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INDICE
INTRODUCCION
El gusto es aquel de nuestros sentidos que nos da la noción del sabor de los
cuerpos. Los aparatos nerviosos terminales destinados a ser impresionados están
diseminados por la superficie exterior de la lengua, con lo cual ésta resulta el
órgano del gusto. La lengua es el órgano del gusto por excelencia, ya que es en
esta estructura anatómica donde se encuentra la mayor cantidad de receptores
gustativos. (1)
Las señales que provienen de las papilas gustativas viajan a través de distintos
nervios hasta las áreas gustativas del núcleo del haz solitario, el cual reenvía la
información al tálamo; este último proyecta dicha información hacia la corteza
gustativa.
La sensibilidad gustativa de la lengua es vehiculizada por tres pares craneales
distintos (VII, IX y X). Áreas de Brodmann área 43. Los botones gustativos de los
dos tercios anteriores de la lengua están inervados por el nervio cuerda del
tímpano, rama del facial. El nervio facial también recoge la sensibilidad gustativa
del paladar blando a través de otra de sus ramas, el nervio petroso superficial
mayor. El glosofaríngeo recoge la sensibilidad del tercio posterior de la lengua y
de la rinofaringe, a través de su rama lingual y ramos faríngeos respectivamente.
Por último, los botones gustativos de la epiglotis, los repliegues aritenoepiglóticos
y el esófago están inervados por el nervio laríngeo superior, rama del
neumogástrico. El nervio trigémino recoge la información relativa al tacto, la
temperatura y la presión en toda la mucosa bucal. No contiene fibras relacionadas
con los botones gustativos, pero como ya se ha referido la interpretación global del
gusto de los alimentos se ve influida por estos aspectos. Las aferencias gustativas
llegan a los ganglios geniculado, petroso inferior y plexiforme y posteriormente
siguen su camino hacia el tronco encefálico para hacer sinapsis en el tracto
solitario del bulbo raquídeo. Desde aquí parten ramas nerviosas hacia el
hipotálamo lateral, la amígdala y el tálamo. A nivel talámico se establecen
relaciones cruzadas con el núcleo gustativo contralateral y convergencia con otras
aferencias linguales y olfativas del córtex piriforme. Desde el tálamo se mandan
neuronas de tercer orden hasta la corteza parietal. Las fibras somatoestésicas
poseen proyecciones mayoritariamente contralaterales, mientras que las
proyecciones gustativas son ipsilaterales. Vías nerviosas gustativas. V: nervio
trigémino, VII: nervio facial (área azul), IX: glosofaríngeo (área verde), X:
neumogástrico (área roja). Fisiología del gusto 6 Estudios realizados con
resonancia magnética funcional han establecido como principales áreas corticales
gustativas el lóbulo de la ínsula, el opérculo frontal adyacente, el opérculo
rolándico (o base de las circunvoluciones pre y poscentrales) y la zona opercular
de la circunvolución temporal superior. En el trayecto ascendente hacia el córtex
se establecen múltiples conexiones con neuronas de los núcleos motores que
condicionan la conducta alimenticia a través de la formación reticular. La presencia
de estas conexiones permite la existencia de circuitos neuronales en el tronco del
encéfalo que al activarse desencadenan respuestas evocadas por la información
gustativa tales como movimientos linguales, secreción de saliva o secreción de
insulina.
Estudios realizados con resonancia magnética funcional han establecido como
principales áreas corticales gustativas el lóbulo de la ínsula, el opérculo frontal
adyacente, el opérculo rolándico (o base de las circunvoluciones pre y
poscentrales) y la zona opercular de la circunvolución temporal superior. En el
trayecto ascendente hacia el córtex se establecen múltiples conexiones con
neuronas de los núcleos motores que condicionan la conducta alimenticia a
través de la formación reticular. La presencia de estas conexiones permite la
existencia de circuitos neuronales en el tronco del encéfalo que al activarse
desencadenan respuestas evocadas por la información gustativa tales como
movimientos linguales, secreción de saliva o secreción de insulina.
3. BASES ANATÓMICAS
El sentido del gusto es posible gracias a los botones gustativos, también llamados
corpúsculos gustativos. En un adulto humano existen alrededor de 10 000, la
mayor parte de los cuales se encuentran en la superficie de la lengua. Cada botón
gustativo tiene forma ovalada y está constituido por un conjunto de células, entre
las cuales se encuentran las células gustativas que disponen de cilios que entran
en contacto con las sustancias disueltas en la boca por la saliva. Los botones
gustativos se agrupan en estructuras mayores llamadas papilas gustativas que son
las que proporcionan a la lengua una superficie rugosa. 2 Cuando una sustancia
se disuelve en la saliva y entran en contacto con la membrana celular de las células
gustativas, se produce la liberación de moléculas neurotransmisoras que
desencadenan impulsos nerviosos que se transmiten al cerebro principalmente a
través del nervio facial y glosofaringeo.
Las fibras nerviosas sensoriales que provienen de los botones gustativos de los
tercios anteriores de la lengua viajan por la cuerda timpánica, que es una rama del
nervio facial; mientras que las que provienen del tercio posterior llegan al tallo
cerebral por el nervio glosofaringeo y las fibras de otras áreas distintas de la lengua
llegan a través del nervio vago. En ambos lados, las fibras de estos tres nervios se
unen en el núcleo del fascículo solitario en el bulbo raquídeo; ahí estas fibras hacen
sinapsis con neuronas de segundo orden; luego termina en los núcleos de relevo
sensoriales específicos del tálamo, junto con fibras que llevan información de
contacto, dolor y temperatura. Desde aquí, los impulsos son conducidos al área de
proyección cortical para el gusto, situada en la base de la circunvalación poscentral
del cerebro.
4. BASES FUNCIONALES
El ser humano conoce cinco sabores básicos: dulce, amargo, ácido, salado y
umami. En el pasado, se pensaba que en la superficie de la lengua existían áreas
especiales para los primeros cuatro sabores, pero hoy se sabe que todos se
perciben en toda la lengua y las estructuras adyacentes. Los nervios aferentes que
se dirigen hacia el núcleo del haz solitario poseen fibras de todos los receptores
del gusto, sin que un tipo se ubique en un sitio específico.
El quinto sabor, umami, se agregó recientemente a los cuatro sabores clásicos.
En realidad, este sabor se conoce desde hace más de 100 años y una vez se
estableció la identificación de su receptor. Dicho sabor es desencadenado por el
glutamato, especialmente por el glutamato monosódico (MSG), el cual se utiliza
de manera extensa en la cocina asiática. Este sabor es agradable y dulce, pero
difiere del sabor dulce tradicional.
Los órganos del Gusto, que tienen por misión el percibir y enviar al cerebro el sabor
de las cosas que introducimos en la boca, se encuentran en los Bulbos o botones
gustativos, localizados en la Lengua. Es ésta un órgano musculoso fijo por la base
al suelo de la boca y con la punta libre, de forma que puede realizar toda clase de
movimientos. La superficie de la lengua está cubierta por una mucosa que tiene
una serie de salientes denominados Papilas Linguales que son de diferentes
formas, las bases de estás papilas tienen numerosas terminaciones nerviosas.
Cuando una sustancia penetra en la boca es disuelta por la saliva produciendo
una corriente nerviosa que nos produce la sensación del gusto, la cual es
transmitida al cerebro a través de los nervios correspondientes. La lengua tiene
otras utilidades como es ayudar en la masticación e ingestión de los alimentos, y
sobre todo en la articulación de las palabras cuando hablamos (las consonantes
principalmente).
Las papilas gustativas aparecen en los fetos de siete u ocho semanas de vida y se
activan a partir del tercer trimestre de embarazo. A través del líquido amniótico, se
transmiten al feto diversos gustos y sabores. Parece ser que los bebés perciben
los sabores primarios en diversos grados. Los lactantes experimentan desde muy
temprana edad una gran variedad de sabores, ya que la leche materna tiene el
gusto de la comida y las especias que ingiere la madre. Todavía se está
investigando si estas y otras experiencias gustativas precoces ejercen alguna
influencia más adelante en las preferencias del individuo.
El sentido del gusto comienza con unas pequeñas moléculas que se liberan al
masticar, beber o digerir los alimentos. Las moléculas estimulan unas células
sensoriales especiales llamadas células gustativas. Las células gustativas se
encuentran agrupadas dentro de las papilas gustativas de la lengua, el techo de la
boca y a lo largo del revestimiento de la garganta. Muchos de los pequeños bultos
al tope de la lengua contienen papilas gustativas. Al nacer, tenemos alrededor de
10,000 papilas gustativas y, después de los 50 años, se puede comenzar a
perderlas.
Cuando se estimulan, las células gustativas envían mensajes al cerebro a través
de tres nervios especializados del gusto. Allí, se identifican los gustos específicos.
Las células gustativas tienen receptores que responden al menos a una de las
cinco cualidades básicas del gusto: dulce, agrio o ácido, amargo, salado y umami.
El umami es el sabor medio salado del glutamato, que se encuentra en el caldo de
pollo, los extractos de carne y algunos quesos. Muchas personas creen
equivocadamente que las células gustativas que responden a los diferentes
sabores se encuentran en diferentes regiones de la lengua. En los seres humanos,
los diferentes tipos de células gustativas se encuentran dispersos por toda la
lengua.
La calidad del sabor es sólo una forma de experimentar un alimento determinado.
Miles de terminaciones nerviosas, especialmente en las superficies húmedas de
los ojos, nariz, boca y garganta, forman parte de otro mecanismo quimiosensorial
llamado "el sentido químico común". Estas terminaciones nerviosas nos dejan
sentir la frescura de la menta o el ardor e irritación de los chiles (ajíes). Otros
nervios especializados dan las sensaciones de calor, frío y textura. Cuando
comemos, las sensaciones de las cinco cualidades del sabor, junto con las
sensaciones del sentido químico común y las sensaciones de calor, frío y textura,
se combinan con el aroma de un alimento para producir una percepción del sabor.
Es el sabor el que le permite saber si usted se está comiendo una pera o una
manzana.
5.1 CARACTERÍSTICAS PARTICULARES:
A los doce meses conocen los elementos del mundo que les rodea
llevándoselos a la boca.
Durante a primera dentición tienden a llevarse objetos a la boca para
aliviar las molestias.
La boca es aun para el pre-escolar (2 a 5 años) un importante elemento
de experimentación de aprendizaje sensorial.
El verde representa una sensación dulce especialmente para los niños
de 6 a 9 años.
Entre 13 a 18 años la apreciación del sabor dulce es mínima.
Entre 16 a 18 años se observa una pequeña punta hacia su apreciación
pero la desdeña por elemento que puede hacer ganar peso.
Tener en cuenta la participación plurisensorial del individuo y la
importancia de cada sentido durante la actividad alimentaria en cuanto
a la seguridad toxicidad calidad del material elegido para el producto.
Muchos de nosotros damos por hecho nuestro sentido del gusto. Sin embargo, los
trastornos del gusto pueden tener un efecto negativo sobre la salud y la calidad de
vida. Los científicos creen que hasta un 15 por ciento de adultos podrían tener un
problema del gusto o del olfato, pero muchos no buscan ayuda médica.
Los sentidos del gusto y del olfato están estrechamente relacionados.
Las alteraciones en el sentido del gusto son problemas que por lo general han
recibido poca atención, por una parte el diagnóstico es complicado, y por otra no
existe un tratamiento estandarizado. Se enfatiza la necesidad del estomatólogo
para profundizar sobre estos trastornos.
El trastorno del gusto más común es la percepción fantasma del gusto: un sabor
en la boca persistente y a menudo desagradable, a pesar de que no se tiene nada
en ella. Algunas personas también sienten una disminución en la capacidad de
notar los diferentes sabores: dulce, ácido, amargo, salado y umami. Este trastorno
se llama hipogeusia. Otras personas no pueden detectar ningún sabor, lo que se
llama ageusia. Sin embargo, la verdadera pérdida del gusto es poco común. Por
lo general, lo que se tiene es una pérdida del olfato en lugar de una pérdida del
gusto.(1)
FORMAS CLÍNICAS:
Las características clínicas de la EAR son de importancia esencial dado que
no existe ningún método de diagnóstico de laboratorio fiable. Estas
características son la recurrencia de una o varias úlceras orales, dolorosas,
superficiales y redondeadas a intervalos de unos pocos meses a unos
pocos días.
La primera descripción clínica de EAR fue publicada por Mickulicz y Kummel
en 1898 , y describió la variedad que hoy se conoce como aftas menores.
Desde entonces han sido numerosos los intentos para clasificar las
diferentes variedades de EAR, pero debido, generalmente, a la confusa
nomenclatura empleada (aftas, aftoides, aftosis, aftas benignas, malignas ,
etc.) no han tenido mucho seguimiento, y actualmente la clasificación más
difundida y aceptada es la que propuso Lehner en 1968,modificada
posteriormente por Cooke , y que ha sido utilizada por numerosos autores
como referencia en posteriores trabajos.
Según esto, las EAR se clasifican en tres variedades:
Aftas menores, que es la forma más común, aproximadamente en el 80
% de los casos. Tienen un tamaño inferior a un cm de diámetro y se
agrupan de una a cinco lesiones, curando en 10-14 días sin secuelas.
Generalmente aparece en la mucosa labial y bucal y en el suelo de la
boca; pero son poco frecuentes en la encía, paladar y dorso de lengua.
Aftas mayores, también conocida como enfermedad de Sutton o
Periadenitis mucosa necrótica recurrente, que corresponde
aproximadamente al 10 % de los casos; se caracteriza por la aparición
de úlceras de un tamaño superior a un cm de diámetro, que de hecho
pueden acercarse a los tres cm. Tiene predilección por los labios,
paladar blando e istmo de las fauces, pero puede afectar a cualquier
lugar. Las úlceras de persisten unas seis semanas y frecuentemente
curan con cicatrización. Tiene su instauración después de la pubertad y
tiene un curso crónico, persistiendo durante veinte años o más.
Aftas o úlceras herpetiforme (UH), que corresponde al 10 % restante,
caracterizada por la aparición de múltiples, incluso a veces más de 100
úlceras, de un diámetro aproximado de 1-2 mm. El tiempo de
cicatrización de las lesiones individuales oscila entre 7 y 10 días, aunque
en ocasiones tiende a agruparse, con lo cual se alarga el tiempo de
cicatrización. La UH tiene predilección por el sexo femenino, con una
edad de instauración más posterior que los otro tipos de EAR.
Bagán y cols. en 1991, en un estudio sobre 93 pacientes describe un
71% de EARMi, 21.5% de EARMa y 7.5% de UH. El número de
recurrencias es mayor en los casos de UH, aunque las diferencias no
son estadísticamente significativas; si existía en cambio, significación en
cuanto a la duración de las lesiones, siendo máxima en la EARMa.
Las aftas asientan sobre superficies de mucosa no queratinizada:
Mucosa labial y bucal, superficies lateral y ventral de la lengua, suelo de
la boca, paladar blando y mucosa orofaríngea. No obstante,
ocasionalmente, pueden empezar en mucosa no queratinizada, para
posteriormente extenderse a la encía, bermellón labial, dorso de la
lengua o paladar duro.
Además de los casos de EAR descritos anteriormente, las aftas pueden
presentarse como un signo más dentro del cuadro clínico de una
enfermedad. Por este motivo, autores como Cohen en 1980 propusieron
añadir un cuarto grupo al cuadro general para el caso particular de las
aftas que aparecen en el síndrome de Behçet.
Este cuadro fue descrito por el dermatólogo turco Hulusi Behçet en 1937,
que investigó sobre la individualidad clínica de un cuadro que había sido
observado con anterioridad y que se caracterizaba por aftas bucales
más frecuentemente bucogenitales, asociadas a manifestaciones
sistemáticas diversas, y que él creyó producido por virus.
Tradicionalmente se ha considerado una entidad anatomoclínica
compleja caracterizada por tres grupos de síntomas principales:
• Ulceras orales, que es el hallazgo más constante y la
manifestación inicial en el 60% de los casos
• Ulceras genitales en pene, escroto, vulva, periné, cara interna
de muslo, etc., y Lesiones oculares sobre todo uveitis
recurrente con hipopion, y a veces queratitis, conjuntivitis,
retinitis, etc.
GLOSISTIS:
Inflamación de la lengua. Existen diversos tipos la mayoría de los cuales
provocan alteraciones en el sentido del gusto. Algunas de ellas son:
Glosistis atrófica:
Lengua roja, dolorosa, brillante y lisa que se observa en las anemias
Glosistis de Hunter:
Aparece en la anemia perniciosa y en este caso se acompaña de
pérdida parcial del sentido del gusto y sensación de quemazón.
Glosistis exfoliativa marginada:
Inflamación del dorso de la lengua en que aparecen brotes de
manchas rojas repapiladas rodeadas de un borde blanco.(2)
GLOSOFÍTIA:
Lengua seudonegra producida por una infección por hongos en la que
los micelios forman filamentos que semejan a pelos. En la lengua
aparece una neoformación neopardusca de las papilas filiformes.
7. BIBLIOGRAFÍA