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MINISTERIO DE LA SALUD

ILUMINACIÓN DOCTRINAL

Múltiples enseñanzas tenemos al respecto de este ministerio. La más evidente la encontramos en el Evangelio, en donde
el Señor expande su misericordia como Buen Samaritano. De hecho el Señor envía a sus discípulos a proclamar el Reino
de Dios y a sanar a los enfermos (Cf. Lc 9,2).

Quiero destacar lo que oramos con la Iglesia en la IV plegaria eucarística para diversas circunstancias. El “Padre
misericordioso y Dios fiel, nos dio como Señor y redentor nuestro a su Hijo Jesucristo. Él siempre se mostró misericordioso
para con los pequeños y los pobres, para con los enfermos y los pecadores, y se hizo cercano a los oprimidos y afligidos”.
Por eso le imploramos con fe en la misma plegaria: “Abre nuestros ojos para que conozcamos las necesidades de los
hermanos; inspíranos las palabras y las obras para confortar a los que están cansados y agobiados; haz que los sirvamos
con sinceridad siguiendo el ejemplo y el mandato de Cristo”. A lo largo de los siglos hemos entendido que en el servicio
liberador al hombre enfermo, humillado, doliente, excluido e infeliz, es donde Jesús anuncia a la sociedad entera la
salvación de ese Dios que es amigo del hombre y de su vida plena.

OBJETIVO GENERAL

Asistir y acompañar a los enfermos: niños, jóvenes, adultos mayores y discapacitados en sus necesidades materiales y
espirituales, como expresión del verdadero amor cristiano, buscando fortalecer en ellos la esperanza en esas
circunstancias de la vida, e iluminando su existencia con la Palabra y la misericordia de Cristo Crucificado.

OBJETIVOS ESPECÍFICOS

1) Formar y fortalecer el ministerio de la salud en todas las parroquias.

2) Elaborar un programa secuencial para capacitar a los servidores de este ministerio, partiendo de una espiritualidad
sólida.

3) Crear canales de comunicación con las personas que tengan carismas similares en los diversos grupos apostólicos y con
las entidades de salud que nos abren las puertas para atender a los enfermos.

4) Integrar a este ministerio los ministros extraordinarios de la comunión, favoreciendo de este modo la atención integral
a los enfermos.

LÍNEAS DE ACCIÓN

1) En unión con los capellanes nombrados en las entidades de salud, verificar la corresponsabilidad de las parroquias en
este ministerio.

2) Crear y fortalecer un equipo de sacerdotes voluntarios, quienes a lo largo de la semana puedan asistir a los enfermos
en las entidades de salud que carecen de capellán, o que por la complejidad de la institución, el capellán no alcanza a
cubrir las necesidades.

3) Buscar el concurso de Médicos y auxiliares de enfermería y otros profesionales, para que se unan a este ministerio y
cooperen en la capacitación de los hermanos que lo conforman.

4) Con la debida prudencia y respeto, discernir el carisma y valorar la mística de muchos hermanos mayores que se ofrecen
para este servicio, cumpliendo los requerimientos del mismo.

5) Buscar los caminos apropiados para acompañar y asesorar a las familias en el cuidado de los enfermos.

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