difundió un cartel destinado a promover entre los obreros
anteojos protectores contra accidentes. Para ello se presentó a una
muchacha con el pecho desnudo y los senos en parte disimulados por la
frase publicitaria, y usando, por cierto, los anteojos protectores.13

Factores sociales
La inestable situación económica y, política perturba la psiquis del
individuo y lo impulsa a buscar seguridad junto a otra persona.
Las guerras, con el consabido desplazamiento de soldados,
provocan un aflojamiento de las costumbres.
El desequilibrio entre la cantidad de hombres y mujeres ha
suscitado una rivalidad acompañada, muy a menudo, de complacencia,
para evitar la soledad.
La emancipación de la mujer se manifiesta por la afirmación de la
igualdad sexual y del derecho al placer, de la independencia financiera
resultante de su trabajo, de la libertad afectiva, consecuencia de su
liberación de las tareas domésticas, y de una vida social más intensa.
Las guerras, al aumentar el porcentaje de mujeres en el seno de la
sociedad, fomentan una competencia matrimonial que no siempre es
favorable a la moralidad.
El ejemplo de la mujer norteamericana desempeña un papel
preponderante en la sociedad. En los comienzos de la historia de los
Estados Unidos, las mujeres eran mucho menos numerosas que los
hombres y podían imponer su ley. Actualmente, por el contrario, las
mujeres superan a los hombres en una cifra superior a los tres millones.
En consecuencia, están obligadas a tomar la iniciativa para tener la
oportunidad de encontrar compañero, sin duda útil para su felicidad, pero
necesario también para asegurar su seguridad financiera y su nivel social.
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Se ha visto una clase de publicidad en la que se entusiasmaba a las niñas
de doce años a comenzar "a cazar marido''. 14

Factores espirituales
La disposición del ser humano. Hoy no se considera más al hombre
en su totalidad, sino como un conjunto de funciones independientes. Se
analizan sus problemas sexuales sin preocupación por la relación de
éstos con el resto de su personalidad.
El triunfo de la ley de la mayoría. Se considera normal lo que
acepta la mayor parte de la población, aunque sea contrario a las leyes de
la naturaleza.
Rechazamiento de la revelación divina y las reglas morales. El
hombre hace, con toda libertad, su propio código. Se quiere romper con
la "moral burguesa" considerada artificial y falsa.
Repudio de la noción de juicio y culpabilidad. Hay que evitar los
complejos.
Secularización y pérdida del sentido de lo sagrado. Los resultados
se pueden verificar con facilidad. Las encuestas realizadas revelan que el
ochenta por ciento de los adultos violan su propio código moral y la
escalada de crímenes sexuales es causa de inquietud.15

Conocerse para amar

Si queremos controlar nuestras reacciones afectivas, si queremos


dirigirlas y desarrollarlas, es indispensable que sepamos quiénes somos,
y cuáles son las leyes psicológicas que rigen al ser humano.
A la luz de las investigaciones científicas se sabe que nuestro
psiquismo consta de tres partes: el subconsciente, el yo y el súper yo.
 El subconsciente, que algunos llaman "ello", es el conjunto de
tendencias que orientan ciertas actividades. Son los hechos psicológicos
que escapan momentáneamente a la conciencia. Es el depósito general de
los instintos que tratarán de manifestarse en forma de impulsos
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esporádicos y tenderán a satisfacer lo más rápidamente posible sus
necesidades, ya sean orgánicas o psicológicas.
 El yo, es una parte del subconsciente modificado por las
circunstancias externas. Es en gran parte inconsciente y está orientado
hacia el prójimo. El freno de la educación puede impedir que el yo
profundo se manifieste. Es la verdadera persona con todo lo que tiene de
oscuro, de contradictorio y de variable.
 El súper yo, es el producto de la modificación moral y social
impuesta por los demás (padres, maestros, dirigentes religiosos,
empleadores, etc.). Es, por así decirlo, el personaje que el ser humano se
crea, voluntariamente, con todo lo que pueda tener de estable, armonioso
y coherente. Es también el censor que impide que afloren los deseos
profundos que lo podrían perjudicar. Si este personaje es demasiado
diferente de la persona real, la tensión nerviosa que ocasiona esa
contradicción puede degenerar en neurosis.
Consideremos ahora la suerte de esos impulsos, de esos instintos
que nos agitan. Se puede satisfacer algunos. A los otros los reprimimos
conscientemente porque en un caso eso no se hace o porque en otro no es
el momento oportuno para hacerlo. Otros pueden reprimirse sin que nos
demos cuenta. La censura lo hizo en nuestro lugar. A los otros,
finalmente, los sublimamos, es decir, los satisfacemos de otra manera.
Citaremos el ejemplo de la soltera que satisface su instinto maternal al
trabajar por los niños.
La educación verdadera debe tener por meta el conocerse realmente
y llegar a controlar los instintos mediante el dominio propio en lugar de
reprimirlos. No se trata de poner una tapa que oculte todo, porque
cualquier día se producirá la explosión, sino de colocar un filtro que
canalice esas corrientes interiores.
En este contexto se ubican los complejos, especie de depósito donde
se almacenan los sentimientos y las emociones que les corresponden. Se
habla de complejos de inferioridad, de superioridad, de culpabilidad y de
muchos otros. El interesado no se da cuenta de sus complejos, pero éstos
La Complejidad del Amor 19
se manifiestan mediante numerosas reacciones visibles, siempre cargadas
de emociones dolorosas.
La educación actual parece haber vencido el miedo por el complejo
que condujo a los padres a conceder una libertad total a sus hijos. Ese
desenfreno fue un error grave. Mediante una educación sólida, inspirada
por el amor, se capacita al niño para que forje una personalidad
equilibrada y armoniosa.

La sexualidad
La sexualidad se manifiesta en los diferentes aspectos de la
personalidad que acabamos de examinar. Pero, antes de proseguir,
pongámonos de acuerdo en cuanto al significado de las palabras.
"La sexualidad es, en primer lugar, la división de la especie en
sexos, con su consecuencia natural: la atracción de los sexos". 16

Sexual. Es el carácter masculino o femenino de un ser o de una


actitud. Tan pronto se habla de sexo, se tiene la tendencia a pensar,
erróneamente, en las relaciones sexuales. Toda nuestra vida tiene un
carácter sexual; nuestra voz, nuestras actitudes, nuestra afectividad,
nuestra psicologia, hasta nuestra manera de orar serán diferentes si
somos hombres o mujeres.
Bajo la influencia de las teorías freudianas, muy a menudo mal
comprendidas, la sexualidad se reduce a las relaciones sexuales. Por eso
creemos necesario insistir en que la sexualidad, el carácter masculino o
femenino, marca todo el ser y toda la personalidad.
Los ojos son la "luz del cuerpo" y como tales reflejarán nuestros
sentimientos más íntimos, desde el compañerismo hasta el amor más
intenso. Pero también pueden estar "llenos de adulterio, no se sacian de
pecar'' (2 S. Pedro 2:14). ''Cualquiera que mira a una mujer para
codiciarla, ya adulteró con ella en su corazón" (S. Mateo 5:28).
La boca puede pronunciar palabras muy tiernas, pero también
palabras empalagosas, melosas y engañosas (Proverbios 5:3, 4; 6:24). La
La Complejidad del Amor 20
sulamita, por su parte, le dice a su amado: "Hazme oír tu voz; porque
dulce es la voz tuya" (Cantares 2: 14).
Los oídos no deben escuchar palabras mentirosas, sino estar atentos
a los discursos sabios. (Proverbios 5:1, 7-9).
El olfato no deja de estar solicitado. "He perfumado mi cámara con
mirra, áloes y canela. Ven, embriaguémonos de amores hasta la mañana"
(Proverbios 7: 17, 18).
Las manos aparecen en el famoso pasaje sobre el adulterio como
una "ocasión de caer" (S. Mateo 5:30).
Los pies también tienen una connotación sexual. "¿Andará el
hombre sobre brasas sin que sus pies se quemen? Así es el que llega a la
mujer de su prójimo: no quedará impune ninguno que la tocare''
(Proverbios 6: 28, 29).

Genital. Es lo que se relaciona con los órganos sexuales o las


relaciones sexuales. Los órganos genitales son sólo uno de los medios de
expresión de la sexualidad. Permiten una relación más íntima, más
intensa. Es necesario, a cualquier precio, no confundir la sexualidad,
tomada en su sentido más amplio, con las relaciones sexuales que sólo
ocupan un lugar reducido en la vida del ser humano, aunque en esta
época no se deja de confundir el amor con el sexo. Lo que es verdad en
el aspecto físico lo es también en lo que se refiere al alma. Toda nuestra
vida – intelectual, afectiva, espiritual – será influida por el carácter más o
menos femenino o masculino de la personalidad. Es posible que esta
sexualidad no corresponda con el aspecto genital cuando el varón es
afeminado y se comporta más como niña que como varón, o cuando la
chica es un varón frustrado. En este caso su personalidad estará marcada
por rasgos masculinos.
Si las relaciones sexuales no son la expresión de un impulso de toda
la persona y se limitan a ser la satisfacción de un impulso biológico, no
pueden proporcionar la felicidad apetecida. El hombre que escucha las
invitaciones de la prostituta se va "tras ella, como va el buey al
La Complejidad del Amor 21
degolladero, y como el necio a las prisiones para ser castigado"
(Proverbios 7:22).
La medicina psicosomática ha demostrado la unidad del ser
humano. El ejercicio de la sexualidad es otra prueba de ello. Nuestro
cuerpo puede comprometer nuestra personalidad. Las relaciones
sexuales, sin la participación del corazón y la razón, comprometen sin
embargo nuestro ser entero y sus consecuencias pueden ser eternas. (S.
Mateo 5:30.) De la misma manera una sexualidad distorsionada en los
aspectos psicológicos y emotivos, sin la menor manifestación fisiológica,
tendrá idénticas consecuencias. De este modo todos pueden comprender
la importancia considerable y primordial de la sexualidad sobre la vida
de todo ser humano.
"La moderna psicología profunda (Jung) establece una diferencia entre
la energía del sexo y la energía sexual. El ser humano es totalmente
sexuado; se es hombre o se es mujer en cada una de las fibras del ser. La
energía del sexo es una fuerza creadora que proviene del espíritu; sólo
cuando penetra en el dominio fisiológico se transforma parcialmente en
energía sexual''. En la vida conyugal "el amor invita al encuentro en la
emoción corporal, pero sólo el espíritu la puede realizar plenamente". 17

Erótico. Son los hechos principalmente de orden subjetivo,


psicológico, de placer o de apetito con relación al cuerpo, pero sin que se
trate todavía de relaciones sexuales. Lo Duca afirma: "En el amor, todo
lo que no es genésico es erótico''. 18

Se confunde muy a menudo lo erótico con lo pornográfico, es decir,


con lo obsceno, lo contrario al pudor, manifestado en forma literaria o
artística. El amor erótico es un aspecto diferente del amor fisico,
platónico o espiritual. Este último, al que los griegos llamaban agapé,
implica también el amor humano pero, sobre todo, la forma más genérica
del amor al prójimo.
La Complejidad del Amor 22
La importancia de la sexualidad

La sexualidad, en su sentido general, tiene una importancia


considerable para la formación del psiquismo humano. Es inseparable
del problema del amor.
"Las dos afirmaciones: la estructura conyugal del psiquismo adulto y la
unidad psicológica de las relaciones con el prójimo, son la expresión vívida
de esta exigencia antropológica y metodológica; en ningún caso la
sexualidad es un problema aislado". 19
La sexualidad es inseparable de la persona.
"Desde el punto de vista de la antropolcgia, la sexualidad aparece
como una noción capital, por el hecho de que no se concibe un individuo
separado de su sexo. Desde su nacimiento el individuo está definido por su
sexo. Toda su psiquis será sexuada, si no es sexual. El fin de la evolución
educativa consiste en lograr que el hombre o la mujer resulten enriquecidos
por esta diferencia tanto en lo que se refiere a su carácter como a los
aspectos generales de su personalidad. Ya el más venerable texto de la
humanidad afirmaba esta evidencia sustancial y aplastante: 'Y creó Dios al
hombre a su imagen, a imagen de Dios lo creó; varón y hembra los creó'
(Génesis 1: 27)". 20
La sexualidad está condicionada por la vida intelectual. La
participación del razonamiento y la imaginación nos va a permitir
formarnos un concepto de lo que la sexualidad puede otorgarnos y de lo
que nosotros debemos reservarle. El Dr. H. Geise declara: "La conciencia
rige la explotación individual de la potencia intelectual". Por eso algunos
autores han escrito: "El sexo está en vuestro cerebro". 21
En efecto, la inteligencia permite que la persona conciba el papel,
los atributos y las obligaciones ligados a su naturaleza de hombre o
mujer. "La sexualidad no es un problema sino un elemento fundamental
del ser viviente: hombre, mujer o animal. Cada cual vive la suya y nadie
está exento. No importa qué piense al respecto. Es problema sólo cuando
está inhibida o perturbada". 22
Las etapas de la sexualidad serán analizadas más adelante.

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