Академический Документы
Профессиональный Документы
Культура Документы
60 Al oírlas, muchos de sus discípulos dijeron: Dura es esta palabra; ¿quién la puede oír?
61 Sabiendo Jesús en sí mismo que sus discípulos murmuraban de esto, les dijo: ¿Esto os ofende?
62 ¿Pues qué, si viereis al Hijo del Hombre subir adonde estaba primero?
63 El espíritu es el que da vida; la carne para nada aprovecha; las palabras que yo os he hablado son espíritu
y son vida.
64 Pero hay algunos de vosotros que no creen. Porque Jesús sabía desde el principio quiénes eran los que no
creían, y quién le había de entregar.
65 Y dijo: Por eso os he dicho que ninguno puede venir a mí, si no le fuere dado del Padre.
66 Desde entonces muchos de sus discípulos volvieron atrás, y ya no andaban con él.
67 Dijo entonces Jesús a los doce: ¿Queréis acaso iros también vosotros?
68 Le respondió Simón Pedro: Señor, ¿a quién iremos? Tú tienes palabras de vida eterna.
69 Y nosotros hemos creído y conocemos que tú eres el Cristo, el Hijo del Dios viviente.
70 Jesús les respondió: ¿No os he escogido yo a vosotros los doce, y uno de vosotros es diablo?
71 Hablaba de Judas Iscariote, hijo de Simón; porque éste era el que le iba a entregar, y era uno de los doce.
Introducción:
1. Hay una enorme diferencia entre andar en la carne y andar en el Espíritu. Servir en la Carne (Egoísmo)
y Servir en el Espíritu (Por amor, Por fe y por recompensa futura, mirando al invisible)
2. Quien se mueve en el poder de Dios, tiene asegurada la victoria.
3. Nuestras mayores derrotas se producen justamente porque creemos que tenemos la fortaleza necesaria
para vencer. Y es entonces cuando se producen las caídas.
4. Si queremos vencer, debemos caminar tomados de la mano del Señor Jesucristo estando fiel a su
llamamiento
5. Todos Tenemos un llamamiento.
No debemos sentirnos presionados para elegir...Tomemos los que conviene y lo que conviene es servir.
Conclusión:
1. Los cristianos estamos llamados a ser vencedores, no derrotados.
2. Y cuando avanzamos tomados de la mano del Señor Jesucristo, tenemos asegurada la victoria.
3. El llamamiento viene de Dios, y sin duda, avanzamos bastante cuando no dependemos de nuestras
fuerzas sino de las de Él.