R e v i s ta C u a r e s m a l 2 0 1 0

L a A n t i g u a G u a t e m a l a
 Editorial
Es agradable comenzar a sentir
la llegada de una nueva Cuaresma y
especialmente para nosotros los
escueleros saber que muy pronto
estaremos de nuevo abarrotando el templo y el
convento para poder apreciar nuestras magni-
ficas velaciones y cortejos procesionales. Que
estaremos saludando a muchos amigos que solo
en esta ocasión vemos, reconociendo viejos y
conocidos rostros, y sobre todo asombrándo-
nos de lo mucho que han crecido los mas jóve-
nes, por supuesto no faltaran suspiros y buenos
recuerdos por nuestros hermanos cargadores
que ya no están con nosotros.
Esta Cuaresma tiene un especial significa-
do, por estar en un nuevo periodo social el cual
iniciamos con mucho entusiasmo y responsabili-
dad, sobre todo sintiendo un enorme privilegio
por poder continuar al servicio de Nuestra
Iglesia a través de la Hermandad, sabemos que
en este periodo en particular tendremos retos
muy importantes los cuales por fe y nuestras
oraciones a nuestro creador estamos seguros
de afrontarlos de manera exitosa
Agradezco la confianza depositada en nues-
tra labor al frente de la hermandad de nuestro
Párroco Director y de nuestro Presidente
Honorario, por su puesto también a todos los
socios que se han comprometido a continuar e
ingresar al seno de la Hermandad, se y conoz-
co sus grandes virtudes como artistas, como
INGUAT
w w w.v i sitg u a te mala .c om
colaboradores en las distintas comisiones de
trabajo y como personas, se que han puesto y
pondrán su trabajo, esfuerzo y creatividad des-
interesadamente al servicio de la Hermandad.
Gólgota 03
Sabemos de la importancia de la herman-
dad en la comunidad católica, por lo que es y
será nuestro compromiso constante, buscar
por todos los medios que estén a nuestro
alcance engrandecer el culto a nuestras Con-
sagradas Imágenes, es nuestro mayor anhelo
que por medio de nuestros proyectos se brinde
una profunda catequesis y sobre todo servirle a
nuestros hermanos cargadores como un medio
de acercamiento a Nuestro Señor Jesucristo y
su Santísima Madre.
Por lo que los exhorto a que vivamos esta
cuaresma de la mano de Jesús nuestro señor y
salvador. Y que cuando presenciemos nuestras
velaciones y acompañemos nuestros cortejos
permanezcamos con mucha devoción, peniten-
cia y oración.
Fraternalmente
LuisPresidente
Enrique Fuentes
Hdad. E.deC. S.deV.
Periodo Social 2009-2013
Fotografía: Pabellón Hdad. EdeC, (detalle),  Víctor Díaz  • Arriba

Gólgota 04
Sumario
03 Editorial
Luis Enrique Fuentes
06 Hasta la Muerte y muerte de Cruz
P. Rainiero Cantalamessa, O.F.M.
11 50 Años de pertenecer a la
Hermandad del Señor Sepultado y
María Santísima de la Soledad de la
Escuela de Cristo
Dr. Marco Augusto García Noriega
14 Lic. José Francisco García Bauer
O.F.S., Antigüeño ejemplar
Carlos Enrique Berdúo Samayoa
16 Mensaje Cuaresmal
Nora Quiroa de Fuentes
17 Los ángeles en la Pasión, Muerte y
Entierro del Señor
Gabriel Morales Castellanos
22 En el prefacio de la Resurrección
Leonel Estrada Furlán
24 PhotoSet • In Hoc Signum Vinces
Leonel Mijangos [nelo]
28 Y... ¿te robaron también tu Muerte
Señor?
Luis Enrique Gaytán Menéndez
30 La Cuaresma Antigüeña, esplendor de
lo religioso y popular
Francisco Santos Morales
33 ¿Cuánto tiempo estarás con ella?
María Martha Beltranena
34 Una vez al año
Ana Elisa Méndez-Vides Schlesinger
36 Una tradición transmitida de
generación a generación
Isaac Juárez Morales
38 Mis recuerdos de Cuaresma y Semana
Santa
Luis Rodolfo Jiménez Solórzano
Consejo Editorial
40 PhotoSet • Escuela de Cristo, un Legado Revista Gólgota 2010 
Un Legado de más de medio siglo de historia. 
Gólgota 05
de Fe & Tradición
año del Señor dos mil nueve
46 El Nazareno de la Escuela de Cristo
Luis Enrique Fuentes
Presidente Hdad. E.deC. S.deV.
Nora Patricia de Fuentes
Juan Alberto Sandoval Aldana
50 ¡Dios Mío, Dios Mío! por que me has
Presidente Hdad. E.deC. S.deD.
Marco Augusto García Noriega
Presidente Honorario Hdad. E.deC.
abandonado Pbro. Carlos Amado
P. Manuel Abab Director Espiritual
52 Desde mi balcón • Aportes de la Escuela de Francisco José González Figueroa
Director General Editorial
Cristo
Mario Gilberto González R.
T. José Tobar G.
Director de Arte
54 Urna Procesional del Santo Entierro
Carlos Enrique Berdúo Samayoa
Luis MIllian
Fotografía de Portada
55 El Judas en la Semana Santa Antigüeña
Carlos Enrique Berdúo Samayoa
José Carlos Flores
Fotografía de Portada Doble
59 Flashback • Los Santos Varones
Carlos Enrique Berdúo Samayoa
Revista Gólgota, orgáno informativo oficial de la Herman-
dad de la Escuela de Cristo. Agradecemos a todas las
60 Mensaje del Papa Benedicto XVI, para personas, devotos y colaboradores que apoyaron nuestra
publicación Cuaresmal, aportando artículos y fotografías y
la Cuaresma 2010
Pbro. Carlos Amado
especialmente al INGUAT y AZASGUA por apoyar a Revista
Gólgota 2010.
62 Flashback • Viernes Santo 1974
Carlos Enrique Berdúo Samayoa
Año del Señor dos mil diez
w w w.escueladecristo.com
Fotografías: Sayones,  Santiago Billy Prem  • Izquierda
Templo de la Escuela de Cristo,  Edgar López F.  • Superior
 Hasta la
Muerte
y muerte de cruz
Gólgota 06
Por: P. Rainiero Cantalamessa, O.F.M
Predicador del Papa Benedicto XVI
Traducción: Marta Lago
del original italiano
Franciscano Capuchino, fue ordenado sacerdote en 1958.
Doctor en Teología y en Literatura, fue profesor de Historia
de las origines cristianas en la Universidad católica de Milán
y Director del instituto de ciencias religiosas. En 1980 fue
nombrado Predicador de la Casa Pontificia. En fuerza de
esto oficio en todos estos años ha predicado cada semana
en Cuaresma y en Adviento a la presencia del Papa de los
Cardenales y Obispos de la Curia Romana y de los Superiores
de las ordenes religiosas.
El Predicador de la Casa Pontificia, llamado también Predica-
dor Apostólico, tiene cada viernes, en Adviento y en Cuares-
ma, una meditación en presencia del Papa, Cardenales,
“Christus factus est pro nobis oboediens
usque ad mortem, mortem autem crucis”:
“Por nosotros Cristo fue obediente hasta la
muerte. Y muerte de cruz”. En el bimilena-
rio del nacimiento del apóstol Pablo, volvemos a escu-
char algunas de sus ardientes palabras sobre el miste-
rio de la muerte de Cristo que estamos celebrando.
Ninguno puede ayudarnos mejor que él para compren-
der su significado y su alcance.
A los Corintios, escribe a modo de manifiesto:
“Así, mientras los judíos piden señales y los griegos buscan
sabiduría, nosotros predicamos a un Cristo crucificado:
escándalo para los judíos, necedad para los gentiles; mas
para los que son llamados, sean judíos o griegos, predica-
mos un Cristo, fuerza de Dios y sabiduría de Dios” (1 Co
1,22-24). La muerte de Cristo tiene un alcance univer-
sal: “Si uno murió por todos, todos por tanto murieron”
(2 Co 5,14). Su muerte ha dado un sentido nuevo a la
muerte de cada hombre y de cada mujer.
A los ojos de Pablo la cruz asume una dimensión
cósmica. Por ella Cristo ha abatido el muro de separa-
ción, ha reconciliado a los hombres con Dios y entre
sí, destruyendo la enemistad (Cf. Ef. 2,14-16). De aquí la
primitiva tradición desarrollará el tema de la cruz árbol
cósmico cuyo brazo vertical une el cielo y la tierra, y
cuyo brazo horizontal reconcilia entre sí a los diversos
pueblos del mundo. Evento cósmico y al mismo tiempo
personalísimo: “Me amó y se entregó a sí mismo por mí”
(Ga 2,20). Cada hombre, escribe el Apóstol, es “aquel
por quien murió Cristo” (Rm 14,15). De todo ello nace el
sentimiento de la cruz ya no como castigo, reproche o
Imagen: Las Tres
causa de aflicción, sino como gloria y honor del cristia-
no, esto es, como una jubilosa seguridad, acompañada
de conmovida gratitud, en la que el hombre se eleva en
la fe: “En cuanto a mí, ¡Dios me libre gloriarme si no es en
la cruz de nuestro Señor Jesucristo!”(Ga 6,14).
Pablo ha plantado la cruz en el centro de la Iglesia
como el palo mayor en el centro de la nave; ha hecho
de ella el fundamento y el baricentro de todo. Ha
fijado para siempre el marco del anuncio cristiano.
Los evangelios, escritos después de él, seguirán su
esquema, haciendo del relato de la pasión y muerte de
Cristo el eje hacia el que se orienta todo.
Es sorprendente la empresa que llevó a término el
Apóstol. Para nosotros actualmente es relativamente
fácil ver las cosas bajo esta luz, después de que la cruz
de Cristo, como decía Agustín, haya colmado la tierra
y brille ahora sobre la corona de los reyesi. Cuando Pa-
blo escribía, aquella todavía era sinónimo de la mayor
ignominia, algo que ni siquiera se debía nombrar entre
personas educadas.
El objetivo del año paulino no es tanto el de cono-
cer mejor el pensamiento del Apóstol (esto lo hacen los
estudiosos desde siempre, sin contar con que la investiga-
Gólgota 07
ción científica requiere tiempos más largos que un año); es
más bien, como ha recordado en varias ocasiones el
Santo Padre, el de aprender de Pablo cómo responder
a los desafíos actuales de la fe.
Uno de estos desafíos, tal vez el más abierto que
se haya conocido hasta la fecha, se ha traducido en un
eslogan publicitario en los medios de transporte públi-
co de Londres y de otras ciudades europeas: “Proba-
blemente Dios no existe. Deja de preocuparte y disfruta de
la vida”: There’s probably no God. Now stop worrying and
enjoy your life.
El mayor efecto de este eslogan no está en la
premisa “Dios no existe”, sino en la conclusión: “¡Disfru-
ta de la vida!”. Se sobreentiende el mensaje de que la
fe en Dios impide disfrutar de la vida; es enemiga de
la alegría. ¡Sin ella habría más felicidad en el mundo!
Pablo nos ayuda a dar una respuesta a este desafío,
explicando el origen y el sentido de todo sufrimiento,
a partir del de Cristo. ¿Por qué “era necesario que el
Cristo padeciera y entrara así en su gloria”? (Lc 24,26). A
esta pregunta se da a veces una respuesta “débil” y, en
cierto sentido, tranquilizadora. Cristo, revelando la
verdad de Dios, provoca necesariamente la oposición
de las fuerzas del mal y de las tinieblas y éstas, como
había ocurrido en los profetas, llevarán a su rechazo y
a su eliminación. “Era necesario que el Cristo padeciera”
se entiende, por lo tanto, en el sentido de que “era
inevitable que el Cristo padeciera”.
i S. Agostino, Enarr. in Psalmos, 54, 12 (PL 36, 637).
Cruces,  Harmenszoon van Rijn Rembrant, 1653, Metropolitan Museum of Art, New York  • Izquierda
Fotografia: P. Raniero Cantalamessa,  cnsblog.wordpress.com  • Arriba
 Pablo brinda una respuesta “fuerte” a ese inte-
rrogante. La necesidad no es de orden natural, sino
sobrenatural. En los países de antigua fe cristiana, se
asocia casi siempre la idea de sufrimiento y de cruz
a la de sacrificio y de expiación: el sufrimiento –se
piensa- es necesario para expiar el pecado y aplacar
la justicia de Dios.
Es esto lo que ha provocado, en la época mo-
derna, el rechazo de toda idea de sacrificio ofrecido
por Dios y, finalmente, la idea misma de Dios.No se
puede negar que a veces los cristianos nos hemos
expuesto a esta acusación. Pero se trata de un equí-
Gólgota 08
voco que un conocimiento mejor del pensamiento
de san Pablo ya ha aclarado definitivamente.
Él escribe que Dios prefijó a Cristo “para que
sirviera como instrumento de expiación” (Rm 3,25); pero
tal expiación no actúa sobre Dios para aplacarle,
sino sobre el pecado para eliminarlo. “Se puede decir
que es Dios mismo, no el hombre, quien expía el peca-
do... La imagen es más la de la remoción de una mancha
corrosiva o la neutralización de un virus letal que la de
una ira aplacada por el castigo”ii.
Cristo ha dado un contenido radicalmente
nuevo a la idea de sacrificio. En él “ya no es el hombre
el que ejerce una influencia sobre Dios para que se
aplaque. Más bien es Dios quien actúa para que el
hombre desista de la propia enemistad contra él y hacia
el prójimo. La salvación no empieza con la petición de
reconciliación por parte del hombre, sino con la petición
de Dios: ‘Dejaos reconciliar con Él’(1 Co 2,6 ss)” iii.
ii Dunn, La teologia dell’apostolo Paolo, Paideia, Brescia 1999, p. 227.
iii G. Theissen – A. Merz, Il Gesù storico. Un manuale, Queriniana,
Brescia 20032, p. 573.
El hecho es que Pablo se toma en serio el pe-
cado, no lo banaliza. El pecado es, para él, la causa
principal de la infelicidad de los hombres, o sea, el
rechazo de Dios, ¡no Dios! [El pecado] encierra a la
criatura humana en la “mentira” y en la “injusticia”
(Rm 1,18ss.; 3,23), condena al mismo cosmos mate-
rial a la “vanidad” y a la “corrupción” (Rm 8,19ss.) y
también es la causa última de los males sociales que
afligen a la humanidad.
Se analiza sin parar la crisis económica que atra-
viesa el mundo y sus causas, pero ¿quién se atreve
a meter el hacha en la raíz y a hablar de pecado? El
Apóstol define la avaricia insaciable como una “idola-
tría” (Col 3,5) e indica en la desenfrenada codicia de
dinero “la raíz de todos los males” (1 Tm 6,10). ¿Pode-
mos decir que se equivoca? ¿Por qué tantas familias
reducidas a la miseria, masas de obreros sin trabajo,
más que por la sed insaciable de provecho por parte
de algunos? La élite financiera y económica mundial
se había convertido en la locomotora enloquecida
que avanzaba desenfrenadamente, sin preocuparse
del resto del tren, que se había detenido distante en
las vías. Íbamos todos “a contramano”.
Con su muerte, Cristo no sólo ha denunciado
y ha vencido el pecado; ha dado también un sentido
nuevo al sufrimiento, incluso aquél que no depende
del pecado de nadie, como es el caso del que se ha
desencadenado, esta semana, en la cercana región
del Abruzo a causa del devastador terremoto. Ha
hecho [del sufrimiento] un instrumento de salvación,
un camino a la resurrección y a la vida.
Su sacrificio ejerce sus efectos no a través de la
muerte, sino gracias a la superación de la muerte,
esto es, a la resurrección. “Murió por nuestros pecados
y resucitó para nuestra justificación” (Rm 4,25): los dos
acontecimientos son inseparables en el pensamiento
de Pablo y de la Iglesia.
Es una experiencia humana universal: en esta
vida placer y dolor se suceden con la misma regula-
ridad con la que, al elevarse una ola del mar, le sigue
un hundimiento y un vacío que absorbe al náufrago
hacia atrás. “Un no sé qué de amargo –escribió el poeta
Lucrecio- surge de la intimidad misma de todo placer
y nos angustia en medio de las delicias”iv. El consumo
de drogas, el abuso del sexo, la violencia homicida,
suscitan en el momento la ebriedad del placer, pero
conducen a la disolución moral y frecuentemente
también física de la persona.  cio diferente a la nuestra y si ve la buena fe, o una
Cristo, con su pasión y muerte, ha dado un
vuelco a la relación entre placer y dolor. Él “en lugar
del gozo que se le proponía, soportó la cruz” (Hb 12,2).
No se trata ya de un placer que termina en sufri-
miento, sino de un sufrimiento que lleva a la vida y al
gozo. No se trata sólo de una sucesión distinta de las
dos cosas; es la alegría, en este modo, la que tiene la
última palabra, no el sufrimiento; y una alegría que
durará eternamente. “Cristo, una vez resucitado de
entre los muertos, ya no muere más, y la muerte ya no
tiene dominio sobre él” (Rm 6,9). Ni lo tendrá sobre
nosotros.
Esta nueva relación entre sufrimiento y placer se
refleja en el modo de marcar el tiempo en la Biblia.
En el cálculo humano el día empieza con la mañana y
concluye con la noche; para la Biblia, comienza con
la noche y termina con el día: “Y atardeció y amaneció:
día primero”, dice el relato de la creación (Gn 1,5). No
carece de significado que Jesús muriera por la tarde
y resucitara por la mañana.
Sin Dios, la vida es un día que termina en la
noche; con Dios, es una noche que termina en el día,
y un día sin ocaso. Así que Cristo no ha venido para
aumentar el sufrimiento humano o para predicar la
resignación a éste; ha venido para darle un sentido
y anunciar su final y su superación. Leen ese eslogan
en los autobuses de Londres y de otras ciudades
también los padres con un hijo enfermo, las personas
solas o que se han quedado sin trabajo, los exiliados
que huyen de los horrores de la guerra, quienes han
sufrido graves injusticias en la vida... Intento imaginar
su reacción al leer las palabras: “Probablemente Dios
no existe: ¡disfruta de la vida!”. ¿Con qué?
El sufrimiento ciertamente sigue siendo un
misterio para todos, especialmente el sufrimiento de
los inocentes; pero sin fe en Dios, se convierte en
algo inmensamente más absurdo. Se le priva hasta de
la última esperanza de rescate. El ateísmo es un lujo
iv Lucrezio, De rerum natura, IV, 1129 s.
La Piedad, (paso procesional de la Escuela de Cristo),  Luis Velasco, www.costumbresytradicionesdeguatemala.com  • Izquierda
que se pueden permitir sólo los privilegiados de la
vida, los que han tenido todo, incluida la posibilidad
de dedicarse a los estudios y a la investigación.
No es la única incongruencia de esa idea publici-
taria. “Dios probablemente no existe”: así que incluso
podría existir; no se puede excluir del todo que
exista. Sino, querido hermano no creyente, si Dios
no existe, yo no pierdo nada; si en cambio existe, ¡tú
has perdido todo! Deberíamos casi dar las gracias
al promotor de esa campaña publicitaria; ha servi-
do a la causa de Dios más que muchos de nuestros
argumentos apologéticos. Ha mostrado la pobreza
de sus razones y ha contribuido a sacudir muchas
conciencias adormecidas.
Dios, sin embargo, tiene una medida de jui-
ignorancia inculpable, salva también a quien durante
la vida se ha esforzado en combatirle. Los creyen-
tes debemos prepararnos a sorpresas al respecto.
“¡Cuántas ovejas están fuera del redil –exclama Agustín-
y cuantos lobos dentro!”: “Quam multae oves foris, quam
multi lupi intus!” v.
Dios es capaz de hacer de sus detractores más
encarnecidos, sus apóstoles más apasionados. Pablo
es la demostración de ello. ¿Qué había hecho Saulo
de Tarso para merecer aquel encuentro extraor-
Gólgota 09
dinario con Cristo? ¿Qué había creído, esperado,
sufrido? A él se aplica lo que decía Agustín de toda
elección divina: “Busca el mérito, busca la justicia,
reflexiona y mira si encuentras otra cosa que la gracia” vi.
Es así como él explica su propia llamada: “Soy indigno
del nombre de apóstol, por haber perseguido a la Iglesia
de Dios. Mas, por la gracia de Dios, soy lo que soy” (1 Co
15,9-10).
La cruz de Cristo es motivo de esperanza para
todos y el año paulino una ocasión de gracia también
para quien no cree y está en búsqueda. Una cosa
habla a su favor ante Dios: ¡el sufrimiento! Como el
resto de la humanidad, también los ateos sufren en
la vida, y el sufrimiento, desde que el Hijo de Dios lo
cargó sobre sí, tiene un poder redentor casi sacra-
mental. Es un canal, escribía Juan Pablo II en la “Salvi-
fici doloris”, a través del cual las energías salvíficas de
la cruz de Cristo se ofrecen a la humanidad vii.
A la invitación a orar “por los que no creen en
Dios” le seguirá, una conmovedora oración “Dios
omnipotente y eterno, que has puesto en el corazón de
los hombres una nostalgia tan profunda de ti que sólo
cuando te encuentran hallan la paz: haz que, más allá
de todo obstáculo, todos reconozcan los signos de tu
bondad y, animados por el testimonio de nuestra vida,
tengan el gozo de creer en ti, único verdadero Dios y
Padre de todos los hombres. Por Cristo Nuestro Señor”.
v S. Agostino, In Ioh. Evang. 45,12.
vi S. Agostino, La predestinazione dei santi 15, 30 (PL 44, 981)
vii Cf. Enc. “Salvifici doloris”, 23.
Fotografías: Pasos procesionales de la Escuela de Cristo,  Bladimiro Polanco  • Extrema Izquierda
 50Años de Pertenecer
a la Hermandad del Señor Sepultado y
María Santísima de la Soledad
de la Escuela de Cristo

Por: Dr. Marco Augusto García Noriega

Presidente Honorario, Hdad. E.deC. S.deV.

Desde hace muchos años había

hecho cuentas, que en el año 2010
cumpliría cincuenta años de perte-
necer a la casi cuatro centenaria

Gólgota 11
Hermandad de las Consagradas Imágenes del
Señor Sepultado y Virgen de Soledad de la
Escuela de Cristo. El tiempo ha volado sin
sentirlo, pareciese que fue ayer, cuando tenía
tres años y por primera vez vestí la túnica
negra con el monograma de la hermandad en
el brazo izquierdo, y sabía que participaría en
la procesión del Santo Entierro.
Era la época cuando el tiempo transcu-
rría muy lento, la espera de una semana santa
a otra me parecía una eternidad; pero mis
padres me decían que a partir de los veinte
años el tiempo volaría, y que sin sentirlo es-
taría algún día cumpliendo mis bodas de oro
en la Hermandad. Cuanta sabiduría había en
aquellas palabras, el tiempo ha transcurrido
sin sentirlo, y ahora puedo decir que una de
las experiencias más bellas de mi vida ha sido
pertenecer a esta ilustre Hermandad; a la que
también han pertenecido y pertenecen más
de seis generaciones de mi familia.
Durante todo este tiempo han sucedido
anécdotas interminables de contar; pero no
quiero aburrir al lector y quisiera contarles
algunas experiencias, que durante este perío-
do de tiempo he tenido en la Hermandad, y
para ello considero que lo mejor es dividir en
INGUAT etapas este período de tiempo.
w w w.v i sitg u a te mala .c om Fotografia: Marco Augusto García Noriega,  Alex Fledderjohn  • Arriba
 Etapa de iniciación: Cuando era un niño de tres años, un caer rendido en los brazos de mi mamá, que al verme con Esos treinta años formaron no solamente mi personalidad, pues sabía que implicaría una gran responsabilidad histórica,
Gólgota 12

viernes santo del año 1953 me vistieron con una túnica negra
y me dieron una cartulina que decía aspirante; me encargaron
con unos amigos miembros de la Hermandad y me colocaron
en las filas. En esa época todos los niños aspirantes iban al
principio de las filas y allí conocí a muchos niños que ahora ya
son adultos, padres, abuelos, y quienes actualmente acompa-
ñan con mucho orgullo cada viernes santo al Señor Sepultado.
Alguno de ellos, se fueron a vivir al extranjero, pero he tenido
la grata sorpresa de volverlos a encontrar en las filas, acompa-
ñados de sus hijos, quienes a pesar de hablar otros idiomas y
haber crecido en otras culturas, mantienen la tradición de sus
padres.
Que lección ha sido esto para mí, esas personas de-
los pies hinchados, me daba un pequeño masaje con crema y sino la de todas aquellas personas que habíamos crecido dentro
quedaba profundamente dormido, con la satisfacción del deber de la Hermandad, proponiéndonos que en algún momento de
cumplido y esperando el siguiente viernes santo. nuestra vida participaríamos activamente, y devolveríamos a la
Hermandad el sitio que le correspondía.
Posteriormente se estableció la obligación de llevar cirios,
Durante esta época debido a mis estudios en el exterior,
todos los aspirantes, creo sin excepción, gozábamos cuando no participé por tres años en la procesión. La primera vez
nuestras túnicas quedaban cubiertas de cera derretida que las tenía catorce años y vivía en Washington D.C.; pasé un Vier-
hacían inservibles para el próximo año, así que cada año estre- nes Santo muy triste, con clases normales en el colegio, pero
nábamos túnica por esa razón. recuerdo que mi pensamiento estuvo todo el día siguiendo el
recorrido en mi mente de la procesión de la Merced por la
Esa primera etapa de mi niñez, coincidió con la denominada mañana, y de la Escuela de Cristo por la tarde.
época de oro de la Escuela de Cristo, sus programas radiales,
su cortejo procesional con los pasos traídos de España, los Años mas tarde, estudiando en España mi doctorado en
derecho, tampoco pude asistir, pero decidí ir a Sevilla y experi-
pero acepté el reto, me reuní con amigos de la infancia, y con el
apoyo de ellos y del invaluable apoyo de mi primo Dr. Roberto
Solís Faugier, hicimos un plan de transformación de la Herman-
dad para los próximos diez años.
Al principio hubo resistencia al cambio, como es natural,
pero trabajando con los Presidentes, Haroldo Santa Cruz, Pedro
Palomo, Gustavo Berducido, Hugo Armas y ahora con Luis Fuentes,
así como de las Presidentas de la sección de damas Olga de Por-
tilla y Nora Quiroga de Fuentes, y la dirección de nuestro párro-
co director, Carlos Amado; se logró la realización de un sueño
que por algunos momentos parecía imposible. Principiando con
la restauración de la Escuela de Cristo, actualmente tenemos el
cortejo procesional más completo que sale de una sola iglesia

jan sus trabajos unos días, viajan de Estados Unidos, Europa,
Suramérica o el Caribe, únicamente con el fin de participar
en el cortejo procesional, y darle gracias a Dios por haberles
permitido estar un año más acompañándolo. Sólo nos vemos
ese día, nos damos un fraternal abrazo por algunos segundos,
intercambiamos unas breves palabras y esperamos volvernos a
ver el próximo viernes santo; pero en el fondo nos une un lazo
espiritual muy fuerte, el de pertenecer a esta Hermandad.
Mi padre, el Doctor Carlos García Bauer nació en An-
tigua, y en su juventud perteneció a la Hermandad, tenía un
vínculo muy fuerte con la Escuela de Cristo, pues su tío el Dr.
Alfredo García Castañeda era sacerdote, había sido compañero
de estudios en Italia de su Santidad Pío XII, y murió siendo
párroco de la Escuela de Cristo. El había influido mucho para
que mi padre se dedicara al derecho internacional, lo que lo
llevó a ocupar los más altos puestos a nivel mundial en esa
rama del derecho; pero aunque había dejado de cargar, cuando
estaba en Guatemala y hasta su último año de vida, hace siete
años, para él no había Viernes Santo, sin ver pasar al Nazareno
de la Merced desde la casa de mis abuelos, enfrente del templo
mercedario y sin presenciar el paso del Señor Sepultado de
la Escuela de Cristo frente a la catedral y cantar el Perdón.
Mi madre María Cristina Noriega de García Bauer siempre
mantuvo esa tradición, era en ese momento en que rezábamos
en familia, y sentíamos una gran emoción al ver pasar el Santo
Entierro en su urna sevillana y a la hermosa Virgen de Soledad.
Muy pronto le encontré el gusto de ir dentro de las filas, y
cuando ya entraba la noche veía a mis padres en la siguiente
cuadra para sacarme de las filas, inmediatamente me pasaba a
la fila opuesta para poder continuar algunas cuadras más, hasta
Gólgota 13
adornos de las andas hicieron historia en el arte procesional, en el mundo; las largas filas de cucuruchos, el orden y discipli-
mentar una Semana Santa inolvidable. Allí, comprendí la influen- na tanto en hombres como mujeres, así como sus velaciones,
tanto del maestro Castillo como del maestro Carrillo; y por cia sevillana en el Santo Entierro de la Escuela de Cristo.
actos de crucifixión, descendimiento y enterramiento, hacen
último los redoblantes y las marchas fúnebres dirigidas por el de la procesión de la Escuela de Cristo un acto de fe, legado y
maestro Ramírez Crocker que llenaban el ambiente de una Al año siguiente, en 1976 año del terremoto, continuaba tradición para todos cuantos observan su paso, no solamente
solemnidad difícil de olvidar. mis estudios, y se presentó la oportunidad de visitar Israel el viernes santo, sino también en las procesiones de mayo y
durante la época de Pascua, allí fui muy bien recibido, pues mi noviembre.
Época de crisis: para todos los que vivimos de niños esa padre había sido una persona decisiva en el nacimiento del Es-
etapa, fue como un sueño que de pronto a finales de la década tado de Israel. Estando en Jerusalén ese viernes santo participé Durante estos últimos doce años he tenido la oportunidad
de los cincuenta y principios de los sesenta vimos truncada. Un en el viacrucis, por las históricas y angostas calles hasta llegar de conocer a todos los miembros de la Hermandad, la mística
Viernes Santo nos encontramos con la noticia que los pasos al calvario y santo sepulcro. Al pasar por las viejas calles y mer- que poseen, la calidad de sus artistas, las largas horas de trabajo
cados de la vía sacra, parecía como haber retrocedido dos mil por largos meses sin descanso, hacen de la Hermandad una
no saldrían y que se expondrían en casas particulares, las largas años en el tiempo; y pasó por mi mente un pensamiento muy
experiencia única de la cual he aprendido mucho.
filas de cargadores a las que estábamos acostumbrados se simple que era, como una persona que pasó por ese camino
redujeron a la mitad, nos explicaron que debido a problemas
en esa pequeña ciudad tratado como el peor de los criminales, Este año cumplo cincuenta años de pertenecer a la Her-
internos, que por nuestra edad no comprendíamos. Muchos había transformado el mundo, y eso sólo podía lograrlo siendo mandad, mi padre falleció hace más de seis años y mi madre
miembros destacados de la hermandad se habían marchado a la Jesucristo el hijo de Dios, muriendo por nuestros pecados y falleció el 18 de mayo del año pasado, se que al pasar frente a
capital y estaban reorganizando la procesión del señor sepul- demostrando su gloria al resucitar al tercer día como había la Catedral y escuchar el Canto del Perdón, seguido de la marcha
tado del calvario que en ese tiempo era muy pequeña, lo que profetizado. fúnebre de Federico Chopin, mas de alguna lágrima caerá sobre
sucedió ya es historia, la Procesión del Calvario se convirtió en mi mejilla en su recuerdo, pero tengo la certeza que mis padres
Tercera etapa: mi participación dentro de la Hermandad: Al estarán allí, desde el cielo participando de la gloria de Dios, con
la Procesión más popular del Santo Entierro con características regresar a Guatemala, seguí participando todos los viernes
orgullo que haya llegado a mis bodas de oro con la Hermandad.
antigüeñas como lo eran, los penitentes, escuadrón de roma- santos en la procesión de la Escuela de Cristo, pero en la dé- Mientras tanto, yo estaré rodeado del cariño de mi esposa Ana,
nos, etc. que se mantienen hoy en día. cada del noventa decidí acercarme a la directiva presidida por
mis hijas Ana Cristina y María Andrea, y mis nietas Alexandra
Haroldo Santa Cruz y la subdirectiva por el ingeniero Marco María y Anika, todas miembros de la Hermandad a la cual
Mientras tanto, la Hermandad de la Escuela de Cristo Antonio Gaitán, y expresarles los cambios que las nuevas gene-
están muy orgullosas de pertenecer, y que algún día no muy
superó esa primera crisis gracias a personas como don Fidel raciones de la Hermandad esperaban. lejano si Dios quiere, les tocará contar su propia experiencia
Guerrero y René Gonzales Barrios, y a los Presidentes y Juntas al cumplir también sus cincuenta años de permanencia en la
Directivas de los siguientes treinta años quienes hicieron un Al principio, esos cambios se fueron dando lentamente, en Hermandad.
1998 la Hermandad me confirió por primera vez en su historia,
esfuerzo heroico en mantener la tradición con pocos recursos
la alta distinción de Presidente Honorario, y confieso que por
humanos y económicos, trataron de mantener la solemnidad un momento dude o tal vez tuve temor de aceptar dicho cargo,
del Santo Entierro de la Escuela de Cristo.
Fotografías: Marco Augusto Garcia Noriega, circa 1,975,  Colección García Noriega,  • Extremo Izquierda
Pasos Procesionales frente a Catedral, Viernes Santo 2009,  Bladimiro Polanco  • Arriba Izquierda
Santo Entierro de la Escuela de Cristo frente a Catedral,Viernes Santo 2009,  Bladimiro Polanco  • Arriba Centro
Salida Procesión Infantil,  Alex Fledderjohn  • Arriba Derecha
Gólgota 14
Lic. José Francisco
Generación de 1940, del Grupo Acento y de la Sociedad -ac-
tualmente Academia- de Geografía e Historia de Guatemala.
Dentro de sus servicios a la Iglesia Católica figura como Her-
García Bauer, o.f.s.,
mano de la Orden Franciscana Seglar -ofs- o Tercera Orden,
Presidente Nacional de las Fraternidades Franciscanas Seglares,
Presidente de la Sociedad Bíblica Arquidiocesana, Secretario
de la Vice postulación de la Causa de Canonización del Santo
a n tigüeño ejem pl a r Hermano Pedro de San José Betancur, promotor y dirigente del
primer Cursillo de Cristiandad de Guatemala, realizado en el
Hotel Aurora de La Antigua Guatemala.
Amanecía el 4 de octubre, dedicado a la festi- Sus anhelos y fatigas estuvieron orientados a la defensa de
la verdad y la fe de la iglesia, es por ello que son recordadas con
vidad de San Francisco de Asís, del Año del Señor admiración las memorables jornadas en las que desde la tribuna
parlamentaria defendió enérgicamente el derecho a la vida opo-
1920, cuando en el hogar formado por los apre- niéndose valerosamente a la pretensión de legalizar el aborto,
luchó incansablemente para restituir a la Iglesia el derecho de
ciables esposos don Alfonso García Castañeda y impartir instrucción religiosa en las escuelas, y abolir la prohibi-
doña Elisa Bauer, vio la luz primera un niño al que pondrían por ción de la presencia de las ordenes religiosas regulares, estable-
nombre José Francisco, siguiendo la tradición de dar el nombre cida en el gobierno liberal de Justo Rufino Barrios.
del Santo del día; insigne varón que con el transcurrir de los
años dejaría honda huella en el recuerdo de los antigüeños y en Sus méritos fueron reconocidos al otorgarle la Santa
las páginas de la historia patria, así como también en las de la Sede la Condecoraciones de las Ordenes de San Silvestre y de
historia de la Iglesia guatemalteca. San Gregorio Magno; el Gobierno de Guatemala le otorgó la
Orden del Quetzal en el Grado de Gran Cruz, y el Organismo
Sus años de infancia y juventud transcurrieron enmarcados
Por Carlos Enrique Berdúo Samayoa por nuestra ciudad rica en misticismo, tradición y leyendas, los
Legislativo le confirió en forma póstuma la Orden del Soberano
Congreso en el Grado de Gran Cruz por ostentar la distinción
Cronista de la Ciudad de La Antigua Guatemala
estudios de vocacional los culminó en el Instituto Normal para de Decano Parlamentario Guatemalteco y Centroamericano.
Varones de La Antigua Guatemala – INVAG – posteriormente Fue autor de innumerables artículos publicados especialmente
llamado Antonio Larrazábal y popularmente conocido por en el Diario El Imparcial, así como de las obras: Comunismo
sus siglas INVAL. Prosiguiendo sus estudios en la Facultad de y Religión (1954); El Hermano Pedro, Siervo de Dios (1960);
Ciencias Jurídicas y Sociales de la Universidad de San Carlos El Episcopado Guatemalteco ante los problemas sociales del país
de Guatemala, donde se graduó de Abogado y Notario con el (1963); El sentido social cristiano de la propiedad (1965); Filosofía
grado académico de Licenciado en Ciencias Jurídicas y Sociales; social cristiana (1967); Semana Santa en Antigua Guatemala (1970);
en el ejercicio de la vida profesional desempeñó los cargos de: Digesto Constitucional Centro Americano (1971); El ideal de familia
Decano de la Facultad de Humanidades en la Universidad Rafael en la historia social (1971); Ideal familiar y comunidad social (1972);
Landívar, Juez, Magistrado, Presidente del Movimiento Peniten- Orígenes de la filosofía griega (1974); La pontificia diplomacia
ciario Latinoamericano, Presidente de la Comisión de Cultura (1974); Diccionario Bíblico Popular (1974); así como los poemarios:
de la Organización de los Estados Americanos; de su participa- Espuma y piedra (1945) y Canción de cuna; y el ensayo político:
ción en la vida política nacional fue: miembro del Partido Acción Nuestra revolución legislativa (1948).
Revolucionaria -PAR- y Democracia Cristiana Guatemalteca, ocupó
varias veces el cargo de Diputado al Congreso de la República En medio de esta fructífera vida académica, profesional y
de Guatemala y a la Asamblea Nacional Constituyente, habien- política, el Licenciado García Bauer se caracterizó por identi-
do tenido destacada participación en la redacción de la Carta ficarse como Hermano Terciario y antigüeño devoto especial-
Magna en vigencia. En el campo cultural fue integrante de la mente a Jesús Sacramentado. Las expresiones de religiosidad
Fotografías: Lic. José Francisco García Bauer,  Colección Particular  • Extrema Izquierda
Peregrinación a Tierra Santa, Entrada a la Gruta donde sepultaron a Jesús, Basílica del Santo Sepulcro,  Colección Particular.  • Izquierda
Plaza de San Pedro, Roma. Luego de la audiencia que le concediera su S.S. el Papa Pío XII,  Colección Particular  • Arriba
S.S. el Papa Pío XII con el Lic. García Bauer,  Colección Familia García Noriega  • Derecha
popular propias de la Cuaresma fueron ampliamente beneficia-
das con numerosos aportes para alcanzar por medio de ellas la
evangelización de los fieles. Su expresión de devoción alcanzó
niveles extraordinarios ante las imágenes del Señor Sepultado
y María Santísima de la Soledad de la Escuela de Cristo y Jesús
Nazareno de La Merced, a quienes dedicó largas horas de vigilia
contemplativa en el misterio de la redención. La devoción al
“Hermanito Pedro” como solía llamarlo cariñosamente quedó
plasmada en su accionar ante el gobierno del ingeniero Miguel
Idígoras Fuentes para obtener de éste los recursos para la
restauración del Templo de San Francisco El Grande, quizás
previendo que algún día no lejano se habría de convertir en el
sitio de peregrinación de muchos centroamericanos en tor-
no al sepulcro de este Santo Varón. Aunque la mente del Lic.
Gólgota 15
García Bauer estuviese en asuntos de estado, su corazón ardía
de amor por su Antigua, siendo testimonio de ello los recuer-
dos que de su peregrinación a Tierra Santa nos legara en los
templos de la Escuela de Cristo, San Francisco El Grande y La
Merced.
Su participación cuaresmal en la Escuela de Cristo como
devoto del Señor Sepultado y de María Santísima de la Soledad
fueron manifiestas al ofrendar la corona de espinas de Tierra
Santa que se emplea en el rito de la crucifixión, y durante le
cortejo del Santo Entierro al portar junto a otros distinguidos
Hermanos Terciarios el Pabellón de la Hermandad, vistiendo el
hábito Betlemita en color negro y calzando sandalias, pero por
sobre todo rezar el Santo Rosario durante todo el recorrido
procesional sin desfilarse del mismo. Esta imagen ha quedado
impresa en los recuerdos de infancia de quien escribe estas
líneas, pues ejemplificaba el verdadero sentido penitencial de
nuestras procesiones donde la penitencia y mortificación eran
plausibles enmarcadas en la observancia del más riguroso silen-
cio en las filas de hermanos cargadores y en las aceras por los
fieles que se agolpaban a contemplar la urna sepulcral conte-
niendo la imagen yacente de Nuestro Señor Jesucristo, seguido
muy de cerca por nuestra Santísima Madre de la Soledad.
Durante la Cuaresma de 1998, la salud del Lic. García
Bauer decreció considerablemente, y quiso la Divina Provi-
dencia depararle el encuentro con la hermana muerte para la
Semana Santa de aquel año, siendo así el Miércoles Santo, 8 de
abril, presentaba su alma al Creador, fue sepultado en la cripta
situada bajo el Sepulcro del Santo Hermano Pedro en el Templo
de San Francisco, pasado el medio día del Jueves Santo.

Gólgota 16
Por: Nora Quiroa de Fuentes
Presidente Hdad. E.deC. S.deD.
Periodo Social 2009-2013
En esta Cuaresma quisiera que apro-
vecháramos la oportunidad de esta
época para tener muy presente la figu-
ra de nuestra Madre María, fiel al pie de
la cruz igual que siempre, desde muy joven, obediente
y diciendo con mucho amor y respeto: “Que se haga
en mí según tu Palabra, Señor, yo soy tu Sierva.” Sufrió
mucho al ver el sacrificio y muerte de su amado hijo,
pero no cayó en la desesperación, ni huyó dándole
la espalda a todo. Sabía que Cristo daría su vida por
amor y que el dolor de los dos abría las puertas del
cielo para todos nosotros, cooperó con su hijo en la
salvación y redención del mundo.
María es la mujer de la fe y el servicio total,
su gran fe le dio la certeza de la resurrección y le
aseguró que Cristo vencería sobre el mal. Maria es
la mujer mas santa del mundo y de la vida entera
por ser la madre de Jesús y por entregar su vida al
servicio de El, la grandeza de su fe la llevo a alcanzar
las virtudes más hermosas y a vivir plenamente en el
amor de Dios.
Maria es la mujer que nos ha dado un gran
ejemplo de servicio en todo lugar, sirvió a sus padres
en su juventud, a la comunidad, a la iglesia, a la
familia especialmente dedicándose por completo a
la ‘Sagrada Familia’, todo esto debemos tomarlo
en cuenta en nuestras vidas y aplicarlo en nuestros
hogares, iglesias, comunidades para contribuir día a
día a crear un mundo mejor, lleno de amor a Dios. Si
tomamos en cuenta el ejemplo de servicio de Maria
tendremos familias unidas, grandes iglesias y comuni-
dades, puesto que toda madre debe ser ejemplo en
su hogar.
El espíritu de servicio de Maria es inigualable,
estando ya en su propio embarazo, cuando el ángel
Gabriel le confirmo que su prima Isabel estaba en el
mismo estado no dudo en ir a servirle hasta el naci-
miento de Juan. Vemos así mismo su espíritu de ser-
vicio en la bodas de Cana, poniendo en un momento
quizás incomodo a Jesús por el hecho que no había
empezado su vida publica, al pedirle un milagro para
sus amigos que se habían quedado sin vino.
Maria es la mujer servicial que nunca duda en
abrirse a los demás, ella esta ahora mismo a nues-
tro servicio y lo estará siempre, ese servicio que
nosotros debemos darle a Jesucristo sin embargo
ella nos lo da a nosotros por medio de su intersec-
ción, imitemos en esta cuaresma esa gran virtud de
nuestra madre, practiquemos el servicio a los demás
pero sobre todo pongámonos al servicio de nuestro
Señor Jesucristo.
“Engrandece mi alma el Señor y mí Espíritu se
alegra en Dios mi salvador porque ha puesto los ojos en
la humildad de su esclava por eso desde ahora todas las
generaciones me llamarán bienaventurada, porque ha
hecho a mi favor maravillas el Poderoso”.
Señor Todopoderoso humildemente te pido
que me permitas imitar a tu amadísima madre y po-
der decirte ‘Aquí esta tu esclava, hágase en mi según
tu palabra’
Fotografia: C.I. de
Los
angeles
pasion
en
la
muerte y entierro del Señor
Por: Gabriel Morales Castellanos
“A San Gabriel, el mensajero divino, maravi-
lloso y extraordinario arcángel del servicio y la
revelación, de las buenas nuevas y especialmente
de la Anunciación”. A lo largo de mi vida he tenido
la oportunidad de observar varias manifestaciones artísticas
plásticas, en las cuales se aborda como contenido el proceso de
la pasión y muerte de Nuestro Señor Jesucristo, realizaciones
en las cuales el protagonista de las escenas –Jesús-, está acom-
pañados por representaciones angelicales, pudiendo mencionar
como ejemplos las pinturas en las cuales el Señor Jesús es con-
solado por los ángeles al haberse caído luego de la flagelación
que sufriera atado a la columna.
Otras pinturas con el mismo contenido abordan el mo-
mento cuando Jesús está tirado en el suelo luego de sufrir el
martirio de los azotes atado a la columna, y varios ángeles con
esponjas recogen la sangre del Señor derramada en el suelo y
la colocan en jofainas.
María Santísima de la Soledad,  José Carlos Flores  • Arriba
Gólgota 17
En otras obras del arte del color, el Señor crucificado y
moribundo está rodeado y asistido por ángeles; de igual manera
en varios grabados con escenas de Jesús igualmente crucifica-
do, los ángeles reciben en cálices la sangre que brota de sus
heridas.
Otras pinturas presentan a Nuestra Señora de la Soledad,
rodeada de pequeños ángeles que portan en sus manos los
Arma Christi, de la misma manera presenciamos a estos seres
espirituales presentes en los retablos de pasión llevando los
instrumentos del martirio.
Los mismos están presentes en la fachada retablo del
templo de Santa Clara en el monasterio del mismo nombre en
la ciudad de La Antigua Guatemala, por el número de los que
conforman ese discurso materializado de dolor y soledad de la
Virgen María sabemos que son los arcángeles; ellos rodean a
la hoy destruida imagen de Nuestra Señora, lloran y tuvieron
en sus manos alguno o algunos de los elementos de la pasión,
aún es factible observar a uno de ellos con la columna de la
flagelación.
Imagen: Cristo en el Jardín de Gethsemani,  Sebastiano Conca, 1746, Pinacoteca,Vaticano  • Arriba
 Los textos bíblicos nos recuerdan la presencia de los
ángeles en la vida de Jesús, es así como San Gabriel, el arcángel
extraordinario del servicio y la revelación, anuncia a su Santa
Madre el pronto nacimiento del Mesías, los ángeles le confortan
luego de los intentos de Satanás por derrotarlo, un ángel le
fortaleció en el Monte de Getsemaní, y a la vez están presentes
en la gloria de su Resurrección.
En varias procesiones de Cuaresma y Semana Santa, los án-
geles son un recurso didáctico importante, en los mensajes que
transmiten las andas que portan al Señor Jesús y a la Santísima
Virgen, de igual manera son parte sustancial de estos cortejos,
principalmente en la ciudad de La Antigua Guatemala en donde
son cargados individualmente en pequeñas andas.
Es en este aspecto en el que quiero centrar el contenido
de este artículo; en los cortejos de Santo Entierro del Viernes
Santo y las de Soledad del Sábado Santo, de los templos de la
Escuela de Cristo y de San Felipe Apóstol, son procesionados
de manera individual los ángeles, portando en sus manos algu-
nos de los Arma Christi y a la vez otros elementos.
Cabe acá una pregunta, ¿quiénes son los ángeles?, el
Diccionario de Teología Bíblica indica lo siguiente: “El nombre
de los ángeles no es un nombre de naturaleza, sino de función”, su
naturaleza es puramente espiritual, una naturaleza no material
y que no está ordenada a vivir en un cuerpo, a diferencia del
Gólgota 18
hombre que es espíritu y cuerpo, ellos son inmortales y de igual
manera la felicidad de los ángeles y el castigo de los demonios
son de duración eterna.
Los estudios sobre los ángeles indican, que estos son seres
invisibles creados por Dios, y en él subsisten y se sustentan,
ellos pueden hacerse visibles cuando es necesario, aparecer y
desaparecer, son espíritus ministradores, nos atienden per-
sonal e individualmente y a la vez nos defienden, ejecutan las
órdenes de Dios, advierten el castigo, destruyen ejércitos y
ciudades, nos observan y se alegran cuando un pecador se
arrepiente, derrotan al demonio y estarán presentes en el juicio
final.
En los estudios sobre los ángeles se han establecido las
llamadas jerarquías angelicales, siendo la primera la asistente,
compuesta por: los Serafines, los Querubines y los Tronos, lue-
go tenemos la jerarquía del imperio, integrada por las Domina-
ciones, las Virtudes y las Potestades, y la jerarquía ejecutiva a la
cual pertenecen los Principados, los Ángeles y los Arcángeles.
José Moreno Villa en su libro sobre “Lo mexicano en las
artes plásticas”, nos indica que a la jerarquía asistente se le de-
nomina así, porque rodean sin cesar el trono divino, la segunda
recibe su nombre a partir que sus componentes representan
las perfecciones de Dios más relacionados con las criaturas,
y a la tercera jerarquía se le ha llamado ejecutiva porque es la
encargada de cumplir las órdenes de Dios sobre las naciones,
provincias o individuos.
De la primera jerarquía nos indica Moreno Villa que los
Serafines aluden al fuego que los ahoga, los Querubines son
la plenitud de la ciencia y los Tronos a su vez son asientos de
gloria en los que reposa la majestad de Dios.
La segunda jerarquía representa el supremo poder o
dominio de Dios sobre todos los seres creados, por lo que las
Dominaciones ejercen su imperio sobre las cosas inferiores, las
Virtudes a su vez regulan los movimientos del cielo, de las esta-
ciones y de los elementos, y las Potestades están dotadas de un
poder absoluto sobre los ángeles caídos o demonios.
En la tercera jerarquía los Principados participan en
la autoridad de Dios, se encargan de velar por el gobierno
espiritual y temporal de los pueblos, de las provincias y de los
reinos, además ellos hacen llegar los mensajes de los hombres
a Dios, lo defienden de los ataques de sus enemigos, ayudan a
los que mueren en su camino hacia la luz, cuidan las puertas de
acceso hacia el más allá, también se encuentran en los sueños,
en las meditaciones en los rezos, en la oración y en cualquier
trance místico o religioso, incluso en las crisis en las cuales se
ven sometidos los seres humanos. Los Ángeles a su vez están
destinados a la custodia de los pueblos y a la de cada hombre
en particular y los Arcángeles son depositarios de los secretos
y bellos misterios de Dios, adoran sus designios más elevados
y se apresuran a ejecutarlos, por si mismos o por medio de los
ángeles.
En el libro “El poder de los ángeles”, su autor Jonathan Sleig-
thon aporta más datos en relación a las jerarquías angelicales,
refiriéndose a la primera como triada superior, refiere que a
todos ellos les compete dedicarse a contemplar, a Dios y cantar
para él letanías eternas que tienen como fin ir creando almas y
mundos hasta el final de los tiempos, indicando que a los Tro-
nos igualmente se les conoce como Ofanines.
A la segunda jerarquía o triada intermedia, indica que
les corresponde dedicarse a dar forma principalmente a las
creaciones de sus predecesores, formando, personalizando y
caracterizando las obras de Dios.
Y en relación a la tercera jerarquía o triada inferior, les
corresponde la misión de preservar, cuidar y defender las obras
de Dios, luchando contra los enemigos del creador como ver-
daderos guerreros celestiales si hiciera falta.
Esta última clasificación está ordenada conforme la rela-
ción de las jerarquías con Dios, sin embargo esta se invierte en
cuanto al contacto con los seres humanos; así la jerarquía triada
inferior pasa a ser la superior.
Nuestro objeto de estudio se centra en la presencia de los
ángeles y arcángeles en la pasión, muerte y entierro del Señor,
y para especificar lo correspondiente a los cortejos procesiona-
les del sepelio de Jesús, y de pésame y soledad de la Santísima
Virgen María, en las cuales tienen una presencia importante la
última categoría que integra la tercera jerarquía y triada, nos
referiremos a ellos en las siguientes líneas.
El autor anteriormente referido nos indica que “Aunque
solemos llamar genéricamente ‘ángeles’ a todos los seres celestiales
de la creación judeocristiana, existe una hueste celestial que recibe la
denominación específica de ángeles bien diferenciada del resto”, a la
vez refiere que son guerreros celestiales, soldados que se agru-
pan en torno a sus líderes, arcángeles y demás jerarcas divinos
Fotografía: Fachada, Ruinda de Santa Clara (detalle),  Roberto Urrea  • Extrema Izquierda
al ser llamados a la batalla, son feroces, van en grupo bastante
tupido y lucharán a muerte por nuestras almas y de la misma
manera contra los enemigos de la jerarquía celestial.
De los arcángeles el mismo autor explica, que es la
hueste que se encarga de cumplir las órdenes de Dios, llevan
los mensajes de él hasta los oídos de los hombres, igualmente
son guerreros, muchas veces devastadores y a la vez grandes
salvadores.
En el libro “Los ángeles, agentes secretos de Dios”, se nos
indica que arc es un prefijo que nos sugiere a un ángel mayor,
principal o importante.
Habiéndonos dedicado varías líneas arriba brevemente a
la teoría angelical, ahora nos ocuparemos específicamente de
los arcángeles, ellos son los que van cargados individualmente
en pequeñas andas en los cortejos procesionales de la otrora
ciudad de Santiago de Guatemala, capital del reino de Guate-
mala hoy llamada La Antigua Guatemala los días Viernes Santo
y Sábado Santo por la tarde y noche, y la razón por lo que ya
pudimos conocer esta presencia es evidente, ellos son la hueste
celestial que tiene contacto con los seres humanos, son siete
no son anónimos y por lo tanto se les conoce con nombre
propio.
Cabe acá otra pregunta, ¿quiénes son los arcángeles y
cómo se les representa iconográficamente?, Elisa Vargas Lugo
y José Guadalupe Victoria en la investigación realizada sobre
el pintor “Juan Correa. Su vida y obra”, nos indican que Dioni-
sio Aeropagita, en su tratado De la Jerarquía Celeste, fue el
primero que estableció que los Coros Angélicos eran nueve,
ellos nos refieren que este tratado posteriormente fue introdu-
cido en Occidente por San Gregorio Magno y su traducción al
latín la realizó Juan Scoto Irlandés, Santo Tomás de Aquino es
importante en el conocimiento de esta temática, ya que “con su
autoridad, consagró la doctrina”.
Gólgota 19
Por el texto bíblico de Tobías sabemos que estos seres de
esencia espiritual son siete, los nombres de cuatro de ellos los
ha conservado la tradición y los de los otros tres están mencio-
nados en las Sagradas Escrituras, teniendo a la vez categoría de
santos y con base en los datos del estudio publicado de Vargas
Lugo y Victoria; quienes citan a otros autores, nos referiremos
a los arcángeles, principiando con los no bíblicos.
Iniciamos con Uriel, su nombre significa: Luz de Dios, él
como embajador de Cristo según la tradición, se apareció a los
discípulos de Emaús luego de la Resurrección.
Se le considera como intérprete de juicios y profecías, a la
vez se le identifica como el arcángel que enarbola una espada
flamígera a la entrada del Paraíso, y expulsó de este lugar a
Adán y Eva, igualmente es conocido como Raziel, su atributo
iconográfico es la espada flamígera antes mencionada.
Otro arcángel que aporta la tradición es Seatiel, significan-
do su nombre Temor de Dios, a él le corresponde el papel de in-
tercesor, por lo que usualmente se le representa con las manos
juntas en actitud de oración, también se le atribuye la acción de
detener la mano de Abraham cuando iba a sacrificar a su hijo
Imágenes: Angeles
con el Cristo Muerto,  Guercino, 1618, National Gallery, Londres  • Izquierda
Ángel con el Sudario,  Cosimo Fancelli, 1668-69, Ponte Sant’Angelo, Roma  • Superior
Ecce Homo,  Moretto da Brescia, 1550-1554, Pinacoteca Tosio Martinengo, Brescia  • Centro
Cristo en el Jardín del Gethsemani,  Giacinto Brandi, circa 1650, Pinacoteca Vaticana  • Arriba
Ángel con la Columna,  Antonio Raggi, 1668-69, Ponte Sant’Angelo, Roma  • Superior Derecha
El Cristo muerto cargado por un ángel,  Alonso Cano, 1646-52, Museo del Prado, Madrid  • Arriba Derecha
Ángel con la Cruz  Cosimo Fancelli, 1668-69, Ponte Sant’Angelo, Roma  • Derecha

Gólgota 20
Fotografías: Coro Angélico, Escuela
de Cristo,  Alex Fledderjohn  • Superior Izquierda
Coro Angélico, Escuela de Cristo,  Alex Fledderjohn  • Arriba Izquierda
Coro Angélico, Escuela de Cristo,  Leonel Mijangos [nelo], EnAntigua.com  • Superior
Coro Angélico, Escuela de Cristo,  peace-on-earth.org/Guatemala/  • Centro
Coro Angélico, Escuela de Cristo,  Alex Fledderjohn  • Arriba
Coro Angélico, Escuela de Cristo,  peace-on-earth.org/Guatemala/  • Derecha
Isaac. El tercer arcángel de la tradición es Jehudiel, su nombre
significa Paz de Dios, es quien remunera, el que recompensa y
castiga, sus atributos iconográficos son una corona y el cetro.
Otro de los arcángeles de la tradición es Baraquiel; su nom-
bre significa Bendición de Dios, es quien ayuda o auxilia a otro; es
decir desempeña un papel de adjutor, e iconográficamente se le
representa con un cuerno de la abundancia en el cual aparecen
y brotan rosas blancas.
Uno de los arcángeles bíblicos es San Miguel, es “el que tiene
el culto más difundido y los atributos más claramente definidos”, y
quien entre estos siete seres espirituales cumple más funciones;
su devoción se hace más intensa luego del Concilio de Trento,
porque como jefe de las milicias celestiales, representa el triun-
fo de la Iglesia Católica ante la herejía, Vargas Lugo y Victoria
indican que sus antiguas ropas de túnica talar cambiaron duran-
te el manierismo, vistiéndosele a partir del renacimiento con
atuendo guerrero de la antigua Roma, iconográficamente se le
hace figurar con la palma del Paraíso; elemento fitomorfo que
también significa su triunfo sobre el demonio, puede ser cruci-
ferario y también portar un cetro, en su coraza están presentes
los emblemas cósmicos del sol y la luna, que simbólicamente
aluden al Nuevo y Antiguo testamento, otra interpretación los
asocia a los elegidos y a los condenados, que este arcángel en
su función de pesador de almas, separará en el Juicio Final.
El nombre de este ser espiritual significa: Quien como
Dios, aparte de lo ya descrito sobre él, se indica que es el prín-
cipe de los ángeles, capitán general de los ejércitos celestiales,
es además el protector de la nación judía, vencedor de Lucifer
y luego de la revelación cristiana, se convierte además en el
protector de la iglesia cristiana militante.
Entre muchos privilegios que le han sido dados por Dios,
será él quien hará sonar la trompeta en el momento de la re-
surrección final, San Juan en el Apocalipsis lo muestra luchando
junto a sus ángeles contra el demonio, él a la vez recibe a los
espíritus inmortales cuando son liberados de la muerte y los
pesa en una balanza, igualmente según los textos apócrifos
anunciará a la Santísima Virgen María su muerte.
Nos corresponde ahora referirnos a San Rafael, cuyo
nombre significa Medicina de Dios, en el texto de Tobías él se
identifica como uno de los siete arcángeles, es el jefe de los
ángeles custodios y el ángel custodio de toda la humanidad,
usualmente se le representa con una lanza o un bordón, en
otras oportunidades con un pescado y acompañado de Tobías.
San Gabriel es otro de los arcángeles, su nombre signifi-
ca: Dios es mi fuerza y mensajero de Dios, sabemos que los
ángeles son los mensajeros divinos, pero es San Gabriel el más
conocido en esta función, él dio a la Santísima Virgen la buena
nueva, siendo por lo tanto el arcángel de la Anunciación, tam-
bién se presenta en sus visiones a Daniel en dos oportunidades,
y le indica a Zacarías el nacimiento de San Juan Bautista, él es
además el guardián del tesoro celestial. A este arcángel se le
muestra iconográficamente con una vara de azucena como su
atributo más característico; o en su efecto un lirio, en ambos
casos simbolizando la pureza, su dedo índice lo lleva levanta-
do aludiendo a la actitud de anunciar. Su figura trascendió a la
religión islámica: “Asimismo, Mahoma, comprendiendo el papel que
Gabriel representa en la Escritura, relató que había recibido por su
mediación la inspiración de los capítulos del Corán”.
Agregan Elisa Vargas Lugo y José Guadalupe Victoria que
los arcángeles son seres de gran inteligencia, se les representa
alados para simbolizar la rapidez del movimiento, siendo una
característica de sus nombres que todos terminan en “el”,
etimológicamente los identifica como portadores divinos, en su
condición de mensajeros toman forma humana para realizar los
mandatos de Dios y tienen cada uno atributos que los identifi-
can.
Nos referimos ahora específicamente a los arcángeles en
los cortejos de Santo Entierro y Soledad, en estas procesiones
estos seres espirituales que son los protagonistas de nuestro
artículo tienen una presencia notoria, cumpliendo a la vez un
objetivo didáctico, enseñar por medio de la visualización de la
imagen, ellos son los que portan los Arma Christi, nombre que
se les dio a los instrumentos de la pasión del Señor en la edad
media, y a la vez otros elementos con una simbología implíci-
ta, por lo tanto para estas actividades no llevan sus atributos
iconográficos tradicionales.
El sacerdote Félix Fernández Gorrindo en su libro “Cuares-
ma, Semana Santa y Resurrección en Guatemala”, en el capítulo 12
del mismo trata, lo referente a los instrumentos de la pasión y
los arcángeles que los portan, indicando sobre estos seres crea-
dos por Dios lo siguiente: “Como hemos dicho anteriormente solo
se nos dan los nombres de tres arcángeles, -- en la Biblia -- los otros
cuatro nombres están tomados de los libros apócrifos”. Conforme el
orden que él los presenta y sus explicaciones, nos referiremos
a ellos, indicando que Barachiel es quien lleva las tablas de la
Ley, una jofaina y una toalla, y espigas de trigo y uvas; las tablas
en relación al Decálogo que Dios da a los hombres a través
de Moisés, como normas a seguirse y cumplirse, la jofaina y la
toalla en alusión a Pilatos, quien no asume su responsabilidad y
huye de ella, y el trigo y las uvas en rememoración de la Cena
Pascual y la transustanciación del Señor, el trigo se convierte en
pan, las uvas en vino y luego estos dos elementos en el cuerpo
y la sangre de Jesús.
El padre Fernández nos presenta a un arcángel de nombre
Zendiel, al cual no nos hemos referido antes, factiblemente
otro nombre con el cual se conoce al arcángel Jehudiel, indican-
do que él porta la inscripción Benedictus Dei, un cordero, tres
clavos y un martillo; la frase la traduce del latín como Bendito de
Dios, en clara alusión de exaltación de Jesús y su relación con
el Sanctus de la Misa: Benedictus qui venit in nomine Domine, es
decir Bendito el que viene en el nombre del Señor, el cordero
es la cría de una oveja, y en el Capítulo 12 del Libro del Éxodo
se indica lo referente al Cordero Pascual, los tres clavos son
los instrumentos que atravesaron las manos y los pies de Jesús
al clavarlo en la cruz, y el martillo la herramienta que golpeó los
clavos.
Sealtiel, según el padre Félix Fernández Gorrindo, Seatiel
conforme lo escriben Elisa Vargas Lugo y José Guadalupe Vic-
toria, porta la inscripción “Mira Dei”, treinta monedas de plata,
un rollo de cuerda, un espada y un gallo; el epígrafe lo traduce
por “Maravillas de Dios. Todo lo que sucede en la pasión está como
trenzado en el plan de Dios.” El pasaje de las treinta monedas
por las que Judas vendió a Jesús está descrito en el Evangelio
de San Mateo. La cuerda se usó para atarlo a la columna en la
cual fue flagelado, le sujetaron las manos al mofarse de él, lo
amarraron y lo llevaron a Pilato, y con ella tiraban de él cuando
caminaba cargando su cruz hacia el Gólgota. En el momento
del prendimiento de Jesús, en los Evangelios se menciona varias
veces la espada. Y finalmente el gallo en alusión a la negación de
San Pedro y lo dicho por Jesús a este apóstol: “Yo te aseguro que
esta misma noche, antes del canto de los gallos, me habrás negado
tres veces”.
Uriel lleva la inscripción latina Oratio Dei, una corona de
espinas, una columna y un flagelo. El epígrafe se traduce como
Oración de Dios; para el padre Fernández Gorrindo esta frase la
interpreta como el “sentido de una fortaleza y apoyo de Dios sobre
Jesús, para que no cese en su lucha, para que no se desanime, para
que siga adelante. A la oración de Jesús en el huerto. Padre, si es po-
sible pase de mi este cáliz, pero no se haga mi voluntad sino la tuya,
viene esta respuesta de Dios Padre.” La corona de espinas es otro
instrumento de la pasión, con ella lo hicieron Rey de los Judíos
y Rey de burlas, luego la columna a la cual se le ató y el flagelo
con el cual fue azotado, suplicio que sufrió antes de cargar su
cruz.
San Rafael porta la Santa Faz, una lanza, una túnica y tres
dados; la Santa Faz alude al rostro de Jesús que quedó impreso
en el lienzo de la Verónica, la lanza en relación a la narración de
Gólgota 21
San Juan en donde se indica que los soldados al llegar a Jesús,
viendo que ya estaba muerto, no le quebraron las piernas, sino
que uno de ellos le abrió el costado de una lanzada y al instante
salió sangre y agua; la túnica es la parte de los vestidos que los
soldados echaron a la suerte, utilizando para ello los dados.
San Miguel lleva el letrero INRI, una esponja y una caña. El
texto INRI se refiere a Jesús de Nazaret, como Rey de los Judíos, el
cual estaba escrito en hebreo, en latín y en griego, y fue coloca-
do sobre la cruz. La esponja y la caña en alusión al vinagre que
le dieron a beber al decir Jesús tengo sed.
San Gabriel porta los tres clavos, un martillo y una tenaza,
la sábana santa y dos escaleras; todos estos instrumentos indica
el padre Félix Fernández, en relación al descendimiento de Je-
sús, refiere que con la tenaza y el martillo se quitaron los clavos
de las manos y los pies, él indica que para poder proceder a
bajar a Jesús de la cruz se necesito de dos escaleras y de tres
varones: José de Arimatea, Nicodemo y San Juan. La sábana es
la mortaja en la cual se envolvió el cuerpo de Jesús y se mencio-
na en los evangelios.
Con estas líneas hemos llegado al final de este artículo,
esperando haber logrado nuestro objetivo de informar breve-
mente de esos maravillosos seres espirituales; los ángeles y los
arcángeles que el ser humano a través de la historia ha recrea-
do y colocado en el proceso del martirio, muerte y entierro de
Nuestro Señor Jesús, mil gracias por la invitación a escribir en
esta prestigiosa revista y por el espacio que me han concedido,
Dios y la Santísima Virgen María me concedan la oportunidad
de dirigirme de nuevo a ustedes el año entrante por este medio
de comunicación social, a todos mil gracias.
Fotografía: Fachada, Ruinda de Santa Clara (detalle),  Roberto Urrea  • Arriba
 Por: Leonel Estrada Furlán
La liturgia del día en que recorda-
Gólgota 22
mos la muerte de Jesús , contempla el
relato de la Pasión según San Juán, la
Oración Universal y la Adoración de la
Cruz, que simboliza la victoria del amor sobre la
muerte y el pecado.
Desde la noche anterior el ambiente antigüeño
se impregna de olores a pino, trébol y corozo. De
madrugada las decurias romanas recorren a caballo
las calles de la Muy Noble y Muy leal Ciudad, leyen-
do en puntos claves la sentencia de muerte decreta-
da al Salvador del mundo.
La procesión de penitencia sale a las cinco horas
del templo mercedario, constituyéndose en una
de las más antiguas del Continente. Además de su
constancia por más de cuatro siglos, la sencillez y
naturalidad del arreglo de las andas, y, el valor artís-
tico de las imágenes de pasión, está el “Protector e
intercesor de los antigüeños” Jesús Nazareno, obra
cúspide del escultor Alonzo de la Paz, Consagrada
el Domingo de Ramos 4 de abril de 1971, la que a
juicio de los entendidos es poseedora de singular
belleza y única en su género por ciertos detalles
como la profundidad de su mirada.-
Artísticas alfombras de aserrín, flores, arena o
pino han sido confeccionadas por fieles y devotos
que pasan la noche en vigilia para que la aurora los
sorprenda con la bendición del Nazareno.
Los colosos de Agua, Fuego y Acatenango son
silenciosos espectadores del maremágnum huma-
no, nacional y foráneo, que se da cita en la Ciudad
Patrimonio de la Humanidad, convertida en la
Jerusalén de América.-
Los cucuruchos visten túnica morada, tapasol blan-
co y morado , banda y guantes blancos y portan una
lanza de aproximadamente dos metros de altura
que contribuye a hacer más impactante el cortejo.
prefacio de la
En el
Resurrección
Con la penetrante nube de incienso se yer-
guen los estandartes con escenas de la pasión.
Los romanos con sus corazas, escudos, petos,
dagas y lanzas. Los tambores marcan el paso y las
bandas de música interpretan marchas mientras
las andas se mecen en rítmico vaivén.-
La riqueza cromática de las procesiones es
digna de admirarse, así como el valor estético
de la imaginería que conserva la influencia de las
viejas escuelas andaluzas y de Valladolid.
En el atrio de la Parroquia San José Catedral
está por iniciarse la procesión del santo entierro,
luego del descendimiento de la escultura del siglo
XVII, atribuida a Quirio Cataño por los rasgos tan
singulares de su burilación, consagrada el 30 de
enero de 1982 por el arzobispo Metropolitano de
Guatemala, Mario Cardenal Casariego y Acevedo.
A la hora nona el pueblo se arrodilla, hace
profesión de fe y medita lo que representa la
muerte del hijo de Dios hecho hombre. ¡ Cristo
ha muerto !. El sermón de las siete palabras se
escucha por doquier y, en los balcones se cam-
bian los rojos cortinajes de la mañana por negros
crespones.
En la Aldea de San Felipe, dos kilómetros al
norte de la ciudad colonial, cuyo Santuario fue ele-
vado a la categoría de Vicaría Episcopal en 1986,
el Señor Sepultado que allí se venera y que fue
consagrado el jueves de la Ascención, 8 de mayo
de 1986 por el arzobispo metropolitano Próspe-
ro Penados del Barrio, traspone el umbral de su
gótico templo en una de las andas más grandes de
Antigua, iniciando así, un kilométrico recorrido
acompañado por miles de cucuruchos y gran canti-
dad de devotos hermanados por la penitencia.-
En el templo de la Escuela de Cristo se ha rea-
lizado la crucifixión al medio día. A las tres de la
tarde y, en medio de un recogimiento ostensible,
la imagen que se venera desde el siglo XVII y Con-
sagrada en diciembre de 1979, por su eminencia
Cardenal Casariego,ha sido descendida de la cruz
y colocada en su urna sevillana. A los acordes
de Cruz Pesada, de la inspiración del maestro
antigüeño Alberto Velásquez Collado, se inicia la
cuatricentenaria y solemne procesión del santo
entierro, con el acompañamiento de María Santísi-
ma de la Soledad, obra de Pedro de Mendoza, con-
sagrada por el Vicario Episcopal de Sacatepéquez,
monseñor Ramiro Pellecer Samayoa, el 9 de mayo
de 1999; así como de los pasos importados de
España ( 1953) y los confeccionados en la Antigua
Guatemala, que complementan las estaciones de
la Pasión.
El siempre sobrio y bíblico arreglo de las
andas se combina sutilmente con el toque artísti-
co que brinda una auténtica expresión de fervor,
Gólgota 23
elocuencia y majestuosidad.
Paisanos y turistas se dan cita en el parque
central, acompañando, velita en mano, el paso
de los Sepultados por la Santa Iglesia Catedral, el
Palacio de los Capitanes Generales y el Portal de
las Panaderas.
anta Catalina, se propalan las campanadas que
anuncian el ocaso del Santo Viernes. La plazuela
de San Sebastián, el parque “La Unión”, la Plaza de
Armas, La Calle Ancha de los Herreros, el atrio
Mercedario, las alamedas, la Calle de Los Pasos y
otros sitios abarrotados durante el día, lucen ya
la frialdad del rocío sabatino; y, como onomato-
peya de los timbales se escucha el buril de Quirio
Cataño, dando forma e inmortalidad al Cristo del
Perdón, al Señor de Esquipulas y al Crucificado de
la Escuela de Cristo.
Con la satisfacción de haber participado en
las conmemoraciones propias de este tiempo de
oración, penitencia y conversión, se concluye con
el regreso al hogar o albergue temporal.
Flota en el ambiente la voz figurada del Sereno
que anuncia: la una . . . las dos . . . de la madruga-
da, y los hombres de túnica negra aún caminan por
las calles de la Emérita Ciudad, por las que un día
como este . . . caminó el Hermano Pedro.-.
Imágenes: Cristo Resucitado,  Autor Desconocido  • Extrema Izquierda
Fotografía: Bendicenos,  Sergio Bacilio Morales  • Arriba Izquierda
 Fotografías de: Leonel Mijangos [nelo]
EnAntigua.com

In Hoc
Gólgota 24

Signum
Vinces

Gólgota 25
Leonel Mijangos [nelo], nació y se ha desenvuelto personal
y profesionalmente en la bella ciudad de La Antigua Guatema-
la. Estudió diseño gráfico en la Universidad de San Carlos de
Guatemala donde tomó su primer curso de fotografía. Como
Diseñador Gráfico trabaja en esta ciudad y ha desarrollado
proyectos de importancia a nivel nacional.

La fotografía la realiza por afición a la misma, con el fin de

dar a conocer a nivel mundial como se vive la Semana Santa en
La Antigua Guatemala, cuenta con un archivo fotográfico desde
el 2001 el cual se ha publicado en el website EnAntigua.com. Es
co-fundador del Club Fotográfico de Antigua que inició el año
pasado. Sus fotografías han sido utilizadas en diversas publica-
ciones comerciales, de turismo y Semana Santa.
 In Hoc
Signum
Vinces
Gólgota 26

Gólgota 27
Fotografías de: Leonel Mijangos [nelo]
EnAntigua.com

“Jesús, acuérdate de mí
cuando estés en tu Reino”
(Lc 23, 42)
Gólgota 28
Por: Luis Enrique Gaytán Menéndez
Previo a iniciar este comentario, se hace opor-
tuno preguntarnos: ¿Por qué Jesús fue condenado
a una muerte de cruz? ¿Por qué precisamente a
una muerte de cruz?
La cruz era una forma de tormento romano y tenía dos
características muy específicas: su crueldad y su sentido neta-
mente político.
La crueldad de este tormento era reconocida por todos
los contemporáneos. “Muerte torpísima” la calificaba Orígenes.
“Suplicio crudelísimo” y “suplicio servil” lo llamaba Cicerón.
“Infame forma de suplicio, que parece indigno de un hombre
libre aunque sea culpable” dice Lactancio.
Su brutalidad la describe así Albert Reville: “Era la cima del
arte de la tortura: atroces sufrimientos físicos, prolongación
del tormento, infamia, la multitud reunida presenciando la larga
agonía del crucificado. No podía haber nada más horrible que la
y… ¿te robaron también
Tu Muerte Señor?
visión de aquel cuerpo vivo, respirando, viendo, oyendo, capaz
aún de sentir y reducido, empero, a la condición de un cadáver,
por la forzada inmovilidad y el absoluto desamparo. Expuesto a
los insultos y ultrajes del populacho que siempre puede ha-
llar placer repugnante en la visión de la tortura ajena. La cruz
representaba la humanidad afligida reducida al último grado de
impotencia, sufrimiento y degradación. La pena de crucifixión
incluía todo lo que podía desear el torturador más ardoroso:
tortura, degradación y muerte cierta, destilada lentamente,
gota a gota”.
Por demás interesante resulta la segunda característica: su
carácter neto y exclusivamente político, el hecho que sólo se
aplicase a revoltosos, guerrilleros y terroristas. Así lo comenta
Moltmann: “La crucifixión era una pena para delitos de estado y no
para la aplicación de la justicia en crímenes comunes. En este senti-
do se puede decir que la crucifixión era entonces una pena política
para el levantamiento contra el orden social y político del imperio
romano”.
Evidentemente, la elección de la forma de cruz para morir,
no fue casual en el caso de Jesús. Y hay algo que nos propor-
ciona una pista de ese avieso sentido. Nos referimos a la frase
de San Juan: “...nosotros no tenemos autoridad para aplicar una
sentencia de muerte” (Jn 18, 31-33), que emplean los sumos
sacerdotes, cuando el Procurador Poncio Pilato les dice que lo
juzguen según su ley.
Aunque cuando no se conoce con precisión el régimen
jurídico que se vivía en tiempos de Jesús, muchas evidencias nos
permiten pensar que los judíos sí tenían potestad para conde-
nar a muerte. La tenían al menos en los años en que se redactó
la Misná. La misma Biblia nos aporta el caso, sucedido pocos
años después, referido a Esteban a quien el sanedrín condena
a muerte por lapidación (Hch 6, 12; 7,58). Evidentemente no
se trata sólo de la muerte, sino de un determinado género de
muerte. Jesús había anunciado “… es necesario que el Hijo del
hombre sea levantado,” (Jn 3.14)
Quede claro pues, que los judíos sí podían condenar a
muerte, lo que no podían hacer era condenar a muerte de
cruz. Cuatro eran las formas de muerte que autorizaba la Misná
al sanedrín: lapidación, hoguera, degollación y estrangulación.
Entonces, ¿Por qué pedían los sumos sacerdotes la muerte por
crucifixión, “precisamente” por crucifixión?
Estamos aquí ante un hecho al que posiblemente no se ha
dado la importancia que verdaderamente tiene: La forma de
muerte que habría sido lógica y legal de aplicar en el caso de
Jesús, habría sido lapidación. Pues esta era la sentencia para
aplicarse a los blasfemos y falsos profetas. Y quizá ésta sea la
muerte que Cristo previó en cierto modo para sí mismo.
Ante ello, ¿Cabría pensar entonces que, a Jesús le robaron su
muerte? ¿Podríamos sospechar que los sumos sacerdotes no quisie-
ron aplicarle la sentencia de lapidación, que era, indudablemente
una muerte terrible, sí, pero, de algún modo, honrosa y exaltadora?
¿Temieron que si moría lapidado, sus seguidores podrían presentar su
final como una muerte profética? ¿Eligieron por ello una muerte de-
gradante, que, además de quitarle de en medio, manchase su causa,
presentándole como un vulgar salteador?
El caso de nuestro Señor Jesucristo es por demás evidente
y dramático: el pacífico se ve condenado por violento; el que
hablaba del reino de Dios, es acusado de conspirar contra el
reino de los hombres. Se le priva de dar “su” testimonio profé-
tico con una muerte profética.
Gólgota 29
Ante ello podemos concluir afirmando que no le faltaba
razón a San Pablo al asombrarse de que le hubieran dado muer-
te y subraya: “Y muerte de cruz (Flp 2,8), la muerte infame de los
infames, la sucia muerte de los bandoleros. Sí mis hermanos, le
robaron su vida y también le robaron su muerte. Pues sus ver-
dugos no sólo le quitaron la vida, sino que intentaron quitarle,
incluso, el significado de su muerte.
En cuanto a la responsabilidad histórica de su muerte, es
claro que ésta no pesa sobre ningún pueblo, sino sobre los indi-
viduos concretos que, de alguna forma o medida, participaron
en aquel “proceso”. Habrá que excluir completamente a cuantos
ni se enteraron del mismo, a todos quienes vivían fuera de la
ciudad, a la enorme parte del pueblo judío que vivía esparcido
por el mundo conocido en aquel entonces.
¿Y en cuanto a la responsabilidad ante Dios? Sólo él pudo
valorar los motivos de Caifás y la cobardía de Pilato. Así que
dejemos en sus manos el juicio. Y a nosotros nos baste saber y
nunca olvidar que, parte de esa culpabilidad también es nuestra.
De manera que para participar en la resurrección gloriosa,
se hace necesario compartir con Cristo su pasión y su cruz,
pues, recordemos que no hay cosecha sin sementera.
Imágenes: Levantamiento de la Cruz, (detalle),  Pieter Pauwel Rubens, 1610, O.-L Vrouwekathedraal, Antwerp  • Superior Izquierda
Glorificación de la Cruz,  Adam Elsheimer, circa 1605, Städelsches Kunstinstitut, Frankfurt  • Izquierda
La caída de Cristo bajo la Cruz, (detalle)  Luc Faydherbe, Hanswijk  • Arriba

Gólgota 30
Premio Nacional de Literatura Miguel Angel Asturias en
1998. Francisco Morales Santos nació el 4 de octubre de 1940,
en Ciudad Vieja en el departamento de Sacatepéquez, Gua-
temala.
  Junto a Luis Alfredo Arango, Julio Fausto Aguilera, De-
lia Quiñónez de Tock, Antonio Brañas, José Luis Villatoro y
Roberto Obregón, Morales Santos fue miembro fundador
del grupo  Nuevo Signo. Dirigió los tres únicos números del
periódico  La gran flauta  y de la edición deLas plumas de la
serpiente, antología del grupo. Ha obtenido el Primer Premio
en los Juegos Florales Centroamericanos de Quezaltenango,
y Premio Único en 1978 en el Festival Nacional de Arte de
la Universidad de San Carlos de Guatemala. Ha colaborado
en periódicos y revistas de Guatemala, México, El Salvador,
Costa Rica y Colombia. También ha incursionado en la crítica
literaria.
Ha publicado en poesía: Agua en el silencio(1961),Ciudades
en el llanto (1963 y 1965), Germinación de la luz (1966), Nima-
yá (1968),Sensación de lo lejano (1968), Tenebrario (1969), Es-
crito sobre olivos  (1971),  Cuerno de incendio  (1976),  Car-
tas para seguir con vida  (1977 y 1993),  Ceremonial para el
olvido (1979), Poesía para lugares públicos (1976), Conjuros
Antigüeña
esplendor de lo religioso y popular
Por Francisco Morales Santos
contra gangrena y tumba(1978), Al pie de la letra (1987), Ma-
dre, nosotros también somos historia (1988/1990/1998), Im-
plicaciones del verbo amar  (1990),Ceremonial contra el ol-
vido (1995), Asalto al cielo: antología 1967-1996 (1997), ¡Oh
líquida memoria! (1999), Escritos sobre fondo oscuro (2001).
 Antologías: Los nombres que nos nombran: panorama de
la poesía guatemalteca, de 1782 a 1982 (1983), Exodus: an an-
thology of Guatemalan poets (1988), Nueva poesía guatemal-
teca (1990), Nosotros, los de entonces: antología(1993), Pre-
guntas a causa de la poesía (Fco. Morales Santos, Osvaldo
Sauma, José Luis Quesada)(2002). Compilador:  Poemas del
volcán de fuego  (1998) (Poemas de Luis de Lión),  Páginas
de lumbre de Miguel Angel Asturias  (1999),  Poemas escogi-
dos para niños (1999), Vida y milagros de Miguel Angel Astu-
rias (1999).
 
Estudios: El hermano Pedro Betancur: primer santo de Amé-
rica Central (1980), Los barriletes gigantes de Santiago Sacate-
péquez (1970), Quezaltenango en la poesía (1975), Rafael Lan-
divar, poeta nacional  (1982), Rafael Rodríguez Padilla (1995).
Literatura infantil: Tío Conejo y Tío Coyote  (1984),  Poemas
escogidos para niños (1987), Ajonjolí (1997?).
A: María Cristina Orive y Méndez Vides
La Cuaresma
La florescencia de las jacarandas, las bauhi-
nias y los matilisguates iluminan doblemente el
cielo, mientras el lánguido sonido del xicolaj y el
tambor, junto a las puertas de los templos católi-
cos, anuncia un tiempo circular que rueda a lo largo de la
historia, hasta anclar en una hora de un día que cambió la
historia de lo natural y lo sobrenatural, con la pasión de
Cristo.
Entonces surge el recuerdo del Hijo del hombre que,
como un malhechor, es condenado. Y el recuerdo se mate-
rializa en una iconografía palpitante, de la que es ejemplo la
Gólgota 31
escuela antigüeña. Tanto los nazarenos y los cristos yacentes
que aún se conservan en la Antigua Guatemala, como los
que tras el terremoto de Santa Marta, en 1775, fueron lleva-
dos a la Nueva Guatemala de la Asunción, parecieran decir,
quien sabe qué cosas, pues tienen expresiones vivas, conmo-
vedoras, al borde de las palabras. Y es que los imagineros,
además de piadosos, eran poseedores de un talento artístico
que se nutrió de lo hispánico y lo maya.
El Nazareno de la Merced, obra de Alonso de la Paz, pa-
rece buscarte entre las multitudes. Un sentimiento parecido
despierta el Nazareno de San Francisco el Grande, lo mismo
que el Nazareno de la Caída, escultura de Pedro de Men-
doza que se venera en la aldea de san Bartolomé Becerra, y
que antes del terremoto estaba en la ermita de San Jeró-
nimo. ¡Y qué decir del Nazareno de Jocotenango que, por
la Calle Ancha de los Herreros, avanza en hombros de los
cargadores desde tiempos sin memoria!
La cuaresma antigüeña es un referente de creencia
religiosa, folclor, arte, literatura, gastronomía e historia que
el catolicismo plantó en el antiguo Valle de Panchoy y que, a
lo largo de los siglos, fue nutriéndose del gusto popular hasta
alcanzar un sello propio.
La cuaresma en la Antigua Guatemala es un tiempo
de colorido, no solo porque marzo y abril son meses de Fotografías: Parroquia,  Edgar López F.  • Superior Izquierda
exquisito florecimiento, sino porque también las manos de Francisco Santos Morales,  Archivo  • Izquierda
Jacarandas,  Roberto Urrea  • Centro
los artistas populares plasman poemas en aserrín que se ex- Altar Mayor, Escuela de Cristo,  Pablo Acuña  • Arriba

Gólgota 32
tienden, uno tras otro, por las calles. Textos bíblicos, flores,
símbolos y cuanto viene a su mente se traduce en alfombras
efímeras en el espacio. Y a todo esto se agrega una visión
de aldeas que la mayor parte del año pasan desapercibidas.
Es así como al tan tan de las campanas se congregan los
moradores de Santa Ana, Santa Inés, San Cristóbal y Santa
Catarina Bobadilla, pues, revestidos de violeta y blanco, los
templos abren sus puertas y miles de creyentes perpetúan
un antiguo rito: venerar a las imágenes que, una vez al año
recorrerán la antigua ciudad de Santiago como en busca de
los hombres que las tallaron, pero éstos ya no están ni los
buriles ni los talleres.
Venerar, es decir, honrar a una imagen por lo que repre-
senta, como cuando vemos la fotografía de un familiar nues-
tro muy querido, con quien guardamos un afecto intenso.
Desde meses atrás el oficio de la sastrería es requerido
por los cargadores para tener a tiempo las túnicas moradas
o negras, estas últimas de uso exclusivo para las procesiones
de los cristos yacentes de la Escuela de Cristo y San Felipe
de Jesús, imágenes que, tras un ritual de crucifixión y des-
cendimiento, se abren paso por las calles antigüeñas entre
nubes de incienso y multitudes, piadosas las más, pero todas
admiradoras de las tallas religiosas de esta ciudad que, desde
México hasta Ecuador no tuvieron parangón en la Colonia.
Los cucuruchos van en largas y lentas filas, cumpliendo
un deseo, una promesa o una tradición heredada de padres
y abuelos: cargar en hombros la imagen de su devoción. Algu-
nos como los de la procesión de San Felipe llegan de la costa
sur y otras regiones.
Y a pie juntillas con el cortejo, una banda de música
disgrega marchas fúnebres que no tienen igual en ninguna
parte, como no la tiene la Semana Santa, ni en España, de
donde partió la tradición, pues en Guatemala la cuaresma y
la Semana Santa transpiran dolor a través de las marchas y
también por las matracas el Viernes Santo por la tarde, hasta
el Sábado Santo cuando suenan alegres las campanas, y la
ciudad va recuperando su ritmo inveterado, “un paso hoy y
otro mañana”, como dijera Miguel Ángel Asturias
¿Cuánto tiempo
estaras
con ella?
Fotografías: Escuela
de Cristo,  Jorge Cuyun  • Izquierda
Pensativo,  Eduardo Montepeque  • Arriba
Por: María Martha Beltranena
Hdad. E.deC. S.deD.
Madre de Bondad, Madre de Misericor-
dia, Tu que me quieres tanto … Haz que
me bendigan El Padre, El Hijo y El Espíritu
Santo ….. Así, arrodilladas frente al anda
que se aproxima, la tanda No. 2 recibe a Nuestra Seño-
ra, nuestra amada María Santísima de la Soledad de la
Escuela de Cristo, que sumida en su pesar, inicia su
cortejo procesional cada Viernes Santo, despacio, con
toda solemnidad, coronando la Plazuela y enfilando
hacia la ciudad.
Ella, que impotente para detener los aconteci-
mientos que llevaron a su Hijo a la muerte, aceptó y
con todo su dolor en el corazón, lo acompañó hasta
el fin, sufriendo calladamente, un año más se dispone a
seguir los pasos del anda que lleva sus restos.
¿Qué sientes cuando te arrodillas ante el anda?
¿Cuándo rezamos esta pequeña oración pidiéndole su ben-
dición? ¿Que embarga tu corazón cuando tomas el brazo
que te corresponde? ¿Qué dice tu cuerpo cuando empujas
tu hombro y recibes el peso de la andaría que cae sobre tu
espalda? Ayudas a tu Madre a cargar un poquito de la
responsabilidad que sobre Ella cayó el día que su Hijo
la dejó a cargo de sus discípulos, del mundo entero y
por los siglos de los siglos. Qué gran honor, caminar
bajo su manto rezando en silencio, pidiéndole por to-
das tus pequeñas penas, esperando que te reconforte.
Qué pronto llega a su fin la cuadra, empiezas a
pedir para que nadie te reemplace, para tener la opor-
Gólgota 33
tunidad de cargar otra cuadra, otra cuadra llevando
en hombros a Tu Señora. Pero finalmente …. hay que
entregar el turno. Sales presurosa y te incorporas a
las filas. Caminas unas cuadras acompañando el cor-
tejo. ¿Te has fijado en la mirada de tu Madre cuando te
alejas un poquito? Parece darte las gracias, gracias por
haberla ayudado, gracias por haber compartido con
ella su dolor.
Así te quiere Ella, debajo de su manto, pegada a
su corazón, caminado en silencio a su lado. Sintien-
do que te abraza, que te pide que no te alejes. Anda,
cumple con tus tareas tal vez de madre, tal vez de
esposa, que no puede dejar a su familia toda la noche.
Pero vuelve pronto, Ella te espera. Ella te quiere toda
la noche en su cortejo. Hay muchas posibilidades de
que puedas volver a cargarla. El cortejo es largo, hoy
Viernes Santo es triste, es doloroso. Nuestro Señor
va adelante, con todos sus cargadores sumidos en
su dolor. Pero aquí atrás vamos nosotras, sus hijas,
con su Madre, su Madre que no lo deja. Acompáñala
cuanto más puedas.
Y al arribar a su templo, mira sus ojos bañados
en lágrimas que te agradecen tu compañía, y di con
dulzura:
Dulce Madre no te alejes, tu vista de mí no apar-
tes, ven conmigo a todas partes y sola nunca me dejes.
Y ya que me conoces tanto, haz que me bendigan…
El Padre, El Hijo y el Espíritu Santo. Amén.
Fotografia: Siguiendo tus pasos,  peace-on-earth.org/Guatemala/  • Arriba
 El día más triste para el cucurucho antigüeño
es el lunes de Pascua, cuando advierte que la
cuaresma ha terminado y falta mucho para su
retorno. Durante la espera, el cucurucho encuen-
tra formas para soportar la falta de procesiones, se dedica a

una vez
escuchar el bello sonido de las marchas procesionales en su
habitación, en el mercado, en el automóvil o la computadora,
revisa los vídeos de la Semana Santa reciente y las pasadas en

al año
las páginas web, o caminando por la Ciudad Colonial recuerda
los recorridos procesionales, las vivencias de cuando les tocó
cargar el anda en esa calle, recibir en una esquina o entregar en
otra el turno. Nostálgico, el cucurucho lleva la cuenta regre-
siva para el retorno de la querida época, y en noviembre el
Santo Entierro de la Escuela de Cristo recorre entre incienso y
marchas procesionales la ciudad fría de tardes despejadas pero
advierte que La Cuaresma ya se aproxima.

La emoción y felicidad resucita el Miércoles de Ceniza. El

Gólgota 34

cucurucho empieza a gozar de nuevo las típicas sensaciones de

la época: la primera olida profunda de incienso, la maravilla de
las alfombras el primer domingo, el calorcito en el cuerpo, las
manos sudando, ponerse la túnica sin arrugas, ir detrás de la
procesión, saborear el mango con limón, sal, pepitoria y chile,
las granizadas, el dulce algodón rosado, las manías ácidas, y
comprar en las ventas ambulantes aquellas delicias que solo
aparecen por la época. Se airean las túnicas, la morada y la
negra para el Viernes Santo. Se cuelgan al sol, para que se des-
humedezcan, se planchan. Las hermanas cargadoras revisan su
mantilla de encaje, la desempolvan y arrancan el olor a gaveta, y
preparan el atuendo de colores oscuros y discretos que usarán

Gólgota 35
para llevar en hombros a la Santísima Virgen.

Cada semana que trascurre hace sentir la cercanía de la

Semana Mayor, dominada por los nazarenos de rostro doloroso
y sufrido, llevando la cruz al hombro, caminando por la ciudad
como almas en pena, destinados al calvario. Y los cucuruchos
se turnan la cruz. El momento más profundo y sentimental
se sucede el Viernes Santo por la tarde, cuando sale el Santo
Entierro a recorrer una ciudad en ruinas vestida de luto: las
cortinas negras en los balcones, el silencio, las túnicas de la no-
che, y el incienso que impide la visión en las calles empedradas,
sacando lágrimas a los devotos. Le sigue la Santísima Virgen de
la Soledad, acompañando a su Hijo, siempre triste y silenciosa,
sufriendo la daga que le atraviesa el corazón.

El Sábado de Gloria todo ha terminado, y vemos a la Virgen

Santísima recorriendo la calle sola, ya vacía la ciudad, cansados
Por: Ana Elisa Méndez-Vides Schlesinger los rostros, la pesadumbre, porque una vez más se consumó el
martirio. Las hermanas cargadoras la acompañan, y los cucuru-
chos convertidos en inciensadores. Adiós a la Semana Santa.

La espera de la Semana Santa ha sido larga. Es una vez al

año, las bellas imágenes regresan a los altares, esperando la
vuelta del tiempo, para regresar a las calles empedradas y viejas
de su ciudad.
Fotografias: Descanso,  peace-on-earth.org/Guatemala/  • Extrema Izquierda
Generaciones,  peace-on-earth.org/Guatemala/  • Izquierda
Filas,  peace-on-earth.org/Guatemala/  • Arriba
Filas,  peace-on-earth.org/Guatemala/  • Derecha
Devoto,  peace-on-earth.org/Guatemala/  • Extrema Derecha
Gólgota 36

Una Tr adición Las costumbres, tradiciones, fe católica y devo-

ción a nuestras consagradas imágenes del Señor
Los factores determinantes en mi crecimiento profesional han
sido la bendición de Dios ante todo y el apoyo de mi familia. Con
perseverancia, actitud positiva, creatividad e innovación, he logrado el

tr ansmitida

Gólgota 37
éxito de mis proyectos y he cosechado los frutos de realizar un buen
Sepultado y Virgen de la Soledad de la Escuela de trabajo, manteniendo el interés genuino de mis creencia.
Cristo, me fui inculcada, como una rica herencia Siendo la Procesión del Santo Entierro de la Escuela de Cristo,

de generación a generación
Por Isaac Juárez Morales
Comisión de Adorno, Hdad. E.de.C.
Fotografias: Viernes
Santo 2009,  Leonel Mijangos [nelo], EnAntigua.com  • Superior
Isaac Juárez Morales,  Colección Familia Juárez Morales  • Extrema Izquierda
Viernes Santo 2005,  Leonel Mijangos [nelo], EnAntigua.com  • Izquierda
Viernes Santo 2006,  Pablo Burmester, feydevocion.com  • Centro
Viernes Santo 2006,  Pablo Burmester, feydevocion.com  • Arriba
familiar ya que mi padre Eliseo Morales fue colaborador de la Herman-
dad del Señor Sepultado de la Escuela de Cristo en la elaboración de
las procesiones durante muchos años; transmitiéndome sus conoci-
mientos, inspiración y su innata creatividad para promover a través
de un detalle artístico, la fe y devoción de la Iglesia Católica, siendo
devoto fervoroso del Señor Sepultado.
Desde niño fui colaborador de la Hermandad del Señor Se-
pultado de la Escuela de Cristo y en el año 1993 se me invitó para
ser miembro de la Junta Directiva de la Hermandad de la cual soy
miembro activo. En 1996, con el objetivo de promover una Herman-
dad renovada y progresistas se nombra la Comisión de Adorno. En el
año 2001, fui nombrado coordinador de la Comisión de Adorno; por
lo cual agradezco la confianza depositada en mi persona por parte del
Presidente Honorario Marco Augusto García Noriega y de la Junta Di-
rectiva, enmarcando la responsabilidad de crear diseños innovadores,
realistas y con una visión futurista, que logren transmitir un mensaje
evangelizador a través del arte plasmado en una procesión que motive
la Fe de los devotos del Señor Sepultado de la Escuela de Cristo.
Involucrado desde temprana edad en las actividades y el traba-
jo relacionado con la elaboración del cortejo procesional del Señor
Sepultado de la Escuela de Cristo, fui adquiriendo conocimientos,
técnicas, habilidades y destrezas, a través de la influencia artística,
originalidad, dinamismo y talento de la estirpe de artistas tales como:
señor Virgilio Castillo, señor Guillermo Carrillo y mi padre Eliseo
Morales, quienes fueron los responsables del esplendor y de la solem-
nidad transmitida en las procesiones de la época.
considerada como el cortejo procesional más grande del mundo;
hace que la responsabilidad de la Comisión de Adorno sea mayor, ya
que debemos cumplir con elaborar un proyecto de calidad total, para
lo cual es necesario crear una estrategia de trabajo que inicia desde
plasmar el diseño, compra de materiales necesarios para el desarrollo
del proyecto hasta la coordinación del trabajo de los colaboradores,
tomando en cuenta el tiempo para realizar el proyecto y que la mano
de obra para realizar las actividades no es remunerada.
Entre los trabajos sobresalientes de los últimos años podemos
mencionar; la procesión del 2006 y 2007 en las cuales se incluyeron
detalles innovadores nunca antes expuestos como: búcaros con agua
real, una cúpula con movimiento hidráulico y en el 2009 se incluye un
pebetero con fuego real, entre otros.
Los devotos de las Consagradas Imágenes del Señor Sepultado
y Virgen de la Soledad de la Escuela de Cristo son quienes califican
nuestra labor, dichos proyectos han sido transcendentales y aceptados
por comunidad católica, quienes destacan los detalles y se complacen
al apreciar las solemnes procesiones.
Con el firme compromiso de promover las tradiciones de la
Pasión, Muerte y gloriosa resurrección de Nuestro Señor Jesucristo y
con el objetivo de engrandecer los valores espirituales de los devotos
de las Consagradas Imágenes del Señor Sepultado y Virgen de la Sole-
dad de la Escuela de Cristo, continuaremos realizando nuestro mejor
esfuerzo esperando en Dios superar las expectativas presentes
Fotografias: Viernes
Santo 2007,  Felipe de León M.  • Extremo Izquierda
Viernes Santo 2008,  Pablo Burmester, feydevocion.com  • Izquierda
Viernes Santo 2008,  Pablo Burmester, feydevocion.com  • Centro
Fuego,  Miriam de Sheel  • Arriba
Gólgota 38
Mis recuerdos de
Cuaresma
SemanaSanta
Por Luis Rodolfo Jiménez Solórzano
v… En mi casa todo el año es Semana Santa,
con el riesgo que como a muchos cucuruchos de
esos que se pasan silbando las marchas y dirigien-
do imaginariamente las bandas de solistas, nos
pidan el cuarto…
Mi niñez transcurrió por las empedradas calles de la An-
tigua Guatemala, dentro de una familia profundamente católi-
ca, por lo que, mi devoción por las imágenes de pasión no se
hizo esperar, como una herencia innata a través de las sabias
enseñanzas de mis padres Don José Aurelio Jiménez García
(+) y Doña Ofelita Solórzano de Jiménez. Concurríamos a los
hermosos templos los viernes de Cuaresma a empaparnos de
la catequesis plasmada en los telones de velación de Cristo
del Perdón el primer viernes, y de los nazarenos de las aldeas
circunvecinas en los siguientes, hasta desembocar en las de los
días santos.
Mi familia siempre ha girado en torno a la Cuaresma y
Semana Santa, Don Aurelio como directivo de la Escuela de
Cristo o de San Bartolo, y Doña Ofelita confeccionando los
estrenos de tanta y tanta gente, o cociendo un elegante cata-
falco en pana vino tinto para el Señor Sepultado de la Escuela
Fotografias: Cruz Sacramental,  Raul Illescas  • Arriba Izquierda
Viernes Santo 2009,  Eduardo Montepeque  • Izquierda
Las siete Palabras,  ® Daniel Gohstand, www.danielphoto.com  • Arriba
de Cristo, o emergentemente cociendo el ojal de la túnica del
Señor de la Merced, por donde pasaría el tornillo de la cruz; mi
hermano como Presidente de la Hermandad de Jesús Nazareno
de la Caída, y yo, directivo en mi adolescencia en la Escuela de
Cristo.
Soy un cucurucho de corazón, un cucurucho de pura
cepa, que he llevado en mis hombros al Señor Sepultado de la
Escuela de Cristo y a Jesús de San Bartolo desde 1962, es decir,
desde hace 48 años. Por todo esto, y por esa atmósfera mística
envolvente de la Antigua Guatemala, hace unos años, en mi
cabeza empezaron a bullir pensamientos de cómo plasmar el
cadencioso movimiento de las andas, las volutas del incienso, el
llanto de la gente al paso de nazarenos, crucificados, sepultados
y yacentes, los maravillosos adornos y la mirada penetrante de
nuestras veneradas imágenes.
Es así, como en 1987 adquiero mi primer equipo de vídeo,
cuya cámara era pequeña, pero grababa en forma directa a un
vídeo cassette, lo cual era muy molesto y pesado, pues había
que cargar la videocasetera y muchas veces pedir en alguna
casa particular, que me regalaran corriente eléctrica, por lo que
también debía llevar una larga extensión.
A veces la corriente era brindada de buen agrado, y a ve-
ces, los gestos de desaprobación eran más que evidentes. Lue-
go a los pocos años, un Domingo de Ramos tuve la agradable
sensación de recibir una cámara con vídeocassette incorpora-
do, por lo que, la carga del peso bajó pero no significativamen-
te, hasta que aparecieron las handycam, para desembocar en
la tecnología digital actual. Continué haciendo las grabaciones,
muchas veces arriesgando la integridad física para lograr la me-
jor “toma” desde los tejados de las casas o las cornisas de los
templos, pero todo ha sido hecho por la pasión y el amor que
en mi han despertado las imágenes tan queridas por nosotros
los cucuruchos, ese amor y esa pasión que se desbordan pri-
mero, contando los días para que llegue Miércoles de Ceniza, y
luego esperando por una o dos horas -no importa el tiempo- los
Gólgota 39
cortejos procesionales, y emocionarnos hasta el llanto al ver el
sufrimiento de Jesús.
Al mismo tiempo que empezaron las grabaciones, se inició
mi afición a la fotografía, al haber adquirido una cámara de 35
m.m., que aún conservo, por lo que a la fecha poseo miles de
fotografías tomadas con mis propias manos y la agudeza de mis
ojos para evitar la contaminación ambiental de las mismas, cosa
que he ido logrando a través de la experiencia que otorgan los
años de hacerlo.
Con el paso del tiempo al observar las grabaciones, me fui
dando cuenta de la contaminación auditiva que producen los
vendedores de golosinas y de tantos otros productos, inclu-
sive al paso mismo del andas procesional cuando “gritan” sus
productos, y entonces en forma autodidacta empecé a suprimir
el sonido ambiente y a utilizar programas de edición de soni-
do, logrando incorporar perfectamente marchas pregrabadas,
y en mi propia voz, los significados de los adornos, así como
poemas y oraciones, por lo tanto todo el año, y después de la
jornada ordinaria de labores, paso trabajando en la edición de
las grabaciones durante muchas horas diarias, aun entrada la
noche, pero por el puro amor a lo que para los cucuruchos de
corazón, representa nuestra querida Cuaresma y Semana Santa.
Hace unos años escribí un artículo que se llamó “En Antigua
Guatemala todo el año es Semana Santa”, pero por lo que les
he comentado… En mi casa todo el año es Semana Santa, con el
riesgo que como a muchos cucuruchos de esos que se pasan silbando
las marchas y dirigiendo imaginariamente las bandas de solistas, nos
pidan el cuarto…
Fotografias: Cargadores,  Eduardo Montepeque  • Izquierda
Incensantes,  Miriam de Sheel  • Centro
Gólgota 40

Viernes Santo, abril 10

Gólgota 41
Año del Señor dos mil nueve

Escuela de Cristo,
un Legado de Fe & Tradición

Fotografías: Viernes Santo por la Tarde,  Leonel Mijangos [nelo], EnAntigua.com  • Superior
Santo Entierro por el Arco,  Leonel Mijangos [nelo], EnAntigua.com  • Arriba Derecha
Salida de Viernes Santo,  Luis Velasco, www.costumbresytradicionesdeguatemala.com  • Derecha
Viernes Santo por la Tarde,  Leonel Mijangos [nelo], EnAntigua.com  • Extremo Derecha
Fotografías: Calle
de los Pasos,  Pablo Burmester, feydevocion.com  • Superior Izquierda
Santo Entierro,  Eduardo Montepeque  • Izquierda
Salida Santo Entierro,  Pablo Burmester, feydevocion.com  • Superior
Atardecer,  Luis Velasco, www.costumbresytradicionesdeguatemala.com  • Derecha
Calle de Los Pasos,  Leonel Mijangos [nelo], EnAntigua.com  • Arriba
 Escuela de Cristo, Domingo 10 de mayo
un Legado de Fe & Tradición Año del Señor dos mil nueve
Gólgota 42

Sábado Santo, abril 11

Año del Señor dos mil nueve

Gólgota 43
Fotografías: Sábado Santo,  Timoteo Tobar Salazar  • Izquierda Fotografías: Traslado,  Gabriel Varela  • Estrema Izquierda
por el Palacio de los Capitanes Generales,  Timoteo Tobar Salazar  • Centro Rezo,  Gabriel Varela  • Izquierda
Virgen de Soledad,  peace-on-earth.org/Guatemala/  • Superior Virgen de Soledad,  Gabriel Varela  • Centro
Calle de Los Pasos,  Luis Velasco, www.costumbresytradicionesdeguatemala.com  • Arriba Calle de Los Pasos,  Gabriel Varela  • Arriba
 Domingo 07 de noviembre
Año del Señor dos mil nueve
Gólgota 44

Escuela de Cristo,
un Legado de Fe & Tradición

Gólgota 45
en Homenaje a los Santos Fieles Difuntos

Fotografías: Procesión
de Noviembre,  Victor Diaz  • Superior Izquierda Fotografías: En Velación,  Gabriel Varela  • Superior
Urna,  Pedro Guerra, jesusenguatemala.com  • Izquierda Esperando tu paso Señor,  Víctor Diaz  • Centro
Rumbo a Catedral,  Anonímo  • Superior Urna,  Pedro Guerra, www.jesusenguatemala.com  • Arriba
Procesión de Noviembre,  Eliot Santos, jesusenguatemala.com  • Superior Derecha por la Antigua Universidad,  William Santos, www.jesusenguatemala.com  • Derecha
Nazarenos,  Victor Diaz  • Derecha
Atardecer,  Stuardo Rodriguez  • Arriba
 Por: Juan Alberto Sandoval Aldana
Escuela de Historia,
Universidad de San Carlos de Guatemala.

La iglesia de Guatemala ha tenido un papel protagónico,

como institución que promueve el arte en todas sus manifes-
taciones, promoviendo la creatividad humana inspirada en la
espiritualidad cristiana, generando numerosas obras que

Nazareno
Gólgota 46

El
de la Escuela de Cristo
...se conservan dos reflejan las necesidades y aspiraciones de la sociedad que las produce. Durante
la dominación hispánica en Guatemala, se produjo un valioso legado que se
extendió más allá de su función mediática en el desarrollo de la primitiva evan-
tesoros más que

Gólgota 47
gelización y sus fines para la enseñanza didáctica del Evangelio, trascendiendo
a través de los siglos, integrando el patrimonio cultural con el que se nutre en
la actualidad, la identidad de nuestros pueblos. El aporte del templo u Orato-

dan testimonio rio de San Felipe Neri, La Escuela de Cristo, desde su fundación el 02 de julio
de 1661i, hace 349 años, por el muy venerable padre y maestro Don Bernar-
dino Obregón y Ovando se materializa en sus principales referentes que son
las imágenes de Cristo desde su prendimiento, el trance de su dolorosa Pasión
de la grandeza del llevando la cruz a cuestas hasta su muerte vicaria y redentora.
Tres magníficos ejemplos que se conservan en la actualidad en la sede

arte guatemalteco original de la Orden Filipense en la ciudad de La Antigua Guatemala, son las
imágenes del Señor del Prendimiento o Ecce Homo, el Señor Crucificado de
la Agonía, vivo y clavado en la cruz y el Santo Cristo de la Penitencia que se
venera como el Señor Sepultado de la Escuela de Cristo, todos tesoros de la
y de la Escuela de escuela imaginera guatemalteca.
En la Nueva Guatemala de la Asunción, última y definitiva sede de la ex-
tinta Orden de predicadores oratorianos, se conservan dos tesoros más que
Cristo: dan testimonio de la grandeza del arte guatemalteco y de la Escuela de Cristo:
La imagen del patrono titular San Felipe Rómulo Neri y la portentosa imagen
de Jesús con la Cruz a cuestas, El Nazareno de la Escuela de Cristo.
Para conocer los orígenes de estas dos maravillosas esculturas, objeto de
estudio en este ensayo de investigación bibliográfica, debemos ubicarnos en
la segunda mitad del siglo XVII, durante el periodo fundacional de la Orden,
que después de haber tenido presencia en el reino de Guatemala ejerciendo
su ministerio durante 22 años, con regocijo recibe la primer concesión oficial
para su establecimiento en Guatemala, por medio de Bula expedida en el solio
pontificio, bajo el anillo del pescador, el memorable 25 de marzo de 1683,
documento que fue remitido por la Santa Sede al Consejo de Indias el 10
i Efemérides que el próximo año 2011, alcanzará sus 350 años.

Fotografía:  Jesús Nazareno de las Tres Potencias  José Carlos Flores • Izquierda
 de octubre de 1697 y transmitida a la Real Audiencia el 16 de Esta situación propició un aparente alivio y disminución de dido la Escuela de Cristo durante más de 200 años marchando
marzo de 1699, llegando el ansiado documento a la Ciudad de la persecución en contra de la iglesia, permitiendo la reorgani- al frente llevada en hombros, portando en sus manos las llaves
Santiago de Guatemala, en el año de 1704ii. zación de la Semana Santa y a los pocos clérigos con presencia del nuevo templo, revestido de dos casullas.
en el país (8 para toda la republica) actuar con más libertad en
Los preparativos para el inicio del ministerio con autoriza- torno a sus actividades religiosas, al reconocerse finalmente Le seguía Jesús Nazare-
ción pontificia incluyeron el “encargo” de las tallas de la imagen por este acto la jerarquía eclesiástica, asignándose además un no con la cruz a cuestas y la
del santo fundador, trabajo que realizó el maestro Alonzo subsidio de $30,000.00 pesos al año, aporte que tuvo vigencia Virgen de Dolores a quienes
De la Paz, encarnada por el Maestro Mazariegoz (Joseph) y de hasta el gobierno de don Manuel Lisandro Barillas cuya asam- se les unió la reliquia que
un Jesús Nazareno o con la cruz a cuestas, de autor anónimo blea legislativa improbó el tratado. sería la titular del templo, la
que aparece referido por primera vez en los inventarios de la Santa Cruz del Milagro que
Escuela de Cristo que se conservan en el Archivo Arquidiócesa- Esta postura del gobierno de Justo Rufino Barrios y sus se encontraba en depósito
no Francisco de Paula y Peláez, levantados en 1697, atribuido al aparentes aires de libertad confesional que buscaban el apoyo en la Iglesia de San José.
maestro De la Paz. popular en su propósito de reconciliarse con la Iglesia y otros
grupos sociales con la finalidad de lograr el apoyo de todos los Este acontecimiento
Su culto se desarrolló en la ciudad de Santiago durante 82 permitió que la devoción y
años siendo establecida su procesión para la mañana del Jueves presencia de la imagen de
Santo, quedando interrumpida temporalmente en el año de Jesús Nazareno de la Escue-
1779, fecha en el que se traslada la orden y la totalidad de sus la de Cristo trascendiera
bienes al nuevo asiento de la ciudad santiaguina en el Valle de la al lograr reorganizarce sus
Ermita, a consecuencia de la destrucción de su emplazamiento devotos en torno a la vene-
en el Valle del Tuerto o del Panchoy, según las disposiciones rada imagen, que empezó a
contenidas en el reglamento de traslación ordenado por el Rey ser colocada en altos tronos
Don Carlos III, el cual fue ejecutado por el Mariscal de Campo para su velación en la Cua-
y Capitán General Don Martín de Mayorga. resma y Semana Santa en
su propia capilla de pasión
en el lado norte del templo,
hasta que los vecinos del
Gólgota 48

barrio de la Parroquia Vieja llevaron a cabo por primera vez la

grupos en pro de la ansiada unión centroamericana, propiciaron
el descontento e inconformidad en las líneas deliberantes en
el partido liberal, a la cual pertenecía el Licenciado Francisco
Lainfiesta, Ministro de Gobierno y propietario de la tipografía
procesión el Lunes Santo el año de 1896, a 11 años del traslado,
lo que culminó con la institución canónica de la Hermandad de
Jesús Nazareno en 1924, la cual se encuentra vigente a la fecha,
después de haber sido disuelta su ancestral cofradía al pro-
mulgarse el decreto de extinción en 1876. Durante 49 años
se celebró la llegada de la imagen al primigenio barrio citadino
con un jubileo de tres días, siendo el último fin de semana de
septiembre hasta el año de 1934, ocasión en que se celebró
el Quincuagésimo Aniversario de Traslación, el cual culminó
con una magnifica y multitudinaria procesión, el domingo 23 de
septiembre de 1934.
No obstante lo anterior, es hasta el año de 1996 que nue-

“El Progreso” que había sido instalada en el incipiente y expro-
piado edificio en construcción de la casa conventual e iglesia
de los padres del Oratorio, La Escuela de Cristo, en la Nueva
Guatemala de la Asunción, arrebatada a los padres por órdenes
del mismo Presidente Barrios y entregada en propiedad y usu-
fructo al Licenciado Lainfiesta, que en total desacato al nuevo
Concordato, el 4 de agosto de 1884 procedió a desmantelar
Según el Doctor Luis Luján, eximio Historiador guatemal- el techo de la iglesia al mismo momento en que oficiaba la misa
teco, la noticia más temprana de la procesión del nazareno de el Presbítero don Alberto Rubio y Piñol, Rector del Colegio de
la Escuela de Cristo en la nueva sede de la ciudad de Santiago Infantes, siendo los empleados de la imprenta quienes empe-
se encuentra en una noticia publicada en 1801, refiriendo la zaron a desmontar el tejado del recinto religioso dejando caer
Gólgota 49
vamente la imagen es llevada en hombros durante el desarrollo
de su procesión hasta el punto en donde funciono su primitiva
casa de veneración frente al solar que se asignó a la Escuela de
Cristo en la calle del Oratorio (Actual 4ta. Avenida) y calle de
mercaderes (8ª calle ambas de la zona 1) en la nueva Guatemala
de la Asunción, ocasión que se celebra desde esa fecha con ac-
tos especiales y desagravios, siendo llevado nuevamente en pro-
cesión al templo que lo cobijo durante las vicisitudes y despojo
del siglo XIX provocados por la masonería y la causa liberal.
A los valiosos datos que nos ofrece la revista anual “Golgo-

...al revisar el estación recorrida el 2 de abril de ese año. Al revisar el calen-

dario, el jueves santo de 1801 fue 2 de abril.
basuras y tierra sobre el altar el cual fue protegido por los
fieles con paraguas para evitar la sacrílega contaminación de las
ta” se agrega esta información sobre el Nazareno de la Escue-
la de Cristo que se conoce como “Jesús de las Tres Potencias”,
por los atributos iconográficos de clara reminiscencia hispalen-
sagradas especies, comprendiendo los presentes que ese era el
En el agitado siglo XIX, el gobierno de Guatemala firmó fin de la Orden Filipense y su Escuela de Cristo. se o sevillana que lo han distinguido durante más de 300 años,
calendario, el dos tratados con la Santa Sede. El primero estuvo vigente de
1852 a 1871, siendo éste el primer convenio celebrado entre El A consecuencia de lo anterior, las imágenes y otros en-
probablemente siendo novedosos para muchos antigüeños de
la actual generación.
Vaticano y un país latinoamericano. seres de la extinta Orden fueron trasladadas temporalmente
La participación honorifica y desinteresada del autor no
jueves santo de El rompimiento ocurre debido a la separación de la iglesia
y el estado promovida por el estado laico liberal que además
a la iglesia de Santa Catalina de donde salieron en procesión
extraordinaria en horas de la tarde el memorable domingo 28
de septiembre de 1884 hacia la Catedral metropolitana, incor-
conlleva más que la intención de coadyuvar por medio del
conocimiento formal del desarrollo de nuestra Semana Santa,
desato una feroz persecución que conllevó el despojo de los porándose en las afueras de la plaza el Santísimo Sacramento integrarnos como grupo cultural y trascender al resto de Gua-
1801 fue 2 de bienes eclesiástico, la expulsión del arzobispo y su clero así
como la extinción por decreto de todas las hermandades y co-
fradías existentes. El segundo tratado entró en vigencia a partir
tomado del tabernáculo de la Parroquia del Sagrario, llevado en
manos del Presbítero don Pedro Piloña, presidiendo la extraor-
temala y al Mundo la importancia de la Escuela de Cristo y sus
más preciados tesoros religiosos, artísticos y culturales.
dinaria procesión de traslado a su nueva casa de veneración, la
del 02 de julio de 1884 y fue firmado por el Cardenal Jacobini A 349 años de la fundación de la Escuela de Cristo en
abril.
antigua “Parroquia Vieja”.
en representación de la Santa Sede y en nombre del Supremo Guatemala,
Gobierno Liberal de Guatemala, firmó el padre Ángel Maria Al frente de la procesión eran llevadas en hombros las
Arroyo. principales imágenes de la Escuela de Cristo, siendo éstas la
imagen del patrono, San Felipe Rómulo Neri, que había presi- Cuaresma y Semana Santa 2010.
ii Dato publicado en la obra Templos de Guatemala, Tomo I, Pág. 76 Fernández Concha, Miguel.
Fotografías: Insignia,  Wilfred Monroy, Galería del Cucurucho  • Arriba Izquierdo Fotografías: Los Penitentes,  Luis Cortez, Galería del Cucurucho  • Arriba Izquierda
Jesús Nazareno de las Tres Potencias (detalle rostro),  José Carlos Flores.  • Centro Ecce Homo,  Wilfred Monroy, Galería del Cucurucho  • Arriba
Antiguo Estandarte,  Devoto en Línea, Galería del Cucurucho  • Arriba
 ¡Dios Mío, Me parece fascinante la postura del sacerdote Ignacio Larra-
Dios Mío!
ñaga quien en su libro el Pobre de Nazaret, afirma que se dio una
lucha interna en Cristo la de la convicción y la de la sensación,
según él por un momento dominó la sensación de que Dios
no estaba, al ver como lo habían abandonado sus seguidores y
los discípulos, además todo parecía que allí terminaba, no había
Por qué me has abandonado una señal de que esto se encausara a éxito alguno, al contrario
Gólgota 50
todo señalaba un catastrófico fracaso; sin embargo en un diálogo
(Mt 27,46) interior Cristo diría “no siento que Dios esté, parece que me aban-
donó, pero debo recordar que Dios no es sensación sino convicción,
no lo siento pero s que está, con El todo es convicción, certeza mas
Por: P. Manuel Abad allá de toda lógica o prueba, así que creo que tu estas aquí y por ello
con confianza: “en tus manos encomiendo mi espíritu”, fue un final
glorioso el hijo se lanza del abismo, y es recibido al final por Dios
Padre. En Jesucristo venció la convicción sobre la sensación, por
Qué? Sucedió con Cristo en ese momento de lo tanto la vida del creyente aunque parezca que Dios no está, no
lo dudemos siempre nos acompaña.
dolor indescriptible, donde el ser humano toca
Siguiendo al gran teólogo alemán Jurgen Moltmann, podemos
fondo en la experiencia de la agonía, del paroxis- decir que con su sufrimiento abraza a todos los que sufren, a
partir de Cristo todo hombre sobre la tierra que toque fondo en
mo, cómo? Explicarnos esa afirmación en labios su dolor, y alce la vista al crucificado encontrará en él la manera
de la segunda persona de la Santísima Trinidad, Dios hijo puede de asumir su dolor, de enfrentarlo y de superarlo, pues incluso
sentirse abandonado por Dios Padre?, Cómo explicar este allí en ese momento de máxima agonía puede ver el rostro de Je-
grito?. sús pues él ya pasó por allí, él con su realidad divina dejo para la
eternidad su presencia en ese lugar recóndito de angustia, dolor,
Para algunos es simple la respuesta, pues afirman que la na- sufrimiento y depresión. Al subir a la cruz Cristo se hace solida-
turaleza humana de Jesucristo, vivió esta experiencia mientras rio con todos los traicionados, pues él fue traicionado por uno
que la naturaleza divina quedó sin sufrir ni experimentar dolor de los doce, además se solidariza con quienes se sienten solos,
alguno, pero a esto debemos oponernos pues no podemos pues solo y alzado en la cruz está, se hace solidario con todos
como con un bisturí separar la humano de lo divino, que de los que han sufrido procesos judiciales injustos y fraudulentos,
manera misteriosa pero real se dieron en la única e irrepetible Cristo se hace hermano en tu dolor y angustia mas desgarrado-
persona de Jesús, por ello de alguna manera también lo divino no ra.Ese grito expresa a un Dios que no es indiferente, que aunque
quedó indiferente ni distante de la experiencia de dolor.
Imagen: Cristo en la Cruz,  Francisco de Zurbarán (1627), Art Institute, Chicago  • Izquierda
Cristo en la Cruz entre dos ladrones (detalle),  Pieter Pauwel Rubens (1619-1620), Koninklijk Museum voor Schone Kunsten, Antwerp  • Arriba Centro Cristo en la Cruz entre dos ladrones (detalle),  Pieter Pauwel Rubens (1619-1620), Koninklijk Museum voor Schone Kunsten, Antwerp  • Arriba Centro
Pietà (detalle),  Joseph Ignaz Mildorfer (circa 1750), Holy Spirit Church, Sopron  • Inferior Derecha
no lo sientas está a tu lado, debemos saber por fe, que él está
siempre a tu lado, no dudes de sus palabras cuando nos dice que
estará con nosotros todos los días hasta el fin de los tiempos.
La experiencia del dolor, padecimiento y sensación de aban-
dono, en una palabra de la Kénosis, no es razón para el escán-
dalo, o contradicción alguna en Dios, sino que precisamente en
la paradoja de la cruz sin reducirla Dios muestra todo su poder,
pues solamente él logra hacerse inmanente sin dejar de ser tras-
cendente, ser temporal sin dejar de ser eterno, ser humano sin
dejar de ser divino, su poder ejercido con libertad y amor lo ha
llevado a subirse a la cruz para desde allí mostrar plenamente lo
que es, donación total en el amor, superando el dolor, la angustia
y la muerte, vendiéndolos definitivamente.
Gólgota 51
Pero el grito de dolor significa además la lucha vigorosa con-
tra el sufrimiento, el padecimiento, la angustia, y lo que lo causa,
y a su vez la admirable capacidad de asumir con serenidad, paz, fe
y esperanza aquellas situaciones que no podemos transformar ni
modificar por mas esfuerzo que invirtamos. Si podemos eliminar
el dolor, debemos esforzarnos con ahínco por que así sea, pero
si no, debemos abrazarlo con confianza y equilibrio interior pues
poseemos la certeza que por medio de ellos podemos unirnos
a Jesús. Des esta perspectiva el creyente siempre puede ser un
vencedor, pues puede ver en una caída la oportunidad de levan-
tarse, en un fracaso la oportunidad de iniciar un camino de éxito,
en una puerta que se cierra una ventana que se abre, en un sol
que se oculta una estrella que brilla, así las tragedias y adversida-
des se vuelven el momento óptimo para testimoniar con vigor
nuestra fe cristiana. Vengo ante ti mi Señor a pedir por tantas
cosas que me han lastimado y destrozado, me siento desfallecer,
no puedo mas, tengo tanto que decirte, llorarte, gritarte.
Imagen: Descendimiento de la Cruz, (detalle),  Pieter Pauwel Rubens (1612 • 1614), O.-L.Vrouwekathedraal, Antwerp  • Extrema Izquerda
Descendimiento de la Cruz, (detalle),  Jean-Baptiste (1789), Musée du Louvre, Paris  • Inferior Derecha
 Desde mi Balcón
Por Mario Gilberto González R.
Ex-Cronista de la Ciudad de La Antigua Guatemala
A la memoria de:
Julio Alberto González R. y
Gregorio Laguardia Romero.
Aportes de la
Escuela de Cristo
Gólgota 52
Para el cronista, es material de primera
mano, revisar viejos libros de Actas que contie-
nen el testimonio cronológico del quehacer
silencioso de una hermandad de pasión.
Testimonio y transmisoras de una herencia devocional que
mantiene encendido el fuego de un hecho que ha trascen-
dido en el tiempo.
Libros y apuntes abandonados y empolvados en
una tinajera, sin aparente importancia, que en las manos
del cronista y visto su contenido con otros ojos, alcan-
zan un valor inapreciable. Su contenido es el reflejo de
una labor fecunda que en silencio desarrollan los miem-
bros que conforman una hermandad de pasión.
Cuando fui invitado a colaborar con la Her-
mandad del Señor Sepultado y Maria Santísima de la
Soledad de la Escuela de Cristo, uno de mis pro-
pósitos fue retroalimentarme con su pasado para
actuar en el presente y proyectar su futuro. Ese
bagaje histórico era necesario para consolidar una
labor que no fuera rutinaria sino capaz de impulsar
nuevos derroteros.
La Sociedad primero Hermandad después,
ha mantenido una labor activa e innovadora des-
de sus inicios. Sus aportes para las ceremonias
de Semana Santa y sus solemnes procesiones,
han sido significativas para darle su sello de
antigüeñismo.
A pesar de ser un trasbase sevillano para
la ciudad de Santiago de Guatemala, el legado
que recibió la ciudad de Antigua Guatemala,
lo hizo suyo y le inyecto innovaciones neta-
mente antigüeñas para darle su sello emble-
mático y distintivo y llegar a ser la Semana
Santa Antigüeña, sin otro calificativo que
desvirtúe su espíritu. Las imágenes impresionantes con
gran dominio anatómico y expresión que constriñe; las velaciones
con sus telones bíblicos, pasionarios o alegóricos y su vendimia
popular del batido; el huerto de flores, frutas, peceras, jaulas
con pajarillos, brotes de maíz, cebada, trigo, cruces y áncoras de
chan; el simbolismo en el adorno de sus andas procesionales; los
cientos de insensantes que en todo el recorrido queman resinas
exquisitas y desde luego, las artísticas alfombras de serrín teñido,
flores y frutas que hacen de la ciudad de Antigua Guatemala, sin-
gular para tender su corazón y su devoción como una alfombra
al paso de la imagen venerada, por calles centenarias. Ese es el
espíritu que la hace ser Semana Santa Antigüeña.
La Hermandad del Señor Sepultado de la Escuela de Cristo,
ha aportado muchas y significativas iniciativas e ideas que han en-
riquecido la Semana Santa Antigüeña. Entre esos aportes vamos
a citar algunos. El inicio de la Cuaresma en Antigua Guatemala,
es anunciado en la puerta del templo, con una tonadita especial
de un pito de caña y el toque de dos redobles de tambor peque-
ño. Es un aporte especial de la Hermandad del Señor Sepultado
de la Escuela de Cristo, en los albores de 1900. Anónimos han
sido las personas que han desempeñado ese servicio a lo largo
de los años. He podio rescatar unos cuantos nombres. En 1907
desempeñó ese servicio Toribio Aguilar quien cobró $12.00 pesos.
Le siguió en 1914 Alejo de León. En 1915. Benedicto Chopén cobró
$63.00 por “tocada de pito y tambor en el jueves anterior a primer
viernes, jueves y viernes santo y sábado de gloria y jueves santo por la
noche.” $60.00 y ese año fue el primero cuando se puso tambor y
pito el Domingo de Resurrección, a cargo de Isidro Valdéz quien
cobró $50:00. Severino López cobró $285.00. En 1919; Carlos Gon-
zález tuvo a su cargo ese oficio y se le pagó $100.00 por “4 días
que tocó el tambor desde las 7.00 am. hasta las 12 pm”. También
Balbino Pérez y muchos más cuyos nombres se pierden en el re-
cuerdo. Este personaje nació en la Escuela de Cristo y es actual-
mente, propio e infaltable de todas las procesiones antigüeñas.
Otros aportes fueron: cambio de los cirios por linternas
de hojalata, el cartabón para medir la estatura de los devotos
cargadores y mantener uniformidad en cada tanda, orquillas para
apoyarse al momento de llevar sobre sus hombros las andas
procesionales, cambiar las simples tablas en andas con la innova-
ción de pecho de paloma. El aporte de los programas de Semana
Santas, es muy significativo, porque lo mantiene desde el año de
1923. Ofrezco al lector esta inquietud que duerme en las páginas
de los libros de actas, pero que toman vida en la crónica sacada
de los viejos anaqueles.
Las primeras citaciones a los socios para asistir a las Sesio-
nes, se mandaron a imprimir en la Imprenta Internacional de Lu-
cila González –doña Chila- por el precio de $15.00 y las primeras
“La piedad
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Conferencia
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–Aparecida
invitaciones
(programas
con la información
de las ceremonias, misas, velaciones y
procesiones) circularon por primera vez en el año de
1912. Por 300 ejemplares se pagaron $40.00 Los programas
que actualmente distribuyen las Hermandades de Pasión de casa
en casa, para dar a conocer sus diferentes ceremonias y a la vez
para solicitar una ayuda económica, tienen su origen cuando en
1923, la Hermandad del Señor Sepultado de la Escuela de Cristo,
“comisionó al señor Síndico (Rodrigo Coronado) y al vocal Pedro Pérez
Valenzuela para que redacten el original de las invitaciones que se
repartirán invitando para las solemnidades religiosas y suplicando una
limosna para ayuda de los gastos de la hermandad. Estas invitaciones
Gólgota 53
deberán ser firmadas por el señor Presidente don Leon Amiel Cuevas,
Síndico don J. Rodrigo Coronado A., Tesorero don J. Ramiro Azurdia
O. y por el Secretario don Tomás Ortiz González. La Secretaría quedó
encargada de su impresión y distribución, siendo en número de mil
ejemplares.”
He transcrito íntegro esta disposición porque por una
coincidencia feliz cincuenta años después, 1973 siendo Presidente
de la Sección Guatemala de la Hermandad del Señor Sepulta-
do de la Escuela de Cristo y María Santísima de la Soledad, se
presentó la oportunidad de cambiar totalmente el formato del
programa tradicional. El programa de cincuenta años, consistía
en dos hojas dobladas a la mitad y aseguradas por una grapa,
era recibido pero no leído porque se sabía el motivo de que se
conmemoraba la Vida, Pasión y Resurrección de Nuestro Señor
Jesucristo, se solicitaba una ayuda económica y se repetían los
mismos actos. El formato del nuevo programa fue diferente. Con
varios dobleces, muchas fotografías, el programa tradicional, las
recomendaciones de la Hermandad y un artículo que despertó
interés sin petición económica. Sin embargo la limosna fue gene-
rosa. Su presentación novedosa hizo que los vecinos abrieron
el programa y lo leyeron. Los comentarios abundaron y como
una llave maestra, abrió no solo las puertas de su casa sino del
corazón y junto a su familia, se acercaron a la iglesia de la Escuela
de Cristo y aportaron su apoyo inesperado. Programa y afiches
abrieron otros horizontes para abarrotar sus iglesias y calles de
visitantes venidos de lejos. Solicitaron más programas para en-
viarlos a familiares y amigos que vivían en el extranjero. De este
cambio han pasado treinta y siete años.
Almería, España, 25 de Febrero del 2010.
Fotografias: Manteniendo los olores de la época,  Santiago Billy Prem  • Superior Izquierda
Imágenes: ProgramaGeneral, Cuaresma y Semana Santa 1973,  Colección Mario Gilberto González  • Izquierda
Portada Programa General, Cuaresma y Semana Santa 2010,  Archivo Hdad. E.deC.  • Arriba

Urna Procesional
del Santo Entierro
Gólgota 54
La costumbre de procesionar la Consagrada
Imagen del Señor Sepultado de la Escuela de
Cristo dentro de una urna, se remonta hacia el
siglo XVIII. Según don Marcial Armas Lara, la
primera urna fue elaborada en 1789, posteriormente en 1808
cuando se constituye la primitiva Cofradía en Sociedad del Señor
Sepultado se manda a hacer una nueva, la cual estuvo en uso
durante la mayor parte del siglo XIX.
La actual urna procesional fue un obsequio de don Juan
Francisco Aguirre Asturias, gran devoto del Señor Sepultado,
fue traída de Sevilla, España, y en la caja donde se guarda se
conserva una inscripción que da fe de su elaboración en la Calle
de la Sierpe de aquella ciudad andaluza; el estreno se realizó el
Viernes Santo de 1883, y desde aquel momento ha sido elemen-
to esencial y característico en el cortejo procesional del Santo
Entierro de la Escuela de Cristo por espacio de 127 años. La
urna en desuso fue obsequiada a la comunidad de San Lorenzo El
Tejar.
Flashback
Por Carlos Enrique Berdúo Samayoa
Cronista de la Ciudad de La Antigua Guatemala
El Judas
Sem a na Sa nta A ntigüeña
en la
Antiguamente el ángel que remata la urna sostenía una cruz,
así como el bombillo incandescente que iluminaba el interior; a
mediados del siglo XX la cruz fue sustituida por una antorcha y
un ancla, símbolos de las virtudes de la esperanza y la fe.
Debido a la acción del intemperismo durante el cortejo pro-
cesional fue redorada en el año de 1947; sin embargo en 1966 la
Junta Directiva presidida por don Enrique Berdúo Díaz, tomó la
determinación de encargar al artista antigüeño don Juan Francis-
co Ruíz que nuevamente la dorara a fuego con laminillas de oro
de 14 quilates, esta intervención culminó con la bendición del
nuevo dorado durante solemne eucaristía celebrada a las once
de mañana del Domingo de Ramos, 19 de marzo, de 1967. Con
el propósito de conservar adecuadamente la urna fue eliminada
la iluminación exterior con foquitos incandescentes que provo-
Por Carlos Enrique Berdúo Samayoa
Gólgota 55
caron el deterioro del dorado por el calor que generaban, así
como los agujeros de las grapas o armellas que se utilizaban para Cronista de la Ciudad de La Antigua Guatemala
sostener el cableado. Para ese entonces fue innovador el uso
de una lámpara fluorescente de tubo circular que proveía de luz
fría el interior. Ese mismo año fueron restauradas las imágenes
del Coro Angélico, e implementado el uso de carretones para
transportar los pasos.
El diseño singular de la urna procesional de la Escuela de
Cristo, ha sido replicado para las urnas de las imágenes del
Señor Sepultado de Jocotenango y Santa Lucía Cotzumalgua-
pa. En el interior de la urna, la Consagrada Imagen del Señor De tiempos inmemoriales Judas con su testamento recobren la
Sepultado era depositada sobre una colchoneta y cuatro cojines algarabía y felicidad que les caracterizó
forrados de seda, que sostenían la cabeza, manos y pies evitando data la costumbre de hacer un por muchos años.
de esta manera el riesgo de daños por algún movimiento brusco, Don Marcial Armas Lara, folkloris-
el cuerpo del señor era ceñido en la cintura con un lienzo de pu- monigote con ropas viejas ta que recogió en diversos escritos las
reza elaborado en ceda, cubriéndolo con una sabanilla de tul con imágenes de la tradición guatemalteca,
guarda de aplicaciones bordadas permitía contemplar el cuerpo masculinas al cual se le llama
y muy especialmente la antigüeña; nos
llagado del Señor. “Judas”, es puesto a la vista pública el
legó en su libro: “El Folklore Guatemal-
Viernes Santo a primera hora, esta teco en la Tradición y Leyenda a través de
Con el transcurso de los años, la urna se ha transformado
en el elemento característico que señala el sitio preeminente del figura es acompañada de un “Testamen- los siglos” (1970, Tipografía Nacional de
to de Judas”, en el cual deja constancia Guatemala), una serie de estampas que
anda o trono procesional del Santo Entierro, marcando el fuerte
acento sevillano que caracteriza a todo el cortejo procesional; de su legado a los vecinos más promi- en el umbral del siglo XIX vale la pena
por tal razón se ha conservado como piadosa tradición sola- nentes de la cuadra o del barrio. Des- rememorar, y así rendir homenaje a
mente emplearla en la función paralitúrgica del Santo Entierro, afortunadamente esta bella tradición este ilustre antigüeño, devoto herma-
exceptuándose el traslado que se hizo el 26 de octubre de 2007 ha sufrido menoscabo en los últimos no cargador del Señor Sepultado de la
desde el antiguo templo de Capuchinas hacia la Escuela de Cristo Escuela de Cristo. Pero que también
años, pues ha sido empleada para nos hagan reflexionar y rememorar,
al culminar la intervención de restauración con fines de conser-
vación realizada en el Consejo Nacional para la Protección de La expresar en forma anónima y grotesca para valorar justamente aquello que
Antigua Guatemala a la Consagrada Imagen del Señor Sepultado. el malestar hacia algún funcionario o hemos recibido como recuerdos de
grupo de vecinos. Ojalá y esto último nuestros mayores como legado patri-
La Antigua Guatemala, febrero de 2010. desaparezca, para así permitir que monial intangible.
Fotografias: Ángel,  Leonel Mijangos [nelo], EnAntigua.com  • Extremo Izquierda
Imagen: El Beso de Judas,  Caravaggio, circa 1598, National Gallery of Ireland, Dublin  • Extremo Izquierda
Urna,  Leonel Mijangos [nelo], EnAntigua.com  • Superior Izquierda
Urna Procesional de la Escuela de Cristo,  Colección Particular, circa 1950  • Izquierda
 conducen al Calvario; las personas que miraban venir o pasar el
animal, lo recibían con rechiflas, con ello lo acabaron de asustar,
por lo que no paró hasta que llegó al pueblo de Palín.
Desde aquellos tiempos hasta la fecha, ha quedado el recuer-
do de esta ocurrencia, por eso, todavía se oyen bromas en La
Antigua de esta índole, naturalmente, entre amigos: ¿Es cierto que
te vas a traer piñas a Palín el sábado? ¡Si te vas a Palín el sábado,
hay me traés piñas!, ¡adiós viejo… que te vaya bien el sábado!
En el año 1921, tuve la oportunidad de escuchar un testamen-
to de Judas en el municipio de Jocotenango; este pueblo queda
unido con La Antigua Guatemala por medio de la Calle Ancha
de Los Herreros, de resonancia histórica por las hazañas de sus
moradores.
En el pueblo de Jocotenango siempre han existido vecinos
entusiastas que han mantenido las costumbres antiguas de aquel
simpático lugar, luchando siempre contra la introducción del
modernismo que ha ido echando por tierra la cultura popular. Con
el deseo que he mantenido por recopilar todas las manifestacio-
nes añejas del pueblo, procuré copiar este testamento jocoso del
Gólgota 56
VI
Al buenón de don Rafa, el del gran colegio,
le dejo mi sombrero, que está un poco viejo,
pero le puede servir para remendarse el pellejo.
VII
Al administrador de La Azotea, muy respetado don Paco,
le dejo heredado mi ponderado saco, para que se cambie de ropa,
cuando venga al juzgado a sacar su ganado flaco.
VIII
A la esbelta, bien formada gata Isabel,
le heredo mi corbata con dibujos de clavel.
IX
Como doña Tonita es muy delicadita, le dejo mis bonitos guantes,
para que se cubra sus manitas que parecen tomates.
X
Como don Santos es padre de muchos patojos,

y mantiene muchos patos,

“Por tradición se ha acostumbrado en La Antigua Guatemala,
hacer en cada barrio un judas, siendo colocado el Jueves Santo
por la noche en las cornisas de los campanarios de las iglesias o en
Paseo de Judas, durante la mañana del
Sábado de Gloria de 1920; un grupo de
patojos llevan a Judas por las calles de
nuestra Ciudad, mientras unos lo sos-
tienen, otro lleva el testamento y en el
extremo izquierdo otro sostiene la bolsa
con el “Meco” recolectado para luego ser
distribuido entre los participantes.
Con silbidos de alegría de chicos y adultos, recogían al Judas;
se lo llevaban en hombros o cargado entre varios; dos lo tomaban
de los brazos, los otros de la cintura y las piernas; a la cabeza del
personaje bíblico Judas Iscariote, de quien venimos ocupándonos y le dejo mis zapatos.
que dice así:
XI
“En el pueblo de Jocotenango, a las ocho horas del día Sábado de Buscando y buscando, al fin encontré el bueno de Mincho,
Gloria, del año de mil novecientos veintiuno, nos constituimos en el atrio como él me ha hecho buenas campañas,
de la iglesia, las siguientes personas: viejos, viejitas, muchachos, pollas con todo gusto le heredo mi cincho.
de casamiento, patojos, cuerpo municipal, mirones de otros pueblos y
yo, el Charlatán Primero: por el presente documento, hacemos constar: XII
que el señor Judas Iscariote, de mil novecientos veintiún años de haber Como me queda un mi perfumado calcetín,
sido maldito por traidor y pistero, soltero porque ninguna diabla se ha se lo dejo a mi amigo muy amado, distinguido Agustín.
querido casar con él, pero según manifiesta, que está bien colgado
de las patojas jocotecas y con esperanza de llevarse alguna, porque XIII
dice que están requetalpelo, todos los presentes hacemos constar que Después de haber heredado todo el resto de mi ropa,
fuimos testigos del testamento que a viva voz pronunció el señor Judas, solamente me queda mi pulguienta camiseta,
y que fue escrito por el señor Charlatán Primero, que dice así: Yo, Judas

los tejados de casas particulares, ya sea sentados o colgados, eso
según lo permita el edificio.
Este personaje bíblico como se sabe, fue el que traicionó a su
divino maestro, Jesús de Nazareth, por una ínfima suma y tal vez
por la lección de este tío, seguimos teniendo traidores hasta en la
actualidad.
El muñeco lo forman así: la camisa la unen con una costura al
pantalón, luego rellenan de pino estas dos piezas; en seguida, lle-
nan de musgo o viruta, un par de guantes y los colocan en las man-
gas de la camisa para que hagan de manos; la cabeza es formada de
trapos viejos y una máscara cuando la consiguen y si no, le hacen
las facciones con pintura; en la boca le ponen un puro; ya conclui-
do el cuerpo, lo terminan de vestir con un chaleco, saco, corbata y
también zapatos; en la mano izquierda le amarran una bolsa con un
letrero que dice: 13 reales, y a un lado, un cartelito con la siguiente
leyenda: “Este es el amor de las patojas”.
La conseguida de las prendas de vestir, es trabajo aparte, un
tanto difícil por las circunstancias de que los vecinos no dan ni un
solo trapo si dicen los de la comisión que va a servir para Judas;
esta tarea la empiezan uno o dos meses antes, pues los antigüe-
ños tienen como mal presagio dar ropa para este uso. Recuerdo
cuando era niño, que el Sábado de Gloria, desde muy temprano,
el atrio de los templos y el frente de los edificios públicos o casas
particulares donde había un Judas, se encontraban abarrotados de
patojos, esperando que el cura párroco oficiara la misa y cantara
Gloria, pues era y es un ritualismo el esperar que suenen las cam-
panas y se oigan los truenos de las cámaras y cohetes, para que los
encargados de los Judas los arrojen desde donde están colocados.
Gólgota 57
desfile se colocaba un pequeño grupo, quienes eran los encargados y para que le sirva de distracción,
de la recaudación y de ir cantando así: “Meco para la nariz de Judas”. Iscariote, hago constar que me encuentro robusto, alentándote, con la se la dejo al chancle aguacatero de Chema Paleta.
mollera bien tres piedras; por tales y por cuales motivos, puedo testar,
Ningún transeúnte se quedaba sin dar su limosna, lo mismo que los
vecinos, porque no dejaban casa libre. dejando todas mis pertenencias a mis queridos amigos y compañeros de XIV
chupa, juego y de todas las mañoserías de este mundo cochino. Y para Como ya toda mi indumentaria heredé a mis amigos,
que después no hayan pleitos entre mis heredados, dejo este documento solamente me queda la bolsa de siete monedas,
Después de haber recorrido el barrio, se reunían en un lugar
adecuado para despedazar al Judas o quemarlo; terminado este donde está claramente dicho, lo que le pertenece a cada uno, así: esa se las dejo a mis amadísimas patojas,
último acto se repartían el dinero recaudado; así daban por ter- porque ese es el amor de las mujeres.
minado este acto de alegría del Sábado de Gloria. Nos contaban I
nuestros abuelos, que hacía muchos años, llegó a ser peligroso por XV
Por la amistad que nos une con el alcalde Adiós niñas bonitas,
el antagonismo de los barrios; muchas veces se vio que por emo- del pueblo, don Fernando el timbón,
ción o por descuido se pasaba la comitiva del Judas de un barrio a de este bello lugar;
le dejo mi pantalón, que está bastante nuevón, adiós viejas cariñosas,
otro, y si desgraciadamente se encontraban con la otra banda, se para que se ponga galán y figure en la sesión.
formaba una fuerte pelea a pedrada limpia, por lo que en muchas adiós cofrades tragones,
ocasiones tuvieron que intervenir las autoridades. Estas comitivas me voy a los infiernos
II a prepararles su lugar.
no solo estaban integradas por patojos, sino por jóvenes mayores Al señor secretario municipal, don Gustavo el sapito,
de edad. También se acostumbró hacer “El Testamento de Judas”, le dejo mi chalequito, para ver si se quita
que lo leían en las esquinas de las calles y avenidas. f) Judas Iscariote.
el que le regaló su abuelito, cuando era chiquito.
Doy fe: Charlatán Primero”.
“El Testamento de Judas”, era una relación llena de humorismo; III
se decía en él a qué persona dejaba cada prenda de vestir, recayen- Al director de la escuela nacional de varones,
do siempre en los principales vecinos del barrio; el encargado de señor Perugín Cosillo, le dejo gustosamente mi viejísimo calzoncillo.
leerlo lo hacía con tanta chispa cómica, que todos reían a mandí-
bula abierta. Un viejecito me contó que cuando él era muy joven, IV
sucedió que después de leer el testamento y repartir la limosna, A mi apreciadísima amiguita doña hermosa Paulita, Sirva el presente testimonio como reconocimiento a la
dispuso un grupo de muchachos, tomar sin permiso del dueño, un que tiene su tiendecita aquí cerca, muy cerquita, inventiva y chispa jocosa de nuestros antepasados que nos han
caballo que se encontraba en el mercado, perteneciente a los ven- le dejo mi camisa, para que todos los domingos, legado tradiciones y costumbres que singularizan a nuestra
dedores de piñas de Palín; ya en poder del semoviente, colocaron vaya con ella a misa. Ciudad.
a Judas sobre el aparejo y lo ataron fuertemente; luego le pusieron
canchinflines y cohetes chinos en la cola del animal; le dieron fuego V
a las mechas y principió la tronazón; soltaron al caballo y salió Le dejo a mi íntimo amigo, el famoso don Valentín,
con una velocidad espantosa; atrás le seguía el grupo de patojos un mi buen calcetín, para que en un alegre festín, La Antigua Guatemala, febrero de 2010.
silbándolo y gritándolo. El caballo tomó las avenidas y calles que obsequie un buen caldo de calcetín.
Fotografíat: Paseo de Judas, circa 1920,  Colección Particular  • Arriba

Por Carlos Enrique Berdúo Samayoa
Cronista de la Ciudad de La Antigua Guatemala
Santos
Los
Varones
Según relato bíblico y piadosa tradi-
ción, José de Arimatea y José Nicodemo
solicitaron a Poncio Pilatos les permitiera
bajar de la cruz el cuerpo yacente de
Nuestro Señor y darle sepultura antes de la puesta
del sol de aquel primer Viernes Santo, y así cumplir
con lo prescrito para poder celebrar la Pascua.
Es tradición que antecediendo el paso del anda
o trono procesional del Santo Entierro de la Escuela
de Cristo, un grupo de cinco personas vestidos a
la usanza de la época representen a aquellos que
tuvieron el privilegio de descender el cuerpo sin vida
de Nuestro Señor Jesucristo.
Hace ya cincuenta años, el Licenciado José Francis-
co García Bauer al retornar de piadosa peregrinación
a los lugares de Tierra Santa, trajo a nuestra Ciudad
tres coronas de espinas elaboradas con ramas natu-
rales cortadas en la Ciudad Santa de Jerusalén, una
INGUAT
w w w.v i sitg u a te mala .c om Fotografía: Santo Varones
Flashback
Gólgota 59
para el Señor Sepultado de la Escuela de Cristo y las
otras dos coronas fueron para Jesús Nazareno de La
Merced y para Jesús Nazareno del Perdón.
En la gráfica se aprecia el paso del cortejo
procesional del Santo Entierro por la Calle de los Pa-
sos, destacando la presencia de los Santos Varones
portando las Insignias de la Pasión y la corona que
obsequiara el Licenciado García Bauer como ofrenda
piadosa al Señor Sepultado de la Escuela de Cristo,
siendo ésta la que se emplea en el rito de la cru-
cifixión. En el año 1979, el fotógrafo guatemalteco
Diego Molina (1949-1994), publicó en la Colección
“Guías Everest” de la Editorial Everest de España, una
guía denominada “Guatemala Sensacional”, traducida a
varios idiomas, en la página 84 muestra una ima-
gen del Santo Entierro de aquel año, en momentos
que transitaba a inmediaciones del Templo de San
Francisco El Grande, erigido en Santuario Arquidio-
cesano del Santo Hermano Pedro; al fondo entre el
humo del incienso que oculta la urna procesional,
se perfila la antañona araucaria que por muchísimas
décadas fue como un símbolo de la Plazuela y del
Barrio de la Escuela de Cristo.
Procesión del Santo Entierro de la Escuela de Cristo,  Colección Familia Berdúo  • Arriba

Pbro. Carlos Amado
Director Espiritual
Hermandad de la Escuela de Cristo
Queridos hermanos miembros de la
Gólgota 60
Hermandad de la Escuela de Cristo,
fieles cargadores, amigos de nuestra
Parroquia y hermanos en general.
Quiero presentarles en esta oportunidad el
mensaje del Papa Benedicto XVI, nuestro pastor,
en ocasión de la Cuaresma 2010, en el encontra-
mos la preocupación de su Santidad, sobre un tema
que nos interpela a todos LA JUSTICIA. Un tema
que tiene particular relevancia en este año y para
esta cuaresma, en un mundo en el que los bienes
no llegan a todos, sobre todo a los mas necesitados;
en un mundo en el que hace falta vivir la caridad
en grado extremo, dar y compartir con alegría. De-
jémonos guiar e interpelar por este mensaje de su
Santidad. En este tiempo en el que como herman-
dades tenemos la oportunidad de evangelizar por
medio de los cortejos procesionales. Tal como nos
lo recuerda el documento de Aparecida.
“La piedad popular es una manera legítima
de vivir la fe, un modo de sentirse parte de
la Iglesia y una forma de ser misioneros”.
(Aparecida 264 )
“La justicia de Dios se ha
manifestado por la fe en Jesucristo”
Mensaje
delPapa
Benedicto XVI
pa r a l a C ua r e s m a 2 0 1 0
Queridos hermanos y hermanas:
Cada año, con ocasión de la Cuaresma, la Iglesia nos invita
a una sincera revisión de nuestra vida a la luz de las enseñanzas
evangélicas. Este año quiero proponeros algunas reflexiones
sobre el vasto tema de la justicia, partiendo de la afirmación
paulina: La justicia de Dios se ha manifestado por la fe en Jesucristo
(cf. Rm 3,21-22).
Justicia: “dare cuique suum”
Me detengo, en primer lugar, en el significado de la palabra
“justicia”, que en el lenguaje común implica “dar a cada uno lo
suyo” - “dare cuique suum”, según la famosa expresión de Ul-
piano, un jurista romano del siglo III. Sin embargo, esta clásica
definición no aclara en realidad en qué consiste “lo suyo” que
hay que asegurar a cada uno. Aquello de lo que el hombre tiene
más necesidad no se le puede garantizar por ley. Para gozar
de una existencia en plenitud, necesita algo más íntimo que se
le puede conceder sólo gratuitamente: podríamos decir que
el hombre vive del amor que sólo Dios, que lo ha creado a su
imagen y semejanza, puede comunicarle. Los bienes materia-
les ciertamente son útiles y necesarios (es más, Jesús mismo se
preocupó de curar a los enfermos, de dar de comer a la multitud que
lo seguía y sin duda condena la indiferencia que también hoy provoca
la muerte de centenares de millones de seres humanos por falta de
alimentos, de agua y de medicinas), pero la justicia “distributiva” no
proporciona al ser humano todo “lo suyo” que le corresponde.
Este, además del pan y más que el pan, necesita a Dios. Obser-
va san Agustín: si “la justicia es la virtud que distribuye a cada
uno lo suyo... no es justicia humana la que aparta al hombre del
verdadero Dios” (De Civitate Dei, XIX, 21).
Fotografía: Salida de la Procesión del Santo Entierro,  Miriam de Sheel  • Izquierda
Marzo en Antigua,  P. Guzmán  •Arriba
Cruz Sacramental,  Pablo Burmester, feydevocion.com  • Derecha
¿De dónde viene la injusticia?
El evangelista Marcos refiere las siguientes palabras de
Jesús, que se sitúan en el debate de aquel tiempo sobre lo que
es puro y lo que es impuro: “Nada hay fuera del hombre que,
entrando en él, pueda contaminarle; sino lo que sale del hombre,
eso es lo que contamina al hombre... Lo que sale del hombre, eso es
lo que contamina al hombre. Porque de dentro, del corazón de los
hombres, salen las intenciones malas” (Mc 7,15. 20-21). Más allá
de la cuestión inmediata relativa a los alimentos, podemos ver
en la reacción de los fariseos una tentación permanente del
hombre: la de identificar el origen del mal en una causa exte-
rior. Muchas de las ideologías modernas tienen, si nos fijamos
bien, este presupuesto: dado que la injusticia viene “de fuera”,
para que reine la justicia es suficiente con eliminar las causas
exteriores que impiden su puesta en práctica. Esta manera de
pensar ­advierte Jesús­es ingenua y miope. La injusticia, fruto del
mal, no tiene raíces exclusivamente externas; tiene su origen
en el corazón humano, donde se encuentra el germen de una
misteriosa convivencia con el mal. Lo reconoce amargamente
el salmista: “Mira, en la culpa nací, pecador me concibió mi madre”
(Sal 51,7). Sí, el hombre es frágil a causa de un impulso profun-
do, que lo mortifica en la capacidad de entrar en comunión con
el prójimo. Abierto por naturaleza al libre flujo del compartir,
siente dentro de sí una extraña fuerza de gravedad que lo lleva
a replegarse en sí mismo, a
imponerse por encima de
los demás y contra ellos: es
el egoísmo, consecuencia de
la culpa original. Adán y Eva,
seducidos por la mentira de
Satanás, aferrando el misterio-
so fruto en contra del manda-
miento divino, sustituyeron la
lógica del confiar en el Amor
por la de la sospecha y la com-
petición; la lógica del recibir,
del esperar confiado los dones
del Otro, por la lógica ansiosa
del aferrar y del actuar por su
cuenta (cf. Gn 3,1-6), experi-
mentando como resultado un
sentimiento de inquietud y de
incertidumbre. ¿Cómo puede el
hombre librarse de este impulso
egoísta y abrirse al amor?
Justicia y Sedaqad
En el corazón de la sabiduría de Israel encontramos un
vínculo profundo entre la fe en el Dios que “levanta del polvo al
desvalido” (Sal 113,7) y la justicia para con el prójimo. Lo expresa
bien la misma palabra que en hebreo indica la virtud de la justi-
cia: sedaqad,. En efecto, sedaqad significa, por una parte, acep-
tación plena de la voluntad del Dios de Israel; por otra, equidad
con el prójimo (cf. Ex 20,12-17), en especial con el pobre, el
forastero, el huérfano y la viuda (cf. Dt 10,18-19). Pero los dos
significados están relacionados, porque dar al pobre, para el
israelita, no es otra cosa que dar a Dios, que se ha apiadado
de la miseria de su pueblo, lo que le debe. No es casualidad
que el don de las tablas de la Ley a Moisés, en el monte Sinaí,
suceda después del paso del Mar Rojo. Es decir, escuchar la Ley
presupone la fe en el Dios que ha sido el primero en “escuchar
el clamor” de su pueblo y “ha bajado para librarle de la mano de
los egipcios” (cf. Ex 3,8). Dios está atento al grito del desdichado
y como respuesta pide que se le escuche: pide justicia con el
pobre (cf. Si 4,4-5.8-9), el forastero (cf. Ex 20,22), el esclavo (cf.
Dt 15,12-18). Por lo tanto, para entrar en la justicia es necesa-
rio salir de esa ilusión de autosuficiencia, del profundo estado
de cerrazón, que es el origen de nuestra injusticia. En otras
palabras, es necesario un “éxodo” más profundo que el que Dios
obró con Moisés, una liberación del corazón, que la palabra de
la Ley, por sí sola, no tiene el poder de realizar. ¿Existe, pues,
esperanza de justicia para el hombre?
Cristo, justicia de Dios
El anuncio cristiano responde positivamente a la sed de
justicia del hombre, como afirma el Apóstol Pablo en la Carta
a los Romanos: “Ahora, independientemente de la ley, la justicia de
Dios se ha manifestado... por la fe en Jesucristo, para todos los que
creen, pues no hay diferencia alguna; todos pecaron y están privados
de la gloria de Dios, y son justificados por el don de su gracia, en
virtud de la redención realizada en Cristo Jesús, a quien exhibió Dios
como instrumento de propiciación por su propia sangre, mediante la
fe, para mostrar su justicia (Rm 3,21-25).
¿Cuál es, pues, la justicia de Cristo? Es, ante todo, la justicia
que viene de la gracia, donde no es el hombre que repara, se
cura a sí mismo y a los demás. El hecho de que la “propiciación”
tenga lugar en la “sangre” de Jesús significa que no son los sacri-
ficios del hombre los que le libran del peso de las culpas, sino
el gesto del amor de Dios que se abre hasta el extremo, hasta
aceptar en sí mismo la “maldición” que corresponde al hombre,
a fin de transmitirle en cambio la “bendición” que corresponde a
Dios (cf. Ga 3,13-14). Pero esto suscita en seguida una objeción:
¿qué justicia existe dónde el justo muere en lugar del culpable
y el culpable recibe en cambio la bendición que corresponde
al justo? Cada uno no recibe de este modo lo contrario de “lo
suyo”? En realidad, aquí se manifiesta la justicia divina, profun-
damente distinta de la humana. Dios ha pagado por nosotros
en su Hijo el precio del rescate, un precio verdaderamente
exorbitante. Frente a la justicia de la Cruz, el hombre se puede
rebelar, porque pone de manifiesto que el hombre no es un
ser autárquico, sino que necesita de Otro para ser plenamente
él mismo. Convertirse a Cristo, creer en el Evangelio, significa
precisamente esto: salir de la ilusión de la autosuficiencia para
descubrir y aceptar la propia indigencia, indigencia de los demás
y de Dios, exigencia de su perdón y de su amistad.
Se entiende, entonces, como la fe no es un hecho natural,
cómodo, obvio: hace falta humildad para aceptar tener nece-
sidad de Otro que me libere de lo “mío”, para darme gratuita-
Gólgota 61
mente lo “suyo”. Esto sucede especialmente en los sacramentos
de la Penitencia y de la Eucaristía. Gracias a la acción de Cristo,
nosotros podemos entrar en la justicia “más grande”, que es la
del amor (cf. Rm 13,8-10), la justicia de quien en cualquier caso
se siente siempre más deudor que acreedor, porque ha recibido
más de lo que podía esperar.
Precisamente por la fuerza de esta experiencia, el cristia-
no se ve impulsado a contribuir a la formación de sociedades
justas, donde todos reciban lo necesario para vivir según su
propia dignidad de hombres y donde la justicia sea vivificada por
el amor.
Queridos hermanos y hermanas, la Cuaresma culmina en
el Triduo Pascual, en el que este año volveremos a celebrar la
justicia divina, que es plenitud de caridad, de don y de salvación.
Que este tiempo penitencial sea para todos los cristianos un
tiempo de auténtica conversión y de intenso conocimiento del
misterio de Cristo, que vino para cumplir toda justicia. Con
estos sentimientos, os imparto a todos de corazón la bendición
apostólica.
Vaticano, 30 de octubre de 2009
 Flashback

Por Carlos Enrique Berdúo Samayoa

Cronista de la Ciudad de La Antigua Guatemala

El adorno del anda o trono procesional del

Gólgota 62

Santo Entierro del año 1974, tenía como tema

central la frase bíblica: “Yo soy el Buen Pastor,
el Buen Pastor sacrifica su vida por sus ove-
jas”; en un campo de rocas pastaba un rebaño de níveas
ovejas, al centro del conjunto, sobre un pedestal formado
por ramazones de vid estaba la urna sevillana que contiene
el cuerpo yacente de Nuestro Señor. Por aquel entonces el
mueble del anda procesional era singular, ya que era poli-
cromado, mostrando en los laterales las estaciones del Vía
Crucis, que al caer la noche eran iluminados, el cambio de
turno se anunciaba con en sonido de una pequeña matraca
de madera que llevaba quien dirigía el anda.

En esta imagen del recuerdo podemos identificar al

señor don Modesto Salazar, QEPD, dirigiendo el anda en

1974
su calidad de Vicepresidente de la Hermandad del Señor
Sepultado de la Escuela de Cristo, vistiendo el uniforme de
la época consistente en túnica negra mate, capuz, cinturón
de terciopelo color oro viejo y ribetes en las mangas de la
túnica, del mismo color; además cabe resaltar que tradi-

Viernes
cionalmente la bandera con el escudo de la Hermandad
que ondeaba en el asta del templo eran en campo de plata
(blanco), como se puede apreciar; el actual color negro

Santo
es de reciente uso. La urna estaba rematada por un ángel
que en la diestra sostenía en alto una antorcha símbolo de
la esperanza y en la siniestra un ancla como símbolo de
la fe. Notese que los Hermanos Cargadores apoyaban el
paso empleando horquillas, la cuales actualmente ya no se
emplean. En el año 1979, el fotógrafo guatemalteco Diego
Molina (1949-1994), publicó en la Colección “Guías Everest”
de la Editorial Everest de España, una guía denominada
“Guatemala Sensacional”, y traducida a varios idiomas, en la
página 89 muestra una imagen del cortejo procesional del
Santo Entierro de aquel año, en momentos que transitaba
coronando la histórica Plazuela de la Escuela de Cristo. INGUAT
Fotografía: Procesión del Santo Entierro de la Escuela de Cristo, 1974,  Colección Familia Berdúo  • Arriba
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