funcionarios. Como documentó Malú Gaspar en un reportaje notable en la revista Piauí, para hacerse de las grandes obras de infraestructura, debió coludirse con empresas y empresarios nacionales. Según funcionarios de Odebrecht, sus socios locales estaban al tanto de los sobornos y aportaban a dichos "gastos". Hoy el expresidente Ollanta Humala está preso preventivamente porque habría recibido dinero de Odebrecht para sus campañas. El mandatario Kuczynski dedica su presidencia no a gobernar, sino a ver cómo disimula sus múltiples y ahora públicas relaciones con Odebrecht; las cuales hasta hace poco negaba categóricamente. La acción de Odebrecht y otras constructoras brasileñas fue más sutil que la del soborno descarado. Como ha declarado Marcelo Odebrecht y ha confirmado Jorge Barata, su brazo ejecutor en Lima durante más de una década, la empresa apoyó a casi todos los candidatos con oportunidades de ganar la presidencia en 2006 y 2011. Han brindado montos exactos. Siendo una empresa con una división entera dedicada al pago de sobornos, no es difícil presumir que, aun si recibir dinero de empresas para campañas no constituye delito, estas contribuciones fuesen una suerte de sobornos diferidos y difusos entre potenciales gobernantes. Según Barata, bebieron de esa misma agua envenenada los expresidentes Toledo, García y Humala, el actual presidente Kuczynski, la ex alcaldesa de Lima Susana Villarán y la dos veces candidata presidencial Keiko Fujimori. No hubo quien dijera no.