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Ernesto Chacón Macías

Interdisciplina
19 septiembre 2019

El psicoanálisis ante Foucault…

“El psicoanálisis será foucaultiano o no será” Jean Allouch

La Doctora Ana María Christansen, en su texto ¿Psicopatología de la vida cotidiana o


cotidianeidad de la psicopatología? Reflexiones sobre el psicoanálisis y los dispositivos de
poder, hace una propuesta sobre el lugar del psicoanálisis en los dispositivos de poder
foucaultianos. Curioso es señalar, que pese a que el título y los primeros renglones hablan
sobre uno de los textos de Freud. “Psicopatología de la vida cotidiana”, este escrito
realmente no se menciona, aunque sí está en la bibliografía de su trabajo, nada de su
contenido aparece. Además de que, pese a la crítica al psicoanálisis, solo hay dos textos de
Freud en sus fuentes, todas los demás no incluyen psicoanalistas.

Hagamos pues una crítica a su crítica.

Ana María señala sobre la obra de Freud: Recabar la evidencia necesaria para sustentar “la
vigencia universal del determinismo en los sucesos anímicos” (Christiansen, 2017: 304).
Con respecto a esta aseveración, tenemos que señalar que el determinismo es importante
únicamente para el primer momento de la obra freudiana, que posteriormente sufrirá una
evolución que va desde el sobredeterminismo, hasta la pulsión de muerte (Freud, 1920).

“La mente se convierte en el “aparato psíquico”, las pasiones en el “id”, el ser en el “ego”,
y la conciencia en el “superego” (: 306). Con respecto a la cita mencionada que Ana María
recupera de Szazs debemos señalar que sirve para hacer entendibles en un sentido filosófico
básico las nociones freudianas pero que en un estricto sentido psicoanalítico esto no es así,
las pasiones no son el id y el ser no es el ego… mucho menos la conciencia el superego.
Esto comporta un riesgo y una supersimplificación. Insisto, sirve para la clarificación pero
a riesgo de reducir la teoría psicoanalítica.

Otras evidencias de una lectura muy superficial de Freud vienen en frases como que “la
homosexualidad reprimida causa paranoia” (: 307). Freud dirá que en casos de paranoia es
común encontrar mociones homosexuales reprimidas, pero también en otras nosografías
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19 septiembre 2019

psicoanalíticas, por lo tanto decir que la paranoia comporta estas mociones es distinto a
aseverar que estas son su causa. Al igual que en la recuperación del análisis de Rojas Olea,
“la psicopatología freudiana gravitaría, inicialmente, en torno al descubrimiento de la
represión o la defensa (lo cual remite al mecanismo psíquico que supone tras el fenómeno
clínico de la resistencia) (: 308). Defensa, represión y resistencia, son tres conceptos
radicalmente distintos en la obra freudiana, si bien son de difícil definición, es claro que no
son equivalentes.

Christiansen se queda atrapada en lo que de continuo se dice sobre el psicoanálisis,


empezando porque durante todo el texto insiste en el tratamiento del síntoma como objeto
primordial del trabajo psicoanalítico. Sabemos que esto no es así, el síntoma es una de las
varias formaciones de compromiso, y lo importante no es en sí el síntoma sino las
mociones de deseo opuestas.

Con respecto a la crítica que recupera de Foucault:

En la afirmación “el paciente es patologizado en todas sus posibles desviaciones psíquicas


(sus síntomas, sus sueños, sus lapsus, sus olvidos, sus pensamientos, sus fantasías) que
deberán ser reconducidas en la terapia hacia la normalizacion”, Esto jamás es una postura
del psicoanálisis, Freud jamás apostó a que habría que normalizar las formaciones de
compromiso, por el contrario son de la mayor cotidianeidad que sirven de acceso al
inconsciente, pero no son en sí mismas susceptibles de normalización. No es una apuesta
freudiana.

Ahora bien, para ser justos con Foucault hay que aclarar que al hablar del psicoanálisis
como discurso de poder es desde un estricto sentido foucaultiano.

Foucault no piensa el poder como algo “malo”, sino como algo propio de la actualidad, o
bien como la manera particular de relacionarse en la sociedad actual, porque incluso, a
diferencia de discursos marxistas, el mismo socialismo o prácticas “libertarias” tenderían a
actuar desde lógicas de dominación y poder, insisto, en el sentido en que Foucault refiere.

De ahí la importancia de la epígrafe con que comienza este ensayo, el psicoanálisis será
foucaulteano o no será. Porque debemos dar cuenta, en nuestra práctica, porque solo ahí es
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19 septiembre 2019

posible, que se teje una relación de poder, y al mismo tiempo debemos estar lo más atentos
posibles a que esta relación no sea lo que gobierne nuestra praxis. En esto radica la cuestión
ética del analista. Esta relación-poder, no se quita, no se evita, Foucault insiste en que no
hay salida, luego entonces debemos tomarla en cuanta en nuestra labor.

Y pese a la notoria falta de revisión de la literatura freudiana por parte de la doctora


Christiansen, la aportación de la crítica de Foucault es bastante interesante y pertinente, ya
que pone en cuestión todo eso patologizante, normalizador, y ocultado que el psicoanálisis
puede tener, y gracias a eso, hoy son muchos los analistas que dedican buen aparte de sus
trabajos al análisis de estos elementos y a recordar continuamente que están allí, como
marcas imborrables y que negarlas no es opción.

Para cerrar este trabajo me atrevo a afirmar que Foucault no criticó al Psicoanálisis, al
contrario, estuvo muy cercano a Lacan y entre ellos hubo una interesante relación, digna de
un análisis en otro espacio. Me parece que Foucault criticó al freudismo, y en eso los
psicoanalistas no podemos más que estar muy agradecidos.

Bibliografía

Christiansen, A. (2017) ¿Psicopatología de la vida cotidiana o cotidianeidad de la


psicopatología? Reflexiones sobre el psicoanálisis y los dispositivos de poder. En Más allá
de lo disciplinario. Guanajuato: Universidad de Guanajuato.
Freud, S. (1920). Más allá del principio de placer. En obras completas T. XVIII Buenos
Aires: Amorrotu.

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