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Universidad Nacional de Rosario - Facultad de Humanidades y Artes

Primer parcial - Análisis del Texto (Comisión 5)

Año 2018

Equipo de cátedra:
Prof. Titular: Julia Miranda
Prof. Adjunta: Rosana Guardalá (Comisión 3)
Prof. de Trabajos Prácticos: Griselda Robertazzo

Apellido y Nombre: Galetto, Jerónimo


Legajo: G-4388/5
Carrera: Licenciatura en Filosofía
Objetivo del parcial: desarrollar las nociones centrales de las teorías sociales del lenguaje y la
literatura de Valentín Volóshinov y Mijail Bajtín y exponer las diferencias con los enfoques
formalistas.

Consignas:

1- Explicar sobre qué presupuestos teóricos generales se asientan las reflexiones de Valentín
Volóshinov y Mijail Bajtín, ¿cuáles son las objeciones que establecen a la teoría de Ferdinand de
Saussure?

2- Elaborar un texto expositivo que defina y describa la noción de enunciado cotidiano, desde las
perspectivas de Volóshinov y Bajtín. Proponer ejemplos.

3- Explicar, definir y desarrollar las particularidades del enunciado estético, según el enfoque
propuesto por Volóshinov. Determinar las críticas a la estética formalista y exponer la relación
entre forma y contenido de acuerdo a la teoría de Volóshinov.

4- Leer el fragmento del manual de instrucciones del reloj Guess y el relato breve de Julio
Cortázar “Instrucciones para dar cuerda al reloj” del libro Historias de Cronopios y de Famas
(Buenos Aires, Sudamericana, 1994). Redactar un comentario que contenga las relaciones entre
ellos. Tener en cuenta: la distinción entre las nociones de género discursivo primario y secundario
y sus relaciones, ejemplos a partir de los textos, argumentos que justifiquen el funcionamiento
entre los géneros. Elaborar una explicación personal sobre la base de los presupuestos de la teoría
de Volóshinov acerca de los enunciados estéticos.

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Manual de instrucciones del reloj Guess (fragmento)

Instrucciones de funcionamiento
Para ajustar la hora:

1. SAQUE la corona hasta la posición C.


2. GIRE la corona en cualquiera de los sentidos para corregir la hora.
3. EMPUJE la corona hacia dentro hasta llegar a la posición A.

Para ajustar el calendario / la fecha:


1. SAQUE la corona hasta la posición B.
2. GIRE la corona hacia la izquierda o hacia usted para corregir la fecha.
3. EMPUJE la corona hacia dentro hasta llegar a la posición A.

NOTA: La fecha cambia automáticamente cada 24 horas.

Instrucciones para dar cuerda al reloj (autor: Julio Cortázar)

Allá en el fondo está la muerte, pero no tenga miedo. Sujete el reloj con una mano, tome con dos
dedos la llave de la cuerda, remóntela suavemente. Ahora se abre otro plazo, los árboles
despliegan sus hojas, las barcas corren regatas, el tiempo como un abanico se va llenando de sí
mismo y de él brotan el aire, las brisas de la tierra, la sombra de una mujer, el perfume del pan.
¿Qué más quiere, qué más quiere? Átelo pronto a su muñeca, déjelo latir en libertad, imítelo
anhelante. El miedo herrumbra las áncoras, cada cosa que pudo alcanzarse y fue olvidada va
corroyendo las venas del reloj, gangrenando la fría sangre de sus rubíes. Y allá en el fondo está la
muerte si no corremos y llegamos antes y comprendemos que ya no importa.

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1- Como tantos otros autores -avocados a la producción de las más diversas formas literarias-
Valentín Volóshinov y Mijail Bajtín no pueden abordarse por fuera de la facticidad del contexto
histórico y paradigmático en que construyeron sus supuestos teóricos.
Así, ambos autores rusos consolidaron su teoría del lenguaje en función de la matriz teórico-
metodológica propia del marxismo, es decir, el materialismo histórico-dialéctico. Es dentro de
este marco que el lenguaje reproducirá ineludiblemente el condicionamiento generado por los
modos de producción constituidos a través de la historia.
Siguiendo las bases de dicha corriente, estos lingüistas conciben al lenguaje como una facultad
que se expresa y transforma en el seno de la comunicación social. Lo lingüístico se configura
consecuentemente en lo externo, en lo expreso, lo intercambiable, lo recíproco. No hay para estos
teóricos una producción interna previa a la realidad comunal y física. Por consiguiente, lo verbal
deberá contar necesariamente con un referente material y un contexto social derivado de la
interacción en la cual hablante y oyente emplean los signos del lenguaje.
Por otro lado, no perciben al fenómeno de la discursividad como una manifestación sincrónica y
ahistórica del lenguaje, ya que ambos sitúan al signo o enunciado como parte singular dentro de
una cadena lingüística constituida históricamente. Esta diacronía es la que establece que
previamente a la producción creativa individual, lo social ya se halla incorporado.
Otro presupuesto a destacar hace referencia al rol de la ideología en el hecho comunicativo. El
uso del signo representa una zona de producción ideológica y a partir de esto es que Volóshinov
(2009) afirma “Donde hay un signo, hay ideología. Todo lo ideológico posee una significación
sígnica” (p.28) 1 . Y si bien al signo se le atribuyen las cualidades de neutralidad y pureza
semiótica, se comprende que el sentido del mismo derivará del empleo que de él se haga en el
contexto social. Es decir, el signo mutará en función de la impronta ideológica presente en su
constitución, de allí que se lo considere multiacentuado.
En cuanto a la teoría establecida por el lingüista suizo Ferdinand De Saussure, los autores rusos
la conciben como una expresión de una corriente filosófico-lingüística denominada por el círculo
de Bajtín como “objetivismo abstracto”.
A los fines de delimitar una entidad normativa para el sistema lingüístico y establecer una
regularidad de clara índole positivista, Saussure realiza un corte sincrónico y ahistórico de dicho

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Voloshinov, V. (2009) El marxismo y la filosofía del lenguaje. T. Bubnova (trad.). Buenos Aires: Godot.

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sistema. De esta manera dota a la lengua de una estabilidad en el tiempo, en la cual la impronta
individual -el habla- se conceptualiza como desviación o alteración de este marco referencial. De
allí que este autor no contemple a las fluctuaciones del lenguaje como constitutivas del sistema de
la lengua. He aquí el primer punto de crítica realizada por la matriz de los lingüistas rusos: la
visión objetiva y abstracta de dicho sistema, con la correspondiente carencia de un enfoque en el
que lo material sea condición necesaria para su conformación.
Por otro lado, el fenómeno del lenguaje es abordado por el autor suizo como un fenómeno de
naturaleza física, fisiológica y psíquica. Es entonces en la psiquis donde un concepto y su huella
auditiva se unen arbitrariamente para conformar el signo lingüístico. En respuesta a esto,
Voloshinov y Bajtín objetan que la conciencia del fenómeno del lenguaje es social y no
psicológica, ya que como bien se explicó previamente, se da en la comunicación, en la
interacción, en lo externo. Además, lo arbitrario es naturalmente desestimado en lo
comunicacional: todo signo o enunciado tiene su génesis en lo ideológico.
2- Si el enunciado es concebido por Volóshinov y Bajtín como aquella forma por excelencia en la
cual la lengua se configura para poder dar lugar al fenómeno comunicacional, bien puede
considerarse que habrá tantos enunciados como situaciones interactivas existan.
De esta heterogeneidad resultan motivo de análisis aquellos enunciados que se dan en la realidad
cotidiana de los interlocutores (hablante y oyente). Es en este campo de la comunicación donde el
discurso se consolida, según Voloshinov (1926), como una “unidad indisoluble” (p.5)2 entre la
situación vivida y aquello que excede el campo de lo verbal y que aparece tácitamente. Ahora
bien, es menester aclarar que esta cualidad no resulta prescindible: si se sustrae lo tácito, el
enunciado pierde necesariamente todo sentido.
Por otro lado, según Mijaíl Bajtín, son las esferas de la praxis humana las que agrupan y
configuran a los enunciados en determinadas formas relativamente estables denominadas géneros
discursivos. Bajo esta categorización, lo cotidiano se constituye para el autor en un tipo de
enunciado simple o primario, generado en la inmediatez de la experiencia diaria de la
comunicación.
Por último no debe ser desestimado el conjunto de elementos que conforman el enunciado en
general, y por lo tanto también aquel que se da en la comunicación discursiva cotidiana. Por un

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Volóshinov, V. (1926) El discurso en la vida y el discurso en la poesía. J. Panesi (trad.). Revista Zvezdá.

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lado aparece el hablante, sujeto que emite un discurso cargado de significado y que posee en sí
mismo el fin de ser respondido. Aquí es donde toma lugar el oyente, actor de la comunicación
que toma una postura de respuesta frente a dicho enunciado de manera activa, ya que según
Bajtín (1982) “toda comprensión está preñada de respuesta y […] la genera: el oyente se
convierte en hablante” (p.8)3. El componente final se define como el “héroe”, aquel referente
material del cual se está hablando. Sin un marco externo en el cual tomar punto para conformar el
enunciado, el mismo no puede materializarse.
Un ejemplo de enunciado cotidiano lo constituye una conversación a través de la aplicación
Whatsapp de los smartphones de dos kinesiólogos de un hospital. El primero de ellos, Dante,
debe retirarse más temprano de lo habitual de su puesto de trabajo y, al no poder por lo tanto
encontrarse con su compañera Noelia, decide enviarle un mensaje por su celular para hacer el
pase de los pacientes a quienes ella debe atender. Dante escribe: “Hola Noe, recordá que hoy me
voy antes. Vi desde la 1A hasta la 8B. Te dejo para que pases a ver a los de la 2A, 2B, 4B y 6A
que estaban más complicados, ¿podrás? Mil gracias!! (emoticón del pulgar hacia arriba)”. A los 5
minutos Noelia lee el mensaje y responde: “Dante! Perfecto, yo los veo”. En este caso se observa
claramente la alternancia entre los sujetos de la comunicación discursiva, ya que primero Dante
es hablante y Noelia oyente, para luego serlo inversamente cuando ella le contesta. A su vez, el
contexto extra-verbal sobreentendido es aquí evidente. No hace falta que Dante le explique a su
colega que “Hoy vi” significa “hoy a atendí a los pacientes”. Tampoco que los números hacen
referencia a las habitaciones y las letras “A” y “B” a las dos camas que hay en cada habitación, o
que solamente le deja a ciertos pacientes porque son aquellos que presentaban signos clínicos que
justificaban una segunda intervención kinésica el mismo día.
Otra situación en la que puede evidenciarse lo sobreentendido de la comunicación cotidiana se
muestra en una conversación corta entre vecinos en la calle. Analía, que se levanta temprano para
abrir su despensa, suele cruzarse a Jorge, que recurrentemente pasa corriendo por la vereda de su
local ya que siempre se levanta tarde y tiende a perder el colectivo que lo lleva hasta su trabajo.
Al verlo pasar al trote, ella le grita con tono gracioso “¡¿Otra vez?!”, a lo que él responde
simplemente con un gesto de resignación con sus manos y hace mímica con su cara. Sin esta
explicación sería imposible discernir el significado del enunciado de Analía y la gestualidad de su
vecino en respuesta a esto: claramente para ambos el sentido del intercambio deviene tácito.

3
Bajtín, M. (1982) Estética de la creación verbal. T. Bubnova (trad.). México: Siglo veintiuno editores.

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3- El enunciado estético definido por Volóshinov comparte ciertos elementos con aquel de
naturaleza cotidiana, tal como la presencia de sus tres componentes (hablante, oyente y
héroe).Sin embargo, posee ciertas particularidades características.
Por un lado, el discurso se conforma y realiza en torno a una obra de arte y se fija firmemente en
ella. De allí que implique una especie singular de relación entre quien deviene creador de la
misma y aquellos a quienes está dirigida. Relación, vale aclarar, que posee dos claras cualidades:
reciprocidad entre los sujetos del discurso e irreductibilidad a otros tipos de comunicación
ideológica. Lo primero implica que el creador, al realizar evaluaciones sociales de su contexto,
acaba por elegir sus palabras con un objetivo bien definido: dirigirse directamente al auditor
como aliado o testigo por un lado, y al héroe o referente como tercer participante por el otro. Así,
al participar ambos del proceso constructivo junto al emisor, puede establecerse que la obra de
arte implica un proceso de cocreación. Lo segundo establece que dicha creación estética es el fin
exclusivo del proceso artístico: si tuviese un objetivo de índole, por ejemplo, política o religiosa,
dejaría de constituirse como tal.
Por otro lado, si bien este hecho de creación implica evidentemente la interacción de un círculo
determinado de actores sociales entre los que circula el discurso, esto no quiere decir que lo
externo a ellos no participe de la obra de arte. Por el contrario, la misma forma parte según
Volóshinov (1926) “de la unidad del flujo de la vida social” (p.5)4. Aquí es donde interacciona
con los demás tipos discursivos y exhibe, además, su condicionamiento en función de los modos
de producción económicos.
Finalmente, otro aspecto a destacar es la necesidad del enunciado estético de que todo aquello de
lo que se habla se halle de manera explícita y que lo sobreentendido tome lugar sólo de mínima
manera. De allí el imperativo que establece que nada –o casi nada- debe quedar inexpresado.
En cuanto a la estética formalista, Volóshinov adopta una postura sumamente crítica. Objeta que
esta concepción equipara el carácter artístico de la forma con lo netamente material. Por
consiguiente, descarta toda incorporación del contenido en la expresión artística y, junto con ella,
el rol fundamental del creador y su postura ideológica. Analizar lo estético sólo bajo su
naturaleza material equivale a enaltecer la realización técnica de la obra y las fuerzas psicológicas
presentes en la cocreación por sobre la evaluación ideológica del creador y acaba por enmarcarlo
en un rol puramente pasivo. Contrariamente, la posición activa del autor de la obra es la que la

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Volóshinov, V. (1926) El discurso en la vida y el discurso en la poesía. J. Panesi (trad.). Revista Zvezdá.

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constituye como tal. Entonces, la forma de la misma se da en función del contenido
primordialmente, y de manera accesoria utiliza lo material para constituirse.
4- Tal y como se ha redactado previamente en este escrito, la comunicación discursiva demarca
su unidad real por excelencia en el enunciado. Y para Mijail Bajtín son las esferas de la praxis
humana las que, delimitadas por una ideología en común, tienden a agrupar y darle entidad
estable a dichos enunciados dentro de determinados géneros discursivos. Estos últimos han de ser
expuestos por el autor ruso en dos grandes tipos: primarios o simples y secundarios o complejos.
Dentro de esta construcción categorial, el fragmento de instrucciones del reloj Guess constituye
un sustrato lingüístico útil para identificar las propiedades de los géneros primarios. En primer
lugar porque su nexo con la realidad cotidiana es estrecho e inmediato, al ser un texto que no se
encuentra dirigido más allá de la utilidad que implica instruirse para configurar la fecha y hora de
un artefacto utilizado corrientemente.
Luego, porque carece de un léxico complejo que apele a la actividad intelectual, reflexiva o
estética por parte de los sujetos de la comunicación. Por el contrario, se configura de manera
simple, sintácticamente bajo la misma estructura imperativa y emplea verbos comunes como
“empujar”, “sacar” y “girar”. Con todo esto, dicha categoría discursiva busca llevar a cabo una
comunicación práctica y fácil de interpretar.
Contrariamente, el género discursivo secundario aparece como un claro ejemplo de los alcances
complejos y profundos que pueden darse en la comunicación social. De esta manera, el texto de
Cortázar constituye una obra cuyos fines superan la cotidianeidad y apuestan por -y logran-
alcanzar una meta que la trasciende: en este caso, de indudable naturaleza estética. Esta última se
percibe, por ejemplo, en la correlación que hace el autor entre el reloj, la percepción del paso del
tiempo y el fin inevitable que implica la muerte. También se exhibe gracias al empleo de recursos
literarios como la personificación -“déjelo latir en libertad (al reloj)” o “las venas del reloj”- y las
imágenes sensoriales visuales (“la sombra de una mujer”), táctiles (“las brisas de la tierra”) y
olfativas (“el perfume del pan”).
El claro carácter de complejidad que adquiere este género se correlaciona inevitablemente con las
esferas sociales a las cuales tendrá acceso la obra: la misma circulará en un sector altamente
reducido de sujetos (en comparación con quienes emplean la lengua de modo cotidiano), en este
caso aquellos que poseen las aptitudes para comprenderla y tengan interés y acceso a la misma.

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Por otro lado, un aspecto a destacar es la acción ejercida por los géneros secundarios sobre los
primarios. En este caso, es factible trazar una correlación entre ambos fragmentos analizados en
este trabajo. Podría comprenderse entonces que el texto de Cortázar (género secundario)
incorpora una obra simple y cotidiana como las instrucciones para configurar el reloj Guess a los
fines de lograr su meta estética.
Pero algo ha de producirse indudablemente: si las sencillas directrices para programar un
artefacto constituían un reflejo inmediato de un hecho corriente, ahora dejan de hacerlo. Por lo
tanto, la conexión con lo cotidiano desaparece, y es necesario entonces que el objetivo de dicha
incorporación sea evidenciado por el marco artístico que Julio Cortázar busca con su obra.
Para finalizar, es fructífero realizar un abordaje de esta última obra desde la perspectiva estética
desarrollada por Valentín Voloshinov. Pues evidentemente la redacción del autor argentino
conlleva a apreciar su marcada posición respecto a la realidad social que lo atañe: concreta en su
creación una manera de desarrollar cualidades de los conceptos de tiempo y muerte, y lo hace con
una clara intensión comunicacional hacia todo aquel receptor que acceda a su novela. Escapa así
al contexto sobreentendido, al detallar artísticamente la intención que tiene al describir las
consecuencias que derivan de la adquisición de un simple reloj. Además, utiliza el material
lingüístico como sustrato, pero lo carga de significación a través de su entonación. En fin, cocrea
e impone en dicha producción su matriz ideológica en un proceso que sobrepasa lo vulgar y
cotidiano para alcanzar finalmente una conexión íntima y profunda con sus destinatarios.

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Bibliografía.
Bajtín, M. (1982) “El problema de los géneros discursivos”, en Estética de la creación verbal. T.
Bubnova (trad.). México: Siglo veintiuno editores.
Bubnova, T. (2009) “Valentín Nikoláievich Volóshinov (1984-1936), El marxismo y la filosofía
del lenguaje y el Círculo de Bajtín” en El marxismo y la filosofía del lenguaje. Buenos Aires:
Godot.
Sazbón, J. (1987). “Introducción”, “El objeto de la lingüística”, “Naturaleza del signo
lingüístico”, “Inmutabilidad y mutabilidad del signo lingüístico”, “El valor lingüístico”,
“Relaciones sintagmáticas y relaciones asociativas”, en Saussure y los fundamentos de la
lingüística. Buenos Aires: Centro Editor de América Latina.
Volóshinov, V. (2009). “Introducción”, “El estudio de las ideologías y la filosofía del lenguaje”,
“El problema de la relación entre las bases y las superestructuras”, “Dos corrientes del
pensamiento filosófico-lingüístico” El marxismo y la filosofía del lenguaje. T. Bubnova (trad.).
Buenos Aires: Godot.
Volóshinov, V. (1926) El discurso en la vida y el discurso en la poesía. J. Panesi (trad.). Revista
Zvezdá.

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