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Llave de la Fe
Llave de la Palabra
Escúchenme, costas lejanas, oigan esto, naciones distantes: El SEÑOR me llamó antes de que yo naciera, en
el vientre de mi madre pronunció mi nombre. Hizo de mi boca una espada afilada, y me escondió en la sombra
de su mano; me convirtió en una flecha pulida, y me escondió en su aljaba. Me dijo: «Israel, tú eres mi siervo; en
ti seré glorificado».
En este versículo Isaías proclama que él fue llamado por Dios, enseñado y ungido desde su nacimiento para
servir como profeta. Aunque el pueblo de Israel no se arrepintiera, a Isaías Dios le promete su gloria, en
consecuencia, este profeta actuó en la fuerza del SEÑOR. Además, Isaías es llamado para ser luz de las
naciones y liberador de los presos, también profetiza que Jesús será luz para las naciones.
En su ungido se vieron realizadas todos los intereses de Dios para las naciones
Las noticias del redentor llegaron a los gentiles y prestaron atención al mensaje del evangelio, cuando el pueblo
de Dios las ignoró
Llave de la Fe
Luego fue Jesús con sus discípulos a un lugar llamado Getsemaní, y les dijo: «Siéntense aquí mientras voy
más allá a orar». Se llevó a Pedro y a los dos hijos de Zebedeo, y comenzó a sentirse triste y angustiado. «Es
tal la angustia que me invade, que me siento morir —les dijo—. Quédense aquí y manténganse despiertos
conmigo”. Yendo un poco más allá, se postró sobre su rostro y oró: «Padre mío, si es posible, no me hagas
beber este trago amargo. Pero no sea lo que yo quiero, sino lo que quieres tú».
Jesús le expone la agonía de su alma, a sus amigos. Jesús expresa “Padre mío, si es posible, no me hagas
beber este trago amargo”. Ya Él sabía que había llegado su hora y la forma tan desgarradora, humillante y cruel
que lo iban a tratar y su posterior crucifixión. Luego Jesús expresa “Pero no sea lo que yo quiero, sino lo que
quieres tu”. Aquí demuestra total sumisión a Dios para cumplir su voluntad, es la completa fe del Hijo del SEÑOR
para lograr nuestra salvación.
Consecuencias de la fe de Jesús: