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LA ESTRATIFICACIÓN SOCIAL EN EL PERÚ

1. Introducción.

En un mundo que se interrelaciona aceleradamente, conceptos como el de clase media aparecen


con frecuencia, y las comparaciones de su aplicación práctica a escala internacional nos pueden
llevar con facilidad a errores y equívocos en la comprensión de una sociedad concreta heterogénea
y diversa como la nuestra.

Es por eso que, en esta digresión, intentamos acotar el tema y plantear la hipótesis del surgimiento
de una nueva clase media en el Perú que aún no merece el reconocimiento como tal. Para esta
incursión nos hemos apoyado principalmente en dos trabajos sobre la sociedad peruana, que
sirvieron de motivación y sustento preliminar y que desde luego no son responsables de la
propuesta de interpretación que luego emprendemos.

II. Desarrollo

Con la aplicación de la reforma agraria desde fines de la década del 60 y en los años 70 llegó el
momento de la liquidación de la oligarquía en el Perú, la cual venía enfrentando ya una fuerte
crisis de poder y legitimidad como consecuencia de haber sido fundamentalmente una clase
dominante y no una clase dirigente que incorporara a otras clases y fracciones de la sociedad
peruana con un proyecto nacional compartido1. De hecho, un sector de la oligarquía se había
transformado lentamente en una burguesía urbana, vinculada al sector financiero y los ensayos de
industrialización, mediante estrategias de sustitución de importaciones, que finalmente
desembocaron en manos de los intereses transnacionales.

Esta significativa reforma en la estructura de propiedad de la tierra, ejecutada manu militari, desató
un proceso impresionante de múltiples dimensiones que solamente se podrá evaluar con justeza
cuando haya transcurrido un largo tiempo. Las consecuencias inmediatas, sin embargo, y las
secuelas (no necesariamente negativas) más prolongadas y profundas en la vida de la sociedad
peruana han sido múltiples. Uno de los efectos importantes, por ejemplo, tuvo que ver con el
desgarro del poder de una clase dominante como la oligarquía peruana, acostumbrada a dominarlo
todo. Esto sucedía mientras se producía la visibilización de un sector social significativo en la
dinámica social peruana; personas, familias y comunidades del mundo andino irrumpían como
nuevos actores sociales legítimos en el Perú oficial. Esto ocurrió con la liberación paulatina de
amplias masas campesinas sometidas por siglos a la explotación extrema y a la exclusión,
particularmente desde los tiempos de la derrota de Tupac Amaru. Este proceso social, como es
sabido, provocó entonces un desborde popular de dimensiones insospechadas.

A partir de una caracterización más ideológica y política, que una estrictamente social y cultural, se
planteó un debate sobre el rol que les cabría a las clases sociales distintas a la oligarquía en el Perú,
para llevar adelante la tarea transformadora y de justicia social que nos permitiera consolidar un
Estado Nación y construir una patria democrática y con futuro para todos los peruanos. También
Víctor Andrés Belaúnde intentó proyectar el surgimiento de la peruanidad como una síntesis

1
creada y comenzada por el espíritu católico, que sin negar el hispanismo y el indigenismo hacen
del Perú una nación, una patria y un Estado. Pero insistía Belaúnde en que se trataba de una
síntesis no concluida. Como sabemos bien, la conformación de las clases sociales que emergería en
los años ochenta del mismo siglo, poco tuvo que ver con estas visiones y empezó a ser una realidad
distinta a la que vislumbraron los grandes ideólogos peruanos de entonces. Buena parte de las
familias del campesinado y de la clase obrera de las antiguas generaciones produjeron una nueva
generación de peruanos del presente con una nueva identidad de clase.

III. Conclusiones.

Concluyendo este intento por presentar algunos elementos que nos permitan acercarnos a una
caracterización -desplegada al debate y como propuesta de hipótesis- de la conformación de las
clases sociales urbanas en el Perú. presento allí una caracterización de estas clases medias urbanas
en un contexto de6terminado por la vigencia de la tensión entre el mundo público y el privado en
la conformación de nuestras clases sociales. Se pregunta a propósito del objeto de su
investigación, si los cambios en curso estarían llevando hacia una estratificación y diferenciación
social anclada en el trabajo, los ingresos y el consumo en vez de atributos adscritos y de estirpe.

La caracterización que intenta en la aproximación de las clases medias limeñas, alude


implícitamente a la transformación de estos sectores sociales y su sometimiento a los nuevos
parámetros que impone la mundialización del capitalismo en una etapa que hemos terminado por
llamar y caracterizar como de globalización. Pero titubea al plantear el futuro de las clases medias
y de las relaciones de clase en general en el Perú por su carácter impredecible de lo que llama el
“terremoto social” de transformación de una Lima criolla en una amalgama de culturas
provincianas, asentadas en el transcurso de cinco décadas de intensa migración andino serrana.

Sin pretender confundir a nadie, está claro que no son parte de la clase media todos los que dicen
ser, ni están todos los que son, a partir de criterios de estratificación local o de distribución de
ingresos. Las clases sociales en el Perú, también en comparación con las llamadas clases medias
globalizadas, no pueden entenderse realmente si lo único que se hace es poner el acento en pautas
de consumo, ingresos, acceso al crédito u otros criterios más tradicionales como el status o la
educación.

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