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UNIDAD 8: CIUDADANÍA, DEMOCRACIA Y ESTADO

1. DEL SÚBDITO AL CIUDADANO

El concepto de ciudadanía surge con el Estado de derecho, la primera de cuyas


formas fue el Estado liberal que más adelante describimos. Con anterioridad a la
aparición del Estado derecho no podemos hablar propiamente de ciudadano sino que
tenemos que hablar de súbdito.
Ambos conceptos se refieren a la persona natural de un país y sujeta al ordenamiento
jurídico y político del mismo. Pero el concepto de súbdito, a diferencia del concepto
ciudadano, conlleva la idea de sometimiento, la persona queda a expensas de un poder
que está al margen del control de las leyes. Por el contrario el concepto ciudadano
supone que la persona es reconocida no sólo como sujeto de obligaciones sino también
de derechos. Los ciudadanos son miembros de sociedades que reconocen los mismos
derechos y deberes para todos los individuos incluso para los que detentan el poder, que
están igualmente sometidos al ordenamiento jurídico. La relación entre el ciudadano y
el poder no se basa en el sometimiento, como en el caso del súbdito, se basa en que el
primero legitima el segundo, es decir, el poder emana del reconocimiento del mismo
que hacen los ciudadanos, por eso el ciudadano participa del poder político.

2. FORMAS DE ESTADO

A continuación nos ocuparemos de las diferentes formas del Estado moderno y


contemporáneo: Estado absolutista, Estado liberal de derecho, Estado socialista y
Estado democrático y social de derecho.

2.1. El Estado absolutista:

El Estado moderno comienza a fraguarse en Europa durante los siglos XV y XVI


con el auge de las monarquías absolutas. La tendencia general en ese momento fue la
progresiva formación de los grandes Estados. Esto se conseguía por medio de uniones
matrimoniales, como en el caso de Castilla y Aragón; por la absorción de países
vasallos, como hizo Francia con los ducados de Bretaña y Borgoña; o por la anexión

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militar de un Estado menor a una gran potencia, como es el caso de Gales e Inglaterra.
Los monarcas comenzaron a combatir el poder de la nobleza y a poner en marcha una
serie de mecanismos administrativos que les permitieron hacerse con el control
absoluto del poder:

- Centralizan el poder gobernando el Estado desde la capital: reducen la


autonomía de las ciudades, atraen la nobleza a las capitales formándose las
cortes reales, núcleo del poder y centro de la vida social del Estado.
- Se crean redes territoriales de poder gracias al nombramiento de representantes
del Estado en las poblaciones importantes.
- Se amplia y mejora la administración del Estado.
- Se crea un ejército al servicio exclusivo del monarca.
- Se crea un sistema de recaudación de impuestos para mantener el aparato del
Estado, la corte real y toda la burocracia necesaria para la centralización del
poder y el mantenimiento del ejército permanente.

El Estado absolutista se basaba en los siguientes principios:

- La separación entre la sociedad y el rey. Todos los poderes del Estado emanaban
del rey, sujeto absoluto de derechos.
- El derecho divino de la autoridad del monarca. La autoridad emanada de Dios
es depositada en cada una de las naciones cristianas. El cuerpo social, incapaz
de gobernarse por sí mismo, ha de delegar sus poderes en el monarca. Por ello
hablamos de súbditos, no de ciudadanos.
- La negación del derecho de rebelión. El monarca puede emplear todos los
medios que estime convenientes para el gobierno de la nación (razón de
Estado). Ni siquiera en caso de injusticia flagrante está admitida la rebelión
contra su autoridad.

2.2. El Estado liberal de derecho:

El Estado moderno creado por la monarquía absoluta se pondrá al servicio de la


nobleza y de la alta burguesía, como clases dominantes en las que se sustenta. Pero a lo

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largo del siglo XVIII aparecerá un movimiento revolucionario apoyado por las clases
medias burguesas basado ideológicamente en doctrinas de carácter liberal. Este
movimiento revolucionario triunfará con la Independencia de los Estados Unidos (1782)
y con la Revolución Francesa (1789), que marca el tránsito de la sociedad estamental a
la sociedad de clases y la aparición del Estado liberal que se pone al servicio de los
intereses del conjunto de la sociedad y abre el camino para el moderno estado
democrático.
En el Estado liberal la soberanía se trasladará de la voluntad absoluta del rey al
pueblo formado por los ciudadanos (en realidad la burguesía). Por ello hablamos de tres
conceptos clave: ciudadano, soberanía nacional y de Estado de derecho. La soberanía
nacional exige el recurso a un sistema representativo que haga posible la expresión de la
voluntad general de los ciudadanos. Se establece así un sistema parlamentario.
El Estado liberal se basa en los siguientes principios:

- El imperio de la ley. Lo que significa que tanto los gobernantes como los
gobernados están sometidos a una ley común, que está por encima de ellos. Esta
ley quedará plasmada en un texto escrito en forma de Constitución o Carta
Magna. Las actuaciones de los representantes del Estado no pueden ser
discrecionales o arbitrarias, sino que están sometidas a la ley, a cuyo control los
representantes están sujetos como cualquier ciudadano (legalidad de la
administración).
- La división de poderes. Charles-Louis de Secondat, barón de Montesquieu
(1689-1755), consideró que la adecuada organización política del Estado debía
apoyarse en una Constitución que no permitiera a ningún gobierno abusar del
poder que se le había confiado. Para evitar esos abusos, propuso la división de
poderes que se ha hecho clásica. En el estado liberal el poder legislativo elabora
las leyes, el poder ejecutivo las aplica, y el poder judicial vela por su correcto
cumplimiento. Además de la división de poderes, tiene que darse una efectiva
independencia entre ellos; es decir, no puede ser un único poder el que dicte las
leyes, el que las haga cumplir, y el que juzgue si se han violado. El poder
legislativo será además elegido por los ciudadanos.
- El sufragio. EI Estado liberal es una organización política de carácter
representativo, fundada en la regla de las mayorías, en la cual reside la soberanía
nacional. Esas mayorías representativas se construyen mediante el ejercicio del

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derecho al voto por medio de la convocatoria de elecciones periódicas. En un
primer momento el Estado liberal se basará en fórmulas limitadoras de este
derecho por razones fundamentalmente económicas. Es lo que llamamos
sufragio censitario, en el que sólo tienen derecho al voto aquellos ciudadanos
con un cierto nivel económico. Hasta finales del siglo XIX y comienzos del XX
no se establecerá el sufragio universal. En el parlamento democrático, elegido
por sufragio universal, todos los ciudadanos tienen derecho al voto.
- Los derechos y libertades fundamentales. El Estado liberal se caracteriza por ser
un Estado de derecho basado en el establecimiento de un conjunto de derechos
básicos que garantizan la vida, la seguridad jurídica y las libertades o derechos
fundamentales y naturales de todo individuo en cuanto ciudadano del Estado.
- Los derechos naturales de los individuos son libertad, igualdad ante la ley,
seguridad y propiedad privada. Este último es declarado un derecho natural
absoluto, sagrado e inviolable. Soporte ideológico de la burguesía ascendente, el
derecho de propiedad será la medida de la capacidad individual y habrá de
ajustarse a las condiciones de la libre competencia mercantil.
- Puesto que el Estado recibe su poder del pueblo éste siempre tiene el derecho de
rebelarse contra la tiranía y contra cualquier exceso de de poder.
- Liberalismo económico (desarrollado Adam Smith, 1723-1790): Economía de
mercado y minimización o no intervención del Estado en asuntos económicos
que debe dejar la máxima libertad posible a la sociedad. El Estado liberal debe
ser un mero árbitro que armonice los intereses individuales y garantice
imparcialmente las reglas de la libre concurrencia económica, limitando sus
funciones a aquellas actividades que el interés individual no promueve, defensa,
justicia y obras públicas. Debe dejar libertad para comprar y vender, para la
contratación y el despido de los trabajadores, para la búsqueda del beneficio,
limitando al máximo su intervención en asuntos económicos ya que la libertad
de los individuos para defender sus intereses egoístas llevará por sí sola a un
progreso continuo y a un equilibrio en el reparto de la riqueza, como si una
mano invisible dirigiera el progreso económico a favor de todos.

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2.3. El Estado socialista:
Si en el siglo XVIII surge la concepción política liberal que lucha por la libertad
individual (Independencia de EEUU y Revolución Francesa) en el siglo XIX aparece la
concepción política socialista que lucha por la igualdad.
En ese siglo se extiende en Europa y en América del Norte la denominada
Revolución Industrial que había surgido en la segunda mitad del siglo XVIII. La
producción de bienes realizada hasta entonces mediante el uso de herramientas es
modificada radicalmente con la aparición de las máquinas, que constituyen el centro del
proceso productivo. Las consecuencias sociales del maquinismo serán las siguientes:

- La sustitución del trabajo masculino especializado por el más económico de


mujeres y niños.
- El tránsito del taller a la fábrica y el consiguiente empeoramiento de las
condiciones laborales.
- La ruina de los artesanos, que no pueden competir con la producción en serie, y
su progresiva conversión en un proletariado suburbano, desarraigado de su
medio social originario.
- La sustitución del capital variable o mano de obra por el capital constante,
formado por la maquinaria, y la creación de una población de parados y
marginados (ejército industrial de reserva).
- La tendencia del capitalismo industrial a la acumulación de capital, sin ninguna
concesión a la función social de la propiedad, lo que determinará una escalada
de la tensión y del conflicto social, la denominada lucha de clases.

Se puede considerar al socialismo como un movimiento social, teórico y práctico, en


lucha contra las consecuencias surgidas del liberalismo económico y de la Revolución
Industrial. Frente a las doctrinas liberales, que sostenían que la libre competencia habría
de llevar a un equilibrio en el reparto de la riqueza, la realidad demostró que este
sistema liberal propiciaba el enriquecimiento rápido de los empresarios y comerciantes
más hábiles y conducía a una gran masa de la población a una vida miserable. Frente a
esta situación surgen las organizaciones obreras y las doctrinas políticas de corte
socialista.
Ejemplos históricos: En Inglaterra aparecen en 1834 la Grand National
Consolidated Trade Unions. En Francia surgen en 1930 las Sociedades de Socorros

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Mutuos, cuyo objetivo era auxiliar a sus miembros en caso de enfermedad, vejez o
especiales dificultades económicas. Asociaciones internacionales de trabajadores: AIT o
Primera Internacional en 1864 y Segunda Internacional en 1889. En las sociedades
modernas democráticas los sindicatos fueron instituciones imprescindibles.
El socialismo es un movimiento social que lucha contra las desigualdades
económicas surgidas como consecuencia del liberalismo económico. Se dieron varias
corrientes:

- Anarquismo, que no sólo lucha contra las desigualdades económicas sino


también contra el Estado y toda forma centralizada de poder.
- Socialismo utópico, que pretendió reformar la sociedad a base de buena
voluntad, mediante la educación, constituyendo empresas donde los obreros
fuesen tratados de forma más equitativa o creando sociedades cooperativas.
- Comunismo que hace una defensa estricta de la igualdad defendiendo la
comunidad de bienes. El impulso decisivo al movimiento comunista se lo dieron
Karl Marx (1818-1883) y Friedrich Engels (1820-1895) que estableció el
socialismo científico o marxismo frente al socialismo voluntarista o utópico.

Marx y sus seguidores sostenían que el Estado no es un árbitro imparcial en la lucha


de clases sino que está siempre al servicio de la clase dominante. Proponen una
revolución social que acabe con el Estado e instaure una dictadura del proletariado.
Sin embargo, contrariamente a las predicciones de Karl Marx, no fue en los países
más industrializados de Europa (Inglaterra y Alemania) donde se produjo esa
revolución social, sino en Rusia con La Revolución Bolchevique de 1917.
Los principios en los que se basa del Estado socialista son los siguientes:

- La revolución comunista. El desequilibrio entre las fuerzas productivas y las


relaciones de producción conducirá inevitablemente a una revolución social, en
la que la burguesía como clase dominante será sustituida por la clase
trabajadora.
- La desaparición de las clases sociales. La revolución social acaba con la división
social entre burgueses, explotadores, propietarios de los medios de producción,
y proletarios, explotados, poseedores únicamente de su fuerza de trabajo,
poniendo fin a la estructura clasista propia de las sociedades capitalistas. No se

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trata de que la clase trabajadora se alterne en el poder con la burguesía como
clase dominante, sino que la burguesía como clase es eliminada. El Estado
socialista es exclusivamente un Estado obrero con una sola clase social, los
trabajadores o proletariado.
- La dictadura del proletariado. A pesar del carácter internacional de la clase
trabajadora, la revolución social será nacional en la medida en que es nacional el
Estado burgués que se ha de destruir. Tras la conquista del poder por la clase
obrera se instaura como forma de organización política "la dictadura del
proletariado"; un Estado obrero de partido único, el Partido Comunista, que
liquida toda oposición política en su empeño por construir una sociedad sin
clases.
- La abolición de la propiedad privada. La dictadura del proletariado elimina la
institución de la propiedad privada, pilar del Estado liberal, socializando los
bienes y los medios de producción social, "expropiando a los expropiadores", y
estableciendo finalmente la propiedad colectiva, gestionada totalmente por el
Estado.
- La planificación económica. Al pasar los medios de producción social a manos
del Estado socialista desaparece la iniciativa privada y la libre competencia
mercantil. Corresponde por tanto al Estado determinar qué, cuánto y cuándo se
va a producir; quién lo va a producir, es decir, la división del trabajo; y cómo se
a distribuir lo producido, es decir, la distribución social de la riqueza. El Estado
se convierte en el representante y depositario de los intereses de la sociedad.
- La destrucción del Estado. Tras un período de duración indeterminada se
conquistará la sociedad comunista autogestionada, el "paraíso socialista", reino
utópico de la libertad, en el que la ausencia de clases sociales y la eliminación
de la propiedad privada harán finalmente innecesaria la existencia del Estado.

Lo cierto es que en los países en los que después de las respectivas revoluciones se
instauró el comunismo (la antigua URSS, países del este de Europa, China, Cuba …),
tras la toma de poder, los partidos comunistas socializaron los medios de producción,
eliminaron la propiedad privada, suprimieron las libertades que llamaban
despectivamente “burguesas” e impusieron un control ideológico y político total de la
sociedad que en algunos casos dio lugar a un estado fascista totalitario en el que un
partido único se hizo con el Estado usándolo para imponer un control total de la

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sociedad basado en el terror, es el caso de la URSS de Stalin y la Camboya de Pol Pot
(Pol Pot fue el principal líder de los Jemeres Rojos que instauró un régimen fascista y
muy cruento en los años 70 y que ha pasado a la historia como el principal responsable
del genocidio camboyano), entre otros, estados fascistas como lo fueron el Tercer Reich
alemán y el fascismo italiano de Benito Mussolini.
Como alternativa frente a los excesos de los movimientos comunistas surge la
socialdemocracia que defiende:
- La vía reformista hacia el socialismo mediante la participación de los obreros
y las clases explotadas en la política de los Estados
- Las instituciones políticas democráticas

2.4. El Estado democrático y social de derecho:

Tras la Segunda Guerra Mundial, el Estado democrático y social de derecho se


constituye en el modelo político del mundo occidental. El contexto político y
económico, dada la presión que sobre el capitalismo ejercía el bloque comunista,
favorecía su aparición. En este modelo de Estado a los derechos característicos del
Estado liberal, que pretenden garantizar la libertad de los individuos, se suman otros
derechos, exigidos por la socialdemocracia, que conciernen al plano de la igualdad
entre los ciudadanos como son el derecho a la sanidad, a la educación y al trabajo.

Analizamos a continuación las características de esta forma de Estado:

a) Como Estado, el poder político está organizado de acuerdo con los


principios de soberanía y monopolio legítimo de la violencia.

b) Como Estado de Derecho, tiene las siguientes características y exigencias que


expusimos al hablar del Estado liberal:

- Es el imperio de la ley: Esta es la característica más importante. Todos los


ciudadanos e instituciones, también los poderes que articulan el Estado
(legislativo, ejecutivo y judicial), están bajo el control de las leyes. Pero,
además, se trata de un control emanado de la voluntad general, legitimado
democráticamente por el conjunto de la ciudadanía, la ley es entonces expresión

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de la voluntad general, a la que todos, gobernantes y gobernados, están
sometidos. Dejamos claro este punto pues también las dictaduras modernas y
los regímenes totalitarios, con doctos y dóciles juristas a su servicio, podrían
alegar a su favor ser el imperio de la ley, podrían aducir que su poder está
reglado por el Derecho (que el mismo dictador crea) y sometido a normas
jurídicas (ídem). Eso también es Derecho (ilegítimo, injusto) y también es
Estado (dictatorial, totalitario), pero no Estado de Derecho. Lo que en definitiva
diferencia, pues, de manera más radical y sustancial al Estado de Derecho es ser
el imperio de la ley como expresión de la voluntad popular.

- División de poderes: legislativo, ejecutivo y judicial. Su función es servir de


contrapeso al propio poder, garantizar los derechos de los ciudadanos contra las
injerencias del Estado, así como evitar la concentración del poder, que puede
dar lugar a un uso arbitrario del mismo.

- Legalidad de la Administración: Necesidad de que las instituciones públicas


actúen de acuerdo con las normas legalmente establecidas y bajo el control del
poder judicial, que es el encargado de juzgar la transgresión de las leyes.

- Derechos y libertades fundamentales: la garantía jurídico-formal y efectiva


realización material de las mismas. Su reconocimiento constituye la garantía
formal del Estado contra el uso indebido del poder y son el fundamento sobre el
que se asienta el ordenamiento jurídico de la sociedad.

- La protección de los ciudadanos por tribunales independientes

- La responsabilidad del Estado y de la Administración por sus actos

c) Como Estado Social, reconoce que garantizar determinados derechos de los


ciudadanos exige la intervención del Estado como son el derecho a la educación, a la
sanidad y al trabajo.

d) Como Estado Democrático, promueve la participación política de los


ciudadanos y encuentra su legitimidad en el principio de soberanía ciudadana,

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formulada y garantizada por el Derecho.

Como vemos, este modelo de Estado constituye el modelo político del mundo
occidental y responde a la necesidad de incluir políticas sociales y de favorecer la
participación ciudadana en el marco de las democracias liberales. En su dimensión
económica supuso la aceptación de la economía de mercado y en su dimensión social,
supuso la intervención del Estado (contraria a las políticas más liberales) en aquellos
asuntos considerados fundamentales para la vida de los ciudadanos y para la
preservación de las instituciones y bienes públicos. Su logro más señalado fue el
denominado estado de bienestar.
Sin embargo, con el fin de la denominada Guerra Fría, coincidente con la caída del
muro de Berlín en 1989 y la desaparición de la Unión Soviética, el estado de bienestar
entra en crisis. La globalización, caracterizada por la expansión planetaria del sistema
de producción capitalista y del liberalismo económico, permitirá una proyección
verdaderamente internacional de este modelo de Estado pero al mismo tiempo minará
las bases sociales sobre las que se funda. Es decir se expande el modelo de economía de
mercado y el liberalismo económico pero no el modelo social de Estado.
El debate sobre si el Estado debe o no ocuparse de los asuntos sociales e intervenir
en el mercado es un debate que sigue abierto. Aquellos que se oponen al
intervencionismo del Estado en asuntos económicos o para garantizar ciertos servicios
sociales critican al Estado social porque produce un

- aumento de la burocracia y
- una disminución de la iniciativa individual que vuelve a los ciudadanos
sujetos pasivos a la espera de que el Estado resuelva sus problemas.

El filósofo norteamericano Robert Nozick (1938-2002) se opone a las ideas de otros


filósofos como John Rawls, del que ya hemos hablado, que sostienen que es necesario
que el Estado intervenga en la economía para redistribuir la riqueza y así propiciar la
igualdad. Nozick rechaza de plano cualquier forma de paternalismo o intromisión
estatal que prohíba o limite los actos capitalistas entre adultos que estén de acuerdo. La
idea de que el Estado tenga la obligación de mejorar la vida de los más necesitados en
virtud de una justicia redistributiva restándoles bienes a los más pudientes supone la
imposición de la desigualdad. Para este filósofo el papel del Estado debe quedar

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reducido a las tareas del “vigilante nocturno”, un Estado “mínimo”, que proteja a los
ciudadanos de la violencia, el robo y el incumplimiento de los contratos.
Por su parte el filósofo, Jürgen Habermas (1929), sostiene que el Estado moderno es
un producto y un factor de supervivencia del capitalismo. Afirmó en los años 70 que
ese Estado no podría proteger a los ciudadanos de los peores excesos de las crisis en la
economía capitalista porque su capacidad para recolectar las rentas necesarias para
apoyar los programas de bienestar era limitada. Ello implicaría que la legitimidad del
Estado quedaría también limitada pues limitada quedaba su capacidad para proteger a
los ciudadanos y esta es la tarea fundamental del Estado social de derecho.

3. MODELOS DE DEMOCRACIA

3.1. Definición y modelos:

Democracia significa, literalmente, gobierno del pueblo. La palabra procede de los


términos griegos demos (pueblo) y cratos (poder). La democracia ateniense del siglo V
a. de C. constituye el referente clásico de esta forma de organización política. Sin
embargo aquella democracia, pese a ser un precedente insólito en la historia política de
la humanidad, no reconocía los mismos derechos políticos a todos los miembros de la
comunidad. De la participación en los asuntos públicos quedaban excluidos los
extranjeros, los esclavos y las mujeres pues las condiciones de participación eran ser
varón, libre y natural de Atenas.
Actualmente suelen considerarse dos modelos de democracia: el modelo de
democracia representativa y el modelo de democracia directa o participativa. Las
características fundamentales del Estado democrático de derecho, expuestas
anteriormente, son todas ellas referibles a estos modelos de democracia.

- La democracia representativa. Se trata del modelo de democracia vigente, que


permite a los individuos elegir a sus representantes políticos o ser elegidos por el
conjunto de la ciudadanía. Las instituciones y los poderes democráticos están
bajo el control de la ley y sujetos a los procedimientos electivos que el
ordenamiento jurídico dispone.
- La democracia directa o participativa. La democracia directa consiste en la
participación de todos los ciudadanos en la administración y gestión de los

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asuntos públicos. Modelo inspirado en la democracia ateniense, en la que no
sólo los ciudadanos tenían el derecho de participar en los asuntos de la polis,
sino también la obligación de hacerlo, en él se sustituye el modelo
parlamentarista, propio de las democracias representativas, por un modelo en el
que el conjunto de los ciudadanos, reunidos en Asamblea, discute, y decide las
medidas políticas a adoptar. El problema fundamental del modelo directo
consiste en que su realización en sociedades tan complejas y masificadas como
las actuales no parece posible. A esta dificultad, sus defensores responden de
distintas maneras. Abogan, sobre todo, por la posibilidad de hacer un uso
político de las tecnologías de la información, que permita adoptar decisiones
conjuntas sin la intermediación de representantes. Los detractores de la
democracia directa consideran, sin embargo, que ese uso masivo de las
tecnologías de la comunicación, así como el carácter prácticamente instantáneo
de la información, eliminaría el necesario componente deliberativo que debe
acompañar la toma de decisiones.

Como hemos dicho el modelo vigente es el de la democracia representativa, pero este


modelo muchas veces es criticado porque, se dice, se trata de una democracia
meramente formal pero no social. Veamos la diferencia entre estos dos modelos:

- Democracia formal: En este tipo de democracia el Estado cumple las


condiciones abstractas, legales o formales para ser considerado democrático,
formalmente los ciudadanos pueden participar en la gestión de su comunidad
pero materialmente, es decir, realmente no lo hacen. Su intervención se limita a ir
a las urnas cada 4 años y nada más.
- Democracia social: Supone la primera pero va más allá. Los ciudadanos tienen
un poder real, efectivo y material de participar e intervenir en la gestión de su
comunidad, es decir el Estado articula estrategias y procedimientos reales de
participación ciudadana. Y dado que el poder de participación está en función
sobre todo del poder económico el Estado debe propiciar una redistribución
equitativa de la riqueza.

La concepción democrática del Estado se basa en los principios del Estado de


derecho a los que añade los siguientes:

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- Debe existir libertad política para que los ciudadanos puedan participar en todo
lo referente al gobierno del Estado
- Los individuos que gobiernan son elegidos por los ciudadanos y son sus
representantes
- Existen mecanismos que garantizan que gobiernen los representantes de la
mayoría de los ciudadanos
- Puesto que la democracia se basa en la regla de la mayoría deben existir
mecanismos para garantizar los derechos de las minorías

4. LOS DERECHOS HUMANOS

Los denominados "derechos humanos" constituyen el principal referente ético-


político de las actuales sociedades democráticas. Designan una serie de derechos que de
forma más o menos universal hemos acordado que son básicos, pertenecen a todo ser
humano por el hecho de serlo y por tanto deben ser respetados por todos los Estados. Su
objetivo es servir como marco general a los sistemas jurídicos de los Estados y proteger
la dignidad de las personas frente a cualquier forma de barbarie y fomentar la paz entre
las naciones y grupos con intereses diversos.
Como precedentes modernos de la Declaración Universal de los Derechos
Humanos, aprobada por la Asamblea General de la ONU en 1948, encontramos el Bill
of Rights inglés (1689), la Declaración de Derechos de Virginia (1776) y la
Declaración de los Derechos del Hombre y del Ciudadano francesa (1789). Estas
declaraciones surgieron en el contexto de las revoluciones burguesas. Los derechos
liberales encuentran en ellas su más clara expresión.
Los derechos humanos son universales (los poseen todos los seres humanos),
imprescriptibles (no se pierden con el transcurso del tiempo) e inalienables (nadie nos
los puede arrebatar).
Podemos distinguir tres generaciones o fases en el desarrollo de la DUDH:

- Derechos de primera generación. Estos derechos se basan en el reconocimiento de


las libertades y derechos individuales, civiles y políticos, contra la concepción
absolutista del poder característica del Antiguo Régimen. Son los derechos
reivindicados por el liberalismo durante los siglos XVIII y XIX. Los principales

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son: el derecho a la vida y a la propiedad, la libertad de pensamiento y expresión, la
libertad de asociación y prensa, a un juicio justo.

- Derechos de segunda generación. Estos derechos incluyen contenidos sociales,


económicos y culturales. Se corresponden históricamente con las reivindicaciones
del proletariado industrial en el siglo XIX y con las políticas características del
liberalismo social, de los partidos socialdemócratas y democristianos. Los
principales son: el derecho al trabajo, a la educación, a la sanidad y, en general, el
derecho a una vida digna.

- Derechos de tercera generación. Se denominan así a los derechos (y obligaciones)


relacionados con la preservación del medio ambiente, con el desarrollo económico y
productivo, con el acceso a las nuevas tecnologías, con las investigaciones
científicas (en particular, con la biotecnología) y con el uso que puede hacerse de las
mismas. También se incluyen entre estos derechos las reivindicaciones de las
minorías étnicas y de los denominados "pueblos sin Estado".

Los derechos de primera y segunda generación se recogen en la Declaración


Universal de los Derechos Humanos de 1948. En algunos casos, los derechos de tercera
generación son objeto de controversia. Así por ejemplo, el denominado derecho de
autodeterminación de los pueblos o el derecho de las minorías étnicas y religiosas a
instituir sus propios órganos de representación política en el interior de los Estados.
Algunos autores consideran incluso la posibilidad de separar algunos de estos
derechos y establecer una cuarta generación, que tendría como contenidos los
derechos propios de la nueva sociedad informatizada, fundamentalmente referidos a las
posibilidades de acceso y uso de la información.
Si los derechos de primera generación tenían al individuo como protagonista y los
derechos de segunda generación consideraban al individuo en tanto que miembro de
una comunidad política organizada, los derechos de tercera generación sólo podrán ser
construidos sobre la base de la solidaridad entre los seres humanos, de la defensa de la
paz y de la justicia mundial, así como del respeto al medio ambiente.
Lo cierto es que hoy la DUDH representa el horizonte de legitimación ético-política
de los ordenamientos jurídicos vigentes en cada Estado. La apelación constante a los
mismos así lo demuestra.

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