Академический Документы
Профессиональный Документы
Культура Документы
EDUCACIÓN, FORMACIÓN
PROFESIONAL Y
MINISTERIO UNIVERSIDADES
DE EDUCACIÓN,CULTURA DIRECCIÓN GENERAL
Y DEPORTE DE EVALUACIÓN
Y COOPERACIÓN TERRITORIAL
INSTITUTO NACIONAL DE
TECNOLOGÍAS EDUCATIVAS Y DE
FORMACIÓN DEL PROFESORADO
EDUCACIÓN INCLUSIVA:
TRASTORNOS DEL ESPECTRO
DEL AUTISMO
6. Bibliografía y recursos.........................................................................................20
1. Para pensar
Juan acababa de cumplir los dos años cuando acudió a un equipo experto en evaluación
y diagnóstico de alteraciones del desarrollo. Era un niño ágil con una cara preciosa y
unos ojos grandes y negros. Desde los 18 meses de vida, sus papás estaban muy
preocupados por su indiferencia ante las personas, no realizaba los juegos de
interacción que se consideran propios de esas etapas infantiles –cucú-tras, palmitas,
lobitos...– había dejado de responder a su nombre, no imitaba los juegos de los adultos
o de los iguales, no sonreía al buscar al adulto, no señalaba con el índice, tenía muchas
rabietas incontroladas. Realmente los veinte primeros meses de su vida se los pasó
despertándose sin motivo aparente por las noches y llorando sin que nada de lo que
intentaran sus papás para calmarle tuviera éxito.
«No tiene lenguaje oral, siendo sus emisiones más frecuentes un balbuceo repetitivo,
gorjeos y leves chillidos. Juan no compensa esa falta de lenguaje oral con gestos, su
forma de comunicarse es llevar de la mano a la persona con la que interactúa hacia el
objeto que desea. Otra acción que realiza es llevar el objeto al adulto y entregárselo o
ponérselo entre las manos o piernas o muy cerca de él. A lo largo de todas estas
peticiones no alterna su mirada entre el objeto y su interlocutor. De hecho, no mira a
los ojos con mucha frecuencia, y cuando lo hace, suele ser con miradas fugaces, aunque
también realiza miradas a los ojos más directas y fijas. Todas estas miradas son más de
control que comunicativas. Juan ha desarrollado varias estrategias para llamar la
atención sobre lo que desea. Te entrega objetos, te lleva donde le interesa, te
manipula, emite leves gritos, golpea cuando no consigue lo que quiere (los golpes suelen
ir dirigidos a la madre, aunque sea otra persona la que le haya molestado), y llega a
tener rabietas. Sus rabietas suelen tener una clara motivación de control del entorno,
generalmente para conseguir objetos que desea o para evitar situaciones que no le
agradan. En el momento que obtiene lo que desea, la rabieta cesa inmediatamente. No
responde a su nombre. No muestra objetos al interlocutor. No sigue la mirada, no
atiende a los intentos de dirigir su atención. Tampoco parece comprender las
intenciones de los demás (por ejemplo, el adulto realiza delante del niño un intento de
alcanzar un objeto fuera de su alcance pero cercano al niño y el niño no da muestras de
entender la intención del adulto y de comprender que podría ayudarle acercándole el
objeto)»
La familia de Juan aportó ese material para su estudio y, tras el análisis minucioso de las
escenas, se encontraron ejemplos que podrían haber desencadenado una sospecha y
generar, en consecuencia, una alerta en relación al desarrollo de Juan. Veamos algunos
ejemplos:
• A los tres meses y medio se le observa en la cuna y presenta muy escasa expresividad
emocional, prestando prácticamente toda la atención al móvil que oscilaba encima de
su cuna.
• A los cinco meses se observa una escena de relación en la cuna con su hermano, un
año y medio mayor que él. Prácticamente no tiene interacción con él ni demuestra
ninguna sonrisa social. La propia mamá, que estaba con la cámara grabando, tras unos
minutos comenta «¿Por qué miras tan serio? ¡Qué serio estás!»
• En la fiesta de celebración de su primer cumpleaños no muestra especial atención al
contexto festivo ni a los familiares que le acompañan, sigue serio, no mira a la cara de
las personas que están con él ni aunque le tengan en su regazo, tan solo realiza
acciones no funcionales con alguno de los juguetes que le han regalado. No manifiesta
ningún comportamiento que haga pensar que está participando realmente (física,
social o emocionalmente) de esa escena.
• A los dieciocho meses se observa a Juan en la playa, está sentado en la arena, en un
momento determinado quiere levantarse, a su lado están su hermano, su papá y su
mamá. Se ve a Juan que claramente no quiere apoyar sus manos en la arena para
levantarse, lo intenta un par de veces sin conseguirlo. Lo curioso y relevante de este
episodio no es tanto que le de cierto reparo tocar la arena de la playa con sus manos,
lo más relevante es que otro niño en esa situación habría buscado la mirada y la
atención de sus familiares y les habría hecho entender con gestos o con
aproximaciones de palabras su necesidad de ayuda. Juan no hizo nada en relación con
llamar la atención de su familia para «resolver» su situación. Daba la impresión de
estar solo, aunque estuvieran sus papás y su hermano a menos de un metro de
distancia.
Además sabemos que los procesos psicológicos superiores, las capacidades más
desarrolladas del ser humano, se gestan en los procesos de interacción social
significativa que se dan en los primeros desarrollos de la vida. Por lo tanto, debemos
saber cómo son esos procesos esenciales de desarrollo socioemocional y comunicativo
para poder entender las expresiones de ese desarrollo cuando se ve alterado.
Amplía: Para saber más sobre el desarrollo humano puedes acceder a la del Centro
para el Control y la Prevención de las Enfermedades en español, en las que
se muestran los hitos más importantes: Indicadoresdeldesarrollo
Veamos ahora, siguiendo algunos experimentos clásicos de psicología evolutiva (la que
estudia el desarrollo) algunos ejemplos de lo que sabemos sobre los primeros avances
de los bebés en la comprensión del complejo mundo social. Estos ejemplos nos
muestran la enorme capacitación con la que vienen preparados biológicamente los
bebés para establecer relaciones interpersonales significativas, las cuales son el
verdadero alimento del desarrollo esencialmente humano.
Ejemplo 1:
Vídeo: En siguiente vídeo puedes comprobar cómo los bebés recién nacidos
imitan los movimientos que hacen delante de ellos las personas adultas, tales
como sacar la lengua o abrir la boca. Este experimento se hizo por vez primera
en 1977.
Fuente: ArtículodeMeltzoffyMoore(1977)
en el que demuestran las habilidades de imitación de recién nacidos
Ejemplo 2:
Un bebé de un mes es capaz de detectar que sus movimientos son los que crean una
respuesta en su entorno.
Vídeo: Puedes ver este vídeo donde un bebé de tres meses tiene una primera
situación con la cuerda que enlaza su pierna y el móvil y una segunda situación
en la que la cuerda no está atada al móvil, con lo que el bebé, aunque mueva su
pierna, no moverá el móvil. Observa las expresiones emocionales del bebé
y piensa en la importancia de esta capacidad. Imagina que el móvil es una
persona y que en el curso de una interacción el bebé deja de poder «mover» con sus actos la
expresividad de su interlocutor. El ver violadas las expectativas es clave en la comprensión del
mundo social. Tenlo muy en cuenta cuando veas el siguiente ejemplo.
Ejemplo 3
Un bebé de mes y medio, detecta que algo ocurre en la interacción con su mamá.
En el siguiente ejemplo, basado en una prueba clásica que consiste en que un adulto
interrumpa repentinamente su interacción ante un bebé sin aviso, Vasudevi Reddy,
psicóloga y profesora de Psicología Evolutiva y Cultural en la Universidad de
Portsmouth, nos narra su experiencia con su hija Shamini. «Ocurrió cuando tenía 6
semanas de vida, durante un rato de buena y simpática interacción con Shamini
acostada en su cuna y yo inclinada sobre ella. De repente puse mi cara ‘en pausa’,
continué mirándola con una expresión placentera pero sin mover un solo músculo de mi
cara. Su reacción fue típica de libro, pero la experiencia resultaba bastante
demoledora. Ella siguió mirándome, sonriendo y vocalizando un poco, luego se quedó
seria y no hizo ninguna respuesta, miraba a otro lado brevemente, volvía luego otra vez
a mirarme, sonreír y vocalizar, de nuevo otra vez se ponía seria, miraba a otro lado,
volvía y así unas pocas veces más. Todo este episodio no debió durar más de treinta
segundos, pero me pareció mucho más largo. No pude seguir sin responder y estallé en
una sonrisa, la hablé y me incline para darle un abrazo a modo de disculpa. En ese
momento su cara se arrugó y se puso a llorar. Estaba conmocionada, consternada y
profundamente impactada. ¡¡Ella estaba realmente preocupada!!. Este incidente sacudió
mi autoconciencia y me hizo tomar mucho más seriamente sus diálogos. Fue
un punto de inflexión en mi comprensión de mi hija» (En Reddy, 2008, p. 74).
Este episodio, repetido una y mil veces en experimentos con bebés de diferentes
edades, nos muestra cómo desde muy pequeñitos los bebés son capaces de percibir
que se interrumpe la «conversación», la interacción natural, con su interlocutor y
muestra evidentes signos de malestar.
Vídeo: Puedes ver una escena similar a la descrita por la profesora Reddy en el
siguiente vídeo.
Filipek y sus colaboradores (1999) fueron los primeros en impulsar este proceso de
evidenciar las señales de alerta y proponer un camino, un proceso, metódico y
estructurado, basado en el conocimiento existente, para generar sistemas de
detección y atención tempranas. Unos pocos años después, el Grupo de Expertos en
TEA, aglutinados en España alrededor del Instituto de Salud Carlos III (recuerda que
hablamos de este grupo también en el Módulo 2) desarrolló una guía de buena
práctica para la detección temprana de los TEA (Fernández y cols., 2005).
• No sonríe socialmente.
• Tiene pobre contacto ocular.
• Consigue las cosas por sí mismo/a.
• Es muy independiente.
• Parece preferir jugar solo/a.
• Está en su propio mundo.
• «Desintoniza» de nosotros.
• No está interesado/a en otros niños/as.
• Hace las cosas «precozmente».
En relación a la comunicación:
• No responde a su nombre.
• Parece sordo/a a veces.
• Parece oír algunas veces, pero no otras.
• No puede decirme lo que quiere.
• No señala ni dice adiós con la mano.
• No sigue instrucciones.
• Retraso en el lenguaje.
• Solía usar unas pocas palabras, pero ya no las dice.
En relación a la conducta:
Una indicación absoluta para una evaluación más amplia inmediata (según la
información de la web FirstSigns):
Los ítems más significativos de las escalas de detección temprana existentes (18-24
meses) son:
El conocimiento sobre las señales de alerta está siendo muy útil para la detección
temprana, especialmente en un grupo de mayor vulnerabilidad para presentar TEA: los
hermanos y hermanas de niños con TEA. Como recordarás del Módulo 2, hay más
posibilidades de que en una familia que tenga un hijo con TEA un nuevo hijo tenga
también TEA. Por lo tanto, hay muchos estudios, cada vez más, que analizan el
desarrollo de hermanos desde el nacimiento para detectar señales de alerta o para
investigar y estudiar el curso del desarrollo.
Los criterios diagnósticos actualmente consensuados son los que propone la American
Psychiatric Association en su Manual Diagnóstico y Estadístico de los Trastornos
Mentales (DSM-IV-TR, 4ª edición, texto revisado). En la tabla siguiente puedes ver
dichos criterios pero recuerda que no se puede realizar un diagnóstico simplemente
por aplicar, sin preparación para ello.
Trastorno Autista
Trastorno de Rett
Trastorno de Asperger
A. Existe un total de seis (o más) ítems de 1, 2 y 3, con por lo menos dos de 1, y uno de
2 y de 3:
funcionales.
c. Manierismos motores estereotipados y repetitivos (Por ejemplo, sacudir o
girar las manos o dedos, o movimientos complejos de todo el cuerpo).
d. Preocupación persistente por partes de objetos.
1. Interacción social.
2. Lenguaje utilizado en la comunicación social.
3. Juego simbólico o imaginativo.
D. No hay retraso general del lenguaje clínicamente significativo (Por ejemplo, a los
2 años de edad utiliza palabras sencillas, a los 3 años de edad utiliza frases
comunicativas).
Sobre la forma:
Sobre el contenido:
Sobre la entrega:
6. Bibliografía y recursos
Puedes ver más información en español sobre las señales de alerta de los TEA y sobre
la evaluación y diagnóstico en las siguientes páginas de referencia:
7. No olvides que…