El principio de inmediatez constituye un límite sustancial al ejercicio de poder
disciplinario. Su observancia es obligatoria tanto al iniciar un procedimiento de investigación ante la comisión de una infracción, como al comunicar la sanción aplicable al trabajador. Así, el procedimiento previo de investigación dela falta grave debe iniciarse apenas el empleador tome conocimiento de esta; y luego de comprobada la comisión de la falta grave se procederá a la comunicación inmediata de la sanción correspondiente. LA PROTECCIÓN CONTRA EL DESPIDO ARBITRARIO EN EL REGIMEN ESPECIAL DE CONTRATACION ADMINISTRATIVA DE SERVICIOS El despido arbitrario supone la ruptura del vínculo laboral por parte del empleador sin expresar causa alguna por tal hecho, no se cumple con el procedimiento o por no poder demostrarse la causa justa dentro del proceso laboral. En este sentido, se considera que es arbitrario si el despido se realiza sin seguir el procedimiento formal (no se expresa a la causa) o se sustenta en causal no demostrable en juicio. Es decir, si el trabajador realmente incurrió en causa justa de despido, pero no se siguió el procedimiento previsto en la Ley., dicho cese es arbitrario en tanto se violó su derecho a defenderse de los cargos que se le imputaban; igualmente ocurre si se sigue un procedimiento de despido imputándole al trabajador hechos que jamás ocurrieron y que por lo tanto no pueden ser ratificados en la vía judicial. Ahora bien, se considera despido arbitrario: a) El despido del trabajador de quien no se expresa, sustenta o demuestra la causal en juicio. En este caso estamos hablando de que no se ha amparado ni probado las siguientes causas para despedir al trabajador: I) Incumplimiento injustificado de las obligaciones derivadas del contrato, y; II) Deficiencia en el cumplimiento de las tareas encomendadas. b) Que habiendo el trabajador realmente incurrido en causa justa de despido, no se siguió el procedimiento previsto en la Ley. En ambos casos, “el empleador tiene la obligación de pagar automáticamente al trabajador la indemnización equivalente a las remuneraciones dejadas de percibir, hasta un importe máximo equivalente a las remuneraciones dejadas de percibir, hasta un importe máximo equivalente a dos meses. En caso de que el empleador no abone en forma automática la indemnización, el trabajador podrá interponer la demanda correspondiente.
Si el trabajador considera que no ha cometido la falta imputada que sustenta
su despido o este constituye una sanción desproporcionada, podrá interponer una demanda solicitando que se le abone una indemnización equivalente a las remuneraciones dejadas de percibir, hasta un importe máximo equivalente a dos meses.