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REVISTA SEMANA

Diciembre 7 de 2019
EDICION 1962

PORTADA
Duque en su laberinto
La situación para el presidente no es fácil. Puede que después de las protestas de este año
consiga la paz política con los partidos. Pero llegar a la paz social con los del paro resultará
mucho más difícil.

El presidente Iván Duque llega a los últimos días de 2019 con un panorama tormentoso. El
escenario no puede ser más adverso y muestra básicamente cuatro fotografías: hay un
inédito movimiento de protesta social con la cacerola como símbolo; el gabinete está
desgastado; el Centro Democrático dividido; y en el Congreso hay muy poco margen de
maniobra para sacar reformas estructurales.
La encuesta divulgada esta semana por Gallup solo vino a dimensionar el delicado momento
por el que atraviesa el Gobierno. Y las conclusiones no son nada alentadoras: el 70 por
ciento desaprueba la gestión de Duque; y 8 de cada 10 colombianos considera que las cosas
en el país empeoran. En los últimos diez años, un pesimismo mayor solo se vio cuando
Santos, en 2013, enfrentó el paro agrario. El diagnóstico revela que los colombianos creen
que empeoran la economía, el desempleo, las relaciones internacionales, la inseguridad, la
educación, la situación del campo y la pobreza.
Ahora que llega la temporada navideña probablemente disminuya la intensidad de las
manifestaciones en las calles. Mientras tanto, el país asistirá a un pulso entre el Gobierno y
los líderes del paro para negociar 13 puntos de un pliego de peticiones. En este hay
inamovibles para Duque, como liquidar el Esmad, e imposibles para el Estado, como echar
para atrás los tratados de libre comercio. Las dos partes tendrán que ceder bastante.
Sin embargo, en lo que va corrido de las conversaciones ha quedado claro que, por lo
pronto, hay muy poco para mostrar. Porque la cosa empezó mal desde el principio. El
Gobierno invitó a Palacio a los miembros del Comité del Paro para iniciar la fase exploratoria
de la conversación, pero estos decidieron pararse de la mesa debido a que aquel había
incluido a los empresarios y a los gremios. En adelante, la tensión entre el Ejecutivo y los
miembros del comité, en lugar de aplacarse, se ha mantenido.
Lo que al principio era un pliego de 13 exigencias terminó convertido en uno de 18, cuando
se sumaron los partidos de oposición y los miembros del movimiento Defendamos la Paz.
Entre los nuevos puntos incluidos, le piden a Iván Duque instalar unos diálogos de paz con
el ELN. El presidente ha sido claro en afirmar que para que eso pase este grupo debe
entregar, como primer requisito, a todos los secuestrados y cesar toda acción criminal. Así
las cosas, hay muy pocas probabilidades de que esto se materialice.

Lo que al principio era un pliego de 13 exigencias terminó convertido en uno de 18, cuando
se sumaron los partidos de oposición y los miembros del movimiento Defendamos la Paz.

Pero el problema para el Gobierno va más allá de la dificultad de cumplir las exigencias por
consideraciones económicas, políticas e institucionales. Tampoco han podido llegar a un
acuerdo sobre la metodología, los miembros y la dinámica de la mesa. Este paro no surgió
por el descontento de un sector en particular, sino por una mezcla de organizaciones de
trabajadores, ciudadanos del común, estudiantes, indígenas, políticos, ambientalistas,
etcétera, con peticiones tan diversas como sus orígenes. Por eso, el Gobierno quiso
sentarlos a todos en una misma mesa para comenzar la conversación. Pero el experimento
no funcionó. Los estudiantes exigían una aparte para tratar los temas de la educación, y los
sindicatos hacían lo mismo para tener un espacio exclusivo de ellos con el Ejecutivo.

Este paro no surgió por el descontento de un sector en particular, sino por una mezcla de
organizaciones de trabajadores, ciudadanos del común, estudiantes, indígenas, políticos,
ambientalistas, etcétera, con peticiones tan diversas como sus orígenes.

Aunque el Gobierno cedió en ese mecanismo y abrió la posibilidad de tener espacios


independientes con los estudiantes y con el Comité del Paro, los resultados todavía no se
ven. En el segundo intento de diálogo con este último tampoco hubo acuerdo y volvieron a
pararse de la mesa. Esta vez, la tensión llegó porque mientras los del comité insisten en un
esquema de negociación, el Gobierno se mantiene firme en su metodología de diálogo. Es
decir, oír y conversar sobre las peticiones de los marchantes sin que estos hagan exigencias
inamovibles. Al término de la jornada, el Gobierno citó a una nueva fase de conversaciones
para el 10 de diciembre. El Comité de Paro, por su parte, anunció una “toma de Bogotá” y
convocó un plantón para el 9 de diciembre en el lugar donde se estará negociando el
aumento del salario mínimo.

Esta vez, la tensión llegó porque mientras los del comité insisten en un esquema de
negociación, el Gobierno se mantiene firme en su metodología de diálogo.

Al ver tan modestos avances de la gran conversación nacional, en la Casa de Nariño han
dejado claro que la administración de Duque no se quedará paralizada ante la situación y
seguirá adelante con las reformas y medidas que considera necesarias para el país. Por esto,
radicó la nueva reforma tributaria –rebautizada ley de crecimiento económico–, que ya
pasó en primer debate. El presidente quiso darle un enfoque social al incluir medidas como
los tres días sin IVA, la devolución de este para los más pobres, el desmonte gradual de los
aportes a salud de los pensionados de menos ingresos, y los beneficios para las empresas
que contraten jóvenes. Pero los miembros del Comité del Paro no vieron con buenos ojos
que el Gobierno radicara el proyecto de ley. Para ellos, esa iniciativa es justamente una de
las razones por las que decidieron convocar la movilización. Para el Gobierno, se trata de
una medida necesaria a fin de garantizar la estabilidad de las finanzas públicas.
Al ver tan modestos avances de la gran conversación nacional, en la Casa de Nariño han
dejado claro que la administración de Duque no se quedará paralizada ante la situación y
seguirá adelante con las reformas y medidas que considera necesarias para el país.
experimento de la gran conversación nacional hoy tiene posibilidades de éxito bastante
inciertas. Los miembros del Comité del Paro tienen un pliego de peticiones que hasta el
momento presentan como inamovibles. El Gobierno, por su parte, podría tender la mano y
adelantar esfuerzos para llegar a acuerdos sobre algunos de los puntos del pliego. Pero en
términos realistas no hay mucho que pueda dar, pues con seguridad no hay plata para
cumplir la mayoría de las exigencias. Así las cosas, si no hay condiciones para que las partes
encuentren puntos de consenso, hoy no es claro a qué pueda llegar todo este ejercicio.
Pero incluso en el escenario de llegar a un eventual acuerdo con los líderes del paro, eso no
va a garantizar que las aguas turbulentas se calmen para Duque. Por eso, el presidente
enfrenta un laberinto. ¿Cómo satisfacer a los del paro que quieren casi todo y,
simultáneamente, al Centro Democrático que le prohíbe casi todo? ¿Cómo conseguir
mayorías en el Congreso sin dar mermelada a partidos que en buena parte quieren
justamente eso? ¿Puede la representación política ser suficiente para resolver su problema
de gobernabilidad?
¿Cómo satisfacer a los del paro que quieren casi todo y, simultáneamente, al Centro
Democrático que le prohíbe casi todo? ¿Cómo conseguir mayorías en el Congreso sin dar
mermelada a partidos que en buena parte quieren justamente eso? ¿Puede la
representación política ser suficiente para resolver su problema de gobernabilidad?
Esta semana, Duque dio el primer paso cuando se reunió en la Casa de Nariño con César
Gaviria, jefe del liberalismo, y con Germán Vargas Lleras, jefe de Cambio Radical. Buscaba
alinear las bancadas de cara a la reforma tributaria. Los diálogos surtieron efecto inmediato.
El martes, en un hecho inusual para un Gobierno que suda y sufre en el Congreso, este
aprobó en primer debate la llamada ley de crecimiento económico a pupitrazo limpio.
Germán Vargas protagonizó ese episodio. Él, que con su demanda había sido el mayor
responsable de que la corte tumbara la primera Ley de Financiamiento, pasó a salvarla en
la segunda. En sus más recientes columnas, el exvicepresidente había bajado el tono, y
mostró puntos de encuentro entre la reforma tributaria que él planteó como candidato y la
del Gobierno. Las dos partes llegaron a un acuerdo que para los entendidos mejora el
producto original.
Por los lados de Gaviria, Duque intenta, por ahora, recomponer una relación que fue crucial
para su triunfo en las elecciones, pero que se deterioró a comienzos de noviembre.
Entonces, el expresidente hizo público su malestar y le pidió a Duque “salir del esquema
absurdo que hoy practica, en el sentido de que no se le puede dar a nadie representación
porque eso es mermelada”.
Gaviria había manifestado que su partido votaría en contra, pero dejó de ser un palo en la
rueda y el liberalismo ayudó. Algo pudo haber tenido que ver el paro con esa pipa de la paz.
Ante la sinfonía de cacerolas, ninguno quiere echarse al hombro la responsabilidad de
haberse atravesado a una salida. En la votación por la ley de crecimiento económico estaba
de por medio el grado de inversión de las calificadoras de riesgo, las cuales durante el
incendio tenían la lupa sobre Colombia más que antes.
Antes del paro corrían rumores según los cuales la calificadora Fitch no estaba muy
convencida de la estabilidad fiscal del país porque se basa en ingresos no recurrentes, como
las utilidades extraordinarias del Banco de la República o la eventual venta de empresas
estatales. En la calificación también ayuda hacer recortes en el gasto público, lo cual ante
el pliego de peticiones del paro parece imposible. En coyunturas difíciles en el pasado, la
solidez institucional ha impedido que a Colombia le bajen el grado de inversión. El paro
tendría consecuencias muy graves si llegara a poner en entredicho esa fortaleza histórica.
Gaviria y Vargas entendieron ese riesgo y por eso ayudaron. Como el presidente Duque
busca un gran acuerdo nacional, algunos han visto este gesto como un primer paso en ese
sentido. Pero esos coqueteos no significan que el compromiso se haya convertido en
matrimonio. Tanto el jefe del Partido Liberal como el de Cambio Radical aclaran que dieron
su respaldo sobre un tema puntual, pero que este no implica que sus respectivos partidos
entren al Gobierno.
En público, Gaviria y Vargas Lleras dejan claro que esto último no depende de que les
ofrezcan ministerios, sino de acuerdos programáticos a los que podrían llegar aún sin la
zanahoria de un puesto en el gabinete. En privado, sin embargo, los dos tienen dudas sobre
qué tan rentable política y electoralmente puede resultar entrar a un Gobierno con 70 por
ciento de rechazo. A pesar de esto, las invitaciones de Duque a Palacio han tendido un
puente de comunicación que no existía.
El presidente Duque, al haber abierto un diálogo directo con los partidos y sus líderes, dio
un primer paso para tratar de salir del laberinto en que se encuentra. Muchos dan por
descontado que a comienzos del año entrante hará cambios en el gabinete. La llegada de
Claudia Blum a la Cancillería y la movida de Carlos Holmes Trujillo a Defensa no aportaron
nada a la gobernabilidad. Seguramente, las figuras que lleguen al Gobierno en el revolcón
ministerial representarán partidos diferentes al Centro Democrático y aportarán votos para
destrabar el bloqueo de Duque en el Congreso.
Aun con gabinete renovado la cosa no le va a quedar fácil al presidente. Puede que logre la
paz política con los partidos, pero la paz social con los promotores del paro va a resultar
mucho más difícil.
Aun con gabinete renovado la cosa no le va a quedar fácil al presidente. Puede que logre la
paz política con los partidos, pero la paz social con los promotores del paro va a resultar
mucho más difícil. Duque puede tener la voluntad, pero no la plata. Esa no es una realidad
política, sino matemática, pues el país atraviesa épocas de vacas flacas. Esa situación a corto
plazo solo aumentará la polarización. Por estos días, la mitad de los colombianos piensa que
una crisis como la actual requiere un Germán Vargas. La otra mitad, por el contrario, la
considera la prueba de que Petro tenía razón. Pero a mediano plazo la gente terminará
cansada de los extremos y dando un viraje hacia el centro, como ya quedó en evidencia en
las últimas elecciones de alcaldes y gobernadores en las que cambió el mapa político. Los
votos para que esta corriente llegue a la Casa de Nariño están. Pero nadie sabe quién los
recogerá.
La encrucijada de la corte
Esta semana será crucial para la Corte Suprema de Justicia. Los magistrados determinarán
si pueden salir del atolladero para intentar elegir al fiscal general y llenar sus propias
vacantes. Si no lo logran, la situación llegará a un punto crítico.
¿Podrá la Corte
Suprema de Justicia,
reducida al límite, salir
del pantano en que
está hace meses y que
tiende a ensancharse?
Eso se preguntan los
16 magistrados
actuales y el país. El
máximo tribunal civil
enfrenta un panorama
extremo e incierto. Los
togados tienen que escoger al próximo fiscal general de la terna que anticipó el presidente
Iván Duque, y además encontrar una fórmula de consenso que les permita también elegir
siete nuevos magistrados para llenar sus vacantes. Pero el tiempo se agotó, y requieren
unanimidad justo cuando abundan las divisiones internas.
La Sala Plena de la Corte Suprema de Justicia debe tener 23 magistrados. Pero en los últimos
meses siete de ellos terminaron su periodo de ocho años sin que les hayan podido nombrar
sus reemplazos. Así, solo hay ocupadas 16 sillas. Se trata del mínimo de votos con que la
corte puede elegir el fiscal general o un nuevo magistrado. Eso significa que en las
condiciones actuales los integrantes de la Sala Plena deberían votar unánimemente. Ahí
está lo complicado.
La presión sobre la Corte Suprema aumentó esta semana cuando el presidente Duque
decidió destapar su terna para fiscal general. El jefe de Estado había dicho, seis meses atrás,
que prefería no desgastar los nombres que postularía y que aguardaría a que la corte
completara los despachos vacíos. Pero cambió de opinión. El martes Duque llegó al Palacio
de Justicia y entregó al presidente de la Corte Suprema, Álvaro García, el documento oficial
con los tres nombres escogidos: Clara María González, Francisco Barbosa y Camilo Gómez.
La corte acusó recibido y aceleró en lo que podía. Citó a los postulados para rendir
entrevista, paso que se agotó el jueves.
La semana entrante los 16 magistrados tendrán un encuentro extraordinario, martes y
miércoles, para empezar las rondas de votación tanto de las siete vacantes como de fiscal
general. Aún cuando logren elegir los nuevos magistrados, estos solo podrán posesionarse
en varias semanas, por lo que no estarán para ampliar el quórum y destrabar la situación.
El máximo tribunal enfrenta un panorama extremo e incierto. Los togados tienen que
escoger al próximo fiscal general de la terna que anticipó el presidente Iván Duque, y
además encontrar una fórmula de consenso que les permita también elegir siete nuevos
magistrados para llenar sus vacantes.
Si no logran consenso esta semana, el lío quedará aplazado para 2020, pues la vacancia
judicial arranca el 19 diciembre y la primera sala plena del año tendrá lugar el último jueves
de enero. Para colmo de males, en febrero termina el periodo el magistrado Ariel Salazar
Ramírez, de la Sala Civil. Si eso ocurre sin que para entonces hayan nombrado reemplazos,
la Corte Suprema de Justicia se reduciría a 15 miembros, y en consecuencia quedaría en un
limbo, sin posibilidad de elegir a nadie. Para salir de esa situación de brazos caídos habría
que explorar mecanismos inéditos. Seguramente el presidente de la república, en el marco
de algún estado excepcional, tendría que expedir un decreto que reforme transitoriamente
el reglamento de la corte y que permita elegir con menos de 16 magistrados.
Eso solo se ha presentado una vez en la historia del país. En la toma a sangre y fuego del
Palacio de Justicia en 1985, quedaron solo 12 magistrados para elegir a 11 faltantes. Por eso
el presidente Belisario Betancur tuvo que declarar la conmoción interior para expedir un
decreto que redujo a 8 votos el mínimo decisorio en la corte. Aquella vez, el país
comprendió la necesidad de recurrir a esa fórmula.
La Sala Plena de la Corte Suprema de Justicia debe tener 23 magistrados. Pero en los últimos
meses siete de ellos terminaron su periodo de ocho años sin que les hayan podido nombrar
sus reemplazos. Así, solo hay ocupadas 16 sillas.
Pero esta vez la Corte Suprema se marchita por cuenta de sus profundas divisiones y
rencillas internas. ¿Tendrá que intervenir el Ejecutivo para lanzar un salvavidas a la cúpula
de la rama judicial? ¿Definitivamente no lograrán los magistrados encontrar un consenso
que anteponga la institucionalidad a sus diferencias particulares?
Las respuestas definitivas llegarán esta semana. El martes los togados intentarán llenar sus
plazas vacías y el miércoles votarán la terna para encontrarle reemplazo en propiedad a
Néstor Humberto Martínez. Los tres postulados a fiscal general hicieron una breve
presentación y respondieron cinco preguntas. Francisco Barbosa lució mejor en la
exposición ante los magistrados. En el Palacio de Justicia dicen que este candidato lleva la
delantera pero aún no con unanimidad. Desde meses atrás, el presidente Duque le anunció
en reserva que lo propondría y eso le permitió activar contactos con la rama judicial antes
que los demás.
De los ternados Barbosa es el más cercano al presidente Duque. Se conocen desde que
estudiaban derecho en la Universidad Sergio Arboleda. El candidato se desempeña como
alto consejero presidencial para los derechos humanos y usó esa experiencia para perfilar
su propuesta a fiscal general. “Yo quiero ser un fiscal de las regiones, no del búnker”, dijo
Barbosa. Y recalcó en varios momentos que apostaría por desplegar la Fiscalía de acuerdo
al mapa de criminalidad del país. También señaló que haría un especial esfuerzo por luchar
contra la deforestación y prometió fortalecer la Policía Judicial y las Fiscalías locales para
dar una respuesta pronta a la inseguridad cotidiana que afecta a la gente en las calles.
La corte le hizo las mismas cinco preguntas a los tres candidatos. Tres de estas inquietudes
tuvieron que ver con asuntos problemáticos cuando Néstor Humberto Martínez llevó las
riendas del búnker: la JEP, las salas de interceptación de la Fiscalía y el caso Odebrecht. Así
envió el mensaje tácito de que a los magistrados les preocupa repetir esos errores y que las
respuestas a esos temas pesarán mucho a la hora de decidir el ganador. El martes Duque
llegó al Palacio de Justicia y entregó al presidente de la Corte Suprema, Álvaro García, el
documento oficial con los tres nombres escogidos: Clara María González, Francisco Barbosa
y Camilo Gómez.
Barbosa dijo que había apoyado la Jurisdicción Especial para la Paz (JEP), y que como fiscal
tendría una buena relación con ella. En efecto, este candidato respaldó la creación de ese
tribunal, incluso trató de ser magistrado allí. Sin embargo, después pasó a ser crítico y desde
que su nombre empezó a sonar para la terna ha guardado estratégico silencio. Respecto al
desgobierno de las salas de interceptación dijo que en el búnker no podían haber ruedas
sueltas y prometió revisar y profundizar las auditorías.
Clara María González, secretaria jurídica de la Casa de Nariño, hizo una exposición en clave
técnica. Dijo que hay que optimizar los recursos de la entidad y aprovechar más la
tecnología y herramientas como la big data. Señaló que le preocupa que la Fiscalía sea la
tercera entidad del Estado con más demandas judiciales, con pretensiones por 54 billones
de pesos, 14,6 veces su presupuesto anual. Así mismo resaltó que 54 por ciento de los
procesos en los que la Fiscalía formuló acusación en 2018 terminaron en sentencias
absolutorias. Y propuso, como fórmula para mejorar los resultados, fortalecer la parte
técnica de las investigaciones.
Frente al tema Odebrecht, González dijo que el país debe obtener resultados “eficientes y
concretos” de esa investigación. Y señaló que con la JEP tendrá un nexo de cooperación con
independencia. Acerca del lío de las salas de interceptación explicó que es necesario
concluir las auditorías para conocer qué ocurrió allí y después “tomar las medidas
pertinentes”. González no hacía su primera presentación ante la Corte Suprema de Justicia.
Duque la ternó también meses atrás cuando había que nombrar un fiscal ad hoc para el
caso Odebrecht, dado los impedimentos del entonces fiscal Martínez. En aquella
oportunidad la aspirante lució nerviosa y le restó posibilidad ser cercana al expresidente
Álvaro Uribe. Las cosas no cambiaron mucho esta semana en su segunda cita.
La corte le hizo las mismas cinco preguntas a los tres candidatos. Tres de estas inquietudes
tuvieron que ver con asuntos problemáticos cuando Néstor Humberto Martínez llevó las
riendas del búnker: la JEP, las salas de interceptación de la Fiscalía y el caso Odebrecht.
Por su parte Camilo Gómez, director de la Agencia para la Defensa Jurídica del Estado, llegó
ante los magistrados con el reconocimiento público de ser el escudero de Andrés Pastrana.
Pero claramente la sombra del expresidente conservador no suma de cara a los
magistrados.
Gómez genera la menor resistencia en sectores que respaldan el funcionamiento de la
Justicia Especial. “La misión de la Fiscalía para construir la paz empieza con la colaboración
armónica con la JEP”, dijo. El excomisionado propuso dar un viraje al funcionamiento de la
Fiscalía y equiparó sus parámetros de eficiencia a los que debe tener un bufete de
abogados. Así propuso quitarles cargas administrativas a los fiscales para fortalecer su
gestión. Trajo cifras que dan cuenta de que los investigadores del ente de control perdieron
el 50 por ciento de los casos que llevó a juicio y solo llevó a sentencia el 5,7 por ciento de
los 2.645.516 procesos activos.
Su comparación con una oficina de abogados resulta lógica dado que por 15 años ha
asesorado legalmente a empresas de diversos sectores. Ha estado en las juntas directivas
de Ecopetrol, Fondo Nacional del Ahorro, Llanogás. En su hoja de vida también registra
haber fundado en Colombia el controversial bufete Mossack Fonseca. La oficina principal
de la firma en Panamá y varias sedes en Latinoamérica tuvieron que cerrar tras décadas de
ayudar a celebridades, oligarcas y criminales mundiales a ocultar sus fortunas. Gómez
aparece como fundador de Mossack Fonseca & Co Limitada en 2009 y quedó desvinculado
en marzo de 2016, semanas antes de estallar el escándalo mundial de Panamá Papers.
La corte le hizo las mismas cinco preguntas a los tres candidatos. Tres de estas inquietudes
tuvieron que ver con asuntos problemáticos cuando Néstor Humberto Martínez llevó las
riendas del búnker: la JEP, las salas de interceptación de la Fiscalía y el caso Odebrecht.
El excomisionado ha explicado que esta vinculación se debe al trabajo que ha desempeñado
durante años como asesor de muchas compañías. Si bien no tiene investigación penal
alguna, de llegar a ser fiscal general tendrá su primer impedimento en un caso de alto
interés nacional.
Gómez es el más político de los candidatos y fue fórmula presidencial de Marta Lucía
Ramírez. Con ella ahora volvió a hacer llave desde la dirección de la Agencia del Estado, por
ejemplo, para empujar una inhabilidad de Odebrecht para contratar en el país. Al igual que
sus contrincantes, critica los resultados de las investigaciones de corrupción de la
multinacional, a los que considera insuficientes.

Los sabios le hablan a Colombia


En momentos en que en las calles piden reformas estructurales, un grupo de 46
académicos, artistas y científicos entregan sus propuestas para repensar el país en los
próximos años. Estas son sus conclusiones.

El jueves, un texto de Gabriel García Márquez volvió a retumbar en Colombia. “Una


educación desde la cuna hasta la tumba, inconforme y reflexiva, que nos inspire un nuevo
modo de pensar y nos incite a descubrir quiénes somos en una sociedad que se quiera más
a sí misma”. Se trataba de las líneas de uno de los manifiestos más profundos del nobel,
vigente 25 años después, en un país que busca trazar por medio de las conclusiones de la
Misión de Sabios una nueva hoja de ruta.
Casi un cuarto de siglo después, un grupo de 46 intelectuales presentó el resultado de un
ejercicio semejante. Un documento de casi 300 páginas contiene su trabajo, que el
presidente Duque describió como un “sueño” que se “cristalizó” en una “creación colectiva
de 300 días, pensada no en el próximo día, sino en la próxima generación”.
Este grupo comenzó su tarea en febrero de este año, buscó trazar un camino en materia de
ciencia, tecnología e innovación y se concentró en ocho focos sobre diversos temas. Estas
son sus principales recomendaciones:
Crear misiones emblemáticas.
Los sabios proponen que el país asuma investigaciones enfocadas que permitan que “la gran
ciencia enfrente grandes problemas”. Moisés Wasserman, uno de ellos, asegura que esta
estrategia “consiste en definir retos cruciales para la nación y acciones ambiciosas para
solucionarlos”. Y presenta un ejemplo: “Aquella decisión del presidente Kennedy de llegar
a la luna antes de terminar la década de los sesenta. Parecía imposible”. El informe
menciona algunos otros casos como el desafío de la humanidad de descifrar el genoma
humano o los avances en física, en inteligencia artificial o en las matemáticas de la robótica.
Para los sabios, las misiones en Colombia deben apuntarles a tres ejes: productividad,
biodiversidad y equidad.
Un documento de casi 300 páginas contiene su trabajo, que el presidente Duque describió
como un “sueño” que se “cristalizó” en una “creación colectiva de 300 días, pensada no en
el próximo día, sino en la próxima generación”.
De cero a cinco años, prioridad total.
“Allí empieza todo. En ese corto espacio de tiempo se establecen más del 90 por ciento de
las conexiones neuronales del cerebro humano, se aprenden la empatía y la convivencia, la
ética, la aceptación de la diversidad, la creatividad y se desarrolla la capacidad de ser
felices”, señala el documento.
No solo es sumar, restar y leer: uno de los principales llamados apunta a que la educación
también tenga como prioridad formar buenos ciudadanos. “Dado el alarmante aumento en
problemas de salud mental en niños, niñas y jóvenes, así como el impacto que han tenido
múltiples formas de violencia sobre la población, el país enfrenta profundos retos para el
bienestar individual y la cohesión social”, advierten. Proponen entrenar a los maestros en
habilidades socioemocionales, competencias ciudadanas y educación en memoria histórica.
El informe también señala que la escuela debe reconocer que “siempre habrá niños con
necesidades especiales, con dislexia, discalculia, dispraxia” y que hay que adaptar la clase
también para ellos.
Completar el bachillerato aún es una tarea.
Según el documento, la educación no es solo un problema de acceso. Para los sabios “se
trata de conectar de manera directa las formaciones que reciben los adolescentes con las
potencialidades económicas, artísticas, culturales y sociales de los municipios”. Proponen
programas de doble titulación que combinen la formación para la educación universitaria
con una educación técnica, y volver obligatoria la artística. Por su parte, el neurolingüista
Rodolfo Llinás lanzó la idea de crear una cátedra de cosmología, “donde los estudiantes
entiendan la estructuración del conocimiento humano… El punto más importante es que
no solamente se hable, sino que se haga”.
25 por ciento de las regalías para la ciencia
Según los sabios, el vínculo entre investigación y desarrollo con el crecimiento económico
es de largo plazo y exige paciencia para consolidarlo. “Bajo ciertos supuestos plausibles, un
incremento del 20 por ciento de la inversión en investigación aumentaría el PIB en 1,12 por
ciento (hoy está en 0,25 por ciento), resultado que se observaría con un rezago de cinco
años”, señalan en el documento. Aseguran también que “los esfuerzos que se requieren
implicarán contratación de créditos, reorientación de presupuestos y propuestas de actos
legislativos reformatorios de la Constitución, para que las regiones destinen 25 por ciento
de las regalías a la educación de la primera infancia, la creación de centros regionales de
innovación”.
El jueves, un texto de Gabriel García Márquez volvió a retumbar en Colombia. “Una
educación desde la cuna hasta la tumba, inconforme y reflexiva, que nos inspire un nuevo
modo de pensar y nos incite a descubrir quiénes somos en una sociedad que se quiera más
a sí misma”.
Cambio climático, educar para cuidar el agua.
De acuerdo con el informe, Colombia tiene que apostar por conocer sus recursos hídricos y
prepararse para el cambio climático global. “Están proponiendo que el conocimiento sea el
valor de crecimiento del país. Colombia puede dejar de depender de las industrias
extractivas y apostarle a una bioeconomía”, señala Silvia Restrepo, vicerrectora de
Investigaciones de la Universidad de los Andes y coordinadora del eje de medioambiente
de la misión. “Podremos tener industrias verdes, aprovechar las energías renovables y
recoger los frutos de estar todos conectados”, dice el documento sobre esta meta.
1,2% del PIB se debe invertir en investigación, una de las propuestas de la Misión de Sabios
Cuidar la salud, promover una vida plena.
Los sabios analizaron el sistema de salud desde el conocimiento científico. Proponen crear
“un modelo de bienestar” para disminuir la desigualdad e iniquidad. Piden priorizar tres
temas: 1) la salud mental, tanto en la población general como en los profesionales de la
salud. 2) Los programas y campañas de prevención y promoción integral de la salud. Y 3) el
acceso a los medicamentos. Este grupo de expertos presentó la Gran Encuesta en Salud,
que, según el médico Juan Manuel Anaya, uno de los sabios, arrojó resultados preocupantes
como que uno de cada cuatro trabajadores de la salud es infeliz. Frente a la formación de
los nuevos profesionales del sector, se propuso: 1) implementar la enseñanza de la
investigación en pregrado, 2) exigir la prueba Saber Pro para obtener el grado profesional y
3) efectuar un examen de recertificación cada cinco años.
No solo es sumar, restar y leer: uno de los principales llamados apunta a que la educación
también tenga como prioridad formar buenos ciudadanos.
Proteger el rol de los maestros.
Una de las propuestas centrales consiste en reestructurar el sistema de formación de los
profesores. Para eso, hay múltiples ideas. Desde crear un programa de becas para
estudiantes con alta calificación en Saber 11 que deseen formarse para educar hasta crear
nuevos pregrados con un programa agresivo de becas en ciencias básicas que acerquen la
investigación y la enseñanza, y “atraigan a estudiantes destacados que hoy no escogen la
docencia como profesión”. Los responsables de formar a los niños del país recibieron los
mensajes más especiales del documento. “Hay que redimensionar el rol del maestro para
convertirlo en un ejemplo vivo de lo que significa ser un aprendiz en el siglo XXI”, dice.
Viveros creativos y de emprendimiento
La Misión propone la iniciativa emblemática de “viveros creativos”, un modelo de
relacionamiento del Estado, instituciones educativas, empresas y el sector productivo para
crear laboratorios de creación, incubadoras de emprendimientos y centros con
programación abierta al público. Plantean que para 2030 deben funcionar al menos dos
viveros creativos en cada departamento del país. Estos deben generar valor económico a
partir de contenidos originales basados en la cultura local de cada región.

El poder local saca la cara en la encuesta Gallup


Mientras el pesimismo cunde a nivel nacional y hay desencanto frente a las instituciones,
en el escenario regional el panorama es bien distinto. Los alcaldes de las principales
ciudades y los gobernadores salen bien valorados.
Mientras los colombianos consideran que las cosas en el país empeoran, en las ciudades y
departamentos respiran un aire distinto. Hay optimismo. Los ciudadanos valoran
positivamente la gestión de los alcaldes de las principales ciudades e igualmente la tarea
realizada por los gobernadores, que entran ya en los días finales de sus mandatos.

El alcalde de
Bogotá,
Enrique
Peñalosa, viene
creciendo en
las encuestas.
Su aprobación
ha aumentado
gracias a las
obras que ya
empiezan a ver
los capitalinos.
Sacó adelante el Metro.
La nueva encuesta de Gallup muestra una buena calificación para los mandatarios de
Barranquilla, Alex Char; Medellín, Federico Gutiérrez; Cali, Maurice Armitage; y
Bucaramanga, Manolo Azuero. En el caso de Bogotá, hay una tendencia de crecimiento en
la valoración positiva hacia el alcalde Enrique Peñalosa, gracias a las obras que empiezan a
ver los capitalinos y a proyectos concretados, como la primera línea del metro. Los mismos
números positivos se ven en los departamentos. La gobernadora del Valle, Dilian Francisca
Toro; el gobernador del Atlántico, Eduardo Verano de la Rosa; y el gobernador de Antioquia,
Luis Pérez, salen bien calificados.
El alcalde de Cali, Maurice
Armitage, termina su periodo
bien calificado. Su estilo
gerencial y su gran apuesta por
la educación, entre lo más
destacado de su trabajo.
¿Por qué este escenario
regional tan diferente del que
vive el país? Algunos analistas
explican que, al menos en el
caso de Barranquilla, Medellín y la Gobernación del Valle del Cauca, los líderes políticos
“entendieron que gobernar no es solamente administrar, sino guiar a un colectivo de
ciudadanos, conectarlos con sus sueños y hacerlos realidad”, como anota Carlos Suárez,
CEO de la firma Estrategia y Poder. “Ante la ausencia de un liderazgo central, los
gobernantes regionales materializan logros en sus respectivos territorios y brillan con luz
propia”, añade.

El alcalde de Barranquilla, Alex


Char, registra cifras récord de
aprobación y popularidad, lo
que demuestra el éxito que tuvo
nuevamente al frente de la
capital del Atlántico.
En el caso del Atlántico, Char
transformó nuevamente a
Barranquilla y su gestión se
convirtió en la más valorada del
país. El 95 por ciento aprueba lo que hizo en estos cuatro años, una cifra soñada para
cualquier mandatario. Barranquilla, conocida en el pasado por sus calles embarradas, hoy
tiene el 98 por ciento de sus barrios pavimentados. En el caso del gobernador Verano de la
Rosa, le atribuyen su éxito, entre otras, a que los fines de semana recorrió cada municipio
y se concentró en sacar adelante unas 400 obras.

Al alcalde de Medellín, Federico


Gutiérrez, le reconocen el discurso de
mano dura contra la criminalidad. En
los cuatro años logró conectarse de
forma natural con los ciudadanos.
En Medellín, el alcalde Gutiérrez logró
conectar de forma natural con los
ciudadanos. Su discurso de mano dura
contra los criminales siempre cae bien en Antioquia. Además, hay algo que no es menor: el
alcalde no ha perdido el carisma que exhibió en las épocas electorales con los
medellinenses. Por su parte, el gobernador Pérez se dedicó de lleno a inaugurar vías por el
departamento, puso en marcha la universidad digital, el túnel de Oriente, el túnel del Toyo
y concretó la construcción del
Puerto de Turbo, una obra que
cambiará a Antioquia.
La gobernadora del Valle, Dilian
Francisco Toro, logró vencer la
resistencia inicial de la opinión
pública. Entre sus principales logros
está haber recuperado el Hospital
Universitario del Valle.
Por los lados del Valle, la
gobernadora Toro consiguió
superar esa resistencia con la que la recibió un sector de la opinión pública y al final logró
metas que parecían imposibles: por ejemplo, salvó al Hospital Universitario del Valle, que
había recibido agonizante y con una recomendación del Gobierno nacional de liquidarlo. El
Valle Líder, además, fue parte central de su estrategia de comunicación, que dio buenos
resultados. El alcalde de Cali, Maurice Armitage, logró imponer un estilo gerencial y se la
jugó a fondo por la educación.

El alcalde encargado de
Bucaramanga, Manolo Azuero,
continuó con el discurso
anticorrupción de Rodolfo
Hernández y trabajó por recuperar
las finanzas de la capital de
Santander.

En Bucaramanga, el alcalde
encargado, Manolo Azuero, le dio continuidad al discurso anticorrupción de Rodolfo
Hernández, que decidió renunciar a su cargo tras una suspensión de la Procuraduría por
participar en política. Azuero, la mano derecha de Hernández, supo conducir el tramo final
de un gobierno que logró proponer una manera distinta de dialogar con el Concejo.

El gobernador del Atlántico,


Eduardo Verano de la Rosa,
se dedicó a recorrer los
municipios del
departamento y a sacar
adelante unas 400 obras.
Tuvo una buena
interlocución con el
Gobierno nacional.
En conclusión, mientras el presidente Duque se raja, los alcaldes y gobernadores cierran el
año con broche de oro.

El primer hijo de la Misión


El mismo día en que la Misión de Sabios dio a conocer sus recomendaciones, el presidente
Iván Duque firmó el decreto que crea el Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación,
una deuda pendiente por años. Preocupa su presupuesto.

Hace un par de años, cuando al


doctor Rodolfo Llinás le
preguntaron por la conveniencia de
crear un ministerio de ciencia,
contestó escuetamente: “No me
parece importante, me parece
esencial”. El científico, uno de los
más importantes del país, resumía
así un anhelo postergado de esa
comunidad. Por eso, el nacimiento de esta cartera, el día que la Misión de Sabios entregó
su informe, tiene tanto significado.
Con la decisión del Gobierno, el Departamento Administrativo de Ciencia, Tecnología e
Innovación (Colciencias) se transforma. La entidad, creada en 1968 por Carlos Lleras
Restrepo, había liderado en el país la investigación y desarrollo. Ahora, como ministerio,
deberá dirigir la política y el sistema de ciencia, tecnología e innovación de Colombia.
“Colciencias necesitaba una nueva oportunidad para hacer las cosas mucho mejor, y es
esta”, señala su director, Diego Fernando Hernández.
El alto funcionario explica que este cambio permitirá estructurar los retos del sistema de
ciencia, tecnología e innovación, así como participar del Consejo de Ministros y en los
Conpes para lograr un mayor impacto. La estructura de la nueva dependencia incluye el
Viceministerio de Conocimiento, Innovación y Productividad y el Viceministerio de Talento
y Apropiación Social del Conocimiento, ambos propuestos por la Misión de Sabios.
El Ministerio de Ciencia no está exento de polémica. Su financiación es uno de los
malestares del movimiento estudiantil. Líderes como Jennifer Pedraza y Alejandro Palacio
han señalado este punto como una de las razones para salir a marchar. Según Pedraza,
después del paro estudiantil de 2018, acordaron que en 2020 el rubro para Colciencias
llegaría a 300.000 millones de pesos. Sin embargo, en la Ley de Presupuesto quedó
estipulado un monto de 78.500 millones.
No solo los estudiantes se preocupan. De hecho, el informe hace especial hincapié en este
punto. “El financiamiento de la ciencia, tecnología e innovación en Colombia ha sido
crónicamente bajo y es el principal cuello de botella para su desarrollo”, dice el documento.
El director de Colciencias asegura que esos temores no tienen asidero, pues habrá una
inversión creciente y cada vez más cercana al promedio de los países de la Ocde. Niega que
solo dispongan de 78.500 millones de pesos para el próximo año. “La entidad cuenta con
392.000 millones de pesos para 2020, de los cuales 90 por ciento son para inversión, es
decir, 26.000 millones para funcionamiento… Lo que ha dicho el presidente, y está
anunciado en el Plan Nacional de Desarrollo, es que queremos llevar la inversión al 1,5 por
ciento del PIB, que representa 16,2 billones de pesos”, sostiene.
Pero entre los expertos hay una molestia puntual. La Ley 1951 de 2019 estipula que “el
Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación para iniciar su labor no debe generar gastos
adicionales de personal ni generales a los que al momento de su creación tenga
presupuestado Colciencias”.
Uno de sus desafíos consiste en apalancar el crecimiento de recursos con el sector
empresarial. Ecopetrol, por ejemplo, anunció que destinará 30 millones de dólares en tres
años para proyectos de investigación y desarrollo, trabajo colaborativo con universidades y
centros especializados. El ministerio deberá lograr que otras empresas destinen más
recursos como esos.
Por otro lado, el nuevo organismo es apenas un paso. Los sabios aseguran que se necesita
un sistema de gobierno de la ciencia mucho más extenso, en el que la nueva cartera oficiará
“como un director de orquesta”. También proponen crear un consejo nacional de política
de ciencia, un consejo científico nacional y una agencia ejecutora. De que este sistema
engrane, fluya y cuente con la inversión necesaria dependerá que el ministerio tenga éxito.

La verdad del general Maza


El exdirector del DAS está sentenciado a 30 años por el magnicidio de Luis Carlos Galán.
Ante la JEP insiste que altos mandos del Ejército estuvieron detrás del crimen. Con esta
versión busca expiar sus culpas.

Con 77 años, el general retirado


Miguel Maza Márquez juega su
última carta para limpiar de su
historia de cazanarcos el
asesinato de Luis Carlos Galán.
Luego de dirigir el DAS por seis
años, el oficial terminó ante el
sistema judicial, que lo encontró
responsable en calidad de
coautor del magnicidio más doloroso de finales de los ochenta. La Corte Suprema de Justicia
condenó al general a 30 años de cárcel por el crimen, producto de una alianza de
paramilitares y mafia con la cúpula del DAS.
Maza Márquez, al tiempo que purga su condena, lleva dos años tocando las puertas de la
Jurisdicción Especial para la Paz. Asegura que los hechos por los que los juzgaron guardan
estrecha relación con el conflicto (argumento que rechaza la familia Galán), y que por tanto
el tribunal de paz debe revisar su sentencia.
Ernesto Báez señaló que el líder de las AUC se comprometió a colaborar con el DAS en la
persecución de Pablo Escobar a cambio de que esa entidad ayudara en la fuga de la cárcel
La Picota al asesino de Galán, Jaime Eduardo Rueda Rocha, quien efectivamente se fugó.
Una primera instancia en la JEP rechazó el expediente del general. Pero este apeló e insiste
en que su proceso debe tener una nueva oportunidad. Maza quiere mucho más: recalca su
inocencia y aspira a recuperar la libertad. Su apelación está en manos del tribunal de cierre
de la JEP, que decidirá esta semana.
Maza pretende entrar a la JEP con una confesión de tres capítulos. El primero es el más
jugoso y relevante para la verdad histórica. El oficial asegura que altos oficiales del Ejército,
que a su vez ocuparon altos cargos en el Estado, planearon el magnicidio, lo ejecutaron y
encubrieron los autores materiales. Para convencer a los magistrados, Maza relaciona a seis
oficiales vinculados a inteligencia militar, de quienes se ha acreditado una alianza con
paramilitares de tiempo atrás. No obstante, los trae a colación a manera de contexto para
que la JEP sepa que son pistas concretas y que la información que está dispuesto a aportar
es veraz.
Luego de dirigir el DAS por seis años, el oficial terminó ante el sistema judicial, que lo
encontró responsable en calidad de coautor del magnicidio más doloroso de finales de los
ochenta. Maza Márquez, al tiempo que purga su condena, lleva dos años tocando las
puertas de la Jurisdicción Especial para la Paz. Asegura que los hechos por los que los
juzgaron guardan estrecha relación con el conflicto.
En su ofrecimiento, Maza comienza a armar un rompecabezas en cuyas piezas centrales,
por ahora, aparecen miembros de inteligencia militar que habrían entrenado paramilitares,
conseguido armas y realizado alianzas macabras con el narcotráfico. Encabeza la lista el
capitán Luis Javier Wanumen Camargo, condenado por la Corte Suprema de Justicia a 50
meses de cárcel por los delitos de intercepción de correspondencia oficial y cohecho. En
1991, el oficial cayó en manos de las autoridades mientras portaba documentos que
demostraban que los tentáculos del cartel de Medellín habían infiltrado las entrañas de los
servicios de inteligencia militar. En los papeles estaban los detalles de un atentado con carro
bomba contra el propio general Maza, ejecutado cinco días después.
El general también trae a colación el papel del teniente Luis Antonio Meneses Báez,
conocido como Ariel Otero, quien tras una larga carrera en el Ejército, se unió a los paras
en calidad de jefe y contribuyó para que mercenarios israelíes –como Yair Klein– entrenaran
tropas en Colombia. “Asumió la comandancia de la estructura criminal y coordinó la
recepción de material armamentístico venido de Israel, armas con las que se cegó la vida
de Galán”, asegura el exdirector del DAS.
Además, subraya el papel del mayor Óscar Echandía Sánchez, exalcalde militar de Puerto
Boyacá, que admitió ante la justicia haber participado en la formación de grupos
paramilitares entrenados por mercenarios extranjeros. Echandía es un eslabón clave de la
alianza de militares, autodefensas y carteles del narcotráfico. El general Maza también
refiere al general Jorge Salcedo Victoria, de quien recuerda la confesión de su hijo. Este
último aseguró haber contactado en Londres al mercenario David Tomkins para que
impartiera cursos de formación paramilitar en el Magdalena Medio. De allí –dice– salieron
los autores materiales del magnicidio.
Asimismo, en el documento que revisa la JEP aparece el nombre de Carlos Humberto
Franco, quien se desempeñó como agente de control de Luis Eduardo Rueda Rocha (autor
material del magnicidio), y entregó carnés del B2 a los gatilleros para facilitar su ingreso al
lugar de los hechos y su posterior escape. Junto a ellos, Maza menciona al coronel Luis
Bohórquez Montoya, excomandante del Batallón Bárbula. Esta es la cuna de varios
protagonistas paramilitares como Alonso de Jesús Baquero, alias Negro Vladimir; Diego
Viáfara Salina, y los autores materiales del homicidio de Jaime Pardo Leal, candidato
presidencial por la UP.
Maza Márquez, al tiempo que purga su condena, lleva dos años tocando las puertas de la
Jurisdicción Especial para la Paz. Asegura que los hechos por los que los juzgaron guardan
estrecha relación con el conflicto (argumento que rechaza la familia Galán), y que por tanto
el tribunal de paz debe revisar su sentencia.
El general Maza, quien hizo su carrera en la Policía, considera infortunado que los
investigadores sigan sin explorar la participación de altos oficiales del Ejército en el
magnicidio. “No es de poca relevancia la información que puedo suministrar por la acción
u omisión de altos mandos militares en los hechos atribuidos a los grupos paramilitares”,
señaló. Enfatiza que esta relación sirvió de plataforma no solo para el magnicidio, sino para
auténticos crímenes de lesa humanidad como el genocidio de la Unión Patriótica (UP).
"Por la justicia, por la democracia, por la paz, siempre adelante ni un paso atrás": Los
mejores discursos de Galán
Maza dirigió el hoy extinto DAS entre mayo de 1985 y septiembre de 1991. En ese periodo
murieron asesinados algunos dirigentes de la UP como Pardo Leal, José Antequera, Teófilo
Forero, Bernardo Jaramillo Ossa, y otras figuras de la izquierda como Carlos Pizarro. En
todos estos casos, las víctimas habían solicitado la protección del DAS.
El general tendrá el reto de controvertir una condena histórica en su contra basada en las
declaraciones de algunos jefes paramilitares, con Ernesto Báez a la cabeza. El
excomandante del bloque Magdalena Medio de las AUC murió hace un mes, después de
confesar los detalles de la alianza de Maza Márquez con el paramilitar Henry de Jesús Pérez,
fundador de los grupos paras en el Magdalena Medio. Según Báez, Pérez obtuvo unas
grabaciones que dejaban mal parado a comandantes del Ejército y al general Maza, y estas
le habrían servido de mecanismo de presión para sellar el apoyo del Estado en múltiples
crímenes. Báez señaló que el líder de las AUC se comprometió a colaborar con el DAS en la
persecución de Pablo Escobar a cambio de que esa entidad ayudara en la fuga de la cárcel
La Picota al asesino de Galán, Jaime Eduardo Rueda Rocha, quien efectivamente se fugó.
Esta versión pesó en la condena que finalmente expidió la Corte Suprema de Justicia contra
Maza.
¿Corrupción judicial?
Maza Márquez se compromete a referirse a un segundo capítulo relacionado con su
proceso penal ante la Corte Suprema. El general asegura que funcionarios judiciales que
conocieron del caso “le exigieron altas sumas de dinero a cambio de proferir una decisión
favorable”. Maza apunta a que por cuenta de la corrupción, el Estado colombiano incumplió
su deber de investigar, enjuiciar y sancionar a los reales autores y partícipes de graves
violaciones a los derechos humanos.
Maza no confesará su participación en el crimen de Galán, pero sí asevera que
organizaciones criminales penetraron el organismo de seguridad que dirigió. De modo que
en el tercer capítulo de su confesión hará un mea culpa por las deficiencias estructurales
del DAS, lo que permitió a los criminales infiltrarse en algunos niveles.
El general Maza, quien hizo su carrera en la Policía, considera infortunado que los
investigadores sigan sin explorar la participación de altos oficiales del Ejército en el
magnicidio. “No es de poca relevancia la información que puedo suministrar por la acción
u omisión de altos mandos militares en los hechos atribuidos a los grupos paramilitares”.
El tribunal de cierre de la JEP se pronunciará esta semana y agotará en su decisión diversos
problemas legales. ¿Maza puede ser considerado combatiente por el fuero que tuvo como
policía, o como un agente de Estado al haber dirigido una entidad de inteligencia civil? ¿El
magnicidio de Galán es un crimen enmarcado en el conflicto y por tanto de competencia de
la JEP? ¿Quién debe conocer la información que Maza entregará sobre la alianza DAS,
paramilitares y mafia para cometer crímenes como el exterminio de la Unión Patriótica? ¿La
JEP o la Corte Suprema de Justicia?
En los próximos días, el general conocerá las respuestas a esos dilemas y el país sabrá si el
caso de Galán aterriza en la justicia transicional. O si se mantiene en la ordinaria, donde, al
cabo de 30 años, registra pocos resultados. Si la JEP lo acepta, Maza avanzará hacia su
segundo propósito: que su contribución a la verdad le alcance para conseguir la boleta de
libertad y para limpiar su nombre. Todo eso está por verse.

Nuevo escándalo
Una investigación de Armando.info revela cómo diputados opositores se prestaron en
Venezuela para limpiar el oscuro historial de Alex Saab y la vasta red empresarial que el
barranquillero tejió gracias a los negocios que le ha otorgado Nicolás Maduro.

Un estruendo sacude a la oposición


venezolana. La investigación de
Armando.info, website venezolano
especializado en periodismo investigativo,
destapó cómo diputados opositores al
gobierno de Nicolás Maduro, en su
mayoría de la Comisión de Contraloría de
la Asamblea Nacional, se prestaron para
lavarles la cara a empresarios cercanos al propio Maduro como el colombiano Alex Saab,
sancionado en julio por el Departamento del Tesoro y considerado en Estados Unidos
testaferro del líder chavista.
El reportaje, publicado el primero de diciembre, desató una tormenta política en la
oposición, encabezada por Juan Guaidó, presidente de la Asamblea Nacional y presidente
encargado de la república desde el 23 de enero. Con nombres, apellidos e identificación
partidista, el trabajo describe a los parlamentarios que, actuando a nombre de la Asamblea
Nacional y de la propia Comisión de Contraloría, se prestaron para limpiar el historial del
colombiano y su vasta red empresarial, así como negar la existencia de cualquier
investigación administrativa en su contra. Todo ello justo en el momento en el que varias
jurisdicciones del mundo indagaban sobre sus oscuros negocios con el chavismo.
El reportaje de Armando.info desató un escándalo en la oposición al revelar la complacencia
de sus miembros con empresarios del entorno más cercano de Maduro.El 9 de octubre los
diputados José Brito y Adolfo Superlano entregaron en Bogotá en la Fiscalía General de la
Nación una carta en defensa de Carlos Lizcano. Este empresario colombiano opera en
Venezuela varios de los negocios del barranquillero Alex Saab.
Todo comenzó en 2018. Desde entonces el diputado Luis Parra, del partido Primero Justicia,
inició contactos con Carlos Rolando Lizcano Manrique, empresario colombiano que opera
en Venezuela negocios de Alex Saab y su socio, el también colombiano Álvaro Pulido Vargas.
A partir de allí tejieron una trama que involucró otros ocho diputados de varios partidos de
una cada vez más fragmentada oposición. Se trata de José Brito y Conrado Pérez, también
de Primero Justicia, Richard Arteaga y Guillermo Luces, de Voluntad Popular –el partido de
Guaidó-, Chaim Bucaram, Héctor Vargas y William Barrientos, de Un Nuevo Tiempo, y
Adolfo Superlano, hasta hace poco de la novel agrupación Cambiemos.
Los diputados llegaron con su gestión, incluso, a instancias internacionales. La más reciente
ocurrió el 9 de octubre cuando los diputados José Brito y Adolfo Superlano consignaron una
carta ante la subdirección de gestión documental de la Fiscalía General de la Nación, en
Bogotá. Allí favorecían a Carlos Lizcano, nacido en Cúcuta pero nacionalizado venezolano
recientemente, y su compañía Salva Foods, responsable de las Tiendas Clap:
“Nos permitimos oficializarle que luego de la verificación en los archivos correspondientes
a los asientos del libro de denuncias, se concluye que para la fecha motivo del análisis no
existe ninguna acción incoada en contra del precitado: Carlos Rolando Lizcano Manrique, ni
de su razón comercial Salva Foods 2015, C.A”, dice la carta fechada el 20 de septiembre de
2019 y obtenida en exclusiva por Armando.info.
Carlos Lizcano y su empresa Salva Foods son apenas dos de los eslabones de la compleja
red empresarial que Saab y Pulido idearon para controlar el programa estatal de los Comité
Locales de Abastecimiento y Producción (Clap) desde su inicio en 2016. Esta involucra a
sociedades en Colombia, Hong Kong, México y más recientemente en Turquía y Emiratos
Árabes Unidos. Carlos Lizcano también desempeña un papel clave en la estructura de Saab
para explotar y comercializar el oro venezolano.
La carta suscrita por varios diputados de oposición confirma que estos intentaron limpiar el
historial de los oscuros negocios de Alex Saab con el chavismo.
Esa gestión del 9 de octubre ante la Fiscalía de Colombia resulta asombrosa, si se tiene en
cuenta que esa entidad también ha investigado los negocios de Alex Saab y este año le
imputó varios cargos en el denominado caso Shatex. Pero oficios como el que entregaron
los diputados de oposición en Bogotá pudieron llegar, incluso, hasta el Departamento del
Tesoro, quizás donde vigilan a Saab con más ahínco desde hace años.
Los jefes de los partidos políticos pronto apartaron de sus filas a los involucrados en el
escándalo. El propio Guaidó anunció, horas después de salir el informe de Armando.info,
que asumiría el asunto la Comisión de Contraloría, así como una “comisión especial” para
conocer exactamente lo que pasó y determinar responsabilidades. La tormenta apenas se
iniciaba.
Los diputados involucrados en el escándalo primero atacaron a los periodistas. Luego
pasaron a dar versiones contradictorias para explicar lo sucedido en la Comisión de
Contraloría. Después afirmaron que alguien había falsificado sus firmas en esas
certificaciones en favor de Alex Saab y Carlos Lizcano. Y lo peor llegó cuando algunos de
ellos lanzaron descalificaciones y acusaciones contra los jefes de los partidos y hasta contra
el propio Guaidó, en un claro intento por desviar la atención del escándalo inicial.
Ahora el tiempo corre contra Juan Guaidó y la oposición venezolana. El presidente
encargado le dio a la “comisión especial” un plazo de 15 días para presentar los resultados.
Ya han interrogado al personal técnico y administrativo que labora en la Comisión de
Contraloría. Esta semana les llegará el turno a los diputados involucrados.
Sin embargo, en el horizonte ya aparece el 5 de enero, día en que la Asamblea Nacional
debe elegir a su presidente para el último año de un periodo legislativo que comenzó en
enero de 2016, pero que el chavismo ha logrado anular por la vía de los hechos y maniobras
judiciales. En el aire está la propia continuidad de Juan Guaidó al frente del parlamento.
En medio de la tormenta desatada sobre los diputados de la Comisión de Contraloría,
surgieron las voces de otros diputados de oposición que alertan del plan del chavismo para
comprarlos. Varios de ellos reconocen públicamente haber recibido ofrecimientos de hasta
un millón de dólares para votar contra la continuidad de Guaidó al frente de la Asamblea
Nacional en enero.

Mejores líderes de Colombia


El premio Los Mejores Líderes de Colombia, en su novena entrega, destacó a esos líderes
individuales y colectivos que han tomado la iniciativa para resolver o poner en el debate
público importantes retos de la sociedad colombiana y su democracia.
Comprometido con la paz
Emilio Archila,ha demostrado que el gobierno de Duque, con varias reservas sobre los
acuerdos, puede aplicar lo pactado independientemente del concepto que el presidente
tenga de esto, pues ve su implementación como una política de Estado y no de Gobierno.

Hace año y
medio, cuando le
ofrecieron el
puesto de
consejero
presidencial de
paz, Emilio
Archila trabajaba
cómodamente
en su oficina de
abogados y era
director de
estudios del Departamento de Derecho Económico del Externado. Si no fuera porque había
votado Sí al plebiscito, probablemente no habría aceptado. Pero asumió el cargo como un
asunto de coherencia moral.
Tiene nada menos que la responsabilidad de implementar lo que las Farc y el Gobierno de
Juan Manuel Santos pactaron en La Habana. Y ha contado con la virtud de hacerlo sin
politizarse, de manera práctica, casi gerencial.
Con los Programas de Desarrollo con Enfoque Territorial (PDET) –inaugurados en el
Gobierno anterior– construyó el diálogo social más ambicioso de la historia del país. En este,
los habitantes de 171 municipios y 11.000 veredas donde también viven unos 3.500
excombatientes, participan en el trabajo por mejorar sus condiciones de vida. El Estado por
fin está llegando con vías, escuelas, agua y electricidad. Los principales garantes de la paz.
Archila ha demostrado que el gobierno de Duque, con varias reservas sobre los acuerdos,
puede aplicar lo pactado independientemente del concepto que el presidente tenga de
esto, pues ve su implementación como una política de Estado y no de Gobierno. Se cercioró
de propiciar una integración fluida entre su política de paz con legalidad y el cumplimiento
de los acuerdos en lo que él denomina una hoja de ruta única. Y ha asignado recursos
destinados específicamente a la implementación, algo que parecía muy poco probable en
un Gobierno que votó No a los acuerdos.
ENTREVISTA

“Interrumpir TransMilenio debería tener consecuencias graves”


SEMANA habló con la gerente del sistema María Consuelo Araújo acerca de los destrozos
que sufrieron buses y estaciones por cuenta del vandalismo.

SEMANA:¿En cuánto calculan los daños para TransMilenio?


M.C.A.: De las 138 estaciones que tiene el sistema, 105 fueron vandalizadas. Y de los 2.000
buses rojos y 5.000 buses azules, dañaron 360. Esos cálculos van hasta ahora en 5.000
millones de pesos, pero no hemos contabilizado las 300 bicicletas que se robaron en el
portal de Suba, la infraestructura de los techos de las estaciones para que no colapsen, lo
que se ha dejado de recibir por los usuarios que no han ingresado al sistema, entre otros.
Esos costos adicionales podrían ser otros 4.500 millones de pesos.

SEMANA: ¿De dónde sale el dinero para pagar estas reparaciones?


M.C.A.: De los impuestos de los ciudadanos. Ese dinero hubiera servido para otras cosas
que necesitamos como colegios, centros de salud, vías o un mejor sistema de transporte
para todos.

SEMANA: ¿Qué han hecho para seguir operando?


M.C.A.: TransMilenio mueve al 60 por ciento de los bogotanos, al día hace 2,5 millones de
viajes. Por eso no podíamos dejar de operar. Las estaciones no están completamente
reparadas porque los daños son tan graves que no se arreglan de un día para otro. Entonces
las dejamos operables y hemos puesto a gestores de convivencia para que eviten que las
personas pasen de las líneas amarillas que están a una distancia de las puertas para evitar
accidentes. Debido a que varios torniquetes y registradoras fueron vandalizadOs, también
hay un personal que está haciendo los registros.

SEMANA: Hay quienes dicen que si no bloquean una vía el Gobierno no les pone atención
y que por eso es necesario bloquear TransMilenio...
M.C.A.: Detener TransMilenio es detener la productividad de la ciudad. Yo les diría que
piensen que hay personas que no tienen otra manera para movilizarse. Algunas han tenido
que caminar cuatro horas después de una jornada de trabajo por los bloqueos y actos
vandálicos. Así como la protesta pacífica es un derecho que hay que respetar, el derecho a
la movilidad y al trabajo, también.

SEMANA: ¿Qué piensa de la decisión de no enviar a la cárcel a Epa Colombia?


M.C.A.: Epa Colombia es una influencer con más de 400.000 seguidores que no solo causó
daños en el sistema, y que nos cuestan a todos 1.200 millones de pesos, sino que incitó a
otros a hacer lo mismo, es decir, pasó por encima de los derechos de los demás y afectó
bienes públicos. Nosotros rechazamos desde el primer momento estos actos. Sin embargo,
respetamos a los jueces, así no estemos de acuerdo con su decisión.

SEMANA: ¿Cómo va el proceso para judicializar a las demás personas que dañaron el
sistema?
M.C.A.: Avanza bien. Hemos trabajado de la mano de la fuerza pública y de la Fiscalía con
un gran énfasis en que hay un perjuicio no solamente para TransMilenio, sino para la
ciudadanía. Interrumpir la prestación de un servicio público esencial como es el transporte
debería tener consecuencias muy graves.

SEMANA: Hablemos de otros problemas que ha tenido TransMilenio y que siguen


afectando el sistema, por ejemplo los colados. ¿Qué se ha hecho al respecto?
M.C.A.: Contratamos un estudio de la Universidad Nacional para focalizar cuáles eran los
lugares donde la gente más se colaba y cuáles eran las pérdidas. Nos dijeron que el sistema
perdía por colados 223.000 millones de pesos (con lo que se puede hacer el cable de San
Cristóbal, por ejemplo) y que los colados representaban el 15 por ciento de los viajes. Para
evitar esto, hemos puesto barreras en 40 estaciones y adelantado varias campañas de
pedagogía. Esta cifra de colados se ha reducido y las divulgaremos en los próximos días.

SEMANA: Los usuarios se quejan de las frecuencias, las filas para ingresar y lo incómodos
que viajan en los buses. ¿Cómo se ha avanzado en ese sentido?
M.C.A.: Uno de nuestros logros es la renovación de la flota de TransMilenio. Con los 1.441
buses nuevos, de los cuales 964 son biarticulados, se aumenta la capacidad. Cuando
llegamos a la alcaldía, el 40 por ciento de la flota estaba tan vieja que no le funcionaba el
dispositivo de localizador. Esta nueva flota tiene GPS, entonces la gente podrá saber
exactamente cuánto tiempo se demora en llegar su bus. (...) Más de la mitad de la flota es
a gas euro VI y con esto lo que contamina TransMilenio pasó de representar el 1,8 al 0,4 por
ciento. Además estrenamos la recarga de la tarjeta Tu Llave en línea, y eso disminuirá los
tiempos.
SEMANA: Hay constantes quejas por robos y las mujeres denuncian permanentemente
que son víctimas de abuso y acoso en TransMilenio. ¿Están funcionando las medidas que
han tomado?
M.C.A.: Cuando yo llegué había 300 policías en el sistema. Ahora tenemos 900, gracias a un
convenio que hicimos en el que invertimos 10.000 millones de pesos y las denuncias y
capturas han aumentado. También hicimos un convenio con la Secretaría de la Mujer para
que fuera más sencillo denunciar estos casos de acoso y se han capturado a 67 personas.
Los nuevos buses además tienen cámaras para que sea más fácil identificar a las personas
que roban en el sistema.
"Detener TransMilenio es detener la productividad de la ciudad (...) Así como la protesta
pacífica es un derecho que hay que respetar, el derecho a la movilidad y al trabajo,
también".

SEMANA: Según algunas mediciones, los usuarios se incomodan con los vendedores
ambulantes y las personas que piden dinero. Pero estas personas encuentran en esta
opción su forma de sobrevivir…
M.C.A.: Una de las cosas importantes que hicimos fue hacer el censo con el IPES y
encontramos que en TransMilenio se movían cerca de 1.200 vendedores ambulantes.
Hemos hecho tres ferias de empleo y algunos se han sumado y otros no. El problema es que
ellos no se van a bajar si la gente les sigue comprando o dando dinero. Por eso también nos
inventamos las monedas de cambio para que en vez de darles dinero la gente les dé la
información con la oferta del Distrito.

SEMANA: En el SITP, el reto era que 1,6 millones de personas no se queden sin transporte
por cuenta de la posible quiebra de los operadores. ¿Cómo va el otrosí que se firmó para
sacarlo a flote?
M.C.A.: Se ha cumplido el cronograma. Con el otrosí se logró que el SITP no se quebrara y
además el desmonte del SITP provisional. De 8.500 buses que debía haber, en realidad están
rodando 5.000, pero hay 4.500 del provisional que son viejos y no cumplen con normas de
seguridad vial. Lo primero era romper ese ciclo de mal servicio y mal funcionamiento. Era
una negociación muy difícil porque tocaba cambiar un contrato que se había licitado
públicamente, pero para eso contamos con todo el apoyo de la Procuraduría y la Contraloría
para dar toda la seguridad jurídica. Hoy ya dos operadores lograron pasar la etapa de la Ley
de reestructuración financiera y están del otro lado.

SEMANA: Lo otro que hicieron fue invertir en el sistema, pero las licitaciones para comprar
buses nuevos han sido complicadas de concretar...
M.C.A.: En los eléctricos hicimos tres procesos y logramos que el tercero fuera exitoso y
llegarán 378 buses eléctricos el próximo año. En el de gas vamos para el tercer intento. Pero
hubo una serie de factores que hicieron que el mercado no reaccionara: 1) La historia de
inestabilidad financiera. El SITP llegó a deber 2,5 billones de pesos a la banca. 2) Las
aseguradoras después de esta semana de vandalismo percibieron un mayor riesgo así que
había que ajustar tarifas y pólizas. 3) Estos buses son importados y el dólar se disparó esta
semana, entonces tuvimos que modificar las ofertas. Pero esperamos que en diciembre se
puedan adjudicar 2.256 vehìculos para prestar el servicio en las zonas en las que no se
estaba operando y reemplazar a los provisionales. La licitación en total es por
aproximadamente 7 billones de pesos a 10 años.

SEMANA: ¿Cuál será el mayor reto para el próximo gerente de TransMilenio?


M.C.A.: Darle continuidad a lo que se ha venido haciendo. Sobre todo tiene que estar muy
pendiente del otrosí que se firmó con los operadores del SITP. Por último, diría que no
esperen que los vehículos cumplan la vida útil para renovarlos porque eso hace que el
proceso sea más difícil.

OPINION

Daniel Coronell
Su señoría
La notificación a los coreanos se cumplió ágilmente, el lunes 11 de abril. Un día después, el
martes 12, el juez Huertas fue a comprarse su carro.
El juez Reinaldo Huertas, acusado formalmente de recibir sobornos para dictar una medida
cautelar que favoreció los intereses de Carlos Mattos en su pleito con Hyundai, salió de la
cárcel al estrado. Le dicen “su señoría” y tiene más de 500 casos civiles por resolver. El juez,
señalado por testigos y pruebas como receptor de millonarias coimas, está impartiendo
justicia vestido de toga.
Huertas quedó libre hace unos meses por una controversial decisión de vencimiento de
términos. Esto no quiere decir que esté exonerado de cargos, ni que el proceso haya
terminado a su favor. Por el contrario, un escrito de acusación de la Fiscalía General
establece que Reinaldo Huertas estuvo involucrado desde las primeras fases del delito. El
sistema de reparto electrónico fue alterado justamente para que el caso llegara a su
juzgado:
“El señor Carlos José Mattos Barrero quería manipular el sistema de reparto, con la finalidad
de que la demanda fuera conocida específicamente por el Juzgado Sexto Civil del Circuito
de Bogotá. Lo anterior, porque ya había acordado con el juez titular de ese despacho,
Reinaldo Huertas, y su oficial mayor, Dagoberto Rodríguez Niño, el pago de coimas, con la
finalidad de que, al interior del proceso civil a iniciarse, el despacho decretara una medida
cautelar favorable a los intereses económicos del señor Carlos José Mattos Barrero”.
Es decir que no fue el azar lo que llevó el caso Hyundai al conocimiento del juez Huertas.
Los técnicos involucrados en la manipulación del reparto reconocieron ya su
responsabilidad en el delito y aceptaron que les pagaron para eso. Tampoco fue
desinteresada la participación de Reinaldo Huertas:
“Reinaldo Huertas: titular del Juzgado Sexto Civil del Circuito para el momento de la
comisión de los hechos. Tras ser presentado por Dagoberto Rodríguez a Luis Durán y Carlos
Mattos, se comprometió a decretar una medida cautelar favorable a los intereses
económicos de este último al interior del proceso a iniciarse por su demanda en contra de
Hyundai Motor Company. A cambio de remuneración ilícita se comprometió a adoptar
medida cautelar mediante auto y a sostener su vigencia en el tiempo”.

El caso salió a la luz pública gracias a una de estas columnas llamada ‘Sobre Ruedas’,
publicada en el año 2016. Allí fue descubierto que el juez Huertas compró un automóvil
Mazda y lo pagó en el concesionario en efectivo, un billete sobre otro.
Y así, sin explanaciones, Su Señoría Reinaldo Huertas sigue impartiendo justicia a nombre
de la República de Colombia.
Lo más curioso es el cronograma de los hechos: la demanda de Mattos fue radicada el
martes 15 de marzo de 2016. El reparto manipulado la asignó al juzgado de Huertas y a los
tres días, el viernes 18, el juez resolvió admitirla. Apenas diez días hábiles después, el
miércoles 6 de abril, el juez Huertas ordenó la medida cautelar prohibiéndole a Hyundai la
venta de sus automóviles en Colombia y dándole así a Mattos toda la ventaja para negociar
un jugoso acuerdo con la multinacional coreana.
La notificación a los coreanos también se cumplió ágilmente, el lunes 11 de abril. Un día
después, el martes 12, el juez Huertas fue a comprarse su carro.
Huertas pasó algún tiempo detenido y como queda dicho, salió por un polémico
vencimiento de términos concedido en segunda instancia. Pese al conocimiento público y
notorio de las pruebas contra él, el Consejo Superior de la Judicatura no ha tomado medidas
en su contra. Esa es la razón por la que este juez cuestionado volvió al despacho, para
vergüenza de la justicia colombiana.
Hace unos días el periodista Guillermo Gómez de Noticias Uno encontró al juez Reinaldo
Huertas. Estaba fresco como una lechuga vestido de toga y sentado en el lugar del juez y no
en el banquillo del acusado: “He regresado para cumplir lo que constitucionalmente juré
cumplir que es administrar justicia”, dijo Huertas sin sonrojarse.
Se dice que usted llegó a un concesionario con una tula llena de plata a comprar un vehículo
–le dijo el reportero– ¿Cuál es la historia de eso?
Ehhh –respondió el juez Huertas– mira ya considero que en este momento no resulta ni
adecuado, ni apropiado hacer mayores “explanaciones” acerca de la temática.
Y así, sin explanaciones, Su Señoría Reinaldo Huertas sigue impartiendo justicia a nombre
de la República de Colombia.
El mayor beneficiario de su medida cautelar Carlos Mattos, ha dilatado exitosamente su
extradición desde España donde sigue dándose la gran vida.

María Jimena Duzán


Las élites, ciegas y sordas
Sorprende que en medio de este descontento social, el Congreso haya aprobado en primer
debate el nuevo proyecto de ley de financiamiento.
El presidente Duque no ve ni entiende el tamaño del descontento que se está tomando las
calles de Colombia. Y lo más grave es que no es el único. Lo acompañan en esa ceguera una
gran parte del Congreso y de la dirigencia empresarial, que con algunas contadas
excepciones se siguen comportando bajo el patrón con que funcionan las democracias
corporativas, donde la línea entre lo público y la empresa privada es tan tenue que se torna
invisible.
Su estrategia de abrir una “conversación nacional”, no ha servido para fomentar un diálogo
franco con los miembros del Comité del Paro, sino para estrechar aún más los lazos con los
que siempre habla, es decir con los empresarios. Por algo fueron los primeros invitados a
Palacio. Y cuando finalmente Duque convocó al Comité del Paro, no los citó a una
conversación sino a un bochinche porque en la mesa también estaban los empresarios.
Duque no está solo en esta ceguera. Desde que empezaron las protestas, el Congreso
también decidió legislar como si el descontento que traslucen las marchas no fuera real,
sino un invento fabricado por el Foro de Sao Paulo: en un mismo día hundieron el proyecto
de ley que se había presentado por parte de José Daniel López para elegir por meritocracia
al fiscal y el que iba a reglamentar la eutanasia. Es decir, en un día mandaron al carajo la
transparencia que es la base de la lucha contra la corrupción y supeditaron el derecho a una
muerte digna, consignado ya en una sentencia de la Corte Constitucional, a las creencias
religiosas.
No se dan cuenta de que van en contravía del país, que se está expresando en las calles y
de que lo que hacen les da más razones a los jóvenes para seguir nutriendo su protesta.
Sorprende también que en medio de este descontento social, el Congreso haya aprobado
en primer debate el nuevo proyecto de ley de financiamiento, que el gobierno de Duque
rebautizó con el nombre de ley de crecimiento económico, la cual no solo ha sido
cuestionada por su bajo recaudo sino porque les otorga a los empresarios más de 9 billones
de pesos para el año entrante en exenciones tributarias. “Consideramos inaceptable que se
concedan 9 billones de pesos en descuentos tributarios a las empresas sin que esa inversión
esté plenamente justificada o atada de forma más rigurosa a consideraciones más
importantes como garantizar unas finanzas públicas saludables o mejorar la naturaleza de
nuestro sistema tributario”, dice una carta firmada por prestantes académicos que le fue
enviada esta semana al Congreso advirtiéndole de lo inconveniente que resulta aprobar en
estos momentos de tanto descontento social una reforma tributaria tan poco incluyente,
sin ni siquiera abrir el debate de las exenciones tributarias a los empresarios. El Congreso
hasta ahora se ha hecho el sordo ante el clamor de los académicos.
Si el presidente Duque quiere que el país no se le salga de las manos, lo primero que debería
hacer es romper la coraza de su gobierno corporativo y demostrar que él no gobierna ni
para los gremios ni para los grandes intereses económicos.
Ni el presidente, ni el Congreso, ni la clase dirigente han entendido lo que está pasando en
su país. Tal es su desconexión. Los que marchan no están pidiendo nada de lo que Duque
les está ofreciendo: no han pedido los tres días sin IVA, –que según los expertos poco
sirven– ni la devolución del IVA para los más pobres, ni el desmonte gradual de los aportes
de salud de los pensionados de menores ingresos.
No se han dado cuenta de que los que marchan no son ni los más pobres ni los más viejos.
Son los jóvenes de clase media que lograron acceder a la educación y que hoy se están
viendo a gatas para poder seguir adelante con su futuro porque no tienen empleo, ni
oportunidades, ni acceso a la universidad. Ellos sienten que van a perder lo que ya lograron
y no tienen miedo de salir a las calles a pelear por sus derechos.
Pero nada de esto lo están viendo las élites de este país, que, con contadas excepciones,
hace rato dejaron de comprender y entender más allá de sus narices. La gran excepción que
confirma esta regla es el empresariado antioqueño, que logró sobreponerse a sus
diferencias ideológicas para entender que si ellos no se ponían a trabajar para cerrar la
brecha entre ricos y pobres y solo pensaban en sus ganancias, los primeros en perder iban
a ser ellos. Son los únicos que han implementado los diálogos improbables y hoy están
sentados con los excombatientes de las Farc, viendo cómo les ayudan en sus proyectos
productivos.
Lamentablemente ellos son la excepción. Los demás, están ciegos, sacando provecho de
este gobierno corporativo, sin entender que el país de verdad, está yendo en la dirección
contraria. Si el presidente Duque quiere que el país no se le salga de las manos, lo primero
que debería hacer es romper la coraza de su gobierno corporativo y demostrar que él no
gobierna ni para los gremios ni para los grandes intereses económicos.
Las élites de este país, tan reacias a los cambios, deberían dejar de minimizar el descontento
que se escucha en las calles y entenderlo antes de que sea demasiado tarde. Estos
estudiantes que protestan no son vagos, ni vándalos, como los calificó la senadora uribista
Paloma Valencia al referirse a Dilan Cruz. Ellos representan una nueva ciudadanía que está
exigiendo más transparencia, nuevos liderazgos y que está pidiendo cambios. Es hora de
escucharlos, no de ningunearlos ni macartizarlos.

Vicky Dávila
El procurador candidato
Cuando le preguntaron sobre su impedimento en el caso Odebrecht, el funcionario
respondió indignado, tartamudo y con evasivas.
Es vergonzoso y muy grave que en Colombia el procurador general de la nación parezca más
un candidato presidencial que el jefe del ministerio público: en el mundo político se
comenta en voz baja y con preocupación que Fernando Carrillo está en campaña. Lo que
hace, cómo lo hace y lo que dice lo delatan. Pero su candidatura política es bastante precoz
y dañina. El país necesita un disciplinador ejemplar. A mi juicio, Carrillo no lo es.
Sus resultados son pobres: ¿dónde están las grandes investigaciones que ha liderado el
procurador? Eso sí, ha recorrido el territorio nacional, entre besos, abrazos, aplausos,
camisetas y discursos populistas. Su estilo es más el de un funcionario oportunista que,
solapadamente, se atreve a darle órdenes incluso al presidente de la república, como
ocurrió durante el inicio del paro. En una carta de diez puntos, prácticamente le dijo a Iván
Duque todo lo que tenía que hacer y lo conminó: “Es imprescindible su participación
directa”, dejando al presidente sin salida.
Con tantos escándalos de corrupción, Carrillo solo se dedicó a perseguir a Rodolfo
Hernández, quien desesperado por una y otra suspensión terminó renunciando a la Alcaldía
de Bucaramanga. ¿Querían sacarlo del camino? Hernández tiene aspiraciones
presidenciales.
¿Qué hizo el procurador con los escandalosos audios, revelados en la pasada campaña, en
los que se evidenciaba la podredumbre de la política en Cartagena? Nada.
No quiero pensar mal, pero por esos días a Fernando Carrillo lo vieron en el Congreso con
el presidente del Senado, Lidio García, quien salía salpicado en el escándalo. Por pura
coincidencia, García debía tramitar la discusión del impedimento del procurador para
conocer sobre las investigaciones de Odebrecht que tuvieran que ver con los intereses de
Luis Carlos Sarmiento, su exjefe, a quien ocultó cuando lo eligieron procurador. Hasta hoy,
Lidio no ha dado luz verde para la discusión. Curiosamente, la Procuraduría tampoco ha
avanzado en las investigaciones para descubrir por qué en las grabaciones mencionan al
presidente del Senado y a su primo Dumek Turbay, gobernador de Bolívar. ¿Ayúdame que
yo te ayudaré? A propósito, varios de los más altos funcionarios de las instituciones del
Estado se sorprendieron al escuchar el nombre de Turbay en los escandalosos audios,
porque solo días antes habían sido convocados al despacho del procurador, quien los
esperaba con el mencionado gobernador.
Hace pocos días escuché a la periodista Laura Palomino en La W preguntándole a Carrillo
sobre su impedimento en el caso Odebrecht; el funcionario respondió indignado,
tartamudo y con evasivas. Paradójicamente, habiéndole marcado tarjeta a Sarmiento, el
procurador fue el más incisivo a la hora de exigirle al entonces fiscal Néstor Humberto
Martínez que se declarara impedido en el mismo caso. ¡La autoridad moral a la medida de
los protagonistas!
La verdad es que para hacer esta columna conversé con muchos funcionarios y políticos
preocupados con el papel del procurador Fernando Carrillo. Pero, no nos digamos mentiras,
a Carrillo le tienen terror.
Mientras tanto, seguimos esperando, entre otras, las decisiones de la Procuraduría en el
caso de los parlamentarios involucrados en el escándalo de la Ruta del Sol que hacían parte
del grupo Bulldozer y que estaban fletados por la multinacional. Los expedientes le llegaron
en 2017; mucho tiempo.
En su lista de “logros”, Carrillo cuenta con la versión de algunos magistrados y
exmagistrados del Consejo Nacional Electoral que aseguran que él fue el verdadero cerebro
detrás de la prescripción de las investigaciones por la financiación de Odebrecht a las
campañas de Juan Manuel Santos. La verdad es que para hacer esta columna conversé con
muchos funcionarios y políticos preocupados con el papel del procurador Fernando Carrillo.
Pero, no nos digamos mentiras, a Carrillo le tienen terror. En la Fiscalía lo miran con reserva
porque dicen que se ha querido tomar atribuciones que no le corresponden, mientras en el
Congreso se sienten permanentemente amenazados por quien los puede investigar.
El que no quiere ni verlo es su mentor político, el expresidente César Gaviria, quien ya copó
su rosario de motivos con el procurador. Aunque Carrillo ha hecho de todo para acercarse,
Gaviria está indignado porque considera que se ha dedicado a perseguir a quienes no le
rinden pleitesía o se convierten en un obstáculo para sus aspiraciones presidenciales.
Incluso se lo ha dicho personalmente y quiere promover una ley que prohíba al procurador,
al fiscal y al contralor tener aspiraciones políticas inmediatas. Recordemos que Carrillo fue
su ministro de Justicia y, a pesar de que salió del Gobierno antes de la fuga de Pablo Escobar
de La Catedral, terminaron investigándolo. Aunque logró que le revocaran la sanción en su
contra, la polémica por estos hechos no ha terminado.
Quisiera dejarle algunas preguntas al señor procurador en esta columna: ¿ha sacado partido
de la Procuraduría como fortín democrático para pavimentar su campaña presidencial?
¿Cuánto dinero ha gastado en pauta publicitaria en medios de comunicación? ¿Es cierto
que tiene o ha tenido gente a su servicio para manejarle y proyectarle la imagen,
especialmente en tiempos de crisis, cuando denunciamos en esta columna su relación
laboral formal con Luis Carlos Sarmiento? ¿Es cierto que toma decisiones como una
retaliación contra sus críticos? ¿Todo esto será una calumnia de sus temerosos opositores
políticos, o simplemente se trata de verdades, duras, pero al fin y al cabo, verdades?
Doctor Fernando Carrillo, si quiere ser presidente, lo primero que tiene que hacer es
renunciar y hacer campaña por fuera de la Procuraduría. En Colombia no necesitamos un
procurador candidato. Y recuerde: todos los procuradores y fiscales que han sido
candidatos presidenciales han padecido el fracaso electoral, porque la gente no es boba.
Salud Hernández
Sanguijuelas
Lo habitual es que empleen puño de hierro para responsabilizar a Duque de la violencia y
reserven el guante blanco para los elenos
No termino de entender qué diablos quieren negociar ni con quién. ¿Será que sueñan con
su propio Premio Nobel? Porque no tiene sentido volver a la cantaleta del proceso de paz
con el ELN si lo único que uno encuentra en Arauca, Norte de Santander, Cauca y Chocó,
por citar solo cuatro departamentos donde tienen presencia, es una banda de sanguijuelas
dedicada al bandidaje. Chupan la sangre de la gente que trabaja vía extorsiones y
secuestros; reclutan niños para engordar la tropa y someterlos a una existencia infernal;
trafican cocaína, negocian oro ilegal, devastan la naturaleza, roban el erario y corrompen
autoridades locales.
Y encima Iván Cepeda y Álvaro Leyva, con el aplauso de De la Calle, siguen empeñados en
que nos traguemos el sapazo de que los elenos son abnegados luchadores de la causa
revolucionaria y merecen trato de dignatarios.
Imaginen sentarse a conversar otra vez, de tú a tú, con personajes tipo alias Danilo y alias
Martha, candidatos, como el resto de jefes del ELN, a ocupar una curul. No hay duda de que
el citado triunvirato confía en obligar al Gobierno Duque, a golpe de protesta callejera (y
ahora una tutela), a reiniciar otra absolución colectiva de capos guerrilleros.
Como muchos no lo conocerán, solo indicar que Danilo, costeño de unos 40 años, la mitad
de ellos en las filas del ELN y casi siempre en Chocó, donde lidera el Frente Resistencia
Cimarrón, estuvo a punto de que lo degradaran otros comandantes por violador de
menores de edad de ambos sexos.
Narco de mente, corazón y chequera, forja alianzas con los Pachelis, con carteles mexicanos
y otras mafias. Avaro insaciable, asesina a compradores de coca para robarlos. Pero cuenta
con el inquebrantable respaldo de la veterana Martha, todo un ícono entre guerrilleros
jóvenes y quien sabe si futura senadora. Esa barranquillera de 46 años, madre de dos hijos
y un cuarto de siglo enfusilada, decidió cobijarlo bajo su ala y declararlo intocable. Es
consciente de que el ELN vive de la cocaína y no puede prescindir de sus mejores capos, así
Danilo sea un depravado.
Y Martha, que es todo menos boba, sabe que el día que se sienten en La Habana su
protegido no tiene de qué preocuparse. La ley que obligaría a los comandantes violadores
a comparecer ante la justicia ordinaria pronto será letra muerta. Desvirgar niñas, para la
mayoría en las Cámaras legislativas y los tres arriba señalados, es un acto de rebeldía y hay
que perdonarlo. Por tanto, mientras luzcan brazalete rojo y negro están a salvo.
También Danilo fue el responsable del secuestro del candidato a la alcaldía del Alto Baudó,
Tulio Mosquera, antes de los comicios, por el que pide un platal para liberarlo.
¿Me podrían anticipar el senador Cepeda, el ex candidato presidencial De la Calle y el señor
Leyva con qué ropaje político revestirán a semejantes personajes? ¿Qué hazañas realizaron
para otorgarles el privilegio de negociar la agenda política con un gobierno democrático?
Y esos dos subversivos no son los peores, los hay más sanguinarios. Decidí contar algo de
sus vidas al considerar que debemos dejar de hablar en abstracto, y poner rostro y
prontuario a quienes pretenden entregar curules, camionetas, escoltas y privilegios, a
sabiendas de que dejarán disidencias en el territorio. Porque el plan estratégico a diez años
que diseñó el ELN en 2016 nada tiene que ver con ideales políticos y pacifistas. Solo buscan
fortalecerse en Chocó y extender sus tentáculos hacia Antioquia para adueñarse del
lucrativo negocio de la cocaína, el mismo que pretenden las Autodefensas Gaitanistas de
Colombia, disidencias de las extintas AUC.
La única diferencia entre las dos organizaciones criminales es que el ELN siembra minas
alrededor de los caseríos y utiliza el secuestro para sacar más plata. Además de Mosquera,
tienen en sus garras a Freddy Rangel, 17 meses cautivo; a Diana Toro, madre de tres hijos,
secuestrada desde hace 13 meses; a Octavio Sánchez y Gerardo Parra.
¿Alguien escuchó a Cepeda, Leyva o De la Calle exigir en tono duro la libertad de todos ellos,
con nombres y apellidos, y repudiar que criminales desalmados pongan precio a la libertad
y la vida de inocentes?
Lo habitual es que empleen puño de hierro para responsabilizar a Duque de la violencia y
reserven el guante de seda para los elenos. Nunca una definición real, solo eufemismos que
no los ofendan: no son delincuentes sino rebeldes, no secuestran sino retienen, no son
depravados sino actores de la guerra.
Lo que hay que pedirle a Duque es que no negocie y más bien emprenda un intensivo y
atractivo programa de deserción de guerrilleros. Y otro, más imaginativo, de prevención del
reclutamiento.
NOTA: ¿Qué habló Pastor Alape con alias Martha cuando desmovilizó el frente 57 de las
Farc? ¿Inconfesable?

Alfonso Cuéllar
Colombia, cada vez más sola
Veinte años de Colombia como el mejor aliado del hemisferio ya no aplican: Estados Unidos
no tiene amigos sino intereses.
Condoleezza Rice y Hillary Clinton escribieron su experiencia como secretarias de Estado.
En el libro No Higher Honor, Rice explica las decisiones que se tomaron en el mundo durante
el gobierno de George W. Bush. Igual que Hard Choices, donde Clinton habla de la
administración de Obama en su primer periodo.
Son libros fascinantes: Rice y Clinton cuentan también los errores, al igual que los aciertos.
Rice justifica la política exterior de Bush, la cual describe como la defensa de la democracia.
No importa el lugar; es una defensa del sueño americano. Puede uno estar en contra y ver
nubarrones en esa visión pero le reconoce su peso ideológico. No fue de último minuto.
Clinton hace lo mismo. Busca imponer la visión de Obama, que nace de los errores de Bush.
Como secretaria de Estado, Clinton viaja por el mundo con su estilo de encontrarse con
personas del común. Son llamativos los encuentros que tiene con comunidades y los
debates en los que participó. Al final, su gestión habría roto el récord de millas viajadas de
un funcionario estadounidense.
Había con Rice y Clinton la claridad de excelencia, la confianza en que usted estaba
compitiendo con lo mejor de los Estados Unidos. No importaba si eran republicanos o
demócratas, al final estaban representando su interés.
Es llamativo cómo se refieren a Colombia, que aparece en ambos libros. Y no de paso.
Describen al país como aliado crítico en la lucha por la democracia (Rice) y como ejemplo
de una sociedad estratégica con Estados Unidos (Clinton). Es un ejemplo de consenso
bipartidista, ya que hablan de una relación madura. Clinton reemplazó a Rice y frente a
Colombia poco cambió.
Según Rice, durante los años de Bush, el presidente Álvaro Uribe se convirtió en un aliado
fundamental. “Colombia –dice Rice– es ahora reconocida como un éxito, un Estado que se
recuperó de ser fallido y en caos”.
Clinton dice que “un buen modelo ambicioso para México por ser exitoso: Colombia...El
crédito del progreso colombiano es su pueblo corajudo. Pero orgulloso del rol que Estados
Unidos ha jugado por tres administraciones para ayudar a evitar la desintegración del país,
el fortalecimiento de los derechos humanos y el imperio de la ley y la promoción del
desarrollo económico”.
Clinton dice que “un buen modelo ambicioso para México por ser exitoso: Colombia...El
crédito del progreso colombiano es su pueblo corajudo.
Y con Juan Manuel Santos continuó: “Hablé con el presidente Santos y lo felicité”, por su
decisión de negociar con las Farc.
Son libros escritos por dos mujeres extraordinarias, que asumieron el cargo con humildad.
Saben que es una posición ejemplar desde cuando Thomas Jefferson lo ocupó. En otras
palabras, no es una posición honoraria. Las decisiones que se toman reflejan décadas de
reflexión; la improvisación no era parte de las administraciones de Bush y Obama.
No pasa lo mismo con Donald Trump y compañía. Y eso, preocupa. Muchísimo. Un hecho
reciente lo ilustra. El lunes pasado el secretario de Estado, Mike Pompeo, hizo un discurso
donde detallaba la política de gobierno hacia América Latina. Era una alocución importante;
cuáles son los pilares de Trump para la región. Por ejemplo, en 2009 Obama habló del futuro
en la cumbre de las Américas, marcó su política por años. Los gringos nunca jugaban a
inventarse la doctrina, sino a aplicarla.
Si eso es correcto el discurso de Pompeo es demoledor. Hay dos enemigos –Venezuela y
Cuba– y pocos amigos. Brasil no existe. La única mención de Colombia es pasajera: que
cerramos la frontera con Venezuela para evitar la entrada de “terroristas”.
Para Pompeo, Colombia no es prioridad. Y es grave para el país y la región. Para Colombia,
porque quedamos en zona desconocida, sin las bases de la relación. Quedamos en terreno
virgen y sin paracaídas. América Latina también podría perder; en la última década
Colombia fue el motor de la integración.
No es fácil ese cambio de énfasis: 20 años como el mejor aliado del hemisferio ya no aplican;
Estados Unidos no tiene amigos sino intereses. Son temas negativos y no positivos.
Esta semana el presidente Iván Duque se reunió con empresarios estadounidenses.
Revisaron el informe reciente de la fuerza de tarea del Atlantic Council. Hay tres
recomendaciones –promoción económica e innovadora, el imperio de ley y liderazgo
regional– a las que Duque debe dedicarles tiempo. En otra época sería oportuno analizarlo.
Hoy, no hay ambiente. Colombia corre el riesgo de ser olvidada, descartada en el cuarto de
San Alejo de las buenas intenciones.
Antonio Caballero
Un país en paz
"No es sostenible el proyecto de tolerar una más amplia democracia política que la precaria
que actualmente existe sin aceptar simultáneamente la existencia de una democracia
económica y una democracia social".
Para justificar la ejecución extrajudicial de un estudiante por las fuerzas antidisturbios del
Esmad dice la ex precandidata presidencial uribista Paloma Valencia, despelucada y febril:
“Dilan Cruz era un vándalo. Estaba en vandalismo”. Curiosa construcción verbal, que
participa de la actual moda de identificarse con el propio telefonito celular: “Estar en modo
avión”. Otro ex precandidato presidencial uribista, Rafael Nieto, bien peinado y enfático,
dice que el joven Dilan en realidad se suicidó, y que quien tiene que responder por su
muerte es el ex candidato presidencial no uribista Gustavo Petro, que fue quien mandó a
los estudiantes al paro. Curioso doble y contradictorio razonamiento, que le atribuye a
Petro el poder decisorio que le gustaría tener, pero no tiene. Otro ex precandidato
presidencial uribista más, Carlos Holmes Trujillo, despeinado como Paloma y enfático como
Nieto, dice, demente como es él, que hay que fortalecer al Esmad. Y el ex precandidato
presidencial uribista restante y hoy presidente, Iván Duque, no dice ni mu. Tal vez piensa
para sus adentros: de qué me hablas, viejo.
El jefe de todos ellos, el expresidente Álvaro Uribe, interviene en su tono más
monaguillesco: “Elevo a Dios una oración…”.
En resumen: a todos los uribistas la muerte de Dilan Cruz por arma no letal, como la llaman,
les parece bien. Para usar la definición que daba hace unos meses el propio Uribe, se trata
de “una masacre con criterio social”. Se la merecía, aunque la pena de muerte no exista
legalmente en Colombia. Para que aprenda. Bueno, él ya no. Pero sí sus amigos que
protestan.
¿Aprender qué? Que la autoridad no puede ser desafiada, porque responde con violencia.
Y la culpa es del muerto. La autoridad “está constituida para eso”, dice la ministra del
Interior, Nancy Patricia Gutiérrez. Y si lo que hace el presidente Duque no es otra cosa que,
como ha repetido veinte veces, poner en marcha el programa para el que fue elegido, pues
que se aguanten. Si para que se aguanten es necesario dar palo, se da palo. Si hay que usar
armas “no letales” o bombardear niños, pues se hace. Para eso Duque fue elegido
presidente –aunque por una minoría de los votantes potenciales, tal vez una cuarta parte:
10.500.000 votos sobre un total potencial de 37 millones, y solo la mitad (54 por ciento) de
los realmente expresados. De los cuales habría que restar los que no votaron por él, sino
contra su rival, Petro.
Pero sucede que la precaria democracia colombiana tiene un único factor de medida, que
son los votos; o, más exactamente, las mayorías aritméticas electorales. Otros, como el
respeto por las minorías (así sean, sumadas, mayoritarias), o en general el respeto por los
derechos, empezando por el derecho a la vida, no entran en línea de cuenta. Escribí yo en
esta revista hace seis años un artículo titulado ‘Los conflictos de la paz’ (agosto de 2013),
mientras estaban en curso las conversaciones de La Habana con las Farc que, cuando
culminaron en el desmonte de la guerrilla, abrieron paso a la protesta sin armas por primera
vez desde el año fatídico de 1948. Pues no la había, no había podido haberla, desde el
surgimiento de las guerrillas liberales de los años cincuenta contra las dictaduras
conservadoras, seguido por la aparición de las guerrillas marxistas de los sesenta bajo las
excluyentes constricciones bipartidistas del Frente Nacional. Decía en esa columna que si lo
que se buscaba era la pacificación del país, “no es sostenible el proyecto de tolerar una más
amplia democracia política que la precaria que actualmente existe sin aceptar
simultáneamente la existencia de una democracia económica y una democracia social”.
Porque un país en paz “es un país plagado de conflictos sociales, económicos y laborales.
Como cualquier país democrático”.

Daniel Samper Ospina


Mi homenaje a Noticias Uno
Gobierno anuncia exención tributaria para quien cambie cacerolas de metal por ollas de
barro.
Bienvenidos a una nueva emisión de Noticias UNO, el noticiero independiente que, después
de leves giros en su política editorial, y un nuevo cuerpo de accionistas, y bajo el nuevo
nombre de Noticias U, consiguió el equilibrio económico que necesitaba para quedarse en
la televisión abierta.
Ya hemos donado la vaca que estábamos haciendo a Fedegán.
Con el patrocinio del Grupo Aval, estos son nuestros titulares:
Estudiantes de la Nacional se habrían disfrazado de agentes del Esmad para atentar contra
la población civil y afectar el buen nombre de la Policía. Ministro de Defensa aclara que lo
hicieron con armas más letales, armas menos letales, y armas más o menos letales.
Caen primeros terroristas anarquistas del Foro de Sao Paulo, almorzaban en el restaurante
Brasa Brasil: incautados tres poemas y dos pinturas en allanamiento a su lugar de trabajo,
la revista Cartel Urbano.
Gobierno anuncia exención tributaria para quien cambie cacerolas de metal por ollas de
barro.
Magistrados de la JEP estarían buscando que el América de Cali pierda la final de fútbol para
hacer que se deprima el presidente Uribe. Perdón, el presidente Duque.
Descubrimos que la actual señorita Colombia en realidad es venezolana e hizo parte en los
años ochenta de las células de las Farc: una investigación de Gustavo Rugeles.
En deportes, con Faryd Mondragón:
Encuestadora Invamer Gallup estaría infiltrada por miembros del castrochavismo
internacional que la obligan a hacer sus encuestas deportivamente.
Imágenes exclusivas del torneo de sumo en que el senador Carlos Felipe Mejía obtuvo la
medalla de plata, y del momento en que regala el fundoshi al presidente Uribe.
Y la grabación en cámara lenta de un nuevo récord de cabecitas logrado por el presidente
Uribe. Digo, Duque.
En ‘¿Qué tal esto?’:
Castro/cantante Adriana Lucía tendría contratos en Sony para grabar a dúo con Juan Luis
Guerra, pese a que apoyó la paz: tenemos las pruebas, y también exámenes clínicos que
demostrarían que tiene hipoglicemia…
Y en ‘Lo que indican los indicadores’:
Por culpa de declaraciones de Gustavo Petro, el dólar se trepó a los 3.500 pesos.
El Dane advierte que una persona de clase media gana 590.000 pesos.
María Fernanda Cabal afirma que todos los estudiantes de universidades públicas, y todos
los indígenas, reciben subsidios.
Esto indica que, gracias a este Gobierno, cualquier indígena o estudiante puede ser de clase
media, pero que por culpa de Gustavo Petro no le alcanza para comprar dólares: eso es lo
que indican los indicadores.
Gobierno anuncia exención tributaria para quien cambie cacerolas de metal por ollas de
barro.
Y en una audaz e incluyente movida diplomática, el Gobierno anunció nuevos
nombramientos en el servicio exterior: la monja Sor Chimba ingresa a la nómina de nuestros
representantes en el exterior, y trabajará de la mano de la mesurada tuitera uribista Claudia
Bustamante y el meritocrático hermano de Paloma Valencia en un consulado de los Estados
Unidos. Enhorabuena.
Vamos ahora con nuestra sección ‘Gente que le pone el alma’: destacamos el ejemplo
humanitario del doctor Abelardo de la Espriella… El prestigioso cantante y penalista
defenderá sin cobrar honorarios al agente del Esmad al que no le quedó más remedio que
disparar a la cabeza de Dilan Cruz, el alevoso vándalo a quien en buen momento la senadora
Paloma Valencia puso en su sitio. La senadora y el abogado De la Espriella: gente que le
pone el alma.
Y hoy, en ‘La vida secreta de los famosos’: tenemos todos los detalles sobre la pinta gótica
que vistió durante su ceremonia de posesión la canciller Claudia Blum: entrevistamos en
exclusiva a su diseñador, el modisto americano que también vestía a la familia Adams.
Un funcionario santista/comunista de los premios India Catalina estaría pensando en
entregar galardón al mejor actor a Julián Román y no a Jorge Cárdenas.
Y un secretico de infarto: después de su debut en los programas Conéctate con Duque, el
próximo año Iván Duque se incorporará a la planta de presentadores de este noticiero.
Conducirá junto un segmento de variedades en el cierre con Yadi González y Juan Pablo
Bieri.
Vamos a un prolongado corte de comerciales porque seguimos recibiendo anunciantes
nuevos: damos la bienvenida a la firma DLA Piper Martínez, que se suma a la firma Simón
Gaviria; a Ecoeficiencia; a Fenavi; a Fenalco; a las grabadoras ‘¿Qué pachó Pachito?’, de
tecnología americana; a Salvarte; a Rincón Constructores; a Invercolsa; al Fondo Nacional
de Porcicultura; a Minesa; a la Andi; al Centro de Memoria Histórica; nuevamente al Grupo
Aval, al viceministerio de la creatividad; y a toda la pauta oficial de la Presidencia de la
República.
Al regreso, el Centro Democrático prepara la ley Daniel Coronell para garantizar la libertad
de prensa.
No se muevan. O plomo es lo que hay.
(Si quiere ver otra emisión, pero en video, de Noticias U, búsquelo en el canal de YouTube
#HolaSoyDanny) #UnHomenajeANoticiasUnoPorque.
CONFIDENCIALES

Sonajero de ministros del gobierno Duque

Varios medios de comunicación han puesto el nombre de Andrés Espinosa como el próximo
ministro de Agricultura en representación de Cambio Radical. Aunque todo el mundo
coincide en que sería muy bueno en ese cargo, hasta el momento Germán Vargas y Duque
no han hablado de ministerios, ni Vargas ha tocado el tema con Espinosa. También suena
el nombre de Miguel Uribe para el Ministerio del Interior. Tendría representatividad
política, pues siete partidos, incluidos el Conservador, el Liberal y Cambio Radical, lo
apoyaron en su campaña a la alcaldía de Bogotá.

¿Quiénes son los fijos hasta ahora en el gabinete de Claudia?

El gabinete de Claudia López va en lo siguiente: el exviceministro del Interior Luis Ernesto


Gómez sería el secretario de Gobierno. El exsecretario de Educación de Petro, Óscar
Sánchez, repetiría el cargo. Y el mockusiano Hugo Acero quedaría de secretario de
Seguridad. Todavía hay mucha disputa en las secretarías de Movilidad y de Integración
Social. Todos los sectores que apoyaron a Claudia quieren esos dos trofeos por la cantidad
de obras que dejó Peñalosa para inaugurar y el presupuesto que manejan.

Los del paro se leyeron el libro de Duque

Después de dos semanas de paros y protestas, principalmente contra el Gobierno de Iván


Duque, vale la pena recordar el título de su libro IndignAcción, publicado en 2017. Según la
reseña de Planeta, habla de “la necesidad de combinar protesta y soluciones”. Una columna
del propio Duque en Portafolio sobre su libro señala que el concepto de ‘IndignAcción’
consiste en “transformar nuestra indignación en una acción social contra la corrupción,
aplicando verdaderas sanciones sociales (…) Dar esta batalla sin vacilaciones nos debe unir
a todos los colombianos”. Se ve que el comité del paro se leyó el libro.

¿Cuánto representa la cocaína para el PIB de Colombia?

1) Un estudio de Santiago Montenegro para el Cede calcula que la cocaína contribuye con
el 1,8 por ciento al PIB nacional, el doble que el café. 2) Según un análisis de la Ocde, los
profesores de bachillerato con más de 15 años de experiencia ganan más en Colombia que
en Chile o México. 3) En el último mes, las protestas en Irak han dejado 450 muertos, 2.000
heridos y 8.000 detenidos. 4) Airbnb, la plataforma para alquilar apartamentos, tenía hace
tres años 400 propiedades en oferta en la zona residencial del norte de Bogotá. Hoy tiene
26.000.
¿Cuál es la edad más productiva del ser humano?

Un estudio del New England Journal of Medicine encontró que la edad más productiva en
la vida del ser humano llega entre los 60 y 70 años. Le sigue la de los 70 a 80. La tercera es
de los 50 a los 60. La investigación señala que los premios nobeles tienen una edad
promedio de 62 años. La de los presidentes de las grandes compañías del mundo es 63 y la
de los papas, 76. La investigación parece financiada por los candidatos a la presidencia de
Estados Unidos, pues los cuatro posibles ganadores, incluyendo a Trump, tienen entre 70 y
80.

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