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La distorsión armónica es un parámetro técnico utilizado para definir la señal de audio que
sale de un sistema.
La distorsión armónica se produce cuando la señal de salida de un sistema no equivale a la
señal que entró en él. Esta falta de linealidad afecta a la forma de la onda, porque el equipo ha
introducido armónicos que no estaban en la señal de entrada. Puesto que son armónicos, es
decir múltiplos de la señal de entrada, esta distorsión no es tan disonante y es más difícil de
detectar.
En todo sistema de audio siempre se produce una pequeña distorsión de la señal, dado que
todos los equipos actuales introducen alguna no linealidad...
La distorsión armónica no siempre implica pérdida de calidad. De hecho, la distorsión se
considera un efecto de sonido imprescindible para ciertos géneros musicales
(básicamente rock) y así, se suele saturar artificialmente la señal básica producida por
ciertos instrumentos (como guitarras eléctricas). En este sentido, la distorsión apareció en la
música primero como consecuencia indeseada de la saturación de las etapas del sistema de
amplificación (debido al uso de amplificadores de escasa potencia y pastillas humbuckers), y
después se crearon unidades de efecto que producían artificialmente ese efecto, con
independencia del equipo utilizado.
También algunos soportes, como ocurre con los viejos vinilos introducen distorsión armónica,
sin embargo en este y similares casos hay controversia (ver audiófilos) y hay quienes
sostienen que sin esta distorsión armónica, el sonido seria demasiado «puro» o «frío». Tal es
el caso, que actualmente, no son pocas las bandas de rock que, a pesar de procesar la señal
por completo en sistemas digitales, graban sus trabajos en vinilo, para utilizar esa sonoridad
tras remasterizarlos en la copia comercial final.
Al hablar de distorsión armónica, normalmente se hace referencia a la llamada distorsión
armónica total, que es precisamente, la cantidad de armónicos que el equipo introduce y que
no estaban en la señal original.
Para normalizar las medidas, habitualmente la distorsión armónica total se mide introduciendo
un tono de 1 kHz y midiendo la señal de salida. En los parámetros técnicos de los equipos,
suele figurar la distorsión armónica total y se da en forma de porcentaje. Habitualmente, se
indica con las siglas en inglés THD (total harmonic distortion). Por ejemplo:
Las bocinas sufren de distorsiones lineales y no lineales. La distorsión lineal puede verse como una
respuesta de frecuencia y/o una demora de grupo que no son planas o uniformes. Esto se analiza en
otra parte. En cuanto a las distorsiones no lineales, éstas añaden nuevas frecuencias a la señal
acústica de salida que no estaban presentes en la señal eléctrica de entrada. Para medirlo, se
reproduce una frecuencia (la fundamental, digamos de 100 Hz) en la bocina con un nivel de presión
de sonido particular y se mide una frecuencia por encima de esa frecuencia de prueba. El doble de la
frecuencia es la segunda armónica (200 Hz), el triple es la tercera armónica (300 Hz), etc. Al recorrer
la frecuencia fundamental se puede hacer una gráfica de la distorsión armónica en función de la
frecuencia. La distorsión armónica total (THD, por sus siglas en inglés) es la relación que hay entre el
sonido total que sale de la bocina en comparación con todo el sonido adicional que se añade a la salida
y que no estaba presente en la entrada: segunda + tercera + cuarta + quinta + etc.
La distorsión armónica no está en línea con el nivel de la señal, en el sentido de que un aumento de
10 dB en la señal de prueba normalmente dará por resultado un aumento mucho mayor en el nivel de
distorsión armónica. Por lo tanto, se deben revisar las condiciones de prueba antes de comparar las
mediciones de diferentes bocinas. En general, las bocinas más grandes sufren de una menor distorsión
armónica que las bocinas pequeñas cuando suenan al mismo nivel. Asimismo, las bocinas de tres vías
sufrirán una menor distorsión armónica que las de dos vías, ya que cada unidad de la bocina tendrá
menos trabajo que hacer. El resultado puede verse en los siguientes ejemplos, que se realizaron con
el mismo nivel de presión de sonido.
Bocina grande de tres vías O 410 Bocina pequeña de dos vías KH 120
Desafortunadamente, el nivel de distorsión armónica no tiene una buena correlación con la calidad
subjetiva del sonido. Por ejemplo, un sistema de audio con altos niveles de distorsión armónica de
segundo orden puede sonar muy agradable, mientras que el mismo sistema con el mismo nivel de
distorsión armónica de tercer orden tendrá más bien un sonido pobre. No obstante, las gráficas de
distorsión armónica son muy útiles para los ingenieros de sonido como herramienta para localizar
problemas en sus diseños.
Recuerde que incluso si las armónicas de segundo orden creadas por un sistema de monitoreo pueden
sonar bien (como una distorsión de tubo, oscilador, compresión, etc.) la señal es modificada por esta
distorsión, lo cual hace que la señal acústica de salida difiera de la señal eléctrica de entrada, lo que
se debe evitar tanto como sea posible.