Fundamentación

Nos encontramos atravesando una transformación profunda socialmente, y la escuela

está transitando hace tiempo una crisis, por lo tanto, debemos repensar la función que
cumplen las instituciones escolares como formadoras de la sociedad.
La escuela está planteada como un espacio de sociabilización y formación, donde
prepara a los alumnos, a comprender el mundo y desenvolverse en él, desarrollar una
reflexión crítica y una participación activa en la comprensión del conocimiento, además,
como una Institución que impone un orden simbólico para la organización social.
La escuela tiene una relación con la construcción de identidades, desarrollando las
competencias comunicativas, que por medio de ellas logran construirse como seres únicos
en su forma de ser, pensar y ver el mundo y a su vez pertenecer a colectivos, donde van
logrando una construcción conjunta de sentidos de identidad común, es decir, que los
alumnos en la escuela se hacen diferentes en lo individual y lo colectivo.
La escuela también esta vista como formadora en la construcción ciudadana, la de ir
desarrollando un pensamiento autónomo en los sujetos, para que éstos puedan hacer
respetar sus derechos y a su vez asumir responsabilidades y deberes.
La forma en que la escuela desarrolla sus propósitos, sigue siendo obsoleta en esta
sociedad; tenemos el ejemplo de Ken Robinson cuando la compara con una fábrica, y
dice que…”la escuela está separada por sectores, tocan timbre y los especializados están
alejados, todavía sigue educando por edades, es decir, que se apartan a los niños en
grupos, según su fecha de fabricación” ... (Robinson, 2010).
El desarrollo social, económico y político, ha provocado que la infancia de hoy, ya no
sea la infancia que nos cuenta la historia, niños explotados y con maltrato infantil, la
evolución social y económica, hicieron que sean niños globalizados, nativos digitales,
donde en la sociedad en que se están desarrollando, la tecnología y el consumo está a su
disposición, comienzan hacerse visibles, viven en un contexto mundializado, donde
acceden a información que antes no se encontraba, con la necesidad de obtener productos
novedosos que se pueden obtener de manera inmediata, y descartarla al instante para
obtener otro.
Estos infantes, están homogeneizados como niños consumidores, todo está pensado
para ellos, pero no todos pueden acceder de la misma forma y con el mismo derecho a
este mundo globalizado, por lo tanto las diferencias sociales se hacen más notorias, y
aparecen dos clases de infancias, la del niño del consumo y la del niño de la calle, donde
este último se lo vincula con la pobreza y la delincuencia, y esto hace, que tenga muy
pocas posibilidades de acceder a ese mundo de consumo.
Los Jóvenes también se encuentran sumergidos en un avance tecnológico e
influenciados por los medios de comunicación, y a través de ellos se les presenta múltiples
mundos posibles y una variedad de discursos que muchas veces son incompatibles y
contradictorios que los hacen poco creíbles, por lo tanto, los jóvenes están constantemente
a prueba, buscando información fidedigna sobre las fuentes de donde provienen.

La sociedad de hoy está experimentando un nuevo momento donde los jóvenes son los
que mejor preparados están para afrontar esos cambios, por la mundialización, desarrollo
tecnológico y globalización.
Estamos transitando una “educación liquida” esto quiere decir, que no mantiene una
forma durante mucho tiempo y está constantemente en movimiento, como explica el
sociólogo Zygmunt Bauman, “ los jóvenes de hoy no saben que van hacer en un futuro,
pero si saben, lo que NO quieren ser, es decir, alguien que haga lo mismo durante toda la
vida, desean vivir diferentes experiencias, la noción que tienen del conocimiento, es la de
reemplazar el conocimiento útil para toda la vida, por el conocimiento de “usar y tirar”
(Bauman., 2013)
Debemos pensar una escuela donde nuestros jóvenes participen y sean críticos, que
sean parte de un todo, que lo que hagan, le encuentren sentido, que se sientan felices de
compartir ese espacio, que no sea rutinario, que puedan encontrarse a sí mismos y
desarrollar sus capacidades.
Vivir en un mundo competitivo es otro de los desafíos que hoy nos encontramos, “un
mundo globalizado”, con un sin fin de ofertas que nos seducen al consumo compulsivo y
una demanda que cada vez es mayor, provocando una competencia incansable, que va
induciendo a lo que llamamos al “crecimiento económico”.
La escuela no queda exenta de esta competencia, se ve reflejada en las Instituciones
educativas al momento de hacer conocer sus ofertas, tanto académicas, tecnológicas,
talleres, capacitaciones y profesionales etc.
La globalización equivale a grandes cambios estructurales en el Universo, la forma de
comunicarnos mediante un mundo virtual, la reorganización en las relaciones globales, e
ir adoptando modelos institucionales internacionales, nos permite ir superando fronteras,
ampliando conocimientos, y a la vez reconceptualizar el rol docente pasando de ser
productor del conocimiento, a un docente capaz de transformar gran cantidad de
información en conocimiento útil.
El 97% de la información mundial esta digitalizada y un 80% esta en Internet, por lo
tanto la escuela ya no cumple el rol de transmisora de conocimiento , sino la que brinde
los criterios para buscarla y combinarla en proyectos, debe transmitir a los alumnos
empoderamiento intelectual y que éstos puedan dar criterios propios… (Castells, 2014)
Las Instituciones Educativas deben estar abiertas al cambio, al desarrollo, a la
innovación, a la capacitación del personal en forma permanente, restructurar el proceso
de enseñanza aprendizaje, brindar los recursos necesarios para que los docentes se
desarrollen como profesionales, y de esta forma aspirar a una escuela perfeccionada e
inclusiva.
Tendremos que idear escuelas que tracen nuevos horizontes, que conecten nuevos
mundos, abiertas a inventar, enriquecerse y que estén en movimiento constante, y no
convertirse en un camino sin huellas La escuela debe ser vista como otra instancia de
sociabilización, debe integrase al mundo y ampliar la identidad cultural , una escuela que
se haga de una lectura continua de la diferencia, la vivencia de la equidad y el respeto
activo; una escuela que construya su sentido y deber ser a partir de las necesidades de sus
educandos y de irse perfilando como un escenario que tiene un compromiso ético- moral
y político con el país.