Ttny Engleto11
hístorin
planeaba un_ periódico de crítica teatral, un exten­
so estudio sob1·e Balzac y un tratado de estética.
Como intelectual alemán sólidamente formado en
la gnm tradición clásica de su sociedad, el arte y la
literatura formaban pa1·te del aire que respiraba. Su
familial'idad con la literatura, de Sófocles y Lucre­
cio a la novela espaf\ola y los folletines ingleses, era
de una amplitud asombrosa. El círculo de tl'aba•
jado1·es alemanes que fundó en Brnselas dedicaba
una noche poi· semana a discutir sobre arte, y el
propio Marx era un aficionado al teatro, recitador
de poesía y devondor de todo tipo de arte litera­
rio, desde la prosa augusta hasta las baladas indus­
triales. En una carta a Engels, describía su propia
obn como una "totalidad estéticA", y fue cscmpu­
losamente sensible a cuestiones de estilo litenrio,
comenzando por el suyo propio. Sus primerns te,c­
tos periodísticos argumentaban a favor de la liber­
tad de e,cpresi6n artística. Además, en su obrn más
madura, puede reconocerse por detrás de algunas
de sus principales categorías de pensamiento eco­
nómico la presencia de conceptos estéticos.1
l. Vduc M, Lifshitz, Th, Pbilosaphy of 1111 o/ Kil1·I Mn,w (1.R
lilosorrn del arte de Culos M11rx), P1m un cxomcn lngcnuomcntc
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Littmtw·n f!
De todos modos, Marx y Engels tenían entre
manos tareas más urgentes que la formulación de
una teoría ,est�tlca. Sus comentados sob1·e arte y
literatul'B son aislados y fragmentados, alusiones
,t pasar más que ugumentos destU'l'Oll�dos.ª E�ta
es una de las rszones por las que la crítica marxis­
ta consiste en algo más que en la mera rcexamina­
ci6n de casos establecidos por los fi.mdadol'es del
marxismo. También consiste en algo más que lo
que en Occidente se conoce como "sociología de la
litet·anu·a". La sociología de la literatura se interesa
principalmente por lo que podda dcnomin1U·se 11los
medios de producci611 1 distribución e intercambio
literarios que existen en una sociedad determina­
da": el modo en que se publica un libro, la com­
posición social de los autores y su audiel\cia, nive­
les de alfabetización, determinaciones sociales del
11 sto'', También exanuna textos literarios p�r su
gu
relevancia "sociológica", abordando una obn1 litera­
ria pan abstraer de ella temas de intcn-és pat·a el hls-
prcjuleloso pero r-ilwnAblcmcntc documenttdo de l01 Interese-a lite•
mios de Morx y Engcls, véase P. Dcmclz, Mniw, ll11gtls 1 los po,ta,.
2. Poro un compendio de estos eomcnt1ulo1, vdaso C. MArx )' l'.
Engcls, &N·itOJ 10hr, lltmmm1, Buenos Aires, Collhuc, 2003,
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 Tmy IJ:flgleton
toriador social. Existen trabnjos excelentes en este
cnmpo,J y constkuye un aspecto de In crítica mnr­
xista considerada en su conjunto. Pero considerada
en sí misma, la sociología de la literatura no es par­
ticularmente mnl'xista ni especialmente crítica. De
hecho, se trata en gran pa1·tc de una vctsión con­
venientemente domesticada y digerida de la ct·ftica
mlll-xista, npropindn para su consumo en Occidente,
La c1·ítica ma1·Xcista no es una mera "sociología
de la litel'Otura", interesada en cómo se publica una
novela y si hay en ella refel'encias a la clase obrera.
Su finalidad es e,.,:pllcar exhaustivamente una obra
literario, lo cual signiAca brindar una especial aten­
ción a la forma, el estilo y sus significados. 4 Pero
3. Vé11 e cspcelalmcmc L. Shllcltlng, l!Jg,uto lltt111rio1 Méxko, ,cg,
1960; R. Escorpit, Srxlologfn ,f, In lltm1t11m, lbreclonn, Etlimn, 1968 ¡
R. D. J\ltlck, T/Jr E11gll1h l"'o111mo11 Rtn<le1· [RI lector corm1m lngldsl,
Chkngo, Unlversity of ChlCt1go Prus, 1957; y ll. Willi11111s, ú, lnl'gn
rrvo/11rid11, lluc:nos Aittl, Nucw Visión, 2003. Entre IM obms repl't'sen­
nuh11s mds rc:cienres se cnc:ucntrnn: 1). L11urcnso11 y 1\, Swingcwood,
Th, S«lololfl of Ut,111tt11v (Sociologfn tic 111 Utenm1mJ, Lonclre , Pnln­
rm
dln, 1972 )' M. Bmllrnry, nJI' Sol'/(1/ Co11m1 of 1111Klil/J Litrlllt/11'11
contexto 1ocinl de In lher1uurn inglc:,nl, Oxford, Schocken llooks,
1971, Paro 1111 examen de 111 importante obm de fü1ymond Wtlllonu,
,•énsc 1111 mfculo en Nrw L,ft Rr1Jl11111 95 (encro/ícbrero), 1976.
4, Muchos c:r!tkos no muxlsto rechoinrí1m 1111 rdrmino como
1
\1xplicnel611", ¡lorque vlol11rí11 el "misterio" de In lhcrnruN. Lo uli•
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,,,
Litemfllm t /Jistorlrt
también significa compt'cncler esa forn,a, estilo y
sentido como prnductos de una histol'ia detem1ina­
da, El pintor Henri Matisse señaló alguna vez que
toda ob1·a lleva las huellas de su época, pero que las
grandes obras son aquellos en los que estas huellas
son más profundas. La mayoría de los estudíantcs
de literatura aprenden lo contnrio: que el arte más
significativo es el que trasciende eternamente sus
condiciones históricas. Ln crítica mRl'xistn tiene
mucho que decir al respecto, pero los análisis 11his­
t6ricos" de la litcrRtma no comienznn con el mar­
xismo. Muchos pensadores antes que Marx habían
tratado de examinar las ob1·as literal'ias en términos
de la historia que las pl'Oducía; 5 y uno de ellos, el
U1.o ¡mrquc col"eldo con Pierre M11cherey, en au Rim 1111n ttorln d,
In prod11rtld11 lltm11·/n1 en que 111 t1ire11 del crítico no ea "lnterpret-,,r"
sino "ex¡>li�r". Pnrn M11chc1·ey, lo "lnter¡,rctnclón" de un texto supo•
ne revl ilrlo o corregirlo de ileucrdP con un11 normn ideal de lo que
dc:bcríR ser¡ es decir, consiste en rcchuu el texto tnl romo ti, Ln erf•
tica intcrprcrntivo 11red11plico" el texto, modlOCllndolo )' el11bonlndo­
lo pan, focllimr su consumo. Al decir 111tf1 occrco de 111 obro, termlml
por decir 111t11ot.
5. Vé11 e e,1pcci11lmente G. Vico, Pri11dplo1 dt 1111n rlmrln 1111,vn,
México, FCE, (17251 2006; Mulo.me de St11ijl, O, In litm1t11m ron•
sidamdn m 111 rtlnddn ,011 ln1/1111lt11rio11r11orlnlt1, P,ufs, lmprcntn de
Pl'lllet, l 18001 1829; li, Toine, Jlluorin d, In /11t1111111n inglrm, Bue•
nosAircs,Amérk111oc, l1863) 1945.
37
 Terry Engleton
filósofo idealista alemán G. W. F. Hegel, tuvo una
profunda influencia en el pensamiento estético del
propio Ma1·x. La originalidad de la crítica marxis­
ta no depende entonces de su perspectiva histórica
sobre la literatura, sino de su concepción revolu-
cionaria de la historia mish1a,
BASB Y SUlllUUSTRUCTURA
Las semillas de esta concepción revolucionaria se
encuentran sem.bradas en un famoso pasaje de Ln
ideologfa 11/e1111mn, de Marx y Engcls (1845-1866):
La producc:i6n de lns idens, de lns representaciones y de la
concienc:in aparecc 1 ni p1'indpio, dircctnmcntc entrehm1da
con la nctividod materitd y el tmto mnterinl de los hom­
bres, como el lcngunjc de la vida 1·ei1l. Ln formnción de lns
idcns1 el pensamiento, el trato espiritunl de los hombres
11e presentnn aquí tod11vfl\ como emanación dit·ecta de su
comportnmiento material [, .. J no p11rtimos de lo que los
hombre, dicen, se re¡m1�entnn o se imaginan, ni tnmpo­
co del hombre predicndo, pensado, representado o imn­
ginodo, pnrn llegar, n partir de olH, 111 homhre de corno y
hueso¡ portimos del hombre que rcn�nente octtío [ ... ]No
es In conciencio la que determino lo vida, sino In vidA In
que determino In conciencio.
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Litc,·nt-um e bistorit1
Una formulación más completa de lo que esto
signHica puede encontrarse en el Prefacio de Co11-
trib11ció11 a.In critica ,le In eco110111/n polftira (1859):
En 111 prnducci6n soch,I de su vida los hombre.� establecen
detcrminndas relaciones neceso,·ios e independientes de su
vohintnd, ,·,lncioms dr prod11rdó11 que corresponden n uno
fose det<ll'minodo de desarrollo de sus fim'Yls productivílli
mnterinles. El conjunto de estH rclnclone9 de producción
formo le estrucrurn económico de In sociedod, In bnse renl
sobre In que se l0v1mm In supe1·estructur11 jurídicn y políti­
co y n lo que corresponden determinados formH de con­
ciencia sochd. El modo de produeción de la vidn moterinl
condiciona el proceso de In vido sociill, política y espiritual
en general. No es In eonciencin del hombre In que deter­
mina su ser· sino, por el contrnrio, el se,· social es lo que
determino su conciencio.
En otras palabras, las relaciones sociales ent1·e
los hombres están sujetas a la forma en que estos
producen su vida material. Determinadas "fuerzas
productivas" -por ejemplo, In organización del tni­
bajo en la Edad Media= suponen una relación social
entre el vasallo y el amo conocida como feudalis­
mo. En w1a etapa posterior, el desa1·rnllo de nuevos
modos de organización productiva se basa en un
conjunto diferente de relaciones sociales, esta vez
entre la clase capitalista propietaria de los medios
 Tnry Eng/,,1011
de 11vulgata marxista" diría que el poema está dfrec­
tnmcnte determinado por factores económicos
e ideológicos: por el vacío espil'itual y el agota­
miento de la ideologfa bui·guesl\ a rafa de la crisis
del capitalismo imperial conocida como Prime-
1·a Guerra Mundial. Esto sería explicar el poema
como un ºreflejo" inmediato de dichas condicio­
nes¡ pero es evidente que no se está tomando en
cuenta toda una serie de "niveles" que "median"
entl'e el texto en sí y In eeonomfn capitalist11, No se
dice nada, por ejemplo, acerca de la situación social
del propio Eliot, un cscrito1· que vive una relación
ambigua con lo sociedad inglesa, como un "aris­
tóc1'otn11 estadounidense expatriado que se vuelve
un empleado de banco y que, aun así, se identifi-
ca profundnmcmte con los valores tndicionales y
conservadores de la ideología inglesa más que con
el mel'cantHismo burgués. No dice nada sobre las
formas m,s generales de In ideología, nada acerca
de su cstt·uctura, contenido, complejidnd interna, y
cómo todo esto se produce por relaciones de clase
extremadamente complejns de ln sociedad ingle-
sa de su tiempo. Tarnpoco dice nadn acerca de
la fol'ma y el lenguaje de Ln ticrm btildfn: por qué
Eliot, n pesar de su conservadurismo político, fue
un poeta de vanguardia que tomó de la histol'ÍR de
Literfllw•n e hirtol'in
las formas literarias que tenía a su disposición téc­
nicas expel'imentales ºprogresistas", y sobre qué
base ideológica se apoya esta elección. Des?� esta
perspectiva, no sabeinos nnda sobre. las cond1� 1oncs
que en ese momento hicieron surgir d�t�1·1111nadas
.
formas de "espfrituabdad", en pnrte cnstrnnas Y en
.
parte budistas, que aparecen en el poema¡ ni del
papel que en la formación ideológica de la época
cumple cierto tipo de antropología (Fraser) y filo­
sofía (el idealismo de F. H. B1·adley) burguesas de
las que el poema hace uso. �eja a oscuras la po�i­
ción social de Rliot como artista, parte de una chtc
erudita, experimental y autocons�icmte, que dispo­
.
ne de medios específicos de pubhcac16n (µequef\os
diarios y revistas); tanto como el tipo de lector que
_
esto implica y su efecto sobre el estilo y los p1·0-
cedimientos del poema. Ignora completamente la
relación entl'e el poema y las teorías estéticas que
se asocian con 61: qué papel desempei\a esa estética
en la ideología de la época, y la fonna que le da n la
construcción del poema.
Un análisis completo de Ltt tierrn bnldfn dcbe1·á
tomai· en cuenta todos estos fnctol'es, No se trata de
reducir el poemn al estado del capi�ali�mo conten�­
poráneo; ni de introducir tantns _ cnte1·1os0s comph­
caciones que hagan perder de vista algo tan crndo