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Rev. Med. Univ. Nuvarra IX; 296.

1965

MUNDO MEDICO

.La enseñanza y desarrollo de la medicina tropical


en las regiones templadas *

J. Fraga de Azevedo **

Puesto que me propongo tratar de un en los trópicos las condiciones adecuadas


asunto que se refiere a la Medicina Tro- de incidencia, sino también todas aque-
pical, mi primer objetivo debe ser, natu- llas que, si bien pueden ocurrir en di-
ralmente, definir qué se entiende por tal versas latitudes, sólo las regiones tropi-
concepto. cales les ofrecen actualment·e las particu-
Aunque siempre es difícil precisar el sig- laridades necesarias para una incidencia
nificado de cualquier expresión, con mu- ccntinua, grave y abundante. Ejemplos
cha más razón cuando, como en el caso típicos de este grupo de enfermedades son
presente, no puede presidirla un funda- el paludismo, la bilharziasis y las ancylos-
mento enteramente objetivo. Parece que tomiasis ya que, aunque pueden preoen-
la Medicina Tropical debería definirse co- tarne en las regiones frías o templadas,
mo la ciencia que se ocupa de las enfer- sólo los Trópicos ofrecen el ambiente ne-
medades que sólo pueden presentarse en cesario para su amplia e ininterrumpida
los Trópicos; es decir, entre las latitu- incidencia y para una e3pecial gravedad
des 23°27' N y S. de sus manifestaciones.
Pero, a base de tal concepto solamente Además de los referidos grupos de en-
una afección, la enfermedad del sueño po- fermedades. hay que considerar aún que
dría calificarse propiamente de enferme- los Trópicos, principalmente gracias a las
dad tropical. En un sentido amplio, se precarias condiciones de vida y de higiene
consideran antes como enfermedades tro- de la mayor parte de su población autóc-
picales no sólo aquellas que encuentran tona, originan un "clini°a" favorable al
desarrollo de ciertas enfermedad.es de ca-
(*) Conferencia pronunciada en la Facultad rácter universal, ya sean de naturaleza in-
de Medicina de la Universidad de Navarra fecciosa -la lepra, el cólera y otras, por
(Pamplona) el 5 de Mayo de 1965, por invi- ejemplo-, ya sean debidas a deficiencias
tación de la propia Facultad.
nutritivas, como el kwashiorkor, por lo
(**) Profesor de Entomología y Helmintolo-
gfa del Instituto de Medicina Tropical, de que tales afecciones también se conside-
Lisboa. ran hoy, si no como enfermedades tropi-
Diciembre 1965 LA ENSEÑANZA Y DESARROLLO DE LA MEDICINA TROPICAL 297

cales, por lo menos como enfermedades vencia mundial e incluso regional, las en-
de interés esencialmente tropical. Se de- fermedades propias de cada área geográ-
duce de ello que el actual concepto de fica quedaban en ellas acantonadas y, por
Medicina Tropical es bastante distinto tanto, limitadas en su extensión. 2. Fase
del clásicamente admitido. de dispersión de los pueblos, en la cual,
Más allá, sin embargo, de los fundamen- por la natural evolución de la Humanidad,
tos que buscamos en las características del los pueblos se dispersaron siguiendo ca-
medio ambiente, físico o humano, para minos diversos y llevaron también consigo
definir las enfermedades tropicales, no las enfermedades de que eran portado-
podemos olvidarnos, para caracterizar esas res. 3. Fase de conocimiento empírico de
entidades, de los respectivos agentes etio- las enfermedades tropicales, en la que to-
lógicos, pues son éstos los que fundamen- dos los que, venidos de otras latitudes,
talmente definen sus particularidades in- extraños al medio tropical, tenían con él
trínsecas esenciales. Así es que, quien contactos, sufrían las inclemencias del
dice enfermedades tropicales dice, en ge- medio que venían a conocer y descubrir.
neral, enfermedades parasitarias, micóti- 4. Fase de conocimiento científico de las
cas, bacterianas o debidas a virus, puesto uzfermedades tropicales, en la que gra-
que las otras afecciones incluidas en el cias al progreso conseguido en varios sec-
mismo grupo -como el kwashiorkor, tan tores del saber humano, se hizo posible
frecuente allí- hay que atribuirlas, como identificar los agentes causales y, después,
antes se ha explicado, a las malas condi- los transmisores de tales enfermedades
ciones alimenticias de los pueblos aborí- pudiéndose definir los medios de protec~
genes más que al medio climático tropi- ción que han de utilizarse contra tan po-
cal que es el que, en gran parte, condi- derosos enemigos. 5. Fase de profilaxis
ciona la existencia de las primeras. técnica de las enfermedades tropicales, en
la que, con base en el conocimiento cien-
En el mismo orden de ideas, junto al am- tífico, fue posible aplicar a escala nacio-
biente físico, han de considerarse tam- nal e internacional la profilaxis colectiva
bién, como responsables de la incidencia frente a tales males.
de afecciones tropicales debidas a agen-
tes animados, las condiciones de vida de Podemm considerar con más detalle
la población. Y, verdaderamente, hay que las características de cada una de estas
considerar actualmente en los trópicos dos fases.
situaciones distintas y contrapuestas: una,
que se refiere a poblaciones que, vivien-
do en un absoluto primitivismo, sufren EVOLUCIÓN HISTÓRICA
aún todas las inclemencias y adversida-
des del ambiente; y otra, a poblaciones Debe admitirse que las 'enfermedades tro-
que, poniendo en práctica las medidas de picales son tan antiguas en la superficie
protección adecuadas, encuentran allí las de la Tierra como el propio hombre y
mejores posibilidades de vida sana y de hay que concluir que, inicialmente, se en-
notable progreso demográfico u. contraban en áreas estrictamente limita-
das. Todo lleva a creer que los reore3en-
Largo camino habría que recorrer para tantes en los trópicos y subtrópicos de lo
vencer la gran distancia que separa la pri- que hoy llamamos las civilizaciones anti-
mera de la segunda situación. guas, sufriesen ya en edades remotas los
Ordenando nuestros conocimientos sobre flagelos inherentes al medio ; en realidad,
Medicina Tropical, pienso que pueden los cuerpos prehistóricos de Egipto pre-
establecerse cinco fases distintas en su sentaban cálculos vesicales que con toda
evolución: l. Fase de aislamiento de los seguridad deben relacionarse con la bil-
hombres, en la que, por falta de convi- harziasis vesical 13 • Bien cierto es que los
298 J. FRAGA DE AZEYEDO Vol. IX

egipcios pagaron desde siempre un pesa- Por esto, habiendo sido los portugueses
do tributo a esta parasitosis puesto que y los españoles los primeros pueblos de
se ha demostrado que las momias de su Occidente que tomaron contacto con los
país, conservadas desde hace 3.000 o Trópicos, es natural que a ellos se hu-
4.000 años, presentaban lesiones cuyo ori- biesen transmitido y que a ellos se de-
gen debe atribuirse a tal enfermedad, :: ban las primeras descripciones de las do-
son bien conocidas las referencia5 de los lencias, allí endémicas, cuya frecuencia
papiros (3000 a. A. C.) a ésta y otras en- y gravedad contribuirían muchas veces a
fermedades consideradas como tropica - decidir la suerte de las batallas, el des-
les, como, por ejemplo, la filariasis. Tam- tino de los pueblos y hasta la marcha de
bién Moisés (1400-1450 a. A. C.) aludían la Humanidad. Citemos, simplemente co-
ya a la filaria de Medina y en los prime- mo ejemplo, el destino de la República de
ros escritos de Babilonia se hace igual- Haití que debe su larga existencia a la
mente referencia a la bilharziasis vesi- fiebre amarilla, ya que, de los 30.000 sol-
cal 18 . dados napoleónicos que pretendían domi-
narla 17 , apenas si sobrevivieron 7 .000.
Con la dispersión de los pueblos, reali-
zada con fines pacíficos para ocupar nue- Un portugués, García d'Orta, es consi-
vas tierras, o con fines guerreros al pre- derado 9 como el primer escritor euro-
tender dominar a sus semejantes en las peo sobre Medicina Tropical, al describir-
nuevas áreas que iban ocupando, se asis- nos en sus famosos "Coloquios dos Sim-
te a la dispersión de las enfermedades tro- ples e Drogas e Cousas Medicinais da In-
picales desde sus lugares de origen. Así, dia", editados el 10 de Abril de 1563
como refiere Mendes Correa 6, la bilhar- -hace, por tanto, más de 400 años- la
ziasis fue llevada hace milenios a todo el sintomatología y evolución de algunas
continente africano por los pueblos veni- :iolencias propias del Oriente Medio
dos de Egipto, sobre todo del Alto Nilo, --donde vivieron y estudiaron durante
"el gran centro de dispersión de los pue- más de 30 años- y desconocidos por
blos camitas y negros del continente". nosotro3. A mis de esto, nos dejó infor-
Esta misma enfermedad, en su ti_po man- maciones importantes sobre las caracte-
soni, es más tarde transportada desde el rísticas y acción terapéutica de numero-
ccntinente africano hacia América Cen- sas especies botánicas y otros productos
tral y del Sur. Del mismo modo, se su- medicamentosos, especialmente de la In-
pone que el Ancylostoma duodena/e ha- dia, por lo que se considera también el
bía sido llevado a los trópicos por los fundador de la moderna Farmacognosia.
pueblos de las regiones templadas. La obra de Orta fue editada en latín, ita-
Sin embargo, igµorándose la causa de ta- liano, francés, español e inglés, especial-
les enfermedades,. no era posible, natu- mente a partir de la traducción que del
ralmente, oponer iJ'.arrera alguna de de- portugués al latín' hiciera Clusius, en 1567,
fensa. Por eso, durante siglos y siglos -si traducción de la que el mismo autor hi-
no milenios- progresa liberalmente su di- ciera cinco ediciones, sucesivamente me-
fusión. joradas. Entre las traducciones de los "Co-
loquios" de Orta, debe también apuntar-
Posteriormente, a partir del contacto que se con especial interés la debida a Cris-
los pueblos occidentales comenzaron a to- tóbal d' Acosta, contemporáneo de Orta
mar con las áreas tropicales, se inició en la India, a la que se desplazó como
un conocimi·ento gradual y sistemático de médico del Virrey D. Luis de Ataide. que
las enfermedades que entre la población fue publicada en español, en Burgos en
de éstas últimas se daban, y a las que el año 1578. La edición de Cristóbal
ellos mismos habían de pagar también sus d'Acosta, enriquecida con numerosos ele-
tributos. mentos que el autor recogió durante su
Diriembre 1965 LA ENSEÑANZA Y DESARROLLO DE LA MEDICINA TROPICAL 299

estancia en la India, contribuyó en gran Viviéndose, sin embargo, por aquellas re-
medida a la difusión de los conocimientos motas fechas en la más completa ignoran-
de Orta en Iberoamérica, situada en su cia sobre las causas de las enfermedades
mayor parte en los Trópicos, y para cu- con las que entonces se las tenían que ha-
yas regiones fue especialmente escrita. her cuantos habitaban o se aventuraban
por los Trópicos, nada viable se conocía
Contemporáneo de García d'Orta, un no-
en la defensa contra tales males o lo que
table científico español, Monardes fue
se hacía era completamente ineficaz. No
para Iberoamérica, lo que Orta para la
pudiéndose entonces objetivar la causa de
India, al estudiar las plantas medicinales
tales sufrimientos, es fácil comprender que
y exóticas americanas en su jardín de Se-
la imaginación humana encontrara campo
villa. Al contrario que Orta, que vivió los
abonado para hipótesis y devaneos con
años referidos en la India, Monardes no
los que explicarla a su gusto.
salió nunca de España. A través de sus
publicaciones, de renombre mundial, en- De esta forma, las epidemias y epizootias
tre las que destaca "Los Libros", edita- se atribuían muchas veces a perturba-
da en Sevilla el año 1565, nos cuenta Mo- ciones cósmicas o a alteraciones de la ten-
nardes la acción terapéutica de "muchas sión de la atmósfera, antes que a la in-
plantas y hierbas de América", como el mundicia en que se vivía.
tabaco y la zarzaparrilla 3, a la primera Compruébese también que, a tenor con
de las cuales se le atribuían entonces no- las ideas de la época, fuesen igualment·e
tables propiedades antihelmínticas. muy extraños y variados los métodos de
De otras áreas geográficas tropicales nos defensa preconizados contra tales males,
llegan también, desde remotos tiempos, re- como, por ejemplo, el uso de la sangría,
ferencias portuguesas de las enfermeda- que se realizaba en cantidad proporcio-
des que les eran propias. Débense a Fray nal a la edad y fuerza del paciente 17 .
Joao dos Santos descripciones de afec- El concepto de que las enfermedades pro-
ciones del Africa Oriental, a través de su cedían "de la materia animal y vegetal
libro "Etiopía Oriental", editado en 1609; putrefacta" -como se venía creyendo
Gabriel Soares de Sousa nos presenta en desde el tiempo de los romanos 1' - y la
su notable obra "Descri<;:ao geográfica da secular creencia de que la existencia del
América Portuguesa", editada en 1587, paludismo estaba relacionada con los
diversas dolencias del Brasil, y Antonio miasmas o "aire malo" procedente de los
Galvao, que fue gobernador de las Ma- pantanos, hace suponer que, desde remo-
lucas, nos describe, ya en 1557, la pulga tos tiempos, el hombre ha intuido ya la
penetrante. relación existente entre las enfermedades
Anteriormente a Orta, otro notable mé- infecciosas y el medio ambiente.
dico portugués, Amatus Lusitanus (Joao Sin embargo, sólo el desc:ubrimiento de
Rodrigues Castelo Branca) había descrito los respectivos agentes causales, hechos ya
ya diversas enfermedades tropicales, como en época reciente * hizo vislumbrar la po-
las sezoes (malaría?) y la elefantiasis, en sibilidad de oponerles un dique eficaz.
el lndex Dioscoridis, editado en 1536 y Bastaba para ello que se conociese la for-
en el "In Dioscoridis anazarbei de medi- ma por la que tales agentes llegaban a nos-
ca materia" de 1553. otros.
En tales circunstancias, bien se compren-
(*) A estos descubrimientos pertenecen los de el alcance de los descubrimientos de
hechos por Dubini, en 1841, respecto al A. Fedtschenko, en 1869, respecto a la trans-
duodena/e; Bilharz, en 1851, que descubrió el misión de la filaria de Medina por los
S. haematobium: Brancoft, que descubrió en
1876 la filaria nocturna y de Laveran quien, crustáceos Cyclops; de Patrick Manson,
en l 880, descubrió el agente del paludismo. en 1877, sobre la transmisión de la W u-
300 L FRAf<A DE AZEVEDO Vol. íX

chereria bancrofti por el mosquito Culex tigaciones sobre la tsé-tsé y las tripano-
fatigans; de Bruce, en 1895, sobre la trans- somiasis, que perdura en nuestros días.
misión de la enfermedad del sueño por Debe incluirse también, como secuencia
la mosca tsé-tsé; de Looss, en 1896, so- de aquel gran movimiento de cooperación
bre la transmisión de la ancylostomiasis y internacional, la Comisión de Higiene de
de Miyagawa, Miyairi y Suzuki, en 1912- la antigua Sociedad de las Naciones y,
19l3, sobre la transmisión de la bilharzia- más recientemente, la Organización Mun-
sis por ciertos moluscos, por no citar sino dial de la Salud.
las que marcan un hito en la historia de Por otra parte, no podía el mundo cien-
la Humanidad. tífico quedar indiferente ante la evolución
Configurada así una nueva ciencia, la Me- de la Humanidad en las regiones tropica-
dicina Tropical Científica e Experimental, les y ante la intensificación de las rela-
primero con el descubrimiento de los ciones con esas áreas y, por ello, se viene
agentes causales de la enfermedad respec- asistiendo recientemente a la creación de
tiva, y después con el de los mecanismos organismos dedicados al estudio de estos
de su transmisión, como base de las me- problemas médicos en países que jamás
didas profilácticas que a consecuencia de tuvieron territorio alguno en las zonas tro-
tan importantes descubrimientos se iban picales. Constituye un ejemplo de esta
estructurando, es comprensible que los evolución, la creación del Instituto Tro-
pueblos con interés en las regiones tro- pical Suizo, de Basilea, durante la últi-
picales, y en especial Portugal, Inglaterra, ma guera mundial, en 1943.
Francia, España y Alemania, se lanzasen Fueron, por tanto, diversas las razones
a la aventura de tan importantes conquis- que condicionaron el interés de las regio-
tas científicas, abriendo, como pioneros, nes templadas por los problemas de la
nuevos horizontes en esa nueva ciencia Medicina Tropical. Primero, el reconoci-
que se presentaba tan prometedora y llena miento de las enfermedades que son pro-
de esperanzas para las poblaciones afec- pias del Trópico; después, la identifica-
tadas de los climas cálidos. ción de los agentes causales respectivos y
Inmediatamente se crean Escuelas espe- de los mecanismos de transmisión; pos-
cializadas para la enseñanza, e investiga- teriormente, la estructuración de la lucha
ción de la Medicina Tropical, entre las contra las grandes endemias tropicales con
que figuran como primeras las de Liver- el fin de defender a los pueblos nativos y
pool y Londres, fundadas en 1899, segui- a quienes allí pretendían residir, de las
das de la de Hamburgo en 1900, la de hecatombes a las que estuvieron someti-
Lisboa en 1902 y, más tarde en Anvers, dos a través de los tiempos; por último,
Am:terdam, Puerto Rico y tantas otras. en el momento actual, en que se han in-
tensificado las relaciones con los Trópi-
Habiéndose visto además, que, más que cos, hay que considerar una nueva faceta
las de cualquier otra región, las enferme-
de interés: la necesidad de un conoci-
dades tropicales no conocen fronteras, se
miento completo de las enfermedades tro-
hizo necesario tomar medidas de coopera-
picales, no sólo para poder diagnosticar-
ción internacional, la primera de las cua-
las con más facilidad en cualquier lati-
les fue la creación de una comisión inter-
tud, sino también para conocer hasta qué
nacional en 1907, para el estudio de la
punto es posible su difusión a las regio-
enfermedad del sueño, en la que participa-
nes templadas y la creación en éstas de
ron científicos de Francia (Blanchard y
nuevos focos de endemia.
Laveran), Alemania (Ehrlich), Inglaterra
(Sir Patrick Manson) y Portugal (Ayres Se asiste actualmente, por tanto, a un cre-
Kopke) y culminó en la ceación del im- ciente interés por las enfermedades tropi-
portante Comité Internacional de Inves- cales, y se comprende por ello el progre-
/)iriembre /<){¡.) LA ENSEÑANZA Y DESARROLLO DE LA MEDICINA TROPICAL 301

sivo desarrollo de las instituciones dedi- Existe, pues, una gran actividad en el
cadas a su ·estudio. De ahí que la prime- campo de la patología tropical de impor-
ra Escuela de Medicina Tropical funda - tación en las regiones templadas, asunto
da en Europa, la de Liverpool, esté am- que fue puesto de relieve por la Sociedad
pliando sus instalaciones, al igual que la de Patología Exótica, de París, a través
Escuela de Hamburgo, o el Instituto Tro- de las Reuniones de Información que pro-
pical Suizo, de Basilea. movió con tal fin en junio de 1964 y en
Paralelamente, va aumentando también las que tuve el honor de participar.
el interés de los países situados en los
Trópicos por la M:edicina que les es pro-
pia, y así, en Brasil, se crearon en 1959 LAS ENFERMEDADES TROPICALES EN LAS
dos Institutos de Medicina Tronical · el REGIONES TEMPLADAS
de Sao Paulo y el de Recite. Por su parte, Al considerar el problema de la impor-
la República de Africa del Sur amplió tación de las enfermedades tropicales, creo
recientemente su Instituto de Parasitología que ha de ser planteado bajo dos aspec-
de Durban, lo que es perfectamente justi-
tos: la aparición simple y ocasional de
ficable si se considera que, en las condi- tales enfermedades en regiones templadas
ciones actuaies, muchos problemas pro-
y las posibilidades de creación en ellas de
pios de la Medicina Tropical están lejos nuevas áreas endémicas.
de encontrarse resueltos. Basta citar, co-
mo ejemplo, la gran y grave endemia de En lo que respecta a la aparición esporá-
bilharziasis, con 200 millones de enfer- dica de las enfermedades tropicales en
mos, contra la que poco o nada nuede ha- regiones templadas, es obvio que tal he-
cen:e aún. Del mismo modo, la· enferme- cho puede constatarse con creciente inten-
dad del sueño, a pesar de haberse impe- sidad en todos los países, especialmente
dido su expansión, continúa constituyen- en aquellos que reciben gran número de
do una amenaza para gran parte del con- estudiantes o que importan de áreas tro-
tinente africano. Por eso se comprende picales gran contingente de mano de obra,
también que los institutos de Medicina tal como ocurre en Europa con Francia,
Tropical instalados en las regiones templa- en la que el número de trabajadores ne-
das procuren contribuir al conocimiento gros, venidos sobre todo de Mali, Sene-
de aquellos problemas, con el envío de gal y Mauritania, era aproximadamente
misiones científicas a las áreas endémi- de 50.000 en 1964 ; a esta cifra hay que
cas y con la instalación en ellas de centros sumar 600.000 argelinos del Norte. Aná-
permanentes de estudio. Recuerdo, a este logamente, el número de congoleños resi-
propósito, que el Instituto de Basilea r·ea- dentes en Bélgica aquel mismo año se
liza actualmente cursos de Medicina Tro- aproximaba a los 5.000 1 •
pical en Tanzania y dispone allí de un im- No sólo los estudiantes y trabajadores,
portante centro permanente de investiga- sino todos los que circulan entre los Tró-
ción. Igual sucede con la Escuela de Ham- picos y las regiones templadas pueden ser
burgo, que posee, asimismo, un instituto portadores, aunque con menor probabili-
de investigación en Togo. También las es- dad, de las enfermedades tropicales. Real-
cuelas inglesas de la especialidad mantie- mente, en los países que mantienen con
nen un permanente contacto con los Tró- los trópicos un contacto económico, cultu-
picos a través de centros o unidades de ral, político y espiritual más intenso, el
investigación en alguno de sus antiguos te- número de casos de enfermedades tropi-
rritorios, como también sucede actualmen- cales diagnosticadas presenta valores cre-
te con Kenia, Uganda, Nigeria, Tangani- cientes.
ca y otras naciones, donde trabajan algu- Así es que calculándose en cerca de
nos de sus investigadores. 400.000 el número anual de individuos
302 .i . F RAGA DE A7E VEDO /iuf. IX

que actualmente circulan entre un impor- que la ens·eñanza de la Medicina Tropical


tante país de Europa central y los tró- formara parte de los cursos normales en
picos, se comprende también la gravedad las Facultades de Medicina.
del problema para ese mismo país . Del
Además de la presentación eventual de
mismo modo se estima en 50.000 el nú- enfermedades tropicales en las regiones
mero de suizos que habitan en los Tró-
templadas, es necesario considerar, como
picos: en Africa, Asia y, sobre todo Amé-
antes dije, la posibilidad de que adquie-
rica del Sur, lo que crea, naturalmente,
ran un carácter fijo, con los desastrosos
idénticos problemas para su país de ori-
resultados que de ello derivarían.
gen. Coincidiendo con esta misma situa-
ción, se ha visto aumentar en todos los Creo que bajo el aspecto considerado, las
países europeos el número de casos de enfermedades tropicales de posible impor-
enfermedades tropicales ocasionales. En tación en Portugal, y también en España,
el Hospital del puerto de Roterdam , por por la unidad geográfica de la Península
ejemplo, el número de extranjeros asisti- Ibérica, pueden hacerse 2 grupos.
dos en 1963 fue el triple que en 1948, de Estimo que no hay que temer las que
los cuales los procedentes de los países exigen la importación del vector - por
tropicales eran el cuádruple 2• la imposibilidad de que ello ocurra-
Es evidente que, aunque una fiscaliza- sino únicamente las que se refieren a la
ción sanitaria puede limitar la importa- importación del agente infeccioso . Entr~
ción de enfermedades tropicales en la éstas es evidente que está excluida la po-
fase aguda, son numerosos los casos cró- sibilidad de importación de agentes con-
nicos, los discretos y los latentes que pue- tra los que se dispone de vacunas efica-
den pasar desapercibidos , incluso a una ces controladas internacionalmente, como
inspección rigurosa . Además , consideran - la fiebre amarilla o el cólera, así como
do la rapidez actual de los viajes , en po- los que podrían ser transportados nor ani-
cas horas pueden ser transportados de un males, como ocurre con la Pasteurella pes-
país a otro individuos con enfermedades tis a través de .los roedor·es, puesto qu.e
graves en período de incubación, como contra éstos hay también medidas inter-
la viruela o el paludismo agudo, sin que nacionales y eficaces de vigilancia.
puedan ser diagnosticados en el momento Interesa, por tanto, determinar en qué
del embarque. De esta forma, las más di- medida un portador de gérmen·es susoep-
versas enfermedades tropicales, como la tibles de ser diseminados tiene posibili-
enfermedad del sueño, la oncocercosis y dad y probabilidad de constituirse en uni-
otras filariasis, paludismo, amebiasis , di- dad inicial de un nuevo foco de ·endemia.
versas hemoglobinopatías, han sido iden-
tificadas en Europa, en los africanos y Agentes de transmisión directa. La En:-
en europeos que viajan entre las áreas tameba dysenteriae no es de p ~e sumir
geográficas de referencia. Esto sin contar que encuentre en las regiones templadas
con la reaparición de enfermedades haoe condiciones propicias para su expansión
años extintas en ciertos países, como la ininterrumpida, aunque se puede asistir,
lepra - que parece desapareció de Bél~i­ eventualmente, a una recrudescencia tem-
ca 14 durante el siglo XVIII y de Francia, poral del número de casos, como aconte-
donde ha ido desapareciendo progresiva- ció en Italia 5 después de la guerra de
mente 15 desde el siglo XIV. Abisinia (fig. 1). Creo que las condicio-
De acuerdo con lo expuesto, es también nes de higiene, generalmente mejores en
justificable que en las Reuniones de In- las regiones templadas, y la " barrera del
formación de la Sociedad de Patología frío" que les es inherente, se oponen a
Exótica de París, a que antes he aludido, su fijación y a la ampliación de su
se haya preconizado la conveniencia de área. Una situación similar hay que admi-
Diciembre 1965 LA FNSEÑANZA Y D ES ARROLLO DE LA MED!ClNA TROPICAL 303

tiendo que las estirpes de Anopheles exis-


tentes en el país se puedan comportar
como vectores de los Plasmodium exóti-
cos, lo que no está todavía probado, no es
probable que se puedan crear nuevos fo-
cos, pues para eso sería necesaria la lle-
gada de individuos a localidades con
Anopheles en cantidad suficiente, en la
época apropiada en lo que se refiere a la
temperatura ambiente y con una tasa ade-
cuada de gametos en sangre. Ahora bien,

~-~-_, ..\ .... ";


ljJ6
,_,..!i, ... --, ........ __ .. .'
1
-
... .........
Fig. l.- Evolución de los casos d : a:n: bi asis
declarados anualmente en Italia , d~ 1936 a
1956 (Ca rn ~ ri s)
COVA

l'OJO
T~N~OSO
tir para las shigellas y otros agentes de
idéntica epidemiología. Quizá haya que OLNEIM C>O.SANT.t.R
hacer excepción con los ancylostómidos y 11.. EIAIAAD
CAHTANHEOEllll. EIRAS
el Strongyloides stercoralis, puesto que, c .HoHDEGOlc0tHBAA . . . . ,/'

una vez fijados en un determinado me- • 11.. e111LARINllO '-


co~EncA
dio, existe generalmente la posibilidad de PENELA ~
que se mantengan en él. Quizá s·ea esta • Poosos AHDIUMOS


• HAIUN'4A C.RANDE
posibilidad la que explique la existencia
de numerosos focos rurales de estas en-
fermedades e n Portugal (fig. 2). En efec-
BEZE11AA
.'.
to, mientras qu·e hasta 1932, la ancylosto- ',,_,
miasis apenas si se daba en las minas 16 , 1
I
I
son varios los focos rurales actualmente
descritos. En cuanto a los focos de es-
trongyloidosi s, van aumentando de un
año para otro.

Agentes diseminados por vectores. He- '-·


_1'
\

mos de considerar aquí la leishmaniasis.


Pero, por mi parte, creo que los fleboto-
mos no explican totalmente la epidemio-
logía de fa leishmaniasis para que se pue-
da sospechar su interferencia en la crea-
ción de nuevos focos originados por ca-
sos importados.
En lo que respecta al paludismo, juzgo
Fig. 2.- Focos de anq uilostomiasis y e·s tron-
que no es de esperar su recrudescencia giloidosis registrados en Portugal. focos e
a partir de enfermos venidos de los tró- rurales de anquilostomiasis. • id . rurales.
picos por las siguientes razones : admi- 11... focos de estrongiloidosis
J. i·RA<;A IJF AZFVFOO Vol. !X

no es probable que se conjuguen todas Además de la referida especie de molus-


estas circunstancias si consideramos tam- co, recientemente he tenido oportunidad,
bién que la quimio-profilaxis está actual- en colaboración con María de Lourdes
mente muy generalizada y que la inciden- Xavier, de comprobar que el Bulinus
dencia del paludismo en los trópicos es truncatus, extendido por el norte del país,
cada día mencr gracia:> a la ampliación e es susceptible al S. haematobium de Gui-
intensificación de las medidas generales nea, pues lo infectamos en la elevada pro-
de profilaxis, particularmente en las áreas porción del 38 % (tabla I), lo que lo co-
con las que son más intensas las relacio- loca en el grupo de los buenos vectores
nes humanas, como las grandes ciudades (25-50 % de infección) con los represen-
y puertos de mar. tantes en la tabla II. Si consideramos aho-
Nos queda por considerar el problema de ra que su densidad es considerable, que
la importancia y fijación de la bilharzia- la temperatura, por lo menos en el área
sis, lo que es de temer en mi país para la de Coimbra y por lo que respecta a la
forma vesical, puesto que en el Sur de estirpe capturada, es adecuada y se man-
Portugal se encuentra un molusco vector tiene durante algunos meses del año su-
adecuado, el Planorbarius metidjensis, res- perior a 14° C, que, por otra parte, las
ponsable del foco endémico allí existen- condiciones de vida de la población res-
te (fig. 3), y que fue posible infectarlo pectiva --eminentemente rural- son fa-
una vez con una estirpe de S. haemato- vorables al desarrollo de la endemia, es
bium de Guinea. de esperar que la llegada eventual de un

sé',.
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armelete

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€9 • Monch1que o~
@•Caldas. +.s.
8artolomeu
de Monch1que de Messines
'*'•
Silves
'®Estombar

Fig. 3.~Localidades del sur de Portugal (Algarve) donde se han registrado


casos de bilharziosis vesical
1921-922
1925
o
~
1933 ©
1936-938 (j)
1942 @
1946-948 @
y de P!a11orbarius metidjensis tlf
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TABLA l -.e-
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Resultados de la infección de Bu/inus (B .) con ro rtus de Port uga l por el S. ha !m atobium ~


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de· la Guinea Portuguesa *
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Diámetro Co m ie nzo de >
fe.cha
N. 0 de .11 0 -
m
de Jos Media de la e limin a-
lu ssos q u.e z
Nú m ero de ejemp lares m o lus cos de la miracíd~os ció n de MortaJi.dad (fJ
·e limin aro n m
(mm) infecs ió n por m o lu sco c ercarias ~,
cercarias >
(días) z
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l er lote 1n fe c tado s 13 1 5,4 3/ 12/ 64 18 61 5 - 38,4 % 1
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.... (,I') ,_

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5 - '8 IU m
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Testigos 5,2
;C - or- 2 - 33 O'
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2. 0 lote l n fe ctados 17 4,5 12/ 12/ 64 12 55 6 - 35 ,3 % "' 2 - 12,4 % m
1
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....... (,I')

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Test igos 10 41 \D o -- o º/O'
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Cl
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Tota l 1n fectado s 30 5,0 l l -- 36,6 % 7 --- 23,3 % z
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T estigo s 16 4,9 2 -- 12 .5 % o
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r

* Esto s datos deben co nside rarse provisionales, por estar a ún la in fecció n en curso .

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o
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TABLA Il

Comparación de la susceptibilidad de algunas especies de moluscos considerados como


buenos vectore3 respecto al Schistusoma, según diferentes autores

Infe:ción experimental
Número
Especie de cer-
Autor v fecha Especie de molusco Procedencia de Tasu Período carias
Sch istosoma de de dimina-
infección infección das por
molusco
Fraga de Azevedo y Planorbarius metíd- Algarve S. ha:matohium 80,2 o;, :-
cols., 1952 fe ns is do Algarve ~
~
>
o
F. S. Barbosa, Coel- A ustralorhis ¡{labra- >
Recife S. n:ansoni do 57,4°;, 40 días 4.598
ho y Dobb:n, 1954; ü
tus Recife y Bello (media) media/día m
Coelho, 1957 Horizonte >
N
m
<
Fraga de Azovedo y m
Co3ta Faro, 1955
Biomphalaria pf?if- Mozambique S. mansoni de 40°~ ~ g
feri Mozambique
1
Fraga de Azovedo v Biompha/aria pfeif- Mozambique S. mansvni de 60~n 12 a 20 días
M. L. Xavier, 1962 , feri Brasil (media)

M. L Xavier, 1962 A ustra!orhis glabra- Recife S. n;ansoni de 39,3":, 29 días 2.720


tus Angola (media) media/día

Fraga de Azevedo y Buí'11us (Ph.) a/rica- Guinea Por- S. haematohium 36,3 ~n 22 días
M. L Xavier, 1964 nus luguesa de Guinea Port (media)

Fraga de Azevedo y Bulinus (B,) contor- Portugal 1 S. hanr.atobium 36,6~:.


M. L Xavier, 1965 tus ~
(Metrópoli' de Gumea Port
~
-""'
Diciembre 1965 LA ENSEÑANZA Y DESARROLLO DE LA MEDICINA TIWPICAL 309

caso de bilharziasis vesical a aquella área mente bien simbolizado por la reciente
pueda ocasionar un nuevo foco de enfer- construcción de un edificio adecuado para
dad en el país. el Instituto de Medicina Tropical, sobre
En lo que se refiere a las filarias, se sabe cuyas condiciones de trabajo me permito
que existen en Portugal 10 posibles vecto- hacer algunas consideraciones.
res, como son los Cyclops para la filaria
de Medina, los Chrysops para la Loaloa,
culicídeos para la Wuchereria bancrofti, LA ENSEÑANZA DE LA MEDJCINA TROPICAL

simulídeos para la Onchocerca volvulus y


Culicoides para la Acantocheilonema El Instituto de Medicina Tropical suce-
perstans. Pero ignoramos si las extirpes dió en 1935 a la Escuela de Medicina
existentes entre nosotros son o no sm- Tropical, fundada en 1902 para continuar,
ceptibles a la infección por estos parási- a su vez, la enseñanza de la Medicina
tos, pues no se ha realizado aún ningún Tíopical que se venía haciendo desde
trabajo experimental en ese sentido. En 188'7 en la-Escuela Naval. La Escuela de
cualquier caso, aunque las estirpes del Medicina Tropical de Lisboa fue, por
país puedan comportarse como vectores, tanto, la cuart~ institución creada en Eu-
no creo que las condiciones exigibles para ropa para la enseñanza y promoción de
tal acción se vengan a conjugar para que la nueva ciencia 8 .
se creen focos de esas enfermedades, por Tres objetivos fundamentales dominan las
razones análogas a las apuntadas para el actividades del Instituto: la enseñanza, la
paludismo. investigación y la promoción de la Me-
A través de lo que acabo de exponer que- dicina Tropical, como se representa en
dan de manifiesto algunos aspectos que el organigrama de la fig. 4.
presenta en Portugal continental el pro- Disponiendo de un edificio adecuado
blema de la importación y fijación even- construido en 1958, el Instituto está debi-
tual de las enfermedades tropicales, con- damente dotado para la formación de
siderando especialmente las que se refie- post-graduados y para la investigación
ren a Africa, por ser el continente e5en- en las 7 disciplinas de que se ocupa: Cli-
cialmente tropical más próximo, y con el matología e Higien~ Tropical, Patología y
que mi país mantiene relaciones más es- Clínica Tropical, Entcmología y Helmin-
trechas. tclcgía, Hematología y Protozoología,
Además de las razones de orden general Derm2tología, y Micología, Bacteriolo-
presentadas en relación con el interés de gía y Virolo::-ía, y Epidemiología y Bios-
Portugal por las enfermedades tropica- tática.
les, otras, quizá más poderosas aún, justi-
La enseñanza está especialmente orienta-
fican la atención que mi país ha prestado
da para médicos, a través de un curso es-
desde siempre a tales enfermedades. Su
colar que va del 3 de Noviembre al 30 de
carácter multicontinental, expresado por
Junio, para el ejercicio de la profesión
el hecho de que el 9/10 de su territorio se
médica especializada en ultramar, para
sitúa en las áreas tropicales, le crea ex-
lo que es obligatorio el curso respectivo.
cepcionales responsabilidades al respecto,
Además de médicos, pueden ser admitidos
ante sí y ante el mundo.
en cualquier disciplina, excepto la Pato-
En estas condiciones, se comprende bien logía y Clínica Tropical, licenciados en
el creciente y sistemático interés de otras disciplinas como Veterinaria, Cien-
Portugal por el estudio y solución de ta- cias Biológicas, Agronomía y Farmacia.
les problemas, interés que se remonta a El número de algunos matriculados pre-
sus primeros contactos con los trópicos senta variaciones, siendo 42 el año actuaL
hace más de 500 años y que está actual- El Curso lo hacen no sólo los que de~ean
310 J. FRAGA DE AZEVEDO Vol. IX

instalarse en ultramar, smo también los Con los recursos de sus laboratorios en
que pretenden obtener la debida prepa- Lisboa se completa el estudio del material
ración en las disciplinas especializadas del recogido en ultramar, o se realizan in-
Instituto. vestigaciones sobre elementos de que se
dispone en la metrópoli. Como ejemplo
La investigación se realiza fundamental-
mente en ultramar, a través de misiones de esta actividad puede citarse el éxito
con que se lleva a cabo el cultivo, en la
científicas periódicas, organizadas con el
Cátedra de Entomología y Helmintolo-
fin de estudiar problemas especiales, así
gía del Instituto de Lisboa, de la mosca
como por los Institutos de Investigación
tsé-tsé 12 , que se ha mantenido, como po-
Médica de Angola y Mozambique, y me-
blación autónoma, desde 1959, por pri-
diante misiones de carácter permanente,
mera vez, a pesar de las diversas tentati-
como son las de Guinea y Cabo Verde.
vas hechas en ese sentido desde 1906.
Partiendo en el referido año de 43 ejem-
plares, 21 machos y 22 hembras, de Glos-
sina morsitans de Mozambique, nos en-
contramos actualmente, en la 28 genera-
ción, con 1.500 individuos, mientras que
a finales de 1964 se cifraban en algunos
-TQT"L
centenares (fig. 5). Que nuestra población
----99
_,_ -66 se ha desenvuelto en las mejores condi-
ciones lo prueba el hecho de que su lí-
nea de evolución es superponible a la lí-
nea de evolución de una población ideal,
como la imaginó Buxton 4 (fig. 6).
Una vez que, como está proyectado, sea
posible disponer de una colonia suficien-

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.·::•
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Fig. 5.-Evolución de la población autónoma Fig. 6.-Línea de evolución de la población


de Glossina morsitans mantenida en el Insti- Glossina morsitans mantenida en el Instituto
tuto de Medicina Tropical de Lisboa hasta de Medicina Tropical de Lisboa, comparada
agosto de 1964 con una población ideal, según Buxton 4
Diciembre 1965 LA ENSEÑANZA Y DESARROLLO DE LA MEDICINA TROPICAL 3ll

temente abundante de glossinas, tendre- quier caso, como se deduce del propio
mos oportunidad de realizar diversos es- nombre de la nueva institución, deberá
tudios sobre la biología y fisiología de es- mantener siempre el mismo sentido unita-
tos insectos, así como ensayos sobre lu- rio respecto a los problemas de Medicina
cha biológica, factores que intervienen en Tropical, como está plenamente justifi-
la transmisión cíclica de los tripanosomas cado. En realidad, dada la especialidad
y otros asuntos aún no profundizados su- de esta ciencia y su gran amplitud, es
ficientemente, precisamente por falta de previsible que sólo se podrá ocupar de
los insectos de que ahora dispondremos en ella un organismo debidamente especiali-
el laboratorio. zado y unificado.
Como expresión, también, de las inves- Por eso, al pensarse en la enseñanza y pro-
tigaciones realizadas en los laboratorios moción de la Medicina Tropical en las
del Instituto, en Lisboa, puede mencio- regiones templadas, podrá planearse la
narse la unidad de estudio de bilharzia- creación de institutos o escuelas autóno-
sis instalada también en la cátedra de mos con ese fin, como sucede en Portu-
Entomología y Helmintología, y de cuya gal, Inglaterra, Alemania, Bélgica y otros
organización y estudios en currn. da una países, o bien se podrían crear en las
idea la figura 7. Facultades de Medicina Departamentos
especializados, como sucede en EE. UU.,
Dentro de la promoción de la Medicina Francia, Afríca del Sur, Brasil. Es tam-
Tropical, el Instituto publica desde 1943 bién ejemplo de esta solución el Departa-
sus Anales, cuya edición alcanza el vo- mento de Medicina Tropical integrado la
lumen 21 ; ha promovido la realización Harward Medical School, de Boston.
de cursos y simposio; ha colaborado
en numerosos congresos y reuniones rela- Es evidente que tales Departamentos de-
cionados con la Medicina Tropical, y ha berán disponer de los medios apropiados
concluido otras actividades relativas a para las enseñanzas correspondientes, es-
esta ciencia. Entre éstas últimas merece pecialmente la Clínica y Patología, la Pa-
destacarse que el Instituto de Medicina rasitología, Micología, Bacteriología, Vi-
Tropical recibió los VI Congf'esos Inter- rología, Climatología e Higiene, así como
nacionales de Medicina Tropical y Palu- de clínicas y laboratorios especiales debi-
dismo, celebrados en Lisboa del 5 al 13 damente equipados para la enseñanza, el
de Septiembre de 1958, que tuve el ho- diagnóstico y la investigación.
nor de presidir.
Es imprescindible, además. que tales es-
El organigrama correspondiente a la cá- cuelas autónomas, o los departamentos es-
tedra de Entomología y Helmintología pecializados de las Facultades, mantengan
(fig. 8), el único que, por razones obvias un estrecho contacto con las regiones tro-
presento aquí, da una idea de la forma picales a las que se refieren sus activida-
en que se cultivan diversas disciplinas de des. Una enseñanza meramente teórica,
que el Instituto se ocupa. o realizada a base de material de museo,
De acuerdo con sus planes de trabajo en está abocada al más completo fracaso
ultramar el Instituto se ha ocupado tam- por su propia ineficacia. Creo también
bién de los más importantes problemas que la enseñanza de la Medicina Tropi-
de las provincias ultramarinas, enviando cal, limitada a una sola disciplina, cual-
misiones científicas anuales. quiera que sea, será también insuficiente
por la imposibilidad material de que sean
Está previsto, además, que el Instituto su-
abordados así todos los problemas refe-
fra una importante reforma para consti-
rentes a esta extensa Ciencia.
tuirse en la Escuela Nacional de Salud
Pública y de Medicina Tropical. En cual- Por eso se impone que, como comple-
,_,
(o.o

UNIDADE DE ESTUDO DA Blll-IARZIOSE DO INSTITUTO DE MEDICINA TROPICAL


CADEIRA DE ENTOMOLOGIA E HELMINTOL061A (1.M.T)
LABORATóRIO DE ESTUDOS DE RADIOIS0TOP05 DA JUNTA DE INVE5TIGAt;:OES DO ULTRAMAR.
AGENCIA INTERNACIONAL DE ENERG.IA ATÓMICA 1 CENTRO DE ESTUDOS DE MEDICINA TROPICAL
(r. A.C) E N.A.T.O (DIVI SAO DOS ASSUNTOS CIENTÍFICOS)
(Pro.¡.. J f:"RAGA DE AzEVEDO)

MORFOLOGJA E CUL,TURA MOLUSCICIDAS IMUNOLOGIA


SISTEMÁTICA AXENICA
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SOBRE
.,,
ANATOMIA
0•; Morl<l J~ab.IC.ilto (Bu:<)
OHOMEM
D,~Palmr"ra romberr.(Meil' J
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FISIOLOGIA GfNÉTICA o
(RAD!OISóTOPOS) DOS MOLUSCOS

MUTA~óES
INDUZIDAS
Dr. J. C.Ariaiu(r.,fo (B<ol)

Fig. 7.~-Unidad de Estudio de la bilharzios!s del Instituto de M edícína Tropical de Lisboa ""';;..
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INSTITUTO DE MEDICINA TROPICAL ~
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1 EN SINO
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1 1CADEIRA DE ENTOMOLOGIA E HELMINTOLOGIA 1
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TROPICA

INSTALACOÉS r
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INFORMACÁO
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GRAFICA ...¡
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GABINETES
DIVERSOS

CULTURA DE TECIOOS ICAMARA FOTOGRAFC OESENHO AUTOCLAVES


APARELHOS ESTUFAS E LAVAGEM
GENE'T ICA FOTOCOPIA LEITURA DE INSECTICIDAS FORNOS PASTEUR
MIC llOHANIPULADOR SLIDES. SOM DE PRECISAD GEL El RAS DE MATERIAl
MICROFILMES HOTTS

F:g. 8.--0rganigrama de la Cátedra de Entomología y Helmintología del Instituto de Medicina Tropical de Lisboa ,.....

00
314 J. FRAGA DE AZEVED(Í Vol. IX

mento de sus servicios en los climas tem- des: político, cultural, científico, técnico,
plados, dispongan de centros de investiga- económico, artístico, etc. De esto es prue-
ción permanente en los Trópicos, como ba el gran número de organismos y re-
ocur~e hoy prácticamente con todos los uniones de carácter internacional que se
institutos europeos de la especialidad. c1ean y celebran. Es de esperar que este
Jamás en tiempo alguno se ha asistido mismo espí¡itu anime a la colaboración
a un movimiento de cooperación tan in- entre los Centros de Enseñanza ·e Inves-
tenso, como el que hoy domina a los pue- tigación de Medicim Tropical para bene-
blos en todos los sectores de sus activida- ficio mutuo y de la humanidad doliente.

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