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CHRISTIAN/MOREAU

/ÑREUD Y
EL OCULTISMO

A PR Ao AS
El enfoque freudiano
del espiritismo,
la adivinación, la
magia y la telepatía

gedisa
A
Título original en francés:
Freudet l'occultisme
O by Edouard Privat, 1976
INDICE

Traducción: Rubén Núñez .


Fotografía y diseño de tapa: Mireia Armengol y Enrique Guelar Introducción 11
CAPITULO1. ¿CÓMO COMPRENDER LA
Primeraedición, abril de 1983, Buenos Aires, Argentina “AMBIVALENCIA” DE FREUD? 15
L Ocultismo y parapsicología 15
Derechos para todas las ediciones en castellano
1. Ambigiedades semánticas 15
O by Editorial Gedisa S.A. e 2. El ocultismo 17
Muntaner460, entlo, 1*.,
Tel 201 60 00
3. La parapsicología 20
Barcelona-6, España 4. Hacia una coherencia en las contradicciones 23
ISBN N? 84-7432-174-3
TI. Un orden de las conexiones inconscientes 25
Gestión, representación y dirección para esta edición 1. La Cábala 28
Editorial Celtia S.A.C.I.F. de M. y R.
Avda. Belgrano 355, 6% piso, 2. La cuestiónde la superstición 30
1092, Buenos Aires, Argentina 3. Algunosaspectosde la creatividad de Freud 39
ISBN N* 950-9106-35-6
Eo + nr. Las influencias históricas: Ensayo de retorno
a lasfuentes 49
Hecho el depósito que establece la ley 11.723
1. Wilhelm Fliess: 1887-1902 43
Impreso en Argentina a. Sobrela teoría de los períodos
Printed in Argentina
b. Freud: un crítico ambivalente 45
2. Carl-Gustav Jung: 1907-1914 52
Se terminó de imprimir en offset en el a. Uninterés precoz porel ocultismo 53
mes de abril de 1983, b. Entre Freud y Jung, la cuestión del ocultismo
en lostalleres gráficos de la
Compañía Impresora Argentina S.A., c. La evolución de las posiciones de Freud 62
calle Alsina 2041/49, Buenos Aires, Argentina.
3. SandorFerenczi: 1908-1933
a. Uninterés precoz porel ocultismo 66
b. 1909: las experiencias con los videntes 70
Queda prohibida la reproducción total o parcial por cualquier medio de impre- c. 1910: el psicoanálisis como terreno de
sión, en formaidéntica, extractada o modificada, en castellano o cualquier otro
idioma. investigación 7
d. 1911: las audacias de Ferenczi 74 b. “Totem y tabú” 119
e. 1912: la telepatía animal 75 ; c. “La inquietante rareza” 119
f. 1913: algunasdesilusiones 76 3. Losescritos posteriores a 1921 120
g. Investigacionestardías 79 a. “Psicoanálisis y telepatía” 122
4. Losotros colaboradores de Freud 82 b. “Sueñoy Telepatía”” 123
a. El “comité” . 82 c. “La significación oculta de los sueños” 124
b. Hitschmann 83 d. “Sueñoy Ocultismo” 124
c. Steckel 85 e. Otros escritos 125
d. Héléne Deutsch 88 4. Conclusiones 125
e. Burlingham 89 - II. El ocultismo comoocultación del inconsciente 127
f. Un problema evocado a menudo 92 1. Las manifestaciones de los espíritus 130
S. Lainvestigación psíquica 94 a. Posesionesy hechicería 130
a. Freudy la “Investigación Psíquica”” 96 b. Elespiritismo 133
b. Freudy la literatura metapsíquica 99 c. Fantasmas, espectrosy ““Poltergeist”” 135
IV. Las necesidades de política exterior 104 - d. Eldoble 142
1. Los riesgos de edulcoración y de captación 2. La adivinación del porvenir 146
del psicoanálisis 106 a. Masacias y premoniciones 146
2. Los ataques de los medioscientíficos : 108 b. El “déjá-vu” 154
c. Extrañas coincidencias 156
CAPITULOII. LAS POSICIONES DE FREUD 3. La magia 161
SOBRE EL OCULTISMO 114 a. Hechizos y mala suerte 161
IL. Losescritos sobre el ocultismo 114 b. La magia 163
1. Losescritos de la primera época (antes de 1910) 116 4. Desconocimientoe ilusión en el ocultismo 169
a. “Un sueño premonitorio realizado” a. Desconocimiento 169
b. “La psicopatología de la vida cotidiana” 116 b. Ilusión 172
c. Observaciones sobre un caso de neurosis . TIL. En busca de un núcleo de verdad: ¿Latelepatía? 174
obsesiva (*“El hombrede las ratas”) 117 1. Telepatía y seudotelepatía 175
2. Losescritos de 1910-1920 118 a. Comunicación a la Sociedad Psicoanalítica
a. Tercera edición de “La psicopatología de Viena (4 de marzo de 1908) 176
de la vida cotidiana” 118 b. “Psicopatología de la vida cotidiana” 177

8 9
c. Un caso de alucinacióntelepática explicado
por una paramnesia 173
d. ¿Telepatía o ilusión? 183
2. Las observaciones de Freud 184
a. El sueño del nacimiento de gemelos 185
b. La profecía del nacimiento de dos hijos
“ alostreinta y dos años 189
c. La profecía del envenenamiento por cangrejos 192 Introducción
d. Scherman,el grafólogo 195
e. El señor ““Vorsicht” 197
3. Visión de la concepción freudiana dela telepatía 199
En momentos en que el hombre da sus primeros
a. Primera aproximación al fenómeno
pasos en la Luna,en la Tierra trepa hasta el cenit el culto
telepático 200 del Sol. Esta llamaradadelo irracionalse caracteriza por
b. ¿En qué descansael fenómenotelepático? 202 la difusión de una ““Nueva Gnosis””, dondeel cientificis-
c. Elaboración del mensaje telepático porel moflirtea con el espiritualismo y porel florecimiento de
percipiente 204 nuevascolecciones dedicadas a lo sobrenatural, el ocultis-
moy la parapsicología. Parapsicología de music-hall, o
d. Condiciones dela trasmisión telepática 209
más bien de opereta, que los propios parapsicólogos no
e. En buscadela identidadde la telepatía 210 reconocerían comohija. y
f. ¿Hipótesis o certidumbre? 212 No obstante, a pesar del cúmulo de inepcias, de
CONCLUSIONES 213 afirmaciones ingenuas, de pretensiones mitomaníacas con
BIBLIOGRAFIA 217 las cuales se la confunde, la parapsicología sobrevive.
A partir de 1934, cuando Rhine creó en Estados
Unidos un laboratorio de parapsicología anexo a la
Duke University, muchas universidades abrieron
sus puertas a los investigadores de esa disciplina, que
apunta a un estudio científico de cierto número de
fenómenos considerados durante largo tiempo como
derivados de lo sobrenatural y de lo oculto. Sus trabajos,
sin embargo, permanecen poco conocidos y son
deformadoshasta el absurdo en los escritos que llegan al
público.

10
Porque si el gran público es aficionado a la nuevo el informe sobre las posiciones de Freud con
parapsicología, el mundo científico no oculta su relación al ocultismo; informe en el que no hemoshallado
escepticismo; los psicólogos ignoran hasta la existencia de exactamente las mismas cosas que Jones y que, sobre
esos trabajos y sus pares psicoanalistas se muestran más todo, aparece mucho más voluminoso de lo que a
menudose lo ha querido reducir.
que desconfiados con respecto a este terreno de
investigación, que les parece portador del sello de un Este trabajo notiene la pretensión de ser una contri-
pensamiento, si no mórbido, por lo menos arcaico. bucióna la teoría psicoanalítica del ocultismo. Más mo-
Sin embargo, no es posible ignorar el interés que, desto,se sitúa simplemente en una perspectiva histórica y
tiende a esclarecer ciertos aspectos poco conocidos del
sobre ese tipo de estudios, habían demostrado los
principales fundadores de la psicopatología moderna. pensamiento de Freud.
En la primera parte, propondremos claves para
Entre estos precursores, habría que citar a William
James, fundador de la Sociedad Norteamericana de comprender las posiciones de Freud sobre el ocultismo y
Investigaciones Psíquicas; a Liébault y después a Pierre la parapsicología. Insistiremos sobre cuatro elementos de
esclarecimiento, subrayando:
Janet, que fueron de los primeros en subrayar las
1. la necesidad de precisar lo que Freud entendía por
relaciones entre la hipnosis yla telepatía; Freud, en fin, a
quien consagraremos esta obra. ocultismo y las ambigijedades nacidas del reagrupamien-
Ya que, en efecto, Freud se ha interesado por los to, bajo ese término, de fenómenos muy dispares;
2. la necesidad de apreciar los factores inconscientes
problemas del ocultismo. Pero, extraña historia
que haninterferido en la investigación de Freud;
decididamente, un halo de confusión rodea sus escritos
3. la necesidad de tener en cuentala evolución histó-
sobre el tema y, muy a menudo, sus alumnos ignoran este
rica de las concepciones de Freud y las influencias que
aspecto secundario de su obra. Hasta Jones, el gran
han sufrido por parte de sus colaboradores y del ambiente
biógrafo de Freud, quien sin embargo se ha dedicado a
de la época;
esta cuestión, a la que consagra un capítulo íntegro de su
4. la necesidad de formar parte de las considera-
trabajo de historiador(05)*, casi no ha contribuido más
que a mantener la confusión. Acordémosle que cionesestratégicas que se imponían al movimiento psico-
analítico.
reconocía, desde el comienzo de ese capítulo, que sus
Después de haber plantado estos jalones, intentare-
propias posiciones, violentamente hostiles al ocultismo,
podían haber deformado su visión. mos, en la segunda parte, una presentación y un análisis
Deformación difícilmente evitable, a la que no
delas tesis freudianas sobre el ocultismo y la parapsicolo-
gía, articulándolas, en forma esquemática, en torno de dos
pretendemos haber escapado, dado que no
polos. Uno reagrupará los trabajos orientados a destruir
disimularemos nuestra actitud favorable con respecto a la
parapsicología (siempre que no se incluya con este el aspecto de ilusión que alimenta los “fenómenos ocul-
tos”; otro, los que, no obstante, tratan de detectar ahí un
término lo que fuere, como sucede, por desgracia, en la
núcleo de verdad. Demostraremos que no hay una nece-
mayoría de los casos). Esto nos ha llevado a abrir de
saria contradicción entre ambos tipos de trabajos.
* Los númerosentre paréntesis remiten a la bibliografía.

12
CAPÍTULOI

¿Cómo comprenderla
““ambivalencia”” de Freud?

1. OCULTISMO Y PARAPSICOLOGÍA

Mástica, ocultismo, ¿qué entendemos con esos términos? No


esperen que yo trate de agrupar bajo denominaciones precisas
estas concepciones mal definidas. Todos sabemos, de manera
general y confusa, lo que es preciso entender ahí.
FREUD, Sueño y ocultismo79

1. Ambigiiedades semánticas

Al contrario de lo que podía pensar Freud, nos pare-


ce que el primer imperativo de ese estudio es tratar de pre-

15
cisar qué es lo que recubre este término de “ocultismo”. finición de Freud. Debemos tomarla como se brinda, con
En efecto, estimamos que una de las claves para los objetivos que se fija. Esa definición del ocultismo
comprender la “ambivalencia”? de Freud consiste en to- tiene, al menos, el mérito de apelaral sentido común, pe-
mar conciencia de las ambigiedades nacidas de una riodístico podría decirse, que tiende a incluir ahí todo lo
imprecisión del campo semántico de esta palabra, va- “sobrenatural”. Por eso hemos optado por mantener ese
riable según las épocas y según los autores. término en nuestrotítulo, aunque lo consideremos discu-
Freudcasi no ha tratado de darde ella una definición tible y ambiguo. Deberemos, sin embargo, abarcar el
precisa. En los numerosostextos consagradosal tema, no contenido, para lo cual se impone un ordenamiento. Para
se asoma, de hecho, más que dos veces a estos problemas facilitar esta señalización, la realizaremos oponiendo dos
de definición y aun para conformarse con términos bas- camposdistintos, ocultismo y parapsicología, cuyos lími-
tante vagos: tes no será necesario establecer de entrada. Podremos,
— “Fenómenos ocultos: cosas todas que pare- luego, volver al desarrollo hecho por Freud.
cen hablar a favor de la existencia real de fuerzas
psíquicas distintas de las conocidas hasta ahora en
el psiquismo humano o animal, o que revelan fa- 2. El ocultismo
cultades mentales no admitidas por el momen-
to.**(68) Pocos términos como el de ocultismo han sido
—*“Se trata de un mundo distinto del mundo empleados con mayor frecuencia y en los sentidos más va-
comprensible y regido porlas leyes inexorables que ríados. No tendremosla pretensión de resumir aquí las
la ciencia ha construido para nosotros. El ocultis- doctrinas ocultistas. Los grandes pensadores del ocultis-
mo afirma que hay, de hecho, más cosas en el mo han rodeado a menudo sus enseñanzas de una oscuri-
cielo y sobre la tierra que no sueña nuestra filoso- dad a veces impenetrable, que, por lo demás, estuvo en el
fía? —(76) página 4. origendet término. Porotro lado,serían necesarios la ad-
Esa definición que, por lo demás, no hace más que quisición de una enorme documentación y muchos meses
retomar una de sus fórmulas favoritas, que tantas veces de investigaciones para pretender exponerlas con compe-
irritó a Jones, es cuanto menos muy imprecisa; da lugar a tencia e imparcialidad, ya que hay pocos temas para los
fenómenos muy heterogéneos. En su estudio, Jones intro- que se encuentreuna literatura tan rica en profundas in-
ducirá allí un batiburrillo: la previsión del porvenir, la co- vestigaciones y en produccionesincreíblemente absurdas.
municacióncon los espíritus, el don de lo yavisto, la tele- Detantoesoterismo y confusión no hemosretenido más
patía, la levitación, la quiromancia, la astrología, la vi- que algunasideas generales, de las que queremos brindar
dencia, el espiritismo, las casas encantadas, etcétera... un panorama.
Porlo tanto, sólo cabe asombrarse de verlo esperar de Derivado del adjetivo “oculto” (del latín: occultus-
Freud un juicio univoco sobre el tema. A nosotroscasi no escondido), el término ocultismo ha sido empleado por
nos sorprende que, ante ese fárrago, Freud haya expresa- primera vez por Eliphas Lévi, quien publicó su gran obra:
do a la vez duda y credulidad. Dogmay Ritualde la Alta Magia en 1856, el año del naci-
Piénsese lo que fuere, no vamosa recusar aquíla de- miento de Freud. Este sustantivo no era, sin embargo,

16

Pf precisar algunos puntoséLa teoría de las correspondencias
/ másquela actualización de un término cuyo sentido ha-
se basa en el principio de la analogía. La visión ocultista
bía sido consagradoenel siglo XVI por H.C. Agrippa, en del mundo puedereferirse al doble sentimiento de la di-
su célebre tratado: “De occulta philosophia”, compila- versidad y la unidad del mundo. Todo elemento del uni-
ción que trataba de unificar, en una sola enseñanza filo- verso, ocultista puede ser enlazado a otro. “Lo que está
sófica, corrientes tan diversas por su origen histórico y su arriba es como lo que está abajo”; este principio funda-
significación mística como las delos pitagóricos, gnósti- mental, formulado por Hermes Trimegisto, se vuelve a
cos, cabalistas, herméticos, alquimistas, astrólogos. De hallar en la convicción de que el hombre es un órgano en
todos modos, es destacable la buena disposición con que
el cuerpodel universo. “Para conciliar la multiplicidad de
fueron acogidasestas especulacionessincréticas. En la ac- losfactores y la unidadfundamentaldel universo, el ocul-
tualidad, para muchos el ocultismo remite a la adivina- tismorecurre a la teoría de las correspondencias. Es preci-
ción, a todos los hechos quela ciencia oficial no ha reco-
so reconocer, entre todos los constituyentes del mundo,
nocido aún, a “ese espíritu de misticismo y de sobrenatu-
relaciones que no permiten subsistir ninguno indepen-
ral necesario a las imaginaciones soñadoras y delicadas”,
diente. Hay que explicar que la diversidad se transforma,
caro a NervaJe enfoque difuso noes, sin embargo,
al estudiarla, en una-unidad perfecta. Para el ocultismo,
bastante satisfactorio, y resulta difícil reducir el ocultismo sólo la analogía es capaz de efectuar esa metamorfosis,
al desecho delo inexplicable. ¿Qué es, pues, detrás de to-
dosestos elementosheteróclitos, “esa intuición grandiosa esa transmutación.” —(3), página 35—. En definitiva
todas las mancias reposan sobre esa doctrina, dela cual
que engendró monstruos y maravillas y cuyo solo nombre
no son más que una manifestación particular. Así, la
evoca en el espíritu extrañas resonancias, un misterioso
astrología es la ciencia de las correspondencias-entre el
estremecimiento, un velado recuerdo del Paraíso Perdi-
mAcrocosmos universal y el microcosmos humano. “Las
do? R. Amadou(3).
Se incluyen, de costumbre, en el marco delas prácti- mancias no se presentan, pues, como prácticas sin funda-
mento. La relación entre el acontecimiento y el conoci-
cas ocultas, la mántica, la magia y la alquimia. No nos
miento que del mismo se obtiene por la observación de
ocuparemos de definir la alquimia, que, como se sabe,
una cosa noes, para los ocultistas, fantasiosa ni arbitra-
alimentó las especulaciones de Jung; tampoco la magia
ria. Es la expresión de esa armonía universal, fuera del
requiere, casi, ser definida. En cuantoa la mántica, o adi-
tiempo y del espacio, que sustenta la filosofía ocultista. ?”
vinación, se la divide en diversas formas particulares, O
Si se profundiza el análisis, se comprueba que las rela-
mancias, entre las cuales hay quecitar la astrología, la
ciones analógicas no son,en efecto, ni espaciales ni tem-
quiromancia, la oniromancia, la cartomancia, los arúspi-
porales, sino intencionales. Este rol de la intención es
ces, los augures,etcétera... De hecho,el problemacentral
esencial en la práctica mágica. Se lo encuentra, así, en los
consiste en obtener el común denominador, lo mismo que
hechiceros, que ejercen una influencia maléfica sobre los
conla estructura lógica delas filosofías tradicionalesí Co-
seres, por intermedio de una estatuilla, bautizada conel
mo lo ha señalado Amadou, el ocultismo reagrupa un
nombre de la persona de referencia, y que es puesta en
conjunto de doctrinas y de prácticas fundadoen la teoría
““correspondencia”” con el modelo por voluntad del ma-
de las correspondencias. Ño podemos entrar aquí en to-
go. Observemos, de paso, la importancia del nombre en,
dos los detalles de su análisis, pero nos parece esencial

18 19
“la acción mágica. La magia aparece, pues, como un me- /utilizar los métodoscientíficos modernos paraverificar y
dio de actuar sobre unode los elementosdel universo, uti- analizar fenómenos hasta aquí refutados porla ciencia y
lizando las correspondencias analógicas que posee con to- que no pareceninscribirse en el cuadro delasleyes cientí-
do otro elemento del universo. Estas correspondencias ficas conocidasen la actualidad. La extensión del término
puedenhallarse en una analogía de forma o de destino, o es variable según los autores. En el más amplio sentido, la
aun en la relación de una palabra conel objeto que desig- parapsicología es la disciplina que se esfuerza porexplicar
na. Desde ya, este análisis del pensamiento ocultista nos fenómenos en apariencia aberrantes con relación a la
permite entrever las relaciones que la intencionalidad ciencia, sea porel fraude, sea porla ilusión o porelejerci-
ocultista mantendrá con la noción freudiana de fantasía cio de unafunción psicológica, clásica o nuevaf Enel sen-
de “omnipotencia del pensamiento”. Tendremos, asimis- tido estricto, tiende a evidenciar y estudiar, en forma ex-
mo, ocasión de volver sobre la concepción filosófica que perimental, funciones psíquicas aún no incorporadas al
sustenta la utilización privilegiada de la palabra en la ac- sistema de la psicología científica, con vistas a la incorpo-
ción mágica,/ ración en el mismo, quesería así ampliado y completado.
Altérmino de nuestro abordaje a la estructura lógica Sea cual fuere la extensión que se quiera dar al término, y
del ocultismo, nos parece que éste adquiere un aspecto sea cualfuere el juicio que se formule sobre sus expectati-
nuevo y más homogéneo. Deja de ser el desván en desor- vas, la actitud parapsicológica se presenta, pues, radical-
den de lo sobrenatural. En efecto, nos parece más impor- mente diferente de la actitud ocultista. La parapsicología
tante definir el ocultismo por el derrotero del pensamien- quiere adoptar, con relación a los hechos llamados
to subyacente que por sus objetivos heterogéneos.¿Co- “sobrenaturales”, una actitud científica, siendoasí lleva-
rrespondencia, analogía e intencionalidad están en el da a unainvestigación experimental, que trata de respon-
corazón de la visión ocultista del mundo. Eso es lo que der a tres interrogantes: ¿existen los pretendidos fenóme-
nos permite oponerle la actitud parapsicológica. Porque nos?; si existen, ¿a qué leyes obedecen?; ¿y cómo expli-
lo quedistingue al ocultismo —enel sentido estricto defi- carlos? Dado que el objeto del estudio de la parapsicolo-
nido con anterioridad— de la parapsicología, no es tanto gía modernaestá constituido por lo que puedellamarse lo
el campode los fenómenos hacia el que ambosse orientan paranormal, se esfuerza en aplicar a su documentación, al
comola naturaleza misma de esa orientación. control de las experiencias y a la evaluación estadística los
másrígidoscriterios de la investigación científica contem-
poránea. Esa actitud, que lleva a negar lo sobrenatural, se
3. La parapsicología diferencia, pues, en forma neta, de las interpretaciones
espiritistas, místicas u ocultistas y casi se ha impuesto ha-
La parapsicología moderna, en efecto, toma también ce recién pocos decenios.
sus objetos de estudio de las creencias que alimentan al El nacimiento de la parapsicología modernaestá sig-
ocultismo y en las prácticas mágicas primitivas. Pero si ha nado por los trabajos norteamericanos de J.B. Rhine, en
permanecido muy próxima a las tradiciones de lo sobre- la Duke University, hacia los años treinta. Estos trabajos
natural que continúan existiendo, hasta prosperando en tuvieron considerable acogida, porque fue la primera vez
nuestras sociedades materialistas, ftrata en principio de que una visión de los fenómenos paranormalesutilizaba,

20 21
y A

al estricto sentido con que los hemosdefinido. Estas pre-


en vasta escala, el método cuantitativo fundado en la de- cisiones semánticas, con las implicancias epistemológicas
mostración estadística. Rhineutilizó naipes especiales, de que las sustentan, van a permitirnos abordar las posi-
cinco figuras, llamados cartas de Zener, tratando de ha- ciones de Freud.
cer adivinarla figura por un sujeto, de acuerdo con proto-
colosde tiradas variables, pero muy codificados. Fue en-
tonces posible, después de numerosas tiradas, comparar 4. Hacia una coherencia en las contradicciones
los resultados obtenidos con los que permitía prever el
cálculo de probabilidades. Desde 1932 hasta nuestros Como hemosdado ya a entender, creemos que buena
días, se hanrealizado millones de experiencias con las car- parte de las contradicciones de Freud ante el ““ocultismo””
tas de Zener y la metodología ha sido sometida a las más desaparece con unaclarificación de lo que es susceptible
severas críticas. Ya sea en forma global o en el marco de de ser comprendido con este término. Pero Jones, en su
series experimentales particulares, los resultados obteni- biografía de Freud, parece haber descuidado por comple-
dos hanexcedido las previsiones del cálculo de probabili- to distinguir los diferentes problemas. Es preciso decir, en
dades. En consecuencia, se ha ido consolidando, poco a su descargo, que Freud nole había facilitado la tarea, y
poco, la hipótesis de la existencia de una percepción queesa clarificación del campodel ocultismo casi no ha-
extrasensorial. A partir de Rhine prosiguieron conside- bía tenido lugar en una época en quela parapsicología es-
s, y
rables investigaciones, en particular en Estados Unido taba aún en estado embrionario. Pero se puede pensar
la parapsicología hizo su entrada en las universidades de también que su propia actitud ante el ocultismo poco lo
diversos países. ¡En la actualidad, los parapsicólogos se impulsó a efectuar ese esfuerzo de clarificación.
han puesto de acuerdo en dividir su campo de acción en . Tenemos así por inexacta la afirmación de Jones,
dosterrenosdistintos. De entrada, el estudio de la ““Per- quien pretende que Freud “ha suministrado tantas
cepción Extra-sensorial” (ESP), que engloba el estudio pruebas de su fe en el ocultismo como de sus dudas”.
dela telepatía,la clarividencia y la precognición. A conti- Trataremos de demostrar, por el contrario, en las páginas
nuación,el estudio de la “Psicoquinesis” (PQ), es decir, siguientes, que es posible captar una profunda coherencia
la influencia psíquica directa sobre los sistemas físicos; en los trabajos de Freud sobre el ocultismo. Es así como
Nopodríamosdetallar aquí los resultados de estas investi- dos puntos deben ser subrayados con toda claridad, cosa
gaciones ni las controversias a que han dado lugar; sólo que no hizo Jones.
podemosremitir a la literatura especializada. Para un pa- De entrada, una preocupación, constante en Freud,
noramageneral, véase, por ejemplo (4, 101, 111, 137). de eliminar toda la parte de pensamiento mágico suscep-
Por el momento, nos interesa en especial subrayar tible de impregnar los sedicentes hechos sobrenaturales y
dos puntos esenciales. Primero, que la parapsicología “de eliminar, de una vez por todas, las creaciones del de-
conduce,porfin, a negar lo sobrenatural. Después, en es- seo humanode la realidad material””.(16) En este sentido,
pecial, que la misma adopta, al contrario del ocultismo, todos sus escritos constituyen una recusación de las pre-
unaactitud de pensamiento que pretendeser científica, en tensiones del ocultismo. A la vez, es como racionalista
la que nohalla lugarla teoría de las correspondencias. La que se acerca a estos problemas. “Los psicoanalistas
parapsicología no es ocultismo, ai menossi nos atenemos
23
22
i-
—dice— son, fundamentalmente, incorregibles mecan efecto, semejante afirmación sólo puede embrollar ine-
cistas y materialistas, aun cuando no tengan la intención luctablemente los hechos. A nuestro juicio, es más justo
de privar a los procesos emocionalese intelectuales de al- sostener las proposiciones siguientes, que nos parecen sin
pro-
guna característica aún desconocida.”*(16) Freud está equívocos:
fundamente apegado a una concepcióncientífica del Uni- 1. Freud rechazatoda visión ocultista del mundo. En
verso —(76), página 208—, posición que adopta en toda este sentido, se puede afirmar que nocree en el ocultismo.
su serie de escritos sobre el ocultismo. En estos textos se 2. Freud acepta, en el cuadro de una concepción
capta la diferencia que separa al materialismo de un científica del universo, admitir la hipótesisde la telepatía
Freud del misticismo de un Jung. Si, con un análisis su- Aún hará falta concretar qué entiende por esto. :
perficial, puede parecer que Freud avala el ocultismo, só- Alo largo de nuestro trabajo volveremossobre estas
lo es para negarlo mejor, reduciéndolo a procesos suscep- dos proposiciones, que nos parecen, en efecto, un hilo
tibles de un enfoquecientífico. La posición de Freud se conductor útil para encontrarnos de nuevo con las apa-
nos aparece ahí auténticamente ““parapsicológica”, con rentes contradicciones de Freud ante el problema del
antelación al término. En esa posición de rechazo del pen- ocultismo; aunsi su formulación no resuelve por sí misma
samiento ocultista y de aceptación de un enfoque detipo | el problema planteado por su ambivalencia, del que va-
parapsicológico situamos buena parte de las aparentes mos ahora a encarar los resortes psicodinámicos.
contradicciones de Freud. se
Por lo demás, veremosqueen el marco de este enfo-
que que, a nuestro juicio, se puede considerar como pa-
rapsicológico, en el amplio sentido, Freud limita su cam-
po deinterés. Trataremos de demostrar que mantiene una
IT. UN ORDEN DE LAS CONEXIONES
posición restrictiva, que continuará más o menos cons- INCONSCIENTES
tante, al menosen el tema, si no enel vigor de su afirma-
ción. En efecto, Freud recusa lo esencial de los fenóme-
nos ““metapsíquicos””, y sólo acepta tomar en considera- Descuidar el análisis de los motivos inconscientes
ción unodeellos, el de la transmisión del pensamiento. La que han podidoorientar las posiciones de Freud sería ha-
telepatía es el único fenómeno cuya existencia admite y cer muy poco caso de la teoría psicoanalítica. Por otra
del que se constituye, eventualmente, en defensor. Para parte, Freud ha subrayado la importancia de esa dimen-
Freud es el único fenómeno susceptible de ser considera- sión, ya que escribe, por ejemplo, en Sueño y
do comoel “núcleo de veracidad” del ocultismo, del que ocultismo(16): “Puede ser también que haya en mí una
todo el resto no es más que una superestructurailusoria, secreta inclinación hacia lo maravilloso; inclinación que
susceptible de un análisis en términos de mecanismosin- meincita a acogerfavorablemente la producción defenó-
conscientes. menos ocultos”. Es cierto, pues, que un “psicoanálisis”?
En suma, Jones nos parece formular muy mal el de Freud sería muy fecundoal respecto. Es también dable
problema, cuando escribe que Freud “suministra tantas suponer queresulta ilusorio tratar de comprender su acti-
pruebas de su fe en el ocultismo como de sus dudas”. En tud ante el ocultismosin ese enfoque.

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—HA—_—A——_———————

Por lo tanto, nadie se sorprenderá al suponer, con la que se había encaminado por ““una orden recibida de
verosimilitud, el interés y la ambivalencia de Freud ante los las conexiones inconscientes” (carta a Jones, 9 de agosto
fenómenos ocultos que han de hundir sus raíces en sucesos de 1911). Algunos autores, por ejemplo Ple(117), se han
muy precoces de su vida, en su infancia y en los mitos fa- preguntadosi el interés de Freud por el ocultismo nosería
miliares que lo marcaron. Nació “*parado” y la leyenda un “desplazamiento” de su problema más auténticamen-
quiere ver ahí una prenda de renombrey brillante porve- te religioso, entendiendo el término en su sentido pro-
nir. Esa idea de un destino excepcional había alimentado, piamente psicoanalítico. Por lo demás,es el propio Freud
en formareiterada, las fantasías de su madre, y las predic- quien, en Sueñoy Ocultismo, plantea en cierta medida la
ciones de algunos videntés impresionaron lo bastante al cuestión: “¿No hay identidad entre el interés que suscita
joven Freud para que más tarde hiciera alusión a ello en el ocultismo y el que se fija en los asuntos religiosos? Sos-
La interpretación de los sueños —(49), páginas 171-172: pechamos, en efecto, que uno de los fines secretos del
“Pienso en lo que me contaron a menudoen mi infancia: ocultismo es socorrer a la religión, amenazada por el
en ocasión de mi nacimiento, una vieja campesina profe- progreso delpensamientocientífico. Al descubrirestefin,
tizó a mi madre, orgullosa de su primer hijo, que éste se- sentimos crecer nuestra desconfianza, nuestra repulsión a
ría un gran hombre”. Un poco más adelante relata otro dedicarnosal estudio de los pretendidos fenómenos ocul-
episodio del mismo género: ““Mis padres me habíanlleva- tos”. El hecho, comprobado másatrás, de que tendía, a
do una tarde, cuando tenía ya once o doce años, a uno de veces, a confundir en una misma definición mística y
los cafés del Prater. Vieron un hombre que iba de mesa en ocultismo, subraya aún queesdifícil disociar por comple-
mesa y que, por algunas monedas, improvisaba versos to los dos problemas, pero es evidente que, en nuestro
sobreel tema quese le diera. Me enviaron a llamaral poeta trabajo, no podremos extendernos sobre el tema general
a nuestra mesa y éste, agradecido porel encargo, improvisó de “Freudyla religión”, sobre la avalancha de polémicas
de inmediato algunos versos para mí y predijo que un día que ha suscitado ni sobre todo lo que se ha podido escri-
sería ministro. Recuerdo muy bien la impresión que me bir sobre la problemática religiosa de Freud (influencia de
produjo esa segunda profecía”. Freud se apresura, por su nodriza católica, etcétera), debiendo, sobre este
cierto a señalar: “Esa clase de profecías ha de serfrecuen- punto, remitir a las obras especializadas.
te, ya que hay tantas madres colmadas de esperanza, De todos modos, poresencial que pueda ser un enfo-
tantas viejas campesinas, viejas mujeres que, no teniendo quepsicoanalítico de la posición de Freud, no pretendere-
ya posibilidades en el presente, se resarcen volviéndose mosseguir muy lejos por este camino, por el cual muchos
hacia el porvenir. Además, esa clase de predicciones debe otrosse han arriesgado antes. No apoyándonosenel títu-
de beneficiar al profeta”. lo deanalista, no nos atreveremosa seguirlos ahí, ya que
Pero es dable pensar que el joven Freud no había per- no nos consideramos lo bastante pertrechados para un
manecido insensible a todas estas promesas y que pudo enfoque pleno de riesgos y que da lugar a las interpreta-
serle difícil renunciar al valor de estas profecías que tan ciones más fantasiosas, faltas de referencias a una si-
bien concordaban con su deseo y el deseo de su madre. tuaciónanalítica, cuya especificidad se conoce.
Sería necesario también recordar el interés de Freud Sin embargo, por su propia insistencia, dos aspectos
porla psicología de lafe y dela religión, vía tortuosa por de la personalidad de Freud han retenido nuestra aten-

26 27
y”
ción. A pesar de las reservas que acabamos de formular y tendremosaquí, tan solo, el dato esencial de que Freud se
tratando de no abandonar la prudencia necesaria en la hallaba impregnado por la tradición mística judía. Sus
circunstancia, creemos importante recordarlos porque padres provenían ambos de Galitzia, una región cuya at-
nos parece que inciden en el corazón del problema y que, mósfera estaba saturada de hassidismo, forma tardía y
en parte, han alimentado, en un juego de perpetuo balan- muy expandida del misticismo judaico. Su padre había
ceo, sus hesitaciones ante el ocultismo. Queremosreferir- nacido en Tysmenitz, ciudad dondelas tradiciones jasídi-
nos a las tendencias supersticiosas y a la creatividad de cas constituían un motivo de gran consideración; su
Freud. Antes de abordar estos dos temas, diremos tam- madre era de Brody, uno de los mayores centros del pen-
bién algunas palabras sobre la probable influencia del samiento hassídico en Europa Oriental. Es dable pensar
misticismo judío en la curiosidad de Freud por “lo sobre- que cierto conocimiento de lá tradición pudo trasmitirse
natural”. porinflujo de ese baño cultural. Si bien es difícil imagi-
narse a Freud pasando sus veladas en la lectura de los
libros cabalísticos, puede sin embargo afirmarse que el
1. La Cábala pensamiento judío le era familiar. Es sabido que la
biblioteca de Freud contenía una importante colección de
Numerosos autores se han dedicado a estudiar la obras judaicas; en particular, muchos libros alemanes
influencia del judaísmo sobre el pensamiento del funda- sobre la Cábala, así como un ejemplar de la traducción
dor del psicoanálisis. En su obra sobre Freud y la tradi- francesa del Zohar. También es conocido el muy particu-
ción mística judía, Bakan sostiene que el desarrollo del lar gusto de Freud porel Tarot, juego de naipes popular,
psicoanálisis debe ser estudiado en el cuadro dela historia inspirado en la Cábala.
del judaísmo, en particular, del pensamiento místico ju- Podemos, pues, preguntarnossi esa influencia cultu-
dío. Para ese autor, Freud habría laicizado el misticismo ral no ha sido un fermento para la curiosidad de Freud
judío y abrevado, en formaconsciente o no, en los escri- por el ocultismo. Es preciso recordar que, en los medios
tos tradicionales judíos, en especial en la Cábala, temas populares, la Cábala remite a toda una tradición esotérica
esenciales que se vuelve: a encontrar en elpsicoanálisis. apegadaa la idea del valor místico de las cartas, los signos
Cábala y psicoanálisis muestran, en efecto, una asombro- —signos cabalísticos—, amuletos, talismanes, fórmulas
sa semejanza en dos puntosprincipales: las técnicas de in- de encantamiento? Es conocida la importancia del juego
terpretación y la importancia atribuida a la sexualidad. de los númerosy de la numerología en la literatura místi-
No vamosa detallar esta argumentación, que nosllevaría ca judía y no es posible dejar de relacionar aquí esto con
muy lejos de nuestro tema, y nos conformaremoscon de- el hechode la curiosa tendencia de Freud a la superstición
cir una palabra del papel de la tradición mística judía co- de los números fatídicosPor los demás, es a propósito de
moposible origen del interés de Freud porel ocultismo. esa tendencia que le dice a Jung: “En esto hallará usted
Es evidente que la asimilación hecha por Balkan de una nueva confirmación de la naturaleza específicamente
la técnica psicoanalítica con la de los cabalistas no debe Judía de mi mística” (carta a Jung, 16 de abril de 1909).
hacer pensar en una especie de misticismo oculto, que ha-
ría de Freud un discípulo secreto de la tradición. Re-

ed
y e.

2. La cuestión de la superstición la mano contra la mesa mientras el cirujano le abría un


absceso de garganta; ¡en ese mismo momento, Martha
Casi no es preciso recordar las relaciones existentes comía un postre! Algunas semanas antes (4 de julio de
entre superstición y ocultismo. Según las posiciones 1882), recomienda a su prometida meter una moneda de
doctrinarias o las creencias, se utilizan una u otra de las plata en su alcancía, y le escribe: “Todo metaltiene elpo-
denominaciones para designar fenómenos comolas pre- der mágico de atraer a otro; al papelse lo lleva elviento.
moniciones, los sueños proféticos, las creencias en núme- Tú sabes que me he vuelto supersticioso. La razón es
ros fatales, etcétera... Por su parte, Freud éstima que la terriblemente austera y sombría; una pequeña supersti-
mayor parte de las creencias ocultas han estado alimentadas ción tiene cierto encanto”. El 31 de diciembre de 1883,
porlas supersticiones. Desde esta perspectiva, el ocultis- después de haber soñado con un viaje a España,le escribe
mo es considerado, en lo esencial, como una construcción asimismo: “Ese tipo de sueño me ha vuelto un poco su-
artificial, por un mecanismo proyectivo, de una realidad persticioso, ya que hasta hoy, todos mis sueños de viaje
sobrenatural, que el psicoanálisis está habilitado para han sido en realidad seguidos de un viaje. ¿Cuál será esta
retraducir en unapsicología del Inconsciente. Freud puso vez y cuánto durará?”Soninteresantes sus reacciones an-
los primeros jalones en su Psicopatología de la vida coti- te ciertos fenómenos que se produjeron a comienzos de su
diana,(94) y tendremos ocasión de volver sobre sus tesis. permanencia en París, en 1885, que relata en la edición de
Lo que por el momento nosinteresa es demostrar 1910 de la Psicopatología dela vida cotidiana —(51) pági-
que, detrás dela actitud de Freud, que se reclama científi- na 279—. “Cuando, siendo joven, vivía en una gran
ca —es decir, que plantea que el psicoanálisis es suscep- ciudad del extranjero, solo y lejos de los míos, a menudo
tible de brindar una explicación de las creencias supersti- me parecía, de pronto, oír pronunciar mi nombre por una
ciosas—, la verdad es, en realidad, más compleja. “Freud voz conocida y querida, y anotaba el momentopreciso en
habla de la superstición de tal modo que bien se ve que que se había producido la alucinación, para informarme,
es su propia actitud supersticiosa lo que analiza.” con los míos, sobre lo que había pasado en ese momen-
—Mannoni(105), página 94—. Max Schurhizo hace po- 10.” En 1910 especifica que cada vez le respondían que no
co un estudio muy completo de las tendencias supersti- había pasado nada.
ciosas de Freud en su libro sobre La muerte en la vida de Losintercambiosepistolares con Fliess(80) le brindan
Freud.(27) también ocasión para expresar ciertas creencias concer-
Son innumerables los ejemplos a través de los cuales nientes a una eventual transmisión del pensamiento entre
se desenmascara en Freud la superstición. Los hallamos ambos amigos. Freud se asombrabadela frecuencia con
desde muy temprano, en su correspondencia con Martha, la cual sus cartas se cruzaban. Sehalla un ejemplo en una
su prometida.("9 En una carta del 26 de agosto de 1882, carta del 2 de marzo de 1889. “Puede ser que nuestras
le participa las dudas que lo asaltaron después de haber cartas se crucen de nuevo””; O aun en la del 20 de se-
quebrado, en formaaccidental, el anillo que ella le había tiembre de 1901: “¡Diablos! ¡Nuestras cartas se han cru-
obsequiado con destino a sus esponsales; tambiénle escri- zado! Ayer, justamente, yo me preguntaba portu confe-
be para indagar si no lo había querido menos “el jueves rencia, ¡y hela aquí!”. Podrían considerarse estas anéc-
último, a las once”. A esa hora, Freud se había golpeado dotas comoinsignificantes, pero Jones relata —95, tomo

30 31
3, página 440— otro ejemplo deeste tipo, extraido dela bosque”. (Carta a Ferenczi, 14 de agosto de 1925).
correspondencia con Ferenczi, que parece mostrar que El temade la muerte, tan importante en estas supers-
Freud ha debido guardar durante largo tiempo un gus- ticiones, se vuelve a hallar en el miedo a los malos augu-
to particular por semejantes creencias (intercambio de rios, en especial en el encuentro de su “doble” en el tren
cartas de octubre de 1912). (véase página 140). Se halla también en el centro de la su-
Es posible detectar otros temas supersticiosos en la perstición concerniente a la influencia fatal de los núme-
correspondencia con Fliess, en especial el de los actos má- ros, superstición en la que también Freudestaba, al pare-
gicos. Desde Roma, Freud le escribe el 19 dé setiembre de cer, involucrado. Freud estaba a menudo preocupado con
1901: “No sólo he tratado de corromper a Trevi, como su muerte y se descubren en sus cartas testimonios de una
todos lo hacen, sino que también, por propia iniciativa, creencia en la predestinación de la fecha fatídica.
he metido la mano en la Bocca della Verita, en Santa- Esa fecha fue, primero, fijada a los 41 años y esa
Maria-Cosmedin, jurando volver”. En efecto, según la creencia lo llevó a sospechar que Breuery Fliess le oculta-
tradición, el viajero que arroja una moneda en la Fuente ban algo inquietante cuando, en 1894, lo afectaron tras-
de Trevi ha de volver a Roma. El cierto humor que pone tornos cardíacos rebeldes.
en su carta no nos puede hacer olvidar que es Freud quien Más tarde, Freud estuvo durante largo tiempo per-
nos ha enseñado toda la importancia significante de los suadido de que moriría a los $1 años, es decir, en 1907.
pequeños gestos anodinos. Por otra parte, sería falso Esa fecha parece haber tenido origen en las predicciones
pensar que esos ejemplos sólo pueden hallarse en el pe- de Fliess, de acuerdo con los cálculos basados en la famosa
ríodo ““pre-analítico”” de Freud: él mismonosrelata anéc- ley de la periodicidad, que asignaba capital importancia a
dotas más tardías donde, de manera inconsciente, realizó los números 28 y 23, cuya suma daba 51. Es así como hace
actos mágicos conel fin de orientar la suerte (Psicopato-
alusión a dicha fecha en Lainterpretación de los sueños,
logía de la vida cotidiana, —(51) páginas 179-181). Un día donde escribe (página 373):
quebró la tapa de mármol de untintero a fin de obtener “Además, el número 51, aislado, tiene otro senti-
do;el de oposición. Por eso interviene en el sueño
un regalo de su hermana. Pero con mayor frecuencia, es-
tas parapraxias están relacionadas con la muerte. En repetidas veces. Cincuenta y unoes la edad en que
1905, cuando su hija mayor estaba en peligro de muer- el hombre parece más expuesto; en que he visto
te, luego de una grave operación, Freud se sorprendió en morir a colegas en forma repentina; entre otros,
tren de apuntar con su pantufla a unaestatuilla de már- uno a quien después de haber atendido largo tiem-
mol, que quebró. Se trataba de un sacrificio propiciato- po, acababa de ser designado profesor pocos días
rio, para proteger a su hija. La misma suerte corrió una antes”.
figurita egipcia, a fin de proteger una amistad en peligro. Se puede señalar, por otra parte, que el año 1907 es
el de la segunda edición de la Psicopatologíade la vida
En agosto de 1925, Freud caerá aún en esa tendencia. Su
hija Ana debía volver a Viena por tren: “Durante la cotidiana, en la que Freud ha agregadolo esencial de sus
noche, hubo un accidente de tren sobre la línea que observaciones concernientes a la superstición, pero donde ha
aquélla debía recorrer. De modo que, a título de protec- suprimido una nota en la que hacía alusión al temor de morir
ción, perdí mis anteojos conel estuche al inclinarmeen el en 1907 (Esa nota sólo se halla en la “Edición Estándar”);

Y 33
"Sucede a menudo que acuden a mi espíritu espe-
quetodo lo queestá señalado con unacifra: direc-
culaciones concernientes a la duración de mi propia
ciones, habitación del hotel, vagón delferrocarril,
vida y la de las personas a quienes quiero. Lacir-
etcétera... comporta siempre la mismacifra o, al
cunstancia de que mi amigo de B. ha hecho de los menos, sus componentes. Se encuentra esto extra-
períodos de la vida el objeto de sus cálculos ha de
ñamente inquietante y quienquiera que no esté aco-
haber determinado estos charlatanismos incons- razado contra la superstición estará tentado a atri-
cientes. Hoy en día noestoy ya de acuerdo con una buir un sentido misterioso a este retorno obstinado
de las premisas en las que aquél fundaba su traba- de la mismacifra; a ver ahí, por ejemplo, una alu-
jo. Por razones por completo egoístas, me sentiría
sión a la edad que no sobrepasará.”” (Citado en
muy feliz de refutarlas; pero parece que, a mi mo- (66), página 189).
do, imito sus cálculos”. Freudrelata la historia en forma anónima, pero una
Sobreviviente de la suerte, adopta bien pronto otra carta a Jung del 16 de abril de 1909 —(86), páginas 295-
creencia y encarael fin de su vida hacia la edad de 61 ó 62 297— nodeja dudaalguna sobre el carácter autobiográfi-
años, es decir, en 1917 ó 1918. Hacealusión a ello en su co del episodio en cuestión. Freud explica allí el origen de
correspondencia con Ferenczi, en 1917, cuandole escribe: su superstición, que parece remontar a 1899, época en
“Comienzoa ver el mundo con disgusto. La idea supers- quecreyó en la significación augural de un nuevo número
ticiosa de que mivida concluirá en febrero de 1918 me re- telefónico que le había sido asignado. Relata también los
sulta, por momentos, agradable””. El origen de esa supers- inconvenientes que le habían sobrevenido en el curso de
tición es aclarado por un pasaje de La inquietante extra- un viaje a Grecia con su hermano, donde ““el número 61 ó
ñeza, texto que fue, precisamente publicado a comienzos 60, asociadoal 1 o al 2, volvía a presentarse en todas las
del año 1919, cuando el año temido acababa de trans-
ocasionessobre los objetos numerados”. Al llegar a Ate-
currir. El autor nos cita un ejemplo, en forma imperso- nas, tuvo también la desagradable sorpresa de comprobar
nal, pero que, de hecho, remite a un acontecimiento que que su habitación tenía el número 31. Agrega entonces
vivió en 1904, que, con su espíritu fatalista, lo consideró de inmediato
“El factor de la repetición involuntaria nos hace comola mitad de 61-62, y que tuvo bien pronto la impre-
parecer extrañamente inquietante lo que, por otra sión de que era el número quelo perseguiría en lo sucesivo.
parte, sería inocente, y así nos imponela idea de lo
Losdetalles revelados en la carta a Jung nosólo per-
nefasto, de lo ineluctable, allí, donde, de otra ma-
miten comprender la significación particular que para
nera, hubiéramos hablado de “azar”. Así, por
Freud tenía el número 61-62. Las alusiones a los curiosos
ejemplo, es una circunstancia, por cierto, indife-
acontecimientos sobrevenidos en ocasión de su viaje a
rente, que en un vestuario se os dé determinado nú-
Grecia, que tuvo lugar en 1904, aportan de igual modo un
mero —digamosel 62— o queel camarote del bar-
esclarecimiento inesperado al misterioso Trastorno de
co que os han destinado tenga ese número. Pero memoria sobre la Acrópolis.(17)
esa impresión se modifica si estos dos hechos, indi-
Eneste texto de 1936, dedicado a Romain Rolland,
ferentes en sí mismos, se vinculan en el momento
Freudrelata cómovivió un curioso fenómeno psicológico
en que, porazar, se llega a hacer la observación de
al llegar a la Acrópolis, después del famoso viaje. Fue un

35
extraño rechazo a creer en lo que veía. Señala también portancia de los números 28 y 23, números misteriosos
que, desde la partida de Trieste, había sido invadido por que reaparecerán a menudoenlos escritos de Freud; o
un humor particularmente desagradable. Insiste sobre la aun recordar que, después de los cálculos de Fliess, pensaba
impresión de Inquietante extrañeza en la génesis de su que sus mejores obras aparecían cada siete años.
trastorno y explica, de forma evasiva: “Sin suministrar en Querríamos sólo terminar con estas anécdotas hablando
detalle los antecedentes que me condujeron a esto, toma- de la importancia asignada al número 17, lo que nos dará
ré como punto de partida este hecho que, en su origen, nueva ocasión de señalar la singular precaución que
debió de causar la sensación de quela situación de enton- Freud tomaba para disimular su identidad cuando daba
ces presentaba algo de increíble y de irreal”. Estas decla- ejemplos concernientes a esas supersticiones. Es sabido
racionessibilinas se aclaran cuando se conocen los hechos que, de joven, había elegido el número 17 en una tirada
que preceden, y se comprende mejor esa sensación de de tómbola que debía revelar el carácter. Sacó la palabra
increíble y de irreal a la que hace alusión. Lo que perma- “fidelidad”, que asoció después con la fecha de sus es-
nececomo en absoluto extraordinario, en cambio, es que ponsales, que precisamente tuvieron lugar un 17. Se
en ningún momento desu análisis, en extremo minucioso, puede también señalar, de paso, que la superstición del
haga alusión a esa recurrencia del número 62, que tanto número17 se relaciona con la concerniente al número 61,
lo había perturbado. ya que en 1917 Freud debía tener 61 años. A través del
Si el miedo de morir a los 61-62 años fue, tal vez, el análisis de los datos biográficos, pudimos poner en evi-
más tenaz, no fue el último que conoció. Después de ha- dencia, en el capítulo X1I de la Psicopatología de la vida
ber declarado a Ferenczi, de modo irónico, una vez pasa- cotidiana, un magnífico ejemplo de “discreción” relativo
da la fecha fatal: “Esto pruebaelpoco crédito que es pre- a esta superstición. Freud cita el siguiente ejemplo: “Una
ciso otorgar a lo sobrenatural”, había de imponérsele un persona que tiene una particular preferencia por los nú-
huevo plazo: noviembre de 1937. Tendría meros 17 y 19 recuerda, luego de algunos instantes de
entonces
ochenta años y medio, edad a la que habían muerto su reflexión, que a los 17 años conquistó la libertad académi-
padre y su hermano Emmanuel. Expresa esta idea en for- ca al devenir estudiante y que, a los 19 años, hizo su pri-
mairónica, en 1915, en una carta a Abraham(82): “Mi mer viaje importante y en seguida, su primer descubri-
padre y mi medio-hermano vivieron ambos hasta los 81 miento científico. Pero la fijación de esa preferencia sólo
años. ¡Qué sombría perspectiva para mí!” (Julio 3 de se efectuó dos lustros más tarde, cuando esos mismos nú-
1915.) En abril de 1937 anima a Arnold Zweig(83) a no meros adquirieron determinada importancia para su vida
retrasar la visita que proyectaba hacerle, porque “mis afectiva”. Cuandose sabe que es a los 17 años que Freud
pretensiones hereditarias a la vida llegan a su término en entra en la Universidad (1873); que 1875 es el año de su
noviembre”. (Abril 2 de 1937.) Si hemos de creer a Jo- primerviaje a Inglaterra, casi no hay dudassobre la iden-
nes, una vez pasada esa fecha, comenzó a temertener que tidad de esa persona que habría de casarse un decenio
vivir tanto tiempo como su madre, que alcanzó a los 95 más tarde, el 17 de junio de 1882. Es asimismo curioso
años. Es sabido quela evolución de su cáncer nole permi- notar que, en este pasaje que trata del determinismo in-
tió llegar a ese plazo. consciente de la elección de los números llamada “al
En el mismo contexto, se podría insistir sobre la im- azar”, los cuatro ejemplos que acompañanal nuestro ha-

36 37
a

cen referencia al número 17. ¡Y aun que el prime


r emociones fundadas en esas ideas, nos destaca que éste
ejemplo, que Freud toma a cargo suyo, comporta
un lap- era para Freud un problemadifícil. La insistencia en la
sus, donde el número 17 es reemplazado por el
número denegación nos lleva a suponer quelas tendencias supers-
19, así como un error de cálculo, donde 67 es reemplaza-
do por 57! —(51) páginas 260 a 265- . ticiosas de Freud contribuyeron en gran medida a su am-
En contraste con la multiplicidad de ejemplos bivalencia frente al ocultismo. Impulsado por las mismas
po- a creer en ciertos fenómenos, pero consciente, por otra
sibles, asombra ver la insistencia con que Freud trata
aparecer, en sus escritos, como alguien queno de parte, de estas tendencias, y sobre todo cuidándose de ce-
es supersti- der a ellas, sólo podian, en definitiva, conducirlo a una
cioso. Hemoscitado, al respecto, varios ejemp
los de ““di- profunda desconfianza sobre las pretensiones del ocultis-
simulo””. Pero nos es preciso detenernos
todavía en esto. mo. Es dable pensar que sólo cuando efectuó cierto retro-
En unacarta a Martha, de la que ya hemo
s habladoy en ceso con relación a esas tendencias, después de 1920, estu-
la cualle preguntaba si no se había sentido menos
unida a vo en condiciones de formular con claridad, en sus publi-
él en el momento en que rompió su anillo, decla
ra de in- caciones, tomas de posición abiertas y detalladas, en el
mediato, en un movimiento de denegación:
“Debo confe- sentido de un reconocimientode la hipótesis de la telepa-
sar que mi corazón no desfalleció; no me acosó
el presen- tía: Con anterioridad, le habrá sido necesario un enorme
timiento dei fin desgraciado de nuestros
esponsales, ni la trabajo psíquico. Será primero la gigantesca aventura de
negra suposición de que, justo en ese mome
nto, te ocupa- su autoanálisis que, por lo demás, tomará un carácter
bas de arrancar mi imagen de tu corazón. Un
hombre sen- sistemático a continuación de la muerte de su padre; será
sible hubiera experimentado todo eso, pero mi
único pen- después la formulación del segundo tema, que conside-
samiento fue queel anillo tendría que ser restaurado
y que raba como su última contribución importante a la teoría
semejantes accidentes casi no puedenevitars
e”. (Carta a psicoanalítica y que lo llevaría a abordarla cuestión de la
Martha, agosto 26 de 1882). Una actitu
d similar, por lo pulsión de muerte, en el meollo de su problemática su-
menos significativa, puede ser hallada de
nuevo enel ca- persticiosa.
pítulo XIde la Psicopatología de la vida
cotidiana, don-
de Freud escribe una frase como ésta: “¿Tendría
alguna
significación el hecho de haber sido conducido
ante una 3. Algunos aspectos de la creatividad de Freud
casa que noera la de mi paciente? Para mí
no, es verdad.
Pero si yo fuera supersticioso, habría perci
bido en ese Si Jones pudoafirmar que “la actitud de Freud hacia
hecho una advertencia, una indicación de
la suerte, una el ocultismo ilustra mejor que todo otro tema la explica-
señal que me anunciaba quela vieja señora no
pasaría de ción que hemostratado de dar acerca de su genio”, nos
ese año”. Algunas páginas antes, había recon
ocido “una sentimos tentados de retomar la fórmula, a la inversa:
tendencia a la superstición, cuyo origen se
mantuvo largo “Lasraíces de su genio explican la actitud de Freud hacia
tiempo desconocido por mí””. Pero algunas
páginas más el ocultismo””. Por eso diremos algunas palabras sobre
adelante, volverá con insistencia sobre
“cuanto lo dife- determinadosresortes de la creación en Freud, ya que este
rencia de un hombre supersticioso”.. Lo
que, por lo de- aspecto de su personalidad nos parece que ha sido deter-
más, conocemos acerca de la facilidad con que
cedía a las minante en sus posiciones sobre el ocultismoy, al contra-
38
9
O

rio de los datos precedentes, másbienlo ha incitado a ad- lando que “no sería ésta la primera vez que el psicoanáli-
mitir la posibilidad de ciertos fenómenos comola telepatía. sis se hiciera el campeón de intuiciones oscuras, pero indes-
Es sabido que, desde su infancia, Freud estuvo com- tructibles, que hunden sus raíces en el sentido común,
penetrado con la premonición de que tenía que cumplir contra los pretendidos conocimientos de los intelec-
una tarea. En sus primeros contactos conla ciencia, dice tuales”. e
contono irónico, le parecía que no había más que elegir Esa oposición a la ciencia oficial remite asimismo a
aquélla a la que aportaría servicios que no podrían consi- lo quevivió al querer imponersus ideas sobre el psicoaná-
derarse más que como inestimables. —Zu+ Psichologie lisis. Y cuando, en 1926, Jones le reprocha su toma de po-
des Gymnasiaster, citado por Mannoni(105)—. La curiosi- sición favorable a la telepatía, Freud le responderá: “Una
dad de Freud lo impulsó siempre a interesarse por proble- vez más me hacía falta encarar la repetición, a escala re-
mas queofrecían posibilidades de investigaciones promi- ducida, de la gran experiencia de mi vida; es decir, la
sorias. Cuando vislumbraba poca cosa, su interés se proclamación de una convicción sin deber tener en cuenta
desvanecía con prontitud. El ocultismo ofrecía un campo cualquier eco proveniente del mundo exterior, Esa posi-
rico de promesas. En forma muy tempranase había intere- ción devenía inevitable”. Su independencia de juicio y su
sado en esas viejas creencias de la humanidad. El mundo aptitud para los combates solitarios, que refería a su Ori-
mágico de la curación porla hipnosisy, en especial, el do- gen judío y a las dificultades que esa circunstancia le re-
minio misterioso de los sueños, rodeado todavía del halo portó en ocasión de su ingreso en la universidad, no eran
de lo sobrenatural, iban a constituir los puntos de partida suficientes para convertirlo en un gran descubridor. Le
de una investigación que desembocaría en la teoría psico- haría falta también una capacidad de creer en lo impro-
analítica. Su genio había consistido en volcarse sobre es- bable, en lo inesperado, que le permitió abordar un domi-
tos fenómenos, separados con desprecio por la ciencia nio en el cual no podían aventurarse investigadores más
oficial y extraer de ahí ideas fecundas para una reformu- cuidadosos de controlar su imaginación. “La capacidad
lación de los problemas y una actualización de lo que po- de liberarse de los prejuicios va acompañadadecierta dis-
día constituirse en el núcleo de la verdad. En unacarta a minución del sentido del absurdo””, decía en 1883. Esa
Fliess se había comparado con Schliemann, que exhumó misma capacidad es la que le permitirá abordar con ojo
a Troya, a la que todo el mundocreía mítica. La expe- avizor el espinoso problema de la telepatía. Porque, co-
riencia que había hechoel autor de Lainterpretación de mo él mismo lo destaca en Sueño y Ocultismo, las ideas
los sueños, al “atreverse a tomarel partido de la anti- preconcebidas no son siempre condenables, porquea ve-
gúedad y de la superstición popular contra el ostracismo ces dispensan de untrabajo inútil, pero * pueden también
dela ciencia positiva”? —Gradiva (52) página 125— pare- ser erróneas y perjudiciales si a priori se ignora laperte-
ce haberlo marcado de manera especial, y pensamos que nencia de las mismas a una u otra de estas categorías. La
ello lo impulsó a mantener un espíritu abierto antela tele- historia de las ciencias abunda en ejemplos apropiados
patía, considerada comoel núcleo de verdad del ocultis- para ponernos en guardia contra una condena demasiado
mo. Por lo demás, el paralelismo está formulado concla- rápida.” —(76 página 45—. .
ridad en Psicoanálisis y Telepatía, donde se muestra Altérmino de este capítulo, esperamos haber arroja-
pronto a aceptarla existencia de ciertos fenómenos, seña- do alguna luz sobre el interés, en apariencia incompren-

40 41
y

sible, de Freud porel ocultismo, interés que parece haber mundo y hay motivos para pensar que'sus concepciones
irritado tanto a Jones. Los mismos rasgos de personali- sobre el ocultismo han estado motivadas por un juego
dad que habían de permitirle estructurar el psicoanálisis de influencias complejas y contradictorias. Nos es preciso
—interrogación sobre las viejas creencias supersticiosas, buscar el rastro en sus amistades —con la dimensión
capacidad de admitir lo increíble y de oponerse a los pre- transferencial que implicaban—; en el ambiente cultural
juicios— iban a llevarlo a volcarse sobre el ocultismo ya de la época —donde la “Recherche Psychique” tenía
defender posiciones heroicas sobre la telepatía. Se estaría cierta influencia—; en sus experiencias personales y en sus
tentado de sostener que, con respecto a las “Órdenesreci- lecturas. Nos es necesario, asimismo, tener en cuenta las
bidas de las conexiones inconscientes”, la construcción necesidades tácticas que pudieron imponerse para preser-
deledificio psicoanalítico y la investigación sobre el ocul- var la existencia del movimiento psicoanalítico naciente.
tismo estaban en una mismarelación paradigmática. Se Vamos ahora a evocar todos estos aspectos.
comprende mejor, entonces, cómo Freud pudoescribir a
Hereward Carrington, en 1921, quesi hubiera tenido que
rehacer su vida tal vez la consagrara a las investigaciones 1. Wilhelm Fliess: 1887-1902
sobre los fenómenos ocultos.
La amistad de Freud con Fliess, que se extendió des-
de 1887 hasta 1902 es la más íntima de las que se le cono-
cieron. Es sabida la importancia de esa relación, a través
de la cual tomó cuerpo una situación transferencial
III. LAS INFLUENCIAS HISTÓRICAS: ejemplar, verdadero análisis original que se ubicó en la
base del psicoanálisis. O. Mannoni —(106) páginas 115-
130— ha señalado cómo la cuestión de la muerte estaba
ENSAYO DE RETORNOA LAS allí en primer plano y, sobre todo, cómo los conocimien-
FUENTES tos de unoy de otro se vieron así modificados, sometiéndose
a los efectos del deseo inconsciente. Dicho autor subraya
también en qué medida “el saber que se adquiere en el
Después de haberaclarado algunas ambigiedades se- campode la transferencia, que es campo del deseo, obe-
mánticas, y luego de haber dado un panoramadelas di- dece a reglas particulares”, recordando que Freud no só-
mensiones inconscientes del problema, es indispensable lo nocriticó jamás las teorías ““delirantes”” de su amigo,
ahorasituar las concepciones freudianas sobre el ocultis- sino quelas adoptó, las hizo suyas y mantuvola creencia
moensu contexto histórico. Esta puntualización permiti- en ellas mucho tiempo después de su desavenencia
rá disipar muchas contradicciones, que sólo surgen si definitiva. Max Schur(127) hizo, en fecha reciente, un aná-
se olvida que el pensamiento freudiano está en perpetua lisis muy completo de esa relación, en el mismo sentido.
elaboración y que si se quiere recuperar la coherencia s Debemos detenernos en las ideas de Fliess, ya que
hace indispensable unavisión histórica. : creemos que durante mucho tiempo ejercieron su efecto
Freud no era un investigador que estuviera fuera del en la investigación de Freud sobre el ocultismo.

42 43
a. Sobre la teoría de los períodos
mientras los seres organizados continúen reprodu-
Haytres ideas enel centro de los “descubrimientos”? ciéndose sexualmente. Estos ritmos no atañen sólo
de Fliess: la de la existencia de relaciones íntimasentre la a la especie humana, sino también a los animalesy,
nariz y los órganos genitales femeninos, la de la bisexuali- sin duda, a todo el universo organizado. La
dad y, porfin, la de la: periodicidad. Nos limitaremos asombrosa precisión con que se mantiene el inter-
aquía esa teoría de los períodos y sus desarrollos, para se- valo deveintitrés días o de veintiocho, segúnel ca-
ñalar sus relaciones con la visión ocultista del mundo. so, permite suponer que existe una estrecha rela-
Fliess formula el primer desarrollo de sus especula- ción entre las condiciones astronómicas y la creación
ciones sobre la periodicidad en la vida humana enel ensa- de los organismos. ”” (Citado en (80) página 4).
yo sobre Lasrelaciones entre la nariz y los Órganosgenita- A partir de la idea de que determinadas afecciones
lesfemeninos desdeel puntodevista biológico, publicado ginecológicas pueden ser curadas por cauterizaciones de
en 1897: los cornetesnasales,el libro alcanzaasí los másaltos nive-
“Los hechos observados nos obligan a poner en les de la literatura ocultista. Existirían dos grandesciclos
evidencia otro factor. En efecto, nos enseñan que, en las especies animales y vegetales, y todos los principales
al lado del fenómeno menstrual que se reproduce acontecimientos coincidirían con múltiplos del número
cada veintiocho días, existe otro grupo de fenóme- querepresenta el ciclo. Fliess pretende explicar todos los
nos periódicos que lo hacen cada veintitrés días, a acontecimientos importantes con ayuda de este esquema
los cuales están sometidos todos los individuos de numerológico. Así, la muerte de Goethe sobrevino al
todaslas edades, cualquiera sea el sexo a que perte- 30.156día de su vida, o sea, 1.077 ciclos de 28 días; no
nezcan. existen dudas para Fliess de que “Goethe murió cuando.
“(...) Ese conocimiento, una vez adquirido, nos la 1.077% menstruación femenina hubo agotado la última
lleva a pensar que el desarrollo de nuestro organis- parcela de su maravillosa constitución”.
mo se produce a sacudidas, en el curso de estos pe- Estos desarrollos habrían de tomar una amplitud
ríodos sexuales y que, a raíz de estos últimos, el día creciente en el curso de los años, sobre todo en su obra
de nuestra muerte está tan por completo prefijado principal El cursode la vida, que apareció en 1906, así co-
comoel de nuestro nacimiento. Los trastornos de- mo enescritos más populares: De la vida y de la muerte,
bidos a la enfermedad están sometidosa las mismas El año enelser viviente, Tres obras concernientes a la teo-
leyes periódicas que los fenómenosperiódicos mis- ría de los períodos. Algunosextractos de la primera obra
mos. darán unavisión de la dimensión mística de la concepción
“La madre transmite sus períodos a su hijo y, de de Fliess. Se verá que no estamos ahí muylejos dela teo-
acuerdo con el primer período transmitido, determina ría ocultista de las correspondencias, sobre la cual he-
su sexo, Los períodos continúan después en el niño mosinsistido másatrás:
y prosiguen conforme al mismo ritmo a través de “Nuestra exploración nos enseñó bastante más.
las generaciones. Al igual que la energía misma, no Nos ayudó a hacer retroceder los límites de lo indi-
pueden ser recreados y su ritmo no se modifica vidual. Todos los esquejes de rosas forman un solo
e inmensorosal. Todoslos álamos unasola indivi-
44
45
y
dualidad. Están encerrados en una misma floración ban interrumpidas desde hacía casi cinco años. Kris —en
y tienen una muerte común. (...) Algo así como (80)— piensa, por lo demás, queel interés que Freud ha-
la totalidad de las células de nuestro cuerpo, bía manifestado porla teoría de los periodos disminuyó a
que componen órganostan distintos como el cora- partir de 1898, mientras avanzaba su autoanálisis y las
zÓn, el hígado, el cerebro y que se regeneran sin ce- doctrinas de Fliess, alejándose cada vez más de los hechos
sar. Están encadenadasentre sí, indisolublemente, y de la observación, tomaban unadirección que no podía
en un mismoperíodo vital. Cuando la cantidad de más que dañar su propia progresión teórica. Si, como
sustancia viva asignada al comienzo ha sido usada, pretendía su amigo, todos los aspectos de las manifesta-
la vida se detiene como unreloj. Esto, tanto en una ciones neuróticas estaban con todo rigor determinados
relación física como en una separación en el espa- porlas fechas críticas de la vida, obedeciendoa unarigi-
cio. (...) En lo que atañe a nuestras características dez matemática absoluta, sus criterios sobre la dinámica
físicas o espirituales, dependemos de nuestros an- del inconsciente ya no tenían lugar.
cestros, tanto femeninos como masculinos; vivi- Enlos primerosañosdela relación con Fliess, Freud
mosde su vida, morimos de su muerte. ¿Puede ha- parece haber quedado muy sorprendido por los “des-
ber un acontecimiento más asombroso que el que cubrimientos”? de su amigo, como lo atestiguan ciertos
les he referido en ocasión de una conferencia prece- pasajes de su correspondencia (que, por lo demás, no fi-
dente, a saber, que la fecha de nacimiento del nieto guran en el volumen de las cartas de Freud a Fliess
y del biznieto dependen, de modo exacto, en cuan- —(80)—, pero están citadas por Schur en (127). Es así co-
to a tiempo y fechas, del día de la muerte de la mo, en oportunidad de un episodio de claudicación car-
abuela y la bisabuela? La muerte, siguiendo un or- díaca de su padre, de 81 años de edad entonces, Freud
den admirable, crea el espacio vitalpara los que na- escribe a Fliess, el 30 de junio de 1896:
cen. Muerte, amory vida están ligados y tienen un “Mehas enseñado que detrás de todo absurdo po-
lugar bien determinado enel tiempo y en la gran pular se oculta un elemento de verdad y puedo dar-
corriente del reino viviente sobrela tierra, del cual te un ejemplo. Ciertas cosas no deberían ser dichas
nosotros somosgotas. ”” El curso de la vida. —Tra- en broma, so penade devenirserias. Así, hace poco
ducción Gillet y Fédida (36)—. te escribí que, en realidad, no era necesario un
Parecería una disertación sobre la Armonía Univer- congreso y hoy debo informarte sobre el serio obs-
sal. ¡Sin duda Freud no creyó expresarlo tan bien cuando táculo que viene a trabar nuestro próximo congreso
calificó con entusiasmo a su amigo de “Kepler de la o, en todocaso,lafijación de su fecha. Mi anciano
biología”! Pero es el Kepler de las especulaciones místicas padre (tiene 81 años) se encuentra en Bade, en un
del “Mysterium Cosmographicum”. estado de saludcrítico (...).”” (Comienzode la carta
citada en Schur, (127) página 136. Fin de la carta
b. Freud: un crítico ambivalente citada en (80) página 150).
Meses más tarde, escribe (9 de octubre de 1896):
Es sabido que, en la época en que Fliess publicó El
“El estado de mi anciano padre reducirá, sin duda,
curso de la vida (1906), sus relaciones con Freudse halla-
al mínimo mi participación. (...)

+6
47
nos: “En el número de la Wiener Klinische Rundschau
“Tú sabes que no bromeo con fantasías como las podía leerse una crítica de tu libro por un tal Ry, modelo
que conciernen a los períodos históricos y es así de ese tipo de insolencia característico de la absoluta ig-
porque no veo razonespara ello. Hay algo en estas norancia”. (Carta del 14 de abril de 1898; citada en
ideas: es el presentimiento simbólico de realidades Schur (127) página 181). -
desconocidas, con las cuales aquéllas tienen algo en Se ve, por su posición y su carta a Fliess, que Freud,
común. Dado que hasta los órganos no son los mis- en la situación transferencial, estaba lejos de rechazar los
mos, no se puede continuar negando las influencias desarrollos numerológicos de su amigo. El 26 de agosto
celestes. Saludo enti al astrólogo de honor.” (Cita- de 1898le escribe:
do en Schur, (127) página 138). “Ayer me llegó la buena nueva: de modo quelos
Sin embargo, un año después dará testimonio de un enigmas del universo y de la vida comienzan a ser
tono mucho más reservado: “Cuanto me enseñas a pro- elucidados; el pensamiento logra resultados tan fe-
pósito de los astros no despierta en mí más que una lices que sobrepasan a los sueños. A tu juicio, sólo
infructuosa admiración”. (15 de octubre de 1897). Y se podría llegar al objetivo final mediante las mate-
cuando, algunos años después de la aparición de El .urso máticas; sea largo o corto el camino a seguir, estoy
de la vida, Jones discutió al respecto con Freud, éste se persuadido de que se halla abierto”.
mostró bastante irónico: “Multiplicando 23 y 28 por su Lo veremosaún utilizar expresiones ditirámbicas el 7
diferencia y agregando o sustrayendolos resultados o aun de mayo de 1900:
por un cálculo más complicado, él habría, no importa có- “*...La belleza de la concepción, la originalidad de
mo, obtenido la cifra que deseaba”. (Citado por Jones las ideas, la simplicidad de los razonamientosy la
(95), tomo 1, página 321.) convicción del autor, crearán una impresión quese-
Sin embargo, como subraya Mannoni(106), sería fal- rá un primer resarcimiento de toda la penosa lucha
so creer que Freud hubiera abandonado, en formaradi- llevada contra el demonio. >”
cal, toda creencia en las teorías de Fliess. En 1898, apare- Haciendo aúnalusiónal incidente de la “Wiener Kli-
cerá todavía como un defensor apasionado de su amigo. nische Rundschau”, escribe en 1901 en Elsueño y su in-
La acogida que hizo al ensayo sobre Lasrelaciones entre terpretación —(S0) página 69—-:
la narizy los órganosgenitales femeninos fue más bien re- “La mala acogida hecha al libro de mi amigo me
servada. En la “Wiener Klinische Rundschau del 10 de había apenado tanto más cuanto que este libro en-
abril de 1898 apareció un informe poco halagieño. Se ci- cierra un descubrimiento biológico que considero
taban allí algunos pasajes del libro de Fliess para de- esencial y que los colegas —después de tantos
mostrar lo absurdo de sus deducciones. Cuando Freud se años— comienzan hoy a apreciar”.
enteró del artículo, protestó ante el redactor en jefe Freud conservará aún un resto de creencia en la teo-
contra ese informe “desfavorable y aplastante, hecho por ría de los períodos largo tiempo después de su ruptura
alguien muy joven y poco competente” —(49) página con Fliess. En octubre de 1910, tratará de poner a prueba
374)—, y rompió relaciones con la revista. Algunos días esa teoría en el análisis de sus propios sueños —(49) pági-
después informóa Fliess sobre el incidente en estos térmi- na 151—. Si bien los resultados no se mostraronsignifica-

48 49
PA >>
tivos, no se puede decir otro tanto dela tentativa. El 13 de
La influencia de Fliess, ejercida en el campo de
febrero de 1911, anima a Abraham a encontrar a Fliess en
la transferencia, parece haber sido, pues particular-
Berlín y habla aún de su amigoen estos términos: “Ha de
mente tenaz. Marcó con su impronta las reflexiones de
conocerusted a un ser extremadamente dotado y seductor
Freud sobre el ocultismo y alimentó su ambivalencia
y tendrá también la posibilidad de estudiar más de cerca
frente a esta delicada cuestión. ¿Qué presentía éste
la semilla de verdad que, porcierto, contiene la teoría de en ese núcleo de verdad que reconocía a la teoría de
la periodicidad”
los períodos? Es verdad que el concepto de “*compul-
Al respecto, es singular comprobar qué Abraham, a
sión de repetición”, tan importante en la concepción
quien no se puede acusar de una particular credulidad y
psicoanalítica de la superstición y de la “fatalidad
que siempre se había mostrado escéptico hacia las ideas
del destino”” que da, a veces, la impresión de un encarni-
de Fliess, escribirá a Freud, en una carta del 8 de se- zamiento demoníaco de la suerte (neurosis de destino,
tiembre de 1925, el curioso pasaje siguiente: “Mi enfer-
halló alimento en la teoría de la periodicidad, despojada
medad ha confirmado, en forma particularmente asom-
e su dimensión cosmológica. Es dable pensar, sin em-
brosa, todaslas ideas de Fliess sobre la periodicidad”. Es-
bargo, que la noción de “compulsión de repetición” no
tá siendo tratado entonces por Fliess por un cáncer de
podría resumir, en su totalidad, lo que Freud entendía
pulmón, que había de llevárselo apenas tres meses más
por “núcleo de verdad” si hemosdecreer en las observa-
tarde.(82) ciones que hizo a Popper-Lynkeus y la confirmación que,
Enfin, una carta de Freud a Popper-Lynkeus (4 de
tardíamente, le aportó Abraham.
agosto de 1916) testimonia todavía su adhesión a las teo-
rías de Fliess: Es también posible que la búsqueda persistente
del núcleo de verdad en las manifestaciones para-
normales hunda, en parte, sus raíces en la relación
“Éste, gracias a sus propias observaciones. ha ac-
con Fliess: ¿no es ese mismo leit-motiv del “núcleo
tualizado muchoasercionesrelativasal ritmo de los
de verdad” que reaparecerá en todos los escritos
fenómenosvitales y les ha agregado un descubri-
de Freud sobre la telepatía? Por fin, no se puede
miento esencial; a saber, que existen dosritmos de
dejar de destacar que los dos personajes en quienes
este género: uno masculino, de veintitrés días, el
más tarde depositaria más esperanza, Jung y Fe-
otro femenino, de veintiocho. Aún después de que
renczi, tenían también esa curiosidad por lo sobre-
nuestra amistad concluyó, he conservado cierta fe
en esa idea”.(19) natural y este gusto por las grandes construccio-
nes intelectuales que tanto lo habían fascinado en
Fliess.
En sus escritos, Freud volverá en muchas opor-
tunidades sobre las concepciones de Fliess.(S9 65)
con una óptica más bien crítica. En Más allá del prin-
cipio del placer(67) habla todavía, a pesar de todas sus
reservas, como de una “grandiosa concepción” (pá-
gina 57).

50
a. Un interés precoz por el ocultismo
Carl-Gustav Jung: 1907-1914
La infancia de Jung nos aclara los orígenes de su
búsqueda espiritual. En la familia de su madre había seis
El 3 de marzo de 1907, Freud conoció a Jung con
quien mantenía correspondencia desde hacía algunos me-
eclesiásticos y dos en la de su padre, quien fue, él mismo,
pastor protestante, atormentado toda su vida por la duda
ses. Tal vez atraído porel espíritu original de Jung, su cu-
riosidad y sus intereses de múltiples facetas, Freud había metafísica. Una atmósfera religiosa y mística impregnaba
de elegirlo bien pronto como su sucesor. No obstante, sus el linaje materno. Su abuelo, primer pastor de Bále, tenía
esperanzas quedarían pronto defraudadas y, comoessa- en su gabinete de trabajo unsillón especialmente reserva-
bido, las disensiones iban a perfilarse muy pronto en el do parael espíritu de su difunta primera esposa, Magda-
horizonte de una amistad que no habría de resistir a las lena. Con gran desagrado de su segunda mujer, Augusta,
cada semana, a una hora fija, tenía con regularidad una
profundasdivergenciasteóricas. El divorcio definitivo tu-
conversación secreta con el espíritu de Magdalena. Su hi-
vo lugar en 1914, después de alrededor de dos añosdede-
ja, Emilia Preiswerk —la madre de Jung— debía sentarse
savenencias. No es nuestra intención recordar los diversos
episodios de esa agitada ruptura, los enfrentamientosteó- siempre detrás de él cuando escribía sus sermones, ¡por-
que no podía soportar que pasaran espíritus por detrás
ricos que la alimentaron, las polémicas que suscitó de
una y otra parte (véase a este respecto: (62, 95). Sólo de- de sí y lo perturbaran mientras estudiaba! Un ser viviente
sentado detrás hacía huir a los espíritus. Hay también
seamosreferirnos aquí a ciertos aspectos de la vida de Jung,
en cuanto pueden tener relación con el tema que nos ocu- bastantes anécdotasrelativas a Augusta, la abuela mater-
pa. Subrayaremos, en especial, tres puntos: la precocidad na de Jung. A la edad de dieciocho años cayó gravemente
de su interés porel ocultismo, la importancia del proble- enferma, al cuidar a su hermanoafectado de escarlatina, y
permaneció treinta y seis horas en estado letárgico. El car-
ma del ocultismo en las discusiones entre Freud y Jung y
la influencia de las divergencias con Jung en la orienta- pintero había llevado ya el ataúd a la casa, cuando la
ción de las teorías freudianas sobre el tema. madre, que no podía creer en su muerte, la devolvió a la
vida mediante una plancha aplicada sobre su nuca. Se di-
Es obvio decir que la psicología de Jung está impreg-
ce que Augusta tenía el don dela doble visión y su familia
nada en forma acentuada por el misticismo; al hacerlo,
establecía una relación entre ese don y el incidente de la
pensamos, en particular, en obras bastante posteriores a
letargia.
la ruptura con Freud, como La energética del alma En su autobiografía,(98) Jung relata que hizo el des-
(1928), Elsecreto de la flor de oro (1929), Psicología y re-
cubrimiento de un pequeñolibro sobre las apariciones de
ligión (1940), Psicología y alquimia (1944). Pero a menu-
los espíritus, hacia 1896. Se trataba de un informe sobre
do se olvida queel interés de Jung porel ocultismose ha-
los comienzos del espiritismo, y dice que sus dudasini-
bía manifestado mucho antes; aún con anterioridad a su
ciales se disiparon con rapidez. Quedó muy impresionado
“período psicoanalítico”, y que fue uno de los temas de
con los trabajos de Zoellner y de Crookes y, desde enton-
discusión con Freudy Ferenczi. Es preciso que nos deten-
ces, devoró todala literatura accesible sobre espiritismo.
gamosen este hecho.
Muyprontoleyó siete volúmenes de Swedenborg, célebre

53
32
o
visionario sueco, que halló en sus sueños y en sus comuni-
caciones con los espíritus los fundamentos de una nueva el sonambulismo y los “*desdoblamientosde la personali-
fe teosófica. Todas estas lecturas lo llevaron a interrogar- dad”. No insistiremos más sobre este trabajo, en el cual
se sobre la autenticidad de esos fenómenos, de lu que se hallan en germen cantidad de interesantes ideas sobre
pronto quedó convencido, pese a la incredulidad iónica los mecanismos inconscientes, susceptibles de explicar los
fenómenos y donde Junghaceya referencia a la Interpre-
de sus camaradas. Por lo demás, el 28 de noviembre de
tación de los sueños.
1896, les hizo una exposición muy apreciada sobre ““loslí-
mites de las ciencias exactas”, que constituía un alegato
Queremos más bien señalar aquí que, en su tesis,
en favor de un estudio objetivo del hipnotismoy el espiri- Jung había silenciado cierto número de hechos, y que sus
tismo. investigaciones revestían para él una dimensión muyespe-
Ese interrogante sobre el ocultismo había de prose- cial, como surge de su autobiografía. En efecto, la famo-
sa medium no era otra que la propia prima de Jung, Hélé-
guir a lo largo de todos sus estudios de medicina. En 1902
ne Preiswerk. Aunque Bleuler estaba al corriente, guardó
defenderá, con Bleuler, su tesis: ““Dela psicología y de la
el secreto, que sólo fue revelado en 1935, por uno delos
patología de los llamados fenómenos ocultos” .(96) En es-
grandes amigos de Jung: Albert Oeri.(115) Más tarde,
te trabajo, relata sus investigaciones, realizadas durante
Jung relató los acontecimientos que precedieron a sus in-
cerca de dos años, con una joven “medium” de 15 años,
vestigaciones espiritistas. Curiosos fenómenosse habrían
cierta señorita S.W... Se trataba, dice, de una jovencita
producido durante el verano de 1898. Jung afirma, en su
con una carga hereditaria e inteligencia mediocre. Los
autobiografía —(98) páginas 130-133—, que un día que
primeros fenómenos “*sobrenaturales”” de que aquélla tu-
trabajaba en su escritorio, habían sobrevenido ruidos
vo experiencia habían sobrevenido a los cinco o seis años
extraños, durante las vacaciones veraniegas. Fue como un
de edad, cuando durante la noche vio el fantasma de su
disparo de pistola. Pronto descubrió que una sólida mesa
abuelo, a quien, por otra parte, no había conocido jamás.
de nogal se había hendido, en condiciones que consideró
Éste le afirmó que, en adelante, sería su guía espiritual.
siempre inexplicables. Quince días más tarde, se trató de
Además de eso, no tuvo casi anomalías hasta que oyó
un golpe sordo que repercutió en el aparador. Un cuchillo
hablar de las mesas giratorias, y comenzó experiencias es-
para paz, que allí se hallaba, tenía su hoja quebrada por
piritistas en reuniones familiares. Se comprobó entonces
completo, también entonces en condiciones que no pudo
que se manifestaba como una excelente “medium”. Jung
explicar uno de los mejores cuchilleros de la ciudad. Esa
fue testigo de su primer trance, en agosto de 1899. Habló
historia hubo de impresionar a Jung en forma muy espe-
entonces un alemánliterario, con un refinamiento y una
cial, ya que conservó largo tiempo los trozos del cuchillo
seguridad que estaba lejos de tener en estado consciente.
y tomó fotos de ellos.! El acontecimiento le pareció
Transmitía también mensajes provenientes de diversas
tan cargado de sentido que hizo llegar a Rhine, más de
personas, vivas o muertas, en especial de su abuelo. Jung
treinta y cinco años después, una fotografía de los frag-
describe y analiza en forma extensa sus trances y sus éxta-
sis, sus visiones, su escritura automática, los fenómenos 1. Estos preciosos fragmentos fueron guardados en lo que llamaba su ““es-
de las mesas giratorias. Su tesis contiene muy finos análi- condrijo”, pequeño hueco practicado en la pared de una alcobacontigua a su
sis, en el más puroestilo de los escritos de la época sobre escritorio. Ei “escondrijo”, cerrado con una llave que Jung llevaba siempre en
subolsillo, contenta también las cartas de Freud —(86) página 15—.
54
55
A

mentos, como testimoniode la posible acción del psiquis- Jung, del 2 de noviembre de 1907, en la cual informa
mosobre la materia (citado por Rhine en(119página 89). sobre su designación en la Sociedad Americana de Inves-
Algunas semanas después de los misteriosos sucesos, tigaciones Psíquicas.
Jung supo queciertos miembrosde su familia hacían gi- “He devenido, por mis méritos como ocultista,
rar las mesas desde algún tiempo atrás y que cooperaban «honorary fellow of the American Societyfor Psy-
con su propia prima, que servía de medium. Bien pronto chical Research». En ese carácter, me he vuelto a
se unió al pequeño círculo familiar y, en esas circunstan- ocupar mucho más de los fenómenos ocultos.
cias, pudo reunir el material clínico, retomado a conti- Vuestros descubrimientos pasan aquí su prueba del
nuación en sus tesis. Después de haber suministradoestas modo más brillante. ¿Qué piensa usted en este
precisiones, Jung agrega: terreno?” —(86) página 151—.
“Ese conjunto de hechos constituyó la amplia ex- Freud no respondió a esta pregunta, pero cuatro
periencia que trastornó mi primera filosofía y me años más tarde le corresponderá anunciar a Jung su desig-
permitió acceder a un punto de vista psicológico. nación en la Sociedad de Investigaciones Psíquicas de
Yo había adquirido conocimientos objetivos sobre Londres (Carta a Jung del 17 de febrero de 191 1).2
el alma humana. Pero esa experiencia, una vez Dehecho, la cuestión del ocultismo se planteará en
más, era de tal naturaleza que se me hacía impo- ocasión del encuentro en Viena, el 25 de marzo de 1909.
sible hablaral respecto. No conocía a nadie a quien Vamosa detenernos en esta anécdota interesante por va-
pudiese comunicarla.”” rios motivos, ya que nos permitirá dar un nuevo ejemplo
de las creencias de Jung, calibrar las posiciones de Jung
b. Entre Freud y Jung, la cuestión del ocultismo ante las alusiones de aquél y, no lo menosinteresante,
dar un ejemplo de la tendencia de Jones a deformarcier-
Nos hemosdetenido en estas anécdotas porque nos tos hechosrelacionados conlas posiciones de Freud sobre
parecen indispensables para comprender algunos aspec- el ocultismo.
tos de las complejas relaciones que unieron a Freud y Jonesrelata así el episodio en cuestión:
Jung. Algunas experiencias paranormales que Jung había “En ocasión de una de susprimerasvisitas a Viena,
vivido en su juventud lo preocuparon al máximo y, como el 25 de marzo de 1909, Jungregaló a Freudel rela-
subraya en su autobiografía, no podía hablar de eso con to sorprendente de sus experiencias y desplegó sus
nadie, ¿Esperaba encontrar en Freud al interlocutor tan talentos de mago haciendo tabletear diversos obje-
esperado? Es evidente que, en su autobiografía, insiste tos apoyados sobre los muebles. Freud admite ha-
sobre la importancia de las divergencias acerca del ocul- ber quedado impresionado porlos resultados y tra-
tismo en la génesis de las relaciones conflictuales con tado de imitarlo luego de su partida. Descubrió, sin
Freud. Sin embargo, se desprende una muy distinta embargo, las causasfísicas evidentes en el origen de
impresión del análisis de la correspondencia intercam-
biada entre ambos, dondelas alusiones al ocultismo son 2. Muy curiosamente, la edición francesa de esa carta comporta un lapsus no
sólo muy episódicas. desprovisto de sentido, porque la “Society for Psychical Research” ¡es desig-
nada con el nombre de “Society for Psychoanalytical Research”! —(86) tomo
Las primeras observaciones se hallan en una carta de 2, página 144—.

56 57
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los ruidos observados, y nos contó que su creduli- mo tiempo, en el mueble biblioteca que estaba al
dad se había desvanecido junto con la presencia lado nuestro resonó un crujido que nos dejó a am-
mágica de Jung. Le escribió de inmediato a su ami- bos espantados. Nos pareció que el mueble se iba a
go para aconsejarle mantener la mente fría acerca derrumbarsobre nosotros. Esa fue, con exactitud,
de este capítulo. ”” —(95) tomo 3, página 434—. la impresión que nos produjo el crujido. Le dije a
A juzgar por el relato de Jones, se podría suponer Freud: “He aquilo que se llama un fenómenocata-
quese trataba de un espectáculo deprestidigitación al que lítico de exteriorización””. —““¡Ah, dijo él, es pura
se habría entregado Jung, para el mayor placer de Freud. tontería!””— “¡Pero no! le repliqué; usied se
Ahorabien, si nos remitimosa la correspondencia quesi- equivoca, señor profesor. Para probarle que tengo
guió y a la narración que Jung hace del episodio en su razón, me adelanto a decirle que el mismo crujido
autobiografía, no cabe ninguna duda de que la verdad era se va a repetir”. En efecto, apenas habia pronun-
mucho más compleja para Freud y más aún para Jung, ciado estas palabras cuando hizo ul mismo
que ao se hallaba allí, en absoluto, en una actitud de ilu- ruido en el mueble. Aún hoy ignoro cómo me llegó
sionista. esa certidumbre, pero sabía muybien que el cruji-
Sucede, en efecto, que Jung, en el capítulo de su do se repetiría. Entonces, por toda respuesta,
autobiografía donde explica sus desacuerdos con Freud, Freud me miró siderado. No sé qué es lo que pensa-
hace alusión a esa famosa visita y a los fenómenos que ba ni lo queveía. Lo cierto es que esa aventura des-
sobrevizueron en esa ocasión, Es preciso citarlo en forma pertó su desconfianza hacia mi persona; tuve la
textual, para medir la diferencia existente entre la versión sensación de que le había hecho una afrenta. No
de Jones y la significación que Jung le asigna a los hemosvuelto a estar juntos” (citado en (98) página
hechos: 182).
“Yo quería conocer las opiniones de Freud sobre la Para Jung nose trataba, pues, de tableteos, sino de
precognición yla parapsicología en general. Cuan- enormes crujidos cuya significación era misteriosa y
do fui a verlo a Viena, en 1909, le pregunté qué quedamos, en verdad, asombrados cuando vemos a Jones
isaba al respecto. Fiel a su prejuicio materialis- contar los hechos dando a entenderquese trataba de ba-
1. rechazó todo este complejo de cuestiones, no nales jugarretas. De regreso a Zurich, algunos días después
viendo ahí más que tonterías y defendiendo un po- del incidente, Jung, por lo demás, le escribió a Freud así
sitivismo tan superficial que me fue difícil conte- (2 de abril de 1909):
nerme para no contestarle con excesiva caustici- “Cuandopartí de Viena, experimenté ciertos ““sen-
dad. Pasaron varios años antes de que Freud reco- timientos de incompletud”” con relación a la última
nociera la seriedad de la parapsicología y el carác- velada que pasé con usted. Me ha parecido que mi
ter de dato real de los fenómenos “ocuitos”. En espiritismo, pese a todo, lo había irritado y tal vez
tanto que Freud exponía sus argumentos, yo expe- perturbado a causa de la analogía con Fliess. (¡Lo-
rimentaba una extraña sensación; me parecía que cura!)”” —(86) página 293—.
mi diafragma era de hierro y se tornaba ardiente, Encuantoa Freud, si al fin elimina la hipótesis de lo
comosi formara una bóveda ubrasadora. Al mis- sobrenatural, no era para nada evidente —tampoco para

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él— que se tratara de prestidigitación. Al contrario de lo
que Jones afirma, puso, porotra parte, más de tres sema- dad, o por lo menos mi buena voluntad para ser
nas para contestar y buscó con insistencia la causa física crédulo desapareció con el encanto mágico de su
posible de los fenómenos, que parecian, pues, haberlo presencia aquí; por no sé qué motivos interiores,
impresionado. Menos aun entran en juego eventuales en- me parece de nuevo por completo improbable que
sayos de imitación. En efecto, veamos lo que escribió a pueda producirse lo que fuere de ese género; los
Jungel 16 de abril de 1909 (traducido en (86) página 295 mueblesprivadosde espíritu están ante mí, comola
y en (98) página 419): naturaleza privada de dioses ante el poeta, después
“Es notable que la tarde misma en que yo lo adop- de la desaparición de los dioses de Grecia. Vuelvo a
taba formalmente como a mi hijo mayor; cuando ponerme, pues, todavía unavez, las gafas paterna-
lo ungía como sucesor y príncipe heredero —in les, con montura de asta y pongo en guardia a mi
partibus infidelium—, usted me haya despojado de querido hijo, rogándole mantener fría su cabeza,
mi dignidad paterna y que ese despojo haya pareci- renunciando a un exceso de voluntad de compren-
do agradarle tanto como a mí la investidura de su sión más bien que a sacrificar demasiadoa la causa
persona. Temorecaer, ante usted, en mi papel de de la comprensión; y sacudiendo mi cabeza, cono-
padre, si le hablo de mis ideas acerca de los fantas- cedoradela psicosíntesis, me digo: sí, helos aquí a
mas; pero es necesario que lo haga, porque las co- los jóvenes, sin verdadera satisfacción salvo allí
sas son distintas de lo que usted podría creer. No donde pueden andar sin nosotros, donde nuestro
niego, pues, lafuerte impresión que me han produ- aliento demasiado corto y nuestras piernas fatiga-
cido sus investigaciones y sus experiencias. Después das no nos permiten seguirlos” (extracto, citado en
de su partida, me propuse hacer algunas observa- (98) página 419).
ciones; le doy aquí los resultados. En mi primer Freud parece, pues, haber hesitado sobrela naturale-
cuarto, allí donde las dos pesadas estelas egipcias se za de los fenómenos que se produjeron en presencia de
apoyan sobre las tablas de encina de la biblioteca, Jung. Además, en caso contrario, no se comprende por
los crujidos son continuos. Esto, pues, es claro. En qué hubiera experimentado la necesidad de tan larga de-
el segundo cuarto, allí donde los escuchamos, los mostración. ¿Tenía sólo por objeto frenar el entusiasmo
crujidos son muy raros. Al principio, creí que se de Jung, cuyos peligros tal vez Freud ya presentía? ¿O
podría contar con una especie de prueba, si los bien hay que comprenderlo como una demostración
ruidos que con tanta frecuencia oímos mientras es- hecha para sí mismo, para eliminar sus últimas dudas
tuvo presente no se escuchaban más después de su sobre el origen de los fenómenos? Fenómenosa los cuales
partida. Pero después se repitieron a menudo, aun- todavía hará alusión ocho meses más tarde (carta a Jung
que nuncaen relación con mis pensamientos, y ja- del 19 de diciembre de 1909).
más cuando me ocupabade usted o de su problema Sin embargo, la pasión de Jung porel ocultismo no
particular. (Ni tampoco ahora, agregaría como de- había terminado de atormentar a Freud. Muy indeciso
safío.) Además, bien pronto otra cosa restó a la ob- acerca de su juicio sobre el ocultismo, este último estaba,
servación una parte de su significación. Mi creduli- ante todo, preocupado por no comprometer al psicoaná-
lisis en ese terreno peligroso. Jung relata una conversa-
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ción que habría tenido lugar en Viena, en 1910:3 evolución se anuncia sobre todo a fines de 1910 y parece
*“Conservo aún un vivo recuerdo de Freud, dicién- ligada a las experiencias realizadas por Ferenczi.
dome: «Mi querido Jung, prométame no abandonar En diciembre de 1910, Freud tuvo ocasión de en-
jamás la teoría sexual. ¡Es lo másesencial! Fí- contrar a Jung con motivo de un viaje a Munich y mantu-
jese; debemos hacerla un dogma, un bastión inex- vieron una larga conversación a propósito de los des-
pungable». Me decía eso lleno de pasión y con el cubrimientos de Ferenczi. Jung informó a Freud acerca
tono de un padre que dijera: «¡Prométeme una co- de experiencias convincentesa las que se había dedicado y
sa, querido hijo: vé todos los domingos a la se mostró dispuesto a colaborar con Ferenczi en este
iglesia!» Algo asombrado, le pregunté: «¿Un bas- terreno. A creer en lo que dijo a Ferenczi, Freud se
tión contra qué?» Me respondió: «Contra la ma- mostró satisfecho de ese encuentro: “Jung ha estado
rea de desechos de... —aquí hesitó un momento magnífico, lo que ha tenido para mí un efecto saludable.
para agregar— del ocultismo». *” —498) página Le dije cuanto guardaba en el corazón: la historia de
177. Adler, mis propias dificultades, mis preocupaciones acer-
Jung parece haber estado en especial perturbado por <a de lo que conviene hacer en lo que respecta al proble-
esa actitud de Freud y ve ahí una de las causas esenciales ma dela telepatía... Estoy más que nunca convencido de
de su ruptura con éste. que es el hombre del mañana”. —29 de diciembre de
“Este shock, dice más lejos, golpeó en el corazón 1910; citado por Jones, (95)—.
de nuestra amistad. Yo sabía que jamás podría ha- En mayo de 1911, alentado por las investigaciones
zer mía esa posición. (...) Sin comprenderlo bien paralelas de Ferenczi, Jung actualiza los proyectos de co
entonces, había observado en Freud la irrupción de laboración con relación al ocultismoysolicita el acuerdo
factoresreligiosos inconscientes. Con toda eviden- de Freud (8 de mayo de 1911):
cia, quería enrolarme con miras a una común de- “Me parece que tenemos, asimismo, que conquis-
fensa contra contenidos inconscientes amenazado- tar el ocultismo, a partir de la teoría de la libido.
res.” —(98) página 178—. Meoriento en la actualidad hacia la astrología, e
yo conocimiento parece indispensable pars le
c. La evolución de las posiciones de Freud comprensión de la mitología. Hay cosas asombre
samente extrañas en esas oscuras comarcas. Perm;
Freud no había de permanecer en posiciones tan ca tame, le ruego, errar sin preocupaciones en esos 1
tegóricas. Es interesante seguir la evolución paralela de finitos. Recogeré un rico botín para el conocimien-
los consejos de prudencia prodigados a Jung y a Ferenczi. to de! alma humana.” —A86) página 173
Surge a través de los mismos uma progresiva tendencia a Tres días más tarde, Freud participa a Fer
la aceptación de la autenticidad de ciertos fenómenoslla- proposiciones de Jung
mados “ocultos”, a saber, los hechosde la telepatía. Esa “Jung me escribió que debemos ;<
ninio del ocultismo y me pide m:
3. De hecho, Jung comete probablemente ua error en cuantoa la fecha exacta una cruzada que cond ?
del episodio, ya que, a través del estudio de la correspondencia Freud-Jung, no ei mist
parece que Jung haya estado jamás en Viena en 1910 cismo. Me doy cuento de que no es p ible rete

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s
nerlos a ustedes dos. Por lo menos, prosigan en co- bien pronto, a la vez que las relaciones entre ambo
laboración; se trata de una expedición peligrosa y hombres. El conflicto estalló en 1912, en ocasión de la
-
yo no puedo acompañarlos.”” (Carta del 11 de ma-
publicación dei trabajo de Jung: Metamorfosis y símbo
. En
yo de 1911. Citada por Jones.) los dela libido:—texto retomado mástarde en (97)—
de una
esa obra Jung estudia las producciones oníricas
Aldía siguiente, incita del mismo modoa Junga la
prudencia (12 de mayo de 1911): norteamericana, Miss Miller, que era una enferma de
“Sé que sus más íntimas tendencias lo impulsan ha- Théodore Flournoy, psicólogo suizo con el que Jung estaba
muy vinculado y que se había interesado en el ocultismo.
cia el estudio de lo oculto y no dudo de que regresa-
rá ricamente cargado (...) Tan sólo, no se quede En la segunda parte de su trabajo, Jung sostiene posi-
lo
allá lejos, en las colonias tropicales; se trata de go- ciones teóricas que se apartan en forma insidiosa de
esencial de las tesis freudianas. El debate versa, en esen-
bernar en casa.”? —(86) página 174—. del
cia, alrededor de la importancia de la sexualidad y
El debate sobre la astrología se prolonga al messi- p-
guiente. El 12 de junio, Jung le escribe a Freud:
sentido a acordaral términolibido. Para Jung, el conce
ar todas las
“Mis veladas están muy ocupadas con la astrolo- to de libido es “bastante extenso para abarc
más variadas manifestaciones de la voluntad, en el senti-
gía. Calculo horóscopos, para dominarsu conteni-
do de veracidadpsicológica. Hasta el momento hay do de Schopenhauer”. Pero a través de las concepciones
muchas cosas destacables que, porcierto, le pare-
de Jung sobre el sueño, puede verse que lo queallí se
cerán increíbies. (...) Debo decirle que muy bien se expresa son ciertas tesis ocultistas. Desdeñandoel “traba-
jo del sueño”, su interpretación redeviene augural. Para
podría descubrir un día en la astrología buena par-
él, en efecto, la func:9n del sueño no es tanto el cumpli-
te del conocimiento de las vías de la intuición, que
miento del deseo como una suerte de intenso presenti-
se ha extraviadoenelcielo.” —(86) página 180—.
Jones hace alusión a esa correspondenciay especifica
miento delas tareas 1nás durasreservadas para el futuro.
que Freud no concedía ningún interés a las pretensiones Haquedado efectuaco el salto hacia el misticismo y, Co-
de la astrología. Es interesente, sin embargo, remitirse a mose sabe, esa tendencia no hizo más que desarrollarse,
en especial luego de la profundacrisis íntima que atravesó
la carta que este último envía en respuesta a la de Jung:
de 1913 a 1920, a continuación de su ruptura con Freud.
“Mehe vuelto humilde en las cosas del ocultismo,
Por su parte, Freud percibió el peligro de las concep-
luego de la gran lección que me dieron las experien-
ciones de Jung para el porvenir del psicoanálisis, y trató de
cias de Ferenczi. Prometo creer todo lo que puede
diferenciarse en forma neta dela tendencia cismática(62 y
serlo en forma razonable. No es con agrado; usted del pensamiento ocultista que la impregnaba. Ya algunos
lo sabe. Pero mihíbrido, mi presunción se ha roto años antes, las inspiraciones grandiosas de Fliess habían
después de eso. Bien quisiera saberlo de acuerdo destruido una amistad. Los “viajes de Jung porlas altu-
con Ferenczi, si uno de ustedes se arriesga a dar el
ras?” —esel término que Freud emplea— hubierondere-
difícil paso de la apertura al público, e imagino eso
forzar seriamente sus prevenciones acerca del ocultismo.
con total independencia durante el trabajo.”
—(86) páginas 182-183—.
Losintercambios sobre el ocultismo ibana finalizar
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E A

3. Sandor Ferenczi: 1908-1933 ocultismo se había desarroliado bastante antes del en-
cuentro con Freud y es probable que aquélviera en el psi-
En el curso de los años en que Jung, alejándose de coanálisis un medio que le permitiría una mejor compren-
los principios fundamentales del psicoanálisis, iba a rom- sión de este dominio, en el que tenía un conocimiento
per con Freud, otro discípulo muy cercano, Ferenczi, bastante amplio. Había también leído muy temprano
proseguía asimismo investigaciones en el dominio del muchas obras sobre el espiritismo, en especial Animismo
ocultismo. Como hemosvisto, incluso encaró proyectos y espiritismo (aparecido en 1890) de Alexander Aksakof,
de colaboración con Jung. Sin embargo,no.!llegó a reali- unodelos pionerosdelespiritismo en Rusia, así como los
zarse ningún trabajo en común, pudiendo suponerse que escritos de Lombroso, Flammarion, Crookes, todosellos
el abandono de los proyectos fue el resultado de las pro- volcadosa la ““metapsíquica””. Muyinteresado en los tra-
fundas divergencias teóricas que separaban a estos dos bajos de Janet, se había dedicado a experiencias persona-
alumnos de Freud. En 1912 y 1913, Ferenczi estuvo muy les de escritura automática, pero en su vida no se hallan
comprometido en la controversia entre Freud y Jung, —al menos que sepamos— irrupciones de fenómenos
oponiéndose a toda clase de componenda con este último. ““sobrenaturales””, comonosrelata Jung.
Cuando la ruptura tomó estado público, fue uno de los Otra curiosa semejanza con Jung: la primera publi-
primeros en refutar las ideas de Jung en un importante cación de Ferenczi estuvo consagrada al “Espiritis-
ensayocrítico.31) Al contrario de Jung, Ferenczi psrma- mo”.(8) Ese artículo fue publicado en 1899, en un
neció siemprefiel a las teorías básizas del psicoanálisis, periódico húngaro, Gyogyaszat (Terapéutica),
tanto en materia de psicopatología como en sus invastiga- dirigido por Max Schachter. Después de evocarel viejo
ciones sobre el ocultismo. Convenc:do muy pronto dela debate filosófico entre materialistas y espiritualistas, y de
existencia de la telepatía, rechazó todo enfoque “espiri- dar un breve panoramadelespiritismo, subraya la necesi-
tualista”” o místico y confiaba mucho en explicar el fenó- dad de un enfoquecientífico objetivo de los fenómenosy
meno con un enfoquecientífico, «n el que reservaba al trata de encarar los mecanismos inconscientes que pueden
psicoanálisis una parte importante. Por esa razón tuvo un estar contenidos en los fenómenos mediúmnicos. Algu-
gran intercambio con Freud acerca del tema, y su colabo- nospasajes de ese artículo constituyen un verdadero ma-
ración fue siempre muy estrecha Su correspondencia nifiesto en favor de unainvestigación “*parapsicológica””,
aborda confrecuencia ese dominio y numerosos elemen- en un amplio sentido.
tos de juicio llevan a pensar que €! reconocimiento, por “Los adversariosdel espiritismo —dice— no debe-
parte de Freud, de la autenticiciad dela telepatía estuvo li-
rían conformarse con un rechazoa priori, ni partir
gado, en gran medida, a la influencia de Ferenczi. Trata- en cruzada, sin otras investigaciones. Deben con-
remos, pues, de evaluar esa influencia sobre las concep- sagrarse al estudio de los hechosalegados con toda
ciones freudianas en materia de ocultismo. la objetividad requerida en los otros dominioscien-
tíficos. No deben rehusar sentarse a las mesas gira-
a. Uninterés precoz por el ocultismo
torias ni a participar en asambleas espíritas, Des-
pués de todo, aunque sólo sea desde el punto de
Como enel caso de Jung, el interés de Ferenczi porel
vista sociológico, el tema es lo bastante importante

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yr > ————
como para retener la atención de los estudiosos. medianoche, me puse a experimentar la llamada
Que se proveandel arsenaldela ciencia, que orga- «escritura automática». En esa épocalos espiritis-
nicen sesiones experimentales, que observen, de- tas hablaban mucho de eso y Janet había publicado
senmascaren los fraudes intencionales y separen la interesantes observaciones al respecto. Pensaba
ilusión de la verdad. que la hora tardía, la fatiga y un poco de emoción
(...) Lo importante no es saber si Flammarion per- Javorecerían el «desdoblamiento psíquico». Tomé
siste o no enla creencia enlos espíritus y poco im- un lápiz y, sosteniéndolo ligeramente, apoyé la
portan los argumentos de las autoridades. Lo que punta sobre un papel blanco; estaba decidido a
hace falta es hallar un científico o un comité de abandonar por completo el instrumento a sí mis-
hombresde ciencia que tome a su cargo este domi- mo; que escribiera lo que gustara. Al principio hubo
nio, ponga en evidencia el fraude, esclarezca los unos garabateos sin sentido; después letras y al-
yerros y enriquezca la psicología con los nuevos . gunas palabras (en las que no había pensado); por
descubrimientos que de ahí surjan”. fin, frases coherentes. Llegué bien pronto a condu-
Es dable comprender cómo Ferenczi se verá llevado a cir verdaderos diálogos con mi lápiz: le planteaba
interesarse en los escritos de Freud cuando se lo ve escri- preguntas y recibía respuestas por completo inespe-
bir, desde esa época: radas. Con la avidez de la juventud, interrogaba de
“Es bien posible que la mayor parte de los fenóme- entrada sobre los grandes problemasteóricos de la
nos espíritas se expliquen por un ciivaje, simple o vida; después pasaba a las cuestiones prácticas. El
múltiple, en elfuncionamiento mental, cuendo una lápiz hizo entonces la siguiente proposición:
sola de sus funciones está concentrada en el campo «Escribe un artículo sobre espiritismo parala revis-
de la conciencia, en tanto que las otras se ejercen en ía Gyogyaszat; su redactor se interesará»(...) Al
forma automática e inconsciente. Esto podría día siguiente puse manos a la obra y escribí mi
explicar cómo un medium puede guiar una moneda primer artículo médico: «A propósito del espi-
sobre un alfabeto, de manera que forme palabras ritismo». Como punto de partida, tomé preci-
inteligibles de modo automático e inconsciente, sin samente los fenómenos de automatismo observa-
la menorintención de fraude”. dos sobre mí mismo y desarrollé mi punto de vista
Si se quisiera proseguir la singular analogía con —que no ha cambiado, aunque hoy en día podría
Jung, se podría notar que también Ferenczi relató más Justificario mejor—, a saber, que los fenómenos
tarde cómofuellevado a escribir ese artículo. En un texto llamados ocultos no tienen nada de sobrenatural y
de 1917, publicado en ocasión de la muerte de su amigo son sólo manifestaciones de las funciones psíquicas
Max Schachter, evoca los acontecimientos del año 1898. inconscientes del hombre.” —(34) página 288—.
““A falta de otro material de observación —dice— Ferenczi encontró a Freud por primera vez en febre-
efectuaba experiencias de psicología sobre sí mis- ro de 1908. Este último quedó de inmediato conquistado
mo y, entre otras, trataba de descubrir la parte de porla vivacidad de espíritu y las cualidadesintelectuales
verdad de los fenómenos llamados «ocultos» (...) de aquél, al igual que antes le habían atraído esas mismas
Cierta vez, bastante después de haber sonado la cualidades en Fliess. Los dos hombres se hicieron con

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y ww

mucha rapidez buenos amigos. El debate sobre el ría inútil interrogarla sobre el porvenir, dado que “éste s,
ocultismo se instauró bien pronto, a partir de 1908 y al modifica siempre y que aun el Todopoderoso no sabe n .
parecer fue Ferenczi el primero en abordarlo. da por adelantado”, pero se mostró muy turbado al
De 1908 a 1933, Freud y Ferenczi intercambiaron comprobar que la vidente había adivinado el origen de
más de un millar de cartas. Todas han sido conservadas * una carta que le había mostrado. Sospechó queésta podía
pero, hasta el momento,sólo algunas fueron publicadas; haber leído en la carta, donde se mencionaba el nombre
no hay señas de queel resto vaya a publicarse antes de de Viena. Después devarios días de reflexión, Freudlle; Ó
muchos años. Jones nos señala que gran parte de esa por fin a la conclusión de que no había ahí otra ex lica
correspondencia trata sobre diversos aspectos del ocultis- ción posible que la de un “don fisiológico” que poscía
mo,lo que explica cuánto deploramos no poder tener ac- esa persona; ese don ¡e permitía percibir los pensamientos
ceso a esa preciosa documentación. No dudamos de que de otras personas, pero en el curso del pasaje de un ce-
este capítulo sería bien distinto si hubiéramos podido te- rebroa otro eran posibles deformaciones. Se halla ahí, en
ner un conocimiento directo de la misma. A falta de ello, germen, la idea retomada diez años más tarde según la
debemos seguir paso a paso lo que nos dice Jones, que cual si la telepatía existe, el material psíquico objeto de
constituye la única fuente autorizada —(95) tomo 3, pági- ella puede sufrir un trabajo de deformación incons-
nas 435-440—. ciente. Freud proseguía su carta insistiendo sobre una te-
sis que para él permanecerá siempreesencial, a saber, que
b. 1909: las experiencias con los videntes la admisión de ese fenómeno n« implica en absoluto creer
en el ocultismo: “No, porcierto; no es más que una cues-
Durante el regreso del viaje a los Estados Unidos, tión de transmisión del pensamiento. Si esto está probado,
Freud y Ferenczi pasaron por Berlín, en 1909. Apro- es preciso creer en ello. No se trata de un fenómeno pst.
vecharon la ocasión para visitar a una vidente, Frau quico, sino de un fenómeno puramente somático, de im-
Seidler, de quien Ferenczi había tal vez oído hablar porsu portancia capital, por cierto... Sospecho que está usted en
hermano, quevivía en aquella ciudad. Esavidente preten- camino de descubrir algo importante, pero a cuya utiliza-
día tener el don deleer las cartas teniendolos ojos venda- ción se opondrán grandesdificultades”. Freud hablóasi-
dos. Señalemos que, desde hace mucho tiempo, los ilu- mismo de Frau Seidler a su editor Hugo Heller, quien la
sionistas han descrito métodospara realizar este truco; se- conocía, Las investigaciones sobre la vidente prosiguieron
gún Jones, Freud descubrió una estratagema. Sin embar- algún Liempo, pero Freud le hizo prometersilencio a Fe-
go, la vidente interesó lo bastante a los dos hombres co- renczi. Este le pidió a su hermano en Berlín quele llevara
mopara que, despuésdel regreso, consagraran lo esencial a la vidente algunas cartas, pero no surgió de ahí nada im-
de su correspondencia a una discusión del episodio. portante, Un día aquélla declaró que unadelascartas ha-
te-
Freud tendía a pensar que, a pesar de todo, la vidente bía sido escrita por alguien “que removía cierta cosa con
nía un podertelepático y que había leído los pensamien- sus manos en una vasija””; Ferenczi halló interesante ob-
tos de Ferenczi. Este último participaba de esa opinión y servar que el autor era, precisamente, un pintor. pero
decidieron someterla a una nueva prueba. En una carta Freud noparece haber hallado muy convincente la corre.
del 6 de octubre de 1909, Freud señaló a su amigo que se- lación. En los mesessiguientes, Ferenczi fue a Budapest a

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PA
ver a otra vidente, célebre en los medios teosóficos: Frau parte, que él mismo era un excelente “lector del pensa-
Jelineck, pero el 20 de noviembrele escribió a Freud que miento” y, por Otra, que el paciente podía adivinar, en
sus revelaciones fueron demasiado banales para impre- forma aproximada, el pensamiento de su analista. Jones
sionarlo. Por su parte, Freud, un año mástarde, en Oca- agrega que Ferenczi parece hasta haber sospechado que
sión de un viaje a Munich, se decidió a visitar a una cé- estos hechos podrían revolucionar la técnica psicoanalíti-
lebre vidente de la Corte de Baviera, Frau Arnold, de ca (carta del 22 de noviembre de 1910), y relata cómo fue
quien le había hablado uno de sus pacientes. Pero, por un él mismo el cobayo rebelde de las innovacionestécnicas
curioso acto fallido, olvidó su nombre, de modo que no de Ferenczi. —(95), tomo 3, página 437—.
realizó su proyecto. El total de las investigaciones directas La introducción del análisis como campo deinvesti-
sobre las videntes sólo tuvo lugar, casi, en 1909. gación dela telepatía iba a permitir, no sólo revelar los
ejemplos de telepatía que parecían sobrevenir en la si-
c. 1910: el psicoanálisis como terreno de investigación tuación analítica, sino aun someter el análisis los
ejemplos de telepatía presentados por los pacientes y
El año 1910 iba a quedar marcado por una innova- sobrevenidos fuera de la situación analítica. Freud parece
ción introducida por Ferenczi, quien comenzó a extraer habersido el primero en emprendereste trabajo, a fin de
sus observaciones detelepatía del propio material del aná- detectar los mecanismos inconscientes que intervienen en
lisis. Esta innovación iba a traer importantes consecuen- el proceso llamado de “transmisión del pensamiento”.
cias y a dar una nueva dirección a las investigaciones En muchas ocasiones comunicó esos datos a Ferenczi.
sobreel ocultismo. El 17 de agosto de 1910 dio a conocer El 15 de noviembre de 1910 lo hizo partícipe de una cu-
a Freud notas concernientes a las sesiones de análisis de riosa anécdota que le había contado uno de sus pacientes.
unode sus pacientes. Se trataba de un homosexual maso- Éste había ido a consultar a una célebre vidente y astrólo-
quista, que había comenzadola sesión pronunciando al- ga de Munich, Frau Arnold, que le había predicho la
gunas palabras que recordaron a Ferenczi pensamientos muerte de su cuñado por un envenenamiento debido a
que él mismo había tenido durante las veinticuatro horas cangrejos u ostras, para el mes de julio siguiente. De
precedentes. Jones no nos da detalles, pero considera los hecho, nada ocurrió de las predicciones de la vidente, pe-
hechos poco convincentes. Freud, sin embargo, parece ro es destacable, sin embargo, que el famoso cuñado se
haber quedado muy impresionado por estas comproba- había intoxicado comiendo langosta en el mesde julio del
ciones, porque declaró con insistencia “que las mismas año anterior. Freud consideró que la vidente pudo haber
ponían fin a toda duda aún existente en cuantoa la reali- leído los pensamientos del paciente (deseos de muerte in-
daddela transmisión del pensamiento. A partir de enton- conscientes) y traió de reemplazar estos deseos incons-
ces, estos nuevos conocimientos debían considerarse co- cientes en el marco de su dinámica afectiva, subrayando
mo adquiridos”. (Carta a Ferenczi, del 20 de agosto de la función económica de la predicción. Después de haber
1910, citada en: Jones (95), tomo 3, página 436). Durante sometido a consideración de Ferenczi estas reflexiones, le
el siguiente mes, Ferenczi continuó comunicando a Freud dio la dirección de Frau Arnold a fin de que pudieseir a
ejemplos detelepatía tomadosde su paciente. A su juicio, consultarla (carta a Ferenczi, 15 de noviembre de 1910).
dos hechos parecían surgir de estas experiencias: por una A comienzos del año siguiente, le informará aún sobre un

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REE
A e

nuevo ejemplo, el más convincente de todos, a su juicio


. pues, ser comunicada con mayor facilidad a un extranje-
Se trata del caso de una mujer a quien un vidente había
ro. Tal como hemosyainsistido al respecto enel capítulo
predicho el nacimiento de dos niñosa los treinta y dos
consagrado a Jung, todas las experiencias de los años
años de edad; caso que fue también publicado much
os 1910-1911 parecen, en todo caso, haber impresionado
años más tarde. En un capítulo ulterior, volveremos
sobre profundamente a Freud, quien escribió a Jung, el 15 de
el análisis detallado de estas observaciones (página 180),
junio de 1911, acerca de lo mucho que las experienciasde
pero se puede subrayar que en estos dos casos
Freud
adopta unaposición profundamente original, tratando de Ferenezi lo habían tornado humilde, y habían
destruido sus presunciones con respecto al ocultismo; o
comprender la dinámica inconsciente susceptible de haber
todavía, el 10 de enero de 1912, que las pruebas de Fe-
intervenido en o sobre el fenómeno telepático. Porlo de-
renczi en apoyo de la transmisión del pensamiento eran
más, es de notar que,al contrario de Ferenczi, el material
una delas dos contribucionesal psicoanálisis más impor-
sometido al análisis de Freud concierne a casos de telepa
- tantes de los últimos tiempos —(86) página 246—. Sin
tía que no surgen enla situación transferencial del análisis
embargo, Freud permaneció preocupado en no compro-
y que no han sido presentados como “telepáticos”” por
meter al psicoanálisis en un terreno peligroso y no escati-
los pacientes.
mó a su amigo las incitaciones a la prudencia. Volvere-
mos sobre este aspecto “diplomático”” del problema en
d. 1911: las audacias de Ferenczi
un capítulo ulterior (página 97).
Los intercambiossobre el tema prosiguieron durante
e. 1912: la telepatía animal
todos esos años, en tanto que Ferenczi se mostraba cada
vez más audaz. Anunció, bromeando, su intención
de El año 1912 vio una innovación de Ferenczi, quien
presentarse en Viena como “el astrólogo de la corte de los
extendió sus investigaciones al dominio de la psicología
psicoanalistas”, y se entregó a diversas experiencias
animal”. Ya en abril de 1912, estuvo intrigado por la
sorprendentes. Relata Jones, por ejemplo, que viendo a
“Doma de un caballo salvaje”? 70), pero en junio, sobre
un soldado en el tranvía, Ferenczi trató de adivinar su
todo, su interés fue atraído porel caso de ““Kluge Hans
nombre y, cuando bajaban, le preguntó: ¿Es usted el se-
(Hansel inteligente), el caballo calculista, presentado por
ñor Kohn?” El joven, asombrado, contestó afirmativa
- Krall en Elberfeld. Ferenczi emitió la hipótesis de que los
mente. Freud reconoció quela historia era de una “her-
éxitos del animal matemático podrían ser explicables por
mosa y sorprendente singularidad”, pero Jones señala,
un fenómenotelepático, y supuso quela telepatía consti-
sin embargo, que Freud no pudoatribuirlo a la telepatía,
tuiría un don primitivo de los animales, del cual sólo los
ya que “es difícil suponer que un hombre transporte la
rudimentos podrían volver a hallarse en el hombre, en ra-
imagen visual de su nombre” (carta del 11 de mayo de
zón del desarrollo de su conciencia. Jones nos informa
1911, citada por Jones). No obstante, Freud declaró, al-
que Ferenczi decidió entonces tomarse una semana de
gunos días después (14 de mayo), haber quedado descolo-
asueto para ir a ver sobre el terreno al famoso. caballo y
cado por el argumento de Ferenczi, quien respondió que
también, otra vez, a la vidente de Berlín. El 5 de junio
el nombre de una persona es una zonasensible que puede,
participó a Freud de sus intencionesde escribir un artícu-
74 75
lo sobre el tema, destinado a los *“*Escritos sobre la psico-
sobre Las metamorfosis y símbolos de la libido. Es su
logía aplicada”, de Freud. Le envió un resumen de los ocasión de recordar sus puntos de vista sobre el ocultis-
cuatro capítulos previstos, rogándole que apresurara la mo, que matizan los de Jung: “Jung —dice— da indica-
publicación. Freud le contestó el 6 de junio y, según
Jo- ciones interesantes en cuanto a la posibilidad de explicar
nes, quedó maravillado con el proyecto, y prometió hacer por la psicología determinados fenómenos ocultos, por
aparecerel trabajo lo antes posible. Le pidió coninsisten- ejemplo, los sueñosproféticos. Pensamos, asimismo, que
cia a Ferenczi que tomara dos semanasde asueto en lugar ha de haber una vía —a decir verdad, desconocida hasta
de una,para estudiar a fondo la literatura sobre el tema
y el presente— que conducirá a la explicación científica de
escribir el folleto con la mayor rapidez. Le propuso asi-
procesos similares, pero suponemosque, una vez elucida-
mismo eltítulo: “El inconsciente y la transmisión de
los dos, se inscribirán con facilidad en el edificio de nuestro
pensamientos”. Jones señala, sin embargo, que
en una conocimiento científico”. —(31) página 93—.
carta del 20 dejulio, Freud, por su parte, expresó
dudas Después del Congreso que tuvo lugarlos días 7 y 8 de
acerca del origen telepático de las performances
del ani- setiembre, Ferenczi aprovechó su permanencia en Mu-
mal, y consideraba que la inteligencia de los anima
les nich para dedicarse a algunas investigaciones sobre el
coincidía bastante con sus ideas sobreel inconsciente.
Es preciso subrayar aquí que todos esos años ocultismo. El día 10 expresó a Lou Andréas-Salomé
fueron que se quedaría en Munich “en caso de que obtuviera al-
testigos de una ¡loración de animales con talent
os excep- go de carácter espiritista para mañana, jueves, porla tar-
cionales. Habían sido descubiertos otros dos caball
oscal- de”. Una semana después ambosse encontraron en lo de
Culistas, así como el perro “Rolf””, en Mann
heim. Estos Gebsattel, para dedicarse a un estudio de los fenómenos
casos fueron objeto de muchas discusiones,
en las que presentados pore! profesor Staudenmaier, de Freising, a
participaron muchos estudiosos. Asi, el vigés
imo Année quien Ferenczi había visitado un año antes. Este curioso
psychologique, en 1914, hizo una revisión
del tema, que personaje, profesor de “química experimental, había
comprendió alrededor de 75 trabajos de una
sesentena de publicado ese año una obra: La magia comociencia natu-
autores. En definitiva, parece que la capac
idad de resol- ral experimental, en la cual describía sus propias expe-
ver problemas presentada por esos animales
(¡que podía riencias mediúmnicas. Consideraba lo que había observado
ir hasta la extracción de raíces cuadradas
y cuartas!) des- en sí mismo como “partes de su subconsciente deveni-
cansaba en una interpretación de signos casi
impercep- das independientes”, eran personajes históricos, prínci-
tibles en la mímica de personas presentes.
¿Se apercibió pes, que se suponía hablaban a través de su persona. La
Ferenczi de la insuficiencia de su hipótesis o
se desanimó concurrencia no tardó en darse cuenta de que noera tanto
para la redacción de su folleto al descubrir la
existencia de un sabio preocupado por los estados de desdoblamiento
la enormeliteratura quele haría falta examinar?
Lo cierto de la personalidad cuanto un auténtico enfermo mental,
es que renunció a la publicación.
cosa que despertó cierto malestar. Lou Andréas-Salomé
concluye el pasaje de su diario donde relata el suceso,
f. 1913: algunas desilusiones
escribiendo: ““En revancha, el problema del que querría
ocuparme con Ferenczies el de la psicología de los me-
En 1913, Ferenczi publica su crítica del libro
de Jung diums no alienados y honestos”. —(6) página 405—.
76
77
El 19 de noviembre de 1913, Ferenczi vuelve sobre la g. Investigaciones tardías
cuestión del ocultismo ante la Sociedad Psicoanalítica de
Losañosdela guerra ¿.parejaron una prolongadase-
Viena, en un trabajo intitulado: Experiencias sobre la
paración entre ambos hombres, lo que detuvo las expe-
transmisión de los pensamientos y despierta un vivo inte-
riencias en común. Ferenczi tuvo aún ocasión deirritar a
rés. Por desgracia, los relatos de esa sesión no han sido
Freud en noviembre de 1914, en ocasión de la muerte de
detallados y no se los encuentra en las Minutas de la So-
su medio-hermano Emmanuel. En efecto, Ferenczi decla-
ciedad Psicoanalítica de Viena.(114%) Sólo se dispone de la
nóminadelos participantes e invitados, así comodel títu- ró que este duelo confirmaba las predicciones de Jung,
quien había dicho que ese año caería sobre Freud una
lo de la comunicación de Ferenczi.
Jones nos informa que esa sesión marcóel origen de gran desgracia. Éste juzgó el asunto insensato y respon-
un incidente que debió incitar a Ferenczi a la prudencia. dió a Ferenczi: “Parece estar usted más inmerso en el
ocultismo de lo que yo suponía. ¿Noes la propia guerra
Había llevado consigo a un vidente, un cierto “Profesor
una desgracia lo bastante grande? Si dura demasiado
Alexander Roth””, cuya demostración fue un lamestable
tiempo y, de algún modo, me lleva a la muerte, entonces
fracaso. El 23 de noviembrese organizó una nueva sesión
estaría fundada mi propia superstición concerniente a los
en casa de Freud, con la presencia de Rank,'Sach y Hits-
números, que usted conoce””. Hacia mediadosdejulio de
chmann. El susodicho vidente trabajaba con una mujer
1915, Freud tuvo un sueño enel cual se hacía alusión a la
que debía servir de medium, pero los resultados fueron
muerte de su hijo Martín, «¡ue combatía en el frente ruso,
por completo negativos, y el personaje produjo muy mala
impresión, con gran desconcierto de Ferenczi. Anna y cuyasnoticias esperaba con ansiedad. Poco tiempo des-
pués, recibió una carta de Martín, donde le informaba
Freud le contó más tarde a Jones cómo “su padre y ella
que, en efecto, había sido “erido en combate. Esto sirvió
misma quedaron sorprendidos por la forma brutal en que
de oportunidad a Freud para retomar con Ferenczila dis-
dicha mujer fue presionada, forzada y trastornada, a fin
cusión sobre la telepatía (véase más adelante la discusión
de verla lograr resultados””. Lo más enojoso del asunto
de este sueño; página 173).
fue que Ferenczi, imprudentemente, había ya dado a ese
Michaél Balint, albacea literario de Ferenczi, pro-
personaje una credencial, ¡con lo cual éste se puso a va-
porcionó a Nandor Fodor una anécdota a propósito de
nagloriarse de su éxito ante los psicoanalistas! Por su par-
las experiencias de transmisión del pensamiento:
te, Freud se había rehusado a brindar todo testimonio y
amonestó con severidad a Ferenczi por su credulidad, “Cierta vez, creo que: un pocoantes de 1914, un vi-
dente había importunado a Ferenczi para hacer ex-
amenazando con tener que desautorizarlo en forma
periencias juntos. Luego de hacerse rogar, Ferenczi
pública si se descubría la impostura. Asimismo, el 27 de
noviembre le suplicó a Ferenczi que rescatara la creden- convino en que, en un momento que seguiría a la
cial que con tanto apresuramiento había otorgado. Fe-
comida, concentraria sus pensamientos sobre una
cosa y queel videntetratara de leer sus pensamien-
renczi no vio cómo lograrlo y decidió renunciar, por el
tos.
momento, a toda idea de publicación (Jones, (95), tomo
”Alllegar a su gabinete de trabajo a la hora prevista,
3, página 440).
Ferenczi temó una estatuilla que representaba <A
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5 79%
2

e
78
ES
elefante y, recostándose en su diván, mantuvo el que Freud las presenta como determinantes. Convienese-
elefante entre sus manos durante diez o quince mi- ñalar, sin embargo que, por su parte, Anna Freud parece
nutos. haber quedado mucho menos impresionada por estas ex-
”Al poco tiempo, su amigo Robert Baranylo llamó periencias, preocupándose por darnos algunas preci-
por teléfono, y le dijo que acababa de tener un siones al respecto: “Cuando Ferenczi, que era un gran
sueño terrorífico, en el cual había visto a Ferenczi amigo de la familia, estuvo con nosotros un verano, en el
en medio de la jungla, batiéndose con toda clase de curso de las vacaciones, me pidió que nos dedicáramos
animales salvajes, en especial un elefante. juntos a lassiguientes experiencias: yo debía pensar con
”A continuación recibié: la carta del vidente, que no gran intensidad en determinado tema y él debía intentar
contenía más que absulos.”” (Citado en (41) pági- averiguar de qué se trataba. Esto se produjo sólo raras ve-
nas 45-46). ces, pero no hubo ahí nada digno de ser tenido en
Freud y Ferenczi retomaron sus investigaciones sólo cuenta”. (Comunicación personal.)
mucho tiempo después de la ¿uerra, en el curso del año ¿Es preciso, para terminar nuestro capítulo, recor-
1925. En una carta-circular de Viena, fechada el 15 de dar el fin trágico de Ferenczi, abatido el 24 de mayo de
marzo, Freud participa a sus alumnos el hecho de que: 1933 por una enfermedad de. Biermer? Desde hacía
“Ferenczi vino aquí in domingo. Los tres (Freud, Fe- muchos meses sufría de un síndrome neuroanémico que
renczi y Anna Freud) hicimosexperiencias relativas a la lo tornaba incapaz de mantenerse de pie y de marchar. En
transmisión del pensamiento. “Tuvieron notable éxito, en su última carta, escrita estando en camael 4 de mayo, en
particular aquéllas donde yo hacía el papel de medium y ocasión del aniversario de Freud, relataba cómo una de
analizaba a continuación mis asociaciones. El asunto se sus pacientes norteamericanas, a quien con anterioridad
torna urgente para nosotros”. El 20 de marzo del mismo había consagrado muchas horas de análisis y a la que
año aconsejó, sin embargo, a Ferenczi, incitado por Jo- Freud había puesto el apodo de “el genio malo de Ferenc-
nes.y por razones diplomáticas, que renunciara a su zi”, lo había analizado a distancia y curado de todos sus
publicación sobre la telepatía, prevista para el congreso males. Pensaba queella le enviaba mensajes telepáticos a
de Bad-Hombourg. través del Atlántico. La elección de la temática delirante
Las experiencias en privado prosiguieron, a pesar de da la medida del problema del ocultismowen Ferenczi.
todo, y se comprenderá su in“luencia sobre la convicción Es preciso también subrayarla influencia de Ferenczi
de Freudai leer lo que escribe a Jones, apenas un año más sobre la escuela psicoanalítica húngara, reflejada en el
tarde: “La revisión de Lainterpretación de los sueños pa- número de analistas húngaros que se interesaron por los
ra la Collected Edition me ha incitado a reconsiderar el problemasdela telepatía: Hollos, Roheim, Fodor, Hann-
problemadela telepatía. Además, mis propias experien- Kende, Devereux. Sin embargo, es notable que, a pesar
cias a través de los ensayos hechos con Ferenczi y mi hija de su constante interés por el tema, a pesar de sus repeti-
me convencieron con tantafuerza que las consideraciones das veleidades de publicación, y aunque fue el principal
diplomáticas pasaron a segundo término””. (7 de marzo artesano de la “conversión”? de Freud, Ferenczi jamás
de 1926). Jones no nosespecifica la naturaleza de esas ex- publicó nada acerca del ocultismo, fuera de su artículo de
periencias, pero merece subrayarse la insistencia con la juventud.

80 81
po”
4. Los otros colaboradores de Freud gantini(l) se libra a un interesante análisis de las tenden-
cias supérsticiosas y las creencias espiritistas de ese pintor
Jung y Ferenczi fueron, sin discusión, los alumnos y explicita los mecanismosinconscientes. Muy interesado
de Freud más dedicadosa la investigación del ocultismo. porla aplicación del psicoanálisis a la mitología, fue lle-
El resto de quienes lo rodeaban, en conjunto, eran mucho vadoen especial a estudiar el contenido del ocultismo co-
más reservados y tenían opiniones muy diversas. mo mito. Relaciona la propensión porel misticismo,la teo-
sofía, el espiritismo con pulsiones voyeuristas —(2), pá-
a. El “comité” gina 45—.
Con excepción de Ferenczi, los principales colabora-
Es así probable que Ferenczi haya sido el único de los dores de Freud, en conjunto, se mostraron, pues, en
miembros del “comité” en interesarse, de modo activo, extremo escépticos con relación a los fenómenosocultos y
porel ocultismo. El **comité””, que fue creado en 1912, a es cierto que su actitud, en especial la de Jones, desanimó
instigación de Jones, después de la ruptura con Adler y a Freud para proseguir las investigaciones en este domi-
Jung, tendía a reagrupar, en torno de Freud, una especie nio. Sin embargo, en una u otra circunstancia, algunos
de “vieja guardia”, constituida por los analistas fieles y alumnos de Freud se interesaron enla telepatía.
dignos de confianza. Formaban parte Abraham, Ferenc-
zi, Jones, Rank, Sachs y Eitington. b. Hitschmann
Jones manifestó siempre su escepticismo, hasta su
abierta hostilidad con relación al ocultismo. Relata Edward Hitschmann fue uno de los primeros dis-
—-(95), tomo 3, página 431— que mantuvo con Freud mu- cípulos de Freud. Médico general, frecuentaba las reu-
chas conversaciones con respecto al ocultismo durante niones de la “Sociedad psicológica de los miércoles”,
los años que precedieron a la Primera Guerra Mundial. quese reunía en la casa de Freud cada semana,a partir de
Freud se complacía en relatar extrañas historias de trans- 1905. Su obra intitulada: La teoría freudiana de las
misión del pensamiento o de presentimientos, aportadas neurosis, aparecida en 1911, fue el primer ensayo de pre-
por sus.enfermos. Cuando Jonesse inquietaba porla ten- sentación sistemática del psicoanálisis. En 1923 devino
dencia de Freud a aceptar las creencias ocultas sobre la director de la Clínica Psicoanalítica de Viena, recién crea-
base de tan débiles pruebas, éste le respondía: “Esto no da. Conservó ese puesto hasta la invasión nazi, fecha en
megusta para nada, pero hay ahí dentro algo de verdad”, la que emigró a los Estados Unidos.
o también: “Hay máscosas enel cielo y sobrela tierra de En 1910, época en la que Freud y Ferenczi estaban
lo que sueña vuestra filosofía””. Jones no oculta la irrita- vivamente preocupadospor el ocultismo, apareció el artícu-
ción que le provocaban estas respuestas de Freud. lo de Hitschmann intitulado: Crítica de la. clarividen-
Abraham no parece haber testimoniado mucho ma- cia.(88) El autor comienza porseñalar quese asiste, desde
yor interés por el ocultismo. Nose hallan alusiones a este hace algunos años, a unafloración de libros que preten-
tema en la importante correspondencia intercambiada den acreditar la existencia de fenómenos sobrenaturales,
con Freud, y las referencias a los fenómenos ocultos son como los sueños proféticos, la transmisión del pensa-
muy limitadas en su obra. En su ensayo consagrado a Se- miento, los espíritus o los fantasmas. Adoptando alres-

82 83
O ww SR

pecto una actitud muycrítica, relata un ejemplo personal se mantiene en la incertidumbre, al extremo de quesiente
quepodría hacer creer en la presencia de un fenómeno de la necesidad de publicar su artículo de manera 'anónima.
clarividencia. Una media hora antes dela caída accidental
En el curso de unasesión, unode sus pacientes, de súbito
de un globodirigible en el cielo de Viena, se había imagi- y, en apariencia, sin relación con el resto de las aso-
nado que sobrevendría el accidente y se lo había comenta- ciaciones, le preguntó si no había hablado de unacarta,
do a su hermano con incierto tono de broma. De en el momento mismo en queestaba muy preocupado por
hecho, el análisis le permitió hallar una explicación natu-
el olvido de una carta urgente. Hitschmannse entrega a
ral del fenómeno, mostrando, por una parte, que los fac-
un minucioso análisis de las asociaciones del paciente, a
tores inconscientes en el origen de este sueño diurno eran fin detratar de comprenderlos motivos inconscientes que
fácilmente accesibles y, por otra parte, que el accidente
llevaron éste a hablar de una carta en ese momento cu-
era más o menosprevisible, teniendo en cuenta las imper-
riosamente oportuno. Llega a despistar algunos elemen-
fecciones técnicas patentes del aparato, que le eran cono-
tos de respuesta, pero, no obstante hesita en rechazar de
cidas. Concluye el artículo recordando la complacencia
modo formal la hipótesis de la transmisión del pensa-
de los hombres por lo sobrenatural y proponiendo un pro- miento. De modo que es dable comprobar una evolución
tocolo de estudio riguroso de los pretendidos fenómenos
en el escepticismo de Hitschmann. No es imposible que
ocultos. Hitschmann se declara también persuadido de las publicaciones de Freud sobre el ocultismo hayan
que, sometidosa este protocolo de estudio y a un enfoque
contribuido a ello. En efecto, no olvidemos que, algunos
crítico profundo, los pretendidos acontecimientos sobre-
meses antes, Freud mismo había relatado un aconteci-
naturales aparecerán, con certeza, como ilusiones o
miento telepático del mismo género, sobrevenido en el
fraudes manifiestos.
curso de una sesión de análisis (Sueño y Ocultismo).
Hitschmann desarrolló de nuevo sustesis en 1922, en
un artículo intitulado Telepatía y Psicoanálisis.(89) Reto-
ma ahí el material del artículo precedente y, agregandoel c. Stekel
análisis de una “alucinación telepática”, demuestra el
El caso de Wilhelm Stekel plantea un problema par-
mecanismo inconsciente. Otra vez concluye diciendo:
ticular. En efecto, Stekel había sido también uno de los
“Laclarividencia y la telepatía, en los casos considera-
dos, no reposan sobre un fenómeno místico o sobre fuer- más antiguos discípulos de Freud, ya que comenzó a
practicar el psicoanálisis en 1903, después de haber sido
zas sobrenaturales, sino sobre la psicología del incons-
ciente”. analizado por el propio Freud. Su interés recayó, sobre
todo, en la comprensión analítica de los símbolos. De to-
Noparece que Hitschmann haya seguido por entero
a Freud y a Ferenczi, quienes admitían la posibilidad de la dos modos, es sabido que rompió con Freud en 1912, de
telepatía. Es de notar, sin embargo, que diez años más modo que ya no formaba parte del circulo analítico
tarde, en 1933, se mostró menoscategórico en su rechazo. vienés cuando publicó, en 1920, su monografía sobre El
En un nuevo artículo, intitulado ¿Telepatía durante el sueñotelepático.
análisis?,(90) relata un suceso en apariencia telepático Antesde la ruptura, en la primavera de 1911, Stekel
sobrevenido en el curso de una sesión y a propósito del que publicó un grueso volumen sobre los sueños: Die Sprache
des Traumes.(134) Freud halló que contenia muchas
84
85
> —
buenas ideas, pero también no pocos absurdos, “hu- ¿Cuál fue la influencia del libro de Stekel sobre el
millantes para nosotros, a despecho de las nuevas contri- pensamiento de Freud? Es muy difícil responder a esta
buciones que aportan””. De modoqueel libro, en su con- pregunta. Cuandose conocen las circunstancias de la rup-
junto, fue bastante mal acogido. No se sabe cuáles son los tura entre Freud y Stekel, se está inducido a creer que
pasajes incriminados por Freud. Señalemos, en todo ca- Freud nodebió de prestar gran crédito a la monografía de
so, que Stekel citaba en la obra muchos supuestos casos su antiguo discípulo; ya que una de las razonesdelasdi-
de telepatía que había observado en parejas que dormían sensiones que los separaron fue la falta total de sentido
en el mismo cuarto, y se conformaba con señalar que el crítico de Stekel y, más aún, su falta de conciencia cientí-
material trasmitido por telepatía estaba siempre cargado fica. Jones relata —(95), tomo 2, páginas 142-145— di-
de afecto. versas anécdotas que muestran que Stekel no vacilaba en
Diez años más tarde, Stekel consagra una importante inventar toda clase de observaciones. Por lo demás,
monografía al Sueño telepático.(135) Allí relata cierto mú- Freud lo consideraba como un mitómano.4 Conociendo
mero de presuntos sueñostelepáticos que habría observa- muy bien la personalidad de Stekel, comoera el caso, te-
do en neuróticos, y emite al respecto cierto número de ideas nía muy buenas razones para mantenerse prudente ante
que merecen retener la atención. Insiste sobre el rol de sus alegaciones. -
los factores emocionales (amor, celos, ansiedad), que fa- De todos modos, no puede decirse que Freud fue en
vorecerían la aparición del fenómeno. Pretende haber ob- absoluto insensible a la publicación del libro de Stekel.
servado queciertas mujeres experimentan un dolor o algún En Sueños y Telepatía se refiere a la monografía y rinde
otro síntoma, en el momento en que su marido las engaña. homenaje al autor por sus trabajos sobre el simbolismo
Nota también que el sueño, al disminuir las pertur- de la muerte. Más aun, al parecer fue la publicación del
baciones provenientesdel exterior, facilitaría la recepción libro de Stekel la que determinó a Freud a abordar, a su
del mensaje telepático. En fin, emite hipótesis audaces vez, el delicado problemadela telepatía, acerca del cual
sobre el mecanismo íntimo del fenómeno: “Cada indivi- tenía, desde hacía tiempo, ideas precisas. Sin duda vio
duo emite energía que carga su alrededor; porasí decir, lo con malos ojos que su antiguo alumnose le anticipara,
impregna. Todos los acontecimientos dela vida se tradu- desarrollando ideas que, al menos sobre algunos puntos,
cen en vibraciones y en radiaciones que se propagan a su retomaban muy de cerca a las suyas. Es asombroso, en
alrededor, lo cargan. Los individuos emanan el bien y el efecto, comprobarla similitud de ciertas ideas desarrolla-
mal, el amor y la discordia”. En su monografía trata en das por Stekel en su libro con las que retomó Freud ulte-
forma bastante ambigua el problema del sueño premoni- riormente (véase página 190), pero es difícil saber con
torio. Uno delos casos que cita le era muy personal: ha- exactitud en qué sentido se ejerció la influencia.
bía soñado la muerte brutal de su hijo, tres meses antes de En efecto, la correspondencia intercambiada entre
queel suceso se realizara. En este caso, sin embargo, co-
mo en muchosotros ejemplos quecita, el sueño se presen- 4. Véase en especial los juicios vertidos acerca de Stekel a.través de la corres-
pondencia Freud-Jung.
ta en una forma tan acentuadamente simbólica que el
acontecimiento premonitorio sería de ordinario juzgado 5. Sobre la importancia de las querellas de prioridad con Freud, véase Roazen
como muydudoso. (123), en particular páginas 98 y siguientes.

86 87
y ———

Freud y Ferenczi demuestra que la mayorparte delastesis samientos de su analista. El personaje que, en el sueño,
desarrolladas más tarde por Freud había germinado a celebraba el aniversario de casamiento, era una condensa-
partir de 1909-1911. De aquí que no pueda excluirse, aun- ción de la paciente y de la analista, con la que aquélla se
que sea por completo imposible comprobarlo, que las había identificado. En otro ejemplo, Deutschrelata el ca-
ideas anticipadas por Stekel hayan tenido origen en las so de una paciente que parecía haber percibido en forma
discusiones que tuvieron lugar en 1909-1911. alucinatoria, en el curso de un episodio crepuscular, el
comportamiento de su antiguo amante, con quien se había
d. Héléne Deutsch identificado con firmeza y que estaba en tren de engañarla.
*“Intrigadaporel relato de mi enferma —prosigue Deutsch—
Hélene Deutsch se relacionó con Freud a partir de traté de esclarecer este asunto. Como conocía a la ri-
1914; éste la analizó en 1918. En 1925 aquélla dirigió el val de mi paciente, pude obtener la prueba de que los
Instituto Vienés de Psicoanálisis, en colaboración con hechosy la experiencia íntima de mi paciente habían coin-
AnnaFreud. También se interesó, de modo episódico, en cidido por completo. Todo el encadenamiento precons-
el problemadela telepatía. ——(17) y (18)—. ciente de las ideas era en absoluto exacto. La escena perci-
En 1929, Héléne Deutsch publicó, en Imago, un ar- bida en forma alucinatoria había tenido lugar, de hecho,
tículo intitulado “Losfenómenos ocultos que sobrevienenen en el momento mencionado por la enferma y se había de-
el curso del análisis”.(1T) Es interesante detenerse en sarrollado en la forma exacta en que me la había
este artículo, ya que Freudse refiere al mismo en Sueño y descrito.”
Ocultismo. Estos ejemplos demuestran que Héléne Deutsch esta-
En general, H. Deutsch se mantiene prudente en sus ba dispuesta a reconocer la existencia de los fenómenos
conclusiones. Tiende, en especial, a excluir del campo de telepáticos. Más aun, trata de explicar, en términos de la
la telepatía los fenómenos de “empatía intuitiva””, que teoría psicoanalítica, el mecanismo de la emergencia del
permiten al analista ser fácilmente receptivo a las emer- fenómenotelepático en el curso del análisis, insistiendo
gencias inconscientes del paciente, pero que no podrían en especial sobre la importancia de la situación transfe-
ser derivadas de lo paranormal. rencial y sobre la identificación con la persona cuyos pen-
- No obstante, se muestra dispuesta a admitir la exis- samientos serían percibidos (analista o un tercero).
tencia de la telepatía, como parece surgir de algunas de Esinteresante señalar estas observaciones, dado que
sus observaciones. Así, por ejemplo, una de sus pacientes Freud tuvo conocimiento de ellas y hace alusión,
le relató cierta vez un sueño que trataba de una familia sin mencionarlas, empero, en detalle, en su último traba-
que celebraba su octavo aniversario de casamiento. Aho- jo sobrela telepatía.
ra bien, la víspera del sueño, en el curso de una sesión de
análisis de la paciente, Héléne Deutsch, precisamente, ha- e. Burlingham
bía estado preocupada porla celebración del octavo ani-
versario de su casamiento, que tenía lugar ese mismo día. El caso es similar para el trabajo de Dorothy Burlin-
La paciente no podía haber estado informadadeello, ¡o gham, quien, a partir de observaciones hechas sobre
que permitía suponer que había podido percibir los pen- niños, apoya las hipótesis de Freud. Dorothy Burlingham

88 89
era una joven analista, de origen norteamericano, que co- afectivamente influido por los pensamientos de
nocía de muy cerca a la familia de Freud, y por quien éste la madre pero, sin embargo, los imita en su com-
tenía alta estima. Dicha analista lo había hecho partícipe portamiento. Una moneda de oro había tenido un
de una serie de comprobaciones curiosas. En Sueño y papel importante en una escena correspondiente a
Ocultismo, Freud cita su trabajo sobre “El análisis de los . la infancia de la madre. Ésta acababa justamente
niños y la madre”,(1%) que aún no había sido publicado. de evocar esa escena durante su sesión de análisis,
Dice, acerca de las observaciones de Burlingham, que * regresando de inmediato al hogar. A los pocos mi-
se confirman, no han de permitir ya ninguna duda sobre nutos de su llegada, el hijo le llevó una moneda de
la realidad de la transmisión del pensamiento”. A conti- oro, a fin de que la guardara para él. Al pregun-
nuación, relata uno de los ejemplos citados en el trabajo tarle la madre de dónde había sacado esa moneda,
de la joven analista: la anécdota de la moneda oro —(75) le respondió que se la habían dado para su cumple-
página 77—. años, algunos meses atrás. No parecería haber ahí
El artículo de Burlingham insiste, en particular, ninguna razón para que se hubiera acordado de la
sobre la importancia de una actitud favorable de los moneda en ese preciso instante. Algunas semanas
padres y, sobre todo, de la madre, con relaciónal analista mástarde, en el momento en que la madre se dispo-
del niño, porel hecho dela intensa relación madre-niño. nía a escribir algunas palabras-acerca de este episo-
El problema de la telepatía es sólo abordado de modo dio de la moneda de oro, el niño apareció y le pidió
contingente, y no constituye la preocupación central del, que le devolviera la moneda, para mostrársela a su
artículo, que aspira más bien a demostrar el poder de las analista. Tampoco en esta oportunidad, el análisis
fuerzas inconscientes en el nivel de las relaciones padres-| del niño llegó a descubir las razones del suceso”.
hijo y las recaídas en la actitud inconsciente de los padres 4. El más asombroso ejemplo que conozco de un
en relación con el comportamiento del hijo. La autora ex- niño influenciado por los pensamientos de la
pone, sin embargo, al final de su trabajo, varios ejemplos madre es el siguiente. Estando la madre en si-
que plantean el problema de una transmisión del pensa- tuación de análisis, en el curso de una sesión había
miento e invitan a otras investigaciones, según expresa: expresado la fantasía de que arrojaba una jarra de
agua hirviendo sobre alguien, con motivo de un es-
1. “Una madre acababajustamente detener la idea tado de cólera. En su infancia había asistido a una
de adquirir unabicicleta para su hijo, en ocasión de escena semejante. Una hora más tarde, se hallaba
la Navidad. El niño se hallaba en la habitación, sentada a la mesa con sus hijos. El menor se peleó
frente a su madre, y exclamó: ¡“Yo sé lo que me con su hermana mayor y levantándose de súbito,
vas a regalar para Navidad: una bicicleta!?? regresó a los pocos segundos con un vaso de agua
2. “El niño adivina que su madre está encinta antes hirviendo, Avanzando hacia su hermana, le gritó:
de que ella misma esté segura, o aun que la madre «¡Vas a ver lo que te voy a hacer!», amenazándola
ama a alguien antes de que ella haya tomado concien- conel agua. Este comportamiento era por comple-
cia de ello”. to inhabitual e inesperado de su parte. ¿Qué lugar
3. “He aquí un ejemplo en el cualel niño no está tendría este suceso en el análisis del niño? ¿Tiene

90 91
A

en realidad algo que ver conel niño? ¿De lo contra- nada por su gusto por las certidumbres científicas. Se
rio, qué es esta rara forma de comunicación?” mostrabairritado por la confusa mezcla que hacía Jung
—Traducido de (14)—. entre ciencia y misticismo y sólo reconocía los puntos que
Los ejemploscitados por Burlingham dejan pendien- habían sido verficados en formacientífica.” —4138) pá-
te el problemadela existencia dela telepatía. Subrayemos gina 13—.
que, en un artículo más reciente,(15) vuelve sobre este Del mismo modo, Lou Andréas-Salomérelata en su
problema de ““la empatía entre la madre y el niño”. De- diario que, al día siguiente del Congreso de Munich de
sarrolla allí una concepción que matiza su primer artícu- 1913, tuvo con Freud una larga conversación confidencial
lo, insistiendo sobre la importancia de la capacidad de sobre los casos de transmisión del pensamiento, “que lo
observación del niño, que llegaría a detectar informa- atormentaban mucho”? —(6) página 401; véase más ade-
ciones en las mímicas y el comportamiento gestual de la lante, página 189—. Paul Schilder, que fue miembrode la
madre. Sin embargo, ello no excluye que, en definitiva, Sociedad Psicoanalítica de Viena, escribe en un artículo
puedan existir auténticos fenómenostelepáticos. másbiencrítico sobrela telepatía, que “aunque Freud no
Observamos asimismo,en ese otro artículo, que una declara de manera formalquela telepatía existe, toda su
frase permite entender que algunos ejemploscitados en el actitud demuestra que en realidad cree en ello y que tan
primero eran autobiográficos, en especial el de la moneda solo la prudencia científica lo fuerza a esperar la presen-
de oro, retomado por Freud. cia de pruebas formales”. (126)
En los últimos años de su vida, Freud no vacila en
f. Un problema evocado a menudo abordar este tema con algunos de sus pacientes en análi-
sis, como lo testimonian dos autores norteamericanos que
- A través de estos ejemplos podemosapreciar que las publicaron el diario de sus respectivos análisis con Freud.
discusiones acerca del ““ocultismo”” fueron tal vez bastan- Es así como Smiley Blanton relata una conversación que tu-
te frecuentes entre Freud y sus amigos y colaboradores vo con Freud en agosto de 1937 acerca de la parapsicolo-
cercanos. Si bien Ferenczi fue, sin duda alguna, quien gía —(13); véase más adelante, página 96.
ejerció la mayor influencia sobre Freud, no es posible Del mismo modo, Joseph Wortis relata una signifi-
desdeñar la importancia de los intercambios con los diver- cativa anécdota (octubre de 1934). Mientras hablaba de
sos miembros del movimiento psicoanalítico. encefalitis, en el curso de una sesión, Freud le alcanzó
Edcardo Weiss, que fue miembro dela Sociedad Psi- unarevista médica que acababa derecibir de Estambul y
coanalítica de Viena a partir de 1913, relata que cada quetenía en las manos, abierta en la página de un artículo
miércoles, después de las sesiones de la Sociedad, las dis- cuyo título era “Encefalitis”?. Freud creía de modo mani-
cusiones proseguían en el curso de una reunión informal fiesto en la telepatía —dice Wortis— y hablaron sobre
en el Café Bauer. Entonces Freud se refería a temas que la posición de Havelock Ellis al respecto —(141) pági-
no abordaba durante las sesiones y evidenciaba la ampli- na 51—.
tud de sus intereses. “Su inclinación a creer en los fenó-
menos parapsíquicos, por ejempio, era perceptible a tra-
vés de su conversación, aunque aquélla haya estado fre-

92
y uy

5. La investigación psíquica en invitar a Freud a los Estados Unidos, en 1909), se fun-


dó en U.S.A. unafilial de la sociedad inglesa. El movi-
Antes de terminareste estudio histórico, es indispen- miento, sin embargo, no estaba por completo emancipa-
sable salir del círculo psicoanalítico para interesarnos en do del espiritismo. Algunos hacian de buen grado, refe-
las influencias indirectas, nacidas del ambiente reinante rencias al mas allá, a la supervivencia, a los espíritus de-
en la época. En efecto, a partir de 1919-1920, se com- sencarnados, a los “ectoplasmas”” que podían dejar
prueba un renovado interés de los hombres de ciencia huellas en los moldes de parafina; en todo lo cual es a ve-
por el fenómenode la transmisión del pensamiento, re- ces difícil separar los escritos serios de las lucubraciones
forzado por un incremento del interés del público por el de aficionados o de delirantes que trataban simplemente
espiritismo. Como lo destaca Freud enla introducción a de demostrar lo bien fundado de sus creencias espiritistas.
Psicoanálisis y Telepatía, en 1921, las enormes pérdidas Pese a sus insuficiencias, la Investigación Psíquica logró
de vidas humanas durante la guerra habían contribuido a cierto predicamento entre numerosos investigadores.
volcar el interés de las personas hacia las especulaciones Entre los presidentes de la “Society for Psychical Re-
del más allá. También en los años veinte tuvieron lugar search” es preciso citar nombres tan célebres comolo: de
las primeras experiencias de telepatía en gran escala, or- William James o Henri Bergson, así como varios laurea-
ganizadaspor estaciones de radio (1923 en Chicago). Por dos con el Premio Nobel; citemos también al psicoana-
eso no se puede desdeñar la importancia de toda esa lista inglés T.W. Mitchell, director del Bristish Journal 0/
corriente de “Investigación Psíquica”” que tuvo entonces Medical Psychology, quien fue presidente en 1922.
una auténtica audiencia y marcó profundamente a nume- Sea cual fuere la opinión sobre la obra realizada por
rosos hombres de ciencia, y cuyos ecos sufrió el propio la Sociedad de Investigaciones Psíquicas, no se pued> ig-
Freud. norar que Freud fue uno de sus miembros; en efecto, de-
Enprimertérmino, es preciso señalar que la ““Inves- vino miembro correspondiente de la sociedad londinense
tigación Psíquica” (en Inglaterra: ““Psychical Research””) “ a comienzos de 1911. Continuabasiéndolo en 1938, fecha
es el antecesor de la investigación parapsicológica. La en la que fue elegido miembro honorario, título que con-
“Investigación Psíquica”” nació en Inglaterra, durante la servó hasta su muerte. También fue nombrado miembro
última mitad del siglo XIX, bajo la influencia de investi- honorario de la Sociedad Americana para la Investiga-
gadores formados en dominios tan diferentes comola li- ción Psíquica en 1915; después miembro honorario de la
ieratura, las ciencias o la política. Agrupados en una Sociedad griega, en 1923. Es difícil suponer que Freud
“Sociedad para la Investigación Psíquica”” en 1882, en hubiera aceptado todas esas nominaciones si hubiera
torno de F.W. Myers, H. Sidgwick y O. Lodge, se propo- rechazado, en formairrevocable, la existencia del tipo de
nían “hacer unatentativa organizada y sistemática de es- fenómenos estudiados por esas instituciones. Sin embar-
tudiar diversas especies de fenómenos cuestionados, que go, resulta más delicado apreciar la influencia de todas
son, en primer término, inexplicables con ayuda de todas esas investigaciones sobre el pensamiento de Freud.
las hipótesis conocidas”. Dos años más tarde, por ini-
ciativa de diversos hombres de ciencia, entre quienes se
hallaban W. James y Stanley-Hall (quien fue el primero

94
Nandor Fodor pudohallarla carta dirigida a Carrington,
a. Freud y la “Investigación Psíquica””
en la cual se halla, en efecto, el pasaje incriminado. No
Escierto que la participación de Freud en la **Inves-
obstante, es innegable que la respuesta de Freud se
mostraba muy suavizada:
tigación Psíquica”” fue de las más discretas. Su actividad
“No soy de aquellos-que rechazan, de entrada, el
parece haberse limitado a la redacción de unartículo con-
estudio de los fenómenos psíquicos llamados ocul-
sagrado a la psicología médica para un número especial
tos, por ser anticientíficos, indignos de un hombre
delos relatos de la Sociedad de Investigaciones Psíquicas
de ciencia, hasta peligrosos. Si me hallara en los co-
concernientes al tema. Este texto, escrito directamente en
mienzos de mi carrera científica, en lugar de estar
inglés, fue publicado en 1912 (Proceedings de la S.P.R.,
volumen XXVI, LXVI; su título era: “Nota sobreel in- en elfinal, tal vez noelegiría otro terreno de inves-
consciente en psicoanálisis”? —(56) página 175—. Freud tigaciones, a despecho detodaslas dificultades que
presenta.
se dedica allí a definir el término “inconsciente”? como se
"No obstante, le pediría que renunciara a mencionar
emplea en psicoanálisis y a ubicarlo en su especificidad.
mi nombre en sus trabajos, por varios motivos.
Cerca de diez años más tarde, durante el verano de
1921, se propuso a Freud ser co-editor de tres diferentes Enprimerlugar, porque soy por completo profano
periódicos consagrados. al estudio del ocultismo, pero
y novicio en el terreno del ocultismo y no tengoel
derecho de pretender la menor autoridad en esa
declinó esos ofrecimientos. Uno de ellos provenía de
materia.
Hereward Carrington, director del American Psychical
”En segundo término, porque tengo fundadas razo-
Institute, quien le solicitó que formara parte del Comité
nes para querer establecer una línea de demarca-
Consultivo de esa organización. Cuando, más tarde, se cono-
ción muy neta entre el psicoanálisis —que notiene
ció la respuesta de Freud, suscitó el asombro de los me-
nada de oculto— y este campo de conocimiento
dios psicoanalíticos. Existe toda una historia en torno de
aún inexplorado y no dar lugar a malentendidosal
esta carta. En efecto, Carrington contó que Freud le ha-
respecto.
bía escrito: “Si tuviera que revivir mi vida, la consagraría
”En fin, porque no puedo desembarazarme decier-
a la Investigación Psíquica antes que al Psicoanálisis”.
tos prejuicios de materialismo escéptico, que lleva-
Había de qué soprenderse y cuando, ocho años más tar-
ría conmigo enla investigación de los hechos ocul-
de, Georges Lawtoninterrogó a Freudal respecto, éste le
tos. Soy, pues, incapaz en absoluto de considerar la
respondió: “Deploroel hecho de que no haya leído usted
«supervivencia de la personalidad» después de la
mismo micarta a Carrington. Estaría con certeza conven-
muerte, aunque fuera tan solo como una posibili-
cido de que jamás he dicho nada que justifique semejante
dad científica y sucedz casi lo mismo en lo que con-
afirmación. Confirmo consatisfacción la idea correcta
cierne al«Hidroplasma».
que usted tiene sobre mis relaciones con la Investigación
Creo, pues que más me vale continuar limitándome al
Psíquica”. (20 de diciembre de 1929; carta citada en (95)
tomo 3, página 443). psicoanálisis.” (Carta a Carrington, del 24 de julio de
Freud, sin embargo, cometía un error, ya que después 1921; citada en (79) página 364.)
de diversas peripecias (relatadas en (42) páginas 82-85),

96
Por fin, aparte de las investigaciones estrictamente un mitómano, lo cual, por lo demás, noes raro en este gé-
privadas que realizó con Ferenczi, nada permite pensar nero de investigaciones.
que Freud haya participado en experiencias concernientes
al dominio delas ““ciencias ocultas”. Un medium de ori- b. Freud y la literatura metapsíquica
gen soviético, Wolf Messing, ha pretendido haber efectuado
demostraciones con la participación de Freud. No podemos Si bien Freud no participó nunca de modoactivo en
resistirnós a relatar la anécdota, tal como es contada en los trabajos de las diversas sociedades de Investigación
un libro que ensalza los méritos de Messing.—(116) pági- Psíquica de las cuales fue miembro,estaba, sin embargo,
na 86)—. Dice que en 1915, en plena guerra, el empresa- al corriente de sus publicaciones, a las que hace referencia
rio organizó en Viena unasesión para Messing, que tenía en diversas ocasiones. Es preciso, al respecto, mencionar
entoncesdieciséis años: a algunos investigadores documentados en ese dominio y
“Albert Einstein en persona invitó al joven Wolf a que llamaronla atención de Freud.
visitarlo en su departamento. Messing habla aún Unodelos fundadores dela S.P.R., W.F. Myers,se
hoy con asombrodela cantidad delibros quevio. había interesado desde muy pronto en las ideas de Freud.
En elestudio de Einstein, Wolf encontró al padre Incluso había desarrollado, a fines del siglo pasado, una
del psicoanálisis, Sigmund Freud. Freud quedó tan teoría que suponía la existencia de un “yo subliminal”,
intrigado por las dotes paranormales de Messing, suerte de inconsciente concebido al estilo espiritista
que decidió someter al joven a cierto número de (sobre la filosofía de Myers véase (133)). Por cierto, su
pruebas. El propio Freud desempeñabael papel de “psicología gótica” (Lacan) difería en forma notable de
emisor. Todavía hoy —relata Messing— recuerdo las concepciones freudianas nacientes, pero es de desta-
la orden mental que Freud me dio: «Vaya a buscar car, no obstante, que fue el primer autoringlés que men-
en el botiquín del cuarto de baño las pinzas de depi- cionó los trabajos de Freud (fue leyendo una obra de
lar. ¡Vuelva al lado de Albert Einstein y arránquele Myers que Jones descubrió las teorías de Freud). En ene-
tres pelos de su gran bigote!» Después de haber en ro de 1893, Freud y Breuer habían publicadoel artículo
contrado las pinzas, Messing se dirigió directamen- sobre ““el mecanismo psíquico de los fenómenoshistéri-
te hacia el célebre matemático y, excusándose, le cos” (44) y tres meses más tarde, Myers daba ya un análisis
explicó lo que Freud quería que hiciera. Einstein a la S.P.R. En 1897, Myers se refirió, ante la misma
sonrió, y ofreció la mejilla al joven.” asamblea, a “Histeria y genio”, y habló otra vez sobre los
No se sabe de qué admirarse más: si de la audacia de estudios acerca de la histeria; este trabajo fue a conti-
Messing o de la ingenuidad del narrador. Porqueesta his- nuación incluido en su obra póstuma: The human perso-
toria no se basa en nadacierto. En efecto, Einstein novi- nality, aparecida en 1903, Recíprocamente, Freud cono-
vía en Viena, sino en Berlín; recién se encontró con Freud cía los estudios de Myers. En La interpretación de los
por primera vez en 1927 y nunca tuvieron familiaridad; sueños —(49) página 21— hace alusión a uno de los ar-
por fin, es dable suponer que sus preocupaciones estu- tículos de aquél, consagrado a los sueños hipermnésicos.
vieran en otro lado, hallándose en plena guerra. Las sedi- Porlo demás, la influencia de Myers fue bastante limita-
centes experiencias sólo existieron, pues, en el espíritu de da, aunque, de todos modos, el precoz interés que la

98 9
S.P.R. manifestó por las investigaciones de Freud puede seguida de su publicación. A propósito de la obra de
tal vez explicar la adhesión que éste manifestó hacia esa Richet, expresó que “lo dejaba perplejo, al extremo de ha-
sociedad. cerle perder la cabeza” (carta a Eitington del 13 de no-
Porel lado de los investigadores franceses hay que viembre de 1922, citada en (95) tomo 3, página 443). Ya
citar sobre todo a Charles Richet, pionero de la “Meta- más de un añoantes, cuando Eitington le envió algunos
psíquica”, quien, por otra parte, obtuvo el Premio Nobel libros sobre ocultismo, le había contestado: “El pensa-
defisiología. Freud conocía bien a Richet. Éste había si- miento de esa manzana ácida me hace estremecer, pero
do durante largo tiempo el primerasistente de Charcot, y * no hay modode evitar tener que morderla” (ibídem, pá-
Freud lo había encontrado en casa del maestro, en 1886, gina 443, carta a Eitington del 4 de febrero de 1921).
en ocasión de su estada en París. En esa época, Richet se Ulteriormente Freud continuó manteniéndoseal tan-
interesaba en forma activa en la hipnosis y retomaba en to de la literatura sobrela telepatía. En una carta-circular
especial los estudios de Janet consagradosa la hipnosis a de Viena, del 15 de febrero de 1925, expresa a sus alum-
distancia. Es en general ignorado que, en 1884, Janet ha- nos: “La másfuerte impresión literaria me Ja produjo es-
bía realizado experiencias por completo extrañas en una te mes un relato sobre experiencias de telepatía hechas
joven campesina normanda, Léonie, de las que presentó con el Profesor Murray (informe oralde la Sociedad para
relatos en 1885 y 1886, en la Sociedad de Psicología Fi- la Investigación Psíquica, 24 de diciembre de 1924). Con-
siológica de París, presidida por Charcot.(93 y 9) Llegó a fieso que la impresión que me produjo ese informe fue
hipnotizar a Léonie a distancia (hasta a 500 metros) ante tan fuerte que estoy dispuesto a renunciar a mi oposición
testigos y en satisfactorias condiciones de control. Tu- a la existencia de la transmisión del pensamiento, aunque,
vieron éxito algunas experiencias de sugestiones post- por supuesto, no pueda para nada contribuir a explicarla.
hipnóticas dadas mentalmente. Ese mismo año apare- Hasta estaría dispuesto a brindar el apoyo del psicoanáli-
cieron varios artículos sobre la hipnosis a distancia y el sis al dominio de la telepatía”.
propio Richet experimentó con Léonie, repitiendo y con- Semejante entusiasmo por parte de Freud nos hain-
firmando las anteriores experiencias.(120 y 121) citado a ver de más cerca en qué consistieron estas expe-
Habida cuenta de toda esa efervescencia, podríamos riencias. Especifiquemos, de entrada, que el profesor Gil-
preguntarnos, como lo señala Chertok —(16) página bert Murray era un filólogo cubierto de honores por las
188—, si el interés de Freudporla telepatía no habrá teni- sociedades científicas del mundo entero y redactor de la
do su fuente en Francia. De hecho, Freud se hallaba en Convención de la Sociedad de las Naciones. Sus investi-
París cuando Janet pronunciósu conferencia el 30 de no- gaciones sobre la telepatía estuvieron entre las más impor-
viembre de 1885, pero aquél siempre afirmó haberignora- tantes de la época pre-estadística, antes de los trabajos de
do por completo los trabajos de Janet durante su estada Rhine. Fuepresidente de la S.P.R. en 1915 y 1916.
en Francia. Si conoció trabajos de Richet es algo impo- El texto a que se refiere Freud consiste en un infor-
sible de probar. Lo cierto, por el contrario, es quesí leyó, me, redactado por Madame Sidgwick, de experiencias en
mucho más tarde, ciertos trabajos metapsíquicos de las que Murray desempeñabael papel de ““percipiente”,
Richet, en especial su extenso Tratado de Metapsí- en tanto que diversos miembros de un círculo de amigos
quica,(122) que Eitington le hizo llegar en 1922, en servían de ““agente”. Se hacía salir a Murray del salón; se

100 101
a

elegía un tema que era rápidamente anotado porescrito; realizados en la Duke University, consideradosen la ac-
se indicaba entonces a Murray que debía adivinar lo tualidad como los más importantes de todala investiga-
transcrito (es evidente que se habían tomado medidas pa- ción parapsicológica. Nos hemosreferido ya a estas expe-
ra que Murray no oyese lo que se decía en la habitación). riencias fundamentales, basadas sobre el cálculo de
Sobre los primeros informes orales de experiencias, el probabilidades en la tirada de cartas. (Señalemos que fue
grupo estima que el 66 % de los resultados eran confir- Charles Richet el primero que tuvo la idea de emplearlas
matorios. Demos una idea de estas experiencias citando estadísticas para evaluar los resultados de la telepatía.)
cierto número de casos afirmativos relatados en el infor- Rhine publicó sus primerosresultados en 1934. Freud co-
me: noció las investigaciones de Rhine en 1937, por interme-
“Agente: —Los soldados de la Guerra de Crimea dio de un analista norteamericano que había ido a Viena
recibiendo de la reina Victoria sus medallas en ,el para unanálisis didáctico —(13) página 96—.
Horse Guards. : El 3 de agosto de 1937, Smiley Blanton, que acababa
”Percipiente: —¿El rey están en tren de condeco- de hojear el Journal de Parapsychologie publicado porla
rar a algunagente? Sí, me parece que es uns especie Universidad de Duke, señaló a Freud un trabajo de Rhine
de entrega de condecoraciones. sobre la extraclarividencia y la telepatía. Freud no cono-
Agente: —El Lusitania. cía ese artículo, y manifestó su interés porel tema. “Hay
”Percipiente: —Recibí esto violentamente. Tengo sin duda algo en todo eso”, destacó. Aldía siguiente,
una espantosa impresión de naufragio. Diría que es Blanton le llevó a Freud un recorte de un periódico que
el torpedeamiento de! Lusitania. tenía portítulo La investigación metapsíquica, a propósi-
Agente: —Pienso que bailo con el ministro de Re- to de la obra de uninvestigador de Duke. Freud se limitó
laciones Exteriores de Holanda en un café-concert a comprobar con ironía: “*¡Ah, es a propósito de los espí-
de La Haya. ritus!”? El 5 de agosto se reanudó la discusión al respecto.
”Percipiente: —Una vaga impresión de tu viaje en Freud precisó su pensamiento: rechazaba todas las consi-
Europa. Meparece algo de carácter oficial; una es- deraciones sobrelos espíritus, porque le parecían carentes
pecie de velada danzante oficial. Como si sucediera de fundamento. De todos modos, a la pregunta de Blan-
en Holanda. **(132) ton, quele planteó si “de todos modos, no valía la pena
Todas estas experiencias impresionaron indiscutible- estudiar los fenómenos parapsicológicos, a fin de deter-
mente a Freud. El tono empleado en la carta-circular del minar si responden al charlatanismo, al autoencegue-
15 de febrero de 1925 es muysignificativo. Más aún lo es cimiento o a alguna fuerza sobrenatural”, Freud
el hecho de que él mismo se haya entregado, poco tiempo respondió: “Sí, sin duda, pero llevaría tanto tiempo veri-
después, a experiencias semejantes en su círculo familiar, ficar y autentificar los hechos que no bastaría una vida
con Ferenczi y su hija (véase más atrás, página 80), y que paraello; por lo demás, la cosa no vale la pena... Excepto
las haya participado con entusiasmo en una nueva carta- parala telepatía, cuya existencia es posible y que merece
circular del 15 de marzo del mismio año. ser estudiada”. Freud no podía resumir mejor sus Opi-
Antes decerrareste capítulo señalaremos que Freud niones sobre el ocultismo.
tuvo muy pronto conocimiento de los trabajos de Rhine,

102 103
fesional, en lo que concernía a los ejemplos extraídos de
IV. LAS NECESIDADES DE POLÍTICA sus enfermos o sus corresponsales, que lo obligaba a no
EXTERIOR dar más que datos parciales o deformados, que perdían
así su fuerza de convicción. Freud insiste sobre este
problema en su carta-circular del 15 de febrero de 1925:
No se podría cerrar un análisis de los factores que “Yo sería capaz de decidir hoy mismo lanzar ese
haninfluenciado en las opiniones de Freud sobre el ocul- ensayo al mundo, sin retroceder ante el escándalo
tismo, sin decir algo sobre lo que él mismo lama “las ne- que en formainevitable causaría, si no fuera porel
cesidades de política exterior””. Hay que entender con ello obstáculo insuperable de las limitaciones que nos
un conjunto de consideracionesestratégicas y tácticas que impone el secreto profesional. Éste sería seriamen-
lo constriñerona retardar algunas declaraciones, lo obli- te violado porla publicación de datos tomados de
garon a una gran prudencia en sus publicaciones, y hasta la vida de dos de mis pacientes. La propia sensa-
lo llevaron a disimular a veces ciertos hechos. ción que causaría esa publicación es lo que nos im-
Que las tomasdeposición de Freud hayan podido ser ponereserva. Las deformaciones no son posibles y
influenciadas por consideraciones tácticas puede parecer cualquier atenuación no nossería de ayuda alguna.
chocante, pero hay que tener en cuenta, no obstante, este
Si la suerte hace quelas dos personas cuyas predic-
factor que parece haber jugado un papel nada despreciable, ciones no se han realizado mueren antes que yo, ese
como hemostratado de demostrar. Digamos, sin embar- obstáculo desaparecerá.”
go, que no hayenello nada de excepcional y que conoce- No obstante, en otros dominios tal vez aún más deli-
mosvarios otros ejemplos de disimulo en Freud, siendo
cados, comolos relativos a la sexualidad, había sabido
tal vez el caso más flagrante la forma en que fue publica- compatibilizar con el secreto profesional a fin de apunta-
doel artículo sobre *““El Moisés de Miguel Angel”, (61) de lar las teorías psicoanalíticas. Es dable pensar, pues, que
manera anónima, con esta nota del editor: “La redac-
esas referencias a las necesidades del secreto eran más bien
ción ha decidido aceptar este artículo que, estrictamente - racionalizaciones y que hay que buscar en otra parte las
hablando, no entra en su programa, ya queel autor, que verdaderas razonesdelas hesitaciones de Freud. En pri-
le es conocido, está próximo a los círculos psicoanalíticos mer lugar, en su dualidad interna y en su ambivalencia,
y su forma de pensar presenta alguna analogía con los problema que ya hemos subrayado en un capítulo prece-
métodos del psicoanálisis”. Los historiadores del psico- dente. En segundo lugar, en el peligro que constituía el
análisis han señalado algunos otros ejemplos, y nosotros
ocultismo para el movimientopsicoanalítico, tanto más cuan-
mismos hemoshallado otros en el curso de nuestro traba-
to que el movimiento psicoanalítico estaba lejos de haber
jo.
conquistado la audiencia de que hoy dispone y su porve-
De hecho, Freud estuvo de entrada confrontado al nir no podía considerarse aún asegurado. Por esta razón,
problema dela discreción y del secreto. Discreción parasí embarcarse en el terreno del ocultismo no estaba despro-
mismo, y es comprensible que haya hesitado en librar al visto de riesgos. Estos riesgos eran dobles: por unaparte,
público ejemplos personales relativos a un dominio tan un peligro de edulcoración y de captación del psicoanáli-
marcadoporla credulidad y la superstición. Secreto pro- sis por los movimientos ocultistas; por otra, un incremen-

104
105
to de lascríticas procedentes de los medioscientíficos. extraídas de la desviación junguiana, haya vacilado en
volver a llevar al movimiento psicoanalítico al terreno pe-
ligroso del ocultismo y que no haya deseado asumir de
1. Losriesgos de edulcoración y de captación del nuevoel riesgo de una edulcoración de sus concepciones
psicoanálisis como secuencia de referencias abusivas a la telepatía, por
ejemplo. Los propios pacientes no dejarían de hacer una
Enlas consideraciones preliminares a Psicoanálisis y alegre acogidaa esa desviación. ¡Jones —(95) tomo3, pá-
Telepatía,(68) Freud se entrega a un largo análisis de los gina 460— menciona,así, a uno de sus enfermos, quele
posibles peligros de una alianza con los partidarios de las pedía lo anaiizara a distancia, por telepatía! Pero el pe-
ciencias ocultas, en la que ve peligros subjetivosy peligros ligro amenazaba también a los analistas, que podían ser
objetivos. tentados a eludir un trabajo analítico largo y minucioso,
El peligro subjetivo es el de una desviación del traba- prefiriendo explicaciones tan seductoras como hipotéticas
jo del analista. El analista que, en su práctica, vería sus fundadas en una eventual telepatía. Todas estas razones
intereses absorbidos por los fenómenos ocultos, podría sólo podían incitar a Freud a mantenerse muy prudente
ignorarel material inconsciente que se expresa en el trata- en sus publicaciones sobre el ocultismo.
miento. Semejante actitud conduciría, de modo inexo- Por lo demás, Freud reconocía un peligro objetivo
rable, a una edulcoración del análisis, cosa que Freud no en la unión conlos ocultistas, quienes, en su mayorparte,
podía contemplar con satisfacción. Con mayor razón no aspiraban más que a justificar sus creencias. A su
cuanto que el fenómeno se había ya producido, siendo juicio, en efecto, el psicoanálisis corría el riesgo de contri-
por una parte responsable del cisma junguiano. Freud no buir al éxito de aquéllos, autentificando cierto número de
había dejado de seguir la evolución teórica de Jung, a fenómenosscbre los cuales edificaron sus creencias y, por
quien la fascinación por el ocultismo había conducido a lo tanto, dejarse atrapar en provechode la causa del mis-
una subestimación de los fundamentos del psicoanálisis. ticismo. No olvidemosquelas postrimerías delsiglo dieci-
Había así abandonado los principios técnicos de La in- nueve y los comienzosdel veinte habían sido caracteriza-
terpretación de los sueños y luego la concepción freu- dos por un despliegue de ““mediums”, por una prolifera-
diana de la libido. Es sabido que, a continuación, iba ción de sectas espiritistas de todas clases, cuya amplitud
a proseguir su importante camino en el terreno del ocul- es difícil de imaginar. Ante la importancia de este fenó-
tismo, interesándose porlos gnósticos, especulando sobre meno social, Freud expresa, en 1921 (Psicoanálisis y Tele-
la alquimia y hasta estructurando, en colaboración con el patía) su temor de que una marea ocultista entrañara un
físico Pauli, una ““tecría de la sincronicidad””, que aspira- derrumbe del pensamiento racional, al que el propio psi-
ba a explicar los fenómenosparapsicológicos. Ya en 1914 coanálisistno resistiria; de todos modos, en 1932 (Sueño y
Freud había sentido la necesidad de apartarse dela ten- Ocultismo) reconocía que semejante temor era injustifi-
dencia cismática de Jung, por lo cual escribió su Contri- cado —(76) página 75—. No es menoscierto que los mo-
bucióna la historia del movimiento psicoanalítico(62) que vimientos ocultistas están siempre prontos para recuperar
excomulgaba definitivamente a Jung. Es comprensible al psicoanálisis y que, aún en nuestrosdías, el peligro con-
que, en consecuencia, enriquecido con las enseñanzas tinúa amenazador. La astrología, que se esfuerza en po-

106 107
nerse a tono conlas tendencias actuales tomandoen prés- comprensible, pues, que Freud haya sentido la absoluta
tamo nuevos conocimientos socialmente valorizados, se necesidad de diferenciarse del ocultismo y de no compre-
adorna en la actualidad con una “Vulgata meter al psicoanálisis en ese peligroso terreno. Una cari-
psicoanalítica”. En su encuesta sobre la imagen del psico- catura muy significativa de William Cotton, publicada en
análisis, Serge Moscovici ha señalado el lazo que cierta una revista en 1931, muestra con gran justeza a un Freud
prensa establece entre el psicoanálisis y la astrología, y cita desconfiado que rechaza la acogida obsequiosa de un
dos pasajes de artículos significativos —(111) página astrólogo (reproducida en (40) página 100), relacionada
457—; pero las mejores partes de la ensalada astro- con la anécdota del “astrólogo psicoanalista”, relatada
psicoanalítica se encuentran,,sin duda, en un libro escrito por Martin Freud en (43) página 248.
porel vicepresidente del Centro Internacional de Astro- Esa preocupación fue determinante en la táctica de
logía, intitulado Del psicoanálisis a la astrología, 010) que prudencia adoptada por Freud. Cuando, en 1921,
es un modelo en el género. Carrington le propusocolaborar en la “Investigación Psí-
quica””, declinó el ofrecimiento, explicando en forma es-
pecial que “tenía buenas razones para querer establecer
2. Los ataques de los medioscientíficos una línea de demarcación muy neta entre el psicoanálisis
—que no tiene nada de oculto— y ese campo de conoci-
El sincretismo que confunde psicoanálisis y ciencias miento aún inexplorado, no dando así lugar a malenten-
ocultas brinda argumentos fáciles a quienes rechazan el didos al respecto””. Por este hecho, se comprende mejor
psicoanálisis en nombredela ciencia. La idea de una lazo la hesitación de Freud a exponer sus observaciones sobre
sutil entre ocultismo y psicoanálisis no impregna sólo a la telepatía: cierto número, que recopiló entre 1910-1911,
los medios populares, sino que también puedeser hallada sólo fue publicado veinte años después; la comunica-
en las publicaciones de algunospsiquiatras, inclusive con- ción sobre Psicoanálisis y Telepatía,(68) que hizo a los
temporáneos. Así, Baruk escribe, no hace mucho, que miembros del “Comité” psicoanalítico en 1921, sólo fue
“el psicoanálisis comporta un dogmay ritos que dan un conocida después de la muerte de Freud. Por cierto, la
lugar al ocultismo y a los misterios ocultos”? —(11) página ambivalencia de Freud con respecto al ocultismo no es
11—. Cuandoen nuestros días persisten semejantesafir- gratuita en esa actitud, pero las preocupacionestácticas
maciones, no puede sorprender que en la época de Freud que ahí se develan no deben, por cierto, ser minimizadas.
los medios hostiles al psicoanálisis hayan tratado, en for- Por otra parte, se hallan pruebas de esas preocupaciones
ma sistemática, de socavar las bases científicas, compa- a lo largo de todos los intercambios que tuvieron lugar
rándolo con prácticas ocultas. Por su parte, el ocultismo acerca de la telepatía, a partir de 1910, entre Freud y sus
sufría, al mismotiempo, furiosos ataques: en “Psicoanáú- íntimos.
lisis y Medicina”? —(73) página 166—, Freud recuerda En 1910 Ferenczi había anunciado a Freud su inten-
que había sido entonces promulgada en Austria una ley ción de publicar sus observaciones sobrela telepatía. Este
que prohibía la realización de sesiones de ocultismo o la le respondió que no era hombre capaz de esquivar la
fundación de sectas espiritistas (medida que, por lo de- proclamación dela verdad, por impopular que fuera, pe-
más, consideraba injusta y por completo ilusoria). Es ro recordó lospeligros de una asociación con un tema tan

108 109
sospechoso, que sólo podía sumarse a la reprobación que aceptados. El solo elemento nuevo de su conferen-
rodeaba al psicoanálisis. Le sugirió, pues, una espera de cia será el elemento personal que se desprendería de
dos años, luego de lo cual publicaría en el “Jahrbuch”” la misma. Al hacerlo, usted lanzará una bomba en
(Anuario), en 1913, todo cuanto Ferenczi tuviera deseos el edificio psicoanalítico, que sin duda explotará.
de escribir sobre el tema. (3 de diciembre de 1910; citado Por supuesto, estamos de acuerdo en no desear
en (95) tomo 3, página 437). Algunos meses más tarde, in- provocar esa perturbación en nuestro desarrollo,
citó a Ferenczi a la prudencia. aunsi es tal vez inevitable.” (20 de marzode 1925;
“Jung meescribe que debemos conquistar el domi- citado por Jones (95) tomo 3, página 445.)
nio del ocultismo y me pide mi acuerdo para una Freud renueva similares consejos de prudencia a
cruzada que llevaría en la esfera del misticismo. Me Edoardo Weiss, quien se había entregado a experiencias
doy cuenía de que no me es posible retenerlos a am- sobre los medium —(38) página 66—. Después de ha-
bos. Al menos, prosigan en colaboración; se trata berle escrito, el 24 de setiembre de 1932, que “sería por
de una expedición peligrosa y no puedo acompa- supuesto nefasto para su papel de pionero del psicoanálisis
ñarlos ahí.” (11 de mayo de 1911; citado por Jones en Italia declararse, al mismo tiempo, partidario del ocul-'
(95) tomo 3, página 438.) tismo””, experimenta, en la carta que sigue, la necesidad
Ferenczi reconoció quela cuestión podía tener graves de precisar 'su posición: “Debo disipar un malentendido.
repercusiones sobre el movimiento psicoanalítico si estu- Que unpsicoanalista evite tomar partido, en forma públi-
vieran sobre unafalsa pista. Le pidió a Freud que invitara ca, sobre la cuestión del ocultismo, es una medida de ca-
a Jung a Viena para discutirla. Seis meses más tarde, rácter por completo práctico y sólo temporario, que no
Freud escribió de nuevo a Ferenczi que “sus trabajos de constituye en absoluto la expresión de un principio” (8 de
ocultismo contienen un elemento de impaciencia injustifi- octubre de 1932).
cada”. (17 de noviembre de 1911; citado por Jones (95) Dehecho, Freud mismo había sucumbidoa la ténta-
tomo 2, página 177). En enero de 1912, Freud siente que ción de asumir algunos riesgos, y fueron algunos de sus
no podrá contener a Ferenczi por más tiempo y le da vía alumnos quienes se encargaron de frenarlo; en especial
libre para 1913 (carta a Jung del 10 de enero de 1912; en Eitington y Jones, el “diplomático del psicoanálisis”.
(86) tomo 2, página 246). Despuésde haberescrito “Psicoanálisis y Telepatía”, en
Freud tuvo todavía ocasión de irenar la impaciencia 1921, Freud había tenido intención de presentarlo en el
de Ferenczi. En 1925, éste tuvo intención de presentar un Congreso de Berlín, en 1922. Sin embargo, Eitington y
relato de sus experiencias de telepatía al Congreso de Jones lo disuadieron de efectuar la comunicación. No
Bad-Hombourg. Frend, tal vez porque había sido el suje- “obstante, un poco más tarde, pasando por sobre los con-
to de una de esas experiencias, se Opuso a esa comunica- sejos de prudencia de Jones, publicó Sueño y Telepatía y
ción: después, en 1925, Lasignificación oculta de los sueños.
“Estoy en contra ——le esc —. No lo haga. Su ex- Este texto fue motivo de una polémica con Jones, quien
periencia y sus experimentos no son, porcierto, ni era en absoluto hostil a toda toma de posición en favor de
más asombrosos y menos viciados de duda que los la telepatía. Siguió un intercambio de cartas, que da
que integran la literatura y no han sido hasta hoy buenaidea de los problemas en juego (véase en Jones (95)

110 111
tomo 3, páginas 445-448). En 1933, la publicación de Ocultismo. Sin embargo, especifica: “La transmisión del
Sueño y ocultismo desató una nueva querella, mucho me- pensamiento no puede ser simplemente accidental. Algu-
nosviolenta, con todo, que Jones no considera útil reseñar. nas personas opinan que yo devengo crédulo y envejezco,
Aunenlos textos que Freud publicó sobrela telepa- pero nolo creo. He aprendido toda inivida,lisa y llana-
tía; no se apartó jamásde cierta prudencia; más aún, fue mente, a aceptar los hechos nuevos con humildad”.
reservado en ocasión de reportajes que trataban de hacer —(136) páginas 213-219—.
conocer su pensamientoal gran público. A este respecto,
es significativo el artículo que otorgó al periódico húnga-
ro Magyar Hirlap.(75) En 1932 se había extendido la noti-
cia de que Freud escribía un artículo sobre el ocultismo y
todo el mundo deseaba informacionesal respecto. Un pe-
riodista húngaro, Hans Halbe, solicitó a Freud una entre-
vista. Pensando que, hasta entonces, los periodistas ha-
bían siempre deformado sus expresiones, Freud prefirió
dar por escrito sus puntos de vista sobre el tema. El artícu-
lo fue publicado en húngaro, el 25 de diciembre de
1932.6 Pero sorprende comprobar que Freud no hace más
que retomar las primeras páginas de Sueño y Ocultismo y
que no desarrolla más que sus reticencias acerca del ocul-
tismo; por el contrario, no dice una palabra de lo esencial
de su trabajo y de sus observaciones en las cuales defiende
la hipótesis de la telepatía. Esa actitud, en verdad carica-
turesca, atestigua bien el extremo cuidado de Freud dedi-
ferenciarse de los diversos movimientos ocultistas.
Se vuelve a hallar esa misma reserva en la entrevista
que acordó en 1935 a Cornelius Tabori. Allí retoma sen-
siblemente los mismos términos aparecidos en el Magyar
Hirlap tres años atrás, comparando las discusiones sobre
los fenómenosocultos a las relativas a la composición del
interior de nuestro planeta y apela de nuevo al ejemplo de
la mermelada, citado en las primeras páginas de Sueño y

6 Este texto —que nosotros sepamos— no ha sido jamástraducido, fuera de la


edición original, en húngaro. Agradecemosal doctor KurtEissler, director de
los “archivos Sigmund Freud” de Nueva York, que ha realizado, en forma es-
pecial, las investigaciones sobre este texto en Budapest y ha podidoasi facilitar-
nos unafotocopia.

112 113
* Para ordenar lo esencial de las tesis de Freud, hay que
recordar que su pensamiento era evolutivo y que, en for-
ma esquemática, es posible separar tres grandes etapas en
sus reflexiones sobre el ocultismo. Hasta alrededor de los
años 1909-1910, Freud adopta, con relación al ocultismo,
una posición de escepticismo casi total, que lo lleva a
negartoda realidad material en esas creencias. A partir de
1910 se lo ve aceptar cada vez másla idea dela existencia
de un núcleo de verdad en el seno de esa suma de ilu-
siones: este núcleo de verdad podría ser la telepatía; no
obstante, su certidumbre noes suficiente para que pueda
ser expuesta en público, En fin, a partir de 1921, esa certi-
CAPÍTULO Il dumbreestá lo bastante afirmada como para que encare
en forma pública la hipótesis de la telepatía.
Del mismo modo,es útil subrayar que, al contrario
de un autor como Jung, por ejemplo, o de los investiga-
Las posiciones de Freud dores de la “Sociedad de Investigaciones Psíquicas”,
Freud no hizo jamás del ocultismo un objeto de estudio
sobre el ocultismo privilegiado. Sólo en forma ocasional se dedicó a ese gé-
nero de problemas, al azar del material aportado por sus
pacientes o sus corresponsales. Tampoco trató jamás de
1. LOS ESCRITOS SOBRE EL estructurar una teoría general del ocultismo, y permane-
OCULTISMO ció en absoluto mudo acerca de muchos temas que for-
man parte del mismo en formaclásica; por ejemplo, la
astrología o la alquimia. Por consiguiente, aun si estamos
Puedodarles un consejo: cuando lean trabajos analíticos, tengan mucho cuida- inclinados a considerar que su orientación en los escritos
ha de redacción. de la tercera etapa fue de tipo parapsicológico, sería sin
dOcengehaden Freud (13) página 51 embargo falso considerar a Freud como un parapsicólo-
go.: ¿Es preciso decir que era y permaneció ante como un
Enla primera parte de este libro hemos brindado un psicoanalista, cuidadoso del desarrollo de las teorías psi-
amplio espacio a consideraciones anecdóticas. Creemos, coanalíticas y que no seinteresó en los problemas parapsi-
en efecto, queesta visión histórica serviría para hacer más cológicos sino en la medida en que los halló en su propio
claro el pensamiento de Freud, mostrando sus fundamen- campodeinvestigaciones?
tos y siguiendo su desarrollo. Vamos a intentar ahora una
síntesis de las concepciones freudianas sobre el ocultismo,
queserá el objeto de esta segunda parte.

114
después de haber sido publicada en forma de diversos ar-
1. Los escritos de la primera época (antes de 1910) tículos a partir de 1901/ Freud desarrolla allí con claridad
su tesis, que sostiene que las supersticiones no son más
Hasta alrededor de 1909, las alusiones al ocultismo que el producto de las proyecciones del inconsciente? En
en los escritos de Freud son muy episódicas y todas están 1907, enocasión “e la segunda edición, agrega un Tesu-
teñidas de escepticismo. En su correspondencia no se en- mendela observación de 1899 antes citada; pero suprime
cuentra casi otra cosa. Su concepción está por completo una nota de 1901 dondehacía alusión a su temor de morir
dominada por la idea de que no hay allí más que una en 1907 (véase página 33).
amalgama de supersticiones, de ilusiones; que no es más
que “una psicología proyectada sobre el mundo exte- c. Observaciones sobre un caso de neurosis obsesiva (El
rior”, que el psicoanalista está en condiciones -de tra- hombrede las ratas). (33 y 54)
ducir por completo en términos de mecanismos incons-
cientes. El dominio misterioso de los sueños no había re- Es evidente que este texto, publicado en 1909, no es,
sistido a las fecundas ideas de Freud y por ese hecho, ha- en sí mismo, un trabajo sobre ocultismo. Merece, no obs-
bía perdido todo derecho a considerarse sobrenatural. Al- tante, ser recordado aquí, por ser el texto en el cual Freud
gunos escritos han de confirmar esa posición sobre el desarrolla por primera vez la cuestión de la creencia en la
ocultismo. : “omnipotencia del pensamiento”? en los obsesivos, rasgo
quevincula con las creencias primitivas en la eficacia de la
magia y que le parece dar cuenta de las supersticiones en
a. Un sueño premonitorio realizado (Eine erfúllte general.(véase el capítulo intitulado: “Algunas particula-
Traumahnung)(48) ridades psicológicas de los obsesivos: su actitud con res-
El manuscrito de este artículo está fechado el 10 de pecto a la realidad, la superstición y la muerte”).
noviembre de 1899, pero no fue publicado, sin duda por Durante toda esa época casi no se encuentran, en la
razones de secreto profesional. No fue hallado de nuevo correspondencia de Freud, reflexiones sobre el ocultismo.
sino después de la muerte de Freud y publicado en 1941, Hay, sin embargo, una singular observación a Fliess, en
en los Schriften aus dem Nachlass (G.W.17,21). En 1907 una carta del 8 de mayo de 1901, que merece retenerla
Freud retomaría esa observación en forma abreviada, en atención:
La psicopatología de la vida cotidiana —(51) página “El placer que me ha dado tu carta no ha sido po-
279—. El artículo original no ha sido aún publicado en co, salvo en lo que concierne a la parte sobre la ma-
francés. En ese artículo, Freud explica un pretendido gia, que considero como un remiendo superfluo in-
sueño premonitorio, señalando que verosímilmente se tentado para compensar tus dudas acerca de la
trataba de una reconstrucción a posteriori. transmisión del pensamiento. Creo en la transmi-
sión del pensamiento y continúo dudandode la ma-
gía.” —(80) página 293—.
b. La psicopatología de la vida cotidiana (la. y 2a. edi- Este pasaje tendería a demostrar que, de hecho,
ción) (51) .
Freud comenzó muypronto a admitir la existencia de la
La primera edición de esta obra apareció en 1904,
10
116
AAA ——_—__—_

telepatía, idea que no será afirmada en forma pública si- los fenómenos ocultos: premoniciones, sueños proféti-
no veinte años más tarde.!
cos, telepatía, etcétera... Se le ve aquí declarar que no se
puede descartar por completola posibilidad de estos fe-
nómenos, y que el problema requiere más profundas in-
.2. Losescritos de 1910-1920 vestigaciones:
“¿Hay que negar a la superstición toda base real?
En los años 1909-1910, Freud retoma esa hipótesis, ¿Es cierto en absoluto que los fenómenos conoci-
quele parece confirmarse poco a poco. Hemos subrayado dos con los nombres de premonición, sueño profé-
en qué medida fue determinantela influencia de Ferenczi. tico, experiencia telepática, manifestación de fuer-
No olvidemos tampoco que en 1911 Freud será designado
zas suprasensoriales, etcétera... no son más que
““miembro correspondiente” de la Sociedad de Investiga- simples productos de la imaginación, sin ninguna
ción Psíquica de Londres. No obstante, durante toda esa relación conla realidad? Lejos de míla idea defor-
época, marcada también porla guerra, Freud adopta una mular un juicio tan riguroso y absoluto sobre fenó-
actitud de reserva y guarda silencio sobre sus audaces hi- menos cuya existencia ha sido atestiguada por
pótesis. No puede pensarse que fuera por falta de mate- hombres muy eminenies desde el punto de vista in-
rial clínico, porque es sabido que en 1910 y 1911 reunió la telectual. Todo cuanto podemos decir es que su es-
mayor parte de las observaciones que alimentaronsusescritos
tudio no está terminadoy que requieren ser someti-
del tercer período. Todo induce a creer, como lo hemos dos a nuevas y más profundas investigaciones.”
señalado, que fueron las consideraciones tácticas las de-
—(51) página 278—.
terminantes de esa actitud. Sólo en privado, en su corres-
pondencia, Freud testimoniaba posiciones favorablesala b. Totem y Tabú(37)
telepatía. Sea como fuere, en los escritos de todo ese pe-
ríodo, Freud no hará prácticamente ningunaalusión a su
El interés de esta obra, publicada en 1913, desborda
creencia en la posibilidad de la telepatía, y proseguirá su
con mucho nuestro tema. Sin embargo, el tercer capítulo,
obra psicoanalítica abatiendolas ilusiones del ocultismo y
intitulado “Animismo, magia y omnipotencia delasideas”
desarrollando el concepto fundamental del “pensamiento
mágico” es esencial enla visión freudíana del ocultismo. Freud
desarrollaallí sus concepciones sobre el “pensamiento
mágico”, que reubica en una visión antropológica gene-
a. Tercera edición de “La psicopatología de la vida
ral. Volveremos in extenso sobre este texto.
cotidiana”*51)
c. La inquietante rareza (Das UnheimlicheJ(66)
En 1910 aparecela tercera edición de esta obra. En
esta ocasión, Freud incluye un nuevo pasaje consagrado a
Este ensayo, que apareció por primera vez en Imago,
fue editado en su versión definitiva en mayo de 1919. Este
1. De todos modosSchur,quien da una traducción un tanto distinta de este pa- texto se presenta como una contribución al dominio de la
saje —(127), página 261— másbien encara estas alusiones en otro contexto.
estética, pero se vincula a nuestro centro de interés en la

118 119
- úíéIA mm —

podría describir como una fase de desarrollo regresivo.


medida en que abordalo fantástico, la creencia en la ma-
gia y en ciertas fuerzas ocultas. Tendremosquereferirnos Miinterés hizo un rodeo, que duró toda una vida, por las
a menudo al mismo, pero, por el momento, observemos ciencias de la naturaleza, la medicina y la psicoterapia,
queeneste texto no hay ningunaalusión a la posible exis- volviendo luego a las cuestiones culturales, que me fasci-
tencia de un “núcleo de verdad” en las experiencias ocul- naban desde largo tiempo atrás, cuando apenas tenía la
tas sobre las que Freud discute. Tal vez puede considerar- edad de la reflexión”. (Post-scriptum, no traducido al
se este texto comoel último bastión con el que Freud tra- francés, de ““Mi vida y el psicoanálisis”, citado en Man-
tó de defenderse del impulso que lo conducía a admitir un noni (105) página 163.) Lo que dice acerca de la elabora-
núcleo de verdad en el ocultismo. En todo caso, es una es- ción de la nueva actitud es tal vez susceptible de aplicarse
pecie de autoanálisis (prudentemente anónima, sin em- asimismo a su interés por el ocultismo, que se afirmó en
bargo) dondetrata de poner al desnudo lo que podría es- esos mismos años en que supo de su afección cancerosa.
tar en el origen inconsciente de sus propias tendencias su- En julio de 1921 Freud recibió numerosas proposi-
persticiosas. Notemos queeste texto fue escrito dos veces; ciones para colaborar en la “Investigación Psíquica”.
por desgracia, no disponemos más que del contenido de Unadeéstas provenía de Carrington, la que, como se sa-
la versióninicial. be, declinó. Freud escribió su famosa carta a Carrington
el 24 dejulio de 1921, es decir, en la misma semana en que
comenzóa redactar su primer artículo consagrado a la te-
3. Losescritos posteriores a 1921 lepatía (“Psicoanálisis y telepatía”). En efecto, comenzó
ese artículo a fines de julio (Freud hace alusión al mismo
Apenas dos años despuésde la publicación de La in- en unacarta dirigida a Eitington, del 31 de julio) y lo ter-
quietante rareza, Freud inicia un importante cambio de minó muy pronto, ya que está datadoel 2 de agosto. En
actitud. Abandonando la prudencia del decenio trans- diciembre de 1921 comenzó un nuevo ensayo sobrela te-
currido, se decide a hacer públicas sus posiciones sobre la lepatía (Sueño y Telepatía). Toda esta actividad atestigua
telepatía y a reconocer que se inclina a ver en este fenóme- la intensidad del interés de Freud por la cuestión, en el
no el “núcleo de verdad” del ocultismo. Este viraje se de- curso del último semestre de 1921. A partir de esa fecha,
cide en el curso del verano de 1921. Jones, que no hadisi- Freud ya no disimulará sus opinionessobre la telepatía: a-
mulado su oposición a la actitud de Freud, relaciona este su juicio, la telepatía representa tal vez el núcleo de ver-
viraje “con el notable impulso de su imaginación, que lo dad del ocultismo, que las tendencias mitómanasde la
ha llevado a adelantar hipótesis concernientes a los más humanidad han huhdido en una madeja tejida de ilu-
profundos problemas de la humanidad: la naturaleza de siones.
la muerte y los conflictos entre el amory el odio, entre las Comienzaasí ese tercer período, en el curso del cual
tendencias constructivas y las tendencias destructivas de aparecerán una serie de publicaciones muy originales, pri-
la vida”. —(95) tomo 3, página 453—. Es un hecho que meros artículos de ““parapsicología psicoanalítica”.
este período corresponde a aquél en el que Freud formuló Subrayemos, al respecto, el hecho singular de que, a ex-
su segunda actitud. Escribió al respecto que su cambio de cepción de uno solo, que constituye un capítulo de una re-
interés se debía a una profunda modificación “que se copilación más amplia,(6) ninguno de los textos de esa

120 121
0
época consagradosal estudio dela telepatía es accesible al yo de Harz sólo fue publicado después de la muerte de
lector de lengua francesa. No es posible dejar de observar Freud. Apareció por primera vez en 1941, en los ““Schrif-
esta asombrosa ““ocultación”” de esa serie de escritos ten aus dem Nachlass” (G.W. 17, 25-44).
“sobreel ocultismo, en los cuales Freudsostiene posiciones El artículo mismo comienza con unaserie de obser-
heroicas que han estado lejos de constituir la unanimidad vaciones preliminares de Freud, donde discute las venta-
del movimiento psicoanalítico. jas y los peligros de una asociación con los partidarios del
Vamosa ubicar, en forma breve, estos textos en su ocultismo. Relata enseguida tres observaciones que pare-
cronología, remitiendo para mayoresdetalles alos capítu- cen acreditar la hipótesis de la telepatía: la profecía del
los siguientes, donde haremosel análisis.2 envenenamiento con cangrejos (véase página 190); la pro-
fecía del nacimiento de dos hijos a los treinta y dos años
a. Psicoanálisis y Telepatía (Psychoanalyse und Tele- (véase página 187), la del grafólogo Scherman (véase pá-
pathieJ(68) gina 193). Freud había previsto informar a los miembros
del **Comité”” acerca de una cuarta observación (El señor
Como acabamosde señalar, este artículo fue redac- “Vorsicht”, véase página 195) pero, por un curioso acto
tado en Bad Gastein, en los últimos días de julio de 1921. fallido, olvidó las notas que había tomado al respecto.
Enel curso del mes de setiembre, los miembros del **Co- Freud concluye su trabajo subrayando: “Ustedes habrán
mité”” emprendieron un viaje por el Harz y, en esa Oca- de notar que el conjunto de mis observaciones concierne
sión, Freud los hizo partícipes del contenido de ese texto. sólo al problemade la transmisión del pensamiento. No
Recibió una acogida muy débil, sobre todo por parte de tengo nada que decir a propósito de los otros prodigios
Jones y de Abraham, en tanto que Ferenczi se mostró del ocultismo (...) Tal vez el problema de la transmisión
muy entusiasta. Hay que subrayar que, aparte de los seis del pensamiento les parezca insignificante, en relación
miembrosdel “Comité”, el artículo no parece haber sido con el inmenso mundo del ocultismo. Pero observen que
conocido por los otros miembros de la Asociación Psico- esa hipótesis representa ya un importante paso con rela-
analítica. Freud tenía la intención de presentarlo en el ción a nuestro punto devista habitual”.
Congreso de Berlín, en 1922, pero Eitington y Joneslo di-
suadieron. Sin embargo, algunos años más tarde, el 5 de b. Sueño y Telepatía (Traum und TelepathieJ6%
noviembre de 1926, Freud le pidió a Eitington el ma-
nuscrito, con la intención de publicarlo, al fin, pero éste Este artículo fue escrito en diciembre de 1921. Fue el
le aseguró que se lo había devuelto personalmente. En to- primero publicado por Freud sobrela telepatía, ya que el
docaso, el trabajo no fue publicado en esa ocasión, aun- precedente fue mantenido en secreto. Apareció en Imago
que es posible que no se hubiera perdido, porque Freud en 1922. Freudlo escribió con la intención de presentarlo
retomó en formacasi textual algunos pasajes en la redac- en la Sociedad Psicoanalítica de Viena, pero, una vez en
ción de Sueño y Ocultismo, en 1932. Por último, el ensa- prensa el texto, cambió de opinión y no hizola proyecta-
da comunicación.
2. El lector interesado puede remitirse a la traducción personal integral de estos El autorrelata en ese artículo dos observaciones re-
textos que hemos hecho figurar en apéndice en nuestra tesis (108). cogidas de dos corresponsales, quienes le habían escrito

122 123
algunas semanas antes. Una concierneal sueño del naci- artículos precedentes, con excepción del caso de su
miento de gemelos, en el cual Freud fue llevado a recono- corresponsal, que se había negado a reconocer como para-
cer la aparición de un fenómenotelepático (véase página normal. Se encuentran allí, relatadas en forma sucinta.
183). Él otro concierne al caso de una corresponsal que las tres observaciones de Psicoanálisis y Telepatía que
parecía sujeta a numerosas manifestaciones paranormales hasta entonces habían permanecido en los ficheros de
(véase página 176); Freud efectuó el análisis pero, en este Freud. Del mismo modo, retoma el sueño del nacimiento
caso, rechazóal fin la hipótesis de la telepatía. de los gemelos. El único ejemplo nuevo correspondeal
A propósito de este texto, debemosdestacarla extre- caso “*“Vorsicht”” (véase página 195). Además, Freud to-
ma discreción de Freud, quien en ningún momento hace ma de D. Burlingham la anécdota de la moneda de oro
alusión a las otras observaciones de que tenía conoci- (véase página 88).
miento, que había reunido en Psicoanálisis y Telepatía.
e. Otros escritos
c. La significación oculta de los sueños (Die okkulte Be-
deutung des Traumes)0D) Hay que destacar asimismo una frase agregada por
Freud a continuación del capítulo sobre las supersti-
Este texto fue redactado por Freud en 1925, mientras ciones, en ocasión dela reedición de 1924 de La psicopa-
estaba en tren derevisar la séptima edición de la Traum- tología de la vida cotidiana; frase que no figura en la edi-
deutung, para la publicación del segundo volumen de sus ción francesa:
Gesammelte Schriften. Forma parte de un conjunto que “Debo reconocer, sin embargo, que he tenido en
hubodeser insertado en La interpretación de los sueños, estos últimos años algunas notables experiencias
pero al fin el texto fue publicado aparte en el conjunto: que se hubieran podido explicar con facilidad ad-
“Algunos agregados al conjunto de la interpretación de mitiendo la hipótesis de la transmisión del pensa-
los sueños” (Einige Nachtráge zum Ganzen des Traum- miento telepática””. (Citado en (127) página 306).
deutung), en [mago.
Eneste texto, Freud expresa su negativa a creer en
todo poder profético de los sueños. Por el contrario, se 4. CONCLUSIONES
manifiesta dispuesto a reconocer la existencia de sueños
telepáticos y hace unabreve alusióna la profecía del naci- Al término de nuestro panoramabibliográfico, nos
miento de los doshijos. parece posible desprender una lógica interna, allí donde
Jones no veía más que ambivalencia y hesitación.
d. Sueño y Ocultismo (Traum und Okkultismus)06) Parece claro que, al comienzo de su obra, Freud es-
peró llegar a explicar, a demistificar el ocultismo, gracias
Este artículo fue escrito en 1932 y constituye el se- a la nueva comprensión que le brindabael aparato psico-
gundo capítulo de “Nuevas conferencias sobre el psico- analítico. Es así comola investigación de Freud se estruc-
análisis” —(76) páginas 43-77—. En ese trabajo, Freud re- tura en torno a una hipótesiscentral: el ocultismo es una
toma el conjunto de las observaciones publicadas en los ilusión. Esa es la posición adoptadaen los primerosescri-

124 125
Das >

tos sobreel tema y lo esencial de su estudio de los fenóme- II. EL OCULTISMO COMO
nos ocultos, comprendidosenel tercer período de sus in- OCULTACION DEL INCONSCIENTE
vestigaciones, que va a constituir una tentativa de “elimi-
nar de una vez por todas las producciones del deseo hu-
manodel dominio de la realidad material””.(68) Raciona- El psicoanálisis: un trozo detierra desconocida ganado a las
lista, ceñido a unavisión científica del mundo, la “caza a creencias populares y al misticismo.
la ilusión”? permanecerá siempre comosu actitud funda- Freud(76), página 11. -
mental y el común denominador de todos-sus trabajos
sobreel ocultismo. Loesencial de la obra de Freud sobre el ocultismo es
Sin embargo, en el curso de su investigación, Freud un trabajo de demistificación. Su objetivo es poner al
se verá confrontadoa cierto número de hechos quelo lle- desnudo los factores inconscientes en acción en el
varán, al fin, a suavizar sus posiciones y a suponerla exis- ocultismo. Ya que si “el Inconsciente no es lo oculto”, es
tencia de un núcleo de verdad, irreductible, tras el fárrago en verdad ocultado por el ocultismo, cuya función
de ilusiones. Supone que este núcleo de verdad podría ser especial es de desconocimiento. En esta perspectiva, los
la telepatía, fenómeno quese resiste a considerar como estudios de Freud en el dominodel ocultismo no pueden
“oculto”, y del que espera un abordaje científico. Nacerá ser aislados del resto de su obra.
así una serie de escritos ““parapsicológicos””, que puede Así, cuando se abordan las concepciones freudianas
parecer en contradicción conel resto de su obra. Pero esa del ocultismo,es difícil no señalar que el camino que
contradicción es sólo aparente; deriva de un desconoci- había de conducir a Freud al psicoanálisis transitaba muy
miento de la dialéctica interna de los trabajos de Freud cerca de las fronteras del ocultismo. Este camino tomaba
sobreel ocultismo. Porque hay que subrayar que, aun en la “*vía real” del sueño, que bebía en el viejo fondo delas
el “tercer período”, Freud no se apartará jamás de su creencias de la humanidad —sueño mensaje del más allá,
concepción científica del universo (son un testimonio los sueño portador de las revelaciones demoníacas, sueño
escritos sobre la religión y el capítulo VII de las Nuevas anunciador del futuro—, en el cual Freud vería un
conferencias sobre el psicoanálisis) y no renegará de una discurso simbólico, que remitea la historia del sujeto y no
línea de sus escritos precedentes. Vamos a tratar de a la de los dioses. Este camino tomaba también los
aprehender esa dialéctica, articulándola en torno a dos senderos extraviados de la hipnosis y dela histeria, que, a
polos. En el primero, veremos cómo Freud pone en evi- fines del siglo pasado, mostraban aún viejos relentes de
dencia la parte desilusión presente en el ocultismo; en el sobrenatural. El psicoanálisis iba. a nacer de una
segundo, cómo descubre lo quecree que es el núcleo de la avanzada en estos territorios largo tiempo reservados al
verdad. ocultismo.
Aunquesin pretender retrasar el itinerario que había
de conducirlo de la anatomíacerebral al psicoanálisis, no
es posible dejar de señalar que, en los primeros tiempos
desu itinerario, Freud estuvo impulsado a abandonarlos
métodos tradicionales del médico por las prácticas y
A
126 127
seculares del curandero: sugestión e hipnotismo. ¿Hace
del extraño poderterapéutico del shamán el curandero.
Sin entrar a detallar la concepciones freudianas de la
falta recordar que la hipnosis había sido introducida por
histeria, nos parece esencial señalar que Freud, al plantar
Mesmer, a fines del siglo XVIII, con el nombre de
los jalones del psicoanálisis, fue llevado a efectuar una
magnetismo animal, acompañada de una superestructura
avanzada en un dominio que, en ciertos aspectos, se vin-
teórica de las más esotéricas?
culaba aún al ocultismo. Esa avanzada había de manifes-
Partiendo de las antiguas concepciones de las
tarse profundamente subversiva y renovaría en forma ra-
influencias astrales sobre el mundo, Mesmer había
dical la comprensión de la hipnosis y de la histeria, va-
elaborado unateoría según la cual una influencia cósmica
ciándolas de todo contenido “oculto”, a punto tal que
podía, gracias a la influencia de un “fluido universal”
ahora olvidamos que, en un tiempo, haya podido rela-
invisible e impalpable, extenderse también a todo el
cionarse con lo sobrenatural. Las fronteras de lo
organismo del individuo. Todo desequilibrio del fluido *““oculto””, después de Freud, no son ya las mismas de an-
era generador de enfermedad, pero la curación podía
tes,
obtenerse poniendo al enfermo en contacto con la fuente
Del mismo modo, veremos esfumarse los límites
de ese fluido. Después de muchasvicisitudes, de las que
entre el ocultismoy la religión o los mitos, que tienen en
noes éste el lugar para describir, en la Salpetriére, donde común el producto ilusorio del deseo inconsciente. En es-
reinaba el gran Charcot, se había introducido la hipnosis.
te sentido,serádifícil no hacer incursiones en estos dos
Esta había hecho su entrada por el sesgo de la dominios vecinos, sobre los cuales Freud ha proyectado
*““metaloterapia””, ¡procedimiento maravilloso que viva luz —véase también Anzieu (7)—.
permitía transferir los síntomas de un sujeto a otro Esasí quelos escritos sobre el ocultismo son indiso-
gracias a los imanes! En ese santuario, Freud fue a ver ciables del resto de la obra de Freud; pero razones prácti-
oficiar al Maestro en 1885-86. Aún estudiante, Freud
cas de fácil comprensión hacen que seadifícil no circuns-
había asistido a una sesión del magnetizador danés
cribir nuestro estudio. Abordaremos también aquí los
Hanseny había quedado convencido dela realidad de los problemas suscitados por algunas creencias o algunos fe-
fenómenos hipnóticos. Joven practicante, después de nómenos considerados, por lo común, como sobrenatu-
haber admiradolos éxitos de Charcot, iba a volverse, a su
rales, paranormales, ocultos. No disimulamos queeste re-
vez, sobre la sugestión hipnótica, que utilizará durante agrupamiento puede tener algo de arbitrario o heterócli-
muchos meses con éxitos halagijeños y la satisfacción de to. Pero si hemos debido conservareste conjunto, ha sido
ser admirado como un mago. Si las modalidades del en la medida en que esa concepción populardel ocultismo
tratamiento parecían surgir de la magia, es porque los —<que, como hemosseñalado, no cubrela definición filo-
enfermos sometidos al mismo remitían también a lo sófica que hemos dado— corresponde a unarealidad so-
extraordinario. Escapando al dominio codificado de la ciológica. Reagruparemos los fenómenos estudiados en
patología, eran presa de síntomas caprichosos que torno a cuatro temas fundamentales, cuyos límites se su-
estaban fuera de la comprensión de la medicina oficial. Es perpondrán. El primer tema reunirá los fenómenosen re-
sabido que Freud había de trastornar la comprensión de lación conla creencia en los espíritus [hechicería y demo-
la histeria y en ese movimiento iba a nacer el nología, espiritismo, fantasmas y poltergeists (duendes;
psicoanálisis. Por eso mismose esclarece todala cuestión
129
128
+—— =—

en alemánen el original; N. del T.), dobles]. El segundo


tema, los fenómenosen relación conla creencia en la po- pularidad y estuvo en el origen de innumerables torturas y
sibilidad de una predicción del futuro (mancias, sueños asesinatos. Freud se interesó también muchoenel libro
premonitorios, déja-vu, coincidencias extrañas). Eltercer de Johan Wier sobre La impostura y el engaño de los
tema, aquéllos en relacióncon la creencia en la posibili- diablos,(139) que constituye, porcierto, la primera aproxi-
dad de influenciar a los seres por medios sobrenaturales maciónpsiquiátrica a los fenómenosde posesión.
(embrujamientosy mal de ojo, acciones mágicas). El últi- Enla correspondencia con Fliess se hallan sus prime-
motema,el dela telepatía, será objeto de un capítulo es- ras formulaciones sobrela hechicería —cartas del 17 y el
pecial, dada la posición privilegiada que Freudle otorga. 24deenero de 1897, en (80)—. Entre otras ideas, expresa
allí que la teoría medieval de la posesión era idéntica a su
teoría del cuerpo extraño y de la disociación del conscien-
1. Las manifestaciones de los espíritus te y piensa que la escoba que cabalgaban las brujas era un
sustituto del “gran señor Penis”. En la Sociedad Psico-
a. Posesiones y hechicería analítica de Viena, el 27 de enero de 1909, en ocasión de
la discusión del trabajo de Heller sobre “La historia del
Freud se volcó muy pronto haciala literatura demo- diablo””, Freud habla en forma extensa de la extraordina-
nológica. Siguió en esto a ciertos autores que habían rias componentes de la imagen del diablo y vincula la
subrayado la analogía entre los síntomasdela gran histe- transformación ulterior de esa imagen en un demonio
ria y aquellos descritos a fines de la Edad Media, en los simplemente malo con la nueva ola de rechazo que aportó
casos de posesión. Su maestro, Charcot, en especial, ha- la Reforma. En La inquietante rareza,(66) al interrogarse
bía publicado en 1887 un estudio sobre “los demoníacos
sobre el carácter extrañamente inquietante dela epilepsia
en el arte””, donde llamaba la atención sobre el elemento y la locura, escribe: “El profano ve ahí la manifestación
de fuerzas que no suponía en su prójimo, pero cuya exis-
demoníaco hallado a menudoen lasalienaciones menta-
les y donde daba explicaciones racionales del comporta- tencia pueden presentir oscuramente en los lugares más
miento de los poseídos, exorcistas y cazadores de brujas. recónditos de su personalidad. La Edad Media, con
Enel curso de susinvestigacionessobrela histeria, Freud muchalógica, y casi correctamente desde el punto de vis-
retoma esa idea en 1892, en un artículo sobre “Un caso de ta psicológico, había atribuido todas esas manifestaciones
tratamiento eficaz por hipnosis” .(45) Pero, a partir de mórbidas a la influencia de demonios”. Pero donde
Freud expone con mayor amplitud sus concepciones de-
1897 sobre todo, emprende un estudió sistemático dela li-
teratura sobrela hechicería. Jones señala que Freud quiso monológicas es, sobre todo, en el ensayo sobre Una
leer todoslos libros delos siglos XVI y XVIIrelativos al neurosis demoníaca en el siglo XV11.(10)
tema. El 24 de enero de 1897 pidió referencias bibliográfi- Se trata de un ensayo clínico que muestra cómo las
cas a su amigo Fliess. Se apresura también a terminar una pulsiones rechazadas eran de nuevo proyectadas sobre de-
monografía sobre las parálisis infantiles para ponerse a monios imaginarios, en tanto que hoy en día son conver-
estudiar con ardorel “Malleus Maleficarum”, obra que, tidas en síntomas psíquicos. El artículo se basa en un
en la época de su aparición (1494) tuvo una inmensa po- viejo manuscrito hallado en la librería imperial de Viena,
proveniente de Mariazell, lugar de peregrinaje en la Baja
130
31
> PP... ——

dos(...) El padre sería, en consecuencia, el modelo primi-


Austria. Este documento histórico relata en detalle una
tivo e individual, tanto de Dios como del Diablo” —(70)
maravillosa liberación de un pacto con el diablo. No reto-
página 227—.
maremos aquí los pormenores del análisis del caso del
Enconclusión, para Freud, los fenómenos de pose-
pintor Christophe Haitzmann, quien “se había entregado
sión no revelan, es evidente, nada de sobrenatural, de una
a Satán como un verdadero hijo, durante nueve años”.
influencia demoníaca cualquiera, sino que son el produc-
Retendremostan sólo las dos tesis centrales de este texto.
La primera afirmación es que la posesión es el pro- to del Inconsciente, verdadero retorno de lo reprimido, a
igual título que los síntomashistéricos, por ejemplo. En
ducto de las fuerzas psíquicas inconscientes. “La teoría
cuanto a los demonios, a los espíritus maléficos, son los
demonológica de esos tiempos sombríos tenía razón
productosdela proyección de las pulsiones reprimidas. De
contra todas las interpretaciones somáticas del período de
las ciencias exactas. Las posesiones responden a nuestras igual modoconcibe Freud los sedicentes “espíritus” que se
neurosis, que explicamos apelando de nuevo a fuerzas manifiestan en el curso de las sesiones de espiritismo.
psíquicas. Para nosotros, los demonios son malos deseos
reprobados, derivados de impulsos rechazados, reprimi-
b. Elespiritismo
dos. Tan solo descartamos la proyección que había hecho
la Edad Media de estas criaturas psíquicas en el mundo
Elespiritismo nació en los Estados Unidosporel año
exterior; las dejamos nacerenla vida interior de los enfer-
1850 y se extendió como una epidemia en Inglaterra, Ale-
mos, donde residen”? —(70) página 211—.
mania y Francia a fines del siglo XIX, alcanzandoen este
La segunda afirmación es queel diablo es un sustitu-
último país una gran audiencia, bajo la influencia de
to del padre. Las circunstancias del pacto conel diablo es-
Allan Kardec. Sus defensores estaban persuadidos de que
taban vinculadas al hecho de que el individuo estaba
era posible entrar en comunicación con los espíritus de los
deprimido. Esa depresión provenía de la muerte de su
muertos; creencia que,en sí, no era en verdad nueva,pe-
padre. Por el pacto, el diablo se compromete a reempla-
ro quese expresaba con prácticas originales. Se podía in-
zar al difunto padre durante nueve años.3 Puede parecer
terrogar a los espíritus haciendo girar las mesas o librán-
extraño que el diablo puedaser elegido como sustituto de
dose a experiencias de escritura automática. Losespíritus
un padre amado. Sucede que, de hecho, en las primitivas
podían también manifestarse a través del discurso de al-
épocasde las religiones, Dios y el Diablo eran una perso-
gunos sujetos privilegiados, médium, que atestiguaban
nalidad única que, más tarde, fue escindida en dos figu-
entonces sus conocimientos “sobrenaturales”. Se creía
ras, dotadas cada una de cualidades opuestas. “Hay ahí
que se estaba allí en presencia de un proceso de reencar-
un proceso psíquico que nos es bien conocido,la descom-
nación y los partidarios de la creencia en los espíritus
posición de una representación que implica oposición y
veían en los fenómenos de desdoblamiento de la persona-
ambivalencia en dos contrarios violentamente contrasta-
lidad serios argumentos en apoyo de sus pretensiones.
3. Señalemos que Bakan —(8), página 174— ha remarcadoel paralelismo exis- Ese tema de los ““desdoblamientos de la personali-
tente entre la situación de este pintory la situación de Freud mismo, cuando en dad” estaba en el corazón de los debates de la ciencia psi-
1897 se orientó hacia laliteratura demonológica y emprendió su autoanálisis: cológica de la época. En 1816 se había descrito el caso de
depresión, muerte del padre, preocupacionesfinancieras.

133
132
Mary Reynolds, y el descubrimiento de las personalidades
moniosque se suponía invadían a los poseídos en la Edad
“múltiples asombró de tal maneraa los científicos que hu- Media. Tan sólo las diferencias culturales los hacían apa-
bo unalocura general y una inundación de publicaciones recer muydiferentes, pero, en esencia, se trataba de fenó-
sobre los estados mediúmnicos y los fenómenos de auto- menosidénticos que requerían las mismas explicaciones.
matismo psicológico. Freud tuvo que afrontar muy Con unsevero juicio, Freud resume su pensamiento
temprano este problema en sus Estudios sobre la en El porvenir de una ilusión —(74) página 38—:
histeria,(46) cuya comprensión renovaría. Ana O., en par- “Los espiritistas están convencidos de la supervi-
ticular, sufría este misterioso desdoblamiento de la perso- vencia del alma individual y querrían demostrarnos
nalidad, que se acompañaba de numerosostrastornos so- que ese artículo de la doctrina religiosa es indubi-
máticos. Parecía poseer dos estados de conciencia distin- table. Por desgracia, no han llegado a refutar el
tos, estando marcadoel pasaje de uno a otro porunafase hecho de que las apariciones y manifestaciones de
de autohipnosis. En el “segundo estado””, Breuer le ha- los espíritus no son más que el producto de su pro-
cía relatar las circunstancias de la aparición de los sínto- pia actividad psíquica. Han evocado los espíritus
mas; técnica que devino famosa con el nombre de de los más grandes hombres, de los pensadores más
““talking-cure”, ya que la enferma había olvidadoel ale- eminentes, pero todas las manifestacionese infor-
mán y sólo podía expresarse en inglés. En la última fase maciones surgidas de éstos eran tan simples, tan
de su enfermedad había sobrevenido un curioso fenóme- desesperantemente insignificantes, que es imposible
no. Aligual que antes, la enferma tenía una personalidad creer en otra cosa que en la capacidadde los espíri-
*“*normal”” y una personalidad “enferma”, ¡pero esta últi- tus para adaptarse al nivel de los seres que los evo-
ma se había puesto a vivir con un desfasaje de 365 días caron””.
con relación a la personalidad “'normal””! La semiología
de AnnaO. recordaba, en bastantes aspectos, los fenó- c. Fantasmas, espectros y “Poltergeist”
menós mediúmnicos que hacían las delicias de las
reunionesespiritistas. Es sabido el provecho que Freud Freud adoptará la misma posición ante el problema
iba a sacar de este caso del que le habló Breuer. Sería pre- de los fantasmas y los espectros, fenómenos que son indi-
ciso evocar aquí toda la psicopatología freudiana de la sociables del espiritismo. Para los “espiritistas””, los fan-
histeria. tasmas son la manifestación física de los espíritus de los
Sin embargo, Freud haescrito bastante poco sobreel difuntos, cuya supervivencia testimonian. Los fantasmas
espiritismoensí y los raros pasajes en que hace alusión al podrían también manifestar su presencia en las “casas
mismo son muy cáusticos. En su conjunto, casi no dife- hechizadas”, mediante la proyección de objetos. Otros
renciaba estos fenómenos, en cuanto a su mecanismo, de fenómenosfísicos inexplicables son agrupadosbajo el tér-
los fenómenosde posesión, y sin duda no juzgó útil dete- mino alemán de “Poltergeist” (duende). Todos estos fe-
nerse ahí más tiempo. Latesis central de Freud, en lo que nómenos misteriosos se producirían en torno ciertos su-
concierneal espiritismo, es que las manifestaciones de los jetos dotados de poderes sobrenaturales. La Sociedad de
pretendidos espíritus son sólo el producto de las proyec- Investigaciones Psíquicas ha estudiado a numerosos de
ciones del inconsciente, a igual título que lo eran los de- esos “médium de acción física” y en todos o casi todos
134 135
descubrió el fraude, de modo que queda poca cosa de to- dominio en el cual nuestro pensamiento y nuestras sensa-
da esa acumulación de folklore que floreció a fines del ciones se hayan modificado tan poco desde los tiempos
siglo pasado. Elrigor de los controles de la parapsicología primitivos; donde lo antiguo se haya conservadotan bien
contemporánea a fin de discernir el fraude explica por bajo un ligero barniz, comoel de nuestras relaciones con la
cierto la disminución considerable de las alegaciones de muerte (...) Nuestro inconsciente, hoy en día, tiene tan
mediumnidadfísica, que en la actualidad han desapareci- poco lugar como antes para la representación de nuestra
docasi por completo; sólo se prosiguen algunos estudios propia mortalidad” —(66) página 195—. Freud afirmaba
sobre fenómenosfísicos todavía misteriosos, pero, en to- esto con conocimiento de causa. Había experimentado en
do caso, mucho menos espectaculares que aquéllos que sí mismo esa regresión. Recordemos la duda que lo había
constituyeron las épocas brillantés de las reunionesespiri- asaltado en ocasión de su encuentro con Jung, en marzo
tistas. de 1909, aunquea continuación se hubiera recuperado al
A nadie ha de sorprender la afirmación de que Freud buscar una explicación física de los misteriosos ruidos de
casi no creía en la mediumnidad física y menos aún enlos la casa. En “Delirio y sueños en la Gradiva de Jensen”
fantasmas, en los que reconocía el producto de una pro- 62) página 213— nosrelata otra anécdota del mismo
yección inconsciente. En La interpretación de los sueños género:
—(49) página 347— explica que la creencia en los fantas- “Conozco a un médico que había perdido a una de
mas proviene de reminiscencias infantiles. “Son los visi- sus pacientes de enfermedad de Basedow y no po-

y—
tantes nocturnos que han despertado al niño para sen- día alejar la sospecha de haber podido facilitar el
tarlo sobre el orinal a fin de que no moje el lecho o que desenlace fatal con una medicación imprudente.
han levantado las cobijas para ver comotenían las manos Muchos años después vio entrar en su consultorio a
mientras dormían. El análisis de algunos de estos sueños una joven en quien, a despecho de toda su rebe-
de angustia me ha permitido reconocer a la persona de lión, le fue preciso reconocera la difunta. El único
quien se trataba. El ladrón era siempre el padre; los fan- pensamiento que se presentó a su espíritu fue éste:
tasmas eran las mujeres vestidas con camisones blancos”. “¿Es verdad, entonces, que los muertos pueden
Es de notar que Abraham sustenta por igual este punto de volver?”, y su espanto sólo cedió a la confusión que
vista en 1913 —(2) página 45— cuandoescribe: “Como lo invadió cuandola visitante se presentó comola
en otros casos, las impresiones nocturnas de la infancia hermanadela difunta, muerta de la misma enfer-
estaban en la base de las rumias sobre los fantasmas. Los medad que ahora la aquejaba”.
padres, a quienes los niños observan con ropa de noche Freud agrega, algunas líneas más adelante, que el
blanca, son el modelo de la concepción infantil de los per- médico en cuestión no era otro que él mismo, pero es
sonajes misteriosos”. sorprendente que haya necesitado presentar la anécdota
Además, si los espectros y los aparecidos pudieron en forma impersonal; se reconoce ahí unaseñal de la re-
tomar semejante importancia en la imaginación delos de- pugnancia que experimentaba a reconocerse supersti-
fensores del espiritismo y si eran tan extrañamente in- cioso. Freud, pues, estaba bien ubicado para escribir:
quietantes, es porquese relacionaban con el problema de “La creencia en los espíritus, en los espectros, en
la muerte. Freud subraya al respecto: “No hay casi otro los aparecidos, que halla tantos puntos de apoyo en

136 137
las religiones y a la cual todos hemos adherido, al Freud defiende esa misma posición en su correspon-
menos en nuestra infancia; esa creencia, digo, está dencia con Edoardo Weiss, a quien prodiga consejos de
tan poco extinguida entre la gente culta que prudencia con relación a sus investigaciones sobre los fe-
muchossujetos, por lo demás razonables, conside- nómenosfísicos alegados por el médium napolitano Pas-
ran la práctica del espiritismo como algo por quale Erto. Este pretendía ser capaz de producir rayos lu-
completo compatible con la razón. Aun los espíri- minosos “paranormales” que emanaban de su cuerpo en
tus ponderados y devenidos incrédulos pueden la oscuridad. Freud recuerda en qué medidala investiga-
comprobar, para su confusión, con qué Jacilidad ción de los médium conefectos físicos es un dominio pe-
retornan por un instante a la creencia en los espíri- ligroso, en el cual se está expuesto a ser víctima delas peo-
tus cuandoestán a la vez sobrecogidos y desorien- res supercherías:
tados” —(52) página 213—. “Lo que usted me harelatado de sus experiencias
Consciente dela facilidad con que era susceptible de de ocultismo me ha interesado mucho, pero tam-
recaer en esa superstición, tratando de protegerse, Freud bién me ha inquietadoalgo. Mi punto de vista no es
nose dedicó casi a los problemas de la mediumnidadfísi- el de un rechazo arrogante inicial. Permítame
las pri-
ca más que para aportar juicios. muy críticos. En explicarle en forma más precisa. Cuando soy el
meras páginas de Sueño y Ocultismo, señala en qué medi- público de un prestidigitador que extrae palomas

A
da las experiencias de este tipo están sujetas a cuestiona- de una galera, me resulta por completo imposible
miento, ya que son practicadas en condiciones de control comprender cómo lo hace. Pero esto no me pre-
: ocupa, pues en este caso no se invoca ningún poder
inciertas:
dera cari
“La situación así establecida es una verda sobrenatural. Ahora pienso que mientras los mé-
in-
catura de las condiciones habituales de nuestras dium-en cuestión trabajen en la oscuridad, en con-
son
vestigaciones científicas. Las observaciones diciones que limitan de ese modola posibilidad de
a
practicadas en sedicentes médium, personas queel observador se forme una opinión, no mere-
i-
quienes se atribuyen ciertas facultades “sensit cerán de entrada más confianza que los prestidigi-
vas”, pero que no se diferencian para nada por tadores. Tampoco descubren, más que los otros,
otras cualidades de carácter o de espíritu. Tam- algo que sea útil, sin contar con que uno se da cuen-
do-
poco están impulsadas, como los antiguos hace ta cada vez más que se trata de impostores. Su mé-
res de milagros, por alguna gran idea, por algún dium no es, verosímilmente, distinto”.
ios ojos
designio serio. Porel contrario, a los prop (Carta a Weiss, del 24 de setiembre de 1932
de la gente que cree en sus poderes misteriosos, pa- —en (138) página 66—.)
oci-
san porno ser dignas de confianza; se ha recon “El asunto de los médium es un capítulo desagra-
do que la mayoría de los médium eran impostores dable. Sus engañosevidentes, la naturaleza simplis-
de-
y podemosesperar que lo mismo sucedaconlos ta y astuta de sus demostraciones, las dificultades
efect o de trave -
más. Sus experiencias nos hacenel que existen para verificarlas, vistas las condiciones
ta-
suras de chiquilines o bien de pases de prestidigi extravagantes en que sonrealizadas, la evidente im-
ción”? —(76) página 49—. posibilidad de muchas de sus pretensiones; todo es-

138 139
to exige la mayor prudencia. Hay, por cierto, una haunting of Thornton Heath” .(39y 40)
mejor forma de mostrar la parte de lo real en el allí que los fenómenos de mediumnidad cet
ocultismo. Las técnicas en uso hasta elpresente nos son más queresultado de supercherías. Todas Ls za
recuerdan demasiado las restricciones concernien- ciones de objetos misteriosos son explicables por art.
tes a los viajes y las divisas y aquéllas no funcionan cios de prestidigitación, porcierto brillantes, pero de ! .
mejor”. dos modos en absoluto sobrenaturales. Sin embargo =
(Carta a Weiss, del 8 de octubre de 1932 —en pesar de la demostración de la inanidad de los Cae
(138) página 70—.) : nos, subraya el interés del estudio psicológico del mé-
Freud no se equivocaba al mostrarse escéptico. En dium, en unaperspectiva psicoanalítica. Retomala anam-
efecto, se sabe hoy que Erto utilizaba diversos trucos que nesisy procura una explicación del caso, poniendo en evi-
habían escapado a los testigos, pese a las precauciones. dencia la problemática edípica del sujeto, como para un
La superchería fue descubierta por una comisión de en- análisis de histérico. Llega así a comprenderla significa-
cuesta, presidida por Maurice Garcon. La observación ción de los estigmas (patominia) de la señora Forbes, de-
atenta permitió comprobar, en efecto,la utilización de un mostrando que son la manifestación de un deseo incons-
procedimiento fraudulento que consistía en frotar una ciente de venganza hacia su padre. Insistiendo sobre la
pluma de acero sobre un soporte de ferro-cerio. necesidad de investigar los elementos traumáticos incons-

o
El escepticismo de Freud nole impidió, no obstante, cientes en el origen de los fenómenos, concluye su estudio
interesarse en algunos aspectos del problema de la me- afirmando: “Todas las pretendidas materializaciones ale-
gadas por la señora Forbes deben ser rechazadas. Pero,
diumnidad, en especial el del estudio psicológico de los
médium y el sentido de los fenómenos alegados. Freud sea como fuere, debemos admitir que el caso es muy inte-
mismono participó jamás en esas investigaciones en for- resante y queincita con fuerza a una nueva aproximación
madirecta, ni escribió sobre la cuestión, pero es dable a los problemasdela investigación psíquica”.(39)
formarse una idea de sus opinionesa través del juicio que El manuscrito de Fodor fue bastante mal acogido
formuló sobre un trabajo de Nandor Fodor consag
rado por los miembros del Instituto Internacional parala In-
alos fenómenosde ““fantasmagoría”. Director de investi- vestigación Psíquica, puesto que contenía considera-
gaciones en el Instituto Internacional para la Investiga- ciones psicoanalíticas que parecieron por completo incon-
ción Psíquica, Fodor había sido encargado de esclarecer venientes. La única cuestión que se le planteaba a Fodor
los fenómenos misteriosos sobrevenidos a Thornton He- era saber si los fenómenos de “fantasmagoría” eran
ath, en el domicilio de unatal señora Forbes. En esa casa auténticos o no. La cuestión de su hipotético sentido no
se producían ruidos extraños y terroríficos; los objetos les parecía que debia ser planteada a fortiori si los fenó-
eran proyectados en el aire en forma en apariencia menos eran supercherías. Bastante despechado porla in-
inexplicable, etcétera... Por fin, después de una encuesta comprensión de sus colegas, Fodor decidió someter su
que duró desde febrero a junio de 1938, Fodor llegó a manuscrito a los medios psicoanalíticos. Después de algu-
explicar los fenómenos “sobrenaturales”. Informó sobre nas peripecias, su trabajo llegó a manos de Freud, quien
sus conclusiones en su relato: “Onthe trail of the Polter- se interesó mucho por la forma en que Fodorhabía abor-
geist”, resumido también en unartículo más breve: “The dadoel problema, pese a noser analista. En la carta que

140 141
A

le envió el 22 de noviembre de 1938, Freud resumesu Opi- o de los fenómenos alegados —(118) página
nión sobre la forma correcta de abordar el problemadela
mediumnidad física: Freudse interesó, asimismo, en el tema del doble y es
“La forma en que usted desvía su interés del hecho sabido quese dejó llevar a la superstición del doble como
de saber si los fenómenos observados son reales o presagio de muerte.
han sido falseados, para volcarlo al estudio psico- En agosto de 1902, Freud hizo un viaje a Nápoles.
lógico del médium, incluyendo así la exploración Mientras viajaba de noche, en el tren que lo conducía a
de su historia anterior, me parece que constituye el Bolzano encontró —dice— su doble y, supersticioso,
método correcto para la organización de investiga- agrega: “¿Esto significa ver Nápoles y después morir?”
ciones que han de brindar algunas explicaciones de Jones, querelata la anécdota —(95) tomo 2, página 22—,
los fenómenos en cuestión. Es muy lamentable que supone que, en verdad, se trataba de alguien que se pare-
el Instituto Internacionalparala Investigación Psí- cía mucho a Freud. Nos parece mucho más verosímil e in-
quica no haya querido seguirlo en ese camino. Por teresante otra interpretación, en la medida en que aclara
otra parte, considero que los resultados a los que una nota de La inquietante rareza —(66) página 204—
usted ha llegado en este caso particular son muy ve- que de otro modoes casi incomprensible. Esa nota hace
rosímiles. Sería deseable, por supuesto, confir- alusión, en efecto, a una experiencia personal de Freud,
marlos con un verdadero análisis de la persona, lo en la que tambiénsetrata del doble hallado en un tren, en
que no es, evidentemente, realizable”. (Citado in el transcurso de un viaje nocturno. El doble en cuestión

po
extenso en: (95) tomo 3, páginas 448-449.) no era otro que su propia imagen en un espejo. Freud
En conclusión, para Freud los fenómenos de me- cuenta que esa aparición le había desagradado muchoy se
diumnidad física no pueden en ningún caso remitir a una limita a plantear la cuestión: “¿ Quién sabe si el desagrado
realidad material, pero merecen, no obstante, un interés experimentado no era, con todo, un resto de esa reacción
en la medida en que remiten a unarealidad psíquica. arcaica quesiente al doble como extrañamente inquietan-
te?” Siadmitimos quese trata de la misma anécdota, esta
d. El doble última interrogación adquiere otro distinto color. La res-
puesta es, con evidencia, afirmativa, pero notamos que
Articulándose con la creencia en el retornodelos es- Freud tiene buen cuidado de no suministrar más detalles,
píritus, podemos abordar aquí el tema del doble. La creen- Aún volvemosa hallar ese cierto temor de encontrar
cia en el doble, en efecto, es indisociable de la creencia su doble en un pasaje de una carta a Arthur Schnitzler,
en la inmortalidad del alma. Lavisión del propio doble es del 14 de mayo de 1922 —(79) página 370—:
voluntariamente interpretada como una premonición de “Quiero hacerle un pedido que usted ha de tenerla
la muerte: ver el propio doble es ver su propio fantasma bondad de guardar para sí en consideración a míy
marchandoal lado de uno mismo. Semejantes anécdotas no compartirlo con ningún amigo ni extraño. Me
son clásicas en los anales de la “metapsíquica””; Otto atormenta una cuestión: ¿por que, en realidad, du-
Rank relata también algunas en su obra sobre El doble, rante todos estos años, no he tratado jamás defre-
pero deja de lado, en forma deliberada, el aspecto *“me- cuentarlo y tener con usted una conversación? La

142 143
respuesta a esta cuestión implica una confesión que luz sobre la evolución del tema del doble, articulándolo
me parece en extremoíntima. Pienso quelo he evi- con las doctrinasrelativas al alma y a la creencia enla in-
tado por una suerte de miedo de encontrar mi mortalidad del ser. El doble es desmentido de la
doble”. muerte.
Es preciso señalar que, desde hacía mucho tiempo, Freud vuelve sobre el trabajo de Rank en La in-
Freud había quedado asombrado porla analogía de sus quietante rareza.(66) Para comenzar, insiste en la impor-
concepciones con las de Schnitzler; ambosse interesaban tancia del narcisismo primario. ¿Qué es el doble sino el
mutuamente en sus respectivos escritos; ambos habitaban lugarteniente de la imagendesí en el espejo? Esa imagen
en Viena; se escribían desde 1906... pero no se encontra- es el soporte del narcisismo primario. En ella se apoyael
ron hasta 1922. [Sobre este tema, véase Beharriel (18)]. niño para hallar allí la unidad de su persona, imagen en
Freud se hallaba, pues, bien ubicado para analizarlas di- la que también se aliena. El doble aparece entonces cómo
mensionesinconscientes de las supersticionesreferentes al la reliquia de un narcisismo primario que no hasido supe-
tema del doble. rado por completo. Pero este doble, que tenía antesel va-
En 1914, Otto Rank aportó una importante contri- lor de un seguro contra la destrucción del Yo, revierte su
bución en su obra Der Doppelgtinger —El doble (118)—. sigño y deviene extrañamente inquietante. Esa idea de
Eneste libro, destaca la frecuencia del tema del doble en malignidad le es atribuida con tanta mayor facilidad
la literatura, tema que retorna con los trazos principales cuanto queel doble se halla cargado de todaslas críticas
siempre idénticos. Esa identidad le parece que deberela- que la persona se atribuye bajo la presión de su concien-
cionarse con la análogaestructura intelectual de los auto- cia moral, forjada a lo largo de todo el desarrollo —en
res que abordaron el tema. En todos estos autores “la esa época, Freud no habla aún de Superyó sino de una
predisposición patológica a los trastornos nerviosos y “instancia particular que puede oponerse al resto del
mentales ocasiona una pronunciada división de la perso- Yo”—. Sobre esa imagen del doble se proyectaránlas ilu-
nalidad, con especial afirmación del complejo del Yo (...) siones que no se quieren abandonar, o aun las aspiraciones
Las amplias concordancias en la esencia y en algunos ras- o los placeres que no se pueden concretar con motivo de
gos deltipo descrito, nos dan una explicación psicológica la culpabilidad inducida porla instauración de esa censu-
de la analogía con la cual, salvo en algunosdetalles ínfi- ra. Para Freud,el carácter de inquietante extrañeza inhe-
mos, el tema es tratado por los diferentes autores y nos rente al doble deriva, pues, del hecho de que el doble es
explican también su predilección por este tema, que una formación perteneciente a los tiempos psíquicos pri-
sobrepasa la dependencia literaria o la imitación”. Apo- mitivos, tiempos sobrepasados en los que, sin duda, debía
yándose en los datos de la etnografía, el folklore, la mito- de tener un sentido benevolente. El tema del doble remite
logía, Rank señala a continuación cómo, a través de estas a la historia del yo e implica una regresión a una época en
obrasliterarias, reviven en cada individuo viejas resonan- la que el yo no estaba aún delimitado con claridad, con
cias y sobre qué base psicológica común reposa esa relación al mundoexterior y a los otros.
representación supersticiosa. También destaca las rela-
ciones que tiene el doble con la sombra, conelreflejo,
con la imagen enel espejo, el culto de los gemelos, y arroja

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aun numerososescritos que demuestran que, para Freud.
2. La adivinación del porvenir
no hay dudaalguna de que todas las creencias en la posi-
bilidad de la adivinación del porvenir carecen del funda-
a. Mancias y premoniciones
mento de una realidad material. La impresión de que
Abordaremosahora otro dominio clásico del ocultis- puedan existir semejantes fenómenos sólo puede ser pro-
ducto de la realidad psíquica. “La intuición, la adivina-
mo: la adivinación del porvenir. Pueden diferenciarse dos
as ción, si existieran en realidad, serían capaces de abrirnos
aspectos: las mancias y las premoniciones. Las manci
son procedimientos adivinatorios, es decir, métodos de nuevos horizontes, pero podemos colocarlas, sin vacilar,
adivinación del porvenir, que se pretenden fundadas en en la categoría de las ilusiones y entre las realizaciones
cierto aparato teórico y que requieren una técnica de des- imaginarias de un deseo” (De una concepción del Univer-
so) —(76), página 210—.
ciframiento. Pretenden, pues, ser un saber, que varía se-
Dadasestas condiciones, es superfluo destacar que
gún la mancia practicada. Por ejemplo, en la astrología,
Freud no testimoniaba ninguna creencia en la práctica de
postula una correspondencia entre los movimientos pla-
netarios y el destino; o aun, en la quiromancia, una las mancias. La astrología lo dejó siempre por completo
correspondencia entre el dibujo caprichoso de las líneas indiferente. En 1901, escribía a Fliess: “Lo que tú me co-
entes
de la mano y el porvenir del sujeto, etcétera. Difer mentas a propósito de los astros no despierta en mi-más
son las premoniciones, visiones o intuiciones del porve- que unainfructuosa admiración”. Igual rechazo presenta
en lo que concierne a los descubrimientos astrológicos de
nir, que no pretenden ningunatécnica ni algún saber. En
las premoniciones no interviene ninguna mediación. Jung, en junio de 1911. Y si se interesó en las hazañas de
Mancias y premonicionestienen en común este postulado Frau Arnold, la astróloga de Munich (véase: la predicción
dela muerte del cuñado por los cangrejos, página 190), fue
de la posibilidad de prever el porvenir, ajena aun a toda
dejando de lado todos los cálculos astrológicos y buscan-
conjetura fundada en previsiones lógicas (“futurolo-
do qué otro factor pudo intervenir en esa curiosa predic-
gía”). Ambas plantean así el problema de la relatividad
de las referencias temporales. ción. Tampoco acordaría más crédito a la quiromancia,
Freud no disimuló jamás sus ideas sobre esta cues- ciencia” practicada por el “Profesor”? del Ayuntamien-
tión y rechazó sin ambigijedad toda pretensión de prever to de París, que había predicho, porel análisis de las líneas
el porvenir más allá de los cálculos conducidos por vías de la mano, que su consultante tendría dos hijos a los
racionales, Recordemos, por ejemplo, que expresa a Fe- treinta ydos años (véase página 187)..Freud rehúsa ver en
renczi, en ocasión de sus investigaciones sobre los viden- el tecnicismo mántico otra cosa que un artificio contin-
gente, que permite desviar las fuerzas intrapsíquicas del
tes, que es inútil perder el tiempo sobre el asunto de la
vidente y ocuparlas en formainsignificante. /Notemos que
previsión del porvenir, “dado que éste se modifica
Ferenczi piensa, del mismo modo —““Análisis de las com-
siempre de nuevo y queni siquiera el Todopoderoso sabe
algo por adelantado”. (6 de octubre de 1909). En nume- paraciones” (33) página 190—, que en los videntes que
rosas ocasiones, Freud expresa que jamás ha tenido o concentran afiebradamente su atención en las bolas de
hallado sueños susceptibles de confirmarel valor proféti- cristal se expresa el material reprimido por efecto del de-
co que con mucho gusto se les atribuye. Se podría citar bilitamiento de la censura, debido a la concentración.

146 147
Es más interesante conocer cómo Freud encara el pero lo hace eliminando toda explicación oculta y postu-
problema de los sueños premonitorios, al que se vio lando unaexplicación psicológica natural. Esa misma po-
confrontado desde muy temprano con la redacción de La sición está reafirmada en las últimaslíneas dellibro (pági-
interpretación de los sueños. Freud no ignorabala exten- na 527). No podrían caber dudas, pues, de la forma en
sa literatura sobre los sueños premonitorios y hastapensó que Freud encarala posibilidad de los sueños premonito-
que la habitual curiosidad por este tema podría atraer al rios. Ha de permanecer siempre fiel a esa posición, que
público hacia la lectura de su obra sobre los sueños. Esasí reafirma en formacategórica en 1925, en La significación
comoescribió a Fliess, al día siguiente de la aparición de oculta de los sueños, donde distingue formalmente los
su libro: “El dulce, ahí adentro, está en la comprensión sueños premonitorios y los sueños telepáticos:
de la manera en que se producen los sueños premonito- Es indudable, en efecto, que existen cosas como lo
rios y su significado”? (5 de noviembre de 1899).(89) sueños proféticos, en el sentido de que su conteni-
Freud aborda esta cuestión en las primeras páginas do brinda unaespecie de descripción del porvenir;
de Lainterpretación de los sueños, (49) en las que hace una el único problema consiste en saber si esas predic-
revista de la literatura sobre el sueño. Recuerda allí las ciones coinciden en formasignificativa con lo que a
creencias de la Antigijedad y concluye con una frase que continuación sucede en realidad. Debo confesar
puede parecer ambigua: “La discusión no está tampoco que, en este punto, mis resoluciones en favor dela
cerrada sobre la potencia adivinatoria y profética del imparcialidad me abandonan. La idea de que
sueño. Por fuerte que sea, en todos aquellos que tienen pueda haber ahí una fuerza mental, másallá de in-
hábitos de pensamientocientífico, la tendencia a rechazar tensos cálculos, capaz de prever en detalle aconteci-
esa clase de alegaciones, hay que convenir en que los en- mientos futuros está, por un lado, en excesiva
sayos de explicación psicológica no han dado cuenta de contradicción con todas las previsiones e hipótesis
todos los hechos acumulados”. Algunos autores, como de la ciencia; por otro lado, corresponde con
_Fodor, por ejemplo,(42) han llegado a la conclusión de mucha fidelidad a ciertos deseos humanos, anti-
que Freud creía que pudieran existir sueños premonito- guos y familiares; por lo cual todo espíritu crítico
rios. Esto tal vez constituya un contrasentido, pues nos debe rechazarla como unapretensión injustificada.
parece que debe comprenderse de mododiferente la frase Estimo, pues, después de haber tomado en consi-
de Freud, si la aclaramos con lo que expresa más adelan- deración el carácter dudoso, crédulo y no convin-
te, cuando vuelve sobre esta cuestión (página 64). En cente de la mayoría de estosrelatos, así comola po-
efecto, escribe: “La potencia adivinatoria atribuida a los sibilidad de falsificaciones de recuerdos, favoreci-
sueñoses causa de discusiones donde certezas obstinadas das porcircunstancias emocionales y la ineluctabi-
y reiteradas chocan con dudas difíciles de disipar. Con- lidad de algunos afortunados golpes de azar, que
viene no rechazar toda realidad de este hecho porque, pa- puede esperarse ver desaparecer en la nadael es-
ra toda unaserie de casos, está tal vez muy próximala po- pectro de los sueños proféticos”.
sibilidad de una explicación psicológica natural”. Surge Freud ofrece muchas explicaciones de sueños que
de aquí con claridad que Freud quiere admitir que ciertos dan la impresión de ser sueños premonitorios. En espe-
sueños dan la apariencia de una previsión del porvenir; cial, encara la cuestión de los sueños anunciadores de en-

148 149
fermedades. Admite de buen grado el valor semiológico tadas por Freud; la más novedosa también por su manera
de los sueños, en la medida en queciertos estímulos orgá- de solucionar los problemas, se articula en tornoal escla-
nicos internos, noaccesibles a la consciencia en estado de recimiento de la potencia del deseo inconsciente. Si un
vigilia, podrían, durante el sueño, cuandoel espíritu está «e sueño tiene la posibilidad de prever el porvenir, se trata-
separado del mundo exterior, contribuir al material del ría, para Freud, no de un fenómeno de desplazamiento
sueño —(49) páginas 39 y siguientes—. Retoma esa idea delespíritu del soñador a través del tiempo, sino de que
en 1915, en “Complemento. metapsicológico a la teoría el sueño constituye larealización de un deseo; deseo que
del sueño”” —(64) página 127—, precisando quela revela- será, por lo demás, artesano del devenir del sujeto. Si hay-
ción de enfermedades orgánicas durante el sueño, aun an- coincidencia entre el sueño pretendidamente premonito-
tes de quese hayan manifestadoen la vida real, se explica rio y el acontecimiento, es en cuanto unoy otro son debi-
porel interés narcisista inspirado por el cuerpo. dos a la misma causa:a esas fuerzas inconscientes que los
“Se comprenden así las capacidades “diagnós- condicionan: “¿Puedeel sueño revelar elporvenir? No es
ticas” del sueño, que se reconocen en general una pregunta posible. Habría que decir, más bien: el
teniéndolas por enigmáticas; sufrimientos cor- sueño revela el pasado. Porque en el pasado es donde
porales iniciales son a menudo sentidos más cla- tiene sus raíces. La antigua creencia en los sueños proféti-
ramente que en el estado de vigilia y todas las sen- cos no es, en verdad, falsa por completo. El sueño nos
saciones corporales del momento se presentan conduce al porvenir porque nos muestra nuestros deseos
aumentadasa unaescala gigantesca. Este aumento realizados; pero ese porvenir, presente para el que sueña,
es de naturaleza hipocondríaca; presupone que to- es modelado a imagen del pasado porel deseo indestruc-
da inversión psíquica ha sido retirada del mundo tible”? —(49) página 526—.
exterior y volcada sobre el propio yo, lo que hace Este tipo de explicación es extendido a otros fenóme-
entonces posible el reconocimiento precoz de las nos, además de los sueños; en especial, los actos fallidos
modificaciones corporales que durante la vigilia considerados como malos augurios:
permanecerían todavía inadvertidas durante un “Cuandoel romano renunciaba a su proyecto por-
tiempo”. que había tropezado en el umbralde la puerta, se
En cierto sentido es posible, pues, hablar de la previ- mostraba superior a nosotros, incrédulos; se reve-
sión de enfermedades duranteel sueño. De todos modos, laba mejorpsicólogo de lo que nosotros lo somos.
nosetrata de ““premonición” en el sentido parapsicológi- Aquel tropezón constituía una prueba dela existen-
co del término, sino simplemente de una percepción in- cia de una duda, de una íntima oposición a ese pro-
consciente de un proceso fisiológico ya iniciado. yecto; duda y oposición cuya fuerza podía ani-
Los sueños anunciadores de enfermedades no quilar la de su intención en el momento dela ejecu-
podrían, como es evidente, resumir la vasta cuestión de ción del proyecto. En efecto, no se está seguro del
los sueños premonitorios, y le fue necesario a Freud pro- éxito completo sino cuando lasfuerzas todas del al-
ponerotras hipótesis para explicar los hechos descritos en ma están tensas en el sentido del fin deseado”
la literatura ocultista, metapsíquica o parapsicológica. —(51) página 277—.
Tal vez la explicación más importanteentre las inten- De modo que Freud ve la explicación dela creencia

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profética del sueño o de los actos fallidos en la potencia de que nada prueba, en realidad, que la enferma que ana-
del deseo inconsciente. Porque ese deseo que se expresa a lizaba hubiera soñado en efecto con el suceso antes del su-
través de estas formaciones simbólicas, ¿no es el mismo ceso mismo. Por el contrario, Freud plantea que el pre-
que condiciona el devenir del sujeto, que decide sus elec- tendido sueño premonitorio no es más que unacreación a
ciones objetales, que lo lleva a repetir, en su vida, lo que posteriori, una sensación de “ya-soñado”. De ahí que ya
conanterioridad se desarrolló en otra escena? ¿No es de nose trataría de un sueño premonitorio, sino tan solo de
su historia que el sujeto hace su porvenir? una paramnesia, que desempeñaría la función de un re-
Si bien esta explicación liquidaba numerosas sedicen- cuerdo encubridor. En definitiva, lo que debe ser analiza-
tes premoniciones, Freud no ignoraba, sin embargo, que do es el mecanismo de este recuerdo encubridor. Freud
porsí sola no podía resolver el delicado problema plantea- prueba entonces que es una formación de compromiso
do porciertos sueños premonitorios, en los cuales la pre- entre los elementos reprimidos y los mecanismos incons-
cisión de los detalles dados parecía una verdadera repro- cientes de defensa. El sueño de la noche precedente con-
ducción fotográfica del porvenir. Sueños semejantes son ducía, de hecho, a otro material distinto de la premoni-
descritos en gran número porlos partidarios de la existen- ción; concernía a recuerdos de encuentros, pero en su do-
cia de los sueños premonitorios y son, sobre todo, los que micilio, y con otro Doctor K., abogado éste, que era su
alimentaron las discusiones de la Sociedad de Investiga- amante. El encuentrofortuito, en la calle de Viena, conel
ción Psíquica. Freud conocía esos relatos por ser Doctor K. médico, que había estado asimismo íntima-
miembro correspondiente de dicha Sociedad, a cuyos mente mezclado con los acontecimientos de ese período
“Proceedings”? se refiere en múltiples ocasiones. Ade- de juventud, llevó a una rememoración del sueño de la
más, muy pronto había tenido conocimiento de semejan- nochepasada. Sin embargo, las exigencias de la represión
te fenómeno. Relata un análisis al respecto en el artículo le hicieron sufrir una transformación. El Doctor K. médi-
de 1899 sobre “Un sueño premonitorio realizado”'48) así co fue utilizado como personaje encubridor detrás del
como en “La psicopatología de la vida cotidiana”? —(51) cual se ocultaba el Doctor K. abogado y amante. En
páginas 279-280—. cuantoal otro contenidodel sueño, los encuentros de an-
Una de sus pacientes pretendía haber soñado, una taño, fue transformado en la creencia de haber soñado
noche, que se encontraba con su antiguo médico de fami- con un encuentro en ese lugar determinado.
lia, el Doctor K., enla calle principal de Viena, frente a En conclusión, para Freud no hubo, en ese caso,
un comercio dado. Al día siguiente, por la mañana, en- sueño profético, sino un fenómeno psíquico natural, que
contró, en efecto, a la persona en cuestión, en el mismo Puedeser descompuesto en dos tiempos. El sujeto se cree
lugar indicado en el sueño. La precisión de los detalles, convencido de haber soñado con el suceso antes, en tanto
relativa, por una parte, al nombre del personaje y, por queesa convicción ilusoria no se establece sino en ocasión
otra, al lugar del encuentro, planteaba una cuestión em- del suceso. Esa impresión de ““ya-soñado”” no es más que
barazosa. Freud no la eludió: por el contrario, propuso unaespecie de ““recuerdo encubridor”, quelleva la re-
una explicación susceptible de inscribirse en el cuadro de memoración de otro sueño. Esa deformación a posteriori
su concepción del sueño como realización del deseo. To- obedecea las exigencias de la represión y lleva al conteni-
da la demostración de Freud descansaen el hechoesencial do latente del sueño. Noes otra cosa que una forma de

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censura que permite al sueño fraguarse un camino hacia que prueba una existencia psíquica anterior. Otros han
la conciencia. Lo que constituye la fuerza dela brillante intentado explicar el ““déja-vu” por una precognición an-
demostración de Freud es que permite hacer entrar a los terior. Es, pues, importante resumir las concepciones de
pretendidos sueños premonitorios en el molde de su teo- Freud sobre esta cuestión.
ría general de los sueños; se vuelve a encontrarallí la re- La primera exposición sobre la sensación del “déja-
alización de un deseo y el trabajo del sueño. Pero no se vu” se halla en La psicopatología de la vida cotidiana
puede disimular su debilidad, que consiste en sostener —(51) página 283—. Freud sostiene que esa experiencia
quela creación del contenido manifiesto del sueño sólo se correspondea la reminiscencia inconsciente de una fanta-
hace a posteriori, en ocasión de la rememoración del sía inconsciente o de un sueño diurno. Pero comola evo-
sueño que tiene lugar justo después de la realización del cación del recuerdo es imposible por estar reprimido,éste
suceso. Este fenómeno es probable en gran númerode ca- es desplazado sobre otro elemento, lo que hace experi-
sos. Pero unaexplicación así no podría aplicarse a los ca- mentar un sentimiento de falso reconocimiento. Freud
sos en queel sujeto harelatado su sueño a un tercero, O aporta, en especial, la historia de una mujerde treinta y
porescrito, antes aún de la realización del suceso. Los pa- siete años, quien había experimentado, al entrar en el de-
rapsicólogos mencionan numerosas anécdotas semejan- partamento de sus amigas, una impresión de déja-vu, de .
tes. ¿Habrá que suponer que sus afirmaciones están modoque sabía por adelantado qué habitación sería la si-
desprovistas por completo de fundamentoo deautentici- guiente y qué visión de conjunto tendría. Freud de-
dad? De todos modos, las explicaciones brindadas por muestra que esa impresión era debida a una ensoñación
Freud se han mostrado en extremo fecundas en un gran inconsciente habida a los doce años de edad, época en que
número de sedicentes sueños premonitorios. la paciente había reprimido un deseo de muerte conrela-
ción a su hermano enfermo. Volviendo a hallar, en casa
b. El “déja-vu” de sus amigas, unasituación análoga (un hermano único
en peligro de muerte), pero imposibilitada de evocar sus
Lo que precede nos conduce a abordar el fenómeno propios recuerdos de la enfermedad de su hermano por-
del ““déja-vu”, sensación fantástica que hace que, en el queestaban reprimidos, había transferido su sensación de
momento de vivir una situación o un acontecimiento, se recuerdo sobre otro elemento: la casa y el jardín. Freud
está invadido por la extraña impresión de que yase havi- termina remarcando que, en lo que concierne a sus pro-
vido todo eso otra vez, de la misma exacta forma, sin po- pias experiencias de déja-vu, se trataba cada vez del des-
der sin embargo recordar cuándo y en qué condiciones. pertar de concepciones y de proyectos imaginarios (desco-
Dosrazones nos llevan a estudiar este fenómeno. Prime- nocidos e inconscientes) que en él correspondían al deseo
ro, hemos visto que Freud relaciona ciertos sueños pre- de obtener una mejora en su situación.
monitorios con un fenómenoanálogo de ““ya-soñado””. A Enla edición de 1910 de Lapsicopatología dela vida
continuación, y sobre todo, es necesario recordar la im- cotidiana, Freud agrega una nota enla cual señala las in-
portancia asignada a este fenómenoporlas ciencias ocul- vestigacionesde Ferenczi. Este pudo completarla explica-
tas. Numerosos pensadores —Freud evoca en especial a ción de Freud observando quela impresión de déja-vu
Pitágoras— han visto en este fenómeno un argumento puedeno sólo fundarse en las fantasías diurnas (ensueño)

154 155
sino también en un sueño olvidado (reprimido) de la carácter extrañamente inquietante, que puede hacercreer
noche precedente. Ferenczi publicó ] muchas observa- en alguna fuerza oculta.
ciones, refiriendo también esa sensación a un sueño de Freudse interesó en este problema,en el queespreci-
una época más alejada —véase (27) y 63—. A partir de so distinguir dos aspectos. Por unaparte, trató de expli-
esa impresión, una de sus enfermas habíaelaborado una car cómo, encierto número de casos, factores inconscien-
teoría infantil que hacía remontar la extraña impresión de tes podían ser el origen de la producción de semejantes
familiaridad con una existencia anterior, en la que el psi- coincidencias. Por otra parte, en los casos de coinciden-
quismoresidía en otro animal(un sapo). Ferenczi conclu- cias probablemente fortuitas, comolas que se producen a
ye con una hipótesis osada, que ve en la teoría de la me- diario, trató de comprender por qué ciertos sujetos les
tempsicosis una proyección mitológica de la irrupción en prestaban particular atención y creían reconocer ahí la
la conciencia de restos mnésicos inconscientes, dejados influencia de una fuerza oscura y misteriosa que anulaba
porla evolución de la especie, que subsisten en las pro- las leyes del azar.
fundidades del espíritu humano (Ferenczi, como Freud, Debemos detenernos, desde ya, sobre una nota muy
admitía la herencia de los caracteres adquiridos). o discreta de La inquietante rareza —(66) página 190—.
Freud retomará aún sus concepciones sobreel déja- Freud haceallí referencia a una obra de Kammerer: Das
vu en 1914, a propósito del fenómeno de ““Ya encontrado Gesetz der Serie, que es un ensayoteórico sobrelas coin-
en el análisis”,60 así como en 1936, en “Un trastorno de cidencias. Escribe a propósito de esa obra: “Un científico
memoria sobre la Acrópolis”.(77) Renuevaallí, es eviden- ha procurado hace poco relacionar con ciertas leyes los
te, su rechazo de “la explicación derivada de un misticis- acontecimientosde este género, lo que por fuerza supri-
mo ingenuo, que pretende utilizar el Jenómeno del déja- miría toda impresión de inquietante rareza. No me arries-
vu como una prueba de existencias anteriores de nuestro garía a decidir si lo ha hecho con éxito”. Freud se
yo psíquico”. muestra, por cierto, muy prudente en cuanto a la apre-
ciación que hace de esa obra, pero tampoco parece recha-
e. Extrañas coincidencias zar en absoluto su contenido. Pero ese contenido, sin em-
bargo, es muyparticular. En efecto, P. Kammerer era un
Es posible también relacionar el problema de las biólogo vienés de espíritu profundamente original, que se
coincidencias extrañas con el de las premoniciones. En había hecho célebre por trabajos, muy cuestionados,
efecto, en la medida en que un contenido psíquico parece sobre la herencia de los caracteres adquiridos —véase
coincidir con un hecho exterior, la opinión común es le- (100)—; recordemos que Freud era también partidario de
vada con facilidad a ver en esta relación sincrónica el tes- esa tesis discutida. Aparte de sus trabajos biológicos,
timonio de una premonición, de un presentimiento o de Kammerer publicó, en 1919, una curiosa obra sobre las
unaclarividencia. Por lo demás, las coincidencias, porla extrañas coincidencias, Das Gesetz der Serie. En ese
repetición de ciertas situaciones análogas, O por el en- libro, Kammerer quería probar que lo que llamamos por
cuentro simultáneo de similares, dan de buen grado la lo común una coincidencia o una serie de coincidencias
impresión de un encarnizamientode la suerte que desba- es en realidad la manifestación de un principio universal
rata el principio de causalidad y toman por ese hecho un de la naturaleza, que opera con independencia delas leyes

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conocidas de la causalidad física. Para Kammerer, lo que cuentros, que pueden permitir creer en una premonición
tomamos porcoincidencias depende de otro principio, el de aproximación. En La psicopatología de la vida coti-
de la “serialidad”. De ese modo, interpreta las recurren- diana —(51) página 281—, Freud relata un ejemplo perso-
cias en el tiempo como manifestaciones de procesos pe- nal: algunos instantes después de haber pensado vengarse
riódicos o cíclicos que se propagan como las ondas sobre de los padres de unade sus antiguas enfermas, se cruza en
el eje del tiempo en el continuum espacio-tiempo; pero no la calle con ellos. Después de una reflexión, adelanta una
percibimos más quelas crestas de estas ondas, que no son conclusión simple de esa coincidencia:
entonces percibidas más que como coincidencias aisladas. “Mebastó un instante de reflexión para compro-
Si es difícil saber en qué medida Freud compartió los pun- bar que no había en esa coincidencia nada de mi-
tos de vista de Kammerer, se puede al menostratar de lagroso. Yo estaba en una calle recta, ancha, poco
comprender los factores que lo impulsarona interesarse frecuentada y la pareja venía en mi dirección; con
poresas especulaciones. En primerlugar, hay que señalar unarápida mirada hacia adelante, cuando estaban
que Freud pudo hallar en ese libro una colección de a una veintena de pasos, pude porcierto percibir y
ejemplos de coincidencias análogas a las que conocía por reconocer sus rostros, pero, como sucede en una
propia experiencia, cosa que despertó su interés. Por alucinación negativa, descarté esa percepción, por
ejemplo, Kammerercita los siguientes casos, que se pare- los motivos afectivos que se habían manifestado en
cen muchoa la recurrencia del número 62 en Freud: “Mi el ensueño, que surgió con todaslas apariencias de
cuñado va a un concierto;tiene la butaca 9 y su contrase- la espontaneidad”.
ña del guardarropas es también 9. Al día siguiente, vamos La coincidencia, pues, no tenía nada de sobrenatural
juntosal concierto de la orquestafilarmónica;tiene la bu- y sólo dependía del mecanismoinconsciente responsable
taca 21 y la contraseñadel guardarropas es 21” (etcétera). de laalucinación negativa. El deseo inconscientees el que
Por otra parte, las tesis de Kammerersobre la ““seriali- ha eliminado la percepción y es el responsable de esa ilu-
dad” recordaban en forma asombrosa los puntos de vista sión de premonición de acercamiento. Freud cita asimis-
de Fliess sobre la periodicidad; por otra parte, Kammerer mo un ejemplo tomado de Rank, que concluye: “El
consagra unodelos capítulos de su libro a la teoría de los hecho paradojal de que mi inconsciente haya sido capaz
períodos de Fliess. Cuando se sabe que Freud conservó de percibir un objeto que el ojo no reconoció sino más
siempre cierta creencia en las teorías de Fliess, se puede tarde se explica por un “complejo” particular que, orien-
comprender que haya podido dejarse seducir por la de tado hacia cosas materiales, dirigía mis pasos con exclu-
Kammerer. sión de toda otra preocupación”. En esa perspectiva, se-
Al subsistir, sin embargo, la duda en cuantoal grado mejante seudopresentimiento se comprende, pues, como
de adhesión de Freud a los puntos de vista de Kammerer, untrivial acto fallido.
debemos volver a un terreno más firme. En efecto, Freud . Otro problemaes el de comprender porqué ciertos
ha propuesto una explicación psicoanalítica acerca de la sujetos, obsesivos en particular, tienen tendencia a atri-
aparición de cierto número de coincidencias en apariencia buir una significación especial a coincidencias que, en sí
extrañas, despojándolas así de todo carácter oculto. mismas, son por completo fortuitas. Freud evoca esta
Es el caso, en especial, de las coincidencias de en- cuestión en el análisis de El hombre delas ratas.(53) Este

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paciente creía, en efecto, en los presagios, en los sueños modo queel enfermo introduce relaciones reprimi-
proféticos —(54) páginas 115-121—; encontrabade conti- das en la realidad exterior por medio de la proyec-
nuo a personas por quienes acababa de preocuparse sin ción, y allí aquéllas testimonian lo que ha sido
motivo; recibía cartas de personas en quienes de pronto borrado del psiquismo” —(53) página 250—.
había pensado después de un largo período de olvido. En fin, Freud se ha esforzado por comprender los
Freud logró probar que este paciente participaba de mecanismos inconscientes que contribuyen a dar a esas
hecho, continuamente, en la creación de esos milagros y coincidencias un carácter extrañamente inquietante. Cita,
demostró los medios de que se servía a esos:efectos: en Lainquietante rareza —(166) página 189—, el ejemplo
“Procedía con ayudadela vista y dela lectura indi- dela reiteración del número 62 así como la coincidencia
recta, con ayudadelolvido y, sobre todo, con ayu- de la recepción de cartas de una persona en quien se acaba
da de los errores de memoria. Al fin, él mismo me de pensar. Después de haber dado estos dos ejemplos,
ayudaba a descubrir el secreto de esas jugarretas anónimospero autobiográficos, Freud explica por quéel
* gracias a las que producía sus milagros. Interesan- factor de repetición involuntaria nos imponela idea
de lo
te, en tanto queraíz infantil de su creencia en la re- nefasto yde lo ineluctable, allí donde no se podría habla
r
alización de sus presentimientos y de sus predic- de otra cosa que de azar. “La inquietante rareza toma
ciones, fue el recuerdo que un día le reapareció: ca- origen en la vida real cuando complejos infantiles repri-
da vez que hacía falta elegir una fecha, su madre midos son reanimados por alguna impresión exteri
or, o
decía: “Tal o cual día no podré; estaré en cama”. bien cuando primitivas convicciones superadas parec
en
¡En efecto, ese día guardaba cama! Es evidente que ser de nuevo confirmadas”. En el caso de coincidencias
y
experimentaba la necesidad de hallar en esos suce- repeticiones de lo parecido, estas situaciones no
hacen
sos puntos de apoyo para su superstición; con ese más querecordar el arcaico “automatismo de repetición”
fin prestaba tanta atención a los numerosos pe- que reside en nosotros mismos y que se manifiesta en las
queños azares inexplicables de la vida cotidiana, aspiraciones del niño pequeño. Cuandola repetición de lo
que porsu actividad inconsciente ayudaba cuando idéntico reenvía al “automatismo de repetición” es
cuan-
aquéllos no bastaban”” —(53) página 246—. do toma un carácter inquietante.
Freud estima que esta necesidad de prestar atención
a los pequeños azares de la vida puede hallarse en nume-
rosos neuróticos obsesivos y puede explicarse por los ca- 3. La magia
racteres psicológicos de esa neurosis:
“La represión, en esa enfermedad, se efectúa no a. Hechizos y mala suerte
por la amnesia, sino por la separación de las rela-
ciones de causalidad, separación que es una conse- En Más allá del principio del placer, (67) Freud gvoca
cuencia del retraimiento del afecto. Estas rela- el caso de las personas “que dan la impresión de ser per-
ciones reprimidas conservan una especie de fuerza seguidas porla suerte, de manera quese diría que hay
al-
capazde preveniral sujeto; fuerza que he compara- go de demoníaco en todo lo queles sucede”. Evoca el ca-
do en otro lugar a una percepción endopsíquica, de so de los benefactores siempre pagados con ingratitud;
de

160 161
hombres cuya amistad termina siempre porla traición; de Noestá, pues, tan lejos de la verdad, el sujeto que
se
enamoradoscuya actitud sentimental termina siempre en cree sometidoa la influencia de una fuerza misteriosa que
el mismo resultado. Mejor que quedarse con la explica- determina su destino. Porque esa fuerza existe. Sin
em-
ción ocultista, Freud busca los resortes de eso en el in- bargo, no tiene nada de oculto y no le es exterior; proc
ede
consciente y, específicamente, en la ““compulsión de repe- . de las profundidades de su inconsciente y lo conduce a
re-
tición””, que impulsa siempre al sujeto a la repetición de actualizar las situaciones afectivas de su infancia. La
lo idéntico. represión la hace reaparecer, proyectada sobre el mundo
“El psicoanálisis ha formulado, hace ya tiempo,la exterior, que se halla investido de un poder maléfico:
opinión de que un similar destino se establecía con “Eso que se podría llamar la fatalidad, en el sentido
independencia de los acontecimientos exteriores y corriente del término, que conocemos ya por los varios
se dejaba relacionar con influencias sufridas por ejemplos citados másatrás, se presta en gran parte a una
los sujetos en el curso de la primera infancia. La ob- explicación racional, lo que nos exime de admitir la inter-
sesión que se manifiesta en esa ocasión no difiere vención de un nuevo móvil, más o menos misterioso”.
casi de la que impulsa al neurótico a reproducir los —(167) página 28—.
acontecimientos y la situación afectiva de su infan-
cia, aunque las personasde que se trata no presen- b. La magia
ten los signos de un conflicio neurótico que haya
llegado a la formación de síntomas”. La creencia en los hechizos y mala suerte es indiso-
Semejantes comportamientos iterativos, que condu- ciable y corolario de-la creencia en el poder de la magia.
cen a menudo a fracasos repetidos, han sido reagrupados En el análisis de El hombredelas ratas, (53) Freud ha-
conel nombre de neurosis de destino o neurosis de fraca- ce una primera apreciación de los mecanismos psíquicos
so. Ese eterno retorno de lo igual puede tomar aspectos inconscientes que respaldanla creencia en la magia. Este
más asombrosos. Freudcita el caso de una mujer que, ca- enfermo atribuía a sus pensamientos una omnipotencia,
sadatres veces, vio a sus tres maridos caer enfermos poco así comoa sussentimientos y a los buenos y malos deseos
tiempo después del matrimonio y que los cuidó hasta la que podía formular. Ya hemos dicho que estaba persuadido
muerte. Ante estos hechos sorprendentes, Freud llegó a de quele bastaba pensar en una persona para encontrarla
suponer la existencia de una compulsión de repetición. de inmediato; pedir noticias de otra, para saber que acaba-
“En presencia de estos hechos, tomadostanto de la ba de fallecer. Cuando sucedía que formulaba una maldi-
forma en que se comportan los neuróticos en el ción, vivía con el miedo de enterarse de la muerte dela
curso de la transferencia como de los destinos de persona concernida. De hecho, nose trataba ahí más que
gran número de sujetos normales, no se puede im- de una falsa apariencia, que no estaba fundada más que
pedir la admisión de que existe en la vida psíquica en dos coincidencias. Así, cuando volvió por segunda vez
una tendenciairresistible a la reproducción, a la re- a un establecimiento hidroterápico, sucedió que no pu-
petición, tendencia que se afirma sin tener en cuen- dieron darle de nuevo la misma habitación porque estaba
ta el principio del placer, poniéndose por encima ocupada porun viejo profesor. Entonces dio libre curso a
del mismo”, su descontento, exclamando: “¡Que se muera de apople-

162
163
jía!”” Quince días después, se despertó en la noche, turba- logenético que hace de esa ““omnipotencia de las ideas”
do porla idea de un cadáver y por la mañanase enteró de un momento que puede ser a la vez reencontrado en la
queel viejo profesor había en realidad sucumbido a un evolución de los pueblos y en la del niño. La persistencia
ataque de apoplejía. Lo que le interesa a Freud no es de la magia y de la brujería en nuestras sociedades sería
explicar esta coincidencia, quetal vez considera fortuita o una supervivencia de ese estadio anterior de desarrollo so-
producto de conjeturas inconscientes. Más bien trata de cial; la creencia supersticiosa del neurótico atestiguaría
comprender por qué esta coincidencia ha tomado tanta una regresión a este estadio arcaico del desarrollo psí-
importancia para el paciente, hasta el punto. de ver ahí quico. La sumadelos trabajos etnológicos consagrados a
una prueba de la omnipotencia de su pensamiento. Freud la magia y la importancia de las polémicas suscitadas por
señala quela creencia en la potencia de los sentimientos las teorías de Frazer no nos permitirán llevar muy lejos el
hostiles sobre el mundo exterior no es más que el efecto enfoque antropológico de la magia, enfoque indispen-
de una proyección dela acción psíquica íntima de sus sen- sable, no obstante, para quien quiera tener una visión
timientos. Puesto que su odio es en verdad omnipotente, global del tema. Nos conformaremos aquí con resumir las
no en la realdiad material, sino en la realidad psíquica: concepciones de Freud, nacidas de una confrontación de
son justamente estos sentimientos los que producen las su práctica clínica con los trabajos etnográficos.
obsesiones cuyo origen no comprende y contra las que se Después de haber presentado la concepción de Tylor
defiende sin éxito. La creencia en la omnipotencia de los sobre el animismo, Freud se interesa en la brujería y la
pensamientos, frecuente en los obsesivos, resulta, pues, magia, que constituyen, de alguna manera, el corolario
deuna sobreestimación de los procesos psíquicos; sobre- técnico del animismo (Mauss). Freud retomalos trabajos
estimación que los hace responsables de una realidad ma- de Frazer, quien distingue dos principios fundamentales
terial por completo fortuita; esa sobreestimación proyec- en la acción mágica: el principio de similitud y el de conti-
tiva enmascara una subestimación de su poder enla reali- gitidad. Freud reconoce allí los principios de funciona-
dad psíquica. miento psíquico puestos en evidencia en el trabajo del
Para Freud, esa sobreestimación extrae su origen de sueño, condensación y desplazamiento, que Lacanidenti-
la época dominada por el “pensamiento mágico”, co- ficó más tarde con la metáfora y la metonimia. El princi-
múnal funcionamiento psíquico del niño (megalomanía pio de similitud quiere quelo semejante llame a lo seme-
infantil) y al de los primitivos. Desarrolla estos conceptos jante (magia homeopática o imitativa); se puede hallar un
de “omnipotencia de las ideas” y de ““pensamiento mági- ejemplo en las danzas imitativas de la lluvia, encargadas
co” en el tercer capítulo de Totem y Tabú,67) consagrado de hacerla aparecer, o aun en la fabricación de efigies a
al animismo y a la magia. En efecto, esa creencia en la las que se lesiona una parte para que enferme la parte
“omnipotencia de las ideas”, comprobada en el obsesivo, correspondiente del cuerpo del enemigo. El principio de
le parece sustituir el fundamento de todala creencia en la contigitidad pretende que cosas que hanestado una vez en
magia. contacto continúen actuando la úna sobre la otra, aun
Inspirándose en las concepciones etnológicas evolu- cuando el contacto haya cesado (magia contagiosa); se
cionistas de Tylor y Frazer sobre la magia y el pensamien- encuentra un ejemplo en la destrucción de los recortes de
to primitivo, propone un paralelismo ontogenético y fi- uñas o de cabellos pertenecientes a una persona a quien se

164 165
quiere dañar. En conjunto, Freud retiene que “como la omnipotencia de las ideas”? —(57) página 101—.
similitud y la contigiiidad son los dosprincipios esenciales Inspirándose en el estudio del desarrollo de las ten-
de los procesos de asociación, toda la absurdidad de las denciaslibidinales del niño, se ve un paralelismoentre ese
prescripciones mágicas está dominada, por así decir, por mododesatisfacción del primitivo y el del niño que pasa
la asociación de ideas. Vemos cuán cierta es la definición también por ese estadio. Cuando la madreestá lejos y el
que ha dado Tylor de la magia: tomar, porerror, una re- niño llora y grita, la madre vuelve para darle el pecho. El
lación ideal por una relación real”?. El hecho de que los niño cree entonces en la omnipotencia de ese yo y des-
principios que rigen la magia son los mismos quese vuel- cubre el valor mágico de sus deseos o de sus llamados,
ven a encontrar en las producciones del inconsciente en el quedeterminan de inmediato toda unaserie de comporta-
,hivel del proceso primario, permite pensar que la magia mientos apropiados porparte de las personas que lo rodean.
no descansa sobre una realidad material, sino sobre una Este es el narcisismo que corresponde al estadio del pen-
realidad psíquica. Quien cree en la magia no hace más samiento mágico en el niño. Es también el narcisismo
que proyectar sobre el mundoexterior las leyes de su fun- el que explica la mentalidad primitiva marcada por esa
cionamiento psíquico inconsciente. misma creencia en la omnipotencia del deseo; y se halla
Partiendo de la comprobación de que los principios en los síntomas del neurótico una buena parte de esa acti-
de la acción mágica no hacen más que reproducir los del tud primitiva, la persistencia de la omnipotencia de las
funcionamiento psíquico y de la asociación de ideas, ideas aparece con la mayornitidez en la neurosis obsesi-
Freud se pregunta, a continuación, sobre los factores di- va, donde los actos obsesivos son de naturaleza por
námicos que impulsan al hombre primitivo a reemplazar completo mágica.
las leyes naturales por las leyes psicológicas. Los motivos Más aún, el sujeto “normal” no está al abrigo del
que impulsan al hombre a la magia son los deseos huma- despertar de los rastros dejados porel narcisismoilimita-
nos; debe admitirse, pues, que si el hombreprimitivo cree do desu infancia: “Parece que, en el curso de nuestro de-
en la magia es porquetiene confianza desmesurada en sus sarrollo individual, todos hemos atravesado una fase
deseos: ““Ateniéndose a las apariencias, está persuadido correspondiente a ese animismodelprimitivo; que en nin-
de que es la acción mágica la que, gracias a su semejanza guno de nosotros ha terminado sin dejar restos y trazas
conlo que desea, producela realización del acontecimien- capaces de despertar y que todo lo que hoy nos parece
to deseado”? —(57) página 99—. La magia testimonia, extrañamente inquietante cumple esa condición de refe-
pues, una “sobreestimación general de todos los procesos rirse a estos restos de actividad psíquica animista y de in-
psíquicos, es decir, una actitud con relación al mundo citarlos a manifestarse”? —(66) página 193—. Que apa-
que, de acuerdo a lo que sabemos concerniente a las rela- rezca una ocasión, y hete aquí que pueden volver deseos
ciones entre la realidad y el pensamiento, debe aparecér- reprimidos y formas de pensar reprimidas, propios de los
senos como una sobreestimación de este último. Las co- tiemposprimitivos del individuo o de los hombres. Ápa-
sas desaparecen ante sus representaciones; todos los cam- rece de nuevo esa exageración de la realidad psíquica con
bios impresos en éstas deben alcanzar a aquéllas (...) Re- relación a la realidad material. Entonces se borran los lí-
sumiendo, podemosdecir que el principio querige la ma- mites entre imaginación y realidad. “Lo que habíamos te-
gia, la técnica del modo de pensar animista, es la de la nido comofantástico se nos ofrece como real; el símbolo

166 167
toma la importancia y la fuerza de lo que era simboliza- cante y significado es, pues, arbitraria, purá costumbre,
do” —(66) página 198—. siempre hecho consumado,inconsciente en su razón de
Esta formulación de Freud abre interesantes perspec- ser, que se impone en forma absoluta merced a su gra-
tivas sobre el tipo de pensamiento que sustenta a la ma- tuidad.
gia. La magia, en efecto, como hemos visto, es una prác-
tica que tiende a actuar sobre los elementos del universo
utilizando las correspondencias (metafóricas o metoními- 4. Desconocimiento e ilusión en el ocultismo
cas) que ese elemento posee con otro elemento-del univer-
so; incluso entre el objeto y la palabra que lo designa. Co- Sise trata de aislar lo que constituye el común deno-
mo subraya Amadou en su estudio sobre El ocultismo, (3) minador de los elementos heteróclitos del ocultismo, co-
el ocultismo plantea así, bajo un aspecto original, el mo los hemosestudiado en lo que antecede, se puede de-
problema del lenguaje y, más particularmente, supone cir que consiste en el hecho de tomar un productodéla re-
una tomade posición en la cuestión de las relaciones entre alidad psíquica por un producto dela realidad material: el
la palabra y lo que designa; entreel significante y el signi- ocultismo presta a la realidad material propiedades que
ficado. Ahora bien, “en la magia, el lazo que une la pa- no posee, sino que son dela realidad psíquica; al hacerlo,
labra a la cosa o a la noción no es ya convencional, no es llena dos funciones esenciales, que son el desconocimien-
ya relativo ni extrínseco. Es intrínseco, ontológico. El to la ilusión.
tiempo no lo deshace” —(3) página 141—. Esta con-
cepción está, en efecto, expresada en forma explícita en a. Desconocimiento
las obras de célebres ocuitistas. Louis Claude de Saint-
Martin defiende la tesis de que el desorden del mundo Se produceporla vía de la proyección. En el sentido
viene tal vez de nuestro desconocimiento del real nombre psicoanalítico, la proyección consiste en la operación por
de todo objeto. “¿Cómo hemos podido persuadirnos de la cualel sujeto expulsa desí y localiza en otro —persona
que las palabras no tenían ninguna energía por sí o cosa— cualidades, sentimientos, deseos que desconoce
mismas? —se asombra aun Court-De-Gebelin—. ¿Que o rechaza en sí mismo. Esa defensa muy arcaica, que se
no tenían ningún valor que no fuera convencional y que manifiesta en particular en la paranoia, parece ser un me-
puede ser siempre diferente?” (citado en (3) página 140). canismoesencial en la superstición y en las creencias ocul-
La filosofía ocultista toma, pues, por adelantado, el ca- tistas.
mino radicalmente opuesto al que había de ser el gran Comolo recuerdan Laplanche y Pontalis —(103) pá-
descubrimiento de la lingitística saussuriana: lo arbitrario gina 344—, hay que distinguir diferentes acepciones del
del signo. En efecto, Saussure subraya el hecho fundamen- término “proyección”. En psicología se habla de proyec-
tal de que, en el lenguaje, el lazo que une al significante ción para significar que el sujeto percibe el medio le res-
y al significado es por completo gratuito. A su juicio, por pondeen función de lo que es. Ahí reside el fundamento
ejemplo, no existe ningún motivo, salvo el uso, para lla- de las técnicas proyectivas, y Bachelard ha podido decir
mar a un libro “libro”, y basta evocar “book”, ““buch” que “el Zodíaco es el test de Rorschach de la humanidad
o “livre” para convencerse. La relación que une signifi- infantil”. En efecto, es claro que este proceso interviene

168 169
en la creencia en la astrología, por ejemplo. El creyente mitivos para concebir la naturaleza de otro modo que
elimina de su conciencia todos los datos que contradicen sobre el modelo humano. Freud va más allá de esta con-
su creencia y, por otra parte, selecciona los que la confir- cepción, aislando la función de la proyección y de-
man. Michel Gauquelin(87) ha señalado cómo funciona la mostrando que esa asimilación halla su principio y su fin
selección de los hechos pertinentes y la eliminación de los en un desconocimiento, una ocultación. La proyección
datos que no concuerdan conel sentido de las creencias, aparece siempre como una defensa; comola atribución al
enviando en forma gratuita el horóscopo de un célebre otro de cualidades o de deseos que el sujeto rechaza ensí
asesino a 150 personas que habían solicitado recibir su mismo. Así, el ocultismo va a permitir ocultar los conflic-
horóscopo. ¡La casi totalidad de esas personas (94 %) tos, que podrían constituir el objeto de un abordaje psi-
declararon reconocerse en el horóscopo y 80 % hasta coanalítico. Los deseos reprimidos, cuya presencia el su-
destacaron que los períodos buenos o malos correspon- jeto no reconoceenel inconsciente, pero cuyos ecos sien-
dían! te, sin embargo, son prestados a los demonios, a los fan-
Esta concepción de la proyección se expresa en for- tasmas, al doble. Los principios de funcionamiento del
ma muy clara y con mucha antelación en la obra de psiquismo inconsciente desconocido son prestados, en la
Freud; por ejemplo, escribe así en La interpretación magia, a la realidad material; la compulsión de repetición
de los sueños —(49) página 14—: “La concepción pre- se transforma en creencia en el ence. uizamiento de la
científica del sueño de los antiguos estaba en perfecta ar- suerte o en la teoría de la periodicidad.
monía con su filosofía general, que proyectaba en el mun- La proyecciónpermitirá, de ese modo, eludir la cues-
do exterior lo que sólo tenía realidad en la vida del espíri- tión de la castración y de la muerte. El temade la castra-
tu”. O todavía, en La psicopatología de la vida ción, sin embargo, retorna, como unretorno delo repri-
cotidiana —(S51) página 276—: “Pienso que, en gran mido, en el ceremonial mágico. ¿Quéotra cosa son, si no,
parte, la concepción mitológica del mundo que anima la escoba de las hechiceras o la varita de los magos? En
hasta a las religiones más modernas no es otra cosa que numerosas leyendas, quien deviene mago debe pagar muy
unapsicología proyectada sobre el mundo exterior. El os- caro su poder: este precio es, a menudo, el de la castra-
curo conocimiento de los factores y de los hechos psí- ción. Klingsor, el mago de Parsifal, fue castrado; Wotan
quicos del inconsciente se refleja en la construcción de perdió un ojo; en la mitología escandinava, el dios de los
una realidad suprasensible, que la ciencia retransforma magoses tuerto; etcétera... La cuestión de la muerte, que
en una psicología del inconsciente”. Asimismo, la reali- tratan de ocultar los espíritus y los espectros, está también
dad suprasensible creada por el ocultismo está consti- en primerplanoen el ocultismo. La misma se transparenta en
tuida por los productos del inconsciente. las creencias supersticiosas, comprendidas las de Freud,
Pero es necesario captar lo que constituye el aporte quien ha señalado la importancia que tiene en la proble-
fundamental de Freud, porque la proyección no podría mática del obsesivo. “Es que no hay casi otro dominio en
ser reducida a una simple asimilación del mundo exterior el que nuestro pensamiento y nuestras sensaciones se ha-
a uno mismo. El psicoanálisis agrega a ello otra dimen- yan modificado tan poco desde los tiempos primitivos;
sión: la de su función. Se han explicado a menudolas ten- donde lo que es antiguo se haya conservadotan bien bajo
dencias animistas por la supuesta incapacidad de los pri- un ligero barniz, como en nuestras relaciones con la

170 171
gicos, luego período de los pensamientos y las palabras
muerte. (...) Nuestro inconsciente tiene, hoy en día, tan mágicas. Los deseos queel niño concibe en forma de pen-
poco lugar como antaño para la representación de samientos son todavía tan poco numerosos que el medio,
nuestra propia mortalidad”. —(66) página 195—. atento y cuidadoso del bienestar del niño, llega con facili-
dad a adivinar la mayorparte de estos pensamientos. En-
b. Ilusión tonces, el niño cree en realidad detentar poderes mágicos,
pensamientos y palabras mágicas. Para Ferenczi, los ob-
Indisociable de la precedente es la función de la ilu- sesivos parecen regresar a este estadio del sentido dereali-
sión en el ocultismo, que hace tomarporrealidad los de- dad. Se puede comprenderde ahí el rol considerable que
seos. Freud establece su concepcióndela ilusión a propó- tienen las plegarias y las fórmulas en la superstición y la
sito de la religión —(74) página 44—, pero lo que al res- magia.
pecto dice es por completo aplicable al ocultismo. Desta- De este modo, el pensamiento ocultista está marcádo
ca quela ilusión no es lo mismo queelerror, ni tampoco porel sello del desconocimiento y de la ilusión; marca a
necesariamente un error. Lo quecaracteriza a la ilusión es través de la cual Freud reconocía uno de los momentos
que deriva de los deseos humanos. Así, los dogmasreli- evolutivos del pensamiento humano. Setrata, a su juicio,
giosos “no son el residuo de la experiencia o el resultado de un pensamiento arcaico, que puede ser vuelto a en-
final de la reflexión; son ilusiones, la realización de los contrar en el niño, el primitivo o el neurótico. Pero este
deseos más antiguos, más fuertes, más opresivos de la hu- pensamiento debe ser superado por “una concepción
manidad; el secreto de su fuerza es lafuerza de estos deseos”. científica del mundo, en la cual no hay más lugar para la
07
Es indudable que Freud concebía del mismo modo la omnipotencia del hombre, que ha reconocido su pe-
mayoría de las creencias ocultistas. El deseo de la inmor- queñez y se ha resignado a la muerte, así comose ha so-
talidad aparece en la creación de los espíritus. La re- metido a todas las otras necesidades materiales”. —-(57)
tención de la potencia es para quien puede preverel por- página 104—.
venir o influir en forma mágica sobre los seres o los obje- Debemos detenernos, sin embargo, sobre la reflexión
tos. Las correspondencias entre el macrocosmos universal de Freud que subraya quela ilusión no es por fuerza el
y el microcosmos humanosatisfacen la megalomanía in- error. El ejemplo quecita, a este respecto, ha sido toma-
fantil. do en préstamo al ocultismo:
Unodelos fundamentosdela ilusiónes, en efecto, la “Lailusión no es porfuerza falsa, es decir, irreali-
creencia en la omnipotencia de las ideas, que Freud ha zable o en contradicción con la realidad. (...) De
aclarado en el dominio de la magia. La creencia ocultista ordinario, noes fácil descubrir ejemplos de autén-
es un producto del deseo, que resulta de la fe en la omni-
tica ilusión; pero la ilusión de los alquimistas de
potencia del pensamiento. La misma se apoya enel narci- Poder transmutar todos los metales en oro es, tal
sismo del niño, quien tiene la impresión de gobernar el vez, uno de aquéllos. El deseo de tener mucho oro,
mundo con sus gestos o sus gritos, que desatan una reac- tanto oro comosea posible, ha sido atenuado por
ción apropiada del medio. Ferenczi (30) ha detallado la nuestra comprensión actual de las condicionesde la
evolución de este sentido de realidad y distinguido varias riqueza. Sin embargo, la química ya no considera
épocas sucesivas: omnipotencia con ayuda de gestos má-

172 173
te respecto ideas profundamenteoriginales, que han sido
imposible una transmutación de los metales en oro.
interpretadas de diversa forma y, sobre todo, apreciadas
De este modo, llamamos ilusión a una creencia
de distinto modo por el movimiento psicoanalítico. Va-
cuando en la motivación de la mismaes prevalente
mosahora a intentar precisar sus posiciones sobrela tele-
la realización de un deseo y, al hacerlo así, no tene-
patía, ya que nos parecen en general bastante mal conoci-
mosen cuenta las relaciones de esa creencia con la
das. :
realidad, del mismo modoque la propia ilusión re-
Puede ser útil situar el debate especificando qué se
nuncia a ser confirmada porlo real”. —(14) página
entiende en general por “telepatía”. Este término fue
45—. ?
propuesto en 1882 por Gurney y Myers para designar el
Esta posición tiene implicancias epistemológicas su-
fenómenopsicológico que consistiría en una comunica-
mamente importantes, sobre las cuales ha insistido, en
ción directa de dos espiritus, aun a muy grandedistancia,
particular, Devereux.(20) Porque si pensamosque el ocul-
por otros medios que las sensaciones usuales. Para los pa-
tismo es una ilusión, esta afirmación no deja menos plan-
rapsicólogos, la telepatía implica la existencia de una
teadala cuestión de la autenticidad de ciertos fenómenos “percepción extrasensorial””, fenómeno por cierto aún
que le son por lo general adscritos. Así, no es dudoso que
misterioso, pero que creen poder explicar alguna vez en
el deseo de funcionamiento telepático sea muy arcaico
formacientífica. De ahí que una “transmisión del pensa-
—Roheim (124)—, peroello no implicaría, en consecuen-
miento””, para que se pueda reconocer como auténtica-
cia, que se deba rechazar, por este hecho, la hipótesis de
mente telepática, no debe emerger del simple azar o dela
la existencia de la telepatía. Es, precisamente,la posición
deducción más o menosconsciente a partir de las percep-
que adoptará Freud con respecto a la misma.
ciónes sensoriales habituales. El debate sobrela telepatía
se articula en torno a estos puntos, con relación a los
cuales es preciso situar las posiciones freudianas.

III. EN BUSCA DE UN NÚCLEO DE 1. Telepatía y seudotelepatía


VERDAD: ¿LA TELEPATIA?
Alparecer, a partir de 1910 Freudfue porfin llevado
a creer en la autenticidad de ciertos fenómenostelepáti-
Esto me gusta aún menos, pero hay ahí dentro algo de verdad. cos, aunquenosin serias resistencias. Sus primeros escri-
FREUD,en (95), página 431 tos sobre el tema muestran, con toda evidencia, la marca
del escepticismo.
Después de haber seguido la insistencia de Freud en De hecho, Freud llegó a rechazar, en numerosas
desenmascarar las ilusiones que respaldan el ocultismo, oportunidades, determinadas alegaciones de telepatía,
nosfalta abordar la delicada cuestión de la telepatía. He- dando de las mismas una explicación natural, que excluía
mosdicho ya que Freud seinclinaba a ver en este fenóme- la hipótesis de una percepción extrasensorial. Muchos
noel núcleo de verdad del ocultismo. Además,tenía a es- mecanismos son susceptibles de crear una ilusión seudo-

174 175
telepática. En esos casos, se trata a menudo de fenóme- aquélla. Elpropio enfermo brinda la explicación si-
nos de ilusión mnemónica, o aun de percepciones senso- guiente: dice que no lee jamás el diario a fondo,si-
riales que han permanecido inconscientes. no que sólo le da una ojeada, siempre porla tarde.
La víspera del día en que habló con el anciano es
a. Comunicación a la Sociedad Psicoanalítica de Viena (4 probable que haya visto al pasar la participación
de marzo de 1908)(114) del deceso (su apellido estaba impreso en mayúscu-
las) y que lo haya percibido en forma
A continuación de una observación de Adler, que inconsciente”? (Extracto traducido de Nunberg
pretendía explicar en forma racional los fenómenos de (114) página 345.)
transmisión del pensamiento, Freud presenta, el 4 de
marzo de 1908, tres cortas observaciones de enfermos. b. Psicopatología de la vida cotidiana
Dosde las comunicaciones habrían podido hacer creer en
la telepatía, pero su análisis hace aparecer unaexplicación Enla edición norteamericana dela Psicopatología de
másnatural. (La tercera nose refiere al problemadela te- la vida cotidiana (traduccióndeBrill, 1925), Freudcita un
lepatía, sino al miedo obsesivo de la muerte de un niño.) ejemplo, por otra parte tomado de Brill, en el cual la
La primera observación relata un caso de alucina- “transmisión del pensamiento” es también explicable por
ción telepática de un número. En realidad, el sujeto había una percepción permanecida inconsciente (véase (19) pá-
cometido un error de memoriay, además, su ilusión no se gina 54; este pasaje no está reproducido en la edición
apoyaba en nadareal. francesa). La anécdota es la siguiente: mientras Brill ce-
La segunda observación, que podía hacer creer en naba con su mujer en un restaurante neoyorquino, pensó
una percepción telepática de la muerte de una mujer, era de pronto, sin aparente relación con la conversación pre-
explicable por una percepción que había permanecido in- cedente, en cierto Doctor R. que acababa de instalarse en
consciente: es posible que el sujeto hubiera percibido, sin Pittsburg. Comentó ese pensamiento a su mujer, quien
darse cuenta, el aviso fúnebre correspondientea la mujer, pareció muy sorprendida y le contestó: ““Hace unos se-
publicado enel diario: gundos yo pensaba exactamente en lo mismo”. Tratando
“Una mañana, uno de mis pacientes vio a un an- de comprenderesa aparente transmisión de pensamiento,
ciano en el tranvía y, confundiéndolo con el padre no tardaron en darse cuenta de que uno de los comensa-
de una señora de su conocimiento, se dirigió a les, sentado a otra mesa, se parecía de manera asombrosa
aquél preguntándole por la salud de la dama. Dos al Doctor R. en cuestión. Había debido de pasar delante
días más tarde, su madre le preguntó si estaba al de la mesade ellos y, aborbidos porla conversación, no le
corriente de la enfermedad de la misma, a lo que prestaron atención en forma consciente. Sin embargo,la
respondió que no. El mismo día, supo por un ami- imagen visual había suscitado la asociación de ideas en
go que esa señora había sido enterrada esa misma cada unode los esposos, lo que por un momentolos hizo
mañana. Supuso que debía de haberfallecido poco creer en un fenómenotelepático. De modo que, en unca-
más o menos en el momento en que hablaba con el so de este género, no es el pensamiento de un sujeto lo
anciano a quien había tomado por padre de que ha inducido el mismo pensamiento en otro, sino un

176 177
estímulo exterior, percibido por las vías sensoriales comu-
hubiera conocido “ya por adelantado”. Era presa
nes, pero que, escapado a la conciencia, induce la misma tam-
bién de alucinacionestelepáticas. Un día, en una
cadena asociativa en cada uno delossujetos. Es probable casa de
reposo, oyó golpes anormales e inexplicables
quesea este fenómenoel que actúa en numerosas impre- dados
contra el lecho de su compañera de cuarto; ocho sema
siones de trasmisión de pensamiento, triviales en la vida nas
más tarde, había sabido que una de sus amigas habí
cotidiana. a
fallecido aquella noche. Sobre todo, otra anécdota retuv
o
la atención de Freud. Durante el verano de 1914, tuvo la
c. Un caso de alucinación telepática explicado por una
impresión de oír a su hermano, que hacía entoncesel ser-
paramnesia
vicio militar, llamar: “madre, madre”. Al encontrar a su
madre, dos días después, ésta le contó que había oído las
Hemosvisto que Freud explicaba ciertos sedicentes
mismas voces. Sucedió que, tres semanas más tarde, reci-
sueños premonitorios por unailusión mnemónica del su-
bieron una carta del joven —escrita en el mismo momento
jeto; del mismo modo,explica ciertas alegaciones de tele-
en que habían oído las voces—, que murió poco después.
patía por semejantes paramnesias. Es, en especial, el caso
De ahí a concebir el fenómeno como una percepción tele-
de la segunda observación de Sueño y Telepatía. Detengá-
pática de la muerte del hermano no había más que un pa-
monosen esta observación, muy interesante desde nume-
sO. Notemos, también, que la enferma había sido atacada,
rosos puntos de vista,
en su infancia, de querato-conjuntivitis, con secuelas de
Se trata de una mujer de 37 años, domiciliada en
úlceras córneas que le daban, como decía, una “doble vi-
Breslau, quien había escrito a Freud para preguntarle có-
sión” (diplopía); es de destacar el juego sobre el signifi-
mo podría desembarazarse de un sueño que la molestaba
cante.
desde su infancia. Es probable que la carta date de los pri-
Partiendo del análisis del sueño a repetición y de las
meros días de diciembre de 1921, porque la correspon-
asociaciones hechas por la corresponsal, Freud trata de
dencia hace alusión a acontecimientos sobrevenidosen se-
explicar los pretendidos fenómenostelepáticos, reubicán-
tiembre y noviembre de 1921 y fue de inmediato utilizada
dolosen la dinámica afectiva del sujeto. Señala, de entra-
por Freud, quien publicó su artículo algunos meses des-
da, que el sueño debe ser comprendido como un sueño de
pués. . .
nacimiento y que es la manifestación de un deseo inces-
Ensu sueño a repetición, la paciente veía a una mu-
tuoso de unhijo. La paciente parece sufrir una importan-
jer quese asía con firmeza a una palmeray trataba de sa-
te fijación edípica, que se exterioriza en muchas de sus
car del agua a un hombre misterioso queintentaba alcan-
asociaciones. A partir de ahí, Freud propone una hipóte-
zar la orilla. En general, la paciente se caía del lecho y en
sis —cuyoslímites reconoce— explicando la similitud de
ese momento despertaba con una sensación desagradable.
las alucinacionestelepáticasdela hija con las de la madre.
Si Freud se detiene en esta observación en un trabajo con-
Supone que sólo después de haber oído a la madre relatar
sagradoa la telepatía, es porque esta corresponsal decla-
la anécdota, la hija tuvo la convicción de haber experi-
ra, además, tener dones bien sorprendentes. Desde su in-
Eo

mentado el mismo fenómeno, en el mismo instante. Se


fancia sentía voces y visiones. En la escuela, había apren-
trataría entonces, en este caso, de seudotelepatía, ilusión
dido con sumafacilidad el francés y el latín, comosi los
porla cual se manifestaría, simplemente, una identifica-
178
179
hd ——_—

Publicación de 1932. Pero, por otra parte, algunos pe-


ción con la madre, comprendidaen la situación conflic- queñoshechos atestiguan un deseo inconsciente orienta-
tual inconsciente (edípica). En este análisis, Freud señala do en sentido opuesto. Así es como Freud comete un
cómola creencia en la aparición de la trasmisión del pen- error que lo conduce a embellecerla historia. En efecto,
samiento, tal vez ilusoria, no debe dejar de ser entendida en contraposición a lo que Freud dice en su análisis, no es
comounsíntomao un actofallido, donde se desenmasca- en absoluto evidente que las alucinaciones *“*telepáticas””
ra un deseo inconsciente. Cada unadeestas ilusiones, al hayan coincidido con la muerte del hermano. La corres-
igual que las supersticiones de los obsesivos, extrae su ponsalse limita a decir, en su carta, que coincidieron con
fuerza y su carácter inatacable de su origen en la realidad el momento en que aquél se disponía a escribirles; en
psíquica inconsciente. cuanto a la muerte, se sabe tan sólo que sobrevino algún
Noes menoscierto que numerosos elementos perma- tiempo después, pero sin precisión especial. ¡Notemos
necen oscurosen los fenómenosrelatadosporla paciente; también queutiliza esta información algunas páginas más
Jones —(114) tomo III, página 457— se pregunta, a justo adelante, para probar esta vez quela telepatía (y el con-
título, por qué Freud se decidió a referir esta historia tan texto demuestra que Freud habla aquíde la “verdadera”
semejante a tantas otras aparecidas en la literatura, al no telepatía) puede producirse aun fuera del sueño!
disponer de ningúnotro detalle para confirmar el relato. Esta ambivalencia nos parece que sobrepasa la
Nos parece interesante tratar de elucidar esta cuestión, simple hesitación sobre la autenticidad dela telepatía, pa-
tanto más cuanto que se encuentran en la observación ra remitir a fuentes más personales. Estamos tentados de
cierto número de aspectos sorprendentes. arriesgar una explicación que nos es sugerida porla pro-
Por empezar, no se puede dejar de remarcar que la pia deformación que Freud, sin apercibirse, hace sufrir a
explicación de Freud no apunta más que al fenómenote- la anécdota. Ya que esa historia, donde se trata del cono-
lepático experimentadoporla niña y deja de lado la cues- cimiento telepático de la muerte de unhijo, de un soldado
tión de la telepatía en la madre; también descuidael análi- durantela guerra, evocaba sin duda en Freud unahistoria
sis de las otras alegaciones detelepatía. que mucho lo había perturbado a él mismo.Se trata del
Notamosa continuación que Freud comete un lapsus sueño de la muerte de su hijo Martin, sobrevenida en ju-
significativo cuando exponela problemática edípica de su lio de 1915, cuandoéste se hallaba en el frente. Freud re-
corresponsal y suponela identificación con la madre. Al lata este sueño en formabien detallada, en la primera par-
hacer alusión a la observación del hombre que había so- te de Sueño y Telepatía, presentándolo como un ejemplo
ñado con el nacimiento de gemelos (véase más adelante, negativo que demuestra la poca fe que se ha de acordar a
página 183), lo llama porerror Herr G..., en tanto que lo sueños semejantes. Este mismo sueño se halla también re-
había llamado Herr H... en la observación; sucede que latado en las últimas ediciones de la Interpretación de los
ese error lo conduce, de formasignificativa, a sustituir en sueños, con el nombrede “Sueño delhijo oficial” —(49)
el lapsus al padre (Herr H...) por su yerno (Herr G...). página 475—, sin alusión alguna al problemadela telepa-
Debemos,en fin, destacar la ambivalencia que tra- tía. Pero es interesante remarcar, por cierto, que sea lo
sunta el discurso de Freud. Por unaparte, no parece incli- que fuere lo que dice para el público, Freud se plantea de
E

nado a reconocer los hechos comoauténticamente telepá- hecho muchas preguntas a propósito de ese sueño. Esto
ticos y, de hecho, ya no retomará esta observación en su
181
180
surge con mucha claridad de los fragmentos de corres- en ese momento y que en esa época encarara la posibili-
pondencia con Ferenczi (citados por Jones, (95) tomoIII, dad de un fenómenotelepático. De aquí que podamos
página 44). En efecto, es sabido que, luego de ese sueño, preguntarnossi su ambivalencia a propósito de este sueño
Freud esperó con ansiedad noticias del frente ruso. Por personal, no completamente elucidado, no está enel ori-
otra parte, una carta de Martin, enviada tres días más tar- gen de la que demuestra conrelación a la experiencia de
de, hace mención de una herida cicatrizada: las balas ha- su corresponsal. Observemos también el paralelismo de
bían atravesado su manga y su quepis. Por eso Freud los lazosasociativostejidos en torno a estas dos experien-
entrevió, en esa época, que pudo tratarse de un sueñote- cias. En la carta a Ferenczi del 21 de julio de 1915, des-
lepático. Preguntó por la fecha exacta de la herida, pero pués de haber discutido sobre la naturaleza telepática de
ese dato permaneció ignorado. Llegó a declarar a Ferenc- su sueño, plantea la cuestión de saber si el cerebro es más
zi (21 dejulio) que, a su juicio, la parte del cerebro que sensible por la noche a las percepciones telepáticas. Asi-
funcionaba de esá curiosa manera era mucho mássensible mismo, en Sueño y Telepatía, enseguida después de la ob-
por la noche y que no podía esperarse que esos mensajes servación de su corresponsal, aborda las relaciones entre
pudierandistinguir las heridas leves de las fatales. En su telepatía y sueño. Todos estos datos permiten captar me-
respuesta, Ferenczi afirmó quenosólola telepatía la vi- . jor la posición muy ambivalente de Freud ante el caso de
dencia pertenecían al dominio dela ciencia, sino también la mujer de Breslau.
la capacidad de predecir el porvenir por métodos seme-
jantes (27 de julio de 1915). Con todo, Freud permaneció d. ¿Telepatía o ilusión?
muy ambivalente sobrela significación que se podía acor-
dar a ese sueño. En una carta del 10 de julio, estimaba Pese a todaslas observaciones precedentes, debemos
que unadelas significantes del sueño era un neto desafío reconocer que Freud ha dado un explicación psicoanalíti-
lanzado a los poderes ocultos, con el fin de descubrir si ca satisfactoria de ciertos fenómenos que, en principio,
son tan destructores como a menudo había temido. Freud podían hacer creer en una transmisión del pensamiento.
había tenido ese sueño poco tiempo después de haberse La inducción de una cadena asociativa idéntica en dos su-
sentido fastidiado porlas creencias religiosas de su amigo jetos, a partir de un estímulo sensorial que no haalcanza-
Putnam. Pero una decenade días despuésrecibía la carta doa la conciencia;la falsificación inconsciente de recuer-
de Martin... dos que entrañan la convicción engañosa de haber pensa-
Aunsi se niega al sueño todo valor como prueba de do en determinada cosa, son dos mecanismos puestos en
la telepatía. —tanto más cuanto que Martin señaló más evidencia por Freud, que resultan del funcionamiento del
tarde que semejantes heridas fueron frecuentes durantela inconsciente pero que no implican en absoluto una hipo-
guerra, y que Freud tuvo en esa época muchos sueños en tética “percepción extrasensorial”.
los que veía a sus hijos malheridos—, no es menoscierto Aun cuando, mástarde, Freudrelata ciertas obser-
quela discreción de Freud mereceser señalada, porque en vaciones en las cuales se inclina a ver pruebas de la exis-
ningún momento menciona, en Sueño y Telepatía, el tencia dela telepatía, no omite pasar en revista las expli-
hecho de que, a continuación del sueño, esperara con an- caciones eventuales más simples y no las disimula al lec-
siedad noticias de su hijo, que éste, en efecto, fue herido tor, dejándoloen libertad de formarse su opinión. Así, en
182
183
el caso del sueño del nacimiento de gemelos (véase más
adelante, página 183), encara la posibilidad de una previ- Susreflexiones sobre la telepatía descansan sólo en
sión basada en un razonamiento más o menosconsciente. cinco observaciones; sólo una concierne a un sueño tele-
Deigual modo,en el caso de la mujer que había detener pático, que le fue relatado por una corresponsal; tres con-
doshijos a los 32 años(véase página 187), no rechaza por sisten en profecías que no se realizaron, pero que permi-
completo la hipótesis por la cual, bajo la influencia del tían suponer queel vidente había percibido algo del deseo
deseo inconsciente y de una identificación con la madre, inconsciente de su interlocutor; la última, porfin, relata
estos dos números hayansido deslizados a posteriori en el fenómenos en apariencia telepáticos sobrevenidos en el
discurso asignado al vidente, que en sí mismo había sido curso de una sesión de análisis, pero sin que el paciente
insignificante. Podemos ver también con qué prudencia supusiera la existencia de los mismos. Destaquemos, en
pasa por el tamiz las “asociacionestelepáticas”” del caso efecto, uno de los puntos originales del material retenido
Vorsicht —(76) página 65—. por Freud: cuatro de las cinco observaciones descansan
La selección de hechos de porsí aleatorios, bajo el en hechos que no fueron dados comotelepáticos porel
efecto de un deseo inconsciente, la inducción de cadenas narrador; la dimensión telepática de los mismossólo apa-
de asociaciones idénticas, los fenómenos de paramnesia y rece después de haber sido sometidos a un enfoqueanalí-
de recuerdo encubridor son, pues, las explicaciones rete- tico. Freud deduce de aquí que sus observaciones presen-
nidas con mayor preferencia por los psicoanalistas, que tan la ventaja inhabitual de no dar lugar a la desconfianza
no adhieren a la hipótesis de la telepatía. y las dudas que nacen ante la mayoría de los materiales
Sin embargo, en el curso de su reflexión sobre el aportados porlos ocultistas. Dirigiéndose a sus colabora-
ocultismo, Freud se halló confrontado a un conjunto de dores inmediatos,les dice: “Creo que estas observaciones
hechosque nole parecieron reductibles a los modelos pre- suministran el mejor material deseable para el estudio de
cedentes y quelo llevaron a suavizar sus posiciones, para la transmisión del pensamiento y quisiera incitarlos a
aceptar, al fin, la existencia de la telepatía. Presentare- reunir casos de este género””. (Psicoanálisis y Telepatía).
mos, de entrada, las observaciones que respaldaron las No retomaremosaquí, en detalle, cada una de estas
reflexiones de Freud y después encararemos las conclu- observaciones, que se podrán hallar expuestas, en fran-
siones teóricas propuestas a partir de estos casos. cés, en Sueño y Ocultismo(16) en forma más o menosresu-
mida. Nos conformaremos con ubicarlas, insistiendo
2. Las observaciones de Freud sobre ciertas precisiones importantes que surgen del estu-
dio de otros documentos (inéditos en francés) en los
El material clínico que sustenta los escritos de Freud cuales se las halla detalladas.
consagrados a la defensa de la telepatía es relativamente
restringido. Freud subraya los límites de su experiencia, a. El sueño del nacimiento de gemelos
señalando queenveintisiete años de práctica analítica, no
tuvo jamás ocasión de observar un verdadero sueñotele- Se trata de la primera observación sobre telepatía
pático en ninguno de sus pacientes y que tampoco tuvo ja- publicada por Freud. La relató en 1922, en su ensayo
más uno de esos sueños. Sueño y Telepatía; se encuentra una segunda versión,

184 185
muy abreviada, en Sueño y Ocultismo, aparecida diez soñante, Freud llega, en efecto, a demostrar que un lazo
años mástarde, la única accesible al lector francés —(76) afectivo muy intenso uníaal padre y su hija y que, de mo-
página 52—. La observación parte de un sueño relatado doinconsciente, aquél habría deseado verla ocupar
el lu-
por un corresponsal en una carta de noviembre de 1921, gar de su segunda mujer, acerca de quien emite algun
as
es decir, en una época en que Freud mismoestaba muy in- críticas. De ahí se puede admitir la telepatía y explic
ar,
teresado en estos problemas. desde el punto de vista analítico, la diferencia entre
el
En la noche del 16 al 17 de noviembre, un señor contenido manifiesto del sueño y lo sucedido enrealidad;
(Herr H.)4 había soñado que su segunda mujer había te- es decir, la sustitución de la mujer porla hija del soñante.
nido gemelos. Este sueño estaba acompañado de una Este había debido rechazarel deseo de ser el padre y no el
impresión de nitidez muy particular, porlo cual al día si- abuelo de los niños. La percepción telepática del parto
guiente necesitó algunos instantes para comprender que habría podido poner en peligro la represión del deseo in-
nose trataba más que de un sueño. Incluso se lo relató a cestuoso, por lo cual la censura transformóeste conteni-
su mujer a quien le divirtió. Pero dos días después reci- do latente en un contenido manifiesto más neutro: tener
bió un telegrama anunciándole que su hija, en Berlín, gemelos de su segunda mujer. La interpretación añalítica
acababa de dar a luz gemelos. El nacimiento había tenido explica, pues, la diferencia entre el contenido del sueño y
lugar algunas horas antes de que se produjera el sueño. la realidad, haciéndolo una necesidad económica: “Es el
Esta es la anécdota quesirve de punto de partida al análi- deseo el que ha deformado los pensamientosdel sueño y el
sis de Freud. La cuestión que se plantea de inmediatoel que está en el origen de la diferencia entre el contenido
soñante, ante la coincidencia del sueño y el nacimiento de manifiesto y el suceso real. Tenemos el derecho de re-
los gemelos, es saber si se trata de un sueño telepático emplazar la segunda mujer del sueño porla hija”. En esta
(aunqueexista, entre sueño y realidad, una diferencia no- hipótesis, el mensaje telepático relativo al nacimiento de
table en cuanto a la persona de la parturienta). No es po- los gemelos debe ser considerado como una parte del má-
sible explicar este sueño por una rememoración retroacti- terial que contribuye a la formación del sueño, conel mis-
va, ya que, al parecer, el sujeto lo relató a su mujer con motítulo que no importa qué otro estímulo; este mensa-
anterioridad al anuncio del nacimiento. ¿Cómo, entonces, je, bajo la influencia de un deseo secreto y reprimido, se
comprender los hechos de otro modo queconla hipótesis halla remodelado en unarealización de deseo. Toda esta
dela telepatía? o demostración lleva a Freud a apoyarla tesis del sueño te-
Laoriginalidad de la actitud de Freud consistirá en lepático.
dejar de lado, por el momento, esta cuestión y someter el Espreciso señalar, no obstante, que Freud reconocía
sueño al análisis, como con cualquier otro sueño. Este que los datos no eran suficientes para deducir una certi-
análisis va a canducir, por último, a Freud a la cuestión dumbre absoluta y deja al lector en libertad para preferir
dela telepatía y hasta a aceptarla comohipótesis. A partir otra eventual explicación. En efecto, tal vez el soñante
de las asociaciones —a decir verdad muy limitadas— del había podido conjeturar que su hija tenía un embarazo
gemelar y que tal vez daría a luz antes de la fecha prevista.
Perose percibe, en forma muyneta, que esta explicación
4. Es a propósito de este Señor H. que Freud cometió el lapsus evocado en la
página 178, confundiéndolo con su yerno (Herr G.). no cuenta con el apoyo de Freud, quien se inclina porla

186 187
hipótesis dela telepatía, que explica mejor la coincidencia
pués”. (Extracto traducido de Sueño y Telepatia).
en el tiempo.
Antes de terminar esta observación, notemos que
Freud no analiza otro episodio telepático relatado por su
b. La profecía del nacimiento de dos hijos a los treinta y
corresponsal, relacionado conla intuición de la muerte de
dos años
uno de sus hermanos. Por otra parte, no se refiere al mis-
moen su segundaversión del caso. La corresponsalescri-
La segunda observación queacreditala tesis de la te-
bía lo siguiente, a propósito de esta anécdota:
lepatía concierne al caso de una mujer a quien un vidente
“No es la primera vez que tengo la intuición de
parisiense le había prometido el nacimiento de dos hijos
acontecimientos lejanos, antes de recibir noticias
cuando ella tuviera treinta y dos años. Esta observación
efectivas. Daré un ejemplo, entre tantos. En oc-
fue publicada primero, en forma sucinta, en 1925; des-
tubre, mis tres hermanos me visitaron. No ha-
pués retomada con más detalles en Sueño y Ocultismo,
bíamos estado nunca juntos desde hacía treinta
en 1932 —(76) página 55—. Pero, en realidad, la misma
años (por supuesto, nos hemosvisto a menudo, pe-
había sido redactada in extenso en 1921 y sólo los
ro en forma separada), salvo en ocasión delas exe-
miembrosdel “Comité” la conocían; Freud la había do-
quias de mi padre y de mi madre. Ambos decesos
. cumentadoen 1911, enel curso del análisis de una pacien-
habían sido esperados y no tuve “presentimientos”
te afectada de neurosis obsesiva, y se la había comentado a
en esas ocasiones. Porel contrario, hace veinticin-
Ferenczi. Es de notar la prudencia —ola reticencia— de
co años, a continuación del súbito deceso de mi Freud parautilizar esta observación, de la que existen,
hermano menor, que tenía nueve años, cuando el
por último,tres versiones.
cartero mealcanzó la carta que anunciaba su muer- Tal vez esa reticencia atañe a la personalidad de la
te, esta idea acudió a mi espíritu antes de haberla paciente, cuyos rastros hemos podido encontrar a través
leído: “es para anunciarte que tu hermano ha de la correspondencia Freud-Jung. No hay ninguna duda,
muerto”. Era un joven robusto y de buena salud; en efecto, de que la enfermaen cuestión es la que ha sido
el único que permanecía en el hogar, en anto que citada aquí, en numerosas ocasiones, bajo el nombre de
los otros cuatro habíamos dejadoel domicilio pa- MadameC. Es probable que esta mujer hubiera sido en-
terno y volábamos con nuestras propias alas. En viada a Freud por Jung, en noviembre de 1908, por una
ocasión de la visita de mis hermanos, la conversa- gravísima neurosis obsesiva. A pesar de un análisis prose-
ción nos llevó, por casualidad, a hablar de lo que guido hasta 1911, Freud no obtuvo ninguna mejoría sin-
yo había experimentado y, comosi nos hubiéramos tomática y habla del caso como de ““su principal
puesto de acuerdo, mis tres hermanos declararon
desastre” (27 de abril de 1911). La paciente intentó asi-
que les había pasado exactamente lo mismo. No mismoun fragmento deanálisis con Oskar Pfister y pare-
puedo decir si esto sucedió de la misma exacta ma-
ce haber sido muy conocida en los medios psicoanalíticos.
nera; de todos modos, cada uno afirmó que había Enlo que nosconcierne, recordemos tan sólo que se
tenido la certidumbre de la muerte, aun antes de
trata de una mujer cuyo maridoera estéril; que, en el cur-
que la misma fuera anunciada poco tiempo des- so de unviaje a Paris, alrededor de 1895, había consulta-

188
189
conjunto, el balance parece inclinarse hacia la
do a un quiromántico, quien le había predicho que verdadera
transmisión del pensamiento” —(76) página
tendría dos hijos en la época de sustreinta y dos años. De 59—. En
efecto, acordaba un gran valor a esta Obse
hecho, la predicción no se cumplió, y esa mismaesterili- rvación dado
que la enferma no había presentado
dad fue el origen de la descompensación neurótica que la los hechos como
sobrenaturales: “Ella no sospechabapor nada
condujo al diván de Freud. Sin embargo, relató la histo- del mundo
lo que podían significar los dos números
ria de esa profecía fallida, en el curso de su análisis, con dela profecía.
Notenía siquiera una noción de que podían
una evidente satisfacción que no comportaba la menor significar al.
go”. Sólo el análisis había hecho aparecer la dime
traza de amargura. Freud trató de elucidar la significa- nsión
telepática del caso, que de otro modo hubiera qued
ción de esa predicción en el cuadro de la problemática in- ado
inadvertida. “Noolviden que es sólo el análisis el que ha
consciente de la enferma. Puso en evidencia, gracias a las creado el estado de cosa oculta; que la ha descubierto ahí
comprobaciones extraídas del análisis, dos elementos fun- donde ese estado se había hecho irreconocible”. —(76)
damentales. Por una parte, existía una adhesión infantil página 58—.
intensa de la enferma hacia su padre, de modo que hizo Se observará que Freud estaba preocupado desde
posible poner al marido en el lugar del padre; por otra bastante tiempo atrás por las implicancias teóricas que
parte, había una identificación con la madre. ¿Tener la parecían derivarse de esta observación. Las había discuti-
misma suerte que su madre, reemplazarla al lado de su do con Ferenczi a comienzos de 1911. Se sabe también,
padre, no había deseado eso ardientemente? Ahora bien; por el diario de Lou Andréas-Salomé,(6) que le participó
eso es lo que, en efecto, le prometía la profecía del viden- sus preocupaciones acerca de este caso en 1913. Esta últi-
te, porquela propia madre había tenido dos hijos a los maescribe en su diario lo siguiente:
treinta y dos años. Pese a todo, la profecía fallida era, “Al día siguiente del Congreso de Munich (9 de se-
pues, significativa. Como noera posible admitir queel vi- tiembre de 1913), con Freud en Hofgarten. Larga
dente hubiera podido conocerlos detalles de la vida de la conversación (confidencial) sobre los curiosos ca-
enferma, los hechos relatados por Freud le parecieron sos de transmisión del pensamiento, que lo preocu-
acreditar la hipótesis de una transmisión telepática de la
pan bastante. Es éste un punto del que espera no
consultante con el vidente, basada en un deseo incons-
tener que ocuparse en toda su vida; yo espero lo
ciente muy potente. contrario.
Freud entrevió, sin embargo, otra explicación po- Enunode los nuevoscasos, las cosas se presentan
sible, que noserefería a la telepatía. Implicaba suponer del modosiguiente: uno de los problemas concier-
que, en realidad, las profecías del adivino hubieran sido ne al afecto: la mujer no hubiera debido hablar
de lo mástriviales y que sólo a posteriori, en forma in- (sobre todo al cabo de tantos años) con tanta emo-
consciente y por ilusión de la memoria, la enferma hu- ción de la profecía fallida como si se hubiera
biera deslizado los dos númerossignificativos en el dis- cumplido, sólo porque (como resulta del análisis)
curso del quiromántico. Agrega Freud, en Sueño y Ocul- todo se aplicaba con exactitud a la vida de la
tismo: “Nada me autoriza a hacer semejante suposición, madre; porlo tanto, comosila vida de ésta se mo-
pero no puedo rechazarla””. Porlo tanto, se muestra hesi- dificara al mismo tiempo que su propia vida, cuyas
tante para elegir entre ambas explicaciones, pero “en
191
190
y

frustraciones la hacían sufrir conscientemente. undía a una célebre astróloga de Munich (Frau Arnold)
El segundo problemaconcierneal género de trans-
quien pretendía predecir el porvenir de un individuo co-
'ferencia sobre el adivino, quien leyó en la paciente nociendo sólo su fecha de nacimiento. El paciente le ha-
no sólo sus deseos conscientes, sino también bía dadola fecha de nacimiento de su cuñado y la astrólo-
aquellos profundamente enterrados en su propia gale había vaticinado que la persona en cuestión moriría
conciencia y los expresó en realizaciones. Esdifícil a causa de un envenenamiento por cangrejos u ostras, en
decirsi existía ahí aún un límite de profundidad. julio o agosto siguiente. Esto no sucedió, pero es notable,
Entercer lugar, existe en nosotros el problema de sin embargo, que el cuñado se había intoxicado comiendo
la persistencia intemporal. Freud continúa preten- cangrejos en el verano precedente. Freud, rechazandoto-
diendo que, a su juicio, intemporalsignifica “no da validez a los pretendidos cálculos astrológico, llega a
abreaccionado” y ninguna otra cosa. Pero esto de-
proponerla hipótesis de quela vidente pudoleer los deseos
ja muchas cosas sin explicación: aunque más no inconscientes de su paciente. Sucede, en efecto, que es-
fuera las fantasías de la demencia, descritas por te último sentía una fuerte adhesión por su única herma-
Jung, que hacen revivir la mitología arcaica; son, na y tenía un deseo de muerte inconsciente con relación a
en su abundancia que les permite renacer sin cesar su cuñado. El conjunto de la observación parece, pues,
y, al mismo tiempo, en su primitividad, como de- una vez más, acreditar la hipótesis 'de que los datos sobre
seos e imágenes originarias y persistentes. En el ca- la intoxicación “fueron transmitidos delcliente a la sedi-
so examinado, ahí mismo había “arreaccionado” lo cente profetisa por vías desconocidas, diferentes de las
que, en la joven, conservó una tan grande intensi- Sormas normales de comunicación” (Psicoanálisis y Tele-
dad comosihubiera sido su propia experiencia, su- patía).
perando con mucho todas sus otras experiencias. Es dable hacer algunas consideraciones a propósito
Aquí tropezamos conel límite “psicológico”. Muy de esta observación. Si se comparan las diferentes infor-
peligroso, porque Freud debe cuidarse terriblemen- maciones que se poseen a propósito de esta historia (es
te de ser confundido con los mistagogos. Pero ya decir, las dos versiones del caso, así comolos extractos,
no es evitable aquí una actitudfilosófica: nosotros citados por Jones, de una carta a Ferenczi, del 15 de no-
“vivimos? más de lo que “somos”. (Extracto de viembre de 1910), se advierte cierto númerode variantes,
(6) página 401). muydiscretas, por cierto, pero que, con todo, son mere-
cedoras de que nos detengamos ahí un poco.
c. La profecía del envenenamiento por cangrejos Deentrada, Freud parece haber embellecido un tan-
to los hechos. ¿Qué dice, en efecto, en su carta a Ferenc-
La tercera observación de Freud fue recogida en zi? Que la vidente había predicho una intoxicación con
1910, de uno desus pacientes. En 1921 hizo una exposi- cangrejos u ostras y que, de hecho, el hombre se había en-
ción completa de la misma a los miembros del “Comité” venenado con langostas (según Jones —(95) tomo III, pá-
(Psicoanálisis y Telepatía), pero no publicó el caso hasta gina 437—). Pero, en los relatos que hace más tarde,
1932, en forma más sucinta —(76) página S$9—. Freud experimenta, en forma inconsciente, la necesidad
Un hombre joven, doctor en filosofía, había visitado de hacer desaparecer esa muyligera divergencia, porque

192 193
—>— rd —

dice tan pronto que el hombre se había envenenado con con mayor razón Cuanto queel paciente, que
había pasa-
cangrejos (Psicoanálisis y Telepatía), tan pronto que se pod un análisis coronado por el éxit
o, ¡recidivó en
había envenenado con ostras (Sueño y Ocultismo). Estas
diferencias son mínimas, por cierto, y puede parecer que . Esto tal vez nos permita aclarar la reacción de Freu
d
nos detenemosen detalles sin importancia. No obstante, quien se manifestó muy conturbado porel rela
to de su en-
es Freud mismo quien nosenseña a prestar atención a los fermo. “Había escuchado de entrada esta historia cont
ra
detalles en apariencia insignificantes. mis deseos”. (Sueño y Ocultismo). “El relato mep
rodujo
Cuandose intenta reconstruir la cronología precisa tal sorpresa y una impresión tan desagradable que pref
e-
de los acontecimientos, se comprueba asimismo que ría no someterlo a una interpretación analítica”. (Psi
co-
Freud ha hecho sufrir al relato dos deformaciones que análisis y Telepatía). No se alcanza a entender semejante
modifican la fecha de la consulta a la vidente, con rela- malestar, puesto que había manifestado, poco antes, que
ción al análisis del paciente. En efecto, es sabido que este las observaciones hechas por Ferenczi ponían fin a toda
paciente había seguido, de entrada, una primera etapa de duda existente aún en cuantoa la realidad de la transmi-
análisis, durante seis a nueve meses; después detuvo su sión del pensamiento. Es dable, pues, suponer, queel
análisis verosímilmente en los primeros meses de 1910, trastorno de Freud estuvo causado también, en parte, por
para rendir un exameny redactar su tesis defilosofía. Re- la irritación de ver a su paciente recurrir a la astrología al
tomó su segundo análisis en octubre de 1910 y en no- mismo tiempo queal análisis.
viembre le habló de la anécdota a Freud. La deformación Sea como fuere, la ambivalencia de Freud con res-
de Freud alcanza a dos puntos. De entrada —comonoslo .» pecto a este caso se transparenta en un acto fallido signifi-
enseña la carta a Ferenczi— no hubo sólo una sino por lo cativo, cometido alrededor de un mes más tarde. En di-
menosdos visitas a la vidente: en enero de 1910 ésta le ciembre de 1910, Freud se hallaba en Munich para en-
predijo el envenenamiento de su cuñado; el paciente vol- contrarse con Bleuler y Jung. Tuvo la intencióndevisitar
vió a verla en abril de 1910, y entoncesle predijo, después a la famosa Frau Arnold, pero sólo recordó el nombrede +
de haber estudiado la fecha de su nacimiento y la de su la calle donde aquella habitaba ¡sin poder memorizar su
hermana, que en octubre o noviembre se produciría una nombre! Por lo demás, reconoció en ese olvido un signo
muerte en su familia. El paciente retomó su análisis en oc- de su “debilidad”.
tubre y reconoció esperar la muerte de su cuñado para
mediados de noviembre. En consecuencia, se comprueba d. Scherman, el grafólogo
que Freud modificó las fechas dela visita a la vidente. En La siguiente observación concierne asimismo a pro-
Psicoanálisis y Telepatía la sitúa en marzo; en Sueño y fecías que no se cumplieron, pero en las que se podía su-
Ocultismo la ubica, asimismo “antes del verano”. Esta poner queel adivino había expresado los deseos ocultos
curiosa necesidad de atrasar las fechas debeser señalada; de su consultante. Sin embargo,los hechosrelatados son,
en efecto, es muy verosímil que la consulta de enero de
1910 haya tenido lugár en el momento mismodel primer 5. Notemosque Jones modifica también los hechosen el mismosentido, ya que
análisis, lo que explicaría la muy especial irritación de declara queel paciente comenzó su análisis en octubre —porlo tanto,después
Freud cuando conoció la anécdota, diez meses más tarde; de haber recurrido a la vidente—, lo que es inexacto, dado que ya habia hecho
seis meses de análisis.
194
195
. Hay dosver-
en su conjunto, mucho menos convincentes tura, sino también de describir a esa persona y de hacer
6) página
siones de este caso: en Sueño y Ocultismo —(7 predicciones que serían, eventualmente, confirmadas por
61— y en Psicoanálisis y Telepatía. los hechos. Muchas de esas proezas han sido relatadas
as
Unode los pacientes de Freud había ido, en vari por el propio Scherman””. Aun los grafólogos clásicos
conocido
oportunidades, a consultar a un grafólogo bien destacan el caso de Scherman. Así, Crépieux-Jamin, en el
el paciente
en Viena, Raphaél Scherman. La primera vez, prefacio de un libro publicado por Sherman, (125) dice así
escritura
le había confiado al grafólogo una muestra dela de la obra: “Es una obra de imaginación, en la cualla
rse, y aquél le
de su amante, con quien acababa de disgusta grafología juega el papel más o menos difuso de un
idaría bien
había predicho que el autor de la carta se suic soporte”. Dehecho, Scherman era muy conocido en los
de su futuro
pronto. Otra vez, muy dubitativo acerca medios metapsíquicos. Fue estudiado de un modo muy
etida y le
matrimonio, Scherman viola escritura de su prom especial por el profesor Oskar Fischer, de Praga, quien lo
ba hecha
dijo que la joven era una neurótica que no esta consideró como dotado de “clarividencia”. Era más
que la
para el matrimonio. Freud quedó asombrado de bien, entonces, un “*metagrafólogo”, ya que sólo, pedía
ión con in-
conclusión de Scherman coincidió en cada ocas una muestra de escritura para concentrarse. Según losre-
observa-
tensos deseos de su consultante. Comentandola latos de Fischer, era capaz de señalar hechos que no po-
ología y que
ción señaló que no hacía mucho caso de la graf dían provenir de la interpretación grafológica común; por
por esos
rechazaba la posibilidad de predecir el porvenir ejemplo, informaba sobreel lugar y los actos de quien ha-
epción te-
medios, pero que más bien sospechaba una perc bía escrito.
lepática delos deseos del consultante por part e del grafólo-
enla utili- Estas precisiones son indispensables para entender lo
go. De todos modos, se mantuvo muy prudente que pudointeresar a Freud en Scherman. Señalemos que
zación de este caso. nos relata quesu propiaescritura había sido objeto de in-
podemos
Al leer esta observación bastante trivial, vestigaciones por parte de Scherman, con resultados en
en la cual
preguntarnos por qué Freudretuvo esta historia apariencia halagieños (Psicoanálisis y Telepatía).
a
los defensores de la grafología no hallarían sin duda nad
de pon ern os
de extraordinario. Hay un elemento que pue e. El Señor “Vorsicht”
eño y
sobrela pista: en la versión publicada por Freud (Su
sile ncia da; pero ,
Ocultismo)la identidaddel grafólogo es . El último caso relatado por Freud es, tal vez, el más
des-
precisamente, su personalidad es esencial y hubo de interesante, Concierne a acontecimientos en apariencia
oera un
pertar la atención de Freud. Porque Schermann telepáticos, sobrevenidos en el curso de una sesión de
en la
grafólogo común, en el sentido en que se entiende análisis, lo que permite a Freud reubicarlos en el cuadro
aca en
actualidad ese trabajo. Por lo demás, Freudlo dest de la relación transferencialy, porlo tanto, aclararel sen-
que
Psicoanálisis y Telepatía, aunque debemos recordar tido,si no el mecanismo. Freud abreasí la vía a las inves-
ólo-
ese texto no fue publicado en vida de Freud. “El graf tigaciones de algunosanalistas, que comparten la creencia
éxit os muy
go Raphaél Scherman pasa por haber logrado en la telepatía e insisten, a su turno, sobre la importancia
el ca-
asombrosos. Se dice que no sólo es capaz de deducir dela situación transferencial y contra-transferencial en el
su escri-
rácter de una personaa través de una muestra de determinismo de esos episodios telepáticos.6
6. En especial, EISENBUD Y SErvADIO.
196 197
so momento del análisis no habría sido inducida por un
cierto conocimientode la llegada del doctor Forsyth. A
Lahistoria del Señor ““Vorsicht” era una de las que continuación, fue el significante “Freund”, introducido
tenía que presentar a los miembrosdel “Comité”, en oca- en la cadena verbal, a través de un lapsus, que remitió
sión de su viaje al Harz, en 1921. Pero, por un curioso ac- precisamente a una visita que Freud había hecho a su
to fallido, olvidó las notas concernientesal caso,si bien la amigo Anton von Freund, a escondidas de su paciente.
observación fue reemplazada a último momento porla de Porotra parte, el paciente asoció sobre ““Mare's nest”,
Scherman,y sólo fue publicada en 1932, en Sueño y Ocul- significante asociado a Jones, quien habría estado tam-
tismo —(76) páginas 65-74—. Mejor que parafrasear a bién en posición derival en la transferencia paternal de P.
Freud, invitamosal lector a remitirse a esa observación para Freud. Todos estos elementos le parecieron a Freud
ejemplar, fácilmente accesible. Hagamos tan sólo una muy cargadosde sentido y comprensibles en el cuadro de
breve reseña. la situación transferencial del momento, pero también
Enel curso del otoño de 1919, Freud tenía en análi- podían implicar que P. hubiera llegado a conocer los pen-
sis a cierto Señor P., quien se favorecía con condiciones samientos de Freud. Este no ocultó, sin embargo, que era
especiales. Su análisis debía de terminar cuando llegara posible suponer, eventualmente, otras explicacionesa las
cierto paciente para ocupar su puesto y someterse a un asociacionestejidas en ocasión de la sesión de análisis, pe-
análisis didáctico. Cierto día, el doctor David Forsyth, de ro, finalmente, determinó que, a su juicio, “el balance
Londres, acudió para anunciar a Freud su llegada, lo que tiende, aun aquí, hacia el lado de la transmisión del pen-
significaba quelas sesiones de análisis del Señor P. pron- samiento”.
to deberían cesar. Enel curso dela sesión quesiguió a esa
visita, en tanto queel Señor P. no podía haberse informa-
do dela llegada de Forsyth, Freud quedó muy sorprendi- 3. Visión de la concepción freudiana dela telepatía
do al escuchar algunas coincidencias entre el discurso de
su paciente y sus propios pensamientos. Sin que el Señor Las observaciones precedentes confirman nuestra
P. hubiera tenido la menor sospecha, surgió en su discur- convicción, afirmada ya a la luz de la correspondencia de
so cierto númerode palabras y de lapsus que parecían ha- Freud, de que éste creía en la posibilidad de la transmi-
cer referencia a la llegada de eserival: “P. había extraído, sión del pensamiento. Pero lo que se plantea ahora es sa-
pues, de sus propios relatos, un nombre que, justamente, ber qué entendía Freud con eso.
me preocupaba en ese mismo momento, a consecuencia De entrada,se puede buscar una respuesta a través
de circunstancias que él mismo ignoraba”. Esto podía delas definiciones consignadas por Freud. Pero es funda-
permitir la suposición de la existencia de una transmisión mental profundizar el análisis de los modelos teóricos
de pensamiento entre Freud y su paciente. De entrada, el propuestos a partir de las observaciones. A ese precio
significante “Vorsicht” (= precaución), fonéticamente podremos comprenderla idea que Freud se formadel fe--
idéntico a Forsyth - Forsight - Forsyte, apareció enel dis- nómeno telepático, así como de los factores y las condi-
curso de P. Al analizar los lazos asociativos, Freud se pre- cionesdela telepatía. Tratemos de aclarar estos intrinca-
guntó si su ““caída” (aparición. Nota del T.) en ese preci- T dos aspectos de un problema muy complejo.

198 199:
cuestión de “la existencia real de fuerzas psíquicas
distintas de las conocidas hasta ahoraen el psiquis-
a. Primera aproximación al fenómenotelepático mo humano o animal, o que derivan defuerzas men-
tales todavía no admitidas”. Al concluir, más tarde,
¿La telepatía que preocupa a Freud es la misma de la observación de “el hombre de los cangrejos”,
los parapsicólogos? Dicho más claramente: ¿está Freud escribe: “Es posible explicar por completo los
dispuesto a admitir la hipótesis, sostenida por aquéllos, hechos si aceptamos admitir que estas precisiones
de una percepción extrasensorial? Jueron transmitidas delcliente a la sedicente profeti-
Porquesi Freud admite el fenómenotelepático como sa por vías desconocidas, diferentes de las formas
un hecho, hay que decir que aporta poca luz sobre su na- normales de comunicación. Esto parece implicar, a su
turaleza. Por otra parte, reconoce su incapacidad para vez, que la transmisión del pensamiento existe”.
respondera esta cuestión, que piensa que escapa asu do- — en Lasignificación oculta de los sueños, asocia en
minio de investigación y se contenta con emitir hipótesis. forma explícita la telepatía con una percepción
Comprobamos, sin embargo, quesi bien Freud es in- extrasensorial, puesto que la define como “la recep-
capaz de precisar con exactitud la naturaleza dela telepa- ción de los procesos mentales de un sujeto por otro
tía, es, al menos, capaz de decir lo que ésta no es. De este gracias a otros medios distintos de las percepciones
modo, excluye de su campo los casos aparentesde trans- sensoriales”.
misión del pensamiento, explicables de hecho por otros — escribe aún en Sueño y Ocultismo: “Llamamos
mecanismos(véase más atrás). Su cuidado de eliminar fe- telepatía al pretendido hecho porel cual un aconte-
nómenos que podrían derivar de percepciones inconscien- cimiento sobrevenido en determinado momento
tes producidas por vías sensoriales ordinarias permite de- pueda ser conocido, casi en el mismo instante, por
ducir que piensa que la “verdadera” telepatía no pasa una personaalejadaenel espacio,sin el concurso de
por esas vías sensoriales. . los medios ordinarios” —(76) página 50—; y com-
Por lo demás, esta idea es confirmada porlas defini- para, en muchas ocasiones, el fenómenotelepático
ciones aproximativas que aquí y allá da sobrela telepatía. al teléfono: “porel fenómeno telepático, el acto psí-
En numerosas ocasiones lo vemos postular la existencia quico cumplido por determinada persona debe pro-
de una percepción extrasensorial?: . vocarla realización de un acto semejante en otra. Lo
— el 6 de octubre de 1909, le explica a Ferenczi que que se produce entre dos actos psíquicos puede, con
la vidente de Berlín poseía, probablemente, un “don facilidad, ser un fenómeno físico, con punto de parti-
fisiológico”? que le permitía percibir los pensamien- da y desenlace psíquico. La analogía con otras trans-
tos de algún otro: “no se trata de un Jenómeno pst- Posiciones, como, por ejemplo, la emisión y audición
quico, sino de unfenómeno puramente somático, en en el teléfono, sería entonces indiscutible (...) Hasta
verdad de capital importancia”. (Citado en Jones diría que el psicoanálisis nos ha preparado para ad-
(95) tomo 3, página 435). o mitir fenómenos comola telepatía, al insertar el in-
— en las observaciones preliminares a Psicoanálisis consciente entre la psiquis y lo que hasta aquí se ha
y Telepatía, recuerda que el ocultismo plantea la llamado lo psíquico” —(76) páginas 75-76—.

200 201
problema,señalemos que, de acuerdo con la terminología
— citemos también un pasaje de una carta a po
estoy e usada en general por los parapsicólogos, llamaremos
del 24 de octubre de 1932: “Es cierto que
d “agente”al sujeto que se presume emite el mensaje tele-
puesto a creer que, detrás de todo fenómeno
im pático y “percipiente”” al que se presume quelo recibe.
centemente oculto, se esconde algo nuevo y nn
Enciertos pasajes, se encuentra la idea de que sería
portante: el fenómeno de la transmisión del pen. a
Pp: un deseo inconsciente del agente el Objeto dela transmi-
miento, es decir, de la transmisión de procesos
a sión telepática. Esta idea se expresa en forma muyclara
quicos a otras personasa través del espacio”. a
propósito de trés observaciones de falsas profecías: deseo
Se ve que delas definiciones enunciadas por ne e
de muerte inconsciente conrelación al cuñado, deseo edí-
desprenden dos propiedades esenciales prestadasEnLS E
e pico e identificación con la madre, deseo de venganza con
patía: percepción extrasensorial y ar d
Ae respecto a la amante. Freud escribe en La significación
cio. Estas propiedades, porel hecho mismo de hal
oculta de los sueños: “Es preciso suponer que un inten
valorizadas por Freud, señalan con claridad que e a so
. deseo porparte del consultante había devenido manifies-
que éste se hace del fenómenono está muy distante e
to, siendo transferido en forma directa al adivino”. Una
de los parapsicólogos. Es asimismo esa hip de otras
te formulación sensiblemente idéntica se halla en Psicoaná-
fenómenotelepático podríaser, en último aná! e
lisis y Telepatía: “Parece obligado admitir, en este caso,
nómenofísico, lo que le hace decir que el estudio de Ed
la posibilidadde transferir, de una personaa otra, un de-
lepatía como tal sale del campo psicoanalítico. a ES
seo inconsciente, así como pensamientos y hechos aso-
siología” de la telepatía tendría tanto que ver con m0
ciados al mismo”.
coanálisis como la fisiología de la audición, por Ed pl o: 8
Porotra parte, en distintos pasajes Freud ponebien
Al considerarse incompetente para establecer a ne
en evidencia la complejidad de los problemas, haciendo
turaleza de la telepatía, Freud se conformará, ne E intervenir en igual medidael deseo del “percipiente”, que
e0
postular su existencia y razonar a partir de esta hipót
poreste hecho no podría ser considerado como puramen-
quele parece plausible, a fin de analizar los factores de te pasivo. En el caso del sueño telepático del nacimiento
condiciones del fenómeno. Los elementos de pe de los gemelos, es una información telepática, neutra en
s
que esboza pueden ser agrupados, en forma esquem:
i iguientes:
siguien! . sí misma, que ha sido “captada” en la medida en que po-
alrededor delas tres cuestiones día ser retomada en el campo del deseo del percipient
—¿En qué descansa el fenómeno telepático?. , e.
que sufre el mensaje tele- Esto es manifiesto en el ejemplo de **Vorsicht””, donde
—¿Cuál es la elaboración el
o fenómenotelepático es aclarado por la evidenciación de
ático?
su sentido enla situación transferencial. El señor P.,e
cis son las condiciones dela transmisión tele- n
apariencia, había percibido el hecho de que Freu
pática? d hu-
biera apartado el interés de su persona para ocuparse
mucho deun nuevo cliente llegado de Inglaterra. Esta si-
b. ¿En qué descansa el fenómeno telepático? tuación remitía a un fuerte deseo del percipiente de conti-
nuarsiendo paciente de Freud, al amigo (Freund),
Se trata de unacuestión difícil, a la cual Freud no be (pedido de informaciones sobre la hija de Freud
al hijo
una respuesta unívoca. Antes de tratar de esclarecer el ), deseo

202 203
ciones telepáticas postuladas escapen a esta propiedad ge-
ba
ado en el campo de la
que sólo es comprensible reubic
con relación a Freud.
transferencia paterna desarrollada os por
a poi tiene importantes consecuencias. Per-
ecen estar amb
Agente y percipiente, pues, par aE ner término, comprender el sentido y la fun-
elepático, en el nivel de
igual implicados en el fenómenot aoa de ciertos errores o semifracasos dela te-
necesariacierta similitud
sus deseos inconscientes. Parece : i ar, por ejemplo, por qué en el sueño
que agente y percipiente
de deseos inconscientes para Dar! e e era la mujer y no la hija sa
La coloración emocional
puedan entrar en “resonancia”. ien daba a luz. Más aun, permi i
o, un elemento esencial te la telepatía allí donde, de ot:ro modo,
destube poca
del mensaje parece, en todo cas E hubiera
i i
podido
ión:
para su transmisión y/o su recepc
enc ias hechas en reuniones
“En ocasión de experi impresión
Pe psicoanálisis puede hacer progresar el estudio
a menudola
poco numerosas, he tenido e la telepatía en la medida en que muchos de los
emocionalmente con
de que recuerdos coloreados caracteres enigmáticos de los fenómenos telepáti-
sin grandes dificulta-
fuerza se transmiten con éxito ho cd más inteligibles gracias a
someter a un examen
des. Si se tiene la paciencia de aciones; o todavía al afirma r porpri-i
la persona a quien, CO-
analítico la:s asociaciones de nos ve la naturaleza telepática deyc
iten los pensamientos,
mo es de suponer, se transm db 'ntonces permanecier:on dudosos”.
e (Sueño y
s que, de otro modo,
se sacan a luz correspondencia de
. Basado enla fe
hubieran quedado inadvertidas de E Eras de defensa se manifiestan en estado
lino a aceptar que
numerosas experiencias, me inc tipo tiene
pS7x4 a eso la telepatía, que sólo es
to de ese
una transmisión de pensamien 1 vés le de llos
i lapsus (Freund -Ottorega;
Ot ma-
ducirse en el mo-
las mayores posibilidades de pro rosdo a a de significantes orient
inconsciente o, en
mento en que la idea emerge del -Forsyte-Forsyth). Pero es, i >
o en que pasa del
términos teóricos, en el moment del sueño telepático el que da ocasión Peives F pega
oceso secundario”
“proceso primario” al “pr sarrollar sus posiciones:: el material Í telepáti
to li ié
ños).
(Significación oculta de los sue sufre las deformaciones (c: ondensaciones i y despl: i
despl pri
tos)
( que constituyen el trabaj abajo del sueño. EEl sueño telépá-
epático por el percipiente
<. Elaboración del mensaje tel A
tico, si existe,, no podría
MOT s ometer a revisión
La los fun q-
bo pai psicoanalítica del sueño. Freud On
iento de Freud está
Lagran originalidad del pensam tias: esta concepci
pción en Sueño y Telepatía, donde
n telepática existe, entonces
en plantear quesi la percepció
deben poder aplicarse a la
los principios del psicoanálisis El mensaje telepático ha sido considerado como
otra percepción sensorial,
misma, como no importa a qué 2 a del material que contribuye a la forma-
durante el sueño. La de-
tanto en estado de vigilia como . ” lel sueño, a la manera de no importa qué estí-
una de las características
formación de la percepción es e no externo o interno, como puede ser un ruido
minado por el deseo in-
del funcionamiento mental do percep-
le la calle o una sensación orgánica persistente (...)
una para que las
consciente. No hay razón alg
205
204
———

tismo, » en el sueño , €£s una representación yi


to y reprimido,
Bajo la influencia de un deseosecre muerte,Freud relata la siguiente anécdota: PERL ads
una realización
el mensaje se halla remodelado en c másdediez7 años,E un ho. mbre :de gran inteli
ace
materiales que .
del deseo (...) y se funde con otros pe me comunicó un sueño, que coniaba pr
en la forma-
logran manifestarse al mismo tiempo e q. a F q de la naturaleza telepáti.
ción del sueño”. os. 7 Había visto) en el sueño aun ami-E
reside en el pro-
Recordandoquela esencia del sueño Eo a de quien no tenía noticias desde hací
sueño”” (Traumar- a
ceso particular llamado “trabajo del md ¡iempo, y le había hecho amargos reproches
manera que el men-
beit), concluye de modo formal: “De admitir su existen- E ree silencio. El amigo nole había respondi
do
echo a
saje telepático si tenemos der Pero np se comprobó que, alrededor del mo-
ida la estructura del
cia— no modifica en ninguna med c ese
ese sueño habí
] a tenido lu,gar, el ami-;
con la naturaleza
sueño; la telepatía no tiene nada que ver ¿tri Erin Dejando de lado el proble.
, algunas páginas más
del sueño comotal”. Y repite aun que lepatíti a, no pare
7 ce dudoso que el mutis-
j
telepatía y lo
adelante: “No hay relación entre la +. e se haya sido una manera de repre
as mismas posiciones
constituye la esencia del sueño > Est —(76)
q uerte”?, —*1El temadela tres arquilla ilas”
s”
ño y Ocultismo
son reafirmadas con vigor en Sue
página 51—: cor Psta observación de Freud no podría, por lo demá
guna luz sobre la s
“La telepatía no proyecía nin ño no csi$ sl se recuerda la correspondencia inte
te, el sue rcam-
esencia del sueño y, recíprocamen beca a publ y que la mayoría de las
cto de la reali- obser-
proporciona ningún testimonio dire ño tele-
E
a qublicadas másás tard
te e habíían an sido
si reco-
izar un sue
dad dela telepatía. (...) Al anal
a información te-
pático, nos convencemos de quel ds
Ob.AS igua
i lmente, que la distinción subraya-
que todo otro resto
lepática ha jugadoel mismo rol vena ae la ón telepática y el trabajo
o este último, sus
diurno y que, recompuesta com X quese , hacía, % a propósito de aquélé!
tribución”.
tendencias han sido puestas a con unaho bastante , próxima a la percepción nn
ción se había de-
Ha de observarse que esta concep sushe l, la que, en últimainstancia, no se vincula al psi-
hallamos un esbozo de
sarrollado desde muy pronto y que condi. Se trata ahí de una idea rectora que Pemtis
Se trata de un pasa-
la misma en una publicación de 1913. sao - E habría oposición entre la teoría psico
arquillas. Cuan- :
je del texto intitulado El tema delas tres y lemostración de la existenci
es del pensamiento :
do se conocen los desarrollos ulterior ía reteni-
lía
tía.E
Esto señala la im; portancii a :de esos A
escriitos de Freud
que éste hab
de Freud, no quedan casi dudas de anASEgge aE NOS parece haber
s de la telepatía, a
do, en el ejemplo relatado, la hipótesi ? z e, Bender, , Ullm
U an y tantos otros, tí-Í
miento sería por
falta de la cual, en efecto, el razona puessea que ya son casi incontestables. Uno de
ser citado in extenso
completo falso. El pasaje merece onoci-
a pae Ama dea consiste en haber presenti
do
del primer rec
porque se trata, a nuestro juicio, r ¡or! de la investigación parapsico!
icológi
y discreto— de su creen-
miento público —porlo demás mu o que el mu-
No obstante, sin duda, es necesario no o
de haber escrit
cia en la telepatía. Después
207
206
d. Condiciones de la transmisión telepática
impulsaron a Freud a in-
acerca de las motivaciones que
por cierto, hacer algún
sistir sobre este punto. Quiso, e Esta
E 1
distinción estableciida entre los verd
la telepatía, pero, ante to-
aporte a la investigación sobre oporo y las “experiencias ed
concepción psicoanalíti-
do, se propuso demostrar que la 7 cto de€ dormir”” nos conducea estudi
udiarl; a
ño telepático, aun admi-
ca del sueño es aplicable al sue ensorial. De
tión ce relaciones entretelepatía y acto de doce,a
a percepción extras
tiendo la existencia de un en primer
en condiciones de aparición dela telepatía. nn.
hecho, se ve con claridad que lo que le interesa Shen a aborda esta cuestión en las últimas páginas de
telepatía, sino más bien la
término noes la cuestión de la si eño y Tn Le parece incontestable que el sueño
que produce el trabajo del
cuestión de la deformación eaha iciones favorables para la telepatía. Tambié;
del sueño” constituye uno
sueño; dado que el “trabajo escribe en Sueño y Ocultismo: “El solo motivo que EE
ría psicoanalítica del sueño,
de los fundamentos de la teo e establecer unarelación entre sueño y telepatía esde
os los sueños hallan su for-
en cuanto ésta plantea que tod Le a el acto de dormir parece en particular AÑO.
esto) por la alteración de
madefinitiva (contenido manifi a le ala resepeión del mensaje telepático”? —(76) página
al trabajo del sueño. Este di a
su contenido latente gracias —. Sin embargo, especifica que no h: i
la teoría de los sueños con-
mismo cuidado de conservar gadas entre la telepatía y el dormir. y relaciones obli
eros de experiencias tele-
duce a Freuda distinguir dos gén Mo término, acepta la hipótesis de que la in-
efecto, no ignora que, en
páticas durante el sueño. En os”
a el q.” pueda serrecibida en el estado devi
relatado “sueños telepátic
muchas ocasiones, se han , .Peropero no accede , a la conciencia más que duranteel1
ningún camuflaje, es decir,
en los que no había habido del
bearAd eratpan otros materiales perceptuales
ntecimiento y la escena
ninguna diferencia entre el aco in , es posible que los mensajes telepáti
sentado en la conciencia del
sueño tal como se había pre a durante el día sólo sean tratadosenel
cibidos riadlcurso di
a llamar sueño a semejante
soñante. “¿Tenemos derecho sueño) de la nochesiguiente”. . (Signifi
(Significado de los sueñ
aia.
pregunta Freud, y responde
experiencia telepática?”, se Esta idea es expresada también en Sueño y Tena
sueño sin condensación,
por la negativa: “porque un
n y, sobre todo, sin realiza-
desplazamiento, dramatizació (Sueño y
oa clero a recusar un acontecimiento
sin duda ese nombre”. on el pretexto de queel acontecimien
ción de deseo, no merece
tico” sin realización de de-
Telepatía). Ese “sueño telepá Ecp no coinciden con aida
a llamarse más bien, según
seo y sin Traumarbeit deberí r al tiempo astronómico. Es en absoluto
epática en el curso del acto de
Freud, una “experiencia tel da que ver
concebible que un mensaje telepático pueda produ-
a, de hecho, na
dormir” y su estudio nO tendrí cirse en el momento del suceso y, no obstante, no
En todocaso, el cuidado por
conla ciencia de los sueños. penetrar en la conciencia hasta la noche siguient
que atestigua Freud, de-
la distinción terminológica durante el acto de dormir (o aún más tarde, en esta
reel sueño y la telepatía,
muestra que, cuando escribe sob do de vigilia, en el momento de una pausade la e
parapsicología como para
no es tanto para respaldar la tividad psíquica, ?, Freud prosigue desarrallando
psicoanálisis.
defender el edificio teórico del su aserción por medio de una comparaciónto; da
de la formación de un sueño “normal” mee

208 209
casi ser tenida en cuenta después de los descubrimientos
Porotra parte, las observaciones hechas con po de Von Frisch. Sin embargo, se puede señalar que nume-
S
demuestran que la telepatía podría sobrevenir fuera rosos investigadores habrían puesto en evidencia pro-
un estado
acto de dormir. Sin embargo, es posible que piedades de percepción extrasensorial en los animales,
Para
mental particular sea necesario en el percipiente. aunque esostrabajos estén hoy sometidos a verificación.
zadas por los adivi nos
Freud, las técnicassofisticadas utili De todos modos, no es nuestra intención discutir
pien-
notendrían otro fin quedistraer la atención del perci aquí la cuestión de saber si los animales pueden comuni-
te y permitir ese efecto de facilitación. carse entre sí por telepatía. Nos interesa antes subrayar
las consecuencias teóricas implicadas en esta concepción
e. En busca dela identidaddela telepatía de Freud. Porque,en efecto, decir quela telepatía parece
ser un modoarcaico de comunicación, que habría sidore-
La comprobación de quela telepatía podría ser faci- .. legado a un segundo plano por el hecho de la comunica-
po
litada por determinados “estados de conciencia ción consignos perceptibles por los sentidos, es dar a en-
e
dos”, condujo a Freud a proponer la hipótesis de tender quela telepatía no podría ser reducida a un fenó-
Esta idea había sido meno por completo lingilístico. Semejante toma de
telepatía sería una propiedadarcaica.
que
adelantada por Ferenczi en una carta de 1912, enla posición no puede dejar de suscitar interrogantes.
afirmaba que “la telepatía es un don primitivo en los e Así, un autor como Lacan —al menos si hemos
de
males, del que sólo los rudimentos pueden ser hallados comprendido su pensamiento, cosa de la que no estamos
nuevo en el hombre, en razón del desarrollo de su y seguros— parece sostener, porel contrario, que la telepa-
: e-
ciencia” (citado por Jones, (95) tomo3, página 439). tía podríaser referida a un efecto de discurso (véase en es-
ro Freud esperó a 1932 para retomarla por su cuenta: pecial Escritos (102) página 265). En todo caso, Maud
ar-
“Nos vemosllevados a pensar que fue el modo Mannoni, haciendo también alusión a la anécdota dela
a
caico de comunicación entre los seres y que cedió moneda de oro —(104) páginas 45-47—, interpreta asimis-
con eno
lugar al método de signos perceptibles moel fenómeno como un efecto de discurso, excluyendo
'o
de órganos sensoriales. Pero el antiguo méto una hipotética percepción extrasensorial. Algunos auto-
a y mani-
puede continuar subsistiendo a retaguardi res anglosajones, por ejemplo, han intentado relacionar
oy
festarse en determinadas circunstancias”. (Sueñ los fenómenos de empatía entre la madre y el hijo con capa-
ltismo (76) página 76). . , cidades de observación muy desarrolladas y hasta ahora
a ser
dl que end suponga que la telepatía podrí mal conocidas. El niño observa las expresiones del
en la vida ee
un fenómeno muy frecuente, en especial semblante materno, los esfuerzos de aquélla para disfra-
jos a
quica del niño; cita, al respecto, los traba zar los afectos; es también muy receptivo de las indica-
On ciones queatestiguan las pulsiones reprimidas en las que
Burlingham;(4) esta idea será retomada
d, A
por otros autores, en especial Ehrenwal se basael carácter de la madre. Esta acuidad perceptiva se
Freu
Fitzherbert(G5) y Merloo.(107) Yendo aún más lejos, perdería poco a poco, a lo largo del desarrollo del niño y
caría y
llega a emitir la hipótesis de que la telepatía expli de su adaptación al mundodelos adultos. Estastesis son
que no puede expuestas, en particular, por D. Burlingham, en unartícu-
comportamiento social de los insectos, idea

210 211
ones que habrían
1015) que atenúa ciertas interpretaci
do por Freud.(4) La
podido derivarse de otro inicial, cita
dente en sus conclu-
autora, sin embargo, se mantiene pru
“las interreacciones
siones e insiste sobre el hecho de que
las fuentes de empatía
descritas no podrían resumir todas
o”.
posibles entre la madre y el niñ

f. ¿Hipótesis O certidumbre?
estaba dispuesto a
Surge de este capítulo que Freud
percepción extra-
admitir la existencia de fenómenos de
sensorial, en el sentido en que la ent
día los
ienden hoy en Conclusiones
tinúa planteadaes si
parapsicólogos. La cuestión que con
tidumbre, como parece
se trataba, en su caso, de una cer solo
vada, o tan Alestudiar la obra de Freud, asombra la oscuridad
desprenderse de su correspondencia pri que con
plausible, como es, más bien, lo que rodealos escritos consagrados al problema del ocul
una hipótesis
itos sobre la telepatía. tismo; en particular en cuantoal lector de habla frailes ;
prudencia da a entender en susescr ece
ón nos par quenotiene fácil acceso a los mismos. Esta oscuridad in
Enrealidad, la respuesta a esta cuesti
a aceptado enca- embargo, nos parece injustificada porque, si es verd. d
secundaria. Lo esencial es que Freud hay
raba queel edificio que la mayoría de los textos no son fundamentales en
rar esta hipótesis. Al hacerlo, demost
cuestionado por la teoría psicoanalítica, son no obstante esenciales en el a >
psicoanalítico no sería radicalmente
ia de la telepatía y tual debate sobre el ocultismo y la parapsicología
eventual demostración de la existenc _
aér enseñanzas del . Al parecer, hay quienes han querido minimizar la in:
aun que la parapsicología podía extr
cidencia de los escritos de Freud sobre el ocultismo. Ene
psicoanálisis.
sando que se trataba de artículos menores, que más bien
tenían carácter de traspiés y es posible que constituyeran
un ejemplo más de la destacable coexistencia, en una
ma persona, de capacidades críticas muy desarrolla-
las con un insospechado fondo de credulidad” (Jones)
Porel contrario, pensamos queel criterio de Freud sobre
este punto es de una perfecta coherencia. Sus hesitaciones
en cuanto a afirmar posiciones contrastantes son
comprensibles a la luz de los conflictos inconscientes r
velados, tal vez, porel estudio del ocultismoy las Ps
dades tácticas impuestas entonces al movimiento psico.

213
pa
—_—

analítico. Por lo demás, no vemos ninguna oposición en las motivaciones dinámicas y los condicionamientos in-
sostener a la vez, comolo hizo Freud, la existencia de la conscientes de los fenómenos.(9, 19, 22, 25, 128, 137) Ahora
telepatía y la inanidad del ocultismo. Son conocidos los bien, es preciso subrayar queesta vía ha sido señalada y
y
escritos que desenmascaranla función de desfiguración abierta por Freud y que la importancia de sus concep-

ti
a de irrac ional ismo con- ciones tal vez esté lejos de ser estimada en su justo valor
de ilusión del ocultismo; la fogat
temporánea no hace más que destacar mejor su pertinen- en los medios psicoanalíticos. Cuando se estudian los tra-
cia. Esto no debe conducir a ignorar los escritos sobrela bajos consagrados a la “percepción extrasensorial””
la he-
telepatía, que, se quiera o no, pertenecen también a asombra la convergencia de ciertos puntos de vista de
rencia freudiana. Freud con las observaciones hechas por otros autores
Porquesi el pensamiento de Freud se pretende, en psicoanalistas o no. Aun cuando, del mismo modo, no se
primer término, ““desocultante”, es también abierto. Co- puedan disimular las divergencias que separan a Freud de
mo creemos haberlo demostrado, Freud estaba dispuesto la parapsicología contemporánea (que sostienela existen-
a admitir la hipótesis de la telepatía. Esto no constituía en cia de la clarividencia, de la premonición y de la psico-
absoluto un aval dado al ocultismo, sino que era sólo un quinesis), su ejemplo no puede más que animarnos a
interrogante sobre ciertos hechos. Hay ahí una orienta- acordar a estas investigaciones la atención que merecen.
ción que nos parece cercana a la de la parapsicología cien-
tífica, en la medida en que no se confundala investiga-
ción parapsicológica auténtica con las lucubraciones de
ignorantes que pretenden representarla. La actitud de
Freud demuestra que no veía oposición de principio entre
las investigaciones detipo parapsicológico y el psicoanáli-
sis. Más aún y por encima del problema de la telepatía,
o psicoana-
Freud atestigua el hecho de queel pensamient
lítico no podría pretender ser totalizador.
En fin, el pensamiento de Freud es fecundo. De-
y
mostró queel psicoanálisis podía contribuir a evidenciar
i-
comprender fenómenos todavía discutidos y mal conoc
dos, comolatelepatía. Estas tomas de posición han cons-
tituidoel origen de unacorriente muy singular de ““parap-
sicología psicoanalítica”, que ha retomadoy desarrollado
ciertas hipótesis de Freud, aportando la investigación
parapsicológica una contribución esencial. Las líneas de
desarrollo de la parapsicología actual se orientan en algu-
nas direcciones dominantes. En primertérmino, en el sen-
tido de estudios estadísticos y matemáticos sobre la per-
cepción extrasensorial; además, hacia la investigación de,

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