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UNIVERSIDAD AUTÓNOMA DE SAN LUIS POTOSÍ
FACULTAD DE DERECHO
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ESTUDIOS DE POSGRADO
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TRASPASAR EL ESPEJO
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QUE VOY A HACER CON LO QUE HISO DE MI
LA CLASE DE TEORÍA PEDAGÓGICA

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JUAN FRANCISCO TAPIA GUEL
JUNIO 20 DE 2010.

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Educar es una de las más importantes tareas dentro de la sociedad misma, toda
vez que entre más se educa a los integrantes de esta, más se refinan las
relaciones entre los individuos que la constituyen, y así, podemos hablar de una
verdadera evolución social.

Es indudable que la capacidad de aprender es parte integrante de ese complejo


biológico que es el ser humano. Sin embargo, también es cierto que la
adaptación del hombre a su ambiente, a diferencia de otros animales, constituye
un proceso dirigido, guiado por la generación precedente. Educar, dirigir e
instruir a las generaciones nuevas es función esencialmente humana. Suele ser
desempeñada principalmente por los padres, pero en todas las comunidades
desarrolladas se considera un deber de la colectividad adulta.

En este momento entonces de esta reflexión, nos encontramos ante una de las
preguntas más difíciles de responder dentro del proceso de enseñanza, en
especial, dentro de la clase de “Teoría Pedagógica” ¿Cómo enfocar la
instrucción? En efecto, como recordaremos dentro de nuestra clase habíamos
varios alumnos que fuera del entorno de la Maestría, somos maestros, y todos
teníamos diferentes puntos de vista respecto de cómo educar, pregunta que no
resolvimos de manera unánime ni el último día de clases.

Creo que el hombre es el centro del sistema educativo. Toda formación es un


complemento de la educación de la personalidad. La mayoría de las actividades
humanas precisan de un aprendizaje y una práctica para conseguir un desarrollo
adecuado. El ideal educativo de la antigua Grecia, mencionaba el Lic. Juan
Ramón Nieto, fue una formación en todos los conocimientos y actividades
objetivo que, en cierto modo, ha perdurado en la pedagogía de Occidente. Esto
no impide que en distintos focos culturales se hayan subrayado
determinadamente cualidades, a medida que variaba el ideal de la personalidad,
en la ilustración se observan algunos de los componentes de la personalidad que,
en distintas épocas, han constituido el centro del interés de los pedagogos y que
han dado origen al matiz especial de los diversos sistemas educativos que
estudiamos en el libro “Los Grandes Pedagogos”.

Tocando ese tema, estudie personalmente a María Montessori, quien formuló


ideas muy concretas sobre educación infantil. Esta debería realizarse con ayuda
de material de enseñanza que despertara y desarrollase las funciones relativas a
la adaptación al mundo de los objetos y a la necesidad humana de probar,
manejar y crear. Los músculos y las funciones perceptivas deberían practicarse
en forma de actividades que conjuntasen el juego con el trabajo. Las ideas de
Montessori expresan el creciente interés por el mundo de los objetos en la época
de la técnica.

Creo, que una clase como la que tuvimos por dos meses me puso, tal como se
dijo en la misma, frente a un espejo, en el que me gusto lo que vi, me di cuenta
que efectivamente voy por buen camino, y que todavía me falta mucho camino
por recorrer. Afortunadamente el camino es el correcto, pues no tendría caso
correr por un camino si este no es el adecuado.

Ahora percibo que como docente tengo cualidades, sin embargo, también tengo
oportunidades de mejorar, me he dado cuenta que soy poco tolerante, pero creo
que en clase aprendí que eso no es tan malo, la tolerancia par acon mis
compañeros maestro debe de ser un valor a cultivar, pero no debemos de tolerar
cualquier actitud con los alumnos, porque confían en nosotros como guías, como
líderes en su aprendizaje.

Reconozco que a estas alturas de mi metodología pedagógica, las raíces que


tengo, son muy profundas, sin embargo, tengo también la menta abierta al
cambio, uno como maestro debe de estudiar y aprender continuamente, pues
jamás lo sabremos todo.
Hablar de cambio es riesgoso, no debemos de cambiar solamente porque
podemos, sino que debemos de cambiar todo aquello que como maestros
queremos y debemos quitar de nuestro espejo imaginario, renovar nuestra forma
de educar debe de ser única y exclusivamente cuando estamos seguros de que
con ellos formaremos mejores alumnos.

Traspasar el espejo es, aquello que aprendí en clase, saber que voy a hacer con
aquello que la clase hizo de mi, hoy sé que soy mejor maestro, pues ya soy
consciente de lo que quiero cambiar de mi mismo, me es ahora más sencillo pues
se que cumplo con uno de los requisitos más importantes para ser docente “LA
MENTA ABIERTA AL CAMBIO”, he escuchado de mis compañeros mismos tantas
formas de enseñar, tantas formas de ser maestro, que algunas de estas ya las he
hecho mías.

Sigo fiel a mi creencia de no permitir la impunidad, debemos de hacer sabedores


a nuestros alumnos que su apatía en el proceso de aprender tendrá
consecuencias, porque creo que así es la vida, llena de consecuencias, sin
embargo, gracias a esta clase, ahora sé cómo enseñar para que mis alumnos no
sean apáticos al proceso, se que el camino a recorrer terminará cuando no tenga
a ningún alumno que reprobar.

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