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MEDITACIÓN DE SANACIÓN.
COMO ENTRAR EN EL NIVEL DE CONCIENCIA DE LA SANACIÓN ESPIRITUAL.

Siéntate en un lugar tranquilo para comenzar la meditación, puede ser en una silla o en un
almohadón o en el suelo.
Puedes poner una música suave, un incienso y una vela.
Asegúrate que nadie te va a molestar o interrumpir durante este tiempo que has reservado
para ti.

1. Respiración silenciosa
Comenzar con la respiración silenciosa: respirando lentamente por la nariz, frenando
conscientemente la inspiración y la espiración.
Al inspirar visualizas el aire que penetra como dos hilos de seda uno en cada fosa nasal
que se deslizan lentamente.
Al espirar visualizas que tienes una vela encendida debajo de la nariz y al espirar no se
mueve la llama de lo lentamente que liberas los flujos de aire de la espiración.

2. Toma conciencia de tu dimensión física.


Vas relajando todo el cuerpo físico, tus músculos, y tus órganos internos, desconectándote
de tus sentidos externos, todos los ritmos y pulsos de tu cuerpo se ralentizan, el corazón
late más lentamente, la sangre circula más despacio, tu mente también se calma, te sincro-
nizas con el ritmo de la Tierra de 8 Hz.

3. Toma conciencia de tu dimensión mental.


Ya has elevado tu nivel de conciencia.
Has dejado atrás la dimensión física y el mundo material.
Entra en tu mente consciente, con tu carácter, tu personalidad, con el constructo mental
con el que te identificas cuando te dices a ti mismo “Yo soy así”.
Visualiza tu Pantalla mental, como una gran pantalla de cine.
Estás tú solo frente a ella, no hay nadie más; tu solo frente a tu pantalla mental como un
observador objetivo, como una conciencia testigo.
Tú eres el que maneja la máquina de proyección de tu mente; tu conciencia es la que man-
da: puedes ponerla en marcha, detenerla pulsando el botón de pausa y apagarla comple-
tamente dejándola en blanco y vacía de contenido. Tienes un botón verde de puesta en
marcha (play); un botón rojo de pausa (stop) y un botón negro de apagado (off).
Pulsa el botón verde y deja fluir tus pensamientos libremente mientras los observas como
un testigo objetivo, observa cómo se entrelazan sin un orden aparente; como unos llevan a
otros; como surgen y como desaparecen. Observa tu mente durante el tiempo que quieras.
Tu eres el único espectador de lo que pasa por tu pantalla mental, eres el observador si-
lencioso, la conciencia testigo que solamente observa sin juzgar el libre fluir de los pensa-
mientos. Eso te enseñara como funciona tu mente.
Ahora vamos a hacer dos ejercicios:

1. Detener el flujo de pensamientos.


Visualizo como aprieto el botón rojo y la máquina de proyección se detiene, (como
si presionara el botón de pausa), al detenerse se queda un pensamiento atrapado
en la pantalla como una imagen fija.
Me pregunto ¿De dónde viene ese pensamiento? Vendrá de mí.
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Ahora me pregunto ¿Quién ese Yo de donde viene ese pensamiento?


Será una de las ramificaciones de mi mente consciente de mi Yo individual, de mi
Yo ego (mi personalidad, la individualidad con la que me identifico).
Ahora hago un ejercicio de despego, de desidentificación con mi Yo ego y mi Yo in-
dividual:
Ejercicio de desapego:
Mi Yo ego, mi Yo individual, mi carácter, mi personalidad es un constructo que yo
he ido construyendo a lo largo de mi vida y que me acompañara durante toda mi
vida; generalmente me identifico con él, pero Yo no soy mi Yo ego.
Yo soy un Ser espiritual de naturaleza divina y eterna en un cuerpo físico humano,
mortal y finito.
Mi Yo ego morirá con mi cuerpo físico pero mi Alma y mi Ser no morirán nunca
porque son sagrados, trascendentes y eternos.
Toma de conciencia de las energías del Yo ego:
Cuando los pensamientos, palabras, acciones, emociones y sentimientos de mi vida
las produzco desde mi Yo ego, su única motivación es mi beneficio individual, que
es una motivación egoísta y entonces no tienen capacidad para generar tendencias
karmicas positivas ni para sanar tendencias karmicas negativas porque no tienen
un poder sanador esencial capaz de regenerar y de transmutar lo negativo en posi-
tivo.

2. Apagar todo y dejar la mente en blanco.


Aprieto el botón verde de play y dejo fluir de nuevo la corriente de pensamientos.
Los observo el rato que quiera.
Ahora visualizo como presiono el botón negro de apagado del proyector (off).
Mi mente se detiene y se queda totalmente pasiva, sin ningún pensamiento, dejo
mi pantalla mental en blanco (o azul), vacía, llena de luz.
Si acude algún pensamiento vuelvo a presionar el botón negro de apagado.
Tomo conciencia de que yo controlo la máquina de proyección de mi mente.
Estoy el máximo rato que pueda con la mente vacía visualizando mi pantalla men-
tal en blanco o azul.

En el paciente
Este ejercicio me permite ir adquiriendo control sobre mi mente para dejarla vacía
de pensamientos con la finalidad de mejorar mi atención durante las meditaciones
y al realizar la terapia de sanación para cortar el paso a pensamientos parásitos o
invasivos que pueden acudir a mi mente durante la terapia y mantenerla vacía y
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limpia para poder llenarla únicamente con los pensamientos y las visualizaciones
sanadoras.

4. Toma de conciencia de tu dimensión emocional.


Sigo profundizando en mi nivel de conciencia y penetro en mi núcleo emocional compues-
to de emociones y sentimientos positivos, negativos y neutros.
Voy a trabajar con las emociones y sentimientos negativos para transmutarlos e ir sanán-
dolos porque al reprimirlos se generan bloqueos energéticos y nudos de energía negativa
que impiden el libre flujo de la energía y además sus pautas de vibración negativa tienen
afinidad con determinados órganos internos del cuerpo y se anclan en ellos como garrapa-
tas energéticas, que producen el estancamiento de las energías y si no se liberan y se sa-
nan pueden dar lugar a enfermedades físicas.
Las emociones y sentimientos negativos que no puedo o no quiero afrontar y aceptar, los
relego a una zona de mi conciencia subconsciente, como una espacie de trastero emocional
donde los mantengo apartados en forma de huellas, núcleos y cúmulos traumáticos con la
energía de la represión y de la negación, que forman parte de mi sistema de defensas, pero
estos focos traumáticos no permanecen inactivos porque siguen conservando una energía
potencial emergente que si no es sanada puede llegar a explotar emergiendo a la zona
consciente en forma de conflictos, crisis, disfunciones, accidentes o enfermedades.
Para sanarlos hay que llegar directamente al hecho inicial transmutando la carga de ener-
gía negativa que conlleva y esto lo realiza la sanación espiritual que penetra directamente
en estos núcleos traumáticos llegando hasta el hecho inicial transmutándolo y sanándolo.
En mi trabajo personal de depuración emocional puedo utilizar la “Práctica de sanación de
las emociones negativas (los sonidos sanadores)”, que las va sanado, transmutando la carga
emocional negativa que conllevan, y dejando un energía utilizable.
Durante la meditación las voy sanando y tomando conciencia de ellas.
Las identifico.
Las acepto como mías. Solo yo soy el responsable de cada una de mis emociones negativas.
No proyecto la culpabilidad sobre nadie más. Tomo conciencia de que cuando proyecto la
culpa sobre los demás, en realidad estoy reflejando en ellos parte de mis sombras.
Tomo conciencia de que mis emociones y sentimientos negativos, aunque me produzcan
dolor, son temporales porque tiene un principio y un final y cuando los afronto, identifi-
cándolos y aceptándolos como míos, ya he comenzado a sanarlos al iluminarlos con la luz
de la conciencia y comienzan a dejar de estar en las sombras.
Acepto el dolor y el sufrimiento que me producen tomando conciencia de su valor sanador
porque comprendo que necesito experimentarlas para seguir creciendo, porque cada una
de ellas me enseña algo que necesito asimilar y aprender.
Así voy avanzando en la energía de la honestidad emocional y de la transparencia que con-
tribuyen a mi sanación al permitir que la Energía universal sanadora fluya libremente a
través de mí.

5. Toma de conciencia de tu dimensión espiritual


Penetro todavía más profundamente en mi interior, llegando a los niveles superiores de
conciencia de mí Ser, de mi espíritu, de mi Yo superior.
Ese Ser de luz, infinito, universal y eterno que está en la dimensión espiritual junto a otros
muchos seres espirituales que forman mi Familia espiritual y mi Grupo de almas, son al-
mas que ha estado conmigo en mi rueda de reencarnaciones de diferentes formas, cum-
pliendo determinados papeles solo por amor.
Todos estamos unidos por el Amor y nos relacionamos a través del Amor.
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¿Cómo siento a mí Ser?

Identificación con mi Ser y mi Yo superior.


Yo si soy mi Ser; soy un Ser de luz trascendente, infinito y eterno en un cuerpo físico
temporal y finito.
El desapego (la desidentificación con mi Yo ego y la identificación con mi Yo superior
disminuirán el miedo a la muerte y ala desaparición y con ello la ansiedad, el estrés y
la angustia existencial.

Toma de conciencia de las energías de mi Yo superior:


Cuando los pensamientos, palabras, acciones, emociones y sentimientos de mi vida,
están producidas desde mi Yo superior y cargadas con sus energías originales del
Amor, la compasión y el altruismo, tienen virtualidad para sanar tendencias karmicas
negativas y generar tendencias karmicas positivas y están cargadas con un poder sa-
nador general capaz de transmutar y sanar cualquier situación negativa.
Tomo conciencia de que Yo puedo elegir con mi intención y mi libre albedrio, en cada
momento de mi vida cual va a ser la calidad y la motivación de mis pensamientos pa-
labras y acciones, situándome cerca de los valores de mi Yo superior o de mi Yo ego.

6. El Santuario interior
Ahora crea un templo interior, un santuario interior donde puedas ir siempre que lo
necesites.
Es un lugar de la dimensión espiritual, un nivel de conciencia al que puedes acudir
cuando te sientas cansado o separado de tu origen.
Es un lugar de sanación y de regeneración, de contacto con los seres y guías espiri-
tuales y con la Energía universal sanadora.
Aquí no existen el tiempo ni los condicionamientos de la dimensión física; no existe
la individualidad ni los dualismos del ego.
Estás en paz y te sientes en comunión con todo lo existente.
En este remanso de paz, amor y luz de tu Santuario interior puedes hacer todo lo
que desees, y pedir consejo a tus guías, familia espiritual y Grupo de almas y conec-
tarte con tu esencia divina y con el Creador.
Puede ser la Isla de la Sanación o un Templo de Luz.

Isla de la sanación y contacto con tu guía espiritual sanador


Estoy relajado, observo mi entorno como un espectador distante.
Me contemplo desde arriba, viéndome desde un plano superior.
Me concentro en mi respiración frenando el aire al inspirar y al espirar: al
inspirar siento como penetra en mis fosas nasales acariciándome en su reco-
rrido y al espirar freno su salida conscientemente.
Si acuden pensamientos simplemente los dejo pasar sin realizar ningún juicio
sobre ellos.
Mi pantalla mental es de un azul celeste y los pensamientos que cruzan por
ella los envuelvo en nubes que pasan dulcemente impulsadas por el viento.
Me siento contento y alegre por poder tener aquí y ahora consciencia del sig-
nificado espiritual de mi vida.
Me siento satisfecho porque tengo el privilegio de dedicarme un espacio de
tiempo a mi Yo superior y a mi esencia divina.
Aquí y ahora siguiendo mi respiración comprendo que estoy viviendo plena-
mente este instante presente, dejando atrás el pasado y sin preocuparme por
el futuro.
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Visualizo que estoy en el salón de mi casa, me encuentro solo, he desconectado el teléfono


y nadie me va a molestar en este periodo de tiempo que he reservado exclusivamente para
mí.
Estoy sentado apaciblemente en mi sillón favorito, el día es hermoso y me siento muy bien.
Ahora lentamente me levanto y me dirijo hacia el pasillo.
Abro la puerta de mi casa y veo unas escaleras doradas rodeadas de un cielo azul y que se
acercan unas suaves nubes como de algodón que me invitan a sentarme en una de ellas, es
blanda y cómoda y me acoge cuando me acomodo en ella.
Delicadamente me va llevando por las escaleras doradas; sube dejando mi casa atrás; mi
ciudad se va quedando debajo mientras la nube va ascendiendo; más y más.
Se dirige hacia el mar y va flotando a gran altura plácidamente, yo observo todo desde
arriba con gran perspectiva.
Flota y flota.
Hasta que llegamos encima de una pequeña isla, se detiene y comienza a descender.
Esta es la Isla de la sanación que es un lugar de la dimensión espiritual donde están los
guías y ángeles sanadores; al que solamente son invitados los seres humanos a los que su
Yo interior les ha impulsado a dar este paso para conocer a sus guías y recibir su ayuda.
En este lugar sagrado donde se reúnen los guías espirituales sanadores, no existen las
tensiones, la prisa, la tristeza, ni las emociones negativas y el aire nos nutre de armonía, de
paz y de luz.
Un poco más allá observo una maravillosa playa de arenas doradas, el cielo es de un clarí-
simo azul, el agua es cristalina, se ve el fondo con claridad, y distingo que los pececillos de
colores se han dado cuenta de mi llegada y me sonríen dándome la bienvenida.
La nube me ha depositado en la arena y estoy sentado notando su calidez y su suavidad, la
brisa del mar tiene un olor sano que me nutre y me oxigena.
Detrás de mí las plantas y las palmeras se mueven rítmicamente en sintonía con las olas y
algunas gaviotas vuelan en círculo suavemente participando de esta armonía de la que
formo parte en la isla de la sanción.
Me encuentro disfrutando de la vista del horizonte cuando distingo un barco blanco con
una raya dorada, trae desplegadas grandes velas blancas y se acerca avanzando majestuo-
so hacia la playa.
Según se va acercando voy escuchando una música suave y dulce que llena de paz y armo-
nía todo el ambiente.
En la barandilla de proa del barco distingo a varios seres vestidos con unas túnicas lumi-
nosas de colores pastel que sonríen y me miran dulcemente haciéndome señas mientras el
barco se acerca.
Al llegar a la playa se detiene y desciende una barca blanca con una raya dorada a su alre-
dedor en la que va uno de estos seres que me parece reconocer, y veo que se dirige direc-
tamente hacia mí.
Va de pie e irradia luz, amor y paz.
Al llegar a la orilla desciende de la barca y avanza hacia mí con una rosa blanca en la mano.
Según se acerca me llama por mi nombre y ahora reconozco sus rasgos nítidamente sin-
tiendo como su sonrisa de amor me penetra y me impulsa a levantarme, y a esperarlo con
los brazos abiertos.
Al llegar frente a mí se detiene y me ofrece la rosa blanca, yo la cojo y nos fundimos en un
abrazo etéreo rodeándome con sus brazos y sus alas, y me siento protegido y acogido por
Él.
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Empiezo a vibrar de alegría y de amor y noto como una energía pura y limpia fluye a tra-
vés de mí, me siento inundado de una luz y de un amor puro que penetran mi mente mi
cuerpo y mi espíritu.
Me dice su nombre... y que está aquí para protegerme y ayudarme, que siempre ha estado,
pero que yo no era muy consciente de su presencia.
Desde ahora siempre estará conmigo, de forma que nunca más me sentiré desamparado y
solo.
Que su misión es proteger, fortalecer y sanar a los que hemos pedido su ayuda y hemos
comenzado a recorrer el camino para recibirla y recibir su energía curativa.
Contactaremos a través de la frecuencia del amor, de forma que si tengo poco amor, el
contacto será escaso y que también el miedo, el odio, los celo, la ira y los pensamientos
negativos interrumpen el flujo de la energía y de nuestro contacto.
Me dice que estaba esperando este momento y que desde ahora yo soy consciente de esta
vinculación que será una semilla para futuras vinculaciones de otras personas con sus
guías y que nuestra misión juntos es tender un puente que nos acerque a Dios.
Porque yo lo he querido así, Él estará conmigo, mientras yo lo invoque con la fe y el amor
suficientes, para guiarme y ayudarme en mis decisiones y orientarme y dirigirme en mi
camino de evolución hacia la Luz.
Me dice que en mis oraciones hable con Él, que siempre estará a mi lado como consejero y
guía cuando lo necesite y que cuando me sienta desconectado, Él será el puente que me
acerque de nuevo al Creador y me conecte con mi esencia divina.
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El Templo de Luz
Me conciencio que en esta meditación voy a ir a un Templo de Luz que es el hogar de
muchos seres espirituales relacionados conmigo y con mi Alma.
Este santuario existe en una dimensión vibracional de una frecuencia más elevada
de las que podemos percibir por nuestros sentidos, pero podemos acudir a él, rela-
jándonos y entrando en un estado alfa para poder invocar a los guías pidiéndoles
que acudan en mi ayuda y me conduzcan al Templo de Luz.
Me visualizo sentado en la playa de la Isla de la Sanación disfrutando de la luz, de los
olores, de la suave brisa que me acaricia y de la armonía de los sonidos de la natura-
leza.
Comienzo a caminar por la cálida arena de la playa sintiendo como se desliza entre
mis pies; un poco más allá veo una ladera cubierta por una hierba olorosa y de un
verde brillante y comienzo a ascender etéreamente, sin esfuerzo, como guiado por
una fuerza que me eleva venciendo a la gravedad voy avanzo entre jardines natura-
les que guardan una armonía perfecta.
Sin esfuerzo llego a la cima desde la que se
distingue todo el horizonte y en ella se dife-
rencia majestuoso el Templo de Luz.
A su alrededor el aire que respiro es más pu-
ro como si tuviera más oxígeno.
Contemplo sus paredes doradas de luz y sus
torres y cúpulas que se alzan acariciando el
cielo azul.
Me aproximo a la entrada y siento como si ya
hubiera estado antes allí, en la puerta un ser de luz me recibe saludándome con afec-
to y amor y me invita a pasar.
Avanzo por varias salas en las que también hay seres de luz que me van recibiendo
con cariño volviéndose a mi paso.
Llego a una especie de patio circular que tiene una nube encima de la que desciende
un chorro de luz dorada con todos los colores del arco iris, me introduzco dentro de
ella y siento como todo mi cuerpo se inunda con su luz sanadora, noto como mis cé-
lulas reciben esa luz y ese color, y como aumentan su vibración las partículas ele-
mentales que las forman liberando cualquier bloqueo energético que pudiera que-
dar en ellas.
La luz dorada que me inunda va cambiando de color y recibo una ducha de luz sana-
dora primero verde suave, luego rosa y violeta y finalmente blanca, que limpian y
energetiza mis chakras y mi aura.
Ahora me siento renovado, puro, limpio y fresco como la luz del sol en el amanecer.
Llego a una gran sala central donde se encuentran reunidos un número indetermi-
nado de seres de luz que parece que están celebrando una fiesta, y al verme entrar
ríen y aplauden mi llegada pronunciando mi nombre, cantando a la vez dulces y
suaves melodías. Ahora comprendo que la fiesta es en mi honor.
Uno de ellos se separa del resto, se me acerca lentamente abriendo sus alas de luz
rodeándome y acogiéndome en ellas, disfruto de esta paz sanadora que me llega
hasta cada una de mis células.
Ahora este ser me entrega un cofre con un contenido sagrado y me dice que es sola-
mente para mí y que contiene el tesoro que necesito para que resplandezca mi natu-
raleza divina y recupere mi capacidad original sanadora.
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7. Proyección de la Conciencia
En el paciente
Este ejercicio de proyección sirve al paciente sirve para aprender a proyectar su
conciencia hacia todos los niveles de organización de su cuerpo físico, desde el nivel
microcósmico de los átomos y las células, hasta el nivel visible de los tejidos, órga-
nos y fluidos, con la finalidad de penetrar en lo más profundo de sí mismo llegando
hasta la conciencia celular para transmutarla y cambiarla; pudiendo llegar a niveles
más profundos hasta influir directamente en los cromosomas del núcleo de las célu-
las, para interactuar con sus genes y con su ADN.

Afirmaciones:
“Yo puedo proyectar mi conciencia hacia cualquier parte del universo porque tengo
este poder original de mi Naturaleza divina.”
“Ahora voy a proyectar mi conciencia hacia….”
(Puedes pasar directamente al punto 4 o hacer también el 1, 2 y 3)

Atención en los chakras 4º y 6º.


Pongo las manos en el cuarto chakra en posición de oración, centro mi atención res-
pirando por él.
Centro mi atención en el sexto chakra y centro mi atención respirando por él.

1. Proyecta tu conciencia a una roca (Opcional)


Visualiza en tu pantalla mental una roca grande y majestuosa.
Siente su color, su presencia, su masa, textura y su olor.
Acércate, preséntate ante ella, pídele permiso y tócala con tus manos, siente su tex-
tura, temperatura y humedad.
Ahora metete dentro de ella. Explora su interior. Muévete por la ordenación estruc-
tural de sus moléculas y sus átomos. Muévete dentro de ella, siente su solidez, esta-
bilidad, peso, inmovilidad, su arraigo en la tierra y su seguridad. Siente como inter-
actúa con su entorno. Siente su energía conectada a la tierra. Siente su estructura
energética y su espíritu firme y arraigado.
Sal de la roca, dale las gracias y libérala de tu presencia y de tu relación con ella.

2. Proyecta tu conciencia a un árbol (Opcional)


Visualiza en tu pantalla mental un árbol que te guste.
Siente su color, su presencia, su masa, textura y su olor.
Siente su sonido dentro del silencio en el que te comunicas con él ¿Qué sonido emi-
ten sus ramas y sus hojas?
Siente su olor y su sabor.
Acércate, preséntate ante él, pídele permiso y tócalo con tus manos, siente su textu-
ra, temperatura y humedad. Siente que energía te transmite.
Ahora metete dentro del árbol. Explora su interior. Muévete por el tronco sintiendo
los flujos de energía, los diferentes fluidos y las diferentes capas concéntricas que
revelan su historia.
Baja a las raíces y experimenta la conexión con la tierra y como absorbe todos los
nutrientes de ella.
Sube por el tronco hacia las ramas que se extienden en todas las direcciones y las
hojas que contactan con el aire, como absorben energía luminosa para hacer la fun-
ción clorofílica. Siente el color de las hojas y sus vasos internos.
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Siente la complejidad de este organismo conectado a su espíritu a través de su canal


central.
Experimenta sus sentimientos.
Sal del árbol, dale las gracias y libéralo de tu presencia y de tu relación con él.

3. Proyecta tu conciencia a un animal (Opcional)


Visualiza en tu pantalla mental un animal que te guste.
Siente su color, su presencia, su masa, textura y su olor.
Siente su sonido dentro del silencio en el que te comunicas con él.
Siente su olor.
Acércate, preséntate ante él, siente su majestuosidad, pídele permiso y tócalo con
tus manos acariciándolo, siente su textura, temperatura y humedad, aproxímate con
respeto y espera hasta que sienta tu presencia y te acepte.
Siente que energía te transmite.
Ahora pídele de nuevo permiso y metete dentro del animal.
Explora su interior sintiendo los flujos de energía, los diferentes fluidos y los dife-
rentes órganos, tejidos, su piel y su esqueleto.
Siente sus poderes que son distintos a los tuyos.
Experimenta que sentidos tiene potenciados y sus capacidades.
Siente su complejidad, sus emociones y sentimientos y como está conectado a su
espíritu a través de su canal central.
Háblale, mentalmente para transmitirle tuis intenciones de comunión.
Siente su plenitud y conviértete en él. Experimenta plenamente lo que siente. Entra
en sus órganos internos, pulmones corazón, columna vertebral fundiéndote con él.
Muévete con él. Utiliza sus sentidos, puedes ver, oír y oler a través de él.
Toma conciencia de si encuentras algún área enferma.
Sal del animal, dale las gracias y libéralo de tu presencia y de tu relación con él.

4. Proyecta tu conciencia a tu interior


Visualízate a ti mismo en tu pantalla mental.
Siente tu propia presencia, tu volumen corporal, tu textura y tu olor.
Acércate a tu cuerpo, preséntate ante él, pídele permiso y tócalo con tus manos, sien-
te su textura, temperatura y humedad.
Ahora metete dentro de tu cuerpo. Explora tu interior. Muévete por la ordenación
estructural de tus moléculas y sus átomos. Muévete dentro de tu cuerpo.
Percibe tu energía tus emociones y tus sentimientos.
Toma conciencia de las diferentes zonas, tejidos, órganos, fluidos, donde pueda ha-
ber un síntoma de un trastorno o enfermedad o que precisen sanación.

Penetra a nivel celular.


Muévete a nivel microscópico, descendiendo hasta el nivel celular de cada órgano y
tejido. Siente como cada grupo de células tienen su misión que es mantener la fun-
cionalidad de todo el órgano y además tienen una función central que es mantener el
orden en el organismo. Todas están a disposición de su objetivo principal que es el
funcionamiento del organismo como un todo, como una unidad con un orden y una
estructura internos que está presente en todas las células.
Visualiza las diferentes células de los pulmones, corazón, hígado, estomago, bazo y
páncreas; las de la sangre y de la linfa; las del sistema nervioso; de los ganglios linfá-
ticos y de las glándulas de secreción interna: pineal, pituitaria, tiroides, timo, supra-
rrenales y gónadas.
Visualiza también las células estructurales de los huesos, de la medula ósea donde se
generan los linfocitos B; de la piel, del cabello, de los ojos.
Visualiza las células de los músculos, tejidos, fascias, nervios, tendones y ligamentos.
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Visualiza las neuronas de tu cerebro y tu medula espinal y tu medula ósea.


Siente la energía en cada una de ellas y como todas están al servicio de la unidad del
organismo.
Existe un poder central que lo regula todo y este poder central que unifica, ordena y
estructura está en el Alma en el centro del pecho.
Muévete por tu estructura energética y percibe su sistema de chakras ¿hay alguno
afectado?
Siente tu canal central ¿Está conectada con tu Ser y con todo el universo?
Muévete por tus tres tantien, el inferior de color dorado, el medio de color rosa y el
superior de color blanco ¿Se encuentra estancada la energía en algún nivel?
Penetra dentro de tu órbita microcósmica y muévete por ella subiendo por la espal-
da y bajando por el pecho ¿Hay bloqueos internos o residuos de energías estancadas
que impidan el libre flujo de la energía?
Penetra en tu núcleo emocional y siente las emociones reprimidas que están blo-
queando el libre flujo de la energía. Ilumina tus sombras con la luz de tu conciencia
de amor.

Muévete hacia tu Alma.


Penetra en esta estrella brillantísima de luz clara y de amor puro que está en el cen-
tro de tu pecho dentro de la nube rosa de amor del tantien medio.
Siente tu naturaleza divina y tu esencia divina, está hecha de la misma luz y del
mismo amor que el amor de todo el universo y que el amor divino.
Siente tu comunión con todo el universo.
Saluda con respeto como a tu Alma como tu mayor tesoro.
Háblale. Dile lo que necesite. Tú lo sientes y lo sabes.
Dile que te diga lo que necesitas para tu mejora y tu sanación.
Ábrete y entrégate incondicionalmente a ella porque en ella está la luz sanadora que
te hará recuperar tu capacidad original sanadora y tu fuerza curativa.
Siente si existe algún velo de energía de baja frecuencia que esté separando a tu con-
ciencia del contacto con tu Alma. Si lo hay ilumínalo con la luz de tu amor.
Siente tu naturaleza divina de amor puro y de Clara luz.

Proyección junto con tu Alma al Espacio sagrado original.


Ahora dile a tu Alma que tu conciencia y ella vais a proyectaros juntos hacia un nivel
superior de vibración y de conciencia donde puedes recoger las energías necesarias
para sanarte.
Dile que te acompañe y te guie al Espacio sagrado original donde puedes beber de
las fuentes eternas de la sanación universal original.
En este nivel de conciencia eternamente sanador puedes tomar todo lo que precises
para tu propia sanación y para despertar tu capacidad original sanadora, tu poder
original de recuperación, y para regenerar tu fuerza interna sanadora.
Sumérgete en este océano de sanación original del que formas parte y haz acopio de
toda la energía que necesites para tu propia sanación.
En este Espacio sanador original participas de la energía de los dioses: Derrama so-
bre todo tu Ser la energía revitalizante del Amor universal y del Amor sanador.
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EL PROCESO DE SANACIÓN.

No es una técnica ni un protocolo de actuación sino la transmisión de una determi-


nada vibración
Es una canalización de energía universal sanadora del terapeuta hacia el paciente: el tera-
peuta se conecta con una gama de vibraciones de la energía universal con capacidad de
sanar y las transmite de forma espiritual hacia el paciente; simultáneamente el terapeuta
actúa como guía espiritual elevando el nivel de conciencia del paciente al estado alfa, pro-
duciendo una ruptura de nivel existencial de forma que su conciencia pasa de estar situada
en la dimensión física y personal a situarse en la dimensión espiritual y transpersonal
donde tiene lugar la sanación.
La sanación espiritual regenera la estructura energética del paciente a todos los niveles;
reactiva y regenera su ADN; refuerza el sistema inmunitario y la respuesta inmunitaria;
sitúa la conciencia en los niveles superiores donde somos capaces de percibir y sentir más
allá de la dimensión física.

La efectividad sanadora de cada sesión.


En cada terapia tus cuerdas y tus partículas elementales, tus células, están recibiendo una
nueva programación y una nueva información para situarse en niveles de vibración más
elevados.
La sanación actúa igualmente aunque no se produzcan los resultados esperados, en todas
las sesiones de sanación se produce una sanación en algún nivel del paciente pero a veces
esta sanación no coincide con los resultados de curación que buscaba el paciente.
En este caso el problema radica en la creencia, en la expectativa de que la terapia va a cu-
rar algo determinado y cuando no se produce ese resultado esperado nos entran las dudas
sobre si la terapia ha sido efectiva o no lo ha sido.
Cada terapia produce un nivel de sanación pero puede ocurrir que esa sanación no se co-
rresponda con lo que el paciente esperaba de la sesión; por ello el paciente debe entregar-
se y rendirse al proceso de sanación y confiar plenamente en la terapia, aceptando lo que
haya sucedido durante la misma como parte de lo que él necesita aunque no coincida con
lo que esperaba recibir.
La sanación es guida por el Yo superior del paciente, el Yo superior del terapeuta, la Ener-
gía universal y las entidades espirituales y en cada sesión siempre se produce lo mejor
para el paciente y sucede exactamente lo que debe suceder para la sanación de ese pacien-
te independientemente de los resultados que el espera que se produzcan.
Aunque parezca que no ha pasado nada la sanación espiritual siempre ha tenido lugar
porque cada sesión sanadora enriquece y sana al paciente aunque no suceda como él espe-
raba.
Cada sesión va aumentando el nivel de conciencia del paciente, dejando un poso energéti-
co que va elevando la vibración de su estructura energética a un nivel superior.

La fe sanadora
El paciente debe tener fe en la interacción con la EUS y en su capacidad regeneradora y
sanadora original, confiando en que lo que sucede en cada sesión terapéutica es profun-
damente sanador.
Todos tenemos el tumo o fuego interno sanador, que es un fuego sagrado capaz de quemar
y transmutar y regenerar las energías perturbadas y anómalas para regenerar la vibración
de nuestra estructura energética hacia su nivel natural de sanación, únicamente hay que
reactivarlo y despertarlo
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El amor sanador.
El terapeuta debe ser transparente para poder acceder y transmitir la vibración del amor
sanador que es un amor espiritual, no es un amor emocional, sentimental o físico; es un
sentimiento de conexión y de comunión a nivel espiritual sin condiciones, expectativas,
requerimientos o demandas; es un amor ontológico de Ser a ser y con todo el universo
porque es parte de la vibración que mueve todo el universo y forma parte de la vibración
sanadora que se canaliza y transmite con la sanación espiritual y forma parte del ESS es-
pacio sagrado sanador , el nivel de conciencia de la dimensión espiritual al que el paciente
se traslada durante la terapia donde se regenera y se recupera.
La sanación es un acto de amor sanador profundo, un proceso de amor que transmuta el
desorden, el caos interno y todo lo negativo en amor; cada terapia es un intercambio de
amor sanador en el que el terapeuta ayuda al paciente a sentir el amor espiritual devol-
viéndolo a su estado original eternamente sanador donde puede regenerarse y sanarse.

Dejar fluir, confiar en el tratamiento


En cualquier proceso de sanación hay que dejar fluir el poder sanador de lo divino y lo
sagrado a través de ti, entregarte al proceso de sanación depositando tu fe en el tratamien-
to, tomando plena conciencia de que tu alma y tu Ser tienen la capacidad original para ilu-
minar tus sombras más profundas, para sanarte y para llenarte de luz (activar tu fe sana-
dora); confiando en que más allá de todos las crisis, dificultades y enfermedades existe un
Plan divino para ti en el que debes confiar; y en este proceso debes utilizar la confianza, la
fe, la humildad, la meditación, el silencio y la oración.
Dejando atrás el pasado y entregándote al flujo sanador de lo divino y lo sagrado, dejando
que tu alma y tu Ser se hagan cargo del proceso de sanación.
La Energía universal sanadora es un energía inteligente que actúa dirigida por la potencias
espirituales sanadoras y por resonancia y afinidad, se dirige de forma natural allí donde se
necesita.

La auténtica sanación va más allá de la dimensión física


Y te exige abrirte completamente a tu verdad interior y a tu alma para vivir con plena ho-
nestidad existencial, rindiéndote a la verdad por más que te pese, adoptando una postura
de humildad para poder romper el control que tu mente, tu razón y tu ego ejercen sobre ti
y confiar en que el poder de lo divino guiado por el Fuego interior de tú Alma van a regene-
rar y sanar tu vida.

La importancia de comprender el mensaje de la enfermedad para poder ser


sanada.
Si solamente curamos el cuerpo físico no ha servido el propósito de la enfermedad y será
necesaria otra llamada de atención de nuestra Alma, presentándonos ese problema no
resuelto de diferente forma. Solo la comprensión del mensaje profundo de la enfermedad
resuelve el problema de fondo que nos quiere transmitir y si oponemos resistencia, el des-
tino nos hará pasar por diferentes crisis para cuestionarnos el mensaje y asumirlo cons-
cientemente, pero antes de que el problema no resuelto se manifieste en el cuerpo físico
en forma de enfermedad nuestra Alma nos avisa de diferentes formas de su existencia por
lo que debemos estar atentos a los mensajes internos en forma de sueños, revelaciones,
sincronismos o molestias.

La terapia de sanación ilumina nuestras sombras.


La terapia de sanación espiritual es un proceso de transformación en el que el paciente va
creciendo día a día abriéndose a sí mismo, rompiendo su sistema de defensas y llenándose
de luz sanadora progresivamente, porque cada terapia supone un incremento de la luz en
su conciencia y de la frecuencia de vibración de su estructura energética; un acercamiento
a su naturaleza divina, a su capacidad original sanadora y al despertar de su fuego interno.
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En el proceso de sanación el paciente debe entregarse en cada terapia para poder alcanzar
los elevados niveles de conciencia de las dimensiones espirituales del Espacio sagrado
sanador y el Espacio sagrado original donde se puede liberar de los condicionamientos y
efectos del tiempo a los que está sujeto en los niveles ordinarios de conciencia de la di-
mensión física y entrar en contacto con bandas de energía profundamente sanadoras para
hacer acopio de toda la energía que necesite para su propia sanación.

Las herramientas del proceso de sanación


Son la meditación, la oración, el silencio y la humildad, la fe, la honestidad, la verdad, las
practicas espirituales de autoterapia y la terapia de sanación, porque son energías cuya
vibración te ponen en contacto con lo divino y lo sagrado de tu interior permitiéndote lle-
gar a un Nivel de conciencia lo suficientemente profundo para llegar al Espacio original
sanador fuera del espacio tiempo donde puedes beber de las fuentes de la sanación para
regenerarte y transmutar las vibraciones negativas y anómalas de tu estructura energética
que han provocado la enfermedad, (en cualquier nivel de organización en el que puedan
encontrarse: átomos, células, moléculas, tejidos, órganos y fluidos) en las vibraciones posi-
tivas y armónicas con el orden y estructura de la sanación.

La meditación.
Nos abre paso a través del reino de la razón, de la mente y del ego abriéndonos al abismo
interior del alma que nos saca del mundo ordinario y del tiempo lineal y de sus efectos
(entre ellos la enfermedad).
Al meditar hacemos una ruptura de nivel saliendo de la dimensión física y del tiempo li-
neal de la vida ordinaria y penetramos en las dimensiones no físicas donde encontramos
sacralidad, sabiduría eterna, trascendencia y sanación.
A través de la meditación puedo acceder a mi interior e ir desvelando las fuentes origina-
les de mi sanación.

La oración.
Es un dialogo energético con lo divino que altera nuestro nivel de conciencia, abre nuestra
alma, nos saca del tiempo lineal y profano y nos proyecta a la dimensión espiritual dejando
atrás la dimensión física y sus condicionamientos y nos ponemos en manos de lo divino y
lo sagrado abriéndome a la energía de la entrega y la aceptación, y desde este nivel supe-
rior de conciencia me permite ver el mundo con los ojos del alma.
A través de la oración puedo acceder a mi interior e ir desvelando las fuentes originales de
mi sanación.

El silencio.
Es una invitación a que el flujo divino y sagrado de mi Yo superior se manifieste en mi vi-
da, elevando mi nivel de conciencia hacia la dimensión espiritual para salir del reino de lo
personal y proyectarme al reino de lo transpersonal donde se me revela lo divino y lo sa-
grado y donde están las fuentes de la sanación.
Es el oxígeno del alma que me abre al contacto con mi Ser y con lo espiritual donde puedo
encontrar los orígenes de la sanación eterna.
Dios nos habla a través del silencio, nos llena de luz, y nos pone en contacto directo con lo
trascendente, inmortal y eterno, por ello nuestra alma y nuestro Ser ansían el silencio para
poder sanarse, para poder retomar el contacto directo con nosotros y ponernos en contac-
to directo lo espiritual donde se encuentran todas las respuestas y las fuentes originarias
de la sanación que también están dentro de mí mismo.
Para poder llegar a las fuentes de la sanación debes confiar en lo divino con humildad y
con fe.
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Superar el pasado.
La sanación espiritual conlleva una renovación y una regeneración, abriéndote a los nue-
vos valores de lo divino y lo sagrado.
Debes curarte de antiguas heridas, sanar tu corazón de las heridas del pasado con la ener-
gías de la comprensión, la aceptación y el perdón, perdonando desde el alma que funciona
con las normas de lo divino y no desde tu razón, tu mente y tu ego que funcionan según las
normas de lo humano con los condicionantes del orgullo, la rigidez y la tozudez provoca-
das por las antiguas heridas de tu ego herido que se rebela para quedar encima y mantener
el control.
Debes abrirte paso a través de tu ego herido, renunciar a tu orgullo y abrirte a tu Alma y a
la energía de la humildad para trascender las limitaciones de lo mental y abrirte al flujo y
al poder de lo divino y lo sagrado.

El valor redentor del dolor y el sufrimiento


En los momentos difíciles puedes tomar consuelo en el valor redentor del dolor y el sufri-
miento. Cuando estés situado en el dolor y el sufrimiento que producen la enfermedad,
podemos tomar conciencia del valor redentor del dolor y el sufrimiento y verlos como un
regalo divino, buscando el propósito divino de la enfermedad para elevarnos por encima
de ella tomando plena conciencia de su poder redentor y liberador, ofreciéndolos con
compasión y altruismo por el sufrimiento de los demás, llegando hasta el dolor arquetípi-
co de Jesús de Nazaret (o de cualquier otra maestro); de esta forma el dolor y el sufrimien-
to se vuelven más tolerables y comprensibles dentro de nuestro Plan divino.

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