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CAPITULO 1

Principios y líneas generales


Fundamentos teóricos y empíricos
El enfoque del aprendizaje social en terapia de pareja
Objetivos terapéuticos
La terapia de pareja en grupo
Principios para dirigir un grupo marital

Este capítulo ofrece una visión general de los fundamentos teóricos y empíricos, y los principios
generales del enfoque del aprendizaje social en terapia de pareja descrito en este manual. Esta perspectiva
general es importante por dos razones: en primer lugar, proporciona una estructura conceptual para la
comprensión de las distintas técnicas terapéuticas; en segundo lugar, porque el conocimiento de los
principios teóricos fundamentales, los presupuestos básicos y su soporte empírico serán de gran ayuda
para guiar al terapeuta cuando se presenten problemas inesperados.

FUNDAMENTOS TEÓRICOS Y EMPÍRICOS


La separación, el divorcio y sus efectos posteriores en la vida de las personas a las que afecta, ejerce
una gran presión sobre el funcionamiento psicológico y físico de los individuos. La investigación sobre el
estrés producido por los cambios en el estilo de vida asociados con la separación y el divorcio –tales
como cambios económicos y de trabajo, cambios de residencia y actividades sociales, pérdida de amigos
mutuos, problemas sexuales y el cambio de hábitos personales– indican que las enfermedades psíquicas y
físicas aparecen más frecuentemente (6 de cada 10) en las personas con matrimonios rotos (Bloom,
1975; Struening, Lehman y Rabkin, 1970; Holmes y Masuda, 1973). El estudio de las personas que habían
solicitado ayuda profesional por problemas psicológicos indican que el 42 % de estos, individuos
consideraban la naturaleza de sus problemas como matrimoniales y otro 17 % consideraban que sus
problemas se debían a las relaciones familiares (Gurin, Verof y Feld, 1960). Incluso, aunque no se llegue a
la separación y/o al divorcio, el desacuerdo y los conflictos matrimoniales son muy corrientes en nuestra
sociedad. En 1972 hubo 715.000 divorcios en Estados Unidos, y se estima que 40 millones de
matrimonios necesitan counseling (Kuhn, 1973).
Durante casi 50 años se han practicado en Estados Unidos distintos tipos teóricos y clínicos de
terapia de pareja. Sin embargo, hasta hace muy poco ha habido una ausencia casi absoluta de estudios
objetivos y de una evaluación seria de la terapia o el counseling matrimonial. Mientras los defensores de
las distintas “escuelas” de pareja continúan desacreditando a los de las otras escuelas, es interesante
constatar que hay un número de áreas comunes en el tratamiento de los matrimonios con problemas. Por
ejemplo, los practicantes de fundamentos teóricos divergentes tienden a ponerse de acuerdo en la
importancia de una comunicación clara entre los compañeros como requisito fundamental para que un
matrimonio funcione (Ackerman, 1966; Lederer y Jackson, 1968; Satir, 1967; Gottman, Notarius, Gonso y
Markman, 1976).
El comunicador funcional de Satir es capaz de hacer lo siguiente: puede preguntar para clarificar el
mensaje si éste es ambiguo, no está claro, o es incongruente con los pensamientos y sentimientos del
emisor; puede clarificar y clasificar mensajes que él ha enviado; puede pedir feedback afectivo y cognitivo
al receptor de sus mensajes; y puede dar feedback afectivo y cognitivo al emisor de los mensajes que son
congruentes con sus propios sentimientos y pensamientos. En esta misma línea Lederer y Jackson han
recalcado la importancia de la comunicación clara, sincera y verdadera en el sistema marital, y ofrecen una
serie de ejercicios prácticos de “hazlo tú mismo” para ayudar a sus lectores a desarrollar estas cualidades
esenciales. Asimismo, el enfoque del aprendizaje social en terapia matrimonial también considera
importante establecer buenas habilidades como objetivo terapéutico.
Lederer y Jackson sugieren que el establecimiento de un quid pro quo es esencial para reorganizar un
matrimonio. La conducta y las actitudes de una de las partes siempre elicita algún tipo de reacción por la
otra parte. De acuerdo con Lederer y Jackson, el terapeuta debe analizar las pautas repetitivas y
destructivas de interacción que regulan o rigen la relación de la pareja y ayudarles a establecer nuevas
pautas que resultarán más beneficiosas. Asimismo, en el enfoque del aprendizaje social de la terapia
matrimonial, se entrena a los esposos para que incrementen el reconocimiento y la iniciación de
interacciones placenteras. Desde la perspectiva del aprendizaje social las reglas de interacción de la pareja
pueden verse como un sistema quid pro quo, en el cual los miembros que experimentan desagrado en el
matrimonio intercambian un tipo y cantidad limitados de refuerzos. Uno de los objetivos principales del
enfoque del aprendizaje social en conflictos matrimoniales presentado en este manual es incrementar el
nivel de intercambios recíprocos o mutuamente reforzantes entre marido y mujer. Patterson y Reid (1970)
y Patterson y Hops (1972) han estudiado directamente los sistemas de intercambio de refuerzos en
familias y matrimonio. Sus investigaciones identificaron dos compañeros principales, reciprocidad y
coerción, corno características de relaciones distintas.
La reciprocidad se refiere a la proporción equitativa de refuerzos positivos intercambios entre los
cónyuges. La interacción recíproca entre compañeros se caracteriza por su sensibilidad a las peticiones del
otro y por su mutuo refuerzo de las conductas del otro. De este modo, se agradece inmediatamente una
pregunta, una atención o una petición de una esposa: o los inicios sexuales de un esposo son devueltos o
pospuestos cariñosamente.
La coerción se refiere a las interacciones en las que ambos miembros de la pareja se enganchan en
acciones aversivas que controlan la conducta del otro. Se puede observar la coerción cuando una petición
de un esposo adopta la forma de una demanda exigente. El incumplimiento por uno de los esposos se
castiga por el aumento de conductas aversivas, como la crítica, la retirada o la humillación. La sumisión de
la esposa intimidada refuerza positivamente el estilo coercitivo de demandas del esposo. La esposa que
“cede” es reforzada negativamente con la terminación de una demanda aversiva. Patterson y Reid (1970)
mantienen que es probable que si uno de los cónyuges utiliza la coerción para controlar la conducta, el
otro cónyuge también usará este método de control. Tal como Lederer y Jackson (1968) lo han
parafraseado: “El mal genio engendra mal genio”.

EL ENFOQUE DEL APRENDIZAJE SOCIAL EN TERAPIA DE PAREJA


En los modelos del aprendizaje conductual o social existen ciertos presupuestos respecto a qué induce
la satisfacción y qué a la insatisfacción en un matrimonio. Mantener la satisfacción de la pareja requiere
esfuerzo y entrega por parte de ambos miembros, así como el desarrollo de ciertas habilidades para
asegurar una comunicación sincera y constructiva. Es más probable que los miembros de una pareja que
tienen preferencias, hábitos y una rutina diaria similares, vivan en compañía y sean felices juntos. Sin
embargo, la relación entre similitud y satisfacción matrimonial no es tan simple como el viejo cliché “lo
parecido se atrae”. Más bien, el concepto de similitud abarca una amplia variedad de estilos de interacción
y de relación. Por ejemplo, en una relación feliz, los esposos pueden ser similares en sus ciclos de vigilia-
sueño y en la rutina diaria, pero diferentes en sus necesidades de socialización. Los problemas suelen
aparecer cuando existen más áreas diferentes dentro de la relación que tienen más importancia que las
áreas de similitud.
Cada miembro en un matrimonio tiene necesidades de afecto, sexo, ocio, compañía, aprobación y
estatus. En suma, cada miembro debe contribuir a las necesidades de la unidad matrimonial y familiar en
las áreas de economía, tareas y administración del hogar, actividades sociales y educación de los hijos. La
satisfacción en el matrimonio aparece como resultado de la reciprocidad en contribuir a cada una de las
necesidades de los individuos y de la familia. En otras palabras, la satisfacción matrimonial surge del
mutuo intercambio de palabras y acciones que son placenteras para cada uno de los cónyuges. Décadas de
investigación sobre la conducta humana indican que la cantidad y gama de acciones placenteras que un
miembro recibe es proporcional a la cantidad de acciones placenteras que da. Este es el principio de
reciprocidad: se recibe lo que se da, y se da lo que se recibe. Cuando cada miembro está recibiendo una
cantidad de palabras y acciones placenteras adecuada a sus necesidades, el matrimonio será experimentado
como satisfactorio por ambos cónyuges. El enojo, las decepciones y la frustración forman parte de toda
relación; sin embargo; el intercambio de sentimientos negativos normalmente excede al intercambio de
sentimientos positivos, el resultado es malestar, pena e infelicidad en la relación.
La insatisfacción matrimonial ocurre cuando se intercambian escasas conductas agradables entre
los esposos, cuando las interacciones placenteras están limitadas a un solo área (por ejemplo, la
economía), o cuando uno de los miembros de la pareja da muchas más “gratificaciones” que las que
recibe. Es fácil que esto ocurra cuando uno o ambos esposos dan por supuestas conductas agradables
y las ignoran: como consecuencia, se dan muchas menos acciones placenteras con el transcurso del
tiempo. Si se tiene una necesidad que no se satisface, puede que se llegue al uso de la coerción por
parte de uno o ambos esposos, tal como la crítica, los ataques de mal humor, las riñas, las amenazas y
la violencia. Las acciones y palabras coercitivas pueden usarse para satisfacer las necesidades propias,
más que para pedir conductas placenteras de una forma sincera y abierta y no de forma amenazadora.
Esto nos lleva al segundo presupuesto en que se basa nuestro modelo de counseling matrimonial el
aumento de la satisfacción matrimonial se producirá cuando se mejoren las habilidades de
comunicación de los esposos, tanto de los aspectos positivos como negativos de su matrimonio. La
tarea del terapeuta es enseñar a la pareja destrezas de comunicación que aumenten los intercambios
reforzantes mutuos, mejoren sus habilidades para resolver problemas y que ayuden a la expresión
constructiva de sentimientos tanto positivos como negativos.
El enfoque de counseling matrimonial expuesto en este libro es primordialmente educativo y
tiene la misión de producir el cambio. Esta destinado a incrementar las destrezas de cada miembro del
matrimonio más que a elicitar insight de por qué el matrimonio está equivocado. Esto no quiere decir
que el insight de los esposos no pueda ocurrir en el transcurso de la terapia. Para nosotros el insight es
principalmente un derivado de los esfuerzos de la pareja para aprender y usar nuevas habilidades de
comunicación que mejoren su relación.
Ya que nuestro énfasis está en ayudar a las parejas a aprender y aplicar nuevas habilidades, el
foco de la terapia se centra en el presente y se trabaja hacia el futuro, más que sobre el pasado. Para la
pareja la pregunta es: “¿A dónde vamos desde aquí?”, más que detenerse en los porqué y las razones
de pasadas frustraciones y acontecimientos infelices que no se pueden resolver. En vista de que la
mayoría de los esposos tienen necesidad de contar su parte y desahogar sus sentimientos de enojo y
ofensas pasadas, se les da esta oportunidad en la entrevista inicial con cada esposo individualmente y
con la pareja en conjunto. Después de ventilados los sentimientos negativos, las recriminaciones ya no
se volverán a aceptar y se orienta a la pareja a tratar su relación como algo nuevo.
Ya que la meta de la terapia es que la pareja aprenda nuevas habilidades, el proceso que debe
utilizar el terapeuta se parece al de la enseñanza activa o el adiestramiento más que a una terapia
tradicional. Al ir introduciendo cada habilidad a la pareja se debe empezar por dar una breve
explicación sobre por qué la habilidad es importante; después, se instruye a la pareja sobre el uso de la
misma. Más tarde cuando nosotros como terapeutas- “educadores” hemos explicado completamente la
habilidad, es mejor demostrar tanto la forma de hacerlo como la forma de no hacerlo: «Una imagen
vale más que mil palabras».
Por ejemplo, en la primera sesión se empezará adiestrando a la pareja para que llegue a ser
consciente y a reconocer las palabras y acciones placenteras, o GRATIFICACIONES. Una forma de no
reconocer una GRATIFICACION puede ser “Siento que tuvieses que cuidar a los chicos esta tarde
para variar”. “Para variar” es una forma que aleja el positivo reconocimiento de la
GRATIFICACION. Esto contrasta con “Realmente agradezco que hayas cuidado de los niños”.
Después de que el terapeuta ha modelado cómo no expresar y cómo hacerlo los sentimientos o ideas
que se han enseñado, se le pide a cada esposo por turno que practiquen o ensayen la expresión de
sentimientos o acciones sobre los que se ha hecho hincapié.
Después de que lo han ensayado se les debe proporcionar feedback sobre cómo lo han hecho; el
feedback será positivo y específico, seguido de sugerencias para su perfeccionamiento. La pareja
debe continuar repasando las conductas o acciones hasta que lo realicen correctamente.
Preferiblemente, los ensayos incluirán situaciones reales que hayan ocurrido en el matrimonio. A
medida que las habilidades que el terapeuta enseñe lleguen a ser más complejas (ej. la negociación),
y traten con temas más cargados emocionalmente (ej., los sentimientos negativos), será necesario
aumentar la cantidad de ensayos necesarios.
Puede ser necesario también adiestrar o apuntar al esposo/a cómo practicar la habilidad, El
adiestrar y apuntar puede incluir gestos o señales de nuestra parte como terapeuta, indicando nuestra
aprobación, nuestro deseo de que un esposo vaya más despacio, eleve su tono de voz o mantenga
contacto ocular con su compañero. Apuntar y adiestrar también incluye dar indicaciones verbales
sobre el contenido de la conversación de cada esposo para tratar de comunicar sus sentimientos. Por
ejemplo, como terapeutas podemos enseñar una comunicación positiva y asertiva diciendo “Ahora
haz una petición positiva. ¿Qué prefieres que tu compañero haga a cambio?” cuando el esposo está
ensayando la conducta. Adiestrar y apuntar durante el ensayo proporciona soporte y dirección para
los esposos cuando están probando una nueva habilidad que es difícil para ellos y/o están expresando
sentimientos que no usan para comunicarse. Hay que acordarse de dar feedback después de cada
ensayo. Hay que encontrar algo específico para felicitarles cada vez que lo practiquen; por ejemplo,
el contacto visual, los aspectos de contenido, o el cuidado de las expresiones faciales. Adoptar una
actitud de “modelado”, lo que significa buscar y responder a pequeños signos de mejora en la
relación matrimonial. Recordar que el éxito llegará con la repetida práctica de las habilidades. Una
actitud de modelado por parte del terapeuta es esencial para la efectividad de la terapia. Los éxitos de
las parejas en el aprendizaje de las habilidades mostradas en este enfoque llegarán con repetidos
ensayos seguidos por feedback positivo y específico incluso con pequeños adelantos. Cada pareja
lleva su propia marcha a lo largo del proceso de cambio de la conducta, mientras unos aprenden las
habilidades rápida y fácilmente, otros luchan en cada paso.
Una vez que una pareja ha practicado una habilidad satisfactoriamente en la sesión terapéutica,
se le asignan tareas. La asignación de tareas (“Pille a su pareja haciendo algo agradable”, sesión
ejecutiva y actividades recreativas) son el corazón del proceso terapéutico. Una o dos horas de terapia
a la semana no son suficientes para cambiar una relación viciada. Es esencial que las parejas
practiquen las habilidades en casa de una forma regular; la práctica repetida en el ambiente natural,
hará que los compañeros se encuentren más a gusto en el uso de sus nuevas habilidades. De esta
forma, los efectos de la terapia se pueden extender y continuar entre las sesiones. Hemos encontrado
una estrecha conexión entre la regularidad con la que se completan las tareas y el grado en que las
relaciones de las parejas mejoran. Como terapeutas podemos hacer varias cosas para facilitar la
realización por parte de la pareja de las tareas asignadas:
 Acentuar su importancia y explicar cómo se puede practicar en casa.
 Revisar regularmente las tareas asignadas y prestar tiempo y atención a las tareas realizadas más
que a por qué la pareja no las ha realizado.
 Cuando se asigna una tarea después de que la pareja ha practicado una conducta dada durante la
sesión, deben especificar cuándo, dónde y con qué frecuencia practicarán la destreza en casa.
 Al principio, puede ser útil para el terapeuta o su secretaria llamar a la pareja durante la semana
para ver cómo van las tareas. Estos actos son un recordatorio y también acentúan la importancia
de realizar sus tareas.

La Figura 1 resume el proceso o la corriente de nuestros métodos con matrimonios.


La secuencia de las habilidades que se enseñan a las parejas en las sesiones de terapia se organizan a
lo largo de dos dimensiones básicas:
 De las habilidades simples a las complejas.
 Desde temas y contenidos de un tono emocional bajo y centrados en sentimientos positivos a
puntos y contenidos que tengan un alto tono emocional y que estén centrados en sentimientos
negativos.

ADMISION

PRESENTACIÓN
DEL PROBLEMA
PROGRAMA
SOCIAL Y RECREATIVA

HABILIDADES DE
VENTILACIÓN COMUNICACIÓN
EVALUACIÓN
ORIENTACIÓN CONTRATO DE
ESTABLECIMIENTO CONTINGENCIA
DE OBJETIVOS DISCRIMINACIÓN Y
REGISTRO DE SUCESOS
AGRADABLES

SIMBOLOS
ENTRAÑABLES EVALUACIÓN
TERMINACIÓN

RECICLAJE

Figura 1: Diagrama de los módulos de tratamiento en la terapia de pareja conductual. Las sesiones iniciales se dedican a la
evaluación, realización de la historia y a la ventilación de sentimientos que deberá hacerse con una única pareja. Si la terapia
matrimonial se hace en un marco grupal, se puede formar un grupo de 3 a 5 parejas después de estas sesiones iniciales y comenzar
con las etapas de programación social y recreativa.

La razón de ir de lo simple a lo complejo es la de construir experiencias con éxito y así mejorar las
habilidades por la vía de pequeños pasos que puedan ser fácilmente dominados por la pareja. Al principio
nos centramos en los temas neutros y positivos por dos razones principales: en primer lugar, esta
focalización ayuda a la pareja a empezar a reorientar sus percepciones mutuas y el matrimonio se aleja de
los aspectos negativos hacia el reconocimiento de los aspectos positivos de su relación; en segundo lugar,
las parejas pueden aprender mejor nuevas habilidades de comunicación si comienzan con puntos
relativamente poco amenazadores. Una vez que se aprenden las nuevas habilidades pueden empezar a
usarlas con una mayor probabilidad de éxito para comunicar temas y sentimientos que estén más cargados
emocionalmente.

OBJETIVOS TERAPEUTICOS
Hacia el final de la terapia una pareja normalmente poseerá las siguientes conductas:
1. Entenderán el significado y el valor de la reciprocidad como el intercambio de valorar positivamente las
acciones y expresiones en una relación.
2. Habrán incrementado el número, calidad y esfera de las conductas sociales, emocionales e instrumentales
que agradan a sus parejas.
3. Serán más conscientes y agradecerán más frecuentemente los actos y palabras agradables que reciban de sus
respectivos compañeros.
4. Serán competentes en las habilidades de comunicación verbal y no verbal, que incluyen:
a. Dar GRATIFICACIONES al compañero.
b. Agradecimiento de las GRATIFICACIONES recibidas por el compañero.
c. Pedir GRATIFICACIONES (incluyendo afectos físicos) del compañero de una forma directa
y asertiva.
d. Expresar empatía al compañero dándole feedback exacto sobre lo que dice y siente.
e. Expresar sentimientos y pensamientos negativos al compañero de una manera directa, asertiva
y no acusativa.
f. Pedir alternativas agradables o que terminen las negativas de una manera directa y asertiva.
g. Enfrentarse a la hostilidad inesperada o “mal humor” cambiando la conversación hacia
actividades mutuamente agradables, dando repetidas GRATIFICACIONES en lugar de
hostilidad, haciendo time-out o dando empatía.
5. Una pareja habrá realizado un contrato de contingencia después de una negociación y un
compromiso satisfactorios.
6. Completarán la pre y posevaluación rellenando el Test de Ajuste Marital. Las respuestas a este
cuestionario demostrarán una mejoría en la satisfacción matrimonial y una disminución en los
deseos de cambio en el postest.
Estas metas, cuando se logran, indican al terapeuta la terminación satisfactoria de la experiencia
educativa y terapéutica con un matrimonio.

LA TERAPIA DE PAREJA EN GRUPO

El counseling matrimonial en un marco grupal se ha llevado a cabo de forma positiva con un alto
grado de satisfacción por parte del cliente. En cada capítulo, se ofrecen en bloques sombreados en el
texto algunos principios especiales para el trabajo eficaz en el ambiente de grupo.
¿Cuáles son los fundamentos y principios que se usan en el counseling de pareja conductual en
una terapia de grupo, de taller o de cursos teóricos? Existen ventajas tanto para el terapeuta como para
las parejas al utilizar el formato grupal en el counseling matrimonial. Para el terapeuta, el formato de
grupo presenta la mejor relación coste-efectividad; le permite ver más parejas en menos tiempo. Esto
puede ser una consideración-particularmente importante para los terapeutas de los centros de salud
mental donde hay demasiados clientes y escasos terapeutas, que hacen necesarias las listas de espera.
Con dos terapeutas matrimoniales funcionando los dos a corto plazo, con grupos de 10 a 12 semanas,
pueden recibir aproximadamente a 75 parejas en terapia en un año. Los dos mismos terapeutas podrán
ofertar tipos similares de terapia individual sólo para 20 parejas en el mismo período de tiempo. Desde
el punto de vista de coste-efectividad, los grupos pueden generar potencialmente honorarios de
1.950.000 pesetas (75 parejas por 10 sesiones de grupo cada una = 750 unidades de servicios a 2.600 por
unidad = 1.950.000 pesetas), mientras que los servicios individuales o conjuntos generarían sólo
1.040.000 pesetas de honorarios (20 parejas por 10 sesiones conjuntas = 200 unidades de servicios a 5.200 por
unidad = 1.040.000 pesetas).
Para las parejas que se comprometen en counseling matrimonial dentro del marco grupal, éste
proporciona algunas ventajas: en primer lugar, en un grupo hay más fuentes de feedback, más puntos
de vista y más intercambio, y suministra estímulos para otros miembros del grupo; en segundo lugar,
los grupos suministran múltiples modelos de diversos estilos de interrelación en una pareja. La
exposición a las diferentes interacciones de los miembros permite a cada pareja una amplia gama de
opciones para contrastar, adaptar o evitar. En tercer lugar, el feedback del grupo acarrea más impacto y
es tomado con frecuencia más seriamente que el feedback de un profesional solo. En cuarto lugar, un
grupo, ofrece aceptación, soporte y un medio de aprendizaje seguro a medida que se desarrolla la
confianza y las parejas descubren que explorar su propia relación puede ser interesante y reforzante. Se
dan cuenta, de que otras parejas tienen también problemas serios y son capaces de mejorar en sus
relaciones, y esto hace que se incremente la moral y el optimismo terapéutico. En nuestra experiencia
hemos encontrado que las parejas envueltas en talleres de grupo, piden generalmente una reunión
después de terminado el taller, lo que refleja la cantidad de soporte mutuo, cohesión y esprit de corps
que se desarrolla.

PRINCIPIOS PARA DIRIGIR UN GRUPO DE PAREJAS

Al dirigir un grupo de terapia, taller o curso teórico como terapeuta o consejero, se debe utilizar de
forma selectiva el tiempo y la atención para reforzar a aquellas parejas que realicen sus tareas. Durante la
revisión de las mismas, se anima a las parejas que las han completado a compartir los detalles específicos
de su experiencia ofreciendo un relato gráfico de lo que aconteció en casa, y se les da la oportunidad del
reconocimiento grupal de su esfuerzo y de sus éxitos. A aquellas pareja no realicen las tareas, es mejor
dedicarles menos tiempo que concederles mucha atención grupal para explorar “por qué no han
completado sus tareas”. Estas normas para el grupo que estimulan el esfuerzo, pueden tener un efecto
intenso sobre los miembros obstinados del grupo. Cuando se revisan las tareas se debe empezar con una
pareja que se crea que ha completado con éxito la tarea; después se alaba o “refuerza” a los compañeros
por cualquier esfuerzo o logro que hayan conseguido. La atención selectiva al trabajo terapéutico indica a
otras parejas qué hacer para esforzarse en un cambio positivo y no amenazador. Alentar el feedback de
otras parejas del grupo preguntándoles qué pensamiento fue bueno acerca de una tarea completada o un
ensayo de una nueva habilidad por uno de los miembros o de las parejas. Esto establece una norma para el
feedback positivo. Como líder del taller se puede ayudar a modelar un feedback apropiado siendo
específico y reconociendo abiertamente la importancia del feedback llegado específicamente de los
miembros del grupo.
Cuando se enseña una nueva habilidad al grupo, el terapeuta primero modela la habilidad y luego
invita a una de las parejas a probar un ensayo. Es mejor empezar con una pareja que sea probable que
ensaye exitosamente, ya que éstos proporcionan otra oportunidad para el aprendizaje observacional para
las parejas que pueden tener dificultades. Es más fácil identificarse con el compañero modelo que con el
terapeuta, y por lo tanto, el grupo ofrece un potencial de aprendizaje más grande que la sesión de terapia
conjunta.
Los principios arriba expresados para trabajar con parejas en un formato de grupo son generales. Se
presentan instrucciones más específicas respecto de la adaptación de diversas técnicas de counseling para
terapia de grupo en los capítulos que tratan de estas técnicas. Los principios se ponen aparte en los bloques
sombreados dentro de cada capítulo.

BIBLIOGRAFIA
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Bloom. B. L. Changing patterns of psychiatric care. New York: Human Sciences. 1975.
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